Trabajo Evinez

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 29

Luxaciones y Complicaciones

Una luxación o dislocación es una lesión en la que la articulación se desplaza de su

posición normal, creando una separación de dos huesos en el lugar donde se encuentran

la articulación. Comprende a toda lesión cápsulo-ligamentosa con pérdida del contacto de las

superficies articulares por causa de un trauma grave, que puede ser total (luxación) o parcial

(subluxación). En semiología clínica, el término se conoce como abartrosis o abarticulación.

Ésta puede producirse a causa de una lesión o un accidente con impacto repentino en la

articulación. Los signos característicos de una luxación son: dolor intenso, entumecimiento,

hormigueo, hinchazón, hematomas y dificultad para mover la articulación. A veces, puede verse

claramente que las articulaciones están desalineadas o deformadas. Generalmente es necesaria la

realineación articular para solucionar una luxación.

Si bien las luxaciones no representan complicaciones graves, dependiendo del grado y la

articulación en la que se produjeron, existen riesgos de incapacitar la articulación afectada con

los problemas de movilidad inherentes y, en casos más serios, pueden resultar mortales, sobre

todo en las luxaciones abiertas que tienen probabilidades altas de infección, hemorragias internas

o las que interrumpen la circulación sanguínea o afectan algún nervio, por lo que pueden

provocar daños vasculares o nerviosas de gravedad.

Diagnóstico y Tratamiento

Al ser lesiones que muchas veces involucran diversos tipos de accidentes, las luxaciones

pueden ir acompañadas de otros daños musculoesqueléticos a considerar, por lo que es

importante identificarlos para poder tratarlos adecuadamente y en orden de importancia. Por


ende, se requiere de un examen físico que incluya una valoración vascular y neurológica, así

como pruebas de estrés.

Éstas pueden ser diagnosticadas por medio de exámenes físicos, pero en ocasiones sería

necesario tomar radiografías, tomografía computarizada y resonancia magnética para el

diagnóstico, o bien para determinar el grado de la luxación y confirmar o descartar lesiones

adyacentes. Por otro lado, el tratamiento consiste en colocar los huesos en su lugar (reducción),

generalmente mediante manipulación, e inmovilizarlos, pero a veces se necesita cirugía.

Complicaciones

Las luxaciones pueden ir acompañadas de otros problemas, es decir, complicaciones, u

ocasionarlos. No obstante, las complicaciones graves no son frecuentes. El riesgo de

complicaciones graves aumenta si la piel se rompe o si se lesionan los vasos sanguíneos o los

nervios. Es importante tener en cuenta que, una luxación, a menos que se reduzca de forma

precoz, es más propensa a lesionar los vasos sanguíneos y los nervios que una fractura.

Algunas complicaciones, tales como la lesión de los vasos sanguíneos y los nervios y las

infecciones, se producen durante las primeras horas o días después de la lesión. Otras como, por

ejemplo, los problemas con las articulaciones y los defectos de consolidación, se desarrollan con

el tiempo. En este orden de ideas, se deben considerar las siguientes complicaciones:

 Fracturas: La lesión que produce la luxación también puede provocar una fractura. En

muy pocos casos, las fracturas provocan que los músculos lesionados cercanos se hinchen

tanto que se reduzca u obstruya el suministro de sangre hacia el miembro lesionado. Si no

se restablece el flujo de sangre, la extremidad finalmente se siente fría y se vuelve azul y

2
los tejidos de la extremidad se dañan o mueren. Este trastorno se denomina síndrome

compartimental.

 Lesiones de los vasos sanguíneos: Una luxación de cadera o rodilla puede interrumpir el

flujo de sangre a la pierna. Por lo tanto, los tejidos de la pierna no pueden obtener sangre

suficiente (isquemia) y pueden morir (necrosis). Una cadera luxada (dislocada) es

propensa a la necrosis, especialmente si la luxación no se reduce rápidamente. En una

luxación de cadera, se produce un estrechamiento de los vasos sanguíneos que irrigan el

extremo superior del fémur (la parte de la articulación de la cadera denominada cabeza

femoral). Como resultado, esta parte del fémur no recibe suficiente sangre. Cuando la

rodilla está luxada (dislocada), es posible que la parte inferior de la pierna no reciba

suficiente sangre. Si la falta de sangre produce la muerte de una gran cantidad de tejido,

parte de la pierna puede tener que ser amputada. Ciertas lesiones del codo pueden

interrumpir el flujo sanguíneo al antebrazo, causando problemas similares. La

interrupción del suministro de sangre puede no causar ningún síntoma hasta varias horas

después de la lesión.

 Hemorragia: Las luxaciones graves o traumáticas pueden dañar los tejidos que las

rodean y causar hemorragias internas. Un hueso luxado (dislocado) puede perforar la piel

y causar una hemorragia externa.

 Lesión neurológica: A veces los nervios se estiran, se lesionan o se aplastan cuando se

luxa una articulación. Un traumatismo directo puede contundir o aplastar un nervio. Un

aplastamiento provoca una lesión más importante que una contusión. Estas lesiones

suelen curarse por sí mismas a lo largo de semanas, meses o años, en función de la

gravedad de la enfermedad. Con muy poca frecuencia, los nervios se desgarran. Los

3
nervios lacerados no sanan por sí solos y pueden necesitar una reparación quirúrgica;

algunas lesiones nerviosas nunca sanan por completo.

 Infecciones: Si al producirse la fractura se desgarra la piel, la herida puede infectarse y la

infección puede propagarse al hueso (osteomielitis).

 Problemas articulares: A veces, una luxación puede dañar el cartílago de los extremos

de los huesos de la articulación (superficies articulares). Normalmente, este tejido de

protección liso y resistente permite que las articulaciones se muevan sin problemas. El

cartílago lesionado suele cicatrizar, lo que produce artrosis, que a su vez provoca rigidez

en las articulaciones y limita su rango de movimiento. La rodilla, el codo y el hombro son

particularmente propensos a desarrollar rigidez después de una luxación, especialmente

en personas mayores. Además, la lesión que causa la luxación puede debilitar o desgarrar

los tejidos que la estabilizan, como los ligamentos y los tendones. Generalmente es

necesaria la fisioterapia para prevenir la rigidez y ayudar a que la articulación se mueva

lo más normalmente posible. Suele ser necesario el tratamiento quirúrgico para reparar el

cartílago dañado. Después de la cirugía, es menos probable que se produzca una

incongruencia articular (un escalón), y si se produce tiende a ser menos grave. A veces se

necesita cirugía para reparar las roturas de ligamentos o de tendones.

Traumatismos Musculares

Hematoma del Esternocleidomastoideo

El hematoma del esternocleidomastoideo es también llamado tortícolis muscular,

tortícolis congénito o fibroma del esternocleidomastoideo (ECM). Aparece en partos en podálica

o en aquellos en los que hay hiperextensión del cuello, que puede producir desgarro de las fibras

4
musculares o de la fascia con hematoma, el que al organizarse lleva a la retracción y

acortamiento del músculo.

Al examen físico se encuentra un aumento de volumen en relación al tercio inferior del

ECM, indoloro, fácilmente visible desde alrededor del séptimo día de vida, de 1 a 2 cm de

diámetro, duro, que provoca rotación de la cabeza hacia el lado afectado con dificultad para

girarla hacia el lado opuesto. La reabsorción del hematoma demora entre 4 a 6 meses.

Quistes Sinoviales

Comúnmente conocido como ganglio, un quiste sinovial es un pequeño nódulo o bulto

que puede aparecer alrededor de una articulación. Se trata de un tipo de tumores benignos que se

localizan cerca de las articulaciones o de los tendones. Habitualmente suelen aparecer en la parte

superior o lado palmar de la muñeca, en la base de los dedos o, en la última articulación de un

dedo. En un 70-80% de los casos se encuentran en la muñeca o dorso de las manos.

El quiste sinovial o ganglio suele medir menos de 2.5 cm, tiene forma ovalada o

redondeada y se puede notar un mínimo movimiento al tocarlos. Su consistencia normalmente es

dura, pero también puede ser blanda. Se suelen ver a simple vista y suelen ser dolorosos justo en

el momento de su aparición; no son contagiosos. En el interior de los mismos, se encuentra un

líquido parecido al sinovial, el encargado de lubricar las articulaciones.

No se conoce la causa de la aparición de estos quistes, pues suelen aparecer de forma

repentina. Sin embargo, generalmente se atribuye a movimientos repetitivos de la articulación o

a sobrecargas; igualmente se cree que las contusiones o grandes golpes puede provocar su

aparición. Asimismo, son más comunes en mujeres, pero también afecta al hombre. Por otra

parte, aunque no es una patología que inherente a la edad, tiene más presencia entre los 20 a 40

5
años. Las personas que padecen osteoartritis, es decir artritis por desgaste de articulaciones,

tienen más posibilidades de desarrollar quistes sinoviales.

El tratamiento no quirúrgico podría incluir la eliminación del fluido del quiste

aspirándolo con una aguja y/o el uso de una férula o splint para evitar el movimiento. En caso de

fallar, sería necesaria una cirugía para eliminar el quiste.

Síntomas

No acostumbran a producir dolor, aunque según en la zona en la que se encuentren,

pueden llegar a ser molestos debido al movimiento constante de la articulación. Si el quiste

presiona algún nervio, puede causar hormigueo, debilidad muscular, dolor o entumecimiento.

Contusión y Desgarro Muscular

Contusión Muscular

Una contusión muscular es un aplastamiento de fibras musculares en una zona

determinada. Los síntomas son fuentes de dolor e incapacidad de mover la extremidad y

provoca hematoma y tumefacción.

Las contusiones suelen producirse al sufrir un traumatismo directo o repetido de un

objeto romo sobre un músculo, produciendo daño de las fibras musculares y el tejido conjuntivo

subyacentes, sin producir la ruptura de la integridad de la piel. Al lesionarse estas fibras

musculares ocurre de forma simultánea la ruptura de vasos sanguíneos de la región afectada,

produciendo la extravasación y el acúmulo de sangre en el músculo.

Cuadro clínico

6
Los signos y síntomas más comunes de una contusión muscular son:

 Dolor e inflamación en la región afectada.

 Limitación de la movilidad en las articulaciones cercanas a la zona lesionada.

 Sensación de debilidad muscular o de contractura muscular.

 Palpación de una tumoración o bulto en el músculo afectado.

 Cambio de color de la piel, pudiendo aparecer moretones en la zona del traumatismo.

 Pueden existir lesiones asociadas (fracturas, luxaciones, esguinces, desgarros musculares,

entre otros).

 En casos severos, la inflamación y el sangrado intensos pueden conducir al shock.

Desgarro Muscular

Un desgarro hace referencia a la pérdida de continuidad del tejido muscular o de fibras

musculares y que va desde el dolor localizado hasta presencia de dolor agudo, acompañado de

inflamación, equimosis (hematoma), impotencia funcional y deformación estructural.

Así pues, el desgarro muscular se puede clasificar según su tamaño y las estructuras

involucradas. Se encuentra, por ejemplo, el desgarro miofacial, que solo afecta la membrana que

cubre el músculo y la fibrilar, que afecta la fibra muscular. Esta lesión ocurre con mayor

frecuencia en los denominados grandes grupos musculares, pero dependerá de la actividad que lo

desencadene.

El desgarro muscular se produce por mecanismos de contusión o de distensión.

Habitualmente, cuando se produce por contusión, es decir, por un golpe en la masa muscular, se

provoca una rotura irregular en el músculo, el que puede darse en segmentos distintos y de

7
diferentes tamaños. En este caso, los desgarros no pueden prevenirse porque se producen por

hechos puntuales durante la práctica de deportes de contacto. Ahora bien, si se produce por

distensión o tensión, que es conocido como el típico “tirón” que da al correr, se presenta con

mayor frecuencia en cuádriceps e isquiotibiales.

Diagnostico

La mejor manera para determinar si se trata de un desgarro o una fuerte contractura es a

través de una resonancia magnética, que permite distinguir los distintos grados de lesión del

músculo. Aunque, también es muy utilizada la ecotomografía.

Cabe consignar que cuando se habla de contractura, no incluye rotura de fibras sino

solamente de un acortamiento de éstas. También puede producirse edema, que es líquido

alrededor de la zona dañada del músculo o de roturas fibrilares.

Tratamiento

La recuperación del desgarro muscular dependerá de los plazos fisiológicos, que van

desde una etapa hemorrágica, pasando por una fase inflamatoria, reparativa y de remodelación.

Se comienza con reposo relativo, uso de analgésicos y relajantes musculares.

En la etapa de kinesiterapia se utilizarán técnicas de fisioterapia para acelerar la

recuperación, además de realizar actividades progresivas que apunten a recuperar lo antes

posible las propiedades físicas y funcionales de la persona sin comprometer la buena reparación

de los tejidos dañados.

8
Miositis

La miositis es una enfermedad inflamatoria de los músculos, que ocasionan daños en las

fibras musculares y la piel, también puede lesionar otras estructuras del cuerpo. Se refiere a

cualquier condición que causa inflamación en uno o más músculos esqueléticos, que también se

llaman los músculos voluntarios. Estos son los músculos que controla conscientemente, que le

ayudan a mover el cuerpo.

Esta afección puede producirse por una reacción alérgica producto de la exposición a una

sustancia tóxica o farmacológica, afecciones reumáticas, cáncer, o virus. También puede

presentarse debido a trastornos en el sistema inmunológico en los que los glóbulos

blancos (leucocitos) atacan a los vasos sanguíneos, las fibras musculares y el tejido conjuntivo de

los órganos, huesos y articulaciones. Puede ser producto de lesiones traumáticas como las

fracturas o lesiones musculares, debido a una condición genética los músculos, ligamentos y

tendones gradualmente se van transformando en hueso.

Hay dos tipos de miositis principales, la polimiositis y la dermatomiositis ambas forman

parte de las miopatías inflamatorias. La dermatomiositis y polimiositis son enfermedades

implican miositis. La polimiositis causa debilidad muscular, generalmente en los músculos más

cercanos al tronco del cuerpo. La dermatomiositis provoca debilidad muscular, además de una

erupción cutánea.

El principal síntoma de la miositis es la debilidad muscular. La debilidad puede ser

apreciable o puede que sólo sea detectable con una prueba. El dolor muscular (mialgia) puede o

no estar presente. La debilidad afecta a grandes grupos musculares, incluyendo el cuello, los

hombros, las caderas y espalda. Los músculos de ambos lados se ven afectados. Esta debilidad

9
puede llevar a caídas, y hacen que sea difícil levantarse de una silla o después de una caída.

Otros síntomas miositis que pueden estar presentes con las condiciones inflamatorias incluyen:

erupciones, fatiga, engrosamiento de la piel de las manos, dificultad para tragar (disfagia),

dificultad para respirar (disnea).

Las personas con miositis causadas por un virus por lo general tiene síntomas de una

infección viral, como por ejemplo, secreción nasal fiebre, tos y dolor de garganta o náuseas y

diarrea. Sin embargo, los síntomas de la infección viral pueden desaparecer días o semanas antes

de comenzar los síntomas miositis. Por otro lado, algunas personas con miositis tienen dolores

musculares, pero muchos no lo hacen. Hasta la mitad de las personas con una miositis

inflamatoria no tienen dolor muscular significativo. Es importante tener en cuenta que la mayor

parte de los dolores musculares no es causada por miositis, sino más bien por lesiones por

esfuerzo, o enfermedades comunes como resfriados y gripe. Estos y otros dolores musculares

normales se llaman mialgias.

El tratamiento de la miositis se establece de acuerdo a su causa de origen, entre ellas la

utilización de fármacos, como el tratamiento con medicamentos que suprimen el sistema inmune

o el uso de antibióticos para combatir procesos infecciosos, de acuerdo sea el caso. El abordaje

fisioterapéutico de la enfermedad está enfocado en tratar el sistema muscular afectado por la

debilidad, ayudándolo a recuperar la fuerza muscular, el equilibrio y la propiocepción, en

conjunto con el mantenimiento de la amplitud de movimiento articular, además del abordaje a

nivel cardio respiratorio del paciente.

10
Espasmo Muscular

Un espasmo muscular, o calambre, es un movimiento repentino e involuntario en uno o

más músculos. Se trata de una contracción repentina, sostenida e involuntaria de un músculo o

grupo de ellos, que cursa con dolor leve o intenso, y que puede hacer que dichos músculos se

endurezcan o se abulten. Puede darse a causa de una insuficiente oxigenación de los músculos o

por la pérdida de líquidos y sales minerales como consecuencia de un esfuerzo prolongado,

movimientos bruscos o frío.

Estos movimientos pueden ocurrir en cualquier músculo del cuerpo, y son muy comunes.

Los espasmos musculares con frecuencia ocurren debido al estrés, ejercicios o deshidratación.

Usualmente no son causa de preocupación, pero tienden a afectar las extremidades superiores e

inferiores, el abdomen y los músculos intercostales que están alrededor de la caja torácica.

Entre sus causas existe una diversa variedad. El dolor muscular, la fatiga y el uso

excesivo son las causas más comunes de los espasmos musculares. Otras causas incluyen el

estrés o ansiedad, que pueden causar un tirón muscular en el rostro. Los nervios atrapados

pueden causar espasmos en la espalda.

Algunas personas son más propensas que otras a los espasmos musculares, tal es el caso

de los adultos mayores, los atletas, las personas con sobrepeso u obesidad y las mujeres

embarazadas. Las personas que tienen ciertas afecciones médicas, como trastornos nerviosos o

problemas relacionados con la tiroides, también tienden a experimentar una frecuencia de

espasmos musculares más alta que el promedio.

Usualmente, los espasmos musculares no son motivo de preocupación, pero en algunos

casos, pueden ser una señal de una afección médica neurológica subyacente. Las afecciones

11
médicas neurológicas afectan el cerebro, que es responsable de producir los movimientos

musculares. No todos los espasmos musculares son dolorosos, pero algunos pueden causar dolor.

Se pueden sentir como si el músculo está saltando o moviéndose por sí solo, esta sensación

usualmente dura solo unos cuantos segundos. Algunas personas podrían hasta poder ver al

músculo moverse.

Algunas veces, puede sentirse como si todo el músculo se ha acalambrado y no se puede

mover. Este efecto ocurre muy comúnmente en las piernas, y puede ser doloroso. El músculo

puede sentirse duro al tacto. Aunque la sensación de calambre tiende a pasar en unos cuantos

minutos, el músculo puede continuar dolorido por algún tiempo después. Si un espasmo

muscular es parte de una afección de salud neurológica, la persona usualmente experimentará

otros síntomas, los cuales pueden incluir: dolor en la espalda, el cuello o la cabeza; debilidad en

los músculos; entumecimiento de la piel, sensación de pinchazos, temblores, parálisis, mala

coordinación, movimientos lentos, visión doble y problemas para dormir.

Tratamiento

Los espasmos musculares usualmente se solucionan por sí solos. Podría tomar unos

cuantos segundos o hasta varios minutos para que se detengan, pero con frecuencia no necesitan

tratamiento. Tomar suficiente agua puede ayudar a aliviar los calambres musculares relacionados

con la hidratación.

En cuanto a los calambres dolorosos, se puede intentar unos cuantos métodos para ayudar

a aliviar los síntomas. La Asociación Americana Osteopática recomienda suspender cualquier

actividad que cause el calambre (por ejemplo, correr), aplicar un suave masaje al músculo

afectado, estirar suavemente al músculo acalambrado, usar una compresa caliente para relajar los

12
músculos tensos y aplicar una compresa de hielo para aliviar el dolor muscular. En casos en

donde una afección neurológica subyacente cause espasmos musculares, los médicos pueden

recomendar un medicamento antiespasmódico.

Alteración de Información Propioceptiva

Se conoce como disfunción propioceptiva, cuando el proceso en la habilidad de

recibir la información de las terminales nerviosas de la piel, músculos, tendones y

articulaciones, e integrarlas en el cerebro se encuentra alterado.

El sistema sensorio motor se presenta como la combinación de los procesos

neurosensorial y neuromuscular. Este sistema sensorio motor está formado por: los receptores

propioceptivos, la integración y procesamiento central, y la respuesta motora.

El buen funcionamiento tanto de los receptores como de las vías que transportan esta

información conlleva a una correcta integración y procesamiento de la información por parte del

sistema nervioso central y por consecuencia una respuesta motora adecuada que se ve reflejada

tanto en la estática como en la dinámica de nuestras acciones.

Toda la información mecanorreceptiva, termorreceptiva y dolorosa proviene de los

receptores propioceptivos. Tenemos:

 Los recetores musculares son los principales determinantes del sentido de movimiento y

posición de la articulación. En los que se encuentra:

o El huso muscular que posibilita el mantenimiento de la postura y la colocación

idónea del cuerpo o de sus segmentos para conseguir el control neuromuscular

deseado. Y se trataba de una sensación inconsciente.

13
o El órgano tendinoso de Golgi cuya función última es la de proteger

a los músculos y su tejido conjuntivo de una carga excesiva.

Por lo tanto, una alteración de estos conlleva una disfunción en el ajuste postural rápido,

además se produciría una alteración tanto de los captadores estáticos como dinámicos lo

cual afectaría también la estática y dinámica de la articulación. También se encontrarían

alteraciones en el componente activo que ejerce su rol protector tanto de forma pasiva

(en forma de tono muscular de reposo) como de forma activa (tanto en la acción muscular refleja

o en la acción voluntaria).

 Receptores articulares que aportan información sobre: el estado de la articulación (tanto

estática como dinámica), la intensidad del estímulo que determina el umbral

de activación muscular. Cuando existe una alteración de estos, toda esta información se

verá afectada, pudiendo modificar la posición natural de la articulación tanto en la

estático como en la dinámica. Además, hay que recordar que no solo ante una afectación

por un mecanismo lesional se van a ver manifestaciones clínicas, sino que también

mediante la activación de los receptores nociceptivos se pueden provocar

alteraciones en la posición de la articulación

 Receptores vestibulares, que aportan información acerca de la posición de la cabeza tanto

en estático como en dinámico.

Por lo tanto, cualquier fallo en cualquiera de estos receptores puede alterar la

información recibida y transmitir una información errónea al sistema nervioso central.

Provocando a consecuencia de ello, una alteración en la mecánica corporal que se manifestará a

partir de diferentes signos que pueden acabar desembocando diskinesias en el paciente.

14
Se conoce como disfunción
propioceptiva, cuando el proceso
en la habilidad de recibir la
información de las terminales
nerviosas de la piel,
músculos, tendones y
articulaciones, e
integrarlas en el cerebro se
encuentra alterado.
El sistema sensoriomotor se
presenta como la combinación de
los procesos neurosensorial y
neuromuscular. Este sistema
sensoriomotor esta formado por:
los receptores propioceptivos, la
integración y procesamiento
central, y la respuesta motora.
15
El buen funcionamiento tanto
de los receptores como de
las vías que transportan esta
información conlleva a una
correcta integración y
procesamiento de la información
por parte del
sistema nervioso central y por
consecuencia una respuesta motora
adecuada que se ve reflejada
tanto en la estática como en la
dinámica de nuestras acciones.
Toda la información
mecanorreceptiva, termorreceptiva
y dolorosa proviene de los
receptores
16
propioceptivos. Tenemos:
- Los recetores musculares son
los principales determinantes del
sentido de movimiento y
posición de la articulación. Donde
si recordáis se encontraban:
o El huso muscular que posibilita
el mantenimiento de la postura y la
colocación
idónea del cuerpo o de sus
segmentos para conseguir el
control neuromuscular
deseado. Y se trataba de una
sensación inconsciente.
o El órgano tendinoso de
Golgi cuya función ultima es
la de proteger a los
17
músculos y su tejido conjuntivo de
una carga excesiva
Por lo tanto, una alteración de
estos conlleva una disfunción en el
ajuste postural
rápido, además se produciría
una alteración tanto de los
captadores estáticos como
dinámicos lo cual afectaría
también la estática y dinámica de
la articulación.
También encontraríamos
alteraciones en el componente
activo que ejerce su rol
protector tanto de forma pasiva (en
forma de tono muscular de reposo)
como de forma
18
activa (tanto en la acción muscular
refleja o en la acción voluntaria).
- Receptores articulares que
aportan información sobre: el
estado de la articulación (tanto
estática como dinámica), la
intensidad del estimulo que
determina el umbral de
activación muscular.
Se conoce como disfunción
propioceptiva, cuando el proceso
en la habilidad de recibir la
información de las terminales
nerviosas de la piel,
músculos, tendones y
articulaciones, e

19
integrarlas en el cerebro se
encuentra alterado.
El sistema sensoriomotor se
presenta como la combinación de
los procesos neurosensorial y
neuromuscular. Este sistema
sensoriomotor esta formado por:
los receptores propioceptivos, la
integración y procesamiento
central, y la respuesta motora.
El buen funcionamiento tanto
de los receptores como de
las vías que transportan esta
información conlleva a una
correcta integración y
procesamiento de la información
por parte del
20
sistema nervioso central y por
consecuencia una respuesta motora
adecuada que se ve reflejada
tanto en la estática como en la
dinámica de nuestras acciones.
Toda la información
mecanorreceptiva, termorreceptiva
y dolorosa proviene de los
receptores
propioceptivos. Tenemos:
- Los recetores musculares son
los principales determinantes del
sentido de movimiento y
posición de la articulación. Donde
si recordáis se encontraban:

21
o El huso muscular que posibilita
el mantenimiento de la postura y la
colocación
idónea del cuerpo o de sus
segmentos para conseguir el
control neuromuscular
deseado. Y se trataba de una
sensación inconsciente.
o El órgano tendinoso de
Golgi cuya función ultima es
la de proteger a los
músculos y su tejido conjuntivo de
una carga excesiva
Por lo tanto, una alteración de
estos conlleva una disfunción en el
ajuste postural

22
rápido, además se produciría
una alteración tanto de los
captadores estáticos como
dinámicos lo cual afectaría
también la estática y dinámica de
la articulación.
También encontraríamos
alteraciones en el componente
activo que ejerce su rol
protector tanto de forma pasiva (en
forma de tono muscular de reposo)
como de forma
activa (tanto en la acción muscular
refleja o en la acción voluntaria).
- Receptores articulares que
aportan información sobre: el
estado de la articulación (tanto
23
estática como dinámica), la
intensidad del estimulo que
determina el umbral de
activación muscular.
Artrosis Degenerativa

La artrosis degenerativa es una enfermedad reumática, muy común sobre en personas con

edad avanzada. Esta provoca el deterioro del cartílago de las articulaciones, con especial

incidencia en las rodillas, en las manos, en las caderas y en la columna vertebral. Sus principales

síntomas son la inflamación y el dolor articular profundo, que se intensifica con la actividad

física y se relaja con el reposo.

Aunque es una enfermedad sin cura, sí existen tratamientos efectivos para aliviar el dolor

de artrosis y mejorar la calidad de vida. Esta enfermedad suele esconder tras de sí enfermedades

congénitas, metabólicas, otras patologías reumáticas, traumatismos, el desarrollo de actividades

deportivas de impacto, entre otras. Si bien es cierto que no siempre tiene un desencadenante

conocido.

En cuanto a su tratamiento, los fármacos, los antiinflamatorios, la fisioterapia, las

inyecciones de ácido hialurónico o las inyecciones interarticulares de corticoides son algunos de

los tratamientos más habituales contra la artrosis degenerativa.

Principales Factores de Riesgo de la Artrosis

24
Esta enfermedad crónica afecta a las articulaciones, que son los componentes del

esqueleto que conectan los huesos y facilitan los movimientos. Por su parte, el cartílago recubre

los extremos óseos para actuar como amortiguador y garantizar que la articulación funciona

correctamente. Con la aparición de la artrosis, el cartílago articular se va deteriorando y, como

consecuencia, los huesos se van desgastando y aparece el dolor.

Discopatías

La discopatía es una patología que aparece como consecuencia del deterioro, la alteración

o el desgaste de los discos intervertebrales. Así, cuando dichos discos van perdiendo sus

propiedades debido a una enfermedad o a la edad, se produce un acercamiento entre las

vértebras, lo que acabará afectando a los nervios de la columna vertebral y a la capacidad de los

discos para amortiguar los impactos provocados por diferentes actividades como caminar o

correr. Esta puede afectar a uno o varios discos intervertebrales, dependiendo del avance de la

enfermedad y las características personales de cada individuo.

Los síntomas más característicos de la existencia de discopatía en la columna vertebral

son el dolor presente en la espalda baja o en el cuello, siendo la zona lumbar y cervical las más

afectadas por esta problemática. Por otro lado, el malestar puede extenderse hasta los omoplatos

y provocar una sensación de hormigueo hacía los brazos y las piernas, dando lugar también a un

debilitamiento de los músculos de las extremidades. Esta angustia puede verse incrementa al

ejecutar diferentes movimientos como sentar, inclinarse o girar. Generalmente, las personas que

padecen esta patología tienen que cambiar de posición muy a menudo para notar cierto alivio.

Respecto a las causas de la discopatía, la más frecuente es el envejecimiento natural de

los discos que se produce a medida que se envejece. Es normal que con el paso del tiempo, los

25
discos intervertebrales se resequen y no tengan la misma capacidad para funcionar correctamente

como sucede en las personas jóvenes, perdiendo flexibilidad, elasticidad y amortiguación de los

impactos. No obstante, las lesiones de espalda que conllevan inflamación e hinchazón también

pueden dar lugar a esta enfermedad.

Por otro parte, hay algunos condicionantes que incrementan la posibilidad de sufrir

discopatía como es el sobrepeso, la movilización constante de objetos pesados en el trabajo, el

sedentarismo o la realización de deportes que rasgan el exterior del disco, por ejemplo. En la

mayoría de los casos, no se necesita un tratamiento específico. Si aparecen síntomas, los

tratamientos incluyen el uso de medicamentos, inyecciones de corticosteroides, fisioterapia y, en

algunos casos, cirugía.

Valoración y diagnóstico diferencial de fisioterapia

Es el proceso de análisis de las deficiencias y discapacidades observadas y/o estudiadas.

Este es un proceso de evaluación del pronóstico funcional, cuyas deducciones permiten:

establecer un programa de tratamiento en función de las necesidades observadas y escoger el

modelo terapéutico apropiado a realizar, todo personalizado. El buen diagnóstico fisioterápico y

las reevaluaciones periódicas son la forma de conseguir el mejor tratamiento para una óptima

recuperación.

26
Conclusión

Los trastornos articulares son enfermedades o lesiones que afectan sus articulaciones. Las

lesiones pueden ocurrir debido al uso excesivo de una articulación; o puede sufrir una lesión

repentina, como un accidente o una lesión deportiva. Mientras que las alteraciones periarticulares

son alteraciones musculoesqueléticas. Muchas enfermedades y afecciones pueden afectar tanto a

las articulaciones, como a los músculos. Su tratamiento, grado de gravedad, síntomas y causas,

varían muchísimo dependiendo del tipo de afección y de las características propias de la misma.

En cuanto a las causas de estos trastornos o alteraciones, bien pueden ser de origen congénito,

degenerativas, debido a un accidente, ocasionados por el uso excesivo de las articulaciones o los

músculos, por medio de un traumatismo, causados por un mal movimiento o, sencillamente, sin

una explicación clara al respecto.

A menudo, estas alteraciones causan dolor en las articulaciones o músculos, y provocan

rigidez, enrojecimiento e hinchazón. La mayoría de ellas son crónicas, es decir, duran mucho

tiempo. Es posible que algunas nunca desaparezcan por completo. Las lesiones por uso excesivo

suelen dañar los tejidos blandos de la articulación. Pueden suceder cuando una articulación

trabaja demasiado al hacer los mismos movimientos una y otra vez. Por ejemplo, podría sufrir

una lesión por uso excesivo al tocar un instrumento musical, practicar deportes o realizar ciertos

trabajos, como carpintería o pintura.

La fisioterapia se vale del proceso de valoración y diagnóstico para obtener un

diagnostico funcional y completo de estas afecciones o alteraciones, permitiendo al profesional

idear un plan de tratamiento adecuado orientado a las necesidades del paciente.

27
Apéndices

Imagen 1. Bursitis. Imagen 2. Luxación de hombro

Imagen 3. Desgarro Muscular Imagen 4. Discopatía degenerativa lumbar.

28
Bibliografía

Angford CA. Langford C.A. Langford, Carol A. (2019) Trastornos periarticulares de las

extremidades.

James t. S. Meadows. Mcgraw-hill. (2000) Diagnóstico Diferencial en Fisioterapia.

Interamericana.

Vattuone, Lucy. Anatomía y fisiología humana

29

También podría gustarte