Sopa de Letras

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R F S X H X W Y O P A L Ñ I D H E P

I L C T D F V I M S A J A B D A S D

O A F S U A M A O G C L M U L I X O

P O Y E L O S X M N Q I O G P J B A

S F G S E A R H K U Q X U T R L O A

R O S F T I U P I B E N T M B A C I

D Y A W R Y U M A P M L Ñ D A V L R

B O D G X Z I B C O N E G I X O V E

C O M B U S T I O N V T O U E I H T

A X G U T J I T P U N P L R Q S X A

V A R A Z K A B G X Q C I E N I O M

O T S I G O L F L E D A I R O E T A

X C B Y U Z X T A Q O L O Z P R U S

T U R A E N D O M I N O X Q C I P Z

Contesta la siguiente Sopa de letras de acuerdo a los conocimientos y


contenidos adquiridos del tema Primera revolución de la química.

1.-TEORÍA DEL FLOGISTO


2.-CAL
3.- LAVOISIER
4.- FUEGO
5.-ALQUIMISTAS
6.-MATERIA
7.-OXÍGENO
8.- COMBUSTIÓN
9.-AIRE
10.- MASA

Posteriormente realiza un CUENTO en tu cuaderno de acuerdo a las


palabras que están en la sopa de letras.
Lectura Cambios científicos
Durante varios siglos las ideas que prevalecieron en la ciencia y en otras
disciplinas fueron las que postularon los antiguos griegos. Esos postularon
permanecieron inamovibles hasta que los antiguos científicos, como Galileo los
cuestionaron y los pusieron a prueba.
Respecto a la combustión y el fuego, los antiguos griegos pensaban que todo lo
que puede arder contenía dentro de su naturaleza el “elemento fuego” el cual se
liberaba bajo ciertas condiciones. Los alquimistas creían, al igual que los griegos,
que el fuego era uno de los 4 elementos (tierra, agua, aire y fuego) y que los
combustibles ardían por el llamado principio de azufre.
A partir de 1650 el interés por la combustión se enfocó en encontrarle nuevas
aplicaciones al fuego y en emplearlo como fuente de energía en la máquina de
vapor.
Durante el siglo XVIII J.J Becher (1635-1682) postulo la teoría del flogisto,
la cual afirmaba que todos los materiales que ardían al juego
contenían flogisto, una sustancia que se liberaba durante la
combustión. Una vez que esa “sustancia” terminaba de
arder, los materiales adquirían su forma verdadera y se
convertían en cal. (cal: en el siglo XVIII se llamaba cal al
producto de la combustión de un metal o de un mineral)
En 1702 George Ernest Stahl (1660-1734) médico alemán, amplio
la teoría del flogisto al suponer que los materiales combustibles
podían tener más o menos flogisto. El afirmaba que cuento más
flogisto tuviese un cuerpo mejor combustible era este. Los
procesos de combustión suponían que el flogisto se perdía en el
aire y como lo que quedaba después de la combustión no era
flogisto, no podía seguir ardiendo. En esta teoría, el aire era
indispensable para la combustión pero como auxiliar mecánico.
Esto es, el aire por medio de un movimiento rápido choca con el
flogisto y se libera disipándose en estado de fuego. El aire contribuye así a la
combustión, pero sin participar directamente con ella.
Esta teoría domino el pensamiento químico por casi un siglo. Sin embargo, el
conocimiento científico no es definitivo, puesto que cambia cuando
se tienen nuevas evidencias o mejores explicaciones. La
combustión, que es una reacción química de la que se desprende
calor, es un claro ejemplo de lo que ocurre cuando los postulados
científicos son puestos a prueba.
Se dice que Carl Wilhelm Scheel (1742-1786) fue el primero en
obtener el oxígeno en 1771, pero no público su trabajo; como sabes,
en la investigación es muy importante la combustión, porque quien
avala los conocimientos relacionados con cada ciencia es
precisamente la comunidad científica.
En 1772 Joseph Priestley (1733-1804) obtuvo un gas (oxígeno) que
era poco soluble en agua y que tenía la característica de ser más
“respirable” que el aire ordinado. Priestley estaba convencido de la
teoría del flogisto, por lo que su explicación era que su “aire” tenía
menos flogisto que el común o que no lo tenía, de ahí que lo llamara
aire desflogisticado.
En el siglo XVIII las relaciones de calcinación de los
materiales se interpretaba con base en esta teoría: el
metal se calentaba, perdía flogisto y se transformaba en
cal.

Los alquimistas del siglo XVIII no prestaban atención al


aspecto cuantitativo de su ciencia. Mezclaban sustancias,
observaban y describían sus polvos y sus gases, pero no
los medían. No les preocupaba que esas sustancias
ganasen o perdiesen peso de forma sorprendente durante
sus transformaciones. Para los primeros químicos, eso
parecía tener escasa importancia.
Pero luego apareció un hombre que declaró que la
medición era lo más importante, que debería constituir la
base de todos los experimentos químicos. Este hombre es
considerado ahora el <<padre de la química>>. Fue Antoine Laurent Lavoisier, de
Francia (1743-1794).

La teoría de la combustión que por esa fechas estaba en vigor era la


denominada Teoría del Flogisto. Ésta consistía en lo
siguiente: Cuando una sustancia ardía, el flogisto (voz griega
que significaba <<inflamable>>) la abandonaba y escapaba al
aire. La ceniza que quedaba ya no podía arder más porque
estaba por completo liberada de flogisto. Pero existía una
paradoja en esta teoría, el resultado era un metal oxidado más
pesado que el original. ¿Cómo podía el metal perder algo
(flogisto) y acabar siendo más pesado?. Para la mayoría de
los químicos del siglo XVIII, este tema no les preocupaba.
Algunos sugirieron que tal vez el flogisto poseía un <<peso
negativo>>, por lo que una sustancia perdía peso cuando se le añadía flogisto y
ganaba peso cuando el flogisto la abandonaba.

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