La Glándulas Suprarrenales Boceto

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1 GLÁNDULAS SUPRARRENALES

También llamadas glándulas adrenales, son dos estructuras de forma triangular,


situadas en los polos superiores de cada riñón, con una masa entre 5 y 6 g, cada
una
de las suprarrenales tiene dos partes: la corteza y la médula, cada parte con
diferente
origen embrionario y diferente función; estas glándulas están ya formadas a las 12
semanas de gestación. (Niemeyer, 2010)
La médula suprarrenal es una masa de tejido nervioso, secreta catecolaminas en
respuesta a señales originadas en neuronas presinápticas, es decir, responde
directamente a órdenes del sistema nervioso, las hormonas secretadas por esta
parte
son adrenalina y noradrenalina que activan el organismo para una respuesta
rápida.
La corteza suprarrenal es esencial para la vida, ya que secreta hormonas que
tienen
efecto sobre el metabolismo del cuerpo, recibe instrucciones principalmente de la
hipófisis a través de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH). (Iglesia, 2009)
La corteza consta de tres partes:
Zona glomerular: que secreta mineralocorticoides, como aldosterona y
vasopresina,
cuya función es controlar el volumen plasmático en el organismo y controlar la
retención de sodio y agua regulando la presión sanguínea.
Zona fascicular: conformada por células voluminosas, por lo que se llaman
espongiocitos, esta porción produce glucocorticoides, de los cuales el cortisol
constituye el 95%.
Zona reticular: es una fuente secundaria de esteroides sexuales como estrógenos
y
andrógenos. (Koolman, 2012)
UNIVERSIDAD DE CUENCA
VIVIANA CALLE VERA
PAOLA RODRIGUEZ GUARACA 21
2.1.1 HORMONAS ESTEROIDEAS
Las glándulas suprarrenales son las que producen estas hormonas en su corteza,
los
esteroides sexuales son secretados en mayor proporción en las gónadas siendo
las
suprarrenales una fuente menor, en el embarazo la placenta también secreta
esteroides. (Moore, 2010)
Todas las hormonas esteroideas se forman a partir del colesterol, el cual puede
ser
sintetizado en las mismas glándulas suprarrenales a partir del acetato o provenir
de la
dieta, el colesterol que circula en la sangre forma parte de las lipoproteínas de
baja
densidad el que es captado por las glándulas suprarrenales, a través de células
que
poseen receptores específicos para estas lipoproteínas. (Koolman, 2012) (Moore,
2010)

La glándula fue descrita en 1564 por Bartolomeo Eustachi y durante los siglos XVII
y XVIII muchos investigadores no lograron demostrar la importancia funcional de
las glándulas suprarrenales hasta la descripción que realizó Addison en 1855, en
su libro ”On the constitutional and local effects of the supra-renal .

La historia de los corticoides comienza con la descripción que Tho-mas Addison


(1793-1860) realizó sobre la melanodermia, más tarde conocida como
Enfermedad de Addison ”Un estado general de languidez y debilidad,
desfallecimiento en la acción del corazón, irritabilidad en el estómago y cambio
peculiar de coloración en la piel”. Estos pacientes evolucionaban indefectiblemente
a la muerte. Las autopsias confirmaban las alteraciones en las glándulas
suprarrenales, lo cual hizo pensar a Addison que existía alguna sustancia
producida por esta glándula que sería responsable de esta condición mórbida.
La glándula fue descrita en 1564 por Bartolomeo Eustachi y durante los siglos XVII
y XVIII muchos investigadores no lograron demostrar la importancia funcional de
las glándulas suprarrenales.
Hasta la descripción que realizó Addison en 1855, en su libro ”On the
constitutional and local effects of the supra-renal capsules” Los estudios de
Addison le valieron cierto prestigio internacional. Fue invitado a París para
participar del tratamiento de un paciente. Mientras estaba en la ciudad recibió un
homenaje de parte de sus anfitriones: Auguste Nelaton y Arman Trousseau. Fue
este último quien propuso el nombre de Enfermedad de Addison para describirla
insuficiencia suprarrenal. A pesar de los descubrimientos, las revistas científicas
de la época no le dieron importancia.

A principios del Siglo XX se desarrollaron estudios experimentales en animales


que demostraron que al removerles las glándulas suprarrenales, desarrollaban
una enfermedad parecida a la Enfermedad de Addison y que al administrarles
extracto de la corteza suprarrenal presentaban mejorías. Gracias a estas
observaciones, se infirió que existía un compuesto en la corteza de las glándulas
suprarrenales que mejoraba la Enfermedad de Addison y se trabajó con solventes
con el objetivo de obtener un extracto purificado para tratar la enfermedad. Los
hechos se fueron sucediendo en forma simultánea en varios centros de desarrollo
científico y tecnológico, siendo la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, donde se
conjugó la presencia de clínicos y científicos, que permitieron el desarrollo y el
estudio de los corticoides, aplicado a la práctica clínica.

En 1925, el reumatólogo norteamericano Phillip S. Hench (1896–1965), en ese


entonces Jefe del Departamento de Enfermedades Reumatoló-gicas de la Clínica
Mayo, notó síntomas de apatía e hipotensión en pacientes que padecían Artritis
Reumatoidea (AR) y Enfermedad de Addison; sin embargo, en su autopsia no se
encontró ninguna alteración estructural de las glándulas suprarrenales, lo que
generó el abandono de dichas observaciones.

Más tarde, en 1929, algo más volvió a llamar la atención de Hench: la remisión de
los síntomas de pacientes con AR que a la vez presentaban ictericia, situación que
también se observó en mujeres embarazadas con AR. Fue así como postuló la
relación entre estos fenómenos con una determinada ”sustancia x”
antirreumatoidea, que inicialmente asoció a disfunción hepática. Su naturaleza de
clínico y los numerosos acercamientos a la investigación en cadáveres, no
pudieron darle explicación a las asociaciones antes mencionadas ni determinar la
misteriosa ”sustancia x”.

A principios de los años 30, Edward Calvin Kendall (1886–1972) junto a su equipo
en la Clínica Mayo, logró preparar, a partir de los extractos de suprarrenales, un
compuesto cristalino conformado por unas 30 sustancias. Para Kendall y su
equipo era difícil saber cuál de todas estas sustancias, cuando estaba ausente,
determinaba la Enfermedad de Addison. A medida que purificaba estos
compuestos los denominaba A,B,C,D,E, etc. Probando los distintos compuestos
fabricó en 1947 el compuesto E, que logró aliviar a un paciente con Artritis
Reumatoide. Decidió denominarlo cortisona, ya que derivaba de la corteza
suprarrenal.

Posiblemente éste es el primer informe sobre el aislamiento de la cortisona. Casi


simultáneamente, el doctor Arthur Grollman del John Hopkins, informó que aisló
un compuesto cristalino de la corteza suprarrenal de las ratas. Por otro lado,
Laboratorios Parke Davis colaboró con Kendall suministrándole semanalmente
extractos de suprarrenal del buey. Entre 1933 y 1936 se lograron avances
importantes y Kendall separó 30 compuestos de la corteza suprarrenal del buey,
de los cuales se lograron purificar cinco de ellos.

No sólo el grupo de la Clínica Mayo trabajó en este propósito sino que J.J Pfiffner
y W.W Swingle junto con el Dr. Oscar Wintersteiner de la Universidad de
Columbia, fueron los primeros en aislar unos pocos milígramos del compuesto E.
Sin embargo ni ellos, niTadeus Reichstein (1897–1996), de la Universidad de
Basilea en Suiza, pudieron reconocer el compuesto activo; un logro que sí pudo
realizar Kendall, quien ya en 1935, utilizaba el compuesto E para la prueba de
trabajo muscular.

En la década de 1940, las dificultades para Kendall eran la separación de estos


compuestos de la glándula suprarrenal, debido a la mezcla con grasa, proteínas,
agua y otros materiales glandulares y por ello, pensó en su síntesis parcial. Así, en
1944, en los laboratorios de investigación de la Clínica Mayo, se sintetizó una
pequeña cantidad de dehidro-corticosterona o compuesto A. La compañía
farmacéutica Merck y Co. Inc. produjo una mayor cantidad del compuesto A y se
utilizó para la Enfermedad de Addison. No obstante, este descubrimiento no fue
bien utilizado y no se obtuvieron los resultados deseados.

Antes de que los norteamericanos entraran en la contienda de la II Guerra


Mundial, a causa del ataque de los japoneses a Pearl Harbor en el otoño de 1941,
los departamentos médicos del Ejército y la Marina requirieron de los servicios del
National Research Council para que les proveyera grandes cantidades de
hormona de la corteza adrenal, ya que podría ser útil en las operaciones militares.
Esto se debió a que existía el rumor de que los pilotos alemanes de la Luftwaffe se
inyectaban extractos de suprarrenales, lo cual les permitía volar hasta una altura
mayor de 40.000 pies, disminuir la fatiga e incrementar la energía corporal. De
esta manera, el National Research Council encargó a varios laboratorios
norteamericanos la preparación de hormonas de la corteza adrenal, para lo cual
se realizaron reuniones preparatorias en Washington que contaron con la
participación de diversos investigadores que aportaron algunas contribuciones.
Todas estas noticias, respecto a estas hormonas, resultaron falsas, pero le
permitió a Estados Unidos, gracias al desarrollo de la industria farmacéutica, la
posibilidad de obtener hormonas sintéticas.

El profesor F.C Kuch de la Universidad de Chicago, logró con Kendall mostrar que
se trataba de un esteroide. Con la ayuda de las compañías Merck, Armoury el
laboratorio Upjohn, se comenzó la producción de la cortisona por vía parenteral.
En mayo de 1949 Upjohn pudo lograr la presentación oral.

Tadeus Reichstein, Edward Kendall y el médico Phillip Hench recibieron el Premio


Nobel de Medicina en 1950. En 1949 los trabajos de Kendall y Hench mostraron el
espectacular efecto de la cortisona en el tratamiento de la Artritis Reumatoide.
Después se mostró que la cortisona (así como la insulina en la Diabetes Mellitus),
no cura la enfermedad, pero el descubrimiento de la actividad de la cortisona fue
un gran paso que nos condujo al moderno conocimiento sobre las hormonas de la
corteza de las suprarrenales y sus usos en medicina.

El equipode la Clínica Mayo y los investigadores de Merck quisieron que el


compuesto E se utilizara en otras partes de Estados Unidos, para lo cual Hench
invitó a cinco investigadores americanos a analizar las observaciones de su
equipo. Hasta la clínica acudieron los doctores Walter Bauer de Boston; Edward
Boland de Los Ángeles; Richard Freyberg de Nueva York; Paul Holbrook de
Tucson; y Edward Rosenberg de Chicago. Durante cinco días observaron dos
pacientes con Artritis Reumatoide tratados con el compuesto E y revisaron los
expedientes de los pacientes tratados con los compuestos E, el compuesto F y la
ACTH. La compañía Merck les proporcionó el compuesto E, para que estudiaran a
dos pacientes en dos semanas, analizaran los resultados y se los enviaran a
Hench y sus colaboradores con el objetivo de ser presentados en el VII Congreso
Internacional de Enfermedades Reumáticas, que se llevó a cabo en 1949 y al cual
asistieron 500 médicos e investigadores. Fue el primer congreso importante de
reumatología después de la II Guerra Mundial y el tema más relevante fue la
presentación del trabajo de Hench, Kendall, Slocumb y Polley, previamente
anunciado en la Clínica Mayo, el 20 de abril de 1949.

El impacto de la presentación del compuesto E en el tratamiento de la Artritis


Reumatoide fue extraordinario y ocupó las páginas del New York Times; periódico
que colaboró en ese momento con la difusión del conocimiento sobre el
reumatismo. Junto al Times de Inglaterra, fueron los primeros en informar a los
médicos sobre el descubrimiento de la cortisona en la Clínica Mayo. Las noticias
que aparecieron en las publicaciones científicas después del Proceeding of the
StaffMeeting of the Mayo Clinic, consistieron en un pequeño resumen de la revista
inglesa Lancet publicado el 23 de abril de 1949. Una semana después, el 30 de
abril de 1949, un total de 22 líneas fueron publicadas en una edición del Primer on
Rheumatic Diseases en JAMA. La fecha exacta en la que Hench presentó los
hallazgos de la cortisona fue el 30 de mayo de 1949, en el VII Congreso
Internacional de Enfermedades Reumáticas, que se desarrolló en Nueva York.
Con la publicación sobre la acción de la cortisona, sobre todo en la Artritis
Reumatoide, los médicos recibieron la presión de los pacientes por los informes
aparecidos en los periódicos, como nunca antes se había observado en el
lanzamiento de un producto.

El descubrimiento de los compuestos E, F y la ACTH y su aplicación en el


tratamiento de la Artritis Reumatoide, el lupus eritematoso, la fiebre reumática y
otras enfermedades autoinmunes, permitió que se ampliaran los estudios clínicos
no sólo en Estados Unidos, sino en otras partes del mundo. En el VII Congreso
Internacional de Reumatología, al cual asistieron los primeros reumatólogos de
muchos países de Latinoamérica, se inició la difusión de los hallazgos en estas
latitudes y se mostró la importancia del uso oral de la cortisona.

En Latinoamérica, los primeros en utilizar los esteroides fueron los chilenos


Rodolfo Armas-Cruz, Joaquín Harnecker y Esteban Parrochia, quienes empezaron
a estudiar a los pacientes con lupus en 1944. En 1951 comenzaron a utilizar la
cortisona en 25 de ellos.
Referencias bibliográficas
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J. Glyn.
The discovery and early use of cortisona.
J R Se Med, 91 (1998), pp. 513-517
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H. Martinez, et al.
Historia de los Glucocorticoides.
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[-]
K. Lovas, E. Husebye.
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Cortisona en el lupus eritematoso generalizado.
Rev Med de Chile, 80 (1952), pp. 442-449
Introducción a las glándulas
suprarrenales
Po r

A s hle y B . Gr os s m a n
, MD , U n i ve rsi ty o f Oxfo rd ; Fe l l o w , Gre e n -Te mp l e to n C o l l e g e

Mo d i fi ca ci ó n /re vi si ó n co mp l e ta ma y. 2 0 2 2

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Existen dos glándulas suprarrenales en el organismo, cada una de las
cuales está situada en la parte superior de un riñón. Son glándulas
endocrinas, que secretan hormonas que se liberan en el torrente
sanguíneo. Cada glándula suprarrenal consta de dos partes.
Médula: la parte interna secreta hormonas, como
la epinefrina (adrenalina) que ayudan a controlar la presión arterial,
la frecuencia cardíaca, la sudoración y otras actividades reguladas
también por el sistema nervioso simpático.
 Corteza: la parte externa de las suprarrenales segrega diferentes
hormonas, incluidos los corticoesteroides (hormonas similares a la
cortisona, como el cortisol) y los mineralocorticoides (en particular,
la aldosterona, que regula la presión arterial y las concentraciones
de sal [cloruro de sodio] y de potasio en el organismo). La corteza
suprarrenal también produce pequeñas cantidades de hormonas
esteroides sexuales masculinas (testosterona y hormonas
similares).
¿Qué son las glándulas suprarrenales?

Las glándulas suprarrenales están controladas en parte por el cerebro.


El hipotálamo, una pequeña área del cerebro que participa en la
regulación hormonal, produce la hormona liberadora
de corticotropina (corticoliberina, corticotropin-releasing hormone, CRH)
y la vasopresina (también denominada hormona antidiurética).
La vasopresina y la CRH activan a la hipófisis para que
segregue corticotropina (también llamada hormona adrenocorticotrófica
o adrenocorticotropic hormone, ACTH), que, a su vez, estimula a las
glándulas suprarrenales para que produzcan corticoesteroides. El
sistema renina-angiotensina-aldosterona, regulado principalmente por
los riñones, es responsable de la mayor o menor producción de
aldosterona por parte de las glándulas suprarrenales (véase la
figura Regulación de la presión arterial ).
El organismo controla la concentración de corticoesteroides según sea
necesario. Los niveles tienden a ser mucho más altos al principio de la
mañana que al final del día. Cuando el cuerpo está estresado, por
ejemplo debido a una enfermedad, los niveles de corticoesteroides
aumentan drásticamente.

Glándulas suprarrenales

VIDEO

Trastornos de las glándulas suprarrenales


Los trastornos de las glándulas suprarrenales pueden conllevar la
secreción insuficiente o excesiva de una hormona.

Una secreción hormonal insuficiente puede deberse a un problema


con la propia glándula suprarrenal (un trastorno primario, como
la enfermedad de Addison). O puede deberse a un problema en otra
parte del cuerpo, como la hipófisis (glándula pituitaria) o el hipotálamo.
Por ejemplo, un problema en la hipófisis podría implicar que las
glándulas suprarrenales no estuvieran siendo estimuladas para secretar
hormonas.
Cuando la secreción hormonal es excesiva (exceso de secreción), el
trastorno resultante depende de la hormona en cuestión:
 Secreción excesiva de glucocorticoides: síndrome de Cushing
 Secreción excesiva de aldosterona: Hiperaldosteronismo
 Secreción excesiva de epinefrina y norepinefrina: feocromocitoma
 Secreción excesiva de andrógenos (hormonas sexuales
masculinas): virilización
¿Cómo cuidar la glándula adrenal?
Ayuda a mantener tu salud suprarrenal con estos consejos relacionados con
el estilo de vida:
1. Dormir saludablemente. ...
2. Hacer ejercicio con regularidad. ...
3. Conocer las causas posibles que le generan estrés. ...
4. Aprender a relajarse. ...
5. Hacer algo agradable (por sí mismo) ...
6. Organizar nuestros objetivos y tareas.

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