2.3. Autoconocimiento
2.3. Autoconocimiento
2.3. Autoconocimiento
Autoconocimiento
“No importa lo que se piense que seas, sino lo que en realidad eres” (Publilius Syrus, citado en
Whetten, 2015, p.54). El conocimiento de uno mismo es un aspecto estudiado desde la antigüedad,
donde tenemos como antecedente la famosísima frase “conócete a ti mismo”; adjudicada al filósofo
Sócrates. Actualmente con el estudio de la inteligencia emocional, la cual se define como la capacidad
de conocerse a sí mismo y de saber manejar nuestras emociones; es como se ha tenido auge el
conocimiento en sí de la persona, independientemente de la capacidad intelectual o del coeficiente
intelectual que posea, incluso hay personas que tienen una inteligencia emocional elevada, lo cual les
permite tener éxito en la vida.
El autoconocimiento implica una introspección y la comprensión de uno mismo, así como saber
controlar nuestras emociones, para poder determinar cuáles son nuestras prioridades, tener las
mejores reacciones y tomar las mejores decisiones.
2.3.1. Conceptualización de Autoconocimiento
Las personas con una autoestima positiva aceptan sus realizaciones y saben encajar críticas y
fracasos. Al contrario, las que tienen una autoestima negativa, tienden al autodesprecio y a la
desaprobación.
C) Componente conductual y comportamental
Este último componente depende de los anteriores y se refiere al comportamiento hacia uno mismo,
que varía dependiendo si la situación que se vive es de aceptación o de rechazo.
Autoconcepto (Pienso)
Habilidad
social Autoestima
(Actúo) (Siento)
2.3.1.1. ¿Cómo conseguirlo?
Son tres los factores y/o variables que influyen en la creación del conocimiento de uno mismo:
❖ Las opiniones y las expectativas que los demás tienen acerca del sujeto tienen una gran
influencia en la construcción del autoconcepto. No es posible percibirse a sí mismo como un yo
sin previamente haber recibido de otra persona la confirmación de la propia identidad personal
❖ Las vivencias de éxito o fracaso que vaya teniendo el sujeto a lo largo de su evolución personal.
Nuestra actuación ante una determinada situación depende de cómo la percibamos, y nuestra
percepción está condicionada por el testimonio de los demás respecto a nosotros mismos y por
las experiencias que hayamos vivido hasta el momento.
❖ La importancia de la opinión de ciertas personas relevantes en la formación de una autoimagen
positiva o negativa. Son las llamadas "personas criterio", es el caso de los padres, profesores,
tutores y los iguales, que tienen distinta influencia en distintas etapas de vida.
2.3.1.2. Dimensiones del concepto de uno mismo
➢ Cómo se ve a sí mismo el individuo (autodescripción): Se refiere a los aspectos a los que nos
referimos cuando nos autodescribimos.
➢ Cómo le gustaría verse al individuo (sí mismo ideal): Está constituido por la imagen deseada,
lo que nos gustaría pensar acerca de nosotros mismos.
➢ Cómo se muestra a los otros (representación diferente ante distintas audiencias): La persona
se presenta de diferentes modos según cada contexto. Es el modo o la forma que intentamos
presentar ante la sociedad, hecho que se produce para proteger y mejorar la propia imagen y
autoestima y así conseguir las metas y los objetivos propuestos, o bien para interiorizar los
papeles sociales.
2.3.1.3. Proceso en la formación del autoconcepto
● Valoración recibida de los demás. Es crucial para el desarrollo de un elevado autoconcepto. Las
expectativas de mantener relaciones afectivas con los otros determinan la estabilidad y el
desarrollo emocional de la persona. Esta valoración se ve influida por los estilos de educación
recibidos, así como por las actitudes y las prácticas educativas de padres y otros sujetos
importantes para la persona.
● Interpretación de los éxitos o fracasos. El sistema de valores o aspiraciones influye en el
autoconcepto. Una forma de influir en él es dar importancia a aquello en lo que el sujeto es
competente quitando importancia a otros ámbitos en lo que no lo es o lo es menos.
● Comparación social. Cada persona tiene sus propios grupos de referencia. El sujeto puede
utilizar criterios objetivos de comparación, o bien, compararse con otros de su contexto o
ambiente inmediato para realizar sus propias autopercepciones.
● Autoatribución (atribuciones de la conducta). Cuando la persona atribuye el éxito a causas
internas, como la habilidad, el esfuerzo o la capacidad, las percepciones de autoestima
aumentan; y a la inversa, cuando es el fracaso el que está motivado por causas internas, como
falta de habilidad, de esfuerzo, o de capacidad, desciende la autoestima.
No olvides que el autoconcepto condiciona la conducta de forma tal que las personas que se
ven a sí mismas de manera positiva se comportan de un modo diferente a las que se ven a sí
mismas de un modo negativo, e interpretan la realidad también de manera diferente.
2.3.1.4. Niveles que intervienen en el autoconcepto
➔ Nivel de socialización.
Los grupos de personas (familia, amigos, compañeros, etc.) con los que nos relacionamos
constituyen una de las fuentes originarias del autoconcepto. Esto hace que las respuestas de los
demás hacia el individuo sean relevantes para determinar cómo se percibe éste a sí mismo
➔ Nivel de aspiración.
Se refiere a la expectativa que tiene una persona de alcanzar el éxito con su actitud en una
situación concreta. Un autoconcepto deficiente reduce la capacidad de plantear y ejecutar un
comportamiento al nivel más eficiente.
➔ Nivel de motivación
Está estrechamente relacionado con las actitudes de las personas que forman parte del
contexto educativo, y que interactúan en la formación del autoconcepto.
2.3.1.5. Actitudes que potencian el autoconcepto
- Actitud realista. Hacer una lectura positiva de lo que nos ocurre es una actitud muy útil en los
malos momentos.
- Actitud flexible. No hay que ser demasiado exigente con uno mismo, sobre todo cuando se
comete algún error.
- Actitud responsable y respetuosa. Hay que hacer lo que se tiene que hacer y no dejar que los
demás lo hagan por nosotros; también nos tenemos que tratar con respeto a nosotros mismos.
- Actitud positiva. Hacer una lectura positiva de lo que nos ocurre es una actitud muy útil en los
malos momentos.
- Actitud de satisfacción. Hay que estar satisfecho con uno mismo, no se puede estar
continuamente buscando la aceptación de los demás.
- Actitud personal o propia. Hay que ser uno mismo, sin supeditar los actos o comportamientos
a la aprobación de los demás.
- Actitud crítica. No se puede vivir bajo la influencia constante de la opinión ajena; se debe
mantener una actitud crítica y abierta ante los demás.
- Actitud de autocomprensión. Hay que aceptarse como se es, con nuestras virtudes y nuestros
defectos; si nos aceptamos, los demás también nos aceptarán.
- Actitud de decisión. Hay que saber tomar decisiones por uno mismo y no en función de los
demás.