Tema 10-Las Desamortizaciones
Tema 10-Las Desamortizaciones
Tema 10-Las Desamortizaciones
INTRODUCCIÓN
A lo largo del siglo XIX se produjeron en España profundos cambios: se renovó la
agricultura, surgió una industria de tipo moderno y se sustituyó la antigua
monarquía absoluta por una parlamentaria y constitucional. Este proceso de
modernización fue semejante al ocurrido en Europa occidental.
En España, la industrialización no alcanzó un gran desarrollo y la agricultura siguió
siendo el sector más importante de la actividad económica; el régimen
parlamentario era falseado por la práctica del caciquismo, y la burguesía no tuvo la
fuerza de la europea. El retraso hace que se hable del “atraso” o “fracaso” del
modelo de industrialización español.
La población no permaneció impasible ante estos cambios. Se produjo un aumento
que se reflejó en el crecimiento de las ciudades. Es la época del éxodo rural y de los
planes de ensanche.
La sociedad se transformó para convertirse en una sociedad de clases, donde nace
un nuevo grupo social, los obreros industriales.
Estudiaremos las transformaciones económicas y sociales, de todo el siglo XIX, en
los que la burguesía se impuso en el campo para que el modelo de la propiedad
pasara a ser plenamente liberal y capitalista. El atraso de la agricultura fue la
característica principal, y la industrialización sólo se afianzó en algunas zonas del
país.
DESARROLLO
Las desamortizaciones
España era un país fundamentalmente agrario con una distribución de la propiedad
de la tierra muy desigual. Los grandes propietarios eran la Corona, la Iglesia (manos
muertas), la nobleza (mayorazgos) y los municipios o concejos. Estos terrenos
estaban exentos de pagar impuestos y estaban mal explotados. Desde finales del
siglo XVIII se veía en la desamortización una vía para aumentar los ingresos de la
Hacienda.
La burguesía es un grupo social que quiere aumentar su riqueza y desea
apoderarse de esas tierras. De ahí que con el triunfo de los liberales triunfen las
desamortizaciones. Las primeras actuaciones desamortizadoras se remontan a
finales del siglo XVIII, durante el reinado de Carlos IV (Godoy) y afectaron a la
iglesia; pero durante el reinado de Fernando VII se detuvo la desamortización.
Tenían como única finalidad recaudar dinero para hacer frente al endurecimiento
de la Hacienda.
Las desamortizaciones de la primera mitad del siglo XIX se iniciaron durante la
Guerra de la Independencia, José I suprimió las Órdenes Religiosas y vendió sus
bienes; las Cortes de Cádiz dictaron la Ley de los señoríos que haría desaparecer
los privilegios y fueros de la nobleza. En el Trienio Liberal se puso en marcha la Ley
de monacales y no entró en vigor.
La desamortización de Mendizábal
En 1836, el presidente Mendizábal decretó la disolución de las órdenes religiosas y
estableció la incautación por parte del Estado del patrimonio de las Órdenes
militares y de la Iglesia (primera desamortización de los bienes eclesiásticos). Los
bienes fueron puestos a la venta mediante subasta pública a la que podían
acceder todos los particulares interesados en su compra. Se tomaron 3 medidas:
● La desvinculación: consiste en legislar para que se puedan vender las
propiedades. Antecedentes: las Cortes de Cádiz suprimen el mayorazgo. En
1820 se aprueba la Ley de desvinculación, que será anulada en 1823. En agosto
de 1836 se restablece esta ley.
● Disolución del R. señorial: iniciada en Cádiz, los señores pierden las
atribuciones jurisdiccionales, mantienen la propiedad de la tierra y los
campesinos pasaron a ser arrendatarios y jornaleros.
● La Desamortización: conjunto de medidas destinadas a la incautación por parte
del Estado de los bienes eclesiásticos, colectivos y civiles, su posterior
nacionalización y venta en subasta pública. Hay 2 tipos: religiosa y civil.
Religiosa: la obra de Mendizábal presentaba 3 objetivos: obtener dinero para
financiar la guerra carlista, disminuir la deuda pública y conseguir que se cree un
grupo de propietarios que defiendan el nuevo régimen liberal. La obra se realiza
mediante 3 normas jurídicas: se suprimen las órdenes religiosas, se declaran bienes
nacionales los bienes y propiedades del clero regular y se suprime el diezmo. El
proceso desamortizador se mantuvo entre 1836 y 1844, desamortizándose el 62%
de las propiedades de la Iglesia.
El proceso se iniciaba con una tasación por los peritos de la Hacienda y seguía la
subasta. Los lotes eran inasequibles para personas de bajos ingresos. Los postores
eran terratenientes y burgueses urbanos. En general, los compradores debían de
hacer efectivo en el momento de la compra el 20% y el resto se pagaba a plazos de
16 años si se pagaba con dinero y en 8 si era con papel de deuda pública. Los
propietarios de estos títulos se apresuraron en pujar para dar salida a su papel
rentabilizándolo al máximo. El Estado esperaba revalorizarlos con nuevas
emisiones de deuda. En definitiva, la tierra no se entregó a los campesinos que la
trabajaban ni el Estado obtuvo un gran monto por la operación.
Civil: se refiere a propiedades colectivas de los municipios y sus objetivos son los
mismos que en la desamortización religiosa. Antecedentes: las Cortes de Cádiz
declaran propiedad privada o particular las tierras de “propios y baldíos”. La mitad
de estas tierras se pondrían en venta y la otra mitad se entregarán mediante una
renta anual a vecinos del municipio. Esta medida será anulada cuando regrese
Fernando VII. Durante el Trienio Liberal se vuelve a reponer pero será anulada de
nuevo.
La mayor parte de la desamortización civil se regulará durante el Bienio
Progresista. Fue un plan de reformas económicas en defensa de los intereses de la
burguesía urbana y de las clases medias, con el objetivo de impulsar el desarrollo
económico y la industrialización del país. La política económica tuvo como eje
principal la desamortización y una serie de leyes económicas para atraer capitales
extranjeros y fomentar el ferrocarril: la Ley de Ferrocarriles de 1855, la Ley
Bancaria de 1856 y la creación del Banco de España.
La desamortización de Madoz
El ministro de Hacienda, Pascual Madoz, progresista, sacó a la luz su ley de
Desamortización General. Se ponían en venta todos los bienes de propiedad
colectiva: los de los eclesiásticos que habían sido vendidos y los de los pueblos.
Como era difícil diferenciar ambos, se vende todo. El procedimiento utilizado para
las ventas fue una copia del de Mendizábal, pero había diferencias: las
propiedades se subastaban y se pagaban en metálico, una parte para el Estado y
otra para los ayuntamientos.
El objetivo era conseguir dinero para la expansión del ferrocarril. La burguesía fue
la gran beneficiaria, aunque la participación de los pequeños propietarios de los
pueblos fue mucho más elevada. Su principal consecuencia será el
empeoramiento de las condiciones de vida del pequeño campesinado, privado del
uso y disfrute de las tierras comunales para sobrevivir.
Desde el punto de vista social suponía privar a los antiguos estamentos de su fuente
de ingresos. Según Tomás y Valiente, la desamortización se utilizó para sufragar la
deuda pública y los gastos de guerra y beneficios, sobre todo a la burguesía. Esas
tierras pasaron en su mayor parte a la antigua nobleza, a la alta burguesía y, en
menor medida, a medianos propietarios. Muchas de las tierras desamortizadas
quedaron en manos de los gobernantes locales que van convirtiéndose en caciques.
Desde el punto de vista agrario se produjo un aumento de la superficie cultivada y
de la productividad agrícola, se mejoraron y especializaron los cultivos. No se
contribuyó a la racionalización del tamaño de la propiedad sino que se reforzó el
latifundio y el minifundio en zonas donde ya existían. La agricultura siguió siendo
tradicional y explotada por jornaleros sin tierra.
Consecuencias
Económicas: los campesinos sin tierra vieron empeorar su situación ya que no se
consigue crear un grupo fuerte de campesinos propietarios y son explotados por
los terratenientes y sin posibilidad de emigrar a las ciudades. Así, se convertirán en
un caldo de cultivo revolucionario de ideologías anarquistas. No se soluciona
totalmente el problema de la deuda pública y se inmoviliza gran cantidad de dinero
que se podía haber invertido en industria.
Políticas e ideológicas: uno de los objetivos era permitir la consolidación del
régimen liberal y que todos aquellos que compraran tierras formaran una nueva
clase de pequeños y medianos propietarios adictos al régimen. No se consiguió
este objetivo al adquirir la mayor parte de las tierras grandes propietarios. Las
clases medias y populares quedaron fuera. La burguesía siguió imitando el modelo
de la nobleza (vivir de las rentas) por lo que la productividad de las tierras no
mejoró.
Otras consecuencias: los antiguos edificios religiosos pasaron a tener otros usos.
Muchos se transformaron en edificios públicos, otros fueron demolidos, algunos se
convirtieron en templos parroquiales y otros pasaron a manos privadas. Además se
perdieron muchos tesoros artísticos.
Conclusión
Las estructuras económicas y sociales de España en el siglo XIX se caracterizaron
por su marcada bipolarización: económica entre la periferia y el norte desarrollado,
moderno, urbanizado e industrializado; y una España interior, central y del sur
anclada en el tiempo, rural, campesina y profundamente arcaica; y bipolarización
social entre una gran masa de jornaleros y pequeños campesinos, una escasa masa
de obreros y una oligarquía agraria, más tarde financiera e industrial. Los
resultados no fueron los deseados y la industrialización española fue muy escasa.
Sólo se desarrollaron dos focos periféricos: la industria textil en Cataluña y la
siderúrgica en el País Vasco. A finales del siglo surgió una burguesía financiera e
industrial, engrandecida con las desamortizaciones que controló las estructuras
políticas y económicas hasta la llegada de la Segunda República.
Mencionar la crítica que en aquel momento formuló Flórez Estrada, que mantenía
como aspiración la creación de una masa de pequeños y medianos campesinos. De
haberse aplicado un sistema de entrega de lotes de tierra como él propuso, se
hubiera logrado un objetivo social.