La Mediación Del Aprendizaje en Los Entornos Virtuales de Aprendizaje
La Mediación Del Aprendizaje en Los Entornos Virtuales de Aprendizaje
La Mediación Del Aprendizaje en Los Entornos Virtuales de Aprendizaje
Resumen
La mediación del aprendizaje reviste importancia en los Entornos Virtuales
de Aprendizaje (EVA), por su naturaleza en una modalidad donde la
relación cara a cara no se considera y por tanto no puede perderse la
oportunidad de un proceso pedagógico. Diversos actores intervienen en
un proceso didáctico, uno de sus retos esenciales será apropiarse de una
conceptualización de mediación, de un sentido de mediar y de la
importancia de la construcción y de la apropiación del conocimiento.
Buscar el éxito en un proceso de mediación implica compromisos
personales e institucionales para coadyuvar en fortalecer las
competencias que se requieren en el tutor y en los diseñadores, tanto de
contenido como de espacios tecnológicos. La presente ponencia busca
poner en la mesa una discusión de suma importancia por el impacto que
ésta tiene en la vida del que aprende, para ahondar en su reflexión y
acción.
Palabras clave
Mediación, Conocimiento, Aprendizaje, Entorno, virtual
El problema
Diversas variantes de un mismo problema, el de la mediación pedagógica
en la práctica educativa; en nuestro caso, en la práctica educativa de los
Entornos Virtuales de Aprendizaje (EVA), que se pueden enunciar
como: comprensión conceptual del término, competencias para la
mediación, construcción de un ambiente de aprendizaje
propicio y mediación rumbo al logro de aprendizajes duraderos.
El reto de la mediación
Desde la perspectiva de Vigotsky (1988) podría argumentarse que la
mediación social es imprescindible para el aprendizaje, que esta función
que cumple el docente muchas veces no se relaciona con ella o se hace
extremadamente. La mediación social se da de manera directa o a través
de los recursos que preparamos para el estudiante, porque traen implícito
la presencia y las ideas de otras personas para prestar ayuda al que
aprende.
La nueva cultura del aprendizaje (Pozo, 2008) reclama del aprendiz una
nueva cultura en donde es mayor la demanda de nuevos conocimientos,
saberes y destrezas; una integración a una sociedad cambiante, con
ritmos de cambio muy acelerados, que exige constantemente, de los
aprendices y maestros, nuevas interrelaciones, integración y relativización
de conocimientos para situaciones concretas.
Tradicionalmente se piensa que el que aprende es el estudiante al recibir
lo que le da el docente, pero esto ha cambiado, nuevas concepciones
permean para explicar un proceso más dinámico e interactivo, ambos
aprenden y son mediadores. Para el aprendiz lo que el maestro puede
hacer es facilitar más o menos su aprendizaje. ¿Cómo? Creando
determinadas condiciones favorables para que se pongan en marcha los
procesos más adecuados. La instrucción o enseñanza se traduciría
precisamente en crear ciertas condiciones óptimas para ciertos tipos de
aprendizajes. Según el resultado buscado es preciso activar determinados
procesos, lo cual requiere unas condiciones concretas y no otras.
Para el diseño y activación de determinados procesos se requiere la
preparación que le permita actuar al mediador con la planificación de
estrategias de intervención para fomentar el aprendizaje, generando sus
propias condiciones de mediación. Por tanto la preparación del docente
como mediador, lleva a las instituciones a plantearse nuevos retos para
contar con los mediadores competentes ante una situación compleja y una
sociedad cambiante. (Tébar Belmonte, 2003).
Las instituciones educativas tienen un compromiso pedagógico con sus
estudiantes y con la sociedad, de acompañar a sus estudiantes en un
verdadero proceso de formación integral, en donde se incluye el desarrollo
de las capacidades de pensamiento, de comunicación, de toma de
decisiones, y además desarrollar competencias de observar, proponer,
crear, experimentar, buscar y seleccionar la información.
Si buscamos éxito en la mediación, entonces pensamos en construir estas
competencias que nos permitan problematizar el saber científico
socialmente establecido, esto es comprender los procesos cognitivos que
se generan con el aprendizaje y los aspectos metodológicos, en donde se
encuentran los métodos, técnicas y estrategias para apoyar al que
aprende, preocuparnos por impulsar el proceso adecuado, en el ambiente
adecuado, que nos lleve a construir conocimientos y a apropiarnos
críticamente de los existentes, esto es formarnos como mediadores.
Pozo and Font (1999) orientan respecto a la consolidación de las
estructuras cognitivas superiores complejas, preocupación del docente
mediador, que le lleva a pensar cada uno de los escenarios y la estrategia
adecuada al nivel de formación, al contexto de enseñanza, para tener la
metodología adecuada por tanto mediación del aprendizaje.
Con el planteamiento anterior se puede deducir que el sujeto que enseña
tiene dos objetos de estudio: el contenido temático a enseñar y el sujeto
que aprende; es decir, tendría que entender cómo se construye el
conocimiento que enseña (nivel epistemológico) y cómo construye el
conocimiento el sujeto que aprende (nivel gnoseológico) (Sierra, 2010);
entendiendo que informar no es enseñar, y que es factible diseñar
metodologías más adecuadas para la enseñanza de las diferentes
ciencias, planteando estrategias para la incorporación de las tecnologías
en tanto herramientas didácticas insertas en una estructura tecnológica y
acotadas a su vez en una mediación pedagógica que le da sentido al uso
de las mismas .
Así entonces, la mediación pedagógica considerada como elemento
fundamental en la generación y construcción de conocimientos, permite
entender el proceso enseñanza aprendizaje en sus dimensiones
gnoseológica y epistemológica realizado básicamente por alumnos y
docentes en el aula escolar así como en los diversos y variados espacios
educativos para comprender su dimensión pedagógica al contextualizar
dicho proceso en una sociedad caracterizada por el uso de las nuevas
tecnologías en la educación, este último planteamiento requiere la
reconsideración de algunos conceptos utilizados tradicionalmente por la
pedagogía, y la incorporación de otros surgidos de diferentes disciplinas,
construyendo una estructura epistemológica que permita un mejor
entendimiento y comprensión acerca del uso de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC).
Por ello, se necesita que el docente se comprometa a cambiar la manera
de mediar el conocimiento y, por supuesto, cambie el modo de entregarlo
a los estudiantes. Lo cual conduce a la reelaboración de los fines de la
educación y a multiplicar los destinatarios de la misma (Fainholc, 2004).
En este sentido se hace necesario reflexionar sobre la función social del
saber que se obtiene y se desarrolla a través de la Mediación Pedagógica,
en donde necesariamente entran en escena el maestro, el estudiante, el
conocimiento, las herramientas y la cultura en un entorno específico.
Esta función social es la preocupación por el otro, por tanto la mediación
pedagógica es la intervención capaz de promover y acompañar el
aprendizaje de nuestros interlocutores, es decir, de promover en los
educandos la tarea de “construirse y de apropiarse del mundo y de sí
mismos” (Fainholc, 2004, p. 9). Así toda la práctica educativa puede ser
llevada al terreno de la mediación pedagógica.
Nunca antes se había analizado tanto las formas que se convierten fondos,
que son parte del currículo oculto, en donde cada uno de los medios y
materiales son acompañantes y mediadores; la voz, la manera de ver,
observar, los gestos, entre otros que intervienen en el proceso de
aprendizaje. Para nuestro caso, en la educación virtual: la imagen de
nuestro perfil, la palabra que utilizamos, el mensaje escrito, el momento de
responder, el espacio donde profundizamos nuestro comentario, el link que
recomendamos, entre muchos otros elementos.
Mediar para apropiarse del conocimiento y construirlo, en una asignatura,
es mucho más allá de eso, constituye un momento de incidencia en la vida
del aprendiz, que puede ser del impacto que le queda para el resto de su
existencia. Mediar para comprender las relaciones sociales y naturales, las
bifurcaciones que le presenta la vida en esta asignatura pero que tiene que
poner en marcha procesos de cognición complejos que le llevan a
apropiarse de maneras de ver el mundo, sin duda que estamos asumiendo
la tarea de “asumirse” y de “comprensión del mundo”, justo cuando
buscamos que se vincule con la vida y logramos que ese conocimiento se
vuelva estratégico. (Pozo & Font, 1999)
La complejidad de las relaciones en la educación es tal que ignorarla tiene
consecuencias evidentes. En un aula de clases se instauran múltiples
mediaciones; son relaciones simbólicas que suceden necesariamente
entre maestro-estudiante, entre estudiante-estudiante, entre maestro-
estudiante y el saber que constituye el objeto de estudio (Franco, 1999).
En el aula ocurren diversas interacciones mediatizadas por el profesor, los
alumnos, los contenidos, los medios. Así por ejemplo la relación entre el
profesor y el alumnado está mediatizada por la asignatura, por los medios
y por la afectividad, entre otras variables.
Todos los recursos que se utilizan en la educación, desde los más simples
hasta los más sofisticados, deben ser analizados desde la óptica de la
mediación pedagógica. El contenedista o diseñador instruccional en la
educación virtual, al pensar el escenario donde se lleva al aprendiz y al
experto, en este caso el tutor, reflexiona sobre cada recurso y la
profundidad de su mediación, del momento de actuación e incluso tiene la
posibilidad de orientar paso a paso al interventor directo para que plantee
la interrogante apropiada en el momento apropiado.
Los espacios de interacción entre los que se encuentra el foro, el
repositorio de tareas, la Base de datos, el Glosario, El diario, entre otros,
son los espacios didácticos; por tanto las TIC realizan una función de
plataforma, entendida esta como la base para hacer funcionar
determinados módulos, espacios de interacción, portadas, recursos de
comunicación, etc., precisamente para mediar las relaciones, el saber y
los actores; el diseño del aula donde se vive cotidianamente el proceso de
aprendizaje, también es pensada y argumentada.
Franco (1999) sostiene que cuando se estudia para ser profesor se
presentan a los futuros educadores algunas formas de llegar a los
estudiantes, más allá de la voz y de los gestos: proyectores de
diapositivas, proyectores de cuerpos opacos, retroproyectores, mapas,
láminas, maquetas, computadores y se resalta su importancia y su uso,
pero se descuida el papel del educador como mediador y el papel de estas
tecnologías como mediadoras de los procesos de enseñanza y de
aprendizaje.
Al respecto Ferreiro (1999) sostiene que el uso de un software educativo
conceptualmente atrasado no va a acelerar el proceso de comprensión de
la naturaleza de un sistema alfabético de escritura. Muchos de ellos son
una pura réplica de lo peor que se puede hacer con un pizarrón, sólo que
más atractivo porque se usa animación. Peores resultados van a obtener
si se confía en el uso exclusivo del ‘mouse’, evitando el teclado. Los
nuevos medios son inútiles si no insertamos en ellos nuevas ideas. Es
decir, la forma como conoce el docente, sus pensamientos, sus creencias
en torno al saber específico y pedagógico, es reflejada mediante la
tecnología que él escoja para proponer el objeto de estudio ante la clase.
Cardona (2002) por su parte hace un análisis fenomenológico de la
relación, así como de los aspectos de la comunicación que pueden ser
transmitidos, ampliados, reducidos con los recursos de la informática.
Afirma que nuestra experiencia de la realidad es transformada cuando
usamos instrumentos; en este sentido, las realidades presentadas por los
medios son alienantes. La fenomenología intenta abordar los objetos del
conocimiento tal como aparecen. Esto es, tal como se presentan a la
conciencia de quien procura conocerlo, intentando dejar de lado toda y
cualquier presuposición sobre la naturaleza de esos objetos. A través del
instrumento hay una selección de determinados aspectos de la realidad,
con ampliaciones y reducciones. La amplificación y el aspecto más
sobresaliente puede dejarnos impresionados, maravillados, al
experimentar cosas (los aspectos de objetos conocidos) que no
conocíamos antes con nuestros sentidos.
Después de un primer análisis fenomenológico superficial, se puede
concluir que la tecnología no es neutra, en el sentido de que su uso
proporciona nuevos conocimientos del objeto, transformando por la
mediación la experiencia intelectual y afectiva del ser humano,
individualmente y en colectividad; posibilitando interferir, manipular, actuar
mental o físicamente sobre nuevas formas, por el acceso a aspectos hasta
entonces desconocidos del objeto.
Dependiendo del objeto, del sujeto (más o menos crítico), de su historia y
de su situación específica, se pueden considerar las nuevas
características ampliadas del objeto como más reales que aquéllas sin
ayuda de instrumentos. Se puede así confundir las dos dimensiones de
continuidad y diferencia entre la percepción ordinaria y la mediada. En este
sentido, las realidades posibilitadas por las tecnologías informáticas
pueden ser alienantes, como las historias de adictos a los computadores.
Por ello, se necesita que el docente se comprometa a cambiar la manera
de mediar el conocimiento y, por supuesto, cambie el modo de entregarlo
a los estudiantes (Franco, 1999). Lo cual conduce a la reelaboración de
los fines de la educación y a multiplicar los destinatarios de la misma. En
este sentido se torna necesario reflexionar sobre la función social del saber
que se obtiene y se desarrolla a través de la mediación pedagógica, donde
necesariamente entran en escena el maestro, el estudiante, el
conocimiento, las tecnologías informáticas y la cultura en un entorno
específico.
Se hallan representadas por la acción o actividad, intervención, recurso o
material didáctico que se da en el hecho educativo para facilitar el proceso
de enseñanza y de aprendizaje por lo que posee carácter relacional. Su fin
central es facilitar la intercomunicación entre el estudiante y los
orientadores para favorecer a través de la intuición y del razonamiento, un
acercamiento comprensivo de las ideas a través de los sentidos; Eisner
(1987) plantea esta idea dentro del horizonte de una educación concebida
como participación, creatividad, expresividad y racionalidad
También se refiere a los procesamientos didácticos de la información para
hacerla aprendible, ya que permite visualizar el tratamiento de los
contenidos y de las formas de expresión en relaciones comunicativas que
realicen una selección y combinación de los medios y formatos, que
posibilitan andamiar (ZDP según Vigotsky (1988), el aprendizaje
presencial y a distancia y en consecuencia, fortalecer las potencialidades
de interactividad a través de los materiales educativos.
Para profundizar una perspectiva de las mediaciones pedagógicas, se
sostiene el diálogo y la interactividad didáctica provocado y posibilitado en
las mediaciones pedagógicas que hace que el estudiante los ejerza de un
modo particular en el espacio diseñado para dicha interacción. El aporte
de Gadamer (2005), dentro de la corriente filosófica hermenéutica
comprometida con el desarrollo del trabajo interpretativo, brinda elementos
clarificadores sobre el “diálogo”, porque el intérprete y el texto son dos
interlocutores que a través de la articulación dialéctica de preguntas y
respuestas relacionadas mutuamente, pretenden alcanzar el
entendimiento para comunicar algo.
Entender el diálogo hermenéutico ayuda a comprender el trabajo
pedagógico de las mediaciones pedagógicas donde la interrogación, -cara
a cara o mediatizada,- lleva a profundizar la relación a partir de la
respuesta brindada a una pregunta (Zuleta Araújo, 2005) y a modificar el
horizonte de la comprensión propia del intérprete, poniendo en evidencia
sus límites y potencialidades.
Hablar de mediación es hablar de distancia, o más bien de distanciación,
es decir, las acciones y los medios para propiciar y regularla, la mediación
por lo tanto implica acción, intervención, los medios por sí mismos no
generan mediación, éstos son soportes que registran, almacenan,
codifican, decodifican y trasladan información, la mediación es un proceso
que propicia la separación y la integración de algo, en este caso de los
elementos que comprenden el proceso de comunicación, pero también
propicia la regulación y modificación de dicha separación. El proceso de
mediación altera las condiciones de tiempo y espacio en los que
originalmente transcurren los aprendizajes, por lo tanto una buena
mediación hará hincapié en la dirección y sentido formativo.
Conclusiones
La mediación del proceso de aprender, es de gran envergadura, es
actividad central en una modalidad de educación donde el Entorno Virtual
de Aprendizaje se construye para que la interacción se realice y alcance
el mejor nivel de logro, por tanto esto es posible si las instituciones invierten
en apoyar al tutor y al diseñador, como mediadores centrales de este
proceso, para que las competencias se construyan, se fortalezcan y se
pongan a juicio.
Mediar no es una acción sencilla, su complejidad le lleva a alcanzar los
propósitos educativos o a su desviación, a aprovechar el máximo de las
aulas virtuales o a perder estudiantes al aburrirse y perder interés, esta
complejidad lleva el reto de saber los cómo e identificar los momentos de
actuación del tutor, para ello conocer cómo aprendemos es imprescindible,
manejar los procesos de construcción del conocimiento, los niveles
taxonómicos de nuestras instrucciones y mensajes que dirigimos al
aprendiz, las formas de exposición, de interrogación, entre otras, son
insoslayables.
Lograr que el conocimiento se convierta en estratégico es lograr la
significatividad del aprendizaje, cómo lograrlo y cómo identificar ese
momento de apropiación sigue siendo uno de los principales retos de la
mediación.
Referencias
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