Pincho Se Va de Vacaciones

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PINCHO SE VA DE VACACIONES

Pincho es un erizo que vive con sus papás en una madriguera del
bosque. Allí viven muchos animales tranquilamente pero Pincho
anda siempre metido en líos.

A nuestro amiguito le cuesta mucho controlar sus púas y por eso


ha decidido llevarlas al aire. A menudo, Pincho se distrae y pincha
sin querer a los demás, molestando a mayores y pequeños. Por
eso ya nadie quiere jugar con él.
Este verano, los papás de Pincho han pensado que debe hacer un
esfuerzo para hacer amigos y han decidido enviarlo a un campamento.

Al llegar, todos tienen que montar sus tiendas de campaña. Pincho


quiere ayudar y participar en todos los grupos.
Agarra varias herramientas, va de un sitio a otro, empieza con una
tienda y la deja sin acabar...¡ y es que quiere hacer todo a la vez! Al
final, como va atolondrado, pincha con sus púas dos de las tiendas,
provocando el enfado de sus compañeros.
Los monitores ya le han advertido que debe estar más tranquilo,
mantener las púas bajas y peinarse hacia atrás.

Por la tarde todos juntos juegan al balón, hasta que Pincho va a dar un
cabezazo y con sus púas pincha la pelota, ¡se acabó el partido!
Todos intentan advertir a Pincho de que debe ser más cuidadoso, pero
él se enfada y no les hace caso. No entiende por qué él tiene que
controlarse si los demás hacen lo que quieren.
A la mañana siguiente, el campamento entero va a bañarse al río. Los
monitores han traído una colchoneta hinchable, que todos deben
compartir. Pincho quiere ser el primero y, sin esperar su turno, salta
encima de la colchoneta, que al momento empieza a deshincharse.
Pincho se ha vuelto a meter en un lío.

Al final, nuestro amiguito se queda sin amigos. Ya nadie quiere jugar


con él, porque tienen miedo de que les haga daño o estropee los
juguetes.
Pincho se aleja, triste y solo, hasta que se le acerca una monitora jirafa.
Ésta le explica que cada animal tiene unas características que debe
conocer y emplear bien. Para las jirafas es el cuello, para las aves es el
pico... las púas de Pincho pueden serle de gran utilidad, pero debe
aprender a utilizarlas correctamente.
Siempre, antes de usarlas, tiene que PARARSE, PENSAR si son
verdaderamente necesarias y, por último, ACTUAR como es debido.

Aunque le resulta difícil, Pincho está decidido a ser más cuidadoso. En


ocasiones aún saca sus púas, pero poco a poco, con esfuerzo, se va
acostumbrando a plegarlas hacia atrás y a prestar atención a las puntas
afiladas, que pueden hacer daño a los demás. Él no quiere quedarse sin
amigos, ¡es más aburrido jugar solo!
Uno de los últimos días, los monitores deciden llevar el campamento de
excursión. Todos se han dividido en grupos y saben que no deben
separarse del resto. Sin embargo, Orejas el conejo y Mico el monito
deciden ir a investigar por su cuenta. Pincho les sigue de lejos. Sabe
que no deben ir a ningún sitio sin los demás, pero no quiere dejar solos
a sus compañeros ni perderse la aventura.

De repente, un enorme rugido se oye en el bosque, Orejas y Mico echan


acorrer y se esconden en un agujero, junto con Pincho.
Hay un león cerca y, si los encuentra, podría meter la zarpa en el hueco
y hacerles daño.
Pincho piensa y se da cuenta de que es el momento de utilizar sus
púas. Se coloca en el agujero y las saca hacia afuera, impidiendo que el
león les alcance.

Cuando el león se marcha, sus compañeros abrazan a Pincho


agradecidos.
A nuestro amiguito le ha costado aprender a controlar sus púas, pero
finalmente lo ha conseguido y ahora todos en el campamento admiran
su valor. FIN

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