TEMA 50 - Mitología - (Secundario)

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TEMA 50.

- COSMOGONÍA, TEOGONÍA Y ANTROPOGONÍA EN EL


MUNDO CLÁSICO. LEYENDAS HEROICAS DE LA MITOLOGÍA
CLÁSICA. INFLUENCIA EN LA CULTURA OCCIDENTAL

1. INTRODUCCIÓN. LA MITOLOGÍA

La mitología es el conjunto de mitos o historias de un pueblo o de una cultura,

a través de las cuales se pretende explicar el origen del mundo, de las fuerzas

de la naturaleza y la creación del ser humano.

Para comprender mejor el conjunto de mitos y su evolución hemos de tener en

cuenta dos fases, relacionadas íntimamente con dos culturas: la griega y la

romana.

a. El pueblo griego o heleno poseía una mitología de larga tradición que

pasó por determinadas fases hasta llegar a las divinidades denominadas

olímpicas, pues se decía que habitaban en el monte Olimpo. Estas

divinidades se repartieron los cielos, latierra y el mar, y cada una de ellas

regía un lugar o un aspecto determinado.

b. Los romanos tomaron y adaptaron las divinidades helénicas a sus

propias creencias, de modo que los antiguos dioses itálicos tuvieron su

correspondencia con los helénicos; algunos aumentaron sus atribuciones

y responsabilidades, otros cambiaron de terreno.

El mito ofrece una explicación del mundo, del universo y de la existencia del

ser humano, tomando a las diversas divinidades como agentes de todo ello. Por

tanto, podemos considerar que este intento de explicación del mundo se basa

más en lo fantástico y lo maravilloso que en lo real y razonable.

Pronto el mundo griego buscó nuevas respuestas y soluciones a sus

interrogantes pero esta vez lo hizo mediante la razón o logos, es decir, la

explicación racional de todo lo que ocurre en el universo, basándose en el

pensamiento y los procesos mentales, en la lógica y la observación filosófica.


2. LA COSMOGONÍA: EL ORIGEN DEL UNIVERSO

2.1. El relato estándar

En el principio de todas las cosas, tal y como aparece en la Teogonía de

Hesíodo o en las Metamorfosis de Ovidio, Gea (la Madre Tierra) surgió del

Caos, del que también nacieron el Erebo (las tinieblas infernales) y la Noche,

que engendraron al Éter y al Día. Más tarde, la Noche por sí sola a una serie de

abstracciones conceptuales de escasa actuación mítica y sobre todo a las

Hespérides, las Parcas, a Némesis y a Eris.

Sin intervención de ningún elemento masculino, mientras dormía, La Tierra

engendró a las Montañas, al Ponto (aguas marinas) y a Urano (el Cielo) que la

recubre. Contemplándola tiernamente desde las montañas, Urano dejó caer

sobre Gea una fértil lluvia que penetró en sus hendiduras secretas, y le hizo

producir hierba, flores y árboles, con las bestias propias para cada planta. Esta

misma lluvia hizo fluir los ríos y así se crearon los lagos.

Los primeros hijos de Gea y Urano fueron los Hecatonquiros (gigantes de cien

brazos) llamados Briareo, Giges y Coto. Después aparecieron los tres Cíclopes

salvajes de un solo ojo, constructores de gigantescos muros y grandes herreros,

con cuyos hijos se encontró Ulises en Sicilia.

Los hijos más importantes que tuvieron Gea y Urano fueron los 6 Titanes

(Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Japeto y Crono) y sus 6 hermanas las Titánides

(Tía, Rea, Temis, Mnemosine, Febe y Tetis).

Urano odiaba a todos estos vástagos suyos y no les permitía ver la luz,

obligándoles a vivir en las profundidades de la Tierra, en el Tártaro, un lugar

tenebroso en el mundo subterráneo que está situado a la misma distancia de la

tierra que la tierra del firmamento.


En venganza, Gea persuadió a los Titanes para atacar a su padre; así lo

hicieron, dirigidos por Cronos, el menor de ellos, a quien Gea armó con una hoz

de pedernal. Cuando, al llegar la noche, Urano se acercó a Gea y la envolvió por

todas partes, Crono sorprendió a Urano y lo castró con la hoz de pedernal que

le había dado su madre, sujetando sus órganos genitales con la mano izquierda

y lanzándolos al mar después. Pero algunas gotas de la herida cayeron sobre la

Madre Tierra y ella engendró a las Tres Erinias –furias que se vengan de los

crímenes de parricidio y perjurio-, a los Gigantes –que recuperan las fuerzas

cuando tocan la tierra y sólo pueden ser matados por un dios y un mortal a la

vez- y a las Ninfas de los Fresnos –violentas puesto que el fresno era el árbol

con el que se hacían las armas. De las gotas de semen que cayeron en el mar

nació Afrodita (Venus), diosa del amor.

Entonces los Titanes liberaron del Tártaro a los hijos de Urano y Gea, y dieron

a Crono la soberanía de la tierra. Sin embargo, en cuanto Crono se encontró en

posesión del mando supremo volvió a encerrar a los Cíclopes en el Tártaro

junto con los Hecatonquiros y los Gigantes, tomó por esposa a Rea y gobernó

sobre el mundo.

2.2. Otras versiones del origen del mundo

Existen otros relatos cosmogónicos como el del orfismo de Ferécides de Siro,

que habla de un huevo primordial, a veces equiparado al Caos de Hesíodo de

donde brota el bisexual Fanes y a partir de ahí el resto de elementos.

En el prólogo de las fábulas de Higino, el Caos brota de otro elemento

llamado Oscuridad (ex caligine Chaos); de ambos procede la Noche, el Día, el

Erebo y el Éter.

3. LA TEOGONÍA. PRINCIPALES DIOSES


3.1. El destronamiento de Crono

Crono (Saturno) se casó con su hermana Rea (Cibeles). Pero la Madre Gea y

también su moribundo padre Urano, habían profetizado que uno de sus hijos lo

destronaría. Así pues se tragaba a los hijos que le daba Rea: primero a Hestia-

Vesta, luego a Deméter-Ceres y a Hera-Juno, después a Hades-Plutón y por

último a Posidón-Neptuno. Rea estaba furiosa. Cuando dio a luz a Zeus

(Júpiter), su tercer hijo varón, en plena noche en Arcadia, lo entregó a la Madre

Tierra; ésta se lo llevó a Creta y lo escondió en la cueva de Dicte, en el monte

Egeo. Gea lo dejó allí para que fuera criado por unas ninfas y por la diosa-cabra

Amaltea.

Los Curetes, guerreros muy ruidosos, montaban guardia armada alrededor de

la cuna de oro del pequeño Zeus, la cual colgaba de un árbol para que Crono no

pudiera encontrarlo ni en el cielo, ni en la tierra, ni en el mar. Los Curetes

golpeaban sus escudos con sus lanzas para ahogar el ruido de su llanto y evitar

que Crono pudiera oírlo desde lejos. En efecto Rea había engañado a Crono:

había envuelto una piedra con los pañales de Zeus y se la había entregado a

Crono en Arcadia; Crono se la había tragado, creyendo que se estaba tragando a

su hijo Zeus.

Zeus se hizo mayor entre los pastores de Ida hasta que decidió tramar su

venganza. Rea le ayudó de buena gana en su tarea proporcionándole la pócima

vomitiva que Metis le había encargado mezclar con el aguamiel de Crono.

Después de tomar un buen trago, Crono vomitó primero la piedra y luego a los

hermanos y hermanas mayors de Zeus. Salieron ilesos, y en agradecimiento le

pidieron que los encabezara en una guerra contra los Titanes que apoyaban a

Crono.
La madre Tierra profetizó que si Zeus tomaba por aliados a los que Crono

había confinado al Tártaro, obtendría la victoria. Zeus liberó a los

Hecatonquiros y los Cíclopes, y éstos le ayudaron en su empresa entregándole a

él un rayo, a Hades un casco que le hacía invisible y a Posidón un tridente. La

victoria supuso que ellos tres se repartieran el mundo y diesen origen a la

tercera generación de divinidades.

3.2. Zeus y sus amores

Zeus tuvo como esposa a Hera-Juno, hija también de Crono y Rea, de quien

nacieron Hefesto-Vulcano, Ares-Marte y Hebe, la copera de los dioses. Pero

Zeus le fue infiel a su mujer con numerosas diosas y mortales. De sus uniones,

en unos casos, provienen seres benéficos, en otros dioses olímpicos, y algunas

uniones son el origen de famosos héroes.

Por ejemplo, de sus amores con Temis, hija de Urano y Gea, nacieron las

Moiras-Parcas y las Tres Gracias; con Mnemosine, hija de Urano y Gea, tuvo las

nueve Musas; de su trato con Deméter-Ceres, hija de Crono y Rea, nació

Perséfone (Proserpina).

Son hijos de Zeus varios dioses olímpicos: Ártemis-Diana y Apolo son hijos de

Leto, una titánide hija de Ceo; a Hermes-Mercurio lo tuvo de Maya, hija del

titán Atlas; se tragó a Metis, hija de Océano y Tetis, cuando quedó embarazada

y después, de su cabeza, nació Atenea-Minerva; Dioniso-Baco creció en el muslo

de Zeus hasta que nació puesto que su madre Sémele había muerto al ver a

Zeus en todo su esplendor.

Para tener amores con bellas mortales, con las que engendró importantes

héroes recurrió a varias metamorfosis: transformado en lluvia de oro se unió a

Dánae de quien nació Perseo; metamorfoseado en cisne se unió a Leda con

quien tuvo a los Pólux y a Helena, la causante de la guerra de Troya; convertido


en Toro raptó a Europa, de quien nació Minos y con Alcmena, bajo la forma de

su marido Anfitrión, nació Hércules.

4. ANTROPOGONÍA: PROMETEO Y PANDORA

Se mencionan en la mitología clásica hasta siete tipos distintos de orígenes del

hombre: por metamorfosis de hormigas, nacidos de árboles, rocas o piedras,

autóctonos o brotados de la tierra, procreados por los dioses en unión sexual

con una hembra comúnmente humana, creados o fabricados por los dioses en

general o por Zeus, sin precisar cómo ni de qué material.

El más importante es el mito de Prometeo y Pandora. Prometeo era un Titán

de gran ingenio. Amasó arcilla y modeló un ser a imagen de los dioses, el

hombre. Les dio las cualidades de los animales y ayudado por Atenea, la diosa

de la sabiduría infundió en su criatura el espíritu. Así nacieron los hombres y

Prometeo se convirtió en su protector.

Zeus exigió que los hombres le rindieran culto. Sacrificaron un gran toro e

hicieron dos montones: en uno pusieron la carne y las entrañas cubiertas por la

piel y el estómago con un aspecto desagradable, en otro de agradable apariencia

y muy voluminoso, los huesos cubiertos con sebo. Zeus escogió el montón

menos valioso e, irritado por el engaño, castigó a los hombres a que no tuviesen

fuego.

Prometeo robó el fuego del Sol y se lo entregó a los hombres. Zeus decidió

castigar severamente tanto a los hombres como al titán Prometeo. Ordenó a

Hefesto y a Hermes encadenar a Prometeo a las montañas del Caúcaso, donde

un águila se alimentaba por el día de su hígado, que se regeneraba durante la

noche.

Este fue el castigo para los hombres: Hefesto construyó la estatua de una

hermosa joven, Atenea la vistió y la adornó, Hermes le dio el don del habla y
Afrodita todo su encanto. Zeus la llamó Pandora, que significa “todos los

dones” y la envió con Hermes a la tierra con una caja donde cada dios introdujo

un obsequio nefasto.

Contra las órdenes de Prometeo, Epimeteo aceptó la doncella y abrió la caja de

donde salieron volando los males que desde entonces asolan a la humanidad.

Prometeo permaneció encadenado hasta que Hércules mató al águila con sus

flechas y desató a Prometeo.

Hesíodo, Arato u Ovidio, nos hablan de diferentes razas o edades en relación

a la creación del hombre. Éstas se designan con adjetivos metálicos, indicando

la relación moral de las mismas. Tenemos así: oro, plata, bronce y hierro. A la

primera le corresponde la felicidad y la justicia, así como la convivencia en la

tierra de los dioses. Cuando la edad de oro fue sustituida por la de plata, la

Justicia se retiró a los montes de donde sólo bajaba para amonestar a las

asambleas de los hombres por su degeneración respecto a sus padres. Cuando

apareció la de bronce, fue la primera que fabricó armas y se alimentó de carne

de animales; la Justicia, horrorizada, emigró al cielo.

5. LEYENDAS HEROICAS DE LA MITOLOGÍA CLÁSICA

5.1. Los héroes de la guerra de Troya

Por el juicio de Paris, en el que Afrodita le prometió la mujer más bella, fue

raptada Helena, la esposa de Menelao, rey de Esparta, por el joven Troyano.

Esto servirá de motivo para el enfrentamiento mítico-histórico más conocido.

En la parte que desarrolla Homero, se nos cuenta que una terrible peste,

enviada por Apolo, ataca al ejército griego. El adivino Calcante explica que el

dios está enfadado porque Agamenón tiene como esclava a Criseida,

sacerdotisa. La epidemia cesará el día en que Agamenón deje libre a la esclava.

El rey accede.
Para resarcirse de la pérdida de la joven, Agamenón humilla a Aquiles,

arrebatándole a éste su esclava Briseida. El héroe se encoleriza y se retira de la

lucha, para que los griegos, al verse privados de su colaboración, le restituyan

lo que es suyo.

Patroclo cuenta a su íntimo amigo Aquiles la crítica situación de los aqueos.

Le pide que le preste sus armas y le permita salir al frente de los mirmidones.

Aquiles lo consiente, pero advierte a Patroclo que se limite a rechazar a los

enemigos de las naves, que no los persiga por la llanura. Patroclo no atiende los

consejos de Aquiles y es asesinado por Héctor, el mejor héroe del bando

troyano.

Cuando Aquiles se entera de la muerte de su amigo Patroclo llora

desesperadamente y decide vengarse de Héctor. El vencedor le despoja de sus

armas, le horada los tendones de ambos pies y ata el cadáver a su carro. Por

último arrastra el cuerpo hasta las naves aqueas para que sea devorado por las

aves de rapiña. Finalmente es rescatado gracias a las súplicas de su padre

Príamo.

Hay otros acontecimientos de esta guerra que no son narrados por la Ilíada,

sino por otras obras. Aquiles muere por una flecha que le dispara Paris justo en

su parte vulnerable, el famoso talón. Filoctetes mata a Paris de un flechazo, y

posteriormente los griegos consiguen quemar Troya gracias a la astucia del

famoso Ulises con el caballo de madera.

Al regreso a sus respectivas localidades, cada uno de los héroes griegos

sufrirá una serie de peripecias. Ulises u Odiseo, sufrirá los encantos de las

sirenas o de Circe y Calipso para llegar a su amada Ítaca y reencontrase con

Penélope. Agamenón será asesinado a su llegada por su mujer Clitemnestra, lo

que dará lugar a numerosas tragedias griegas. Eneas será el encargado de

fundar una nueva Troya en las costas de Italia, etc…


5.2. Jasón y los Argonautas

Jasón era natural del pueblo tesalio de Yolco, donde reinaba Pelias, que había

arrebatado el trono al legítimo rey Esón, el padre de Jasón. Jasón le reclamó el

trono que le había quitado a su padre. Pelias accedió a entregárselo si antes

conquistaba el famoso vellocino de oro, un carnero sacrificado con su piel de

oro, consagrado a Ares, que estaba custodiado por una serpiente para que nadie

pudiese robarlo.

Jasón preparó el viaje en una nave llamada Argo (que en griego significa

“veloz”) y los viajeros que subieron a ella (héroes tan famosos como Orfeo,

Hércules o Cástor y Pólux) se llamaron los Argonautas.

Tras una serie de aventuras durante el viaje narradas por El viaje de los

Argonautas de Apolonio de Rodas, llegan a la Cólquide, donde se encontraba el

vellocino, y, tras una serie de pruebas, y sobre todo con la ayuda de la hija del

rey, Medea, consigue el vellocino, eso sí, bajo la promesa de casarse con Medea.

Jasón y Medea se van a vivir a Corinto, donde son muy bien acogidos por el

rey Creonte. Un día Jasón se enamora de la hija del rey y repudia a Medea,

quien se venga matando a sus propios hijos.

5.3. Los trabajos de Hércules

El hijo de Zeus y Alcmena fue odiado por Hera, quien, siendo niño, le envió

dos enormes serpientes. Pero Heracles, que ya era muy fuerte, se liberó al punto

de ambos monstruos, a los que ahogó con sus propias manos. Hera continuó

con sus dolores y sufrimientos contra el héroe, de tal modo que lo convirtió en

siervo de Euristeo, quien por orden de la implacable diosa, impuso a Heracles

la realización de doce terribles y pesados trabajos. Al lograr cumplirlos todos, el

héroe fue considerado también un dios: el león de Nemea, la Hidra, el jabalí de

Erimanto, la cierva de Cerinia, las aves de Estínfalo, el establo de Augías, el toro


de Creta, las yeguas de Diomedes, el cinturón de Hipólita, el gigante Geríones,

el jardín de las Hespérides, y el Cancerbero.

5.4. Otras leyendas

Orfeo, el gran músico y poeta, amansaba a las fieras y hacía que los árboles y

las rocas se inclinasen ante él. Orfeo conoció a Eurídice, una ninfa de los

bosques, de la que se enamoró y se casaron. Un día, Eurídice, que huía de un

viejo pretendiente, fue picada por una víbora y murió. Orfeo desesperado, bajó

a los infiernos, encantando con su lira al barquero Caronte y al Cancerbero. Los

dioses del infierno, Hades y Perséfone, se compadecieron y permitieron que

Eurídice volviese, pero Orfeo no podía echar la vista atrás hasta salir del

infierno. Orfeo no resistió el deso y la perdió para siempre.

Perseo, el hijo de Dánae, es engañado para que mate a la Medusa, un

monstruo con serpientes en lugar de cabello que convertía en piedra a todo el

que cruzaba con ella la mirada. Hermes y Atenea le dieron a Perseo unas

sandalias aladas, un escudo reluciente y una espada. Con estas armas,

consiguió matarla, de la que nació el caballo Pegaso. Después se encontró a la

bella Andrómeda atada a una roca, presta para ser devorada por el monstruo

marino que enviaba Posidón, porque su madre había dicho que era más bella ue

las Nereidas. Perseo mató al monstruo marino y liberó a la joven.

Teseo fue enviado a Creta por su padre Egeo para matar al famoso Minotauro

que estaba devorando a numerosos ciudadanos atenienses. La recomendación

fue cambiar las velas a la vuelta para que el padre supiera que estaba vivo. Tras

matar al Minotauro gracias a la ayuda del hilo de Ariadna, a quien abandona, se

olvida de cambiar las velas, y su padre, pensando que ha muerto, se suicida.


El personaje más importante de toda la tragedia griega es el famoso Edipo.

Antes de su nacimiento, se vaticinó que mataría a su padre y se casaría con su

propia madre, Yocasta. Así fue, y cuando se enteró de lo que había hecho, se

sacó los ojos y su familia sufrió una serie de desdichas terribles como la lucha

entre sus hijos Eteocles y Polinices o el suicidio de Antígona. Su inteligencia es

famosa por haber descifrado el enigma de la Esfinge.

6. INFLUENCIA EN LA CULTURA OCCIDENTAL

Los temas y los mitos de la cultura clásica son recreados una y otra vez. Sus

personajes, elevados a la categoría de símbolos, interpretados según la óptica de

cada tiempo, están presentes en la obra de las principales figuras de todas las

literaturas europeas, y por supuesto también del resto de artes. De la literatura

destáquese el Ulises de James Joyce, la Fedra de Unamuno, obras de

Shakespeare, Goethe, así como Carles Riba o Eugeni d’Ors en el renacer de las

letras catalanas.

Famosos son por ejemplo los cuadros de Rubens, con representaciones

mitológicas como Las Tres Gracias, o el Juicio de Paris. Lo mismo de Velázquez

que representa en las Hilanderas el mito de Aracne, o a Baco en “El triunfo de

Baco”. Y también esculturas como el David de Miguel Ángel, que es una

imagen del dios Apolo y el Apolo y Dafne de Bernini, o las pinturas de Mingote

sobre mitos clásicos.

Asimismo, la influencia en el cine ha sido magnífica. Hace poco se estrenó la

película de Troya donde el mito de la cólera de Aquiles aparece representado

por Brad Pitt. Otros films famosos son La Odisea o Helena de Troya.

Punto de conclusión es afirmar que incluso en la lengua, palabras como

venéreo, cereal, afrodisíaco, bacanal, erótico o concupiscencia remiten a

personajes mitológicos, e incluso se utilizan hoy en día expresiones como La

Caja de Pandora o ¡Arde Troya! y “pasar una odisea”.

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