Hjalmar Schacht Ensayo
Hjalmar Schacht Ensayo
Hjalmar Schacht Ensayo
Tras la muerte de Rudolf Havenstein, el cargo de Gobernador del Banco Central de Alemania
recayó en Hjalmar Schacht, que revolucionaría la forma de hacer política económica para
acabar con la hiperinflación. Además, la figura de este personaje también aparecerá más
adelante para salvar la economía tras la Gran Depresión, como ya se expondrá. Es bastante
importante la introducción del Rentenmark, una unidad de cuenta que sustituiría al papel
moneda no respaldado por oro o Papiermark. Sin embargo, esta medida fue propuesta por el
gobierno antes de la entrada de Hjalmar Schacht en el Banco Central de Alemania. En este
caso, se creyó imprescindible el respaldo de la moneda como manera de evitar una nueva
inflación descontrolada, por ello, se tomó la decisión de establecer una hipoteca sobre tierras
agrícolas y ciertas empresas operantes de sectores muy diferentes (Cerdá Omiste, 1991).
6.1 De nuevo, las medidas de política económica llevadas a cabo por parte de Hjalmar Schacht
consiguieron encauzar la economía de Alemania, como había ocurrido anteriormente. En
cuanto a datos macroeconómicos, el PIB per cápita real creció de manera ininterrumpida y
sostenida desde 1933 a 1939.
La vuelta al cargo de gobernador del Reichsbank de Hjalmar Schacht en 1933, junto con su
nombramiento como Ministro de Economía en 1934, fue una apuesta absoluta por la figura de
este economista para llevar a cabo la política económica necesaria para reducir las increíbles
cifras de desempleo con las que llegó Alemania a las elecciones que ganaría el Partido Nazi y
conseguir reflotar la economía alemana, tan dañada en años anteriores. Como se expondrá en
los apartados siguientes, Schacht llevó a cabo una política de nuevo cuño en Alemania, que
revolucionaría todos los indicadores empleados para medir la evolución macroeconómica y
microeconómica del país. Como él mismo enuncia acerca de la labor de un banquero central:
Controlar un banco no es una actividad mecánica que puede ser ejercida de acuerdo con unas
reglas fijadas y a regulaciones. Implica un sentimiento de responsabilidad para con la salud
económica de la mancomunidad. Requiere la capacidad de tomar decisiones, y valor. Necesita
una visión inusual en cuanto a situaciones inusuales, y, cuando es necesario, medidas inusuales
(Schacht, 1967, p.51). En mi opinión, la política económica, tanto fascista como keynesiana,
emprendida por el gobierno hitleriano a partir de 1933, fue llevada a cabo según la opinión y
las necesidades que Schacht veía en la economía alemana. El avance de la economía alemana y
la contención del desempleo tienen la impronta del ministro de Economía, que tomó cualquier
decisión en favor de la recuperación económica. Sin embargo, se enfrentaría a problemas
dentro de su mismo partido a partir de 1936, sobre todo por la intervención de Göring en sus
decisiones. El detonante sería la firma de un acuerdo con Polonia para acordar la
implementación de la transferencia de divisas entre ambos territorios, cuando Schacht no
consideraba oportuna esta decisión por la falta de reservas de divisas del país (Clavert, 2006).
En 1937 renunciaría a la cartera de Economía y en 1939 sería cesado como presidente del
Reichsbank por su oposición al desembolso tan importante que pretendía llevar a cabo el
gobierno alemán para financiar el rearmamento previo a la Segunda guerra Mundial (The
Editors of Encyclopaedia Britannica, 2000). Finalmente, Hjalmar Schacht fue encarcelado por
una acusación de pertenecer al complot que intentó acabar con Hitler en 1944 y,
posteriormente, fue juzgado junto a otros cargos nazis en Nüremberg por el Tribunal
Internacional Militar que establecieron las fuerzas aliadas, el cual lo exculpó (The Editors of
Encyclopaedia Britannica, 2000).
Desde la vuelta de Hjalmar Schacht a la toma de decisiones económicas en Alemania, se
priorizó el aumento del gasto público para aplacar el gran desempleo que sufría la sociedad.
BONOS MEFO
6.2.3.2 El gasto público mediante bonos Los objetivos más importantes desde el punto de vista
del nuevo gobierno, que se debían alcanzar gracias a la política económica, eran el descenso
del desempleo y el rearmamento del país, como ya se ha mencionado. Desde 1933 se llevó a
cabo una política de emisión de bonos que permitirían financiar las estrategias de consecución
de los mismos. Se creó un sistema de financiación entre la banca pública y una serie de
empresas industriales simuladas para la inserción de estos bonos. Los bonos de la empresa
Metallforschungsesellschaft o bonos MEFO fueron los más importantes en cuanto al
rearmamento de Alemania y fueron emitidos conjuntamente entre el Reichsbank, el Ministerio
de Guerra y esta entidad industrial (Ritschl, 2002).
Esta empresa fue creada con un capital social de tan solo un millón de marcos, que fue suscrito
en cuatro partes iguales por Siemens A.G., Gutehoffunungshiitte, Rheinsthal y Krupps. Estas
cuatro grandes empresas crearon la sociedad simulada que permitiría la creación de los bonos
MEFO junto con los estamentos del gobierno anteriormente citados. De la misma manera, el
Reich garantizaba estos bonos MEFO en su totalidad, por lo que acabarían teniendo la
naturaleza propia de los billetes habituales (Schacht, 1967). De hecho, el Reichsbank se
comprometió a aceptar todos los bonos MEFO que los ciudadanos quisieran cambiar
independientemente del número de ellos, la cuantía que representaran, la fecha de finalización
de los mismos o el momento en que se quisieran transformar en dinero, con un tipo de
redescuento fijo del 4%. De esta manera, las empresas y entidades financieras podían emplear
estos bonos como si fuesen una forma más de dinero líquido (Schacht, 1967).
Por tanto, la política económica alemana del período de entreguerras debe entenderse, en un
primer momento, como un intento de volver al lugar que ocupaba el país antes de perder la 63
Primera Guerra Mundial mientras las potencias aliadas (Francia, de manera especial) imponían
unas fuertes sanciones en el Tratado de Versalles. Tras ello, unos años de esperanzadora
recuperación económica gracias a los empréstitos provenientes del otro lado del Atlántico y el
buen hacer de Hjalmar Schacht como gobernador del Banco Central de Alemania. Y, por último,
el hundimiento de nuevo de la economía debido a una espiral de fuerte desempleo causada
por la retirada de capital americano y que arrasó con las perspectivas de mejora económica
que se habían tenido durante buena parte de los años veinte.
7- . La medida con más relevancia fue la creación del “Plan Reinhard”, que consistía en la
inversión de mil millones de Reichsmarks destinados a la obra pública (carreteras, presas,
industria de armamento, modernización industrial, etc.) con el fin de crear empleo, y se
crearon campañas propagandísticas para favorecer a la imagen del partido
Nacionalsocialista11. Pero, ¿Cómo pudo este gran economista financiar estas causas si la
economía estatal era tan crítica?, Schacht, al igual que el resto de alemanes, sabían de primera
mano lo que era sufrir una hiperinflación, así que la creación de dinero por parte del banco
central fue rápidamente descartada, tampoco se podían aumentar los impuestos dada la
pobreza, por lo que se optó por crearlo en forma de préstamos y pagarés (MEFO)12, pero para
no perder la confianza del pueblo, se logró persuadir a cuatro fabricantes de armamento para
que hicieran como “fachada” de la creación de estos bonos, creando así la falsa realidad de que
la financiación no era por parte del gobierno, pero cuya convertibilidad en dinero, quedaba
garantizada a posteriori por el banco central13 . El plan inicial fue exitoso, el paro empezó a
bajar (ver gráfico 1.2.1) y la propaganda daba resultado, pero no pasó demasiado tiempo hasta
que llegaron problemas adicionales. En 1934 las reservas del banco central se redujeron hasta
casi llegar a cero, lo que supuso una crisis cambiaria, las importaciones se vieron drásticamente
reducidas y los productos escaseaban. Esta vez Hjalmar Schacht, ya como ministro de
economía, prepara un nuevo plan, negociar acuerdos comerciales bilaterales, así como
fortalecer y acentuar el control de las importaciones y las exportaciones, plan que dio
resultados, eso sí, con algunas limitaciones. La mayoría de los tratados dieron prioridad a las
importaciones de materias primas para la creación de armamento, lo que hizo que la industria
militar creciese de manera imparable, creando infinidad de empleos, pero a costa de esto, la
industria productora de bienes de consumo y alimentos, cae de manera considerable. La ropa y
los alimentos llegaron a escasear, creando descontento en la población, pero no de manera
grave. Para comienzos de 1936, se pudo afirmar que todas estas medidas fueron exitosas, ya
que de crearon 4 millones de puestos de trabajo en un lapso de 3 años
Consecuencias:
Todas las medidas que tenían que ver directa o indirectamente con el rearme de Alemania,
hacía que el ministro de economía cuestionase las acciones tomadas por Hitler, dado que las
medidas tomadas para incentivar la economía estaban orientadas al corto plazo, y no al rearme
a largo plazo que era lo que proponía el Führer18. Es por eso que Schacht intentó persuadir a
Hitler de que estas políticas aumentaban considerablemente la inflación, pero no lo logró
convencer de la necesidad de reducir el rearme y descubrió que su responsabilidad como
ministro se redujo, a favor de Herman Göering19. En 1936, Göering, como vicepresidente del
Reich y con unos poderes superiores a los que ya tenía, pone en marcha el “Plan de los cuatro
años”20, con el objetivo de suministrar armamento a Alemania y preparar a la nación para la
auto sustentabilidad en un periodo de cuatro años. Uno de los objetivos clave, dentro de la
autarquía, era reemplazar productos que Alemania no producía lo suficiente por métodos
sintéticos para así reducir la dependencia de importaciones
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Hay que tener en cuenta otras consideraciones importantes. Primero, a Hitler no le interesaba
la economía y sabía muy poco del tema. Durante el período 1933-1937 el artífice de la política
económica en Alemania fue Hjalmar Schacht. Aunque Schacht creía “en un papel creativo para
la política monetaria”, Schacht no era “amigo de los programas de obras públicas” (Tooze,
2006, p.41). De hecho, aceptaba los preceptos de la teoría cuantitativa del dinero (en el largo
plazo). En su opinión, la creación de dinero era inofensiva solo si iba acompañada de un
aumento simultáneo en la cantidad de servicios y bienes (1966, p.355). Además, excepto con
respecto a la política de rearmamento (que consideraba vital para Alemania) Sachacht fue un
defensor de la austeridad fiscal. Es probable que Schacht conociera las propuestas de Mosley
de 1930 y también las de Lloyd George de 1929 (ambas fuertemente influenciadas por Keynes).
Sea como fuere, las políticas de expansión del gasto público tenían numerosos adherentes en
Alemania, tanto en el ámbito de la política como el de la academia (Ocampo, 2020d). Además
de ser economista por formación, Schacht tenía dos décadas de experiencia en la banca en el
sector público y privado. Como veremos, no necesitaba copiar ideas supuestamente novedosas
de economistas o políticos ingleses ya que tenía las propias. En mayo de 1934 Schacht
consiguió que Hitler lo nombrara Ministro de Economía en reemplazo de Schmitt (manteniendo
la presidencia del Reichsbank) y se convirtió en el zar de la economía alemana. Sin embargo, su
poder e influencia fueron 32 gradualmente desvaneciéndose a medida que el régimen nazi se
radicalizaba. En noviembre de 1937 fue forzado a renunciar al cargo de Ministro de Economía y
en enero de 1939, harto de su independencia, Hitler le pidió que renunciara a la presidencia
del Reichsbank.
Quizás el aspecto más original de la política monetaria de Schacht fue la emisión de los
llamados bonos Mefo. Sin embargo, su objetivo principal no fue el de financiar obras públicas
para estimular la economía, sino más bien el de financiar de manera subrepticia los crecientes
gastos militares. Esta ingeniería financiera le permitió a Hitler violar los términos del Tratado de
Versalles sin llamar la atención de Inglaterra y Francia. Schacht (1955) reconoció que fue un
esquema “atrevido” que contradecía los “métodos comerciales que las teorías económicas
clásicas de Gran Bretaña nos habían legado” (p. 548). En su opinión, el éxito de los bonos Mefo
demostró empíricamente una idea que Keynes luego demostraría “teóricamente”: que era
“posible compensar la falta de inversión a través de la expansión de crédito sin ningún riesgo
de engendrar inflación”