Tema 3. DA

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Dificultades de Aprendizaje.

TEMA 3

FUNCIONES EJECUTIVAS

Qué son las funciones ejecutivas.

Las funciones ejecutivas (FE) son actividades mentales complejas, necesarias para planificar,
organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el comportamiento necesario para adaptarse
eficazmente al entorno y para alcanzar metas
(Bauermeister, 2008).

Las funciones ejecutivas se pueden definir como el conjunto de capacidades cognitivas


necesarias para controlar y autorregular la propia conducta. Es decir, las funciones ejecutivas
son lo que nos permite establecer, mantener, supervisar, corregir y alcanzar un plan de acción
dirigido a una meta. Este conjunto de funciones es de gran importancia, pues lo usamos a diario.

Este conjunto de capacidades cognitivas se


encuentran relativamente delimitadas en las
estructuras prefrontales del cerebro. Las áreas
cerebrales más relacionadas con las funciones
ejecutivas son la corteza prefrontal dorsolateral, la
corteza prefrontal ventromedial, la corteza
prefrontal orbitofrontal y la corteza cingulada
anterior. Podemos obtener una estimación de la
integridad funcional de estas estructuras a través de
tests de funciones ejecutivas.

Además las funciones ejecutivas se pueden entrenar. La ciencia ha mostrado que la experiencia
y el aprendizaje modifican y facilitan la aparición de nuevas conexiones neuronales –lo que se
denomina sinapsis- en nuestro cerebro (Weiller y Rijntjes, 1999), mejorando así nuestro
desempeño cotidiano.

Así, las funciones ejecutivas son fundamentales en nuestra vida cotidiana. Ejemplos de FE en la
vida diaria:

• Las funciones ejecutivas están implicadas prácticamente en cualquier trabajo. En cualquier


actividad laboral que requiera organización, planificación, resolver problemas, tomar
decisiones o manipular datos, se hará uso de las funciones ejecutivas. Por tanto, se emplean
tanto para cocinar una hamburguesa, como para planificar una cirugía a corazón abierto.
• Las funciones ejecutivas también tienen un papel nuclear en los estudios. Son las que nos
permiten controlar la atención para estar concentrados durante una clase, o las que hacen
posible que nos organicemos para estudiar un examen.
• Cuando preparamos una ruta para un viaje en coche, cuando tenemos que tomar una
decisión rápida ante un imprevisto, o cesar un adelantamiento si la situación no es propicia,
hacemos uso de las funciones ejecutivas.

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• En nuestro día a día también empleamos las funciones ejecutivas. Son esenciales para
organizar los recados que debemos hacer en una tarde, para adaptarnos a los cambios de
circunstancias (como cuando han cerrado la línea de metro que ibas a tomar), permitiendo
generar alternativas de manera eficiente, etc.

Elementos de las Funciones ejecutivas

1. Activación.

Los estudios realizados en el cerebro, muestran que respecto a la activación cerebral, se


encuentran diferencias entre personas y nivel de actividad, en cada momento. También se ha
visto que la activación cerebral de las redes neuronales consume energía, de hecho nuestro
cerebro necesita el 20% de toda la energía total que consumimos.

Aún así, nuestra actividad mental, puede encontrarse en diferentes niveles de activación que
van desde el sueño hasta una alerta máxima, y en cada uno de estos estados el gasto de la
activación será variable.

Para sintetizar, se han encontrado tres niveles de energía mental:

-Energía biológica: Es la energía que poseen los seres vivos y la utilizan para diferentes
funciones. Una buena alimentación, descanso y ejercicio físico ayudan a que nuestr cerebro
pueda aumentar su energía ante las necesidades del día a día. Cuidar buenos hábitos de
autocuidado físico, ayuda a mejorar el nivel de energía biológica disponible para el organismo.

-Energía psicobiológica: Viene determinada por la energía que consumimos en las actividades
que llevamos a cabo por nuestras motivaciones y deseos. Aquí entran otras FE como son la
atención, motivación, preseverancia…

-Energía personal: Viene determinada por las acciones mentales llevadas a cabo en torno a una
meta propuesta por el mismo individuo. Es el conjunto de energía mental dedicada a las tareas
necesarias para llevar a cabo una serie de actividades encaminadas a un fin.

De este modo estos tres tipos de activación mental son necesarios para que las actividades
derivadas del aprendizaje de la lectura, la escritura y el calculo tengan lugar. Si el alumno no
dispone de energía biológica, su funcionamiento se verá empobrecido.

De ese mismo modo, si no aprende a llevar su energía psicobiológica a la tarea en cuestión, con
trabajos realizados sobre la atención, motivación… esa energía podría verse utilizada en un fin
no relacionado con la actividad descrita.

Y por último si la energía personal, no es empleada de manera estructurada en la consecución


de una serie de pasos para el desarrollo del aprendizaje de estas funciones, tampoco tendrá
lugar. Esta energía personal puede ir orientada simplemente a ser capaz de, sentarse en el
espacio de estudio, coger los materiales necesarios, saber porqué página comenzará, o qué
actividades debe hacer, desconectarse de otros distractores tales como la televisión o el
teléfono, y ya simplemente estar, dispuesto a empezar a estudiar la materia en cuestión.

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2. Gestión de la atención

La atención es un proceso cognitivo que nos permite seleccionar y concentrarnos en estímulos


relevantes. William James (1890) definía la atención como “el proceso por el que la mente toma
posesión, de forma vivida y clara, de uno de los diversos objetos o trenes de pensamiento que
aparecen simultáneamente. Focalización y concentración de la conciencia son su esencia.
Implica la retirada del pensamiento de varias cosas para tratar efectivamente otras” .

La atención es una función cognitiva que permite enfocar de manera activa o pasiva, voluntaria
o involuntaria el interés y la consciencia de un individuo hacia un estímulo o acontecimiento
(interno o externo). Precede a la percepción y a la acción del individuo, operando una selección
entre todos los estímulos perceptivos presentes en un momento concreto. Es decir que opera
“filtrando” las señales sensoriales durante la vigilia (provenientes del exterior e interior del
organismo) y dirigiendo el interés de la persona (de manera selectiva o a través de un ulterior
esfuerzo de concentración) hacia una fuente particular de estimulación.

Dentro de esta función debemos hablar de 5 procesos diferentes:

• Atención sostenida: capacidad de mantener de manera fluida el foco de atención en


una tarea o evento durante un periodo de tiempo prolongado. Este tipo de atención
también se llama vigilancia.

• Atención selectiva: capacidad para dirigir la atención y centrarse en algo sin permitir
que otros estímulos, bien externos o internos, interrumpan la tarea.

• Atención alternante: capacidad de cambiar nuestro foco de atención de una tarea o


norma interna a otra de manera fluida.

• Velocidad de procesamiento: ritmo al que el cerebro realiza una tarea


(evidentemente, varía según la tarea, dependiendo del resto de funciones cognitivas
implicadas en la misma). Se mide a través del tiempo que emplea el sujeto entre que
recibe el estímulo y emite la respuesta.

• Heminegligencia: gran dificultad o incapacidad para dirigir la atención hacia uno de los
lados (normalmente, el izquierdo), tanto en relación al propio cuerpo como al espacio.

¿Para qué sirve la atención?


A lo largo de nuestra vida necesitamos la atención para todo tipo de cosas. Desde niños
aprendemos a centrarnos en unos estímulos ignorando otros de menor importancia. A veces
somos capaces de recordar fácilmente un conversación que hemos tenido pero no somos
capaces de recordar otros aspectos, digamos, secundarios: el lugar, la ropa de nuestro
interlocutor, si hacía frío o calor... Otro ejemplo sería cuando debemos ser capaces de estar
concentrados en algo durante un largo tiempo, incluso aunque sea aburrido, como puede ser
una charla en clase o en el trabajo.

¿Qué son las dificultades de atención?

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Todos tenemos o conocemos a alguien de nuestro entorno que sufre algún tipo de dificultad en
este ámbito, la atención. Este problema se puede apreciar en situaciones cotidianas como: La
explicación de un tema en clase, mientras se mantiene una conversación con otra/s persona/s
o en la realización de diferentes tareas simultáneas. Así pues, el término dificultad hace
referencia a la limitación, discapacidad, o deficiencia que padece una persona al realizar una
acción o grupo de acciones que podrían llevarse a cabo fácilmente en el caso de existir un
funcionamiento normal.

Las características compartidas de las dificultades de atención, podrían englobarse en:

■ Falta de atención, sobreatención, trastorno de concentración. Apenas existe capacidad para


centrarse en un estímulo concreto.

■ Fatigabilidad, incapacidad para mantener la atención. Aparece una fatiga anticipada en tareas
que evalúan el tiempo de reacción y los errores cometidos en actividades repetidas durante
cierto tiempo.

■ Inestabilidad atencional, distrabilidad. La atención no se dirige a ningún estímulo en concreto,


cambiando rápidamente y presentando una incapacidad para mantener la atención a un
estímulo relevante en una situación.

■ Estrechamiento de la atención. La atención se dirige a unos pocos de estímulo.

3. Gestión de la motivación

Generalmente, al hablar de motivación nos referimos a las fuerzas internas o externas que
actúan sobre un individuo para disparar, dirigir o sostener una conducta. En términos técnicos,
muchos autores la definen como “la raíz dinámica del comportamiento”, lo cual quiere decir
que toda forma de conducta nace en algún tipo de motivo.

Dicho en términos más sencillos, la motivación es la energía psíquica que nos empuja a
emprender o sostener una acción o una conducta. Su desaparición acarrea necesariamente el
abandono de lo que se hace. Por eso, es mucho más difícil alcanzar objetivos cuando se carece
de motivación.

La motivación la que nos permite crear hábitos, intentar cosas nuevas, sostener el esfuerzo en
alguna tarea que consideremos gratificante o productiva, e incluso es necesaria para satisfacer
determinadas necesidades fundamentales.

Según las diferentes teorías o criterios existirían diferentes tipos de motivaciones. Actualmente
hablaremos sobre los dos tipos que surgen a raíz del origen de los beneficios.

• Motivación intrínseca: ésta se refiere a aquellas motivaciones que provienen de una


consecuencia interna. Es decir, ésta hace referencia a la determinación que nace de un
deseo propio. Algunos ejemplos son: aprender o adquirir conocimiento, alcanzar
bienestar personal, etc.
Este tipo de motivación personal está muy relacionada con nuestro crecimiento
personal y nuestra autorealización. En este caso, sentimos placer y satisfacción en el
proceso de estar realizando aquella actividad y no únicamente cuando ésta termina.

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• Motivación extrínseca: la motivación extrínseca hace referencia a la determinación que


se produce por unas consecuencias externas. Así, las consecuencias que se producen en
el entorno son las que generan la determinación por la tarea. El dinero a fin de mes, el
reconocimiento social, etc., son ejemplos de este tipo de motivación. Vale la pena
aclarar que cuando tenemos este tipo de motivación, no necesariamente sentimos
satisfacción al hacer todo aquello que debamos hacer para lograr el objetivo que
tenemos planteado; es únicamente la recompensa que recibimos al cumplir con la meta
lo que nos motiva.

Por lo explicado hasta el momento, si partimos de entender que la motivación es un deseo


interno que nos lleva a actuar y dirige nuestra conducta. ¿qué sucede si debo estudiar pero
no me gusta? No es un problema con fácil solución. Aún así en psicología sabemos que
transformar una motivación externa en una interna, conlleva que generemos cambios en
algunos de los tres elementos que conforman la motivación:

-Deseos: Existen en nosotros tres grandes movilizadores, pasarlo bien, mantener


relaciones sociales que nos hagan sentir querido y valorado y sentir que soy capaz de
progresar.

-Incentivos: Nos motivan más los objetivos que son atractivos, cuando no lo son sólo
podemos tratar de buscaren ellos aspectos positivos que nos llamen.

-Los factores que facilitan la decisión: Se trata de elementos que nos animan a actuar:
Aumentan nuestra competencia en una tarea, cambiar creencias sobre qué expectativas
puedo tener. Los pequeños de infantil suelen tener más activo el deseo de aprender de
manera interna. El reto de los docentes es conseguir que los niños disfruten aprendiendo,
escuchen, hagan preguntas por su propia curiosidad…

4. El control de impulso- inhibición.

La inhibición o control inhibitorio podría definirse como la capacidad del ser humano
para inhibir o controlar las respuestas impulsivas (o automáticas), y generar respuestas
mediadas por la atención y el razonamiento.

Así, es la capacidad que nos permite inhibir o controlar de forma deliberada conductas,
respuestas o pensamientos automáticos cuando la situación lo requiere. Así pues, a los niños a
los que les cuesta inhibir los impulsos responden sin reflexionar, buscan recompensas
inmediatas o tienen dificultades para proponerse objetivos a largo plazo, por ejemplo. En la
práctica, será más fácil para el alumno comprometerse en una tarea o finalizarla si entiende las
opciones que tiene antes de decidirse a actuar, reconoce cómo le afecta esa acción o puede
visualizar la opción correcta para esa tarea (Moraine, 2014).
Un buen control inhibitorio del niño aparece cuando es capaz de mantener la atención en la
tarea que está realizando sin distraerse (atención ejecutiva), tal como ocurre cuando participa
en una canción grupal, interviene en una obra de teatro, realiza una construcción de bloques o
intenta andar sin que se le caiga el huevo que sostiene con una cuchara en la boca. Ejemplos
claros de la importancia del juego, de las artes y del movimiento a través de actividades
tradicionales que facilitan el desarrollo de las funciones ejecutivas del niño. Y en cuanto al
componente conductual de la inhibición (autocontrol), qué importante es que el niño disponga
del tiempo necesario para reflexionar.

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Así, las dificultades en el control de impulsos conllevan problemas de adaptación social que van
desde la presencia de conductas inapropiadas, reacciones automáticas de ira y rabia ante
pequeñas frustraciones, dificultades en los tiempos de espera, hasta accidentes por una
inadecuada consideración de los riesgos. La falta de control inhibitorio se relaciona
con problemas escolares y de adaptación social y con un mayor riesgo de consumir sustancias
ilegales, cometer delitos, problemas de juego patológico, comer en exceso o problemas de
control del dinero.

En el caso de las dificultades de aprendizaje, en control inhibitorio, junto con la atención, serán
claves fundamentales del tratamiento y la intervención en los estudiantes.

5. Elección de metas y proyectos

La inteligencia humana está orientada a la acción. Nos sirve para tomar mejores decisiones y
dirigir bien nuestro comportamiento. Ideas como “hacer deporte”, “aprender japonés” o
“comer más verdura”, no nos sirven de nada si no las llevamos cabo. No basta con querer actuar
bien, es necesario pasar a la acción. Este paso a la práctica es lo que distingue a los proyecto de
los deseos o ensoñaciones. Para conseguir dar el salto de lo deseado a la realidad, tenemos que
escoger metas y elaborar proyectos.

Cuando la meta o el proyecto se mantiene unificado mentalmente, es más fácil empezar a ver
los pasos que debemos dar para conseguir el fin último. Este problema se plantea de manera
continua en los estudiantes. En ocasiones no conocen la meta a la que quieren llegar, y esa falta
de meta en sí, hace que ninguno de los pasos tengan sentido.

Si no conocemos nuestras aspiraciones, no tendremos claros los pasos necesarios para alcanzar
aquello que no sabemos si realmente nos gusta o no, lo queremos o no… Es por ello que una de
las fuentes de frustración dada en los estudiantes viene de la falta de metas o aspiraciones.

Cuando estudiábamos raíces cuadraras, no nos imaginábamos haciendo nada con ellas en la vida
práctica. Eran aprendizajes aislados, “sin sentido”, que no se conectaban con aprendizajes
anteriores, y lo peor, no le veíamos ninguna o poca aplicación al futuro. De ahí que la
complejidad del estudio se vuelva mucho más difícil de resolver.

Por otro lado, a veces si sabemos la meta final, pero es tan ansiada, o tan lejana que no sabemos
bien que pasos intermedios debemos hacer. Nos desesperamos en los pasos intermedios y
perdemos la motivación, porque pensamos que será demasiado difícil, que no podremos llegar
o que no merece la pena el esfuerzo tan continuado.

Proponer metas a corto y largo plazo, ayuda a obtener más coherencia en el sentido del estudio.
Ser capaces de proyectar en los alumnos las aplicaciones prácticas (y con sentidos para la edad
del niño) de las cosas que aprenden, es una buena guía para poder conectar con la experiencia
de poco a poco aprender a ponernos metas sencillas, realistas, ajustables a nuestras capacidades
y poder disfrutar en el trabajo de aprender a conseguir los objetivos planteados.

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6. Inicio y organización de la acción

Como venimos diciendo, querer hacer algo o desear algo, no siempre correlaciona con
conseguirlo o hacerlo. Es importante aprender cuando empezamos a organizarnos de cara a un
objetivo.

En este momento se trabaja la acción, la activación del alumno a empezar con ganas un
proyecto, en el momento en el que se debe hacer. Por ejemplo, a veces podemos encontrarnos
muy motivados a querer realizar algo, por ejemplo leer, y en ese momento te parece que serías
capaz de leerte toda la estantería. Sientes energía, te sientes motivado al tema… y por ello
decides empezar a leer por el libro que parece más completo, más difícil pero más
enriquecedor… Eso también puede hacer que sea uno de los libros más “pesados” de leer, por
el vocabulario… o por la forma verbal.. De ese modo, a los 10 minutos de leer, ha bajado la
motivación, entras en esa etapa de “parada” y finalmente te aburres y decides hacer otra cosa.
La energía ha sido “perdida” o no ha estado bien gestionada.

Por ello, es importante enseñar a empezar. Y a organizar el trabajo.

Organizar implica la habilidad para ordenar la información e identificar las ideas principales o
los elementos clave en tareas de aprendizaje o cuando se trata de comunicar información, ya
sea por vía oral o escrita, hacerlo de manera correcta y ordenada.

Es clave entender que no podemos hacerlo todo en un día, que el trabajo implica constancia,
proponer pequeños objetivos durante el camino, y aprender a esperar, a organizar el trabajo, a
secuenciar… para no perder toda la energía solo en el inicio de la actividad o el proyecto.

El trabajo con agendas será fundamental de cara al alumnado con DA, ya que le ayudará a ver
progresión, organización, secuencia y orden en un solo recurso.

7. Perseverancia

“Es la firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos y en las resoluciones del


ánimo”. Pero, ¿qué significa esto? Significa que la perseverancia es aquel buen hábito, aquella
virtud que nos conduce a cumplir nuestros planes y objetivos.

Sí, la perseverancia nos mantiene firmes y centrados en las metas que nos hemos trazado y, por
ende, nos permite ser constantes e insistir una y otra vez. Se trata entonces de perseverar cada
vez más, se trata de conquistar nuestra voluntad, se trata de estar firme en nuestras decisiones
y saber que van a venir muchos obstáculos, problemas, barreras, etc.; pero que lo más
importante es ser constante, firme y decidido en lo que queremos lograr.
Asimismo, perseverar es seguir adelante, es no desfallecer una vez que se ha iniciado el camino,
se trata de no renunciar al ideal, y será importante poner todos los medios para cumplir con la
tarea o misión encomendada. Se trata de seguir adelante pase lo que pase, y claro está, eso
implica una cuota de esfuerzo importante, incluso de dolor y sufrimiento.

La perseverancia es duración. Es fácil ser coherente por un día o algunos días. Difícil e importante
es ser coherente toda la vida. Es fácil ser coherente en la hora de la exaltación, difícil serlo en la
hora de la tribulación. Y sólo puede llamarse fidelidad una coherencia que dura a lo largo de toda
la vida, decía Juan Pablo II. En la vida hay que elegir entre lo fácil y lo correcto.

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Se trata de perseverar siempre, de insistir pase lo que pase, de asumir las consecuencias de las
decisiones tomadas y los objetivos trazados. Sabemos que obstáculos, dolor, pruebas,
sufrimientos, dificultades van a existir siempre y de todas maneras. Pero lo que realmente tiene
que importar es el hecho de responder con generosidad y entrega, en donde ponemos lo mejor
de nosotros para ser fieles a nuestros anhelos e ideales más grandes. Así que, lo bueno cuesta,
las cosas importantes y buenas implican esfuerzo y lucha constante, y es hora de asumir el reto
para alcanzar grandes metas a lo largo de nuestra vida.

Las DA tienen tratamiento, son mejorables, y ayudan a los estudiantes a mejorar su nivel de
vida, a mejorar su autoconcepto, a poder desarrollar sus potencialidades y a asumir nuevos
retos. Si pensamos que nuestro problema no tiene solución, no podemos trabajar la
perseverancia, porque no se habrá trabajado en el inicio del problema.

Para poder trabajar la perseverancia tendremos que controlar agentes como el cansancio, la
motivación, superar dificultades, y el cambio de meta.

8. Flexibilidad / Adaptación

La competencia adaptación y flexibilidad caracteriza a aquellas personas que manifiestan su


eficacia a la hora de trabajar en diferentes situaciones y con diversidad de personas y grupos,
ante las exigencias que se plantean en diferentes contextos.

Se trata de una subcapacidad de la atención, ya que depende de ella el cambio de una operación
mental a otra. No obstante, la habilidad de variar de un tipo de procesamiento a otro, o de un
objeto a otro, puede darse también en la emoción, en la motivación y en la acción.

En el caso de la flexibilidad y para este contexto nos referimos a la flexibilidad cognitiva. Una
correcta flexibilidad cognitiva a nos permite tener en cuenta otras creencias, valores, ideas o
formas de pensar. Ayudándonos a comprender el punto de vista de los demás, valorando otras
opciones además de la propia. Por eso, la Flexibilidad Mental también está muy relacionada con
la empatía y nuestra forma de interacción social.

A mayor flexibilidad cognitiva, nuestra adaptación a las situaciones, sensaciones o


pensamientos, será más sencilla y más fácil de realizar. Por lo tanto ambos conceptos están muy
relacionados.

Trabajar la flexibilidad en los alumnos nos va a permitir hacer que desarrollen diferentes
herramientas de solución de problemas, intentando mejorar su adaptación a las diversas
situaciones que de cara al estudio se les puedan presentar.

9. Gestión de la memoria

Gracias a la memoria humana somos capaces de almacenar conocimiento, reconocer a nuestros


seres queridos, generar sentimientos y desarrollar habilidades. Aprendemos, recordamos
acontecimientos, y podemos decidir qué aprender.

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Memoria sensorial

La memoria sensorial nos permite retener información obtenida mediante los sentidos durante
un corto periodo; posteriormente, estas señales serán desechadas o se transmitirán a otros
almacenes de memoria de mayor duración, la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo, a
través de los cuales se podrá operar sobre los estímulos inmediatos.
El concepto “memoria sensorial” fue acuñado por Ulric Gustav Neisser en 1967. Su modelo
estaba basado en la investigación básica y definía la memoria sensorial como un registro decorta
duración, de capacidad ilimitada y precategorial, es decir, anterior al procesamiento cognitivo
de la información y en consecuencia ajeno al control consciente.
Previamente, en 1958, Donald Eric Broadbent había propuesto la existencia de un sistema
perceptual por el que pasarían todos los estímulos sensoriales antes de llegar a la memoria a
corto plazo y ser filtrados para el procesamiento consciente de los ítems más relevantes.
En su formulación original Neisser consideraba que hay dos tipos de memoria sensorial: la
icónica, que procesa la información visual, y la ecoica, basada en estímulos auditivos y verbales.
Posteriormente se han encontrado pruebas sólidas a favor de la existencia de la memoria
háptica, relacionada con el tacto y la propiocepción.

Memoria a corto plazo

La memoria a corto plazo (MCP) se puede definir como el mecanismo de memoria que nos
permite retener una cantidad limitada de información durante un periodo corto de tiempo. La
memoria a corto plazo retiene temporalmente la información procesada, tanto si luego se
desvanece, como si después pasa a la memoria a largo plazo. Así, la memoria a corto plazo tiene
dos propiedades principales: una capacidad limitada y una duración finita.
La memoria a corto plazo ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo de los años fue
analizada por primera vez a fines de la década de 1950-1960 y se han planteado bastantes
controversias acerca de si es necesario una estructura de múltiples componentes de la memoria
o si es suficiente un modelo unitario, se organiza a partir de la codificación de las experiencias,
esto es, la transformación en una forma completamente nueva. Existen tres formas principales
de codificar la información visual, verbal o acústica. Esta codificación puede mejorar el
almacenamiento de la información para favorecer el proceso de pensamiento ya que el lenguaje
tiene un papel central en él, este formato de codificación va siendo más importante a la par del
Pensamiento

Memoria a largo plazo

La memoria a largo plazo (MLP) se puede definir como el mecanismo cerebral que nos permite
codificar y retener una cantidad prácticamente ilimitada de información durante un periodo
largo de tiempo. Los recuerdos que almacenamos en la memoria a largo plazo pueden durar
desde unos segundos hasta varios años.
La memoria a largo plazo resulta un elemento clave para realizar nuestras tareas cotidianas sin
errores y de forma autónoma. Este tipo de memoria hace referencia a la capacidad del cerebro
para almacenar hechos, conocimientos o destrezas y recuperar más tarde esos recuerdos. La
memoria a largo plazo es una capacidad muy amplia y compleja que implica una gran cantidad
de estructuras cerebrales. Por esto mismo, es muy sensible al daño cerebral. Afortunadamente,
la práctica y el entrenamiento cognitivo puede mejorar esta importante función cognitiva.

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Memoria de trabajo

memoria de trabajo (MT), también conocida como memoria operativa, se puede definir como
el conjunto de procesos que nos permiten el almacenamiento y manipulación temporal de la
información para la realización de tareas cognitivas complejas como la comprensión del
lenguaje, la lectura, las habilidades matemáticas, el aprendizaje o el razonamiento. La memoria
de trabajo es un tipo de memoria a corto plazo.

• Su capacidad es limitada. Solo almacenamos 7 ±2 elementos .


• Es activa. No solo almacena la información, sino que la manipula y la transforma.
• Sus contenidos se actualizan permanentemente.
• Está modulada por el córtex frontal dorsolateral.

Utilizamos nuestra memoria de trabajo (o memoria operativa) diariamente en todo tipo de


tareas. Cuando intentamos recordar un teléfono antes de apuntarlo. Cuando estamos inmersos
en una conversación: necesitamos mantener en la mente lo que se acaba de decir, para
procesarlo y poder responder con nuestra opinión. Cuando en el colegio o la universidad
tomamos apuntes: necesitamos mantener en nuestra mente lo que ha dicho el profesor para
luego escribirlo con nuestras palabras en los apuntes. Cuando hacemos cálculos mentales en el
supermercado para ver si nos llega con el dinero que tenemos.

10. Metacognición

La metacognición es la capacidad de autorregular los procesos de aprendizaje. Como tal,


involucra un conjunto de operaciones intelectuales asociadas al conocimiento, control y
regulación de los mecanismos cognitivos que intervienen en que una persona recabe, evalúe y
produzca información, en definitiva: que aprenda.

la metacognición empieza a aparecer ya en etapas tempranas del desarrollo, durante la niñez.


Entre los tres y los cinco años de edad, los niños empiezan a mostrar respuestas concretas que,
en ojos de los investigadores, corresponden a la activación de su capacidad para realizar la
metacognición. Los expertos señalan que la metacognición es una capacidad que se encuentra
latente en el ser humano desde su nacimiento, pero que solo logra ‘activarse’ cuando la etapa
madurativa del niño alcanza las condiciones apropiadas, amén de una correcta estimulación de
sus habilidades cognitivas.
Después de la etapa infantil, los humanos empleamos de forma constante la metacognición, y
esto nos permite anticipar las actitudes y conductas de otras personas. Aunque, por supuesto,
usamos la metacognición de forma inconsciente.
El concepto de metacognición también se emplea habitualmente en el ámbito de la
psicopedagogía y la docencia. En los procesos implicados en el aprendizaje, el sistema educativo
debe tratar de enfatizar las capacidades personales de cada estudiante que se relacionan con la
forma en que aprende y entiende los conceptos. En este sentido, es interesante formular un
currículo educativo que sea permeable a las necesidades cognitivas de los alumnos y que
estimule esta capacidad.
Una de las formas de potenciar la metacognición en el aula consiste en desarrollar un estilo
docente que tenga en cuenta las habilidades, capacidades y competencias cognitivas, así como

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la gestión emocional de los estudiantes, de modo que se logre una mejor conexión entre el
alumno y el objeto de estudio, fomentando el aprendizaje significativo. Este estilo de
aprendizaje tiene que ir de la mano de un trato personalizado al alumnado.
Así pues, la teoría de la mente y la metacognición nos pueden ayudar a entender y hacer más
eficiente nuestro aprendizaje, a través de la planificación y de la evaluación de nuestra forma
de abordarlo.

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