Sanación de Las Enfermedades Espirituales (Breve)

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Sanación de las enfermedades espirituales

José Mares Chávez


Introducción
Creación del mundo
El motivo que indujo a Dios a crear el mundo, es, como declara el
concilio provincial de Colonia de 1860, el amor de su bondad
absoluta.

Los Padres testimonian que Dios ha creado las cosas de este


mundo no porque tuviese necesidad de ellas, sino para “verter
sobre ellas sus beneficios” (San Ireneo, Contra los herejes, IV, 14,
1).

Orígenes enseña: “Cuando Dios al principio creó lo que quería


crear, es decir, naturalezas racionales, no tenía otro motivo para
crear que Él mismo, esto es, su bondad” (De princ. II, 9, 6).

San Agustín dice: “Porque Él es bueno, nosotros existimos” (Sobre


la doctrina cristiana I, 32, 35); cf. San Hilario, In Ps. 2, 15; San
Agustín, La ciudad de Dios, XI, 24; San Juan Damasceno, De fide
orth. II, 2. [Ludwig Ott, Manual de teología dogmática, p. 143].
José Mares Chávez
Creación del mundo
El fin principal de la creación, es decir, el fin que radica en la
misma obra creada, es primariamente la manifestación de las
perfecciones divinas con la subsiguiente glorificación de Dios.

El fin secundario de la creación es colmar de beneficios a las


criaturas y, sobre todo, hacer felices a las criaturas
racionales. La Sagrada Escritura pone de relieve que el
mundo creado debe servir al hombre, pero no considera la
felicidad del hombre como fin autónomo, antes bien lo
subordina a la gloria de Dios; cf. Gn 1, 28 ss; Ps 8, 6 ss; Ap 4,
11.

Estos dos fines se hallan inseparablemente unidos entre sí;


pues glorificar a Dios conociéndole y amándole constituye la
suprema felicidad de las criaturas racionales [Ludwig Ott,
Manual de teología dogmática, p. 144].
José Mares Chávez
Dios crea al ser humano

“Dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra


imagen, como semejanza nuestra; que manden en los
peces del mar y en las aves del cielo, en las bestias y
en todas las alimañas terrestres, y en todos los
reptiles que reptan por la tierra” (Gn 1, 26).

“Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a


imagen de Dios lo creó macho y hembra los creó”
(Gn 1, 27).

José Mares Chávez


Imagen de Dios

“Cuando decimos que el hombre ha sido hecho a


imagen de Dios, entendemos por imagen, como dice
Juan Damasceno, un ser dotado de inteligencia, libre
albedrío y dominio de sus propios actos” , lo escribe
Santo Tomás de Aquino en el prólogo a la segunda
parte de la Suma de Teología.

José Mares Chávez


El fin último del ser humano

“Pues Dios predestinó a reproducir la imagen de su


Hijo a los que conoció de antemano, para que así
fuera su Hijo el primogénito entre mcuhos
hermanos” (Rm 8, 29).

“Y a los que predestinó, también los llamó; y a los


que llamó, también los hizo justos; y a los que hizo
justos, también los glorificó” (Rm 8, 30).

“Todo fue creado por Él y para Él; Él existe con


anterioridad a todo, y todo tiene en Él su
consistencia” (Col 1, 16-17).

José Mares Chávez


Dios es la felicidad del ser humano

“… la suprema felicidad del hombre consiste en la


más sublime de sus operaciones, que es la intelectual,
si el entendimiento creado no puede ver nunca la
esencia divina… nunca conseguirá la felicidad…
Pues la felicidad última de la criatura racional está
en lo que es principio de su ser, ya que algo no es
tanto más perfecto cuanto más unido está a su
principio” (Santo Tomás de Aquino, Suma de
Teología, I, c. 12, a. 1).

José Mares Chávez


Dios es la felicidad del ser humano

“Así habló Jesús, y dijo mirando al cielo: Padre, ha


llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo
te glorifique a ti. Y que, según el poder que le has
dado sobre toda carne, conceda también vida eterna
a todos los que tú le has dado” (Jn 17, 1-2)

“Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti el único


Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo”
(Jn 17, 3).

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. Dios creó al ser humano a
su imagen y le concedió
tres tipos de dones:
naturales, sobrenaturales
y preternaturales.

José Mares Chávez


Dones naturales
Inteligencia para conocer la
verdad del mundo y sobre todo
la Verdad suprema que es Dios.

Voluntad para querer el bien


racional y sobre todo para
querer el Bien supremo que es
Dios.

Sentidos del cuerpo para


percibir el mundo. Además,
tenemos la memoria y la
imaginación.

Instintos o impulsos para comer,


beber, protegernos y
reproducirnos.

Afectos de gozo y paz. José Mares Chávez


Dones sobrenaturales

La gracia santificante y la amistad con Dios

La llamada a la divinización y a la visión beatífica

José Mares Chávez


Dones preternaturales

No son dones
independientes de la
gracia, sino su
manifestación.

La inmortalidad o
posibilidad de no morir

La integridad o ausencia
de concupiscencia

José Mares Chávez


El estado original del ser humano

Imagen Conformars Llama


de Dios e a la do a la
imagen de visión
Cristo beatífic
Gn 1, 26 Rm 8, 29 a3
Jn 17,

Razó Inmortalid Integrid


n ad ad
Amistad con Ausencia de Armon
Dios
c Gracia dolor ía
Ausencia de enfermedad Gn 1, 26-3, 19
santificante
José Mares Chávez
. ¿Por qué padezco dolor,
miedo, sufrimiento,
enfermedad y muerte,
entre otros muchos males?

José Mares Chávez


. Porque Dios creó al hombre para la
inmortalidad y lo hizo a imagen de su
mismo ser; pero la muerte entró en el
mundo por envidia del diablo, y la
experimentan sus secuaces” (Sb 2, 24).

. “Por un hombre entró el pecado en le


mundo y, por el pecado, la muerte; y
así la muerte alcanzó a todos los
hombres, puesto que todos pecaron”
(Rm 5, 12).
Consecuencias del pecado

El hombre se rebeló contra Dios y perdió todos los


dones sobrenaturales y como consecuencia los
preternaturales.

Con la pérdida de los dones, las pasiones se


levantaron contra la razón y el cuerpo contra el
alma.

En el estado de naturaleza caída desapareció toda


armonía y el hombre queda sometido a la lucha de
sus facultades que se rebelan contra la razón.

José Mares Chávez


Consecuencias del pecado

“La inclinación natural a la virtud sufrió


disminución a causa del pecado.

Por la repetición de actos humanos se adquiere cierta


inclinación a actos semejantes, y se adquiere
inclinación a un extremo, subre menoscabo la
inclinación hacia su contrario.

Como el pecado es contrario a la virtud por el mismo


hecho de pecar se disminuye el bien de la naturaleza,
o sea la inclinación a la virtud” (STh I-II, c. 85, a. 1,
c).

José Mares Chávez


Consecuencias del pecado

“La razón dominaba las fuerzas inferiores y, al


mismo tiempo ella estaba sometida a Dios.

Esta justicia original desapareció por el pecado


original, y, como consecuencia lógica, todas esas
fuerzas han quedado disgregadas, perdiendo su
inclinación a la virtud.

A esa falta de orden respecto del fin es a lo que


llamamos herida de la naturaleza” (STh I-II, c. 85,
a. 3, c)

José Mares Chávez


Consecuencias del pecado
“Como son cuatro las potencias del alma que pueden ser
sujeto de la virtud, a saber:
“la razón, en quien radica la prudencia;
“la voluntad, que sustenta a la justicia;
“el apetito irascible, que sostiene a la fortaleza; y
“el concupiscible, en que está la templanza;
“tenemos que, en cuanto la razón pierde su trayectoria
hacia la verdad, aparece la herida de la ignorancia;
“en cuanto que la voluntad es destituida de su dirección
al bien, la herida de la malicia;
“en cuanto que el apetito irascible reniega de emprender
una obra ardua, la herida de la flaqueza;
“y en cuanto que la concupiscencia se ve privada de su
ordenación al bien deleitable, conforme a la ley de la
razón, la herida de la concupiscencia” (STh I-II, c. 85, a.
3) José Mares Chávez
Consecuencias del pecado

“Son cuatro las heridas grabadas en la naturaleza a causa


del pecado original. Pero, como la inclinación al bien de
la virtud va disminuyendo en cada hombre a causa del
pecado, estas mismas cuatro heridas son las que
proceden de cualquier clase de pecados, ya que por el
pecado la razón pierde agudeza, principalmente en el
orden práctico, la voluntad se resiste a obrar el bien; la
dificultad para el bien se hace cada vez mayor; y la
concupiscencia se inflama sin cesar” (STh I-II, c. 85, a.
3, c)

José Mares Chávez


Consecuencias del pecado

El Catecismo de la Iglesia Católica dice: “Como


consecuencia del pecado original, la naturaleza
humana quedó debilitada en sus fuerzas, sometida a
la ignorancia, al sufrimiento y al dominio de la
muerte, e inclinada al pecado (inclinación llamada
“concupiscencia”). [n. 418]

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Concupiscencia

La concupiscencia es la búsqueda del placer de los


sentidos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) sin tomar
en cuenta la razón ni la voluntad de Dios
(mandamientos).

Es la búsqueda del placer por el placer.

José Mares Chávez


Redención del ser humano

Gracias a la pasión, muerte y resurrección de


Nuestro Señor Jesucristo, el ser humano puede
acceder a la gracia santificante; también llega a
dominar la concupiscencia y a mantenerse íntegro,
pero requiere de un gran esfuerzo de la voluntad y de
la gracia de Dios (sacramentos).

José Mares Chávez


Enfermedades espirituales
La mala intención es pecado y enferma

“Lo que sale de la boca viene de dentro del corazón,


y eso es lo que realmente contamina al hombre.
Porque del corazón salen las intenciones malas:
asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos
testimonios, injurias. Eso es lo que contamina al
hombre” (Mt 15, 18-19).

José Mares Chávez


Enfermedades espirituales
«Para obtener el placer y evitar el sufrimiento, el hombre inventa
múltiples e innumerables formas de pasiones corruptoras. Por ejemplo,
si el amor a uno mismo se cultiva por el placer, se suscita entonces la
gula, el orgullo, la vanidad, la presunción, la avaricia, la avidez, la
tiranía, la arrogancia, la ostentación, la crueldad, la ira, el sentimiento
de superioridad, el empecinamiento, el desprecio de los demás, la
injuria, la impiedad, la licencia en las costumbres, la prodigalidad, el
desenfreno, la frivolidad, la jactancia, la indolencia, el insulto, el ultraje,
la impertinencia, la charlatanería, la obscenidad y cualquier otro vicio
de este género. Pero si el amor a uno mismo se ve herido por el
sufrimiento, esto hace que nazca la ira, la envidia, el odio, la hostilidad,
el rencor, el ultraje, la maledicencia, la calumnia, la tristeza, la
desesperación, la tristeza, la falsa acusación a la Providencia divina, la
despreocupación, la negligencia, el desaliento, el abatimiento, la
pusilanimidad, la lamentación, la melancolía, la amargura, los celos,
leídos los otros vicios debidos a la privación del placer. La mezcla de
sufrimiento y placer, que engendra la hostilidad y la maldad, hace nacer
en nosotros la hipocresía, la ironía, la astucia, el disimulo, el halago, la
complacencia y todos los demás vicios que nacen de esta mezcla». (San
Máximo el Confesor, Cuestiones a Talasio).
José Mares Chávez
Principales enfermedades espirituales
Las pasiones principales son ocho. Evagrio las
califica de la siguiente manera:

«Hay en total ocho pensamientos genéricos que


comprenden todos los pensamientos: el primero es el
de la gastrimargía o gula, luego viene el de la lujuria,
el tercero es el de la filargiria o avaricia, el cuarto es
el de la tristeza, el quinto el de la ira, el sexto el de la
acedia, el séptimo el de la cenodoxia o vanidad, y el
octavo el del orgullo». (Evagrio Póntico, De los
diversos malos pensamientos, 1).

Este catálogo fijado por Evagrio llegó a hacerse


tradicional en el ámbito de la ascética ortodoxa.
José Mares Chávez
El primer pecado o el origen
del mal
El ser humano desobedece a Dios

Dios como buen padre advierte al ser humano:

“… pero no comerás del árbol de la ciencia del bien y


del mal, porque el día que comieres de él morirás sin
remedio” (Gn 2, 17).

José Mares Chávez


El ser humano desobedece a Dios
“La serpiente era el más astuto de todos los animales del
campo que Yahvé Dios había hecho. Dijo a la mujer: ¿Cómo
os ha dicho Dios que no comáis de ninguno de los árboles del
jardín? Respondío la mujer a la serpiente: Podemos comer
del fruto de los árboles del jardín. Mas del fruto del árbol
que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él,
ni lo toquéis, so pena de muerte. Replicó la serpiente a la
mujer: De ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe muy
bien que el día en que comáis de él se os abrirán los ojos y
seréis como dioses, conocedores del bien y del mal. Como
viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible
a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto
y comió. Después dio también a su marido, que igualmente
comió. Entonces se les abrieron a ambos los ojos y se dieron
cuenta de que estaban desnudos; y, cosiendo hojas de
higuera, se hicieron unos ceñidores” (Gn 3, 1-7).
José Mares Chávez
El ser humano desobedece a Dios
“Yahvé Dios llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás? Éste
contestó: Te he oído andar por el jardín y he tenido miedo, porque
estoy desnudo; por eso me he escondido. Él replicó: ¿Quién te ha
hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del
que te prohibí comer? Dijo el hombre: La mujer que me diste de
compañera me dio del árbol y comí. Dijo, pues, Yahvé Dios a la
mujer: ¿Por qué lo has hecho? Contestó la mujer: La serpiente me
sedujo, y comí…

“A la mujer le dijo: Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus


embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu
apetencia, y él te dominará. Al hombre le dijo: Por haber escuchado
la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibído
comer, maldito sea el suelo por tu causa: sacarás de él el alimento
con fatiga todos los días de tu vida. Te producirá espinas y abrojos,
y comerás la hierba del campo. Comerás el pan con el sudor de tu
rostro, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque
eres polvo y al polvo tornarás” (Gn 3, 9-13.16-19).
José Mares Chávez
Fin

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