Hobbes Resumen
Hobbes Resumen
Hobbes Resumen
Hobbes afirma que, por su naturaleza, los hombres se sienten llevados a soportarse más que a
asociarse, y que por ello el origen de la sociedad está no en la muta simpatía, sino en el
recíproco temor: «a la sociedad el hombre ha sido adaptado por la educación (disciplina), no
por la naturaleza».
La condición natural de los hombres, antes que constituyesen la sociedad, era un estado de
guerra de cada uno contra los demás. Y en este estado de continua guerra, “nada pudo ser
injusto. Las nociones de derecho, de justicia e injusticia no tenían lugar. Donde no existe una
autoridad común, no existe ley: y donde no existe ley, no existe la injusticia”.
En el estado de naturaleza hobbesiano no rige un Derecho objetivo natural, sino la pura fuerza.
No existen tampoco derechos subjetivos innatos, sino sólo la facultad de hacer lo que se
quiere; si de leyes o derechos se pudiera hablar se debería decir que en él tiene vigor la ley de
la fuerza y el Derecho del más fuerte (referido al Derecho de Dios sobre todas las cosas).
Según Hobbes Derecho “no significa otra cosa que la libertad que cada uno tiene de usar,
según la recta razón, de las propias facultades naturales”. Y así, la ley de la naturaleza es una
norma que la razón dicta instrumentalmente, al servicio de la naturaleza egoísta y utilitaria del
hombre: “un precepto o regla general, pensado por la razón, que prohíbe al hombre hacer lo
que es nocivo para su vida o que le priva de los medios para conservarla”. LA razón no es
entonces constitutiva del Derecho natural.
Por ello, la primera y fundamental ley de naturaleza es que el hombre, ha de buscar la paz; ,a
ella le corresponde el supremo Derecho natural, que es el de defenderse a si mismo con todos
los medios posibles. Y de esta ley fundamental deduce el precepto de “no hacer a los demás lo
que no quisieras te fuese hecho a ti”.
Las leyes de la naturaleza son inmutables y eternas, pero, no son leyes propiamente dichas, ya
que ley verdadera y propia es solamente el mandato de quien tiene podre sobre otros y las
leyes de la naturaleza son dictados de la razón; solo en cuanto se refieren al mandato de Dios
se puede hablar de leyes.
Las leyes naturales no son suficientes por sí solas para garantizar lo que constituye su objetivo,
la paz y la seguridad, ya que únicamente el temor a una autoridad puede contrarrestar las
pasiones de los hombres. Se precisa así dar vida a una autoridad y esto se logra mediante el
pacto social, repartido en sus dos etapas de pactum unionis y pactum subiectionis.
Nace de esta forma el Estado, que es «una única persona, cuya voluntad, en virtud de los
pactos convenidos recíprocamente por la totalidad de los individuos, se debe tener por
voluntad de todos». El Estado, que nace del pacto social hobbesiano, es el ejemplo perfecto
del Estado absoluto: los individuos, al darle vida, se desprenden de sus derechos en beneficio
del soberano, el soberano goza de inmunidad y no puede ser acusado por los súbditos. El
soberano no está, obligado a observar las leyes del Estado. El Estado es el «Dios mortal», el
«gran Leviathan».
Ley propiamente dicha es el mandato de una autoridad, solo por el mandato del Estado,
aquellos juicios de la razón que son las leyes naturales se transforman en autenticas leyes que
con las leyes civiles. “Las leyes son la regla de lo justo y de lo injusto, no teniéndose por injusto
nada que no sea contrario a la ley”
No parece descabellado asignar a Hobbes a la «Escuela del Derecho natural», si bien por otra
parte los argumentos de validez empleados nos inducen a considerarlo el iniciador del
positivismo jurídico, es decir, de la doctrina que es la antítesis del iusnaturalismo.
Pero, sobre todo, el iusnaturalismo, tanto moderno como antiguo opone la razón a la
autoridad. Para los auténticos iusnaturalistas, la razón es la base del Derecho; quien ponga por
fundamento a la autoridad, se halla más sobre posiciones propias del positivismo jurídico que
del iusnaturalismo.