Compartiendo en Familia
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en
familia
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Autora:
Nelly Artigas Sanhueza
Unidad de Políticas y Proyectos Educativos
Colaboradora:
Cassandra Mardones
Dirección Promoción y Protección de la Infancia
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M Coordinación:
Ela Valladares Reyes
Unidad de Políticas y Proyectos Educativos
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Fundación Integra
Dirección de Educación
CY
Revisión:
Dirección de Asuntos Institucionales y Comunicaciones
ISBN: 978-956-6112-47-1
Material distribución gratuita
Derechos reservados, prohibida su reproducción.
www.integra.cl
índice
1 Algunas palabras para las familias
Pág. 3
2 Nuestra familia
Pág. 4
Pág. 20
Queridas familias:
Para Fundación Integra es muy grato compartir con ustedes este material, que busca
acompañarles en la tarea de potenciar los aprendizajes y el desarrollo socioemocional de
los niños y niñas, para que aprendan a conocer, identificar y elaborar sus emociones.
Educar las emociones en los primeros años de vida de niños y niñas les permitirá, a la larga,
tener una mayor comprensión de su mundo interior e ir creciendo emocionalmente. Es
importante apoyar este aprendizaje, para lo cual en este documento encontrarán algunas
ideas, juegos, reflexiones y ejemplos de cómo observar y desarrollar el tema.
La idea es que en familia puedan compartir un espacio en que ustedes y los niños y niñas
aprendan sobre sí mismos, puedan conocerse mejor y fortalecerse en la interacción con
otras personas.
Este es el primero de una serie de cuadernillos que compartiremos con ustedes para abordar
gradualmente el aprendizaje socioemocional, temática que nos ha impuesto su relevancia
en los últimos años, confirmando que el bienestar personal y social ha de ser uno de los
desafíos más trascendentes tanto en la vida familiar como en la educación.
Las invitamos a descubrir, aprender, fortalecer y compartir estos descubrimientos con los
adultos y los niños y niñas de la familia.
Con afecto,
Fundación Integra
4 Compartiendo en familia nº1
2. Nuestra familia
Todas las familias, en su más amplia diversidad, son el soporte más
importante para los niños y niñas.
• Les ayuda a conocer a los demás, lo que sienten, lo que les pasa.
Las emociones son parte de la vida y son respuestas que surgen en nosotros a partir de
algo que nos ocurre. El tipo de respuesta que surge en nosotros tiene relación con la
sensación que tenemos según creemos que afectan o no a nuestra supervivencia, o si nos
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acercan o alejan a aquello que nos gusta o nos hace felices. Por ejemplo: reaccionamos o
respondemos con pena cuando nos quitan algo que queremos y respondemos con felicidad
cuando nos dan algo que ansiábamos y queríamos mucho.
En los primeros cinco años de vida de los niños y niñas se construyen los pilares del
desarrollo de su cerebro y de su desarrollo emocional futuro. Para que estos pilares
sean firmes, los adultos debemos cuidar, validar y respetar TODAS las emociones que los
niños y niñas sienten, no sólo aquellas emociones agradables como: alegría, felicidad,
amor, sino también y, muy especialmente, cuando los niños y niñas sienten tristeza,
miedo, rabia, asco, vergüenza, las cuales muchas veces se expresan en pataletas u otras
conductas que son molestas para los demás.
Los niños y niñas aprenderán, de a poco, a su ritmo y según sus necesidades, a calmar y
regular estas emociones, para lo cual necesitan que sus padres o cuidadores reaccionen
de manera cercana, poniéndose físicamente a su altura para hablarles, demostrándoles
con gestos, conductas y mensajes positivos su amor incondicional.
Un niño o niña fuerte no es aquel que no siente, evade, reprime o “controla” lo que siente; sino
aquel que logra darse cuenta, identificar, darle valor a lo que siente, aceptarlo y expresarlo
sin dañar ni dañarse.
Algunas palabras para las familias 99
Para apoyar a los niños y niñas en el aprendizaje emocional, los adultos debemos
prepararnos, conocer nuestras propias emociones, aprender y desarrollar capacidades
que sean nuestras herramientas para profundizar en el mundo emocional.
Darse cuenta de lo que se siente es una habilidad muy importante, que implica saber,
reconocer, nombrar y comprender lo que uno siente. Cuando uno empieza a estar más
consciente de sí mismo, también comienza a comprender más a los demás.
• Vayas siendo cada vez más capaz de prestar atención a ti misma/o y a tu cuerpo,
usando varios sentidos al mismo tiempo.
Comenzaremos con:
a. Atenderte
Intenta “meterte” en esa zona y conecta con lo que sientes sin juicio, sin resistencia,
aceptando lo que hay.
b. Conociendo emociones
Familiarízate con ese listado: ¿cuáles conoces?, ¿cuáles has sentido?, ¿cuáles has sentido
con mayor frecuencia?, ¿hay alguna que sentías, pero no conocías su nombre?
Todas son válidas, propias de todos los seres humanos. Acéptalas sin juicio, sin resistencia.
Recurre a este listado permanentemente, recuérdalas cuando trates de identificar tus emociones.
Cuando pase “algo”, pon atención…respira lento y profundo, ¿dónde sientes ese algo?
¿Dónde lo sientes?
Busca cosas que te gustan (una música, una pintura, el atardecer, un pedazo de cielo, un olor).
Dedícate uno o más minutos a contemplar, oír, oler, lo que te guste hacer.
¿Qué sientes?
¿Dónde lo sientes?
En la medida que vas atendiéndote y conociéndote, puedes ir creando momentos que te hagan
sentir bien. Si tú estás bien y te regalas momentos para estar mejor y en bienestar, también
podrás estar más dispuesta/o a dar más atención y comprensión a los demás.
Reflexiones y prácticas para los adultos de la familia 15
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Compartiendo tiempo en familia para vivir mejor 17
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El cerebro del bebé está trabajando siempre y desde que nace percibe muchas sensaciones.
Todo lo que recibe de quien le cuida y del entorno influye en su mundo emocional,
mundo que lo asociará a sus sentimientos de confianza y seguridad. Por eso, hay que
mostrarle emociones agradables tales como calidez afectiva, alegría, seguridad y felicidad;
demostrarle mucho afecto con besos, caricias y gestos que estrechen lazos de unión;
hablarle con susurros y palabras afectivas y cantarle melodías con letras interesantes.
Es importante también manifestarle el placer y entusiasmo que se siente al estar con
él/ella y darle bienestar.
Las expresiones faciales en esta etapa son muy importantes, ya que son las que nos
comunican cómo están. Es por medio de gestos espontáneos que manifiestan su alegría,
pena, molestia. Hay que tener presente que lo natural es que el niño/a esté alegre. Existen
datos que confirman que la alegría y la risa cumplen una función importante, previniendo
enfermedades y aliviando el estrés y la ansiedad.
¿Qué podemos hacer cuando no podemos regular nuestros “nervios” o nos sentimos aproblemados?
En los momentos en que nos sentimos cansados o nerviosos debemos tratar de hacer
cosas que nos sirvan para regular nuestros nervios y así no levantar el volumen de voz,
ni endurecer el gesto, ni amenazar. Para esto les damos algunas sugerencias:
• Mirar una planta o una foto, o lo que hayamos descubierto que nos ayuda a calmarnos
La invitación es a ser paciente con las emociones que expresa el niño/a y que podrían
alterarnos o asustarnos: se debe entender que se trata de sus primeras manifestaciones
de emociones, que todavía son desconocidas para él/ella y que necesita ante todo de una
familia y entorno que le proporcionen comprensión y afecto para que pueda ir conociéndolas
y regulándolas y así, crecer con confianza y seguridad.
Las niñas/os, desde los primeros días de vida son capaces de distinguir y mostrar a través
de sus expresiones faciales, las emociones que experimentan, y las madres, padres y
cuidadores sensibles también van aprendiendo a diferenciar cada vez con más precisión la
alegría de la motivación; la tristeza del miedo o el dolor. A medida que crecen, comienzan
a conocer, reconocer, comprender y expresar gestual y paulatinamente con palabras sus
emociones. Esto les permite no sólo su propio desarrollo emocional, sino también su
desarrollo social, es decir la posibilidad de interactuar, comprender y relacionarse con otros.
• Si el niño o niña aún no habla, con mayor razón es importante que te escuchen hablar
y nombrar las emociones, para que de a poco, las descubra y aprenda. Míralo/a los
ojos y háblale con voz suave, cuéntale cómo te sientes, nombra emociones y si te
acomoda, acompaña esas emociones con gesto de tu cara.
• Cuando notes una emoción muy definida en tu hija/o, mirándola/o a los ojos y con voz
suave, cuéntale que entiendes lo que sientes, que se llama … y que tú estás ahí para
acompañarla/o.
Compartiendo tiempo en familia para vivir mejor 21
• Juega con tu hijo o hija a expresar con la cara y el cuerpo emociones agradables
como amor, felicidad, alegría.
• Juega con tu hijo o hija a expresar con la cara y el cuerpo las siguientes emociones:
miedo, ira, tristeza, sorpresa, asco. Debemos permitirnos y permitir a nuestros
hijos e hijas el poder expresar las emociones desagradables.
• Juega con tu hija/o al espejo de las emociones. Se trata de que tú lo imites en sus
gestos y expresiones y que él o ella pueda hacer lo mismo contigo. Cuando te toque
ser imitado/a, representa emociones menos comunes y no tan agradables, de esta
manera vamos ampliando y validando las posibilidades de sentir.
22 Compartiendo en familia nº1
• Pon distintas canciones o ritmos musicales, pueden escuchar o bailar. Al terminar cada
canción, dile a tu hijo o hija qué emociones sintió al escuchar la canción. Debemos
permitirnos y permitir a nuestros hijos e hijas poder expresar todo tipo de emociones,
ya sean agradables o desagradables.
Luego, si aún no habla, observa atentamente para descubrir cuál le gusta más y dile
que crees que esa le gustó porque viste algo (sonrisa, movimiento, u otra señal). Si ya
habla, pídele que elija la que más bien lo hace sentir y escúchenla juntos, en silencio.
Al finalizar, pídele que haga algo creativo que le guste, pintar, dibujar, construir, bailar,
hacer sonidos, entre otras alternativas. Tú sabrás plantearle alternativas que sean de
su real interés.
2. Entre los 2 y los 6 años los niños y niñas manifiestan un desarrollo del lenguaje muy amplio y variado.
Compartiendo tiempo en familia para vivir mejor 23
• Expresar lo que siente, de distintas formas es una variante del juego anterior. Pon
a disposición lo que tengas en casa para la expresión plástica, lápices, tiza, tintes
naturales, masa, arcilla, revistas para cortar (a dedo o con tijera apropiada) y anímalo
a que elija materiales y colores y que, en silencio, vuelque lo que siente. Para ello, le
puedes decir que ponga atención a lo que siente “dentro” y lo saque “fuera” en colores,
movimientos, formas o lo que se le ocurra. No esperes que sea entendible su expresión,
el movimiento y el gesto manifestarán lo que sienta en el material. Si él/ella lo desea y
puede hacerlo, ofrécele la posibilidad de que relate verbalmente su creación plástica.
Lo importante es experimentar que la expresión de lo que siente está vinculada a sí
mismo y es variada, y que puede comunicarlo a través de distintas formas.
• Anímate a leerle un cuento a tu hija/o, comparte las ilustraciones y las letras, permite
que pueda observar detalles del cuerpo, gestos de las manos, y el rostro, entre otros.
Respecto a los personajes, hazle preguntas como, por ejemplo: ¿cómo crees que se
sentía xx?, ¿qué le había pasado?, ¿te ha pasado alguna vez que sientes tantas ganas
de llorar como la tortuga?, ¿qué crees que hubiera pasado si la tortuga no hubiera
llorado?, ¿cómo se había dado cuenta su amiga la ratita que necesitaba ayuda?
• Ayuda a tu hijo/a a validar su derecho a tener y sentir emociones. Por ejemplo: “pareces
molesta/o, cuéntame cómo te sientes, intenta hacerlo sin gritar…respira lentito, antes
de contarme”. De esta forma se tiene en cuenta la emoción y se le da una salida válida.
24 Compartiendo en familia nº1
Si al niño o niña se le dificulta expresar la emoción con palabras, puedes apoyarlo diciéndole,
“te ayudo a expresarlo, ¿me dejas? La molestia que pareces tener, se parece mucho a la
que tuviste cuando encontraste rota esa figurita que tanto te gusta. Esa vez reaccionaste
muy parecido a ahora, ¿será que estás sintiendo algo similar?”. Terminar reforzando que
expresar nuestras emociones sin dañar a otros, ayuda a sentir tranquilidad.
• Jugar a Había una vez. Para este juego se utilizan personajes de cuentos, de dibujos
animados “monitos”, de canciones o cualquiera que le sea familiar al niño, niña. Se pueden
hacer hablando o apoyándose en imágenes o títeres hechos en casa. Se sitúan algunos
de los personajes en su historia y se hablan de las emociones que expresan. Entonces se
comenta a los niños y niñas si saben por ejemplo… ¿qué sentirá la arañita cuándo sube la
escalera?, ¿y por qué será que se siente así? A partir de este diálogo pueden inventar otra
canción o cuento. Por ejemplo, el personaje de la arañita puede no tener miedo y sentirse
muy poderosa y aventurera y el personaje del lobo no siempre tiene por qué provocar
miedo o mostrar enfado a los demás personajes, se puede crear un lobo divertido que
hace reír a los demás.
• Existen más de 300 emociones, algunas son agradables y otras no tanto, pero todas son
necesarias.
• Enséñale con tus palabras y tu ejemplo a aceptar sus emociones, sin juzgarse negativamente,
ni descalificarse. Si acepta y trata de comprender sus emociones, hará lo mismo con otros
niños y niñas, y con los adultos.
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Te invitamos a que puedas registrar en el siguiente recuadro de alguna manera que te sea
cómoda, lo que te “ha quedado de esta vivencia”, puede ser escribiendo, anotando alguna
canción o poesía, una anécdota o alguna reflexión. También puedes elegir dibujar, pegar,
hacer un anuncio…lo que te haga sentir bien y te permita comunicar.
La misma invitación, es para tu hija/o, ofrécele este espacio para “contar” o “fotografiar” lo
que le gustó de las experiencias que realizaron juntos, para expresar y conocer sus emociones.
¡Tú, sin lugar a dudas, sabrás ofrecer alternativas de su interés!
Algunas palabras para cerrar 27
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ANEXO
AYUDANDO A VERBALIZAR Y DISTINGUIR EMOCIONES
(algunos ejemplos, Rafael Bisquerra, 2015 su libro “Universo de Emociones”)
Asociadas a la ira: rabia, cólera, rencor, odio, furia, indignación, resentimiento, aversión,
exasperación, tensión, agitación, acritud, animadversión, animosidad, irritabilidad,
hostilidad, violencia, enojo, celos, envidia, impotencia, desprecio, animosidad, antipatía,
resentimiento, rechazo, recelo.
Asociadas al miedo: temor, horror, pánico, terror, pavor, desasosiego, susto, fobia.
Con las niñas y niños, en el trabajo pedagógico, estamos abordando algunas emociones:
tristeza, enojo, susto, felicidad, alegría, calma, amor y sorpresa.
Compartiendo en familia
Autora:
Nelly Artigas Sanhueza
Unidad de Políticas y Proyectos Educativos
Colaboradora:
Cassandra Mardones
Dirección Promoción y Protección de la Infancia
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M Coordinación:
Ela Valladares Reyes
Unidad de Políticas y Proyectos Educativos
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Fundación Integra
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Revisión:
Dirección de Asuntos Institucionales y Comunicaciones
ISBN: 978-956-6112-47-1
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Derechos reservados, prohibida su reproducción.
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