Tragedia Griega

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Tragedia griega

género dramático surgido en la Antigüedad Clásica. Representación de una


acción seria (por oposición a la comedia), Su gravedad invita a liberar los
sentimientos de compasión y horror en el espectador. Suele inspirarse en
la mitología clásica.

Aborda la fatalidad del destino, el sentido de lo trágico, la condición


humana y el restablecimiento del orden.

Sumadas a la belleza y profundidad poética de los diálogos, estas


características hacen que la tragedia griega se mantenga vigente.

Parece estar relacionado con prácticas religiosas. Primero, los rituales de


sacrificio de un macho cabrío, de donde viene la
palabra τραγῳδία (tragodia) –trágos significa ‘macho cabrío’,
y ádein significa ‘oda’. Luego, el ditirambo, una composición poética al dios
Dionisio.

Inicialmente, los cantos del ditirambo eran interpretados por un coro. Con
el tiempo, el corifeo (voz líder) comenzó a dialogar con el coro. Más tarde,
al acrecentar acción y más personajes, apareció el drama escénico y, con
este, la forma específica de la tragedia.

Los argumentos de la tragedia han influenciado a muchos escritores y


artistas a lo largo de la historia, e incluso han trascendido a las teorías del
psicoanálisis. Para comprenderlo, conozcamos sus características
principales, así como sus representantes y obras más importantes.

Características de la tragedia griega


Aborda conflictos universales

La tragedia griega aborda conflictos arquetípicos. Esto significa que sus


temas son universales, aun cuando estén basados en la mitología clásica.
Esta universalidad se debe a que la tragedia reflexiona sobre la naturaleza
humana y la condición de su existencia, interpretada bajo el sentido de “lo
trágico”.

Por ejemplo, el conflicto de las pasiones humanas, el destino, el poder, la


traición, el honor, el error, etc.
Sentido de “lo trágico”

La tragedia griega se fundamenta en el sentido de “lo trágico”. Este se


entiende como la tensión surgida entre las acciones humanas y las
condiciones que determinan su existencia. Por ende, no hay tragedia en la
casualidad. Solo la hay cuando el orden establecido se ve desafiado por la
acción humana. Tal desafío desata terribles consecuencias y demanda un
desagravio para restablecer el orden.

Por ejemplo, Agamenón de Esquilo. En esta pieza, un trágico error de


Agamenón le ha costado la vida de Ifigenia, y esto desata el deseo de
venganza de su madre, Clitemnestra.

Sentido de la fatalidad del destino

Otro elemento fundamental de la tragedia griega es la fatalidad del


destino. A diferencia de la creencia popular, la fatalidad del destino no
significa que los personajes siempre tengan un terrible final. Significa que
su destino es ineludible, inevitable, independientemente de cuál sea. Por
ello, el destino se relaciona con el restablecimiento del orden primordial.

Aunque un número importante de las tragedias tienen un desenlace


terrible, existen algunas que se resuelven de manera consoladora. Tal es el
caso de Las Euménides, donde Orestes resulta librado de su culpa.

El héroe es consciente de las razones del sufrimiento

En la tragedia griega el héroe suele tener conciencia de las razones del


sufrimiento que atraviesa. Los personajes saben que tienen
responsabilidad en la suerte que corren, y por ello son capaces de
reflexionar y aceptar su destino.

Como un ejemplo, podemos referir la obra Antígona, de Sófocles. En ella,


Antígona es consciente de las causas de su sufrimiento y la suerte que le
espera.

Los personajes expresan sus reflexiones

Como los personajes se saben responsables del sufrimiento, sus diálogos


exponen el razonamiento de su conciencia. Los personajes dilucidan
acerca sus motivaciones y limitaciones humanas, y acaban por comprender
los principios que rigen la vida y la naturaleza.

Así ocurre, por ejemplo, en la obra Edipo Rey de Sófocles, cuando Edipo
pronuncia las siguientes palabras:

No sé con qué ojos podría mirar a mi padre cuando llegase a la morada de


Hades, cómo podría mirar también a mi desgraciada madre, pues los crímenes
que contra ellos he cometido no los expiaría ni colgándome.

Propósito ciudadano

La tragedia griega estaba dirigida a los ciudadanos, pues tenía un propósito


edificante. Transmitía el universo de valores cívicos y religiosos que
unificaban a la polis griega. Por ejemplo, las tensiones entre tiranía y
democracia, o entre la voluntad de los dioses y las acciones humanas. Así,
la tragedia griega tenía un papel en la construcción social.

Este es el caso de Antígona de Sófocles, que representa la contraposición


entre el orden religioso y el orden cívico.

Catarsis como finalidad inmediata

De acuerdo con Aristóteles en su obra Poética, la tragedia tiene por función


la catarsis. Se entiende por catarsis la liberación y el alivio de los
sentimientos que suscita la acción dramática en el espectador, movidos
por la compasión y el horror.

Coro y personajes

Entre los elementos de la tragedia griega están los personajes y el coro.


Los personajes son normalmente nobles, héroes y, en menor medida,
dioses, justamente a razón de su carácter edificante.

Por su parte, el coro tiene la función de hilar el relato y sancionar las


acciones de los personajes. Muchas veces, a través del coro logramos
conocer las ideas propias del autor.

Estructura de la tragedia griega

En cuanto al texto dramático, la tragedia griega posee la siguiente forma y


estructura:
 Prólogo: es una especie de sumario que relata los antecedentes de
la historia.
 Párodos: es el momento que da entrada al coro, con lo que inicia la
acción dramática.
 Episodios: son las escenas propiamente dichas, donde tienen lugar
los diálogos de los personajes.
 Estásimos: son los cantos del coro que,a lo largo de la pieza,
aparecen para explicar la secuencia de las acciones o para sancionar
las acciones de los personajes.
 Éxodo: el éxodo es el desenlace del conflicto dramático. Casi
siempre representa la caída del héroe, aunque en algunas ocasiones,
el héroe puede verse redimido.

Principales obras de la tragedia griega


Los autores más importantes de la tragedia griega, aquellos que han
trascendido hasta la actualidad, son:

 Esquilo (ca. 525 - ca. 455 a. C.);


 Sófocles (496 - 406 a. C.);
 Eurípides (ca. 484 - 406 a. C.).

Las obras de estos escritores se han convertido en verdaderos clásicos de la


literatura y el teatro universal, debido a la vigencia de sus argumentos.
Conozcamos algunas de las obras más importantes.

Edipo Rey de Sófocles

Edipo Rey es, quizá, la obra más conocida de Sófocles. Representa el


conflicto de Edipo, de quien el oráculo predijo que mataría a su padre,
Layo, y se casaría con su madre, Yocasta. Tratando de evitar su destino,
Layo intenta deshacerse del niño, sin saber que sus acciones solo aseguran
el cumplimiento del oráculo.

Este argumento es fundamento de la teoría psicoanalítica de Freud, y se


conoce como “complejo de Edipo”. Freud encontró en la obra un modelo
simbólico de las tensiones psicológicas entre padre e hijo, quienes rivalizan
por el amor de la madre.

Antígona de Sófocles
Antígona representa la contraposición entre el orden divino y el orden
cívico. Dentro de esta cuestión, parte de sus temas atraviesan problemas
universales como la libertad de conciencia y el papel del Estado como
garante del orden social.

Antígona ha decidido honrar el cuerpo de su hermano Polinices, muerto en


batalla, a pesar de que el rey Creonte le ha negado la sepultura. Mientras el
rey desafía el mandato de los dioses, Antígona desafía la autoridad del
orden cívico.

Agamenón de Esquilo

Agamenón es la primera obra de la trilogía conocida como La Orestíada,


centrada en representar la tensión entre la justicia y la venganza. Tal
cuestión es parte de los temas imperecederos de la existencia humana.

El conflicto de esta primera pieza surge cuando el rey de Argos, Agamenón,


regresa a casa tras combatir diez años en la guerra de Troya. Su esposa,
Clitemnestra, ha establecido una relación adúltera con Egisto, primo del
rey. Clitemnestra desea vengar el sacrificio de su hija Ifigenia, y Egisto
desea subir al trono. Por ende, los amantes se confabulan y matan a
Agamenón.

Las coéforas de Esquilo

Las coéforas es la segunda pieza de la trilogía La Orestíada. Representa la


venganza de los hijos de Agamenón, Orestes y Electra, tras el asesinato
perpetrado por Clitemnestra y Egisto. Orestes mata a Clitemnestra, quien
antes de morir invoca a las Erinias o Euménides, diosas de la venganza.
Estas iniciarán una persecución contra Orestes.

Las Euménides de Esquilo

En Las Euménides es la tercera pieza de la trilogía La Orestíada. Orestes


tiene que comparecer ante el tribunal de los dioses en el Areópago. El
jurado delibera si el asesinato perpetrado por Orestes se encuentra
justificado. Gracias a la intermediación de Apolo y Atenea, Orestes es
hallado inocente y es redimido de sus culpas.

Medea de Eurípides
Medea, esposa de Jasón, es repudiada por el héroe, quien desea casarse
con la hija de Creonte, rey de Corinto. Aunque el rey ordena el exilio
inmediato de Medea, le concede un día de plazo. Este será el tiempo
necesario para que Medea ejecute su venganza contra Jasón, dando
muerte a la hija del rey, a Creonte y a sus hijos. Medea huye en el carro de
Helios.

En esta obra, el autor pone en evidencia los conflictos propios de la mujer


como individuo frente al orden social. La mujer se rebela contra la
condición que la subordina a los hombres, rebelión que se expresará en la
más cruel venganza.

Las Troyanas de Eurípides

Las Troyanas es una tragedia de Eurípides que ha trascendido por ser una
profunda representación de las consecuencias de la guerra. Reflexiona en
torno al envilecimiento humano que se pone de manifiesto en la relación
entre vencedores y vencidos.

Eurípides representa el último día de la destrucción de Troya. Los


vencedores saquean la ciudad y se sortean a las mujeres. Las crueles e
indignas acciones de los vencedores son el preámbulo al padecimiento de
terribles consecuencias.

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