EDUCANDO Desde La Banca - 2023

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 88

“Dejad a los

niños venid a mí
y no se los
impidáis, porque
de los tales es el
reino de Dios”
(Marcos 10:14)

GUIANDO A TUS HIJOS


AL GOZO DE LA ADORACIÓN
Por Robbie Castleman
Traducción de Wilbur Madera Rivas
Edición de Samuel Hernández Clemente

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 2 -


PAPI, QUIERO QUE CONOZCAS A MIS HIJOS

1
Me hubiera gustado prestar más atención a los momentos importantes
de mi vida. No recuerdo que traía puesto mi esposo el día que nos
conocimos. Recuerdo donde y como ocurrió, pero no recuerdo nada de lo
que dijo. ¿Cuáles fueron sus primeras palabras?
Por supuesto no sabía que aquella noche húmeda en Nueva Orleans iba
a cambiar el curso de mi vida. Estaba en aquella ciudad para escuchar al
Cuarteto Francés, no para enamorarme. Yo estaba distraída por la
emoción, el ruido, el resplandor y los aromas agradables de la ciudad
creciente. Debí haber prestado atención a aquel joven interesante, pero no
lo hice.
No recuerdo la primera vez que mi papá vio a su primer nieto, mi hijo
Roberto. Mi mamá lo conoció a las dos semanas de nacido, pero cinco
meses después papá abrazó por primera vez a su nieto. No recuerdo cómo
ocurrió porque estábamos en medio de una boda familiar. Los apuros por
tener listos los vestidos, las flores, la comida, el ensayo y la recepción
ocuparon toda mi atención. Hubo aspectos importantes de aquella visita
que me perdí.
Para todos nosotros es fácil perder los momentos importantes de la vida.
La distracción, el estar ocupados y el clamor de preocupación por las cosas
futuras nos roban el gozo de ver lo que Dios está haciendo en el tiempo
presente. Usualmente miramos desde la distancia los momentos
importantes, los puntos críticos de nuestras vidas. Entonces, hacemos una
pausa y pensamos: "Ah, cuán poco consciente era de lo importante de eso
en aquel tiempo".
Las vidas de nuestros hijos son afectadas por momentos que difícilmente
captan nuestra atención. Puesto que los adultos generalmente tenemos
confianza y familiaridad en el mundo, es fácil que pasemos por alto la
intensa perspectiva del mundo que tienen los niños.
Unos meses después de la explosión del transportador especial
Challenger, recuerdo que llevé a mis hijos y algunos de sus amigos a un
espectáculo aéreo. El hermano de uno de los amigos era un niño de cinco
años llamado Brandon. El estacionamiento estaba a una distancia
considerable del área del espectáculo por lo que habían camiones para
transportar a la gente. De una manera casual comenté, "Tomaremos el
transportador niños, así que permanezcan juntos".
Unos minutos después miré a Brandon, quien de repente detuvo su
parloteo incesante. Estaba pálido, sus ojos estaban llenos de lágrimas, y
su pecho se movía con ansiedad. "Brandon, ¿Qué pasa?" Pregunté con
preocupación. Movió los hombres y miró hacia el frente.
Le pregunté de nuevo al mismo tiempo que sus lágrimas comenzaron a
caer. De pronto, lo entendí: ¡Era el "transportador"! "Oh, Brandon," le dije,
"¿Entiendes que nuestro transportador es un camión como en el que vas a
la escuela? No vamos a volar. No vamos a ir en el transportador espacial."
Brandon suspiró aliviado, y el color regresó a sus mejillas. Sus ojos
brillaron con el gozo del alivio. Nunca un niño de cinco años estuvo más
contento al subirse a un camión. Yo había prestando atención al evento,
y estaba muy contenta por eso.

PRESTAR ATENCIÓN TRAE BENEFICIOS


Prestar atención no siempre es fácil aún para los padres mejor
intencionados. ¡Algunas veces simplemente quiero desenchufar la
"máquina de palabras"! Recuerdo que en una ocasión le dije esto a mis
niños. El que era la "máquina de palabras" con toda calma me informó
que no podía ser desenchufado porque él tenía baterías incluidas.
Es difícil prestar atención a los niños especialmente cuando hay algo
más a qué prestarle atención. Una programa de televisión favorito, una
llamada importante o un buen libro en un rincón silencioso parecen ser
señales para los niños, quienes de pronto se dan cuenta que necesitan su
atención. En el momento en que te recuestas en el sofá para relajarte con
una revista, un adolescente quien no ha hablado desde la semana pasada
de pronto quiere contarte todo lo que ocurrió en la clase de gimnasia. ¿Y
no es asombroso como es que el bebé siempre necesita ser amamantado
justamente cuando mamá se ha sentado a la mesa para comer?

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 4 -


Los momentos de Adoración pueden ser uno de esos tiempos en los que
nosotros como padres quisiéramos prestar atención a algo diferente que a
nuestros hijos. Los niños pueden distraernos, agraviarnos y avergonzarnos
en la iglesia. El ser padre puede ser algo difícil cuando te sientas en una
banca de Iglesia. El prestar atención a nuestros hijos nos puede hacer
menos atentos al culto. Las tentaciones de quedarnos en casa o al menos
de mantener a los niños fuera del santuario son reales. Es difícil prestar
atención a Dios y a los niños al mismo tiempo.
Sin embargo, entrenar a los niños para prestar atención a Dios es una
manera poco común para permitirte disfrutar de hacer el pastel y comértelo
también. El educar desde la banca de iglesia puede ayudar tanto a los hijos
como a los padres a prestar atención a lo que realmente es importante.
El aprender a prestar atención a mis hijos me ha ayudado a prestar
atención a mi Padre celestial en la adoración. Y sí recuerdo la ocasión
cuando mis hijos fueron recibidos en los brazos de mi Padre celestial.
Todavía puedo ver las lágrimas de Scott ofrecidas en arrepentimiento
mientras confesaba su impuro corazón a Jesús. Todavía puedo escuchar
"Jesús, el crucificado" saliendo de la garganta de mis hijos fuertemente y
desafinado cuando aprendieron el coro de este viejo himno. Yo estuve con
ellos la primera vez que entendieron una ilustración del evangelio. Yo
contesté sus preguntas acerca de palabras de cinco sílabas utilizadas en
sermones. Yo estuve junto a Roberto y Scott la primera vez que tomaron en
sus manos los símbolos del cuerpo y la sangre de Cristo. Sí preste atención.
Estos momentos de gracia y adoración son recordados y atesorados.
Enseñar a sus hijos a adorar es una manera de prestar atención a los
momentos realmente importantes y transformadores de la vida. El educar
desde la banca de iglesia le ayuda a mantenerse enfocado en la importancia
del momento, de tal manera que no se pierde con las distracciones del día.
El enseñar a los hijos a adorar puede atraer tanto a padres como a hijos a
prestar atención a lo que Dios está haciendo.
El educar en la banca de Iglesia puede ayudarte a prestar atención a la
cosa más importante que tú puedas enseñarle a tus hijos: la adoración. La
adoración es la única cosa que seguiremos haciendo para siempre.
Para muchos padres sesenta minutos en una banca de iglesia con un niño
pequeño retorciéndose o un adolescente malhumorado pueden parecer

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 5 -


eternos. La adoración a Dios puede ser la cosa más lejana en nuestras
mentes cuando nuestros hijos nos distraen. De hecho, enseñar a nuestros
hijos a adorar puede ser difícil para algunos de nosotros porque nosotros
mismos no tuvimos la experiencia de adorar cuando éramos niños. Tal
vez las memorias de su niñez en la iglesia son similares a las mías.

FALDAS Y NOTITAS…
Yo iba a la iglesia cuando niña usualmente con unos zapatos
relucientes y una falda que daba comezón. Yo era bastante buena y
razonablemente calmada - al menos mi cuerpo lo era. Mental y
emocionalmente yo jugaba afuera, contaba ladrillos e inventaba historias
acerca de la gente que estaba enfrente de mí. Por fin me aburrí de contar
ladrillos y garabatear el boletín, y pasé al mezanine de los adolescentes
para pasar notitas y criticar a la gente que estaba abajo. En mis últimos
años de adolescencia abandoné la escuela dominical contribuyendo así a
una tendencia documentada notoria en estudios sobre la asistencia a la
Iglesia. Una de las razones para abandonarla fue que nunca fui enseñada
a adorar. Sólo me enseñaron a estar callada en la iglesia. Durante mi
niñez, mis queridos padres no sabían la diferencia entre esas dos cosas.
Mamá y papá hicieron su mejor esfuerzo utilizando lo que sabían.
Mamá creció "yendo a la iglesia" pero no para adorar, mientras que papá
nunca fue a la Iglesia cuando era niño. Durante mis primeros años de
infancia mis padres lloraban la perdida de su primer hijo, un hermano a
quien nunca conocí que murió de "muerte de cuna" (un síndrome de
muerte infantil repentina). Después, cuando yo tenía cuatro años
estuvimos involucrados en un accidente automovilístico.
Unas personas que fueron amables en la escena del accidente se
convirtieron en nuestros amigos. Y fueron ellos quienes animaron a mis
padres para comenzar a asistir a la Iglesia y a la Escuela Dominical. Mi
madre recuerda esos tiempos y dice, "Sabíamos que necesitábamos algo
en nuestras vidas." Así que fuimos.
Al sentarme junto a ellos, la diferencia entre "ir a la iglesia" y "ir a adorar"
era algo que ellos apenas estaban descubriendo. Todo lo que se me enseñó
fue a estar callada y a portarme bien.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 6 -


"Estad quietos y conoced que Yo soy Dios" es más bíblico (Salmo 46:10).
Este verso comienza definiendo la diferencia entre "ir a la iglesia" e "ir a
adorar" Ir a adorar requiere una transformación de vida y fluye de un nuevo
corazón, no de un hábito viejo. Ir a la iglesia puede ser nada más un tiempo
bien utilizado con buenas intenciones. Puede ser que no tenga mucho que
ver con la adoración.

SIMPLEMENTE IR A LA IGLESIA
Podemos ir simplemente a la iglesia porque es bueno para nosotros, nos
beneficia, vuelve que nuestra semana se componga, mantiene a nuestros
hijos lejos de las drogas, o porque nos gusta la música. Podemos decidir ir
a la iglesia porque es "bueno para nosotros". La idea de prestar atención a
Dios en adoración puede influir rara vez nuestro pensamiento o tocar
nuestro corazón. Más de una ocasión he escuchado la misma conversación
(usualmente en un parque de juegos o un gimnasio). Va más o menos así:

Amy: Sabes, ahora que los niños están grandes, realmente necesitamos
regresar a la iglesia. Creo que nos ayudaría en algo.
Cris: Sí, no se qué hubiéramos hecho sin la iglesia. Mantiene a los niños
ocupados. Siempre hay algo que hacer.
Amy: Bueno, eso no es mucho a cambio de soportar un culto largo.
¿A qué iglesia asistes?
Cris: Oh, te encantaría mi iglesia. Tiene algo de vida. La música es
magnífica. A Wayne y a mí nos gustan los sermones. No son de
esos que siguen y siguen.
Amy: Tal vez les visite algún domingo. ¿Qué iglesia es?
Cris: Es la iglesia Presbiteriana de Riverside. Es la iglesia con el vitral
grande y con una pared de cristal. Está localizada en la esquina
de las calles Hyde y Central.
Amy: Oh, ya se cual. La hija de una compañera de la oficina se casó
allí. Es muy bonita.
Cris: A mí me gusta. Ahora que mis hijos ya están lo suficientemente
grandes para sentarse con sus amigos, yo puedo sentarme y
relajarme.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 7 -


Amy: Bueno, precisamente por eso es que esperamos para regresar a la
iglesia. Sencillamente era demasiado trabajoso cuando estaban
pequeños, pero creo que les hará mucho bien ahora que ya están
más grandes.

¿Para qué vamos a la iglesia? Mis padres me llevaron porque ninguno


de nosotros murió en un accidente automovilístico cuando tenía cuatro
años. Ellos habían hecho una promesa a Dios.
Algunas personas van porque lo prometieron a sus padres o a sus
abuelos. Algunas personas, incluyendo a los políticos, van porque es
bueno para la imagen personal o para los negocios. Pero yo pienso que
muchos son como Amy y Cris y el comercial de avena, "Es lo correcto". Y
ciertamente lo es. Sin embargo, la adoración es la razón más correcta.
Pero la adoración no es algo que venga en forma natural para nosotros
como humanos. Dios tuvo que entrenar a la nación de Israel para que le
adorara. El hizo grandes esfuerzos para enseñar a su pueblo cuánto él
merecía ser adorado, honrado, amado y conocido.
Dios, para su adoración, prescribió directrices generales ("Estad
quietos. . .") y reglas específicas ("Por cada carnero harás ofrenda de dos
décimas de flor de harina, amasada con la tercera parte de un hin de
aceite; Num. 15:6). De esta manera, Dios comenzó con Israel a entrenar a
la gente a adorarle "en Espíritu y en verdad" (Jn. 4:24). Dios desea ser
adorado. El lo ordena. Su palabra nos enseña cómo amarle, cómo
adorarle. Los hijos de Israel, nosotros y nuestros hijos debemos ser
enseñados a adorar.

SE SOLICITA: ENTRENAMIENTO PARA LA ADORACIÓN


Los padres les enseñan a sus hijos cómo hacer la cama, batear una
pelota, resolver problemas matemáticos y comprar sabiamente. Tienen
repisas llenas de libros, columnas de consejos y muchas buenas razones
para desarrollar en sus hijos esas habilidades.
Pero aunque tenemos consejos abundantes para las finanzas y la
niñez, muy poco se ha escrito acerca de la enseñanza de nuestros hijos
para adorar. En su libro El Dr. Dobson responde a sus preguntas, James

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 8 -


Dobson afirma que el entrenamiento espiritual es importante, y dice que los
siete primero años de la vida de un niño son críticos para este
entrenamiento. Allí el provee una lista de comprobación de veintiocho
preguntas para los padres. La lista de comprobación que corresponde a la
Iglesia / adoración es como sigue:
• ¿Está aprendiendo a comportarse apropiadamente en la Iglesia?
• ¿Está aprendiendo a guardar santo el día de reposo?

Estas son dos buenas preguntas. Los padres necesitan ayuda cuando
están tratando de enseñar a sus hijos acerca de la iglesia. Pero la ayuda que
provean debe enseñar a sus hijos a adorar, no solamente a reducir la
tensión por una hora en la banca de la iglesia.
Educando en la banca de la iglesia fue escrito para ayudar a los padres a
enseñar a sus hijos el único comportamiento adecuado en la iglesia: la
adoración. Este libro es una expresión de mi gozo al aprender con mis hijos
cómo recordar el día de reposo y guardarlo santo.
El educar en la banca de iglesia puede ser una batalla candente o un triunfo
de gracia. Puede consistir en susurrar ordenes: "silencio", "Shhhhh,"
"quédate quieto," o puede contener los momentos de la vida más íntimos
con la familia de Dios junta en su presencia. El domingo por la mañana con
los niños en la banca de iglesia puede ser la hora más larga de la semana, o
puede proveer la mejor preparación para el gozo eterno.

Enseñar a tus hijos a adorar, educar desde la banca de iglesia, es entrar a la


casa de tu Padre Celestial y decirle, "Papi, quiero que conozcas a mis hijos."
Adorar es ver la sonrisa de tu Padre.

ADORACIÓN ANTES Y DESPUÉS DE LA CUNA

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 9 -


2
Existe una gran diferencia entre la adoración a.C y d.C (adoración
"antes de la cuna" y "después de la cuna"). He escuchado a más de un
padre confesar, "Yo iba más a la iglesia antes de tener a mis hijos." Pero
el asunto mayor es, ¿qué obtiene Dios de la adoración? La adoración es
buena para Dios. A la adoración le interesa Su placer, Su beneficio, Su
bien. La adoración es el ejercicio de nuestras almas que consiste en
bendecir a Dios. En los Salmos leemos o cantamos, "Bendice alma mía a
Jehová" Sin embargo, nuestra preocupación principal usualmente es
"Bendice mi alma, Oh Dios."
El encuentro con el Señor. La reunión con Jesús. Escuchar su voz.
Conocer a Dios. Estas expectativas de la adoración son cumplidas en los
corazones cuyo propósito es bendecir a Dios. Pero bendecir a Dios es
rara vez el deseo de nuestro corazón, la obra de nuestra alma, el foco de
nuestra atención. Cantamos "Lléname, espíritu de Dios", pero ¿Qué
haríamos si Él lo hiciera? Oramos, "Ven, espíritu" pero no nos
preparamos para su visitación. Armonizamos bellamente "Espíritu del
Dios vivo, pon tu fuego en mí," pero nunca esperamos algo nuevo.
"Sublime gracia" puede parecer nada si sólo vamos a la iglesia en vez de
adorar. Y esto es verdad tanto “a.C.” como "d.C.”
Los niños pueden infringir nuestra experiencia de adoración. Conozco
más de un padre que ha resentido la distracción provocada en la banca
por la presencia de sus hijos. Muchos sencillamente se dan por vencidos.
Sin embargo, los niños no tienen porque interferir en la experiencia que
Dios tiene de la adoración. La adoración es en primer lugar bendecir a
Dios, y él valora la presencia y alabanza de los niños (Mt.18:14; Mr.10:14;
Lc.18:16).

EL SIGNIFICADO DE LA ADORACIÓN
La adoración no es un “recargado de baterías” para aguantar otra
semana. La adoración no es un sistema de tradiciones construido al paso
de muchos años de vida congregacional hasta que todos se sienten
cómodos.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 10 -


La adoración no es un tiempo para relajarnos, desconectarnos de la
realidad o darnos unas vacaciones mentales. La adoración no es una hora
de entretenimiento cristiano. No es lo que nos hace ser buenas personas,
cristianos fieles o padres exitosos. La adoración es rendir nuestras almas a
Dios quien es celoso por nuestra atención, tiempo y amor. La adoración es
un desafío, y con niños es un desafío mayor.
Se ha dicho que la gente moderna, adora su trabajo, trabajan en sus
juegos, y juegan en su adoración. Necesitamos trabajar en nuestra
adoración. Cuando tenemos hijos, a menudo tenemos que trabajar más
duro.
El béisbol y el ballet son enseñados a través de participación, práctica y
paciencia. Los niños aprenden mejor al hacer. Los grandes jugadores de
béisbol no se hacen en la gradas. La danza no se aprende por control
remoto. Los niños aprenden a adorar, adorando - a través de participación,
práctica y paciencia. La tarea puede llegar a ser abrumadora si la tomas en
serio. Enseñar a los niños a adorar es el punto más alto de la fe sagrada.
Sin embargo, a diferencia del béisbol o el ballet, la adoración es enseñada
mejor por los padres que por los "profesionales".
La adoración, el ballet y el béisbol son aprendidos también por medio del
ejemplo. Un buen entrenador o maestro puede batear una pelota o
demostrar una pirueta. Y un padre desde la banca de iglesia puede mostrar
por medio del ejemplo qué significa buscar a Dios, amar a Su Hijo y
responder al Espíritu Santo en la adoración. Los niños aprenden que la
oración es importante cuando ven que para sus padres es una prioridad.
Los niños aprender a dar generosamente cuando sus padres lo hacen. Los
niños se visten, cantan y participan siguiendo el ejemplo así como la
instrucción. Cuando la adoración es el gozo evidente de los padres, los
niños tendrán la expectativa de experimentar lo mismo.
El instructor puede ser aun uno de los padres que esté sentado con los
niños en la banca de iglesia. Los domingos por la mañana eso es
justamente lo que hago. Mi esposo es el pastor, por lo que todos los
domingos trabaja y no puede sentarse junto a mí. Créanme que con dos
niños con sólo diez y siete meses de diferencia entre ellos, hubiera querido
tener dos manos extras en aquellos momentos.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 11 -


En la banca, yo era la instructora de adoración para nuestra familia.
Roberto y Scott, que ahora están en la Preparatoria, piensan que hice un
buen trabajo. Sus recuerdos, tanto los aciertos como los fracasos, están en
este libro. Paso a paso aprendimos cómo participar. Practicamos y
practicamos y practicamos. Aprendí a ser paciente en tiempos de
desánimo, sequía espiritual y distracción. Sencillamente, perseveré. No
siempre he hecho las cosas como hubiera querido. Durante los primeros
años, el enseñar a mis hijos a adorar era algo solitario. No conocía a
nadie más que estuviera haciendo lo que yo hacía con mis hijos. Me
preguntaba a veces si el esfuerzo realmente dejaría algún resultado
positivo. Después de un tiempo, algunos padres empezaron a notar la
diferencia que estaba marcando el educar en la banca de iglesia.
Mis amigos me preguntaron, "¿Qué estás haciendo? ¿Cómo lo hago?
¿Por qué lo haces?" Las cosas se facilitaron cuando esos amigos
comenzaron a enseñar a sus hijos también. Me animó mucho el saber de
la diferencia que otros veían en Scott y Roberto. Me empecé a dar cuenta
que los niños estaban aprendiendo a adorar al Dios a quien amaban. Yo
hice que la enseñanza de la adoración fuera importante porque quería
que mis hijos conocieran a Dios y le amaran. No quería criar hipócritas,
sino hombres santos. Quería que mis hijos amaran la iglesia de la misma
manera que su padre lo hace. Quería que su peregrinar cristiano fuera
menos frustrante que el mío.

UNA PREGUNTA ACERCA DE LA MOTIVACIÓN


Les relato mi historia para que ustedes puedan entender mi
motivación para adorar. El compartir mis luchas puede animarles en sus
propios esfuerzos de entrenar a sus hijos en la adoración. Si no tienes
una motivación profunda, una razón inconmovible, para enseñar a tus
hijos a adorar, la participación será vacía, la práctica será inconsistente y
la paciencia será inexistente. No siempre fui paciente. Yo odiaba las
bancas de iglesia. Odiaba las órdenes de cuándo sentarme, pararme o
inclinar la cabeza. Odiaba los boletines de iglesia. Después de todo,
¿para qué quiere alguien uno de esos? Era lo mismo semana tras semana,
tras semana. Odiaba la rutina y el ritual. Odiaba ir a la iglesia.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 12 -


Pero allí estaba yo sentada en una banca dura con un boletín redundante,
lista para pararme cuando se me indicara. ¿Por qué? Me había casado con
el Pastor. En realidad, mi esposo era la única cosa que no odiaba ese primer
año en el cálido, húmedo y plano Sur de los Estados Unidos. Yo era una
mujer de montaña, acostumbrada al esquiaje y los suéteres. ¿Qué estaba
yo haciendo a seis pies debajo del nivel del mar en Nueva Orleans sudando
en un vestido primaveral?
Yo no me identificaba con estos hermanos que todo lo hacían por medio
de un boletín. Yo había conocido a Jesús al final de la década de los sesenta
durante mi segundo año en la universidad. Estaba yo emocionada con la
nueva vida que Dios me había dado. Por dos años había celebrado mi
nueva fe sentada en el césped de un parque, cantando libremente,
adorando espontáneamente y creciendo profundamente en el rico
fundamento de la Escritura. ¿Qué hacía yo casada con un ministro
presbiteriano que usaba un traje y corbata y sólo se ponía calcetines negros
o azul marino? "Espontaneidad sin ataduras" había sido la característica de
mi fe que me había hecho querer a mi esposo, pero sentía como si se me
robara la habilidad de adorar a Dios. Después de un típico domingo de
"acuerdo con el boletín", yo estaba llena de lágrimas, extrañando mi casa y
lista para gritar de frustración.
Decidí que necesitaba un poco de simpatía. Necesitaba hablar con
alguien que entendiera mi antigua manera de adorar y mi estilo de vida. Así
que llamé a mi amiga Jene en California. Yo sabía que ella me daría
palmaditas verbales en la espalda y diría, "¿No es sencillamente horrorosa
la manera en que los presbiterianos hacen las cosas?" Jene había sido mi
maestra de Biblia y siempre me había ayudado a ver la verdad. Ella sí me
entendería.
Y sí lo hizo. "No existe ninguna circunstancia externa que te pueda evitar
adorar," me dijo. Con mayor sabiduría que simpatía, Jene me explicó su
comentario. Yo era el problema en la banca de iglesia. Jene me recordó que
si los seguidores de Jesús pudieron adorar en cadenas, en escondites, en
enfermedad, en selvas (sin aire acondicionado), en prisiones o en peligro, yo
podía aprender a adorar en una banca de iglesia con mis zapatos puestos
en su lugar. Gradualmente aprendí lecciones importantes acerca de la
adoración.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 13 -


Mis luchas en la iglesia no se debían al lugar o la banca. Un boletín no era la
razón de la angustia de mi alma. Yo había estado sedienta espiritualmente
porque no había entendido el propósito de la adoración.
La adoración era para la gloria de Dios, no para mi comodidad.
Aunque era una buena lección, fue difícil de aprender. Me tuve que
preguntar ¿En realidad amo a Dios por el simple hecho de ser Dios? Me
empecé a dar cuenta que no amaba a Dios como él se merecía. No
amaba lo que él había hecho por mí. Yo amaba a Dios sólo para sentirme
mejor. Yo amaba a Dios fácilmente cuando la nieve brillaba en el cielo,
cuando mis amigos que usaban pantalones de mezclilla abandonaban las
drogas para seguir a Jesús, y cuando los creyentes a mi alrededor eran
iguales a mí. Tuve que admitir que yo amaba a Dios cuando él satisfacía
mis deseos. La pregunta entonces era, ¿podré yo cumplir el deseo de
Dios de ser adorado? La respuesta no vino rápidamente, sino que vino
en un proceso de domingo a domingo. Tuve que practicar. Tuve que
pensar de nuevo las cosas, practicar de nuevo, y arrepentirme. Pero
comencé a descubrir el deseo de Dios de ser adorado el domingo
siguiente después de la exhortación amorosa de Jene. Ese domingo, no
fui a la iglesia, sino fui a adorar. Y semana tras semana en lo subsiguiente
trabajé duro para hacer del culto un parte de la ofrenda de mi corazón a
Dios. Desde entonces aprendí que la adoración comienza en el corazón
del creyente, con o sin un boletín. Con o sin zapatos. Con o sin música
de mi preferencia. Con o sin vitrales, bancas o césped. ¡Y con o sin hijos!
Porque con el tiempo aprendí también que puedo adorar con mis hijos y
enseñarles a adorar conmigo.

EL DESAFÍO DE LA ADORACIÓN
El desafío de la adoración es sentirte más lleno de la presencia de Dios,
sentarte a los pies de Jesús con el pueblo de Dios, ungir su cabeza con
"óleo de alegría" (Heb. 1:9), traerle un "sacrificio de alabanza" (Heb. 13:15).
La adoración significa dejar todo lo demás a un lado para estar con
Jesús, el esposo de la Iglesia, para estar juntos con él. Es estar vivos en su
presencia. Hacer esto y dar a nuestros hijos un sentido de esta pasión, es
adorar al Señor "en espíritu y en verdad." Una buena parte de la

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 14 -


educación desde la banca de Iglesia es permitir que nuestros hijos nos vean
celebrar delante del Señor.
El rey David una vez enseñó a la nación de Israel lo que significa la
adoración: "Me regocijaré delante de Jehová. Y aún me haré, más vil que
esta vez y me rebajaré‚ ante mis propios ojos."(2 Sam. 6:21-22) No es cosa
sencilla el estar humillado ante sus propios ojos y estar a solas delante del
Señor. Un niño pequeño ciertamente puede contribuir a la parte de la
humillación, pero hará difícil la concentración de estar con el Señor. Pero si
nuestros corazones se fijan en estar con nuestros hijos delante del Señor y
no delante de la congregación, experimentaremos gran alivio y libertad.
Podemos tener libertad para ayudar a nuestros hijos a adorar sin la presión
de distracciones externas o la autoconciencia de estarse preguntado qué
están pensando los demás. Podemos vencer la pregunta que fastidia a
tantos padres con hijos en la banca de iglesia: ¿Qué piensa la gente de mí
por la manera en la que mis hijos se comportan?
Gozo sería la última palabra que muchos padres escogerían para
describir lo que se siente el estar en una banca con sus hijos.
Resentimiento y frustración no son sentimientos fuera de lo común para la
gente que "antes de la cuna" experimentaban paz y calma en la banca. La
educación desde la banca puede ser una molestia. O puede ser algo santo.
Todo depende de quienes seamos y cómo nos veamos a nosotros mismos.
¿Nos sentamos con nuestros hijos "en la iglesia" o "en adoración"?
Muchos de los adultos que aprendieron a estar callados en la iglesia aun
siguen haciendo justamente eso. Y muchos de ellos están enseñando esto a
sus hijos. Una familia puede sentarse muy bien, pero permanecer
inconmovible por la presencia de Dios. Dios invita a las familias a estar
quietos y conocerle. Jesús desea la alabanza y adoración de sus hijos. Se
deleita en la canción de los infantes. Dios nos llama a adorarle; lo ordena.
De hecho, es tan serio este asunto para él que si los seres humanos fallan
en adorar, las rocas puede tomar nuestro lugar.
Cuando (Jesús) llegaba cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de
los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a gran voz. . .algunos de los fariseos de
entre la multitud le dijeron: --Maestro, reprende a tus discípulos. El respondió diciéndoles: --
Os digo que si éstos callan, las piedras gritarán. (Lucas 19:37-40)
Educar desde la banca de iglesia es el proceso de poner algunas rocas
fuera de servicio.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 15 -


EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 16 -
LA ALABANZA Y LOS PEQUEÑOS

3
En la imaginación de los niños, los doctores viven en el hospital y los
maestros viven en la escuela. Más de unos cuantos niños en nuestros años
de ministerio se han sorprendido de ver a mi esposo en otros lugares que
no sean el edificio de la iglesia. Recuerdo que estaba en el supermercado
un día cuando nos encontramos a una mamá y su hijo de la congregación.
El niño de kinder le susurró a su mamá con una voz llena de asombro:
"¡Mamí, el Señor Breck compra su comida aquí también!" Los niños
identifican a las personas con lugares de maneras muy concretas. Algunas
ideas se mezclan resultando cosas asombrosas…
Mi esposo se "parece" a Jesús. Cada vez que hay una representación,
Breck hace el papel de Jesús porque es alto, delgado, barbudo, y tiene
abundante cabello rizado. Agreguen su naturaleza amable y bondadosa, y
uno puede entender porqué los niños se confunden. Una mañana Mateo de
tres años esperaba en la banca que Breck entrara al santuario. Pero nos
habíamos ido de vacaciones, y un pastor visitante entró en su lugar. El era
un hombre de Dios, estoy segura, pero era de baja estatura, de escaso pelo
y sin barba. Mateo estaba decepcionado. Me hubiera gustado haber estado
allí para ver a este niño pararse sobre la banca, aporrear su pie en ella y
preguntar con voz fuerte, "¿Bueno, y dónde está Jesús?" …Mateo
sencillamente esperaba que Jesús estuviera en la Iglesia, y las ilustraciones
de su Biblia y de la Escuela Dominical con toda seguridad se parecían al
señor que hablaba acerca de Dios cada semana. Fue un deleite escuchar
esta historia y ver a Breck la siguiente semana llevar a Mateo a su oficina
para tener una charla. La popularidad de Breck tal vez bajó después de esta
charla, pero el Señor estaba complacido. Dios se deleita en los niños, en su
expectación, en su vulnerabilidad y en su habilidad de creer.
Estos son los regalos de gracia que los niños traen para la familia de la
iglesia. El educar a los niños en la banca anima a los niños a participar en la
vida de la iglesia, compartir estos regalos de fe libre y expectación. Los
niños pueden enriquecer la adoración congregacional a Dios.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 17 -


LOS NIÑOS CREEN
Los niños son un símbolo del Reino, en verdad del "mayor" en el reino.
Mateo dice, En aquel tiempo los discípulos se acercaron a Jesús diciendo: --
¿Quién es el más importante en el reino de los cielos? Jesús llamó a un niño,
lo puso en medio de ellos y dijo: -De cierto os digo que si no os volvéis y os
hacéis como los niños, jamás entraréis en el reino de los cielos. Así que,
cualquiera que se humille como este niño, ese es el más importante en el
reino de los cielos. Y cualquiera que en mi nombre reciba a un niño como
éste, a mí me recibe. (Mateo 18:1.5)
Necesitamos niños en nuestra iglesia. Ellos pueden recordarnos de
una manera vívida lo que significa ser grandes creyentes. Los niños
pequeños tienen la capacidad de aceptar como verdad lo que los adultos
les dicen. Aun desde que son muy pequeños pueden decir la diferencia
entre lo imaginario y lo real si esta distinción es hecha por un adulto en
quien confían. Pero los niños se deleitan en creer lo que los adultos
encuentran difícil de pasar. Las ideas de la fe que compartimos necesitan
decirse con mucho cuidado.
Jesús utilizó la idea del viento que no se ve para ilustrar la realidad del
Espíritu. Nicodemo, el adulto, en el tercer capítulo de Juan necesitaba tal
ilustración para ayudarle a comprender la verdad. Los niños también
encuentran provechosas las historias, ilustraciones e imágenes verbales
para entender las ideas de la fe que no pueden ser comprendidas con los
cinco sentidos.
Los niños están dispuestos a creer, y esto significa que sus corazones tienen
una gran capacidad para la adorar. Los niños pequeños desean "ver" a
Jesús, para amarlo, para estar con él. Más de un padre ha tenido que lidiar
con la pregunta acerca de la muerte después de una descripción del cielo
como el lugar "donde vive Jesús".
Recuerdo que nuestro hijo mayor en una ocasión le dijo a mi esposo
con urgencia que se detuviera después de tal discusión en nuestro carro.
Con su tráfico constante, la avenida Claiborne en Nueva Orleans no es
una calle en la que te puedas detener. Bueno, ese era el punto que
quería comunica el pequeño Roberto de cuatro años: "¡Nos podemos
tomar de las manos y acostarnos en la calle para ir a ver a Jesús!"

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 18 -


Este mismo hijo nos preguntó acerca de nuestro dolor visible por la muerte
de un adolescente de nuestro grupo juvenil. La Leucemia había cortado la
vida de Tim una semana antes de Navidad. Cuando le comunicamos a
Roberto de la muerte de Tim, nuestro hijo brincó de arriba a abajo con gozo
y envidia. Cuando le preguntamos si había entendido lo que esto
significaba. Roberto respondió con los ojos bien abiertos por el asombro,
"¡Oh, Tim estará tan feliz! El va a ver a Jesús apagar las velas de su pastel de
cumpleaños"… Sí; Jesús sabía que esta fe preciosa y este amor ferviente los
tienen las "Estrellas del Reino". La edad cronológica es importante para
considerar cuando prestamos atención a la manera en que los niños
piensan acerca de Dios y cómo aprenden a adorar. Aunque los niños son
diferentes entre sí, hay similitudes generales entre los niños que son
importantes tener en cuenta.
Los niños que ya empieza a ir a la escuela tienen un acercamiento a la fe
un poco más sobrio e informado que los preescolares como Mateo, pero
rara vez tendrán menos disposición para creer. Sencillamente ellos quieren
saber más sobre el asunto. Los niños mayores han aprendido que los
padres y los maestros pueden equivocarse, pero aun no esperan que se
equivoquen a cada rato. Sin embargo, hacen preguntas, muchas preguntas.
Los adultos deben darles respuestas cuidadosas y verdaderas. La Escritura
debe ser citada una y otra vez como el recurso para muchas de las
respuestas. Los niños tienden a creer lo que leen. Los niños de esta edad
necesitan ver que la fe no es un cuento de hadas. Tal vez ya no asuman que
Jesús vive en la iglesia, pero necesitan estar seguros que él sí es parte de la
historia. Los adolescentes no son tan duros como pareciera con respecto a
la adoración. De hecho, la adoración puede ayudarlos a tratar con la
pregunta crucial de la fe: "¿Cómo puedo saber que todo esto es verdad?"
Los adolescentes pueden pedir prestado los carros de sus padres, pero ellos
necesitan ser dueños de su propia fe. La adoración puede marcar la
diferencia entre "fe prestada" y "fe propia".
Los adolescentes quieren encontrarse con Dios. Quieren escuchar a Dios
hablar cuando ellos oran. Quieren sabe sobre la fe de otros. También
quieren hacer algo por Dios. La adoración debe ser una buena parte de
todo esto.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 19 -


Muy a menudo a los adolescentes se les dice que lo único que pueden
hacer por Dios es cortar el césped del templo o cuidar niños en el
departamento de cuna. La adoración rara vez es vista como "servicio" a
Dios, aun cuando la hora entre once y doce es llamada "Servicio de
Adoración".
Desde los niños que ya caminan hasta los adolescentes, los niños
tienen una capacidad substancial para adorar. Dios sabe que los niños
están listos para cree la verdad.
Los padres necesitan pedir a sus hijos que escuchen con atención a esa
verdad en la adoración. Necesitamos ayudarles a escuchar. Y necesitamos
oír cuando responden a lo que han escuchado.

LOS NIÑOS RESPONDEN


Que los niños participen en cada parte del culto es de suma
importancia al enseñarles a adorar. Pero recuerde, algunas veces un
encuentro con Dios no parecerá tal al principio. Dios puede
sorprendernos con su presencia. Los niños a menudo son líderes en
acercarse confiadamente al trono de gracia. Jeremías es el hijo de un
amigo muy apreciado.
Un domingo Jeremías se sentó con mis dos hijos y conmigo. Durante
la lectura alternada Jeremías estaba parado sobre la banca. De la manera
como había aprendido a hacer con mis hijos, mis brazos le rodeaban
mientras sostenía la Biblia para que la viera y con mi dedo le señalaba las
palabras conforme la lectura progresaba. Mis brazos proveían control y
soporte. Estábamos concentrados en cada palabra. Aunque él estaba
muy pequeño para poder leer, seguía mis dedos cuando le apuntaba las
palabras en negro que el Pastor leía y las palabras en rojo recitadas por la
congregación. Estábamos reflexionando en el maravilloso conocimiento
personal que Dios tiene de cada uno de nosotros basándose en el Salmo
139: Tú conoces cuando me siento y cuando me levanto… No fueron
encubiertos de ti mis huesos, a pesar de que fui hecho en lo oculto.
Jeremías escuchaba las palabras y seguía el movimiento de mi dedo
atentamente. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!... De
pronto Jeremías exclamó susurrando a mi oído, "Tía Robbie, tía Robbie"
(todos lo niños en aquella iglesia me llamaban "tía").

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 20 -


Mirando sus ojos cafés brillantes y su sonrisa hermosa, interrumpí mi
propia lectura y le dije: "Jeremías, ¿Qué pasa?" - "Tía Robbie" - Jeremías me
dijo susurrando decididamente, "¡Jesús conoce a mi perro!"… Al principio
estaba perpleja. El repitió su descubrimiento con gran gozo. Pensé en el
Salmo que la congregación había leído y recordé a la perro de Jeremías - un
perrito juguetón llamado "Precioso". ¡Entonces entendí! …De pronto me di
cuenta que Jeremías había escuchado y comprendido todo muy bien. ¡Cuán
preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! Jeremías había escuchado la
palabra y había hecho una conexión rara, pero había mal entendido el
punto. El estaba en lo correcto. El Dios con estábamos reunidos conocía
nuestro levantar y nuestro sentar. El conoce nuestro cuerpo, la duración y
el contenido de los días vividos y los que están por venir. Con toda
seguridad este Dios conoce a "Precioso," el perrito de Jeremías. Ese niño de
cuatro años estaba aprendiendo a adorar. Jeremías respondió a Dios con la
emoción, asombro y gozo que debía producir en nosotros el salmo de
David. ¡Dios conoce todo acerca de nosotros! Si tienes un perro, Dios
conoce su nombre. Dios fue alabado en aquel día por el descubrimiento
gozoso de Jeremías. Dios fue adorado en ese paquetito de energía. Dios fue
bendecido porque se esperaba que Jeremías participase en cada parte de la
liturgia, porque se le ayudó a hacerlo aun cuando sólo tuviese cuatro años y
por que él estaba allí.

LOS NIÑOS PERTENECEN


En su libro Extranjeros residentes: La vida en la colonia cristiana, Stanley
Hauerwas y William Willimon afirman la sabiduría que hay en incluir a los
niños en la adoración y la obra del Reino. Anidada casi a manera de
paréntesis en su capítulo sobre la conducta ética en la comunidad cristiana
está esta observación:
En muchas de nuestras congregaciones sofisticadas y modernas, los
niños frecuentemente son vistos como distractores. Toleramos a los niños
en la medida en la que prometan convertirse en "adultos" como nosotros.
Los miembros adultos algunas veces se quejan que no pueden prestar
atención al sermón, no pueden escuchar la música bella, cuando un niño
molestoso está a su lado en la banca.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 21 -


"¡Mándelos afuera!" dicen muchos adultos. Organicen la "Iglesia Infantil"
para que la distracción causado por los niños desaparezca y los adultos
puedan prestar atención.
Estos profesores de la Universidad de Duke concluyen su observación
diciendo; "Interesantemente, Jesús puso a un niño en el centro de sus
discípulos, para ayudarles a poner atención…” El niño era uno de los
esfuerzos de Dios para ayudar a los discípulos a prestar atención a la rara
naturaleza del Reino de Dios. Pocos actos de Jesús fueron más radicales,
contraculturales, que esta bendición a los niños (Nashville:Abidgdon, 1989, p.96).
Bueno, debemos reconocer que algunas iglesias han desarrollado "la
iglesia infantil" por razones diferentes de mandar afuera a los niños
molestosos por una hora. Algunas iglesias tienen la iglesia infantil para
preparar a los niños para el culto de adultos, para aprender credos e
himnos y el significado de los rituales. Muchas iglesias prefieren tener
otra versión de la Escuela Dominical con lecciones y actividades. Aun
cuando considero lo primero más útil que lo segundo, no estaría
escribiendo este libro si pensara que eso es lo mejor. Las iglesias a veces
desarrollan programas para niños porque los padres no están equipados
o dispuestos a enseñar a sus hijos las cosas relativas a la fe.

LOS NIÑOS PUEDEN AYUDAR


Los padres son los mejores maestros de adoración que los niños
pueden tener. Y yo creo que el educar a los hijos en la banca de iglesia
ayuda tanto a los adultos como a sus hijos a "prestar atención." Los
niños tienen maneras maravillosa de explicar lo que muchos
predicadores quieren que su congregación entienda. Los niños tienden a
responder inmediatamente a la idea que capta su atención.
Los pastores de congregaciones silenciosas conocen el gozo de oír una
respuesta a una pregunta retórica que enfatiza un sermón. Un día mi
esposo hizo un llamado a la misiones basándose en la Palabra de Dios en
Isaías 6:8. "¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?" Cuando el hizo
una pausa retórica, un niño de primer año respondió, "¡Yo iré si mi mamá
me da permiso!"

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 22 -


Muchos padres han confortado a sus hijos cuando el sufrimiento del
viernes de crucifixión toca su corazón sensible. Recuerdo las lágrimas de
mis hijos cuando entendieron por primera vez el sacrificio de Jesús por
sus pecados. Se sentían tan afligidos que tenía que ser así.
Los niños nos recuerdan, a nosotros que estamos más familiarizados con
las verdades bíblicas, cómo debemos responder. Nos recuerdan qué
significa "maravillarse" por la gracia de Dios como aquellos que por primera
vez la reciben.
Los niños nos ayudan a prestar atención a lo que Dios realmente está
diciendo. Tanto el misionero de primer año y como Jeremías mostraron una
capacidad profunda para responder a Dios, para adorar en espíritu y en
verdad. Ellos respondieron a la verdad de Dios con asombro inteligente,
con adoración.
Dios estaba en la iglesia esos domingos recordándonos que él sabe todo
acerca de nosotros, pidiéndonos que fuéramos y amáramos al mundo por
amor de él. Jeremías y el misionero de primer año cuyo nombre no
recuerdo, respondieron con gozo entusiasmado. Y estoy segura que
Jeremías podría asegurarle al otro niño (de quien no recuerdo el nombre)
que Dios sabe todo y nunca va olvidar su nombre.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 23 -


LA MAÑANA DEL DOMINGO EMPIEZA
EL SÁBADO POR LA NOCHE

4
Esto es un hecho: Se pierden más zapatos los domingos que los demás
días de la semana juntos. ¿Es "apúrense" el llamamiento a la adoración
los domingos por la mañana en su hogar? ¿Disminuye su sentido de día
de reposo el estar bajo la presión de encontrar zapatos, regañar a los
calmosos, o ser árbitro de peleas por las tiras cómicas del periódico?
¿Incrementa su porcentaje de hipocresía cuando la tensión de salir de la
casa se cambia por un "¡hola!" de la gente de la iglesia con la que no vive?
¿Se desanima por las riñas entre hermanos en el asiento trasero que
desmantelan en segundos su aspecto "limpio y ordenado"?
¿Habitualmente se le gasta el cambio para la ofrenda de la Escuela
Dominical? ¿Recuerda con frecuencia que se le olvido practicar el
versículo de memoria con su hijo de primaria? ¿Le gustaría que su
estudiante de preparatoria se vistiera adecuadamente por lo menos una
vez? ¿Se pregunta más a menudo de lo que admitiría por qué los
domingos por la mañana son parte de la vida cristiana? ¿Por qué los
domingos por la mañana parecen ser más cortos que la mañana de los
sábados? ¿Por qué la noche de los sábados tiende a terminar más tarde?
¿Alguna vez ha preparado mentalmente el almuerzo durante los últimos
versos del himno final?
En el diccionario la palabra Adoración está después de Abatir,
abofetear, abrumar, acribillar y acusar… Algunas veces la adoración del
domingo por la mañana sigue la misma secuencia. A menudo lo más que
podemos hacer para enseñar a adorar a nuestros hijos es llevarlos al
lugar de adoración. Dados los índices de deserción de los adolescentes
en su asistencia a la Iglesia, tenemos que encontrar una mejor manera de
hacer las cosas. El domingo en la mañana debe ser un tiempo de
expectación gozosa para una familia que ama al Señor. Pero muy
frecuentemente es una mañana de carreras llena de pleitos y
remordimientos.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 24 -


Recientemente escuché a un grupo de padres compartir sus frustraciones
causadas por lo que ocurre los domingos en la mañana. Estos eran padres
cuyas vidas están dedicadas al ministerio cristiano, padres fundados en la
Escritura, padres comprometidos a crecer a sus hijos de una manera que
honre al Señor. Aunque entendía su frustración, mi corazón se partió al
escuchar que la mañana del domingo era descrita como "la peor mañana de
la semana." Una madre confesó, "A veces me siento tan aliviada por
quedarme en casa cuando uno de los niños se enferma." Otra compartió,
"Cuando llegamos a la iglesia, yo ya estoy cansada." Al estar sentada
escuchando, me puse a pensar en mis dos adolescentes.
Las mañanas de los domingos son algunas de nuestros mejores
recuerdos. Yo se cuánto extraño a mis hijos cuando no están junto a mí en
la banca de la iglesia. Ahora que están en la preparatoria, Rob y Scott pasan
algunos veranos en viajes misioneros cortos. En estas ocasiones, extraño su
compañía en la banca. He tenido domingos cuando no todo salió como el
plan (usualmente por falta de un plan), y experimenté, ocasionalmente, la
fatiga de la que hablaban mis amigas. Pero la mayor parte del tiempo,
nuestros domingos han sido momentos de gozo y cercanía, no de pleito y
separación. ¿Qué es lo que ha marcado la diferencia?

TRABAJANDO PARA ADORAR


Existe una manera de llevar los corazones de nuestros hijos a la
adoración y de quitar el abatimiento y aburrimiento de nuestra agenda
dominical. La clave está en otra palabra que empieza con "a": Acción. El
santuario a menudo se describe como un lugar para "relajarse y descansar,"
proveyendo un hora a la semana de alivio de las demandas del mundo. No
es de extrañarse que esta hora también se pueda convertir en una hora de
alivio del mandato de adorar a Dios. La adoración es acción, es trabajo
duro. También es trabajo gratificante. Adorar a Dios "en espíritu y en
verdad" no surge con facilidad, y ciertamente no nos viene de una manera
natural. Es difícil adorar con la energía que sobra de una larga semana y un
sábado de desvelo.
El encuentro dominical con Dios es digno de nuestra mayor energía, no
de la mínima. El Señor de la vida promete acompañarnos en la adoración.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 25 -


Encontraremos almacenes inesperados de energía cuando recordemos que
la adoración es un privilegio de gozo. Su energía poderosa operará en
nosotros para revitalizar nuestros espíritus abatidos. Encontraremos
reposo para nuestras almas.
Los domingos son especiales. Los niños saben que existe una
diferencia entre un pastel de cumpleaños y cualquier otro pastel. Los
pasteles de cumpleaños se planean, se diseñan de una manera especial y
el enfoque está en la persona festejada. El pastel de cumpleaños es el
favorito del festejado, el merengue es más dulce, y la expectativa es tan
grande que no puedes cortarlo con un cuchillo. Un pastel cualquiera
puede ser comido sin tanta introducción, pero un pastel de cumpleaños
es comido después de las velitas, la canción y la ceremonia.
Técnicamente, un pastel es un pastel. Es la ocasión, los padres y la
preparación que hacen que el pastel de cumpleaños sea diferente. Los
pasteles de cumpleaños son pasteles especiales.
La adoración es amar a Dios con un amor especial. Amamos al Señor
todos los días, pero el domingo es el sabor favorito de Dios y el merengue
es más dulce para él.

PREPARACIÓN DEL CORAZÓN


La preparación de un pastel especial o de una fiesta de cumpleaños
empieza con un deseo en nuestros corazones de dar honor a alguien en
un día especial. Yo se que tengo una mejor disposición mental en una
celebración laboriosa si analizo mis actitudes. Necesito recordar porqué
vale la pena todo lo que se está haciendo.
La educación desde la banca de iglesia comienza con un análisis de las
actitudes. ¿Anhelas adorar o sencillamente estás repitiendo los
movimientos? ¿Estás profundamente agradecido por la obra redentora de
Cristo o estás acostumbrado por el hábito o la cultura? ¿Estás más
consciente de cómo de ve Dios al adorar o cómo te ven los otros en la
iglesia? ¿Es el tiempo de adoración una prioridad para ti? ¿Hablas de
prepararte para adorar durante la semana? ¿Sienten tus hijos, tal como
esperan su cumpleaños, que casi no puedes esperar que llegue el
domingo?

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 26 -


La educación desde la banca de iglesia, el enseñar a nuestros hijos a
adorar, es un sacrificio de alabanza y gratitud que Dios se goza en recibir.
Así que ¿Cómo comenzamos el trabajo práctico de preparar esta ofrenda
una vez que nuestra actitud es expectativa y amor? Bueno, la mañana del
domingo empieza el sábado por la noche. Nuestros hijos necesitan
escucharnos decir a nuestros amigos, "No llegaremos tarde, estamos listos
para adorar a Dios mañana por la mañana."

PREPARACIÓN DEL HOGAR


La mañana del domingo parece ser más corta porque generalmente la
comenzamos tarde. Para la mayoría de nosotros es más fácil levantarse
temprano el sábado para preparar el picnic que levantarse temprano el
domingo para preparar el sacrificio de alabanza. El llamamiento a la
adoración comienza con el timbre del reloj despertador que se puso con la
mentalidad de día de reposo.
Comenzando con los bebés, que parecen requerir una enorme cantidad
de equipaje para cualquier contingencia, los domingos necesitan tener la
calma del día de reposo. Algo del lloriqueo de los bebés en el
departamento de cuna comienza con las carreras y la tensión de sus padres.
Una manera de hacer el departamento de cuna sea aceptable para tus
bebés es tomar un tiempo al llegar para compartir ese espacio con el bebé.
Esto, a su vez, es fácil si se hacen planes y todas las cosas que el bebé
necesita se empacan con tiempo.
Con niños mayores, comenzando con los que ya caminan, comience el
domingo anunciando que el mejor día de la semana está por empezar.
Cuando mis niños estaban pequeños comenzaba diciendo: "¡Jesús está
emocionado, Este es su día especial!" No sólo era esto verdad, sino que al
crecer lo especial del día también creció con ellos.
Una costumbre era nuestra "música de Jesús" los domingos por la
mañana. Es un poco más difícil enojarse cuando "Canta Aleluya" deambula
por el aire. Es cierto que la mañana del domingo parece más complicada
que otras mañanas. El horario es diferente, la familia entera puede tener
diferentes responsabilidades para la mañana en la iglesia, y usualmente
todos los miembros de la familia salen de casa a la misma hora.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 27 -


Agregado a todo esto, la familia cristiana debe reconocer que tenemos
un enemigo que se deleita en la hipocresía y la distracción. El Diablo, con
todos poderes malvados, quiere deshacer la adoración que preparamos
para Dios. No es de sorprenderse que el domingo por la mañana pueda
ser un tiempo de lucha espiritual.
Los buenos guerreros se preparan para la batalla y no facilitan el
avance del enemigo. La Palabra de Dios nos advierte y nos ordena a
guardar "el día de reposo para santificarlo." Dios nos dio esta
amonestación por nuestra tentación constante a olvidar a Dios y sólo
mantener las apariencias. Para vencer la batalla dominical se necesitan
esfuerzos especiales de la gracia y la fe. Estos esfuerzos no necesitan ser
extravagantes, sólo fieles. Algunas veces ponerse "toda la armadura de
Dios" (Ef.6:10-18) comienza encontrando anticipadamente un par de
calcetines que vayan con el color del pantalón.

VISTIÉNDOSE PARA ADORAR


La ropa, los zapatos y los calcetines para el domingo deben tenerse
listos el sábado en la noche. Los niños necesitan ayudar a establecer qué
se pondrán. ¡Los niños son diferentes! Uno puede encontrar muy
divertido usar los domingos una corbata como papá o zapatos brillosos
como mamá. Otro niño (con los mismos padres, la misma educación, lo
mismo todo) piensa que una playera sin ningún dibujo es más que
suficiente.
Una de mis memorias dominicales de la niñez es que tenía que usar un
vestido rígido en el casi no podía respirar, ni beber, ni mucho menos
jugar. Por lo que nunca tuve mucho interés en invertir en ropa de
domingo para mis hijos y para mí. Quería que se vistieran para adorar,
no para mí. Mi hijo mayor es el Sr. Casual; se puso una corbata para el
equipo de básquetbol antes que se la pusiera para ir a la iglesia (y
tampoco le gusto mucho): Por el otro lado, a mi hijo menor le gusta
vestirse bien y le gusta verse bien todo el tiempo.
En verdad creo que mi esposo tuvo una vez un aumento de sueldo
porque la iglesia pensó que nuestros hijo Scott sólo tenía un camisa, su
camisa morada favorita. Creo que por un año entero el morado era su
color litúrgico.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 28 -


Debo confesar que justo el año pasado lo que uno de mis hijos se puso
me llamó la atención. Probablemente no lo hubiera notado de no ser que
ese día los jóvenes recogían la ofrenda. Me distrajo mucho ver a un
"GALAN RADICAL" en color amarillo pasa el alfolí. Después del servicio me
dirigí a él y comencé a decirle: "Querido, tu camisa..."
"¡Oh, mamá, lo se!" Me interrumpió, "No debí haberme puesto esta
camisa hoy. Olvide que me tocaba recoger la ofrenda." Nos reímos. Le dije
que me dijera si alguien lo criticaba. Yo lo ayudaría.
El punto es, nunca quise que lo que mis hijos se pusieran compitiera por
su atención en prepararse en su encuentro con Dios en adoración. Le
permitíamos vestirse como quisieran siempre y cuando estuviera listo el
sábado por la noche. Muchos domingos se pierden en búsqueda de un
calcetín perdido. Muchos domingos son opacados por lo que nos ponemos
y cómo nos vemos.

PENSANDO CON ANTICIPACIÓN: DIEZMO O PROPINA


Además de planear con anticipación qué ropa ponerse, el estar pendiente
de lo que la familia necesita puede regresar el gozo a los domingos por la
mañana. Los versículos que deben aprenderse de memoria pueden ser
practicados el sábado. Los materiales que los niños deben llevar para su
proyecto de Escuela Dominical deben conseguirse con tiempo.

El dinero de la ofrenda es una necesidad constante de domingo a


domingo y es una magnífica oportunidad que los padres tienen para
enseñar a sus hijos un aspecto importante de la obediencia cristiana.
El enseñar a los niños a diezmar puede ser una parte emocionante del
aprender a confiar en Dios y participar en la obra de su pueblo. Empiece
desde una edad muy temprana a enseñar a sus hijos a preparar su ofrenda
para el domingo. Si su iglesia utiliza sobres con este propósito, puede ser
útil que cada hijo de la familia tenga el suyo. Usualmente los sobres están
numerados y tienen un espacio para el nombre del que ofrenda. A los niños
pequeños les gusta escribir su nombre, y esto les puede dar un mayor
sentido de seriedad e involucramiento al ofrendar.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 29 -


Cuando los días de la aritmética comienzan los padres les pueden
enseñar el concepto del diezmo. Aun el diez por ciento de una gastada de
dos dólares es importante para el Señor cuando se da en fe y en obediencia.
Estos dos regalos espirituales valen mucho más que veinte centavos.
Ha sido un placer ver a Rob y a Scott crecer en su compromiso de
diezmar. Durante sus años de primaria, miraban sus billeteras y
calculaban el diez por ciento y lo entregaban. Algo de este dinero era lo
que había quedado de la semana pasada de lo cual ya habían diezmado.
Yo no les clarificaba que el dinero usualmente sólo se diezma una vez.
Al entrar a los años de la adolescencia, me he separado un poco del
proceso; ellos mismos se proponen sus compromisos de dar. Ellos
entienden que el diez por ciento es donde uno empieza y no una meta a
la que se quiere llegar algún día. Cuando Rob y Scott están cortos de
dinero, usualmente se debe porque no han cumplido sus obligaciones o
no han sido fieles en su ofrenda.
La confianza en Dios en el área de las finanzas es una lección
importante para aprenderse en el transcurso de la vida. En una ocasión
uno de los niños quería un par especial de tenis. El sabía que si
diezmaba los zapatos estarían fuera de su alcance. En esa ocasión el dio
su diezmo en fe si es que no en gozo. La siguiente semana, los zapatos
que él quería se pusieron de oferta y el tuvo la posibilidad de comprarlos.
Cuando salimos de la zapatería comentó, "Mamá, creo que pude comprar
estos tenis porque diezme. Por poco y no lo hago. Wow, ahora sé que
son muy especiales."
Bueno, francamente cualquiera puede empezar a hacer juegos
malabáricos con la teología del diezmo. Pero en este caso pienso que
Dios escogió una lección que entendería un muchacho de quince años.
Los tenis son una cosa muy grande para los muchachos, y la fe es algo
muy grande para Dios. El aprender a poner a Dios en primer lugar y a
confiar en él para el sustento no es una lección pequeña.
Enseñar a los niños a diezmar puede ayudar a desarrollar una actitud
de generosidad con respecto a la alabanza, el tiempo, los bienes y la
bendición de Dios. Aun a los niños pequeños se les puede dar dinero
para que pongan en el alfolí o el sobre de ofrenda.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 30 -


Es bueno si los niños pueden sentir que lo que se da es algo de ellos, y no
de sus padres. A los niños que empiezan a caminar y los preescolares no
siempre se les da una gastada por hacer alguna labor en el hogar. Si se les
da dinero para la ofrenda se les debe dar con un sentido de que ellos son
responsables de cuidarla y entregarla. El poner el dinero en su propia bolsa
les da un sentido de posesión y propósito especial. Es mejor si el dinero se
da en la casa el sábado por la noche o el domingo en la mañana, y no al
último minuto. Muchos padres le dan a sus hijos moneditas para poner en
el alfolí, tal y como les permiten oprimir el botón del elevador. Esto no sólo
no es una ofrenda de los recursos del niño, sino que les comunica que Dios
puede ser honrado con una propina, en vez que con el diezmo. Mucha gente
termina por darle propinas a Dios el resto de sus vidas, y propinas muy
bajas por cierto. El diez por ciento es el punto de partida aun para un siervo
mediocre.

VINIENDO A ADORAR
Los niños necesitan sentir nuestra emoción de adorar con el pueblo de
Dios. Muchas conversaciones rumbo y vuelta de la Iglesia están llenas de
quejas y descontento (críticas al pastor, el programa o de algún hermano).
En vez de eso, los niños deben escuchar cómo encontramos al Señor en
la adoración, cuánto aprendimos en la Escuela Dominical, qué es lo nos
gusta de nuestra comunidad de la iglesia. Nuestros hijos necesitan ver a
través de nosotros cómo el Espíritu está obrando en nuestra comunidad de
fe. Un corazón agradecido y unos ojos de fe se tienen con mayor facilidad
cuando el domingo en más santo y menos problemático.
Siempre trato que el domingo sea sencillo. El desayuno consiste en jugo
y rollos de canela o donas que no tenemos otros días de la semana. No
preparo ningún almuerzo especial o dejo algo cocinándose en el horno.
Habitualmente invitamos a comer con nosotros a estudiantes universitarios
o a hermanos solitarios. La mayoría de las veces comemos perros calientes
o sándwiches de atún que nuestros invitados ayudan a preparar. Ayudar en
la cocina y a poner la mesa hace que los invitados se sientan como en casa
en vez de un almuerzo lujoso que preocupó a la cocinera durante todo el
culto. La gente que se preocupa menos usualmente practica la hospitalidad
más.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 31 -


Mantener sencillo el domingo puede ayudar a mantener especial el
domingo para Dios. El día de reposo fue dado para librarnos un poco de
nuestras ocupaciones para que le demos nuestra atención al Señor.
Necesitamos recapturar la intención de Dios al designar tiempo para la
adoración comunitaria y para las devociones privadas diarias. El Señor
"mira el corazón" no la "apariencia" como nosotros hacemos (1Sam. 16:7).
Tal vez yo estuve desconcertada con la playera del GALAN RADICAL
que mi hijo se puso para recoger la ofrenda, pero Dios ve las cosas con
mayor profundidad. Hubiera sido peor que mi hijo descuidara su
responsabilidad por sentirse mal vestido. Por supuesto hubiera sido
mejor si mi "galán radical" hubiera recordado su responsabilidad el
sábado en noche y hubiera preparado algo que causara menos
distracción. La gente sí mira la apariencia externa. Aunque no tengan un
espíritu crítico, los demás no deben ser estorbados en sus esfuerzos de
concentrarse en el Señor en la adoración.
El balance correcto viene cuando primero consideramos la disposición
interna de nuestro corazón. Este es el que Dios ve. Lo que hace que mi
corazón esté listo para adorar es lo más importante.
Los domingos sencillos y la ropa casual ayudan en nuestra casa. En un
segundo lugar, consideramos la apariencia externa que puede afectar a
nuestra comunidad. Sin embargo, una vez que la gente conoce tu
corazón, esto viene a ser menos importante; a ellos no le importará lo
que te pones o lo que les das para comer. Los hermanos aman realmente
a mi "galán radical" y nadie dijo nada acerca de su playera.

LLAMADO A ADORAR
El llamamiento a la adoración se centra en Aquel quien nos llama. Este
llamamiento no es una sugerencia amigable, sino un mandamiento
amoroso. Dios es digno de nuestra adoración. Sólo él es el digno
receptor de nuestra adoración y alabanza. Cuando adoramos el está
atento. Dios nos ve. El ve nuestra postura, nuestras caras, nuestras
travesuras en la banca de iglesia. El conoce nuestros corazones y
nuestras mentes. Una de las primeras cosas que empecé a enfatizar en
mis hijos era este hecho: Dios está presente.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 32 -


El te ve y se interesa en la forma como le demuestras que lo amas, que tu
piensas que él es especial.
Dios me ve. También mis hijos me ven. Dejo que mis hijos vean cómo
me preparo para adorar, que sientan mi expectativa, que me vean
prepararme para el día especial de Dios. Y he tratado de hacer del domingo
nuestro día favorito de la semana.
Con pocos disgustos y lamentos, nuestros domingos han venido a ser un
gozo santo. ¡Nosotros sabemos que Dios ama la adoración radical de los
galanes y de sus padres!

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 33 -


CONTANDO LADRILLOS O ENCONTRANDO A DIOS

5
Pregúntele a cualquier niño de nueve años que va a la iglesia
y le podrá decir:
• Cuántas vigas cruzan el techo.
• Cuántos bloques hay del suelo al techo del santuario.
• Cuántas piezas rojas hay en los vitrales.
• Cuántas personas del coro tienen cabello blanco o usan lentes, o no
oran con los ojos cerrados.

Por supuesto, todo esto depende de la estructura del santuario, pero


sin importar si el edificio es gótico o es un gimnasio, los niños cuentan
todo tipo de cosas con tal de mantenerse ocupados durante la adoración.
¿Por qué es que los niños que rehúsan tomar siestas durante la
semana empiezan a cabecear antes de que el predicador haya acabado la
introducción de su sermón? Cualquier adolescente te dirá que se
requiere mucha energía para mantenerse quieto y callado durante el
culto.
La mayoría de los niños testificarían también que colorear todas las "o"
que aparecen en el boletín es más difícil de lo que parece. Especialmente
con todas las interrupciones causadas por los himnos, los credos y el
ofertorio. Uno de los desafíos más grandes de la educación desde la
banca de la iglesia es enseñar a los niños a prestar atención a lo que está
pasando, esto es la adoración a Dios, y hacerlos partícipes de ella.
Pregúnteles a los adultos qué es lo que recuerdan de la iglesia en los
años de su niñez, y la mayoría de las respuestas mencionarán la música,
el edificio o lo difícil que era estar sentado quieto. Muchos de nosotros
durante el sermón contamos ladrillos, coloreamos las "o" y volamos en
nuestra imaginación, o realmente dormimos. Los adultos que recuerdan
algún impacto espiritual usualmente los relacionan con servicios y
ocasiones que fueron inusuales, tal vez un funeral, o un avivamiento con
un predicador invitado, o un culto musical especial. Este tipo de cultos
puede dejar una impresión permanente en los niños.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 34 -


Cuando algo en la adoración es diferente o inusual hace que los niños
mantengan la atención por mayor tiempo. Esto se cumple en la mayoría de
los niños de nuestra cultura. El entretenimiento ha llegado a ser un criterio
y una expectativa para la educación. La creatividad de "Plaza Sésamo" y
otros programas de estimulación temprana popularizaron la idea que
enseñamos entreteniendo. La generación de niños quienes aprendieron sus
primeras letras con Abelardo exigió que la música tuviera imágenes de
video cuando fueron adolescentes. Los videos musicales y MTV surgieron
de esta experiencia generacional con la televisión.
La idea de que la adoración exitosa es entretenida no es considerada
extraña en nuestra cultura. Los santos de "Plaza Sésamo" quieren ser
entretenidos. Esperan que la creatividad capte su atención. El
entretenimiento puede ser provisto por el culto mismo o por padres bien
intencionados que les dan colores o juegos a sus hijos para "entretenerlos"
y mantenerse callados durante el culto.
Pero este tipo de adoración "entretenedora" no acelerará el crecimiento
espiritual de nuestros hijos. (La Educación entretenedora tampoco ha
incrementado las habilidades académicas de nuestros hijos). La adoración
necesita ser el aspecto de la cultura que se rehúsa a aceptar la adicción del
mundo a ser entretenido para poder aprender. Este no descarta la
creatividad o el cambio en la adoración, pero sí ordena que las liturgias de
adoración sean diseñadas para el placer de Dios y no para nuestro
entretenimiento. Al mismo tiempo, el deseo de Dios es que sus hijos
reconozcan su necesidad espiritual.
Los niños son muy conscientes de las necesidades espirituales. Ellos
desean el perdón al reconocer sus actos malos o errores. Ellos conocen el
dolor de romper una promesa hecha a ellos mismos o a otros. La variedad
de arrepentimiento caracterizada por el "ya no lo vuelvo hacer" es parte de
la experiencia de todo niño. Los adolescentes van por tiempos de
turbulencia reflexionando en asuntos de identidad y preguntas acerca de las
verdades de la fe.
Los jóvenes quieren saber si Dios es real, si la oración es eficaz, si las
historias de la Escritura son un hecho. Los niños quieren saber si "Cristo me
Ama" es más que sólo una canción.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 35 -


Cuando los niños son enseñados a adorar, cuando se les ayuda a
desarrollarse como personas espiritualmente sanas, ellos comienzan a tener
encuentros con Dios en maneras poderosas. El contar ladrillos no es un
digno contrincante del hecho de tener un encuentro con un Dios que
desea nuestra atención. El entretenimiento no es un digno contrincante
de la adoración. El entretenimiento llena el tiempo, la adoración nos
prepara para la eternidad.

PERMANEZCA CON SUS HIJOS


El prestar atención en la adoración es básico en la educación de los
niños desde la banca de iglesia. Dar atención a nuestros hijos durante
este tiempo es esencial. Es muy importante que los padres y los hijos se
sienten juntos en la adoración.
A simple vista esto parece obvio, pero a muchos padres les de un
respiro de alivio el que sus hijos preescolares o mayores se sienten con
sus amigos. Los niños a menudo preguntan si se pueden sentar con sus
amigos. Cuando Rob y Scott preguntaban, consistentemente se les daba
la razón por la que necesitaban permanecer conmigo: "Es mucho más
difícil prestar atención a Dios cuando quieres prestarle atención a tu
amigo. Ya tendrás más tiempo para estar luego con tu amigo; ahorita
Jesús quiere toda nuestra atención porque tiene algo que decirnos."
No hay nada que pueda sustituir el que usted esté con sus hijos.
Durante los primeros años de secundaria, les hice saber a mis hijos que
siempre podían pedirme permiso para sentarse en otro lado y culparme
de que yo les hubiera negado la petición. Algunas veces como padres
tenemos que hacer el papel de estrictos con el fin de facilitar las cosas a
nuestros hijos. Ahora, ya como estudiantes de preparatoria, mis hijos me
reservan un lugar o se vienen a sentar junto a mí, dependiendo quien
entra primero al santuario después de la Escuela Dominical.
Para los padres el estar con sus hijos adolescentes mayores en la
adoración puede parecerles sin importancia. Pero ya a esta edad la
enseñanza se transforma en compañía. Este puede ser el tiempo cuando
las expresiones de adoración toman una nueva profundidad y significado.
Es importante que los padres sean parte de las reflexiones de sus
adolescentes sobre la fe y la verdad.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 36 -


Si la expectativa ha sido comunicada en amor y en términos de deseo en
lugar de negación, los adolescentes se vuelven cooperativos. Los amigos
son parte importante de la vida del adolescente. En la mayoría de las
iglesias hay jóvenes adolescentes que asisten a la iglesia sin sus padres.
Estos jóvenes están deseosos de sentarse con otros jóvenes y sus padres en
la banca. Por lo tanto, Rob y Scott se sientan conmigo en la adoración y sus
amigos nos acompañan.
Hay ocasiones cuando los horarios o las responsabilidades puedan hacer
que los padres y los hijos no se sienten juntos. Pero es mejor que esas
ocasiones sean limitadas y que no se permita que evolucionen hasta
convertirse en un hábito. Es verdad que los jóvenes encuentran gran
seguridad al tener reglas que no cambian. Al ir creciendo Rob y Scott
simplemente empezaron a declinar ofertas de sentarse lejos de mí, y
algunas veces ellos explicaban la razón. Muchos padres han comentado
acerca de que los muchachos y yo nos sentamos juntos en la adoración.
Existe un afecto notable entre nosotros que yo atesoro y que los otros ven
inusual entre los adolescentes y sus padres. Esta compañía no se ha ganado
sin que haya habido costos para mí.
Por ejemplo, me gusta cantar, pero rara vez he podido participar en el
coro de la iglesia. Muchos coros se sientan al frente en el santuario, detrás
o a un lado del púlpito. Tradicionalmente, los niños de los que cantan en el
coro no están con ellos en la banca.
Los niños pequeños se quejan, se rascan, se quedan viendo y apuntan con
el dedo. Pueden ser una distracción si se sientan enfrente de la
congregación. ¿Cuándo el coro se pare a cantar que hacen los niños?
La iglesia que mi esposo pastoreó por diez años, en donde mis hijos
crecieron de bebés a niños de quinto o sexto grado, permitía que los niños
se sentasen con sus padres que cantaban en el coro. El santuario tenía un
poco de flexibilidad física; en cierto momento el coro fue movido de detrás
del púlpito a un lado del santuario. Cuando el coro cantaba, usualmente
los niños se quedaban sentados callados. La mayoría agarraba sus
himnarios, como se les había enseñado a hacerlo. Si ambos padres iban al
culto y sólo uno cantaba en el coro, el niño se sentaba en la banca con el
padre que no cantaba. Y los abuelos podían llenar el lugar de los padres si
era necesario.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 37 -


Sentar a los niños con el coro puede ser más difícil a medida que los niños
van creciendo, puesto que a menos que sean incluidos como miembros del
coro, puede que ya no quieran sentarse en la sección del coro. Si el coro se
sienta en el balcón de la Iglesia o atrás, pienso que la inclusión de los niños
en esos lugares presenta menos problemas. Mucho depende de la actitud
del director del coro. Si los padres del coro pueden trabajar en la educación
de sus hijos en la adoración a Dios, los directores deben estar abiertos a
considerar este arreglo no ortodoxo. El lugar de los niños es con sus padres
en las bancas, y a veces las bancas están en la sección del coro. A medida
que los niños crecen y se muestran reacios a sentarse con el coro, los
padres deben sentirse libres de sentarse con la congregación y luego unirse
al coro al momento de cantar. Se pueden sentar cerca del coro, y otro
adulto puede ayudar a los niños a adorar durante la ofrenda musical al
Señor. En la iglesia donde trabajamos durante los años de primaria de mis
hijos, estas disposiciones funcionaron porque la iglesia estaba
comprometida con la idea de que los padres debían enseñar a sus hijos a
adorar. Yo creo que Dios fue glorificado por esto, y todos estuvimos de
acuerdo en "humillarnos ante nuestros propio ojos."
En otra iglesia, simplemente decidí sentarme con mis hijos en la banca
y no participar en el coro. La disposición del santuario, las preferencias
del director y las edades de mis muchachos, todo contribuyó para tomar
esta decisión. Lamento a veces no haber participado en el coro, pero
nunca tengo dudas de que tomé la decisión correcta. Especialmente
cuando uno de mis hijos pone su brazo alrededor mío en la adoración y
me ayuda a prestar atención.

ESTANDO DENTRO DEL SANTUARIO


Por muchos años tuve la oportunidad de compartir en seminarios
ideas sobre cómo educar desde la banca.
Los padres a menudo están preocupados acerca de las edades
apropiadas para incluir a los niños en todo o en parte del culto de
adoración. Usualmente ofrezco la siguiente orientación acerca de
cuando deben incluirse los niños en los cultos, reconociendo que los
niños son diferentes y el ritmo de desarrollo debe ser tomado en cuenta:

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 38 -


• Los bebés mayorcitos y los niños pequeños hasta los dos años y medio
están bien en el departamento de cuna.
• Los niños de pecho y los niños mayorcitos pasan bien la mitad del culto.
• Los niños de tres años, y algunos menores de esta edad pueden ser
enseñados a participar en cultos que incluyan repetición de credos,
lecturas bíblicas, música y ofertorio. En la mayoría las congregaciones
protestantes, evangélicas o carismáticas este tipo de cosas ocupan más
de la mitad del servicio.
• Como a los cuatro años de edad, los niños ya pueden permanecer en el
culto todo el tiempo.
En nuestra iglesia un sermón infantil es incluido después de los himnos,
las lecturas, la participación del coro y la repetición de credos. Se pide a los
niños que pasen al frente y se les enseña el punto principal del sermón para
los adultos de una manera corta y anecdótica. A los niños pequeños se les
lleva luego a un tiempo de actividades supervisadas fuera del santuario.
Algunas iglesias tienen "Iglesia Infantil" para los niños que ya pasan de
los primeros años de infancia. Esta iglesia infantil puede o no incluir un
tiempo de adoración. Me siento muy triste cuando niños mayores de cuatro
años van a la "Iglesia Infantil." Tanto estos niños como sus padres pueden
estarse perdiendo algo muy importante. Yo he estado deseosa siempre de
enseñar a mis hijos a adorar y no quería dejarle ese privilegio a nadie más.
Pero la Iglesia infantil puede ser muy útil si está diseñada para enseñar a
los niños a adorar. Muchas iglesias infantiles son tiempo para colorear y
recortar para mantener ocupados a los niños mientras el culto de los
adultos termina. Si los niños son animados a abandonar el culto antes de
las "partes largas," y esto continua en los años de la primaria, no es de
asombrarse que los niños mayores bostecen y sucumban al aburrimiento
cuando ya son "demasiado grandes" y tienen que permanecer en el
santuario el culto entero.
Los padres deben comunicar un matiz positivo con respecto a este
privilegio. En nuestra casa, el cumpleaños número cuatro era una
celebración especial. Este cumpleaños significaba esta "suficientemente
maduro" para permanecer en el santuario todo el culto.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 39 -


Era un hito histórico. La adoración es un privilegio, y un niño de cuatro
años estaba listo para más. Recuerdo que Scott hizo una petición típica de
un hijo segundo de empezar antes de tiempo. Pero el tuvo que esperar, y
esto aumentó su deseo y sensación de importancia. Un poco después de
haber cumplido cinco años, Roberto se sintió más que nunca parte de la
elite. Después de que Scott cumplió cuatro años, fue muy divertido ver su
emoción al permanecer en la banca cuando los niños más pequeños
salieron del santuario. Finalmente él era un "niño grande."

ESTANDO ATENTOS
Una vez que ya estás con tus hijos en el culto, ¿Cómo le haces para
mantenerlos allí? ¿Cómo los mantienes allí en mente y espíritu y no tan
sólo en cuerpo? A muchos niños se les permite salir varias veces durante
el culto. Es asombroso cuántos niños tienen que ir al baño durante el
culto. Estos son los mismos niños que pueden estar nueve entradas de
béisbol sin ir al baño.
Las emergencias relacionados con el baño usualmente ocurren
durante las "partes largas" del culto. Para mantener a mis hijos alejados
de ese jueguito hice unas cuantas cosas simples. Evitamos las visitas al
garrafón de agua entre la Escuela Dominical y el culto. (La atracción que
los niños tienen hacia el garrafón de agua de la iglesia es uno de los
misterios de la vida. ¡Lo último que un niño quiere tomar en casa es
agua!). También hacíamos visitas al baño entre la Escuela Dominical y el
culto. (La aversión que los niños tienen a ir al baño en horas lógicas es
otro de los misterios de la vida). Los niños sabían que no era permitido ir
al baño durante el culto. El saber esto desde el principio les ayudó a
cooperar con respecto las visitas al baño. Por supuesto había excepciones
cuando se les permitía salir del santuario. Un sangrado repentino de la
nariz o los síntomas del catarro son suficientes para que un padre
acompañe a sus hijos para remediar la situación. Tales síntomas son
obvios, y todo padre sabe diferenciar entre una actuación y un malestar
real. Tiene que ver con la palidez del rostro, manos frías y estado de
ánimo del niño. (Es sorprendente que estas emergencias reales ocurren
durante las partes más quietas del culto, un fenómeno también notable
con los bebés que tienen gas atrapado).

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 40 -


El incluir a los niños en la adoración significa que otras cosas deben ser
excluidas. Si queremos que nuestros hijos presten atención al Señor,
debemos eliminar cuantas distracciones sean posibles.
Eso quiere decir que juguetes, monedas, libros, papeles de la Escuela
Dominical, cuadernos, lápices, libros para colorear, muñecas y carritos
deben quedarse en casa. A los niños les ayuda estar con las manos vacías
excepto cuando agarran el himnario para cantar, o el boletín cuando se usa,
o la Biblia cuando se lee la Escritura.
Aun el trazar los viajes de Pablo en los mapas en la parte de atrás de la
Biblia está fuera de los límites excepto durante un sermón que detalle los
viajes misioneros de Pablo. Los niños son prontos para pensar todo tipo de
diversiones, aun religiosas, para pasar el tiempo en la banca de iglesia.
Tampoco ayudan los dulces, los chicles o cosas como esas para
mantenerlos callados.
El enseñar a los niños a adorar significa pedirles que presten atención y
ayudarles a hacerlo. El estar quietos viene cuando ellos aprenden a
escuchar y a adorar, no cuando se les entretiene con juegos o los mantiene
callados con chicles y dulces. Naturalmente, un niño a quien se enseñando
a adorar puede ser distraído por otro niño a quien se permite jugar en la
banca. Cuando Rob y Scott me preguntaban por qué otros niños
coloreaban o jugaban con juguetes en el culto, yo les contestaba en
términos positivos el porqué estábamos adorando, no en términos
negativos del porqué el jugar no se permitía. Esto ayudó a mis hijos a
sentirse especiales en vez de reprimidos. En general, siempre trataba de
sentarme lejos de niños a quienes les permitían tener juguetes y libros.
A medida que otros padres se me unieron en la "educación desde la banca,"
nos sentábamos juntos y nos apoyábamos unos a otros.

ESTANDO CALLADOS
La expectativa de prestar atención es fundamental para aprender a
adorar. Los padres se sientan con sus hijos para ayudarles a hacer esto,
pero el prestar atención involucra más que la simple proximidad física
puede proveer. Decir, sencillamente, a su hijo "Cállate" no es la manera de
llevar su atención hacia la adoración que está teniendo lugar.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 41 -


El propósito de la educación desde la banca es enseñar al niño a adorar, no
a estar callado. El estar callado en ciertos momentos puede incrementar su
habilidad para adorar, pero el estar callado es un medio, no un fin.
Esta distinción es de importancia tremenda para un niño. También es
de gran ayuda para sus nervios como padre. Tiene sentido que cuando
nuestra atención está enfocada en lo que está pasando en la adoración
con nosotros y nuestros hijos, nuestra propia experiencia de estar en la
presencia de Dios sea enriquecida. Si la falta de calma de nuestro hijo
nos preocupa en vez que nuestra experiencia de adoración, entonces
estamos en la presencia de nuestros hijos y probablemente sintiéndonos
lejos de la presencia de Dios. Pero enseñar a nuestros hijos a adorar no
siempre enriquece nuestra propia experiencia de estar delante de la
presencia de Dios, especialmente al principio.
Al nivel de los sentimientos, la experiencia de la adoración puede verse
empobrecida por las demandas de la educación en la banca de iglesia.
El número de veces que los niños deben ser ayudados a concentrarse, a
poner atención y entrar al culto están más allá de poder ser contadas. El
esfuerzo puede ser extenuante. Y puede ser agradable a Dios.
Parece paradójico que para ayudar a los niños a desarrollar
concentración y el sentido de quietud en la adoración, los padres tengan
que hablar más. Sin embargo, si se sienta cerca de su hijo, usted puede
dar instrucciones al oído y recordatorios con facilidad sin ser de
distracción para otros. El lugar donde los padres se sientan con sus hijos
puede ser importante. Siempre procuré no sentarme cerca de los
"mejores amigos" de mis hijos cuando eran pequeños. La tentación a
distraerse era demasiado grande. Pero puede ser muy beneficioso
sentarse cerca de padres que también está enseñando a sus hijos a
adorar. Este tipo de padres pueden comprender que estemos hablando
al oído, y pueden apoyarse los unos a los otros. Los padres que enseñan
a adorar pueden animarse y ayudarse según se necesite. Y en un día en
el que las cosas no hayan salido muy bien pueden recordarse que
realmente vale la pena a la larga.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 42 -


El ayudar a los niños a prestar atención es esencial sin importar que tan
estructurado o no estructurado sea el culto. Todas las iglesias tienen una
liturgia. Algunas tienen siglos de antigüedad, otras tienen la misma
antigüedad que la congregación, otras son nuevas cada domingo. Una
liturgia refleja las raíces históricas de la fe así como la historia y preferencias
personales de la congregación. El punto es fomentar la participación de
nuestros hijos usando la liturgia en una manera apropiada para sus edades.

SIENDO ÚTILES
Los adoradores jóvenes en especial necesitan ayuda para aprender cómo
prestar atención en la adoración. A continuación hay algunas ideas sobre
cómo escuchar a la escritura y participar en respuesta a las lecturas y las
partes cortas de algunas liturgias. Los capítulos que siguen tratarán más a
fondo de la música, los sermones, la oración y los sacramentos.
En la historia de Jeremías, el niño que tenía un perro llamado Precioso, he
ilustrado cuán emocionante puede ser el prestar atención cuando un niño
de cuatro años participa en la lectura alternada. Yo ayudé al pequeño
Jeremías de la misma manera como ayudé a mis hijos al permitirles que se
pararán sobre la banca cuando yo estaba parada. Esto los ponía a una
altura suficiente para que yo les rodeara con el brazo y les sostuviera el
himnario donde estaba la lectura. Para los niños pequeños, esta posición
también agrega una medida de lo que llamo: “control afectivo”. Estás
abrazando muy de cerca al niño, pero de una manera que es más un abrazo
que tirón. Luego, como todos los niños de esta edad conocen lo colores,
podía apuntar las palabras a medida de que las leíamos. En nuestra
tradición de lecturas responsivas, el pastor lee lo impreso en negro y la
congregación lee lo impreso en rojo.
Le pedí a Jeremías que siguiera mi dedo a medida que apuntaba las
“palabras negras que el Tío Breck leía” y que escuchara cuidadosamente.
Le pedí que mirara mi dedo apuntar las palabras en rojo y que escuchara de
nuevo. Este método ayuda a los niños a poner atención a través de su vista
al igual que a través del oído.
Un método similar puede ser usado cuando las lecturas responsivas no
están marcadas con diferentes colores. Algunas lecturas se diferencian por
medio del tipo de letra o por los títulos.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 43 -


El punto es llamar la lograr que los niños pongan atención ayudándoles a
enfocarse en lo que está pasando y escuchar cuidadosamente lo que se
dice. Tan pronto como los niños son capaces de leer aunque sea unas
cuantas palabras, debemos pedirles que lean las palabras que reconozcan y
que escuchen qué significan. Tan pronto como los niños ya lean bien,
pueden sostener su propia Biblia y probablemente parase sobre suelo en
vez que sobre la banca. Los niños mayores deben ser capaces de identificar
la fuente bíblica donde se basa la lectura responsiva o la historia de que se
habla en cierta lectura bíblica en un domingo particular.
Si se entrena a los niños para participar desde temprana edad, su
sentido de pertenencia y de poner atención se dan con mayor
naturalidad. Me entristece ver a muchos niños mayores y adolescentes
que veo parados en partes del culto con apariencia de aburrimiento,
cuando podrían participar si se les pidiera. Durante la lectura de la
Escritura, un poco de creatividad puede ayudar a los niños a escuchar
bien. Si la lectura es una narración o historia, a los niños pequeños se les
puede pedir que imaginen que están justo allí donde la acción tiene
lugar. Los padres pueden captar la atención hacia el contenido de la
Escritura por medio de preguntas: “¿Cómo crees que Jesús se veía
cuando dijo esto?” “¿Cómo te hubieras sentido si hubieras estado allí?”
“¿Qué dice este pasaje acerca de cómo te sentiste ayer?”
Estas preguntas se hacen para poner a pensar a los niños. Los niños
pueden responder susurrando una palabra o frase, o tal vez debas
esperar hasta que salgan del santuario para regresar otra vez a la
pregunta. A medida que los niños aprenden, entienden cómo y cuando
responder. Las situaciones de culto y los santuarios varían, pero los
niños que están atentos en el servicio se distraen menos que otros niños
a quienes se les permite jugar cuando están en las bancas. Con los
adolescentes pueden ser útiles las preguntas apropiadas o pertinentes a
sus vidas (por ejemplo, “Si este pasaje fuera la escena de una película...”).
Permite que los adolescentes comenten y hagan conexiones entre la
Escritura y sus vidas. A menudo, los niños obtendrán más de lo que
esperas de las lecturas de la Escritura.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 44 -


Algunas veces escucharán por primera vez un pasaje de la Escritura durante
un culto, y responderán honestamente. Esto puede llevarte a alguna
discusión fascinante acerca de las plagas, el fuego, cómo opera en realidad
el Espíritu Santo y muchos otros tópicos.
Los niños son conocidos por querer vengarse cuando oyen acerca de
Herodes, de Judas Iscariote y otro “malo” de la Escritura.
Las preguntas son buenas para los niños, y son más breves que las
explicaciones durante un culto que permanece avanzando mientras educas
a tus hijos desde la banca. Usualmente sólo tendrás tiempo para hacer una
pregunta o hacer un comentario para llamar la atención hacia cada parte
del culto a medida que transcurre. Cuando les pedimos a nuestros hijos que
pongan atención, a menudo mejoramos nosotros mismos en este aspecto.
No es inusual que los padres expresen cómo se deleitaron a medida que su
sentido de adoración se expandió a través de practicar la educación desde
la banca de iglesia. La liturgia deja de ser rutinaria y se vuelve más
relevante. No porque las palabras hayan cambiado, sino porque
escuchamos de nuevo lo familiar y nos damos cuenta que Dios todavía está
hablando.

SIENDO FIRMES
La Educación desde la banca algunas semanas va mejor que otras. De
esto, hay tantas razones como hay padres e hijos. Nunca es fácil el ser
constante. Todos nos cansamos. Pero he sido más constante en el
entrenamiento de adoración que en otras tareas de la educación de los
hijos. Pienso que ha sido así porque la adoración significa más para mí que
otras cosas, inclusive más que la comida. No obstante, la determinación no
excluye la confusión.
Cuando comencé a compartir con otros padres lo que había aprendido
acerca de la educación desde la banca, le pregunté a mis hijos qué había
sido lo que les ayudó más: “¿Qué es la cosa que más les ayudó a apreciar la
importancia de aprender a adorar?” Para entonces, tenía 10 y 11 años de
edad. Se los pregunté por separado. Muy para mi sorpresa, tuvieron una
respuesta idéntica. Me maravilló su respuesta. “Oh mamá” dijo cada uno,
“fue aquella mañana cuando me sacaste del culto y me corregiste
físicamente”.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 45 -


Mi única consolación fue que cada uno atestiguó que esto fue un
suceso singular, pero supieron, a partir de entonces, que yo estaba
hablando en serio. Prosiguieron a decir que lo que siguió a aquella
corrección también ayudó; esto es, mi “sermón” acerca de que Dios
deseaba su amor y atención. Quiero enfatizar que existen grandes
diferencias entre los niños, y también diferencias en la manera de educar
a los niños. Muchos padres evitan la corrección física y encuentran otros
medios efectivos para influir en el comportamiento de sus hijos.
Tristemente, algunos padres encuentran difícil controlar la extensión del
castigo físico, teniendo como resultado el abuso. La corrección física
puede ser contraproducente para algunos niños.
La negación de un privilegio u otra consecuencia puede ser igualmente
motivadora para algunos niños. Pero las amenazas huecas y la
frustración paterna no ayudan para nada. Lo que sea que les comunique
a tus hijos que hablas en serio con respecto al comportamiento en ciertas
situaciones, ya sea en el supermercado o en el santuario, debe ser
aplicado en privado y con constancia. Sin importar cómo son
disciplinados los niños, es muy importante el ser claro acerca de las
expectativas y las consecuencias.
Rob y Scott recibieron la disciplina de la corrección física y
respondieron bien a la intención. Estoy agradecida de que esos días
hayan terminado. Mamá tenía razón; es más doloroso para los padres.
No se exactamente porqué Rob y Scott hablaron de esto como la parte
más importante de su entrenamiento. Pero no sería honesta si no
hubiera incluido esta anécdota.
Proverbios 22 incluye amonestaciones a los padres a encaminar “al
niño en su carrera” (v.6) y utilizar la disciplina corporal con sabiduría
(v.15). Y continúa este consejo diciendo: “Inclina tu oído y oye las
palabras de los sabios, Y aplica tu corazón a mi sabiduría; Porque es
cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti; Si juntamente se afirmaren
sobre tus labios. Para que tu confianza sea en Jehová, Te las he hecho
saber hoy a ti también.” (17-19)
La educación desde la banca no es fácil, pero estoy agradecida de
tener hijos que saben que pueden contar con el Dios con quien han
tenido un encuentro. Esto elimina la práctica de contar ladrillos.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 46 -


HAZ UN SONIDO DE GOZO

6
El Coro Atómico de nuestra iglesia estaba yendo de maravilla. Los
muchachos de secundaria y preparatoria se mostraban entusiasmados en
usar playeras y pantalones de mezclilla (sin hoyos). Les gustaba cantar
himnos nuevos de la Iglesia, cantos de alabanza y canciones de artistas
cristianos de las que se escuchan en la radio cristiana.
El nombre del coro, que surgió de una lluvia de ideas, era “Alabanza
Atómica”. La idea era que este coro deseaba alabar a Dios con “todas las
moléculas” de su vida. El entusiasmo era elevado. Como directora del Coro
podía seguir una melodía, pero casi no podía leer música. Sólo deseaba que
los jóvenes de la iglesia, incluyendo a Rob y Scott, pudieran descubrir lo que
podía significar adorar al Señor con la música. Era un tipo masivo de
educación desde la banca de Iglesia. Los muchachos aceptaron el desafío
desde el principio. Puse las reglas sobre la mesa de antemano. Las chicas
no podían creer que hablaba en serio cuando dije: “nada de escribir o pasar
notas”. Todos parpadearon cuando les dije que tenían que prestar atención
durante el culto. Se sentaron derechos cuando les dije que habría un
examen semanal acerca del sermón antes de cada ensayo (Les diré más
acerca de esto en el capítulo 8). Lo que hizo que todo valiera la pena fue la
idea de que no íbamos a presentarnos para una audiencia congregacional,
sino que íbamos a alabar a Dios con nuestros corazones y voces. Las
moléculas adolescentes le importan a Dios. Y la música les importa a los
adolescentes. Al poner las dos cosas juntas se puede adorar a Dios con un
nuevo entendimiento y entusiasmo.

LA MÚSICA Y LOS ADOLESCENTES


La Doctrina, la teología y las definiciones de palabras no muy comunes
están muy abajo en la lista de los intereses de los adolescentes. La música
cristiana buena, nueva o antigua, nos da una oportunidad de enseñar la
verdad de nuestra fe de una manera que sea más interesante para los
adolescentes.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 47 -


El mundo secular ciertamente promociona sus mensajes a través de un
sinfín de audífonos conectados a los oídos de los adolescentes. El Coro
“Alabanza Atómica” discutía el mensaje de la música. En una Navidad
hablamos acerca de lo que significó para Dios hacerse “un hombre en el
tiempo y el espacio, sin rango ni lugar”. Hablábamos acerca de la
propiciación, redención, hosanna y aleluya. ¿Qué significaban estas
palabras, no sólo en el diccionario, sino también en nuestros corazones?
La cosa más difícil para muchos adolescentes es permitir que las
verdades que aprenden en sus cabezas influyan su vida real y su
comportamiento. Así muchos viven una vida dividida. Existe un
“comportamiento de iglesia” y luego esta el comportamiento del resto
del mundo. Después del último compás del canto “Hermano, permíteme
ser tu siervo”, los juegos burlescos del coro comenzaban. Algunas veces
con calma y paciencia, y otras con una explosión de emoción, les hacía
notar su hipocresía. Algunas veces escuchaban. Algunas veces no me
hacían caso. Mis esfuerzos en la práctica de prepararlos para la
adoración no eran en vano, pero fue la misma experiencia de la adoración
la que tuvo un mayor significado para ellos.
Los adolescentes necesitan adorar al Señor. Los adolescentes se
fortalecen cuando son confrontados por una realidad que va más allá de
ellos, una realidad que está firme en contra del relativismo de su cultura.
Las verdades absolutas del evangelio reveladas a nosotros en
Jesucristo ofrecen seguridad y libertad verdadera a los adolescentes que
viven en un mundo seductor que no les dice nada o les dice todo con tal
de vender. La Palabra de Dios no es una oferta de ventas.
Es la Verdad. La adoración les da a los adolescentes una oportunidad de
conocer al que dice la verdad de una manera personal y cercana. La
música es una manera buena de hacer la presentación. Sin embargo, las
presentaciones se realizan mejor uno por uno en lugar de a gran escala
como lo intenté con “Alabanza Atómica”.
A través de apoyo e interés, los padres de adolescentes pueden ayudar a su
hijo, cada vez más independiente, a adorar a través de la música. Escucha
música cristiana contemporánea con tus adolescentes. Hablen acerca de
las palabras y el significado.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 48 -


Algunas piezas de esta música es superficial y se repiten sin propósito. Pero
muchas contienen odres nuevos de ideas de cómo se relaciona el evangelio
con el mundo actual. Hablen de los himnos antiguos de la iglesia. Define
palabras y discute el significado. De nuevo, algunos himnos son superficiales
y se repiten sin propósito. Pero muchos himnos, los “viejitos pero bonitos”,
que han durado por siglos, destilan el evangelio en rimas de verdad. Todos
los himnos, ya sea que se hayan escrito hace dos años o dos siglos, fueron
himnos nuevos alguna vez. Tanto J.S. Bach como Michael W. Smith
expresaron en música lo que el Espíritu Santo puso en sus corazones. Ambos
pueden llevarnos al trono de gracia al adorar. Habla con tu pastor, director
de alabanza, director de música o ministerio de adoración acerca de incluir
una variedad de sonidos en la música sacra. La variación étnica al igual que la
variedad de estilo y generación nos ayudan a expresar delante del Señor lo
que significa el Reino de Dios. El Reino es antiguo y nuevo, de toda tribu y
nación. Los adolescentes, con su apetito por el cambio y lo nuevo, pueden
ayudar a una congregación entera a reflejar mejor el reino bíblico que
transciende culturas, generaciones y preferencias personales.

AYUDA COMENZAR A TEMPRANA EDAD


Todos los adolescentes fueron niños preescolares un día. Los padres de
preescolares piensan que los años de la preparatoria nunca llegarán,
mientras que los padres de adolescentes piensan que la infancia fue
anteayer. En todas las épocas de la niñez hay música.
“Cristo me ama bien lo se, pues la Biblia dice así”… Esta es una canción
estándar para los preescolares. También fue la respuesta del teólogo del
siglo XIX, Karl Barth cuando se le pidió que resumiera la esencia de su fe.
La verdad puede ser aprendida con una melodía tocada con dos dedos.
Barth argumentaba a favor de la naturaleza reveladora de la autoridad
bíblica de una manera extremadamente sofisticada y académica. Los
infantes lo hacen lo mismo a su manera todos los domingos.
La música es una de las herramientas más fáciles para que los padres
enseñen a sus hijos a adorar. La música está prescrita en la Escritura como
una manera de adoración (Sal. 33:3, Sal.100:2 y Col. 3:16 son algunos
ejemplos). En el próximo capítulo discutiré cómo la alabanza y la oración a
menudo son expresadas a través de la música.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 49 -


La memorización bíblica también se hace más fácil a través de
cánticos. Sin embargo, la música de la Escuela Dominical raras veces es la
música del santuario. Los padres necesitan ayudar a los adoradores más
jóvenes a cantar alabanzas a Dios a través de música escrita para adultos.
Esta puede ser una manera importante en la que los niños se conecten
con la herencia e historia de la iglesia. La música de la iglesia puede
también establecer el cimiento del entendimiento de la verdad de Dios
que produzca a los teólogos del próximo siglo.
El enseñar a los niños a cantar himnos y cánticos en el santuario es una
de los aspectos más fáciles de la educación desde la banca de iglesia. Los
niños aman el sentirse en la libertad de “hacer un sonido de gozo”. ¡No
debe desperdiciarse esta oportunidad! Durante los cantos o himnos,
anima a los niños más pequeños a cantar “la, la, la” con la tonada si es
que las palabras son totalmente desconocidas o impronunciables para
ellos. A los niños no les da pena hacer esto y muy pronto comenzarán a
cantar el estribillo o alguna frase repetitiva.
Los niños pueden aprender los himnos con mayor facilidad si alguno
de ellos es cantado varias semanas seguidas. Algo que puede ser una
gran ayuda para los padres que educan desde la banca, especialmente de
aquellos con preescolares que no pueden leer todavía, es tener en la
iglesia “El Himno del Mes”.
Si piensas que esto sería útil, habla con tu pastor, director de música o
comité de adoración para que consideren esto como un ministerio para el
entrenamiento de los niños. Aun los adultos que no tienen hijos pueden
aceptar de buena gana la repetición si es que saben el propósito.
Especialmente para los adolescentes es muy útil conocer la historia
detrás de la composición de los himnos. Muchos himnos clásicos, al
igual que los contemporáneos, tienen una historia detrás que puede
aumentar cualquier sentido de adoración en cuanto la reverencia y el
gozo, pero especialmente en los adolescentes que frecuentemente tienen
dudas de la relevancia de la tradición. El pastor o el director de alabanza
pueden relatar estas historias a la congregación. También muchas
bibliotecas cristianas tienen libros que cuentan las historias de los
himnos y de sus autores.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 50 -


Es importante ayudar a los niños a sentirse involucrados físicamente en
la adoración. Aun antes de que puedan leer, necesitan ser capaces de
sostener un himnario en sus manos o ver la pantalla del retroproyector.
Usualmente esto implicará que los niños pequeños tengan que pararse
sobre la banca o silla cerca de sus padres. Los padres se paran con un
brazo alrededor del niño, ya sea sosteniendo el himnario o dirigiendo su
atención hacia la pantalla.
Los padres deben tratar de cantar de tal manera que los niños puedan
escuchar el canto claramente, y cuando sea necesario el padre puede dar
instrucciones. Como yo estaba sola con mis dos hijos, usaba un solo
himnario para los tres. Uno de los niños sostenía el himnario mientras yo
apuntaba las palabras con un dedo estrofa por estrofa. Mi otro brazo
usualmente se encontraba alrededor del niño que hubiese estado más
inquieto ese domingo.
Cuando ya podían leer, cada uno de ellos tenía su propio himnario y yo
cantaba con uno o con el otro. Si tu iglesia usa proyector, se pueden
utilizar la misma cercanía y métodos directivos, pero recuerda que es más
difícil que los niños se concentren visualmente. Se les puede indicar y
animar a que escuchen las palabras aun con mayor atención. A los niños
muy pequeños se les puede pedir que estén atentos a una palabra o frase
particular en el canto. Ellos cantarán con gusto a medida que la
identifiquen. Uno de mis recuerdos de la adoración cuando mis hijos eran
muy pequeños es una ocasión cuando cantábamos un himno y ellos habían
estado atentos para escuchar la frase “Jesucristo, el Crucificado”. Al
principio les daba una pista (un movimiento de mi cabeza o un “ahora”
susurrado) y entonces ellos cantaban la frase con el entusiasmo
característico de los niños.
A medida que los niños van creciendo, es bueno explicarles y discutir con
ellos el contenido de los himnos. Esto puede hacerse antes del culto
cuando te acabas de sentar en la banca. También puede ser hecho en casa
con los himnos muy conocidos y en momentos más informales.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 51 -


Algunas declaraciones breves acerca del significado de los himnos
pueden hacerse durante la introducción instrumental. Los buenos
directores de adoración a menudo ayudan a la congregación a enfocarse en
el contenido o de la intención de la adoración de la música de la iglesia, y
los padres pueden dirigir a sus hijos a entender estas explicaciones.
Siempre es importante en la adoración la integridad del corazón y la
voz de creer lo que se canta. Algunos cantos contienen declaraciones
que quisiéramos fueran una realidad para nosotros, pero por el contrario,
pueden subrayar la hipocresía o los errores en nuestras vidas.
Necesitamos ser capaces de hablar acerca de nuestra lucha de “entregar
todo a Jesús”. Necesitamos ayudar a nuestros hijos a entender que la
gracia realmente es “sublime” - que el haber estado perdido y ahora
estar hallado, que haber sido ciego y ahora ver, son más que palabras de
un canto, que son el testimonio de lo que significa ser conocido por Jesús.
Esto puede a menudo ser logrado a través de expresiones sencillas y
susurradas que ayuden al niño o al adolescente a saber lo que estás
pensando después de que se cante el himno. He hecho esto cuando nos
estamos sentando después de haber cantando. Para ampliar el
significado de “Oh que amigo nos es Cristo” digo algo como “Ciertamente
Jesús fue mi amigo esta semana cuando estaba preocupada por
abuelito”. Tal tipo de comentarios pueden ayudar a los niños a captar la
idea de que lo que se canta realmente es importante; que realmente
tiene que ver con la vida cotidiana al igual que con el culto dominical.
Aprenden a escuchar las palabras que cantan. También aprenden a vivir
esas palabras.

ESCUCHANDO LA MÚSICA DE OTRAS PERSONAS


Los cultos de adoración a menudo incluyen música que no tiene la
intención de que la congregación participe directamente. La música del
coro se canta para Dios, mientras la congregación es invitada a adorar de
una manera reflexiva conforme dirija la música. A los niños pequeños se
les puede enseñar a escuchar palabras especiales dentro de la selección
coral. Por ejemplo, pueden apretar tu mano cada vez que escuchen la
palabra “Jesús” o “Gloria”.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 52 -


De esta manera aprenden a escuchar, a prestar atención y a apreciar las
palabras al igual que la música. Esta es una habilidad útil para los niños
mayores quienes pueden no preferir ese estilo de música pero pueden
escuchar la verdad en la letra. Hay música que se ofrece al Señor pero no
tiene letra (preludios, ofertorios, postludios instrumentales). Se les puede
pedir a los niños que escuchen con atención y se imaginen que es lo que
está pasando con la música. Los padres pueden pedir a los niños que
piensen en una historia de la Biblia que parezca corresponder con la
música. No es de sorprenderse que los niños encuentren esto muy fácil de
hacer. Puede ser que no sea lo que el compositor tenía en mente o que
corresponda con el título de la canción, pero los niños “ven” acciones en su
imaginación que son sugeridas por la música. En el culto, los niños pueden
dirigidos a pensar en Dios, la creación, una historia de la Biblia u otra cosa
sagrada mientras escuchan. ¿Es la música feliz? ¿Triste? ¿Pacífica?
¿Turbulenta? Los niños que están creciendo en la era del video no tienen
ningún problema en pensar en imágenes relacionadas con la música. La
música clásica es el fondo que se escoge para muchas caricaturas.
Para ayudar a los niños a concentrarse en la música sacra, especialmente
la música antigua, es sabio practicar con música clásica sin letra. Un lugar
fabuloso para hacer esto con menor aburrimiento y distracción es el
automóvil. Comencé a entrenar a Rob y a Scott para escuchar todo tipo de
música instrumental cuando estado estábamos yendo en el auto.
Sintonizaba una estación de música clásica o ponía una cinta instrumental.
Luego les pedía que escucharan y piensen en una historia o una escena de
película que podía ponerse a esta música. En el santuario, en donde el
objetivo es la adoración, usualmente sugería una idea o tema, pero el auto
no lo hacía. Podían pensar en lo que quisieran, y ¡así lo hacían! Las
grandes fugas eran el fondo de ataques de tiburones y carreras de
automóviles. Las piezas más tranquilas eran para catarinas en el césped o
espías escurridizos acechando a alguien. Era divertido. Y sí fue de ayuda.
En la iglesia el preludio podía comenzar a recordarles acerca de Jesús
cuando alimentó a la multitud. Un ofertorio vívido podía ser Dios creando a
los dinosaurios. Puede ser que no era lo que Handel (o quien sea) tenía en
mente, pero los niños estaban aprendiendo a escuchar. Era un comienzo.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 53 -


En esta última Semana Santa, el coro de nuestra iglesia dirigió a la
congregación en un culto especial de jueves Santo. La mayor parte de la
música era ofrecida al Señor sólo por el coro. Al finalizar el culto, debíamos
salir en silencio a medida que el santuario se obscurecía. Scott se sentó en
la banca y me dijo al oído que me adelantara. Dijo: “quiero sentarme aquí
por algunos minutos y pensar acerca de algunas cosas”. Yo estaba muy
agradecida de que había aprendido a escuchar la música en la adoración.

EL CORO DE NIÑOS
El coro infantil puede ser una gran ayuda para incluir los dones de los
niños en la adoración. Anima a tus hijos a participar como una ofrenda a
Dios, no para lucirse ante la congregación. Refuerza verbalmente esto
antes y después del culto. Los cumplidos deben enfocarse menos en
cómo lo hicieron los niños y más en cómo fue enriquecida la adoración o
cómo Dios fue bendecido en el culto. “Pensé mucho acerca de cuánto me
ama Dios mientras ustedes cantaban al Señor esta mañana. Gracias por
ayudarme a adorar”. Este comentario es muy diferente a “Estaba tan
orgulloso de ti esta mañana. Cantaste muy bien”.
Los niños escucharán la diferencia, y recordarán lo que es importante
en la adoración. Aprenderán la vasta diferencia entre los programas de la
escuela y el conducir a otros en la presencia del Dios vivo. Se debe
resistir la tentación de tomar fotos o video grabar al coro infantil en el
culto. Y las congregaciones que usan el aplauso como una expresión de
gratitud a Dios deben ser cuidadosas de enseñar a los niños la diferencia
entre un aplauso enfocado en la presentación y el batir de las manos
ofrecido como una alabanza a Dios.

¡NINGUNA ROCA!
Hay un canto que me gusta cantar al Señor que viene de la advertencia
de Jesús de que si la gente no lo alaba, las rocas lo harán. Este canto
también reflexiona en lo que el salmo declara; que toda la creación alaba
al Señor. Los pájaros cantan, los árboles mueven sus ramas.
Este canto, con su sentimiento muy antiguo, es puesto en un ritmo
contemporáneo, un tipo de sonido de “gospel” espiritual antiguo.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 54 -


Es un gozo el cantarlo. Mi familia me ha escuchado cantarlo con todos mis
pulmones:

¡Ninguna roca clamará en mi lugar,


Mientras viva para glorificar su Santo nombre!
Ningún árbol moverá sus ramas,
¡Yo levantaré mis manos para glorificar su santo nombre!
Ningún pájaro va a cantar en mi lugar,
¡Yo levantaré mi voz para glorificar su santo nombre!
¡Oh, Yo voy a alabar su santo nombre!
Mientras viva para glorificar su Santo nombre.
(LaMarquis Jefferson 1987 Integrity´s Praise Music)

Aparte de su mensaje basado en la Escritura, tal vez hay mucho que


criticar acerca de esta canción. Pero esta canción me lleva a “Glorificar y
gozar de Dios para siempre”, lo cual el Catecismo Menor me dice es mi “fin
principal”. Al enseñar a los niños adorar debemos recordarles que su “fin
principal” es la gloria de Dios. Necesitamos hacer un sonido de gozo ante el
Señor en adoración.
Necesitamos “cantar una nueva canción al Señor”. Necesitamos mostrar
a nuestros hijos lo que significa comenzar a gozar del Señor para siempre. Y
nuestros hijos necesitan entrar a nuestra herencia de fe legada por los
escritores de cantos del pasado.

“¿Qué lenguaje prestaré para agradecerte mi


más querido amigo por tu tristeza al morir, tu
piedad sin fin? Oh hazme tuyo para siempre y
Señor nunca permitas que acabe mi amor por ti.”
(Bernardo de Clairvaux, 1091-1153)

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 55 -


ORACIÓN, CONFESIÓN Y ALIMENTOS ENLATADOS

7
Mi madre me cuenta que cuando yo era muy pequeña tenía un amigo
invisible llamado Werff. Ella recuerda que esta criatura era muy pequeña,
muy cercana y que yo era muy firme acerca de dónde estaba, lo que le
gustaba comer y las cosas que le escuchaba decir. Ocasionalmente
pisaban a Werff, se sentaban sobre él, o lo interrumpían
inadvertidamente, pero mi amigo siempre se recobraba. No obstante,
Werff parece haber desaparecido cuando nació mi hermana Kellie.
Los niños tienen la capacidad y escuchar con aquello que no se ve. La
fe que poseen es parte de lo que Jesús alabó como la fe que da evidencia
del reino de Dios. Los niños pueden conocer qué es orar en fe a un Dios
invisible que es un amigo real. Si nuestros niños aprenden a orar, a hablar
con Dios y a escucharle hablar, se establece un cimiento sólido de fe en
sus vidas. Y debido a que Dios es real y capaz de establecer
comunicación con nuestros hijos, no se extinguirá como los amigos
imaginarios de la niñez.

ORACIÓN Y NO PARLOTEO
Los padres, los pastores y los educadores cristianos a menudo dan a
los niños suficientes oportunidades para entrar en la vida de oración de
la iglesia y el hogar. Los niños pueden ser enseñados a “dar gracias” y a
decir “Dios te bendiga”, pero también algo más. Los niños necesitan ser
entrenados a orar y no tan sólo a parlotear frases cristianas. Dar gracias a
Dios por los alimentos y decir “Dios te bendiga” no son necesariamente
parloteos, pero pueden serlo si estas oraciones se enseñan de la misma
manera como enseñamos las líneas de una obra de kinder o cómo de
decir “por favor” y “gracias”. Los niños pueden ser enseñados a orar al
entrar a una edad temprana a las incertidumbres al igual que a los gozos
de la oración.
Recuerdo una noche en la que Roberto estaba en una crisis de asma.
Como niño de siete años el luchaba con la idea de que Jesús podía
sanarlo, pero no lo había hecho.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 56 -


Después de muchas oraciones personales, al igual que las nuestras y las de
los ancianos de la Iglesia, Roberto me sorprendió con un tipo de fe que a
veces quisiera alcanzar yo misma. Entre respiraciones profundas, el oró:
“Jesús, Yo sé que tu sabes qué es lo mejor. Ciertamente quiero mejorar,
pero sea lo que sea que hagas estará bien conmigo”. Como un año después,
Roberto oró la noche anterior a que mi esposo tuviera una cirugía en la
rodilla, “Querido Jesús, por favor haz que la rodilla de papá esté
completamente bien para que cuando los doctores la vean mañana se
sorprendan de que no tienen que repararla. Bueno, yo se que tu siempre haces
lo mejor, así que si decides no hacer lo que realmente quiero, bueno, eso… ”
Hizo una pausa y continuó entrecortadamente, “está bien… porque… tú…
eres… Jesús”
La Escritura está llena de historias maravillosas de oraciones contestadas
que salieron de todo corazón. También está llena de decepciones sinceras
en la oración. Los niños pueden manejar ambas cosas.
Si la oración ha de llegar a ser real para los niños, si Dios ha de llegar a
ser real para ellos, la fe debe encontrar su cimiento en las experiencias de la
vida real con Dios en la oración. Se debe confiar en Dios cuando dice sí o no
al determinar cómo amarnos de la mejor manera. El entrenamiento en el
hogar de la oración corporativa. Las estructuras para los diferentes tipos de
oraciones pueden encontrarse en la adoración corporativa de la iglesia. La
mayoría de las liturgias incluyen tiempos de confesión, intercesión y
alabanza. Estos tiempos de oración congregacional son una parte
importante del entrenamiento de los niños para confiar sus vidas a Dios y
conocer las necesidades y el apoyo de la gran familia de Dios.
Un elemento crucial para preparar al niño para oración congregacional es
la oración en el hogar. Desde que son muy pequeños los niños deben ser
animados a hablar con Dios en sus propias palabras. Probablemente, les
puedes enseñar mejor compartiendo con ellos oraciones con tus propias
palabras. Los niños necesitan escuchar a sus padres “hablar” con Dios.
Necesitan vernos, y sentarse con el tiempo con nosotros, cuando
escuchamos en silencio a Dios.
La oración necesita estar entretejida en la tela de nuestras vidas. Los
niños necesitan ver que la oración es central para nuestra dependencia
llena de fe en el Señor.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 57 -


Necesitan ver que la oración no es un deseo frívolo que termina con
“Amén”. No oro por un espacio en el estacionamiento sólo porque estoy
llegando tarde. Pero mis hijos me han escuchado orar por un espacio para
estacionar en una calle traficada enfrente del consultorio del doctor cuando
Scott tenía fiebre y estaba lloviendo. Y han sido capaces de maravillarse, en
el sentido del Nuevo Testamento, cuando estacionamos en ese espacio.

LA HONESTIDAD EN LA ORACIÓN
Scott oró una noche cuando tenía cuatro años, “Jesús gracias por todas
las cosas hermosas del mundo y por todos los alimentos enlatados”. De
esta manera me enteré que en la Escuela Dominical habían estado
recolectando alimentos enlatados para los necesitados. Scott también
era famoso por estar agradecido por el pollo cuando era muy pequeño.
Era su comida favorita, y aun lo es.
Los niños necesitan hablar con Dios acerca de las cosas que competen
a sus vidas. Como padres, necesitamos ser honestos acerca de las
situaciones en nuestro mundo y nuestras vidas que no entendemos. Los
niños tienen un sentido de lo que es real o no es real para nosotros.
La mayoría de los niños se muestran con sospechas desde temprana
edad acerca de la existencia real de Santa Claus y la leyenda del ratón
que se lleva los dientes. ¡Dios necesita estar en una categoría diferente!
De hecho, aunque una discusión completa acerca de este tópico está
fuera del alcance de este libro, admitiré que nunca practicamos las
tradiciones de fantasía en nuestro hogar. Santa Claus era tratado como el
Pato Donald, una persona en un disfraz proveniente de una historia
inventada. No practicábamos la mayor parte de las tradiciones de
nuestra cultura que se han asociado con los días festivos de la iglesia. Ya
sea que los demás padres lo hagan como nosotros o no, es importante
que nuestros hijos sientan una clara diferencia entre Jesús y el conejito de
pascua.
Dios es creíble porque es real. Su realidad suena verdadera con los
niños porque es soberano. Los propósitos y la voluntad de Dios no
siempre corresponden con nuestras expectativas. A menudo es en la
decepción o la dificultad en la vida de nuestros hijos que la existencia de
Dios se vuelve para ellos objetiva, real, distintiva y poderosa.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 58 -


No debemos temer que la oración que no es respondida de acuerdo con
nuestras esperanzas debilitará o destruirá la fe de nuestros hijos. Los niños
necesitan ver que se puede confiar en Dios pase lo que pase. Este es el
cimiento de una fe madura.
Recientemente, una estudiante universitaria vivió brevemente con una
familia de nuestra iglesia. Ella necesitaba hospedaje y ánimo después de
una crisis emocional particularmente difícil. La familia con la que estuvo
hace buen trabajo de entrenamiento en la oración y la Escritura en su hogar
(y de entrenamiento en la adoración en la banca de iglesia). En el
transcurso de su estancia con esta familia, la señorita perdió su trabajo.
Después de las oraciones familiares por su predicamento, la niña de seis
años miró a la temerosa y triste estudiante. Esta niña de fe puso su brazo
alrededor de su “hermana mayor” y le dijo con seguridad, “Sabes que Dios
sabía acerca de este día aun antes de que nacieras. Así que si el sabe todo
esto y está bien con él, bueno, entonces todo saldrá bien”…La estudiante
compartió conmigo y con la pareja que el Salmo 139 nunca había sido tan
real para ella que el entendimiento confiado de esta niña pequeña.
Así es el reino. El aprendizaje de la oración acerca de cosas reales,
simples o profundas, prepara a los niños a participar en la familia de la
iglesia. La Iglesia necesita escuchar las oraciones de sus niños, porque a
menudo reflejan la mejor definición de fe que se da en la Escritura: “Es pues
la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos
11:1).

LA ORACIÓN POR LOS CORAZONES SUCIOS


El perdón es una de las necesidades en la vida más esperadas, pero
invisibles. Se realiza a través de la fe que encuentra una expresión en las
oraciones de confesión. En los cultos, las oraciones de confesión
usualmente son seguidas por la declaración del perdón hecha por el pastor
o el líder de adoración, usando una promesa de la Escritura. Esta puede ser
una experiencia importante para un niño.
Durante las oraciones que incluyen un tiempo de confesión personal en
silencio, los niños muy pequeños deben probablemente ser dirigidos por
medio de susurros tranquilos.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 59 -


Sería algo como esto, “Ahora es el momento de inclinar nuestras cabezas y
hablar con Jesús acerca de las cosas que hicimos que no están bien.
¿Recuerdas nuestra charla esta mañana acerca de ser egoísta? Dile a Jesús
acerca de esto ahora, y pídele que te ayude a compartir la última dona la
próxima vez”.
Una confesión muy cercana a mi corazón (y estoy segura que también
al de Dios) fue más o menos así, “Querido Jesús, limpiaste mi corazón la
semana pasada y hoy está sucio otra vez. Necesito ayuda”. Les apuesto
que el sermón fue sobre Romanos 7. Lo que sí se es que este niño estaba
aprendiendo a hablar honestamente con el Señor. Los muy pequeños
pueden ser animados a confesar cualquier “no – no” reciente, pero debe
ser algo que realmente recuerden, algo que no haya pasado más de un
día anterior. Afortunadamente para los propósitos de entrenamiento en
la confesión, esto no es un problema para los niños pequeños normales.
Pero cuando los niños vienen al culto con una “pizarra en blanco”, el
tiempo de confesión puede ser usada para agradecer a Jesús por su
perdón total.

ORACIÓN POR PACIENCIA


Cuando estamos educando a nuestros hijos para que amen a Dios,
necesitamos cuidarnos de cargar cada situación con una lección
espiritual profunda. “No juzgues las manzanas de octubre en junio” fue
probablemente el mejor concejo que recibí cuando era una mamá joven y
estaba preocupada con la terquedad de uno de mis niños pequeños. Es
una marca de nuestra propia madurez de fe en Dios cuando no tratamos
de ser el Espíritu Santo en la vida de nuestros hijos. El verdadero
arrepentimiento, la comprensión espiritual genuina y la fe verdadera son
frutos de la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas y en las vidas de
nuestros hijos. El apóstol Pablo nos recuerda, “Porque somos hechura
suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuáles Dios preparó
de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).
El deseo de nuestros corazones de que nuestros hijos “salgan buenos”
puede causar que hagamos una montaña de cada lomita en la vida
nuestros hijos.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 60 -


Cada raspadura, estornudo, derramamiento de leche o travesura infantil
no es una ocasión para un sermón o una lección espiritual. A veces es difícil
relajarnos con nuestros propios hijos. Puede ser difícil ver lo gracioso en
sus travesuras, aunque nos reímos de esas mismas travesuras cuando las
hacen otros niños. El educar a los hijos puede ser estresante. Especialmente
si tratamos de tomar como nuestra responsabilidad el trabajo que le
corresponde a Dios. Y es el trabajo de Dios el obrar en la vida de nuestros
hijos. La obra de Dios es duradera, sabia, paciente y omnisciente. Nosotros
como padres, sin importar cuánto éxito tengamos a veces, resultamos
insuficientes en las cuatro categorías. Sólo él es el Padre Perfecto que ama
perfectamente a sus hijos. Debemos confiar que él esta obrando en las
vidas de nuestros hijos, aun cuando esto sea difícil de hacer.
A medida que nuestros hijos crecen, necesitan confesar el pecado
conforme la vean. Las oraciones necesitan ser llenas frecuentemente de las
preocupaciones que ellos traigan. Necesitamos confiar en el Señor con
respecto al crecimiento espiritual de nuestros hijos. Yo creo que Dios está
escribiendo un testimonio en la vida de nuestros hijos. Es Su historia. Sólo
él ve el final desde el principio. Sólo él ve las “manzanas de octubre”
cuando todavía es junio.

LA ORACIÓN EN LA IGLESIA
La oración que es específica, concreta y surge de las situaciones de la
vida real, forja una honestidad con Dios que puede conducirnos a toda una
vida experimentando la redención y la gracia. Este tipo de oración por los
niños puede provocar el mismo tipo de realismo y honestidad en la vida de
oración de nuestras iglesias.
La oración corporativa en la iglesia muy a menudo es superficial y llena
de parloteo de frases religiosas.
…“Querido Dios, no permitas que Tommy muera en la guerra” fue la
oración de todos nuestros corazones un domingo, pero de ninguno de
nuestros labios adultos – hasta que un niño la dijo en nuestro lugar. Los
maestros de Escuela Dominical y los amigos de confianza necesitan orar
con el niño que dice, “Mi papá tiene una novia y ya no nos quiere”… Las
oraciones honestas de los niños nos recuerdan que nuestro Padre conoce
todos los detalles, las luchas y todas las respuestas.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 61 -


Muchos niños son los campeones de los detalles que nosotros pronto
olvidamos – o deseamos olvidar. El entrenamiento de los niños pequeños
en la oración de intercesión puede ser una aventura. Los niños pequeños
que escuchan acerca de alguien en la iglesia que está muy enfermo se
acordarán de orar por esa persona aunque a nosotros se nos olvide. Esto
ocurre especialmente si se les permite visitar al enfermo. Cuando las visitas
no dañan el bienestar del enfermo, los niños pueden ser las mejores visitas.
Tales visitas usualmente son breves y seguidas de un millón de preguntas,
especialmente si son en el hospital.
Mucha información acerca de las expectativas se debe dar antes de la
visita, y después son necesarias algunas explicaciones. El hecho de ver al
enfermo, sentirse parte de su experiencia, ayuda a los niños a orar con
mayor cuidado, entendimiento y fe genuina. Y el enfermo usualmente
está agradecido por un visitante honesto que desea saber “qué es eso” y
no solamente conversar brevemente. La oración es una parte importante
de ser una familia como iglesia. Nuestros niños necesitan ser parte de
nuestras relaciones dentro de la familia. Las respuestas que Dios nos da
como familia de fe son maneras de amarnos y fortalecer nuestra
confianza. Todo empieza con cosas pequeñas. La enseñanza a los muy
pequeños de juntar sus manos y cerrar sus ojos es una manera de
engrandecer su habilidad para concentrarse en lo que están haciendo.
Estos gestos no son oraciones en sí mismos, sino un medio que lleva a un
fin. Necesitan ser enseñados, mostrados y explicados en ese contexto.

LA ORACIÓN POR EL MUNDO


La oración debe ser más que ritual y gestos para nuestros niños. La
enseñanza de la intercesión por los proyectos misioneros de la iglesia
puede ser fomentada por la visita de gente del país en el cual la iglesia
tiene misioneros o proyectos misioneros. Muy a menudo una petición a
la oficina de estudiantes internacionales de la universidad local puede
poner a la iglesia en contacto con estudiantes de todo el mundo. Los
estudiantes internacionales solitarios están más que deseosos de ser
invitados para conocer a otras personas y contar de su hogar y cultura.
Algunas veces estos estudiantes no son cristianos, y tu iniciativa puede
iniciar amistadas y oportunidades para compartir el evangelio.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 62 -


A los cristianos internacionales se les debe dar la oportunidad de orar con la
congregación en su lenguaje nativo. ¡Qué recordatorio tan vívido que Dios
ama a todo el mundo y escucha las oraciones en cualquier idioma!
Nuestros hijos han sido influenciados grandemente por los estudiantes
internacionales que han sido invitados a nuestro hogar e iglesia. Ellos
saben que el mundo es mucho más grande que su ciudad, sus habilidades
geográficas son excelentes, y ellos comen casi cualquier cosa. Y oran por
otras personas alrededor del mundo con una profundidad y calidez que es
radicalmente diferente al prejuicio y aislamiento notorio en muchos
adolescentes de fuera de la iglesia.

LAS ORACIONES DE ALABANZA


La alabanza es uno de los aspectos más fáciles de aprender para los
niños. Las expresiones de gratitud surgen con bastante facilidad para los
pequeños. Si en la liturgia se utilizan himnos tradicionales, muy a menudo
serán himnos de alabanza. Muéstrales esto a tus hijos. Al estar enseñando
a tus hijos a alabar a Dios, ver las oraciones en las letras de los himnos
puede ser una ayuda importante.
Ayudar a los niños a identificar una verdad acerca del carácter de Dios
puede ayudar a los niños a aprender a alabar a Dios por ser quien es. Un
himno, una ilustración del sermón o una frase en el credo puede hacer
notoria una característica de Dios. Esto puede ser usado para ayudar a los
niños a enfocarse en sólo un aspecto de Dios y dar gracias.
Los eventos actuales en la vida de la congregación también pueden
mostrar cómo afecta nuestra vida diaria el carácter de Dios. Recientemente
una familia en nuestra iglesia perdió su hogar en un incendio.
En el culto se dio gracias por la protección de Dios. Se hizo mención de la
presencia y el poder de Dios al despertar aun miembro de la familia antes
de que el humo entrara a las habitaciones. Esa mañana cantamos himnos
que confesaban que Dios es soberano, Dios como un refugio y Dios como el
dador de la paz. Esta también fue una buena oportunidad para que los
padres en la congregación ayudaran a sus hijos a enfocarse en el carácter de
Dios y le alabaran al Señor por haberse hecho tan evidente en la vida de la
gente que ellos conocían.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 63 -


Es vital llevar a los niños a una vida de alabanza y gratitud en un
mundo lleno de descontento e intranquilidad. Una niña de cuatro años
de nuestra iglesia comenzó a llorar calladamente un domingo durante un
canto de alabanza. La Escritura nos dice que el Espíritu Santo nos ayuda
a orar con “gemidos indecibles”. La pequeña Sara fue conmovida por la
música y la letra de una oración cantada de alabanza. Sus lágrimas
fueron una expresión purísima de alabanza. Su madre la abrazó
calladamente y compartió ese momento con ella, asegurándole que esa
era una manera buena de sentir hacia Dios. En una ocasión esta pequeña
se portó mal y escuché su petición, “Mamá, por favor no me saques”. El
estar presente, ser parte, estar involucrada en la adoración a Dios es
importante para Sara. Está aprendiendo que su presencia y la de sus
padres son partes importantes de esa experiencia.

LOS ADOLESCENTES EN LA ORACIÓN


Hasta los días de la preparatoria, cada mañana teníamos devocionales
que incluían oración y lectura de la Biblia antes de salir a la escuela o el
trabajo. A veces utilizábamos libros de devocionales.
Cuando comenzaron los días de la preparatoria, los muchachos
comenzaron a tener su propio devocional, con lecturas bíblicas que ellos
mismos escogían. Unos días fueron mejores que otros. Se les tenía que
recordar que debían hacerlo. Los muchachos comenzaron a aprender
cuán diferente puede ser un día dependiendo de si pasaste tiempo o no
con el Señor. Después del tiempo devocional, teníamos tiempo de
oración todos juntos como familia.
Para los muchachos de todas las denominaciones, los años de la
adolescencia son un tiempo típico en el que se detienen y evalúan por
qué hacen lo que hacen. Este puede ser un tiempo maravilloso para
nosotros como padres para compartir nuestras historias y anécdotas de
fe. Pero también necesitamos compartir nuestros fracasos. Algunas
veces esto último animará más a los jóvenes que están batallando con
dudas y preguntas. Este puede ser el contenido de la oración de los que
ya son “grandes”. Los salmos davídicos que hablan de la paradoja de la
duda y la fe pueden ayudar a estos adolescentes a permanecer cerca del
Señor en los tiempos de lucha (Ver Salmo 10, 13, 40 y 142 como ejemplos).

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 64 -


Los adolescentes necesitan comenzar a apropiarse de su propia fe. Sus
expresiones de fe necesitan venir cada más de sus corazones y menos de la
ayuda que sus proveen sus padres. Los dones del Espíritu son verdaderos
dones. Este es tiempo en que ellos necesitan abrir sus vidas y corazones al
camino que los dirija el Espíritu. Nosotros los padres no siempre veremos
lo que deseamos ver en la vida de nuestros hijos, pero recordemos que los
caminos de Dios no son nuestros caminos. Que las manos sean levantadas,
que las expresiones de los dones se manifiesten y que las obras de servicio
se ofrezcan conforme el Señor dirija. Nuestros hijos necesitan estar con
nosotros en la banca de la Iglesia. El escuchar la Palabra de Dios, puede
tocar sus corazones y enseñarles en maneras que no podemos ver.
Necesitamos orar por nuestros adolescentes. Ellos necesitan saber acerca
de nuestras luchas de fe. Esto les ayudará a compartir sus luchas con
nosotros y con el Señor. Los adolescentes necesitan ser animados a tomar
riesgos, riesgos costosos para el Señor. Las misiones de corto plazo a
lugares de desafío y privaciones puede ser una de las mejores experiencias
entrenadoras en la oración. De las experiencias de nuestros adolescentes
con Dios ya sea en la banca o en Perú, Dios puede confeccionar jóvenes que
le amen con todo su corazón.

ORACIONES DE SILENCIO
En una sociedad tan ruidosa es difícil para nosotros aprender a escuchar
cuando oramos. No obstante, nuestro silencio le da una oportunidad a Dios
de darnos una palabra. El entrenamiento para estar en silencio puede ser
presentado a nuestros hijos en su adolescencia, pero aun cuando están
creciendo como niños necesitan saber que el silencio es una parte
importante de la vida de oración de sus padres. Y si el escuchar en la
oración no es un aspecto que está floreciendo en ti, quizá puedes crecer con
tu adolescente en este respecto. Cuando Rob y Scott tenían quince y
dieciséis, comencé a enseñarles acerca de permitir que la Escritura aumente
la práctica del silencio en la oración. Aproveché una oportunidad cuando
ellos habían visto a un grupo de estudiantes practicar esta forma de oración,
por lo que estaban muy receptivos. Los padres necesitan presentar a sus
adolescentes posibles mentores en la fe. Es bueno escuchar a los
adolescentes y ver que compañeros de fe se comunican bien con ellos.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 65 -


Los estudiantes universitarios son lo suficientemente grandes para mis
hijos. En nuestros primer “retiro de silencio”, mis dos hijos y yo nos
sentamos juntos en un cuarto tranquilo y le pedimos al Señor que nos
trajera a la mente una historia bíblica acerca de Jesús. Les aseguré que
podía ser cualquier historia. Cuando una historia viniera a la mente, les dije
que sencillamente se sentarán allí y trataran de visualizar el lugar, los
sonidos, la escena, las personas y a Jesús. Conforme analizaban la escena,
le pedí a cada uno que oraran en silencio e invitaran al Señor a que les
enseñara algo al estar visitando este evento bíblico. Por ser nuestro primer
intento de silencio en la oración, limité el tiempo a veinte minutos.
Mientras escuchaban la voz de Dios, en silencio le pedí al Señor que les
hablara una palabra de gracia y verdad a mis hijos. Yo quedé atónita (¡Qué
poca fe!) al descubrir que Dios utilizó esos veinte minutos para poner su
dedo sobre algunos de los asuntos de fe y obediencia más profundos en sus
vidas. Esa primera experiencia de la “respuesta” de Dios al orar les ayudó a
comenzar a discernir Su voz como distinta a la de ellos. No he continuado
con sesiones regulares de oración en silencio con mis hijos, pero algunas
veces he escogido y leído un pasaje particular de la Escritura y les he
ayudado a usar sus cinco sentido para entrar a la escena bíblica con su
imaginación.
Muchos jóvenes preguntan, “¿Cómo escuchas a Dios hablándote?
¿Cómo sabes que es Dios? La respuesta necesariamente es inefable. Es
algo que sabes profunda y distintivamente. Es útil usar la Escritura para
guiar este tipo de escuchar en la oración. Es especialmente importante
para los cristianos jóvenes, y para los adolescentes que tienden a ser
emotivos en cuanto a cómo perciben la dirección de Dios, como casi en
todo lo demás. Lo que más me asombró después de ese primer intento
de meditación silenciosa en oración fue lo fácil que fue para Rob y Scott.
Me di cuenta que los muchachos eran capaces de concentrarse con
bastante facilidad en las escenas bíblicas porque habían sido entrenados
desde su niñez a escuchar con intención y vivazmente la lectura de la
Escritura y su exposición en los sermones. El educar a mis hijos desde la
banca de iglesia ha ayudado a mis hijos de muchas más maneras de las
que pude haber imaginado. Casi es septiembre, y ya puede ver maduras
mis manzanas de octubre.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 66 -


¿CUÁNTO TARDÓ ESE SERMÓN?

8
Sin lugar a dudas, Eutico es el santo patrono de todos los que se han
dormido durante algún sermón. Su historia se registra en el libro de
Hechos: “Un joven llamado Eutico estaba sentado en la ventana, y rendido de
un sueño profundo por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño
cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. Entonces descendió Pablo y
se echó sobre él, y abrazándolo dijo: No os alarméis, pues está vivo… Llevaron
vivo al joven, y fueron grandemente consolados (Hechos 20:9-12).
Hay más que una pequeña instrucción para los padres en esta historia.
La primera es que Eutico nunca debió haber estado sentado en la ventana.
El debía haber estado junto a sus padres. Pudo haberse dormido (el
sermón de Pablo comenzó al atardecer y no terminó sino hasta la
medianoche), pero hubiera causado menos conmoción. En realidad,
probablemente más de unas cuantas personas presentes secretamente
estaban aliviados por la distracción tan desafortunada. Pero Pablo sólo
puso sus brazos sobre el muchacho, dijo que estaba vivo y continuó donde
había interrumpido su sermón hasta el amanecer (v.11). Esta historia es
valiosa para recordar la próxima vez que tus hijos se quejen de lo largo que
estuvo el sermón. Hazles saber que pudo haber sido más largo, e inclusive
haber sido letal. Pero es de más ayuda para los padres el ánimo que Pablo
da, “No os alarméis, está vivo”. Esta frase, por supuesto, la dice con mayor
facilidad un hombre soltero que no tenía hijos. Sin embargo, los padres
debemos animarnos. No hay ningún santo vivo que haya logrado
permanecer despierto durante cada sermón que haya escuchado. Las
diferencias de personalidad y el período de atención de los niños hace que
existan una variedad amplia de posibles comportamiento cuando comienza
la “parte más larga” del culto. El sermón es una de las partes del culto que
causa más dificultad de concentración para los niños. El ayudar a los niños a
escuchar y aprender de los sermones conlleva persistencia, creatividad y
tiempo. También ayuda que el pastor piense en los niños al igual que en los
adultos al preparar el sermón.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 67 -


SINTONIZANDO A LOS NIÑOS PEQUEÑOS
Los niños pequeños necesitan ser dirigidos a las partes del sermón que
son ilustrativas. Decir “escuchen esta historia” es una manera de dirigir
la atención a las partes del sermón que pueden ser más fácilmente
entendidas por los pequeños. Jesús contó parábolas porque un cuadro
realmente vale más que mil palabras; para la mayoría de nosotros, las
historias son más fáciles de entender que las abstracciones. Los pastores
a menudo usan ilustraciones para enfatizar algún punto que desean que
su rebaño se lleve a casa. Toda la gente, pero especialmente los niños,
pueden recordar una historia.
A menudo se utilizan pequeños sermones para niños como parte del
culto. A los niños de primaria y a los menores se les pide que se
acerquen al frente para escuchar un mensaje especial. El pastor puede
usar este tiempo para compartir la verdad de la Escritura con sus
feligreses más jóvenes. El sermón infantil funciona mejor si está
relacionado directamente con el sermón para los adultos que usualmente
viene más adelante en el culto. Esta es una buena oportunidad para que
el pastor relate una historia o de una ilustración que se relacione con la
vida de los niños y también con algún punto del sermón de ese día. Los
sermones infantiles necesitan tratar de asuntos y preguntas reales de la
fe en la vida de los niños. Es mejor si se enseña a los niños algo
substancioso de una manera ilustrativa, pero el punto no debe perderse
en el entretenimiento creativo que sólo distraiga de lo que es importante.
En su libro Peculiar Speech: Preaching to the Baptized, William Willimon
comenta sobre cómo muchos ministerios para niños fácilmente se
trivializan y fallan en satisfacer las necesidades espirituales de los
pequeños. El escribe, “La Biblia tiene el coraje de discutir tales asuntos.
¿Cómo podemos hablar con los niños con igual profundidad y complejidad
con lo hace la Biblia? ¿Con qué tipo de honestidad debemos hablar de
nuestra vida familiar si hablamos con palabras de la Biblia en vez de con
lenguaje de sentimentalismo y trivialidad?”
La responsabilidad del sermón infantil puede ser delegada a un
ministro juvenil, a un líder de iglesia o algún padre de la congregación,
pero yo creo que el pastor es la mejor persona para este trabajo.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 68 -


Esto ayuda a los niños a identificar al pastor como un maestro especial,
una persona a quien se debe prestar atención y escuchar. Siendo honestos,
no todos los pastores tienen dones para interactuar o hablar con los niños.
En tal caso, otros líderes espirituales y la gente con dones para los
ministerios infantiles deben ser animados para dar el sermón infantil. El
pastor puede proveer la supervisión y la información acerca del contenido
del sermón de los adultos y puede dar la autoridad a la persona que enseña
a los niños.
El sermón infantil también es una oportunidad para que los niños oren en
voz alta y al unísono. Tales oraciones son dirigidas por un adulto y
repetidas por los niños, y su contenido debe estar relacionado con el
sermón infantil. Esto ayuda a los niños a aprender cómo orar en voz alta en
la congregación. También les enseña que la oración es una buena manera
de responder a la Palabra de Dios cuando la escuchamos y la entendemos.
Los adultos, al escuchar el sermón infantil, son ayudados al anticipar el
enfoque del sermón, posiblemente siendo introducidos al texto de la
Escritura y teniendo una cuadro general del contenido de la exposición de la
Palabra de Dios esa mañana.
Ayuda a los niños a escuchar el sermón para los adultos animándolos a
escuchar las historias que se cuenten. Si tu pastor raras veces o nunca
utiliza historias en sus sermones, compártele la idea como ayuda para los
padres que educan desde la banca de la iglesia. Los predicadores desean
que la gente escuche lo que han preparado, y la mayoría se sentirán
animados por tu interés. Hay revistas para pastores que contienen
ilustraciones para sermones. Regálale a tu pastor una suscripción.
También existen a la disposición de conferencistas, escritores y
predicadores, volúmenes enormes de ilustraciones y relatos que ayudan a
enfatizar algún punto.
Cuando los niños eran aun bastante pequeños, nunca me preocupaba si
se dormían durante el sermón. Después de todo, en la mayoría de las
escuelas, los niños preescolares todavía duermen una breve siesta y el lapso
de atención varía de niño a niño. Pero quería que los niños supieran que los
sermones son una manera importante para aprender y ser desafiados por la
Palabra de Dios. Una manera en la que les dejaba saber que los sermones
eran importantes era revisando los puntos importantes del servicio.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 69 -


Les hacía preguntas. “La historia que contaron hoy el sermón fue muy
buena. ¿Qué aprendiste de Dios en la historia del faro?” Conforme los
niños crecen, puedes hacerles preguntas que los empujen a escuchar los
detalles. “Fue una historia muy bonita de cómo el Sr. Moody se convirtió a
Jesús. ¿A qué se dedicaba el hombre que le compartió el evangelio al Sr.
Moody?” Las preguntas generales pueden funcionar con los muchachos
mayorcitos que ya son buenos oyentes. “Entonces dime, ¿Qué aprendiste
del sermón de hoy?”
También los niños harán preguntas a sus padres cuando comiencen a
escuchar en verdad los sermones. Algunos niños preguntarán acerca del
significado de palabras. Habrá frases o expresiones o imitaciones dentro
de un sermón que los niños no puedan entender. La mayoría del tiempo,
los niños dejan pasar las cosas que están más allá de su entendimiento.
Algunas veces los niños susurran preguntas en la banca. Es apropiado
dar una respuesta breve a algunas de las preguntas, otras necesitarán ser
respondidas más tarde. De cualquier manera, asegúrate de responder
con respeto a tus hijos. Si una pregunta necesita ser respondida después,
pídele al niño que recuerde la pregunta y te la haga de nuevo después del
culto. Si una pregunta es verdaderamente importante o interesante para
el niño, no se le olvidará hacerla. Y ellos en verdad escuchan la
información o la respuesta que les das.
Algunas preguntas se responden a medida que avanza el sermón.
Cuando te das cuenta que la pregunta del niño está siendo contestada
desde el púlpito, hazlo notar al niño. Un susurro rápido acompañado con
un movimiento de la cabeza o un toque en el hombro, puede hacer que el
niño se sintonice con el sermón justamente cuando su pregunta se está
contestando. El gran beneficio al permitir que el mismo sermón responda
las preguntas es que el lapso de atención es aumentado. Los niños
aprenden que es útil mantenerse escuchando.
Por supuesto, no todos los sermones son preparados o predicados de
una manera que ayuden a los padres que están animando a sus hijos a
poner atención. De nuevo, a menudo la única manera es sacando el
mayor provecho del sermón después del culto. Una mamá me compartió
que les permitía a sus hijos dibujar acerca de lo que escuchaban en el
sermón a medida que se predicaba.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 70 -


Parecía una buena idea, pero dudo mucho en abrir la puerta a las
distracciones y jueguitos. En vez de eso, yo sugeriría que los niños dibujen
cuadros de lo que aprendieron después del culto, y que la familia discutan
juntos el sermón.
En una ocasión estaba hablando acerca de la educación en la banca de
iglesia con un padre de un niño de nueve años. El me contó que permitía
que su hijo trajera a la iglesia un libro de “¿Dónde está Waldo?” para la
hora del sermón. Sencillamente, nunca se le había ocurrido pedirle a su hijo
que escuchara. Le gustó la idea de comenzar con las historias e
ilustraciones. Le animé a dejar a Waldo en la casa y a trabajar para ayudar a
su hijo a encontrar el gozo de la adoración.
Algunas iglesias proveen cuadernillos con rompecabezas, juegos y
espacio para dibujar para mantener ocupados a los niños durante las
“partes largas” de la adoración. No sólo no se limita el uso de estos
cuadernillos a las “partes largas”, sino también refuerzan la idea de que
está bien que los niños se desconecten durante la adoración. Los
cuadernillos están diseñados para mantener callados a los niños y no para
entrenarlos en la adoración. Su uso puede ser más fácil, pero la
recompensa es despreciable.

LOS NIÑOS MAYORES Y LOS SERMONES


Después de un seminario sobre “Educando en la banca de Iglesia”, un
adolescente de nuestra congregación “tuvo” que sentarse con sus padres
de nuevo. Este estudiante novato de preparatoria se sentó junto a su
familia cuando todos comenzaron de nuevo a aprender a adorar. Después
de unas cuantas semanas, le pregunté a Chad cómo le iba. Chad sonrió con
facilidad y me respondió, “Oh, me gusta. No sabía que sí podía entender un
sermón. Estoy contento.”
Desearía tener muchas historias como la de Chad para contarles.
Usualmente, no vuelvo a visitar una iglesia después de presentar la clase de
“Educando en la banca de Iglesia”, por lo que desconozco la mayoría de las
historias como las de Chad. Pero he descubierto que a los jóvenes les gusta
ser desafiados. Los padres necesitan tener mayores expectativas de sus
hijos en la iglesia.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 71 -


A Chad se le pidió que pusiera atención al sermón; cuando lo hizo,
descubrió que tenía significado para él. El Coro Juvenil de Alabanza Atómica
descubrió lo mismo. El coro había tenido progreso importante al entrar en
la adoración de Dios los domingos. Estos jóvenes de secundaria y
preparatoria lo estaban logrando. Ponían atención y participaban en las
lecturas, himnos, oraciones y en la Escritura, y la música cada vez más se
dirigía a Dios y no a la congregación. Pero cuando llegaba la hora del
sermón ocurría una transformación repentina.
La vitalidad se volvía letargo, los ojos brillantes se veían adormilados, y
adoptaban una posición corporal muy relajada. Todo esto pasaba en el
momento en que se leía la Escritura y el pastor pronunciaba la primera
palabra de su sermón. ¿Por qué? …Era la falta de expectativa.
Los muchachos desde la niñez habitualmente se habían desconectado
y nunca se había tenido la expectativa de que ellos escucharan. No podía
estarlos punzando a todos en las costillas, así que tenía que ser más
creativa. Pero realmente no tuve que ser tan creativa; no tuve que hacer
mucho. En el ensayo del coro, les compartí mi preocupación y expectativa
acerca de la importancia de escuchar el sermón, la enseñanza de la
Palabra de Dios. Cada semana en el ensayo les hacía tres preguntas
derivadas del sermón. Les podía preguntar acerca de un detalle de
alguna historia que hubiera contado el pastor, el texto de referencia en
donde estuvo basado el sermón, una frase repetitiva, o cualquier cosa
que pudiera captarse al estar escuchando atentamente.
A medida de que los miembros de coro mejoraron en su escuchar, mis
preguntas se hicieron más difíciles. Les preguntaba los tres puntos del
bosquejo del sermón. Los detalles comenzaron a ser cada vez más
minuciosos. Era muy divertido. Si se me olvidaba examinarlos, ellos me
lo recordaban.
Si yo recordaba equivocadamente, me corregían de inmediato. Uno de
los beneficios no planeados de esto fue que los jóvenes comenzaron a
pensar de antemano qué preguntas les podía yo hacer.
Siempre trataba de hacer por lo menos una pregunta que se centrara
en el punto principal del sermón. Durante el sermón, los cabezas de los
adolescentes se volteaban hacia mí para ver si estaba escribiendo una
pregunta para el siguiente examen. Trataba de no inmutarme.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 72 -


Algunas veces al hacer una pregunta en el ensayo, irrumpían gritos de gozo:
“¡Lo sabía! ¡Lo sabía! Sabía que eso iba a preguntar” Los exámenes como
los que les hacía al Coro pueden ser hechos por cualquier padre a sus niños
mayores y a sus adolescentes para ayudarles a prestar atención. Las
recompensas pueden variar. Si una familia habitualmente va a comer fuera
después del culto, el que tenga el puntaje más alto puede escoger el lugar.
Puede ofrecerse un privilegio especial u obsequio. Después de un tiempo, la
recompensa será innecesaria. El aprender a escuchar tiene sus propias
recompensas. Chad y los adolescentes como él aprendieron que podían
entender un sermón y que no les molestaba para nada.

NUEVAS REGLAS PARA UN SOFÁ NUEVO


No todos los muchachos son tan afables como Chad. Y estoy segura que
la mamá de Chad puede testificar que él ha tenido sus momentos en los
que no era muy cooperativo. No es fácil cambiar las reglas de los chicos.
Tampoco es fácil imponer las reglas. Pero los padres lo hacemos todo el
tiempo. Creamos nuevas reglas y nos esforzamos para imponerlas cuando
el asunto es importante para nosotros. Así que anímate si no empezaste a
tiempo en el entrenamiento de tus hijos en la adoración. Toma por ejemplo
un sofá nuevo o un carro nuevo. Habían unas cuantas reglas con referencia
al sofá viejo. Te podías recostar sobre él de cualquier manera. Podías
tomar jugo de uva y leer el periódico mientras estabas sentado en sus
cojines viejos. ¿Qué me dices de un auto viejo? Comías hamburguesas y
papás fritas en él. Sólo limpia lo que se derrame. Pero en un sofá nuevo o
un carro nuevo, necesitamos nuevas reglas.
No se permite comer sobre el sofá nuevo. Tienes que quitarte los
zapatas antes de subir los pies. Y la regla de no brincar en los cojines que
siempre estuvo vigente ahora será estrictamente obligatoria. ¿Y qué del
auto nuevo? Olvídate de comer en el carro por lo menos en los primeros
10,000 kilómetros. Bueno, los niños pueden quejarse y toda la familia
puede necesitar recordatorios, pero todos se ajustan a las reglas constantes,
y esto significará que el sofá y el carro permanecerán nuevos por más
tiempo.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 73 -


Tus hijos pueden quejarse por el entrenamiento para la adoración.
La familia completa tendrá que con su compromiso, pero todos se
ajustarán, y la nueva manera de ir a la iglesia será pronto la mejor manera
de ir a adorar. Los sermones, el Padre Nuestro, las doxologías y los credos
son partes comunes de muchos cultos de adoración. El hacer cosas
antiguas con una actitud renovada inyecta vida refrescante y significado
más profundo a nuestros hábitos de fe. Los niños pequeños aprenden las
razones que respaldan los rituales al mismo tiempo que memorizan las
palabras. Los niños mayores confirman su identidad en la familia de Dios al
compartir totalmente en las recitaciones históricas que definen lo que
creemos.
Los adolescentes aprenden que el sermón contiene una verdad antigua
para el mundo de hoy. Para algunas familias no es fácil hacer cosas
antiguas de una manera nueva. Un adolescente rebelde y desinteresado
necesita honestidad y ánimo. Los padres necesitan dar recompensas por
la cooperación y expresar su apreciación, no sólo sus expectativas.
“Quiero que sepan cuan agradecido estoy de tener a toda la familia sentada
junta este domingo. La adoración con ustedes significa mucho más para mí”
– Tales palabras pueden decir mucho a un adolescente apático. No te lo
harán saber inmediatamente, pero tu apreciación es importante para
ellos. Los sofás y los autos nuevos algún día estarán viejos. Pero no es así
con nuestra relación con Dios.
La Escritura nos dice que la fidelidad de Dios nunca falla, y sus
misericordias son nuevas cada mañana. Nuestros niños serán viejos algún
día. Pero las nuevas reglas les pueden ayudar a escuchar de la fidelidad y
misericordia de Dios que permanece para siempre.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 74 -


CONSERVÁNDOSE PARA ALGO ESPECIAL

9
Las siglas “PG” y “PG-13”1 son abreviaturas del sistema norteamericano
de clasificación de películas para que los padres seleccionen las películas
que ven sus hijos. La discreción de los padres provee una supervisión
necesaria y la sabiduría en muchas decisiones que afectan directamente a
los niños. A medida que incrementan la importancia de la decisión,
correspondientemente la discreción de los padres llega a ser más
importante:

• La visita de un adolescente a un lote de autos usados necesita ser


una experiencia del tipo PG.
• Los sábados por la mañana con los niños preescolares viendo unas
caricaturas necesitan ser una experiencia del tipo PG.
• Las invitaciones a dormir en la casa de un amigo (las las llamadas
pijamadas”) en los años de la primaria necesitan ser una experiencia
del tipo PG.

La dirección de los padres es necesaria para comprar un automóvil, para


ver televisión o para escoger a los amigos. La educación en la banca de
iglesia, es decir, el entrenamiento de los niños para la adoración, es una
experiencia maratónica del tipo PG. Y nunca es esto más importante que
en relación con los sacramentos de la iglesia.
La teología de la denominación y la tradición de la congregación
determinarán, hasta cierto punto, el momento y el estilo de la participación
sacramental. No es mi intención discutir las distinciones denominacionales
que son defendidas y argumentadas por hermanos cristianos alrededor del
mundo. Pero sí argüiré que es muy importante que los niños reconozcan el
significado súper especial de las expresiones de fe bíblica ejemplificadas en
los sacramentos.

1 N. del T. PG significa “Bajo la discreción de los padres” y PG-13 mayores de 13 años, bajo la discreción de los padres.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 75 -


Los sacramentos de la fe son expresiones superespeciales de lo que
creemos. Sin importar las distinciones denominacionales, los sacramentos
son algo serio. Ya sea que uno crea que es un símbolo o es la sustancia, lo
sacro de los sacramentos necesita ser comunicado a los niños. Los pedazos
de tela de colores no son nada especial hasta que se unen para formar
una bandera de una nación. Por ser la bandera, está protegida por las
leyes y regulaciones para su uso y cuidado. Una bandera ya no es
simplemente un pedazo de tela verde, blanco o rojo. Una vez que se
confecciona la bandera, los pedazos de tela rojo, blanco o azul ya no
pueden usarse apropiadamente como manteles o sábanas.
Los sacramentos son símbolos: agua, pan, jugo y vino. Pero no son
simples símbolos. Han sido hechos sacros y especiales para el uso de la
iglesia para ayudarnos a recordar y conmemorar la salvación de Dios. La
naturaleza sacra de estos elementos comunes en el ritual de la iglesia
vienen de la Palabra de Dios que una vez más elige hacerse visible entre
nosotros “lleno de gracia y de verdad” (Juan1:14). Necesitamos ayudar a
nuestros niños a tratar estos elementos con cuidado.

BAUTISMO
El bautismo es un símbolo de limpieza e inclusión. La necesidad de
ser limpiado del pecado e iniciado en la familia de dios está basada en los
principios doctrinales de la herencia judeocristiana. El bautismo de
infantes, dependiendo de la denominación de que se trate, simboliza ya
sea la promesa o la realidad de esos principios. Como padres, debemos
hacer nuestros votos en el momento del bautismo infantil con toda
integridad. Estos votos pueden ser tomados por fe en nombre del
infante, o podemos prometer que educaremos al niño en la fe. Puede ser
muy útil para los padres que desean entender y honrar los compromisos
bautismales, tener una plática con el pastor acerca del significado del
bautismo infantil en la denominación o tradición de la congregación.
De cualquier manera, a medida que el niño crezca comenzará a ver el
bautismo de otras personas en la congregación. Los padres pueden usar
estas ocasiones para enseñar a sus hijos la importancia de sus propios
bautismos.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 76 -


La mayoría de los niños se muestran curiosos acerca de cómo se vieron o
qué hicieron cuando eran infantes. Les gusta escuchar historias de ellos
mismos de un tiempo que ya no recuerdan. El bautismo puede ser un
profundo recordatorio para el niño de quién es él en la familia de Dios.
Cuando los adultos o los niños son bautizados en una congregación, los
padres pueden ayudar a sus hijos a entender la importancia del evento. Si
el niño fue bautizado cuando era infante, se les puede recordar del día que
también a ellos los bautizaron. Después del culto, las ropas que se usaron y
las fotos del evento pueden mostrarse al niño. La historia del día en el que
fueron bautizados puede ser repetida una y otra vez. De hecho esta es una
tradición antigua de nuestra fe (Dt. 6:4-7).
Los mandamientos, la historia y las anécdotas de la redención fueron
diseñadas para ser relatadas de generación en generación dentro de la
familia de Dios. Los rituales sacramentales en la iglesia pueden los lazos
generacionales que ayudan a los niños a relacionarse con las verdades de
Dios que necesitan adoptar dentro del Cuerpo de Cristo.
Una definición de sacramento es “una señal visible de la gracia invisible”.
Una charla acerca del significado del sacramento del bautismo puede
ayudar a los niños a tener un cuadro del amor de Dios y la provisión de su
cuidado y aceptación por Sus hijos. El bautismo de adultos a menudo es
una experiencia de los adolescentes. Los adolescentes desean ser
aceptados por la iglesia y por Dios. La turbulencia de la adolescencia hace
que muchos busquen el arrepentimiento y la oportunidad de “comenzar de
nuevo”. Por eso debes ayudar a tus hijos mayores a pensar acerca del
significado del bautismo. Puedes facilitar discusiones con el pastor y
asegurarte que tu hijo o hija puede asistir a las sesiones de instrucción para
el sacramento. Ayuda a crear un sentido apropiado de la seriedad con
respecto a la decisión. Los adolescentes se distraen fácilmente con muchas
cosas. Los autos, la ropa, el sexo opuesto, los deportes y las tareas luchan
por ser la consideración prioritaria en la vida diaria de un adolescente. Pero
tú lo puedes ayudar a mantener alineadas sus prioridades, a modificar sus
horarios y a poner primero, lo primero. Como padre, tú puedes ayudar.
Pero tú no puedes hacer las cosas correctas en lugar de tu adolescente.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 77 -


El bautismo de adultos es una decisión que debe ser hecha por el
individuo, en sumisión a la autoridad de la iglesia, y con la supervisión del
pastor y los ancianos. Necesitas ayudar a tu adolescente a pensar acerca de
la motivación de su deseo de ser bautizado. Asegúrate de que él
entiende que el bautismo no es algo que se hace automáticamente a
cierta edad. Trata de discernir si tu adolescente está buscando ser
bautizado por la presión de grupo o la expectativa de otros.

LA CENA DEL SEÑOR


Jesús instituyó el sacramento de la comunión para ayudarnos a
recordar el sacrificio que nos permitió ser reconciliados con Dios. Es una
expresión íntima de nuestra necesidad de que la vida de Dios sea nuestra
vida. Doctrinalmente e históricamente, es la confesión más importante
de Cristo Jesús como Señor y Salvador. De la manera como la Cena del
Señor fue instituida en una comunidad de creyentes, así también nos
ayuda ser conscientes de nuestra unidad en el Cuerpo de Cristo.
Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas relatan los eventos de la
última cena que Jesús tuvo con sus discípulos en la noche de su arresto.
Jesús tomó los símbolos del alimento pascual y lo usó para explicar la
redención que era mayor que la que salvó a los creyentes hebreos de la
muerte antes del éxodo de Egipto. El apóstol Pablo resume la institución
del Señor de la cena sacramental en 1 Corintios 11:23-26. Pablo continúa
luego explicando en este pasaje la naturaleza seria de este sacramento de
remembranza. El advierte en contra de comer el pan y beber la copa del
Señor “indignamente” y dice que aquellos que comulgan deben probarse
a sí mismos antes de comer del pan y beber de la copa (v.27-30).
Con esta amonestación en mente, la participación de la Cena del Señor
es una celebración de la bondad y la gracia de Dios. Las Escrituras
animan a los cristianos a acercarse a la mesa del Señor habiéndose auto-
examinado dedicadamente, confesado y con un corazón humilde y
agradecido. Esta ciertamente es un área de la educación en la banca que
requiere la sabiduría y supervisión de los padres sobre sus hijos. No
todos los padres estarán de acuerdo con mi estrategia de entrenamiento
de los niños con respecto de la Cena del Señor.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 78 -


Pero espero que esta discusión anime a los padres a ser muy cuidadosos y
concienzudos en cuanto a cómo ayudar a sus niños a prepararse para este
sacramento de la iglesia.

ANTICIPACIÓN
El hecho de que una muchacho pueda explicar de dónde vienen los
bebés no significa que está lista para ser padre. El poder explicar la
mecánica del “cómo” del sexo no califica a la persona para asumir las
responsabilidades de una relación íntima. El tiempo y la madurez se
requieren antes de que una persona esté preparada para la responsabilidad
sexual.
La responsabilidad sacramental de participar de la Cena del Señor, tal y
como se establece en la Escritura, es igual de seria. Puede ser que los niños
pequeños sean capaces de recitar Juan 3:16 y creerlo con todos su corazón,
pero esto no significa que están necesariamente listos para la
responsabilidad y el auto-examen que viene con esta expresión de fe
sacramental.
La expectación es la mejor preparación para la apreciación. Es bueno
que los niños esperen por aquello que es muy importante. Los calendarios
de adviento pueden ayudar a los niños a esperar y observar la llegada de la
navidad. Los padres cristianos le enseñan a sus hijos a esperar hasta el
matrimonio en cuanto al sexo les puede proveer la seguridad necesaria para
su goce y satisfacción. Algunas comunidades de fe le dan uvas o “pequeños
sorbos” a los niños durante la Comunión para que no se sientan relegados.
Yo pienso que esto no es sabio.
Todos los días, los padres le niegan a sus hijos algunas experiencias que
están más allá de su capacidad de apreciar o manejar bien. Un niño de seis
años no conduce el auto sólo porque su hermano de dieciocho ya puede.
Un niño de tres años no va al kinder con su hermano de cinco, no importa
cuánto reclame al quedarse en casa.
Lo sagrado debe ser tratado con, por lo menos, la misma cantidad de
cuidado y supervisión para el bienestar del niño. Es tradicional en algunas
iglesias el permitir que aun los niños pequeños participen de la comunión.
Aunque ciertamente es posible ayudar a los niños a crecer en su
apreciación de lo que ya es de hecho suyo, de todas maneras es difícil.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 79 -


Aunque en este caso la familiaridad no engendre menosprecio,
ciertamente puede opacar la apreciación de lo que debe ser especial.
Nosotros los padres cristianos necesitamos ayudar a nuestros hijos a
estar expectantes del gozo de participar en la Cena del Señor. La
directriz en nuestra casa era esta: Cuando Roberto y Scott sean capaces
de dar su propio testimonio de fe ante la congregación, entonces serán lo
suficientemente grandes para ser responsables para participar en la
comunión con el pueblo de Dios. Nos parecía razonable que cuando un
muchacho era capaz de compartir con claridad en sus propias palabras lo
que creía, ya estaba lo suficientemente grande para compartir en la Cena
que el Señor dio a su comunidad de creyentes.
Cuando nuestros hijos eran bastante pequeños ya podían explicar los
elementos básicos del evangelio. Habían tenido una experiencia genuina
de salvación cuando le pidieron a Jesús que perdonara su rebelión y
entrara a sus vidas. Nuestros hijos tenían la seguridad de la presencia de
Dios en sus vidas a través de ciertas experiencias dolorosas. Desde que
eran pequeños comenzaron a pedir participar en la Comunión. Ellos
anhelaban participar. Nuestra respuesta siempre era la misma: “¿Estás
listo para escribir lo que crees acerca de Jesús y dar este testimonio a la
iglesia en el culto?” Cuando eran muy pequeños la respuesta para ambas
preguntas fue “Todavía no” o “¿Tengo que hacerlo?” A medida que
crecían decían sí a la primera pregunta acerca de escribir su testimonio.
Pero para la segunda, respondían “todavía no”. Era muy intimidante para
ellos el tener que hablar delante de toda la iglesia. Para nosotros, este
era una señal válida de que todavía no estaban lo suficientemente
maduros o preparados para participar de los elementos de la comunión
con la congregación.
Finalmente, Roberto y Scott fueron capaces de decir sí a ambas
preguntas con cierta medida de confianza y madurez que indicaba que
estaban listos para tomar su lugar en la comunidad del pueblo de Dios.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 80 -


PREPARACIÓN
¡Cuánto gozo sentí al leer lo que escribieron acerca de su fe! Y fue una
bendición escuchar su confesión de fe salida de sus corazones ante el Señor
y su pueblo en el culto. No se trataba de que ellos hubieran alcanzado
cierta edad cronológica, sino que ellos habían obtenido un nivel de madurez
espiritual y social. La participación en la Cena del Señor requiere ambas
dimensiones.
Una persona joven debe entrar a la Comunión con el pueblo de Dios
sobre sus propios pies. Nosotros no escribimos el testimonio de nuestros
hijos. Roberto y Scott no memorizaron o recitaron algo que haya sido
escrito por otros. Las clases de catecúmenos determinadas sólo por la edad
no miden necesariamente la fe individual, el entendimiento ni aun la
madurez social.
El deseo inocente y entusiasmado no es un indicador apropiado de la
presteza para entrar a la Santa Comunión. Los indicadores que usamos
fueron compromiso, costo, iniciativa personal y constancia.
Tu puedes escoger diferentes indicadores al preparar a tus hijos para la
experiencia sagrada tomando en cuenta las personalidades y las
oportunidades de tu situación y práctica familiar, al igual que los detalles
particulares de la teología de tu denominación. Analiza esto con tu familia,
estudia la importancia de la comunión en tu tradición de fe, habla con tu
pastor y ayuda a tus hijos a compartir de este pacto con gran seriedad. Para
servir la mesa para nosotros a Dios le costo la vida de su único hijo. Si tus
hijos se sienten relegados, descuidados o privados porque no pueden
participar del sacramento, puede ser porque las explicaciones se les han
dado en términos de negación y no de expectación. “No puedes” no es lo
mismo que “Todavía no; es importante que esperes”. Los padres deben
comunicar su deseo ferviente de que sus hijos lleguen a participar: “Oh,
casi no puedo esperar a que seas lo suficientemente grande para
participar”.
Aplazar las cosas no es negarlas. La espera del tiempo propicio no debe
ser una espera ociosa, tampoco debe ser hueca. La expectación es la mejor
preparación para el momento de cumplimiento apropiado.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 81 -


LA PRÁCTICA
Debido a que el precio de esta cena sacramental es tan alto, los niños
necesitan comenzar a anhelar probarla desde temprana edad. Ya sea
que los elementos de la comunión se sirvan en la banca o al frente del
santuario en tu iglesia, tus hijos pueden compartir la experiencia
vicariamente con tan solo estar contigo. Al sentarnos en la banca o
cuando nos arrodillábamos, yo mantenía en mis manos el pan y la copa.
Hacía que mis hijos estuvieran junto a mí y les comentaba el misterio del
significado de estos símbolos sagrados. Luego participaba de los
elementos. Inmediatamente, los tomaba de las manos y les decía que el
amor de Dios se extendía hacia ellos de una manera especial en la
muerte y resurrección de Cristo. Ellos tenían la remembranza de Cristo
conmigo.
Cuando los niños eran preescolares, mi explicación sonaba más o
menos así: “Esto es para que recordemos cómo tuvo que ser lastimado
Jesús y quebrado para perdonar todo lo que hicimos mal”. O les
recordaba los momentos durante la semana cuando se habían lastimado.
“¿Te acuerdas cuando te cortaste tu dedo esta semana? ¿Te dolió mucho,
verdad? ¿A Jesús le dolió muchísimo más cuando murió en la cruz por
nosotros?”. Siempre era un tiempo para hacer lo que Jesús ordenó
cuando instituyó la Cena.
“Ciertamente Dios nos ama. Necesitamos estar muy agradecidos de que Jesús
haya dado su vida por nosotros.”
En la comunión celebramos las palabras finales de la institución del
sacramento hecha por Jesús: “Os digo que desde ahora no beberé más
de este fruto de la vid hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros
en el reino de mi Padre”. La celebración de la salvación del pecado es la
celebración de haber sido salvos para ir a nuestro hogar celestial. Jesús
no está muerto, sino está vivo. El se nos ha adelantado para preparar
lugar para nosotros.
La mesa de comunión es una mesa de preparación para el banquete
venidero de gozo y plenitud. A los niños les encantan las fiestas y este
sacramento es un recordatorio de que nuestro Dios es un Dios de gozo y
celebración. Y un día celebraremos con Dios la victoria sobre la muerte,
el pecado y perdición que ganó el “Cordero inmolado”.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 82 -


Estoy segura que mis preescolares no entendían todas estas verdades a
un nivel teológico, pero crecieron en este misterio por haber estado en
comunión tras comunión. Ellos conocían mis lágrimas, la seriedad de mi
voz y la persistencia del mensaje de que esto era un evento profundamente
importante. Ellos sabían, al notar mi gozo por haber sido liberada para
comenzar de nuevo, que la Comunión era una celebración de que Dios me
amaba. Las explicaciones se profundizaron a medida de que los muchachos
crecieron. “Piensa en cuánto nos amó Dios… cuánto le costó a Jesús su
obediencia hasta la muerte para salvarnos… qué es lo que debió haber
significado para Dios el tomar nuestro pecado y ponerlo sobre su Hijo
perfecto…” Poco a poco echaron sus raíces el mensaje, los elementos, el
simbolismo y las implicaciones para la fe personal de los niños. Al crecer,
comencé a notar en ellos un ánimo y modeles serios durante la
administración del sacramento. Tocaban los elementos reverentemente, y
era evidente su sentido de admiración por este regalo supremo. El gozo se
profundizaba; el descanso en el amor seguro de Dios traía gran paz para
ellos. Hoy cuando participamos juntos de la comunión, cada uno a lado
mío, todo lo que decimos es “Este es el Cuerpo de Cristo, partido por ti” y
luego “Esta es la sangre de Cristo derramada por ti”. Sabemos que quiere
decir esto. Sabemos que es lo que Cristo quiso decir. Valió la pena esperar.
Ahora cuando miro a Roberto y a Scott que están más altos que yo, se que
este no es un sacrificio que ellos dan por sentado.

DANDO EL EJEMPLO
Los niños también han estado muy conscientes en ocasiones cuando no
participé de la Cena del Señor. Ellos saben cuándo he examinado mi
corazón y he encontrado cosas que no están bien con Dios. Ellos saben de
un tiempo de dolor después del asesinato de una amiga muy querida.
Estaba muy herida y molesta y necesitaba arreglar las cosas primero con
Dios.
Ellos saben acerca de un tiempo en el que tuve que luchar con el
resentimiento después de un tiempo difícil con mi esposo – su padre y
nuestro pastor. En estas ocasiones, les tenía que recordar a los niños acerca
de la amonestación de Pablo de tomar la comunión indignamente.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 83 -


Tenía que abstenerme hasta que pudiera arreglar las cosas en oración con
el Señor. Y mis hijos vieron que la gracia de Dios siempre fue suficiente
para restaurarme a través de la Escritura, la oración, el arrepentimiento, la
confesión y la reconciliación. Mis hijos han visto lo que significa tomar en
serio el pecado. También han visto lo que significa tomar en serio la gracia
de Dios. La redención ofrecida por Cristo en su muerte y que se recuerda en
la comunión no debe tomarse a la ligera. Rob y Scott aprendieron que ellos
podían también regresar a la mesa santa cuando me vieron regresar
perdonada y llena de gozo. Cuando mis hijos sintieron mi expectación por
el banquete celestial en el reino de Dios, ellos también comenzaron a
anhelar esta celebración.

“Fija tus ojos en Cristo, tan lleno de gracia y amor, Y lo terrenal sin valor
será a la luz del glorioso Señor”
(Helen Lemmel, 1922)

Hay muchas cosas en la vida por las que vale la pena esperar.
Yo anhelo ese día cuando tome “del fruto de la vid” en el reino de mi
salvador. Estoy agradecida de que mis hijos anhelan estar en esa misma
fiesta, y que podemos comenzar la celebración desde ahora.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 84 -


EL ABRAZO SANTO

10
La gente a menudo escoge iglesia de la misma manera como escoge una
lavandería:

• ¿Lo hacen de la manera que me gusta?


• ¿Dejan la ropa bien lavada?
• ¿Planchan bien?
• ¿Quitan las manchas bien?
• ¿Se confunden con la ropa?
• ¿Están ubicados en buen lugar?
• ¿Sus precios son razonables?

La selección de iglesia es un asunto de preferencia personal. La decisión


está basada en cuánto coincide una congregación con lo que le gusta a uno.
Algunos factores en la “compra” de iglesia son la música, la duración del
sermón, el estilo de predicación, la demografía de la congregación, la
decoración del santuario, las reglas de etiqueta, la denominación y el grado
de amistad de los ujieres.
La gente asiste a la iglesia para sentirse mejor, agradar a los padres,
mantener un hábito saludable, dar un buen ejemplo, cumplir una posición,
buscar ayuda con problema, aprender acerca de la Biblia, orar con otros,
enseñar valores a los niños, mantener ocupados a los niños, ser bautizados,
casados y enterrados. Pero todo esto no es suficiente para toda una vida de
fe. Todas las cosas que te atraen pueden cambiar. Las iglesias y las
lavanderías pueden pasar por cambios completos de administración y hacer
que te preguntes qué es lo que estás haciendo allí.
Sólo Dios, revelado en Jesucristo, es el “mismo ayer, hoy y por siempre”
(Hebreos 13:8). Sólo en Dios podemos encontrar esperanza. Estaremos en
paz sólo cuando aprendamos a adorar, en vez de sólo ir a la iglesia. Sólo
Dios ofrece estabilidad en nuestro mundo cambiante y decaído.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 85 -


La adoración es una gema de la verdad en el mercado de las imitaciones
baratas. El encuentro con Dios es un encuentro con la realidad que
sustenta toda la vida.
Cuando les presentas a tus hijos aquello que es completamente
genuino, los estás equipando para juzgar todas las demás experiencias y
posibilidades que vendrán a ellos. Muchos muchachos hoy se preguntan
si hay algo que sea seguro, alguien en quien puedan confiar
completamente.
No se adaptan automáticamente las instituciones, ya sea la familia, el
país o la fe. Nuestros hijos están creciendo en un tiempo en el que la
hipocresía religiosa está en decadencia. Sólo unas cuantas personas son
“cristianos de navidad y pascua”. En muchos sentidos lo malo es más
abiertamente malo.
La gente se siente menos incómoda con los alejamientos de la
moralidad común. Muy pocos jóvenes seguirán yendo a la iglesia por
hábito o por tradición familiar. Grandes cantidades de jóvenes están
creciendo en un vacío espiritual creado por la exclusión de Dios del hogar
y la sociedad.
La gente cada vez más se preocupa por la posibilidad de ser
manipulada por los que ofrecen experiencias religiosas. El único que
puede llenar completamente ese vacío espiritual es Dios revelado en
Jesucristo. Y como el corazón de Agustín hace dieciséis siglos, los
corazones de nuestros hijos no tienen descanso. El reposo de Dios
todavía permanece para aquellos que entran a Su presencia y reciben su
misericordia y gracia en el tiempo de necesidad (Hebreos 4:9-16). La
adoración nos enseña a entrar a Su reposo – dejar de estar necesitados y
conocer a nuestro Dios (Salmo 46:10). Los niños necesitan descanso
estos días. Aun así, mucha de su recreación es competencia, contienda y
logros. Muy pocos niños en realidad tienen un tiempo de “recreación”
con los deportes.
La victoria les provee del único gozo momentáneo. Perder, fallar,
llegar en segundo lugar les roba a muchos niños el gozo del esfuerzo. Los
padres, también, necesitan descansar estos días. El evangelio de
Jesucristo nos da la libertad de fallar. El Señor de la vida ha venido a
llamar no a los justos sino a los pecadores al arrepentimiento.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 86 -


Estas son muy buenas noticias para mí. Me regocijo en que Jesús me ama.
Puedo ser honesto con él con respecto alas dificultades, decepciones y el
pecado en mi vida. Él no se alejará.
La educación de los hijos es mucho más difícil de lo que pensé. Y la
educación en la banca de iglesia puede ser el área más difícil de todas. He
fallado mucho más de lo que pensé. Como madre he hecho muchas cosas
sin sentido, aun en la adoración. He sentido cosas que no pensaba que las
madres pudieran sentir hacia sus hijos. Pero siempre puedo ir a Jesús.
Siempre su misericordia es nueva cada mañana. Su fidelidad
verdaderamente es grande. Y también puedo ir a mis hijos. Puedo
reconocer mi falta de sabiduría, mis errores, mi fracaso. Y, al igual que con
el Señor, todo esto no los sorprende. Mis hijos me han perdonado muchas
veces. Esta capacidad para atravesar las tormentas de la crianza de los hijos
llegó en gran medida debido a nuestro “oasis” de descanso.
La banca de la iglesia ha sido para nosotros un lugar de amor. Hemos
descansado juntos. Pienso que podíamos descansar de esta manera
porque éramos conscientes de que estábamos en la presencia de un Padre
perfecto. Nuestro Padre nos estaba cuidando.
La adoración ha sido un tiempo de remembranza para nosotros porque
nuestro Padre se reúne con nosotros allí y nos muestra el camino al hogar.
Una y otra vez Dios se reúne con nosotros y nos recuerda de su amor y
misericordia. Se nos recuerda domingo tras domingo que Él lo sabe todo de
nosotros y aun así nos ama. A través de la adoración en comunidad, mis
hijos y yo hemos llegado a ser amigos ante el trono de gracia. Como
pecadores, adoramos a nuestro Padre que nos perdona. En la adoración
hemos aprendido a amar a Dios y a aceptar su misericordia. En la
adoración hemos aprendido a amarnos uno al otro y aceptar nuestros
fracasos.
Dios debe ser real en nuestra experiencia de fe. El debe ser conocido y
encontrado. No podemos estar satisfechos con la adoración simplemente
cumple una obligación social y religiosa. Dios debe ser escuchado.
Necesitamos enseñar a nuestros hijos lo que significa tocar el borde de Su
manto y ser sanado. Nuestros hijos necesitan sentarse sobre las rodillas
amorosas del Salvador. Él anhela la compañía de los niños y desea
bendecirlos.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 87 -


“Dejad a los niños venid a mí y no se los impidáis, porque de los tales es el
reino de Dios” (Marcos 10:14).

La educación en la banca es una respuesta a la amonestación de Jesús


de no estorbar a nuestros hijos. Es una manera de tomar a nuestros hijos
de la mano y guiarlos hacia los brazos y la bendición del Salvador. Al
enseñar a nuestros hijos a adorar, los estamos ayudando a aprender a
darle un abrazo santo al Señor – es decir, bendecirlo con el abrazo de sus
almas.
Recuerdo que cuando los niños eran bastante pequeños venían y me
traían sus “escritos” (garabatos en pedazos de papel), los ponía en la
puerta del refrigerador. Y se me ocurrió que la adoración es un tiempo
cuando le traigo los garabatos de mi vida y mi Padre los toma y los pone
todos en la puerta de su refrigerador celestial (todos los garabatos, no
sólo los bonitos o los que tienen sentido). Él es el Padre perfecto que
siempre ve lo que hay allí en realidad. Este es el Padre de verdad y gracia
que deseo que mis hijos conozcan y amen.
Hoy en día veo a mis hijos, ya casi hombres maduros, que traen sus
garabatos (las luchas y gozos de su vida con Dios) al culto. Y al ver sus
garabatos puestos en el refrigerador del Padre, puedo ver a mis hijos con
mayor claridad en la banca. A mi lado tengo sentada la obra de Dios. En
la presencia de nuestro Padre, mis hijos se han convertido en mis hermanos.
No hay algún gozo mayor que este para los padres que educan en la banca
de la iglesia.

EDUCANDO EN LA BANCA DE LA IGLESIA - 88 -

También podría gustarte