Fairclough 2023
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Fairclough, Norman (2023). Análisis crítico del discurso (D.G. Rojas, Trans.) En: The Routledge
Handbook of Discourse Analysis. Second edition. London: Longman. DOI: 10.4324/9781003035244-1
Introducción
El análisis crítico del discurso (ACD) incorpora la tradición crítica del análisis social a los estudios
lingüísticos y aporta al análisis social crítico un enfoque particular sobre el discurso y sobre las
relaciones entre el discurso y otros elementos sociales (incluidas las relaciones de poder, las
ideologías, las instituciones, las identidades sociales). El análisis social crítico puede entenderse como
crítica normativa y explicativa. Es crítica normativa porque no se limita a describir las realidades
existentes, sino que también las evalúa, examina en qué medida se ajustan a diversos valores, que se
consideran (a menudo polémicamente) fundamentales para las sociedades justas o decentes (por
ejemplo, ciertas normas -materiales, pero también políticas y culturales- de bienestar humano). Es
una crítica explicativa porque no se limita a describir y evaluar las realidades existentes, sino que trata
de explicarlas, por ejemplo mostrando que son efectos de estructuras, mecanismos o fuerzas que el
analista postula y cuya realidad trata de comprobar (por ejemplo, las desigualdades de riqueza,
ingresos y acceso a diversos bienes sociales podrían explicarse como efecto de mecanismos y fuerzas
asociados al "capitalismo").
Existe una larga tradición dentro del análisis social crítico, evidente por ejemplo en Marx (Marsden,
1999), de considerar la realidad social como "conceptualmente mediada", lo que significa que no hay
acontecimientos o prácticas sociales sin representaciones, interpretaciones, conceptualizaciones o
teorías de estos acontecimientos y prácticas; o, dicho de otro modo, que las realidades sociales tienen
un carácter reflexivo, es decir, que la forma en que la gente las ve, representa, interpreta y
conceptualiza forma parte de estas realidades. Así que los "objetos" del análisis social crítico son,
podríamos decir, "material-semióticos" (Jessop, 2004), es decir, de carácter simultáneamente material
y semiótico, y una preocupación central son las relaciones entre lo material y lo semiótico (o
"discurso"), que yo veo como relaciones dialécticas (Fairclough, 2006). Una consecuencia es que el
análisis social crítico tiene un carácter interdisciplinar, ya que la naturaleza de sus "objetos" requiere
que reúna disciplinas cuya principal preocupación son las facetas materiales de las realidades sociales
y disciplinas cuya principal preocupación son las facetas semióticas. Argumentaré que tiene, más
específicamente, un carácter "transdisciplinario", en el sentido de que el diálogo entre diferentes
disciplinas se considera la fuente para el desarrollo teórico y metodológico de cada una de ellas (véase
Jessop y Sum, 2001, sobre la investigación "postdisciplinaria o "transdisciplinaria" como -en
cierto sentido- un retorno a las posiciones "predisciplinarias" de Karl Marx o Adam Smith, por
ejemplo; véase también Fairclough y Graham, 2002). En estos término s, el ACD aporta un énfasis
semiótico y un "punto de entrada" al análisis social crítico transdisciplinar (Fairclough, 2009).
El capítulo se estructurará de la siguiente manera. En primer lugar, desarrollaré lo que he dicho hasta
ahora sobre el análisis social crítico y el ACD como parte del análisis social crítico. En segundo lugar,
presentaré una versión del ACD y, en tercer lugar, una metodología de investigación transdisciplinar
asociada al mismo. En cuarto lugar, ilustraré el ACD a través de un debate sobre aspectos de la crisis
financiera y económica que comenzó en 2007-2008. Esta versión del ACD es la que he estado
desarrollando y utilizando en mi trabajo reciente. Difiere en varios aspectos de las versiones de
publicaciones anteriores (por ejemplo, Fairclough, 1989, 1992, 2010). Concluyo el capítulo con una
ilustración de cómo el ACD cambia, y debería cambiar, en versión y metodología en respuesta a los
cambios sociales.
El análisis crítico del discurso como parte del análisis social crítico
Lo que distingue al análisis social crítico de otras formas de análisis social es su énfasis en las
realidades sociales existentes como limitaciones producidas por el ser humano, que en ciertos
aspectos reducen innecesariamente el bienestar humano y aumentan el sufrimiento humano; en la
explicación histórica de cómo y por qué han llegado a existir tales realidades sociales; y en las
posibilidades de transformar las realidades existentes de manera que aumenten el bienestar y
reduzcan el sufrimiento. Más arriba he sugerido que esta crítica es normativa y explicativa, y se ocupa
tanto de los valores como de las causas. Algunas versiones de la crítica son sólo normativas, pero yo
soy de la opinión (marxista) de que cambiar el mundo para mejor depende de poder explicar cómo ha
llegado a ser como es. Una cosa es criticar el lenguaje y las prácticas de la gente porque son racistas,
y otra explicar por qué y cómo surge el racismo entre determinadas personas en determinadas
circunstancias. Una crítica puramente normativa o moral no es suficiente si el objetivo es cambiar las
realidades sociales a mejor.
Antes me he referido a la tradición de las ciencias sociales críticas de considerar la realidad social
como "mediada con- ceptualmente", de modo que los "objetos" del análisis social crítico son
simultáneamente de carácter material y semiótico. Esto significa que las relaciones dialécticas entre lo
material y lo semiótico son un enfoque necesario tanto en la crítica normativa como en la explicativa.
La versión del ACD que esbozo a continuación está bien situada para centrarse en estas relaciones
material-semióticas en la investigación social crítica transdisciplinar.
El ACD se ha ocupado, por ejemplo, del carácter ideológico del discurso (Fairclough, 1989).
Tomemos, por ejemplo, la interpretación de sentido común de las finanzas públicas como algo
esencialmente análogo a los presupuestos domésticos, una interpretación muy apreciada por la ex
Primera Ministra británica Margaret Thatcher y por muchos otros políticos, de modo que, por
ejemplo, los gobiernos tienen que "presupuestar y ahorrar" igual que los hogares. Esto es criticable
desde el punto de vista normativo por ser una afirmación falsa, en el sentido de que la analogía no
resiste un examen económico serio, y desde el punto de vista ideológico, en el sentido de que es un
discurso que puede contribuir a sostener un orden socioeconómico injusto y desigual. Durante la crisis
financiera que comenzó en 2007-2008 y duró más de una década, se encuentra en el razonamiento
práctico de los políticos (en el Reino Unido, por ejemplo) que estaban a favor de la "austeridad",
recortando el gasto público y los servicios públicos para restablecer las finanzas públicas en las
postrimerías del uso gubernamental de dinero público para rescatar a los bancos. Esto no sólo
amenazaba con convertir la recesión en depresión, sino que podría decirse que hacía recaer sobre el
público en general la mayor parte de la carga de pagar por la crisis (de los banqueros). Para explicar la
estrategia de descargar sobre el público los costes de rescatar a los mercados de sí mismos, de la que
hay muchos otros ejemplos históricos, necesitamos incorporar factores materiales y estructurales
asociados con el carácter del capitalismo, pero también factores semióticos - incluidos ejemplos del
poder causal del sentido común y de las interpretaciones del sentido común a la hora de provocar
efectos materiales (trayectorias particulares dentro y fuera de la crisis). Las causas pueden ser tanto
semióticas como materiales, y el ACD puede contribuir al proyecto, dentro de las ciencias sociales
críticas, de mostrar las relaciones entre ambas.
Por ejemplo, podríamos llegar a la conclusión de que un enfoque de este tipo es potencialmente
"productivo" porque hay características semióticas significativas del tema a las que no se ha prestado
suficiente atención. Un tema puede suscitar nuestro interés porque ha ocupado un lugar destacado
en la bibliografía académica pertinente o porque es objeto de atención práctica en el ámbito o campo
en cuestión, o ambas cosas. A menudo, los temas "vienen dados" y, en ocasiones, prácticamente se
eligen solos: ¿quién puede dudar, por ejemplo, de que la "inmigración", el "terrorismo", la
"globalización" o la "seguridad" son temas contemporáneos importantes, con implicaciones
significativas para el bienestar humano, a los que los investigadores deberían prestar atención? La
selección de estos temas tiene la ventaja de garantizar que la investigación sea relevante para las
cuestiones, los problemas y los males del momento, pero también entraña el peligro de que su propia
obviedad nos lleve a tomarlos demasiado al pie de la letra. No podemos dar por sentado que tales
temas son objetos de investigación coherentes; para "traducir" los temas en objetos, necesitamos
teorizarlos:
Paso 2: Construir objetos de investigación para los temas de investigación identificados inicialmente
teorizándolos de forma transdisciplinar.
1 Analizar las relaciones dialécticas entre la semiosis y otros elementos sociales: entre los órdenes del
discurso y otros elementos de las prácticas sociales, entre los textos y otros elementos de los
acontecimientos.
2 Seleccionar los textos, así como los puntos de enfoque y las categorías para su análisis, a laluz de la
constitución del objeto de investigación y de forma adecuada a la misma.
3 Realizar análisis de textos - tanto análisis interdiscursivo como análisis lingüístico/semiótico.
En conjunto, estos tres pasos indican una característica importante de esta versión del ACD: el análisis
textual es sólo una parte del análisis semiótico (análisis del discurso), y el primero debe enmarcarse
adecuadamente en el segundo. El objetivo es desarrollar un "punto de entrada" específicamente
semiótico en los objetos de investigación que se constituyen de forma transdisciplinar, a través del
diálogo entre diferentes teorías y disciplinas. El análisis de los textos sólo puede contribuir
eficazmente a ello en la medida en que se sitúe dentro de un análisis más amplio del objeto de
investigación, en términos de relaciones dialécticas entre elementos semióticos y de otro tipo -un
análisis que comprenda las relaciones entre el nivel de las prácticas sociales y el nivel de los
acontecimientos (y entre los órdenes del discurso y de los textos).
Ahora sabemos que las instituciones financieras son internacionales, que los flujos de
capital son globales, pero sus reguladores y supervisores han seguido siendo hasta
ahora sólo nacionales. Así pues, tenemos unos flujos financieros altamente
interdependientes que empequeñecen el PIB mundial, pero todavía no disponemos de
un sistema eficaz para vigilarlos. Y a medida que la recesión se extiende por todo el
mundo, por primera vez vemos que los flujos transfronterizos crecen más lentamente
que los nacionales y que los bancos favorecen sus préstamos nacionales frente a los
extranjeros. Y ésta es una tendencia que debe detenerse si queremos evitar el riesgo
de una dañina espiral mundial de desapalancamiento y posterior desglobalización con
consecuencias adversas para todas nuestras economías. Podemos mantener un
consenso a favor de una economía mundial abierta en la que los países puedan
recurrir a sus profundos mercados de capitales para financiar un desarrollo más rápido
que nos beneficie a todos, pero sólo si podemos proporcionar también un medio para
responder cuando estos mercados fallen.
The Guardian, 30 de enero de 2009
Un breve extracto sólo puede dar una impresión parcial del sabor de todo el discurso. La
"globalización" que Brown desea defender es lo que podemos llamar razonablemente "globalización
neoliberal", y está defendiendo de hecho el capitalismo neoliberal que está en crisis (interpretando
implícitamente, por tanto, la crisis como una crisis del neoliberalismo en lugar de una crisis del
neoliberalismo). El discurso incorpora sin modificaciones la narrativa legitimadora establecida para
esta forma de globalización ("la globalización produce un crecimiento que genera prosperidad para
todos y reduce la pobreza"), a pesar de los defectos que se han puesto de manifiesto en este modelo
(por ejemplo, las tendencias a largo plazo a reducir los salarios y a aumentar la brecha entre ricos y
pobres), que Brown no aborda, y a pesar de su fracaso y de la consiguiente crisis. Brown interpreta
las características de este modelo ("las instituciones financieras son internacionales", "los flujos de
capital son globales", "flujos financieros altamente interdependientes que empequeñecen el PIB
mundial") simplemente como la forma en que el mundo es ahora, y condena el "desapalancamiento",
que podría ser visto (de una forma apropiada y dentro de los límites apropiados) como una respuesta
razonable al "apalancamiento" excesivo que fue ampliamente visto como una causa de la crisis
financiera, como un "riesgo" y como una "espiral perjudicial", que tendría "consecuencias adversas
para todas nuestras economías". Al mismo tiempo, da a entender que el "consenso" en favor de una
"economía mundial abierta" podría estar en peligro. Su solución a este peligro es la regulación
internacional, "que puede proporcionar un medio para responder cuando estos mercados fallen",
presuponiendo que fallan y fallarán. De este discurso y de otras evidencias parece desprenderse que el
gobierno británico está comprometido a restaurar el status quo ante con pequeñas modificaciones, en
algunos casos inspirándose en los d/Discursos y narrativas de los años más triunfantes del
neoliberalismo en las razones que dan para las acciones y políticas que proponen.
La etapa 3, que aborda la cuestión de si el orden social necesita el mal social, da lugar a la pregunta de
si es posible, dentro de un sistema capitalista, desarrollar y aplicar una nueva estrategia que pueda
superar las injusticias y los peligros de la crisis. Aunque se podría argumentar que estos son en
cierta medida endémicos en todas las formas de capitalismo,
también se podría argumentar que las formas de capitalismo han diferido notablemente en la medida
en que han mitigado estas tendencias y peligros, lo que indicaría que en principio es posible que surja
una nueva forma de capitalismo, que mitigue los males del neoliberalismo, aunque esto deja abierta la
cuestión de si es factible en las condiciones existentes. Por ejemplo, las diferentes formas de
capitalismo comparten el compromiso con el "crecimiento" constante, pero podría decirse que el
medio ambiente es un factor clave en el desarrollo sostenible. y de recursos (petróleo, agua), que
coexisten con la actual crisis financiera y económica, hacen que este compromiso sea profundamente
problemático y plantean la cuestión de si el capitalismo como tal puede aportar soluciones reales a
nuestras múltiples crisis.
Permítanme pasar a la Etapa 4. El tipo de análisis que estoy sugiriendo debería incluir estrategias y
D/discursos asociados para transformar el orden financiero y económico existente de manera que
pueda empezar a abordar los males sociales en cuestión, incluyendo estrategias más radicales para un
control social sustantivo del funcionamiento de los mercados (y en algunos casos la nacionalización
permanente de partes clave del sistema bancario, por ejemplo) y estrategias para un "Nuevo Pacto
Verde" que aborde también la crisis medioambiental. El objetivo del análisis transdisciplinario
incluiría la identificación de las condiciones de posibilidad y los obstáculos para que tales estrategias
y D/discursos sean seleccionados y retenidos. He aquí un breve extracto de Neil Lawson y John Harris
"No turning back":
Los autores representan, o imaginan, una sociedad en la que los mercados son los "servidores" de las
aspiraciones sociales y los objetivos de "la buena sociedad", y están "regulados y controlados" por "el
Estado y la sociedad civil". Las formas de lograrlo sólo se indican en los términos más generales
("establecer... instituciones"), pero la estrategia de movilizar a la "sociedad civil", así como al Estado,
para obligar a los mercados a servir a fines sociales y no sólo económicos (por ejemplo, el
"crecimiento") es radical en comparación con la de Brown y otros. Integrar el ACD en la CPE nos
permite explorar tanto las condiciones semióticas y materiales de posibilidad como los obstáculos
para que dicha estrategia y discurso sean seleccionados y retenidos - los obstáculos en este caso
parecen ser actualmente muy severos.
Estos comentarios se basan sólo en una parte de la versión del ACD presentada anteriormente. Una
cuestión que puede incluirse en el análisis es la recontextualización de los d/Discursos, que es
relevante para la resonancia y el impacto que son pertinentes para la selección de ciertos d/Discursos,
pero no de otros. Por ejemplo, en el verano de 2009, la cobertura mediática de la crisis en Gran
Bretaña pasó a estar dominada por el "saneamiento de las finanzas públicas" y la "reducción de la
deuda pública" y por los "recortes" del gasto público, que se presentaban como el principal medio
necesario para lograrlo. La cuestión de qué "recortes" harían los partidos políticos en liza, con qué
profundidad y rapidez, llegó a dominar las portadas de gran parte de la prensa. Hay buenas razones
para argumentar que fue la agitación del Partido Conservador sobre esta cuestión la que se
recontextualizó ampliamente, no sólo en las noticias, sino también en las columnas editoriales de gran
parte de la prensa, y consiguió centrar la agenda de la crisis en la voluntad de hacer recortes
profundos y rápidos. Cuando el discurso de Gordon Brown en la conferencia del Partido Laborista en
octubre de 2009 retomó parcialmente esta agenda de "recortes" en detrimento de su anterior
interpretación del gasto público durante la crisis como una "inversión", estos sectores de la prensa se
mostraron triunfantes: "¡Por fin Brown usa la palabra con c!". La cuestión de la
operacionalización (y las cuestiones asociadas de cómo los d/Discursos llegan a promulgarse en las
prácticas y, semióticamente, en los géneros, inculcados en las identidades y, semióticamente, en los
estilos, y materializados en el mundo físico) adquirirán, por otra parte, una importancia especial a
medida que avance el proceso de selección de determinados d/Discursos y se logre cierta hegemonía
para ellos. Así, tras las elecciones de mayo de 2010 en el Reino Unido, un Gobierno de coalición
(conservadores más demócratas liberales) comenzó a poner en práctica la agenda de "recortes"
modificando y reduciendo sustancialmente la prestación de servicios públicos y de bienestar. (Véase
Chiapello y Fairclough (2002) para un análisis de la operacionalización de los discursos en el proceso
de emer- gencia del "nuevo capitalismo" a partir de la década de 1970).
Evolución reciente
Más arriba me he centrado en una versión de mi enfoque del ACD, que difiere tanto de versiones
anteriores como de enfoques desarrollados y utilizados por otros, y en una metodología de
investigación para esta versión. Concluiré el capítulo con una ilustración de cómo las versiones y las
metodologías asociadas pueden cambiarse, desarrollarse y reforzarse en el proceso de investigación, y
por qué: cómo cambian (y deberían cambiar) los objetivos y los métodos del ACD a medida que
cambian las circunstancias sociales (políticas, económicas, culturales).
La metodología de investigación presentada anteriormente puede reformularse como un movimiento
que va de la crítica (nor- mativa) a la acción a través de la explicación: crítica de los males sociales
(correspondiente a la Etapa 1), explicación de cómo se producen y persisten (Etapas 2 y 3), qué
medidas deben tomarse para superarlos (Etapa 4). Del problema a la explicación y a la solución. La
política y la elaboración de políticas pueden considerarse principalmente "argumentación práctica"
sobre soluciones a problemas: argumentación sobre lo que debe hacerse. El análisis textual en el
ACD puede centrarse en el análisis de la argumentación práctica (Fairclough y Fairclough, 2012),
proporcionando un método para el análisis crítico de los argumentos prácticos sobre cómo pueden y
deben resolverse determinados problemas (males sociales). Además, el propio ACD puede verse
como una argumentación práctica; el ACD entra en las deliberaciones que tienen lugar en la política y
la vida cotidiana, evaluando los argumentos de otros participantes (que también evalúan los
argumentos de los demás) y presentando sus propios argumentos prácticos sobre lo que debería o no
debería hacerse (Fairclough, 2013).
Llamo a esta nueva versión de mi enfoque "argumentación dialéctica" (Fairclough, 2018a): una forma
de razonar desde la crítica del discurso hasta lo que debería hacerse para cambiar la realidad existente,
mediante la explicación de las relaciones entre el discurso y otros componentes de la realidad. Se
parte del discurso y se pasa a cómo debería cambiarse la realidad social; la ACD es una vía hacia la
crítica, la explicación y el cambio de la realidad social existente.
Puede considerarse que estos cambios refuerzan la metodología de investigación que he presentado
antes, pero parte de la razón de los cambios son las transformaciones de las circunstancias sociales. La
crisis económica y financiera a la que me he referido anteriormente ha dado lugar a un intenso debate
sobre qué había fallado en el sistema socioeconómico para provocar una crisis que muy pocos
economistas y otros expertos previeron. ¿Qué ha fallado?
¿Qué cambios son necesarios en el sistema? La naturaleza y la calidad del debate son cruciales, dadas
las trascendentales consecuencias de las conclusiones que de él se extraigan y de las medidas que se
adopten. El ACD puede contribuir al escrutinio crítico del debate mediante la inclusión de la
argumentación práctica y la deliberación en sus objetos de investigación y metodología. Esto incluye
someter su propia perspectiva a la crítica de manera imparcial (Fairclough y Fairclough 2018). La
calidad del debate público se ha visto socavada no solo por
la emergencia de un "diálogo de sordos", sino también por la creciente polarización de creencias y
valores entre públicos cada vez más hostiles. Exacerbadas por las redes sociales, esta polarización y
los profundos desacuerdos ponen en peligro valores democráticos fundamentales, como la libertad de
expresión. En este contexto, el ACD debería encontrar un nuevo enfoque en la defensa de la libertad,
de un espíritu crítico genuinamente imparcial, libre de todo partidismo ideológico.
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this paper
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