Seleccion Poemas Diana
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LUCERO 34
fuimos pero bailó el mono P r im e r a plana
contento en jaula de oro
por un momento, racistas La vida se ha devaluado tanto
y latinos he aquí como el peso un muerto es sólo eso
los argentinos ¿mamita cada día de hambre o muerto en plazas
merecemos tanto digo? donde la bala llega o en el foso
Bien uncido el buey al yugo que una empresa extranjera deja
mira esa fragancia apenas abierto por ahorro de unos pesos
derramándose blancura valen siempre más que nuestros muertos
de reojo el copo de ámbar en tus bandas
florecido en el pantano
y tomar nota no me dejo celeste y blanca fijar la crónica
como si fuera pecado diaria como una rosa de viento
hoy dejarse arrebatar con imágenes tragándonos
de belleza y no de pena patas al aire de un cine
La negrada sí que enseña catástrofe y a la vez
nunca está demás alguna una dignidad que vuelve
borrachera ni siquiera bajo la pila de muertos
en Mozart mi querida digo dolor mal habido y peste
aunque el duelar es tan nuevo sobre nosotros arrastran
día a día el trabajo cae los ricos mafiosos algo
y los niños en la patria habrá en la memoria
mía no cejan de gritarme de estos años aunque
ahí en la oreja que no sé muestra estadísticas
si yo o quién hablará la guerra el hambre no
de estos años si hay acaso se borra si de una frase
verso que contenga. No,
o una imagen el poema
ahora somos todos negros se yergue de este ojo ciego
qué vendrá?
El vaticinio estuvo y es
grave no querer mirar
adonde va el verso por aviso
y por pena enmudece su cara
cuando late un agujero
que todo lo disuelve
La r e s is t e n c ia
tal escena
agitarse en las pantallas La ley R a g g io
que titilan
Me lo traje acunado y no pude
por el mundo decirle a nadie -hace de guía...
entero, si digieren
todo menos ni a mi madre- aquí la cocina
el horno azucenas y glicinas
plomo que ese
siempre fue y será son un fantasma o una fragancia
para nosotros allá la galería y al fondo
LUCERO 38
se alzó aquello, bienaventurado como en la guerra suele decirse
dije, la señal de volver
lo más pronto que se pueda, si se ha venido a ser feliz
bienaventurado bello mío
arco completo iris de todos todo lo que se pueda ¿ves?
los colores perfecto me digo diciéndote yo
tus dos puntas y las ollas de oro la más desagradecida y
ocultas en mi país melancólica como pocas
y qué me importa
si las ollas son de nosotros que doy pena a veces pero hoy
aunque el oro Sachamama ajeno
invertida serpiente raíz viva viva almita más mía
dentro de la tierra por un instante eterna siendo
aparecida en iris completa cobijada en el relámpago
y los chicos del norte suben del más acá...
también esas centellas
hijas de aquél
arco en mi país que espera
y vuelvo al barrio del Oíd Port
en Portland Main para comprarme L ig e r a c o m o un rayo
un barrilete en Wharf Street,
un rojo tigre de papel —Shady Lady Me ocupo y me preocupo
y me lo llevo puesto con la cerveza del verso que se va
negra a los cielos del sur donde le antoja y el saldo
congelado de oficio
LUCERO 40
historia de este tiempo? C e l e b r a c ió n
Ceiba apenas florida
al fin escuchan A veces me pregunto qué sueños
los orejas de piedra podés tener a los cincuenta y seis,
dispuestos a inmolarse siempre más bien años encima parece
en la traición del gesto echarte este tiempo mientras ves
que esconde la cabeza el humo de abril, humo o bruma
entre las plumas, ahora rojas o todo el desasosegado piar
ahora ciertas del ceibal alegre del día que se va
¿Qué sueño o bandera de rojos
y de oros como si fuera el mejor
de los años cazado al instante?,
R ezo y sin embargo están ahí: son
los regalos que trae de repente
Esa uñlta acechar por las tardes y ya
en el gris de la tarde es bastante, sí, ya es bastante
yéndose ligera
es la luna
primer día del cuarto
creciente avisa
que la magia
retorna sobre el mundo
o al menos la luz
plateada y
fría misteriosa ella
del cambio cuando
aquí en el sur
más la necesitamos
Es un augurio
nos decimos
manoteando esperanza
como cualquiera
y lavándonos
del miedo y de la pena
¡crecé ya, rápido!