Distorsiones Cognitivas Alimentarias

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DISTORSIONES COGNITIVAS ALIMENTARIAS

Article in Revista Argentina de Clinica Psicologica · December 2020

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Analia Veronica Losada


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DISTORSIONES COGNITIVAS ALIMENTARIAS

Analia Verónica Losada

Los trastornos de la conducta alimentaria y la obesidad, como así los cuadros Dismórfico

corporales presentan un nivel de gravedad significativo que encarna un elevado grado de

preocupación en profesionales y familiares de quienes lo padecen. En este sentido,

adquiere una particular relevancia la detección de las Distorsiones Cognitivas

Alimentarias (DCA), prototípicas de las patologías alimentarias. La identificación de

estas alteraciones permite realizar un abordaje terapéutico especifico focalizado.

Distorsiones cognitivas

1
A partir de la definición, operacionalización e identificación del constructo de Distorsión

Cognitiva llevado adelante por Beck se trazaron descriptivamente procesos cognitivos

que conmutan, por lo que podrían ser eventos congruentemente inofensivos, conferidos

con otros que se auto advierten como hostiles y que pueden acarrear en sí emociones,

comportamientos y corolarios motivacionales negativos. En sintonía con este constructo

se postulan las ideas irracionales enunciadas por Ellis. Se puntean como Distorsiones

Cognitivas la generalización excesiva, magnificación y minimización, personalización y

pensamiento absolutista dicotómico, entre otras (Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979;

Kertész, 2013). Estas interpretaciones erráticas de la realidad han sido asociadas a

múltiples afecciones y entre sus consecuencias acarrean una percepción del mundo

disfuncional, sufriente y rígida.

Camacho (2003) explicita las alteraciones de los patrones cognitivos que soliviantan una

visión negativa de sí mismo, visión negativa de sus experiencias y visión negativa del

futuro. Camacho destaca entre las distorsiones cognitivas cardinales la Inferencia

arbitraria, la Maximización, la Minimización, la Abstracción selectiva, la

Generalización Excesiva o Sobre generalización, la Personalización y el

Pensamiento Dicotómico.

Objetivo

El objetivo del presente escrito es dar cuenta y explicitar aquellas Distorsiones Cognitivas

Alimentarias (DCA) que con frecuencia se manifiestan en quienes atraviesan trastornos

de la conducta alimentaria u obesidad.

2
Trastornos de la Conducta Alimentaria

Los trastornos alimentarios han sido un tema de estudio en términos de prevalencia

etiología, rol y participación del grupo familiar. El análisis de las psicoterapias eficaces,

el sostenimiento de la cronicidad, grado de incidencia de las redes sociales y factores

antropológicos y sociológicos intervinientes, se han relevado en las ultimas décadas y

escrito y publicado sobre ello. En idéntico sentido se diseñaron instrumentos de

evaluación e identificación, aplicándose también otras técnicas existentes, analizando

concurrencias y recurrencias (Losada, 2011; Marmo y Losada, 2013; Rutsztein,

Leonardelli, Scappatura, Murawski, Elizathe y Maglio, 2013; Marmo y Losada, 2014;

Kirszman y del Carmen Salgueiro, 2015; Leonardeli, Losada y Violante, 2017; Losada y

Bidau, 2017; Cruzat-Mandich, Díaz-Castrillón, Kirszman, Arroyo, Hesse y Astudillo;

2017; Losada, Leonardelli y Magliola, 2017; Losada y Marmo, 2017; Losada y Vicente,

2018, Losada y Charro 2018; Losada y Biskupovich, 2019; Fernández Álvarez, del Pilar

Grazioso y Kirszman, 2019; Losada y Zavalia, 2019).

Obesidad

Los valores ligados a la prevalencia de la obesidad dan cuenta de este fenómeno de

gravedad global. La obesidad es apreciada como un padecimiento crónico no

transmisible, que se identifica por la estampa de mayor contenido de grasa corporal,

la misma que al extender su dimensión y ubicación topográfica, implica riesgo para

la salud y restringe la calidad de vida. En los estudios epidemiológicos y clínicos son dos

los enfoques principales utilizados: el cómputo del Índice de Masa Corporal (IMC) y la

medición de la adiposidad central (Coronel, Méndez y Vázquez, 2020).

3
Distorsiones Cognitivas Alimentarias

La Fusión Pensamiento Acción, como DCA encarna al hecho de que pensar en forjar una

acción o evento posee similares consecuencias y derivaciones que realizarlo ciertamente.

En los trastornos de la conducta alimentaria la Fusión Pensamiento Acción abarca

componentes concernientes a las creencias acerca de las consecuencias que pueden

asumir el pensar en comer alimentos de carácter prohibido (Jáuregui Lobera y Prieto,

2012). Quienes padecen trastornos alimentarios refieren sentimientos de culpa por solo

pensar en estos comestibles vedados soslayados por su modalidad híper restrictiva. Esta

unión de apariencia indisoluble entre pensamiento y acción se constituye prototípica de

la rigidez manifiesta de la anorexia nerviosa.

Coelho, Baeyens, Purdon, Pitet y Bouvard (2012) ligaron los trastornos de la conducta

alimentaria a la distorsión cognitiva de Fusión Pensamiento Acción, ubicándola como

una distorsión cognitiva congruente con la patología alimentaria. Coelho et al.

explicitaron en sus hallazgos, valiéndose de una muestra comparativa de tres grupos,

conformados por personas con patologías alimentarias, un segundo agrupamiento de

quienes padecían trastornos obsesivos compulsivos y un grupo control. Los individuos

con trastornos de la alimentación eran más susceptibles a la fusión de pensamiento forma,

que los participantes con trastornos obsesivos compulsivos y participantes de control. Los

resultados dan cuenta de niveles ascendentes de esta distorsión cognitiva, y el

acrecentamiento de la angustia y obstáculos autoinformados para imaginar un escenario

relacionado con los alimentos.

4
Rachman y Shafran (1999) canalizan por dos posibles vías, plausibles de presentarse

individualmente o en simultaneidad, la Fusión de Pensamiento Acción como una

distorsión cognitiva en términos de probabilidad y en condicionamientos de moralidad.

La Fusión de Pensamiento Acción en la definición de corte probabilística se sostiene en

la creencia de que el pensamiento intrusivo amplifica la contingencia de la ocurrencia de

un evento maligno concreto. La moralidad en la Fusión de Pensamiento Acción da cuenta

de que el experimentar los pensamientos intrusivos es moralmente semejante a consumar

una acción prohibida. Esta distorsión se postula substancialmente prominente en las

obsesiones, estrechamente congruente con sentimientos de culpa coligada con tentativas

ulteriores de neutralización. La idea de comer es susceptible a los sentimientos de

gordura, inaceptable moral y aumento de peso. Colocando la idea a idéntico nivel que el

acto.

Según Coelho, Jansen y Bouvard (2012) las distorsiones cognitivas alcanzan una

implicación significativa en torno a la alimentación. Una distorsión prototípica en la

patología alimentaria es la Fusión de Forma de Pensamiento en la que escuetamente

imaginar el consumir provisiones con elevado contenido calórico hace que las personas

se conciban más gruesas y se divisen bajo aumento de peso.

En el axioma clínico y psicométrico sobre la coexistencia de distorsiones cognitivas en

los trastornos alimentarios, Shafran y Robinson (2004, en Jáuregui Lobera y Prieto,

2012), postularon la existencia de una distorsión similar a la Fusión Pensamiento Acción

a la que designaron Fusión Pensamiento Forma, postulando al menos, tres

componentes:

5
- Fusión Pensamiento Forma Probabilidad donde la creencia de que rumiar un

determinado pensamiento de comer alimentos prohibidos hace más factible que la

persona incremente su peso o cambie su figura de manera desvalorizante.

- Fusión Pensamiento Forma Moral representa la creencia de que deliberar

mentalmente en comer víveres auto prohibidos es tan malo moralmente como comerlos

realmente.

- Fusión Pensamiento Forma Sentimiento, distorsión en la cual la creencia de que

pensar en consumir alimentos auto prohibidos hace sentirse gorda a la persona. En este

sentido simboliza el hecho de que pensar en realizar algo asume las análogas secuelas que

el realizarlo efectivamente (Bersh, 2006).

Los avances de Williams y Cooper (1991) incluyen el diseño de un cuestionario

autoadministrable donde los pacientes informaban temores y desasosiegos ampliamente

confederados a las ingestas, los alimentos, la imagen corporal y el peso, bajo el objetivo

de justipreciar las distorsiones cognitivas que pudieran manifestarse. El instrumento se

condujo a tres conjuntos delimitados mediante una entrevista, enmarcados como primer

grupo quienes no reportaron episodios de conductas compensatorias inadecuadas

características primordialmente de padecientes con cuadros de Bulimia Nerviosa, un

segundo conjunto de individuos que comunicaron incidentes de conductas

compensatorias inadecuadas y un grupo control. Los resultantes dan cuenta de que el

grupo que se distinguía por la presencia de episodios bulímicos difería de los otros en

cuanto a la traza de hallazgos de distorsiones cognitivas del tipo de Personalización,

Sobregeneralización, Catastrofización y Abstracción Selectiva en las temáticas

inherentes y específicamente a la comida, la alimentación, la corporalidad y el peso.

6
La investigación de De la Vega Morales y Cruz Hernández (2018) identificó ideas

irracionales concernientes a la imagen corporal, a la socialización, percepción de sus

capacidades y vínculo con su grupo familiar. Trabajaron con una paciente de 62 años con

obesidad, brindándole información sobre las tipologías de las distorsiones cognitivas y

cómo identificarlas y modificarlas, abordando en profundidad la distorsión del Deber

Ser. Presentándose expresiones como: “Soy una ballena”; “Estoy hecha una vaca”;

“Con este cuerpo no le puedo gustar a nadie”; “Nunca voy a poder tener un peso

normal”; “Si no bajo 30 kilos no salgo a la calle”; “En el futuro seguiré aumentando

seguro”, evidencian visiones negativas que durante el procesamiento de la información

alcanzan ciertas alteraciones que acarrean la obtención de conclusiones arbitrarias,

manifestando: “Seguramente aumente dos kilos por eso no voy a ir hoy a la consulta con

la nutricionista”; “Ni me lo pruebo porque seguro me queda mal y no me entra”; “con

los laxantes unos kilos bajo”; “el agua me engorda”, donde se arriban a conclusiones sin

evidencia a favor que la propugne o más aún, se sustentan ciertas afirmaciones inclusive

con evidencia antagónica: “ Tuve un atracón con dos hojas de lechuga y una gelatina

diet”; “Comí como un cerdo”, especialmente en la anorexia nerviosa expandiendo ciertas

cantidades y estimando el peso o cantidad dada en la ingesta. Por el contrario en la

obesidad se presentan distorsiones de minimización, del tipo: “Era un choricito, unos

sandwichitos y un vasito de cerveza”; “estoy a pura agua sola y no paro de engordar”;

“una docena de facturas un domingo es un permitido, más si son de crema pastelera”,

expresadas en diminutivos refiriendo a alimentos como pequeños o en cantidades

mínimas, que resultan contradictorias cuando los nutricionistas solicitan imágenes de los

platos y las porciones. En los trastornos de la Conducta Alimentaria se ensoberbecen o

aminoran ciertos aspectos o cualidades minimizando los logros, los éxitos, las buenas

7
cualidades, los aciertos, como: “pero eso no es nada, cualquiera se recibe de arquitecta”

“como me voy a poner contenta de no vomitar más si nunca tendría que haber vomitado”.

La Abstracción Selectiva gravita en el centramiento en un talante o atributo, como del

mismo modo un detalle separándolo contextualmente, abandonando características

relevantes de la situación y elaborando conclusiones particulares: “no me puso una nota

mejor porque estoy gorda”; “le caigo mal por los rollos que tengo”. La Generalización

Excesiva representa a una o varias vicisitudes o situaciones señeras de las que pareciera

que se obtienen datos plausibles de generalizar a otras situaciones: “si esta semana no

bajé de peso nunca voy a bajar”; “con la comida que se vende en los supermercados no

se puede tener un peso normal”. Los Pensamientos Dicotómicos Polarizados se

representan en las oscilaciones frecuentes de las dietas híper restrictivas versus episodios

de atracones e ingestas de corte compulsivo, en idéntico sentido de actividades físicas

auto lesivas a conductas altamente sedentarias. También llamado pensamiento

absolutista, todo o nada, o blanco o negro. Rubrica Camacho (2003) que en las patologías

alimentarias precisamente existe una marcada dicotomización del pensamiento,

realizando atribuciones causales del tipo de confederar a las personas delgadas en un

encadenamiento de particularidades tales como ser feliz, aceptada y exitosa. Por el

contrario en el otro polo se sitúa a aquellos individuos que acarrean inconvenientes con

el peso sin pensar en grados intermedios, o se está flaca o absolutamente obesa, a las

cuales se les imputa infelicidad, fracasos y desprecios. El trabajo en los procesos de

autorregulación después de la exposición a la comida contribuye notablemente en el

tratamiento.

8
Discusión

Las identificaciones de distorsiones cognitivas alimentarias permiten un abordaje de las

mismas en patologías de alta prevalencia, como lo son los trastornos de la conducta

alimentaria y la obesidad. Si bien puede darse a conocer al paciente el listado completo,

pueden seleccionarse una o dos para trabajarlas en profundidad en el marco de la sesión.

Del mismo modo es plausible ofrecerlo como auto terapia ampliada, a modo de tarea entre

un encuentro y el próximo. Estos hallazgos pueden compartirse con el equipo terapéutico

interdisciplinario interviniente, resultando de valioso provecho para nutricionistas y

médicos. La comprensión de las distorsiones cognitivas alimentarias entre otros

beneficios posee alcances clínicos que contienen florecimientos en la comprensión de la

naturaleza del trastorno y su tratamiento.

Coincidentemente con los postulados de Rutsztein, Lievendag, Custodio, Elizathe,

Murawski y Scappatura (2019) se postula el elevado interés por el área de la prevención

y de la promoción de prácticas saludables, un espacio poco desarrollado por los

psicólogos en la Argentina y en Latinoamérica. En idéntico sentido De Roia, Labrit y

Losada (2020) postulan la relevancia de la promoción de la salud promoviendo una vida

saludable, que incluya la comprensión y el tener en cuenta los determinantes sociales de

la salud.

Bersh (2006) señaló que los tratamientos exitosos son aquellos en los que se alcanzan

transformaciones permanentes en el estilo de vida. Bajo este objetivo se suman los

esfuerzos y se sugiere dar continuidad al tema que aporte eficacia terapéutica en el

abordaje de estos trastornos.

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