Testimonios de La Cultura Material en Los Exvotos Pintados de Galicia
Testimonios de La Cultura Material en Los Exvotos Pintados de Galicia
Testimonios de La Cultura Material en Los Exvotos Pintados de Galicia
Arte y Arquitectura Abulenses, 2, Instituto “Gran Duque de Alba” de la Diputación Provincial de Ávi-
la, 1988, p. 218.
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JOSÉ FUENTES ALENDE
2Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, tomo I, Madrid, 1984, p. 133.
3MORANT, Henry de, Historia de las artes decorativas, con la colaboración de Gerald GASSIOT-TA-
LABOT, traducido del francés por María Antonia PELAUZY, revisión y ampliación para la edición espa-
ñola por José CORREDOR MATHEOS, Espasa-Calpe, S.A., Madrid, 1980, p. 433.
4 TEJADA VIZUETE, Francisco, “Pintura Popular Bajoextremeña”, Saber Popular. Revista Extremeña
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en fin, el vivir cotidiano5. Son documentos del modo de vida diario en el mo-
mento en que el pintor los ejecutó porque él mismo vive en ese ambiente,
porque lo conoce, aun cuando lo plasmado pueda obedecer a una realidad
que se corresponda con la del sujeto que encarga el exvoto o serle adjudica-
do tomándolo de su entorno o basándose en modelos estándares: Apenas os
acessórios, mais concretos e pormenorizados, revelam o intento da fidelidade da
cópia: sâo os aspectos da igreja com os quais o pintor está familiarizado... a in-
dumentária doméstica regional e da época... as minúcias de interior como os bu-
fetes, as cadeiras de espalda de coiro, os leitos de dossel e bilrados, as almofadas
guarnecidas de rendas, os roda-pés e as colchas 6.
Todos estos elementos de la cultura material aparecen, en mayor o menor
número, en los exvotos pintados gallegos, permitiendo su análisis y compa-
ración con los de otras comunidades. La inclusión del inventariado y estudio
de los exvotos en la “Catalogación Arqueológica y Artística de Galicia”, que
sufraga la Fundación “Pedro Barrié de la Maza, Conde de Fenosa” y que se
elabora en el Museo de Pontevedra, nos ha permitido catalogar hasta el mo-
mento 117 cuadros, ubicados en un total de veintidós santuarios, que fueron
el objeto de un extenso trabajo todavía inédito, además de otro tipo de ex-
votos, fundamentalmente los de cera7.
No obstante, no pretendemos realizar en esta breve comunicación un es-
tudio pormenorizado de cada uno de los aspectos de la cultura material pre-
sentes en los exvotos gallegos, sino ofrecer únicamente aquellas líneas gene-
rales que siguen cada uno de ellos.
En primer lugar, debemos destacar la importancia de la indumentaria
personal, por cuanto en la mayoría de ellos, excepción hecha de los de temá-
tica marinera del santuario de Vilaselán (Ribadeo, Lugo), aparece represen-
tada cuando menos la persona enferma o en un determinado peligro, muchas
veces con otros familiares y compañeros de viaje o de empresa, en las más va-
riadas actitudes. Claramente definidas, por lo menos en cuanto lo permite la
diafanidad de la pintura y su disposición en la misma, nos encontramos con
231 figuras humanas, aparte de otras ligeramente esbozadas por medio de
manchas, de las cuales 129 son masculinas, 87 femeninas y 15 infantiles. En
su mayoría nos permiten conocer algo de la vestimenta a la usanza de la épo-
ca, desde las ropas de faena en la pesca hasta las de diario y de fiesta, pasan-
do por las ropas de cama que pueden apreciarse a través de los embozos y de
las mangas de camisones y pijamas en las 37 mujeres y en los 20 hombres re-
presentados en sus respectivos lechos.
La diversidad de la indumentaria es altamente patente, manifestándose
las diferencias en dos aspectos fundamentales. Por un lado, según la calidad
5 MARCOS ARÉVALO, Javier, “La religiosidad popular y el fenómeno votivo: milagros, promesas y
exvotos en Extremadura”, Revista de Estudios Extremeños, tomo LIII, núm. II, mayo-agosto, 1997, p. 485.
6 ROCHA PEIXOTO, “Etnografía Portuguesa. Tabulae Votivae. (Excerpto)”, en Etnografía Portugue-
sa. (Obra Etnográfica Completa), organizaçâo, prefácio, notas e bibliografía de Flavio GONÇALVES, 2ª
ed, Publicaçôes Dom Quixote, Lisboa, 1995, pp. 190-191.
7 FUENTES ALLENDE, Xosé, “Exvotos de cera: tecnoloxía e funcionalidade”, en Tecnoloxía tradicio-
nal: Dimensión patrimonial. Valoración antropolóxica. Actas do Simposio Internacional In Memoriam Xa-
quín Lorenzo, Ourense, 13 ó 15 de outubro de 1994, A. FRAGUAS FRAGUAS - X. A. FIDALGO SANTA-
MARIÑA (coords.), Consello da Cultura Galega, ponencia de Antropoloxía Cultural, 1996, pp. 227-260.
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dales verticales; por los zócalos o rodapiés en su parte inferior; por las puer-
tas y ventanas, con sus listones y vidrios, y en ocasiones con contraventanas
o rejas de forja; por las tablas del piso, de diversas anchuras, o a modo de par-
qué; por las cornisas y por los pontones en la totalidad o en parte del techo;
por los armarios, mesillas de noche, mesas camilla y sillas; por espejos, cua-
dros y crucifijos colgados de las paredes, además de por los pesados cortino-
nes que penden del techo en uno de los extremos o a ambos lados de la ca-
ma.
Otros ambientes que nos encontramos son: el de un amplio salón, con
tres puertas al fondo, un espejo y dos cuadros a cada lado de éste y dos sillo-
nes tapizados; el de una sala de juzgado, con puerta y ventana, mesa del juez
y estantería; el de una amplia sala, con puertas a derecha e izquierda bajo do-
sel, ventanas, cuadro y mesa al fondo; el de una sala de estar, contigua a la
habitación, con dos puertas, sillas y mesa; el de un aula escolar, con mesa al
fondo y puerta; los interiores de templos, dos en el santuario de la Esclavitud
y sendos en los de Abades, en Silleda (Pontevedra) y Virgen del Camino, en
Muros (A Coruña).
Los 60 ejemplares de camas que figuran representados en los cuadros pin-
tados constituyen el conjunto más numeroso de elementos muebles, permi-
tiéndonos conocer una amplia diversidad de modelos.
Refirámonos en primer lugar a las camas que podemos considerar exen-
tas, aunque en ocasiones, como es lógico, aparezcan adosadas por uno de sus
lados, generalmente la cabecera, a una de las paredes de la habitación o bajo
un elevado copete circular del que penden pesados cortinones, como sucede
en uno del santuario de A Pastoriza (Arteixo, A Coruña). Las encontramos
en 45 casos, mostrándonos la mayoría de ellas el cabecero y el piecero, éste a
veces únicamente las patas o ni tan siquiera eso por hallarse totalmente cu-
bierto por la colcha, más alto en buena lógica el primero que el segundo, pe-
ro desproporcionado en algún ejemplar.
Ambos elementos pueden ser rectos, con entrepaños macizos diferencia-
dos del bastidor, sin remate de ningún tipo o con un listón a veces cilíndri-
co de distinto color, e incluso prolongándose en semicírculo que puede co-
bijar algún adorno de tipo vegetal pintado o una cruz de madera incrustada.
Pueden presentar también balaustres, bien circulares torneados, bien de ta-
blas sencillas. El análisis formal de los cabeceros y pieceros siguiendo un or-
den cronológico nos aporta un dato que puede ser significativo, o tal vez no,
para la historia, o para la aproximación a ella, del mueble, cuando menos en
Galicia: aparecen por primera vez en el año 1853 curvados hacia el exterior
en su parte superior, llegando incluso a cerrarse por completo enrollándose,
pudiendo datarse en ese año dos ejemplares de la Esclavitud y uno de los Mi-
lagros del Monte Medo (Baños de Molgas, Ourense), apareciendo a partir de
entonces con mucha más frecuencia. ¿Indicará este dato que a mediados del
siglo XIX se introduce en Galicia un nuevo modelo de cama, bien por evolu-
ción de la propia carpintería, bien por la llegada desde fuera de catálogos de
mobiliario?
Las patas sobre las que apoyan ofrecen secciones cuadradas o circulares, a
veces con talla torneada, totalmente rectas o ligeramente estrechas en su par-
te inferior, de forma troncopiramidal o troncocónica invertida. Sus remates
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con sus pares en el otro lateral, menos definidos; a ellos irían atados los “la-
drales”, aquí de una sola pieza, que semejan construidos de varas vegetales
entrelazadas; en la rueda de madera del primer término, que, como la del
fondo, presenta en la superficie de rodaje púas de hierro de cabeza gruesa, no
se aprecian las uniones de las distintas piezas que la integran, salvo el “mión”
central en el que sobresale la cabeza del eje. En el de Pastoriza, en el que el
hombre aparece atrapado entre el “chedeiro” y la rueda, ésta es idéntica a la
del cuadro anterior, si bien puede apreciarse la lámina de hierro que recubre
su borde; se representan en sentido longitudinal las tablas del piso del carro,
con cinco pares de “estadullos”, altos y puntiagudos; la “cabezalla”, o timón,
como en el caso precedente, está oculta entre la yunta, uncida por un yugo
recto, de “cangas” rígidas, al que se sujeta el carro por medio de la “chavella”.
Similares son los otros tres ejemplos de la Esclavitud, dos de ellos con tres pa-
res de “estadullos”, uno sin ellos, notándose en éste que la disposición de las
tablas del piso es en sentido transversal y no en el longitudinal habitual.
Constituyen un capítulo aparte los exvotos de tema marinero, ya que nos
permiten conocer determinado tipo de embarcaciones. Entre éstas aparecen
las de tipo popular, sin un nombre propio que las identifique: una lancha de
remos con una vela cuadrada a proa; una dorna en dos ocasiones, idéntica en
ambas, que nos muestra la disposición de las tablas; una chalupa de remos y
con su timón. Luego ya las embarcaciones de mayor porte y para largas sin-
gladuras, a veces con su nombre: el navío “San Vicente”, con los tres palos;
el bergantín “Fernando VII”, con uno; el buque “Juan de la Vega”, con el
trinquete y el mayor; un trasatlántico anónimo, con dos mástiles y chimenea
al centro; el barco “La María”, con un jabeque de moros, un bote, un yate;
el “San José y Ánimas”; el paquebote “Purísima Concepción”; el bergantín
“Flora Paquita” con la corbeta “Albión”; el bergantín “Ana”; el trasatlántico
“City of Paris”; el bergantín goleta “Nuestra Señora del Rosario”; la goleta
“Cruz”, o la embarcación “San Antonio y Ánimas”.
Como acabamos de ver a rasgos generales, los exvotos pintados son au-
ténticos documentos que nos facilitan gran cantidad de información sobre el
modo de vida de una determinada época. Por un lado, la inscripción expli-
cativa nos aporta datos sobre personas fácilmente identificables, sobre enfer-
medades, sobre la actuación de los médicos o sobre las creencias y las prácti-
cas religiosas con las que se complementaban las ofertas realizadas. Por otro,
la representación plástica nos presenta testimonios sobre la cultura material
de entonces, que fue transformándose y en muchos aspectos perdiéndose.
Fuentes de información tan importantes permanecen en Galicia pode-
mos decir que olvidadas o cuando menos sin ser reconocidas como se mere-
cen. Custodiadas, como por otra parte es lógico, en sus santuarios respecti-
vos, en la mayoría de los casos se encuentran en condiciones precarias de con-
servación, sufriendo la humedad existente en los templos, casi todos ubica-
dos cerca del mar, el humo de las velas, las aglomeraciones de fieles y el paso
del tiempo.
No puede negarse, sin embargo, el interés y el afán proteccionista que la
Iglesia muestra hacia los exvotos pintados. Un proteccionismo que en 1919
llevó a los responsables del santuario de la Esclavitud a reunir en un único
conjunto, en una especie de retablo en el interior de la sacristía, los cincuen-
ta y cinco cuadros que custodia, sin tener en cuenta ni la cronología ni la ma-
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8 Ex-voto marins de Bretagne et Galice. Exvotos mariñeiros en Galicia e Bretaña, Musée des Beaux-
Arts de Brest, Museo de Pontevedra, Carrefour des Régions d’Europe, Oueste France, 1987.
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Retablo con exvotos en el santuario de la Esclavitud. Padrón, A Coruña (Archivo Gráfico del
Museo de Pontevedra)
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Exvoto con cama bajo dosel en el santuario de Pastoriza. Arteixo, A Coruña. (Archivo
Gráfico del Museo de Pontevedra)
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Exvoto con cama, sillas, mesa y cuadro en el santuario de los Milagros del Monte Medo.
Baños de Molgas, Ourense (Archivo Gráfico del Museo de Pontevedra)
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Exvoto con cama bajo cortinones y carro del país en el santuario de la Esclavitud. Padrón,
A Coruña (Archivo Gráfico del Museo de Pontevedra)
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Exvoto con una “dorma” en el santuario de Pastoriza. Arteixo, A Coruña (Archivo Gráfico
del Museo de Pontevedra)
Exvoto con varias embarcaciones en el santuario de la Virgen del Camino. Muros, A Coruña
(Archivo Gráfico del Museo de Pontevedra)
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