5 Miros
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ISSN 2675-2719
Miroslava Cruz-Aldrete
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México
https://orcid.org/0000-0001-8110-4300
[email protected]
Abstract: The use of a name/nickname/SIGN within the deaf community plays an important role,
since it is a sign that identifies not only the deaf members of the same community, but also the
listeners who are related to it. This sign is given by one of the members of the deaf community
and implies both acceptance and identity within it. The creation of a personal sign in Mexican Sign
Language responds to different ways of forming the name/nickname/sign that vary for each person.
This research presents, first, the relevance of the proper name as a social element. Subsequently,
the background on the study of personal signs in other sign languages. Finally, based on interviews
with members of the deaf community, the three processes found for the formation of personal signs
in Mexican Sign Language are shown: the assignment of signs by outstanding physical or
behavioral traits; signs that have been inherited or that they share articulatory features in the
family; and personal password change.
Key words: Mexican sign language, name, deaf culture, deaf community
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Hoy en día es poco probable que, en alguna entrevista, al recabar los datos personales se
emplee la expresión: nombre de pila. Quizá para muchos, esta fórmula social sea parte de un
repertorio en desuso, apenas si escuchado en viejas películas de la década de los cuarenta del siglo
pasado, en donde, por ejemplo, las personas que acudían al ministerio público, tras la barandilla
se les hiciera esta pregunta para conocer sus datos personales. Si bien, desde la segunda mitad del
siglo XIX, en México, gracias a las Leyes de Reforma, el estado toma como una de sus funciones
el registro del nacimiento, defunción, y matrimonio de sus ciudadanos, con lo cual rompe el
legalmente con la Iglesia Católica, instancia que había tenido hasta ese momento bajo su poder el
población tenía el sacramento del bautismo, quizá más importante que el contar con un acta de
nacimiento.
le otorga el mismo valor al acto de ser bautizados, no obstante, esta fórmula ‘nombre de pila’
arraigada en este sacramento, es un reflejo de cómo se construyen los significados a partir de las
comunicativas orientadas al entendimiento del sistema cultural de un grupo social determinado (de
Existe un conocimiento compartido por el cual sabemos que en la pila bautismal se otorga
forma parte su familia y su grupo social cercano. Pertenecer a un colectivo, a partir de haber sido
identificado y singularizado con un nombre personal, gracias a un ritual específico, es una práctica
que comparten muchas culturas. Estos nombres responden a diversos elementos socio históricos,
y a las reglas que subyacen en la organización de las lenguas. Y, de acuerdo, con López Franco
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(2014), en la norma, en la competencia onomástica del hablante, que incluye información dialectal
al situarse entre la lengua y habla. Para esta investigadora dicha información se vincula con
diversos elementos, los factores sociolingüísticos, y pragmáticos, así como con los imaginarios
etnosocioculturales, los cuales permiten “además de situar a los nombres de pila y a los demás
nombres propios en el tiempo y en el espacio, el empleo del sentido figurado y por tanto la
ligada a ciertos nombres culturalmente relevantes” (LÓPEZ FRANCO:77). En este sentido, nos
parece interesante observar y discutir las prácticas de la asignación de un nombre propio personal
de pila? para conocer el nombre del otro, y la práctica cultural ⎯que es propia de los miembros
de la comunidad sorda⎯ cuando entran en contacto dos personas que emplean la LS. Al respecto,
observamos que se establece una secuencia de actos comunicativos en donde primero se pregunta
utilizando las letras del alfabeto manual. Y, la siguiente pregunta será ¿cuál es tu seña? Esta seña
puede estar relacionada con alguna letra del alfabeto que representa la inicial del nombre legal. Sin
embargo, como veremos en el desarrollo de este trabajo, existen señas personales que no
que responden en la mayoría de los casos a rasgos físicos o de comportamiento que caracterizan a
un individuo en particular.
Estas señas que hacen referencia a los nombres propios singularizan e identifican a alguien
dentro un grupo de personas con las cuales convive. Nos encontramos frente al hecho que al ser
comunidades pequeñas estos nombres de pila, estas señas personales bastan para reconocer sobre
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quien se hace mención. Pero, además que, al producir cualquier seña personal en una conversación
de la vida cotidiana, se pone en juego un significado denominativo procedural, que de acuerdo con
López Franco (2014), es aquel que actúa para instruir al señante/hablante en la búsqueda del
naturaleza de las lenguas visogestuales. La asignación de esta seña del nombre personal solo puede
ser otorgada por una persona sorda, ya sea hacia su par sordo o a un oyente. Este cariz del acto de
nombrar u otorgar un nombre propio a alguien se expresa de maneras diversas en las culturas
oyentes y sordas. La expresión del nombre personal se encuentra relacionado con aspectos
socioculturales de distinta índole, como se ilustra de manera ejemplar en el cuento “La tona” del
libro “El Diosero” de Fernando Rojas González (1952) quien relata como en una comunidad zoque
En esta historia vemos como Simón y Crisanta dos indígenas zoques, requieren de la ayuda
de una partera de la comunidad y de un médico ante la dificultad que experimenta Crisanta para
dar a luz a su primer hijo. Después del nacimiento, Simón debe esparcir cenizas alrededor de su
jacal para aguardar la llegada de la tona. ¿Qué o quién es la tona? se trata del primer animal que
acude a saludar al recién nacido, el cual será reconocido a través de las huellas que se muestren en
la ceniza. La tona acompañará y cuidará a este nuevo ser hasta su muerte, por tanto, dada su
Tal vez, uno esperaría que fuera un ave o un felino quien diera su nombre al niño recién
nacido, pero, en la historia que nos relata Rojas González, no ocurre tal cosa. La tona se presenta
a través de las huellas de la bicicleta del doctor que apoyó el parto de Crisanta, por lo que el
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pequeño es nombrado “Damián Bicicleta” o “Damián Becicleta”, como lo pronuncia el padre del
niño.
Más allá de la travesía para este nacimiento, el cuento muestra la forma en que se nombra
al recién nacido: si bien la tona debió ser un animal que pisara la ceniza, fue la bicicleta lo que
dejó marca, por lo que es esta de la que se toma el nombre y que se torna “protector” del recién
nacido. Quizá “bicicleta”/”becicleta” nos podría parecer desde nuestra mirada occidental que no
es un nombre adecuado para un ser humano, no obstante, para los miembros de la cultura zoque,
la tradición marca que puesto que fue esta la que dejó marca en la ceniza, será la que dé nombre
al niño.
nombre tradicional (como Damián, el otro nombre del infante), ni de un nombre animal (como
pudo haber sido mapache, jaguar o gato), sino de un objeto al cual, respondiendo a los usos o
costumbres, a la cultura de esa comunidad, se le ha atribuido ser el protector del niño y, por lo
tanto, no genera ningún conflicto en que forme parte de su nombre de pila. Coincidimos con López
Franco (2014) en el valor del estudio de los sistemas onomásticos vivos de las comunidades
materna. Siguiendo esta línea de argumentación, uno de los objetivos de este trabajo es abonar en
el estudio de las características que ofrecen los nombres propios de otras lenguas no dominantes,
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físicos, de conducta (maneras); 2) el linaje de algunas familias sordas que propicia que sus
miembros hereden su SEÑA o compartan rasgos articulatorios que los identifique como una
familia; y 3) la modificación de la seña personal con el paso del tiempo, debido a una estructura
jerárquica dentro de la comunidad, es decir, que la persona tenga la misma seña por un miembro
que tiene mayor tiempo dentro de ese colectivo, o porque puede causar confusiones en su
significado.
Antecedentes
Entre los estudios sobre la SEÑA personal datan de la década de los setenta del siglo pasado
(MEADOW, 1977). Como marca cultural de las personas sordas usuarias de una lengua de señas,
ha sido de interés para los investigadores de estas comunidades al abordar su análisis desde una
respecto, cabe mencionar que existen pocas investigaciones sobre la estructura de las señas de los
nombres personales, entre ellos encontramos los estudios pioneros de Supalla (1990) quien discute
Hedberg (1994) de un corpus de más de 3000 señas personales de la Lengua de Señas Sueca (SSL).
De acuerdo con este autor es posible definir seis clases de nombres propios a partir de los siguientes
elementos: rasgos físicos, maneras, semejanza, grupo sociales, inicializadas, influenciadas por el
Algunas de las clases discutidas por Hedberg (rasgos físicos y maneras) también son
observadas en el estudio de Topraksoy (2015) sobre el sistema de las señas de los nombres
personales en la lengua de señas turca (Turkish Sign Language TID). Y, de igual manera,
resultados semejantes con respecto al papel de los rasgos físicos sobresalientes y formas de
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señas, los podemos encontrar en el estudio de Barros (2018), en su análisis de los nombres propios
en LIBRAS. Cabe mencionar que dicho trabajo ha sido un referente para otras investigaciones en
al. (2020) y Rech y Ferreira (2020), quienes se han dedicado a la tarea de encontrar cuáles son los
rasgos más sobresalientes (signos motivados) que se consideran en el acto de asignar una seña
personal a una persona sorda u oyente. Y, cómo esto a su vez refleja las reglas que subyacen en la
análisis morfológico que realiza Cruz-Aldrete (2008) y Cruz Aldrete & Smith-Stark (2011) sobre
el proceso de inicialización en la formación de los nombres propios; esta clase de señas personales
Ahora bien, como se puede observar el estudio de las señas personales ha cobrado
relevancia por varias razones, por un lado, porque nos permite aproximarnos a la morfología de
las señas, y con ello abonar en el trabajo de documentación de las LS, lo cual a su vez da
continuidad a la investigación de este signo lingüístico (seña personal), con miras a realizar un
misma familia de LS. O, establecer otros diálogos sobre su estudio a la luz de nuevas propuestas
que coadyuva en el estudio de la cultura sorda, así como en la historia de estas comunidades, al
tomar como punto de partida el origen de los nombres, pues estas señas se vinculan con la
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experiencia educativa (escuela de sordos, modelos oralistas), así como con los lazos filiales y
Nos parece importante señalar que la mayoría de las personas sordas al provenir de hogares
oyentes la adquisición de su nombre propio será al conocer a sus pares ya sea en las escuelas o en
las asociaciones. No es cosa menor, puesto que de manera histórica los sordos habían sido
invisibilizados, y solo conocidos bajo la etiqueta de sordo o sordomudo. El tener un nombre propio,
con el cual además la persona se identifica, sin duda le otorga un sentido de dignidad e identidad
a quien lo posee (BÉZAGU-DELUY 1993; CRUZ CRUZ Y CRUZ ALDRETE, 2013). Entender
los mecanismos que subyacen en la formación de las señas personales implica no solo un análisis
lingüístico, sino además ver los aspectos sociales, históricos y culturales de la comunidad sorda.
Sin duda esto también nos conduce a la necesidad de entender cómo el conocimiento sociocultural,
el conocimiento lingüístico y la socialización entre las personas sordas impactan entre sí, como
Método
provenientes de dos comunidades sordas, una del estado de Morelos y otra de la Ciudad de
México (v. Tabla 1). Es un estudio cualitativo de corte etnográfico, en el cual se realizaron
entrevistas semiestructuradas para la obtención del corpus de SEÑAS y con el fin de indagar
datos sobre si conocían el origen de su seña, si habían tenido otra seña personal, y cuál fue el
motivo del cambio. Todas las entrevistas fueron videograbadas con un consentimiento
informado. La recolección del corpus se llevó a cabo durante el mes de octubre del 2021.
1
CODA responde al acrónimo del inglés Child of Deaf Adults. En México se ha propuesto el uso del término HOPS
Hijos oyentes de Padres Sordos, sin embargo, para fines de este trabajo hemos decidido emplear la convención de la
palabra CODA.
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Con respecto al corpus obtenido cabe mencionar que si bien fueron 17 los participantes, se
obtuvieron un total de 20 señas personales, debido a que tres de ellos tuvieron que cambiar sus
señas una o más veces. Para la presentación de los datos seguimos el empleo de las convenciones
de transcripción para las lenguas de señas, uso de glosas con letras mayúsculas para distinguir que
Tabla 1.
Datos de los participantes. 4 CODA y 13 sordos: 5 eran de familia sorda y 8 de familia oyente.
ADRIANA X X
ANA X X
DORIAN X X
ERNESTO X X
GABRIELA X X
GRACIELA RUBÍ X X
JAZMIN X X
JESÚS X X
JOHANA X X
JONATHAN X X
JOSÉ ANTONIO X X
MARTÍN X X
MOISÉS X X
MÓNICA X X
SHAMILA X X
SHANYA X X
SHARENY X X
Resultados
contenido en tres apartados: 1) procesos de formación de las señas personales (rasgos físicos
No es extraño que las LS al coexistir con lenguas dominantes, por ejemplo, en nuestro caso
el español, se encuentren señas que hagan referencia a cada una de las letras del alfabeto empleadas
para escribir esta lengua. Al respecto, cabe mencionar que el alfabeto manual tiene dos funciones
principales: la primera está muy relacionada con el español escrito y consiste en el deletreo de
Existe un constante contacto entre los usuarios de la LS y las personas oyentes, el contacto
entre lenguas es evidente, no solo por cuestiones educativas (modelos oralistas o modelos
bilingües), sino además por el hecho que la gran mayoría de personas sordas nace en hogares
oyentes. De ahí que no es de extrañar que en las señas de algunos nombres propios
tradicionalmente se emplee una configuración manual que hace referencia a una seña de las letras
que componen el alfabeto manual (en relación con la forma escrita del nombre legal). No obstante,
habría que destacar que estas señas sufren modificaciones en su realización. Es decir, se cambian
fin de indicar o aludir a un rasgo sobresaliente de la persona que posee ese nombre. Véase el
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Como se puede observar, la seña del nombre propio José Antonio se compone de dos
segmentos, el primero se realiza con la configuración manual correspondiente a la letra del alfabeto
manual ‘j’, la cual se articula sin el movimiento en forma de arco, dibujando la forma de esta
grafía. En cambio, se realiza un movimiento lineal sobre la ceja ipsilateral (Fig.1a). El siguiente
solo el cambio del parámetro de ubicación. Se mantienen todos sus rasgos articulatorios, aunque
se articula próximo a la sien ipsilateral, y no a nivel del esternón, que corresponde al lugar en que
se anclan los articuladores activos al producir las señas del alfabeto manual (Fig.1b)
nombres propios. Cada persona tiene una seña personal, “su nombre” en la LSM en el cual la
conformación de la mano corresponde a la primera letra del nombre legal de la persona en español
más otros rasgos que con frecuencia aluden a alguna característica personal sobresaliente.
Enfatizamos este hecho, aunque no siempre se cumple, pues dos de nuestras colaboradoras sordas
al indagar sobre el origen de su nombre revelan que si bien su nombre fue otorgado por una maestra
sorda en la escuela a la cual asistió, este solo cumple con el uso de la seña de la letra “M”, la inicial
de Mónica, su nombre legal, pero desconoce las razones por las cuales se realiza de la manera
siguiente, la mano presenta una configuración manual correspondiente a la letra “M”, la cual
colocada de manera diagonal sobre el pecho, con el dedo índice en contacto con el cuerpo.
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Esta conciencia de no sentirse identificado con tu seña personal provoca que con el tiempo
se cambie, como ocurrió con Adriana, cuya primera seña, ADRIANA, se realizó con la
configuración manual letra “A”; el pulgar hace contacto en el pómulo ipsilateral, y después hace
un contacto breve a mitad de la mejilla. Esta seña también fue otorgada por una profesora sorda
La gran mayoría de los sordos es en la escuela donde por primera vez conocerán a sus pares
sordos, y también será en este espacio donde conozcan algunos aspectos de la comunidad sorda,
sus patrones culturales, entre ellos la asignación del nombre. Investigadores como Hedberg (1994),
Humphries (2013), han relatado este acto de ingreso a la escuela de sordos, una iniciación que
parte de reconocer que llegas a la escuela, sin un nombre, o mejor dicho con el nombre que
pertenece al mundo de los oyentes y que difícilmente lo pronuncias de manera oral o lo puedes
escribir, y es entonces, cuando los alumnos mayores, o los docentes, optan por otorgar, a veces de
manera abrupta, pero necesaria, una seña personal con la cual esa persona sorda será reconocido
número de señas personales. Del número total de nombres propios encontramos que el 70% son
señas inicializadas. Es decir, las señas que se utilizan como nombres propios de la gente se
articulan con la configuración manual que corresponde a la primera letra de su nombre legal (en
el mundo oyente y alfabetizado), más otros rasgos que con frecuencia hacen referencia a un rasgo
físico o de conducta.
los participantes, que son inicializadas, y el rasgo físico sobresaliente (que responde al punto de
Tabla 2.
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Señas inicializadas. Se indica el punto de articulación de la seña y el rasgo físico que la motiva.
NOMBRE PUNTO DE ARTICULACIÓN MOTIVACIÓN
#ANA. La secuencia de las letras del alfabeto manual que componen esta seña personal responde
condicionada por las propiedades fisiológicas de la articulación. De este modo, se producen los
cambios de la configuración manual de una manera económica, como se evidencia en este caso
particular del nombre propio Ana. Aunque habría que agregar que el espacio donde se articulan
esta serie de tres configuraciones manuales se realiza próximo a la comisura ipsilateral de la boca.
Para concluir este apartado, encontramos que en el caso de las señas personales SHANYA,
SHARENY y DORIAN, tienen su origen en gestos que cada uno de estos individuos realizaban
de manera frecuente. Así, para el nombre de SHANYA es una seña que realizaba esta persona,
aproximadamente, cuando ésta contaba con poco más de un año de edad. La madre refiere que la
menor hacia una configuración manual 5 (las articulaciones de los dedos y del pulgar se
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encuentran extendidas), de breve duración, lapso en el que hay una transición en el cual la mano
activa adopta una nueva configuración en la cual las articulaciones de los dedos se flexionan, las
yemas tocan la palma de la mano, y solo el pulgar se mantiene en posición extendida; la palma da
de cara al cuerpo del señante y la punta del pulgar indicando hacia arriba; presenta un movimiento
De igual modo, la seña personal que identifica a SHARENY, tiene una configuración
manual 5, con un movimiento local vibrante. La mano se ubica próxima al costado ipsilateral. De
igual manera DORIAN, se realiza con la configuración de la mano en la cual las articulaciones de
los dedos se flexionan, y las articulaciones del pulgar se mantienen extendidas. El lado cubital de
En nuestros datos encontramos que entre los miembros de familias sordas hay quienes
respecto, Hedberg (1994) reportó que en el caso de la SSL las personas sordas suecas podían
heredar el nombre de sus parientes sordos, de la madre, del padre, o incluso de los hermanos.
En nuestro corpus observamos que las dos madres sordas que participaron en nuestro
estudio, asignaron a sus hijos un nombre legal que iniciaba con la misma letra del alfabeto, una de
ellas, Johana, empleó la letra ‘S’, para nombrar a sus tres hijas, ‘SHAMILA’, ‘SHANIA’, y
‘SHARENY’, y la otra, Gabriela usó la letra J para nombrar a sus dos hijos, “JONATHAN’, y
‘JOHANA’. De este grupo de señas personas encontramos que si bien no heredan estrictamente la
seña de la madre o del padre, hay parámetros articulatorios que se mantienen como un vínculo
familiar, las señas personales de JONATHAN y GABRIELA, son señas inicializadas que hacen
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contacto en la barbilla, mientras que las señas de SHAMILA (figuras 2a y 2b) y JOHANA, las dos
se realizan a la altura de los ojos (lado ipsilateral) y hacen un movimiento local, describiendo la
Esta particularidad ha sido descrita por Hedberg (1994), quien encuentra que hay una clase
encuentra en su corpus que hay señas derivadas del nombre de pila dado a una persona o con
relación al apellido. Estas señas suelen mantener un parámetro articulatorio, por ejemplo, la
ubicación o el movimiento. Esta particularidad la podemos apreciar en las señas personales de los
letra M; hace contacto con sien con la yema de los dedos índice, medio y anular, hacen contacto
con la sien, lado ipsilateral; y realizan un movimiento hacia abajo. Esta seña fue dada por una
profesora sorda, a la edad de 2 años, de acuerdo con nuestro colaborador no tomó en cuenta ningún
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aspecto físico u otro elemento que lo identificara con dicha seña. Sin embargo, al compararla con
la seña de su hermano mayor MOISÉS, quien también es sordo, observamos que el movimiento
con el cual se articula es idéntico, esto nos hace suponer que el nombre de Martín se origina de la
seña de personal de Moisés. Y que se mantuvo el parámetro articulatorio del movimiento para
Graciela Rubí, y Adriana. Para el caso de JONATHAN [J], él nos reporta que en un principio su
seña consistía en el empleo de la letra J, la yema del dedo meñique hacia contacto con la barbilla.
En su juventud comenzó a hacerse tatuajes y, después de algunos años de hacerse varios tatuajes
en el antebrazo, su seña ha cambiado. Él personalmente decidió cambiar su seña, por una que no
fuera inicializada sino que tuviera una CM que hiciera alusión a sus tatuajes
La participante Graciela Rubí reporta que su primera seña se realizaba con dos
GRACIELA (fig. 4) la mano tomaba una forma similar a la empleada en la seña GRACIAS (fig.5
y fig.6), probablemente el uso de esta seña debía a la relación de la forma escrita entre Graciela y
gracias. Posteriormente, GRACIELA modificó su seña con la configuración G^R, las iniciales de
ambos nombres, sobre su hoyuelo. Ambas señas son motivadas por el rasgo físico de los hoyuelos,
con los que ella se identifica. Sin embargo, ella misma refiere que la seña anterior (configuración
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R^GRACIAS) era difícil de articular por sus conocidos (principalmente oyentes).2 Esta situación,
así como la búsqueda de identificación con su propia seña personal, propició su cambio.
2
Un hallazgo semejante fue reportado por Gabriele Cristine Rech & Fabiola Sucupira Ferreirra (2020) en su análisis
del nombre del personaje Felix Guatarri, cuyo nombre en portugués Felix, fue asociado con la palabra “feliz”, en
nuestro caso la asociación del nombre Graciela , se relacionó con la palabra del español “gracias”.
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letra A; el pulgar hace contacto con un toque en el pómulo y después da otro toque a mitad de la
mejilla. Dicha seña fue dada arbitrariamente por una profesora sorda a la edad de 6 años
aproximadamente. A la edad de 9 años, ADRIANA decide cambiar su seña, la cual utiliza la misma
configuración que la anterior, pero con la diferencia de que ahora el pulgar hace contacto en la
zona de la sien con un toque debajo de la altura del ojo y, posteriormente, vuelve a hacer contacto
unos centímetros arriba en la misma zona. Esta seña además de ser inicializada responde a un rasgo
Conclusiones
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Como se puede observar los nombres propios conforman, dentro del sistema lingüístico de
la LSM una clase de palabras que involucra una serie de procesos que no se circunscribe al uso del
articulatorios, responden a un vínculo con el sujeto al que alude, mantienen o aportan, en términos
antropónimos (nombres de persona) existentes en la LSM parece ser a simple vista no tan variado
como para individualizar a todos los miembros de la CS y, por tanto, forzosamente existirán
personas que porten el mismo nombre, la práctica nos dice que estos individuos no comparten
ninguna característica física o de personalidad, las comunidades aún son pequeñas, y se conoce a
sus miembros. En caso contrario, se añade información sobre lo que hace, o sobre la familia o
amigos en común.
Es importante hacer hincapié en la importancia del nombre propio como una forma de
presentarse ante el mundo. Es necesario pensar al antropónimo como una caja vacía donde se
colocan las características que hacen del individuo con un nombre determinado una persona única.
Es a partir de las características individuales con lo que se irá llenando para lograr apropiarse del
nombre. Asimismo, en la LSM, las señas individualizan a cada persona, pero, a la vez, las personas
hacen de su seña algo individual que solo puede identificarlas a cada una de ellas, y con ello ser
reconocidas dentro de su comunidad. Si bien, nuestro corpus puede ser reducido, es representativo
para demostrar y replicar los hallazgos que otros investigadores han reportado en otras lenguas de
señas.
respecto a la estructura interna de las palabras/señas de la LSM, al contacto entre lenguas (español
y LSM). De igual manera, abre una nueva línea de investigación que se vincula con el
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conocimiento del mundo de los miembros la comunidad sorda, pues una primera exploración sobre
las SEÑAS de los personajes del mundo artístico, político, deportivo y cultural nos conduce a la
discusión sobre los rasgos de iconicidad, composición, y el uso de la metáfora, para la formación
de las señas personales que identifican a los hombres y mujeres que forman parte de estos espacios.
Por último, resaltar que la percepción, formación y categorización de las señas personales
está basada en una información visual, en la construcción social y cultural de las personas sordas,
Recebido 17/03/2022
Aceito em 04/05/2022
Publicado em ahead of print 04/05/2022
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