Guia de TNF's
Guia de TNF's
Guia de TNF's
no farmacológicas
Autores
Alicia Losada Lobato
Psicóloga de Fundación Rey Ardid
Minerva Morago
Directora técnica del Área de Mayores
01. INTRODUCCIÓN 5
a. Las demencias 5
b. Las terapias no farmacológicas 5
c. Recomendaciones 6
d. Objetivo de la guía 7
05. LA REMINISCENCIA 37
07. LA MÚSICA 51
a. LAS DEMENCIAS
Las demencias se refieren a un conjunto de síntomas que afectan a las funcio-
nes cerebrales. Tradicionalmente, son conocidas por sus efectos sobre la memoria y la
pérdida de la misma, aunque van mucho más allá: afectan a la toma de decisiones, a la
realización de las tareas básicas de vida diaria, a la orientación, a la conducta, a la expre-
sión de los sentimientos, a la comunicación, y a la personalidad. En definitiva, afecta al
conjunto de la persona.
Las TNFs se refieren a todas aquellas acciones, intervenciones y programas que se rea-
lizan con un fin terapéutico sin la utilización de fármacos ni químicos. Su objetivo, sin
embargo, no es sustituir la medicación, puesto que en la mayoría de ocasiones se com-
plementan entre sí.
La relevancia del uso de las TNFs en demencia radica en que no sólo contribuye
a paliar los efectos de los síntomas y a retrasar el desarrollo de la enfermedad, sino que
Para poder escoger qué TNF es la más adecuada, primero, tendremos que saber
qué necesitamos trabajar con la persona y qué actividades le interesan y motivan.
c. RECOMENDACIONES
Antes de pasar a explicar las TNFs, es importante definir una serie de premisas
básicas sobre cómo realizar este tipo de actividades con personas mayores con demencia:
d. OBJETIVO DE LA GUÍA
Por todo ello, la presente guía se realiza con la intención de difundir estrategias
en el ámbito de las TNFs para los cuidadores tanto formales (atención directa y equipo
técnico) como informales (familiares, allegados, no profesionales). Además, está plantea-
da para que las actividades se puedan llevar a cabo en centros de atención y en el hogar.
Así, pretendemos crear una herramienta útil para todos aquellos cuidadores de una per-
sona mayor dependiente con una enfermedad de demencia.
Esto no significa que la persona mayor haya perdido por completo la capacidad
de continuar con las actividades que llenan de sentido su vida, puesto que existen
muchas maneras de seguir realizándolas. Sí implica, no obstante, que requieren una
mayor intervención en esta área, de modo que encuentren las adaptaciones que les
ayuden a continuar con su proyecto de vida: potenciar su motivación, servirse de
ayudas, de productos de apoyo, etcétera.
La periodicidad y el tiempo que dure cada sesión dependerán, por supuesto, del
tipo de actividad que se esté realizando y de las capacidades de la persona mayor.
No será lo mismo una actividad que requiera un considerable esfuerzo físico, como ir a
nadar, que uno que requiera menos esfuerzo físico, como ver una película. Asimismo,
tampoco será lo mismo una persona con deterioro cognitivo leve que una persona con
estados severos de demencia, puesto que la atención de esta última estará demasiado
afectada como para concentrarse en un largometraje.
Conocer a la persona
Las actividades significativas tienen su origen en la historia de vida de la persona.
Por ello, es crucial conocer la biografía de la persona mayor, sus preferencias y sus
gustos. De este modo, podremos aprender qué actividades disfrutaba y/o disfruta hacer,
y fomentar su continuidad.
Existen muchas razones por las que la implicación de una persona fluctúa, desde
las más biológicas hasta las más emocionales. Debemos evitar los juicios y valorar positi-
vamente todas las participaciones. Al fin y al cabo, siempre será más recomendable que
una persona participe pasivamente en una actividad de pintura, limitándose a observar a
sus compañeros o al cuidador pero estando rodeada de otras personas y recibiendo esti-
mulación, que dejándola sola en la habitación sin nadie con quien hablar ni nada que hacer.
Tenemos que recordar que las personas mayores, igual que el resto de la pobla-
ción, tienen derecho a tener periodos de inactividad: por cansancio, por falta de motiva-
ción, por preferir realizar otras actividades, etcétera. Asimismo, debemos recordar que
sólo porque en el pasado disfrutara de realizar determinadas actividades, no significa que
siga haciéndolo; es posible que sus preferencias hayan cambiado, y debemos respetarlo.
4. A TENER EN CUENTA
Una vez más, reiteramos en la importancia de respetar los periodos de descanso.
Si bien uno de los beneficios de esta terapia
es eliminar la inactividad, debemos recor-
dar que no siempre es negativa.
¡EVALÚA SI ES NECESARIO
INTERVENIR EN LOS PERIODOS
DE INACTIVIDAD!
EN OCASIONES,
PUEDE DEBERSE A UN
SIMPLE DESCANSO DE LA
Fig. 2. Persona mayor haciendo costura. Fuente: FRRA. PERSONA.
Los adultos mayores, y en especial aquellos con demencia, verán mermadas sus
capacidades para hacer estas actividades con la misma eficacia e independencia con la
que una vez las realizaron por el declive en sus habilidades. Nosotros, como cuidadores,
podemos contribuir a que esta situación se retrase tanto como sea posible en el tiempo
para que la persona pueda preservar su autonomía.
LAS TAREAS QUE NOSOTROS
En este apartado nos enfocaremos espe- REALIZAMOS CASI SIN PENSAR
cíficamente en las actividades de vida diaria PUEDEN SER MUY COMPLICADAS
desde una perspectiva terapéutica. De este PARA LAS PERSONAS CON
modo, trataremos: DEMENCIA. ¡DEBEMOS TENERLO
• Las actividades básicas de vida diaria. EN CUENTA CUANDO PLANTEEMOS
• Las actividades instrumentales de vida LAS INTERVENCIONES Y
diaria. PONGAMOS EN MARCHA
• Las nuevas tecnologías. LAS ACTIVIDADES!
Las nuevas tecnologías se refieren a todos los avances que se han realizado en
las áreas de información, comunicación, y otros ámbitos que han visto nuevos desarro-
llos tecnológicos en los últimos años. Dado el rápido avance en las nuevas tecnologías y
su implantación en todos los ámbitos de la sociedad, es importante que, si la persona
desea participar en comunidad y tener una actividad independiente, sea capaz de
manejarlas.
Las actividades básicas de vida diaria (ABVD) tienen que realizarse diaria o
casi diariamente, por lo que las tareas que se realicen en torno a estas actividades ten-
drán que hacerse de manera continuada. Algunos ejemplos de esto son la higiene y el
aseo personal, el vestido, el control de esfínteres y el uso del baño, y la alimentación.
2. RECOMENDACIONES Y REQUISITOS
Conocer a la persona
Una gran cantidad de actividades básicas de vida diaria están relacionadas con la
autoimagen. La imagen que mostramos al mundo es nuestra seña de identidad: a través de
la ropa, del pelo, del maquillaje o de la falta del mismo, de los accesorios, estamos explicán-
doles a los demás quiénes somos y cómo somos. Por ello, debemos respetar la imagen que
la persona mayor quiera dar de sí misma, especialmente cuando tratamos con personas en
un proceso de demencia cuya identidad puede verse amenazada por la enfermedad.
Otra opción es facilitar las tareas a través de opciones, por ejemplo: “¿Quieres
ponerte la camiseta azul o la gris?”
Mantener rutinas
Mantener un horario fijo y constante a la hora de realizar las actividades de vida
diaria, tales como la comida, la higiene o la hora de ir a dormir, así como el orden en el
que se realizan las tareas, facilitará la ejecución de las mismas. Esto contribuirá a gene-
rar un espacio más predecible y estable en el que la persona mayor sea capaz de mover-
se con mayor seguridad, sabiendo qué esperar de su entorno y posibilitando una mejor
adaptación. Dicho esto, no debemos tampoco permitir que la rutina se vuelva aburrida
e insustancial para la persona.
Dar tiempo
Algunas personas mayores con de-
mencia pueden requerir más tiempo para
procesar la información, para generar una
respuesta y para ejecutar dicha acción.
Otras personas mayores, por el contrario,
pueden ser incapaces de filtrar sus réplicas
en lugar de pensar con tiempo por afecta-
ciones en la inhibición. En cualquiera de es-
tos casos, tendremos que responder con
paciencia y calma, y entender que se trata
de un síntoma más de la enfermedad.
Tendremos que darle tiempo para que pue-
da responder, y sólo entonces podremos
ayudarle.
b. ENTRENAMIENTO EN ACTIVIDADES
En relación a las ABVD, como se ha dicho, se realizará prácticamente a diario
debido a la propia naturaleza de las actividades que aquí se incluyen: alimentación, hi-
giene y aseo (cepillado de dientes, lavado de cara, lavado de manos, baño o ducha, aseo
personal), uso del retrete, control de esfínteres, sueño. El nivel de intervención de la
persona dependerá, como es de esperar, de las capacidades que conserve.
Existen varias formas de trabajar estas actividades con ayuda del cuidador, como
por ejemplo:
• Con supervisión. La persona mayor realiza la tarea de manera independiente y
autónoma, y la persona cuidadora sólo interviene en caso de que se precise su ayu-
da. Por ejemplo, podríamos dejar que la persona realizase por su cuenta la tarea
del vestido, aunque luego corroborásemos visualmente que las ropas que ha esco-
gido son adecuadas para la época del año y que se las ha colocado correctamente.
• Con guías. La persona mayor realiza la tarea con apoyos externos, aunque toda-
vía de manera autónoma. Estas guías pueden ser:
- Verbales, en forma de instrucciones por parte de los cuidadores. Por ejem-
plo, es muy común que, con el avance de la demencia, las personas mayores
se “olviden” de comer en mitad de la tarea; en ocasiones, sólo necesitan
que alguien les recuerde que sigan comiendo para acabar con la tarea.
4. A TENER EN CUENTA
Las personas mayores son personas y, por tanto, son valiosas en sí mismas, sin
importar las capacidades que conserven. Debemos ser especialmente conscientes de
cómo les tratamos en momentos tan íntimos, personales y vulnerables como las ABVD.
Por tanto, las actividades en estimulación cognitiva están pensadas para explo-
tar esta capacidad del cerebro a través de ejercicios enfocados en el entrenamiento de
las funciones mentales superiores. Concretamente, la estimulación cognitiva preten-
de trabajar los siguientes ámbitos: atención-concentración, orientación, memoria, len-
guaje, cálculo, funciones ejecutivas, percepción, razonamiento, gnosias y praxias.
Esta terapia está especialmente recomendada para personas mayores con dete-
rioro cognitivo leve, puesto que ayuda a detener el avance de la enfermedad y, ade-
más, permite un mayor rango de actividades. Sin embargo, las personas en estados
moderados de la demencia también pueden realizar estos ejercicios; simplemente re-
querirán adaptaciones y una mayor guía por parte del cuidador.
1. PROCEDIMIENTO
Si se procede con el formato grupal, es necesario que todas las personas mayo-
res de un mismo grupo estén en el mismo estadio de la enfermedad, preservando capa-
cidades similares.
2. RECOMENDACIONES Y REQUISITOS
3. ACTIVIDADES
a. ORIENTACIÓN A LA REALIDAD
La Terapia de Orientación a la Realidad (TOR) se refiere a un conjunto de acti-
vidades dirigidas a trabajar la orientación temporal, espacial y personal, con el objetivo
de mantener la comprensión del mundo que rodea a la persona. Entre estas actividades
podemos incluir ejercicios como:
• Preguntarle a la persona por la hora, el día de la semana y del mes, el mes, la
estación del año, el año, si se aproximan determinadas festividades o fechas
importantes, etcétera. Esto podría trabajarse individual o conjuntamente.
• Preguntarle a la persona en qué sala nos encontramos, en qué edificio, calle, ciu-
dad, comunidad, país, etcétera. Dependiendo del lugar en el que nos encontremos,
b. FICHAS DE TRABAJO
En los talleres de estimulación cognitiva, es muy común emplear fichas o cuader-
nillos de trabajo. Existen numerosas versiones accesibles en el mercado y online; por
ello, debemos ser muy conscientes de las habilidades que preserva la persona y encon-
trar las fichas que se adecúen a su capacidad de trabajo.
c. JUEGOS DE SOBREMESA
Una forma de realizar la estimulación cognitiva y que puede resultar más intere-
sante y atractiva es a través del uso de juegos de sobremesa. Muchos de estos requieren
la participación de más de una persona, como el dominó o el parchís, pero también pue-
den buscarse alternativas individuales, como los puzles o ciertos juegos de cartas.
d. USO DE LA TECNOLOGÍA
Una modalidad de estimulación cognitiva que cada vez está teniendo un mayor im-
pulso es la utilización de las nuevas tecnologías.
En los últimos años, se han ido creando programas de estimulación cognitiva por
los que las personas mayores pueden realizar las actividades en ordenadores y tablets.
Las principales ventajas de este formato son el feedback inmediato y la personalización
de los ejercicios, los cuales pueden escogerse automáticamente desde una gran base de
datos en función de los resultados que obtenga la persona mayor.
Un ejemplo de esto sería el olor a una determinada comida que un ser querido
preparaba, el cual podría no sólo recordarnos a esa persona, sino también a una situa-
ción concreta donde disfrutamos de ese plato y de su compañía.
Una de las grandes ventajas de esta TNF es que se puede realizar con la persona
mayor sin importar qué tan avanzada esté la enfermedad de Alzheimer, pues se
puede adaptar y tener efectos en todos sus estadios.
1. PROCEDIMIENTO
Para que el trabajo con reminiscencias tenga efectos significativos sobre la persona
mayor, se recomienda trabajar de manera continua y constante. Podemos plantear las ac-
tividades en torno a la terapia de reminiscencia de dos formas: individualizado y genérico.
Asimismo, las sesiones de reminiscencia suelen estar pensadas para trabajar du-
rante, al menos, 50 minutos. En este ámbito tendremos que tener en cuenta, también,
la capacidad de la persona para mantener la atención, y no deberemos forzar cuando la
persona comience a sentir agotamiento o desinterés.
2. RECOMENDACIONES Y REQUISITOS
Conocer a la persona
Como se ha visto, y dada la propia naturaleza de la terapia de reminiscencia, una
de las principales recomendaciones es que la persona a cargo de la terapia sea conoce-
dora de la historia de vida de la persona o personas mayores que va a tratar. Al fin y al
cabo, cuanto más la conozca, más fácil le será ajustar la búsqueda de elementos desen-
cadenantes de recuerdos que sean significativos para la persona mayor. Esto facilitará,
a su vez, que la persona sea capaz de traer a la memoria recuerdos de su pasado, y que
la terapia fluya.
3. ACTIVIDADES
a. RECUERDOS VISUALES
Para estimular la memoria ligada a recuerdos visuales, podemos trabajar
programas, series, películas y elementos publicitarios de la época de juventud de
la persona mayor.
Al igual que con los vídeos, tendremos que fomentar la participación a través de
preguntas, como: ¿Recuerdas haber visto esta fotografía antes? ¿Recuerdas qué está
sucediendo en la foto? ¿Me lo puedes explicar? ¿Con quién estabas cuando ocurrió?
¿Qué sientes al verlo? ¿En qué piensas al ver la foto?
b. RECUERDOS AUDITIVOS
Para trabajar los recuerdos desde la estimulación auditiva, podemos hacer uso
de programas de radio famosos antiguos.
Además, podemos buscar canciones antiguas. En este caso, también podemos in-
cluir canciones con significado especial para la persona, como canciones que se utilizaran en
eventos importantes: bodas, fiestas, celebraciones, actividades de carácter religioso, etc.
Algunas de las preguntas que podríamos formular en este caso son: ¿Te gustaba
esta canción? ¿Sabes si era muy famosa? ¿Recuerdas quién cantaba esto? ¿Te acuerdas
de otras canciones del mismo cantante? ¿Eras su fan? ¿Qué cantantes o grupos te gus-
taban? ¿Podrías decir o cantar alguna de sus canciones?
c. RECUERDOS TÁCTILES
En esta área, podemos presentar a la persona con objetos antiguos que pudie-
ron formar o que formaron parte de su vida. La presentación de estos objetos puede
hacerse mediante representación gráfica (por ejemplo, observando fotografías en pa-
pel o en una Tablet) o mediante la presencia tangible del propio objeto.
En el caso de presentar los objetos de manera física, podremos plantear las mis-
mas preguntas. Sin embargo, deberemos fomentar también que la persona toque el
objeto, lo manipule, lo utilice o intente utilizarlo, etcétera.
Los objetos que podemos presentar son muy dispares. Podemos utilizar desde te-
levisores y teléfonos hasta servilletas y objetos básicos del hogar. Aquí podríamos incluir
también objetos personales de la persona, como tapetes, prendas y cualquier otra cosa
que pudiera ser susceptible de hacer que la persona recuerde alguna etapa de su vida.
d. RECUERDOS OLFATIVOS
Los olores son potenciales desencadenadores de recuerdos dado que estamos
rodeados de fragancias de manera casi constante. Estos olores pueden estar ligados a
momentos comunes y cotidianos, como haber crecido al lado de una panadería, o a
eventos o personas específicas, como un perfume concreto que utilizaba un familiar.
e. RECUERDOS GUSTATIVOS
Estas sesiones podemos plantearlas desde distintas perspectivas.
Por un lado, podemos estimular los recuerdos relacionados con la comida a tra-
vés de la enumeración y el listado de las recetas que cocinaban de manera habitual,
así como los pasos que llevaban a cabo.
Por último, también podemos realizar alguna pequeña cata de alimentos o be-
bidas tradicionales de la zona en la que se crio, con el objetivo de despertar
recuerdos de su juventud.
f. RECUERDOS MULTISENSORIALES
Otra forma de trabajar la memoria de manera muy completa es a través de los
paseos y de las visitas a lugares que son conocidos, familiares e importantes para la
historia de la persona mayor. Aquí incluiríamos, por ejemplo, los paseos por su pueblo o
su ciudad y visitas a su casa familiar y a otros lugares importantes de su día a día (la
iglesia, la plaza, los comercios que frecuentaba, a monumentos, etcétera).
En cualquiera de los dos casos, deberemos, LOS PASEOS Y LAS VISITAS SON
una vez más, estimular sus recuerdos a través de ACTIVIDADES ESPECIALMENTE
preguntas: ¿Reconoces este lugar? ¿Cómo se lla- INTERESANTES PORQUE NO SÓLO
ma? ¿Ha cambiado algo? ¿Qué solías hacer aquí? ESTIMULAN LOS RECUERDOS,
¿Con quién ibas? SINO QUE TAMBIÉN SIRVEN
COMO ESTIMULACIÓN FÍSICA,
EMOCIONAL Y SENSORIAL.
4. A TENER EN CUENTA
1. PROCEDIMIENTO
Existen numerosas formas de trabajar las actividades culinarias con las personas
mayores con demencia. En función de la actividad de la que estemos hablando, la tem-
poralidad y la frecuencia puede variar; sin embargo, de manera genérica, se trata de una
terapia que podemos utilizar todos los días.
Conocer a la persona
Las actividades culinarias que realicemos irán en función de los gustos y prefe-
rencias de la persona mayor. Tendremos que escuchar y atender a sus decisiones a la
hora de comer, buscar un ambiente que se le haga cómodo, ajustarnos tanto como po-
damos a su preferencia de horarios, etcétera.
3. ACTIVIDADES
a. COMEDORES AGRADABLES
Comer es mucho más que la mera ingesta de alimentos. El ritual que lo rodea es
casi tan importante como la propia comida que ingerimos. Un entorno desagradable
hará que la experiencia sea desagradable, por muy rica que esté la comida; por otro
Por ejemplo, en los casos en los que estemos en un comedor con múltiples per-
sonas, sería recomendable dividir las mesas en función de las relaciones sociales.
De ese modo, las personas podrán compartir el rato de las comidas con sus amigos y
seres queridos.
Otro ejemplo sería dejar que se sentase tal y como está acostumbrado. Hay per-
sonas que siempre han comido al lado de la ventana, o en determinado lateral de la
mesa; y otras personas han comido siempre en un sillón o sofá. Si los recursos y las cir-
cunstancias lo permiten, sería pertinente que mantuvieran sus estilos de vida.
b. MENÚS A LA CARTA
Las demencias afectan a la toma de decisiones y su memoria, pero eso no quiere
decir que las personas dejen de tener preferencias.
Podemos hacer más agradable las horas de las comidas dejando que la persona
mayor escoja sus propios menús. En ocasiones, y en función de las capacidades que
preserve, esto requerirá simplificar la tarea para que la persona pueda escoger, como
por ejemplo:
• Dar a elegir entre un número limitado de opciones de comida; por ejemplo,
“¿quieres sopa de fideos o quieres una ensalada?”
• Dar a escoger dentro de un grupo de comidas; por ejemplo: “¿qué pescado
quieres comer?”
• Permitir que la persona opine sobre la forma en la que se cocina y/o se acompaña
la comida; por ejemplo: “¿quieres la carne poco hecha o en su punto?”, “¿quieres
acompañarla con patatas o con ensalada?”
c. EL PLACER DE COCINAR
Cocinar es una actividad especialmente interesante en aquellas personas que
han realizado esta tarea durante toda su vida, o que disfrutaron de ella antes del co-
mienzo de los síntomas de la demencia. Sin embargo, un taller así ha de mantenerse
abierto a todos aquellos que muestren interés, pues tiene numerosos beneficios.
Las tareas de cocinar se pueden dividir en muchas subtareas, las cuales pueden
ser sencillas, rayando en la repetición, pero pueden facilitar la participación y la relaja-
ción de las personas con demencia. Estas subtareas dependerán de las capacidades de
la persona: escoger los ingredientes, medir las cantidades, mezclar, verter, amasar, ba-
tir, probar la comida, dirigir la realización de la receta, etcétera.
Tenemos que tener en cuenta siempre las preferencias y los gustos de la persona
a la hora de la comer para que la experiencia sea lo más agradable y fluida posible. Sin
embargo, también recalcamos aquí la importancia de nuestro papel como cuidadores
de la persona mayor con demencia, y de cómo debemos asegurar su bienestar.
Las actividades musicales con fines terapéuticos hacen uso tanto de la música en
sí misma como de los distintos elementos que la componen, como el sonido, la melodía,
el ritmo, la armonía o las letras. Estos ejercicios se realizan, principalmente, en dos mo-
dalidades:
• A través de técnicas pasivas, donde la persona se limita a recibir la informa-
ción musical, sin realizar ninguna clase de acción; por ejemplo, escuchando una
determinada canción.
• A través de técnicas activas, donde la persona ha de implicarse en la realiza-
ción de la actividad, requiriendo cierta coordinación corporal y cierta creativi-
dad; por ejemplo, bailar al son de la música.
1. PROCEDIMIENTO
Otros elementos básicos son los instrumentos. Aquí existe también una gran
variedad de opciones entre las que escoger, y la elección dependerá mayormente de las
capacidades de la persona mayor y de sus intereses. Lo común, sin embargo, es utilizar
instrumentos sencillos de percusión que no requieran entrenamiento previo: maracas,
huevos sonoros, carracas y matracas, sanzas, cajas chinas, xilófonos, metalófonos, ca-
rrillones, bongos, boomwhakers, panderetas, tambores oceánicos, coronas de címba-
los, güiros, raspadores, castañuelas, cascabeleros, campanillas, platillos, triángulos, cla-
ves, etcétera.
Además, hay también instrumentos adaptados para las personas con dificulta-
des motoras, como cintas de cascabeles en las muñecas o en los tobillos.
3. ACTIVIDADES
b. BINGO MUSICAL
Esta actividad ha de hacerse necesariamente en grupo, y tiene una mecánica muy
similar a la de un bingo. Sin embargo, en lugar de cantar números, se “cantan” canciones.
Los cartones incluyen canciones que sean familiares para las personas mayores
que participen, y todas ellas están incluidas en una misma lista de reproducción. A con-
tinuación, se pone la lista en modo aleatorio, y las personas deben ir tachando las can-
ciones en sus cartones a medida que éstas suenen. Gana quien primero tache todas las
canciones de su cartón.
c. RITMOS Y BAILES
También existen ejercicios musicales que se centran principalmente en el ritmo,
ya sea utilizando canciones de base o inventándolo:
e. TOCANDO INSTRUMENTOS
En función de los recursos disponibles, ¡RECUERDA! LOS INTRUMENTOS
se pueden preparar sesiones donde la persona QUE UTILICEMOS HAN DE SER
mayor toque instrumentos de música, como los FÁCILES DE USAR PARA GENTE
ya mencionados en anteriores apartados. Estas QUE NO TENGA
actividades pueden ser guiadas, siguiendo pautas CONOCIMIENTOS MUSICALES.
específicas dispuestas por los cuidadores, o pue-
den ser espontáneas, permitiendo que la persona mayor explore la creación del sonido.
f. FESTIVIDADES
Tomando inspiración de ejercicios ya explicados, se pueden hacer sesiones dedi-
cadas específicamente a cancioneros relacionados con determinadas festividades,
como las navidades o los cumpleaños. Por ejemplo, escuchar canciones, retarles a que
las adivinen, animarles a cantarlas e, incluso, a tocarlas, etcétera.
g. MÚSICA INDIVIDUALIZADA
En el caso de las personas con estados de demencia severa, se recomienda rea-
lizar sesiones de música donde la persona mayor pueda escuchar canciones que sean
significativas para su historia personal a través de auriculares o cascos.
Fig. 13. Persona mayor escuchando música con cascos. Fuente: FRRA.
h. AL FINAL DE LA VIDA
La música también puede ayudar en los momentos finales de la vida de la per-
sona mayor. Como ya se ha explicado, puede servir de vehículo para la comunicación,
además de mejorar determinada sintomatología, como la agitación, la tristeza o la falta
de concentración; algunos estudios afirman, incluso, que disminuye el dolor.
4. A TENER EN CUENTA
Como en todas las actividades que se realicen con personas con demencia, es
fundamental ser consciente de las capacidades de las personas con las que trabajamos
y adaptar las tareas. Esto requiere no sólo que utilicemos materiales adaptados a sus
necesidades, como en el caso de los instrumentos que ya se ha comentado, sino tam-
bién que adaptemos las instrucciones.
1. PROCEDIMIENTO
Lo que debemos recordar es que, para poder llevar a cabo estos ejercicios, la
persona ha de sentirse cómoda en el espacio que hayamos escogido. La sala puede
parecer ajena y poco comprensible para una persona mayor con demencia, especialmente
si está llena de aparatos desconocidos. Por ello, es recomendable que la persona entre
en contacto con la sala antes del comienzo de la terapia.
2. RECOMENDACIONES Y REQUISITOS
Conocer a la persona
Para llevar a cabo esta actividad, debemos ser conscientes no sólo de sus necesi-
dades, sino también de sus preferencias y sus límites.
b. ESTIMULACIÓN AUDITIVA
El objetivo de estas actividades es estimular la audición a través de la utilización
de diferentes sonidos. La audición es fundamental para poder relacionarnos con otras per-
sonas y con el entorno, pues, por norma general, tiene un gran peso en la comunicación.
c. ESTIMULACIÓN TÁCTIL
La estimulación táctil se realiza a través del contacto de la piel con diferentes ele-
mentos externos. La piel es capaz de recibir una gran cantidad de información muy va-
riada de los objetos que entran en contacto con ella, como su tamaño, forma, textura,
dureza o temperatura.
f. ESTIMULACIÓN SOMÁTICA
Para la estimulación somática también hacemos uso de la piel; sin embargo, los
objetivos son más “simples” que la estimulación táctil puesto que se trata de un sentido
basal, innato.
La estimulación somática se realiza con todo aquello que la persona sea capaz de
percibir a través de su propio cuerpo, principalmente lo que entra en contacto con el
mismo. Por ello, el principal órgano que se utiliza es la piel, pues es el primer límite entre
la persona y el mundo exterior. A través de la piel, como hemos dicho, podemos percibir
presión, frío, calor, tensión, texturas y dolor.
g. ESTIMULACIÓN VIBRATORIA
La estimulación vibratoria se refiere a la experimentación de vibraciones.
Estas vibraciones pueden venir del propio cuerpo de manera natural, como el
ruido del estómago y del intestino, o los latidos del corazón. Estos sonidos los sentimos
más que los escuchamos, transmitidos a través de los huesos y de las “cajas de resonan-
cia” que se forman en nuestro cuerpo. Lo más común y sencillo de usar en las interven-
ciones, sin embargo, es la voz.
Por otro lado, también nos podemos servir de aparatos externos de apoyo.
h. ESTIMULACIÓN VESTIBULAR
El sentido vestibular se refiere a la percepción del posicionamiento del propio
cuerpo en el espacio, así como sus acciones: conocer si estamos sentados o tumbados,
si estamos de pie y si estamos manteniendo el equilibrio, si estamos quietos o caminan-
do y a qué velocidad nos movemos, etcétera.
4. A TENER EN CUENTA
Por ejemplo, y como hemos visto, podemos incluir tareas con peluches que se
iluminen bajo la luz ultravioleta. Sin embargo, aunque estas actividades se han incluido
bajo la estimulación visual, también formarían parte de la estimulación táctil al tratarse
de un producto susceptible de ser tocado y manipulado.
Esta relación de apego con el muñeco hace que se “inviertan” los roles una vez
más, puesto que entienden al muñeco como una criatura a la que han de cuidar y prote-
ger. El muñeco activa los sentimientos innatos y, en ocasiones, de historia de vida, de
cuidado. De este modo, la persona mayor con demencia pasa de ser la persona que re-
cibe los cuidados a ser la que cuida, lo que puede ser una experiencia familiar, conocida
y relajante.
1. PROCEDIMIENTO
2. RECOMENDACIONES Y REQUISITOS
En el caso de las mascotas robots, este último punto no se cumple. La mayor par-
te de las mascotas robots tienen forma de perros y gatos (aunque se han usado, incluso,
bebés foca), y gran parte de los beneficios que tienen sobre las personas mayores se
En el caso de los muñecos bebés, por ejemplo, serían cunas, mecedoras, mantas,
etcétera; además de objetos que pudieran utilizar para interactuar con el muñeco,
como biberones, ropitas, pañales, entre otros. En lo referente a las mascotas robots,
podríamos incluir cepillos, camas, mantas, collares, etcétera.
3. ACTIVIDADES
Así, podríamos preguntarle si alguna vez tuvo muñecos y tirar de ese hilo, o se-
guir utilizando el muñeco de manera simbólica: “¿Alguna vez cuidaste de un bebé/ani-
mal como este? ¿Cómo lo hacías? ¿Me lo muestras?”
En ocasiones, puede ocurrir que la persona mayor sepa que es un muñeco, pero
que, aun así, trate al muñeco como si fuera de verdad, como si alternara entre creencias
y/o realidades. Esto es normal. Los muñecos, al fin y al cabo, tienen como objetivo des-
pertar sentimientos de calma, de cariño y de deseo de protección.
c. CUIDANDO MUÑECOS
Sin importar si la persona cree que es un muñeco o si es un bebé/un animal de
verdad, una de las actividades más comunes para trabajar es el cuidado y las activida-
des relacionadas. De este modo, la persona mayor recupera el rol de cuidador de nue-
vo, y trabaja diversas áreas: la memoria (para recordar cómo cuidar a la criatura), la
psicomotricidad (para realizar las acciones de cuidado), las funciones ejecutivas (para
decidir qué acciones tomar y en qué orden), entre otros.
Por supuesto, como cuidadores podemos dar las guías que la persona requiera.
La presencia del muñeco es beneficiosa, por tanto, como regulador de las emo-
ciones. Ayuda a que la persona mayor no sólo se sienta más tranquila, sino también más
4. A TENER EN CUENTA
Fig. 17. Persona mayor acariciando dos muñecos en forma de bebé.Fuente: FRRA.
En una línea similar, tendremos que tener cuidado con las interpretaciones y las
acciones de la persona mayor con respecto al muñeco. Es posible que, debido al hecho
de ser un objeto inerte y sin respuestas, la persona mayor piense que está muerto, lo
que cause angustia. También es posible que la persona mayor se vuelque tanto en el rol
de cuidado que se agote a sí misma. En ambos casos, deberemos intervenir.
Por otro lado, la dollterapia puede generar una serie de problemas éticos en los
cuidadores al tratarse de una actividad que requiere entregar muñecos a personas mayores
(lo cual algunos considerarían infantilizar), además de la posibilidad de “mentirles” al
dejarles creer que el muñeco está “vivo”.
Por supuesto, cada uno es libre de actuar en concordancia con sus ideales. Sin
embargo, también es importante entender que los muñecos que se utilizan en dolltera-
pia no son más que otro recurso terapéutico, similar a los instrumentos en las activida-
des musicales o los tubos de luz en estimulación sensorial. El valor de un objeto es aquel
que nosotros deseemos darle y, en este caso, es terapéutico.
Por último, también es necesario recalcar el posible sesgo de género que puede
ir asociado a esta terapia: al fin y al cabo, no sólo se basa en recuperar el rol de cuidado,
sino también en entregar muñecos, usualmente en forma de bebé. Si bien es probable
que tenga una mayor aceptación por parte de las mujeres mayores, no debemos dejarnos
llevar por estos estereotipos y prejuicios; en su lugar, debemos dar la oportunidad a
todo el mundo de participar.
Dicha limitación no influye únicamente en sus habilidades físicas, sino que tam-
bién tiene efectos negativos en sus capacidades cognitivas, emocionales y sociales. Al
fin y al cabo, las habilidades motoras nos permiten estar en contacto con el mundo y con
las personas que nos rodean y, por tanto, son un método importante para recibir estí-
mulos del exterior. Si estas habilidades comienzan a limitarse, afectará nocivamente a
toda la persona en su conjunto.
1. PROCEDIMIENTO
Fig. 18. Dos personas mayores ejercitándose con una pelota. Fuente: FRRA.
2. RECOMENDACIONES Y REQUISITOS
En línea con este último punto, deberemos asegurarnos de que contamos con
material suficiente para todos los participantes y todas las actividades propuestas. Por
ejemplo, tener balones suficientes para todas las personas que realicen los ejercicios.
3. ACTIVIDADES
a. MOVILIZACIONES Y TRANSFERENCIAS
Las movilizaciones y transferencias son actividades físicas que se realizan con las
personas que se encuentran en estado de (gran) dependencia. El objetivo es mantener
y mejorar las capacidades físicas de la persona, además de favorecer su salud (evitar
úlceras por presión, mejorar la circulación sanguínea, prevenir las atrofias musculares y
las rigideces articulares, etcétera).
Las transferencias implican un cambio de una superficie a otra. Por ejemplo, pa-
sar de la silla de ruedas a la cama.
b. SALIDAS DE PASEO
Las actividades de paseos consisten en caminar y/o desplazarse. Este paseo
puede realizarse en zonas interiores, como por los pasillos de un edificio o un jardín
interior, o en zonas exteriores, como el parque o las calles del barrio. Los participantes
pueden tener distintos niveles de capacidades físicas en función del objetivo de la acti-
vidad, y puede estar guiado por cuidadores, familiares, voluntarios, e incluso otras per-
sonas mayores.
c. GIMNASIA SUAVE
Otra forma de trabajar las habilidades físicas de la persona mayor es a través de
ejercicios en psicomotricidad o gimnasia suave. Debemos implantar primero aquellas
actividades de bajo impacto para, posteriormente y de forma gradual, aumentar la in-
tensidad en función de los resultados de la persona.
e. MANUALIDADES
Las manualidades se emplearían, en
este caso, para el entrenamiento de la
motricidad fina; es decir, para trabajar
movimientos pequeños y precisos. Ade-
más, si incluimos variedad en aspectos
como la textura, el color, la forma o el tama-
ño, podremos trabajar la estimulación sen-
sorial y la estimulación cognitiva.
f. EJERCICIOS DE RELAJACIÓN
Las actividades orientadas a la relaja-
ción son muchas y muy dispares. Por ejemplo: Fig. 19. Personas mayores realizando un taller
de artesanía. Fuente: FRRA.
• Ejercicios de respiración. Están
dirigidos al control y al manejo de la respiración. Aquí se incluiría, por ejemplo, la respi-
ración profunda. Esta técnica requiere que la persona se coloque en una postura cómo-
da con la espalda recta y que ponga una de sus manos en el pecho y la otra en el estóma-
go. A continuación, deberá inspirar profundamente por la nariz y expirar el aire por la
g. BAILES
Como ya hemos visto, los beneficios que aporta la música a la persona mayor son
muchos. Si unimos la música con el ejercicio físico, por tanto, obtenemos una actividad
altamente beneficiosa a la par que interesante y creativa: bailar.
4. A TENER EN CUENTA
1. PROCEDIMIENTO
2. RECOMENDACIONES Y REQUISITOS
De este modo, podremos escoger mejor qué tipo de animal y qué tareas adjudi-
carle. Por ejemplo, es posible que algunas personas no estén interesadas en la parte del
juego pero sí quieran cuidar de un animal, por lo que deberíamos buscar un animal que
no requiera gran carga afectiva, como un pez. Por otro lado, si lo que quieren es jugar
con el animal, deberíamos buscar un animal sociable, como un perro.
Del mismo modo, podemos escoger también qué tipo de planta se ajusta mejor a
sus intereses. Si no se trata de una persona muy constante o que quiera algo sencillo de
cuidar, es posible que requiera de una planta de bajas atenciones, como un cactus.
3. ACTIVIDADES
Clásicamente, se utilizan perros y gatos dado que son las mascotas más extendi-
das y, además, las más fácilmente adiestrables. No obstante, no olvidemos incluir tam-
bién la posibilidad de utilizar pájaros, otros pequeños animales (hámsteres, ratones,
tortugas y otros reptiles, peces), e incluso caballos. Mientras tengan un carácter ade-
cuado, pueden servir. Y, por supuesto, el tipo de actividad variará en función del animal
que vayamos a usar.
b. CUIDADO DE ANIMALES
Otra actividad muy importante relacionada con los animales es el propio cuidado
de los mismos, el hecho de responsabilizarse de su bienestar.
c. CULTIVO DE PLANTAS
El cuidado y el cultivo de plantas cuenta con dife- ¡PODEMOS CULTIVAR
rentes modalidades. NUESTROS PROPIOS
ALIMENTOS PARA,
Por un lado, podríamos realizar actividades rela- POSTERIORMENTE,
tivas al cuidado de plantas, como macetas de interior o REALIZAR LOS TALLERES
arbustos de jardín. En estos casos, el cuidado tiene DE COCINA!
principalmente un componente estético, aunque sigue
contando con todos los beneficios que ya hemos mencionado.
d. MANUALIDADES
RELACIONADAS
Existen otros ejercicios relacionados
con las plantas que podemos realizar y que
no están directamente relacionados con la
plantación y el cuidado de las mismas. Por
ejemplo, podemos realizar numerosas ma-
nualidades con flores secas, como álbu- Fig. 21. Personas mayores cultivando plantas
en un huerto adaptado. Fuente: FRRA.
mes de fotos con flores prensadas, ramos
de flores, coronas de flores, figuras de flo-
res, etcétera.
Asimismo, también podemos realizar actividades relacionadas con las plantas sin
tener que tocar una sola planta. Por ejemplo, podemos pintar y decorar maceteros que,
posteriormente, otras personas utilizarán para sus plantas.
Estos paseos pueden llevarse a cabo por espacios verdes urbanizados, como jar-
dines cerrados, circuitos adaptados o parques, o por senderos, vías verdes y otros es-
pacios naturales. La zona de paseo dependerá de las capacidades que preserve la per-
sona en cuestión de habilidades motoras.
Los estereotipos y los prejuicios son sesgos cognitivos negativos que afectan a un
grupo poblacional en concreto y que desencadenan en la actitud discriminatoria. Más
específicamente, estos sesgos se refieren a falsas creencias, a simplificaciones de la reali-
dad y a generalizaciones, de modo que todo un grupo de personas completamente dife-
rentes entre sí acaba siendo “igual” a nuestros ojos debido a estos estereotipos y prejui-
cios. Los prejuicios conllevan, además, un componente emocional y usualmente negativo.
1. PROCEDIMIENTO
No hay un tiempo de duración por sesión determinado, puesto que las activi-
dades varían enormemente entre sí. Por tanto, para escoger el tiempo que dure cada
2. RECOMENDACIONES Y REQUISITOS
3. ACTIVIDADES
a. SALIDAS AL BARRIO
Las actividades intercomunitarias pueden realizarse fácilmente permitiendo
que la persona mayor se relacione con su entorno dentro de su propia comunidad.
Esto incluiría salidas a cafeterías o bares, compras en las tiendas del barrio, paseos por
el parque o por la plaza, etcétera. Este tipo de salidas facilitará, además, que la persona
mayor se familiarice y se relacione con sus vecinos.
b. SALIDAS CULTURALES
Otra opción es realizar salidas culturales, las cuales dependerán ampliamente de
las preferencias de la persona mayor. Algunos ejemplos son charlas, visitas a museos o ex-
posiciones, visitas a monumentos o edificios históricos, sesiones de música o conciertos,
actuaciones, teatro, cine, etcétera.
Fig. 23. Personas mayores tomando café en la terraza de un bar. Fuente: FRRA.
4. A TENER EN CUENTA
Es importante recordar que, por sus propias características como actividad in-
tercomunitaria, para su realización debemos conseguir que la persona mayor se sienta
incluida, partícipe e integrada en la comunidad. Esto requerirá, a menudo, que se rela-
cione con otras personas.
Relacionarnos con otras personas es positivo, pero también supone confiar du-
rante la actividad terapéutica en un elemento que está completamente fuera de nues-
tro control. Las demás personas responderán, reaccionarán y actuarán de maneras
que, posiblemente, no seremos capaces de predecir. Por ello, y en función de las capaci-
dades de la persona mayor, deberemos estar atentos para poder intervenir y evitar
malentendidos que desencadenen, por ejemplo, en agitación.
Todo el mundo desea sentirse a gusto en el lugar en el que vive, y esto incluye,
por supuesto, a las personas mayores. Elementos tales como el espacio y el tamaño, la
disposición de los muebles, la decoración, la luz, los olores o el ruido pueden afectar
significativamente al estado de ánimo de una persona. Dependiendo de cómo esté or-
ganizado el ambiente, nos sentiremos más o menos cómodos y, por tanto, con una ma-
yor o menor predisposición a sentir emociones y a tener actitudes positivas.
1. PROCEDIMIENTO
Para que el ambiente sea un aliado terapéutico, debemos hacer que sea com-
prensible y agradable para la persona mayor. Por ello, se ha propuesto que los entornos
en los que viva la persona mayor sean similares a los de una casa, con la capacidad de
ajustarse a sus necesidades y preferencias. En otras palabras, han de ser entornos
hogareños, cálidos, accesibles y personalizables.
En ocasiones, sin embargo, los espacios de los que disponemos son muy amplios.
En estos casos, podríamos utilizar y colocar la decoración y los muebles de manera
estratégica para que dé una sensación de sala “reducida”, íntima, cálida.
A la hora de escoger los colores que vistan nuestro centro, deberemos utilizar
tonos suaves y armoniosos, que no sean chillones. Asimismo, tendrán que poder dis-
tinguirse fácilmente entre sí para que los diferentes elementos de una misma sala no
se confundan: diferenciar entre la pared y el suelo, entre la pared y la columna, entre la
pared y la puerta, entre los distintos muebles, etcétera.
c. EL RUIDO
Debemos evitar toda clase de ruidos potencialmente desagradables. Eso in-
cluye elementos tales como los gritos o los ruidos estridentes, como el traqueteo de los
carros.
d. LA SEÑALIZACIÓN Y LA SEGURIDAD
Para ayudar en la orientación de las personas mayores, es conveniente que el
centro cuente con diferentes señales y guías: líneas paralelas al suelo, carteles que
muestren la posición de la persona en el centro, imágenes que indiquen la función de
cada sala, etcétera.
e. LA HABITACIÓN
La habitación es un espacio muy importante, pues es donde va a dormir la persona.
Por otro lado, debemos conseguir que el centro de cuidados esté integrado en la co-
munidad. Para ello, podemos habilitar espacios que sean de acceso abierto a todo el barrio,
como espacios lúdicos o patios de recreo. Esto ayudará, además, a que las personas mayores
puedan socializar y a eliminar posibles prejuicios con respecto a este grupo poblacional.
En esta línea, y para poder integrar todos estos elementos, cada vez más se están
observando nuevas formas de disponer del espacio. Un ejemplo relativo a los centros
de cuidado son las unidades de convivencia.