¿QUÉ ES EL CAMBIO CLIMÁTICO Y CÓMO TE AFECTA?
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Amnistía Internacional 2022
Existe un gran desconocimiento de lo que es el cambio climático en realidad, bien por exceso de información,
inexactitud en las fuentes o por desinformación interesada, lo que da origen a una serie de falsos mitos sobre el
cambio climático. En este espacio abordaremos desde un punto de vista objetivo y científico qué es el cambio
climático, cuáles son sus causas, sus consecuencias y cómo se puede combatir. En definitiva, cómo nos afecta el
cambio climático.
En primer lugar, es necesario aclarar dos conceptos que, si bien están estrechamente relacionados, con frecuencia
se toman de manera errónea como sinónimos: el cambio climático y el calentamiento global. Existe una
importante diferencia, y es que el calentamiento global es la causa del cambio climático, es decir, el aumento de
la temperatura del planeta provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero derivadas
de la actividad del ser humano, están provocando variaciones en el clima que de manera natural no se producirían.
La Tierra ya se ha calentado y enfriado en otras ocasiones de forma natural, pero lo cierto es, que estos ciclos
siempre habían sido mucho más lentos, necesitando millones de años, mientras que ahora y como consecuencia
de la actividad humana, estamos alcanzando niveles que en otras épocas trajeron consigo extinciones en apenas
doscientos años.
¿Qué es el cambio climático y cómo afecta a los seres humanos?
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Es fácil no valorar nuestro planeta hasta que vemos el costo humano de su degradación: hambre, desplazamiento,
desempleo, enfermedad y muerte.
Millones de personas sufren ya los efectos catastróficos de fenómenos meteorológicos extremos que se ven
agravados por el cambio climático, desde las prolongadas sequías del África subsahariana hasta las devastadoras
tormentas tropicales que arrasan todo el sureste asiático, el Caribe y el Pacífico. Temperaturas abrasadoras han
causado mortíferas olas de calor en Europa e incendios forestales en Corea del Sur, Argelia y Croacia. Ha habido
graves inundaciones en Pakistán, y una prolongada e intensa sequía en Madagascar ha dejado a un millón de
personas con un acceso muy limitado a una alimentación adecuada.
La devastación que el cambio climático está causando y seguirá causando indica que es un código rojo para la
humanidad. Pero aún hay tiempo. El principal organismo científico mundial para la evaluación del cambio
climático, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), advierte de que las
emisiones de gases de efecto invernadero deben alcanzar sus niveles máximos antes de 2025, como muy tarde, y
haberse reducido en un 43% antes de 2030 si aspiramos a limitar el cambio climático a 1,5°C y evitar una catástrofe
absoluta.
Actuar en gran escala es una necesidad acuciante, pero la urgencia no puede servir de excusa para cometer
violaciones de derechos humanos.
“Lo que convierte al cambio climático en una cuestión de derechos humanos urgente son sus consecuencias
devastadoras para la humanidad”
¿Por qué el cambio climático es una cuestión de derechos humanos?
Los derechos humanos están estrechamente relacionados con al cambio climático por su efecto devastador no
sólo en el medio ambiente, sino en nuestro bienestar. Además de amenazar nuestra propia existencia, el cambio
climático está repercutiendo de forma dañina en nuestro derecho a la vida, la salud, la alimentación, el agua, la
vivienda y los medios de vida.
Cuanto más esperen los gobiernos para tomar medidas significativas, más difícil será resolver el problema y mayor
será el riesgo de que las emisiones se reduzcan por medios que aumenten la desigualdad, en lugar de reducirla.
La falta de medidas de los gobiernos para abordar el cambio climático, pese a las acuciantes pruebas científicas,
podría ser la mayor violación de derechos humanos intergeneracional de la Historia.
¿Cómo afecta el cambio climático a nuestros derechos humanos?
El cambio climático está estrechamente relacionado con los derechos humanos porque afecta no sólo al
medioambiente sino también a nuestro bienestar. Sus efectos continuarán extendiéndose y agravándose con el
tiempo, causando la ruina de generaciones actuales y futuras. Estos son los motivos por los que la falta de medidas
de los gobiernos para abordar la crisis climática, pese a las acuciantes pruebas científicas, podría ser la mayor
violación de derechos humanos intergeneracional de la Historia.
El cambio climático y el derecho a la vida
Todas las personas tenemos derecho a la vida y a vivir en libertad y en condiciones de seguridad. Pero el cambio
climático representa una amenaza para la vida y la seguridad de miles de millones de personas en el planeta. Las
manifestaciones más evidentes son los fenómenos meteorológicos extremos, como las tormentas, las
inundaciones y los incendios forestales. No obstante, hay muchas otras formas menos visibles en que el cambio
climático pone en peligro la vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que el cambio climático causará
250.000 muertes al año entre 2030 y 2050.
El cambio climático y el derecho a la salud:
Toda persona tiene derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. De acuerdo con el IPCC,
entre los principales efectos del cambio climático en la salud figuran:
• Un aumento del riesgo de lesiones, enfermedades y muertes por golpes de calor e incendios más intensos.
• Un mayor riesgo de desnutrición a consecuencia de la disminución de la producción de alimentos en las
regiones pobres.
• Un mayor riesgo de contraer enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua y transmitidas por
vectores.
• Los menores expuestos a episodios traumáticos, como catástrofes naturales agravadas por el cambio
climático, pueden sufrir trastorno de estrés postraumático.
El impacto del cambio climático en la salud exige una respuesta urgente; de lo contrario, el calentamiento
amenaza con comprometer los sistemas de salud y los objetivos básicos de salud mundial.
El cambio climático y el derecho a vivienda:
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado para sí misma y para su familia, lo que incluye el acceso
a una vivienda adecuada. No obstante, el cambio climático amenaza nuestro derecho a la vivienda de diversas
formas. Los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones y los incendios, ya están destruyendo
viviendas y obligando a muchas personas a desplazarse. Las sequías, la erosión y las inundaciones también pueden
modificar el medio ambiente con el tiempo, mientras que la elevación del nivel del mar amenaza los hogares de
los millones de personas de todo el mundo que viven en territorios a escasa altitud.
Derecho al agua y al saneamiento:
Toda persona tiene derecho a agua potable para uso personal y doméstico y a saneamiento que garanticen el
mantenimiento de la salud. Pero una combinación de factores como la fusión de la nieve y el hielo, la reducción
de la pluviosidad, el aumento de la temperatura y la elevación del nivel del mar muestran que el cambio climático
afecta y seguirá afectando a la calidad y cantidad de los recursos hídricos, lo que agravará el problema del acceso
a agua potable. Ya hay 785 millones de personas que no tienen acceso a una fuente de abastecimiento de agua ni
a un saneamiento medianamente seguro. Los fenómenos meteorológicos extremos, como los ciclones y las
inundaciones, afectan a las infraestructuras de abastecimiento de agua y de saneamiento, y dejan tras ellos aguas
contaminadas, contribuyendo de este modo a la propagación de enfermedades transmitidas por el agua. Los
sistemas de alcantarillado, especialmente en las zonas urbanas, también se verán afectados por el cambio
climático.
Efectos del cambio climático
“El cambio climático afecta y seguirá afectando a la calidad y cantidad de los recursos hídricos, lo que agravará el
problema del acceso a agua potable”
• ¿Qué causa el cambio climático?
• Quema de combustibles fósiles
• Agricultura y deforestación
• Cambio en los usos del suelo
El planeta siempre ha experimentado fluctuaciones significativas de sus temperaturas medias. Sin embargo, el
calentamiento actual se está produciendo más deprisa que nunca. La actividad humana ha ido incrementando la
concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Como consecuencia, la temperatura media de
nuestro planeta está aumentando a un ritmo demasiado rápido para que los seres vivos puedan adaptarse a ella.
La quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas está en el origen de la mayoría de las
emisiones de casi todos los sectores económicos. Representa más del 70% de las emisiones mundiales de gases
de efecto invernadero.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) calcula que casi una cuarta parte del
total de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la agricultura y la actividad forestal (23%), lo
que convierte a este sector en la segunda fuente principal de emisiones después del sector energético. Alrededor
del 40% de estas emisiones provienen del proceso digestivo natural de los animales rumiantes, como vacas, ovejas
y cabras. Los usos de la tierra y los cambios que estos ocasionan, como la deforestación, la degradación de los
bosques y los incendios forestales, también son una fuente importante de emisiones. Tales actividades —como la
transformación de zonas forestales en pastos para la ganadería comercial, la producción de cultivos forrajeros
como la soja y las plantaciones de aceite de palma— suelen estar estrechamente vinculadas a sistemas
alimentarios agroindustriales.
“La Organización Mundial de la Salud prevé que el cambio climático provoque 250.000 muertes al año entre 2030
y 2050 por malaria, malnutrición, diarrea y golpes de calor”
¿A quiénes afecta más el cambio climático?
A menos que los gobiernos tomen medidas, el cambio climático continuará dañándonos a todos. No obstante, es
probable que sus efectos sean mucho más pronunciados para determinadas comunidades y grupos, y para quienes
generalmente ya son personas desfavorecidas y sometidas a discriminación. Algunos de estos grupos son:
Las poblaciones de los países en desarrollo, sobre todo si son costeros o pequeños Estados insulares.
En el ámbito nacional, quienes viven en los países menos ricos —sobre todo si son países situados a baja altitud,
Estados insulares pequeños o países menos desarrollados— ya están (y estarán) entre los más afectados por el
cambio climático. Con frecuencia, quienes menos contribuyen al cambio climático son quienes sufren sus peores
efectos.
Esto es debido no sólo a su exposición a catástrofes relacionadas con el clima, sino también a factores políticos y
socioeconómicos subyacentes que amplifican los efectos de tales fenómenos. En particular, las duraderas
consecuencias del colonialismo y su legado de distribución desigual de los recursos entre los países han reducido
la capacidad de los países de ingresos bajos de adaptarse a los efectos adversos del cambio climático.
Pakistán, que ha sido responsable del 0,4% de las emisiones históricas desde 1959, figura como uno de los lugares
del mundo más vulnerables al clima, según las conclusiones conjuntas del Banco Mundial y el Banco Asiático de
Desarrollo. Sólo las inundaciones de 2022 han causado al menos 1.600 muertes y han costado al país 10.000
millones de dólares estadounidenses.
Comunidades que sufren racismo ambiental
Los efectos del cambio climático y la contaminación asociada a los combustibles fósiles tienen, además, una
magnitud distinta en función del origen étnico cuando las decisiones sobre políticas ambientales discriminan a las
personas de color y a otras que sufren discriminación étnica, religiosa y lingüística, o las excluyen de los puestos
de liderazgo en el movimiento ecologista.
En Norteamérica, son mayormente las comunidades pobres de color las que están obligadas a respirar aire tóxico,
puesto que la probabilidad de que sus barrios estén situados junto a centrales eléctricas y refinerías es mayor.
Presentan índices notablemente superiores de cáncer y enfermedades respiratorias. Las personas afroamericanas
tienen tres veces más probabilidades de morir a causa de la contaminación atmosférica que la población general
de Estados Unidos.
Mujeres y niñas marginadas
Mujeres y niñas son a menudo relegadas a roles y empleos que las hacen más dependientes de los recursos
naturales. Su capacidad de adaptación al cambio climático es menor debido a los obstáculos que encuentran para
acceder a recursos técnicos o económicos o porque se les niega la propiedad de la tierra. Esto significa que corren
mayor peligro por el impacto de los fenómenos climáticos, ya que son menos capaces de protegerse frente a ellos
y, en caso de verse afectadas, les será más difícil recuperarse.
Niños y niñas
Niños, niñas y jóvenes ya están sufriendo debido a su metabolismo, fisiología y necesidades de desarrollo
específicos. Esto significa, por ejemplo, que es probable que el desplazamiento forzado que experimentan las
comunidades y que repercute en toda una serie de derechos —desde el derecho al agua, el saneamiento y la
alimentación hasta el derecho a una vivienda adecuada, la salud, la educación y el desarrollo— tenga efectos
particularmente dañinos en los niños.
¿Qué es la justicia climática?
Justicia climática es una expresión empleada por las organizaciones de la sociedad civil y los movimientos sociales
para poner de relieve las implicaciones de la crisis climática para la justicia y la necesidad de diseñar respuestas de
política justas.
Los enfoques basados en la justicia climática se centran en las causas originarias de la crisis climática y en cómo el
cambio climático genera y aumenta las desigualdades entre los países y dentro de cada país. Sus demandas se
basan en el imperativo de abordar tales desequilibrios e injusticias, comenzando por centrar la acción por el clima
en las perspectivas, conocimientos y necesidades de los grupos y comunidades más afectados por la crisis
climática.
La justicia de género, racial, de clase, étnica, intergeneracional y relativa a la discapacidad es fundamental para
conseguir realmente justicia climática.
¿Quiénes tienen la responsabilidad de detener y luchar contra el cambio climático?
El cambio climático afecta a todas las personas y, por tanto, todas y todos tenemos la obligación de actuar y luchar
contra el mismo para minimizar, frenar y detener los efectos y los impactos del cambio climático. Sin embargo, la
responsabilidad no recae sobre todos por igual, algunos de los principales actores que deben actuar son:
La acción de los Estados en la lucha contra el cambio climático
Los Estados tienen la obligación de mitigar los efectos nocivos del cambio climático tomando las medidas más
ambiciosas posibles para evitar o reducir la emisión de gases de efecto invernadero en el plazo más breve posible.
Aunque los Estados más ricos deben abrir camino tanto en el ámbito nacional como mediante la cooperación
internacional, todos los países deben tomar todas las medidas razonables para reducir las emisiones hasta el
máximo de sus capacidades.
Los Estados deben adoptar también todas las medidas necesarias para ayudar a quienes están dentro de su
jurisdicción a adaptarse a los efectos previsibles e inevitables del cambio climático, para que se hagan sentir lo
menos posible en sus derechos humanos. Deben hacerlo sean o no responsables de dichos efectos, ya que tienen
la obligación de proteger a las personas de perjuicios causados por terceros.
“La falta de medidas de los gobiernos para abordar el cambio climático podría ser la mayor violación de derechos
humanos intergeneracional de la Historia”
El cambio climático está relacionado con los derechos humanos
Los Estados deben tomar medidas para atajar el cambio climático con la mayor celeridad y humanidad posibles.
En sus esfuerzos para abordar el cambio climático, no deben recurrir a medidas que violen los derechos humanos
ni directa ni indirectamente. Por ejemplo, no se deben crear zonas de conservación ni llevar a cabo proyectos de
energía renovable en las tierras de pueblos indígenas sin consultarles y obtener su consentimiento previo.
En todas las medidas, los Estados deben respetar el derecho a la información, así como la participación de todas
las personas afectadas y su derecho a acceder a recursos efectivos por abusos contra los derechos humanos.No
obstante, los compromisos actuales formulados por los gobiernos para mitigar el cambio climático son
absolutamente insuficientes, ya que tendrían como resultado un catastrófico aumento de 3°C en la temperatura
media mundial sobre el nivel preindustrial antes de 2100. En Francia, Países Bajos y Suiza, entre otros países, la
ciudadanía está demandando a sus gobiernos por su inacción a la hora de establecer objetivos y medidas de
mitigación del cambio climático suficientes.
Los efectos del cambio climático arruinarán las generaciones actuales y futuras
Las empresas también deben luchar contra el cambio climático
Las empresas también tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos. Para cumplir con ella deben
evaluar los posibles efectos de sus actividades en los derechos humanos y adoptar medidas para evitar las
repercusiones negativas. Deben publicar sus conclusiones y sus medidas de prevención. Deben además tomar
medidas para remediar los abusos contra los derechos humanos que causan o a los que contribuyen, ya sea por sí
mismas o en colaboración con otros actores. Su responsabilidad se extiende a los daños a los derechos humanos
derivados del cambio climático.
Las empresas, especialmente las del sector de los combustibles fósiles que han figurado históricamente entre las
más responsables del cambio climático, también deben adoptar medidas para minimizar las emisiones de gases
de efecto invernadero de forma inmediata —lo que incluye un cambio de negocio a las energías renovables— y
hacer pública la información pertinente sobre sus emisiones y sus medidas de mitigación. Estos esfuerzos se deben
extender a todas sus subsidiarias, filiales y entidades de su cadena de suministro.
Todas las personas podemos poner de nuestra parte para detener el cambio climático y los impactos que el cambio
climático está provocando, ya que indirectamente tiene efectos económicos y sociales, pero ¿por qué ayudar a
detener el cambio climático? Básicamente porque es algo que nos afecta a todas las personas de una forma u otra.
Algunos de los principales motivos para actuar son:
Porque todas las personas merecemos la misma protección.
Los seres humanos nacemos con unos derechos humanos fundamentales que, sin embargo, se encuentran
gravemente amenazados por el cambio climático. Si bien el cambio climático pone en peligro la vida de todas las
personas de un modo u otro, es más probable que quienes sufran sus peores efectos sean las personas
discriminadas. Todas las personas merecemos protección frente a esta amenaza universal.
Porque con actuar no perdemos nada y podemos ganarlo todo.
Luchar contra el cambio climático nos da la oportunidad de poner por delante el bienestar de las personas al
garantizar el derecho a un medio ambiente saludable. A su vez esto nos permitirá mejorar los derechos humanos,
por ejemplo, al posibilitar el acceso de más personas a recursos energéticos más limpios y baratos y crear
oportunidades de empleo en sectores nuevos.
Porque poseemos el conocimiento, el poder y la capacidad para detener el cambio climático.
Son muchas las personas que están tratando de idear soluciones creativas, inspiradoras e innovadoras para
abordar el cambio climático. Desde particulares hasta empresas o ciudades, en todo el mundo hay gente dedicada
a elaborar políticas, campañas y soluciones que protejan a las personas y el planeta. Los pueblos indígenas y las
comunidades minoritarias llevan siglos desarrollando formas de vivir sostenibles con el entorno que es su hogar.
Podemos aprender de ellos y, con su consentimiento, aprovechar su pericia a la hora de plantear nuestras propias
iniciativas para encontrar una forma distinta de interactuar con nuestro planeta.
“Los pueblos indígenas y las comunidades minoritarias llevan siglos desarrollando formas de vivir sostenibles”
¿Por qué es importante la transición energética?
Es fundamental una transición rápida de un sistema energético basado en combustibles fósiles a otro basado en
energías renovables para poder reducir globalmente las emisiones de gases de efecto invernadero en un 43% antes
de 2030 y alcanzar las cero emisiones antes de 2050.
Es fundamental que los gobiernos de hoy impulsen con urgencia la transición a fuentes de energía renovables y
tecnologías verdes acreditadas, y que lo hagan con soluciones genuinas que no sacrifiquen el planeta ni a las
personas. No deben convertirlo en problema de las generaciones venideras. Los gobiernos deben exigir a las
empresas que respeten los derechos humanos durante la transición energética.
Años de prácticas industriales mal reguladas han llevado a que el aspecto negativo del auge de las baterías haya
hecho sentir sus efectos en comunidades de zonas ricas en minerales, como las del “Triángulo del Litio” de
Argentina, Chile y Bolivia y la región de la minería del cobalto de la República Democrática del Congo.
¿Qué está haciendo Amnistía para abordar el cambio climático?
Dada la urgencia de la crisis climática, nuestra función es contribuir a movilizar a la comunidad de derechos
humanos, mostrando cómo el cambio climático afecta a los derechos de las personas y poniendo de relieve cómo
la gente se moviliza para responder a la realidad y la amenaza del cambio climático.
Amnistía trabaja con diversos grupos en países clave para aumentar la presión sobre los gobiernos y las empresas
que obstaculizan los avances. Amnistía apoya también a la juventud, los pueblos indígenas, los sindicatos y las
comunidades afectadas. Exige una transición rápida y justa a una economía sin emisiones de carbono que no deje
atrás a nadie.
Amnistía Internacional en la lucha contra el cambio climático
Discurso de Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional, en la huelga contra el cambio climático,
Londres, 15 de marzo de 2019.
Amnistía insta a los gobiernos a:
• Hacer todo lo posible para ayudar a impedir que la temperatura global aumente más de 1,5 °C.
• Reducir colectivamente sus emisiones de gases de efecto invernadero para alcanzar las cero emisiones de
carbono antes de 2050. Los países ricos deben hacerlo más rápido. En 2030, las emisiones globales
deberán haberse reducido a la mitad respecto a los niveles de 2010.
• Dejar de utilizar combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) tan pronto como sea posible.
• Asegurarse de que las medidas respecto al clima se toman de un modo que no vulnere derechos humanos
y que reduzca la desigualdad en lugar de incrementarla.
• Asegurarse de que todas las personas, especialmente las afectadas por el cambio climático o la transición
a una economía sin combustibles fósiles, son adecuadamente informadas de lo que sucede y pueden
participar en las decisiones sobre su futuro.
• Cooperar para distribuir de forma justa la carga del cambio climático: los países más ricos deben prestar
apoyo económico y técnico a las poblaciones de los países en desarrollo para que tengan acceso a las
energías renovables y puedan adaptarse al cambio climático. Deben proporcionar asimismo una
reparación, que incluya indemnización, a las personas que han sufrido y seguirán sufriendo pérdidas y
daños ocasionados por la crisis climática.
• Proteger los derechos de las personas desplazadas o en peligro de desplazamiento por el cambio climático.
“Si bien el cambio climático pone en peligro la vida de todas las personas de un modo u otro, es más probable
que quienes sufran sus peores efectos sean las personas discriminadas.”