Interesante Libro Que Explica Todo Sobre El Genuino Reino de Dios de Los Judíos
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Restoration Fellowship
(2da Edición)
www.restorationfellowship.org
6
Reconocimientos
Mis especiales agradecimientos van a mis hijas por sus habilidades
invalorables en la computadora, para mecanografiar y corregir; a mi
esposa Barbara por su constante apoyo y estímulo; a los miembros de la
Iglesia de Dios (Fe de Abraham) quienes han mantenido en alto la
antorcha de la esperanza por un mundo mejor que viene a la tierra; y
sobre todo al Dios de Israel, en quien vivimos, nos movemos y somos.
7
Tabla de Contenidos
1. El Mensaje en Bosquejo.................................................................17
2. Desenmascarando al Villano ..........................................................31
3. El Rey Mesías, Su Reino, y el abandono de su Mensaje .................40
4. La Esperanza Cristiana: Vida en la Tierra de la Promesa hecha a
Abraham............................................................................................56
5. El Evangelio del Reino en los Profetas: El Sueño Incumplido de un
Gobierno Mesiánico ..........................................................................80
6. Una Carta para la Humanidad ........................................................108
7. La fe de Jesús ................................................................................129
8. El Mensaje y el Enemigo ...............................................................156
9. Hechos 1:6 y el Eclipse del Reino Bíblico......................................176
10. La Falsificación de la Doctrina cristiana.......................................199
11. Arenas de Conflicto .....................................................................233
12. ¿Ha Venido el Reino? ..................................................................272
13. Oposición al Reino Mesiánico......................................................290
14. Conclusión...................................................................................335
15. Epílogo: En la Alabanza del Mesías .............................................355
Apéndice: Los Diferentes Títulos del Evangelio acerca del Reino del
Nuevo Testamento.............................................................................358
Bibliografía .......................................................................................362
Índice del Autor.................................................................................370
Índice de Temas.................................................................................373
9
[es decir, uno quien mira adelante a la llegada dramática apocalíptica del
Reino de Dios] representado en la tradición histórica no es el Jesús de
ninguna iglesia o escuela moderna de teología”.1 El problema emerge
otra vez cuando un profesor de Cambridge admite que el Jesús predicado
desde los púlpitos no es el Jesús de la Biblia: "la mayoría de los
predicadores hablan como si el Cristo que predican fuera idéntico con el
Jesús de la historia. Los teólogos saben que esto no es así... las teorías
ideadas con la intención de conectar al Cristo moderno con el Jesús
original han llegado a ser inverosímiles y obscuras”.2
Los capítulos siguientes representan una tentativa de resolver el
inquietante problema de la diferencia entre el Judío Jesús y el Jesús de la
mayor devoción popular. En un mundo que parece prosperar en el
periodismo investigador, uno podría esperar que la cuestión de la
integridad en la presentación de Jesús sea un asunto ardiente. No estoy
convencido de que la mayoría de los asistentes a la iglesia estén incluso
enterados de alguna discrepancia. Ha habido una sofocación alarmante
de la facultad crítica.
El Jesús Judío, portador de un mensaje apocalíptico, Mesiánico y
político de esperanza sobre el futuro del mundo, continúa ofreciéndose
como la única respuesta a nuestras necesidades espirituales más
profundas y a nuestro deseo por la inmortalidad. Es factible que El haga
una reaparición (incluso antes de su regreso prometido en poder y gloria)
cuando los asistentes a las iglesias se comprometan a sí mismos a un
estudio personal de la Biblia, poniendo sus fundamentos en los libros de
Daniel y Mateo, Marcos y Lucas, que proporcionan una base de la
información Mesiánica sobre la carrera y la enseñanza del Cristo de la
historia.
Veo mucho más claramente ahora las razones del agudo contraste
entre el Jesús de la iglesia y la personalidad magnética y perturbadora
que inspiró tal heroísmo en sus discípulos. Mi falta por no deleitarme en
los documentos bíblicos se debió simplemente a que leía el libro a través
de gafas nubladas por la visión convencional de Jesús que atenuaba sus
vívidos colores Mesiánicos. Solamente una aceptación "todo o nada" de
toda su enseñanza satisface las demandas que él hace a Sus seguidores.
En maneras sutiles, sin embargo, las iglesias han estado ocultando a ese
Jesús Judío.
1
Richard Hiers, Jesus and the Future, Atlanta: John Knox Press, 1981,p.ix.
2
Don Cupitt, The Debate About Christ, London: SCM Press, 1979. p.133.
12
5
Nimrod, de acuerdo con los LXX de Gén. 10:8,9, era un “gigante” y un “cazador
de gigantes” ante el Señor. Su reino era un prototipo del gobierno humano en rebelión
contra Dios.
6
John 16:11; 2 Cor. 4:4; 1 Juan 5:19; Rev. 12:9.
7
1 Cor. 2:8: Si los gobernantes hubiesen entendido no habrían matado al Señor de
Gloria (es decir, el Reino).
21
8
Ps. 105:8-15 conmemora el pacto hecho con los patriarcas y los llama mesías y
profetas (v. 15).
22
10
Un destacado nutricionista declara que América está “epidémicamente enferma”
(Ruth Swope, Green Leaves of Barley, National Preventive Health Services, 1987, p.
13). El fuerte paralelo entre la salud física y la espiritual (así como entre la práctica de
la medicina y la teología) sugiere que podemos también estar espiritualmente enfermos.
28
11 Cp. El comentario de E.C. Hoskyns (The Fourth Gospel, London: Faber and
Faber, 1947, p. 146): “El vino a su propiedad personal o casa”. La tierra de Palestina le
pertenecía al Mesías como Su herencia. Su rechazamiento en Su primera venida no
canceló el Plan de Dios para darle a El la tierra en su Segunda Venida.
29
12
The Ring of Truth, Hodder and Stoughton, 1967, p. 11.
13
The Young Church in Action, London: Geoffrey Bles, 1955, pp. ix, x.
2. Desenmascarando al Villano
Hace mucho que una proporción grande de los que afirman ser los
seguidores de la revelación Cristiana, ha dejado de tomar seriamente la
realidad de una de las principales figuras en el registro bíblico. Su nombre es
Satanás, el Adversario. El Nuevo Testamento y las Escrituras post-
apostólicas más tempranas lo identifican con la serpiente que interrumpió la
tranquilidad del jardín de Edén.1 Su nombre hebreo está ligado en la Biblia
hebrea (lo que llamamos el Antiguo Testamento) con la palabra serapha,2 que
sugiere su conexión con el mundo de los seres angelicales en cuya compañía
se le encuentra en el libro de Job (Job 1:6; 2:1). Los Cristianos del Nuevo
Testamento están muy enterados de él. Se le ha permitido ejercer una
influencia extensa sobre los asuntos de la humanidad (1 Juan 5:19;
Revelación 12:9) y se le ha dado el derecho de ser llamado el "dios de este
siglo" (2 Cor. 4:4), es decir, el período completo de la historia humana hasta
el regreso de Cristo para inaugurar la nueva era del Reino de Dios en la
tierra.3
Satanás es también el mentiroso original (Juan 8:44). Él es el archi-
impostor (2 Cor. 11:3, 4, 13-15). Empeñado en la destrucción de tanto como
sea posible de la raza humana, su trabajo está dirigido a obstruir y obscurecer
la verdad del mensaje divino que ilumina el sendero a la inmortalidad.4 Sus
1
2 Cor. 11:3, 14 donde la serpiente es paralelo con el Diablo. Rev. 12:9 y 20:2 los
identifican.
2
En Num. 21:6, 8 nachash (serpiente, Gen. 3:1) and saraph (serpiente ardiente) están
estrechamente conectados. Seraphim (el plural) aparecen como seres celestiales heavenly en
Isa. 6:2, 6.
3
Pablo se refiere a todo el período de la historia humana, que conduce hacia el futuro
establecimiento del Reino, como la “presente edad maligna” (Gal. 1:4).
4
En 2 Tes. 2:18 la actividad misionera de Pablo es obstruida por el Diablo. Cuando el
Evangelio es predicado, el Diablo está dispuesto para tragarse el mensaje antes de que tome
raíz en la mente humana (Mat. 13:19; Luc. 8:12). Su propósito es destruir a la gente del
Reino. De allí el intento de Herodes de eliminar al Mesías (Mat. 2:3-18) y la amenaza del
Diablo hacia la comunidad Mesiánica liderada por Jesús (Rev. 12:4, 13-18). Pedro habla de
32
Satanás como “vuestro adversario que anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Ped.
5:8).
5
El los amenazó con la destrucción en el Gehenna, un destino preparado para el Diablo
mismo y sus cohortes angelicales. (Mat. 25:41).
33
12
En años recientes, el Seminario de Jesús ha sorprendido al público con sus arbitrarias
decisiones sobre qué palabras atribuidas a Jesús realmente provienen de El mismo. Ellos
concluyen que Cristo dijo sólo alrededor del 20% de lo que se le atribuye a El.
13
La aprobación de prácticas sexuales condenadas por la Biblia provee un impactante
ejemplo.
38
este siglo, contra huestes espirituales en las regiones celestes” (Efe. 6:12),
dirigidos por "el príncipe del poder del aire" (Efe. 2:2), "el dios de este siglo"
(2 Corintios 4:4). Sería provechoso si la terminología de Pablo fuese
reinstalada entre los creyentes. Pablo ve la lucha Cristiana como una guerra
contra los "cosmócratas" (Efe. 6:12),14 las deidades astrales con enormes
poderes. Para Pablo hay un principal criminal espiritual en general que
trabaja incansablemente para destruir a los seres humanos por cualquier
medio que él pueda, siendo el engaño su herramienta principal (Rev. 12:9).15
La identificación del enemigo bíblico no nos exime de la responsabilidad
de nuestros propios errores. Somos responsables de oponernos al diablo
(Sant. 4:7). La revelación divina se nos proporciona para nuestro estudio
constante (Sal 1:1-2; 119; Jos. 2:8), una fuente, como Pablo dijo, del
“conocimiento que conduce a la salvación" (2 Tim. 3:15), que es la victoria
sobre Satanás a través de Jesús. El antídoto contra el engaño en cualquier
campo es la instrucción apropiada. Si la iglesia "no va a la escuela" con
Cristo y los Apóstoles (Hechos 2:42), ha perdido la batalla contra la
“desinformación" del diablo. Las herramientas para superar el poder de
Satanás están a la mano, si deseamos solamente alcanzarlas y asirlas,
sumergiéndonos en las palabras de Jesús y de los Apóstoles resumidas como
el Evangelio del Reino de Dios.
Las Buenas Noticias son que el Rey Mesías ha derrotado ya a Satanás,
aunque los efectos de su victoria no son todavía completamente evidentes
(Juan 16:11; Col. 3:15). La Biblia no ofrece una esperanza de una revocación
completa de la tragedia humana en esta parte de la Segunda venida de Jesús.16
Hasta entonces, en las palabras de Pablo, los "hombres malvados irán de mal
en peor, engañando y siendo engañados" (2 Tim. 3:13). La victoria final debe
aguardar la instalación futura como Rey del héroe del drama bíblico, Jesús, el
Mesías, el gobernante designado de Israel y del mundo; y "de su gobierno en
el trono [restaurado] de David no habrá fin" (Isa. 9:7).
14
La Palabra de Pablo es kosmokratores.
15
La enseñanza correcta es esencial si es que Dios debe ser adorado en espíritu y en
verdad (Juan 4:24). Oseas lamenta la pérdida de la apropiada instrucción: “Mi pueblo es
destruido por falta de conocimiento” (Os. 4:6).
16
Satanás es atado “para que no engañe más a las naciones” sólo en el regreso de Cristo
para reinar (Rev. 20:3).
3. El Mesías Rey, Su Reino, y el
Abandono de Su Mensaje
Una de las cosas más extrañas del mundo es la manera en que alguna
gente lee la Biblia. Casi parecería como si esas personas la voltearan
patas arriba y la leyeran al revés. "Tienen ojos, pero no ven". La
elogian y la sostienen en respeto santo, e insisten que cada uno debiera
tenerla; con todo, miran en ella sólo como algún volumen recóndito,
que es un buen libro de texto para los predicadores, pero que está
completamente más allá del alcance de su comprensión... muchos
parecen verlo como un libro sublime de acertijos, lleno de poesía
mística y de sabiduría insondable más bien que como un clara pieza de
información y consejo dados por un Padre a sus hijos inexpertos
desprotegidos. Muchos que se sientan a escribir comentarios sobre ella
parecen estar encantados continuamente con la idea de que hay algo
recóndito en cada palabra, o que la mente real del espíritu no debe ser
encontrada en el claro significado de la letra, sino en una cierta
analogía abstrusa o mística que es su asunto investigar.
Sostengo que la Biblia es un libro para todos, en donde Dios habla con
el fin de ser comprendido por todos; que su lenguaje está conformado a
los usos ordinarios de la lengua; y ella debe ser interpretada en la
misma manera del sentido común en el que interpretaríamos el
testamento de un padre difunto, o para averiguar el significado de un
documento de negocios. Su diseño es instruir, y de la manera más
familiar, expresar a los hombres la mente y la voluntad de Dios.
Cuando Cristo habla del Hijo del hombre él quiere decir el hijo del
41
3
Juan 1:11 afirma que Jesús vino a su propio dominio (NASV margen) y Su propio
pueblo no Le recibió.
4
Los credos, en efecto, dicen muy poco sobre la vida histórica de Jesús excepto
para mencionar su nacimiento. Ellos hablan vagamente sobre lo que El va a hacer en el
futuro. El Credo de Nicea viene estrechamente al lenguaje de la Biblia cuando habla de
la “resurrección de los muertos y de la vida del mundo venidero.” La última frase, sin
embargo, debería leer: “vida de la era venidera.”
44
5
La ascensión de Jesús fue la garantía de Su futuro reinado en la tierra. La venida
del Espíritu “dentro de no muchos días después” no fue definitivamente la venida del
Reino, a un tiempo sin revelar.
45
6
H.L. Goudge, “The Calling of the Jews,” Essays on Judaism and Christianity,
cited by H.J. Schonfield, The Politics of God, Hutchinson, 1970, p. 98.
46
7
H.J. Schonfield, The Politics of God, p. 98.
8
William Temple, Personal Religion and the Life of Fellowship, Longmans, Green
and Co. Ltd., 1926, p. 69, emphasis added.
9
“The Gospel of the Kingdom,” Biblical World 50 (1917), pp. 121-191.
47
10
Por ejemplo, Robert Morgan escribió, “Es tiempo que alguno sea llamado el
fanfarrón de aquellos que piensan que saben lo que Jesús exactamente quiso decir por el
Reino de Dios”. (Theology, Nov. 1979, p. 458).
48
Durante los últimos años de los dieciséis puedo recordar solamente dos
ocasiones en las cuales he oído sermones dedicados específicamente al
tema del Reino de Dios... yo encuentro este silencio más bien
sorprendente porque entonces está acordado universalmente por los
eruditos del Nuevo Testamento que el tema central de la enseñanza de
Jesús era el Reino de Dios... claramente, entonces, uno esperaría que el
predicador moderno que está intentando traer el mensaje de Jesús a su
congregación, tendría mucho que decir sobre este tema. De hecho, mi
experiencia ha sido lo contrario, y raramente he oído sobre él.12
De un escritor católico viene la admisión extraordinaria de que lo
aprendido por él en el seminario, no incluyó una explicación del mensaje
de Jesús sobre el Reino:
11
Church Growth and the Whole Gospel: A Biblical Mandate, San Francisco:
Harper & Row, 1981, p. 2.
12
The Expository Times (89), Oct. 1977, p. 13.
49
Déjeme preguntar: ¿Cuándo fue la vez última que usted oyó un sermón
del Reino de Dios? Francamente, me sería difícil ponerme a recordar
una exposición sólida de este tema. ¿Cómo ajustamos este silencio con
el hecho extensamente aceptado de que el Reino de Dios dominó el
pensamiento y el ministerio de nuestro Señor? Mi experiencia no es
infrecuente. He comprobado esto con mis colegas. Por supuesto,
concuerdan fácilmente que han oído a menudo sermones sobre
pedacitos y trozos de las parábolas de Jesús. Pero en cuanto a la
exposición de un sermón sólido sobre la naturaleza del Reino de Dios
como Jesús lo enseñó, reflexivamente comenzaron también a expresar
sorpresa de que es raro el pastor que aborda el tema.14
Uno no necesita ningún entrenamiento teológico especial para
concluir que algo está drásticamente de lado, cuando destacados
exponentes de nuestro día confiesan que el mensaje de Jesús es
desconocido para ellos. En el nivel del evangelismo popular es evidente
que el elemento crítico del reino está perdido de las presentaciones del
mensaje salvador. Billy Graham define el Evangelio dividiéndolo en dos
componentes principales. El primer elemento es la muerte de Jesús, que
es la mitad del Evangelio. La otra mitad, él dice, es la resurrección de
Jesús.15 Pero esta definición omite la base del mensaje del Evangelio.
Jesús anunció el Reino de Dios como el corazón del Evangelio mucho
antes que él dijera una palabra sobre su muerte y resurrección. Lucas
informa que salieron los discípulos proclamando el Evangelio incluso
antes de que tuviesen algún conocimiento de la muerte y de la
13
B.T. Viviano, The Kingdom of God in History, Michael Glazier, 1988, p. 9.
14
April 1980, p. 13.
15
Roy Gustafson, “Qué es el Evangelio?” Billy Graham Association.
50
resurrección de Jesús (Lucas 18:31-34). Sigue, por lo tanto, que hay más
del Evangelio que la muerte y la resurrección de Cristo, imprescindibles
como son estas cosas.
Michael Green, un experto en evangelismo, plantea la cuestión
suscitada por la diferencia obvia entre lo que llamamos evangelismo y la
forma como Jesús lo definió. En la conferencia internacional de
Lausanne sobre Evangelismo mundial en 1974, él preguntó: "¿Cuánto ha
oído usted aquí sobre el Reino de Dios? No mucho. No es nuestro
lenguaje. Pero era la preocupación principal de Jesús."16 ¿Cómo puede
ser que nuestro lenguaje como Cristianos del siglo 21 no es el lenguaje
de Jesús mismo? La situación exige una explicación. Debería alertarnos
el hecho de que todo no está bien con nuestra versión de la fe Cristiana.
No estamos predicando el Evangelio como Jesús y sus Apóstoles lo
predicaron, mientras omitimos la mención de la sustancia de todo su
mensaje, las Buenas Noticias del Reino.
Otros eruditos nos advierten que la expresión el Reino de Dios, que
es el eje alrededor del cual gira todo lo enseñado por Jesús, es extraña
para los asistentes a las iglesias. Observando que Jesús inició su
ministerio alertando al público del próximo advenimiento del Reino, sin
un comentario explicativo sobre su significado, Hugh Anderson observa:
16
Cited by Tom Sine, The Mustard Seed Conspiracy, Waco: Word Books, 1981,
pp. 102, 103.
17
The New Century Bible Commentary, Gospel of Mark, Eerdmans, 1984, p. 84.
Anderson observa que el “Reino de Dios estaba sin duda en el corazónn del mensaje
histórico de Jesús” (ibid., p. 83)
51
20
La paráfrasis Judía es: “El Reino de Dios será revelado”. Isaías 40:10 describe el
evento como la venida de Dios en poder con Su brazo que gobierna por El y Su
recompensa con El. El Nuevo Testamento interpreta esta actividad del Reino como la
tarea del supremo representante del único Dios, es decir, el Mesías. El Reino venidero
de Dios fue predicho en un número de versos clave, es decir., Exod. 15:18; Isa. 24:23;
31:4; 40:9; 52:7; Ezeq. 7:7, 10; Abd. 21; Miq 4:7, 8. El comentario interpretativo en el
Targum Judío es en cada caso “El Reino de Dios será revelado”.
4. La Esperanza Cristiana:
Vida en la Tierra de la Promesa
hecha a Abraham
1
The Problem of the Hexateuch and Other Essays, 1966, p. 79, cited in W.D.
Davies, The Gospel and the Land, University of California Press, 1974, p. 19.
2
M. Buber, Israel and Palestine, London, East and West Library, 1952, p. 19.
3
The Gospel and the Land, p. 15.
4
Ibid., p. 18.
5
Ibid., p. 21.
6
Ibid.
58
Isaac
Estableceré mi pacto con él como pacto eterno para sus descendientes
después de él... mi pacto que estableceré con Isaac (Génesis 17:19, 21).
7
Ibid., p. 23.
59
Jacob
Que Dios te dé a ti y tus descendientes la bendición dada a Abraham,
de modo que tú puedas tomar posesión de la tierra en donde tú ahora
vives como extranjero, la tierra que Dios dio a Abraham (Génesis
28:4). Te daré la tierra en la cual tú estás parado... yo te traeré de nuevo
a esta tierra (Génesis 28:13, 15). La tierra que di a Abraham y a Isaac
también te la daré, y daré esta tierra a tus descendientes después de ti
(Génesis 35:12).
8
The Problem of the Hexateuch, p. 92ff.
60
hay un futuro por mirar hacia adelante: la tierra tiene que alcanzar
descanso y paz... La tierra mira hacia adelante a una bendición futura."9
Naturalmente, entonces, en el Antiguo Testamento sigue habiendo la
esperanza de un establecimiento final y permanente en la tierra,
acompañada por la paz, en la visión.
Es apropiado en este punto recolectar un número de pasajes, sobre
todo de los profetas y los salmos, para ilustrar la importancia en curso de
un gran futuro para la tierra prometida y para aquellos considerados
dignos de heredarla:
Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en
recreos de reposo (Isa. 32:18).10
Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis
escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí.
(Isa. 65:9).
Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra;
renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme. (Isa.
60:21).
Israel poseerá una porción doble en su tierra; la alegría eterna será la
suya (Isa. 61:7).
Así heredarán la tierra una segunda vez y la alegría eterna estará sobre
sus cabezas (Isa. 61:7, LXX).
Mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo
monte. (Isa. 57:13).
El justo no será removido jamás; Pero los impíos no habitarán la tierra.
(Prov. 10:30).
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate
asimismo en Jehová… Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán
la tierra… Pero los mansos heredarán la tierra y se recrearán con
abundancia de paz…Y la heredad de ellos será para siempre… Porque
los benditos de él heredarán la tierra; y los malditos de él serán
destruidos… Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre…
Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella…
Porque hay un final dichoso para el hombre de paz. (Sal. 37:3-37).
9
The Gospel and the Land, p. 36, énfasis añadido.
10
Cp. Heb. 4:1 que habla del “descanso” futuro como un objetivo de los fieles.
61
Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los
cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la
tierra que di a sus padres, y la disfrutarán (Jer. 30:3).
La integridad de la revelación divina está en juego en esta cuestión
del futuro de la Tierra Prometida. El plan completo para rescatar a la
humanidad depende de la promesa pactada de la tierra a Abraham, que
debe cumplirse en Jesús, quien "vino a confirmar las promesas hechas a
los padres" (Rom. 15:8). Abraham no había recibido ciertamente lo que
había sido prometido. No se le permitió a Moisés entrar en la tierra
prometida, e Israel fue expulsado eventualmente de su patria. Jesús,
como heredero de las promesas, también fue rechazado en el país que le
pertenecía a él: "A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron" (Juan
1:11).
A pesar de siglos de decepción el fiel en Israel se aferró con
tenacidad apasionada a la expectativa de que la tierra de Israel vendría a
ser, de hecho, la escena de la salvación final. Esa esperanza permaneció
como la luz del faro, no solamente de los profetas sino también de la fe
cristiana original según lo predicado por Jesús y los Apóstoles. Ella fue
extinguida por la intrusión de una esperanza no territorial del "cielo
cuando mueras". Una idea contradictoria que los patriarcas "han ido ya al
cielo", destruyó el sentido apasionado de la Biblia de anhelar un
resultado exitoso de la historia humana en la tierra, cuando el fiel de
todas las edades reapareciera por la resurrección, para participar en las
glorias de la nueva era Mesiánica en la tierra.
Una vista no bíblica del futuro, divorciada de la tierra y del planeta,
fue promovida por Gentiles que dominaron la iglesia post-bíblica y que
fueron indiferentes a la herencia de Israel, cuya expectativa de estar “el
año próximo en Jerusalén" era su aspiración más profunda. Los efectos
de la pérdida de la promesa de la tierra en el Cristianismo han sido
devastadores. Una interrupción importante ocurrió cuando la fe fue
separada de sus raíces en el pacto Abrahámico que garantizó un Edén
restaurado. Perder de vista la promesa de Dios a Abraham es golpear en
el corazón de la fe bíblica y del plan divino. Es como cancelar la
constitución americana o abolir la monarquía británica.
En contradicción directa a Jesús, el Cristianismo gentilizado ha
sustituido hasta este día la promesa bíblica de la vida en la tierra en un
mundo renovado, por el llamado "cielo” para las almas de los que
mueren. El mensaje de la bienaventuranza famosa de Jesús,
62
reyes sobre la tierra" (Revelación 5:10). Esto es lo que Jesús quiso decir
por "heredando la tierra". Al hablarlo así Jesús estaba repitiendo
simplemente la promesa antigua a los fieles de que Dios los "exaltaría
para heredar la tierra" (Sal. 37:34). Jesús es claramente un profeta de la
restauración, viéndose a sí mismo como el Agente de Dios comisionado
para encabezar la operación divina hacia el rescate del hombre de la
tiranía y del engaño del diablo.
El escritor a los Hebreos habló de alcanzar la "futura tierra habitada"
(Heb. 2:5). Esta meta fijada ante los Cristianos fue la "grandeza” o la
"importancia” de la salvación que a toda costa no debe ser descuidada:
"¿cómo escaparemos si descuidamos una salvación tan grande? Porque
no sujetó a los ángeles el mundo venidero, sino al Hijo del Hombre
(Heb. 2:3, 5).13 El Hijo del Hombre era un título no solamente para Jesús,
sino para los santos corporativamente (Dan. 7:14; cp. vv. 18, 22, 27). El
Nuevo Testamento espera así que las profecías de Daniel se hagan
realidad. El tiempo está llegando cuando "los santos poseerán el reino" y
"todas las naciones les servirán y obedecerán" (Dan. 7:22, 27). Tal es el
lógico impulso de la promesa hecha a Abraham, la llave al secreto de la
actividad de Dios en la historia humana.
Resistencia al Pacto
Los resultados de las tentativas de la teología tradicional de evitar el
elemento político incómodo en la salvación se pueden ilustrar por las
observaciones del Pulpit Commentary (Comentario del Púlpito) en
Génesis 13:14-17. El problema para el comentarista, que no ve ninguna
importancia en las promesas de la tierra para los Cristianos, es
reconciliar la declaración de Dios, "yo te [Abraham] daré la tierra" con la
aserción hecha por Esteban que Dios
No le dio a Abraham ninguna herencia [en la tierra de Palestina] —ni
siquiera un pie cuadrado de tierra, pero El le prometió dárselo como
posesión [kataschesis; cp. LXX Gen. 17:8, "posesión eterna"] y a sus
descendientes con él (Hechos 7:5).
¿Cómo será resuelta la aparente contradicción? El Comentario del
Púlpito hace dos tentativas para solucionar la dificultad. Primeramente,
un retraslado de modo que la promesa en Génesis 13:15 lea: "A ti daré la
13
Una muy desafortunada ruptura de párrafo entre v.4 y 5 en muchas Biblias,
destruyen la conexión entre la salvación y la Supervisión del futuro orden mundial.
64
14
Ver los comentarios de G.W. Buchanan, Anchor Bible, To the Hebrews,
Doubleday and Co., 1972, pp. 193, 194.
15
Ibid., pp. 192, 194.
67
Pablo y Abraham
Pablo trata la historia de Abraham como el modelo de la fe cristiana
sin insinuar que la herencia de Abraham es diferente de la de cada
creyente cristiano. De hecho, justo lo contrario es la verdad: Abraham es
"el padre de todos los que creen" (Rom 4:11). Abraham demostró la
esencia de la fe Cristiana estando dispuesto a creer en el plan de Dios
para concederle la tierra, la simiente y la bendición para siempre. La fe
para Abraham era una respuesta entusiasta a la iniciativa divina
expresada en palabras. Es precisamente esa clase de fe que Jesús exige
con Su llamamiento a: "arrepentíos y creed en el Evangelio del Reino"
(Marcos 1:14, 15). Jesús es así el exponente por excelencia de la fe
Abrahámica. El renuncia a todo, incluyendo su vida, para la causa del
diseño magnífico de Dios para el rescate de la humanidad caída, y él
68
16
Commentary on Romans, p. 219.
17
Mar. 1:14, 15; Hechos 8:12; 19:8; 28:23, 31.
69
18
Romans, Word Biblical Commentary, pp. 213, 463, énfasis añadido.
70
19
Ibid., pp. 233, 234.
71
20
Mat. 19:28; Luc. 22:28-30; Rev. 2:26; 3:21; 5:10; 20:1-6.
72
Herencia Mundial
Era común al pensamiento Judío y al de Pablo, así como a todo el
Nuevo Testamento, que el mundo entero debía beneficiarse de la
21
Prophecy and Religion, Cambridge University Press, 1922, p. 308.
22
Miqueas 2:12 concibe la restauración de “todo Israel” como “el remanente de
Israel”.
73
23
Sal. 2:6, aplicado a Jesús en Rev. 12:5 y a la Iglesia en Rev. 2:26, 27.
74
24
Greek New Testament, London: Rivingtons and Deighton, Bell & Co., 1861,
Vol. II, p. 350.
25
H.A.W. Meyer, Commentary on John, Funk and Wagnalls, 1884, p. 277.
26
W. Sanday and A.C. Headlam, Epistle to the Romans, T & T Clark, 1905, pp.
109, 111.
75
del Mesías en poder y gloria. Los Cristianos son aquellos cuyos nombres
están inscritos en el rollo de los que recibirán "vida en Jerusalén" (Isa.
4:3).
Pablo habla de "la fe y el amor que brota de la esperanza que está
guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera
del evangelio” (Colosenses 1:5). Pedro ve en el nuevo nacimiento
producido por el Evangelio una "esperanza viva por medio de la
resurrección de Jesucristo de los muertos [que conduce a] una herencia
[es decir, del reino] que nunca puede fallecer, estropearse o se
despintarse, guardada en el cielo para ti, la cual, por medio de la fe, está
blindada por el poder de Dios hasta la venida de la salvación que está
lista a ser revelada en el último tiempo" (1 Pedro 1:3-5). El Nuevo
Testamento es constante con su tema subyacente, el Evangelio del Reino
"prometido a los que amen a Dios" (Santiago 2:5). La creencia en el
Evangelio en épocas apostólicas no fue confinada a la creencia en la
muerte y la resurrección de Jesús solamente, sino que incluyó la
invitación de prepararse para un lugar en el dominio mundial del Mesías
que se inaugurará en su retorno a la tierra. La situación es muy diferente
en la predicación contemporánea cuando poco o nada se enseña sobre la
herencia de la tierra con Jesús. Hay una necesidad urgente de las iglesias
de prestar atención a la advertencia de Pablo: "Sin moveros de la
esperanza del evangelio que habéis oído…” (Colosenses 1:23). La
pérdida de la esperanza del Nuevo Testamento se puede remontar al
abandono del Evangelio del Reino, que a su vez es sintomático del
olvido de las raíces en la Biblia Hebrea del Cristianismo.
29
Greek New Testament, Vol. I, pp. 35, 36, énfasis añadido.
5. El Evangelio del Reino en los Profetas:
El Sueño Incumplido
del Gobierno Mesiánico
1
2 Tim. 2:12; I Cor. 6:2; Rev. 1:6; 5:10. Cp. Exo. 19:6.
81
2
Isa. 11:4 (LXX) tiene “aquel impío” y Pablo aplica éste a un único Anticristo (2
Tes. 2:8. Cp. I Juan 2:18).
82
3
El Reino en este versículo pertenece a los santos como la comunidad Mesiánica
en Cristo. La traducción “su Reino…” se encuentra en la VRS, BBN, la traducción por
la Jewish Publication Society y la International Critical Commentary.
4
Los profetas habían anunciado el “Día del Señor” (Joel 2:11; Isa. 13:6, 9; Sof.
1:14), refiriéndose a él frecuentemente como “aquel día”. Es el día de la batalla de Dios
cuando El sale adelante para restablecer el Reino. El Nuevo Testamento llama al futuro
advenimiento de Jesús, el Día del Señor (2 Tes. 2:2; cp. 1:10). Los profetas describen el
Día del Señor como “cercano y muy próximo, que viene muy rápido” (Sof.. 1:14),
aunque todavía no ha llegado. El profeta es proyectado hacia adelante a un futuro y ve
que el fin está cerca. Ambos Testamentos reconocen el Día como el tiempo cuando
Dios castiga la maldad del mundo. “El se levanta para sacudir terriblemente la tierra”
(ver Isa. 2:10-22).
84
Abdías describe el triunfo político del Reino de Dios (Abd. 21; cp. Miq.
4:1-5). Finalmente, Zacarías proporciona un cuadro vivo de la "salvación
Mesiánica" (Zac. 8:1-17), "El Mesías" (Zac. 9:9-10), y "la restauración
de Israel" (Zac. 9:11-17). Zacarías concluye con una descripción "del
Esplendor de Jerusalén" (Zac. 14:1-21).
Nadie que ha ponderado esta emocionante visión del futuro puede,
quizás, dejar de captar su punto. De común acuerdo los profetas de Israel
proclamaron que está viniendo a la tierra una era de paz y seguridad
permanentes para todas las naciones bajo la supervisión del agente
elegido de Dios, el Hijo prometido de David. Lo que Irving Zeitlin
escribe de Isaías resume la esperanza Judía del Reino de Dios en la
tierra:
El profeta mira hacia adelante al final de esta era para ingresar en la
nueva, en donde la arrogancia, la opresión, la guerra, y la idolatría
desaparecerán todas juntas. Sólo después de que Israel haya sido
limpiada de su altanería, ella será de verdad el pueblo de Dios, y llevará
Su palabra a otras naciones, "porque de Sion saldrá la ley, y la palabra
del Señor de Jerusalén."8
Debemos aquí colocar nuestra protesta contra la idea extraordinaria
de que esta visión del futuro fue satisfecha durante el ministerio histórico
de Jesús, o en algún momento desde entonces. Debe ser obvio a todos
que las naciones no han martillado sus espadas para convertirlas en
instrumentos agrícolas (incluso Cristianos profesantes se han matado
entre ellos en guerras internacionales) y que Jesús como Rey Mesías no
ha tomado todavía visiblemente su posición como gobernante de las
naciones en el trono restaurado de David.9
8
Ancient Judaism, Cambridge: Polity Press, 1988, p. 228.
9
Lucas 1:32, 33; Lucas 24:21; Hechos 1:6; 3:21; Lucas 22:28-30; Mat. 19:28; Rev.
11:15-18; 20:1-6.
86
10
H.P. Hughes, Essential Christianity, Isbister and Co., 1894, p. 59.
87
11
Mat. 19:28; Lucas 22:28-30; I Cor. 6:2; 2 Tim. 2:12; Rev. 2:26; 3:21; 5:10; 20:4.
12
Alan Richardson, An Introduction to the Theology of the New Testament, pp.
86-87, énfasis añadido.
88
13
Hebrew and English Lexicon of the Old Testament, Brown, Driver and Briggs,
Oxford: Clarendon Press, 1961, p. 42.
14
Isa. 40:10; v. 5 habla de la Gloria e Isa. 52:7 del reinado de Dios.
90
15
Henry Burton, Expositor’s Bible, St. Luke, A.C. Armstrong, 1896, p. 251.
93
Salmos de Salomón
Está claro que la esperanza de un nuevo orden político en la tierra
estaba bastante viva cuando Jesús inició Su predicación. En la luz de otro
conglomerado de material Mesiánico de la Biblia Hebrea, no es de
ninguna manera sorprendente que los Judíos del primer siglo estuviesen
esperando con impaciencia una era de gloria nacional, a realizarse en el
Reino del Mesías prometido. Los extractos siguientes de los "Salmos de
Salomón", fechados unos 50 años antes del nacimiento de Jesús,
representan el imperio Mesiánico del futuro. Estos Salmos no son ellos
mismos parte del Canon oficial de la Escritura. Ellos remontan su
inspiración, sin embargo, directamente de los numerosos pasajes
Mesiánicos en los Salmos del Antiguo Testamento y los profetas, y
particularmente de 2 Samuel 7, Salmos 72,89, y 132:
Señor, Tú elegiste a David para ser rey sobre Israel y le juraste a él
sobre su descendiente por siempre, que su reino no faltará delante de
ti... ve, Señor, y levanta para ellos su rey, el hijo de David, para regir
sobre tu siervo Israel, en el tiempo que tú conoces, Oh Dios. Recíñelo
con fuerza para destruir a los gobernantes injustos, para purgar a
Jerusalén de los Gentiles que la pisotean a la destrucción; en sabiduría
y justicia para expulsar a los pecadores de la herencia; para romper la
arrogancia de pecadores como el jarro de un alfarero; para romper toda
su esencia como una barra de hierro; para destruir las naciones ilegales
con la palabra de su boca; en su advertencia las naciones huirán de su
presencia; y él condenará a los pecadores por el pensamiento de su
corazón. Él juntará a una gente santa a la cual él conducirá en rectitud y
él juzgará a las tribus del pueblo que han sido hechas santas por el
Señor su Dios. Él no tolerará la injusticia, y ninguna persona que
conozca la maldad vivirá con ellos. Porque él los conocerá que son
todos hijos de su Dios. Él los distribuirá sobre la tierra según sus
tribus... y él tendrá naciones Gentiles sirviendo bajo su yugo y él
glorificará al Señor en un lugar prominente sobre la tierra entera. Y él
purgará a Jerusalén y la hará tan santa como lo fue incluso desde el
principio, para que las naciones vengan de los extremos de la tierra a
ver su gloria, para traer como regalos a sus hijos que habían sido
conducidos hacia fuera, y ver la gloria del Señor con la cual Dios la
glorificó.
No habrá injustos entre ellos en sus días [del Mesías], porque todo será
santo, y su rey será el señor Mesías. Porque él no confiará en el caballo
94
asegurar paz duradera en esa tierra, que será administrada por aquellos
elegidos para ser hijos de Dios:
“Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora
tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al
oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu
descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la
tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu
descendencia será contada. Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella
y a su ancho; porque a ti la daré" (Génesis 13:14-17).
“Y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás
padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre
Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por
padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y
haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré mi pacto entre
mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto
perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te
daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda
la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos"
(Génesis 17:3-8).
“Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los
gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti
serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son
bendecidos con el creyente Abraham" (Gálatas 3:8, RSV).
Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza,
vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque
mía es toda la tierra; seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación
santa. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel."
(Exod. 19:5, 6, Biblia de Jerusalén).
La realeza y la posesión de la tierra de Palestina formaron la base del
pacto de Dios entre El Mismo y el pueblo elegido, representado
inicialmente por Abraham. La función real de Israel dependió, sin
embargo, de su obediencia. Hasta qué punto tuvieron éxito en vivir el
alto ideal exigido está documentado en la historia del Antiguo
Testamento de los Israelitas. Era a menudo una historia del fracaso de
satisfacer el estándar de Dios, siendo David un ejemplo excepcional de
autoridad ejercida en cooperación con Dios.16
16
Asa, Josafat, Ezequías y Josías fueron también sobresalientes.
96
17
Kaddish oración recitada en la sinagoga.
18
Johannes Weiss, Jesus’ Proclamation of the Kingdom of God, ed. and trans.
Hiers and Holland, Philadelphia: Fortress Press, 1971.
19
Norman Perrin, The Kingdom of God in the Teaching of Jesus, SCM Press, 1963,
p. 19, que discute la obra de Johannes Weiss, énfasis añadido.
97
tiempo cuando el “Día del Señor sobre todas las naciones”, y la casa de
Jacob “recuperará sus posesiones" y "salvadores subirán al monte Sion
para gobernar el monte de Esaú; y el Reino será del Señor" (Abd. 15, 17,
21).
Tal era la esperanza ardiente de la liberación fomentada por siglos de
meditación en los profetas Hebreos, que anhelaron un renacimiento de la
gloria de Israel cuando el gran descendiente de David se convirtiera en
rey. La Biblia no nos da ninguna autoridad para suponer que el trono de
David sea cualquier otra cosa, excepto el asiento del rey de Israel en
Jerusalén. No hay justificación para una alteración repentina del
significado de la frase "trono de David", para describir un gobierno
invisible en los cielos. El rey prometido, el Mesías, debe gobernar en el
Reino de Dios, que es el Reino de David restaurado. La revelación
concedida por Gabriel a María, divulgada por Lucas como doctrina
cristiana primaria, requiere un cumplimiento en la aparición (aún futura)
de Jesús en la tierra para tomar la posición asegurada para Él por la
Palabra divina anunciada en su nacimiento. Como explica el Comentario
del Púlpito sobre Lucas 1:32, en una observación atractivamente breve,
"las palabras del ángel están hasta ahora incumplidas. Ellas hablan
claramente de una restauración de Israel, aún por lo que podemos ver,
muy distante... la hora plena de acontecimientos todavía tarda."20
El comentarista docto habría podido agregar que la promesa de la
oficina real para Jesús es el corazón del Evangelio del Reino, el
Evangelio Cristiano. Hacia ese acontecimiento futuro se proyecta todo el
Nuevo Testamento. Esto es apenas sorprendente puesto que la misma
esperanza había sido inculcada por los profetas Hebreos cuando
predijeron un gobierno permanente Davídico en Jerusalén. Isaías 9:7 es
el pasaje Mesiánico dominante al respeto. El Targum Judío y los
expositores Cristianos reconocen una referencia al Mesías "en cuyos
días", como el Targum lee, “la paz será grande sobre nosotros": "no
tendrá fin el engrandecimiento de su gobierno de paz en el trono David y
sobre Su reino para establecerlo y para mantenerlo con la justicia y
rectitud desde entonces y por siempre jamás."
Cuando esta magnífica profecía Mesiánica (¡que no fue cumplida
ciertamente en el reinado del rey Ezequías del siglo octavo A.C!) es leída
en la estación de Navidad, o cantada en funciones del Mesías de Handel,
20
Commentary on Luke, p. 8.
99
21
Es verdad que el Nuevo Testamento espera que la Iglesia se convierta en el
Reino, pero sólo después de su presente período de sufrimiento. Por lo tanto, puede
decirse que los Cristianos han sido hechos un Reino (Rev. 1:6). Ellos están preparados
para reinar (Rev. 5:10).
22
“El Señor Cristo” fue una reconocida expresión Judía Mesiánica; cp. Lam. 4:20;
Sal. 17:32; 18 (título); 18:7. De ninguna manera debería ser confundido el título “Señor
Cristo” con “Señor Dios”. El Salmo 110:1 ha provisto una importante fuente para la
distinción entre dos Señores, uno de los cuales era Yahweh; el otro, el Señor Mesías. La
frase ‘mi señor’ de este Salmo viene de adoni, que en todas sus ocurrencias nunca se
refiere a Dios, el cual es diferenciado 449 veces como Adonai. La diferencia en las
vocales Hebreas fue deliberada y crítica para preservar la singularidad del único Dios
como distinto del Mesías.
23
Este título se refiere en la Biblia Hebrea a los Reyes de Israel.
101
24
En ambos Testamentos aquellos que reconocen a los reyes escogidos de Dios son
distinguidos como ejemplos de la fe. En 1 Sam. 25 Abigail reconoce la “realeza” de
David y realmente se convierte en su esposa (ver especialmente vs. 23, 27-33, 42). Este
es un “tipo” de matrimonio de la Iglesia de Cristo.
105
25
Michael Baigent, Richard Leigh, Henry Lincoln, The Messianic Legacy,
Jonathan Cape, 1986, p. 25.
26
Richard Rothe, cited by G.N.H. Peters in The Theocratic Kingdom, Grand
Rapids, reprinted by Kregel, 1952, Vol. I, p. 21. La obra de tres volúmenes sobre el
Reino de Dios es una de las más notables exposiciones de este mayor tema bíblico
nunca antes escrita.
107
través del profeta Natán y anunciado más adelante nuevamente por Jesús
en el Evangelio Cristiano.
El pacto Davídico es profundamente político. Trata, podríamos decir,
sobre la política divina. Es expresivo de la intención del Creador de
restaurar la armonía a una tierra perturbada, cuyos actuales arreglos
políticos han, en varias formas, fracasado en realizar el ideal para el cual
fue creado el hombre. El propósito de Dios para el hombre era que éste
debiera reflejar a la divinidad en la tierra. Eso es lo que significa ser un
"Hijo de Dios", reflejar el carácter del Padre. Adán fue puesto a cargo del
mundo y fue instruido a gobernarlo. Sostenidos por una continua
comunión con el Creador, la primera pareja pudo haber llevado a cabo su
mandato de "subyugar a la tierra". Pero esto no fue así. Una interrupción
fatal de la intención de Dios ocurrió cuando Adán y Eva se rindieron a los
halagos de un poder rival. Fueron abrumados por las mentiras de Satanás.
Cayendo para la contra propaganda del Diablo, abandonaron la Palabra de
Dios que expresaba Su voluntad para la conducción de los asuntos en la
tierra.
A un alcance mayor, el patrón de la indiferencia por la Palabra divina,
fijado por la pareja original, ha sido característico del curso entero de la
historia humana. Israel mismo, como guardianes de la revelación divina
que él preservó con cuidado meticuloso, fracasó en reconocer a su propio
Mesías, quien era soberanamente el vehículo de la Palabra y de las
palabras de Dios. Con excepciones notables —la familia de Noé,
Abraham, Moisés, David, los profetas, como también héroes
excepcionales de la fe de cada nación en cada edad— el curso de la
historia está marcado por la violencia y la desarmonía en el nivel de la
familia y de la nación. No se ha seguido la voluntad de Dios, ni se han
observado sus leyes. El Apóstol más cercano a Jesús definió la condición
del mundo como que “Yace bajo el poder del maligno" (1 Juan 5:19).
Jesús creyó que su Reino tenía un origen absolutamente diferente de las
actuales sociedades y que Satanás era ahora "el príncipe del mundo" (Juan
14:30). La Biblia ve la tierra actualmente como una provincia rebelde que
ha rechazado a su Hacedor. Uno tiene que oír las noticias de cada noche
que anuncian aún otro asesinato, para entender que el propósito de Dios
para nuestra raza continúa estando frustrado.
En la faz de semejante infelicidad e injusticia obvios, y lo que parece
ser a menudo sufrimiento sin propósito, muchos se desesperan por
encontrar algún significado para la existencia. La Biblia responde a la
110
con el Día venidero del Señor, que es también la venida del Reino de Dios.
Jesús no era ningún campesino Galileo benigno que tranquilizaba al
mundo diciendo que todo estaba bien. Él es primero y principalmente un
profeta y un portavoz para Dios, que expresa ambos, una tierna compasión
por el sufrimiento del ser humano y un denunciador ardiente de la locura y
la maldad de la forma de proceder del mundo. Sobre todo, Jesús es el
portador de las buenas noticias —de un futuro brillante para el mundo
entero cuando el Mesías venga a reinar.
La misión de Jesús fue conducida por su deseo abrumador de realizar
la voluntad de su Padre, el Dios de Israel. Jesús resumió la razón de su
ministerio como "el anuncio del Reino de Dios". Ésa era "la razón por la
cual [él] fue enviado" (Lucas 4:43). Por consiguiente, un asimiento del
Reino de Dios nos proveerá la llave para conocer la mente de Jesús.
habéis edificado casa de cedro? Ahora, pues, dirás así a mi siervo David:
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de
las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; y he
estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a
todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los
grandes que hay en la tierra. Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y
lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los
inicuos le aflijan más, como al principio, desde el día en que puse jueces
sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos.
Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. Y cuando tus días
sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a
uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El
edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su
reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo
le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; pero
mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité
de delante de ti. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante
de tu rostro, y tu trono será estable eternamente. Conforme a todas estas
palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David (2 Sam
7:1-17).
Los términos del plan de Dios para David e Israel son claros. David no
será aquel que construirá el templo. Más bien, Dios construirá una dinastía
para David. Hay una bendición para la nación también. Un lugar de
seguridad permanente será provisto para Israel. Se asocia a esa promesa la
garantía de un rey que gobierne como sucesor de David para siempre. El
informe paralelo en 1 Crónicas 17 omite la referencia a una reprimenda
apropiada para el descendiente inmediato de David, Salomón. La versión
posterior del pacto pone así un mayor énfasis en el objeto final de la
promesa —el Mesías. De él se dice: "sino que lo confirmaré en mi casa y
en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre" (1 Crón.
17:14). El Nuevo Testamento, citando un verso de 2 de Samuel 7,
reconoce a ambos, Jesús y a los cristianos, como los hijos e hijas
Mesiánicos a quienes las promesas del pacto se aplican: "Por lo cual, salid
de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y
yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e
113
2
Keil and Delitzsch, Commentary on the Old Testament, Hendrickson, 1989, Vol. II,
pp. 484-490.
116
vida en la edad venidera del Reino y de una cita como co-regente con el
Mesías. E incluso si el mundo hostil los pusiera a la muerte, reaparecerían
inmortalizados en la resurrección. Las puertas del Hades, inclusive, no
prevalecerían contra ellos.
Las autoridades Romanas vieron a Jesús como una amenaza política
potencial. No eran inconscientes de las implicaciones del Mesianismo. Sus
peores miedos, sin embargo, no fueron justificados. Jesús no organizó
ninguna revolución y no hizo ningún movimiento político. Cuando sus
seguidores menos instruidos procuraron hacerle rey allí, entonces Jesús
prontamente se fue solo a una montaña (Juan 6:15). El tiempo no había
llegado para que El accediera al trono. Sin embargo, El era candidato de
Dios a la oficina real. Jesús sabía tan bien como sus partidarios que el
papel de Mesías era liberar a Israel de la opresión extranjera (Lucas
24:21).4 El también sabía que el sendero a la victoria era la crucifixión, la
resurrección, la ascensión y un período de ausencia a la diestra del Padre.
El tiempo para una asunción abierta del poder mundial no está todavía
maduro.
5
Hastings Dictionary of the Bible, Extra Vol., p. 727.
123
Mismo como el recipiente de ese oficio: "el Padre ha dado [al Hijo del
Hombre] autoridad para ejecutar el juicio" (Juan 5:27). La tradición Judía
consideraba al rey ideal como el Mesías. Así el Targum lee: "Oh, Dios, da
el conocimiento de Tus juicios al rey Mesías, y Tu justicia al hijo del Rey
David." El Midrash Tehillim dice del Soberano mencionado: "éste es el
rey Mesías". Un retrato del rey Mesiánico, funcionando como el
instrumento de Dios para restaurar paz a la tierra, es proporcionado por
Isaías 11:1-5:
Saldrá una vara del tronco de Isaí [padre de David], y un vástago
retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu
de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de
conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el
temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo
que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá
con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de
su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia
cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.
Los Cristianos, siguiendo la dirección inspirada de Pablo, reconocen
en este pasaje un retrato del Mesías Jesús. Pablo creyó que el Mesías
establecería su Reino derrotando "al malvado" previsto por Isaías. Citando
al antiguo profeta, Pablo predijo que "el Señor [Jesús] lo destruirá [el
Anticristo] con el espíritu de su boca y lo aniquilará con el resplandor de
su venida" (2 Tes. 2:8, citando a Isa. 11:4).6 La Biblia Hebrea proporcionó
una cantidad de información esencial sobre acontecimientos que rodearían
la llegada futura de Jesús para cumplir su papel Mesiánico de librar el
mundo del gobernante impío. Después del violento derrocamiento del
gobierno satánico representado por el Anticristo final, un nuevo y
armonioso mundo emergerá.
Salmo 89
La promesa de la futura grandeza para el descendiente de David,
declarada en el pacto, sostuvo a los fieles durante las horas más oscuras de
la nación. El Salmo 89 celebra una confianza indomable en el propósito de
Dios de que el curso de la historia está siendo dirigido por la estrella polar
6
Pablo está interesado en el Asirio que es visto por Isaías como el
instrumento final del castigo divino para Israel (cp. Sal. 83; Miq. 5:5).
124
de la paz divina que vendrá bajo el reinado del Mesías. Así el Salmista
ensaya el compromiso del Todopoderoso:
Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo: Para
siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las
generaciones. Selah Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová, Tu
verdad también en la congregación de los santos. Porque ¿quién en los
cielos se igualará a Jehová? ¿Quién será semejante a Jehová entre los
hijos de los potentados? Dios temible en la gran congregación de los
santos, Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él. Oh
Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y
tu fidelidad te rodea. Tú tienes dominio sobre la braveza del mar;
Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas. Tú quebrantaste a Rahab
como a herido de muerte; Con tu brazo poderoso esparciste a tus
enemigos. Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y su
plenitud, tú lo fundaste. El norte y el sur, tú los creaste; El Tabor y el
Hermón cantarán en tu nombre. Tuyo es el brazo potente; Fuerte es tu
mano, exaltada tu diestra. Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;
Misericordia y verdad van delante de tu rostro. Bienaventurado el pueblo
que sabe aclamarte; Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro. En tu
nombre se alegrará todo el día, Y en tu justicia será enaltecido. Porque tú
eres la gloria de su potencia, Y por tu buena voluntad acrecentarás
nuestro poder. Porque Jehová es nuestro escudo, Y nuestro rey es el
Santo de Israel. Entonces hablaste en visión a tu santo, Y dijiste: He
puesto el socorro sobre uno que es poderoso; He exaltado a un escogido
de mi pueblo. Hallé a David mi siervo; Lo ungí con mi santa unción. Mi
mano estará siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá. No lo
sorprenderá el enemigo, Ni hijo de iniquidad lo quebrantará; Sino que
quebrantaré delante de él a sus enemigos, Y heriré a los que le aborrecen.
Mi verdad y mi misericordia estarán con él, Y en mi nombre será
exaltado su poder. Asimismo pondré su mano sobre el mar, Y sobre los
ríos su diestra. El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi
salvación. Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los
reyes de la tierra. Para siempre le conservaré mi misericordia, Y mi pacto
será firme con él. Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como
los días de los cielos. Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis
juicios, Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos,
Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades.
Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. No olvidaré
mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. Una vez he jurado
por mi santidad, Y no mentiré a David. Su descendencia será para
125
siempre, Y su trono como el sol delante de mí. Como la luna será firme
para siempre, Y como un testigo fiel en el cielo. Selah (Sal. 89:3-37).
De nuevo, tenemos la autoridad del Apóstol para aplicar estas palabras
a Jesús. En la búsqueda del ideal Mesiánico, Dios el Padre ha comenzado
a rescatar a creyentes del régimen opresivo del Diablo:
El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino
de su amado Hijo… El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de
toda creación… y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el
principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la
preeminencia. (Colosenses 1:13, 15, 18).
La sublime esperanza nacional de Israel, la cual Jesús, como Judío,
habría compartido, y que Pablo, como modelo del Cristianismo apostólico
específicamente dijo que endosó, miró hacia adelante a la aparición del
hombre de estado divinamente autorizado de este Salmo, y de la paz
mundial descrita en bosquejo por el Sal 72. El Salmo setenta y dos no se
cita directamente en el Nuevo Testamento, pero la función del rey descrito
en el Salmo es exactamente aquella demandada por Jesús. El retrato idílico
de un mundo armonioso va mucho más allá de cualquier cosa alguna vez
realizada bajo Salomón. La extensión del Reino es Mundial, y su duración,
para siempre. Puede aplicarse solamente a una época más allá del
momento crucial en la historia cuando, en las palabras del Apocalipsis del
Nuevo Testamento, "Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro
Señor y de su Cristo” (Revelación 11:15). El trono del gobierno ideal será
fundado sobre los principios espirituales de la justicia, la única base sana
de gobierno, como muchos coincidirían. La semilla de la justicia lleva
fruto cuando toda la opresión acaba y cuando el refrigerio viene a la tierra
bajo la influencia de una nueva cultura instituida por el Mesías.
Eventualmente todas las naciones verán las ventajas del gobierno de Dios
a través de su Hijo. 7
Es por esta condición feliz en la tierra que Jesús, cuyo corazón fue
movido por el sufrimiento, vio por todas partes, y nos urgió a orar "Venga
Tu reino... en la tierra" (Mateo 6:10). Participar en ese Reino era el deseo
supremo de los creyentes: "buscad primero el reino de Dios" (Mateo 6:33).
Los así llamados Salmos Mesiánicos son algunos de los muchos pasajes
alentadores de la Escritura que aseguran al mundo un resultado
7
Ver, por ejemplo, Isa.19:16-25.
126
maravilloso más allá del día del juicio, cuando el Mesías tomará a los
fieles para asistirle en la supervisión del nuevo mundo. El elemento de
juicio y tragedia no debe ser pasado por alto. Los que se oponen a Cristo
se les rehusará la entrada en el Reino. Se requiere un cierto estándar de
conducta de aquellos que se espera entren en el Reino cuando éste venga:
"si vuestra justicia no fuere mayor a la de los escribas y fariseos, no
entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5:20). La descalificación debido
a ciertas prácticas no éticas, no arrepentidas, amenazó aun a miembros de
la comunidad de la iglesia. Pablo, como Jesús, insiste en los estándares
Cristianos para la salvación:
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni
los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los
que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos,
ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” (1
Corintios 6:9, 10).
Salmo 110
De todos los pasajes del Antiguo Testamento este Salmo proporciona
la cita preferida para los escritores del Nuevo Testamento —no es
sorprendente, puesto que encapsula tan maravillosamente el progreso del
Mesías hacia el gobierno del mundo. El Salmo 110:1 es citado o aludido
en el Nuevo Testamento unas veinticinco veces. Es introducido como
oráculo divino: "la declaración de Yahweh a mi señor [adoni el rey]", y
tiene afinidades estrechas con el pacto Davídico. Los rabinos y Jesús
vieron en el "señor" de David al Mesías Rey prometido (Marcos 12:35-
37). El Salmo contiene todos los elementos de la revelación del Nuevo
Testamento. Algunos han sugerido que el Nuevo Testamento es realmente
una discusión y una extensión de este Salmo. El libro de Hebreos es
virtualmente un comentario sobre su primer versículo.
Los dos actores principales en el drama divino son Yahweh y su
Mesías, que es el señor, y, paradójicamente, también el hijo de David. El
cumplimiento de la parte de este Salmo vino con la ascensión de Jesús a la
diestra del Padre. Pedro hace de esto el punto concluyente de su sermón
revolucionario que anuncia a los Judíos consternados que han crucificado
recientemente a su Mesías (Hechos 2:34-36). Para clarificar una situación
desconcertante, Pedro trae la evidencia del oráculo profético del Salmo
110. Según el plan, la resurrección de Jesús de los muertos introdujo la
sesión del Mesías en el lugar de honor a la diestra de Dios. Jesús está
127
instalado como Señor y Cristo, sólo, sin embargo, hasta que Dios más
adelante "convierta a sus enemigos en estrado de sus pies." En seguida,
según la información provista por el Salmo, “Yahweh enviará desde Sion
la vara de tu poder", permitiendo al Mesías "gobernar en medio de [Sus]
enemigos" (Sal. 110:2). La figura descrita es evidentemente un guerrero,
un comandante militar dotado con ambos, oficio sacerdotal y real.
Ayudado por el poder de Dios (Adonai), él está destinado a "quebrantar a
los reyes en el día de su ira [de Dios]" (Sal. 110:5). Acompañando al
Mesías conquistador está un pueblo en total apoyo, vestidos en ropas
brillantes y que emergen en el amanecer del nuevo día (Sal. 110:3). No es
difícil ver aquí una descripción poética de los creyentes resucitados que
asisten al Mesías, en su venida, en el establecimiento (por la fuerza en esta
etapa) de su Reino. El Salmo complementa la descripción de la toma de
posesión del mundo prevista para el rey Davídico considerado en el Salmo
2.
Incluso las teorías exegéticas más ingeniosas no pueden conseguir
librarse de este material como la base para el Mesianismo explícito de la
Biblia. No hay un fragmento de la evidencia que desconcertara a Jesús, o a
los Cristianos del Nuevo Testamento, en el papel militar delineado para el
Mesías. Lo que el Salmo 2 describe no es la actividad de algún príncipe
Macabeano. La figura que obra para Dios en la restauración del gobierno
divino en la tierra es el Mesías mismo, pero no el Mesías que ha
presentado tanto la religiosidad de la iglesia. Esto plantea inmediatamente
la pregunta acerca de hasta qué punto ha sido retratado exactamente el
Mesías Jesús de la Biblia en aquellos que se sientan en las bancas de las
iglesias. Un teólogo en Cambridge sugiere que hay causa de inquietud
cuando él endosa la observación de un colega que
la mayoría de los predicadores hablan como si el Jesús que predican es
idéntico con el Jesús de la historia. Los teólogos saben que esto no es así,
pero las teorías ideadas en la tentativa de conectar al Cristo moderno con
el Jesús original han llegado a ser tan ilógicas y oscuras en cuanto a que
no acarrean ninguna certidumbre fuera de un círculo muy pequeño. 8
El profesor observa "cuánto muy diferente ha sido el Cristianismo en
diversos períodos."9 La pregunta ardiente es si el Cristo real del Evangelio
8
Don Cupitt, The Debate About Christ, p. 133.
9
Ibid., p. 43.
128
10
Ibid., p. 69.
7. La Fe de Jesús
En cada sistema del conocimiento hay una idea fundamental para ser
capturada, un concepto alrededor del cual el resto de los datos deben ser
organizados. Esta idea central dominante, determinará el carácter del
tema en su totalidad y da significado a cada parte de él. El concepto de la
base, la tesis básica, se convierte en el criterio por el cual todas las ideas
subsidiarias son evaluadas. La fe Cristiana viene a nosotros en la Biblia
como un cuerpo de información, desafiándonos a responder y a actuar.
La fuente de esa información es, en última instancia, Dios Mismo que
transmite Su mensaje a través de profetas y de profesores, y
soberanamente, a través de su representante principal, Jesús el Mesías.
¿Cuál, entonces, es el concepto central del núcleo de la enseñanza de
Jesús? ¿Qué forma el corazón de su mensaje? ¿Qué idea sola es la base
de toda Su prédica y enseñanza? ¿Qué idea primaria debe ser acogida y
creída por cualquiera que desee seguir a Jesús?
La respuesta a estas preguntas puede ser descubierta por cualquier
persona con una capacidad ordinaria de leer cualquier versión de la
Biblia, y un deseo serio de descubrir lo que enseñó Jesús. La importancia
de la idea dominante del Cristianismo —el corazón del Evangelio—
impresionó tanto a los escritores del Nuevo Testamento que lo
acentuaron una y otra vez.
Es un testimonio la forma extraordinaria en la cual los conceptos
fundamentales pueden perderse, que la idea principal de Jesús es muy
raramente, si nunca, presentada al público en la predicación del presente
siglo que corre. Igualmente es sorprendente el hecho de que los líderes
del Cristianismo organizado admiten que no están proclamando lo que
Jesús anunció como el Evangelio.
Un número de textos principales, atravesando el período de tiempo
desde la apertura del ministerio de Jesús en Galilea hasta la muerte de
Pablo, demuestran un concepto refrescante simple: La Biblia sabe de un
130
dar a entender por el Reino de Dios es venir muy cerca del corazón del
Evangelio de salvación de la Biblia.1
La propagación del mensaje del Evangelio era de importancia
suprema para Jesús y los discípulos que El eligió para que le asistieran:
"recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y
predicando el Evangelio del Reino de Dios…" (Mat. 9:35; 4:23), “Y los
envió a predicar el Reino de Dios” (Lucas 9:2). Él cargó a sus seguidores
con la responsabilidad de esparcir las noticias sobre el Reino: “Deja que
los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el Reino de Dios"
(Lucas 9:60).
Jesús definió el propósito final de la vida para Sus seguidores. Era la
búsqueda del Reino de Dios: "Buscad primeramente el Reino de Dios...”
(Mateo 6:33). El Reino era el tesoro supremo para el cual no había
sacrificio demasiado grande (Mateo 13:44-46). El Reino era también el
objeto de su ferviente oración, "Venga Tu Reino" (Mateo 6:10). Una
comprensión del plan del Reino de Dios requirió de un don de la
iluminación concedido a aquellos que siguieron incondicionalmente a
Jesús y su enseñanza, pero retenido del discípulo superficial (Mat. 13:13-
16).
El mismo tema del Reino dominó la conversación entre Jesús y los
discípulos después de su muerte y resurrección. Cuando el Señor
reapareció a sus representantes elegidos, por casi seis semanas "él les
habló sobre el Reino de Dios" (Hechos 1:3). En una conversación final
con Jesús antes de que él partiera de la tierra, los discípulos le
preguntaron si ahora había llegado el momento para la restauración del
Reino (Hechos 1:6).
1
The Kingdom of God, New York: Abingdon Press, 1953, p. 7.
133
2
Thomas Groome, Christian Religious Education, San Francisco: Harper and
Row, 1980, p. 39.
3
Ibid., p. 42.
4
Hans Küng, On Being a Christian, New York: Doubleday, 1976, p. 214.
5
Christology at the Crossroads, Orbis Books, 1978, p. 41.
6
Norman Perrin, Language of the Kingdom, Philadelphia: Fortress Press, 1976, p.
1.
7
Reginald Fuller, “The Double Commandment of Love,” in Essays on the Love
Commandment, ed. Schottroff, Philadelphia: Fortress Press, 1978, p. 51.
135
8
Regnum Dei, New York: The Macmillan Co., 1901, pp. 8, 9.
9
Alan Richardson, A Theological Word Book of the Bible, London: SCM Press,
1957, p. 119.
10
A.J. McClain, The Greatness of the Kingdom, Chicago: Moody Press, 1968, pp.
4-5.
11
T.C. Vriezen, “Theocracy and Soteriology,” in Essays on Old Testament
Hermeneutics, ed. C. Westermann, Atlanta: John Knox, 1979, pp. 217-218.
12
L. Goppelt, Theology of the New Testament, Grand Rapids: Eerdmans, 1981,
Vol. 1, p. 43.
13
Dictionary of Christ and the Apostles, Vol. 1, p. 486.
136
17
Preaching as Theology and Art, Nashville: Abingdon Press, 1984, pp. 41, 42,
énfasis añadido.
139
Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas,
predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con
él (Lucas 8:1).
Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos (Lucas
9:2).
Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del
reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados (Lucas 9:11).
"Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y
anuncia el reino de Dios" (Lucas 9:60).
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros
el reino (Lucas 12:32).
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas [los
acontecimientos que rodean la vuelta de Jesús a la tierra], sabed que
está cerca el reino de Dios (Lucas 21:31).
Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis
pruebas. Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a
mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en
tronos juzgando a las doce tribus de Israel (Lucas 22:28-30).18
Estas citas serán suficientes para subrayar el hecho de que el Reino
de Dios es ciertamente el foco del ministerio y de la misión de Jesús. El
Reino está abrumando en su importancia y es decisivo para el significado
del Cristianismo, la llave que abre la enseñanza del Nuevo Testamento.
Jesús inauguró Su ministerio en Galilea invitando al público,
diciendo: "Arrepentíos y creed en las buenas noticias del Reino de Dios"
(Marcos 1:14, 15). Con esta resonante directriz el Jesús resucitado
continúa hablando a los hombres y a las mujeres por todas partes. El
desafío es hoy tan urgente como lo era cuando fue publicado primero por
Jesús. El desafío de la Biblia es éste: "cambien sus mentes y sus vidas y
crean en el mensaje de la salvación, el mensaje de las Buenas Noticias
sobre el Reino de Dios que Jesús y los Apóstoles proclamaron siempre."
Una vez más en las palabras del Dr. Robertson, conferenciante
distinguido de la iglesia de Inglaterra: "el Reino de Dios es la respuesta
18
La palabra “Juzgar” que aparece en muchas versiones es traducida correctamente
“gobernar”, “administrar” o “regir” (Cp. El “juez” del AT que era un regidor, y Sal.
2:19, 1 Mac. 9:73, etc).
141
19
A. Robertson, Regnum Dei, Bampton Lectures, 1901, p. vii.
142
20
G.F. Moore, History of Religions, New York: Charles Scribner’s Sons, 1926, p.
107.
143
21
Friedrich Horst, “Face to Face,” Interpretation, July 1950, p. 260.
144
22
La referencia es a Jesús como el hombre representativo.
23
International Critical Commentary, p. 109.
145
del Reino futuro están ya activos por adelantado porque Jesús ahora está
sentado a la diestra del Padre) son desarticulaciones del esquema bíblico
y una explicación de la confusión que existe a propósito del Reino (y así
sobre la fe misma). Debemos orar "Venga tu Reino." Esto significa que
el Reino no ha venido todavía!
El magnífico tema central de toda la Escritura es la promesa de que
el gobierno ideal será traído a la tierra cuando Jesús, como Mesías,
simiente de Abraham y de David (Mateo 1:1), vuelva a gobernar. Los
lectores de la Biblia deberían estar animados y ser humildes para conocer
el significado de su llamado como "hijos de Abraham", "coherederos" y
"co-gobernantes potenciales" con el Mesías:
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por
heredad” (Mateo 5:5).
“Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos
sobre la tierra” (Rev. 5:10).
Y vivieron [en la resurrección] y reinaron con Cristo mil años. (Rev.
20:4).
Si sufrimos, también reinaremos con él (2 Tim. 2:12).
“Todas las cosas les pertenecen a ustedes” (1 Cor. 3:21).
“Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual
estamos hablando, [sino que él lo ha sujetado a Jesús y a sus
seguidores]” (Heb. 2:5).
“Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de
los hombres” (Sal.115:16).
“Al que venciere… le daré autoridad sobre las naciones (Rev. 2:26).
Tendrás autoridad sobre diez ciudades. (Lucas 19:17). Sobre mucho te
pondré” (Mateo 25:23).
“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová…Su descendencia será
poderosa en la tierra…El poder de sus obras manifestó a su pueblo,
Dándole la heredad de las naciones…. El levanta del polvo al pobre, Y
al menesteroso alza del muladar, Para hacerlos sentar con los príncipes,
Con los príncipes de su pueblo” (Sal. 112:2; 111:6; 113:7, 8)
“y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os
llamó a su reino y gloria” (1 Tes. 2:12).
146
24
G.R. Beasley-Murray, Jesus and the Kingdom of God, Grand Rapids: Eerdmans,
1986, p. 163.
25
Martin Lloyd-Jones, Cassette No. 5356, “The Signs of the Kingdom.”
26
Tony Evans, What a Way to Live! Nashville: Word, 1997, p. 171.
147
27
George Ladd, A Theology of the New Testament, Eerdmans, 1974, p. 48.
28
Martin Lloyd-Jones, Commentary on Romans, Grand Rapids: Zondervan, 1976,
pp. 72, 75, 76, énfasis añadido.
29
Sal. 29:1; 89:6; Dan. 3:5; Job 38:7.
148
La fe de Jesús
La fe en Jesús se ha reducido en muchos sistemas teológicos a la
creencia en su muerte y resurrección. Los Apóstoles, sin embargo, nos
impulsan a una imitación de Jesús. Debemos tener "la fe de Jesús".
Debemos creer no solamente en él, sino también en lo que él creyó. La fe
del Jesús histórico es el modelo para los Cristianos y no se la debe
relegar como arcaico o como "Cristianismo primitivo", como si todo lo
que ahora cuenta es la fe en un Cristo resucitado divorciado del Jesús
real que vivió y enseñó.
Una simple retraducción de la frase "fe en Cristo" como "la fe de
Cristo" ayuda a religarnos a la fe como Jesús la practicó. Como tantos
comentaristas han observado, Pablo habló de tener “la fe de Jesús" en
Romanos 3:26.30 Usando la misma frase él habla de “la fe de Abraham"
(Rom. 4:16). No hay razón de traducir esta singular frase como "la fe de
Abraham" y la otra como la "fe en Jesús", cuando la construcción Griega
es igual. El libro de Revelación define a los Cristianos como aquellos
que tienen "la fe de Jesús" (Rev. 14:12).
La fe de Jesús incluye también la "fidelidad de Jesús", Su confiada
obediencia al pacto, y a su mirada puesta en la proclamación del Reino.
La fe en Jesús no es de manera alguna disminuida cuando pensamos
también en la fe como él la modeló. El Evangelio de Jesús no debe ser
entendido como apenas un Evangelio sobre El, sino el Evangelio como
él lo predicó. Esto nos traerá en línea con el muy descuidado testimonio
de Mateo, de Marcos y de Lucas como la base de la fe Cristiana.
Debemos reenfocar nuestra atención en el mensaje del Mesías que es del
todo tragado muy a menudo en frases vagas sobre "predicando a Cristo",
como si El “es” el “Evangelio”. Era con buena razón que Jesús habló del
sufrimiento por "su causa y por la del Evangelio", equivalente a "Mí y de
Mis palabras" (Marcos 8:35, 38). El Evangelio de Juan acentúa
continuamente la necesidad de creer en las "palabras de Jesús",31 un
30
El genitivo debe leerse como subjetivo, como es propuesto por G. Howard en
“The Faith of Christ,” Expository Times (85), Abril 1974, pp. 212-215. Ver también
Ludwig Albrecht, Das Neue Testament, Brunnen-Verlag, 1957, pp. 399, 400, notas a su
traducción de Rom. 3:26.
31
Juan 4:41, 50; 5:24, 34, 38, 47; 6:63, 68; 7:16; 8:31, 37, 38, 43, 47, 52; 12:46-50;
14:23, 24; 15:7; 17:8, 14, 17. Se dice mucho acerca de “recibir a Cristo” en el
evangelismo moderno, y muy poco sobre “recibir sus palabras” (Juan 17:8).
150
hecho que debe recordarnos que Juan creyó sin menos intensidad que
Mateo, Marcos, y Lucas, que el Evangelio del Reino de Jesús es el centro
de la fe verdadera.
32
Referido a la abominación de la desolación, relatado en Dan. 8:13; 9:27; 11:31;
12:11.
33
Ver Dan. 12:7, LXX. Para un completo informe de los paralelos entre Daniel y el
Discurso de los Olivos, ver Lars Hartman, Prophecy Interpreted, Coniectania Biblica,
NT Series 1, Sweden: Gleerup Lund.
151
37
El uso de Marcos del participio masculino (13:14) sugiere una persona humana.
155
1
A. Robertson, Regnum Dei, p. 21.
2
Gen. 49:10; Mat. 2:6; Rev. 5:5.
157
6
The Historic Jesus, London, New York: Longmans, Green and Co., 1931, p. 4.
161
7
Ibid., pp. 5, 6, énfasis añadido.
162
9
Pablo encontró esta estrategia básica entre los Corintios (ver 2 Cor. 11:4).
164
10
The Debate about Christ, p. 69.
11
Ibid.
166
12
J.A.T. Robinson, The Human Face of God, SCM Press, 1973, p. 9.
13
The Debate about Christ, p. 69.
14
H.L. Goudge, Essays on Judaism and Christianity, cited by H.J. Schonfield, The
Politics of God, p. 98.
15
In the End God, Fontana Books, pp. 42, 43, énfasis añadido.
167
17
Jesus and the Kingdom of God, p 276.
169
18
Citado por H.J. Schonfield, The Politics of God, p. 98.
171
19
The Christ of the New Testament, Princeton University Press, 1924, pp. 67, 68.
173
20
Ibid., p. 68.
21
Ibid., énfasis añadido.
22
Ibid., pp. 69, 70.
174
23
J. Klausner, The Messianic Idea in Israel, George Allen and Unwin, Ltd., 1956,
p. 521.
24
Johannes Schneider, “Jesus Christ: His Life and Ministry,” en Fundamentals of
the Faith, ed. C.F.H. Henry, Baker Book House, 1975, p. 101.
9. Hechos 1:6 y el Eclipse del
Reino Bíblico
1
La sustancia de este capítulo fue primero publicado en The Evangelical Quarterly
(3), 1994, y es usado aquí con permiso.
177
2
The Acts of the Apostles, Edinburgh: The Saint Andrews Press, 1955, p. 3.
3
Ibid., p. 4.
4
Ibid.
178
Un Examen Histórico
El comentario por Jamieson, Faussett y Brown es uno de los pocos
de su era6 que no sigue el patrón usual de la condenación:
Ya que su pregunta ciertamente implica que ellos buscaron por alguna
restauración del Reino a Israel, así también ellos ni son reprendidos, ni
contradichos. Decir, como lo hacen tantos expositores, que la
contestación de nuestro Señor fue tan intencionada, es simplemente no
escuchar lo que él dice, sino imponer sobre sus palabras lo que los
hombres piensan que debe significar.7
Con mucho menos simpatía, H.A.W. Meyer, escribiendo en 1884,
deplora la falta de entendimiento de los Apóstoles: "por su 'Israel' ellos
dejan traslucir que todavía no han dejado de estar enredados en las
esperanzas Judías Mesiánicas, según las cuales el Mesías estaba
destinado para el pueblo de Israel como tal; cp. Lucas 24:21."8
El comentario del púlpito9 reaccionó semejantemente:
5
Cp. Expositor's Bible Commentary, ed. Frank Gaebelein, Zondervan, 1981, Vol.
9, p. 256: “La pregunta que hicieron los discípulos refleja las ascuas de una esperanza
en otro tiempo resplandeciente por una teocracia política en donde ellos serían los
líderes…Pero aunque las palabras de Jesús sobre la venida del Espíritu reavivó en los
discípulos su vieja esperanza nacionalista, Jesús tuvo algo más en mente”. El
comentario describe la pregunta como “equivocada”.
6
Philadelphia: Lippincott & Co., 1868.
7
Commentary on Acts, pp. 2, 3.
8
Critical and Exegetical Handbook to the Acts of the Apostles, Winona Lake:
Alpha Publications, 1979, pp. 27-28.
9
Acts, ed. Spence and Exell, exposition by A.C. Hervey, Chicago: Wilcox &
Follett, 1880-1897. El mismo comentario sobre Lucas 1:32,33 (1889) reconoce que
Jesús no ha heredado el trono de David en la forma como lo predijo Gabriel.
180
10
Republished Eerdmans, 1950, commentary on Matt. 19:27, p. 251.
11
Calvin's Commentaries, Acts of the Apostles, ed. D.W. Torrance and T.F.
Torrance, Grand Rapids: Eerdmans, 1965, p 25.
181
12
Commentary on Acts, London: Routledge, Warne and Routledge, 1863, p. 4.
182
13
Oxford: Clarendon Press, 1923, p. 132.
14
Ibid., p. 156.
183
Un Cambio de Actitud
En la misma década un cambio significativo de corazón es digno de
ser observado en el tratamiento de los comentaristas de la evidencia
problemática de Hechos 1:6. Un examen objetivo del texto reveló que ni
Lucas ni Jesús, a quien él divulga, exhibieron el malestar más leve o la
sorpresa sobre la perspectiva de la restauración del Reino a Israel. No fue
emitida ninguna reprensión a los discípulos por su “ceguera”. Todo en el
contexto implica que habían hecho una pregunta perfectamente
apropiada. En otras ocasiones Lucas no tiene miedo informar la lentitud
de los Apóstoles para asir la verdad, cuando esto es apropiado. Antes
ellos no estaban dispuestos a aceptar que el Mesías tuviese que morir:
15
The Kingdom of God, p. 93.
16
Ibid., p. 168.
17
I Believe in the Resurrection, Hodder and Stoughton, 1975, p. 97.
18
Ibid.
19
Ibid.
184
20
The Theology of St. Luke, New York: Harper and Row, 1960, p. 163.
21
Es incorrecto hablar del “fin del tiempo”. La Biblia espera el tiempo que seguirá
en la siguiente era del Reino que será precedido por el “tiempo del fin”.
22
The Acts of the Apostles, Philadelphia: Westminster Press, 1971, p 143.
185
26
Particularmente los temas anunciados por Isa. 40-66.
188
27
Cp. Sal. 122:3-5. El tema de la Consolación en Jerusalén refleja las promesas de
Isa. 40:1; 49:13; 51:3; 52:9; 57:18; 66:11,13. La redención de Jerusalén es prevista por
Isa. 43:1; 44:23; 51:11; 52:3; 63:4 (lutrosis, LXX). La Restauración es esperada en Isa.
1:26; 49:6, 8; 52:8; 58:12. Cp. Jer. 27:22; 3:17-19. La venida del Reino es
evidentemente el mismo evento como está esperado en Isaías 52:7, “Vuestro Dios
reina”, donde el Targum lee: “El Reino de Dios está revelado”.
28
Cp. Zac. 12:3 (LXX): “los que se la cargaren serán despedazados”. La profecía
es repetida en Rev. 11:2: “y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses”.
189
29
The Narrative Unity of Luke-Acts, p. 19.
190
entiende que las Escrituras prometen un Reino Mesiánico para Israel que
será una época de paz y de libertad de los opresores. Esta promesa se
reconoce como válida si sólo Israel aceptara a su Mesías". 30 Tannehill
explica que el tema de Lucas de la redención para Israel continúa
apareciendo como una esperanza futura, incluso después de la
crucifixión. La enseñanza Cristiana bíblica sobre el futuro no ha perdido
nada de su orientación Judía del Antiguo Testamento. Todavía se ata a la
recuperación de Israel y de su restablecimiento en la tierra:
"nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel." Es
otra vez una cuestión de la redención de Israel. Esta esperanza es
restablecida por la resurrección de Jesús, que conduce a los discípulos a
pedir, "Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?“ (Hechos
1:6). Aquí reaparece la esperanza por el Reino mesiánico de Israel,
expresada fuertemente en las narrativas del nacimiento. Esta pregunta
no demuestra meramente la ceguera de los seguidores que aún no han
recibido el Espíritu. Jesús corrige su curiosidad acerca de los tiempos,
pero El no rechaza la posibilidad de un Reino restaurado para Israel. Y
Pedro, después de recibir el Espíritu, aún mantiene la esperanza de la
"restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus
santos profetas de tiempo antiguo…" (Hechos 3:21).31
De interés particular es el hecho de que Lucas 1:70 y Hechos 3:21
ambos contienen la frase que todo lo abarca "que habló Dios por boca de
sus santos profetas de tiempo antiguo”. En una declaración breve el
barrido o alcance del conjunto de la profecía Hebrea nos es traído ante
nosotros. Las promesas de un Mesías real que tiene acceso al trono de
David y que causa la liberación para Israel y Jerusalén, todavía aguardan
el cumplimiento en la Parusía. Las palabras de Jesús son para el mismo
efecto. Los discípulos esperan su propia redención, y el advenimiento del
Reino, en el regreso del Mesías (Lucas 21:28, 31). Los grandes
acontecimientos que marcan el restablecimiento del Reino Davídico no
se cumplen cuando el Espíritu se derrama y no se aplica, por lo tanto, a
la Iglesia este aspecto del regreso de Cristo. La ausencia del Mesías, que
está en el cielo, es temporal, extendiéndose hasta el final de la edad
presente. Entonces vendrá el tiempo para la realización de la esperanza
que ha funcionado como un hilo de rosca dorado con las Escrituras
Hebreas y hacia adelante en los Evangelios. La divulgación de Lucas de
30
Ibid., p. 34.
31
Ibid., p. 35.
191
34
Ibid., pp. 97-98.
35
Para excelentes comprensiones en la escatología del Nuevo Testamento a la luz
de su antecedente Hebreo, ver G.W. Buchanan, The Consequences of the Covenant,
Leiden: Brill, 1970, y Jesus, the King and His Kingdom, Macon: Mercer University
Press, 1984.
36
The Virgin Birth of the Messiah, London: Geoffrey Chapman, 1977, p. 311.
193
39
Ibid., p. 27.
40
The Kingdom of God in the Apostolic Writings, London: James Clark, 1924.
195
41
Ibid., p. 92.
42
The Kingdom of God in 20th-Century Interpretation, ed. Wendell Willis, p. 114.
196
44
Cp. La manera alegre en que el Diccionario de Hastings de la Biblia descarta
Hechos 1.6 como valioso sólo como “un auténtico toque pequeño…una verdadera
reminiscencia de lo que nosotros podemos estar seguros que era su actitud real en el
momento, aunque dejó de serlo pronto. Cuando ellos preguntaron, “Señor, ¿restaurarás
el reino a Israel en este tiempo? sus pensamientos todavía estaban corriendo en la
ranura de la antigua expectativa Judía. Es el último rastro de ellos que nosotros tenemos
en esta forma ingenua” (Vol. II, “Jesucristo”). Al contrario, la misma escatología es
confirmada en Hechos 3:21.
10. La Falsificación de la Doctrina
Cristiana
Nadie que ha pasado el tiempo con las cartas de Pablo puede dejar de
estar impresionado por el sentido de urgencia vehemente que lo motiva. Él
evidentemente emprende una campaña por una causa que considera que es
soberanamente importante. Habla de sí mismo como que ha sido puesto a
cargo de un servicio —el asunto de hacer público el Evangelio de la
salvación. Es un deber sagrado que él debe cumplir cueste lo que cueste
(Hechos 20:24). La tarea de su vida es propagar el Mensaje de las Buenas
Noticias acerca del Reino de Dios (Hechos 19:8; 20:25; 28:23, 31) —la
información que él ve como la única que tiene valor absoluto. Sin ella un
hombre perece. Con ella él está en su camino para lograr el propósito para
el cual nació —el logro de la inmortalidad en el Reino venidero, como
coadministrador con Jesús, el Mesías. Pablo dejó en claro la naturaleza de
su comisión en los primeros versículos y en la conclusión de su carta a los
Romanos:
Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el
evangelio de Dios,1 que él había prometido antes por sus profetas en las
Santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del
linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder,
según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, y
por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en
todas las naciones por amor de su nombre; entre las cuales estáis también
vosotros, llamados a ser de Jesucristo. Y al que puede confirmaros según
mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del
misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha
sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el
1
El mismo describe el mismo Evangelio predicado por Jesús (Marcos 1:14) y por
Pedro (1 Ped. 4:17). Pablo usa la frase frecuentemente (Rom. 1:1; 15:16; 2 Cor. 11:7; 1
Tes. 2:2, 8, 9).
200
mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para
que obedezcan a la fe (Rom. 1:1-5; 16:25, 26).
Cualquiera en la búsqueda de la fuerza motivadora detrás de la misión
de Pablo la encontrará también claramente indicada en el libro de los
Hechos. En su discurso de despedida a los ancianos Efesianos, Pablo nos
provee de una cantidad de declaraciones reveladoras resumidas acerca de su
evangelismo. Él había “solemnemente brindado testimonio a ambos, Judíos
y Griegos, acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro
Señor Jesucristo” (Hechos 20:21).2 Este había sido el corazón de su
ministerio. Igualmente éste podría ser llamado una solemne testificación del
"Evangelio de la Gracia de Dios" (Hechos 20:24). Él luego añade
inmediatamente una definición sucinta del contenido de su predicación. Ese
había sido el "Anuncio del Reino de Dios" (Hechos 20:25), que fue
equivalente a "declarar todo el propósito de Dios" (Hechos 20:27). Después
de advertirles que la pureza de su Mensaje estaría amenazada después de su
partida por "lobos salvajes" que interferirán con el rebaño y "que hablarán
cosas perversas" (Hechos 20:29, 30), Pablo nuevamente preconizó el
Evangelio como "el Mensaje de la gracia que tiene poder para
sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados” (Hechos
20:32). La herencia implícita, claro está, es la herencia del Reino.
La definición de la evangelización de Pablo provee un correctivo muy
necesitado para la presentación moderna del Evangelio. La realidad
sorprendentemente simple es que su propio Mensaje está basado en los
mismos hechos del Mensaje del Jesús histórico. Mientras que Jesús
"anuncia el Evangelio de Dios acerca del Reino" (Marcos 1:14, 15), Pablo
"anuncia el Reino de Dios" como “todo el consejo de Dios". El Apóstol no
ha abandonado el Evangelio como afloró de los labios de Jesús a favor de
un Evangelio acerca de la muerte y resurrección de Cristo solamente, como
casi todo evangelismo contemporáneo nos dice. Si Lucas hace una cosa
clara, esa es que Jesús es el modelo de todos los verdaderos predicadores
del Evangelio. Tal como Jesús, como era Su costumbre, "los recibió y
empezó hablar acerca del Reino de Dios" (Lucas 9:11), Pablo es visto en
Roma cerca del clímax de su carrera "recibiendo a todos los que a él venían,
2
El registro de Lucas sobre la expectativa de Jesús del ministerio de la Iglesia
corresponde exactamente con la definición de Pablo de esta tarea: que se predicase en su
nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados (Lucas 24:47). Este conlleva la
proclamación del Reino (Hechos 20:25).
201
3
Esto no quiere decir que no haya una amplia variedad de maneras en las cuales el
Mensaje es transmitido. La substancia, sin embargo, es immutable.
4
F.J. Badcock en The History of the Creeds (Nueva York: Macmillan, 1938, pág. 15)
se refiere a Hechos 8:12 como un credo temprano. Cuán diferente sería el Cristianismo
moderno si esta simple fórmula preciosa para el bautismo hubiese sido retenida.. Hechos
8:12 muestra qué tipo de profesión de fe precedió a la iniciación en la Iglesia. Un asimiento
del Reino de Dios era evidentemente la base del Cristianismo bíblico.
5
El "del" en la frase el "Evangelio del Reino" es objetivo y significa "acerca". Así
Nigel Turner señala en A Grammar of New Testament Greek (Una Gramática de Nuevo
Testamento Griego) el ed. J.H. Moulton, Vol. 3, Syntax, el T & T Clark, 1963, pág. 211.
202
Señor (3 Juan 9, 10). Una toma teológica estaba en proceso. Una supresión
de la verdad apostólica había comenzado aun antes del fin del primer siglo.
El espíritu maligno del Anticristo ya había hecho su aparición (1 Juan 2:18;
4:1; 2 Tes. 2:7).
No es difícil ver que el Cristianismo del Nuevo Testamento estaba bajo
constante ataque de la religión falsa. Hubo ministros haciéndose pasar por
agentes de Cristo (2 Cor. 11: 3, 4, 13-15). Individuos alteraban la fe de los
creyentes inexpertos proponiendo radicalmente nuevas enseñanzas
calculadas para obscurecer la fe genuina. En el mismo tiempo de Pablo, la
mayoría ya estaban falsificando el Mensaje (2 Cor. 2:17),7 principalmente
para satisfacer las demandas de aquellos que no tolerarían la enseñanza
sana, sino que escogen apartarse de la verdad para irse tras las fábulas" (2
Tim. 4:4). Pablo mismo, como Jesús antes de él, fue visto como un
engañador religioso por practicantes de la religión rival. Él fue
contrarrestado por falsos hermanos (2 Cor. 11:26; 2 Tim. 4:14) y
abandonado por amigos íntimos (2 Tim. 4:10). Él fue considerado como "un
farsante" (2 Cor. 6:8). Su respuesta fue dar fe de que el espíritu virulento del
Anticristo ya estaba en acción (2 Tes. 2:7). Pablo estaba convencido de que
el engaño, ya en camino, fue un preludio para una confusión final y masiva
que significaría la perdición para aquellos que no "recibieron el amor de la
Verdad" (2 Tes. 2:8-10).
Jesús había estado no menos preocupado con los peligros de la
enseñanza falsa. Él expresó sus dudas si la creencia Cristiana genuina sería
hallada en cualquier parte en la tierra para el tiempo cuando El volviera
(Lucas 18:8). El se imaginó una situación, a Su regreso para establecer el
Reino, en donde muchos sufrirían una amarga decepción. Habría muchos
que protestarían de que ellos habían sido miembros completamente
comprometidos con lo que ellos creyeron era la Iglesia Cristiana, sólo para
encontrar que su trabajo de predicar y aun su realización de milagros y
exorcismos en nombre de Cristo nunca habían sido reconocidos por Jesús
(Mat. 7:21-23; Luc. 13:23-30). Seguramente éstas deben ser algunas de las
más desafiantes advertencias nunca antes pronunciadas por un maestro
religioso:
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me
dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu
7
Fue “los muchos que estuvieron corrompiendo la palabra de Dios”.
204
8
1 Juan 2:18,19. Juan está escribiendo en un tiempo cuando la predicción de Pablo en
Hechos 20:29, 30 se hizo realidad.
205
9
2 Tes. 2:1-14, como está traducido en The Living Letters: The Paraphrased Epistles,
K.N. Taylor, Tyndale House Pub., 1962. Yo he reemplazado la palabra “infierno” con
“destrucción”, por ser más cercano al original Griego.
207
La Meta Cristiana
La relevancia de todo esto para nuestra escena religiosa contemporánea
puede ser probada invitando al feligrés común a decir lo que él entiende
como la meta de la vida Cristiana. La pregunta no será diseñada para
pillarle, sino simplemente como una prueba del entendimiento
contemporáneo. Será de lo más inusual si su respuesta no contiene ninguna
referencia a “ir al cielo al morir". Suponga ahora que él hubiese dado esta
respuesta en la mitad del segundo siglo, un poco más de cien años después
de la muerte de Jesús. Tenemos un pedazo muy bueno de evidencia de la
reacción que habría provocado en uno que se consideró a sí mismo entre los
exponentes más inquebrantables de la fe Cristiana en aquel entonces. En un
tratado sobre la fe, San Justino escribió: "Si te has encontrado con algunos
que dicen que son cristianos y que niegan la resurrección, pero que afirman
que sus almas cuando mueren son tomadas al cielo, no te imagines que son
Cristianos".12
10
2 Tes. 2:12,13; 1 Tim. 2:4; 4:3; 2 Tim. 2:25; Tito 1:1; 2 Tes. 2:10; 2 Cor. 4:2; 13:8.
En 1 Tim. 2:7 cp. Las palabras de David en Sal. 119:97, 142: “Oh cuánto amo Tu ley
[torah]…Tu ley es verdad”.
11
Así Nigel Turner traduce Col. 2:2 (Una Gramática de Nuevo Testamento Griego,
Vol. 3, pág. 211). El énfasis bíblico en el intelecto y en el entendimiento como una base
para la fe legítima ha estado principalmente perdido en la evangelización contemporánea.
Según Juan, quien habla mucho sobre la verdad, Jesús vino a darnos "entendimiento para
conocer a Dios" (1 Juan 5:20).
12
Justino Mártir, Diálogo con Trypo, Cap. 80, que escribe en el 150 DC.
208
13
La muerte en la Biblia Hebrea significa la cesación de la conciencia (ver
Ecle.9:5,10; Sal. 6:5; 146:4; 115:17). El Nuevo Testamento sigue al Antiguo al hablar de la
muerte como “dormir” (Juan 11:11; 1 Tes. 4:13-15; 5:10; 1 Cor. 15:6).
14
J.A.T. Robinson, On Being the Church in the World (Sobre Siendo la Iglesia en el
Mundo), Londres: SCM Press, 1960, p. 129.
209
15
Ibid.
16
Ibid., p. 130.
17
Lamberto Schuurman, en Faces of Jesus (Las Caras de Jesús), ed. J.M. Bonino,
Orbis Books, 1977, p. 166.
18
Ibid., p. 176.
19
The Politics of God (Las Políticas de Dios), p.99.
210
Los Hebreos, para quienes el Mensaje divino fue confiado, habían sido
adiestrados para creer que el hombre fue un ser animado sostenido, como
los animales, por el aliento de vida. Cuando muere, él regresa a la tumba y
al polvo del cual él había sido formado, y que su conciencia cesa en ese
momento (Gen. 3:19). La única esperanza de vida adicional sería a través de
una resurrección de la persona completa del estado de muerte (Dan. 12:2;
Isa. 26:19; Sal. 16:10). El Mensaje divino había aclarado, desde el
comienzo, que Abraham, David, los profetas, y todos los fieles creyentes
deben levantarse de sus tumbas en el futuro para participar en la herencia
prometida de la tierra (Heb. 11:19; Mat. 8:11). Aun si la resurrección no
había sido deletreada en detalle, ella fue lógicamente necesaria, puesto que
todo el mundo sabía que los patriarcas habían muerto sin haber recibido una
herencia de su Reino (Heb. 11:13, 39).20 Por consiguiente deben reaparecer
por la resurrección de la muerte para unirse a la compañía de todos los fieles
en el reinado del Mesías. De este modo es que Jesús creyó claramente
cuando El pronunció estas palabras:
Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a
Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis
excluidos. Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur,
y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. (Lucas 13:28, 29; Mat. 8:11).
Lo que Satanás logró en los inicios de los siglos fue la supresión de la
doctrina bíblica del hombre como que necesita lograr la inmortalidad a
través de la resurrección cuando el Mesías haya llegado para establecer el
Reino. Éste sería un regalo de su Creador. La enseñanza bíblica estaba
hecha para parecer absurda, si, como los Griegos pensaban, el hombre ya
era por naturaleza inmortal. La tragedia es que la Iglesia era, y lo es, tan
lenta para ver que su carta de triunfo, el Mensaje divino que contenía la
promesa de la resurrección y la entrada en el Reino, estaba siendo
distorsionada. El nuevo sistema de pensamiento enseñó que la meta
Cristiana era la supervivencia como un alma incorpórea en el cielo, en vez
de la participación en el Reino Mesiánico en la tierra. La perspectiva de una
20
La resurrección es conocido por los escritores del Antiguo Testamento, por ejemplo
en 1 Sam. 2:6; Sal. 16:10; 17:15; 27:13; 49:15; 73:23ff; Job 19:25ff.; Isa. 26:19; Dan. 12:2.
Hebreos implica que Abraham entendió que él iba a ser levantado a la vida (Heb. 11:13,
19, 35, 39). Otros pasajes muestran que los patriarcas esperaban vivir de nuevo (Rom. 4:13;
Gál. 3:29; Hechos 7:5; 26:6ff; Juan 8:56). Un artículo útil por Norman Logan que resume
la evidencia, apareció en El Periódico Escocés de Teología (6), 1953, el pp. 165-172.
211
21
J.A.T. Robinson, In the End God (En el Fin Dios), p. 104.
212
22
J.H. Bernard, T&T Clark, 1928, pp. 378,379.
23
The International Standard Bible Encyclopedia (La Enciclopedia de la Biblia
Estándar Internacional), ed. James Orr, Eerdmans, 1983, Vol. II, la "Muerte", pág. 812.
Para una reciente cuenta excelente de la doctrina bíblica del sueño de los muertos y la
aniquilación del malo, vea Life, Death, and Destiny (Vida, Muerte y Destino), por el pastor
Bautista y profesor de la Biblia Warren Prestidge, Auckland, Nueva Zelanda, Resurrection
Publishing, 1998.
24
Ibid., énfasis añadido.
213
25
La referencia de Jesús en Mat. 10:28 al alma que el hombre no puede matar no
significa que El creyó en la inmortalidad del alma. El prosigue para decir que el alma es
destructible en el Gehenna. Lo que el hombre no puede destruir es la vida que Dios recrea
en la resurrección.
26
El punto es igualmente válido contra la mayoría de Protestantes.
27
Una Respuesta al Diálogo de Sir Thomas More, libro 4, Cap. 2, pp. 180,181.
214
28
El Credo Niceno.
29
Para la documentación adicional de esto y para un compendio de información
bíblica e histórica sobre la muerte como sueño, vea L.E. Froom, The Conditionalist Faith
of Our Fathers (La Fe Condicionalista de Nuestros Padres), 2 vols., Review & Herald,
1965. Una indicación interesante de la creencia de Lutero en el sueño de los muertos es
215
proporcionada por la cita de Tyndale de su antagonista Sir Thomas More: "Qué debería
preocuparse por cuánto tiempo él vive en el pecado, como cree Lutero, si él no deberá
sentir después ni bueno ni malo, ni en cuerpo ni en alma, hasta el día del juicio". El
comentario de More muestra que él tenía un pobre entendimiento de las implicaciones de la
inmortalidad condicional". La cita demuestra que el punto de vista de Lutero del estado de
los muertos era bíblico, no ortodoxo.
30
Paul Althaus, The Theology of Martín Luther (La Teología de Martín Lutero),
Philadelphia: Fortress Press, 1966, pp.413, 414, énfasis añadido.
216
31
A Theological Word Book of the Bible (Un Libro de Palabras Teológicas de la
Biblia), ed. Alan Richardson, pp. 111,112.
32
D. Willard, The Spirit of the Disciplines (El Espíritu de las Disciplinas), San
Francisco, Harper, 1988, pág. 82. El autor prosigue para señalar que destacados eruditos
insisten en la "resurrección como la verdadera forma de la existencia humana más allá de la
muerte" (ibid.). Pero las iglesias durante siglos no han aclarado esto en absoluto a sus
congregaciones.
33
Este punto fue hecho brillantemente por Oscar Cullman en su ¿Immortality of the
Soul or Resurrection of the Dead? (¿Inmortalidad del Alma o Resurrección de los
Muertos?) Epworth Press, 1958, reimpreso en Un Periódico de la Reforma Radical, vol. 3,
nos, 1, 2 (disponible de la Atlanta Biblia College, P.O. Box 100,000, Morrow, GA 30260,
EE.UU)
217
La Naturaleza de Hombre
Una pregunta primaria para los Cristianos concierne con nuestro destino
como seres humanos. La base de una buena comprensión está dispuesta en
el libro de Génesis. Lo que hemos estado aprendiendo en la iglesia, sin
embargo, ha tendido a obstruir en vez de promover los hechos bíblicos. El
problema comienza temprano en el registro divino. La tradición filosófica
Griega que temprano en el segundo siglo se mezcló a sí misma con la fe
original, ha hecho mucho para prevenirnos que sepamos quiénes somos.
Nosotros comenzamos mal a menos que captemos completamente el relato
de la creación del hombre. Estamos interesados ante todo por encontrar el
significado de la palabra "alma". Sin ninguna clase de instrucción formal
nos parece embeber la noción de que el “alma" debe significar una parte
inmortal del hombre que sobrevive a la muerte. Tal idea representa mal el
punto de vista bíblico. Como un comentarista moderno señala:
Inmortal significa a prueba de muerte. Creer en la inmortalidad del alma es
creer que aunque el cuerpo de John Brown descansa enmohecido en la
tumba, su alma sigue la marcha sencillamente porque seguir la marcha es
la naturaleza de las almas, exactamente como la producción de manzanas
es la naturaleza de los manzanos. Los cuerpos mueren, pero las almas no
lo hacen. Verdadero o falso, éste no es el punto de vista bíblico, a pesar de
que muchos que deberían saber mejor asumen que lo es.35
Desafortunadamente nuestra versión King James (Rey Jaime) de la
Biblia encubre la comprensión correcta del vocablo "alma" más
eficazmente, y nos impide ver que esa "alma," lejos de ser la posesión única
del hombre, pertenece, de hecho, igualmente a todos los animales. Aquí está
lo que el texto bíblico realmente dice:
Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la
tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes
monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas
34
Commentary on Romans, Word Biblical Commentary (Comentario Sobre Romanos,
Comentario de las Palabras Bíblicas), pp.xiv, xv, énfasis añadido.
35
Frederick Buechner en I Corinthians: Mastering the Basics (1 Corintios:
Dominando los Elementos esenciales), Lyman Coleman y Richard Peace, Serendipity
Foundation, 1986, p.115, énfasis añadido.
219
produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios
que era bueno. Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su
género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue
así. Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló
en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y a toda bestia
de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre
la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así”
(Gen. 1:20, 21, 24; 2:7; 1:30).36
Más tarde el informe del diluvio describe a todas las criaturas vivas
como almas: "Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre
mí y vosotros y todo ser (alma) viviente que está con vosotros, por siglos
perpetuos: Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo
ser (alma) viviente de toda carne” (Gen. 9:12, 15).
Y en los Proverbios: "El justo cuida de la vida (alma) de su bestia"
(Prov. 12:10). No es de extrañar que el Nuevo Testamento hable de las
criaturas marinas como que tienen almas (Rev 8:9).
Estos hechos simples establecen de una vez que "el alma" en la Biblia es
la designación común del hombre y del animal. Son seres igualmente
conscientes, "almas". Los Hebreos también podían decir que el hombre y el
animal tienen un ser consciente, "alma". En ningún caso existe el más leve
indicio de que el alma tenga algo que ver con inmortalidad innata.
Exactamente lo opuesto es la verdad. En la muerte el hombre que está
formado del polvo de la tierra retorna al polvo (Gen. 3:19), y en el diluvio
"Todo lo que tenía aliento de vida en sus narices, todo lo que había en la
tierra, murió” (Gen. 7:22), hombre y bestia igualmente. La implicación
fundamentalmente importante de nuestro descubrimiento es que la
inmortalidad no es algo que poseamos. Debe ser adquirida; y puede ser
ganada por ninguna otra manera que el contacto directo con el Mensaje de
salvación y la resurrección. Una vez que establezcamos este hecho
36
La palabra nephesh hebreo, "alma", significa la criatura viviente. Las almas pueden
estar muertas (Num. 6:6). El "Alma" también es el equivalente de "persona". Así ocho
"almas" sobrevivieron el Diluvio (1 Ped. 3:20). A.R. Johnson señala que las versiones
Autorizada y Revisada están confundiendo si ['alma'] sugiere alguna semejante dicotomía
como aquella que encuentra el énfasis temprano en el mito Orfico y la filosofía Platónica.
El término nephesh obviamente se está usando para indicar, no algo concebido como una
parte (no obstante superior) del ser del hombre, sino a la personalidad completa como una
manifestación unificada del poder vital; representa lo que Pedersen ha llamado 'el asidor de
una totalidad'" (The One and the Many in the Israelite Conception of God, Universidad de
Prensa de Gales, 1961, pág. 2).
220
37
Abraham se unió a sus padres en la muerte (Gen. 15:15; 25:8). Jacob descansó con
sus padres (Gen. 47:30). A Moisés se le dijo que iba a "dormir con sus padres" (Deut.
31:16). Inactividad y durmiendo en el polvo describen la muerte en Sal. 6:5; 30:9; 115:17;
146:3, 4, Job.14:12; Ecl. 9:5, 10; Isa. 26:19; Dan. 12:2. Para el punto de vista del Nuevo
Testamento vea Juan 5:28, 29; 11:11, 14; Hechos 2:29, 34; 13:36. Delitzsch en su
comentario famoso en la Biblia Hebrea dice que el punto de vista de la muerte como el
sueño satura el Antiguo Testamento (Commentary on the Old Testament, Vol. VI, pág.
361).
38
Jesús habló que las recompensas son dadas no en la muerte sino en la Segunda
Venida (Mat. 16:27).
221
que afirma que Jesús alteró la condición de los muertos mientras él Mismo
estaba en el mundo de los muertos. Los Protestantes a menudo regañan a los
Católicos Romanos por inclinarse a la doctrina de la supuesta asunción
corporal de María al cielo como Reina del Cielo y Mediadora. Ningún
apoyo bíblico puede ser citado para esta enseñanza revolucionaria. Pero
Protestantes, así como los Católicos Romanos, se mantienen firmes en una
tradición acerca del estado de los muertos que puede ser rastreada a una
historia apócrifa contenida en el Evangelio no bíblico de Nicodemo. Este
documento, que se basa en una tradición que data del segundo siglo,42
cuenta la historia de Jesús que baja hasta el Hades para otorgar la
inmortalidad a aquellos que habían muerto en las edades previas. La misma
leyenda aparece en varios documentos. Las Odas de Salomón del segundo
siglo también incluyen un relato de la actividad de Jesús en el Hades. A los
muertos El les dice: “Salgan de su cobijo, ustedes que han sido afligidos y
reciban alegría…y vida inmortal".43
Como informan los historiadores, "Aquí tenemos la más temprana
aparición de la doctrina detallada del descenso en el Infierno que se
encuentra en el Evangelio de Nicodemo y que fue después universalmente
prevaleciente en los círculos cristianos".44 Una versión latina del Evangelio
de Nicodemo da parte de las palabras de dos individuos que habían sido
liberados de la muerte: "Nos levantamos con Cristo del infierno, y El
Mismo nos resucitó de la muerte. Y de esto tú puedes saber que las portillas
de la muerte y la oscuridad son destruidas, y las almas de los santos son
puestas en libertad y han ascendido al cielo con Cristo".45
El efecto de esta atractiva historia, pero engañosa, fue destruir de un
tirón la enseñanza de la Biblia Hebrea de que la liberación de la muerte y la
ganancia de la inmortalidad vendrían sólo por la resurrección al final de la
era. Daniel 12:2, que predice que los muertos se levantarían sólo cuando el
Reino haya llegado (cp. 1 Cor. 15:23), fue convertido en obsoleto por la
nueva teoría. La leyenda alteró el completo significado de la muerte. Pues
mientras que Hades según la Biblia es un lugar de inacción completa donde
42
La tradición tal vez tiene un origen temprano. La Ascensión de Isaías, que puede
datar desde el final del primer siglo, enseña que “muchos de los justos ascenderán con
Jesús en el tercer día” (ix. 16ff).
43
Ode xxxi 1ff., citado en “Descent into Hades”, Dictionary of the Apostolic Church,
Vol. 1, p.29.
44
Ibid., énfasis añadido.
45
Ver la edición por Tischendorf.
223
46
El registro de la resurrección de ciertos “santos durmientes” en Mat. 27:52,53
ciertamente no sugiere que todos los muertos de los tiempos del Antiguo Testamento
fueron resucitados, ni que aquellos que volvieron a la vida ganaron la inmortalidad o que
fueron removidos al cielo. Semejante idea es contradicha por Hechos 2:34,39 que establece
que David estaba aún muerto y sepultado después de la resurrección.
47
La fórmula de Concordia. John Pearson, famoso por su trabajo en los credos
Cristianos, él mismo no aceptó la doctrina de que Jesús libró a los santos del Hades pero
admitió: "Ésta es la opinión generalmente recibida en las escuelas, y entregadas como el
sentir de la Iglesia de Dios en todas las edades; pero aunque no fue tan general como los
224
eruditos nos persuadirían, no obstante es cierto que muchos de los Padres lo entendieron
así. Se citan Eusebio, Cirilo, Ambrosio y Jerónimo a favor de la idea de que las almas van
inmediatamente al cielo, mientras que Justino Mártir, Ireneo, Tertuliano, Hilario, Gregorio
de Nisa y otros enseñaron que el creyente no va inmediatamente al cielo sino al seno de
Abraham, al "Paraíso", donde el creyente del Antiguo Testamento también permanece
hasta la resurrección.
48
“Eschatology,” Hastings Dictionary of the Bible, Vol. 1, p. 752.
49
Ibid.
50
1 Cor. 15:55 Pablo cita Ose. 13:14, que habla del momento cuando Hades
finalmente pierde su aguijón, y aplica el texto a la futura resurrección de todos los fieles en
la Parusía (cp. A Cor. 15:23).
225
serán traídos en la presencia del Señor que regresa. "De esta manera [es
decir, por la resurrección y la transformación] estaremos siempre con el
Señor" (1 Tes. 4:17).
53
Moffat capta el sentido de “O no sabéis que los santos juzgarán el mundo que estará
bajo vuestra jurisdicción…”
54
Isa. 2:4; Sal. 46:9; Zac. 9:10; Isa. 32:17.
227
55
Por ejemplo Mat. 19:16 comparado con v.24 y muchos otros textos. Juan usa la frase
“vida en la era venidera” en vez de Reino de Dios (excepciones son Juan 3:3,5; 18:36),
pero el significado es el mismo.
56
¿Por qué la Versión del Rey Jaime nos da dos expresiones cuando el Griego para
ambos es zoe amonios?
57
Christian Words, T&T Clark, 1980, pp. 452, 455, 456.
229
no quiere decir 'interminable.'"58 Lo que Jesús describió fue "el castigo que
lo excluye a uno de la era venidera". La promoción popular del "tormento
eterno" sobre la base en este versículo no tiene apoyo en el idioma Griego
original, lo cual es poderosamente coloreado por la mente Hebrea de los
escritores del Nuevo Testamento.59
No sabiendo nada de la subsecuente tradición Griega, Jesús nunca habló
de ir al cielo. Él les ofreció a Sus seguidores la herencia de la tierra (Mat.
5:5) como el cumplimiento de las promesas a Abraham y David. Abraham
una vez había vivido en la "tierra de la promesa", pero nunca la había
poseído. Él había muerto sin recibirla. Fue obvio, entonces, que Abraham
debe un día resucitar de la tumba para entrar en su herencia con todos los
fieles. Dios había hablado, es decir, hecho promesas, "a nuestros padres, a
Abraham para la era venidera" (Lucas 1:55).60 La herencia fue el Reino de
Dios que, como Santiago dijo, "Dios ha prometido para aquellos que le
aman (Santiago 2:5). Jesús también estaba deseando la era del Reino de
Dios. Su lenguaje está confinado dentro del marco de la perspectiva Hebrea
sobre el futuro. Él no habla del "cielo en la muerte". Él nunca dice, "si
ustedes quieren ir al cielo…” o “fulano de tal está en el cielo". Él y los
Apóstoles hablan de tesoros que están ahora preparados con Dios en el cielo
(Mat. 6:20; 19:21) —Una recompensa "reservada en el cielo"61 como una
"salvación lista para ser revelada en el último tiempo" (1 Ped. 1:5), en el
regreso de Cristo a la tierra. Los Cristianos deberían seguir a Jesús y Pablo
y deberían hablar de "heredar o de entrar en el Reino".62 Esto nos permitirá
pensar como el Maestro y no como un filósofo Griego. La predicación
popular podría aprender mucho de la observación del erudito del Nuevo
Testamento que escribió: "La promesa de la vida futura nunca está descrita
por Jesús en términos de estar en el cielo o ir al cielo”.63 Un cambio
revolucionario de lenguaje es requerido si debemos seguir el ejemplo de
58
The Cambridge Bible for Schools and Colleges, St. Matthew, Cambridge University
Press, 1889, p. 196.
59
La expectativa prevaleciente acerca del destino de los impíos es que ellos serán
aniquilados por medio de ser consumidos en fuego (Prov. 10:25; Abd. 16; Isa. 33:12;
41:11,12. Sal. 118:2; Mat. 3:12; 2 tes. 1:9).
60
Eis ton aiona significa literalmente “por la edad”.
61
1 Ped. 1:4. Cp. Mat. 5:12, “Vuestra recompensa es grande en los cielos”, es decir,
reservada en el cielo en vista del futuro.
62
Mat. 25:34; Gál. 5.21; 1 Cor. 6:9; Efe. 5:5.
63
W. Strawson, Jesus and the Future Life, London: Epworth Press, 1959, p. 156.
230
Jesús. El uso de las propias palabras de Jesús por los Cristianos tendría un
efecto remediador sobre el malestar espiritual creado por la adopción del
lenguaje poco bíblico para describir la vida después de la muerte. Con
implicaciones tremendas para la confusión actual de denominacionalismo,
Nigel Turner escribió:
Es mejor que el lenguaje de la iglesia sea el lenguaje del Nuevo
Testamento. Proclamar el Evangelio con una nueva terminología es
arriesgado cuando mucho del mensaje y de las frases valiosas que están
implícitas en el Nuevo Testamento podría perderse para siempre. "La
mayor parte de las distorsiones y disensiones que ha fastidiado a la
Iglesia", observó el difunto Decano de York, "donde éstas han tocado la
comprensión teológica, se han levantado a través de la insistencia de las
sectas, o las secciones de la comunidad Cristiana, al usar palabras que no
son halladas en el Nuevo Testamento". 64
64
Christian Words, p.viii. El advierte igualmente en contra de hacer “moderno” el
mensaje.
65
Dan. 8:17,19; 11:40; 12:4 (El último texto es erradamente traducido en la NVSA
como “el fin del tiempo”).
231
los Cristianos pueden esperar la llegada del Reino, no del “fin de tiempo".
Los discípulos le preguntaron a Jesús acerca del fin de la era, no del fin de
mundo.66 La Versión del Rey Jaime ayudó a obstruir el claro entendimiento
con su particular traducción de Rev. 10:6: "Ya no habrá más tiempo". El
error se ha corregido en las versiones modernas que nos dicen "no habrá
más retraso".
Por una ironía extraña, las otrora iglesias divididas están unidas en su
punto de vista de la esperanza Cristiana definida como una partida al cielo
como un alma incorpórea. No puede haber más saludable sacudida que
despertar al hecho de que semejante idea es inconcebible para los escritores
Hebreos Cristianos de la Biblia. Así dicen también nuestros mejores
eruditos, de quienes citamos sólo dos ejemplos: "Pablo evidentemente no
podría contemplar la inmortalidad aparte de la resurrección; para él, un
cuerpo de alguna clase era esencial para la personalidad".67 "La idea de una
persona separada del cuerpo es repugnante para la mente Hebrea".68 F.F.
Bruce, bien conocido por los evangélicos, vino a creer en la inconsciencia
de los muertos. Comentando sobre 2 Corintios 5, Bruce se refiere al cambio
de posición instantáneo del viejo cuerpo por el nuevo:
Pablo aquí tiene pensado que no habrá un intervalo de "desnudez"
consciente entre el uno y el otro [el viejo cuerpo y el cuerpo de la
resurrección]. La tensión creada por el intervalo postulado entre la muerte
y la resurrección podría ser relevada hoy si fuese sugerido que en la
conciencia del creyente recién partido no hay intervalo entre la disolución
y la investidura [con el cuerpo de la resurrección], sin embargo, podría ser
medido un largo intervalo por el calendario de la historia humana
terrestre. 69
Tiene poco sentido que debamos seguir consolándonos, y a nuestros
hijos, con una esperanza para los muertos tan incompatibles con la Biblia —
y todo en el nombre del Cristianismo. El reconocimiento de que una
cantidad grande de filosofía Griega ha sido importada en la fe y forzada
sobre los registros del Nuevo Testamento será el primer paso para la
recuperación del Cristianismo apostólico. Las palabras de un francés,
erudito de la Biblia, merecen la más amplia publicidad:
66
Mat. 24:3; 28:20. El tiempo referido es la venida del Reino. Ver también Mat.
13:39,40, donde el mismo evento es llamado la cosecha.
67
F.F. Bruce, “Paul on Immortality,” Scottish Journal of Theology (4), 1971, p. 469.
68
Alan Richardson, An Introduction to the Theology of the New Testament, p. 196.
69
Paul, the apostle of the Heart Set Free. Eerdmand, p. 312, énfasis añadido.
232
A través de las páginas del Antiguo y Nuevo Testamentos las aguas claras
de la verdad revelada fluyen como un río majestuoso. Es Dios quien sólo
tiene inmortalidad, el que ofrece a los hombres, y que comunica al
creyente, Su vida divina imperecedera. Pero corriendo paralelamente a esta
corriente, fluye el río enlodado de la filosofía pagana, que es aquella del
alma humana, de esencia divina, eterna, que preexiste al cuerpo y lo
sobrevive.
Después de la muerte de los Apóstoles las dos corrientes se incorporaron
para hacer una unidad de aguas turbulentas. Poco a poco la especulación
de la filosofía humana se mezcló con la enseñanza divina. Ahora la tarea
de la teología evangélica es librarse del compromiso los dos elementos
incompatibles, desintegrarlos, eliminar el elemento pagano que se ha
instalado a sí mismo como un usurpador en el centro de la teología
tradicional; restaurar en valor el elemento Bíblico, que sólo es verdad, que
a solas se conforma a la naturaleza de Dios y del hombre, Su criatura.70
El camino de la sabiduría parecería descansar en un reexamen personal
de la creencia a la luz de los documentos bíblicos. La Biblia recomienda una
búsqueda diligente para la comprensión. Ella alaba a aquellos que
diariamente meditan en la revelación divina. Jesús Mismo fue un estudiante
devoto de la Escritura, inmerso, como lo fueron otros rabinos, en las
sagradas escrituras de Israel. A todo lo largo del Nuevo Testamento los
Apóstoles prometieron una resurrección a la gloria a aquellos que han
expresado su fe en Jesús por el arrepentimiento, el bautismo como adultos
responsables, y en la creencia y la obediencia al Mensaje divino del Reino
como es presentado por el Mesías y los Apóstoles. La salvación es ofrecida
en términos muy específicos —la creencia en el Evangelio como Jesús y los
Apóstoles lo predicaron. Una definición clara de ese Mensaje debería ser
una urgente prioridad para todos los creyentes que buscan la verdad.
70
Alfred Vaucher, Le Probléme de L’ inmortalité, 1957, p.6, citado en Froom, The
Conditionalist Faith of our Fathers, Vol. II, p. 1028.
11. Las Arenas del Conflicto
1
Citado por W. McCant, “Competing Pauline Eschatologies: An Exegetical
Comparison of 1 Corinthians 15 and 2 Corinthians 5” Wesleyan Theological Journal
(29), nos. 1 y 2, 1994, p.46, fn.84.
234
regreso a "la fe una vez dada a los santos" (Judas 3), una frase que apenas
sugiere que los Apóstoles habrían estado felices con un engaño al por
mayor, o cualquier acomodamiento a la teología Griega o Romana. El
Protestantismo afirma que la Biblia a solas es el estándar normativo para
sus creencias y prácticas, y los Artículos de la Iglesia de Inglaterra
advierten que los Concilios de la Iglesia pudieran haberse desviado por el
mal camino. Si este es el caso, los Protestantes deberían estar deseosos de
demostrar que su versión de la fe realmente representa la voz auténtica de
Jesús. ¿Pero han reconocido esos cambios que entraron a la fe
inmediatamente después de los tiempos del Nuevo Testamento?
2
G.W. Knox, “Cristianismo”, Encyclopedia Britannica, 11th ed., Vol. 6, p.284,
énfasis añadido.
3
Citado por Robert Friedmann en La Teología del Anabaptismo, Herald Press, 1973,
p. 50.
236
4
F. Wilson, The New Testament Against its Environment, Londres: SCM Press,
1950, pp. 26, 27.
237
Griego… Nosotros no podemos asumir que la fe, tal como fue entregada
a los santos, fue adecuadamente y finalmente expresada en estas formas
intelectuales Greco-Romanas…Que la fe estaba expresada en dogmas
eclesiásticos siempre sin obscurecimiento o distorsión no puede ser
sostenido… Debe ser admitido que el organismo Cristiano no pudo
escaparse de ser afectado, para adaptarse a sí mismo, a su ambiente
Greco-Romano; que esta acción y reacción no fue sólo necesaria sino
una condición de progreso que puede ser conjeturada…Esto, sin
embargo, no excluye el reconocimiento franco del hecho de que hubo
características del genio especulativo Griego y de rasgos distintivos
romanos prácticos no totalmente armoniosos con la calidad distintiva del
Evangelio, de modo que hubo perversión en medio del progreso en el
subsiguiente desarrollo —la sal para sazonar perdió algo de su sabor. La
metafísica y la doctrina Griega representaron y expresaron mal el
Evangelio.5
El área principal del conflicto es, como hemos sugerido, en la
escatología, la doctrina de las cosas venideras. Es el Reino de Dios del
futuro que los comentaristas tantas veces parecen ignorar. Hay algo poco
atractivo acerca de la idea de que el hombre no va a lograr la paz en la
tierra por su propia cuenta. Se requerirá de una intervención divina para
restaurar la armonía. ¿Existe también una tendencia antisemítica muy
arraigada en el comentario Cristiano que trabaja para rechazar el
Mesianismo Judío bíblico de Jesús?
La alteración de la enseñanza de la Biblia acerca del futuro no fue un
pequeño cuchicheo sobre materias de poca importancia. Puesto que el
Evangelio mismo trata del Reino, y el Reino yace en el futuro, la sustancia
de la enseñanza Cristiana estaba en peligro.
Desjudaizando a Jesús
Mientras que los escritos de los Apóstoles se concentran en el
desarrollo de la Iglesia como los líderes en entrenamiento de la era
Mesiánica venidera, no hay evidencia de que el Nuevo Testamento
Cristiano había abandonado la "visión Judía" del Mesías como el
gobernador venidero de un orden mundial renovado. ¿Cómo podían ellos
abandonarla, cuando las Escrituras que Jesús había avalado, pintaron
semejante cuadro tan vívido de la intervención futura del Mesías en los
5
A.E. Garvic “Cristianismo”, Encyclopedia de Religión y Eticas, 1910, Vol. 3, pp.
587, 588, énfasis añadido.
238
6
Oración Alenu, citado por Klausner, The Messianic Idea in Israel, p. 521.
7
Citado por Klausner, pp. 521, 522.
8
Citado por Klausner, The Messianic Idea in Israel, p. 522.
9
Antigua oración Kaddish de la sinagoga.
239
10
Palabras por Fanny Crosby.
11
Ver Gen. 15:15; 25:8; 47:30; Deut. 31:16 en adición a 50 textos en 1 Reyes-2
Crónicas en donde se dice que los reyes están “durmiendo con sus padres”. Ver también
Sal. 6:5; 30:9; 115:17; 146:3,4; Job. 14:12; Ecl. 9:5; Isa. 26:19; Dan. 12:2; Juan 5:28,29;
11:11,14, 43. Hechos 2:34,39 muestra que David estaba aún muerto y sepultado después
de la resurrección de Jesús. Como todos los demás, David “durmió y fue colocado entre
sus padres y experimentó la descomposición (Hechos 13:36). Jesús volverá para resucitar
(literalmente, “despertar”) a aquellos que están durmiendo en la muerte (1 Tes. 4:15;
5:10; 1 Cor. 15:51).
241
El Ladrón en la Cruz
No hay necesidad de leer las palabras de Jesús al ladrón en un modo
que hace a Jesús contradecir todo lo demás que la Biblia dice sobre la vida
después de la muerte. El ladrón había pedido que se le recuerde en el
futuro cuando Jesús regresaría a inaugurar a Su Reino. Jesús más que
satisfacer su petición, le asegura aun en ese día, mientras languidecen en la
cruz, que el ladrón ciertamente estará con El en el paraíso futuro del
Reino. "Verdaderamente te digo hoy, estarás Conmigo en el paraíso".
Cambiando la puntuación (que no es parte del texto autorizado12) aclara la
12
E.E. Ellis nota que “algunos manuscritos primitivos colocan razonablemente la
coma después de ‘hoy’ y así continúa la referencia de la Parusía del verso 42” (New
Century Bible Commentary on Luke, Eerdsman, 1964, p. 268). Ellis no favorece la
colocación de la coma después de “hoy”, pero en nuestra opinión, por razones
242
El Milenio
Otro campo de batalla notorio es la visión milenaria de Apocalipsis 20.
Los estudiantes de la Biblia se prueban ellos mismos que son los
adversarios más feroces de los profetas del Antiguo Testamento cuando
niegan la realidad del Reino Mesiánico venidero, el cual es el gran tema de
los vaticinadores bíblicos. La enseñanza tradicional ha difundido tan
exitosamente la noción de que Jesús vino a remover la escena de la visión
16
El Nuevo Testamento habla de Jesús como el único que ha ido al cielo (Hechos
1:11; 10:16; 11:10; Heb. 9:24; 1 Ped. 3:22).
17
Lucas 16:31. Lázaro es el sujeto inmediato de la discusión de los vv. 27-31.
18
La mención del Hades como un lugar de tormento es excepcional en la Biblia. En
la literatura Judía, no obstante, Hades y Gehenna son a veces usados
intercambiablemente, posiblemente con Sal. 9:17 como base: “Los impíos retornarán al
Seol/Hades”.
244
del profeta para otra esfera lejos de esta tierra, que muchos estudiantes
devotos de la Escritura ya no están más persuadidos de que la esperanza
por una tierra llena del conocimiento de Dios, y para el Mesías
entronizado como Rey, deba tomarse, como fue pretendido, como una
predicción sublime del destino de nuestro mundo. El gobierno futuro del
Mesías y de todos Sus santos se retrata bellamente en el Apocalipsis en un
pasaje inmediatamente subsecuente al informe que describe la llegada del
Rey Mesías en poder (Revelación 19:19-20:3). El período del reinado
divino sigue al arresto y la encarcelación de Satanás "a fin de que él ya no
pueda engañar a las naciones" (Rev. 20:3). Una liberación más gloriosa de
la tiranía del engaño Satánico no puede ser imaginada. Este pasaje
contiene, sin duda alguna, el clímax grandioso para la anticipación bíblica
completa de la restauración del gobierno divino en la tierra. Referirlo al
estado caótico presente de nuestro mundo es uno de los intentos bizarros
para evitar el Mesianismo bíblico.
Los esfuerzos que se han hecho para obscurecer el futuro Reino
milenario en la tierra están entre los más tristes en la historia de la
interpretación de la Biblia. La confusión del cielo con la tierra está tan
profundamente arraigada que se ha vuelto casi imposible para los
feligreses orientados a lo gentil leer las palabras de Juan en simpatía con
su profunda perspectiva Mesiánica y apocalíptica. La intensidad de la
lucha sobre el significado de Apocalipsis 20 está más convenientemente
ilustrado citando las palabras del compilador de un comentario de la Biblia
bien conocido. Él acusa a Agustín y a sus muchos seguidores en el mundo
Católico Romano, y evangélico Protestante, de "deshonesta frivolidad,
jugando con los términos"19 cuando ellos sugieren que el reinado de Jesús
y los santos, visto por Juan en la visión en Apocalipsis 20, ha estado en
marcha por siempre desde la resurrección de Jesús. Esto querría decir que
Satanás ya ha estado atado "a fin de que él ya no pueda engañar a las
naciones" (Rev. 20:3). ¡Que los hombres puedan estar persuadidos para
creer en eso señala sólo la efectividad del engaño Satánico! Debería estar
claro que ese período de tiempo —el reinado de mil años de Cristo y los
santos— en el cual cesa el engaño internacional, debe descansar en el
futuro.
La cuestión milenaria es comúnmente creída como que es sólo un
asunto periférico en nuestra comprensión del Nuevo Testamento, un tipo
19
Peake’s Commentary on the Bible, Thomas Nelson and Sons, 1919, p. 941.
245
de "extra opción" para los entusiastas bíblicos por los detalles a discutirse.
Es frecuentemente arrastrada dentro de una esquina como una pregunta
inconexa para las Buenas Nuevas de salvación y de preocupación sólo
para los estudiantes de la profecía. Esto está muy lejos de ser el punto de
vista del Nuevo Testamento. Los mismos términos "milenio" y
"milenario" esconden el hecho de que el pasaje en Apocalipsis 20, que
describe el reinado de mil años (es decir, Milenario) de Cristo y de los
santos, contiene la información esencial, por la revelación de Dios a través
de Jesucristo (Rev. 1:1, 2), acerca del Reino de Dios; y el Reino de Dios es
el corazón del mensaje del Evangelio Cristiano, la carga de toda la misión
de Jesús (Lucas 4:43).
El estudiante de la Escritura debe solucionar un problema más bien
simple. ¿Cuándo es que este reinado de Cristo y los santos, descrito en el
Apocalipsis, tomará lugar? El texto milenario lee como sigue:
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas
de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y
que no habían adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la
señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo
mil años. Mas los otros muertos no tornaron a vivir hasta que sean
cumplidos mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y
santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no
tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y
reinarán con él mil años. (Rev. 20:4-6)
Dos puntos de vista mutuamente exclusivos de este pasaje han sido
sostenidos. El "Amilenialismo" (originándose en la teología de Agustín en
el 5to siglo y sostenido posteriormente por los reformadores, Lutero y
Calvino) niega que el pasaje milenario se refiere a un reinado futuro de
Cristo y Sus santos. El "Premilenialismo" (que fue el punto de vista
ortodoxo de los Cristianos destacados del segundo y tercer siglos) sostiene
que el reinado descrito en nuestro pasaje comenzará en la Segunda venida
de Cristo. El argot técnico no debe ser admitido para encubrir el hecho de
que ésta es una disputa acerca del Reino de Dios, y su lugar en el Plan
divino. La diferencia de opinión por consiguiente debería ser puesta en
orden de modo que el Evangelio del Reino de Dios pueda ser presentado
claramente.
Una forma justa para resolver el asunto es comparándolo con los otros
pasajes bíblicos que tienen relación con la resurrección y el reinado unido
de Cristo y los santos y luego examinar el texto de Apocalipsis 20 en su
246
más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga" (Lucas 22:16,
18).
Jesús les dijo a los discípulos que esperen la llegada del Reino cuando
El regrese. Hasta entonces El (y ellos) estarán esperando "hasta que Sus
enemigos sean puestos bajo Sus pies". Lucas nos dice decisivamente que
el Reino coincidirá con Su espectacular regreso: "Cuando ustedes vean
todas estas calamidades [que precede a la Segunda Venida] aconteciendo,
sepan que el Reino de Dios está cerca ["por venir", Biblia Buenas
Nuevas]" (Lucas 21:31). "Acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu
Reino…” A lo cual Jesús contestó, "Estarás conmigo en el Paraíso" (Lucas
23:43). El Reino es equiparado con el Paraíso venidero.
21
Hechos 1:6,7 cuidadosamente distingue la venida del Reino restaurado de la
ascensión de Jesús. Es confuso leer Hechos 2:31-33 en una manera que contradice el
esquema de Hechos 1:6,7. La resurrección y la ascensión de Jesús adelantan el programa
Mesiánico pero no lo completan. La ascensión de Jesús garantiza Su futura entronización
en el Reino.
250
Es en la última trompeta que "Los reinos del mundo han venido a ser
los reinos de nuestro Señor, y de su Cristo: y reinará para siempre jamás"
(Rev. 11:15).
Hacia ese momento futuro es que los ancianos celestiales dicen, "Te
damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has
de venir, porque has tomado tu grande potencia, y has reinado… El tiempo
de los muertos, para que sean juzgados [Ha llegado]”. (Rev. 11:15-18)
¿Cuándo es ese tiempo? En la última trompeta. La última trompeta
señala la resurrección de los fieles muertos (1 Cor. 15:23, 52).
Exactamente el mismo esquema aparece en Apocalipsis 19, donde un
futuro comienzo del reinado del Mesías está descrito: "¡Aleluya! Porque
nuestro Dios el Señor Omnipotente ha comenzado Su reinado…Porque el
día de la boda del Cordero ha llegado" (Rev 19:6, 7)
Jesús es el Hijo varón "destinado a regir a todas las naciones con vara
de hierro" (Rev. 12:5). "Él los pastoreará con vara de hierro" (Rev. 19:15).
Estos pasajes muestran que el Salmo 2 no ha sido abandonado o
"espiritualizado". Hasta que el gran momento para el establecimiento del
Reino llegue, Jesús debe permanecer en el cielo: "El cielo debe retenerlo
hasta que llegue el tiempo de la restauración de todas las cosas acerca de
las cuales hablaron todos los profetas" (Hechos 3:21). Jesús, por
consiguiente, está "esperando desde entonces hacia adelante hasta que
Sus enemigos sean hechos un banquillo para Sus pies" (Heb. 10:13). El
punto del tiempo que Jesús espera está indicado en un verso atrás. Desde
el tiempo de la ascensión Jesús ha estado temporalmente ausente (Heb.
10:12), y ese período de anticipación llegará a un final cuando El regrese a
inaugurar el Reino en todo el mundo.
Con toda esta clara evidencia ante nosotros, llegamos finalmente al
disputado pasaje milenario en Apocalipsis 20. Aquí se nos informa que los
santos "vinieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años…Esta es la
primera resurrección. Ellos reinarán con Cristo por mil años" (Rev. 20:4-
6). Nosotros nos hemos referido a unos veinte pasajes del Antiguo y
Nuevo Testamentos que describen el reinado unido de Cristo y los santos.
En cada caso el reinado es presentado después de la Segunda Venida.
Comienza con el regreso de Cristo. En Apocalipsis 20 llegamos al
cumplimiento largamente esperado del Reino.
Colocar este pasaje en discordia con los otros veinte pasajes afirmando
que es ya un reinado en progreso antes de la Segunda Venida es
quebrantar el primer principio de la sana interpretación. Nuestro pasaje
251
22
Los mártires son escogidos para un informe especial. Esto no debería ser tomado
para excluir a los creyentes, como Juan el Apóstol, y muchos otros, que no fueron
martirizados.
23
Rev. 5:10 tiene una variante en el tiempo presente, pero aún esto puede ser un
presente futurístico: “ellos reinarán”. Rom. 5:17 señala también a un futuro reinado
Mesiánico para los santos, y “vida” que es un sinónimo para el Reino de Dios (Mat.
19:17,24). Pablo usó este lenguaje codificado para evitar la ofensa política. El
vocabulario de la salvación Mesiánica fue bien conocido por sus conversos en quienes El
invirtió mucho de su tiempo enseñándoles.
252
dios de este siglo (Era)". Para captar el punto de vista del Nuevo
Testamento de la actividad presente de Satanás, los siguientes pasajes
deberían ser examinados: Lucas 22:3; Hechos 5:3; 2 Cor. 4:4; 2 Cor.
11:14; Efe. 2:2; 1 Tes. 2:18; 2 Tim. 2:26; 1 Ped. 5:18: "el adversario el
diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar".
Sin embargo, en nuestro pasaje tenemos una descripción de la cesación
total de la influencia de Satanás sobre las naciones. Él es removido de la
escena, desterrado y sellado en el abismo. Instamos a nuestros lectores a
abandonar un punto de vista que hace la presente actividad engañosa de
Satanás sobre todo el mundo (Rev. 12:9) compatible con un tiempo
cuando él está atado e incapaz de engañar ya más a las naciones (Rev.
20:3)
7) Es evidente por Rev. 20:10 que Satanás será finalmente arrojado al
lago de fuego después de los mil años [milenio] (más una "pequeña
temporada”). Así, mil años separan su atadura y su sellamiento en el
abismo (Rev. 20:3) de su arrojamiento en el lago de fuego. Es igualmente
claro que la bestia y el falso profeta están ya en el lago de fuego cuando
Satanás se une a ellos mil años más tarde (Rev. 20:10). En el punto de
vista de Juan mil años separan el lanzamiento de la bestia en el lago de
fuego y la llegada de Satanás allí. Si, como la escuela amilenialista
sostiene, los mil comenzaron en la crucifixión, o en la conversión del
creyente individual (las opiniones varían), ¿cuál es el significado del
lanzamiento de la bestia y del falso profeta en el lago de fuego mil años
más antes de ese tiempo? Lo que Juan obviamente describe es la ruina de
la bestia y del falso profeta en la Segunda Venida, el exilio de Satanás
hacia el abismo al mismo tiempo, y su lanzamiento en el lago de fuego
para unírseles a la bestia y al falso profeta mil años más tarde. El reinado
de mil años de este modo sigue a la Segunda Venida —que es
premilenialismo, un reconocimiento del Reino Mesiánico futuro.
8) Los amilenialistas a veces sostienen la opinión de que la libertad
presente de Satanás (asumiendo el esquema premilenario de que él aún no
ha sido atado) contradice los efectos de la crucifixión. Admiten, sin
embargo, que Satanás debe ser dejado en libertad por una pequeña
temporada (Rev. 20:3). Este período de libertad igualmente contradeciría
los efectos de la cruz. Los hechos bíblicos son que Satanás ya ha estado
derrotado, pero su sentencia es llevada a efecto cuando su autoridad como
dios de esta edad es finalmente removida por el exilio, primero en el
254
28
Peake’s Commentary on the Bible, p. 941.
29
Un criterio más extraordinario para juzgar qué partes de la enseñanza registrada de
Jesús son auténticamente Sus palabras ha contribuido al despido del Jesús Judío. Algunos
eruditosos han sostenido que esa enseñanza que parangona las ideas Judías no debe
haberse originado con Jesús. Pero ese criterio es con la intención de no encontrar a un
Jesús Judío.
257
más simples que hablan del triunfo del gobierno Mesiánico sobre el
mundo consiguiente en la llegada de Jesús en poder. La descripción de
"las almas30 que han sido decapitadas” “que vienen a la vida y que
comienzan a reinar con el Mesías" (Rev. 20:4) puede querer decir una sola
cosa: Literalmente personas muertas31 (algunas han sido decapitadas) se ve
que son resucitadas literalmente. Evitar esta visión gloriosa de la
resurrección futura de los santos es cometer una violencia considerable en
la Escritura. Los comentaristas de primer orden han notado cuán
terriblemente injustos son los intentos para evitar el milenialismo en la
visión que reclama a Jesús como su autor:
Lo que Agustín estigmatizó como los "caprichos ridículos" del
Milenarismo, fue una selectiva resurrección inicial que inaugura los 1000
años de gobierno terrenal de Cristo y Sus santos, seguido por una
segunda resurrección general y juicio, gradualmente se descoloró de la
imaginación Cristiana durante el tercer, cuarto y quinto siglos. Agustín
ejerció su inmensa autoridad en contra de los Milenaristas, no
discutiendo que las expectativas expresadas en revelación a Juan eran
falsas, sino afirmando que el pasaje en cuestión no quiere decir lo que
dice… Es interesante observarlo en acción reinterpretando los pasajes
bíblicos cuyos claros significados él deniega. En este caso él ofrece una
desmitologización análoga a Bultmann de la "primera resurrección" que
consiste en el nacimiento hacia la fe de esas almas que creen en Jesús y
son bautizadas en Su Nombre. El reinado de mil años de los santos se
convierte así en la vida terrenal de los redimidos en la iglesia durante la
edad presente… Según Agustín, la segunda resurrección general, a
diferencia de la primera, sería un evento corporal literal.32
La influencia de Agustín puso en marcha una tendencia antimesiánica
arraigada en la Iglesia que ha persistido en nuestros propios tiempos. No
parece que exista ninguna buena razón para rechazar el claro lenguaje del
Evangelio, a menos que, desde luego, haya fallado la fe en las promesas
del Reino del Mesías. Las marcas de una apostasía de la verdad original
son claras, y la Iglesia ha pagado la pena con la división y la pérdida de lo
central dinámico que el Evangelio del Reino, entendido en su ambiente
Judío nativo, provee. El comentario de Cranfield expone el malentendido
30
No “almas inmortales” sino simplemente “aquellas personas que…”
31
“las almas” por supuesto no son incorpóreas. “Las almas de…” significa
simplemente “aquellos que…”
32
John Hick, Death and Eternal Life, New Cork: Harper and Row, 1976, p.197.
258
33
El Evangelio Según San Marcos, Cambridge University Press, 1972, p. 67.
259
34
C.B. Caird, The Language and imagery of the Bible, Philadelphia: Westminster
Press, 1980, p. 12.
260
El juicio
Hay otras áreas del malentendido en las cuales el pensamiento
tradicional debe dar paso a las intenciones originales de los escritores del
Nuevo Testamento, si es que se desea recuperar la enseñanza bíblica
acerca de Jesús como el Mesías. Una concierne a la noción del juicio, la
otra con el significado de la frase "Palabra de Dios".
Nuestros credos nos inducen al error cuando nos enseñan a creer que
Jesús regresa sólo para "juzgar". Nuestro concepto occidental del juicio
como que tiene que ver primordialmente con la sentencia y el castigo,
esconde de nosotros el significado Hebreo del juicio. Para los escritores
bíblicos el juicio insinúa una actividad mucho más amplia. Quiere decir
administración, el ejercicio de cada aspecto del gobierno. Esta debe ser la
función del Mesías y Sus elegidos. La esencia del Mensaje divino es que
"Dios ha destinado un día en el cual El administrará el mundo con
justicia" (Hechos 17:31). Éste es el corazón del Mesianismo bíblico, el
cual es sólo un sinónimo para el Cristianismo. Cuando Pablo proclamó un
"juicio" futuro para los atenienses él se refería a un Salmo Mesiánico en el
cual la esperanza de Dios que viene a "regir el mundo" fue celebrado:
"Los árboles del bosque cantarán por gozo ante el Señor porque El está
viniendo a juzgar la tierra. Él juzgará el mundo en justicia y a los pueblos
en Su fidelidad".36 El tema es repetido a menudo en la Biblia Hebrea y
35
Efe. 2:2. La NVI tiene “el gobernante del Reino del aire”.
36
Sal. 96:12,13 The Good News Bible capta el sabor de estos versos: “Cuando el
Señor venga a gobernar la tierra, El gobernará a los pueblos de la tierra con justicia e
imparcialidad”.
261
refuerza la visión del dominio benigno del Mesías: "Que el Rey juzgue a
Tu pueblo con rectitud y a Tus afligidos con justicia… Que pueda El bajar
como lluvia sobre la hierba segada, como aguaceros que riegue la tierra.
Que en Sus días florezcan los justos…Que El también gobierne de mar
para mar" (Sal. 72:2-8). Algo semejante es el bello cuadro de la
administración del Mesías para la cual los fieles están invitados como
asistentes: ¿O no sabéis que los santos han de administrar el mundo"? (1
Cor. 6:2). Los "jueces" del libro de Jueces fueron administradores y
gobernantes, y "el juzgamiento" es la función de un líder y de un rey (Sal.
2:10, el margen NASV)
"Esta Generación"
En el curso de Su disertación elaborada en los eventos a ser esperados
cerca del fin de la edad presente, como el preludio para la era venidera del
Reino, Jesús hizo una declaración sorprendente de que "esta generación no
pasará hasta que todas estas cosas tengan lugar” (Mat. 24:34; Mar. 13:30).
"Todas estas cosas" en cuestión incluyeron Su Segunda Venida en gloria
descrita en los versos inmediatamente precedentes. En el mundo
occidental "esta generación" podría sugerir un período que se extiende a lo
largo de la duración de la vida de un individuo, aunque aun así uno podría
preguntarse si es la generación "joven" o "mayor" la que se quiso decir.
Sin embargo, Jesús no puede haber indicado quizás un período exacto de
cuarenta o setenta años. De haberlo hecho así hubiera contradicho Su
posterior declaración de que los discípulos no deben saber los “tiempos y
las sazones" relativos a la venida del Reino (Hechos 1:7).
"Generación" no quiere decir un período fijo de cuarenta años, sino un
"bloque" de la humanidad caracterizada por sus malas tendencias, algo así
como "esta mala camada" o "esta sociedad adversa organizada en contra
de Dios". En Lucas 16:8 Jesús observó que "los hijos de esta edad [es
decir, los miembros de la presente sociedad humana] son más sagaces en
relación a su propia 'generación' que los hijos de la luz [los Cristianos
como los destinados para el Reino]”. "La generación" está aquí traducida
como "clase" (Lucas 16:8, NASV), que demuestra que su significado es
un "grupo con características comunes". Esta acepción de la palabra se
remonta a la Biblia Hebrea. En Deuteronomio 32:5 "La generación" se
refiere a todo el pueblo de Israel durante el período entero de su oposición
262
La Justificación por la Fe
Hay una vaguedad en muchas religiones contemporáneas las cuales
muy fácilmente toman prestado el nombre de Jesús sin entender acerca de
la necesidad de seguir Su enseñanza. ¡Qué cambio podría apoderarse de
las iglesias si los siguientes textos del Nuevo Testamento fueran repetidos
a menudo: "A menos que vuestra justicia no exceda a aquella de los
escribas y los Fariseos ustedes no entrarán en el Reino"(Mat. 5:20); Y de
Pablo, el predicador de la gracia (junto con todos los Cristianos del Nuevo
Testamento): "porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios,
sino los hacedores de la ley serán justificados”! (Rom. 2:13). Ambos,
Jesús y Pablo, hacen de la obediencia una condición para la salvación, y
Pablo le enseñó a sus conversos a pensar acerca de la salvación como
pasada, presente, y futura.42 Mientras que mucha de la predicación
contemporánea sugiere que un Cristiano está seguro una vez que él cree en
la muerte de Cristo, el Nuevo Testamento insiste en una vida permanente
de rectitud en el poder del Cristo resucitado. No hay un Cristianismo
genuino sin un discipulado y crecimiento en curso (2 Ped. 1:5-11).
La justificación para Pablo es bastante más que simplemente el perdón.
Ella reincorpora a una persona como un hijo de Dios y heredero de la
promesa de un lugar en la tierra/reino. The Pulpit Commentary afirma:
No debemos restringir la justificación a la liberación de la pena
merecida, sino que la debemos adherir además a la idea de la herencia.
41
Neil D. Nelson, Jr., “Esta generación” en Mat. 24:34: A Literary Critical
Perspective”, Jornal of the Evangelical Theological Society 38:3 (Set. 1996), pp.
369,373.
42
La salvación es pasada (Efe. 2:8), presente (1 Cor. 1:18), y futura (Rom. 5:9,10;
13:11).
264
43
Pulpit Commentary, Vol. XVIII, pp. 121, 122, que cita a Girdlestone, Old
Testament Synonymus, pp. 259, 260, énfasis añadido.
265
44
Ver KJV y Henry Alford’s comment, Greek New Testament, Vol. III, p. 79.
45
Note la traducción correcta de la NASV de Rom. 10:14: “Cómo creerán en aquel a
quien no han oído [predicando]?” La salvación depende de oír la predicación de Jesús, no
sólo de oír acerca de Jesús (como NVI).
269
La Palabra de Dios
La preocupación de los primeros cristianos para transportar la
información esencial acerca del rescate personal y colectivo del hombre es
obscurecida en tanto que continuemos leyendo la "palabra de Dios" como
simplemente un sinónimo de la Biblia como un todo. El término bíblico
para la Biblia entera es "las santas escrituras” (2 Tim. 3:15) o las
"escrituras" (Lucas 24:27, 32).46 La expresión "palabra de Dios" se debe
entender que significa el Mensaje de Dios, o más plenamente, “el mensaje
de las Buenas Nuevas del Reino de Dios y el nombre de Jesús" (Hechos
8:12). Es para ese cuerpo muy específico de información que cada
individuo debe responder para asegurarse su rescate personal de la muerte.
En Hechos 8 "predicando el Mensaje como las Buenas Nuevas" (Hechos
8:4) equivale a "predicando a Cristo" (Hechos 8:5), y ambas frases son
46
Jesús describió el canon de la Biblia Hebrea como “la Ley de Moisés, los profetas
y los Salmos” (Lucas 24:4). El orden de los libros no es aquel conocido por nosotros en
las versiones estándares. La tercera versión, los “Salmos”, o “los escritos”, consisten de
los Salmos, Proverbios, Job, Cánticos de Salomón, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés,
Ester, Daniel, Esdras-Nehemías y Crónicas.
270
47
W.J. Dumbrell, “The Covenant with Abraham”, Reformed Theological Review
(51), Mayo-Agosto, 1982, p. 46.
12. ¿Ha Venido el Reino?
acción de su propia cuenta: fue Dios quien fijó este destino sobre ella,
pero con la esperanza de que como había estado cautiva para morirse y
corromperse por la Caída del Hombre, así también la Creación
participará en la existencia libre y gloriosa de los hijos emancipados de
Dios. Es como las punzadas de una mujer en el parto. Este marco
universal siente la agonía de la tribulación hasta este momento, la
siente en cada parte y grita en su dolor. Pero donde hay tribulación,
debe por necesidad también haber un nacimiento (Rom. 8: 18-22).1
"En el Reino"
La frase "en el Reino" es primero hallada en Mateo 8:11, donde Jesús
dice que muchos vendrán y se reclinarán con Abraham, Isaac y Jacob "en
el Reino," mientras que otros se les rehusará la entrada en el banquete
Mesiánico. El acontecimiento es, claro está, la celebración prometida por
Isaías 25:6-8. Habrá un "festín preparado en esta montaña [Jerusalén]" en
el cual los fieles se regocijarán con Jesús. Una referencia adicional se
hace para esta gran ocasión cuando Jesús anuncia, en la última cena, que
él no beberá más del vino de la Pascua hasta que El lo beba nuevamente
"en el Reino de Dios" (Mateo 26:29; Lucas 22:18). Jesús obviamente
278
espera celebrar con los discípulos "en el Reino" cuando el "reino venga"
(Lucas 22:18).
El Reino es ciertamente futuro cuando Santiago y Juan le solicitaron
a Jesús posiciones prominentes con El "en Tu Reino" (Mat. 20:20, 21).
Ésta es una petición para el reconocimiento en el reinado futuro. Aunque
la petición no puede ser concedida, Cristo confirma la realidad del Reino
futuro, y su naturaleza como un gobierno verdadero, indicando que los
cargos más altos en éste serán asignados para aquellos que Dios escoja
(Mat. 20:23). De modo semejante, Mateo 19:28 coloca la inauguración
del Reino en la Nueva Era o el Nuevo Mundo (Moffat y NIV). Es
entonces que Cristo “se sienta en Su trono de gloria," es decir, "cuando el
Hijo de Dios viene en Su gloria" (Mateo 25:31), y Su autoridad para
gobernar es compartida con Sus Apóstoles. Al mismo tiempo “el justo
brillará en el Reino de Su Padre" (Mat. 13:43, refiriéndose a Dan. 12:3).
Este acontecimiento ocurre en el "fin de la era" (Mat. 13:40), un tiempo
cuando los malvados serán lanzados en el lago de fuego (Mat. 13:42).
Una versión compuesta de la descripción del Reino de Mateo y
Lucas no deja lugar a dudas de que el Reino de Dios es un gobierno
mundial asociado con el regreso de Jesús:
"De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre
se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido
también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de
Israel. Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis
pruebas. Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a
mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en
tronos juzgando a las doce tribus de Israel" (Mateo 19:28; Lucas 22:28-
30).2
Mateo nos dice muy precisamente cuándo es que Jesús debe estar
sentado sobre Su trono de gloria: "Cuando el Hijo de Dios vengá en Su
gloria y todos los ángeles santos con él, entonces se sentará en su trono
de gloria…entonces el rey dirá…heredad el Reino” (Mat. 25:31, 34).
2
Authentic New Testament, Traducción por Hugo Schonfield.
279
6
Ibid., énfasis añadido. El mismo punto de vista del Reino es expresado por el
autor de este artículo sobre Mateo en su commentary on Matthew (W.C. Allen, The
International Critical Commentary, St. Matthew, T&T Clark, 1907, pp. lxvii-lxxi).
7
Hans Conzelmann, The Theology of St. Luke, p. 122.
283
8
“Escatología”, Dictionary of Christ y los Evangelios, Vol. 2, pp. 530, 531.
9
“Basileia” [Kingdom], Thayer’s Lexicon, p. 97.
284
10
A Theological Word Book of the Bible, ed. Alan Richardson, pp. 113, 121.
285
11
E. Haenchen, The Acts of The Apostles, p. 141, fn.2.
12
H.J. Cadbury, “Acts and Eschatology in the Books of Acts”, The Background of
the New Testament and His Eschatology, p. 311.
13
Kevin Giles, “Present-Future Eschatology in the Books of Acts”, Reformed
Theological Review (40), Sept-Dec. 1981, p. 66.
14
E.E. Ellis, New Century Bible, Commentary on Luke, p.13.
286
"la ira venidera" (1 Tes. 1:10). Lo que Pablo pudo haber querido decir es
que los Judíos estaban destinados a la ira (futura) de Dios. De la misma
forma que Jesús pudo haber implicado que aquellos a los cuales los
demonios les fueron expulsados están “destinados para el Reino".18
Hay otro sentido en el cual puede decirse que el Reino está presente.
El Reino de Dios estaba desde el comienzo asociado con el personal que
forjaría la élite gobernante (los elegidos) en el Reino. Israel fue Hijo de
Dios y primogénito (Exo. 4:22), y como tal constituyó una familia real:
"Ustedes me serán un Reino de sacerdotes" (Exo. 19:5, 6), una
asignación que formó la base del pacto. El Nuevo Testamento enseña
que este honor de realeza potencial es ahora ofrecido a la Iglesia. Jesús
"nos ha hecho un Reino de sacerdotes para Su Dios y Padre" (Rev. 1:6).19
Así bien puede ser que cuando Mateo registra a Jesús que dice "Desde
los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre
violencia, y los violentos lo arrebatan" (Mat. 11:12),20 el significado es
que la familia real está siendo maltratada por los gobernantes hostiles de
los sistemas malignos presentes.21 Una referencia similar a la presencia
del Reino en su persona real es encontrada en Lucas 17:20, 21 donde
Jesús desvía la atención de los fariseos fuera del Reino futuro en un
esfuerzo para obligarles a ver que el Reino de Dios, en la persona de su
monarca, está de pie justo en su presencia —"está entre vosotros" (Lucas
17:21).22
18
Ver los excelentes comentarios sobre esta asunto en “Kingdom of God/Kingdom
of Heaven”, The Dictionary of Jesus and the Gospels, eds. Greene, Mc Knight.
Marshall, Intervarsity Press, 1992, pp. 422, 423. El mismo artículo señala que “durante
el ministerio de Jesús el Reino de Dios es hablado siempre como un evento futuro. Es
esperado, por el que se tiene esperanza y se ora. Pero nunca se dice explícitamente que
ha arribado, incluso no en la Ultima Cena. Lo que es presente es el agente del Reino de
Dios, Jesús”. Debido a esto, el Reino puede decirse que era potencialmente presente.
19
Cp. 1 Ped. 2:9; Rev. 5:10; 20:1-6.
20
Juan estaba en prisión en el tiempo de este comentario. Ver Mat. 11:2.
21
Cp. Dan. 7:21, 25, donde el poder del Anticristo agota y vence a la comunidad
Mesiánica.
22
El King James "entre vosotros" que ha sido corregido por las versiones modernas
dio lugar a una equivocación completa del Reino de Dios como un Reino interior de la
mente y del corazón, que Jesús apenas habría visto como en los corazones de los
Fariseos. Otro posible significado de la declaración de Jesús es que "el Reino de Dios
está entre su manos." No obstante otra posibilidad, apoyada por un número de
288
El resumen
Un mundo de información está envuelto en el Evangelio Cristiano
del Reino. La genialidad del Cristianismo está concentrada en la palabra
"Reino," que capta todo el alcance del Plan de Dios para restaurar un
gobierno acertado para la tierra. Esta información esencial de salvación
es a menudo retenida del público, aunque es inundado con súplicas para
aceptar el "evangelio," o "recibir a Cristo", a falta de alguna descripción
clara del Mensaje de Jesús. Siglos de tradición se han confabulado para
convencer a los lectores de la Biblia y a los feligreses de que el Reino de
Dios es primordialmente un gobierno abstracto de Dios en el corazón del
creyente o "el cielo" cuando morimos. Esto está absolutamente en
contradicción con el Nuevo Testamento. Aunque los documentos
Cristianos reconocen que el poder del Reino futuro ya se ha entrometido
en el presente sistema mundial maligno (el Reino ha “venido sobre” los
individuos cuando ellos son liberados de la opresión demoníaca, Mateo
12:28; Lucas 11:20), el Reino de Dios es en primer lugar y
predominantemente el nuevo orden mundial que no puede, y no se
levantará en la tierra, hasta que Cristo regrese a inaugurarlo. Este hecho
es revolucionario en sus implicaciones para la comprensión y la práctica
de la fe Cristiana.
En resumen, todo el concepto del futuro Cristiano como una partida
del creyente"al cielo" en la muerte es una descripción incorrecta de la
enseñanza bíblica. La Biblia mira el futuro en términos de la esperanza
por la autoridad con Cristo en la tierra en la Segunda Venida. Los
intentos de mover el Reino milenario de Cristo y de los santos en el
presente ("amilenialismo") son sintomáticos de la dislocación del
esquema bíblico que ha ocurrido a través de un malentendido
fundamental acerca del Reino. Esto afecta el Evangelio y cada faceta de
la enseñanza del Nuevo Testamento. Nuestra completa estructura
tradicional está parcializada por el Platonismo Agustiniano, el cual
continúa recibiendo aceptación con falta de sentido crítico por
denominaciones que afirman que basan su fe solamente en la Biblia.
Detrás del rechazo del punto de vista bíblico del futuro está una
tendencia anti-Judía y anti-Mesiánica. Las iglesias han caído bajo el
hechizo de la idea de que lo que es "espiritual" no puede relacionarse con
comentaristas, es que "el Reino de Dios será [es ser] en vuestro medio de súbito como
el relámpago"(ver Lucas 17:24).
289
23
The Abomination of the Desolation in Biblical Prophecy, Washington, D.C:
University Press of America, 1979, p. 14, énfasis añadido.
13. La oposición para el Reino
Mesiánico
esta partida del Evangelio del Mesías, de haber ocurrido, sin la protesta
más fuerte. Él cuidadosamente instruye a los Gentiles en Roma y en
Galacia en el detalle de la base Abrahámica del Evangelio Cristiano. Él no
excusó a los Gentiles de la tarea de obtener una comprensión cabal de las
raíces Hebreas del Evangelio. Él nunca se apartó durante toda su carrera
del mensaje del Reino apocalíptico futuro el cual él predicó en todas
partes. Lo mismo ciertamente no puede decirse del Cristianismo histórico,
en el cual el Reino concebido como un Mensaje revolucionario acerca de
la intención de Dios para restaurar la soberanía a la tierra en el regreso de
Jesús, ha sido conspicuo por su ausencia. Hay indicaciones evidentes en la
literatura teológica de un deseo por mantener a distancia al Jesús histórico
y Su Mensaje apocalíptico. Cuando esto ocurre el Evangelio es expuesto al
peligro. La meta del Cristianismo es transformada en una esperanza
ambigua sobre "el cielo", en lugar de un anhelo apasionado por la paz y la
prosperidad en el Reino Mesiánico en la tierra. Un observador sagaz del
daño que ha ocurrido a la fe bíblica observó que:
El cambio de apocalíptico para otras formas de pensamiento ciertamente
constituye algo así como una "caída de la Cristiandad"... fue una caída
del mundo apocalíptico del Cristianismo primitivo a las categorías del
pensamiento platónicas… La rendición de las formas del pensamiento
apocalípticas produjo una alienación de la Cristiandad de su matriz Judía
original, con el resultado de que las expectativas Mesiánicas de Judaísmo
—evocadas por las promesas de Dios a Israel— fueron desviadas en la
Cristología no apocalíptica.4
4
J.C. Becker, Paul’s Apocalyptic Gospel, the Coming Triumph of God, Philadelphia:
Fortress Press, 1982, pp. 107-108.
292
5
H.L. Jackson. The Eschatology of Jesus, Mcmillan and Co. Ltd., 1913, pp. 343,344.
6
Johannes Weiss, Jesus’s Proclamation of the Kingdom of God, ed. And trans. Hiers
and Holland, Philadelphia: Fortress Press, 1971.
293
7
Christian Dogmatics, ed. Carl Braaten y Robert Jenson, Philadelphia: Fortress
Press, 1984, Vol. 1, p. 484.
294
9
Jesús habló sobre juntar a los elegidos Cristianos después (es decir, pos) la
tribulación (Mat. 24:29-31; los elegidos, por supuesto, son los Cristianos: vea a Mat.
22:14, donde "escogidos" representa la misma palabra Griega "elegidos"). Él también
instó a Sus seguidores que esperaran su redención después de los eventos cataclísmicos
que llevan al fin de la era (Lucas 21:28). Puesto que Jesús les dijo a Sus seguidores que
"huyeran a los montes" al ataque de la tribulación, debe ser obvio que Él no tenía ninguna
partida al cielo en mente! Pablo esperó que los Cristianos tuviesen que sobrevivir hasta la
manifestación pública de Jesús en poder y gloria (2 Tes. 1:7-9). El advirtió expresamente
en contra de cualquier sistema que enseñase que los Cristianos serían reunidos antes de la
aparición del Anticristo (2 Tes. 2:1-4).
10
Lucas 4:43, etc., Hechos 19:8; 20:25; 28:23,31.
11
Commentary on Acts, London: Tyndale, 1952, ad loc. cit.
296
nada que ver con el Reino per se".12 Pero esta confusión del único
Evangelio de la salvación fue aprendida de la tradición no examinada, no
de la Biblia. Por medio de presentar "dos formas del Evangelio," los
dispensacionalistas han inventado una muy desafortunada distinción que
no existe en el texto bíblico.
El dispensacionalismo formalmente cancela el Evangelio como Jesús
lo predicó. ¿Pudo la iglesia haber sufrido un mayor desastre que este
acortamiento sistemático del propio Evangelio de Jesús que El predicaba?
A.C. Gaebelein fue un exponente destacado de la teoría del "evangelio
dividido". En lo referente a las palabras de Jesús en Mateo 24:14, "Este
Evangelio del Reino será predicado en todo el mundo para testimonio a
todas las naciones," él escribió:
La predicación que es mencionada es aquella del Evangelio del Reino,
pero ese Evangelio no es ahora predicado, pues predicamos el Evangelio
de la gracia…Con la lapidación de Esteban la predicación del Evangelio
del Reino cesó. Otro Evangelio fue predicado. El Señor se lo dio al gran
Apóstol. Y Pablo llama a este Evangelio "mi Evangelio". Es el Evangelio
de la Gracia gratuita de Dios para quienes crean, el evangelio de la
Gloria de Dios…Ahora, durante el tiempo en que el Reino fue predicado
como que estaba a la mano, el Evangelio de gracia no se oyó, y durante
el tiempo en que el evangelio de la gracia es predicado, el Evangelio del
Reino no es predicado.13
Por este extraordinario disparate exegético, el Evangelio Cristiano del
Reino fue descartado de la corte —descartado como suspendido, y
decretado inaceptable para el tiempo actual. La situación parecería
demandar un arrepentimiento profundo y el restablecimiento del
Evangelio completo de Jesús en el corazón del evangelismo. ¿Puede haber
tal cosa como una evangelización que no sostiene en el más alto honor y
énfasis el mismo Evangelio anunciado por Jesús y ordenado por la Gran
Comisión hasta el fin de la era? Si Pablo hubiera predicado de hecho,
como Gaebelein dice, "otro Evangelio", él se habría puesto bajo su propia
maldición (Gál. 1:8, 9). Él habría estado violando las instrucciones de
Jesús de que Sus enseñanzas debían ir al mundo entero.
El artículo sobre "el Evangelio" en el Diccionario de la Biblia de
Unger representa la misma tendencia común dispensacionalista de
12
De correspondencia, Oct., 1996.
13
The Olivet Discourse, Baker Book House, 1969, pp. 9, 39,40.
297
15
Dictionary of Christ and the Gospels, Vol. II, p. 452.
302
16
Michael Wilcock in The Savior of the World, The Message of Luke’s Gospel,
Intervarsity Press, 1979, p. 192 vierte “nombrar” como “ para darte pacto” The sustantivo
“pacto” ocurre en el contexto immediato (Lucas 22:20).
17
Job 14:14 (LXX) vincula la regeneraciónn (paligennesia) con la resurrección de
los muertos. Job cuenta con “aguardar hasta que ‘él venga nuevamente a existir’” (palin
genomai). Esta es su respuesta a su propia pregunta: “¿Si un hombre muere, volverá a
vivir?” (Job 14:14).
303
18
Paul Wernle. The Beginnings of Christianity, London: Williams and Norgate,
1903, Vol. I, pp. 364, 372-374, énfasis añadido.
19
G.F. Moore, History of Religions, pp. 144, 145, énfasis añadido.
305
20
Hastings Dictionary of the Bible, “Revelation,” Vol. IV, p. 241, énfasis añadido.
306
21
W.F. Adeney. The Hebrew Utopia, London: Hodder and Stoughton, 1879, p. 328.
309
22
Citado de The United Presbyterian AD (Oct. and Dec. 1981) in J.C. Beker, Paul’s
Apocalyptic Gospel, pp. 12, 13.
310
Niceno dice de Cristo que "su reino no tendrá fin", pero no emplea la
frase el Reino de Dios. Las principales tradiciones que resultaron de la
Reforma han hablado de "predicar el evangelio," o de "predicar a Cristo,"
pero rara vez de "predicar el Reino".24
Un tratado reciente publicado por la Asociación evangelística de Billy
Graham lleva el título, "¿Qué es el Evangelio?". El escritor no hace
referencia al "evangelio del Reino", pero nos dice que el Evangelio es "el
Evangelio de Dios”, “el Evangelio de Cristo”, “el Evangelio de nuestra
Salvación", y "el Evangelio de la Paz". También se hace mención de la
frase "evangelio de la gracia de Dios" (Hechos 20:24) pero,
asombrosamente, la frase explicativa y aclaradora que surge en el
siguiente verso se omite completamente. Pablo aquí define el "evangelio
de la gracia de Dios" como "la proclamación del Reino" (Hechos 20:25).
Un patrón constante que presenta "el Evangelio" citando textos sólo de
Romanos y Juan (con la adición de algunas otras referencias a las cartas de
Pablo) pueden verse en veintenas de tratados que ofrecen la "salvación".
Las "cuatro leyes espirituales” usadas extensamente aconsejan a sus
lectores a "comenzar con Juan",25 y no hacen ninguna referencia al
Evangelio acerca del Reino.
El International Standard Bible Dictionary discute el término
"evangelio," y explica que se refiere al Mensaje que Cristo y Sus
Apóstoles anunciaron. El Evangelio es el instrumento a través del cual el
Espíritu Santo opera. Luego señala que
En algunos lugares es designado "el evangelio de Dios" (Marcos 1:14;
Rom. 1:1; 1 Tes. 2:2, 9; 1 Tim. 1:11). En otros es designado "el
evangelio de Cristo" (Mar. 1:1; Rom 1:16; 15:19; 1 Cor. 9:12, 18; Gál.
1:7). En otro es designado "el evangelio de la gracia de Dios" (Hechos
20:24); En otro "el evangelio de la paz" (Efe. 6:15); "El evangelio de
vuestra salvación" (Efe. 1:13); Y aún otro "el evangelio glorioso" (2 Cor.
4:4, AV).26
24
Leslie Newbigin, Sign of the Kingdom, Grand Rapids: Eerdmans, 1981, p. vii,
emphasis added.
25
Have You Heard of the Four Spiritual Laws? Campus Crusade for Christ, 1965, p.
14. Más de 1,000,000,000 copias están en impresión. R.A. Torrey’s How to Witness to
Anyone (Whitaker House, 1986) no contiene referencias al Reino de Dios.
26
The International Standard Bible Encyclopedia, Eerdmans, 1939, reimpreso1983,
p. 1281. Refs. Fueron al Textus Receptus.
312
27
Citado por D. Fuller, Gospel and Law: Contrast or Continuum, Grand Rapids:
Eerdmans, 1980, p. 160.
28
Prefacio al comentario de Calvino sobre Juan.
313
bien. La Escritura en ninguna parte dice que el Evangelio de Juan debe ser
preferido sobre el de Mateo, Marcos y Lucas. Tampoco enseña que Jesús
predicó un Mensaje Judío hasta la cruz; después de lo cual Pablo llevó un
Mensaje de la gracia a los gentiles. La Nueva Biblia Scofield, leída por
millones, dice que una "fuerte coloración legal y Judía debe esperarse
hasta la cruz". 29
Estamos en el quid del problema que este libro trata de abordar. Una
falsa división y distinción está siendo creada por la así llamada escuela
"dispensacionalista". Las enseñanzas de Jesús no quedan en el centro del
esquema de salvación propuesto por los dispensacionalistas. John
Walvoord dice que el Sermón de la Montaña:
No trata de la salvación, sino del carácter y la conducta de aquellos que
le pertenecen a Cristo… Que es adecuado para dirigir a un incrédulo a la
salvación en Cristo no es expresamente la intención de este mensaje…El
Sermón del Monte, como un todo, no es una verdad de la iglesia
precisamente…no está dirigida a delinear la justificación por la fe o el
evangelio de la salvación.30
Más bien ambiguamente él añade que no debería ser relegado a una
"verdad sin importancia".31
Las palabras de Jesús en el Sermón del Monte apenas podrían expresar
más claramente que la obediencia a sus enseñanzas son de hecho la base
de la salvación: "Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor
que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los
cielos [es decir, ser salvo]" (Mat. 5:20). "No todo el que me dice: Señor,
Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino él que hace la voluntad de
Mi Padre…” (Mat. 7:21). Jesús prosigue a decir que aquellos que fracasan
en ganar la salvación son aquellos que dejan de obedecer Sus palabras
(Mat. 7:24-27).32 ¿Y es esto, según las palabras de Walvoord, "no la
verdad de la iglesia precisamente"?
Hasta que las iglesias renuncien al desprecio de la enseñanza de Jesús
implicada en sus diversos sistemas, no podremos tener esperanza para la
unidad. Debemos adherirnos al gran tema central del Evangelio del Reino,
29
New Scofield Bible, p. 987. El hecho es que toda la fe del Nuevo Testamento es
Judía en carácter y constantemente hace fuertes exigencias a la obediencia.
30
Matthew: Thy Kingdom Come, Moody Press, 1984, pp. 44, 45.
31
Ibid., p. 45.
32
Cp. Juan 3:36; 8:51; 12:44-50.
314
Cristo y la Tierra
Hemos sugerido que Jesús estuvo en la mejor tradición Judía cuando
El les prometió a los mansos que ellos tendrían a la tierra como su
herencia. Mateo 5:5 es una de muchas indicaciones de que Jesús no ha
abandonado la Biblia Hebrea. No hay una buena razón para atribuir al
término "tierra" otro significado que Palestina renovada y refrescada bajo
33
Systematic Theology, Dallas Seminary Press, 1947-48, Vol. IV, p. 224.
34
Mar 1:14, 15; Mat. 13:19; Luc 8:12; Hechos 8:12; 19:8; 28:23, 31.
315
35
Fue un disgusto hacia lo Judaico de Mat. 5:5 que inconscientemente impulsó a los
traductores de la Good News Bible a sustituir “la tierra” por “lo que Dios ha
prometido”— con seguridad una caso clásico que prefiere la definición vaga por lo que es
claro.
36
The International Critical Commentary, Matthew, Edinburgh: T&T Clark, 1907, p.
42.
37
Clayton Sullivan. Rethinking Realized Eschatology, Mercer University Press,
1988, p. 37. Sullivan acusa a Dodd de usar “lenguaje escurridizo”, que define el Reino en
28 formas diferentes (pp. 45, 46) y de acercarse a los textos del Nuevo Testamento con
un marco Platónico de referencia (pp. 43, 44).
38
Ibid., pp. 48-54.
39
“Canaán es la Tierra Santa y el propio patrimonio de Jehová, y el Mesías…’vino a
su propio país, y Su propio pueblo, y Su propio pueblo no le recibió’” (“Inheritance,”
Hastings Dictionary of the Bible, un solo vol., T & T Clark, 1958, p. 383). El NASV
tiene “dominio” en su margen.
316
40
Mat. 16:16-18; Juan 20:31; I Juan 2:22; I Juan 5:1, etc.
41
Frank Stagg, “The Israel of God in the New Testament,” en Christians, Zionism
and Palestine, Beirut: Instituto para los Estudios Palestinos, 1970, pp. 65-66, citado por
G.M. Burge in ¿Who Are God’s People in the Middle East? Zondervan, 1993, p. 127.
317
42
W.D. Davies habla de “Matthew’s collocation [es decir, poniendo juntos como
equivalentes] entrando en el Reino y heredando la tierra” (The Gospel and the Land, p.
361).
43
Who Are God’s People in the Middle East? pp. 128, 130.
318
escritores del Nuevo Testamento dan a entender todas las promesas hechas
a Abraham, incluyendo la tierra, cuando se refieren a “la promesa”, “el
pacto", o "la herencia". Estos términos son expresiones taquigráficas que
no necesitan ser dados en su totalidad, de la misma forma que los
americanos entienden lo que se quiere decir por "los Estados," como una
abreviación para "los Estados Unidos de América". "El Mensaje" en el
Nuevo Testamento es por sí mismo una etiqueta comprimida para "el
Mensaje del Reino y el nombre de Jesús" (Lucas 4:43; 5:1; Hechos 8:4, 5,
12). Pablo habla de las promesas hechas a Abraham, especificando la
promesa de que "él heredaría el mundo" (Rom. 4:13). Jesús enseñó
parábolas acerca de la viña, un término que Su audiencia reconocería
como otra palabra para la tierra. El libro de Hebreos describe el futuro
Cristiano como ganar "el mundo venidero habitado" (Heb. 2:5).44 La
promesa del Cristo resucitado que mora en los creyentes no hace la
herencia del mundo /tierra redundante.
Otra vez, no puedo seguir la argumentación de Gary Burge de que
Hebreos 11 redefine la tierra para querer decir algo aparte de un lugar en
este planeta.45 No discutimos, claro está, que la tierra en su condición
actual como la morada de los incrédulos sea la tierra prometida del futuro.
No obstante Heb. 11:9 expresamente dice que Abraham residió como un
extranjero en la tierra prometida. Canaán no es una metáfora para un lugar
removido de la tierra. Abraham aún debe regresar a la tierra garantizada
para él, en la cual él vivió pero que nunca heredó. La "tierra celestial"
(Heb. 11:16) no es una tierra en el cielo, como tampoco "el reino de los
cielos" es un “reino en el cielo”. Se necesita prestar atención del peligro
que representa leer las nociones tradicionales acerca de la otra vida dentro
del texto de la Escritura: "La circunlocución [Reino de los Cielos] es
desafortunada porque induce engañosamente a las personas a pensar que el
Reino está sólo en el cielo y no que estará en la tierra (Mat. 6:10)".46
Puesto que la palabra "territorio" quiere decir también "tierra”, el
“cielo" como la meta del creyente es un término más apropiado para
confundir la esperanza bíblica. Pero Jesús nunca les prometió "el cielo" a
Sus discípulos. Así dice un experto que dedicó un libro a la investigación
44
Pablo estaba mirando adelante hacia el Reino divino en la tierra cuando el habló
del Reino “celestial” y la corona que él recibirá “en ese día [futuro]”. (2 Tim. 4:8, 18).
45
Who Are God’s People in the Middle East? p. 136.
46
The New Jerome Biblical Commentary, Prentice Hall, 1990, p. 639.
319
56
Restoration Quarterly (32), 1990, No. 1, p. 6.
57
Énfasis añadido.
58
Edinburgh: T & T Clark, 1910, Vol. 3, p. 585.
322
59
Hechos 28:23, 31, que lo vincula directamente a la proclamación de Jesús en
Lucas 4:43.
323
tu izquierda” (Marcos 10:37). Así, cuando Marcos habla del Hijo de Dios
que viene en la gloria de Su Padre (Marcos 8:38), hay una referencia
inmediata para el Reino de Dios (Marcos 9:1). Todo el debate está
estrechamente relacionado con las palabras de Jesús acerca de perder la
propia vida por causa de Jesús y el Evangelio (Marcos 8:35). Cuando
Pablo habla de la gloria futura él siempre tiene en mente el Reino. En
Romanos 8 él reconoce que los Cristianos son "herederos con Cristo" y
sigue diciendo que "los sufrimientos del presente tiempo no deben ser
comparados con la gloria que debe revelarse para nosotros" (Rom. 8:17,
18).60 Lo mismo que José de Arimatea, un discípulo Cristiano, estaba
esperando por el Reino de Dios, así ve Pablo la creación como "que espera
la manifestación de los Hijos de Dios", un título Mesiánico (Rom. 8:19).
Él toma exactamente el mismo tema cuando resume la fe: "Si sufrimos
también reinaremos [ese decir, en el Reino] con El" (2 Tim. 2:12). "La
salvación”, “la herencia del Reino de Dios", la herencia de la “vida" o "la
vida en la era venidera”, “gobernando con el Mesías como reyes" y "la
gloria" son todos las formas intercambiables de describir la misma meta
del Reino. Pablo algunas veces pudo haber escogido políticamente
palabras menos explosivas como "la gloria" y "la salvación," en vez de
Reino. Tales palabras en clave fueron claras para sus lectores. Una vez que
los sinónimos de Pablo para el Reino sean detectados, hay cada razón para
encontrar en sus epístolas completa confirmación de su pretensión de
haber sido un predicador del Reino de Dios, hablando fielmente por el
Cristo resucitado cuyo Mensaje del Reino fue continuado en los
ministerios de los Apóstoles.
Sin una comprensión de la frase "el evangelio del Reino," es difícil ver
cómo puede haber una respuesta inteligente para la primera orden de
Jesús. Recibimos instrucciones de "arrepentirnos y creer en las Buenas
Nuevas acerca del Reino de Dios" (Marcos 1:14, 15). Esa es la esencia de
la fe. Toda la predicación subsiguiente en el Nuevo Testamento debería
ser referida a esta declaración básica de la tesis acerca del Evangelio de
salvación. Cuando se libera de la súplica de Jesús para la creencia en el
Evangelio del Reino, la predicación se expone a sí misma a la amenaza de
la deformación, y así, a "otro evangelio". Que semejante distorsión ha
ocurrido no será difícil de ver. Uno sólo tiene que escuchar a los
predicadores del "Evangelio" para reconocer que en cualquier otra cosa
60
Los Cristianos se regocijan en la esperanza de gloria, es decir, el Reino (Rom.
5:2).
325
que ellos puedan predicar, hay muy poca mención del Reino de Dios. Esto
sólo puede querer decir que el elemento principal de la proclamación de
Jesús ha sido silenciado. Tal "amordazamiento" del Salvador, en nombre
del Salvador, permanece como la característica desconcertante y
perturbadora de la predicación contemporánea y de la historia de la iglesia
desde los más tempranos siglos.
61
Hechos 8:12; 19:8; 20:25; 28:23, 31, en adición al uso frecuente de sinónimos
como “misterio”, “Evangelio”, “Palabra”, que cubre el mismo campo.
62
Theological Dictionary of the New Testament, “kerygma,” pp. 730, 716.
327
Cor. 15:51, 52). Estos versos confirman, otra vez, el hecho de que el Reino
de Dios hereda el poder en la Segunda Venida. Siguiendo a Jesús, Pablo
habla de entrar o heredar el Reino en el futuro.
El Reino tiene un lugar principal en el mensaje del Evangelio del
Nuevo Testamento, en adición, por supuesto, de la predicación igualmente
esencial de la muerte y la resurrección del Salvador. Es un serio maltrato
de la Biblia poner 1 Corintios 15:1-4 en conflicto con la evidencia masiva
a favor de la importancia central del Reino de Dios en la proclamación de
la resurrección.63 Otra vez debemos enfatizar la importancia de Hechos
8:12 (resonado en Hechos 19:8; 28:23, 31) como la declaración
comprensiva resumida de Lucas acerca del Mensaje del Evangelio:
"Cuando creyeron a Felipe que predicaba las Buenas Nuevas acerca del
Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y
mujeres" (vea también a Mat. 13:19; Lucas 8:12). "El reino de Dios” da el
“marco” a toda la escritura de Lucas. Para él, y para la iglesia del Nuevo
Testamento, fue la frase por excelencia para denotar la restauración de la
tierra bajo el reinado del Mesías, así como también para expresar la
urgente necesidad presente para los conversos de prepararse para el alto
honor de gobernar con el Mesías.
La sustitución de la frase “Reino de Dios” por la palabra “cielo” es un
principal factor contribuyente de una pérdida de la claridad acerca del
Evangelio de Jesús. Cuando el lenguaje de Jesús es abandonado, el daño
en términos de la pérdida de la mente de Jesús es incalculable. Semejante
pérdida, trágicamente, ha sido característica de la historia del desarrollo de
la idea cristiana central —"el Evangelio del Reino y las cosas
concernientes a Jesús". Fuera de la deferencia para Jesús, como el Mesías
de Dios, y en la obediencia a Su desafío original para la creencia en las
Buenas Nuevas del Reino, debemos insistir en definir el Reino según su
trasfondo bíblico y restaurarlo a una posición central en toda exposición
del Evangelio. ¿Puede una respuesta inteligente al Evangelio significar
alguna cosa menos?
63
Luc. 4:43; Mar. 1:14, 15; Mat. 4:17; Hechos 8:12; 19:8; 20:25; 28:23, 31, etc.
328
“El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos. Luego
hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi
rey Sobre Sion, mi santo monte”.
"Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te
engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como
posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de
hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás".
“Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de
la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor. Honrad al
Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de
pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían” (Salmo 2).
La promesa de "los cabos de la tierra para Su dominio" está reflejada
en el propio reclamo de Jesús por la "autoridad que a mí Mismo me ha
sido dada por Mi Padre" (Rev. 2:26). El mismo tema es continuado por el
coro angélico cuando cantan acerca de los fieles que "dominarán como
reyes en la tierra" (Rev. 5:10) y en el famoso pasaje milenario que prevé a
los santos que dominan con el Mesías por mil años (Rev. 20:4-6).
64
Ralph Martin, Unless the Lord Build the House, Ave Maria Press, 1971, pp. 10,
11.
330
65
Lev Gillet, Communion in the Messiah, Studies in the Relationship Between
Judaism and Christianity, London: Lutterworth Press, 1942, citado por Hugh Schonfield,
The Politics of God, pp. 50, 51.
331
1
Hechos 8:12; 19:8; 20:25; 28:23, 31. El mismo énfasis en el Reino de Dios futuro
es hallado en los escritores tempranos post-bíblicos. Ver Everett Ferguson, “The
Kingdom of God in Early Patristic Literature,” The Kingdom of God in 20th-Century
Interpretation, pp. 191-208.
336
del Reino salió a la luz antes de que Jesús muriese y, como el registro de
Hechos nos informa, continúa después de la resurrección.4 En los
Hechos, sin embargo, encontramos sumados al Evangelio acerca del
Reino, los nuevos hechos acerca de la muerte y la resurrección de Jesús,
que ahora se había convertido en historia. El resultado es un Mensaje del
Evangelio acerca del Reino de Dios y el nombre de Jesucristo (Hechos
8:12). El Mensaje del Reino queda como el componente primario del
Evangelio; la muerte de Jesús y la resurrección son temas adicionales
indispensables para la fe. Al Cristianismo, entonces, le urge creer no sólo
en las obras de Jesús, sino también en Sus palabras salvadoras.
Con respecto a esto las palabras de F.C. Grant merecen que se les
preste una amplia atención: "La base teológica de la Reforma fue el
Paulinismo, como lo entendieron principalmente Lutero y Calvino, no la
enseñanza de los Evangelios, que fueron demostrablemente Judíos en el
tono y en el punto de vista, así como también en el lenguaje y las
presuposiciones".5 El se queja de que "los teólogos comienzan con Pablo
y que para ellos el 'evangelio' quiere decir el séptimo capítulo de
Romanos".6 El resultado es que lo que llamamos el Evangelio "no es la
enseñanza de Jesús, sino la interpretación de Jesús, principalmente su
muerte y resurrección, como Pablo lo informa…Las consecuencias de
esta mala interpretación son de gran alcance, no sólo para los Judíos sino
para los Cristianos".7 Hubo un “cambio en todo el centro de gravedad en
el evangelio, que colocó en la vanguardia de la consideración, como el
tema real del evangelio, a la persona de Jesús en vez del Reino de
Dios…y la esperanza del Reino se alejó y se convirtió eventualmente
sólo en otro nombre para el ‘cielo', el estado de dicha más allá de la
muerte".8 No podría haber un análisis más astuto de la deserción de la
Iglesia del Evangelio de Jesús.
9
B.T. Viviano. The Kingdom of God in History, p. 61.
339
10
Jacques Ellul. The Subversion of Christianity, Eerdmans, 1986, p. 25.
341
11
Énfasis mío en cada caso.
12
James Dunn, Commentary on Romans, Word Biblical Commentary, pp. xiv, xv.
342
13
David Watson. Christian Myth and Spiritual Reality, Victor Gallancz, 1967, pp.
28, 29.
14
Paul Althaus. The Theology of Martin Luther, pp. 413, 414.
343
15
G.W. Knox, D.D., LL.D, profesor de filosofía y de la historia de la religión,
Union Theological Seminary, New York, Encyclopedia Britannica, 11th ed., Vol. 6, p.
284.
16
F.V. Filson. The New Testament Against Its Environment, pp. 26, 27, 43.
344
17
F.C. Grant. Ancient Judaism and the New Testament, p. 133.
18
A.E. Garvie, “Christianity,” Encyclopedia of Religion and Ethics, 1910, Vol. 3,
p. 588.
19
P. Fisher, History of Christian Doctrine, T&T Clark, 1908, p. 32.
345
20
Lev Gillet, citado por Hugh Schonfield en The Politics of God, pp. 50, 51.
21
p. 38.
22
“Heaven,” Dictionary of the Apostolic Church, Vol. I, p. 531.
23
W. Bousset, Jesus, London: Williams and Norgate, 1906, p. 82.
346
24
H.J. Schonfield, The Politics of God, pp. 98, 99, que cita a Canon Goudge,
Essays on Judaism and Christianity.
347
25
H.D. Hamilton, The People of God, Vol. I, p. 260.
26
N.H. Snaith, The Distinctive Ideas of the Old Testament, London: Epworth Press,
1955, pp. 187, 188.
27
Kurt Rudolph, Gnosis: The Nature and History of Gnosticism, Harper and Row,
1983, p. 372.
28
H.E. Fosdick, A Guide to Understanding the Bible, Harper Bros., 1938, p. 93.
348
29
Maurice Wiles, The Remaking of Christian Doctrine, London: SCM Press, 1974,
pp. 54, 55.
30
Don Cupitt, The Debate About Christ, p. 69.
31
R.D. Kaylor, Jesus the Prophet, His Vision of the Kingdom on Earth,
Westminster/John Knox Press, 1994, p. 70.
349
32
D.J. Kennedy, “How I Know Jesus Is God,” Truths that Transform, Nov. 1989.
33
J.F. Kay, “Theological Table-Talk: Myth or Narrative?” Theology Today (48),
1991, p. 330.
34
H.R. Mackintosh, The Doctrine of the Person of Jesus Christ, T & T Clark,
1912, p. 121, énfasis añadido.
350
35
Published by The Billy Graham Evangelistic Association, 1980.
36
Christology at the Crossroads, p. 384.
351
37
R.D. Kaylor, Jesus the Prophet, His Vision of the Kingdom on Earth.
38
La teología Universalista Unitaria parece haber entrado en la misma trampa
contra la que la Biblia advierte (2 Juan 7-9). Un tratado de los puntos de vista
Universalista Unitaria de Jesús dice: "No es posible describir al Jesús histórico. No
obstante, muchas descripciones de Él existen…Cada uno de nosotros puede imaginar al
Jesús histórico como nos plazca…El aspecto importante de la realidad personal con la
que nosotros debemos llegar a concordar no es el Jesús histórico, sino la idea de Jesús
como El existe en nuestra cultura contemporánea…Yo encuentro que es irrisorio creer
que la perfección que nosotros hemos vertido en la figura de Jesús ha venido de las
mentes de seres humanos, de la imaginación humana y la aspiración ética…Yo estoy
por un mejor y mejor Jesús, nacido del corazón, aspirante de la humanidad" (J.G.
Mackinnon).
352
39
R. Bultmann, “Zur Frage der Christologie,” in Glauben und Verstehen, citado
por G.R. Beasley-Murray en “The Kingdom of God and Christology in the Gospels,” en
Jesus of Nazareth: Lord and Christ, ed. J.B. Green and M. Turner, Grand Rapids:
Eerdmans, 1994, p. 23.
40
Como está vertido por J.W.C. Wand, The New Testament Letters, Prefaced and
Paraphrased, Oxford University Press, 1946.
41
Cited by H.J. Schonfield, The Politics of God, p. 98.
353
con Dios, Su Padre (Juan 10:30), que muestra el Espíritu del único Dios,
Su Padre, las páginas de la Biblia están llenas. Ese Hombre prometido
fue el Mesías, el Hijo de Dios, el Cordero de Dios, el Sumo Sacerdote de
los fieles y el Rey de la era venidera.
El Jesús de la historia será descubierto de nuevo cuando sea
entendido que El es el Rey escogido de Dios, la esperanza de Israel y una
luz para los Gentiles. Que Jesús no se someterá a títulos que pertenecen a
las metafísicas Griegas abstractas. Es innecesario y engañoso describir a
Jesús en una terminología desconocida para El Mismo y los Apóstoles.
El "génesis" de Jesús es descrito por Mateo (Mat. 1:18). El origen del
Mesías como Hijo de Dios es asimismo rastreado por Lucas por una
concepción sobrenatural (Lucas 1:35). Lucas no sabe nada de un Hijo
divino en el pasado eterno. Además, un ángel aparece como el testigo
divino para el hecho de que Jesús deberá ser un Rey que ocupará de
nuevo, y que mantendrá por siempre, el trono de Su antepasado David.
Está predicho un Reino restaurado, como en todas partes de la Escritura.
Cuando estas comunicaciones divinas acerca del Mesías y Su Reino sean
tomadas en serio y creídas, estará en proceso el regreso para el
Cristianismo del Nuevo Testamento.
Un Cristianismo "demesianizado" es ambos, pálido y contradictorio.
En contraste, el punto de vista del Nuevo Testamento sobre el futuro, con
su esperanza incontenible por el regreso de Cristo para regir en la tierra,
puede revivir y estimular. Nos pondrá en contacto con la mente de Jesús.
Cuando esto ocurra las iglesias reposeerán la gran causa unificadora que
le pertenece a la Iglesia. El Evangelio acerca del Reino de Dios se oirá
otra vez.
15. Epílogo: En la Alabanza del Mesías
1
W.J. Dumbrell, “The Content of the Gospel and the Implications of that Content
for the Christian Community,” The Reformed Theological Review (40), 1981, pp. 33,
35, 39.
2
Johannes Weiss, Jesus’ Proclamation of the Kingdom of God, p. 133.
356
substituido por tierra, 61–63, 66–67, distinto de Dios, 27, 101n, 158, 348,
77, 244, 299, 316, 339 352–53
Infierno, 228 distinto del Evangelio, 134–38, 140
Vea también Hades fe versus fe en, 149–50, 196, 348–49
humanismo, 34, 38 El perdón y, 310, 326, 333, 360
inmortalidad como el agente legal de Dios, 27,
Cristiano, 36, 157–58, 207–21 158
propósito de, 19, 28–29, 225–27, 321 y la influencia de Isaías (ver Isaías)
y la resurrección, 24–25, 230–31, El fondo judío de, 173, 237–39, 256
234, 340, 342 (ver también contexto, Judío)
interpretación, 40–44, 45–47, 102, 189, reclamos mesiánicos de, 10, 104–6,
337n, 339, 358–61 119, 316, 331
“entre ustedes”, 193–94, 273, 287– y los profetas menores, 85, 91–95,
88 103
“a la mano”, 83, 184, 286, 301, 306, la misión de, 24–27, 46, 111, 133–
338 38, 158–60, 165, 185, 338–39,
como borradura, 35 349
los asuntos gramaticales en, 201, el modelo para cristianos, 44, 157–
250–51 60, 168, 236, 238
“no de este / el mundo”, 180, 193–94 un profeta, 72, 79, 103
“del mundo/ era venidera”, 43n, 213, la resurrección de, 310, 326, 333,
227–28, 230, 266 336–38, 360
puntuación y, 241–42 un segundo Adam, 27, 35, 148, 316
Vea también pasajes, desafiando; un segundo Moisés, 103, 353
espiritualización; asuntos de el Hijo del Hombre, 35n, 63, 87, 105,
traducción 245
Ireneo, 343 la concepción sobrenatural de, 160,
Isaías, 81, 84–85, 88–90, 123, 173, 353
188, 277 y el ladrón, 241–42
Israel los títulos de, 27, 35, 87, 100–105,
los reyes de, 53–54 113, 148, 158, 316, 353
la redención de, 157n, 190 Vea también a Cristo
Jesús El contexto judío. Vea contexto, judío
la ascensión de, 119–20, 153, 159n, Los judíos
192, 249, 262, 272–89 la conversión de, 72, 122, 157, 334
y la influencia de Daniel (la Sede y la tierra, 22–23, 26, 58–63, 87,
Daniel) 146, 163, 167, 299, 315–16
Josefo, 186n
377
definición, 218–20, 230–32, 256 trasfiguración, 168, 171, 225, 284, 327
si separable, 164, 171, 208–22, 230– asuntos de traducción, 64, 66, 216–17,
31, 239–43, 256n, 334, 340–42 242, 314, 330, 344
Espíritu, “la llegada del”, 44n, 72, 177, “adonai ” y “adoni”, 101n, 126
185–87, 197 “tiempo del fin”, 230 (Ver también
Espiritual, lo de tiempo del fin)
justicia como, 125, 288 “para siempre” y “eterno” 227–28
política como también, 106, 170, “fe en / de Cristo”, 149
193, 288, 321 Nachash, 31n
como social, 170 “regir”, 89
Como tangible, 195–97 Será revelado”, 55, 89–90, 188
espiritualización “mundo versus “era”, 43n, 230, 279
el Reino de Dios y, 86, 114, 161–62, Vea también pasajes, el
166–74, 193, 250, 277, 286–88 cuestionamiento
como la interpretación y reducción, tribulación, 152, 295, 297
191–92, 196–98, 254, 259, 300, Trinitarianismo, 352–53
309, 320–21 Tyndale, William, 213–14n
Targum, 55n, 89, 99, 123, 188n ultra-Preterism, 153, 159n, 192, 249,
teología, sintética. Vea Cristiandad, los 262
errores en la tradicional descreimiento, 37, 42, 161–64, 304
El tiempo Ver también bajo la oposición, tipos
extendido, 70–75, 144, 170–71 de
del Reino de Dios, 42, 159, 169, 187, visión
244–55, 262, 278 (Ver también pérdida de, devastando, 28, 338, 344
milenialismo) reunión de las iglesias, 42, 168, 198,
El presente y el futuro en el mismo 236, 289, 322–34, 354
sentido, 258 Palabra, 18, 269–70, 323, 326, 337
Vea también tiempo del fin Wycliffe, Juan, 213
La tora, 113 Zacarías, 85, 104
tratados, 269, 311, 349, 351 Zwingli, 305