Memoria Geologica 6472-IV Las Lisas
Memoria Geologica 6472-IV Las Lisas
Memoria Geologica 6472-IV Las Lisas
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
LAS LISAS
(6472-IV)
CARTOGRAFÍA GEOLÓGICA
TELEDETECCIÓN
DATACIONES ABSOLUTAS
- Dr. James K. Mortensen (Earth & Ocean Sciences, Universidad de British Columbia)
- Dr. Tom Ulrich (Earth & Ocean Sciences, Universidad de British Columbia)
- Dr. Richard Friedman (Earth & Ocean Sciences, Universidad de British Columbia)
- Dr. Andrés Pérez-Estaún (Instituto Ciencias de la Tierra Jaume Almera del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, Barcelona, España)
Se pone en conocimiento del lector que, en la Dirección General de Minería, existe una
documentación complementaria de esta Hoja y Memoria, constituída por :
- Mapa de muestras,
- Álbum de fotos,
- Informe de las dataciones absolutas realizadas por el método U/Pb en los proyectos
K y L,
- Informe de las dataciones absolutas realizadas por el método Ar/Ar en los proyectos
K y L.
RESUMEN
La Hoja Las Lisas (6472-IV) está situada en el extremo Noreste de la Cordillera Oriental
Dominicana, al nivel de la desembocadura de la Bahía de Samaná en el Océano Atlántico.
Es a la vez una región costera, pero al mismo tiempo, un territorio muy montañoso de difícil
acceso.
El contenido de microfósiles indica que la mayor parte de la Fm Las Guayabas que aflora en
el territorio de Las Lisas puede atribuirse al período Coniaciano-Campaniano Superior. En el
seno de esta formación las subdivisiones diferenciadas en la Hoja comprenden :
- los niveles de brechas turbidíticas gruesas del Mb Hato Mayor, con amplia
representación en el núcleo del anticlinorio que constituye el armazón de la
“cordillera” de Las Lisas ;
Los terrenos Cretácicos están deformados por pliegues con dirección NO-SE que generan
localmente una esquistosidad de plano axial. Estos pliegues están relacionados con el juego
de desgarre de las fallas de dirección NO-SE a NNO-SSE con numerosos ejemplos en el
territorio de la Hoja Las Lisas.
Los ríos con régimen torrencial aseguran una reserva suficiente para la alimentación de
agua potable de la población local. Desde el punto de vista minero, existe en esta región una
tradición de lavado de oro. El oro detrítico se asocia a los recubrimientos cuaternarios, pero
el origen primario del metal aún no se ha dilucidado con toda seguridad.
ABSTRACT
The Las Lisas Sheet (6472-IV) is located at the northern end of the Dominican Republic’s
Eastern Cordillera, where the mouth of the Bahia de Samana opens into the Atlantic Ocean.
This is both a coastal region and a very mountainous area, with difficult access.
Apart from the Quaternary cover along the coastal margin and the alluvium, the Las Lisas
map area is underlain by Late Cretaceous sedimentary formations : sandy-conglomeratic
and silty-argillaceous turbidites of the Las Guayabas Formation, and silty-calcareous and
argillaceous turbidites of the Río Chavon Formation. The total thickness of the stacked strata
represented by these two formations is estimated at more than 4,000 m.
The microfossil content shows that most of the Las Guayabas Formation cropping out in the
Las Lisas area can be assigned to the Coniacian-Santonian period. The subdivisions of this
formation, represented in the sheet, are :
- the El Cujano Member, a polygenic conglomerate with basic and ultrabasic pebbles,
whose type locality was defined south of the village of El Cedro ;
- the coarse turbiditic breccia of the Hato Mayor Member, widely present in the core of
the anticlinorium that forms the main framework of the Las Lisas 'cordillera' ;
- the La Yabana Member with its radiolarian chert marker horizon, whose trace
throughout the map area is an invaluable aid in understanding the structural geology ;
- the Las Auyamas Member, whose sandy-calcareous facies forms the transition into
the Río Chavon Formation.
The argillaceous-calcareous siltites and limestones of the Río Chavon Formation are
restricted to synclines located along the southwestern edge of the map area. Where they can
be identified, the microfauna date the rocks as Late Santonian – Maastrichtian.
The torrential rivers provide enough fresh water to supply the local population. As regards
mining potential, there is a tradition of gold panning throughout this region. Detrital gold is
associated with the Quaternary cover, but the primary origin of this legendary metal remains
to be determined.
INDICE
1 INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 1
2 ESTRATIGRAFIA Y PETROGRAFIA................................................................... 11
2.1.3 La Fm Río Chavón en la Hoja de Las Lisas. Calizas detríticas y calizas margosas
con intercalaciones de areniscas y lutitas (8). Campaniano-Maastrichtiano. K2 ... 22
2.3.2 Los Haitises en la Hoja de Las Lisas. Margas y calizas margosas con corales y
moluscos (9). Plioceno-Pleistoceno. N2 – Q1-3 ...................................................... 27
2.4.3 Áreas pantanosas. Arcillas y lutitas (11). Pleistoceno – Holoceno. Q1-3 – Q4 ....... 29
2.4.4 Fondos de valle. Gravas, arenas y arcillas (12). Pleistoceno – Holoceno. Q1-3 – Q4
.............................................................................................................................. 30
2.4.5 Cordón litoral y playas. Arenas (13). Pleistoceno – Holoceno. Q1-3 – Q4 .............. 30
4 TECTÓNICA ......................................................................................................... 51
5 GEOMORFOLOGÍA ............................................................................................. 75
7 GEOLOGÍA ECONÓMICA.................................................................................... 87
FIGURAS
TABLAS
FOTOS
1 INTRODUCCIÓN
Este Proyecto comprende, a su vez, dos zonas bien diferenciadas, denominadas Zona L-
Este y L-Suroeste, que se localizan en prolongación hacia el Este y el Oeste,
respectivamente, del Proyecto C, primer proyecto de estas características que fue ejecutado
en el periodo 1997-2000. El Proyecto L incluye, entre otros trabajos, la elaboración de 21
hojas geológicas a escala 1:50.000 que componen la totalidad o parte de los siguientes
cuadrantes a escala 1:100.000 :
Zona L-Este
- Monte Plata (Antón Sánchez, 6272-I; Bayaguana, 6272-II; Monte Plata, 6272-III y
Sabana Grande de Boyá, 6272-IV),
- El Seibo (Miches, 6372-I; El Seibo, 6372-II, Hato Mayor, 6372-III y El Valle, 6372-IV),
Zona L-Suroeste
- Jimaní (La Descubierta, 5871-I; Duvergé, 5871-II; Jimaní, 5871-III y Boca Cachón,
5871-IV),
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- Neiba (Villarpando, 5971-I; Vicente Noble, 5971-II; Neiba, 5971-III; Galván, 5971-IV),
La Hoja de Las Lisas (6472-IV) está situada en el extremo Noreste de la Cordillera Oriental
Dominicana, en la desembocadura de la Bahía de Samaná en el Océano Atlántico (Figura
1). Es una región costera, con dos dominios perfectamente definidos: a) región costera y b)
zona montañosa. El paso entre estos dos dominios es particularmente neto, subrayado por
una importante ruptura de pendiente y una fuerte variación de cotas altimétricas de algunos
cientos de metros.
La franja costera (a), con aproximadamente 5 km de ancho, está jalonada por un estrecho
cordón litoral arenoso, detrás del cual se encuentran zonas pantanosas y las lagunas
Redonda y del Limón.
La zona montañosa (b), que cubre las tres cuartas partes del territorio, constituye un relieve
vigoroso que culmina cercano a los 700 m de altitud (Loma Cuarón – 646 m y Loma del
Aguacate – 696 m). La línea de cresta corresponde a una divisoria de aguas que al Norte
separa ríos estrechos, con un régimen torrencial violento, que desembocan en las lagunas
costeras. Estos ríos son : río Cuarón, río Las Lisas y río Nisibón. Es igualmente en esta zona
montañosa, denominada por los autóctonos como “cordillera”, adonde nacen los principales
ríos que discurriendo hacia el Sur, y desaguan en la Llanura Costera del Caribe : río Soco,
río Chavón y río Yuma.
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La Española, conjuntamente con Puerto Rico, constituye una unidad que puede
interpretarse como una microplaca, limitada al Norte por una zona de subducción con
desplazamiento oblicuo a subparalelo a su traza, y al Sur, por otra zona de subducción
incipiente a la que se asocia la Fosa de los Muertos (Byrne D.B. et al., 1985 ; Masson D.G. y
Scanlon K.M., 1991). El margen norte de la Placa del Caribe ha evolucionado desde
constituir un límite controlado por subducción en el Cretácico y parte del Eoceno, a ser hoy,
tras la colisión de esta placa con la plataforma de las Bahamas (colision arco-continente), un
límite dominado en gran parte por desplazamientos en dirección de carácter senestro que
acomodan el desplazamiento hacia el Este de la Placa del Caribe en relación con
Norteamérica (Mann P. et al., 1991). La colisión con la plataforma de Las Bahamas, con
componente oblicua, fue diacrónica, ya que comenzó en el Eoceno Medio en Cuba (Pardo
G., 1975) y terminó en el Oligoceno Inferior en Puerto Rico (Dolan J.F. et al., 1991). Entre
estas dos islas, en el segmento correspondiente a La Española, la colisión ocurrió en el
intervalo Eoceno Medio-Superior. La tectónica transcurrente comenzó, en este margen norte
de la placa, a partir del Eoceno con la apertura del Surco del Caimán (Mann P. et al., 1991)
y se mantiene hasta la actualidad, en un contexto fundamentalmente transpresivo para todo
el conjunto de la isla.
La Cordillera Oriental es el bloque más extenso de rocas cretácicas (875 km2 según Lebrón
M.C. y Perfit M.R., 1994) de la aglomeración de terrenos que componen La Española (Mann
P. et al., 1991). El límite occidental es el cabalgamiento NO-SE de Hatillo que separa las
rocas poco deformadas de la Cordillera Oriental de la banda de rocas de edad equivalente,
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La mayor parte del espesor de la corteza de la Cordillera Oriental la forman varios kilómetros
de rocas generadas en el Cretácico por acumulación de magma y sedimentos sobre la zona
de subducción, en un arco de islas volcánico (Bowin C., 1975). Estas rocas incluyen lavas y
rocas volcanoclásticas cubiertas por calizas de edad cretácico inferior, epiclastitas y otras
rocas sedimentarias de edad cretácico superior y granitoides intrusivos (plutones de El Valle
y de Sabana Grande de Boyá).
Las series terciarias discordantes están dominadas por detríticos y carbonatos con una
proporción de componentes de origen volcánico menor que las series cretácicas. El
Paleógeno forma afloramientos discontinuos mientras que el Neógeno está representado
por una plataforma de carbonatos que se extiende desde la bahía de Samaná hasta la costa
del Caribe, y que desde su depósito, ha sido arqueada como un anticlinorio.
La Hoja de Las Lisas se sitúa en la esquina de la Cordillera Oriental (Figura 2). Con
excepción de los recubrimientos cuaternarios que marcan la zona costera, los terrenos que
componen el sustrato rocoso de la región pertenecen al Cretácico Superior. Corresponden a
una potente serie sedimentaria compuesta por turbiditas arenisco-arcillosas (Fm Las
Guayabas), cuyos términos superiores se enriquecen en carbonatos (Fm Río Chavón).
Estos terrenos están intensamente plegados y con fallas que siguen una dirección constante
NO-SE. El modelado de los relieves y el trazado de la red hidrográfica están profundamente
condicionados por esta dirección.
Las primeras observaciones geológicas se remontan a finales del siglo XIX. (Gabb W.M.,
1881) incluye un corte transverso de la Cordillera Oriental en el que interpreta correctamente
la existencia de un sustrato de rocas cretácicas y una cobertera delgada discordante de
rocas terciarias. Casi 100 años después, aparecen varias publicaciones sobre la geología de
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La Española (Douglas R.C., 1961 ; Blesch R.R., 1966) que culminan en la tesis de Bowin C.
(1966) y su publicación posterior de 1975. Al final de esta etapa se conoce mejor el Cinturón
Intermedio que la Cordillera Oriental, como muestra la cartografía de síntesis de Bowin C.
(1975) donde la geología de la Cordillera Oriental se compone de un Cretácico
indiferenciado, un Terciario reciente y afloramientos puntuales de rocas ígneas; y la
estructura se reduce a medidas dispersas de orientaciones y a la traza cartográfica de dos
fallas principales.
Pero fue Bourdon L. (1985) quien realizó en su tesis, la primera hoja geológica, a escala
1/100 000, de la región de Las Lisas, con un buen número de observaciones
litoestratigráficas y estructurales, así como algunas dataciones (Bourdon L. et al, 1984) que
aún sirven como referencia a escala de la Cordillera Oriental. Este importante trabajo está
todavía vigente, aunque las interpretaciones estructurales han evolucionado.
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Más tarde, estos diferentes estudios apoyaron la Hoja geológica a escala 1/250 00 publicada
por BGR en 1991 (Toloczyki M. y Ramirez I., 1991), así como la Hoja de síntesis a escala de
1/150 000 publicada por “The Geological Society of America” en el marco del “Special Paper
262” también en 1991 (Lebrón M.C. y Mann P.,1991).
1.4 METODOLOGÍA
Los trabajos de campo se efectuaron durante el verano del año 2003. Se iniciaron con el
estudio de las fotos aéreas de escala aproximada 1:30 000. Todos los puntos de
afloramiento, y los accesos utilizados en vehículo 4x4, se georeferenciaron utilizando
sistemáticamente un GPS Garmin 12XL (Figura 3). Los trabajos de gabinete se efectuaron a
medida que avanzaban los trabajos, utilizando el soporte topográfico regular, a escala
1:50 000.
Todos los trabajos se efectuaron de acuerdo con la normativa del Programa Nacional de
Cartas Geológicas a escala 1:50 000 y Temáticas a escala 1:100 000 de la República
Dominicana, elaborada por el Instituto Geológico y Minero de España y la Dirección General
de Minería de la República Dominicana e inspirada en el modelo del Mapa Geológico
Nacional de España a escala 1:50 000, 2ª serie (MAGNA).
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2 ESTRATIGRAFIA Y PETROGRAFIA
2.1.1 Generalidades
La secuencia del Cretácico Superior está limitada por dos discordancias. La inferior, sobre la
Fm Caliza de Hatillo, es un contacto que asciende y desciende en la serie estratigráfica, con
saltos bruscos que coinciden con fallas. La superior es una discordancia bajo la Formación
Don Juan (Eoceno) (Bowin C., 1966 ; Bourdon L., 1985) que trunca pliegues contractivos,
llegando a erosionar a todo el Cretácico Superior.
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Figura 5 : Corte estratigráfico sintético de las unidades estratigráficas y las facies del
Cretáceo Superior de la Cordillera Oriental. Se ha realizado con la información de la
cartografía y cortes geológicos seriados.
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Se considera que el contexto tectónico y deposicional del sedimento del Cretácico Superior
es una cuenca de antearco desarrollada sobre el arco volcánico de la Formación Los
Ranchos (ej. Bourdon L., 1985 ; Mann P. et al., 1991 y otros autores) y rellena por detríticos
procedentes del arco volcánico y de un basamento metamórfico comparable al que
actualmente existe en la Península de Samaná.
En el seno de esta formación, las subdivisiones que se distinguen cartográficamente son las
siguientes :
- Mb Arroyo La Yabana, nivel guía de chert con radiolarios cuyo trazado cartográfico
es una ayuda preciosa para la comprensión estructural de la Hoja ;
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En afloramiento, las grauvacas, las areniscas feldespáticas y las areniscas, constituyen los
bancos regulares de potencia centimétrica a métrica. Su color va del gris al marrón verduzco
y a menudo presentan una textura laminada, centimétrica a decimétrica, que corresponde a
una sucesión de microsecuencias de granoclasificación vertical. Las estructuras
sedimentarias de tipo “laminación cruzada” o “entrecruzada” son menos frecuentes.
Tambien, es habitual observar figuras convolutadas, con sucesiones características de
secuencia turbidítica en la serie de Bouma. Las superficies de estratificación son nítidas,
regulares y siempre bien marcadas, subrayadas por finas intercalaciones silto-pelíticas
marrón negruzco. Presentan, en ocasiones, figuras sedimentarias de corriente (“flute cast”),
de cargas (“load cast”), y/o de bioturbación.
En lámina delgada (JM-9508, 9553 y 9744), las areniscas y las areniscas feldespáticas o
litarenitas, presentan una litofase heterogénea, con una relativa abundancia de restos de
feldespato, de frecuentes fragmentos de basalto y/o de roca volcánica indiferenciada, de
fragmentos de chert , de micrita, y otros. Es de notar la presencia bastante constante, pero
siempre en poca cantidad, de minerales de rocas básicas a ultrabásicas : olivino y augita, en
elementos detríticos. La biofase es muy escasa. Cuando existe, está muy recristalizada y/o
silicificada y su identificación es difícil. Se trata principalemente de conchas de foraminíferos
planctónicos (Globotruncanidae) y/o de radiolarios. La matriz está compuesta en general por
granos muy finos de feldespato y de filosilicatos.
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Las siltitas y las lutitas tienen un tinte entre gris-oscuro y gris-azuloso. Conforman pequeños
bancos de potencia milimétrica a métrica, organizados en alternancias rítmicas más o
menos bien estratificadas. Son frecuentes en esta facies niveles de arcillas negras con
restos de material arcilloso-siltítico con matriz de filita muy fina.
En lámina delgada (JM-9461, 9524, 9636, 9747, 9754 y 9884), las facies finas de tipo
areniscas finas y siltitas contienen, además de una litofase de origen volcanoclástico y de la
clase de silts, una biofase de foraminíferos planctónicos. Estos microfósiles son difícilmente
identificables pues las conchas a menudo se recristalizan. Algunos datos confirman la
atribución al Cretácico Superior, por la presencia de Globotruncanidae y raramente de
Heterohelicidae.
En términos de facies, las diferentes rocas observadas, corresponden con los depósitos de
orgen turbidítico en medio de cuenca, en la llanura abisal, con participación clástica
procedente del desmantelamiento de material de origen volcánico y volcano-sedimentario.
- y sobre la estribación norte de la Loma Los Guazaritos, muy cerca del valle del río
Cuarón.
En ambos casos, se trata de afloramientos muy puntuales, sin gran continuidad, sobre los
cuales es difícil precisar las relaciones geométricas entre esta facies particular y el medio
ambiente clásico de turbiditas de las areniscas de la Fm Las Guayabas. La facies se sitúa
en una especie de esquina tectónica profundamente afectada por el juego sucesivo de
accidentes E-O y N130°E. Está muy deformada por una esquistosidad de “plano axial” e
intruida por diques de tipo dolerita-diabasa.
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L. Bourdon (1985) realizó un muestreo bastante completo de esta facies del que da una
descripción muy detallada :
- todos los cantos son de naturaleza básica a ultrabásica. Son muy redondeados y de
diámetro centimétrico a decimétrico. Se reconocieron desde lavas básicas con
feldespatos alterados y anfíbol automorfo, doleritas con anfíbol fibroso incoloro,
gabros de grano grueso, gabros con piroxeno, fragmentos de piroxenita, elementos
de acumulados transformados en anfíboles fibrosos, etc.,
- el cemento está compuesto por una arenita gruesa muy alterada, serpentinítica y
esquitosada.
Este conglomerado, con cantos rodados dispersos dentro de una matriz de grauvaca,
corresponde a un depósito de tipo “debris flow”, depositado bajo el efecto de corrientes de
gravidez turbidítica, en un medio submarino de pie de talud. Podemos pensar que esta
facies se deriva de la erosión de material intrusivo con predominancia básica, como se le
conoce en la periferia de los batolitos tonalíticos intrusivos en los terrenos volcánicos de Fm
Los Ranchos de la Cordillera Oriental. L. Bourdon consideraba que podría tratarse de la
erosión de un “complejo ofiolítico”, lo que posiblemente no es necesario para fundamentar
la composición dominante básica de esta facies.
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Esta entidad corresponde a una facies particular, más que a un nivel litoestratigráfico bien
definido en el seno de la Fm Las Guayabas. En efecto, presenta importantes variaciones de
potencia en los diferentes sectores donde se ha distinguido. Su espesor se estima cercano a
los 1500 m en la zona central de la “cordillera”, aunque en el flanco norte de la Loma
Montaña Redonda, estaría en el orden de 500 m.
Los elementos de esta brecha son a menudo angulosos, de talla variable, centimétricos a
décimétricos, mal clasificados, dispersos y englobados en la matriz. El carácter poligénico se
manifiesta por la presencia de fragmentos de rocas efusivas (basalto, lava con textura
microlítica y\o porfírica), fragmentos de rocas intrusivas con textura granuda (dolérita, gabro
con olivino, granodiorita), fragmentos de chert con radiolarios, fragmentos de roca
sedimentaria carbonatada (micrita silicificada con foraminíferos planctónicos, caliza micrítica
oscura).
La matriz de grauvaca está constituida por granos detríticos angulosos y por fragmentos
monocristalinos. El estudio microscópico de 11 láminas delgadas, recogidas en diferentes
puntos del afloramiento de esta facies, mostró la existencia de fenocristales de feldespatos
(sobre todo de plagioclasas, los alcalinos son muy escasos), de cristales de piroxeno a
menudo alterados, de olivino y de clorita. El cuarzo es poco frecuente y la magnetita rara. El
cemento es muy oscuro, microcristalino, silicatado o filosilicatado. Subraya con frecuencia
un inicio de metamorfismo y la adquisición de una esquistosidad precoz. Es generalmente
duro y compacto con gran participación en el carácter soldado de la brecha.
En estas facies gruesas, existe una biofase, muy poco abundante, y sobre todo mal
preservada, a base de foraminíferos planctónicos y de radiolarios. Ninguna de las muestras
estudiadas en lámina delgada permite precisar la estratigrafía de esta facies que se atribuye
globalmente al Cretácico Superior “alto”. Es aparentemente en esta facies (cuadrícula UTM,
X = 8,5, Y = 92,8 ), en el seno de un nivel de caliza detrítica, en la que L. Bourdon descubrió
un cierto número de ammonites, algunos en muy buen estado de conservación. Estos
ammonites corresponden a Peroniceras moureti de Grossouvre y Peroniceras sp. cf.
tridorsatum (Schüter). Estas especies son características de la parte inferior del Coniaciano
y están presentes en el Caribe y en el Golfo de México (Bourdon L. et al., 1984)
Con una potencia de al menos 200 m, el nivel de chert con radiolarios que caracteriza la Mb
Arroyo La Yabana, constituye un excelente nivel guía, que rompe con la monotonía de la
parte superior de la Fm Las Guayabas. Su cartografía, permite visualizar la importancia de
los pliegues que afectan al conjunto de la formación.
Este nivel silíceo, endurecido, es menos sensible a la erosión que las facies encajantes. En
el paisaje y, en particular, en las fotos aéreas, se señala por un un alineamiento de
pequeñas colinas con flancos verticalizados.
En lámina delgada (JM-9621), la roca presente textura de mudstone o wackestone según los
lechos. Las conchas de radiolarios son muy abundantes, pero en general están muy
recristalizadas, trituradas, compactadas e indeterminables. Se trata en su mayoría de
conchas de espumellarios, que no permiten precisar la edad de este horizonte. Basándose
en una asociación de radiolarios, Bourdon L. (1985) atribuyó este horizonte al Coniaciano
Inferior. Desde 1985, las biozonaciones a partir de los radiolarios han ido modificandose, y
han evolucionado considerablemente con las técnicas y los instrumentos de observación. La
atribución al “Coniaciano Inferior” no está actualizada y la asociación descrita por Bourdon
hoy sería atribuida al Santoniano.
Situada en el techo de los cherts con radiolarios del Mb Arroyo La Yabana, el Mb Las
Auyamas marca la transición con la Fm Río Chavón.
general bien netos, a menudo irregulares, y en otros casos con figuras sedimentarias de
corriente (flute cast) y/o de carga (load cast).
Estas rocas son de grano fino a muy fino y se esfolian en placas y plaquetas Se alteran
fácilmente dando coloraciones amarillentas. Las facies con matriz carbonatada y las micritas
presentan una pátina de alteración amarilla-marrón bastante característica.
A nivel cartográfico, los lentejones carbonatados más potentes y/o más continuos en el seno
de esta facies, se han representado con la misma figura que aquella que caracteriza la Fm
Río Chavón.
En lámina delgada (JM-9818, 9880, 9921 y 9961), las facies de siltitas y de silto-lutitas
presenten textura de wackestone y estructura finamente laminada, con laminación paralela o
granoclasificada. La litofase se compone de fragmentos de feldespatos de tamaño silt. La
biofase está compuesta únicamente por conchas de radiolarios muy mal conservadas y por
algunos espículas de esponja silícea epigenizada en calcita. Estos sedimentos finos
corresponden a facies pelágicas de cuenca.
El estudio microscópico de las facies carbonatadas (JM-9513, 9607, 9656, 9899 y 9975)
también reveló una textura wackestone y estructuras laminadas bajo el efecto de
granoclasificaciones localmente perturbadas por microslumps. Existe una microfauna
planctónica abundante pero mal conservada, atribuible al intervalo Santoniano Superior –
Maastrichtiano (JM-9656). Estas facies corresponden igualmente a depósitos marinos
profundos de cuenca oceánica batial.
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La serie correspondiente está circunscrita al núcleo de los sinclinales del ángulo suroeste de
la Hoja, y constituye así el eje de uno de los puntos culminantes de la Hoja : la Loma del
Cuarón (647 m). Aflora igualmente en el sinforme de “El Barrero”, situado en la franja
oriental de la Hoja Las Lisas.
Las biomicritas (a) tienen estructuras en lechos o laminadas, con figuras frecuentes de
micro-slumps y/o de cargas. La textura wackestone predomina en abundancia. La litofase
está compuesta por silts muy finos de origen volcánico y presenta feldespato, piroxeno y
magnetita. Está presente en más del 50% de la composición de la roca. La biofase está
compuesta principalmente por foraminíferos planctónicos, radiolarios y espículas de esponja
silícea. En general las conchas están mal conservadas, deformadas, trituradas o
recristalizadas, por lo que su identificación es siempre difícil.
Las litarenitas o calcarenitas (b) son mucho menos frecuentes (JM-9690 y 9950). Presentan
una litofacies de origen volcánico con fragmentos de lava y alteraciones de cristales de
feldespato, de anfíbol y de olivino ; presentan igualmente extraclastos de chert, de caliza
microesparítica y granos de glauconita de origen sedimentario. La microfauna comprende
formas de foraminíferos béntonicos, fragmentados y alterados, asociados a restos de
equinodermos y a fragmentos de rudistas. Estas facies corresponden a descargas
biodetríticas, provenientes del material de una plataforma carbonatada cretácea, con edades
comprendidas entre el Santoniano y el Maastrichtiano. Estas plataformas estaban
colonizadas por arrecifes de rudistas que ocupaban entonces el biotopo de los corales
arrecifales actuales.
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- Muestra JM-9657 (Lat. 18,86070; Long. –68,98809) : biomicrita arcillosa muy rica en
foraminíferos planctónicos, datada del Santoniano Superior a Campaniano basal por
la presencia de Globotruncanita elevata (BROTZEN), intervalo –84,5 Ma a –81 Ma ;
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- en el Batey Papagayo, cerca del camino costero (JM-9956), aflora un pitón diorítico o
tonalítico arenizado, rico en biotita y en venillas secantes de cuarzo blanco ;
- en la orla derecha del río Maimón, al nivel de las primeras estribaciones de la Loma
del Séptimo Cielo (JM-9885), el afloramiento está marcado por numerosos bloques
de una roca granuda. Es una diorita compuesta por clinopiroxeno, plagioclasa y
posible feldespato potásico ;
Todos tienen en común el hecho de ser intrusivos en las facies sedimentarias de la Fm Las
Guayabas. Por lo tanto serían del post-Cretácico Superior y contemporáneos del lacolito
tonalítico de La Curtiembre, situado más hacia el SE, en el centro de la Hoja El Salado.
Son particularmente frecuentes y visibles en el sector del pueblo El Oro, cortando de manera
clara las brechas de tipo “debris flow” del Mb El Cujano. Son filones verticales, orientados
preferencialmente E-O, de espesor decimétrico y que presentan una estructura zonada
simétrica. Están compuestos por un agragado de prismas de hornblenda y clinopiroxeno que
forman un entramado de cristales en cuyos huecos ha cristalizado la plagioclasa. Se trata de
un microgabro de textura intergranular (JM-9560).
Se han observado también varios diques similares en el arroyo Brazo Chiquito, al Sur de la
Colonia del Cedro, cortando areniscas gruesas del Cretácico Superior, con una dirección E-
O.
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2.3.1 Generalidades
Pese al indudable atractivo que ofrece la región de Los Haitises como dominio geológico
peculiar, especialmente por el desarrollo de un extraordinaria karst tropical maduro, son
escasos los trabajos elaborados sobre ella y en la mayoría de los casos están relacionados
con la minería del ámbar. La razón principal es su inaccesibilidad, derivada de la presencia
de una exuberante vegetación tropical desarrollada sobre un típico relieve en “caja de
huevos” integrado por infinidad de montículos (hums o haitises) entre los que se distribuye
una densa red de depresiones (dolinas y uvalas), en ocasiones con desniveles superiores a
200 m. Dichos trabajos aluden a la estratigrafía de las tradicionales calizas de Los Haitises
de forma marginal, bien por tratarse de trabajos de índole regional o bien porque abordan
específicamente la minería del ámbar, centrada en el perímetro de la región.
De entre los trabajos que describen la estratigrafía de la región de Los Haitises, cabe
destacar el de Brouwer S.B. y Brouwer P.A. (1980), relativo al ámbar, en el que se describen
cuatro unidades superpuestas, de muro a techo : conglomerado basal, Fm Yanigua (que
alberga el ámbar), caliza de Cevicos y caliza de Los Haitises. Iturralde Vinent M.A. (2001),
en un nuevo estudio sobre la geología del ámbar en el ámbito caribeño, considera que el
conglomerado basal constituye en realidad intercalaciones dentro de la Fm Yanigua,
sugiriendo otro tanto para las calizas de la Fm Cevicos, por lo que simplifica el esquema
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estratigráfico que queda reducido a dos unidades : la Fm Yanigua, constituida por margas
entre las que se intercalan niveles de conglomerados y de calizas, además de albergar
masas discontinuas de ámbar y lignito; y la Fm Los Haitises, dispuesta sobre la anterior e
integrada por las típicas calizas arrecifales que constituyen los característicos afloramientos
de la mayor parte de la región. Más recientemente, el estudio de la minería artesanal de la
República Dominicana (Espy J.A., 2000), elaborado dentro del Programa SYSMIN, aporta
nuevos datos sobre la Fm Yanigua, si bien desde un punto de vista minero.
En el presente trabajo se han adoptado los criterios generales propuestos por Iturralde
Vinent M.A., con dos unidades principales : la Fm Yanigua (Hojas de Sabana Grande de
Boyá, Antón Sánchez, Bayaguana, El Valle y Hato Mayor del Rey), como un conjunto
margoso que alberga pequeñas masas de lignito y ámbar, en el que se intercalan niveles
carbonatados de orden métrico, así como conglomerados, más frecuentes hacia la base,
existiendo casos en los que su alta proporción ha sugerido su diferenciación cartográfica
(Hoja de Sabana Grande de Boyá); y la Fm Los Haitises (Hojas de Sabana Grande de Boyá,
Antón Sánchez, El Valle ¿y Hato Mayor del Rey?), constituida por calizas arrecifales
masivas, habiéndose diferenciado dos tramos dentro de ella, en función del mayor o menor
contenido margoso de las calizas.
No existe unanimidad en cuanto a la edad del conjunto : Brouwer S.B. y Brouwer P.A. (1980)
enmarcan la Fm Yanigua en el Mioceno ; Bourdon L. (1985) asigna el conjunto calcáreo al
Mioceno Superior-actualidad ; Toloczyki M. y Ramírez I. (1991) atribuyen la Fm Yanigua al
Mioceno Superior-Plioceno y la Fm Los Haitises, al Plioceno-Cuaternario ; y por último,
Iturralde Vinent M.A. (2001), propone el Mioceno Inferior-Medio para la Fm Yanigua y el
Mioceno Medio-Superior para la Fm Los Haitises. En cualquier caso, el hallazgo durante la
realización del presente trabajo de asociaciones faunísticas características del Plioceno
dentro de la Fm Yanigua (Hoja de Antón Sánchez) ha sido el criterio seguido para establecer
la cronoestratigrafía de la zona, completada con la asignación de la Fm Los Haitises al
Plioceno-Pleistoceno.
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lagunar de baja energía, en tanto que la Fm Los Haitises representa una plataforma
carbonatada con frecuentes construcciones arrecifales.
2.3.2 Los Haitises en la Hoja de Las Lisas. Margas y calizas margosas con
corales y moluscos (9). Plioceno-Pleistoceno. N2 – Q1-3
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Tanto el clima tropical antiguo como el actual (Mioceno Medio, Plioceno Superior), son el
origen de una alteración laterítica intensa del sustrato que no excluye ningún tipo de roca.
Probablemente más importantes a su origen, las alteritas aparecen reducidas en la
actualidad, eliminadas en su mayoría por la erosión. En particular están bien preservadas en
las zonas tabulares o “sabana” que jalonan la franja costera.
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A lo largo de la franja costera, los buscadores de oro se centran en estos recubrimientos que
contienen siempre un poco de oro detrítico, en particular en la interface con el sustrato
rocoso.
Flanqueada entre los cordones arenosos de la costa océanica y el pie de los relieves de la
Cordillera, existe una franja de 2-3 km de ancho en la cual se acumula y se estanca el agua
de las avenidas. Es el terreno de las zonas inundables y pantanosas, algunas de las cuales
se aprovechan para el cultivo del arroz. Los depósitos están representados, esencialmente,
por arenas finas grises, amarillas a pardo negruzcas, por silts y por arcillas negras, muy
ricas en materias orgánicas.
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La mayoría de los ríos están actualmente en fase erosiva y el agua circula directamente
sobre el sustrato rocoso al que erosiona. Este es el caso de numerosos ríos que desaguan
en la región : ríos Cuarón, Cedro, Soco, Maimón, etc. En ellos los aluviones recientes
contituyen cordones sin continuidad ni potencia. Los productos que los forman son bloques,
gravas y arenas, donde predominan los fragmentos de areniscas, provenientes de la erosión
y transporte de las formaciones del Cretácico Superior.
El cordón de dunas actual (de 2 a 5 m de alto) constituye una franja de algunos cientos de
metros de ancho, a lo largo del litoral atlántico, alimentado por las arenas de la costa. Estas
arenas, de origen marino, están constituidas en su mayoría por granos de sílice. Su color va
del gris-claro al blanco y están muy presentes en los paisajes de algunas playas de la costa.
El cordón de dunas actual está adosado a un edificio más antiguo cuyo rastro se ve
localmente sobre las fotografías aéreas. Presenta un rosario de antiguas líneas de orla en
forma de “V” muy ancha, que abre hacia el Norte y el Noroeste. Este es el caso particular en
el ángulo NO de la Hoja, alrededor de la Playa de la Cana donde la franja de arena tiene un
ancho de varios kilómetros. Actualmente este antiguo complejo ha sido modificado por el
más reciente, lo que no permite distinguirlo individualmente. Por otra parte, está
ampliamente colonizado e invadido por los cocotales y las ciénagas. La acumulación y
establecimiento de los edificios dunares provocaron el bloqueo de los aguas dulces que
provenían del interior, esta presa natural es el origen de la formación de las zonas de
ciénagas y de las lagunas anteriormente mencionadas.
Sobre la franja oceánica sometida a la influencia de las mareas, existen llanuras algales y
colonias de Políperos en vías de formación, que generan arrecifes y encostramientos
carbonatados sobre extensiones hectométricas y espesores métricos. Aumentan de
espesor, o por el contrario, se erosionan fuertemente a favor de las mareas y las corrientes
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Para la realización del presente estudio geoquímico, todas las muestras fueron inicialmente
machacadas, cuarteadas a 250 grs y pulverizadas en un molino de ágata hasta que el 95%
de la muestra pasara por la malla 150 (106 micras), en los talleres del Departamento de
Petrología y Geoquímica de la Universidad Complutense de Madrid. El polvo fue enviado
para proceder a el análisis químico de elementos mayores, traza y tierras raras a ACME
Laboratories (Vancouver, Canada). Los elementos (y límites de detección) analizados por
ICP (inductively coupled plasma) mediante fusión con LiBO2 fueron: SiO2 (0.02%), Al2O3
(0.03%), Fe2O3 (0.04%), CaO (0.01%), MgO (0.01%), Na2O (0.01%), K2O (0.04%), MnO
(0.01%), TiO2 (0.01%), P2O5 (0.01%), Cr2O3 (0.001%), LOI (0.1%), C (0.01%), S (0.01%), Ba
(5 ppm), Ni (30 ppm), Sc (1 ppm), Sr (10 ppm), Y (10 ppm) y Zr (10 ppm). Los elementos (y
límites de detección) analizados por ICP-MS (inductively coupled plasma mass
spectrometry) mediante fusión con LiBO2 fueron: Ag* (0.1 ppm), As* (1 ppm), Au* (0.5 ppb),
Ba (0.5 ppm), Bi* (0.1 ppm), Cd* (0.1 ppm), Co (0.5 ppm), Cs (0.1 ppm), Cu* (0.1 ppm), Ga
(0.5 ppm), Hf (0.5 ppm), Hg (0.1 ppm), Mo* (0.1 ppm), Nb (0.5 ppm), Ni* (0.1 ppm), Pb* (0.1
ppm), Rb (0.5 ppm), Sb* (0.1 ppm), Se (0.5 ppm), Sn (1 ppm), Sr (0.5 ppm), Ta (0.1 ppm),
Th (0.1 ppm), Tl* (0.1 ppm), U (0.1 ppm), V (5 ppm), W (0.1 ppm), Y (0.1 ppm), Zn* (1 ppm),
Zr (0.5 ppm), La (0.5 ppm),Ce (0.5 ppm), Pr (0.02 ppm), Nd (0.4 ppm), Sm (0.1 ppm), Eu
(0.05 ppm), Gd (0.05 ppm), Tb (0.01 ppm), Dy (0.05 ppm), Ho (0.05 ppm), Er (0.05 ppm), Tm
(0.05 ppm), Yb (0.05 ppm) y Lu (0.01 ppm). (*) Los metales preciosos y metales de base
fueron determinados a partir de una digestión en agua regia. El error analítico fue
determinado a partir de análisis realizados en una roca patrón estandar.
El Fe procedente de los análisis fue Fe2O3t (Fe total como Fe2O3), por lo que fue recalculado
como Fe2O3t = Fe2O3 + FeO x 1,11135 y FeOcalc = FeO / (FeO + Fe2O3). Todas las
muestras fueron recalculadas a una base anhidra, si la suma de los lementos mayores (SiO2
a P2O5) fue menor de 99,98%. El número de Mg, o Mg#, fue calculado como 100·mol
MgO/(mol MgO + mol FeOt), donde FeO=0.8 x Fe2O3t y Fe2O3=0,2 x Fe2O3t. Las
composiciones de referencia utilizadas para la condrita (C), el manto primordial (MP), y los
basaltos promedio N-MORB, E-MORB y OIB son propuestas por Sun y MacDonough (1989).
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Gran parte de las rocas volcánicas y plutónicas estudiadas han experimentado procesos de
alteración tardi- y post-magmática, así como un metamorfismo de baja-T en condiciones
propias de la facies de los esquistos verdes y subesquistos verdes, que han modificado las
concentraciones primarias de varios elementos mayores y traza. Por ejemplo, en el
diagrama K2O+Na2O versus K2O/(K2O+Na2O) de Hughes (1973), que puede ser utilizado
para visualizar rocas espilitizadas o que han sufrido un metasomatismo potásico, gran parte
de las rocas caen fuera del campo de los basaltos “normales” no alterados. Por ejemplo,
resulta frecuente que las tobas hayan experimentado un extenso metasomatismo potásico.
Por otro lado, lgunos elementos mayores (Si, K, Na y Ca) y trazas (Cs, Rb, Ba y Sr) son
fácilmente movilizados durante la deformación y el metamorfismo. Por lo tanto, la
interpretación geoquímica basada en estos elementos plantea muchas incertidumbres. Sin
embargo, resulta improbable que los Mg# relativamente altos obtenidos se atribuyan a
procesos post-deposicionales, ya que ha sido demostrado que la relación MgO/FeO no
cambia significativamente durante la alteración espilítica en el fondo oceánico (Humphris y
Thompson, 1978), reflejando por tanto los procesos ígneos primarios. Análogamente,
muchos investigadores concluyen que los high field strength elements (HFSE: Nb, Ta, Y, Zr,
Hf, TiO2), el Th, los elementos de transición (Cr, Ni, V, Sc) y las tierras raras (rare earth
elements; REE) son esencialmente inmóviles en un amplio rango de condiciones
metamórficas (Pearce, 1975; Luden et al., 1982). Por lo tanto, en este trabajo la clasificación
de las rocas estudiadas, su asignación a determinadas series magmáticas y su
interpretación petrogenética y de el posible entorno tectonomagmático de formación están
basadas en las variaciones de estos elementos.
Con el fin de caracterizar los diferentes grupos geoquímicos de rocas se han utilizado
diagramas extendidos de tierras raras (REE) normalizados respecto al Manto primordial
(MP; Sun y MacDonough, 1989), los cuales proporcionan un método útil de comparar estas
rocas entre sí y respecto a otras tipos de rocas similares. Estos diagramas también
proporcionan información de los procesos petrogenéticos que han tenido lugar, ya que la
concentración de elementos traza y REE (ordenados en un orden de incompatibilidad
decreciente con respecto a la lherzolita) cambia de forma predecible durante los procesos
de fusión y cristalización fraccionada.
En el conjunto de todas las rocas estudiadas es posible distinguir tres grandes episodios de
formación de rocas volcánicas y plutónicas : el magmatismo del Cretácico Inferior,
representado por la Fm Los Ranchos ; el magmatismo del Cretácico Superior, representado
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Las muestras estudiadas pertenecen las Hojas de Hato Mayor (JG9058 y JG9070), Monte
Plata (HH9039) y El Seibo (JM9062, JM9101, JM9167, JM9239 y JM9274), siendo las
primeras de andesitas del Mb Loma La Vega, la segunda de una intrusión tonalítica a
cuarzodiorítica relacionada y las terceras de lavas félsicas y brechas monogénicas. Se
incluyen también como comparación los análisis contenidos en el trabajo de Lebrón y Perfit
(1994), relativos a muestras del sector de la Loma La Vega (Hojas de Hato Mayor y El
Seibo) y que incluyen tipos litológicos de depósitos volcánicos como: flujos de lavas
andesíticas de textura traquítica, brechas volcánicas y tobas ricas en cristales.
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En resumen, los datos de elementos mayores, trazas y REE de las rocas intermedias y
ácidas indican que las rocas ígneas de Fm Las Guayabas, incluido el Mb Loma La Vega,
presentan una gran similitud con las series calco-alcalinas de medio y alto contenido en K a
shoshonítica, y fueron emitidas en un contexto tectónico de margen áctivo relacionado con
subducción.
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La localización y la naturaleza de las muestras, así como las técnicas analíticas utilizadas y
las edades obtenidas aparecen en la Figura 9.
Los circones y otros minerales accesorios se extrajeron de las muestras mediante técnicas
convencionales de machacado y de separación mediante tabla Wilfley , a las que siguió una
concentración final mediante líquidos pesados y separación magnética. Las fracciones
minerales a analizar se seleccionaron en función de la calidad del grano, tamaño,
susceptibilidad magnética y morfología. Con el objeto de minimizar los efectos de la pérdida
de Pb próxima a la superficie de los granos, todas las fracciones de circones se sometieron,
previamente a su disolución, a una abrasión por aire usando la técnica de Krogh (1982).
Posteriormente se disolvieron en una solución extrapura 3N de HNO3, lavadas con acetona
bajo su punto de ebullición y pesadas (hasta ±2µg). Los circones se disolvieron en
microcápsulas de PTFE o PFA de 300 µl con 100 µl de HF 29N y de ~15 µl de HNO3 14N
233-235
bajo punto de ebullición, en presencia de un trazador mixto de U-205Pb y durante
40 horas a 240ºC.
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La disolución se llevó a cabo en bombas de acero inoxidable Parr con líneas PTFE de teflón
de 250 ml. Posteriormente las soluciones fueron secadas de sales y re-bombeadas en
~200 µl de solución de HCl 3.1N ultrapuro durante 12 horas a 210°C. Estas soluciones se
secaron de nuevo de sales en una placa calentada a unos 125ºC y se redisolvieron en una
solución de 0.5 ml de 3.1 HCl durante un mínimo de 8 horas. Para la separación del Pb y U
se emplearon técnicas de columnas de intercambio iónico similares a las descritas por
Parrish et al. (1987). El Pb y U se separaron secuencialmente en el mismo recipiente, donde
se les añadió 2µl de ácido fosfórico extrapuro 1,0 M. Cada muestra se cargó en un único
filamento de Re usando un exhalador de gel de sílice fosfórico (SiCl4). Las relaciones
isotópicas se midieron con un espectrómetro de masas de ionización termal VG-54R,
modificado con un único colector y equipado con un fotoultiplicador analógico Daly. Tanto el
U como el Pb se procesaron a 1450°C en modo de encendido-en pico del detector Daly.
Cada muestra se machacó, hasta reducirla a fragmentos de entre 0.1 y 0.5 mm de diámetro
y, posteriormen, se pesó bajo un imán manualmente para eliminar los minerales magnéticos
y las esquirlas metálicas de la machacadora. Las muestras se lavaron posteriormente en
agua desionizada, se aclararon y se sacaron en aire seco a temperatura ambiente. Los
minerales de interés se sapararon a mano, se envolvieron en papel de aluminio y se
guardaron en una cápsula de irradiación junto a otras muestras de edad similar y a
monitores del flujo de neutrones (sanidinas de la Toba Fish Canyon de 28,02 Ma; Renne et
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al., 1998). Las muestras se irradiaron los días 27 y 28 de Mayo de 2004 en el reactor
nuclear de McMaster en Hamilton, Ontario, a 56 MWH y un flujo de neutrones de
3x1016 neutrones/cm2, aproximadamente. El análisis (n=54) de las posiciones del flujo de
neutrones 18 produjo errores de <0.5% en el valor J. Las muestras fueron analizadas entre
el 19 y el 26 de Julio de 2004, en el Noble Gas Laboratory del Pacific Centre for Isotopic and
Geochemical Research de la University of British Columbia, Vancouver, Canada. Los
separados minerales se calentaron a intervalos crecientes mediante un rayo laser
desenfocado de 10W CO2 (New Wave Research MIR10), hasta su fusión. Los gases
emitidos en cada intervalo de temperatura se analizaron en un espectrómetro de masas
VG5400, equipado con un multiplicador de electrones contador de iones. Todas las medidas
se corrigieron respecto a las variaciones en la sensibilidad del espectrómeto de masas, la
discriminación de masas, y la descomposición radioactiva durante y después de la
irradiación, así como a la interferencia de Ar debida a contaminación atmosférica y la
40
irradiación de Ca, Cl y K (relaciones de producción isotópica: Ar/39Ar, K=0.0302; 37
Ar/39Ar,
Ca=1416.4306; 36Ar/39Ar, Ca=0.3952; Ca/K=1.83, 37ArCa/39ArK).
Las edades de plateau y por correlación inversa (método de la isocrona inversa) se han
calculado utilizando el programa ISOPLOT versión 3.09 (Ludwig, 2003). Los errores se
refieren al nivel 2σ (95% de confianza) e incluye la propagación de los errores procedentes
de todas las fuentes, a excepción de los procedentes de la sensibilidad del espectrómetro de
masas y la edad del monitor de flujo. Los “picos” para las edades obtenidas mediante
correlación inversa y de plateau son arbitrarios y se deben considerar como tentativas, ya
que el trabajo analítico se ha realizado sin conocer de forma directa el contexto geológico de
las muestras. La interpretación de los resultados analíticos ha de hacerse en el contexto de
la diferente temperatura de cierre del Ar en cada mineral analizado (hornblenda: 525-450ºC;
moscovita: 375-325ºC; biotita: 350-260ºC y feldespato-K: 350-125ºC), junto a la naturaleza
ígnea o metamórfica de la muestra.
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Sólo una muestra de la Fm. Los Ranchos (de las dos analizadas) se ha podido datar, por
método U/Pb. Se trata de una dacita porfídica (JM-9304), muestreada en la Hoja de
Bayaguana ; la facies es característica de las protrusiones ácidas del miembro intermedio de
la Fm Los Ranchos. De los cinco fragmentes de circón analizados, tres definen una edad de
116 ± 0,8 Ma (Aptiano) (Figura 10). Este resultado es coherente con la atribución al
Neocomiano de los vegetales fósiles descritos por Smiley C.J. (1982) en los alrededores de
Pueblo Viejo.
La muestra de andesita porfídica con clinopiroxeno (JM-9320) del “Pan de Azucar” (Hoja de
Bayaguana) no se ha podido datar por método Ar/Ar, debido a la ausencia de K en los
cristales de horblenda.
0.020
6272-II-JM-9304 124
quartz porphyry
116.0 ± 0.8 Ma 120
116 A
D
Pb/ 238U
B
0.018 C
E
112
206
108
Based on B, D & E
104 207
Pb/ 235U
0.016
0.10 0.12 0.14
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Excepto para la muestra JM-9070, las edades “plateau” obtenidas están bien definidas,
comprendidas entre 106 y 121 Ma (Albiano-Aptiano) (Figura 11). Son comparables a la edad
obtenida para las tonalitas del plutón de Zambrana (115 ± 0,3 Ma, U/Pb en roca total) en la
Hoja Hatillo, durante el anterior proyecto SYSMIN (Martín M., 2000).
Apoyan también la filiación geoquímica constatada entre los intrusivos tonalíticos y las facies
volcánicas ácidas de la Fm Los Ranchos.
La edad de 85,1 ± 7,9 Ma obtenida con la muestra JM-9070 parece poco fiable, debido a la
integración de los valores del conjunto de los escalones. Sin embargo se debe comparar a
las dataciones realizadas anteriormente por Bellon H. et al. (1985) con dos muestras del
40
macizo de El Valle (método K/40Ar sobre roca total) : 95 ± 4,8 Ma y 87,3 ± 4,4 Ma. Estas
edades, más recientes que los precedentes, reflejan probablemente el effecto del
metamorfismo con pumpeleita-prehnita que afecta localmente la tonalita.
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Figura 11 : Diagramas con las edades “plateau” y las isocronas realizadas por el
método Ar/Ar de las muestras de granitoides (Proyecto L-Este).
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La edad obtenida (Figura 12), de 58,1 ± 0,8 Ma, refleja muy probablemente el efecto de una
alteración paleocena, mucho más reciente que la extrusión lávica. De hecho, las volcanitas
del Mb Loma La Vega constituyen un horizonte bien definido, encajado en los sedimentos
turbidíticos, datados de la base del Cretácico Superior por sus contenido faunístico.
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4 TECTÓNICA
La isla de La Española forma parte del archipiélago de las Antillas Mayores. Desde el punto
de vista geodinámico, esta región está ubicada en el límite norte de una pequeña placa, la
Placa Caribe que desempeña el papel de una zona de tapón entre la Placa de América del
Norte, la Placa de América del Sur y las pequeñas placas del Pacífico este ; Placa Cocos y
Placa Nazca. (Figura 13).
Las Antillas Mayores : Cuba, Jamaica, La Española y Puerto Rico pertenecen a la cadena
norte-caribe cuya estructuración mayor corresponde a la colisión del margen sur de la Placa
de América del Norte, con el arco volcánico de la «Proto-Placa» Caribe al final del Cretácico
(Figura 14, Figura 15).
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Figura 15 : Corte interpretativo que permite visualizar las relaciones entre La Isla de
La Española y las placas Norteamericana y Caribeña (Dolan J.F. et al., 1998).
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En su configuración actual (Figura 16), las Antillas Mayores están cortadas en tiras,
separadas las unas de las otras por grandes desenganches sinestros con dirección general
este-oeste. Estas estructuras se insertan en un sistema de fallas transformantes complejas,
el sistema Polochic/Caimán, activo desde el Terciario y cuya evolución, hasta los tiempos
actuales, arrastra una estructuración nueva de la cadena.
- la Sociedad Geológica de América, en “Special Paper 262” en 1991 (Mann P., Draper
G. y Lewis J.F.) y de “Special Paper 326” en 1998 (Dolan J.F. y Mann P.) ;
Las diferentes figuras que ilustran nuestro propósito provienen de algunas de estas
publicaciones.
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La Cordillera Oriental se extiende Este-Oeste, con una longitud de unos 135 kilómetros y
una anchura de unos 35 kilómetros, en el área adyacente a la costa sur de la Bahía de
Samaná (Figura 4). Forma una sucesión de lomas incididas por una red de drenaje Norte-
Sur que culminan a 736 metros de altura en Loma Vieja.
El límite norte de la Cordillera es la falla Meridional de Samaná que forma parte del sistema
de fallas que se extienden hacia el NO a lo largo de la Cuenca del Cibao (Dixon T.H. y Daily
M.I., 1981 ; de Zoeten R. y Mann P., 1991 ; Edgar N.T., 1991). Al Oeste se halla separada
de las rocas cretácicas que forman el Cinturón Intermedio por el cabalgamiento de Hatillo
(Bowin C., 1966). Hacia el Sur los relieves de la Cordillera Oriental disminuyen su altura y
las rocas plegadas que la forman son cubiertas en discordancia por calizas arrecifales de
edad plio-cuaternaria.
Las rocas más antiguas que afloran son más de 3000 metros de rocas volcánicas (Fm Los
Ranchos), cubiertas por una delgada plataforma (<300 m) de carbonatos de edad cretácico
medio (Fm Hatillo), seguida de unos 5500 metros de areniscas y calizas de origen
esencialmente turbidítico (formaciones del Cretácico Superior). Presentan un metamorfismo
de bajo grado en facies de prehnita-pumpellita (Bourdon L., 1985) y se hallan intruidas por
granitoides de edad cretácico. El conjunto forma el basamento de cuencas terciarias y
cuaternarias.
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Figura 18 : Mapa tectónico de la Cordillera Oriental Dominicana con los principales elementos
estructurales.
A escala regional, la Cordillera es un gran antiforme ONO-ESE, que cierra hacia el Este,
definiendo una amplia zona de charnela (Figura 4, Figura 18). En el núcleo del antiforme
están expuestas las rocas del Cretácico Inferior y los granitoides intrusivos, mientras que las
rocas del Cretácico Superior forman las capas externas. El flanco norte está cortado por la
falla meridional de la Bahía de Samaná. La estructura antiformal está complicada por
pliegues y fallas de superficie casi vertical con cizallas en dirección y componentes inversos
y normales. Los pliegues dominan en las series estratificadas del Cretácico Superior y son
raros en la pila de rocas volcánicas de la Formación Los Ranchos y en los granitoides
intrusivos del núcleo del antiforme, que se hallan principalmente fracturados. La fracturación
es más evidente cuando una cobertera de calizas plio-pleistocenas cubre a la Formación
Los Ranchos, por ejemplo en el área al Norte de Bayaguana (Figura 18)
Figura 19 : Campo magnético total reducido al polo, localización del Bloque L-Este y
de las principales zonas de falla de la República Dominicana.
Fuera del área de culminación antiformal, la Fm Los Ranchos aflora en un área reducida al
Oeste del pueblo de Miches. Ambos afloramientos están separados por la falla NO-SE del
Yabón, activa desde el Terciario como una falla en dirección levógira (Hernández J.B., 1980;
Bourdon L., 1985). Esta falla produce una señal marcada en el mapa geomagnético (Figura
19) y tiene asociadas protrusiones (intrusiones tectónicas) de rocas ultramáficas de origen
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mantélico emplazadas en el Cretácico Superior. Se trata por tanto de una falla en dirección
que ha evolucionado a partir de una falla crustal en la cuenca de ante-arco.
La existencia de fallas con larga historia de actividad es asimismo postulada por Draper G.
et al. (1996) en el área de deformación intensa limitada al NE por el cabalgamiento de
Hatillo. Estos autores consideran una fase de deformación por cabalgamientos de edad
cretácico medio, previa a la sedimentación de la Formación de Hatillo y una reactivación
tardía de las estructuras en el Eoceno Medio-Superior. Independientemente de estos
argumentos, en la Cordillera Oriental no existe una severa deformación de la Formación Los
Ranchos bajo la Caliza de Hatillo. La discordancia angular entre ambas formaciones resulta
más bien compatible con una elevación vertical o una suave contracción longitudinal.
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Las rocas elevadas y erosionadas del arco volcánico del Cretácico Inferior y del ante-arco
del Cretácico Superior, forman el basamento de los sedimentos eocenos, depositados en
cuencas estrechas limitadas por fallas NO-SE, E-O y NO-SE (Figura 4, Figura 18). El perfil
transverso de estas cuencas es de tipo semigraben, con estratos rotados hacia las fallas
(Figura 20). Los primeros depósitos son conglomerados aluviales de la Formación Don
Juan, provenientes de los relieves adyacentes a las fallas. Encima yacen generalmente
calizas, areniscas y conglomerados marinos con diferencias estratigráficas entre cuencas
que indican una evolución independiente. La generación de relieve en bloques elevados
adyacentes a bloques deprimidos es típica de cuencas transpresivas.
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En el lado suroeste de la falla del Yabón los pliegues se disponen “en echelon” con un
escalonamiento levógiro a ángulos de aproximadamente 20º respecto a la superficie de la
falla, indicando un movimiento horizontal convergente levógiro. En contraste, los pliegues
adyacentes al lado noreste son de traza subparalela. La falla y tal vez las diferencias
reológicas del basamento en ambos bloques inducen la partición del esfuerzo de cizalla
pura, resultando estructuras contractivas con desplazamiento oblicuo en el lado occidental
de la falla y contractivas en el lado occidental. Otras fallas NO-SE a NNO-SSE entre las
poblaciones de Miches y Las Lisas, exhiben en superficie una componente inversa notable y
forman bloques elevados de doble vergencia como el de Loma Vieja, la máxima altura de la
Cordillera. Adicionalmente, cizallas de Riedel ONO-ESE (con ligeros cambios de ángulo
debidos a rotaciones) cortan a pliegues en el bloque nororiental de la falla del Yabón, que
resultan deformados como domos, semi-anticlinales y semi-sinclinales, con un patrón similar
al reproducido por Harding T.P.y Lowell J.D. (1979) en modelos de arcilla.
Para Burke K. et al. (1980), Mann P. et al., (1984) y Dolan J.F. et al. (1998), la transpresión
es resultado de la orientación E-O de las fallas de Samaná, que se separa de la dirección
OSO-ENE del movimiento de las placas, lo que produce una restricción a la traslación lateral
de la placa del Caribe. En este contexto, las fallas E-O de Samaná constituyen la zona
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principal de cizalla, acomodando una parte importante de la traslación, mientras que los
pliegues y fallas NO-SE de la Cordillera acomodan la mayor parte de la laminación
mecánica y el acortamiento intraplaca.
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La Hoja 1/50 000 Las Lisas presenta, a la vez, pliegues y estructuras frágiles tal como lo
muestran el esquema estructural de la Figura 22 y las cortes de la Figura 23.
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Los levantamientos geológicos han permitido definir cuatro zonas estructurales. Estas zonas
están limitadas por las principales estructuras frágiles. Del SO hacia el NE, se trata :
- 2 – Una zona donde el plegamiento es bien evidente por la cartografía del nivel guia
de chert de radiolarios (Mb Arroyo La Yabana – Fm Las Guayabas). Está limitada
hacia el SO por la “Falla del Cuarón” y hacia el NE por los accidentes en relevo “Falla
Cabeza de Toro” y “Falla Chavón Cito”. Esta zona comprende esencialmente los
terrenos de la parte superior de la Fm Las Guayabas, y hacia el SE, la base de la Fm
Río Chavón. En detalle, está compuesta por una estructura anticlinal “Anticlinal de
la Cabeza del Soco”, de dirección NO-SE a NNO-SSE, cuyo flanco SO está
inclinado y fallado. El flanco SO de esta estructura calbalga en parte la “Sinforme del
Cuarón” a nivel del río Soco, entre La Cuchilla y la confluencia del río Janabo. A este
anticlinal le sucede una estructura sinclinal de dirección N150°E, cuyo eje varía en
inclinación entre 30-35° :
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esta posición, para sumergirse o para disminuir sobre una red de accidentes E-O que
marcan su desaparición entre la “Falla del río Cedro” y la “Falla de Nisibón”.
Los planos de esquistosidad medidos son pocos y están repartidos siguiendo una dirección
NO-SE con buzamientos subverticales (Figura 25).
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Los planos de estratificación medidos (223 medidas) muestran una dispersión bastante
fuerte (Figura 26). No obstante, aparece una repartición que sigue un gran círculo, que
presenta un polo de dirección N145°E con un buzamiento de 21° hacia el SE. Se puede
trazar igualmente un segundo círculo, que tiene por polo N90°E-35°E.
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Los planos de esquistosidad (29) se organizan siguiendo una dirección media N150°E con
un buzamiento de 73°NE (Figura 27). Esta esquistosidad muestra también una dirección
muy próxima de la medida obtenida en la zona precedente. Es igualmente del tipo “plano
axial”, ligada a la fase de plegamiento principal observado. A nivel de los afloramientos, se
han medido algunos micropliegues de dirección NO-SE, que tienen como plano axial esta
esquistosidad.
En este dominio, los planos de estratificación medidos muestran una dispersión bastante
fuerte (Figura 28). No obstante, es posible definir, a partir de estas poblaciones, dos grandes
círculos cuyos polos representan los ejes de los pliegues que afectan estos planos. De esta
forma se evidencia dos direcciones de ejes :
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Los polos de los planos de esquistosidad (Figura 29) se agrupan siguiendo una dirección
media N154°E, con buzamientos muy fuertes hacia el SO y el NE. Esta esquistosidad
contiene el eje del pliegue N150°E ; es una esquiistosidad de “plano axial” de los pliegues
cilindricos de dirección N150°E. Esta esquistosidad es muy constante en dirección y no
aparece afectada por pliegues secundarios. Todo indica que la estructuración NO-SE es la
más tardía, y que los pliegues E-O corresponden a una fase anterior.
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- una dirección N90° E con un buzamiento de 19° hacia el Este. Aquí encontramos
igualmente una orientación similar a la observada en la zona precedente, pero con
una pendiente opuesta.
Resulta así que esta zona fue afectada por 2 fases de deformacion con formación de
pliegues cilindricos. Se asocia una esquistosidad de tipo discontinuo, en relación con los
pliegues de dirección N148°E. Las medidas (Figura 31) presentan una dirección media
N145°E con un disposición subvertical. Esta esquistosidad contiene el eje de los pliegues,
por lo que puede ser el plano axial de esta fase de deformación.
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En la Hoja de Las Lisas, las formaciones sedimentarias del Cretácico Superior (Fm Las
Guayabas y Fm Río Chavón) están cortadas por amplios cizallamientos de dirección NO-SE
a NNO-SSE. Del SO hacia el NE de la Hoja, los principales accidentes recogidos son los
siguientes :
- La “Falla del Cuarón” que pasa sobre el contrafuerte norte de la Loma del Cuarón.
Este es un accidente vertical, de dirección N120°E, presente también en la Hoja
Miches. Delimita la extensión NE del sinforme del Cuarón. Hacia el SE, desaparece
bajo el flanco inverso y fallado del anticlinal de “La Cabeza del Soco”. Las relaciones
entre estas dos estructuras no se comprenden totalmente.
- La “Falla del río Cedro”, cuyo trazado N130°E genera un encajamiento profundo en
la topografía, que orienta el curso del río Cedro.
del río Cedro hacia el N-NO. En el campo, el trazado de esta falla se manifiesta
igualmente por una silicificación de las rocas deformadas a su contacto.
- En el limite este de la Hoja han sido trazados diferentes accidentes verticales N-S. El
más importante, que es bien visible en la topografía, limita la extensión de las margo-
calizas de la Fm Río Chavón del sinclinal de El Barrero.
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Los pliegues E-O son anteriores a los pliegues NO-SE. Los pliegues NO-SE se localizan en
una zona afectada por cizallas senestras y genéticamente unen el funcionamiento de los
desgarres. Cartográficamente, los pliegues NO-SE muestran una orientación que varía de
NNO-SSE a NO-SE. Estos pliegues podrían estar asociados al juego senestro de los
principales desgarres que cortan el territorio de la Hoja Las Lisas.
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5 GEOMORFOLOGÍA
Pese a la elevada velocidad con que la meteorización elimina o enmascara algunas formas,
existen diversos rasgos que se interpretan en relación con la acción de fallas, entre ellos los
escarpes de falla, frecuentemente degradados.
También han adquirido gran importancia las morfologías condicionadas por la distinta
resistencia a la meteorización ofrecida por los materiales aflorantes, entre ellas los resaltes
de líneas de capa monoclinales acompañados por escarpes de numerosos niveles de
areniscas, radiolaritas y calizas intercalados en las formaciones Las Guayabas y Río
Chavón, que también se presentan como crestas y barras.
La acción de los agentes externos sobre dominios tan contrastados como la Cordillera
Oriental y la Llanura Costera de Miches tiene como resultado una expresión sensiblemente
diferente. Así, el modelado de la Cordillera es el producto de una larga evolución presidida
por los procesos sedimentarios y tectónicos acaecidos a lo largo del periodo Cretácico
Superior-Terciario, generadores de relieves positivos, sobre los que han actuado, con mayor
o menor efectividad, diversos agentes morfogenéticos encaminados a la destrucción o al
modelado de dichos relieves, destacando los de carácter fluvial, marino-litoral y poligénico.
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Por lo que respecta a la Llanura Costera de Miches, son los procesos eólicos y marino-
litorales los condicionantes fundamentales de su aspecto actual.
Son las más ampliamente representadas, constituyendo una buena parte de la superficie de
la Llanura Costera de Miches, así como de numerosos valles intramontañosos. Destaca la
extensión de los distintos tipos de abanicos aluviales, ya que, pese a la envergadura de
varios ríos de la zona, ninguno tiene una excesiva variedad de depósitos, pudiendo
destacarse el valle del río Chavón, en lo que junto al fondo de valle se han reconocido
depósitos correspondientes a terrazas.
Los fondos de valle son el principal testimonio de la actividad sedimentaria de la red fluvial
actual; en general, se trata de formas estrechas coincidentes con el canal de estiaje.
Mucha mayor representación tienen los conos de deyección y los abanicos aluviales, entre
los que se han reconocido tres sistemas principales. Su depósito se produce en la
confluencia de ríos y arroyos con valles de mayor entidad, en los cuales la carga
transportada por aquéllos pierde su confinamiento, expandiéndose; cuando los ápices se
encuentran próximos entre sí, se produce coalescencia. Alcanzan longitudes de hasta 3 km
con respecto al ápice, sensiblemente inferiores en cualquier caso a las de los abanicos de
baja pendiente, que alcanzan hasta 5 km, como el del río Nisibón, probablemente como
consecuencia de la menor densidad de carga en el caso de estos últimos.
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Entre las formas erosivas se han reconocido: formas de incisión lineal, ampliamente
representadas por toda la zona, especialmente en el dominio montañoso, donde son
numerosas las aristas, que poseen una notable representación en la sierra; divisorias
montañosas, destacando la que separa las vertientes atlántica y caribeña; pérdidas de
drenaje, abundantes en buena parte de los cursos que alcanzan la llanura costera.
Se trata de lagunas y áreas pantanosas con una amplia representación en la llanura costera.
Las áreas pantanosas o ciénagas aparecen en la llanura ocupando una franja prácticamente
continua de E a O. En su interior destacan las lagunas Redonda y del Limón, cuyo eje mayor
alcanza 4 km en el caso de la primera; probablemente su origen se deba, al menos en parte,
al desarrollo de sendos cordones litorales.
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Aparecen representadas exclusivamente por un manto eólico, con desarrollo local de dunas,
desarrollado en la franja litoral septentrional; su principal manifestación se prolonga hacia el
Oeste por la Hoja a escala 1:50 000 de Miches (6372-I), alcanzando una longitud cercana a
20 km. Se trata de una acumulación arenosa informe de varios kilómetros cuadrados,
colonizada por cocos, probablemente derivada de un cordón litoral degradado.
Las formas más extendidas del litoral son las playas, que se constituyen la práctica totalidad
de la zona costera, siendo la más relevante la que se localiza entre Punta Gorda y Punta La
Pasa de Limón, de más de 8 km de longitud; no obstante, se trata de playas estrechas, con
una anchura de orden decamétrico e incluso inferior. Predomina el carácter de costa baja,
principalmente arenosa. Su continuidad sólo se ve truncada por la desembocadura de
diversos cursos fluviales y la presencia del canal de marea de La Boca de Celedonio,
situado al Norte de la Laguna Redonda y que la une al océano Atlántico, con una longitud
que sobrepasa los 500 m y una anchura de orden decamétrico. Durante las mareas bajas, la
laguna puede quedar incomunicada.
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Se incluyen en este grupo las formas cuya morfogénesis puede atribuirse a la acción
simultánea o sucesiva de más de un proceso genético, habiéndose reconocido tan sólo
cerros cónicos y picos principales. Los picos principales se encuentran casi en su totalidad a
lo largo de la divisoria montañosa principal, destacando el de Loma del Aguacate, con 696 m
de altitud. Por lo que respecta a los cerros cónicos, resultado de procesos de erosión
selectiva, son escasos, concentrándose en cualquier caso en los sectores septentrional y
meridional.
Si bien la morfología de la zona está influenciada por los procesos acaecidos a lo largo de la
historia de la Cordillera Oriental, su fisonomía actual empieza a perfilarse a comienzos del
Cuaternario, cuando la Cordillera poseía una envergadura inferior a la actual, estando
flanqueada al Norte y al Sur por las plataformas carbonatadas arrecifales que llegarían a
convertirse en la región de Los Haitises y en la Llanura Costera del Caribe. En realidad,
ambas plataformas se unirían hacia el Este, rodeando las estribaciones de la Cordillera
Oriental, pero también hacia el Oeste, al Noreste de Bayaguana, por lo que esta Cordillera
constituiría en realidad una isla.
Bajo esta configuración, la región asistiría al desarrollo de superficies de diversa índole. Por
una parte, el depósito carbonatado de la plataforma dio lugar a una marcada superficie
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estructural; por otra, en el ámbito litoral se generaría una superficie de erosión, “correlativa”
con aquélla, más difícil de identificar por la evolución seguida posteriormente.
Los complejos arrecifales migrarían paulatinamente hacia el Norte a medida que se producía
el progresivo ascenso de la sierra, especialmente acusado en el caso de la superficie de La
Herradura, en la vecina Hoja de El Seibo, pese a que resulta difícil determinar si
corresponde a una de las superficies correlativas citadas o si corresponde a la erosión
previa de un macizo emergido. En el ámbito de la sierra, la red de drenaje esbozaría su
geometría general, basada en cursos de pequeña longitud y carácter consecuente que
incrementarían su poder incisivo al ascender con respecto al nivel de base, desmantelando
rápidamente la superficie de La Herradura en el ámbito de la Hoja. Posiblemente, con
anterioridad a la jerarquización de la red ya habría dado comienzo un activo desarrollo de
lateritizaciones y arenizaciones.
retoques producidos en las zonas montañosas por los fenómenos kársticos; y el retroceso
de la actividad gravitacional de las vertientes.
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6 HISTORIA GEOLÓGICA
Sobre la corteza de la placa del Caribe, posiblemente engrosada en algunas áreas como
una meseta o un monte oceánico (Escuder Viruete J. et al., 2002) y que pudiera
corresponder o no al Complejo Duarte más la peridotita, se desarrolló en el Cretácico Inferior
un arco de islas primitivo de composición bimodal y afinidad toleítica representado en la
zona de estudio por la Fm Los Ranchos y sus equivalentes deformados, los Esquistos de
Maimón y la Fm Peralvillo Norte. La reconstrucción basada en la Fm Los Ranchos indica
que en un estadio inicial se acumularon lavas en aguas profundas, y posteriormente lavas y
volcanoclásticos en aguas someras afectadas por un metamorfismo de bajo grado debido a
la convección hidrotermal del agua marina (Kesler S.E. et al., 1991). En algún momento del
Neocomiano el edificio volcánico había alcanzado el nivel del mar y su destrucción en los
taludes costeros aportó una proporción de sedimentos con restos de plantas que fueron
posteriormente impregnados de depósitos epitermales de oro y plata en el área de Pueblo
Viejo. La vegetación transportada sugiere un clima cálido, estacionalmente seco (Smiley
C.J., 1982 cita en Caribbean Geology into the third Millenium). Con el cese progresivo del
volcanismo se intruyen numerosos stocks de tonalitas de la misma afinidad toleítica y los
relieves emergidos terminaron arrasados en una plataforma, sobre la que se depositaron en
ligera discordancia angular calizas arrecifales de la Formación de Hatillo (Bourdon L., 1985).
Hacia el final del Albiano, la plataforma de carbonatos de Hatillo que se había mantenido
con una subsidencia estable, quedó enterrada hacia el final del Albiano bajo rocas
volcanoclásticas de la Formación Las Guayabas. Este evento se relaciona con el desarrollo
de un segundo arco volcánico de naturaleza calcoalcalina, relacionado con la subducción de
la placa Norteamericana hacia el Sur, que aporta detritos a una cuenca de ante-arco
superpuesta al arco inicial. La Formación Las Guayabas se depositó por corrientes de
turbidez en un mar profundo, sobre un talud tectónicamente inestable.
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Bahía de Samaná son de Edgar (1991) y los datos del Bloque de San Francisco de Winslow et
los eventos tectónicos registrados en los sedimentos de la Cordillera Oriental. Los datos de la
Figura 33 : Diagrama cronostratigráfico que muestra la litología, secuencias deposicionales y
al. (1991). Las edades radiométricas se han tomado de Bourdon (1985); Kesler et al., 1991;
Bellon et al., 1985).
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Una gruesa intercalación de rocas volcánicas básicas a intermedias en su tramo inferior (Mb
Loma La Vega), indica la proximidad del magmatismo del arco. El aporte de detríticos quedó
interrumpido en algún momento del Coniaciano Superior-Santoniano, sedimentándose un
extenso nivel de radiolaritas. Este nivel marca un punto de inflexión en el tipo de los aportes,
con disminución de los detríticos de área fuente volcánica y aumento de los detríticos de
área fuente calcárea, que serán dominantes en el Campaniano-Maastrichtiano.
La tasa de subsidencia que mantenía en aguas profundas la zona interna sur de la cuenca
de ante-arco fue compensada y sobrepasada por la agradación de sedimento en el
Maastrichtiano, formándose un área marina somera con barras arenosas y zonas protegidas
con parches de rudistas (Fm Loma de Anglada). De una forma extrínseca a la dinámica de
la cuenca, la extinción del límite K/T causó el relevo de numerosas microfaunas y terminó
con los rudistas, dejando a los corales y algas melobesias como los principales
bioconstructores de las plataformas de carbonatos.
medida que las cuencas se ampliaban y áreas más extensas subsidían. En el Eoceno
Superior existen taludes con resedimentación de depósitos en masa y turbiditas de área
fuente volcánica y metamórfica.
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7 GEOLOGÍA ECONÓMICA
7.1 HIDROGEOLOGÍA
No se dispone de datos climáticos específicos en la zona de Las Lisas. Sin embargo, las
condiciones climáticas son comparables a las registradas en Sabana de la Mar (Figura 34).
La pluviometria media anual seria de 2100 mm/año, con un periodo muy pluvioso de Mayo a
Noviembre. La temperatura media alcanza los 30°C de día, y los 20°C en la noche, con
variaciones medias mensuales comprendidas entre 24°C y 27°C. La región se beneficia de
un clima tropical templado por los alisios, con una pluviometría superior a la media nacional,
por la proximidad del mar y de relieves con tendencia a atraer y retener las nubes.
300 27
Temperatura (° Celsius)
250
26
200
Lluvia (mm)
25
150
24
100
23
50
0 22
01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12
Lluvia (mm) 118,7 116,4 109,6 135,1 249,9 207,3 184,3 206,4 175,7 185,5 240,6 182,8
Temperatura (°C) 23,6 23,6 24,2 24,9 25,7 26,2 26,6 26,7 26,6 26,2 25,3 24,3
El territorio de la Hoja Las Lisas es atravesado desde el centro-oeste hacia el Sudeste por
una línea divisoría de aguas, que pasa por las cumbres del Cuarón (646 m), Loma El
Aguacate (696 m) y Loma El Séptimo Cielo (635 m).
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En el Norte y el Este, la zona costera es drenada por los ríos de régimen torrencial : Cuarón,
Cedro, Cabeza de Toro, Las Lisas, Nisibón, Maimón, Guayabo y Llano. El contenido de
estos ríos alimenta de agua dulce las lagunas que jalonan la costa oceánica : Laguna
Redonda, Laguna del Limón y Bahía de Maimón (Hoja La Vacama). La Laguna Redonda
tiene 7 km² de superficie y más de 10 km² de humedales asociados y está bordeada por
densas agrupaciones de mangles. La Laguna Limón tiene 5,1 km² de superficie y, aunque
sólo se encuentra a unos 6 kilómetros de distancia de la Laguna Redonda, no tiene
manglares ni vegetación superior a su alrededor, subrayando claras diferencias físicas y de
aspectos bióticos. Ambas lagunas tienen una profundidad media de 1,43 m. La Laguna
Redonda contiene agua salobre, por su comunicación temporal con el mar a través del Caño
Celedonio o Boca de Celedonio. El agua de la Laguna Limón es dulce.
- el mercurio que sin duda utilizan los buscadores de oro ocasionales, desde tiempos
remotos.
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- sus coordenadas, en latitud y longitud, así como en UTM, de acuerdo con el sistema
de la Hoja topográfica regular de 1/50 000 ;
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El agua potable de las principales aldeas está asegurada por las presas de superficie. El
agua se distribuye a la población local con o sin tratamiento previo. Ciertas granjas de la
zona costera, utilizan el agua de la capa freática superficial captada por perforaciones, para
alimentar a su ganado. Esta agua es ligeramente salada.
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Debe hacerse una mención particular a propósito del nivel guia de radiolarios (Mb Arroyo La
Yabana). Este nivel, con potencia de alrededor de 200 m, no presenta en sí mismo ningún
interés en el plano hidrogeológico. Por el contrario, se trata de un nivel competente, duro,
muy sensible a la fracturación que, por otra parte, se inserta en un conjunto con
predominancia pelítica. Por estas dos razones, es posible que pueda hacer las veces de
desagüe, naturalmente más sensible a la fracturación, de las aguas subterráneas.
Se puede pensar que los horizontes de microbrechas y de areniscas gruesas (Mb Hato
Mayor) tienen un comportamiento similar y pueden, igualmente, constituir acuíferos
discontinuos de tipo medio fisural.
Las margo-calizas de la Fm Río Chavón, están intercaladas con siltitas y con lutitas y, a
diferencia de sus equivalentes de la Hoja El Seibo, no están karstificadas. Aunque
indudablemente forman acuífero queda por demostrar su importancia.
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Entre los años 1997-2000, el proyecto C de Cartografía Geotemática (Espy J.A., 2000),
realizó un estudio de la mineria artesanal de oro aluvionar en la Cordillera Oriental. Se
evaluaba el potencial económico de este recurso, así como se fijoban las acciones a seguir
par vitalizar, en la medida de lo posible, la mineria del oro aluvionar de esta zona.
En el curso del trabajo se realizaron algunas bateas en el arroyo de Las Auyamas, pequeño
afluente del río Cuarón, que desagua en el costado norte de la Loma Los Guazaritos. El
estudio mineralógico del concentrado muestra que el oro está presente en cantidades muy
significativas, bajo dos modos principales :
El segundo modo muestra que existe una fuente primaria, próxima al lugar del
levantamiento, de oro aluvionario caracterizado por el primer modo. La abundancia de
granos de cromita no alterada, asociados al oro, indica la presencia de rocas ultrabásicas,
cerca del lugar del desmuestre.
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Se han observado algunos carbonatados de cobre cerca de la cabecera del río Cuarón
donde varios bloques y gravas tomadas en el río tienen mineralizaciones de malaquita.
Cerca del Paso de Leal, al Sur de la Hoja, los habitantes han señalado la presencia de cobre
« nativo » (¿?) en el lecho del arroyo El Gorro. La zona fue objeto de una prospección
geofísica en la década de los años 60. No se ha advertido nada que pueda confirmar la
validez de este índicio, solo la presencia de cherts de radiolarios del Mb Arroyo La Yabana,
ricos en materias orgánicas y en pirita diseminada de origen sedimentario.
- a nivel de una brecha tectónica, en relación con la falla de Nisibón, asociada con un
stockwork de venitas de cuarzo y de carbonatos de hierro.
La Tabla 5 agrupa los datos relativos a las canteras, activas, intermitentes o abandonadas,
medidas durante los trabajos de campo. Su localización se precisa en la Figura 36.
Para caracterizar la importancia, se definieron tres clases, de forma más o menos subjetiva :
- « 0 », importancia nula ;
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Las canteras medidas en el territorio de la Hoja Las Lisas son todas de tamaño pequeño o
modesto y tienen por objetivo la explotación ocasional de materiales rocosos para la
compactación y el mantenimiento de las carreteras.
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8.1.3 Acceso
Su acceso es fácil, viniendo de Miches por la carretera nacional 104, en dirección a Higüey.
A la entrada de la aldea de El Cedro, doblar a la derecha a nivel de la clínica rural y tomar
un camino bien empedrado en dirección al río Cedro y al pueblo de El Oro. Atravesar el río
El Cedro por el vado y luego continuar recto. A sólo unos cientos de metros del vado, el
camino se vuelve de muy difícil acceso. Dejar el vehículo cerca de una barrera, en el medio
de una zona cubierta de guayabas salvajes. Continuar a pie por el mismo camino alrededor
de 300 m. Se cortan varias “recurrencias” de conglomerados ; la más espectacular está
situada cerca de la cima de la colina, en los taludes que bordean el camino.
El conglomerado del Mb El Cujano está compuesto por cantos rodados bien redondeados y
su naturaleza es básica a ultrabásica. Se han reconocido cantos de lavas básicas con
feldespato alterado y anfíbol automorfo, cantos de doleritas, de gabro con piroxeno,
fragmentos de piroxenolita, etc. El cemento está compuesto por una arenita gruesa muy
alterada, serpentinizada y esquistosada. Los extraclastos son de naturaleza volcánica y
sedimentaria, con fragmentos de arcilla, de lava, escamas de muscovita, cristales de
magnetita, de augita y de clorita. No ha sido observada biofase alguna.
Este conglomerado, presente cantos rodados dispersos en una matriz de grauvaca, que
corresponde a un depósito de tipo “debris flow”, depositado bajo el efecto de una corriente
gravitatoria turbidítica, en un medio submarino de pie de talud.
Un poco antes de llegar a los primeros afloramientos de conglomerados, las lutitas están
profundamente deformadas por una esquitosidad en plano axial de pliegues de escala
métrica, ejes N110-N130°E, con buzamientos de 50 a 60° hacia el NO y el SE, relacionados,
sin dudas, con movimientos de desgarre.
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8.1.6 Fotos
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Foto 2 : Afl. JM-9528, LIG 1. Otro ejemplo de conglomerado poligénico con matriz
deformada.
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Foto 4 : Afl. JM-9526, LIG 1. Punto de unión de pliegue con esquistosidad de plano
axial, en las lutitas asociadas a los conglomerados poligénicos precedentes.
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Cumbre de la Loma Montaña Redonda que permite tener una vista general de la
morfología de la costa atlántica, en particular del cordón litoral y las zonas pantanosas de
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Laguna Redonda y Laguna del Limón. Con buen tiempo, la vista permite ver la flecha litoral
de Miches en dirección Oeste, y la “casi” isla de Samaná hacia el Norte. En dirección Sur,
vista del conjunto de las cumbres de la “cordillera”.
8.2.3 Acceso
El acceso es fácil, viniendo de Miches por la carretera nacional 104, en dirección de Higüey.
Poco antes el pueblo de El Guaraguao, a nivel de una vieja cantera, tomar el camino de la
izquierda, en dirección de la antena telefónica “Orange”. El camino es únicamente accesible
en vehículo 4x4 pues tiene un fuerte desnivel. En varias ocasiones, hay que abrir barreras
antes de pasar la antena telefónica para luego alcanzar la explanada existente en la cumbre
de Loma Montaña Redonda. Es un lugar privado, pero ninguna barrera tiene cadenas. Como
precaución, y antes de aventurarse en el camino, solicitar autorización al propietario que
vive en una finca a mitad del camino entre El Guaraguao y El Cedro.
- la costa atlántica con su cordón litoral plantado de cocoteros, y sus lagunas circulares
bordeadas de zonas pantanosas que se utilizan para el cultivo del arroz ;
- encajamiento del valle del Cedro y, en segundo plano, las cumbres de la “cordillera”
(Loma Aguacate y Loma del Séptimo Cielo) a menudo cubiertas de nubes.
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La cantera, situada a la entrada del camino de acceso a la Loma Montaña Redonda, merece
una visita, aunque sea rápida. Está abierta en la facies “banal” de la Fm Las Guayabas. Las
grauvacas y las areniscas conforman bancos regulares de potencia centimétrica a métrica.
Son de color gris-azul a marrón verdusco y tienen una textura laminada, centimétrica a
decimétrica, que corresponde con una sucesión de microsecuencias de granoclasificación
verticales. La estratificación, muy nítida, con buzamiento de 40° hacia el Norte; está cortada
por una esquistosidad débil, pero bien visible y paralela al accidente cizallante del río Cedro.
Nada
8.2.6 Fotos
Foto 5 : Afl. JM-9464, LIG 2. Foto pánoramica desde la cumbre de la Loma Montaña
Redonda, vista hacia el NO sobre la Laguna Redonda y, en segundo plano, la Bahía y
la “casi” Isla de Samaná.
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Foto 6 : Afl. JM-9464, LIG 2. Foto pánoramica desde la cumbre de la Loma Montaña
Redonda, vista hacia el NE sobre la Laguna del Limón.
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