Qué Es Ypfb - Historia
Qué Es Ypfb - Historia
Qué Es Ypfb - Historia
La industria del petróleo comenzó a ser escrita en Bolivia durante el gobierno de José María
Achá. Según Oscar Mariaca, fue Juan Manuel Velarde quien, en 1865, solicitó al Estado boliviano
concesiones petrolíferas en las provincias de Azero y Tomina (Chuquisaca) y Cordillera (Santa
Cruz), y en 1867, el Gobierno de Mariano Melgarejo, mediante una resolución, otorgó
concesiones petroleras a dos ciudadanos alemanes: Hokst y Harsen, en la provincia O´Connor
del departamento de Tarija1.
Ahora bien, tras la Guerra del Chaco (1932-1935), conflagración en la que la transnacional
Standard Oíl Company, que operaba los campos petrolíferos bolivianos, se negó a suministrar
petróleo al Ejército nacional, Bolivia se embarcó en un proceso político de orientación
nacionalista del socialismo militarista delirado por David Toro y Germán Busch.
El primer gobierno de Víctor Paz Estensoro (MNR), en 1955 aprueba el nuevo Código de
Petróleo, denominado “Código Davenport”, que respalda la estrategia norteamericana, líquida
a YPFB y transfiere las áreas de reserva a la compañía estadounidense Gulf Oíl, que era la misma
Standard Oil Company, y fija utilidades del 19% para el Estado y del 80% para la Gulf Oil, con un
impuesto del 30% a las utilidades de la transnacional petrolera. Un año después, en 1956, el
presidente Hernán Siles Zuazo (MNR) elevaría ese código a rango de ley.
En los 13 años que estuvo vigente el Código Davenport ingresaron a Bolivia 14 compañías
petroleras transnacionales, de las cuales ocho culminarían con perforaciones, dos de ellas
descubrirían siete nuevos campos petroleros: Madrejones (Bolivian Oíl Co.); y Caranda Colpa;
Río Grande, La Peña, Palmar y Santa Cruz (Bolivian Gulf).
Esta determinación permitió la recuperación para Bolivia del 90% de las reservas de gas natural
que hasta entonces manejaba ilegalmente la Gulf Oíl, también se consolidó el mercado
argentino. A pesar de los 80 millones de dólares que costó la indemnización a la empresa
transnacional, Bolivia dejó de comprar petróleo a una empresa extranjera, y tomó control de
reservas gasíferas y petroleras.
Sin embargo, los principios de los años 70 fueron marcados por una profunda crisis e
inestabilidad política. Tras un cruento golpe de Estado el 21 de agosto de 1971 asumió el mando
de Bolivia el entonces coronel Hugo Banzer Suárez, con un discurso anticomunista e implantó
un régimen represivo.
En materia de política energética, Banzer aprobó el Decreto Ley No. 10170, denominado Ley
General de Hidrocarburos, que introdujo el Contrato de Operación Petrolera, estableció una
Regalía del 11% sobre la producción bruta de petróleo y fijó un Impuesto nacional del 19%.
No obstante, “desde los años 80 se observa toda una serie de antecedentes legales que da
cuenta de un gradual proceso de privatización que se va armando, caracterizado por
disposiciones a partir de las cuales el Estado cede derechos sobre la industria y recursos a las
corporaciones privadas transnacionales. En el caso de YPFB, que había sido la fuente de ingresos
más importante del Estado hasta 1985 y tuvo una posición relevante en la economía boliviana,
el proceso se refleja de manera muy clara4.
En este proceso la participación del Banco Mundial (BM) fue medular. La dificultad de los pagos
de la deuda externa del gobierno boliviano fue el argumento para que el BM y el Fondo
Monetario Internacional (FMI), amparados en Consenso de Washington, impusieran programas
de ajuste estructural (reducción de déficit fiscal, traspaso de excedentes de las empresas
públicas al tesoro de la nación) encaminados a desestructurar la empresa pública la que, una
vez debilitada, se entregó a las corporaciones privadas 5.
Entre éstas estaba Chaco (AMOCO); Andina (YPF, Pluspetrol, Perez Companc) y Transredes
(ENRON, Shell, British y Petrobras) las que se apropiaron de gasoductos y oleoductos y toda la
infraestructura a cambio de promesas de inversión. La otra empresa de capital público que
permaneció conservó el nombre de YPFB, pero como residual.
Dos de las empresas mixtas (Andina y Chaco) asumieron las actividades de exploración y
producción realizadas hasta entonces por la empresa pública. La tercera empresa mixta
Transredes asumió la administración del sistema de gasoductos. En general, lo único que estas
empresas aportaron de más fue el capital que luego utilizaron para su propio funcionamiento.7
En la práctica, esto representó la entrega de las compañías públicas a cambio de la sola promesa
de inversión. Con ello las transnacionales lograron el control, dirección y usufructo de todo el
patrimonio de Bolivia8, dejando a los bolivianos la posibilidad de adquirir capital “accionario”,
con la idea de convertirlos en “socios”, en tanto las grandes corporaciones se hacían cargo del
negocio.
YPFB — residual quedó como una simple oficina administrativa que operaba con recursos de las
compañías petroleras, encargada de promocionar inversiones, suscribir contratos y concentrar
la producción de gas de los distintos campos para cumplir con los contratos suscritos con Brasil
y Argentina.
Asimismo, se introdujo la modalidad de licitación internacional (Ley No. 1689) para otorgar áreas
a actividades de exploración. Además, las compañías podían disponer libremente de la
producción, en caso de descubrimiento comercial, excepto que la producción fuera requerida
para el mercado interno con la posibilidad de tomar los precios internacionales como base de
referencia.
Los cambios legislativos, así como la reforma a la Ley No. 843 y la promulgación de la Ley No.
1731, dieron lugar a un nuevo sistema tributario que con el argumento de impulsar las
actividades extractivas, dividieron los yacimientos de hidrocarburos en “existentes” y “nuevos”
a fin de aplicarles una fiscalidad suave.
Esto llevó a que algunos campos gasíferos fueran reclasificados como “nuevos”, lo que
indudablemente favoreció a las empresas transnacionales que se liberaron de pagar hasta el
50% de carga impositiva si los campos hubieran mantenido su clasificación de “existentes” al
momento de la suscripción de sus contratos.
Con la intención de satisfacer las exigencias de las empresas transnacionales y generar criterios
de atracción de capitales se exigió a las empresas menores pagos en regalías. Para ello, se definió
una “Regalía Nacional Complementaria” del 13% para los productores que no se aplicaría a los
hidrocarburos “nuevos”.
En vista de que estos últimos tampoco pagarían la participación nacional de 19%, esto les reducía
la carga tributaria a un 18%. En el caso de los hidrocarburos existentes estos pagarían una carga
del 50%, de la forma en que estaba estipulado en el sistema anterior. Las corporaciones también
consiguieron reducir el impuesto a la remisión de utilidades.
Así, además de renunciar el Estado boliviano a todo aumento de la carga tributaria durante el
periodo del contrato al conferirle estabilidad al régimen de regalías, con la Ley Hidrocarburos
(No. 1689), apoyada por el Banco Mundial, el Estado boliviano perdió el control del mecanismo
de regulación y fijación de precios internos dejando con ello el referente de los costos de
producción. Esto llevó a debilitar deliberadamente su papel fiscalizador, el cual era ya de por sí
precario por ser la de Bolivia la tributación más baja de la región 10.
El costo resultante de la privatización en el país ha sido estimado en 3.2 mil millones de dólares,
un equivalente al 64% de la deuda boliviana. Lo que significa que por cada dólar que ingresó por
concepto de impuestos y regalías (1996 a 2002) el Estado dejó de percibir otros 2 dólares.
Visto desde el análisis jurídico, la política energética implementada por el gobierno de Sánchez
de Lozada permitió a las empresas petroleras transnacionales el control de los recursos gasíferos
y petroleros bolivianos, y el sometimiento de la soberanía del Estado boliviano a la jurisdicción
extranjera.
Si bien según la Ley de 1996 el Estado seguía siendo el propietario de las reservas en el subsuelo,
en los hechos las empresas transnacionales se quedaron con el derecho absoluto sobre la
exploración, explotación, producción, comercialización, venta en el mercado interno y externo,
en tanto que las reservas bolivianas de gas natural y petróleo fueron entregadas a las empresas
a través de contratos en los cuales la única obligación de las corporaciones se redujo a pagar
regalías, sin compartir utilidades; además de haber conseguido la libertad de la exportación de
los recursos11.
La Ley de Hidrocarburos No. 1689, promulgada el 30 de abril de 1996 por el gobierno de Sánchez
de Lozada, transfirió la propiedad efectiva de los hidrocarburos a las empresas transnacionales.
Esta ley indica que mientras el gas y el petróleo se encuentran en el subsuelo son propiedad del
Estado boliviano, pero la propiedad efectiva de estos recursos solo se ejerce mediante la
suscripción de Contratos de Riesgo Compartido.
En ese contexto, durante el proceso de capitalización de YPFB, conducido por Sánchez de Lozada
—a partir de 1996—, la estatal petrolera fue literalmente desmembrada en tres grandes
consorcios petroleros de capitales privados: Andina, Chaco y Transredes, que le pagaban al país
el 18% por concepto de regalías.
La resultante fue un alto costo humano, ya que por la represión militar murieron al menos 67
personas y hubo más de 400 heridos (decenas de heridos morirían en las semanas, meses y años
siguientes). La mayoría de las víctimas provenía de la ciudad de El Alto (La Paz). Sánchez de
Lozada no tuvo otro camino que renunciar a la Presidencia.
Sin embargo, con la promulgación de la nueva ley el Estado no recuperó la administración de los
hidrocarburos ni se potenció YPFB; más al contrario, se dispuso que la participación de 6% sobre
el valor de la producción fiscalizada que iba a favor de YPFB en la ley anterior sea destinada al
Tesoro General de la Nación13.
En ese contexto, la crisis política precipitó la renuncia de Mesa y el Congreso eligió Presidente
de la República al entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez
Veltzé, quien llamó a elecciones generales, en las que se impuso Evo Morales, candidato del
MAS, con el 54% de los votos.
¿QUÉ ES YPFB?
YPFB fue creada el 21 de diciembre de 1936, mediante un decreto ley aprobada durante la
presidencia de David Toro, y actualmente es catalogada como la empresa más grande del Estado
Plurinacional de Bolivia, y a partir del 1 de mayo de 2006 es denominada YPFB Corporación que
cuenta con nueve empresas subsidiarias.
Según datos del Ministerio de Hidrocarburos de 2019, YPFB tenía un valor de 90 mil millones de
dólares, sin deudas y con reservas de casi 11 trillones pies cúbicos de gas con valor estimado de
70 mil millones de dólares bajo suelo, además de maquinarias, equipos y activos valuados en 20
mil millones de dólares. La estatal petrolera boliviana se encuentra entre las principales
empresas públicas de América Latina.
Ocho de las nueve compañías subsidiarias de YPFB Corporación son sociedades anónimas. Es
decir, el paquete accionario cuenta con una mayoría de capitales estatales, con la participación
de capitales privados, y son las siguientes: YPFB Andina S.A., YPFB Chaco S.A., YPFB Aviación S.A.,
YPFB Logística S.A., YPFB Refinación S.A., YPFB Transporte S.A., YPFB Transierra S.A., y Gas
TrasBoliviano S.A.
La única subsidiaria de YPFB Corporación que fue nacionalizada es la Compañía Eléctrica Central
Bulo (GTB), mientras que Petroandina es una Sociedad Anónima Mixta (SAM).
En septiembre de 2017 YPFB inauguró la Planta de Urea - Amoniaco en Bulo (Cochabamba). Fue
construida para industrializar el gas natural y producir fertilizante de alta calidad. La capacidad
de esta planta es de 2.100 toneladas métricas de urea granulada, aunque actualmente su
producción se encuentra paralizada.
BIBLIOGRAFÍA
1
Oscar Mariaca. (2017). Historia de los hidrocarburos. Junio 29, 2020, de SlideShare Sitio web:
https://es.slideshare.net/AngheloCaceres1/historia-de-los-hidrocarburos-oscar-mariaca-cbh-1
2
YPFB. (2018). Contexto histórico de YPFB. Junio 29, 2020, de YPFB Sitio web:
https://www.ypfb.gob.bo/es/informacion-institucional/contexto-historico.html
3
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https://www.ypfb.gob.bo/es/informacion-institucional/contexto-historico.html
4
Vargas Suárez, R. (2009). La nacionalización de los hidrocarburos bolivianos en la presidencia
de Evo Morales Ayma. Julio 1, 2020, de Revista de Estudios Latinoamericanos Sitio web:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-85742009000200002
5
Marc Gavaldá, Etnocidio petrolero en Bolivia, Theomai, 2° semestre, núm. 012, Quilmes, Red
de revistas científicas de América Latina, El Caribe, España y Portugal, 2008, p.2. Citado por
Vargas Suárez R.
6
http://www.caf.com/attach/11/default/BoliviaposiblesimpactosLeyHidrocarburos(Jun05),pdf
(fecha de consulta: 2 de mayo, 2009). Citado por Vargas Suárez R.
7
Fernández Terán, R. Hidrocarburos: una mirada crítica desde las Ciencias Sociales, Ojo
energético, febrero, 2006, p.7. En http://www.cesu.umss.edu.bo/PH/pdf/ojo2.pdf (Fecha de
consulta: 12 de mayo, 2009). Citado por Vargas Suárez, R.
8
Gutiérrez Aguilar, R. & Mokrani, D. Los pasos del gobierno de Evo Morales. Sobre la
nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia, Programa de las Américas del IRC, 12 de mayo,
2006, p.3. En www.iramericas.org (Consulta: 2 de abril, 2009). Citado por Vargas Suárez, R.
9
La Ley 1689, a diferencia de la que le precedió (Ley de Hidrocarburos 1194), señala que el
Estado es propietario de las reservas de gas, pero no de la producción y de la comercialización
de líquidos y de gas, y por lo tanto se le excluye del círculo de la generación, apropiación y uso
del excedente.
10
Intermón–Oxfam, Repsol YPF en Bolivia: Una isla de prosperidad en medio de la pobreza,
Barcelona, Informe de Intermón Oxfam, mayo, 2004, p.3. Citado por Vargas Suárez, R.
11
Vargas Suárez, R. (2009). La nacionalización de los hidrocarburos bolivianos en la presidencia
de Evo Morales Ayma. Julio 1, 2020, de Revista de Estudios Latinoamericanos Sitio web:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-85742009000200002
12
Un referendo realizado en 2004 mostró el amplio respaldo (89%) a favor de la causa de la
nacionalización de los hidrocarburos.
13
Fundación Jubileo. (2013, diciembre). Una década de análisis y propuestas por una vida digna.
Revista Jubileo, edición especial, Vol. I, p.4.