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LA CREACIÓN EN LA EVOLUCIÓN

(Resumen del libro de Christian Montenat,


Luc Plateaux y Pascal Roux; algunos apuntes de Ladaria)
Creacionismo.
- Creacionismo en las culturas antiguas. En la mayoría de las
culturas se pensó en un comienzo instantáneo de la creación porque
en la observación diaria los seres que aparecen son, aparentemente,
iguales a los que los engendran. Es la teoría del creacionismo,
mantenido con el paso del tiempo por el literalismo en la
interpretación de los textos que explican así el comienzo del mundo.
La idea de evolución no existía. (¿La idea del evolucionismo podría
fomentar la del eterno retorno?)
- Los cristianos intentaron salvaguardar el creacionismo. Al
aparecer datos empíricos que parecían apoyar el evolucionismo, los
cristianos intentan rechazarlo con la idea de sucesivas creaciones: era
una variante del creacionismo que seguía de acuerdo con la lectura
literalista que se hacía de los textos bíblicos.
Cuando el creacionismo era ya indefendible, el creacionista seguía
en sus trece pero intentando salvaguardar al menos la creación
instantánea del hombre: en el fondo era este el objetivo noble del
creacionismo y sus variantes, defender la idea de que el hombre se
distingue de cualquier otro animal.
- Respuesta adecuada cristiana. No hay, por tanto, que
confundir creacionismo con creación. Una respuesta cristiana al
problema puede ser el pensar en una acción creadora de Dios de
forma continua. Evolución no se opone a creación sino a creacionismo.

- Aunque sorprenda, hay que decir que los teólogos en la historia (SS.PP.,
santo Tomás de Aquino, etc.) no siempre han defendido el creacionismo
instantáneo (Dios solo interviene en el primer instante de la creación) sino la idea
de un Dios que mantiene constantemente la historia desarrollando la creación de
manera continua (Teilhard de Chardin, Karl Rahner, etc.)
- Estas respuestas han de animar a los cristianos a no temer los
interrogantes científicos que, aparentemente, contradicen su fe, porque la
creación en sí misma es palabra de Dios y, por tanto, en ella está la verdad. Así,
los descubrimientos científicos pueden iluminar nuestra fe (por ejemplo, el
principio antrópico: el universo es finito pero ilimitado) El crecimiento intelectual
no tiene porqué ir en detrimento de la fe. Al contrario, puede fortalecerla.
- Por otro lado, el verdadero científico es el que reconoce los límites de la
ciencia.

Algunas ideas que se verán después:


1. La diferencia entre lo inerte y lo viviente es abismal (por la complejidad de
lo viviente). Admitiendo, sin embargo, que lo viviente proviene de lo inerte, las

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etapas que contienen ese paso son tan complejas que difícilmente pueden ser
algo aleatorio, un cúmulo de casualidades: están sometidas a ciertas leyes.
2. Que lo viviente proviene de lo inerte es como decir que biología y química
no tienen fronteras entre sí (¿o que no hay frontera entre física y matemáticas?)
Es un argumento para pensar en la coherencia que hay entre los diferentes
ámbitos de nuestro universo.
3. Evolución y libertad. Los seres más evolucionados han escapado de un
número mayor de condicionamientos bajo los que empezaron sus respectivas
especies. A más evolución, más libertad.
4. La existencia de Dios no es evidente. Para el que sí lo cree, Dios no es
alguien que tuvo su protagonismo en el momento inicial de la creación sino a
cada instante. Por eso, el creyente camina pensando que su vida es una
respuesta a la llamada que es el existir. ¡¿Cómo respondemos a la llamada que es
nuestra propia existencia?! (No entender así la propia existencia no significa que
la respuesta que es la vida diaria de cada uno no pueda ser excelente)

EL ORIGEN DE LA VIDA
Definición: el ser vivo es un organismo complejo en el que hay movimiento de
material (energía) para construir y mantener su estructura; y esto, siguiendo las
pautas marcadas por la información que se encuentra en su estructura: el código
genético. Con ello consigue reproducirse y añadir individuos a su especie.
Algunos seres vivos tienen, además, capacidad para el desplazamiento. Si hay
capacidad para la autorreproducción, el ser vivo se define aún más como ser vivo.
Ese movimiento de material puede suspenderse temporalmente pero, si
desaparece definitivamente la posibilidad de que se dé ese movimiento, el
organismo está muerto.
En el ser vivo se dan tres funciones:
a) autoconstrucción (autorreproducción)
b) autoconservación
c) autorregulación
Tamaño de los elementos microscópicos. El ojo humano no ve más allá de
una décima de milímetro, es decir, 100μm, 100 micrones, 1 millón de Å. El
glóbulo rojo tiene un diámetro de 100 micrones. De mayor a menor tamaño:
glóbulo rojo – bacteria – virus – proteína – molécula.
En el ser vivo son importantes las siguientes sustancias:
- Azúcares (glúcidos) y grasas (lípidos), más bien pasivas.
- Ácidos nucleicos y proteínas, activas en la autorreproducción y la
autorregulación
Las diferentes proteínas tienen diferentes funciones. Las más importantes
son las enzimas, que aceleran las reacciones químicas.
Las proteínas son una cadena de aminoácidos unidos entre sí. Los
aminoácidos son solo veinte. (La estructura del ADN y la identificación de estos
aminoácidos la hicieron WATSON y CRICK (+2004))

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Definiciones
- Cromosoma: conjunto de genes, es decir, de moléculas de ADN, de
cadenas de azúcares. A cada proteína le corresponde un gen que tiene
la información necesaria para su síntesis.
- Célula procariota: el núcleo celular no está separado del citoplasma.
- Célula eucariota: el núcleo celular está separado del citoplasma.
En realidad, el gen es una doble cadena de azúcares. Entre desoxirribosa y
desoxirribosa hay una molécula de ácido fosfórico, y las dos cadenas se unen
enfrentándose gracias a las bases que hay unidas a cada desoxirribosa. Solo hay
cuatro bases; sin embargo, en el ARN una de las cuatro bases es diferente (en
realidad, por tanto, hay cinco bases distintas)
Cómo se elabora la proteína. Las proteínas son construidas dentro del
ribosoma, elemento celular constituido a su vez por ácido ribonucleico y otras
proteínas. Las instrucciones de ensamblaje las da el «ácido ribonucleico
mensajero», que a su vez es sintetizado antes en el núcleo, según la información
contenida en el «ácido desoxirribonucleico»
Una enzima (que a su vez es una proteína especial) dirige la división de la
doble cadena helicoidal. Otra enzima diferente hace que se complete la cadena
simple convirtiéndose esta en ARNm. Este va hasta el ribosoma y al entrar va
descargando sus bases de tres en tres; cada grupo de tres bases atrae al grupo
contrario de tres bases de otro ADN que se encuentra en el citoplasma: al ARNt
(transferente). Este tiene la cualidad de que en cada grupo de tres bases lleva
adherido un determinado aminoácido. Cuando los dos conjuntos de tres bases,
del ARNt y del ARNm, se unen, el aminoácido queda suelto y se añade como un
eslabón más a la cadena proteica de aminoácidos.
Así pues, existe un círculo vicioso: el ADN programa la síntesis de las
proteínas; pero sin las proteínas el AN no puede existir.
Entre lo muerto y lo vivo. Estados intermedios entre lo inerte y lo vivo. El
virus es un ser intermedio. Contiene información genética, pero no es capaz de
sintetizar sustancias: las roba a otros seres vivos, es un parásito. Podrían ser un
ejemplo de aquellos posibles seres que existieron antes de los primeros seres
vivos que fueron tales. Parecen, sin embargo, consecuencia de la existencia de
seres vivos, no son anteriores a ellos.
Lo mismo ocurre con los viroides: simples ARN incompletos, que lo único
que consiguen es inducir su propia fabricación por la célula parasitaria. Tambien
parecen posteriores a los seres vivos.
Lo inerte. Hay estructuras inanimadas que poseen características del ser
vivo: las microgotas. Se reducen básicamente a una membrana limitante. Pero
pueden absorber moléculas y haste dividirse y sintetizar algunas sustancias.
¡¡Estas funciones, por tanto, se dan en lo inerte como en lo viviente!! pero no
constituyen por sí mismas a un ser vivo.
Hay que recordar que no conocemos cómo fueron los primeros seres vivos y
las estructuras prebiológicos y que en las actuales condiciones, sobre todo por la
existencia del oxígeno atmosférico, no es posible observar la génesis del ser vivo,
el paso de lo inerte a lo vivo.

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La posible primera etapa hacia el nacimiento de la vida pudiera ser la
descrita por el experimento en 1954 de Stanley Miller. Aplicó a una atmósfera de
CH4, H2O, H2 y NH3 (posible atmósfera primitiva, conocida a partir de la geología y
de los conocimientos astrofísicos) descargas eléctricas. Resultado: aparecieron
diferentes sustancias, entre ellas... ¡aminoácidos!
En posteriores experimentos, aplicando radiación, rayos ultravioletas, etc.,
se pudieron obtener ¡todos los aminoácidos!
En una segunda etapa se van produciendo protenoides. Se unen también
entre sí moléculas de ribosas, ácido fosfórico y bases, creando nucleótidos.
En la tercera etapa aparecen las microgotas.
En la cuarta etapa las síntesis en la microgota se perfeccionan hacia
proteínas y ácidos nucleicos, creándose los protobiontes. Los protobiontes se
alimentaban necesariamente del exterior. En esto se parecerían a los actuales
virus, pero es solo un supuesto ya que, como se dijo arriba, no se sabe si los
virus son antepasados de los protobiontes o solo consecuencia desvirtuada de la
existencia de la vida.
Monofiletismo y polifiletismo. Lo casual o lo inevitable.
Si se dice que la aparición de un ser vivo fue una absoluta casualidad se
está proponiendo, en consecuencia, un esquema monofilético de la evolución
de los seres vivos. Si se dice que la aparición de los seres vivos responde a la
probabilidad de que la materia tiende a transformarse en vida y que esto ocurrió
en la biogénesis siguiéndose múltiples caminos se está proponiendo un esquema
polifilético de la evolución. Así pues: monofiletismo o polifiletismo.
Ya no se piensa que la vida apareciera después de tener mínimas
posibilidades. Al revés: parece, más bien, que era algo inevitable. Y se abrió
camino por diferentes líneas a la vez. La biogénesis era inevitable, es decir, estuvo
regida por alguna ley (esto significa que el mundo es comprensible) que aún no
está formulada pero que describiría esta tendencia de la materia hacia la vida.
Dicho de forma más misteriosa si cabe: la materia parece querer crear a un ser
para ser así consciente de sí misma.
A esto se puede objetar: el segundo principio de la entropía habla de un
aumento de entropía, es decir, de un aumento de desorden, y la biogénesis como
inscrita en la materia va en contra de esto. Se puede contraargumentar: el
principio está formulado para sistemas cerrados. La biogénesis es un proceso que
estaba abierto a todo el ambiente circundante donde tuvo lugar. Además, siendo
cierto que la biogénesis es aumento de orden, un desorden mayor puede darse
simultáneamente a otro nivel siendo así el sumatorio de entropía mayor que cero.
Por esta ley que se descubre en la materia es fácil admitir la posibilidad de
vida en otros planetas porque también es fácil suponer que en ellos hubo o hay
o habrá condiciones parecidas para una biogénesis.
La primera pregunta filosófica será: ¿por qué el hombre ha sido capaz de
hacer epistemología? ¿Por qué es capaz de tomar distancia frente al objeto y ser
consciente de ser diferente de él? ¿Por qué es capaz de descubrir y hacerse una
idea de la comprensibilidad que de por sí parece tener el universo físico?
Azar, ley, libertad, Dios.

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Pruebas no se pueden presentar para concluir que Dios existe. Pero sí
podemos razonar desde diversos campos a favor de esta posibilidad. Por ejemplo,
desde el campo científico.
La primera teoría de que la biogénesis fue azarosa fue adoptada por muchos
creyentes. Aquí se entiende el azar como las actuaciones extranaturales de Dios
que Él considera oportunas. Y se puede tener así un concepto de Dios como de
creador del universo que lo mantiene a cada instante.
Llevada hasta el extremo, hace de Dios un caprichoso y esto supone concebir
un mundo como algo sin leyes propias en su devenir, sin comprensibilidad
posible; y al ser humano, sometido totalmente al capricho divino, es decir, sin
libertad. Caeríamos en un fatalismo.
La segunda teoría, que habla de una ley por la cual la biogénesis ha sido
algo más bien inevitable, puede caer en el extremo del determinismo. Sin caer en
ese extremo, en el que las leyes del universo son necesarias en toda situación,
esta teoría puede ser interpretada por el creyente como expresión de que la
evolución misma es muestra, huella que Dios ha inscrito en la creación. Así, la
emergencia del hombre no es algo desprovisto de toda espiritualidad: no deja de
ser emergencia desde la misma materia pero tampoco carece de carácter espiritual.
Desde el inicio, Dios aporta a la materia la capacidad de emergencia de un ser
vivo material y espiritual. Es una creación, no un creacionismo.
Para el creyente que acepta esta teoría sin caer en un determinismo estricto
Dios ha aportado una inteligibilidad al mundo pero que no coarta la libertad que
surge o emerge de la materia, ¡a pesar del riesgo que esto supone!

AUTONOMÍA DEL SER VIVO


La reproducción, inicialmente no era sexuada. Los individuos producidos
eran exactamente iguales. Con el tiempo apareció también la reproducción
sexuada. Esta favorece la evolución ya que ofrece mayor diversidad.
El crecimiento del ser vivo, su cada vez mayor número de células, hizo de las
células algo cada vez más diverso. Unas células son capaces de producir
diferentes tipos de tejidos. Pero las así especializadas pierden capacidad de
reproducirse cuanto más elevado es el tipo de especialización. Además envejecen
y acaban muriendo y, por tanto, el órgano que conforman y, finalmente, el ser
vivo al que pertenece tal órgano.
La muerte es el precio del aumento de complejidad y autonomía. Y lo que
sobrevive no es el individuo sino la especie.
Hacia los 450 M.A. aparecen los primeros vertebrados. Cuando los animales
consiguen salir del agua totalmente, es porque ya tienen desarrollado un sistema
pulmonar. De los primeros peces con aletas y mandíbulas salieron los
«crosopterigios», cuyas aletas se habían transformado hacia un tipo de patas
rudimentarias (algo parecido al actual «coilocanto») Así, de estas especies salieron
los vertebrados caminantes: los tetrápodos (¡eres un tetrápodo!)
Más tarde algunos seres adquieren la homotermia: la capacidad para
mantener la temperatura corporal más o menos constante. Más tarde la
viviparidad placentaria y así, la lactancia. Esto suponía un tiempo de
socialización del cachorro dirigida por su madre.

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Durante la era de los reptiles, los mamíferos vivieron en un segundo plano,
pero cuando aquellos retrocedieron, los mamíferon se desarrollaron en todos los
ambientes.
Y así se llegó a un grupo de primates que adquirió una postura erecta. Los
miembros anteriores quedan libres. Y, además, cosa que no ocurría en los
reptiles (aunque sí poseía libertad en los miembros anteriores), ya no hay
suspensión craneana: la cabeza queda exactamente encima de la columna.
La consecuencia de esto último es que los obstáculos para una expansión
craneana desaparecen:
a) Nuca. Sus músculos disminuyen de tamaño ya que no tienen
que aguantar el peso del cráneo. Los huesos complementarios también
(dejan más hueco al cerebro)
b) Frente. La capacidad prensil es de las manos: el hocico, los
dientes, las mandíbulas disminuyen su tamaño. La frente gana
espacio.
c) Mandíbula. La masticación disminuye y los músculos de las
sienes también, dejando espacio al cerebro.
Este grupo de primates eran los australopitecos.
De esta forma hubo tres liberaciones básicas:
1. La salida del agua (incorporando el ser vivo el agua a sí mismo)
2. La homotermia (se libera del ambiente térmico) y, con la viviparidad
placentaria, la incubación no depende de los cambios climáticos.
3. Liberación de su propio cuerpo: al construir y usar instrumentos.
La cuarta y más importante liberación sería la que constituyó la
autoconstrucción.
Teorías que se han propuesto para explicar la evolución:
a) PIERRE LOUIS MOREAU DE MAUPERTUIS
Hacia la mitad del siglo XVIII, este matemático, planteó la posibilidad de que a
partir de solo dos individuos pudieran haberse originado todas las demás especies:
sucesivos «errores» en la reproducción habrían ido dando poco a poco seres cada vez
más diferentes.
Fue ridiculizado por Voltaire pero elogiado por Buffon. Su teoría podría
llamarse transformismo.
b) JEAN BAPTISTE DE MONET, caballero de LAMARCK
Sus primeras obras llamaron la atención de Buffon. Entonces, defendía el
fixismo, la constancia de las especies y negaba la generación espontánea.
Sin embargo, a comienzos del siglo XIX llega a la conclusión de que a) el
ambiente y b) el esfuerzo del animal lo van transformando durante su vida, y que
esta transformación se transmite a la siguiente generación. Acabó afirmando la
generación espontánea pero solo para los seres vivos más simples conocidos
entonces.
Lamarck no acertó con su teoría. Recibió la burla de los creacionistas como
CUVIER: la teoría oficial era el fixismo o el creacionismo. A pesar de los continuos
descubrimientos geológicos y paleontológicos (aunque no eran concluyentes)
muchos se negaban a establecer una evolución de las especies y los creacionistas
adecuaban su teoría a los nuevos descubrimientos haciendo de esta algo cada vez
menos defendible y absurda. Así, d’Orbigny habló de veintisiete creaciones sucesivas
para explicar los diferentes escalones evolutivos que mostraban los descubrimientos

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geológicos. De esta forma el creacionismo seguía estando de acuerdo con los
descubrimientos y con la lectura literal de la Biblia.
El problema era, pues, que los defensores del evolucionismo no conseguían
hallar una teoría satisfactoria para explicar la evolución.
c) DARWIN. En 1869 expone su teoría sobre el origen y evolución de las
especies mediante la selección natural. La aparición casual de un carácter ventajoso
para la supervivencia en un individuo de una especie es transmitido por filicación.
Con el tiempo, el número de individuos con esta característica se impone al de los
que no la tienen.
La naturaleza, tal como es, selecciona a los más aptos ante las exigencias del
ambiente. Darwin, sin embargo, no explica cómo se dan esos cambios o, por lo
menos, no da una explicación satisfactoria. Según Darwin, los cambios son casuales
aunque el ambiente tiene algo que ver en ello.
Al mismo tiempo, el monje austriaco MENDEL estaba estudiando los
rudimentos de la genética que explicaban la transmisión de los caracteres que hacen
evolucionar a una especie.
d) NEOLAMARCKISMO. A finales del siglo XIX hubo quienes continuaron en
las tesis de Lamarck al observar cómo la reconstrucción de filums de diferentes
especies hacía pensar en una activa adaptación del ser vivo al medio como causa de
la evolución. Pero si estas adaptaciones (o bien del ambiente en el ser vivo o del ser
vivo sobre sí mismo ante las condiciones ambientales) no se daban al mismo tiempo
en las células de la reproducción no se transmitían, ya que en el proceso de
reproducción (y esto se vio entonces por primera vez) solo eran protagonistas en la
transmisión de todos los caracteres las células sexuales. Con esto el lamarckismo
quedaba totalmente refutado, aunque en cierto sentido, no definitivamente.
El dogma fundamental de la genética dice que el traslado de información va
siempre del ADN al ARN y hasta la proteína. Este dogma dificulta las teorías
lamarckianas que pretenden defender que las variaciones evolutivas son orientadas
activamente por el individuo o por el ambiente. Sin embargo el neolamarckismo
más moderno ha aprovechado el descubrimiento de que en ciertos virus se rompe
con este dogma y la información viaja en sentido contrario. Se conocen, ciertamente,
actuaciones del ambiente (por ejemplo, radiaciones) sobre el ADN, que lo varían,
pero los efectos no son una adaptación a esas condiciones ambientales: lo único que
hacen es aumentar el número de mutaciones si es que las hubiera.
Sin embargo, se sabe ya que las mutaciones no son tan azarosas como se
creía. ¿En qué sentido? Solo en el de que los diferentes tipos de mutaciones están
enmarcadas según la especie: en cada especie hay una probabilidad diferente de que
se dé cierto tipo mutación.
e) NEODARWINISMO. El neodarwinismo completó la teoría de Darwin. Dijo
que las variaciones en el individuo se deben a mutaciones genéticas al azar, y que la
selección natural no siempre actúa: por ejemplo, cuando no hay competencia entre
individuos. En este caso lo que se produce es una «deriva genética».
f) NEUTRALISMO. El matemático Kimura mediante el cálculo de modelos
teóricos dice que la mayoría de los genes escapan a la selección natural, no son
causa de competencia entre los individuos. No niega la selección natural pero la
restringe a una pequeña cantidad de genes. Sin embargo, no explica cuál es la
importancia de los genes que sí se someten a la selección natural y la de los que
escapan a ella.

EL COMPORTAMIENTO Y LA AUTOCONSTRUCCIÓN
Una mayor complejidad del ser vivo implica una mayor complejidad en los
comportamientos para la subsistencia. Los comportamientos innatos o
instintivos son los no aprendidos, que se dan de forma automática según la
información genética (por ejemplo, la mariposa sabe volar en cuanto sus alas se
han hecho rígidas) Se trata de comportamientos predeterminados. El individuo no
es consciente de los resultados que se van a derivar de su comportamiento
innato.

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Pero el ser vivo es, además, capaz de a) adaptar tales comportamientos
innatos a nuevas situaciones y b) protagonizar nuevos comportamientos
impulsados al enfrentarse a nuevas situaciones. Estos últimos son los
comportamientos adquiridos o aprendidos (los famosos perros de Paulov
desarrollaban un reflejo condicionado a la escucha de campanillas que les
anunciaba la hora de comer, después de haber asociado el sonido de las
campanillas con la vista de comida). La estructura genética no contiene estos
comportamientos y tampoco se ajusta a ellos, aunque sí limita la cantidad y tipo
de los mismos.
Decidir qué es innato y qué adquirido en el comportamientos animal es ya
una vieja cuestión porque comportamientos que parecían adquiridos son, en
realidad, innatos pero no habían tenido la oportunidad de salir a la luz debido a
condiciones inadecuadas. Y comportamientos que se creían innatos ¡¡quizá son
adquiridos en la etapa embrionaria!! (por ejemplo, la escucha de un embrión de
música puede desarrollar en él una capacidad mayor para asimilar música más
tarde) Quizá es demasiado abstracto hablar de «innato» y «adquirido»: esto es solo
una clasificación abstracta de comportamientos; así, los comportamientos
adquiridos pueden llegar a ser totalmente automáticos, característica propia de
los innatos (por ejemplo, recursos muy automáticos del intérprete en la
improvisación musical)
En la historia ha sido habitual el atribuir compotamientos humanos a
animales, en fábulas, mitos, etc. Es el antropomorfismo, aunque no era ignorante
acerca de la naturaleza del instinto, fuerza principal en el comportamiento del
animal.

El elemento cultural se da en toda especie cuando hay transmisión de


comportamientos adquiridos. En la mayoría de los casos es por imitación. En
las especies más complejas se da una instrucción de un miembro a toda la
población local (un chimpancé, por ejemplo, avisa a los demás o enseña un
comportamiento adquirido) Se muestra así cómo el elemento comunitario
intensifica el elemento cultural. Así, la privación de esta comunidad perjudica
gravemente el desarrollo del individuo.
Otro elemento propio de una mayor complejidad es el reconocimiento de sí
mismo (un babuíno no lo hace, pero un gorila sí)
El hombre. Lo más complejo en la cultura es la comunicación (primates
superiores) pero en el hombre alcanza un nivel muy complejo, dándose por medio
de múltiples códigos. Esta capacidad de transmisión de conductas adquiridas
puede no solo añadir conductas a las puramente instintivas sino crear
conductas contrarias a las instintivas eliminándose estas: en un niño nacido
intersexuado es posible educar su identidad sexual en un sentido concreto,
masculino o femenino. Incluso, y lo vemos en la actualidad, la dimensión social
del sexo puede desarrollarse en contradicción con las dimensiones cromosómica,
anatómica y fisiológica, las cuales, provenientes de la genética no pueden
desaparecer en el individuo.
Comentario sobre la homosexualidad. El hecho de que en
especies animales y en el hombre se dé la homosexualidad es un
apoyo a la idea de evolución: y más aún el hecho de que tal
comportamiento en el animal es anecdótico, mientras que en el
hombre está muy extendido. Aunque parezca contradictorio la más
extendida homosexualidad en el hombre es prueba de su mayor
evolución: porque la homosexualidad es un ejemplo de
comportamiento adquirido que es capaz de contrariar al
comportamiento innato. No sería cierta la afirmación de que

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siempre ha habido el mismo número de homosexuales (en el fondo
sería afirmar que es una cuestión innata) pero que lo ocultaban por
presión social; la interpretación del creciente fenómeno homosexual
actual puede ser otra: el aumento de publicidad que se hace de tal
comportamiento pone al alcance de más personas la posibilidad de
acceder y adquirir este comportamiento. Alguien ha dicho que la
homosexualidad es una moda. ¿Podríamos decir que la
homosexualidad es la innata atracción física desprovista de instinto
de conservación? Podemos decir que la homosexualidad es un
comportamiento nada innato o nada natural (como se diría hoy) ya
que ha apartado de sí mismo el instinto por excelencia: el instinto
de conservación de la especie.
La prueba de que la homosexualidad, comportamiento más
extendido en el hombre que en otras especies, es adquirida, social, y
hay poco de innata en ella es, precisamente, que el hombre está en
la cima de la escala evolutiva.
La homosexualidad centra su comportamiento en el
instinto sexual, el de obtención de placer, por otra parte,
necesario para el ser humano. Al centrarse ahí, aparta de sí el
instinto de conservación de la especie. En este sentido la
homosexualidad es un comportamiento contra natura. No
porque quiera obtener placer, lo cual es bueno, sino por no
dejar resquicio al más importante de los instintos naturales, el
de conservación de la especie. La adopción de niños no resuelve
esta contradicción: porque el homosexual que adopta un niño
favorece efectivamente la continuidad de la especie pero niega
parte de esa posibilidad en su propio ser.

La autoconstrucción del hombre


El hombre llega a elegir en diferentes comportamientos según la causa final
que los motiva. En los animales la causa final encuentra una satisfacción
relativamente rápida. Sin embargo, el hombre puede elegir un comportamiento
motivado por una causa final que traiga satisfacción al individuo a largo plazo
o, incluso, inscrita en un proyecto de vida. Esta posibilidad de elegir y el mismo
hecho de elegir según una finalidad e, incluso, inscrita en un plan de vida,
posibilita la libertad (esto ya nos dice que la libertad es algo más que esto pero
que no se da sin esto).
Con ella es capaz de ir, incluso, en contra de sus instintos, y ello según las
finalidades que prevé. El problema que surge entonces es: ¿qué valor tiene cada
finalidad? La reflexión acerca de esto crea diferentes opiniones, diferentes
concepciones éticas. De forma general, se puede decir que la ética menos
alienante será la más adecuada para la satisfacción del hombre.
Trabas a la autoconstrucción, a la libertad
Es posible que no se dé la autoconstrucción cuando el elemento cultural
avasalla tanto con sus modelos de conducta que no deja tiempo para la reflexión
y la posterior elección. Pero puede ser que el mismo individuo deje de dar
importancia a la causa final del comportamiento haciendo elecciones sin una
orientación y, de esta forma, elige las conductas según si son dominantes o no
en la sociedad, y cuyas finalidades pueden no mantener una coherencia entre
sí (esto es lo que lo ocurre siempre al hombre según SARTRE; el hombre se ve
obligado a seguir una moral de situación) A veces el individuo reivindica estas
elecciones como ejercicio de su libertad pero, a menudo, sin saber que es un uso
real pero pobre de las posibilidades de su libertad.
Una autoconstrucción del individuo necesita de la coherencia entre
finalidades. Cuando no hay coherencia entre esas finalidades (por ejemplo, tendrá
la experiencia de que deseando amar, no ama porque sus comportamientos son

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puramente instintivos, para cubrir necesidades sensitivas) es porque tales
comportamientos son más bien instintivos (es esa la única coherencia entre sí).
Esto lleva al hombre precisamente a sumergirse en el determinismo genético del
que la evolución le ha sacado.
Lo que distingue al hombre de otros animales no es el comportamiento
instintivo, condicionado, alienado, ... sino la autoconstrucción. La
autoconstrucción constituye así la cuarta liberación que obtiene el hombre en
su evolución.
HOMINIZACIÓN
La hominización ocurrió los últimos 4 millones de años (M.A.) En los tres
primeros, anatómicamente; en el último millón de años, psicológicamente.
Más o menos se observan tres etapas:
a) Australopitecos y Homo habilis
b) Homo erectus
c) Homo sapiens
• El australopiteco solo estuvo en África.
Aust. afarensis (-4 M.A.) (la famosa «Lucy»)

Aust. africanus (-3 M.A.)

Aust. robustus (-2 M.A.)


Más tarde, surgieron formas de australopitecos en los que la capacidad
craneana era mucho mayor (750 cc. frente a los 450 cc. del A. robustus) Estos
homínidos son considerados ya Homo habilis.
De algún australopiteco que ya poseía marcha bípeda se derivó el hombre,
mientras que el resto se encontró en callejones sin salida.
Hace 2 M.A. aparecen los primeros utensilios (guijarros tallados) El hombre
se libera de su propia anatomía al construir y usar instrumentos.
Así, hay que destacar los siguientes avances:
a) Marcha bípeda
b) Construcción o elección y uso de instrumentos para anticiparse a alguna
futura situación.
c) Construcción de hábitat (chozas, etc.) que parece implicar 1. cierta
relación social y 2. cierto nivel de lenguaje o comunicación.
• El homo erectus se encontraba en África, Europa y Asia. Es de hace 1
M.A. Su capacidad craneana era de entre 850 a 1280 cc. Proviene del homo
habilis y es, a su vez, antecesor del homo sapiens.
Elementos nuevos de comportamiento son:
a) Piedra tallada mucho más elaborada con sentido estético.
b) Uso y mantenimiento del fuego. Esto suponía cocimiento de los alimentos
y protección.

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c) Canibalismo. Función ritual mágica. Se trataba de obtener las
características o propiedades de la víctima. En el H. erectus sinántropo de Pekín,
está ampliado el orificio occipital para consumir el cerebro. (En el totemismo el
canibalismo era para obtener las carácterísticas propias del tótem que este
proporcionaba a la tribu; así, miembros de una tribu comían órganos de miebros
de otra tribu para adquirir sus características y ser más fuertes)
• El homo sapiens es un homínido que apareció hace 400.000 años.
Algunos homo sapiens en Europa evolucionaron hacia el H.sapiens
neardentalensis (apareció hace 100.000 años y desapareció hace 30.000 años)
pero este fue sustituido por otro homo sapiens en la cuenca oriental del
Mediterráneo y que también en oriente prosperó: el futuro homo sapiens sapiens.
- Los instrumentos se perfeccionan. Arma arrojadiza que supone una
liberación respecto del espacio.
- Ritos funerarios y, por tanto, primeras respuestas al enigma de la muerte.
- Arte muy elaborado. Las pinturas suelen representar animales: pero
siempre para reflejar la importancia que daban a valores como lo masculino o lo
femenino (en escultura, las «Venus» parecen hacer referencia a la fertilidad); o por
una función mágica destinada a obtener una buena caza. Lo apoya el hecho de
que eran pintadas muy adentro de la cueva, en los sagrarios. Así, se puede
suponer que elaboraron mitos y creían en ciertas fuerzas misteriosas.
Sin embargo, hace 10.000 años cambia el arte. No parece haber un carácter
religioso en el arte y se representa más al hombre en tareas cotidianas. Quizá el
arte no es ya el canal específico para la descripción del mito.
MONOGENISMO Y POLIGENISMO
La especie humana es momofilética, es una de las especies que se derivaron
de un mismo tronco (filum) común.
Por otro lado, se acepta que no se produjo la especiación de una sola pareja
de individuos: esto sería el «monogenismo» o «hipótesis adámica» La especiación
se dio en grupos de individuos: es el «poligenismo»
Antes hay que explicar qué es la especiación:
Dos especies son diferentes cuando ya no se cruzan de forma natural o cuando,
pudiendo cruzarse de forma natural, sus descendientes son estériles. Para ello se
necesitan muchas mutaciones acumuladas. Las mutaciones pueden ser génicas
(afectan al interior del gen) o cromosómicas (afectan a la disposición de los genes en
el cromosoma)
La especiación puede darse por razones geográficas: parte de una población
queda aislada y va evolucionando de manera diferente a la población original hasta
que en un futuro encuentro no se cruzan ya. Es la especiación alopátrica.
La especiación simpátrica (en un mismo lugar) puede darse cuando la
mutación produce un cambio en las costumbres del individuo que difieren del resto
y lo va separando a él y su descendencia de ese resto. Los seres híbridos que se
produzcan serán de menor fecundidad y esto frenará su desarrollo, el cual acabará
totalmente cuando los seres híbridos sean totalmente estériles (ej.: el asno)
Existe la especiación instantánea por duplicación, triplicación o más del
númaro de cromosomas. Solo se da en el mundo vegetal.
(Un detalle interesante es que las especiaciones no se producen tan
constantemente como cabría esperar. Las especies se mantienen bastante
constantes en el tiempo hasta que llegado un momento aumentan la velocidad con
que se transforman, como si las mutaciones fueran acumulándose pero solo en poco
tiempo produjeran sus efectos.)

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Sin embargo, es possible, aunque la probabilidad es mínima, la hipótesis
adámica: una especiación simpátrica, con una acumulación de mutaciones
cromosómicas (junto a algunas génicas) que producirían, no una reducción en la
fecundidad en los posibles híbridos, sino un total aislamiento reproductivo, y que
se dieran en dos cromosomas homólogos (una serie proviene de la madre y otra
del padre) y a la vez; y que se dieran en un mismo lugar, época, y en dos
individuos de sexos diferentes que procrearan. Esto es muy poco probable. Se
puede pensar en una actuación de Dios que, desde luego, sería muy providencial.
Pero este tipo de actuaciones, cuando se producen, han de ser entendidas por el
ser al que se dirigen, y no se producen sin la aceptación humana.
Por esta baja probabilidad hay que aceptar que la especiación humana fue
de una población, no de una sola pareja.
¿El hombre viene del mono?. El australopiteco no era plenamente humano
pero tampoco un simple antropoide. Mucho menos se puede decir que era un
mono y que, por tanto, el hombre proviene del mono. Los monos, o simios
(primates (palabra que engloba a muchas especies, incluida la humana) del grupo
del orangután, el gorila o el chimpancé) provienen de un antropoide común a
ellos y al australopiteco. La hominización como tal se produjo después del
establecimiento de las características anatómicas humanas básicas.

Cuando el homo erectus, posiblemente el pitecántropo, eligió movido por una


causa final a largo plazo, podemos decir que era ya un hombre.
Se trata ahora de explicar el porqué de la libertad y de esa dimensión
religiosa del hombre que ya el sinántropo o el homo sapiens revelan en sus
costumbres y ritos (canibalismo, ritos funerarios, pinturas de finalidad
mágica, ...)
Para el creyente esta dimensión es capacidad para comunicarse con Dios,
con el Misterio o, por lo menos, y así sería aceptable por todos, es capacidad para
interpelar a un posible Dios.
Reflexión personal.
Primero, es casi imposible negar el posible acontecimiento del primer ser
humano que realizó un acto moral, como algo nuevo, como un salto cualitativo en la
conducta humana. En el acto moral, uno de los criterios morales indiscutibles es la
conciencia moral: esta impulsa a decidir qué es bueno o malo y también hacia la
realización del bien. ¿Cómo explicar el acto moral como algo que aparece
progresivamente? (Creo que podría darse alguna explicación satisfactoria; todavía no
sé cual)
¿Qué sentido podemos darle a la dimensión religiosa del hombre sin la
existencia de Dios? El hombre, llamado por su biología a preguntar sobre su
destino, si no tiene respuesta a la existencia a) de un Dios b) que responde (es decir,
dotado de solicitud por nosotros, por tanto, de respuestas personales), está abocado
al fracaso, a la «náusea» o la «angustia», a la muerte espiritual al no poder
responder a la muerte biológica. ¿Cómo explicar la aparición de la vocación
metafísica del hombre como algo continuo? (A esto también cabría buscar y
encontrar una respuesta satisfactoria)

Así se entiende que la teología hable de un Dios Amor.


El primer dilema de elección ante el que se encontró el ser humano fue creer
o no en Dios, porque su dimensión religiosa le impulsa hacia la posibilidad de
Dios, pero la dimensión material en la que vive, en parte se lo niega. Esto explica
el lenguaje teológico que habla de «alianzas». La propuesta de la alianza sería
correspondiente a la presentación del dilema. Aceptar la Alianza sería creer en un

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Dios Amor que traería al hombre satisfacción intelectual y afectiva. Rechazar la
Alianza sería no creer en Dios y seguir en el angustioso dilema, en el angustioso
misterio. El rechazo, por tanto, es obra del hombre pero justificable. (¿Es este
rechazo el «pecado original» del que se habla en teología?) El rechazo de Dios,
inicial y posterior, sería simbolizado en el relato del pecado original del Génesis,
así como los efectos de sentimiento de fracaso, falta de sentido, ...
Es fácil explicar el pecado original (recordar que sus efectos son universales)
si se acepta el monogenismo. Pero no tanto si se acepta lo más probable: el
poligenismo.
Además, aceptar el monogenismo tiene el peligro de hacer corresponder la
aparición de la vocación metafísica del hombre con la mutación que produce la
especiación simpátrica y especialmente improbable que se explicó antes, porque
puede llevar a pensar que el espíritu individual es solo causado por la materia. Hay
distintas teorías sobre la creación del espíritu individual que ya comenzaron a surgir
con el uso de la intuición al ser el hombre consciente de sí mismo y que hoy en día
se niegan bajo la actitud llamada «espíritu científico». Sin embargo, ese espíritu
científico no es más que reducir la ciencia a empirismo o positivismo: o reducir el
conocimiento a verificabilidad (cuando, en realidad, ni siquiera el conocimiento
empírico es totalmente verificable)

Intentos de explicación.
Aceptando el poligenismo, la universalidad del pecado original puede
asimilarse recordando la unidad del pueblo o pueblos primitivos humanos donde
por primera vez se plantea el dilema de la vocación metafísica del hombre. Esa
universalidad solo es explicable si todos rechazaron el dilema (es decir, si hicieron
el mal, no creyeron en la existencia de Dios o, creyendo, pasaron de Él), por que
si no, la transmisión (otro problema a estudiar) de generación en generación no
se daría en todos los individuos, lo cual también es poco probable. Solo es
explicable esto si suponemos que un espíritu contrario a Dios impulsara y
consiguiera de todos los primeros que iban recibiendo la vocación metafísica (otro
problema: ¿la vocación metafísica la recibieron a la vez o cada uno en diferentes
momentos según su mayor o menor evolución individual?) una negativa por
respuesta. La responsabilidad es del hombre y de una fuerza diferente que
consigue un rechazo universal, algo improbable en principio.
Cabe pensar que el rechazo fue exclusivamente responsabilidad del hombre
o por lo menos, esa fuerza maligna solo actuó en un primer momento sobre un
solo individuo. Para ello habrían entrado en escena los rudimentos de la cultura,
la transmisión de un comportamiento adquirido, aprendido, en este caso, de
carácter espiritual, consistente en negar la vocación metafísica, iendo así contra
la propia intuición. Unos y otros tenían una total dependencia y uno o varios
miembros pudieron transmitir a otros y así al resto el despertar de la vocación
metafísica y, además, su rechazo. Habría sido aceptado como el hijo acepta lo que
dicen los padres.
El presente y futuro de la evolución humana
En el plano biológico, se piensa que el ser humano no va a evolucionar
mucho. Ya los humanos dolicocéfalos (con cabeza larga) fueron desapareciendo a
favor de los braquicéfalos (cabeza redonda), como etapa final de la evolución
craneana; cada vez menos gente tiene muelas «del juicio» (inservibles, son un
resto de la evolución, cuando mayores mandíbulas eran necesarias para la
masticación); la postura erecta llegó ya a su fin; y el volumen craneal no crecerá
mucho ya que los músculos del cuello no aguantarán mucho más peso o porque
el parto sería más difícil.

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Sin embargo, la evolución del psiquismo es algo que merece más atención
por su potencial desarrollo y por su impacto en la misma evolución biológica del
ser humano y de todos los seres en sí mismos. Esta evolución del cerebro va
haciendo innecesaria la evolución física, aunque esta no desaparezca del todo.
La selección natural se ve atenuada en el hombre. Ya que la mutación que
puede ser favorable para un grupo de individuos puede ser suplida por aquellos
que no la tienen por medio de la técnica. Esto tiene consecuencias:
a) Las mutaciones «negativas» (¿un síndrome de Down?) no son eliminadas
ya que los individuos que las tienen pueden sobrevivir gracias a la técnica.
b) Esto plantea la necesidad de acoger a estas personas.
c) Las mutaciones no son eliminadas por la selección natural, se van
acumulando en la especie humana (¿la selección natural frena su avance a la vez
que permite más líneas evolutivas humanas?)
d) El desarrollo de la técnica atenúa la selección natural pero esto (el deseo
de que todas las líneas generacionales sobrevivan) provoca que la especie
humana sea la que más energía necesita extraer de la naturaleza.
La técnica prolonga la evolución física del hombre, que en sí misma va
disminuyendo. Pero la informática prolonga muchísimo más la evolución
cerebral, en ciertos aspectos. Esto lleva al mayor conocimiento del hombre mismo
y a la actuación en su misma biología y ¡en su misma genética! poniendo en juego
variaciones directas en su evolución biológica.
Por esto se hacen más necesarias que nunca disciplinas como la filosofía y la
religión desde las cuales se plantean cuestiones sobre la prudencia que la ciencia
y la técnica han de tener al valorar los efectos de sus progresos en el ser humano,
como el respeto de su libertad o la tentación de superar límites (como la muerte)
que, en el fondo, son insuperables.
El mal, el pecado, la inmortalidad
Un neoateísmo es el que dice, no que la religión está en todo, sino que todo
es susceptible de religión.
El Génesis no es un mito. Después del destierro se escribe el Génesis en sus
dos tradiciones, yavista y sacerdotal. Era un intento de hallar comprensión para
temas como la muerte, el sufrimento, la acción del hombre, la creación, la cólera
divina, etc., según las tradiciones que se habían ido transmitiendo de generación en
generación.
Un mito es un relato fantástico sobre los dioses en quienes sí se pueden
reconocer aspectos humanos cuyo origen se pretende explicar de esa forma. Así, el
Génesis no es un mito en este sentido. El Génesis intenta ser un relato de hechos
reales: la conciencia del autor no es mítica sino histórica. Esto no siginifica que el
autor histórico no utilice elementos propios del lenguaje de los mitos: la serpiente, el
árbol de la ciencia del bien y del mal, Dios paseándose por el jardín del edén, etc.,
son imágenes, figuras, y antropomorfismos, que tienen paralelos en mitos de
diferentes culturas. En muchos sentidos, el relato del Génesis en antimítico: el sol,
la luna, que en los mitos son verdaderos dioses dejan de ser aquí de carácter divino.

Todas las religiones tienen demonologías. La creencia en personajes


demoníacos no es exclusiva del cristianismo: sin embargo, relatos simbólicos
como el Génesis donde aparece el demonio han servido para lo contrario: la figura
de la serpiente ha sido interpretada no como un personaje real sino como la
representación de las fuerzas interiores contra las que el hombre lucha.
Precisamente en esto se ve desde el cristianismo la astucia del diablo al conseguir

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que no se crea en su existencia. El cristianismo sin embargo, cree en el diablo
como un ser real que existe desde antes que el hombre.
Las tentaciones se resumen en la vieja tentación de pretender haber hallado
más de lo que el ser humano puede saber. Se da en la misma teología y más, en
las gnosis, los sincretismos, ... van más allá de cualquier religión (Dragó, por
ejemplo, no cree en ningún dios)
Sobre el pecado original, su transmisión, etc. Todo hombre nace en
«pecado». Pero esto hay que explicarlo. Es así solo en el sentido de que toda
naturaleza humana nace en un estado debido a los efectos del pecado original
originante, de la ruptura que se produjo con Dios.
Ladaria lo explica más ampliamente:
• La solidaridad de los hombres en el mal se entiende cuando somos conscientes de
la vocación de todo ser humano a la unión con Cristo.
Cuando un hombre rechaza la unión con Cristo (y el pecado es esto, el cual se
reconoce como tal cuando se es consciente de que la unión con Cristo es la
vocación del ser humano) la humanidad camina, pero incompleta, hacia Dios.
De la misma forma se entiende la solidaridad en el bien.
• El pecado original originado, que es el pecado original que se nos imputa, no es
una acción sino una carencia que inicialmente no estaba prevista. Esta
carencia no es fútil porque es la peor desgracia carecer de la amistad con
Dios.
• El pecado original originado se transmite de generación en generación solo en el
sentido de que si la persona no naciera no se encontraría con esa carencia.
Más bien hay que decir que al nacer, la persona se encuentra en una
situación, en un mundo carente de gracia, promovido por el pecado de «Adán»
y la solidaridad en el mal y los efectos que a su vez este pecado produjo
impulsando más pecado.

Sobre la inmortalidad. Esa inmortalidad de la que disfrutaba el hombre en


el estado de justicia original no es sino la amistad con Dios. Cuando Sab 1, 13a
dice: «Dios no ha hecho la muerte», podemos interpretar que se refiere a la única
muerte que puede ser obra del hombre: la muerte del espíritu, el alejamiento de
Dios, el pecado. O en Gn 2,17: «pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comas, porque el día que de él comieres ciertamente morirás.», podemos pensar
que habla de la muerte espiritual. Tradicionalmente no se ha visto así porque no
hemos pensado de la forma más correcta: la muerte en la Biblia, como gran libro
religioso que es, es por antonomasia, la espiritual. Es un asunto mucho más
terrible que la muerte física, aunque esta no se excluye en el concepto bíblico.
Ladaria da luz sobre el asunto. Apunta que no es que Dios impidiera la muerte en sí
del hombre, sino más bien la experiencia que hoy tenemos de la muerte.
Antes del pecado original la muerte no se vivía como una «agresión a nuestro
ser más íntimo» sino como un paso más bien positivo. Por eso un místico
como san Francisco dice «hermana Muerte»: porque unido a Cristo su vivencia
de la muerte cambia y se acerca a la del estado de justicia original.

Conclusión.
Así, el mensaje de Cristo nos vuelve a dar la oportunidad de afrontar la
muerte como paso gozoso (san Fco.) y no como fracaso: pues de esta forma era
afrontada inevitablemente antes de CRISTO. El ansia de eternidad es una
confirmación de que tiene sentido afrontar la muerte de manera gozosa y de que
el hombre es imagen de Dios. Al ser imagen de Dios, solo alcanza su satisfacción
orientando su libertad hacia su origen: Dios.

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Dios ha respetado las decisiones libres del hombre arriesgándose a un
rechazo, pero siempre ha ofrecido el diálogo con él. El mejor camino fue hacerse
una de sus criaturas, dialogar con ellas desde su mismo sufrimiento. Más aún:
pudiendo escapar de él no lo hizo: como ejemplo y como sacrificio de suficiente
valor humano, es decir, realizado por el hombre, para demostrarle a Dios el deseo
de ir hacia Él. «...todo ese mal lo absorbe Cristo, lo traga y lo ahoga dentro de su
amor.»
La consecuencia es acceder al hombre a una libertad mayor, si cabe, que en
el estado de justicia original. Porque ahora, el hombre Cristo (y con él todos sus
hermanos) somos liberados de la muerte física: no es que volvemos a poder
afrontarla como antaño sino que ¡no estaremos sometidos a ella! El cuerpo
glorioso de Cristo o el de la Virgen, escapan a la muerte. En sus naturalezas
humanas no se encuentra la muerte física ni espiritual.
El cristiano está llamado a que todos puedan saber del mensaje cristiano
para afrontar mejor la muerte. Está llamado a hacerlo con palabras ¡y obras!:
puede así, personalmente, ir haciendo presente hoy la futura inmortalidad física
a base de eliminar de sí la muerte espiritual.
Esa vida nueva tras la muerte y el final de los tiempos, ¿afecta solo a los
hombres?. Leer Rom 8, 19-22: «...la creación entera sigue lanzando un gemido
universal con dolores de parto.»

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