Resumen Lección 9 y 10 ARATA - MARIÑO

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 15

RESUMEN LECCIÓN 9 y 10:

Lección 9:

Vientos de cambio.
En los años previos al surgimiento del peronismo, el mundo experimentó cambios
significativos, incluyendo la Primera Guerra Mundial y la crisis de 1929, que cuestionaron el
paradigma liberal. En Argentina, la crisis del '29 afectó el modelo agroexportador y llevó al
Estado a promover la industrialización y la urbanización, atrayendo a migrantes internos a
las ciudades en crecimiento, de este modo, creció y se modificó la clase obrera argentina.
Además, el golpe de Estado de 1930 interrumpió la democracia, aunque se mantuvo una
fachada institucional con elecciones fraudulentas (década infame)
En respuesta a la creciente crisis económica y social, el Estado intervino para resolver los
problemas causados por el mercado y se fortaleció como un actor que atendía las
demandas sociales. Esto incluyó el control de cambios, regulación de precios y la expansión
de la educación. Esta intervención estatal marcó un alejamiento de los principios liberales y
estableció las bases para el surgimiento del peronismo en la década del '40.

El Estado peronista: las cifras y los nombres.


En 1943, se produjo un golpe de Estado en Argentina liderado por coroneles nacionalistas
debido a la pérdida de legitimidad del sistema político. Juan Domingo Perón, un militar de
segunda línea, asumió un papel clave en el Departamento Nacional de Trabajo y desde la
Secretaría de Trabajo y Previsión (STP) impulsó medidas que mostraron una nueva
sensibilidad política, incluyendo leyes laborales como la de despidos, jubilación y seguro
social, tribunales de trabajo, el estatuto del peón rural y el reconocimiento de asociaciones
profesionales. La alianza entre Perón y los trabajadores se consolidó en la movilización del
17 de octubre de 1945.
Esta alianza social que llevó a Perón al poder fue el resultado de una compleja construcción
política que reunió intereses de trabajadores, fracciones de la burguesía industrial, grupos
de la Iglesia católica y sectores nacionalistas de las Fuerzas Armadas. El discurso peronista
integró estas demandas en un proyecto político más amplio y sostenía que el poder se
construye y se reconstruye continuamente.
El Estado peronista se considera populista porque actuó como árbitro entre las clases
sociales, intervino en la economía regulando la producción, promovió la industria, distribuyó
recursos del sector agrícola y aumentó la participación económica de los trabajadores
mediante salarios reales más altos y asignaciones familiares y sociales.

1
En términos cuantitativos.
Durante la década peronista en Argentina (1946-1955), las políticas estatales promovieron
una expansión significativa del sistema educativo. La matrícula en la enseñanza primaria
aumentó en un 2,1% entre 1946-1950 y un 3,1% entre 1951-1955, pasando de 2,033,118
alumnos en 1945 a 2,803,372 en 1955. Esto señala un acceso extendido a la enseñanza
primaria en los sectores de menores ingresos y una mayor cobertura en todo el país.
La enseñanza secundaria experimentó un mayor impacto, con un crecimiento del 11,4%
durante el período peronista. La modalidad comercial y técnica mostró un crecimiento más
significativo, sugiriendo un mayor acceso a estos niveles por parte de los sectores medios y
altos de la clase trabajadora.
La matrícula universitaria también aumentó sustancialmente, con un crecimiento del 11,3%
anual, impulsado en parte por la gratuidad de los estudios universitarios establecida en
1947.
Estos datos reflejan la respuesta del Estado a la transformación social en Argentina,
marcando una masificación de la educación y la ampliación del acceso a diferentes niveles
educativos. Además, se menciona la breve obligatoriedad del jardín de infantes (ley simini)
y la inclusión de nuevas modalidades educativas, lo que formó parte de una amplia
intervención política y cultural que dejó huellas profundas en la sociedad y generó nuevas
identidades.

En términos político-culturales.
El peronismo representó un cambio significativo en la forma en que se dirigía y daba sentido
a las masas, especialmente a aquellos de sectores populares. En contraste con los
enfoques anteriores, Perón renombró y redefinió a estos grupos sociales como parte
fundamental de la sociedad argentina.
Históricamente, las élites intelectuales se habían enfrentado al desafío de construir un
Estado nacional y una sociedad moderna en Argentina. Cada proyecto político tenía una
concepción pedagógica implícita para abordar esta tarea.
El peronismo rompió con la tradición del pasado (homogeneizar, normalismo, etc) al
considerar que las masas debían organizarse y ser interpeladas como "pueblo". Para él, las
masas debían ser organizadas y, en esa estructuración, el lenguaje político y la pedagogía
debían ser interpeladas como pueblo. Los modos de nombrar del peronismo produjeron
efectos muy potentes; formaron parte de una estrategia de reposición y de visibilización de
lo que hasta entonces había quedado sustraído: el uso de la categoría pueblo era un modo
de incluir y nombrar a los que a partir de ese momento iban a contar.
Esta redefinición de identidades provocó una conmoción política al subvertir las jerarquías
culturales establecidas. El Estado peronista compartió la voluntad sarmientina de educar a

2
las masas pero lo hizo desde una perspectiva populista, destacando el carácter
profundamente político de la educación. Esto marcó un contraste significativo con el
enfoque educativo liberal que había predominado en Argentina desde finales del siglo XIX.

Pedagogía y docentes para la nueva Argentina.


El discurso pedagógico peronista se basó en una visión orgánica de la sociedad,
considerando que el Estado debía fomentar la modernización armoniosa de la sociedad en
su totalidad. La pedagogía se convirtió en una herramienta crucial para lograr este objetivo
al promover una preparación moral que orientara la vida política.
Este enfoque pedagógico desafiaba los principios positivistas que habían dominado la
pedagogía previa, al enfocarse en aspectos espirituales y éticos en lugar de la ciencia y la
técnica. Se criticaba la sobrevaloración de la ciencia y la técnica en detrimento de los
valores éticos y el desarrollo integral de la personalidad.
La educación se consideraba esencial para formar a la sociedad y alcanzar el desarrollo
armonioso de los valores humanos. La pedagogía peronista abordaba temas como las
inclinaciones morales, la educación de los sentimientos, la elocución y otros aspectos que
fomentaban la formación integral.
La formación de maestros también experimentó cambios significativos durante el período
peronista. Desde el 41 se instaló la división por ciclos: el primero común al bachillerato (3
años) y el segundo de formación profesional (2 años).
A partir del 43 los alumnos que finalizaban el primer ciclo debían dar un examen y obtener
calificaciones no inferiores a 9/10 para ingresar a la formación docente. En el 46 se
suprimieron los exámenes por ciclo y se exige una calificación mínima de 7 de promedio.
Los requisitos de ingreso a la carrera docente incluían un examen de aptitud que evaluaba
la vocación, habilidades espirituales y cualidades personales. La importancia de esta
evaluación reflejaba la importancia de la dimensión espiritual y ética en la educación.
Sin embargo, la relación entre el Estado y los maestros no fue sin conflictos. A pesar de la
demanda de un Estado activo en la educación, los maestros expresaron resistencia ante la
regulación estatal. El Estado peronista tenía una tendencia reglamentarista y no siempre
mantuvo un diálogo constructivo con las agrupaciones docentes tradicionales.
En el cauce de la Nueva Argentina que proponía el peronismo, la estrategia educativa se
centraba en las masas, en acciones escolarizadas y no escolarizadas. La idea de cultura
sostenida por el discurso peronista proponía lograr el bienestar del pueblo a través de la
independencia económica, la soberanía, política y la justicia social.

Impugnaciones.
1. La educación religiosa.

3
En 1947, el gobierno peronista revirtió la secularización de la educación pública en
Argentina al introducir la enseñanza religiosa como materia obligatoria a través de la Ley
12.978. La Iglesia católica venía buscando este cambio desde la década de 1930, y el
proceso de secularización de la educación pública, que se había establecido desde la Ley
1420, se revirtió con esta nueva ley.
El avance de la Iglesia en la sociedad civil y el ámbito educativo ya estaba en marcha,
especialmente a través de la reforma educativa Fresco-Noble en la provincia de Buenos
Aires y del Decreto 18.411 durante el gobierno de facto de 1943. Se creó una Dirección de
Instrucción Religiosa para supervisar la implementación de la enseñanza religiosa en las
escuelas públicas.
Los argumentos a favor de la enseñanza religiosa se basaban en la historia católica de
Argentina, desde la herencia hispánica hasta la tradición cristiana, y la relación de la religión
con los próceres y las disposiciones constitucionales. Argumentaban que la enseñanza
religiosa era opcional y, por lo tanto, no era intolerante. También se destacó el alto número
de estudiantes que asistían a las clases de religión desde su implementación.
La oposición, liderada por la Unión Cívica Radical y el Partido Demócrata Progresista, se
centró en la violación de la tolerancia y la libertad de conciencia al imponer la enseñanza
religiosa en las escuelas. Consideraron que esta medida era inconstitucional y que la
enseñanza laica no era atea. Finalmente, la ley fue aprobada, creando una Dirección
General de Instrucción Religiosa y estableciendo programas para las materias Religión y
Moral en las escuelas.
El gobierno peronista también subvenciona la educación privada, fortaleciendo el principio
de subsidiariedad. Sin embargo, con el tiempo, las tensiones entre el gobierno y la Iglesia
se intensificaron, especialmente después de la reforma de la Constitución en 1949. Esta
reforma no otorgó a la Iglesia el lugar privilegiado que buscaba.
Dentro de la Iglesia, había diversas posiciones políticas, con algunos sectores siendo más
nacionalistas y otros más liberales. Aunque todos apoyaron la enseñanza religiosa, el sector
liberal católico se mantuvo en oposición al peronismo a diferencia del nacionalismo
catolico. Los docentes se unieron en la defensa del principio de laicidad de la Ley 1420, lo
que fortaleció su identidad por encima de las divisiones políticas.
El peronismo promovió acciones educativas masivas fuera del sistema escolar, fomentando
la participación de los trabajadores a través de sindicatos y otras organizaciones. El
gobierno presentó su discurso como la realización de valores cristianos de justicia social e
igualdad. La producción simbólica e iconográfica del peronismo atravesaba la cotidianidad
se expresaba en la plaza y llegaba a las aulas. El culto a Eva y a Perón en los libros de
texto produjeron un enfrentamiento con la Iglesia. Eventualmente, en 1955, se suprimió la
enseñanza religiosa, y se sancionaron leyes de separación de la Iglesia y el Estado, lo que

4
provocó la reacción de sectores integristas y el derrocamiento del gobierno peronista en
1955.

2. El trabajo como cuestión pedagógica.


El texto aborda la cuestión de la educación y el trabajo en la historia de la educación
argentina, centrándose en el período del peronismo. Durante ese tiempo, se llevaron a cabo
reformas significativas en el sistema educativo con el objetivo de vincular la educación con
el mundo del trabajo. La relación entre educación y trabajo se considera un síntoma
importante en la historia educativa de Argentina, ya que revela los desafíos para
conceptualizar la cultura y la educación desde una perspectiva más democrática y
emancipadora en lugar de un enfoque puramente enciclopedista.
El gobierno peronista implementó políticas de educación técnico-profesional con el fin de
expandir la industria y disciplinar a la clase trabajadora. Sin embargo, existen opiniones
divergentes sobre si estas políticas tenían como objetivo la "peronización" y la sumisión de
la clase trabajadora o si buscaban cuestionar el orden establecido al dar valor a los
conocimientos y habilidades relacionados con el trabajo.
La reforma educativa de 1947 se centró en la necesidad de reformular la educación para
abordar la alta tasa de abandono escolar. Se argumentó que la educación debía estar
arraigada en la posición espiritual del país y responder a las necesidades de la nación. Se
cuestionó la educación positivista que prevalecía en ese momento, que se consideraba
teórica y alejada de la realidad social y cultural de Argentina. En cambio, se abogó por una
educación que integrará la vida social y el trabajo, orientándose según las necesidades de
la sociedad y fomentando la formación de la conciencia nacional.
La reforma propuesta por José Arizaga incluyó una revalorización de la educación práctica y
la capacitación para el trabajo, lo que se consideraba una parte integral de la cultura. La
enseñanza práctica se introdujo en la escuela primaria y secundaria, promoviendo la
educación técnica y la formación en oficios. También se establecieron Misiones
Monotécnicas para brindar formación técnica en el interior del país y evitar el éxodo de la
población rural a las ciudades.
La reforma también se centró en la educación técnica, reorganizando las escuelas
industriales y promoviendo bachilleratos especializados. La Universidad Obrera Nacional
(que más tarde se convirtió en la Universidad Tecnológica Nacional) se creó como parte de
esta reforma, ofreciendo educación superior a los trabajadores y ampliando la posibilidad de
que los obreros se convirtieran en ingenieros de fábrica.
En 1944 se creó por decreto la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional
(CNAOP). La Ley establecía que el Estado debía vigilar y dirigir el trabajo y aprendizaje de
los menores de 14 a 18 años de edad. Estos fueron divididos en tres grupos:

5
- aprendices: quienes trabajaban y asistían a cursos de capacitación.
- menores ayudantes obreros: que trabajaban sin asistir a cursos.
- menores instruidos: los que terminaron sus cursos de aprendizaje.
El 1° ciclo de la CNAOP lo constituían fundamentalmente las Escuelas Fábricas estatales,
aunque también hubo escuelas fábricas privadas y de medio turno. Para su ingreso se
requería la escolaridad primaria.
Los estudios duraban tres años y se otorgaba un certificado de experto en la especialidad
que se cursara.
La Universidad Obrera fue creada por ley del Congreso durante el gobierno de Frondizi y se
convirtió en Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Era una estructura descentralizada,
organizada por facultades regionales, cuyo gobierno era ejercido por un rector surgido de la
Escuela Sindical de la Confederación General del Trabajo.

3. La educación en los bordes del sistema y la constitución de nuevos sujetos.


El peronismo llevó a cabo una serie de acciones educativas fuera del sistema educativo
formal, desplazando la importancia de la educación tradicional hacia nuevas áreas
culturales. Esta expansión educativa coexistió con la creación de opciones formativas
alternativas que desafiaron el enfoque centralizado de la educación formal. Además, se
promovió la cultura política como un componente fundamental en la construcción de una
nueva Argentina bajo el liderazgo del peronismo.
Una de las modalidades educativas fuera del sistema fue la creación de la Fundación Eva
Perón, que transformó la manera en que se abordaba la infancia y los niños como sujetos
de derechos. Se promovió la idea de que los niños eran beneficiarios de las políticas
sociales del Estado y se convirtieron en la vanguardia de la nueva cultura política impulsada
por el peronismo. La Fundación Eva Perón creó iniciativas como la Ciudad Infantil en La
Plata y estableció hogares escuela, centros educativos, colonias de vacaciones y torneos
infantiles.
Las unidades básicas también se convirtieron en centros de formación y discusión política,
trascendiendo el ámbito escolar. Estas unidades básicas desempeñaron un papel crucial en
la formación política de los militantes peronistas y en la difusión de la nueva cultura política.
El peronismo amplió la noción de ciudadanía, otorgando un enfoque colectivo que incluía no
sólo libertades individuales, sino también nuevos derechos económicos y sociales. Esto se
basó en la idea de una comunidad organizada y marcó un cambio significativo en la
tradición liberal de la ciudadanía individual.
Sin embargo, hacia el final del primer gobierno peronista, se produjo un cambio en la
estrategia que se caracterizó por un mayor control y regulación de la participación política.

6
La crisis económica, la institucionalización de la doctrina peronista y otros eventos como la
muerte de Eva Peron, marcaron un punto de inflexión en este período.
En el ámbito educativo, se introdujeron prácticas de adoctrinamiento más abiertas, como la
inclusión de libros de texto peronistas y la obligación de estudiar "La razón de mi vida" en
todas las escuelas. Hubo episodios de conflictividad política, como el despido de docentes
críticos al régimen.
El peronismo tuvo un impacto significativo en el sistema educativo argentino, produciendo
cambios cuantitativos y cualitativos importantes. La historia de la educación en este período
refleja las tensiones sociales, políticas y académicas que se produjeron en Argentina
durante ese tiempo.

1-¿En qué basaron sus argumentos quienes consideraron a la educación en tiempos


del peronismo como una máquina de adoctrinamiento?
A. Políticas educativas: Durante el peronismo en Argentina, que abarcó los años
1946-1955 y luego en décadas posteriores, se implementaron políticas educativas
que promovieron la difusión del pensamiento peronista. Estas políticas incluían la
incorporación de textos y contenidos que exaltaba la figura de Juan Domingo Perón
y su movimiento, el peronismo, en el sistema educativo. Esto llevó a la percepción
de que la educación se estaba utilizando como una herramienta para inculcar
ideología política.
B. Culto a la personalidad: Durante el gobierno de Perón, se fomenta un fuerte culto a
la personalidad del líder, lo que se reflejaba en la educación. Los críticos
argumentaban que esto limitaba la diversidad de pensamiento y promovía la lealtad
incondicional al líder.
C. Control estatal: El gobierno peronista ejerció un fuerte control sobre el sistema
educativo, incluyendo la designación de directores y docentes. Esto llevó a la
percepción de que se estaba utilizando la educación para promover los intereses del
Estado y del movimiento peronista.
Es importante destacar que estas percepciones varían según la posición política de quienes
las sostienen, y algunos sectores consideran que estas medidas eran necesarias para
promover la justicia social y la inclusión en Argentina.

2-¿Por qué la educación técnico-profesional puede ser vista como la apertura de


espacios educativos a sujetos históricamente relegados, pero al mismo tiempo como
una manera de reforzar la segmentación educativa según el sector social al que se
pertenecía?
La educación técnico-profesional puede ser vista de dos maneras opuestas:

7
1. Apertura de espacios educativos: La educación técnico-profesional se ha
considerado una vía para abrir oportunidades educativas a sujetos históricamente
relegados, como aquellos que no han tenido acceso a la educación tradicional o que
buscan formación práctica y orientada al trabajo. Esta modalidad educativa puede
proporcionar habilidades y conocimientos específicos que son relevantes en el
mercado laboral, lo que puede ser beneficioso para grupos sociales marginados,
como jóvenes de bajos ingresos o adultos que buscan reinserción laboral.
2. Reforzamiento de la segmentación educativa: Sin embargo, la educación
técnico-profesional también puede ser percibida como una forma de reforzar la
segmentación educativa, ya que a menudo se considera de menor estatus que la
educación académica tradicional. Esto puede llevar a la creación de divisiones en la
sociedad, donde algunos sectores acceden a una educación más teórica y
académica, mientras que otros se ven limitados a una formación más práctica. Esto
puede perpetuar desigualdades sociales, ya que la educación técnico-profesional a
menudo se asocia con empleos de menor remuneración y estatus social.
En resumen, la percepción de la educación técnico-profesional depende de cómo se
implemente y se contextualiza en un sistema educativo y social específico. Puede ser tanto
una herramienta para la inclusión como una fuente de segmentación y desigualdad, según
las políticas y enfoques aplicados.

8
Lección 10:

Darse cuenta.
Durante el período de 1955 a 1976 en Argentina, que abarca desde el golpe militar de 1955
hasta el comienzo de la dictadura, se produjo un proceso de agitación política y social.
Después del golpe de 1955, que derrocó al gobierno peronista, se unieron diversas fuerzas,
incluyendo sectores de las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica, la burguesía agraria e
industrial, sectores medios y partidos de oposición. Todos compartieron el objetivo de
eliminar la influencia del peronismo en la sociedad y restaurar la democracia.
El general Eduardo Lonardi lideró una rebelión militar en Córdoba en 1955, seguida por la
Marina bajo el mando del almirante Isaac Rojas. Lonardi asumió la presidencia provisional,
pero pronto renunció, lo que indicaba la dificultad de llevar a cabo la "desperonización" de la
sociedad. Fue reemplazado por Pedro E. Aramburu, quien prohibió el Partido Peronista y la
actividad sindical.
A pesar de la represión y la proscripción, el peronismo se mantuvo y se fortaleció. Algunos,
como Mario Amadeo, consideraron que el peronismo había surgido de cambios políticos e
ideológicos previos en la sociedad y que Perón había canalizado esas transformaciones en
su gobierno. Argumentaban que la solución implicaba incorporar los aspectos positivos del
peronismo y las masas en la vida nacional.
Varios intelectuales también reflexionaron sobre el peronismo como un fenómeno político y
cultural que debía ser comprendido en lugar de erradicado. La revista Contorno y escritores
como Ernesto Sabato se unieron al debate. El peronismo provocó debates en todos los
ámbitos de la sociedad, desde las Fuerzas Armadas hasta los partidos políticos, la iglesia,
los sindicatos y las universidades.
Después del golpe, la "Revolución Libertadora" prohibió mencionar al gobierno depuesto y
desmanteló las políticas benefactoras del peronismo. Hubo luchas por la redistribución de la
riqueza nacional que marcaron el conflicto social en Argentina.
El texto también plantea preguntas sobre cómo se manejan los discursos peronistas en las
escuelas, qué nuevos valores ciudadanos se promovieron y cómo se manifestaron las
tensiones en la cultura y el sistema educativo durante esos años.

El optimismo capitalista llega a la educación.


Después de la Segunda Guerra Mundial, la economía capitalista experimentó un período de
crecimiento que duró hasta 1973, cuando se produjo la crisis del petróleo. Durante este
auge económico, la inversión de capitales, principalmente de origen estadounidense,
complementó un papel central y estimuló la economía en Europa occidental y América

9
Latina. En América Latina, se generalizó la idea de que era necesario atraer inversiones
extranjeras para avanzar en la industrialización y el desarrollo.
En la década de 1950, la visión desarrollista promovía un optimismo sobre el futuro
capitalista de los países latinoamericanos. Se argumentaba que estas sociedades debían
modernizarse siguiendo el modelo de las sociedades industrializadas, lo que requería la
eliminación de los valores tradicionales y la promoción de la industrialización a través del
Estado. Se creía que una vez que la economía nacional pudiera desarrollarse de manera
autosuficiente, la dependencia del capital extranjero disminuiría.
En este contexto, la teoría del capital humano cobró relevancia, con la educación siendo
considerada un factor de producción junto al capital, la tierra y el trabajo. La educación se
convirtió en un componente central en la estrategia de desarrollo, destinada a superar la
baja productividad económica en la región. La inversión en educación se consideraba
esencial y se equiparaba al capital en general.
Este optimismo pedagógico formó parte de una estrategia geopolítica liderada por los
Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. La Guerra Fría y el temor al
comunismo impulsaron políticas hacia América Latina que promovían el desarrollo y la
reducción de la pobreza para evitar que las sociedades se inclinaran hacia el socialismo. La
Alianza para el Progreso, lanzada en 1961, buscaba promover el desarrollo económico
manteniendo el sistema político democrático.
La modernización requería la formación de intelectuales afines a los cambios propuestos, y
se promovió un nuevo tipo de intelectual especializado en planificación estatal. Se buscaba
neutralizar la influencia política en la educación y favorecer una visión técnica y
despolitizada. El gobierno de Arturo Frondizi en Argentina inició el Consejo Nacional de
Desarrollo (CONADE) como parte de esta estrategia, y se realizaron investigaciones
educativas para cuantificar la deserción escolar, comprender el origen social de los
estudiantes y evaluar la infraestructura educativa, entre otros aspectos.

Destellos de una larga duración en la coyuntura educativa desarrollista.


Durante el período desarrollista en Argentina, hubo un aumento constante de la población
escolar en el sistema educativo, acompañado por una expansión significativa del sistema
educativo. En un lapso de 20 años, se crearon 4,200 establecimientos educativos, se
inscribieron 713,866 estudiantes adicionales y se incorporaron 101,458 nuevos docentes.
Sin embargo, estas cifras generales ocultan algunas desigualdades. A lo largo de este
período, la matrícula en la educación preescolar se sextuplicó, y aunque la población en
edad escolar que asistía a la educación primaria aumentó, un 13% de los niños no tenía
acceso a la educación, especialmente en algunas provincias.

10
En los años frondistas (1958-1962), se llevaron a cabo eventos significativos en el campo
de la educación. Se creó el Consejo Nacional de Educación Técnica (CONET) y la
Universidad Obrera Nacional (UON) se transformó en la Universidad Tecnológica Nacional
(UTN). Además, se logró la sanción del Estatuto del Docente para el ámbito nacional,
marcando un avance en la profesionalización y los derechos laborales de los maestros.
Durante este período, también se inició la transferencia de escuelas primarias nacionales a
las provincias, aunque esta medida fue revocada y luego reactivada bajo diferentes
gobiernos. En 1970, se derogó la ley Lainez (1905), y se creó el Consejo Federal de
Educación (CFE) en 1971, formado por los ministros de Educación de las provincias, con el
poder de gestionar estas transferencias.
La inestabilidad institucional fue una característica constante de este período, y las Fuerzas
Armadas jugaron un papel importante en la tutela sobre la sociedad civil, lo que llevó a la
interrupción de la legalidad constitucional en múltiples ocasiones. La dictadura de la
Revolución Argentina en 1966 presentó un nuevo tipo de Estado, que combinaba la
modernización económica con el autoritarismo, y esto se conceptualizó como un Estado
burocrático-autoritario.
En este contexto, se implementarán medidas que afectarán la educación, como la anulación
de partidos políticos, la intervención de universidades y la disolución de centros de
estudiantes. Además, se sancionó la ley 17.401 de Represión del Comunismo, que tenía un
fuerte impacto en el ámbito educativo, ya que inhabilitaba a aquellos considerados
comunistas para la ciudadanía y la docencia. La Doctrina de la Seguridad Nacional introdujo
un cambio en la hipótesis de conflicto de las Fuerzas Armadas, priorizando la vigilancia de
fronteras ideológicas y estableciendo la figura del "enemigo interno".
Se intentaron reformas educativas, como la implementación de la escuela intermedia, pero
estas encontraron medidas fuertes de resistencia, y algunas jurisdicciones adoptaron sus
propios enfoques. Hubo intentos de relanzar reformas más amplias, pero estas iniciativas
también enfrentaron oposición y se suspendieron. En resumen, el período desarrollista en
Argentina estuvo marcado por la expansión del sistema educativo, cambios en la educación
primaria y una inestabilidad política constante.

Algunos indicios para pensar la trama cultural educativa del periodo.


Durante el período abordado en esta lección, Argentina experimentó una modernización
social y cultural marcada por el crecimiento de la clase media, la sociedad de consumo y la
difusión de las comunicaciones, incluyendo la televisión. Esto trajo consigo cambios en las
relaciones sociales, como la generalización del uso del "voseo", transformaciones en las
relaciones familiares entre padres e hijos y una mayor difusión de conceptos psicoanalíticos.

11
También se destacaron cambios en las relaciones de género, con un avance significativo de
las mujeres en roles históricamente excluidos. La disponibilidad de la píldora anticonceptiva
influyó en las conductas sexuales. Este período estuvo marcado por la contestación al
orden establecido y la aparición de movimientos como los hippies, las revueltas
estudiantiles de 1968 y las luchas de descolonización en África y Asia, además de las
reinterpretaciones de la acción pastoral de la Iglesia a la luz de la Teología de la Liberación.
Uno de los debates educativos más destacados de la época fue el enfrentamiento entre las
posturas "Laica" y "Libre". Se planteó la cuestión de quién debía ser el responsable de la
educación y qué tipo de relación debía existir entre la sociedad y el Estado. Se generaron
fuertes controversias en torno a si las universidades privadas debían tener el poder de
otorgar títulos habilitantes, previamente exclusivo del Estado. La ley Domingorena,
finalmente aprobada, autorizó a las universidades privadas a otorgar títulos habilitantes bajo
la supervisión estatal, sin recibir financiamiento gubernamental.
En el ámbito educativo, se produjo un cambio en la formación de pedagogos, moviéndose
desde enfoques espiritualistas hacia perspectivas más funcionalistas, influenciadas por la
sociología estructural-funcionalista de Gino Germani. Las prácticas pedagógicas se
orientaron hacia la planificación y la medición objetiva de resultados, en detrimento de la
discusión de los fundamentos y objetivos de la educación.
En la industria cultural, se creó la Editorial Universitaria de Buenos Aires (Eudeba), que se
convirtió en un actor importante en el mundo editorial y publicó libros dirigidos a un amplio
público. Esta iniciativa fue un reflejo del contexto universitario fructífero y del aumento en la
matrícula estudiantil. Eudeba se destacó por su política de "libros para todos" y logró éxitos
editoriales notables, incluyendo la edición ilustrada del "Martín Fierro" de Juan Carlos
Castagnino. Además, Boris Spivacow se dirigió al Centro Editor de América Latina, que
publicó numerosos títulos hasta 1980, cuando la dictadura militar destruyó muchas de sus
ediciones.

Maestros en la epifanía del progreso.


En 1959, un informe de la UNESCO reveló un preocupante panorama de la educación en
América Latina, donde la mitad de los niños en edad escolar carecían de educación
primaria. Se identificó la necesidad de formar y perfeccionar al personal docente,
considerando que la profesión docente requería un continuo desarrollo y ajuste a los
cambios sociales y avances en la ciencia de la educación. Esto implicaba cultivar la
personalidad del maestro, enriquecer su cultura y mejorar sus habilidades profesionales.
Además, se enfatizaba que la escuela debía estar coordinada con las necesidades de su
entorno social.

12
En 1962, ministros de Educación y Planeamiento Económico de América Latina se
reunieron en Santiago de Chile y reconocieron la importancia de impulsar el progreso
económico para mejorar las condiciones de vida e distribuir los beneficios a todos los
sectores sociales. La educación se demuestra esencial para formar recursos humanos
capaces de contribuir al desarrollo económico.
En línea con un enfoque desarrollista, Argentina adoptó la tendencia mundial de
profesionalización docente a través de la formación terciaria. Durante la dictadura del
General Onganía, se suprimió el ciclo de magisterio en el nivel medio y se introdujeron
bachilleratos orientados, como el Bachillerato con Orientación Pedagógica. Posteriormente,
en 1970, la Secretaría de Cultura y Educación fue elevada a la categoría de Ministerio y
aprobó un plan experimental de estudios para la carrera de profesor de Nivel Elemental, así
como la estructura de los institutos superiores de Formación Docente. Esta transformación
marcó un cambio en la percepción social de los maestros, pasando de "maestros normales"
a "profesores", lo que reflejaba una intención de jerarquización en la sociedad argentina.
El plan de estudios para esta nueva carrera de profesor abarcó dos años de cursos y un
cuatrimestre final de residencia pedagógica. Los contenidos incluyen una variedad de
disciplinas, desde matemáticas y lengua hasta didáctica de diferentes materias, psicología,
administración escolar y talleres didácticos. El objetivo era proporcionar una formación más
integral y específica para los docentes, preparándolos para las necesidades de la Argentina
en la década de 1970. Este cambio en la formación docente representó un paso importante
hacia la profesionalización de los maestros en el contexto argentino.

La liberación como superación del progreso.


El desarrollo económico y el progreso en Argentina se vieron desafiados por una creciente
crisis económica y demandas sociales en la década de 1960. Los sectores populares,
activados durante el peronismo, buscaban una mayor participación en la distribución de
ingresos y en la formulación de políticas públicas. . La respuesta excluyente del gobierno
radicalizó las demandas de la sociedad.
Estos acontecimientos reflejaron un período de agitación y cuestionamiento del statu quo en
Argentina y en el mundo. La década de los 60 se caracterizó por movimientos de rebelión
política, cultural y luchas por la liberación en todo el mundo. La nueva izquierda en
Argentina surgió en medio de la crisis política de la dictadura de Onganía. Se produjo una
reorganización de la relación tradicional entre el peronismo y el antiperonismo, con muchos
jóvenes y sectores de la sociedad uniendo fuerzas con el peronismo, interpretando que el
cambio social requería la colaboración con la mayoría peronista.
La lucha contra el autoritarismo de la dictadura se entrelazó con la crítica al imperialismo y
las empresas extranjeras en la economía argentina. En 1968, el Cordobazo se convirtió en

13
un punto de inflexión en la historia de las luchas sociales en Argentina, marcando el fin del
proyecto de la "Revolución Argentina" y el inicio de un período de agudización de la protesta
social y la lucha armada.
Este clima político y cultural también influyó en la docencia. En 1973, se creó la
Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), que
unificó a más de 100 organizaciones docentes en todo el país. Esta unificación surgió
después de años de lucha por la sanción del Estatuto del Docente y la consolidación de
organizaciones sindicales de docentes. La CTERA se identificó con la educación como un
derecho de todo el pueblo y un deber del Estado, buscando eliminar las barreras sociales,
económicas y culturales para lograr la igualdad de oportunidades en la educación. Además,
este período marcó el reconocimiento de los docentes como "trabajadores de la educación"
en Argentina, como parte de un proceso de cambios culturales, políticos e identitarios con
un enfoque democratizador e inclusivo.

Inclusión: sujeto y pedagogía.


Durante el período en cuestión, se produjo una transformación en la visión de la infancia y la
educación en Argentina. La convergencia de factores como el discurso profesionalizador de
la docencia, el resurgimiento del movimiento de la escuela nueva y la coexistencia de las
carreras de Ciencias de la Educación y Psicología en la Universidad de Buenos Aires
permitió la articulación entre la psicología y la educación. Esta conexión llevó a repensar la
educación en términos de aplicación de la psicología y de interpretación psicoanalítica.
La familia y la escuela se convirtieron en objetos de investigación con un enfoque renovado
para comprender la niñez. El psicoanálisis se aplicó a la psicología evolutiva, influenciando
la educación y las prácticas pedagógicas. Hubo un enfoque en la psicología y el
psicoanálisis en relación con la educación de los niños.
El cruce entre la escuela nueva y el psicoanálisis en la década de 1960 resultó en una serie
de experimentaciones pedagógicas en instituciones privadas. Además, se llevaron a cabo
experiencias democráticas y emancipatorias dirigidas tanto a los sectores medios urbanos
como a los sectores menos privilegiados de la sociedad. La literatura infantil también se
convirtió en un área de investigación y experimentación, con figuras destacadas como María
Elena Walsh y otros autores.
La educación de adultos se convierte en un ámbito central para la imaginación pedagógica
inclusiva. A partir de 1965, se implementó un Programa Intensivo de Alfabetización y
Educación de Adultos. A medida que se desarrollaban iniciativas de alfabetización, también
se promovía la educación compensatoria, la actualización de contenidos y la integración de
los adultos en la sociedad. Las ideas de Paulo Freire influyeron en gran medida en los
maestros de adultos, fomentando un enfoque participativo y dialógico.

14
La educación de adultos se demostró una prioridad en el Plan Trienal de Reconstrucción y
Liberación Nacional 1974/1977. La educación se concibió como un derecho social y se
promovió la participación activa de los educandos en el proceso educativo. Hubo un fuerte
énfasis en la alfabetización, pero también en la educación permanente y la capacitación
técnica.
La Universidad de Buenos Aires se transformó en la Universidad Nacional y Popular de
Buenos Aires en 1973. Bajo la dirección del historiador Rodolfo Puiggròs, se promovió una
profunda revisión de los contenidos y métodos pedagógicos. Se abogó por la vinculación de
las facultades con el mundo laboral y los trabajadores. Además, se pusieron en marcha
proyectos en diversas disciplinas que promovían la integración de la universidad en la
sociedad y la transformación social.
En resumen, este período fue testigo de una profunda transformación en la educación
argentina, con un enfoque en la psicología, el psicoanálisis y la inclusión social en el ámbito
educativo, tanto en la educación infantil como en la de adultos.

Imágenes de la oscuridad.
El texto aborda un período de agitación política en Argentina, destacando la llegada de Juan
Domingo Perón al gobierno en octubre de 1973, que generó grandes expectativas y la
esperanza de construir un nuevo mundo a través de cambios revolucionarios. Sin embargo,
las interpretaciones de su figura y su proyecto divergieron significativamente dentro del
propio movimiento peronista, lo que desencadenó enfrentamientos entre sectores de
izquierda y de derecha.
La muerte de Perón y la asunción de María Estela Martínez de Perón en 1974 marcaron un
proceso de derechización en la política gubernamental. En particular, se describe una
cruzada anticomunista en el ámbito educativo, parte de una operación más amplia dirigida a
toda la sociedad. El nuevo ministro de Educación, Oscar Ivanissevich, declaró que la
escuela argentina estaba enferma y propagando su enfermedad, instando a luchar contra la
"infiltración roja". Esta etapa se considera una antesala de la represión que se desataría a
partir de marzo de 1976.
El texto sugiere que, en este contexto, se empezaba a anticipar un desenlace trágico, donde
se plantea la pregunta sobre quiénes serían los perpetradores de los crímenes que
estuvieron por ocurrir. Se menciona que tanto los perpetradores como las víctimas de estos
crímenes habían sido educados en las escuelas argentinas, señalando la importancia de la
educación en la comprensión de este período de la historia argentina.

15

También podría gustarte