Autoestima en Niños

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CONVERSATORIO: Madre y padre portadores de

autoestima en sus hij@s, para ayudarlos en el futuro


éxito personal, social y académico

OBJETIVO: Propiciar un espacio dinámico de reflexión y


participación, para que los padres y madres tomen
conciencia del papel fundamental y especial que
desempeñan en la crianza, y actúen como verdaderos
mediadores de la autoestima de sus hij@s, desarrollando
estrategias para fortalecer los cuatro pilares sobre los
cuales descansa el poder de la Autoestima

Como fomentar la Autoestima en l@s niñ@s

Usted quiere lo mejor para sus hij@s. Quiere que sean buen@s, que
tengan éxito, sean felices y competentes. Quiere que sean capaces de tener
amig@s, utilicen sus dotes y aprovechen las oportunidades que se les
presenten.
El ayudar a sus hij@s a desarrollar una fuerte autoestima es la tarea
más importante de la paternidad y de la maternidad. El o la niñ@ con buena
autoestima tiene muchas probabilidades de ser un(a) adult@ feliz y exitos@.
La autoestima es el escudo que protege a l@s niñ@s contra los dragones de la
vida: las drogas, el alcohol, la prostitución y la delincuencia.

EL PODER DE LOS PADRES Y MADRES

Sea usted quien sea, sus padres, madres (o las personas que le educaron)
siguen siendo las personas más importantes en su vida. Ello es así porque son
las que ejercen la mayor influencia en su forma de sentirse a sí mism@. Su
propia lucha por conseguir una buena autoestima le ha mostrado cuántas de
las voces que lleva en su interior son las voces que oyó en la niñez. Los
miedos, límites y sentimientos de desamparo con los que lucha hoy han estado
con usted desde los primeros años.
Son sus padres y madres quienes le hicieron verse a sí mism@ como
una persona competente o incompetente, estúpida o inteligente, afectiva o
desamparada, indigna de cariño o estimable. Y son sus padres y madres
aquellos a quienes quiso complacer. La necesidad de su aprobación es tan
intensa que la motivación para conseguir la aceptación de los padres y madres
puede proseguir mucho después de fallidos éstos.
Intenta recordar lo que quiso de sus padres y madres. ¿Quiso usted su
perdón, reconocimiento, admiración? ¿Qué significaría para usted hoy que sus
pares apreciasen lo que es usted realmente: sus límites, sus capacidades
especiales, sus sueños?
Quizá no consiga nunca este aprecio y tendrá que aprender a darse a sí
mismo el don de la aceptación. Pero puede usted pasar este don a sus hij@s.
Cuando les da el don de la aceptación, cuando usted les considera realmente,
valora y aprecia, proporciona a sus hijos un escudo psicológico que les protege
de por vida.

LOS PADRES Y MADRES COMO ESPEJO

Para su hij@ pequeñ@, usted es todo el mundo: la fuente de todo


confort y seguridad, la protección de los temores y el dolor. En cada una de sus
horas de vigilia, el niñ@ aprende de usted. Usted es el espejo que muestra a
este nuevo ser quién es.
De su sonrisa el niñ@ aprende que encanta, de sus caricia, que está
seguro. De su respuesta a su llanto, un niño aprende que es afectivo e
importante. Estas son las primeas lecciones sobre valía y los fundamentos de
su autoestima.
L@s niñ@s que no son confortad@s, que no son cogid@s, a l@s que
no se les habla, mece y quiere, aprenden otras lecciones acerca de su valía.
Aprenden que su llanto de malestar no proporciona alivio. Aprende la
desesperanza. Aprende que no son importantes. Éstas son las primeras
lecciones de una baja autoestima.
Al crecer, l@s niñ@s tienen otros espejos que les muestran quienes
son. Maestr@s, amig@s y cuidador@s desempeñan este papel, pero un (a)
niñ@ volverá al reflejo del espejo que le dieron sus padres en relación a su
bondad, importancia y valía básica.
El proporcionar un espejo positivo a sus hij@s no significa que aprueba
todo lo que hacen o que terminen por dirigir la familia. Hay una forma de criar
niñ@s socializad@s y razonables con una fuerte autoestima. Esto exige cuidar
a su hij@, cuidar de usted y cuidar sus pautas de comunicación.

MIRAR A SU HIJ@

No es fácil ver realmente a su hij@. Su visión está nublada por sus


esperanzas y temores. Su hij@ puede recordarle a usted o a su pareja o a otro
hij@. Usted tiene opiniones sobre cómo debería ser su hij@ Es un desafío,
pero cuando sea usted capaz de ver con precisión a su hij@ estará usted
recompensado con una relación más gozosa, con expectativas más razonables
y menos conflictos. Y estará usted contribuyendo a la autoestima de su hij@.
El ver con precisión a sus hij@s fomenta su autoestima de cuatro formas
diferentes.
En primer lugar, es usted capaza de reconocer sus capacidades y dones
específicos: de reforzarlos, criarlos y ayudarles a reconocer qué hay de
especial en ellos.
En segundo lugar, es usted capaz de comprender su conducta en el
contexto de quienes son ell@s: no interpreta usted erróneamente una natural
timidez como una muestra de inamistad, o una necesidad de privacidad como
rechazo. Contemplada en este contexto, incluso la conducta negativa resulta
más comprensible y predictible.
En tercer lugar, el ver a sus hij@s con exactitud le ayuda o enfocar el
cambio exclusivamente de aquellas conductas importantes para cambiar: una
conducta que es perjudicial para ellos, una conducta que les aísla socialmente,
o una conducta que es molesta para la familia.
En cuarto lugar, l@s niñ@s que siente que son vist@s y entendid@s
realmente por sus padres y madres, pueden permitirse ser auténtic@s. Est@s
niñ@s no tienen que ocultar partes de sí por temor a ser rechazad@s. Si usted
acepta a su hij@ en su totalidad, las partes buenas y malas, su hij@ podrá
aceptarse a sí mism@.

MIRANDO LOS POSITIVO

En primer lugar, mire la lista de cualidades positivas y destaque dos o


tres aspectos que le gustaría reforzar. Asegúrese de que estas cualidades son
realmente dotes o capacidades o áreas de especial talento que tiene su hij@:
no algo que usted desea que fuese. Cada vez que usted refuerza esta
conducta (elogiándola, recompensándola o reconociéndola) hará más probable
que su hij@ vuelva a practicarla de nuevo. El refuerzo de las cualidades
positivas reales es una estrategia importante para el fomento de la autoestima.

He aquí tres cosas que pueden hacer para reforzar sus cualidades
positivas:

1. Repare en muestras de capacidad (talentos, facultades, intereses, etc.) en


circunstancias muy diferentes. ¿Cómo las exhibe su hij@ en la escuela?
¿Cómo las muestra en casa? Indíqueselo a él o ella. Su hij@ puede no ser
capaz de apreciar esas capacidades por sí sol@. “Seguro que eres buen@
resolviendo problemas” “Has colocado las flores como una verdadera artista,
¡qué bonito!” “Sólo alguien con mucha coordinación y equilibrio podía subir a
ese árbol y rescatar a la gata”.
2. Encuentre la ocasión para alabar frecuentemente a su hij@ (Y no olvide
elogiarle a él o ella ante terceros por su capacidad). Muestre los trabajos,
trofeos, cuentos o esculturas de su hij@. Cuéntele la historia de un dilema y
cómo ha resuelto el problema. Resalte lo paciente, imaginativ@, decidid@ o
creativ@ que fue. Haga a su hij@ el héroe del cuento.
3. Dé a su hij@ la oportunidad de mostrar su capacidad con frecuencia. El
o ella necesita muchas oportunidades para desarrollarla y aprobarla,
fortalecerla y contar con ella. Para desarrollar cualquier capacidad, ya sea
nadar, leer o pensar, el niñ@ necesita mucha práctica.

Estos tres pasos reforzarán la conducta positiva. Su hij@ aprenderá a


valorar esos talentos y considerarse a sí mismo capaz y especial en estas
áreas. Incluso cuando su hij@ tenga problemas en otras áreas, aun puede
sentirse bien, pues se destaca extraordinariamente en algo.

Tras reforzar estas conductas durante dos semanas, vuelva a la lista y


halle otros dos o tres aspectos para reforzarlos de igual modo. Pronto se
acostumbrará a hallar las cualidades positivas especiales en la vida cotidiana
de su hij@. Como usted considera a su hij@ de forma positiva, éste empezará
a verse también de este modo. Las voces paternas y maternas interiorizadas –
las voces que fomentan o destruyen la autoestima- se teñirán de elogio y
aprecio. Y su hij@ desarrollará la capacidad de fomentar su propia autoestima.
LA AUTOESTIMA COMO MOTOR DEL COMPORTAMIENTO

Como la autoestima (lo que un(a) niñ@ siente por sí mism@) está
relacionada con el conocimiento propio (lo que un(a) niñ@ piensa de sí
mism@), la o el lniñ@ se siente obligad@ a actuar de manera que pueda
expresar las dos facetas. En concreto, hay tres buenos motores que
determinan el comportamiento y proceden de lo que se piensa y de lo que se
siente por uno mismo.

1. El o la niñ@ actúa par obtener una mayor satisfacción y creerse mejor.


Por ejemplo: buscando las alabanzas y la aprobación, haciendo cosas que le
gustan y que sabe hacer, eludiendo tareas en las que podrían fallar, agradando
a los demás.

2. El o la niñ@ actúa para confirmar la imagen (la idea) que los demás, y él
mismo, tienen de él o de ella. Si un(a) niñ@ está convencido de ser “buen
chic@” tenderá a comportarse bien; por el contrario, si piensa que es mal@,
buscará (inconscientemente) la reprimenda y el castigo. Si una niña cree ser
buena deportista, querrá jugar a la menor oportunidad. Si un niño cree que se
le dan mal las matemáticas, sacará malas notas en esa asignatura y adjudicará
a la “suerte” cualquier mejoría que experimente.

3. El o la niñ@ actúa para ser coherente con la imagen que tiene de sí,
por mucho que cambien las circunstancias. “¡Es que yo soy así!” “¡Siempre
he sido así!” Para el o la niñ@ es tan difícil como para el adulto, por lo menos,
cambiar algo de sí mismo que afecte alguna de sus ideas básicas, aunque tal
cambio pudiera posibilitar un comportamiento diferente. Por ejemplo, el niño
que es capaz de resolver problemas de matemáticas pero que suspende en los
exámenes porque espera hacerlos mal.

Estos tres motores influyen en el comportamiento del niñ@ y suelen


manifestarse simultáneamente, ¡hasta cuando son contradictorios! La
consecuencia es un comportamiento que parece errático o irracional, como el
caso del que se niega a hacer algo cundo todos los indicios señalan que debe
salirle bien. Un ejemplo puede ser el del niño que lee mucho en casa, pero que
no muestra esa faceta en el colegio, porque en el colegio se le considera un
“payaso” y consigue así la aprobación de sus compañeros. O el del niño que
promete a su padre y madre hacer algo para conseguir su aprobación pero
que se queda a la mitad porque el no acaba de creerse que pueda hacerlo
bien.

COMO INFLUYE EN LOS NIÑOS LA AUTOESTIMA DE PADRES, MADRES


Y MAESTROS

Todo el mundo sabe que los padres y las madres son “modelos” para
sus hij@s. Pero con frecuencia los niñ@s imitan también sentimientos y
actitudes de sus padres y madres además de imitar su manera de hablar, sus
tics y las cosas que hacen. Para l@s niñ@s, el interior de sus padres y madres
es un punto de referencia de igual valor que su exterior; por ejemplo: ver cómo
actúan. Y los sentimientos y actitudes de los padres y madres, suelen
expresarse de forma sutil y muda; por ejemplo: si un padre se encoge de
hombros al tiempo que su rostro permanece tenso, el niño interpretará que su
padre está desilusionado, aunque no diga ni una palabra. Mensajes así, no
verbales, se deslizan, por ejemplo, entre lo que se dice y el tono que reemplea
bendecirlo. Es casi imposible ocultar un sentimiento y l@s niñ@s son
observadores muy agudos que cazan al vuelo las expresiones sutiles que hay
en las actitudes de sus padres y madres.

L@s niñ@s acuden continuamente a los padres y madres para obtener


claves de comportamientos. Y a l@s niñ@s les influyen las reacciones
emotivas de los padres y las madres, por mucho que éstos no las expresen.
Entre los padres o madres con poca autoestima y sus hijos pueden
establecerse ciertas vías de relación personal que produzcan angustias y que
acaben por provocar problemas de autoestima en l@s niñ@s. Veamos:

 Los padres y madres con poca autoestima tienden a “vivir”


prolongándose en sus hij@s. Quieren que sus hij@s consigan cosas
que ellos no han conseguido y se desilusionan cuando eso no ocurre.
Así, l@s niñ@s se encuentran entre la espada de vivir conforme a las
expectativas de sus padres y la pared de hacer “lo que les pide el
cuerpo”.
 Los padres y madres con un poca autoestima se muestran ansiosos con
frecuencia. Y la ansiedad distorsiona la comunicación.
 Los padres y madres con poca autoestima suelen sentirse amenazados
por hij@s con mucha autoestima, sobre todo si l@s niñ@s quieren
independencia y autonomía. Los padres interpretan ese comportamiento
como un rechazo y l@s niñ@s se quedan frustrad@s, confundid@s y
enfadad@s ante tal actitud.
 Cuando los padres y madres tienen poca autoestima acaban por
descubrir problemas en cualquier cosa que se plantee. Y el intento de
resolver aquellos problemas que ni siquiera se han planteado todavía
supone para l@s niñ@s exigencias y expectativas que a duras penas
pueden cumplir.
 Los padres y madres con poca autoestima no saben cómo elogiar con
realismo y precisión; acaban por no elogiar nada o muy poco o, al
contrario, por alabarlo todo. Así, su elogio es global y genérico, en lugar
de concreto y específico. A l@s niñ@s les gustan las alabanzas, pero si
son muy generales no les proporcionan pistas sobre su comportamiento
y les producen ambigüedad y confusión

Los padres y madres con poca autoestima no pueden evitar algunos de estos
dilemas, que son sólo suyos. Pero sí deben plantearse, las cosas que podrían
hacer para acrecentar la autoestima de sus hijos, de ahí el importante papel
que cumplen los pilares de la autoestima, como la capacidad de vinculación, la
singularidad, los modelos que deben seguir y las pautas que deben imitar
Bibliografía

- Mattew M, Patrick F, Autoestima Evaluación y mejora, 1991, Ediciones


Martínez Roca, Barcelona.
- Harris Clames, Como Desarrollar la Autoestima en los niños y en las
niñas 1989, Editorial Printed in Colombia.

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