Concepto de Habilidades
Concepto de Habilidades
Concepto de Habilidades
Resumen
Daniela Carreño, Geraldine Cruz, Luis Mario Garcés, Alejandra Romero,
Adrián Tapia y Laura Zapata
Parte 1:
Origen:
Concepto:
Según la RAE:
Parte 2:
Tipos de Habilidades:
Intelectuales:
Las habilidades intelectuales requeridas para hacer esto tienen precursores teóricos en
pensamiento crítico, resolución de problemas, operaciones formales y creatividad.
Se definen cómo los métodos que un individuo puede utilizar para organizar o evaluar la
información que recibe. Otros factores que inciden directamente en este tipo de
habilidades son:
1. La capacidad de considerar cuestiones desde una amplia gama de perspectivas.
De basarse en principios apropiados para desarrollar sus propios conceptos
teóricos y de considerar las suposiciones personales para llegar a una conclusión
adecuada.
2. Ser capaz de reconocer, validar o resolver problemas intelectuales, así como de
abordar cuestiones problemáticas que surgen en el mundo real. Desarrollar
estrategias para superar los obstáculos y aplicarlas eficazmente.
3. La habilidad de pensar lateralmente e inventivamente, de una manera inquisitiva
e imaginativa, demostrando un conocimiento de los avances recientes dentro de
su campo y en áreas relacionadas.
4. Ser capaz de asumir riesgos intelectuales y desarrollar enfoques originales en la
percepción y descripción de situaciones, así como en la definición y resolución
de problemas, ser capaz de formular aplicaciones de investigación innovadoras e
independientes de las metodologías y técnicas existentes.
Son la capacidad que tiene una persona para crear nuevos conceptos y entendimientos
mediante la recopilación de datos. Estas habilidades incluyen técnicas, documentación
e interpretación de los datos recogidos.
La investigación se lleva a cabo para evaluar las hipótesis y compartir los hallazgos de
la forma más adecuada. Las habilidades de investigación mejoran a medida que se
adquiere experiencia.
Estas son algunas de las habilidades que debes fomentar para tener un mejor equipo
de investigación:
Gestión del tiempo
Te ayuda a dividir tu proyecto de investigación en partes y ayuda a gestionarlo más
fácilmente.
Se puede crear un plan orientado a los plazos para el proyecto de investigación y
asignar tiempo a cada tarea. Las habilidades de gestión del tiempo incluyen el
establecimiento de objetivos para el proyecto, la planificación y organización de las
tareas según su prioridad y la delegación eficiente de estas tareas.
Habilidades de comunicación
ayudan a entender y recibir información importante y también permiten compartir tus
descubrimientos con otros de manera eficaz. Escuchar y hablar activamente son
habilidades clave para una comunicación sólida. Es imprescindible que un investigador
tenga buenas habilidades de comunicación
Resolución de problemas
Para resolver un problema, hay que ser capaz de comprender su alcance y dividirlo en
partes más pequeñas. Una vez segregado en trozos más pequeños, puedes empezar a
pensar en cada elemento y analizarlo para encontrar una solución.
Recolección de información y atención al detalle
La información relevante es la clave de un buen diseño de investigación. Buscar
recursos creíbles y recopilar información a partir de ellos te ayudará a dar solidez a tu
propuesta de investigación y te conducirá a las soluciones más rápidamente.
Una vez que tengas acceso a la información, es esencial que prestes atención a todos
los detalles y saques conclusiones basadas en los resultados.
Genéricas:
Son aquel conjunto de atributos que permiten al aprendiz, intervenir en la realidad con
ciertos elementos compartidos, globales y comunes a otras profesiones, como, tomar
decisiones, pensar críticamente o respetar a la persona en su dignidad frente a una
situación determinada. Las competencias genéricas son importantes, porque
perfeccionan la formación del profesional y proporcionan una valoración más alta del
trabajador al insertarse en el mundo laboral.
Estas competencias son potenciadas principalmente a través del aprendizaje basado en
experiencias y metodologías activas centradas en el aspirante y en su desarrollo
interactúan elementos de orden cognitivo y motivacional. En pocas palabras, se puede
decir que las competencias genéricas son aquellas que deben desarrollar todas las
personas, independientemente de su formación, y que son indispensables para el
desempeño académico y laboral.
Ejemplo: capacidad para trabajar en equipo o la flexibilidad y capacidad de adaptación.
Específicas:
Es toda aquella que busca alcanzar un objetivo concreto y que necesita de unos
conocimientos precisos y bien definidos en su realización. Pueden ser adquiridas
mediante la educación, la experiencia o capacitación.
Como, por ejemplo: el razonamiento lógico, la comprensión verbal y expresión escrita,
habilidad literaria, destreza manual, capacidad de memoria.
Organizativas:
Parte 3:
Competencia Comunicativa:
Todo comienza cuando nuestra retina reconoce unos signos que llamamos letras y los
une, en una palabra. A partir de ahí, se produce una cascada de activación cerebral que
implica áreas muy diversas: la primera es la corteza visual, ubicada en el lóbulo
occipital. Después la información pasa a la corteza de asociación visual, que nos
permite identificar las letras encadenadas. A partir de aquí se abren dos nuevas rutas,
una que permite a nuestro cerebro traducir las palabras a sonidos y otra que decodifica
el significado de cada palabra.
El área de Broca, situada en el hemisferio izquierdo, además de estar implicada en la
producción del habla, el procesamiento del lenguaje y la comprensión está también
implicada en el análisis de las oraciones complejas. De ahí que uno de los beneficios de
la lectura sea también el de facilitar la comprensión de oraciones y frases.
Un cerebro activo no solo realiza mejor sus funciones, sino que incrementa la rapidez
de la respuesta. Mientras leemos, obligamos a nuestro cerebro a pensar, a ordenar
ideas, a interrelacionar conceptos, a ejercitar la memoria y a imaginar, lo que permite
mejorar nuestra capacidad intelectual estimulando nuestras neuronas. La lectura
también genera temas de conversación, lo que facilita la interacción y las relaciones
sociales, otro aspecto clave para mantener nuestro cerebro ejercitado.
Argumentar es una acción muy común en la vida en sociedad. Este tipo de acción
adquiere un papel muy importante a la hora de relacionarse con otras personas, dado
que, se podría decir, que cada vez que se habla con alguien, en algún momento u otro
de la conversación se dirá algo cuyo objetivo no es el de meramente informar, sino
también el de hacer que la otra persona coincida con lo dicho.
Presentar el argumento:
Comenzar con una explicación en la que se presente lo que se va a argumentar
es una muy buena forma de empezar el debate o discurso.
Presentar las pruebas de mayor a menor solidez:
Una buena estrategia para defender el punto de vista propio es el de mostrar
los datos en función de su grado de solidez, prefiriendo ir de más a menos.
Decidir el tipo de razonamiento empleado:
Es muy importante que, en el camino que se recorre para llegar a la conclusión
durante el debate, se elija la forma en el que se defenderá racionalmente el
punto de vista propio.
Esforzarse por comprender al adversario:
En caso de que se esté en un debate oral o cualquier otro tipo de situación de
este tipo, se debe hacer un esfuerzo por tratar de comprender la postura rival.
Adaptar el lenguaje al nivel del oponente:
Si se ha hecho una profunda búsqueda de información sobre el tema a debatir,
es muy probable que se conozcan términos especializados, grandes autores de
referencia, entre otros muy útiles datos.
Referencias: