La Mejor Luna
La Mejor Luna
La Mejor Luna
6 7
todos. Y aunque la luna del pintor Pedro no es tan grande ni tan Liliana Bodoc
redonda es la luna que me dio el amor" Comencemos por un asunto muy senci- para que fuésemos felices. Y lo logró.
Melina es amiga del Juan. Juan es amigo de Pedro. Pedro es llo pero, sin el cual, nada de lo siguien- Me casé a los diecinueve años. Pero
amigo de los colores. te hubiese podido suceder: nací en la antes de eso, debo decir, había dejado
provincia de Santa Fe, en el año 1958. mis estudios secundarios. Los completé
Juan creyó que un cuadro podía reemplazar al verdadero cielo.
Cuando tenía seis años, mi familia se apenas nacido Galileo, mi primer hijo. Y
Porque para eso están los niños, para soñar sin miedo. trasladó a Mendoza. Allí mi padre traba- luego cursé la Licenciatura en Literaturas
Melina dejó de andar triste en las noches sin luna, porque para jó en una enorme fábrica de cemento Modernas en la Facultad de Filosofía y
eso tenía la luna del amor. rodeada de unas pocas casas y de Letras de la Universidad Nacional de
Y Pedro sigue pintando cielos muy grandes, porque para eso muchas montañas de piedra y cal. Cuyo. Para entonces ya había nacido
están los colores: para acercar lo que está lejos. En aquel sitio, la siesta resultaba, para Romina, mi segunda hija. No voy a decir
los niños, una penosa obligación. Todos, que fue fácil. Pero fue posible.
de una forma o de otra, buscábamos Años después ejercí la docencia dando
pasajes, puertas, o cualquier clase de clases de Literatura Española y
abertura que nos permitiese escapar de Argentina. Recién a la edad de cuarenta
esas dos horas silenciosas en que los años me senté a escribir mi primer libro:
adultos, los gatos y los fantasmas dor- “Los días del venado”. La primera parte
mían. Yo la encontré en los libros. Ésa de una trilogía de épica fantástica que se
fue la puerta secreta que me llevó a otros editó en el año 2000.
tiempos y lugares. Desde entonces, no he dejado de escri-
Cuando tenía siete años, murió mi bir. Tampoco he dejado de agradecer la
madre. Recuerdo la tarde de viento calu- posibilidad de trabajar en lo que amo. Y
roso porque, según yo imaginé, era él mucho menos he dejado de pensar un
quien se la había llevado. mundo donde leer y soñar no sea un pri-
Desde entonces, mis tres hermanos y yo vilegio. Sino algo así como el pan de
hicimos y deshicimos de tal modo que cada día.
nuestra casa debe haber parecido una pista
de circo. Sin embargo, mi padre se esforzó ¿Querés leer más de esta autora?
Los días del venado, Los días de la Sombra y Los días del fuego; Memorias Impuras. Los
Padres”; Diciembre Súper Álbum; Sucedió en Colores, cuentos para niños;Reyes y
Pájaros; La mejor luna; El mapa imposible; Amigos por el viento.
8
Ejemplar de distribución gratuita. Prohibida su venta.