Análisis Sentencia Campo Algodondero Vs Mexico

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMISTRATIVAS

CARRERA DE DERECHO

Análisis sentencia Campo Algodonero Vs. Mexico


Autores:
Ammy Mishell Moyano Villavicencio
Bryan Xavier Barrera Pallo
Shirley Jasmin Vilema Vaquilema
Sofía Fernanda Pinduisaca Gutiérrez
Bryan Guanolema
Jhonny Endara
Andrés Vargas

Tutora:
Abg. Gabriela Medina

Riobamba, Ecuador. 2023


1. Datos de la presunta víctima y familiares
En primer lugar, la Comisión y los representantes alegaron que las víctimas eran
mujeres jóvenes de 15 a 25 años de edad, estudiantes o trabajadoras de maquilas o de tiendas
u otras empresas locales, y que algunas vivían en Ciudad Juárez desde hacía relativamente poco
tiempo. Los alegatos de los demandantes encontraron sustento en diversos informes de
entidades nacionales e internacionales que establecen que las víctimas de los homicidios
parecen ser predominantemente mujeres jóvenes incluyendo niñas, trabajadoras –sobre todo de
maquilas-, de escasos recursos, estudiantes o migrantes.
La demanda se relaciona con la supuesta responsabilidad internacional del Estado por
“la desaparición y ulterior muerte” de las jóvenes Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera
Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez (en adelante “las jóvenes González, Herrera y
Ramos”), cuyos cuerpos fueron encontrados en un campo algodonero de Ciudad Juárez el día
6 de noviembre de 2001. El 19 de enero de 2009 la Corte negó mediante Resolución la solicitud
de ampliación de presuntas víctimas y determinó que las presuntas víctimas del presente caso
serían Esmeralda Herrera Monreal y sus familiares: Irma Monreal Jaime (madre), Benigno
Herrera Monreal (hermano), Adrián Herrera Monreal (hermano), Juan Antonio Herrera
Monreal (hermano), Cecilia Herrera Monreal (hermana), Zulema Montijo Monreal (hermana),
Erick Montijo Monreal (hermano), Juana Ballín Castro (cuñada); Claudia Ivette González y
sus familiares: Irma Josefina González Rodríguez (madre), Mayela Banda González
(hermana), Gema Iris González (hermana), Karla Arizbeth Hernández Banda (sobrina),
Jacqueline Hernández (sobrina), Carlos Hernández Llamas (cuñado); y Laura Berenice Ramos
Monárrez y sus familiares: Benita Monárrez Salgado (madre), Claudia Ivonne Ramos
Monárrez (hermana), Daniel Ramos Monárrez (hermano), Ramón Antonio Aragón Monárrez
(hermano), Claudia Dayana Bermúdez Ramos (sobrina), Itzel Arely Bermúdez Ramos
(sobrina), Paola Alexandra Bermúdez Ramos (sobrina), Atziri Geraldine Bermúdez Ramos
(sobrina). Además, en dicha resolución se analizó la negativa del Estado de remitir determinada
prueba solicitada por el Tribunal. La Corte resolvió que los hechos que sean demostrables
únicamente a través de prueba que el Estado se niegue a remitir, el Tribunal los podrá tener por
establecidos.
Desapariciones de las víctimas. Laura Berenice Ramos Monárrez tenía 17 años de edad
y era estudiante del quinto semestre de la preparatoria. La última noticia que se conocía de ella
era una llamada que hizo a una amiga el sábado 22 de septiembre de 2001 para avisar que
estaba lista para ir a una fiesta. La denuncia instaurada señalaba que desapareció el martes 25
de septiembre de 2001, sin que se ofrezcan más detalles. Claudia Ivette González tenía 20 años
de edad y trabajaba en una empresa maquiladora. Según una amiga cercana, “casi siempre salía
con el tiempo limitado ya que le ayudaba a su hermana con el cuidado de su menor hija, motivo
por el cual llegaba a veces tarde” al trabajo. El 10 de octubre de 2001 llegó dos minutos tarde
a la maquila, por lo que le fue impedida la entrada. Ese mismo día desapareció. Esmeralda
Herrera Monreal tenía 15 años de edad y contaba con “grado de instrucción tercero de
secundaria”. Desapareció el lunes 29 de octubre del 2001, luego de salir de la casa en la que
trabajaba como empleada doméstica. Según los representantes, las jóvenes Ramos, González
y Herrera eran de “origen humilde”.
El Estado reconoce que, derivado de las irregularidades antes referidas, se afectó la
integridad psíquica y dignidad de los familiares de Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera
Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez. No obstante, se exponen con amplitud los apoyos
con recursos económicos, asistencia médica y psicológica y asesoría jurídica que se ha venido
prestando a los familiares de cada una de las tres víctimas, constituyendo una reparación al
daño causado. Sin embargo, el Estado estima que en estos tres casos no puede alegarse en modo
alguno la configuración de violación al derecho a la vida, a la integridad personal, a la dignidad
y a la libertad personal de Esmeralda Herrera Monreal, Claudia Ivette González y Laura
Berenice Ramos Monárrez.
2. Datos de la parte peticionaria
La Organización de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos A. C., el
Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer, la Red
Ciudadana de No Violencia y por la Dignidad Humana y el Centro para el Desarrollo Integral
de la Mujer A. C., son los representantes de las presuntas víctimas, las cuales presentaron su
escrito de solicitudes, argumentos y pruebas ante la Comisión, solicitando a la Corte que
declare al Estado responsable por la violación de los derechos consagrados en los artículos 7 y
11 de la Convención Americana.
3. Descripción completa y detallada de los hechos alegados y Estado que se considera
responsable.
El caso Campo Algodonero es una trágica serie de eventos que tuvo lugar en Ciudad
Juárez, Chihuahua, México, en el año 2001. Se trata de un emblemático caso de feminicidio
que expuso la grave problemática de violencia de género y la impunidad en la región.
El 6 de noviembre de 2001 se encontraron los cuerpos de tres mujeres en un campo
algodonero. Estas tres mujeres fueron posteriormente identificadas como las jóvenes Ramos,
González y Herrera. El 7 de noviembre de 2001, en un lugar cercano dentro del mismo campo
algodonero, fueron encontrados los cuerpos de otras cinco mujeres, quienes no son
consideradas presuntas víctimas en el presente caso, por los motivos expuestos en la
Resolución del Tribunal de 19 de enero de 2009
La Comisión y los representantes manifestaron que los cuerpos de las jóvenes Herrera,
González y Ramos fueron objeto de un particular ensañamiento por parte de los perpetradores
de los homicidios. El 2 de febrero de 2002 los peritos de campo que realizaron el levantamiento
de los cadáveres en noviembre de 2001 emitieron un dictamen criminalístico en el que
indicaron, inter alia, que “es posible establecer que las agresiones fueron perpetradas en el lugar
del levantamiento”. Agregaron que, pese a que no fue posible mediante autopsia de ley
determinar que hubo violación sexual, “debido a las condiciones de semi desnudez en las que
se encontraron es posible establecer con alto grado de probabilidad que se trata de crímenes de
índole sexual”.
La Comisión alegó que el Estado “no adoptó medidas razonables para proteger la vida
y prevenir los asesinatos” de las víctimas “aunque tenía conocimiento del riesgo inminente que
corrían de ser asesinadas por haber sido reportadas como desaparecidas a la fecha de los
hechos”. En similar sentido, señaló que la información aportada por el Estado durante el trámite
ante ella “no indica que se implementaron normas y prácticas orientadas a garantizar una orden
de búsqueda inmediata ante las denuncias de desaparición, o que existieran disposiciones
sancionadoras ante una deficiente respuesta de funcionarios estatales frente a las mismas”.
La Comisión indicó que “una reparación integral exige que el Estado investigue con la
debida diligencia, en forma seria, imparcial y exhaustiva, las desapariciones y posteriores
asesinatos” de las víctimas con el propósito de “esclarecer la verdad histórica de los hechos”,
para lo cual el Estado debería “adoptar todas las medidas judiciales y administrativas necesarias
con el fin de completar la investigación localizar, juzgar y sancionar al o los autores
intelectuales y materiales de los hechos, e informar sobre los resultados”.
Estado Considerado Responsable:
El Estado mexicano fue señalado como responsable en el "Caso Campo Algodonero"
debido a su falta de acción efectiva para prevenir estos crímenes, investigarlos adecuadamente
y llevar a los perpetradores ante la justicia. Se alega que las autoridades no tomaron las medidas
necesarias para proteger a las mujeres y niñas de la ciudad, lo que permitió que continuaran las
desapariciones y asesinatos.
La responsabilidad del Estado implica tanto la acción como la omisión, ya que se
argumenta que la negligencia oficial contribuyó al clima de impunidad que permitió que los
feminicidios continuaran durante un período prolongado. Además, se denunció que las
investigaciones se realizaron de manera deficiente, con errores, omisiones y poca
transparencia.
La CIDH determinó que el Estado no había cumplido con su deber de garantizar los
derechos a la vida, la integridad y la libertad personal de las víctimas y sus familias.
La sentencia instaba al Estado a tomar medidas adecuadas para investigar y sancionar
a los responsables de estos crímenes, así como a implementar políticas y programas para
prevenir futuros feminicidios y proteger a las mujeres y niñas de la violencia de género.
En 2005, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió un fallo histórico en el
caso Campo Algodonero, en el cual responsabilizó al Estado Mexicano por las siguientes
razones:
1. Negligencia y falta de protección: La Corte encontró que el Estado no había tomado
medidas adecuadas y efectivas para proteger los derechos humanos de las mujeres en Ciudad
Juárez, a pesar de las numerosas denuncias y peticiones de ayuda de las víctimas y sus familias.
La falta de una respuesta oportuna y adecuada permitió que la violencia continuara y
aumentara.
2. Ineficacia en la investigación: La Corte señaló que las autoridades mexicanas no
habían llevado a cabo investigaciones diligentes y efectivas para identificar y enjuiciar a los
responsables de los crímenes. La falta de acción y la corrupción dentro de las fuerzas de
seguridad contribuyeron a la impunidad de los perpetradores.
3. Falta de acceso a la justicia: La Corte encontró que las familias de las víctimas no
habían recibido una justicia adecuada y rápida por parte del sistema judicial mexicano. Muchos
casos no se resolvieron, y aquellos que llegaron a juicio no garantizaron una investigación
exhaustiva y justa.
4. Omisión en la prevención: El Estado Mexicano fue señalado por no haber
implementado políticas y programas efectivos para prevenir la violencia de género y los
feminicidios en Ciudad Juárez. La falta de medidas preventivas contribuyó al continuo peligro
al que se enfrentaban las mujeres en la región.
El fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Campo
Algodonero fue un llamado de atención para el Estado Mexicano y destacó la necesidad de
tomar medidas concretas para combatir la violencia de género, proteger los derechos humanos
de las mujeres y garantizar el acceso a la justicia para las víctimas y sus familias. Sin embargo,
a pesar de este fallo, la violencia de género sigue siendo un problema persistente en México y
en otras partes del mundo.
4. Indicación de las autoridades estatales que se consideran responsables
En la presente sentencia las autoridades estatales que se consideran responsables por la
desaparición y muerte de 3 víctimas, es el Estado Mexicano.
Todo esto inicia con las autoridades estatales de México, ya que, no presentaron una
respuesta frente a la desaparición de las víctimas e incluso se manifiesta que la percepción de
los funcionarios estatales era que la búsqueda y protección de mujeres reportadas como
desaparecidas no era importante. También, se resalta la indiferencia de algunos funcionarios
públicos ante este caso, por la razón de que las víctimas eran “sólo” muchachas corrientes y
que, por lo tanto, no eran consideradas una gran pérdida.
En cuanto a los funcionarios del estado de Chihuahua y del Municipio de Juárez,
minimizaban el problema y llegaban a culpar a las propias víctimas de su suerte, fuera por su
forma de vestir, por el lugar en que trabajaban, por su conducta, por andar solas o por falta de
cuidado de los padres.
En la sentencia no se culpa a las autoridades estatales, funcionarios del estado de
Chihuahua y del Municipio de Juárez, funcionarios públicos y autoridades policiales, fiscales
y judiciales, sino que se culpa plenamente al Estado Mexicano.
Debido a que, antes del hallazgo de los cuerpos éste tuvo conocimiento de que existía
un riesgo real e inmediato de que las víctimas fueran agredidas sexualmente, sometidas a
vejámenes y asesinadas, e incluso este Estado reconoció que en el año 2001 Ciudad Juaréz
vivía una fuerte ola de violencia contra las mujeres y aún así, a pesar de todo ese conocimiento,
es decir, del riesgo que corrían las mujeres de ser objeto de violencia, no demostró haber
adoptado medidas efectivas de prevención y tampoco demostró haber adoptado normas o
tomado medidas para que los funcionarios responsables de recibir las denuncias tuvieran la
capacidad y la sensibilidad para entender la gravedad del fenómeno de la violencia contra la
mujer y la voluntad para actuar de inmediato.
Por esta razón la Comisión solicitó a la Corte que se declare al Estado responsable por
la violación de derechos. Y, por lo tanto, la autoridad estatal que se considera responsable de
este caso, es el Estado Mexicano.
5. Derechos que se consideran violados

• Derecho a la vida: La Corte Interamericana concluyó que el Estado no tomó


medidas adecuadas para prevenir los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, lo que resultó
en la violación del derecho a la vida de las víctimas.
• Derecho a la integridad personal: El Estado fue encontrado responsable de no
haber tomado las medidas necesarias para prevenir la tortura, los malos tratos y las
desapariciones de mujeres en la región, lo que violó su derecho a la integridad personal.
• Derecho a la libertad personal: El Estado no llevó a cabo investigaciones
efectivas y diligentes para buscar y localizar a las mujeres desaparecidas, lo que resultó en
la vulneración del derecho a la libertad personal de las víctimas.
• Derecho a la igualdad y a la no discriminación: La Corte encontró que el
Estado no había adoptado medidas adecuadas para abordar las causas estructurales y
sociales que contribuyeron a la violencia de género en Ciudad Juárez, lo que resultó en la
discriminación contra las mujeres y la negación de su derecho a la igualdad.
• Derecho a la justicia: El Estado no proporcionó una respuesta adecuada y
efectiva a los familiares de las víctimas, lo que violó su derecho a la justicia y a obtener
reparaciones por las violaciones de derechos humanos.
6. Respuesta de las autoridades estatales. En caso de ser posible, copias simples y
legibles de los principales recursos interpuestos y decisiones judiciales internas.
Mediante el análisis de la sentencia del Caso González y otras “Campo Algodonero”
VS México, se evidencia en el artículo 46(1) (a) de la Convención Americana que establece
que una petición presentada ante la Comisión está sujeta al requisito de "que se hayan
interpuesto y agotado los recursos de jurisdicción interna, conforme a los principios del
Derecho Internacional generalmente reconocidos” para ser admitida. El artículo 46(2) de la
Convención establece tres supuestos en los que no se aplica la regla del agotamiento de los
recursos internos: a) que no exista en la legislación interna del Estado de que se trata el debido
proceso legal para la protección del derecho o derechos que se alega han sido violados; b) que
no se haya permitido al presunto lesionado en sus derechos el acceso a los recursos de la
jurisdicción interna, o haya sido impedido de agotarlos; y c) que haya retardo injustificado en
la decisión sobre los mencionados recursos.
En este caso en particular las partes demandantes señalaron que no se dio el agotamiento
de los recursos internos en México, por ende, los peticionarios, solicitaron la aplicabilidad de
la excepción a dicha regla que se refiere a los casos en que no se les permite el acceso a los
recursos internos o se les impide agotarlos.
Cuando en un estado se evidencia que ante un caso no agotaron los recursos de la
jurisdicción interna, la comisión tiene a su cargo señalar cuáles deben agotarse y demostrar su
efectividad. En tal caso, pasa a los peticionarios la carga procesal de demostrar que dichos
recursos fueron agotados o que se configura alguna de las excepciones del artículo 46(2) de la
Convención Americana.
En el asunto aquí analizado, el Estado mexicano se limitó a tomar acciones para atender
el problema de violencia contra las mujeres que se vivía en la Ciudad Juárez de México.Sin
entrar a analizar los argumentos desarrollados por las partes acerca de la presunta violación de
las garantías judiciales y protección judicial.
El estado mexicano dejó la absoluta responsabilidad a las familias de las víctimas en
buscarlas, en varias ocasiones mencionan que ellas “seguramente se habían ido con el novio”
Sin embargo, los familiares sabían que las víctimas no mantenían lazos sentimentales con
nadie. No se siguió una línea de investigación, algo que evidencia este hecho es que no
investigaron a un joven que fue el último en tener contacto con Herrera. Además, cada vez que
familiares acudían a pedir información sobre el caso de sus hijas, no decían nada concreto y les
mandaban a comprar el periódico para enterarse de las noticias.
Asimismo, la Comisión Interamericana observó que los demandantes alegaron que los
hechos del presente caso se dieron en un contexto de numerosos asesinatos y desapariciones
forzadas de mujeres en Ciudad Juárez, que son seguidas de impunidad por razones imputables
a las autoridades, por ello sostienen que sea aplicada la excepción prevista en el artículo
46(2)(b) de la Convención Americana, ya que el caso permanecía abierto en la jurisdicción
interna Mexicana hasta la fecha en que se presentó la petición a la Comisión Interamericana.
Afirmando que carecían de documentos para sustentar la petición, ya que le fueron negados
por las autoridades responsables de la investigación.
7. Indicación si se ha presentado la petición ante otro organismo internacional.
El caso Campo Algodonero es un caso emblemático de feminicidios en Ciudad Juárez,
México, en el cual se alegó que el Estado mexicano no había tomado las medidas adecuadas
para investigar y prevenir los asesinatos y desapariciones de mujeres en la región. El caso lleva
el nombre de "Campo Algodonero" porque los cuerpos de tres mujeres jóvenes fueron
encontrados en un campo de algodón en Ciudad Juárez en 2001.
El caso solo fue remitido a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH)
en 2011, cuando el Estado mexicano expresó su competencia y reconoció su responsabilidad
en los hechos ocurridos. La Corte IDH es un órgano judicial independiente que se encarga de
resolver casos relacionados con la interpretación y aplicación de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.

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