1. El caso se refiere a la desaparición y muerte de 3 mujeres jóvenes cuyos cuerpos fueron encontrados en un campo de algodón en Ciudad Juárez, México en 2001. 2. Se alega que el Estado mexicano es responsable por no tomar medidas efectivas para prevenir estos crímenes, investigarlos adecuadamente y llevar a los culpables ante la justicia. 3. La Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró al Estado culpable por negligencia, falta de protección a las mujeres y una investigación deficiente.
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1. El caso se refiere a la desaparición y muerte de 3 mujeres jóvenes cuyos cuerpos fueron encontrados en un campo de algodón en Ciudad Juárez, México en 2001. 2. Se alega que el Estado mexicano es responsable por no tomar medidas efectivas para prevenir estos crímenes, investigarlos adecuadamente y llevar a los culpables ante la justicia. 3. La Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró al Estado culpable por negligencia, falta de protección a las mujeres y una investigación deficiente.
1. El caso se refiere a la desaparición y muerte de 3 mujeres jóvenes cuyos cuerpos fueron encontrados en un campo de algodón en Ciudad Juárez, México en 2001. 2. Se alega que el Estado mexicano es responsable por no tomar medidas efectivas para prevenir estos crímenes, investigarlos adecuadamente y llevar a los culpables ante la justicia. 3. La Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró al Estado culpable por negligencia, falta de protección a las mujeres y una investigación deficiente.
1. El caso se refiere a la desaparición y muerte de 3 mujeres jóvenes cuyos cuerpos fueron encontrados en un campo de algodón en Ciudad Juárez, México en 2001. 2. Se alega que el Estado mexicano es responsable por no tomar medidas efectivas para prevenir estos crímenes, investigarlos adecuadamente y llevar a los culpables ante la justicia. 3. La Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró al Estado culpable por negligencia, falta de protección a las mujeres y una investigación deficiente.
1. Datos de la presunta víctima y familiares En primer lugar, la Comisión y los representantes alegaron que las víctimas eran mujeres jóvenes de 15 a 25 años de edad, estudiantes o trabajadoras de maquilas o de tiendas u otras empresas locales, y que algunas vivían en Ciudad Juárez desde hacía relativamente poco tiempo. Los alegatos de los demandantes encontraron sustento en diversos informes de entidades nacionales e internacionales que establecen que las víctimas de los homicidios parecen ser predominantemente mujeres jóvenes incluyendo niñas, trabajadoras –sobre todo de maquilas-, de escasos recursos, estudiantes o migrantes. La demanda se relaciona con la supuesta responsabilidad internacional del Estado por “la desaparición y ulterior muerte” de las jóvenes Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez (en adelante “las jóvenes González, Herrera y Ramos”), cuyos cuerpos fueron encontrados en un campo algodonero de Ciudad Juárez el día 6 de noviembre de 2001. El 19 de enero de 2009 la Corte negó mediante Resolución la solicitud de ampliación de presuntas víctimas y determinó que las presuntas víctimas del presente caso serían Esmeralda Herrera Monreal y sus familiares: Irma Monreal Jaime (madre), Benigno Herrera Monreal (hermano), Adrián Herrera Monreal (hermano), Juan Antonio Herrera Monreal (hermano), Cecilia Herrera Monreal (hermana), Zulema Montijo Monreal (hermana), Erick Montijo Monreal (hermano), Juana Ballín Castro (cuñada); Claudia Ivette González y sus familiares: Irma Josefina González Rodríguez (madre), Mayela Banda González (hermana), Gema Iris González (hermana), Karla Arizbeth Hernández Banda (sobrina), Jacqueline Hernández (sobrina), Carlos Hernández Llamas (cuñado); y Laura Berenice Ramos Monárrez y sus familiares: Benita Monárrez Salgado (madre), Claudia Ivonne Ramos Monárrez (hermana), Daniel Ramos Monárrez (hermano), Ramón Antonio Aragón Monárrez (hermano), Claudia Dayana Bermúdez Ramos (sobrina), Itzel Arely Bermúdez Ramos (sobrina), Paola Alexandra Bermúdez Ramos (sobrina), Atziri Geraldine Bermúdez Ramos (sobrina). Además, en dicha resolución se analizó la negativa del Estado de remitir determinada prueba solicitada por el Tribunal. La Corte resolvió que los hechos que sean demostrables únicamente a través de prueba que el Estado se niegue a remitir, el Tribunal los podrá tener por establecidos. Desapariciones de las víctimas. Laura Berenice Ramos Monárrez tenía 17 años de edad y era estudiante del quinto semestre de la preparatoria. La última noticia que se conocía de ella era una llamada que hizo a una amiga el sábado 22 de septiembre de 2001 para avisar que estaba lista para ir a una fiesta. La denuncia instaurada señalaba que desapareció el martes 25 de septiembre de 2001, sin que se ofrezcan más detalles. Claudia Ivette González tenía 20 años de edad y trabajaba en una empresa maquiladora. Según una amiga cercana, “casi siempre salía con el tiempo limitado ya que le ayudaba a su hermana con el cuidado de su menor hija, motivo por el cual llegaba a veces tarde” al trabajo. El 10 de octubre de 2001 llegó dos minutos tarde a la maquila, por lo que le fue impedida la entrada. Ese mismo día desapareció. Esmeralda Herrera Monreal tenía 15 años de edad y contaba con “grado de instrucción tercero de secundaria”. Desapareció el lunes 29 de octubre del 2001, luego de salir de la casa en la que trabajaba como empleada doméstica. Según los representantes, las jóvenes Ramos, González y Herrera eran de “origen humilde”. El Estado reconoce que, derivado de las irregularidades antes referidas, se afectó la integridad psíquica y dignidad de los familiares de Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez. No obstante, se exponen con amplitud los apoyos con recursos económicos, asistencia médica y psicológica y asesoría jurídica que se ha venido prestando a los familiares de cada una de las tres víctimas, constituyendo una reparación al daño causado. Sin embargo, el Estado estima que en estos tres casos no puede alegarse en modo alguno la configuración de violación al derecho a la vida, a la integridad personal, a la dignidad y a la libertad personal de Esmeralda Herrera Monreal, Claudia Ivette González y Laura Berenice Ramos Monárrez. 2. Datos de la parte peticionaria La Organización de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos A. C., el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer, la Red Ciudadana de No Violencia y por la Dignidad Humana y el Centro para el Desarrollo Integral de la Mujer A. C., son los representantes de las presuntas víctimas, las cuales presentaron su escrito de solicitudes, argumentos y pruebas ante la Comisión, solicitando a la Corte que declare al Estado responsable por la violación de los derechos consagrados en los artículos 7 y 11 de la Convención Americana. 3. Descripción completa y detallada de los hechos alegados y Estado que se considera responsable. El caso Campo Algodonero es una trágica serie de eventos que tuvo lugar en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, en el año 2001. Se trata de un emblemático caso de feminicidio que expuso la grave problemática de violencia de género y la impunidad en la región. El 6 de noviembre de 2001 se encontraron los cuerpos de tres mujeres en un campo algodonero. Estas tres mujeres fueron posteriormente identificadas como las jóvenes Ramos, González y Herrera. El 7 de noviembre de 2001, en un lugar cercano dentro del mismo campo algodonero, fueron encontrados los cuerpos de otras cinco mujeres, quienes no son consideradas presuntas víctimas en el presente caso, por los motivos expuestos en la Resolución del Tribunal de 19 de enero de 2009 La Comisión y los representantes manifestaron que los cuerpos de las jóvenes Herrera, González y Ramos fueron objeto de un particular ensañamiento por parte de los perpetradores de los homicidios. El 2 de febrero de 2002 los peritos de campo que realizaron el levantamiento de los cadáveres en noviembre de 2001 emitieron un dictamen criminalístico en el que indicaron, inter alia, que “es posible establecer que las agresiones fueron perpetradas en el lugar del levantamiento”. Agregaron que, pese a que no fue posible mediante autopsia de ley determinar que hubo violación sexual, “debido a las condiciones de semi desnudez en las que se encontraron es posible establecer con alto grado de probabilidad que se trata de crímenes de índole sexual”. La Comisión alegó que el Estado “no adoptó medidas razonables para proteger la vida y prevenir los asesinatos” de las víctimas “aunque tenía conocimiento del riesgo inminente que corrían de ser asesinadas por haber sido reportadas como desaparecidas a la fecha de los hechos”. En similar sentido, señaló que la información aportada por el Estado durante el trámite ante ella “no indica que se implementaron normas y prácticas orientadas a garantizar una orden de búsqueda inmediata ante las denuncias de desaparición, o que existieran disposiciones sancionadoras ante una deficiente respuesta de funcionarios estatales frente a las mismas”. La Comisión indicó que “una reparación integral exige que el Estado investigue con la debida diligencia, en forma seria, imparcial y exhaustiva, las desapariciones y posteriores asesinatos” de las víctimas con el propósito de “esclarecer la verdad histórica de los hechos”, para lo cual el Estado debería “adoptar todas las medidas judiciales y administrativas necesarias con el fin de completar la investigación localizar, juzgar y sancionar al o los autores intelectuales y materiales de los hechos, e informar sobre los resultados”. Estado Considerado Responsable: El Estado mexicano fue señalado como responsable en el "Caso Campo Algodonero" debido a su falta de acción efectiva para prevenir estos crímenes, investigarlos adecuadamente y llevar a los perpetradores ante la justicia. Se alega que las autoridades no tomaron las medidas necesarias para proteger a las mujeres y niñas de la ciudad, lo que permitió que continuaran las desapariciones y asesinatos. La responsabilidad del Estado implica tanto la acción como la omisión, ya que se argumenta que la negligencia oficial contribuyó al clima de impunidad que permitió que los feminicidios continuaran durante un período prolongado. Además, se denunció que las investigaciones se realizaron de manera deficiente, con errores, omisiones y poca transparencia. La CIDH determinó que el Estado no había cumplido con su deber de garantizar los derechos a la vida, la integridad y la libertad personal de las víctimas y sus familias. La sentencia instaba al Estado a tomar medidas adecuadas para investigar y sancionar a los responsables de estos crímenes, así como a implementar políticas y programas para prevenir futuros feminicidios y proteger a las mujeres y niñas de la violencia de género. En 2005, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió un fallo histórico en el caso Campo Algodonero, en el cual responsabilizó al Estado Mexicano por las siguientes razones: 1. Negligencia y falta de protección: La Corte encontró que el Estado no había tomado medidas adecuadas y efectivas para proteger los derechos humanos de las mujeres en Ciudad Juárez, a pesar de las numerosas denuncias y peticiones de ayuda de las víctimas y sus familias. La falta de una respuesta oportuna y adecuada permitió que la violencia continuara y aumentara. 2. Ineficacia en la investigación: La Corte señaló que las autoridades mexicanas no habían llevado a cabo investigaciones diligentes y efectivas para identificar y enjuiciar a los responsables de los crímenes. La falta de acción y la corrupción dentro de las fuerzas de seguridad contribuyeron a la impunidad de los perpetradores. 3. Falta de acceso a la justicia: La Corte encontró que las familias de las víctimas no habían recibido una justicia adecuada y rápida por parte del sistema judicial mexicano. Muchos casos no se resolvieron, y aquellos que llegaron a juicio no garantizaron una investigación exhaustiva y justa. 4. Omisión en la prevención: El Estado Mexicano fue señalado por no haber implementado políticas y programas efectivos para prevenir la violencia de género y los feminicidios en Ciudad Juárez. La falta de medidas preventivas contribuyó al continuo peligro al que se enfrentaban las mujeres en la región. El fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Campo Algodonero fue un llamado de atención para el Estado Mexicano y destacó la necesidad de tomar medidas concretas para combatir la violencia de género, proteger los derechos humanos de las mujeres y garantizar el acceso a la justicia para las víctimas y sus familias. Sin embargo, a pesar de este fallo, la violencia de género sigue siendo un problema persistente en México y en otras partes del mundo. 4. Indicación de las autoridades estatales que se consideran responsables En la presente sentencia las autoridades estatales que se consideran responsables por la desaparición y muerte de 3 víctimas, es el Estado Mexicano. Todo esto inicia con las autoridades estatales de México, ya que, no presentaron una respuesta frente a la desaparición de las víctimas e incluso se manifiesta que la percepción de los funcionarios estatales era que la búsqueda y protección de mujeres reportadas como desaparecidas no era importante. También, se resalta la indiferencia de algunos funcionarios públicos ante este caso, por la razón de que las víctimas eran “sólo” muchachas corrientes y que, por lo tanto, no eran consideradas una gran pérdida. En cuanto a los funcionarios del estado de Chihuahua y del Municipio de Juárez, minimizaban el problema y llegaban a culpar a las propias víctimas de su suerte, fuera por su forma de vestir, por el lugar en que trabajaban, por su conducta, por andar solas o por falta de cuidado de los padres. En la sentencia no se culpa a las autoridades estatales, funcionarios del estado de Chihuahua y del Municipio de Juárez, funcionarios públicos y autoridades policiales, fiscales y judiciales, sino que se culpa plenamente al Estado Mexicano. Debido a que, antes del hallazgo de los cuerpos éste tuvo conocimiento de que existía un riesgo real e inmediato de que las víctimas fueran agredidas sexualmente, sometidas a vejámenes y asesinadas, e incluso este Estado reconoció que en el año 2001 Ciudad Juaréz vivía una fuerte ola de violencia contra las mujeres y aún así, a pesar de todo ese conocimiento, es decir, del riesgo que corrían las mujeres de ser objeto de violencia, no demostró haber adoptado medidas efectivas de prevención y tampoco demostró haber adoptado normas o tomado medidas para que los funcionarios responsables de recibir las denuncias tuvieran la capacidad y la sensibilidad para entender la gravedad del fenómeno de la violencia contra la mujer y la voluntad para actuar de inmediato. Por esta razón la Comisión solicitó a la Corte que se declare al Estado responsable por la violación de derechos. Y, por lo tanto, la autoridad estatal que se considera responsable de este caso, es el Estado Mexicano. 5. Derechos que se consideran violados
• Derecho a la vida: La Corte Interamericana concluyó que el Estado no tomó
medidas adecuadas para prevenir los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, lo que resultó en la violación del derecho a la vida de las víctimas. • Derecho a la integridad personal: El Estado fue encontrado responsable de no haber tomado las medidas necesarias para prevenir la tortura, los malos tratos y las desapariciones de mujeres en la región, lo que violó su derecho a la integridad personal. • Derecho a la libertad personal: El Estado no llevó a cabo investigaciones efectivas y diligentes para buscar y localizar a las mujeres desaparecidas, lo que resultó en la vulneración del derecho a la libertad personal de las víctimas. • Derecho a la igualdad y a la no discriminación: La Corte encontró que el Estado no había adoptado medidas adecuadas para abordar las causas estructurales y sociales que contribuyeron a la violencia de género en Ciudad Juárez, lo que resultó en la discriminación contra las mujeres y la negación de su derecho a la igualdad. • Derecho a la justicia: El Estado no proporcionó una respuesta adecuada y efectiva a los familiares de las víctimas, lo que violó su derecho a la justicia y a obtener reparaciones por las violaciones de derechos humanos. 6. Respuesta de las autoridades estatales. En caso de ser posible, copias simples y legibles de los principales recursos interpuestos y decisiones judiciales internas. Mediante el análisis de la sentencia del Caso González y otras “Campo Algodonero” VS México, se evidencia en el artículo 46(1) (a) de la Convención Americana que establece que una petición presentada ante la Comisión está sujeta al requisito de "que se hayan interpuesto y agotado los recursos de jurisdicción interna, conforme a los principios del Derecho Internacional generalmente reconocidos” para ser admitida. El artículo 46(2) de la Convención establece tres supuestos en los que no se aplica la regla del agotamiento de los recursos internos: a) que no exista en la legislación interna del Estado de que se trata el debido proceso legal para la protección del derecho o derechos que se alega han sido violados; b) que no se haya permitido al presunto lesionado en sus derechos el acceso a los recursos de la jurisdicción interna, o haya sido impedido de agotarlos; y c) que haya retardo injustificado en la decisión sobre los mencionados recursos. En este caso en particular las partes demandantes señalaron que no se dio el agotamiento de los recursos internos en México, por ende, los peticionarios, solicitaron la aplicabilidad de la excepción a dicha regla que se refiere a los casos en que no se les permite el acceso a los recursos internos o se les impide agotarlos. Cuando en un estado se evidencia que ante un caso no agotaron los recursos de la jurisdicción interna, la comisión tiene a su cargo señalar cuáles deben agotarse y demostrar su efectividad. En tal caso, pasa a los peticionarios la carga procesal de demostrar que dichos recursos fueron agotados o que se configura alguna de las excepciones del artículo 46(2) de la Convención Americana. En el asunto aquí analizado, el Estado mexicano se limitó a tomar acciones para atender el problema de violencia contra las mujeres que se vivía en la Ciudad Juárez de México.Sin entrar a analizar los argumentos desarrollados por las partes acerca de la presunta violación de las garantías judiciales y protección judicial. El estado mexicano dejó la absoluta responsabilidad a las familias de las víctimas en buscarlas, en varias ocasiones mencionan que ellas “seguramente se habían ido con el novio” Sin embargo, los familiares sabían que las víctimas no mantenían lazos sentimentales con nadie. No se siguió una línea de investigación, algo que evidencia este hecho es que no investigaron a un joven que fue el último en tener contacto con Herrera. Además, cada vez que familiares acudían a pedir información sobre el caso de sus hijas, no decían nada concreto y les mandaban a comprar el periódico para enterarse de las noticias. Asimismo, la Comisión Interamericana observó que los demandantes alegaron que los hechos del presente caso se dieron en un contexto de numerosos asesinatos y desapariciones forzadas de mujeres en Ciudad Juárez, que son seguidas de impunidad por razones imputables a las autoridades, por ello sostienen que sea aplicada la excepción prevista en el artículo 46(2)(b) de la Convención Americana, ya que el caso permanecía abierto en la jurisdicción interna Mexicana hasta la fecha en que se presentó la petición a la Comisión Interamericana. Afirmando que carecían de documentos para sustentar la petición, ya que le fueron negados por las autoridades responsables de la investigación. 7. Indicación si se ha presentado la petición ante otro organismo internacional. El caso Campo Algodonero es un caso emblemático de feminicidios en Ciudad Juárez, México, en el cual se alegó que el Estado mexicano no había tomado las medidas adecuadas para investigar y prevenir los asesinatos y desapariciones de mujeres en la región. El caso lleva el nombre de "Campo Algodonero" porque los cuerpos de tres mujeres jóvenes fueron encontrados en un campo de algodón en Ciudad Juárez en 2001. El caso solo fue remitido a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en 2011, cuando el Estado mexicano expresó su competencia y reconoció su responsabilidad en los hechos ocurridos. La Corte IDH es un órgano judicial independiente que se encarga de resolver casos relacionados con la interpretación y aplicación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.