El Racismo - PDF Web 46 62
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¿Qué es el racismo?
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3 En 2003 fue promulgada en México la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discri-
minación, que fue reformada en 2014. En el artículo 1.º define lo que en términos oficiales
se entiende por discriminación.
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Éstas son tres palabras que se escuchan con frecuencia cuando ha-
blamos de racismo. Es importante entender que la racialización, el racialis-
mo y el colorismo no significan lo mismo que racismo, pero los tres
son conceptos que ayudan a entender los matices de este complejo
fenómeno.
Una de las definiciones más útiles de “racialización” es la propuesta
por Alejandro Campos, quien señala que es “la producción social de los
grupos humanos en términos raciales” (Campos, 2012). La racialización
es una forma muy particular y específica de ver y etiquetar los cuerpos de
las personas en términos de “razas”. Esto quiere decir que los grupos
humanos son concebidos como si cada uno de quienes los habitan
perteneciera a una misma “raza”. Así, cuando una persona ve a otra a
la que asume perteneciente a una “raza” específica y le asigna este-
reotipos que concuerdan con dicha generalización, la está raciali-
zando.
Más allá de un acto de clasificación individual, la racialización es un
proceso social mediante el cual los países y las sociedades se estructu-
ran, al determinar que en su interior existen ciertas divisiones raciales
entre sus grupos, y este hecho caracteriza y explica en gran parte las
diferencias y las desigualdades que existen entre ellos. Cada país tiene
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Alice Walker. Por colorismo Walker hacía referencia al hecho de que, en-
tre más oscura era la piel de una persona negra, más sujeta a prejuicios
estaba, y que entre más clara fuera su piel y más finos los rasgos de su
rostro, más apreciada y socialmente aceptada sería (Knight, 2015: 45).
Así, podemos definir el colorismo como los estereotipos, los prejui-
cios y las actitudes discriminatorias en contra de las personas, que se
construyen o se ponen en práctica con base únicamente en su color
o tono de piel. Es una de las formas en las que se manifiesta el racismo
y tiene sus particularidades. El colorismo opera en dos niveles: uno
tiene que ver con la existencia de razas y con asociar el color de la piel
a una supuesta “raza”, y el otro funciona dentro de lo que se supone
es una misma “raza”. En este sentido, las personas pertenecientes a la
supuesta misma “raza” cuya piel es más clara o cuyos rasgos corporales
se asocian a la belleza occidental, como delgadez, nariz fina y cabello
lacio u ondulado, posiblemente se vean beneficiadas con mejores opor-
tunidades laborales, educativas y salariales.
Donde más se ha hablado de colorismo ha sido en sociedades como
la estadounidense o la brasileña, donde la “raza” se considera una no-
ción objetiva. Sin embargo, en países como México, donde la población
no se identifica abiertamente con una “raza”, también se puede observar,
en muchos contextos, cierta preferencia por un tono de piel más claro,
sin que éste sea asociado necesariamente a una identidad racial o a
categorías raciales.
Hace poco se ha abordado en México la relación existente entre el
color de la piel y la desigualdad. Ejemplo de ello es el proyecto perla
(Project of Ethnicity and Race in Latin America), dirigido por Edward Te-
llez, y el estudio realizado por Patricio Solís, Braulio Güémez y Virginia
Holm titulado Por mi raza hablará la desigualdad. En el primer trabajo
los datos que refieren a México mostraron que la variable “color de piel”
no aparece directamente relacionada con la posición socioeconómica y
que la categoría “blanco” no alude a una identidad de clase. Los datos
de la investigación tampoco encontraron una relación directa entre el
color de piel y quienes se autoidentifican como indígenas o mestizos
(Tellez, 2014). En el segundo trabajo, Por mi raza hablará la desigual-
dad, se buscó y encontró una correlación entre la variable color de piel
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Tres de las formas más claras en que las personas reforzamos las rela-
ciones racializadas en nuestra sociedad parten del uso acrítico de los
estereotipos, los prejuicios y los estigmas. Cada uno de estos concep-
tos es central para comprender cómo se reproduce y ejerce el racismo en
las distintas instituciones sociales, en los medios de comunicación y
en la vida cotidiana. Consideramos que identificar, cuestionar y denun-
ciar los estereotipos, prejuicios y estigmas racistas ofrece la posibilidad
de ir desinstalando el racismo de nuestras vidas y comunidades.
Los “estereotipos” son una estructura de pensamiento que compren-
de imágenes, creencias, juicios, símbolos y opiniones acerca de cómo
son los Otros. A través de ellos creamos modelos de referencia, de aspi-
ración o de rechazo. Por eso pueden ser tanto positivos como negativos.
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Xenofobia y racismo
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6 En 1995 la filósofa Adela Cortina acuñó el término “aporofobia” para referirse al “re-
chazo, aversión, temor y desprecio hacia el pobre, hacia el desamparado que, al menos
en apariencia, no puede devolver nada bueno a cambio.” (Cortina, 2017)
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