Beluga

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La beluga (en ruso: Белуха) (Delphinapterus leucas) es

una especie de cetáceo odontoceto que habita en la


región ártica y subártica. Es la única especie
del género Delphinapterus y junto al narval (Monodon
monoceros) conforman la familia Monodontidae.

Está adaptada plenamente para la vida en el Ártico y


para ello tiene una serie de
características anatómicas y fisiológicas que la
diferencian de los otros cetáceos. Se caracteriza por el
color totalmente blanco de los adultos y por la carencia
de una aleta dorsal. Posee una prominencia frontal
distintiva que alberga el órgano llamado melón, que en
esta especie es muy voluminoso y deformable. Su
tamaño es intermedio entre las ballenas y delfines, con
una longitud y peso máximos para los machos de 5,5 m
y 1600 kg y un cuerpo robusto con el porcentaje más
alto de grasa entre los cetáceos. Su sentido del oído está
muy desarrollado y posee ecolocalización que le permite
movilizarse y encontrar respiraderos bajo las placas de
hielo.

Son animales gregarios que conforman grupos de unos


diez individuos en promedio, pero durante el verano se
reúnen cientos e incluso miles en los estuarios y aguas
costeras poco profundas. Son nadadores lentos, pero
adaptados para el buceo y pueden realizar inmersiones
a más de 700 bajo la superficie. Su dieta es oportunista y
varía según la ubicación y estación del año; se alimenta
sobre todo de peces, crustáceos y otros invertebrados del
fondo marino
La mayor parte de las belugas habitan el Ártico, y los mares y costas adyacentes de Alaska (Estados
Unidos), Canadá, Rusia y Groenlandia (Dinamarca); la población mundial se estima en ciento
cincuenta mil individuos. Tienen comportamiento migratorio, pues la mayoría de los grupos pasan
el invierno en las márgenes de las capas de hielo; pero llegado el verano, en el momento del
deshielo, se desplazan a la desembocadura de los ríos y a zonas costeras más cálidas. Algunas
poblaciones son sedentarias y no migran a grandes distancias en el trascurso del año.

La primera beluga fue descrita inicialmente por Peter Simon Pallas en 1776.[2] Es un miembro de la
familia Monodontidae, la cual forma parte de las ballenas dentadas (suborden Odontoceti).[3]
Comparte semejanzas morfológicas y anatómicas con el delfín del río Irrawaddy (Orcaella
brevirostris), el cual fue clasificado dentro de la misma familia; sin embargo, a raíz de las pruebas
comparativas de ADN con otros odontocetos se le ubicó dentro de la familia Delphinidae.[4] La
única especie aparte de la beluga clasificada dentro de la familia Monodontidae es
el narval (Monodon monoceros).[5] El hallazgo de un cráneo con características intermedias es
compatible con la hipótesis de que la hibridación es posible entre los dos integrantes de esta
familia.[6]

El nombre del género, Delphinapterus, significa «delfín sin aleta»


(del griego δελφίν [delphin] ‘delfín’ y απτερος [apterus] ‘sin aleta’) y el nombre de la
especie leucas significa «blanco» (del griego λευκας [leucas] ‘blanco’).[7] El nombre común,
«beluga», viene del nombre en ruso белуга [beluga] o белуха [belukha], el cual deriva de la
palabra белый [belyy], que significa «blanco».[7] Es denominada en ocasiones «ballena beluga»,
con el fin de no confundirla con el esturión beluga.[8] La Lista Roja de la UICN acepta los nombres
beluga y ballena blanca («del inglés white whale») como sinónimos;[1] pero en el sentido estricto el
término «ballena» aplica solo a los integrantes de la familia Balaenidae.[9]

Según estudios de ADN mitocondrial los cetáceos actuales tuvieron un ancestro común hace entre
treinta y treinta y cuatro millones de años.[10] La familia Monodontidae se separó relativamente
temprano de los otros odontocetos; de la familia Delphinoidea lo hizo entre hace once y quince
millones de años, y de la familia Phocoenidae, la más cercana en términos evolutivos, lo hizo
posteriormente.[11] El primer ancestro conocido de la beluga, perteneciente a la familia
Monodontidae, es la especie Denebola brachycephala que vivió durante el periodo Mioceno
Tardío (hace nueve o diez millones de años)..[12] El hallazgo de restos fósiles provenientes
del Pleistoceno en el noreste de América del Norte y en la península de Baja California[13] indica
que los ancestros de la beluga vivieron en aguas más cálidas y que en épocas comparativamente
recientes el territorio de la beluga fluctuaba de acuerdo con la duración de
las glaciaciones (edades de hielo) y se replegaba hacia el Norte cuando el hielo se retiraba.[14] Una
evidencia que respalda esa teoría, es el hallazgo en 1849 de los huesos de una beluga en el estado
de Vermont en los Estados Unidos, a 240 kilómetros del océano Atlántico. Los restos fueron
preservados en los sedimentos del mar de Champlain, una extensión del océano dentro del
continente, resultado del aumento en el nivel del mar al terminar las glaciaciones hace unos
12 000 años

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