Apuntes Tema 4

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IES.

CIUDAD DE HÉRCULES HISTORIA DE ESPAÑA


DPTO. CCSS, Gª E Hª ISABEL MOREU DE LA VEGA

BLOQUE 4. ESPAÑA EN LA ÓRBITA FRANCESA:


EL REFORMISMO DE LOS PRIMEROS BORBONES (1700-1788)

En el siglo XVIII tuvieron lugar una serie de acontecimientos, a nivel internacional, que
cuestionaban las bases de Antiguo Régimen: La Revolución Industrial, la Ilustración, la Guerra de
Independencia de EEUU y la Revolución Francesa. Con ellos, la monarquía absoluta, la economía
agraria de subsistencia y la sociedad estamental empezaron a cuestionarse.
En España, las novedades políticas, económicas y culturales, vendrán de la mano de los
primeros Borbones. Sin embargo, cuando las reformas podían haber sido más profundas, se vieron
interrumpidas por estallido de la Guerra de Independencia y los sucesos que le siguieron.

1. CAMBIO DINÁSTICO Y GUERRA DE SUCESIÓN. EL NUEVO EQUILIBRIO


EUROPEO. LOS PACTOS DE FAMILIA.
Guerra de Sucesión (1702-1715)
La muerte sin descendencia de Carlos II de Austria desencadenó un gran conflicto en torno a las dos
candidaturas, la del archiduque Carlos de Austria y la de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Borbón. De
acuerdo con el testamento de Carlos II, Felipe fue proclamado rey.
El acceso de un Borbón al trono español significaba la formación de un bloque francoespañol y
afianzaba aún más la hegemonía francesa. Como respuesta se formó una gran alianza encabezada por
Austria y a la que se unieron el Reino Unido, las Provincias Unidas, Prusia, Saboya y Portugal. Comenzaba la
Guerra de Sucesión Española. Un hecho significativo fue que en 1711 el archiduque Carlos accedió al trono
austríaco con lo que la situación era similar a la del candidato francés, si heredaba Carlos, tendría el poder en
España y Austria. A la par, Felipe V renunció al trono francés. Estos hechos hicieron que las Provincias Unidas
y Reino Unido rompieran la alianza con Austria, favoreciendo así el final del conflicto.
En 1713-14 se firmaron los Tratados de Utrecht y Rasttat que establecieron un nuevo
sistema de relaciones internacionales basado en el equilibrio de grandes potencias. España perdió
sus posesiones europeas: Flandes pasó a manos austríacas y las posesiones italianas se
repartieron entre Saboya y Austria. El Reino Unido se configuró como principal potencia marítima
del mundo y gracias a la guerra consiguió enclaves tan importantes como Menorca o Gibraltar y
diversas concesiones comerciales en América como el navío de permiso.
Esta guerra también fue un conflicto civil. El asunto que se dirimía en este conflicto no era, en
realidad, sólo un cambio de dinastía sino un modelo de Estado y de administración para los reinos
peninsulares. Se enfrentaban dos modelos políticos: el de los Austrias, tradicionalmente pactista, que
respetaba las instituciones forales de los reinos y su diversa legislación y fiscalidad; y el de los Borbones, que
importaba el modelo francés absolutista, unificador y centralizador.
Castilla optó por mantenerse fiel a Felipe V sobre todo el pueblo mientras que en la Corona de
Aragón hay mayor diversidad. En Valencia, el conflicto se transformó en una revuelta antiseñorial que dividió
al reino ya que la nobleza y la oligarquía de muchas ciudades apoyaron a Felipe mientras que las clases
populares fueron austracistas. En Cataluña todos apoyaron al archiduque Carlos. En España el conflicto se
desarrolló casi siempre a favor de Felipe V y sólo algunas ofensivas como la toma de Gibraltar y la rebelión de
Aragón pusieron en apuros al Borbón. Destacan las victorias borbónicas en Almansa, Brihuega y Villaviciosa.
La política exterior. El nuevo equilibrio europeo y los Pactos de Familia
Desde la firma del Tratado de Utrecht los objetivos exteriores de Felipe V fueron recuperar algunos
territorios perdidos en la guerra y asegurar el imperio colonial español.
Las primeras actuaciones exteriores intentaron restaurar el dominio español en Italia y expulsar de allí
a los austríacos. Esta política se llamó revisionismo. Sin embargo, las potencias europeas no lo permitieron.
A partir de entonces llevó a cabo una política realista en función de los intereses patrimoniales de la
familia real. Aquí tenemos que ubicar los Pactos de Familia con Francia. Gracias al Primer Pacto, la
intervención española en la guerra de sucesión de Polonia hizo que el infante Carlos fuera reconocido como rey
de las Dos Sicilias. Gracias al Segundo Pacto, España obtuvo para el infante Felipe, los ducados de Parma y
Toscana. Así se recuperó gran parte de lo perdido en Italia por el Tratado de Utrecht.
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Durante el reinado de Fernando VI, España optó por la neutralidad y no participó en ningún conflicto
bélico sino que se dedicó a mejorar los medios militares de la monarquía y a asegurar las colonias americanas.
Su sucesor, Carlos III, tuvo que dejar atrás la neutralidad para hacer frente al expansionismo británico
en América. Firmó con Francia el Tercer Pacto de Familia y participó a su lado en dos conflictos
importantes: la guerra de los Siete Años y la Guerra de la Independencia de las Trece Colonias
norteamericanas donde recuperaron Florida, Menorca y Sacramento.
El estallido de la Revolución Francesa en 1789 provocó la crisis de los Pactos de Familia. En principio,
Carlos IV rompió con Francia y se alineó con las potencias que luchaban contra el gobierno revolucionario
francés, prevaleciendo la solidaridad monárquica sobre los intereses estratégicos de España. Pero desde 1795
se reactivó la alianza con Francia y el enfrentamiento con Reino Unido.

2. LAS REFORMAS INSTITUCIONALES: EL NUEVO MODELO DE ESTADO. LAS


RELACIONES IGLESIA-ESTADO. LA HACIENDA REAL.
El nuevo modelo de Estado: la monarquía absoluta y la centralización.
En política interior, Felipe V perseguía dos objetivos que se mantendrán con sus herederos:
fortalecer el poder del rey, y unificar y centralizar la administración de su reino. La monarquía
absoluta, modelo de gobierno donde el rey gozaba de grandes poderes y se decía provenía de Dios, surgió en
Francia y el mejor modelo fue Luis XIV. Por ello, con el cambio de dinastía en España se empezó a construir
este modelo.
Mediante los Decretos de Nueva Planta en 1707 en Valencia y Aragón, en 1715 en
Mallorca y en 1716 en Cataluña se derogaron los fueros e instituciones propias de los reinos de la
Corona de Aragón que pasaron a ser gobernados por las leyes castellanas más proclives al
gobierno real. Así, todo el territorio pasaba a tener un sistema de gobierno uniforme con excepción
de Navarra y las Provincias Vascas que por su apoyo a Felipe V pudieron conservar sus fueros.
Nacía un estado unificado y centralista, tanto en lo político-administrativo como en lo económico
pero también uno de los principales problemas políticos de la España contemporánea: los
movimientos nacionalistas periféricos.

El rey controla la administración central mediante consejos (temáticos y territoriales) y


secretarías (Guerra, Marina e Indias, Justicia y Estado) a las que se uniría posteriormente Hacienda. Fueron el
antecedente de los actuales ministerios.
En la administración provincial, las nuevas provincias contaban con tres órganos de
poder, controlados por el gobierno central:
● Las Audiencias: máxima autoridad judicial.
● Las Capitanías Generales: máxima autoridad militar.
● Los Intendentes: máxima autoridad civil y económica (recaudar impuestos, obras
públicas, orden público).
Finalmente, en la administración local se extendió por toda España la figura del corregidor,
nombrado por el monarca.

La Hacienda Real
El otro lado de la centralización se va llevar a cabo en la economía. La introducción de la Nueva Planta
significó el fin de las exenciones fiscales de los reinos aragoneses y de la relativa situación ventajosa en
la que se encontraban. Se introdujo un nuevo sistema impositivo, como el catastro en Cataluña o la talla
en Mallorca, que gravaban las propiedades. En Castilla se mantuvieron los impuestos tradicionales, pero el
marqués de la Ensenada emprendió la monumental empresa de registrar las propiedades agrarias de toda
España. A pesar de la redacción del Catastro de Ensenada, no se pudo implantar una única contribución.
Relaciones Iglesia-Estado (Regalismo)
Desde los Reyes Católicos todos los soberanos intentaron limitar el poder eclesiástico. Esta práctica,
llamada regalismo, consistía en que los monarcas intervenían en algunos aspectos de la Iglesia. Los objetivos
de Felipe V fueron el reconocimiento del derecho a designar los cargos eclesiásticos y a intervenir en las
finanzas eclesiásticas. El acuerdo con la Iglesia llegó con la firma del concordato de 1753 con Fernando
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VI. Posteriormente, Carlos III mantuvo el regalismo con la expulsión de los jesuitas y la limitación de
poderes de la Inquisición.
3. LA POLÍTICA ECONÓMICA. RECUPERACIÓN DEMOGRÁFICA. PROBLEMAS
ECONÓMICOS Y LIBERALIZACIÓN DEL COMERCIO CON AMÉRICA
EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN EL S. XVIII
La población española aumentó durante el S. XVIII pero de forma desigual (más intenso en la
periferia que en el interior). Las razones del crecimiento fueron el descenso de la mortalidad por la
desaparición de la peste y la disminución de las crisis de subsistencia y el aumento de la natalidad junto a
mejoras económicas, avances higiénicos y sanitarios, ...Sin embargo, seguía con rasgos antiguos: natalidad
muy alta y mortalidad elevada, lo que lleva a un crecimiento natural bajo.
ACTIVIDADES ECONÓMICAS
El objetivo será modernizar la economía española, aún de base feudal; pero la oposición a
cualquier cambio por parte de los grupos privilegiados frenará cualquier reforma. Las
reformas serán mayores con Carlos III, aun sin tener grandes logros finales.
Agricultura
Era la actividad económica más importante y mantenía estructuras de propiedad de tipo feudal. Los
rendimientos seguían siendo bajos e irregulares debido a la climatología y al escaso desarrollo tecnológico.
Respecto a las tierras disponibles, gran parte estaba amortizada, no podían venderse ni dividirse, y el control
de las manos muertas dificultaba la posibilidad de modernizar las técnicas de cultivo.
La monarquía aplicó mejoras para aumentar la productividad del campo tanto legislativas (como la
libertad de comercio) como tecnológicas (como obras de irrigación), especialmente con Carlos III, con quien
se planteó un proyecto de reforma agraria -para modernizar la comercialización y favorecer a los
propietarios medianos-. Dichas reformas podrían iniciarse en zonas de reciente población en
Andalucía. Sin embargo, los privilegiados se opusieron a las medidas liberalizadoras.
La industria
Era escasa y orientada a los mercados locales predominando los talleres gremiales. Pero a lo largo del
siglo, se desarrolló también la industria rural y en algunas zonas se desarrollaron las bases para la industria
moderna.
Para fomentar la industria se aplicaron medidas proteccionistas para fomentar las manufacturas
nacionales y evitar la salida de capitales al exterior (Reales Cédulas de Felipe V y Pragmática de Carlos III) y
creación por parte del Estado de manufacturas públicas, las denominadas Reales Fábricas (grandes talleres
dedicados a producir bienes de lujo o al suministro de equipos militares).
En el reinado de Carlos III se impuso una política económica con rasgos del liberalismo que concedía
el papel principal a la iniciativa privada y buscaba la colaboración entre la industria y la agricultura. El balance
fue desigual: se mejoró la cantidad y variedad de la producción, pero la escasez de materias primas y la poca
demanda impedían el avance de las manufacturas.
Sólo en Cataluña se generaron dinámicas industrializadoras, allí una agricultura y una industria
especializada en la vid y la producción de aguardiente junto a una industria rural lanera proporcionaron las
bases humanas y la acumulación de capital para una posterior industrialización siendo las manufactura de
algodón el motor de la misma. Las prohibiciones de importar algodón facilitaron la creación de fábricas de
algodón en Cataluña.
El comercio
Las actividades comerciales crecieron durante el S.XVIII favorecidas por el crecimiento económico, el
aumento demográfico y la política económica mercantilista. En el comercio interior las infraestructuras eran
deficientes y abundaban las aduanas y peajes. Para solucionarlo se emprendieron obras públicas como la
mejora de los caminos o de los puertos y se suprimieron aduanas y peajes. Así el comercio interior mejoró
aunque persistió la mala comunicación entre algunas regiones. La liberalización llegó con la Real Pragmática
de 1765 que permitía el libre comercio de granos, aunque tuvo muchos problemas para su aplicación.
En el comercio exterior, fundamentalmente las relaciones eran con las colonias americanas y Europa.
Con Europa era deficitario porque se exportaban materias primas y se importaban manufacturas. En el caso
de América, la monarquía intentó revitalizar este comercio que por el monopolio de un solo puerto y el
antiguo sistema de flotas, tenía limitado el desarrollo comercial y no impedía el contrabando. Para
modernizarlo, suprimieron el sistema de flotas de modo que los barcos podían zarpar sin tener que esperar la
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formación de una flota y crearon compañías comerciales a las que le daban determinados privilegios de
explotación de un territorio o monopolio de comercio de algún producto.. Sin embargo, incapaces de controlar
el contrabando, estas compañías tuvieron poco éxito.
Finalmente, se adoptó una política de liberalización del comercio americano de modo que se fue
autorizando el comercio con América a numerosos puertos españoles y americanos hasta crear una zona de
libre comercio con aranceles reducidos que estimularon el comercio y la manufactura. Este comercio, al
exportar España manufacturas e importar metales preciosos y productos alimenticios, creció y fue muy
beneficioso.

4. LA ILUSTRACIÓN EN ESPAÑA: PROYECTISTAS E ILUSTRADOS. DESPOTISMO


ILUSTRADO. SOCIEDADES ECONÓMICAS.
La Ilustración en España:
La Ilustración fue una nueva corriente de pensamiento caracterizada por el uso de la razón para
comprender la realidad. Entre sus ideas, podemos destacar: predominio de la razón como instrumento
para alcanzar la verdad, defensa de la autonomía del poder político frente al religioso, tolerancia religiosa,
interés por las actividades productivas y la mejora de las condiciones de vida y valoración de la educación
como medio para lograr la felicidad.
En España, hunde sus raíces el S. XVII con el movimiento de los novatores que eran un grupo de
científicos, médicos y humanistas que mostraron su preocupación por el atraso científico español y el
predominio del escolasticismo en las universidades (las escolástica da prioridad a la fe, frente a la razón).
Debido a ello, el desarrollo científico en España se produjo fuera del ámbito universitario siendo las
academias (como la Real Academia de la Lengua o de la Historia), las que impulsaron la investigación
científica y las expediciones geográficas. A pesar de los esfuerzos de la monarquía, el ambiente social
tradicionalista no valoraba el avance científico y no se mantuvo este ímpetu.
Despotismo Ilustrado
El despotismo ilustrado unió el absolutismo monárquico con el espíritu reformista de la Ilustración
sobre todo en el aspecto económico, como medio de acrecentar su riqueza, pero sin efectuar
cambios ni en la monarquía absoluta ni en la sociedad estamental propias del Antiguo Régimen.
Fue adoptado por las diversas monarquías absolutistas europeas, con el lema “Todo por el pueblo
pero sin el pueblo”.
En España será Carlos III su mayor valedor al asumir varias premisas de la Ilustración: la
preocupación por mejorar la economía del país, la conveniencia de mejorar la organización del Estado
(tendiendo a la centralización y profesionalización administrativa) y la aceptación del rey como hombre
ilustrado: amante de las artes y ciencias, intelectual,...
Carlos III era rey de las Dos Sicilias y cuando asumió el trono de España se apoyó en ministros
italianos como Grimaldi o Esquilache venidos con él y que se enfrentaron con sus reformas a los privilegiados
(desamortización de los bienes de la Iglesia. Libertad comercial para los cereales,...) Esto provocó una fuerte
oposición que estalló en el motín de Esquilache en 1776, en él, se unieron diversas causas: malestar popular,
oposición de los privilegiados, odio al extranjero,...acabando con el cese de Esquilache como ministro y la
moderación de las reformas .Desde entonces cambiaron los protagonistas del reformismo que ahora fueron
españoles, destacando Campomanes, el Conde de Aranda y Floridablanca que se apoyaron en brillantes
ilustrados como Cabarrús, Olavide o Jovellanos.
Destacamos las siguientes reformas: Religiosas (se acentuó el regalismo con la expulsión de los
jesuitas y la limitación del poder de la Inquisición), Económicas (se creó la Lotería Nacional y el Banco
Nacional de San Carlos para aumentar la recaudación, se aplicaron medidas liberales para potenciar la
producción y se promovió el desarrollo agrícola reduciendo los privilegios de la Mesta, colonizando tierras
despobladas o desamortizando los bienes comunales), militares (servicio militar obligatorio, reorganización de
la estructura y ordenanzas del ejército y creación de las diferentes armas), sociales (apoyo del desarrollo
educativo y científico) e institucionales (limitación del poder municipal mediante la introducción de cargos
electos como los síndicos o diputados del común).
Aún así, el despotismo ilustrado tuvo importantes limitaciones ya que en el momento en que las
reformas afectaban a las estructuras del Antiguo Régimen o a las estructuras sociales las reformas se
paralizaban porque los privilegiados se oponían a ellas.
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Las Sociedades Económicas


Un gran papel en la difusión de la Ilustración en España lo tuvieron las Sociedades Económicas
de Amigos del País, centros donde se formaron intelectuales y científicos con una formación
eminentemente práctica y técnica. Estas sociedades reunían a grupos de ilustrados para desarrollar la economía
de sus provincias y fomentar la educación técnica de artesanos y campesinos. Sus proposiciones se difundieron
lentamente, a la vez que se revitalizaba la vida intelectual. Las obras del padre Benito Feijoo, profesor de la
Universidad de Oviedo y de Gregorio Mayans, de la de Valencia son claros precedentes.

La cultura de la Ilustración en España


En el ámbito literario, se rechazaron las formas barrocas a favor del Neoclasicismo y el afán didáctico
y moralizante se puede ver en Jovellanos o Moratín, aunque destaca sobre manera José Cadalso. En el plano
artístico, la creación estuvo dominada por el academicismo neoclasicista de la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando. En arquitectura se impuso el canon neoclásico especialmente en los palacios de influencia
francesa e italiana, destacando Juan de Villanueva. En pintura la principal figura es Francisco de Goya, un
genio que revolucionó la pintura y analizó con profundidad su época. Finalmente, en escultura se distingue una
tendencia cortesana neoclásica y otra más tradicional donde destaca Francisco Salzillo.

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