Lit Del Derecho

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“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”

Universidad Peruana los Andes

Literatura del Derecho


TEMA:

FACULTAD : CIENCIAS POLÍTICAS – DERECHO

CURSO : EPISTEMOLOGIA JURIDICA

DOCENTE : Dra. LEONARDO LARA LUZ STEFANI

SEMESTRE : IX

INTEGRANTES :

Santos Ricardo Gómez Cárdenas


Nelly Sanchez Medrano
Jose Paucar
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LA MERCED – PERÚ
2023

Literatura del Derecho


Repensar el derecho, en este comienzo de siglo, es el desafío que se impone a los juristas. Y,

entre las innumerables y variadas alternativas que se presentan, el estudio del derecho y

literatura adquiere especial relevancia, entre otras razones, por la importancia que confiere a

la interdisciplinaridad, pues supone un cruce de los caminos del derecho con los de otras áreas

del conocimiento y construye un espacio crítico por excelencia, a través del cual resulta

posible cuestionar presupuestos, fundamentos, legitimidades, funcionamientos, etc.

Pero, los estudios de derecho y literatura sea del derecho contado en la literatura, sea del

derecho entendido como narratividad aún considerando el gran prestigio y trascendencia

alcanzados a lo largo del siglo XX, en facultades, programas, cursos, centros e institutos de

investigación estadounidenses y europeos, es una práctica teórica poco desarrollada en la

cultura (jurídica y literaria) brasileña no obstante todos los esfuerzos realizados en los últimos

años y que llama la atención por la íntima relación que históricamente se observa entre la

producción jurídica y la literaria.

DEFINICIÓN EN EL LENGUAJE COMÚN

Algunas de las acepciones establecidas por el Diccionario de la Real Academia Española para

las palabras "Derecho" y "Literatura", pueden ayudar a generar un mejor entendimiento de la

relación que existe entre las dos disciplinas. Por una parte, de acuerdo con la Academia de la

Lengua, una de las acepciones de la palabra "derecho" es el "conjunto de principios y

normas, expresivos de una idea de justicia y de orden, que regulan las relaciones humanas en

toda sociedad y cuya observancia puede ser impuesta de manera coactiva". Por su parte, el
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mismo diccionario nos dice que podemos entender por "literatura" al "arte que emplea como

medio de expresión una lengua". La relación entre derecho y literatura puede y debe

entenderse entonces, a partir de la naturaleza expresiva de ambas disciplinas. El derecho y la

literatura son fenómenos que se desarrollan y se realizan en la expresión de la lengua de una

comunidad. Tal como veremos en lo que sigue, la naturaleza lingüística de ambas disciplinas

condiciona por completo la relación de las mismas.

Existe una gran tradición teórica respecto a la naturaleza lingüística del derecho. Sin embargo,

en este campo de estudio como en otros, el interés de los estudios jurídicos por los puentes

teóricos y metodológicos que la naturaleza del derecho puede tender con otras disciplinas, es

un fenómeno relativamente reciente.

Antecedentes históricos de la relación entre el Derecho y la Literatura

Las relaciones entre Derecho y Literatura han sido siempre estrechas. Muchas de las grandes

obras de la literatura, es decir, obras que pueden considerarse como formando parte del

llamado "canon occidental", han tratado el tema del derecho y en particular el tema de la

impartición de justicia. La aproximación preferida por los autores de estas obras de arte, está

enfocada al tratamiento de fenómenos propios del derecho penal (el cautiverio, la aplicación

de la pena corporal, la espera de la aplicación de la condena a muerte). Muchos de los más

grandes nombres de la literatura universal han tratado el tema: Balzac, Meville, Hawthorne,

Víctor Hugo, Zola, Dostoievsky, Stendhal, Kafka, etc. Los críticos literarios han analizado el

valor de estas obras desde un punto de vista estético.

DESARROLLO DE LA INSTITUCIÓN JURÍDICA

Existen tres dimensiones que explican la relación entre el derecho y la literatura. La

dimensión artística o literaria, la dimensión interpretativa y la dimensión escrita. En lo que

sigue, intentaré explicar cada una de ellas.

a) La dimensión artística o literaria


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Me he referido antes a la dimensión artística de la relación entre el derecho y la literatura.

Esta dimensión se manifiesta en el trabajo de muchos de los más grandes escritores de la

literatura universal quienes han sentido un profundo interés por el tema del derecho, por las

instituciones jurídicas, por el papel de la ley en la sociedad, por la experiencia del presidio,

por la experiencia de la pena de muerte. Las instituciones jurídicas han sido tratadas en

diversas obras pertenecientes a diversos géneros literarios. Así, el tema del derecho ha sido

tratado por poetas, dramaturgos, narradores, ensayistas y, desde el origen de la

cinematografía, por guionistas.

b) La Dimensión Interpretativa

La dimensión interpretativa de la relación es, quizás, la más desarrollada de las tres. A partir

de la década de los setenta, ha despertado un interés notable en escuelas de derecho

norteamericanas. De acuerdo con Levinson y Mailloux, el debate fundamental ha sido

generado por el inmenso desarrollo que las técnicas hermenéuticas han tenido en el campo de

los estudios literarios, mismas que no han pasado desapercibidas por muchos de los más

prestigiados pensadores jurídicos contemporáneos.

En efecto, gracias al arsenal teórico desarrollado en los estudios hermenéuticos a lo largo del

siglo XX por pensadores como Gadamer o Ricœur, el interés de otras disciplinas por el "arte

de interpretar", se ha hecho más y más patente. Paul Ricœur nos recuerda que la

interpretación es un proceso permanente y dinámico propio para ejercer el derecho, disciplina

humana que se expresa por escrito.

c) La dimensión escrita

El derecho y la literatura también comparten una naturaleza en común que da lugar a la

tercera dimensión de la relación. Esta es la dimensión escrita, de acuerdo con la cual es

necesario entender que ambas disciplinas suceden en la escritura, se realizan escribiéndose.

En otras palabras, tanto los escritores de textos literarios como los profesionales del derecho,
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sean estos abogados, funcionarios públicos, legisladores o jueces, son escritores. Un problema

se hace evidente de inmediato: al menos en México, los abogados no han acabado de asumirse

como escritores. Este problema genera otros que resulta necesario abordar a partir de una

revalorización, por parte de los abogados y profesionales del derecho, de una tercera

disciplina que ha sido rescatada a partir de la segunda mitad del siglo xx por algunos críticos

literarios: la retórica.

Algunos de los problemas derivados de la dimensión escrita de la relación entre derecho y

literatura, pueden formularse mediante las siguientes preguntas: ¿tiene sentido hablar de la

escritura del derecho? ¿Qué significa escribir bien el derecho? ¿Cuál es el papel que juegan

las herramientas retóricas en el derecho? ¿Es importante que los abogados escriban mejor?

¿Por qué es importante que los jueces escriban bien? ¿Existe alguna relación entre la forma en

la cuál un texto está escrito y valores como la democracia o el acceso a la justicia? ¿Existe

alguna relación entre la escritura del derecho y el respeto a los derechos?

1. LA RELACIÓN DEL DERECHO Y LITERATURA

La construcción de un puente entre el derecho y literatura, según los moldes propuestos por

Enrique E. Marí, tiene como presupuesto la existencia de una conexión marcada, por la

influencia recíproca entre ambas disciplinas.

1.1 La dimensión creadora y crítica de la literatura

Cuando se considera el carácter deconstructivo y crítico de la obra literaria al contrario de la

obra jurídica es preciso advertir que ella es una obra de arte, por cuanto se caracteriza por la

maravilla del enigma y por su inquietante originalidad, que son capaces de suspender las

evidencias, alejar lo que es dado, disolver las certezas y romper con las convenciones.

La obra de arte produce, mediante la imaginación, un desplazamiento en la mirada, cuya

mayor virtud está en la ampliación y fusión de los horizontes, de modo que todo pasa como si,
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a través de ella, lo real posibilitase el surgimiento de mundos y situaciones hasta entonces no

pensados.

Con ella, las formas adquieren significaciones plenas que se manifiestan en un evento

particular. Se trata de un gesto propio de la idea de poiesis, un sentido que adquiere forma.

Ocurre que ese gesto surge espontáneamente y su sentido se revela original, lo que torna la

expresión más segura de una libertad en acto. Y, de esa forma, la obra de arte puede ser

entendida, en un primer análisis, como una libertad que se ejerce en un sentido que adquiere

forma.

1.2 La dimensión creadora y crítica de la literatura

Cuando se considera el carácter deconstructivo y crítico de la obra literaria al contrario de la

obra jurídica – es preciso advertir que ella es una obra de arte, por cuanto se caracteriza por la

maravilla del enigma y por su inquietante originalidad, que son capaces de suspender las

evidencias, alejar lo que es dado, disolver las certezas y romper con las convenciones.

La obra de arte produce, mediante la imaginación, un desplazamiento en la mirada, cuya

mayor virtud está en la ampliación y fusión de los horizontes, de modo que todo pasa como si,

a través de ella, lo real posibilitase el surgimiento de mundos y situaciones hasta entonces no

pensados.

Con ella, las formas adquieren significaciones plenas que se manifiestan en un evento

particular. Se trata de un gesto propio de la idea de poiesis, un sentido que adquiere forma.

Ocurre que ese gesto surge espontáneamente y su sentido se revela original, lo que torna la

expresión más segura de una libertad en acto. Y, de esa forma, la obra de arte puede ser

entendida, en un primer análisis, como una libertad que se ejerce en un sentido que adquiere

forma

1.3. Entre convergencias y divergencias


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Partiendo de la idea de que es preciso reconocer que, con la revolución de la filosofía a

comienzos del siglo XX, el lenguaje ha perdido su carácter meramente instrumental y deja de

ser considerado una tercera cosa que se interpone entre un sujeto cognoscente y un objeto a

ser conocido y pasa a constituir la verdadera condición de posibilidad de todo proceso

comprensivo, asumiendo una dimensión instituyente, puesto que en él - en el lenguaje - ocurre

la mediación simbólica que establece la relación del hombre con el mundo.

En ese escenario, en que se verifica la omnipresencia del lenguaje y la instalación del

paradigma de la intersubjetividad, Ost afirma que, si es verdad que a nadie es admitido

ignorar la ley, no puede olvidarse un presupuesto aún más fundamental.

Y, una vez reconocido el lenguaje como instancia que funda a través de la palabra todo y

cualquier discurso, parece imposible negar la existencia de elementos comunes entre el

derecho y la literatura; su carácter textual y la observancia de los siete criterios de textualidad

que los lingüistas suelen establecer: cohesión, coherencia, intencionalidad, aceptabilidad,

informatividad, situacionalidad e intertextualidad.

Cabe destacar, para empezar, que el lenguaje preexiste a la realidad – incluso a la realidad

jurídica y, por lo tanto, a todo discurso que sobre ella incida, pues el pensamiento, vaya a la

dirección que sea, siempre habrá que transitar por la palabra y, consecuentemente, “el mundo

del derecho resulta un mundo traspasado por el poder de la palabra. Y, de la palabra mágica,

fecunda, creadora”

2. Desarrollo histórico.

El Derecho y Literatura puede ser considerado un movimiento cuyo desarrollo acompaña,

prácticamente, la evolución de la historia del siglo XX. Resulta útil dividirlo en tres periodos

bastante distintos, según sugiere Sansone (2001: 2), a fin de facilitar la comprensión: el

primer momento es el punto de partida, en el comienzo del siglo y hasta el fin de la década del

30, cuando surgen los primeros escritos propiamente sobre Derecho y Literatura, tanto en el
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escenario jurídico europeo cuanto en el estadounidense; el segundo momento es un período

intermedio, en que se advierte la continuidad en la producción de las investigaciones, con la

profundización y la difusión de sus estudios en especial en Europa, en las décadas del 40 y 50,

y con el renacimiento estadounidense del movimiento Law and Literature, en la década del 70

2.1. La fase inaugural

En Estados Unidos, el estudio del Derecho y Literatura empieza con la publicación, en 1908,

del ensayo A List of Legal Novels,26 de John Wigmore, orientado hacia el estudio del

derecho en la literatura, en que son clasificados y catalogados innumerables relatos,

especialmente narrativas anglosajónas modernas, en que emergen las más variadas temáticas

jurídicas; y, en 1925, del ensayo Law and Literature (1925), del célebre juez Benjamin

Cardozo, orientado hacia el estudio del derecho como literatura, en el que examina la cualidad

literaria del derecho, proponiendo la lectura e interpretación de las sentencias judiciales como

ejemplos de literatura

2.2. La fase intermediaria

El crecimiento de la investigación alcanza una etapa fundamental entre los años 1940 y 1960,

con la publicación de la obra de Ferruccio Pergolesi, cuya investigación se revela significativa

respecto a la gran producción bibliográfica sobre el tema, atento al método adoptado por el

autor y a la sistemática del análisis desarrollado sobre el complejo campo de las relaciones

entre derecho y literatura.

Según Pergolesi, la literatura, en sus más variados géneros – especialmente el narrativo y el

dramático -, a medida en que refleja la vida a través del contenido de las tramas, no puede

dejar de ser considerada en sí misma como un complejo material jurídico. Dicho de otra

forma, la literatura de un pueblo contribuye, entre otras cosas, utilizada con prudencia, a

conocer la historia de su derecho y, además, como actúa en la práctica, permitiendo

comprender también aspectos relativos a la historia social en general.


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2.3. La fase actual

Como se afirma, la efectiva consolidación del estudio del derecho y literatura ocurre

solamente a partir de la década de 80, en especial en el ámbito académico, con el surgimiento

de nuevos departamentos universitarios y la afirmación de una serie de instituciones que se

orientan específicamente en relación con tales estudios.

2.3.1. Diritto e Letteratura

La retomada italiana de los estudios del Diritto e Letteratura – aunque también ocurra en los

80, siguiendo lo que se daba en otros países europeos-, se caracteriza por la publicación de

una serie de nuevos ensayos, pero, en especial, por el surgimiento de innumerables voces,

independientes y autónomas orientadas al estudio de la experiencia estadounidense.

2.3.2. Droit et Littérature

La experiencia francesa respecto al Droit et Littérature también asume importancia en el

escenario académico a lo largo de la década de 80, lo que se produce a partir de tres hechos

concretos (SANSONE, 2001: 58 a 67).

Primero, la creación, en 1982, de un curso universitario sobre Droit et Littérature, bajo la

coordinación de Régine Dhoquois, maestra de literatura, y Annie Prassoloff, profesora de

derecho, realizado en la Université Paris Diderot, Paris VII.

Segundo, la organización, en 1984, de un congreso sobre el tema, cuyo resultado ha sido

publicado en la revista Actes: les cahires daction juridique, en que la exposición de los temas

y de las intervenciones ha sido distribuida de la siguiente forma: en la primera sección, la

investigación respecto del derecho de autor aquello que los estadounidenses llamarán de

derecho de la literatura -, abordando desde la noción de personalidad de la creación literaria,

basada sobre la convención jacobina hasta el funcionamiento de la Société Civile des Auteurs

Multimidia; en la segunda sección, la representación del derecho en las obras literarias, con

énfasis para las narrativas de Ésquilo, Goethe, Stendhal, Balzac, Proust, Kafka, entre otras; en
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la tercera sección, la elaboración de un conjunto de consideraciones interdisciplinarias entre

derecho, literatura, filosofía, cultura y política.

Tercero, la publicación, en 1997, de la antología Droit et Littérature, de Philippe Malurie

(1997) – con la cual se registra efectivamente la importancia que lo s estudiosos franceses

atribuyen al estudio del tema – en que el civilista francés presenta las relaciones entre derecho

y literatura a través de cuatro categorías y busca demostrar que la literatura contiene los

fundamentos de la sociedad, sus bases jurídicas y los contenidos de las nociones

constituyentes del ordenamiento jurídico, a partir de las ideas de derecho natural y derecho

positivo (Antífona, de Sófocles), de medida, responsabilidad y libertad.

2.3.3. Recht und Literatur

En el escenario cultural alemán, por otra parte, el estudio del Recht und Literatur pasa a ser

definitivamente reconocido cuando la famosa Neue Juristische Wochenschrift empieza, en

1982, la publicación de Themenhefte, edición anual dedicada a los temas relativos al Derecho

y Literatura (55 a 58).

Al mismo tiempo, se ha observado la intensificación de la producción de ensayos

monográficos dedicados, en especial a la profundización de las relaciones entre literatura y

criminología, entre los cuales se destacan los trabajos de Jörg Schönert, Hans-Jürgen

Lüsebrink, Heinz Müller-Dietz y Klaus Lüderssen.

2.3.4 Derecho y literatura

En el ámbito de la cultura jurídica española, el estudio del Derecho y Literatura asume

igualmente importancia (SANSONE, 2001: 68), aunque su desarrollo todavía esté marcado,

fundamentalmente, por la emergencia de ensayos monográficos.

En efecto, es solamente al final de los años 90 que empiezan a surgir publicaciones más

significativas orientadas específicamente al estudio del Direito e Literatura, como la obra

Derecho y narración, de José Calvo Gonzáles (1996), en la cual el profesor español busca
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abordar críticamente las decisiones judiciales y los problemas por ellas provocados – como,

por ejemplo, el relativo a los precedentes-, desde una perspectiva narrativista, en función de

que la concepción del derecho como narración constituye una importante herramienta

respecto a la tarea interpretativa de los juristas.

Autores:

Ian Ward

Ward, a su vez, es uno de los autores que adhiere al Law and Literature Movement y, por lo

tanto, se dedica, en especial en el ensayo Law and Literature: Possibilities and Perspectives

(1995), a un análisis complejo de los resultados logrados por las investigaciones del Derecho

y Literatura ante su potencialidad pedagógica

Se destaca, en ese sentido, que la perspectiva mayoritariamente válida del estudio del Derecho

y Literatura, según Ward, es precisamente aquella educativa, visto que, a través de la

literatura, es posible ampliar la investigación jurídica y, de esa forma, verificar la relación

entre el derecho y sus destinatarios.

Robin West

West es una autora que se destaca en el ámbito del Law and Literature Movement en función

de las posiciones que adopta respecto al papel de la literatura en la reconstitución política y

ética de las comunidades La comunidad, para ella, se forma a través de las más diversas

interacciones con el otro: violencia, supresión, opresión, terrorismo, amor, educación,

cuidado; en fin, el hombre necesita inevitablemente del otro en su vida.

Según West (1998), las comunidades que se crean a través de este proceso son comunidades

interactivas. Y, también, la lectura de las narrativas literarias constituye un proceso

interactivo, en la medida que el intérprete crea, critica y, así, participa del texto, siendo atraído

por una forma que reconstituye la comunidad.

Martha Nussbaum
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Nussbaum es otra personaje de gran importancia que participa del Law and Literature

Movement, aunque no provenga del derecho ni de la literatura, pero sí de la filosofía, más

específicamente de la filosofía aristotélica, según la cual el arte literario es más filosófico que

la ropia historia, a medida que ésta se limita a describir lo ocurrido, mientras que áquel narra

también lo que podría ocurrir.

Su pensamiento se basa en la idea de que la conexión entre el derecho y la literatura tiene

como presupuesto fundamental la capacidad de la narrativa literaria de exhibir contenidos

universales y, simultáneamente, evocar un sentimiento de afinidad a partir de los personajes e

historias contadas.

Ronald Dworkin

Dworkin es uno de los juristas más reconocidos por los representantes del Law and Literature

Movement en función, particularmente de su innovadora posición respecto a la teoría de la

interpretación, a través de la cual sugiere, con fundamento en los presupuestos de la

hermenéutica, una analogía entre las competencias jurídica y literaria Para tanto, en su

postura contra el positivismo jurídico, Dworkin propone el estudio del derecho como

literatura, a través del análisis de las experiencias jurídica y literaria – específicamente

respecto a la interpretación. Stanley Fish

Fish es un de lo más importantes teóricos y literarios, ligado al deconstrutivismo, cuyas tesis

antifundacionalistas también sirven para el desarrollo del Law and Literature Movement

(SANSONE, 2001: 106 a 107). Su pensamiento se encuentra vinculado a una teoría de la

subjetividad de la interpretación, a través de la cual pone al lector y a la recepción del texto

por su parte, en el mismo plano en que se ubica el texto, de forma que el intérprete es, al fin,

el creador del texto: “interpretar, para él, no es el arte de construcción, sino el arte de la

creación” Se observa, por tanto, que el autor asume una posición en la cual el intérprete figura

como protagonista, siendo el responsable por la creación de los sentidos, una vez que
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considera la objetividad textual una peligrosa ilusión. Contra las acusaciones de escepticismo,

Fish usa prestada la idea de comunidad interpretativa (Bleich), cuya finalidad sería limitar la

atribución de sentidos y, así, escapar de la pura subjetividad del lector. De ese modo, siempre

que un jurista interprete un texto legal cualquiera, él lo hará en el interior de un conjunto de

intereses y preo cupaciones que lo vinculan a un determinado contexto.

3. ENTRE DERECHO Y LITERATURA: TRES MODOS DE ARTICULACIÓN

Actualmente, el estudio del derecho y literatura abarca abordajes y perspectivas bastante

distintas y, considerando tal diversidad, todos los que con él trabajan suelen adoptar tres

categorías, a partir de:

(a) el derecho en la literatura (law in literature), corriente desarrollada principalmente en

Europa y relacionada al contenido ético de la narrativa, a través de la cual se analizan aspectos

singulares de la problemática y de la experiencia jurídica retratados por la literatura – como la

justicia, la venganza, el funcionamiento de los tribunales, al orden instituida, etc.- entendida

como obra literaria, esto es, como documento de aplicación del derecho y de la consciencia

jurídica, a partir de la idea de que la virtualidad representada por la narrativa posibilite lograr

una mejor comprensión del derecho y de sus fenómenos – sus discursos, sus instituciones, sus

procedimientos, etc.- colaborando, de esa forma, con la formación de la cultura y de la

comunidad jurídica.

(b) el derecho como literatura (law as literature), corriente dominante en Estados Unidos y

relacionada a la dimensión hermenéutica, a la perspectiva retórica y a la forma de la

narrativa52, por la cual se observa la cualidad literaria del derecho, pero, en especial, se

analizan los textos y los discursos jurídicos a partir de análisis literarias, esto es, la extensión

de la aplicación de los métodos de análisis y de interpretación, hechos por la crítica literaria,

al análisis de la racionalidad de las construcciones efectuadas en el ámbito de las decisiones

judiciales.
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(c) el derecho de la literatura (law of literature) – categoría que quizá no corresponda

propiamente a una corriente relacionada a lo que se viene llamando Derecho y Literatura, pero

configura un acercamiento transversal en la medida que se limita a reunir cuestiones

específicas y de carácter eminentemente normativo -, por medio del cual se investiga la

regulación jurídica atribuida a la literatura (POSNER, 1998: 381 a 412), esto es, las

disciplinas de derecho privado, respecto de la propiedad intelectual, de derechos autorales,

copyrights, etc.; de derecho penal, considerando los delitos de prensa y demás delitos

practicados por los medios de comunicación, los delitos contra el honor, etc.

3.1 El derecho en la literatura

Esa es la corriente a través de la cual se analiza el derecho a partir de la literatura, partiendo

de la premisa de que ciertos temas jurídicos se elucidan de mejor modo cuando son

tematizados en las grandes obras literarias, que cuando lo son en tratados, manuales y

compendios especializados.

En efecto, se trata del estudio de las maneras por las cuales, como refiere Schwartz, el derecho

es representado en la literatura: “(a) recreaciones literarias de juicios jurídicos, (b) el modo de

ser y el carácter de los juristas, (c) el uso simbólico del derecho y (d) el tratamiento que el

Derecho y el Estado dispensan a las minorías o grupos oprimidos”.

Eso porque la literatura constituye una especie de repositorio privilegiado a través del cual se

infieren informaciones y subsidios capaces de contribuir directamente en la comprensión de

las relaciones humanas que componen el medio social, esto es, el caldo de cultura en el cual,

al fin y al cabo, opera el derecho. Según Talavera, la literatura se presenta como un rico

manantial de fuentes para la reflexión crítica del derecho, a través del cual todavía es posible

extraer las vendas utilizadas por el positivismo normativista para cegar incesantemente los

juristas, a la medida en que el estudio del derecho a través de la literatura permite, justamente,

el desvelamiento del sentido del derecho y de su conexión con la justicia.


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3.2 El derecho como literatura

Esa, a su vez, es la corriente que compara el derecho a la literatura, más específicamente

respecto de las siguientes perspectivas: (a) el papel de la retórica, a partir del Law and

Literature as Language; (b) la función de la narrativa, con base en el Legal storytelling

Movement; y (c) la noción de interpretación correspondiente al Legal texts as literary texts De

cualquier modo, cumple referir, anteriormente al análisis de las perspectivas citadas, que el

surgimiento y desarrollo del derecho como literatura se encuentra directamente relacionado

con las críticas que intentan una superación del positivismo jurídico. Con el surgimiento de la

era de los principios, ante el reconocimiento de la textura abierta del derecho, la decisión

judicial va del paradigma de la subsunción al paradigma de la interpretación. Eso significa

decir, en otras palabras, que el neoconstitucionalismo se presenta como un campo fértil para

que el derecho se acerque de la literatura, considerando que (a) los principios constituyen la

referencia más inmediata al imaginario común de una sociedad y, por lo tanto, representan la

dimensión literaria y mitológica del derecho; (b) la superioridad jerárquica de los principios

ante las reglas obliga al juez a subordinar todas las leyes a ese filtro, lo que significa decir que

el contenido de las resoluciones judiciales no ocurre a través de un mecanismo de subsunción,

de forma que la aplicación de la ley adquiere un nuevo sentido en la medida en que se

introduce en el derecho una importante dimensión narrati va; (c) el juego de los principios

acentúa la tarea argumentativa que las partes en litigio deben realizar dentro del proceso, de

forma que la praxis jurídica se acerque aún más a la estructura de un relato literario.

CONCLUSIÓN

Considerando que la pretensión del presente trabajo se limita a un primer acercamiento entre

el derecho y la literatura y su finalidad es solamente llama r la atención de la comunidad

jurídica, en especial de la brasileña, para la importancia de los estudios que vienen siendo

desarrollados sobre la temática, especialmente en Estados Unidos y Eu ropa, en el siglo XX,


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se revela innecesario retomar acá los puntos anteriormente tratados, siendo más provechoso

apuntar algunas cuestiones que se mostrarán capaces de promover la curiosidad y la

permanente reflexión. I. El estudio del derecho y literatura, en virtud de su amplitud,

posibilita los más distintos abordajes, a medida en que dispone de diferentes perspectivas de

análisis, conforme es sugerido por Sansone (a) bajo el punto de vista de la antropología

jurídica, la literatura asume importancia documental, pues en ella se encuentran los

pensamientos y sentimientos humanos relacionados a la formación de la exigencia de

regulación normativa de la convivencia social y política, relacionándose, de esa forma, al

conocimiento de los orígenes de las nociones jurídicas y, por lo tanto, a la reconstrucción de

los institutos normativos del pasado, de forma que puede ser considerada fuente de datos

imprescindible para comprensión de las principales disciplinas jurídicas, como ocurre, por

ejemplo, con los clásicos griegos (Ilíada, de Homero, Antígona, de Sófocles, Oréstia, de

Ésquilo) y latinos (Eneida, de Virgílio); (b) bajo el punto de vista de la sociología jurídica, la

literatura – especialmente la moderna y la contemporánea – es considerada un terreno fértil, a

partir del cual se puede investigar tanto las conductas sociales ante las normas singulares y al

ordenamiento jurídico, como también la relación espontánea de la opinión pública con el

derecho, o sea, el modo como lo actores sociales interaccionan con el derecho y con la

exigencia de justicia por él puesta, como bien demuestran las obras, entre otros, de Balzac,

Tolstoi, Flaubert, Austen y Dickens; (c) bajo el punto de vista de la filosofía-política-jurídica,

la literatura adquiere el estatuto de instrumento esencial para la construcción de un sentido de

comu nidad, para la promoción de una solidariedad fundada sobre modelos lingüísticos,

comportamentales y humanos comunes y, todavía, para la consolidación de una cultura y

educación jurídicas fundadas sobre valores humanísticos; (d) bajo el punto de vista de la

teoría de la justicia, la literatura también merece destacarse, visto que abre un nuevo campo

para investigarse y afirmar el fundamento de la justicia, del derecho y de los principios


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jurídicos orientados a la concretización y a la tutela de los derechos del hombre, a medida en

que abarca una multiplicidad de estudios – que van desde las narrativas literarias producidas

en Grecia antigua hasta aquellas de los días de hoy – relacionados a la relatividad y a la

incertidumbre de la justicia humana, frente a la tendencia natural del hombre orientada a una

comprensión y realización de la justicia absoluta.

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