Iglesias No Parroquiales - 503
Iglesias No Parroquiales - 503
Iglesias No Parroquiales - 503
Proemio
a) Ermitas que funcionan como lugares de culto durante todo el año y que
sirven para atender pastoralmente una pedanía o una zona del campo o de la
huerta. A veces, por falta de presbíteros, la atención es limitada.
c) Ermitas cuyo uso para el culto se limita a la fiesta del santo titular y que, por
lo general, permanecen cerradas el resto del año.
4. Para edificar una Iglesia se requiere tener permiso del Obispo de la Diócesis (cfr.
1215 § 1). Por esta razón, aunque se debe reconocer la iniciativa de los fieles laicos
que deciden construir una Ermita o una capilla, conviene advertirles que para llevar
a cabo esta iniciativa se requiere el permiso dado por escrito del Obispo de la
Diócesis. El Obispo, siguiendo la normativa canónica, deberá oír al Consejo
Presbiteral y a los rectores de las Iglesias vecinas antes de dar su permiso, con el fin
de comprobar que la nueva Iglesia servirá para el bien de las almas y que no
faltarán medios para edificarla y sostener el culto (cfr. c. 1215 § 2).
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5. Los terrenos en los que se va a construir la nueva Iglesia deben ser propiedad de
una entidad eclesiástica (Obispado, parroquias, asociaciones públicas de fieles) y, si
no lo fueran, se garantizará al menos -a ser posible, en documento público- que el
uso perpetuo y exclusivo del templo corresponde a la Iglesia católica.
8. Una vez construida, la Ermita o Capilla debe ser bendecida siguiendo las leyes
litúrgicas (cfr. cc. 1217, 1207), lo que otorga carácter sagrado al edificio, no
pudiendo realizarse en la misma actos que contradigan la santidad del lugar (cfr. c.
1211)
10. En el caso de que el rector de la Iglesia sea distinto del párroco, habrá de actuar
coordinadamente con el mismo (cfr. c. 558).
11. Sin licencia del párroco o, en su caso, del rector de la Iglesia, no se podrá celebrar
la Eucaristía ni otros actos de culto en la Ermita o Capilla (cfr. c. 561).
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a) La integración y participación en los planes de pastoral de la parroquia;
14. Otro principio pastoral para la atención de las Ermitas y Capillas es que la acción
de la Iglesia no puede limitarse a cultivar uno sólo de sus aspectos. Con frecuencia,
la actividad pastoral en estas Ermitas se limita al culto y las celebraciones
litúrgicas, descuidando la educación en la fe y la caridad. La acción pastoral en las
iglesias no parroquiales deberá tener en cuenta todos estos aspectos constitutivos de
la acción de la Iglesia, impulsando junto al culto, la formación en la fe y la acción
social.
e) La disponibilidad de sacerdotes;
16. También debe tenerse en cuenta que las Ermitas y Capillas constituyen un signo de
la presencia y cercanía de la Iglesia, sobre todo en lugares diseminados de los
campos y huertas y en las nuevas urbanizaciones. La Ermita o Capilla es un
símbolo alzado muchas veces en medio de grandes construcciones, que recuerda la
trascendencia y que hace presente a la Iglesia.
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4. Sobre el culto en Ermitas y Capillas
18. Dada la creciente escasez de sacerdotes, se hace cada vez más difícil poder atender
a todas y cada una de las Capillas y Ermitas dispersas por el territorio de la
Diócesis. Corresponde al vicario de zona, junto al párroco y al arcipreste determinar
el tipo de atención que debe dispensarse a los fieles de una determinada Ermita o
Capilla. En concreto, teniendo en cuenta la normativa que sigue y los Directorios
diocesanos referentes a la pastoral sacramental, deberán determinar:
c) La celebración de Exequias;
- La celebración de la Eucaristía
20. Sobre todo los domingos y días festivos, las celebraciones que se hacen en las
iglesias no parroquiales deben coordinarse con las celebraciones de la Iglesia
parroquial, para que sean una ayuda en su acción pastoral [4], debiendo evitar que
coincida con el horario de celebraciones de la parroquia.
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23. En circunstancias especiales y teniendo en cuenta los principios establecidos en el
número 15, el vicario de zona, oído el parecer del párroco y el arcipreste, podrá
autorizar la administración de alguno de los sacramentos de iniciación cristiana en
Iglesias no parroquiales, debiendo cuidarse en estos casos de manera especial la
vinculación con la comunidad parroquial.
24. El párroco o rector de la Iglesia está obligado a procurar que se oiga en confesión a
los fieles que vivan en aquel lugar y lo pidan razonablemente, dando la oportunidad
de acercarse a la confesión individual en días y horas determinadas que resulten
asequibles (cfr. c. 986).
25. Con licencia del Ordinario o del párroco del lugar, se puede celebrar el sacramento
del matrimonio en Iglesias no parroquiales (cfr. c. 1115), cuidando de que se realice
con las debidas licencias (cfr. c. 1114) y de que se inscriba el matrimonio en la
parroquia correspondiente. Sin embargo, debe procurarse disuadir a los esposos que
deseen contraer matrimonio en determinados lugares por razón de vana ostentación
o de índole económica o por otras razones injustificables [6].
- Celebración de Exequias
26. Las exequias deben celebrarse generalmente en la propia Iglesia parroquial del
difunto. Sin embargo, los fieles pueden elegir otra Iglesia para el funeral, con el
consentimiento de quien la rige (cfr. c. 1177, §§ 1 y 2).
28. Según la normativa litúrgica, no se deben celebrar los Oficios del Triduo Pascual
en aquellos lugares donde falte el número suficiente de participantes, ministros y
cantores. En estos casos debe procurarse que los fieles se reúnan en la Iglesia más
importante para participar en los Oficios. También cuando un único presbítero es
responsable de diversas iglesias, conviene que los fieles de las mismas, en cuanto
sea posible, se reúnan en la iglesia principal para participar en estas celebraciones
[7].
29. En particular, debe garantizarse que la vigilia pascual sea una celebración plena y
festiva, debiendo favorecerse la celebración común de la Vigilia "de suerte que
todos los fieles, formando una única asamblea, puedan experimentar más
profundamente el sentido de pertenencia a la comunidad eclesial" [8].
30. Para la reserva del Santísimo en estas Ermitas y Capillas se requiere la licencia del
Ordinario del lugar (c. 934 §§ 1, 2), pudiendo actuar en este caso el Vicario de la
zona. Para poder autorizar la reserva de la Sagrada Eucaristía deben cumplirse, al
menos, las siguientes condiciones:
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a) Que permanentemente alguien -no necesariamente el sacerdote- se encargue de
proveer a los cuidados necesarios (c. 934 § 2) como limpieza, ornato, lámpara
del Santísimo, etc.
b) Que se celebre la Eucaristía en el mismo lugar al menos dos veces al mes (c.
934 § 2).
c) Que el lugar donde está la reserva pueda estar abierto al menos algunas horas al
día para que los fieles puedan hacer oración ante el Santísimo Sacramento (c.
937)
31. Las iglesias católicas "están generalmente reservadas al culto católico. Sin
embargo, si existen sacerdotes, ministros o comunidades que no están en plena
comunión con la Iglesia católica, que carecen de lugar o material necesarios para
celebrar dignamente sus ceremonias religiosas, el Obispo de la Diócesis puede
permitirles utilizar una iglesia o un edificio católico, así como prestarles el material
necesario para sus celebraciones" [9]. Las Ermitas y capillas, sobre todo en lugares
turísticos, suelen ser lugares solicitados por otras confesiones para celebrar el culto.
32. Cuando alguna confesión solicite el uso de una Ermita o Capilla, deberá presentar
solicitud por escrito al Obispo, pidiendo dicho uso por un tiempo determinado. Con
el dictamen favorable del Secretariado de Relaciones Interconfesionales y del
párroco del lugar, el Obispo Diocesano podrá conceder el permiso de uso que
convenga.
33. Cuando en una Ermita o Capilla tengan lugar con cierta frecuencia cultos de otras
comunidades no católicas, es muy importante que se cuide la formación y
sensibilidad ecuménica de los fieles.
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mismas se lleva a cabo junto con la de parroquia y se presenta para su aprobación
en el Obispado unidas a las de la parroquia. La contribución al FCD se realiza
también a través de la parroquia. La responsabilidad de su administración
corresponde al párroco junto con el consejo parroquial de economía.
37. Con autorización del párroco y el visto bueno del arcipreste y el vicario de zona se
puede realizar la administración de forma separada de la administración parroquial.
En esta caso se llevará contabilidad separada de los ingresos y gastos de esa Ermita
o Capilla. Las cuentas se presentarán para su aprobación al Obispado y se
establecerá una cantidad proporcional de contribución al Fondo Común de la
Diócesis. En este caso el párroco establecerá una junta de la Ermita o Capilla que le
asesore en la gestión económica.
39. Todas las Ermitas y Capillas en que se celebre la Misa Dominical tienen obligación
de realizar las colectas imperadas (Domund, Iglesia Diocesana, Seminario, etc.) y
entregar lo recaudado bien por medio de la parroquia o bien directamente el
Obispado.
40. En los aranceles que se cobran con ocasión de la celebración de los sacramentos, se
seguirán las directrices y normas establecidas por la Diócesis, no pudiendo
sobrepasar las cantidades máximas aprobadas.
42. El sacerdote que atiende a la Ermita o Capilla tendrá derecho a percibir, además del
Estipendio de la Misa, una cantidad en concepto de desplazamiento, de acuerdo con
lo fijado por la Diócesis.
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[1] De acuerdo con la normativa canónica (cc. 1214-1229), los lugares de culto
pueden ser de tres tipos: iglesias, oratorios y capillas privadas. Las iglesias
pueden ser parroquiales o no parroquiales. Son iglesias no parroquiales las
Ermitas, Capillas y templos de urbanizaciones. En el presente documento se
usarán como sinónimos "iglesias no parroquiales" y "Ermitas y Capillas".
También son iglesias no parroquiales los santuarios, pero éstos merecen un
tratamiento singular, de acuerdo con sus propios estatutos.
[2] Cfr. JUAN PABLO II, Ex. Ap. Christifideles Laici, 26.