Div. Eddymar
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Por último, ratifica esta Sala, que el fin que deben perseguir los tribunales, es producir como
jueces naturales conforme lo dispone el artículo 49 de la Carta Política, una decisión que
entienda el divorcio como una solución al conflicto marital surgido entre los cónyuges, con el
propósito de la protección familiar y de aligerar la carga emocional de la misma. Cabe destacar
que no obstante el procedimiento apropiado para tramitar la solicitud de divorcio que en este
punto se ha abordado, sin lugar a dudas que la correspondiente decisión proferida por el tribunal
causará cosa juzgada material a tenor de lo previsto en el artículo 273 del Código de
Procedimiento Civil, sería un absurdo considerar que toda la interpretación progresiva de
carácter constitucional (vinculante) dada a la institución del divorcio en aras –entre otros
aspectos- de materializar en él un procedimiento célere, breve y expedito pudiera sacrificar la
fuerza de cosa juzgada material.
Por ello, una vez expresada en los términos descritos la voluntad de disolver la unión
matrimonial, “…debe tener como efecto la disolución del vínculo…” máxime si cualquier
posible discusión en cuanto a una eventual reconciliación estaría –como ocurre en el sub iudice-
fuera de contexto por ser ajena a las defensas que se plantearen, sin condicionantes probatorios,
pues no existe prueba del sentimiento de desafecto ya que ello no está vinculada a condiciones ni
a hechos comprobables; por el contrario, debe depender de la libre manifestación de voluntad del
cónyuge de disolver el vínculo por la terminación del afecto, lo cual es más acorde con las
exigencias constitucionales del libre consentimiento que impone el derecho de libre desarrollo de
la personalidad y sin que el procedimiento pretenda invadir la esfera privada del cónyuge
solicitante y sin cuestionar el libre desarrollo de su personalidad, pues las relaciones conyugales
se establecen para vivir manteniendo el vínculo afectivo, por lo que a través del procedimiento
de jurisdicción voluntaria el Juez cuenta un amplio margen de discrecionalidad para acordar la
demanda y sus pretensiones y de conformidad al artículo 11 del Código ritual, pueda, en casos
excepcionales de duda, requerir alguna prueba que considere indispensable, sin permitírsele al
Juez inmiscuirse en el libre desarrollo de la personalidad del individuo al valorar los motivos por
los cuales el Solicitante adoptó la decisión. El trámite es estrictamente objetivo y nada invasivo
de la esfera individual del o la solicitante.”