TAP en Condenados Homicidio en Pereira

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Investigación en salud

Universidad de Guadalajara
[email protected]
ISSN (Versión impresa): 1405-7980
MÉXICO

2002
Jorge Echeverry Chabur / Franklin Escobar Córdoba / José William Martínez /
Angélica Garzón / Diana Gómez
TRASTORNO DE PERSONALIDAD ANTISOCIAL EN CONDENADOS POR
HOMICIDIO EN PEREIRA, COLOMBIA
Investigación en salud, agosto, año/vol. IV, número 002
Universidad de Guadalajara
Guadalajara, México
INVESTIGACIÓN EN SALUD

Artículo de Investigación
Artículo recibido el 20-06-2002, aceptado el 06-08-2002

Trastorno de personalidad antisocial en condenados


por homicidio en Pereira, Colombia
Jorge Echeverry Chabur, Franklin Escobar Córdoba, José William Martínez,
Angélica Garzón y Diana Gómez
Resumen Summary

Este estudio establece la prevalencia This study establishes the prevalence


de enfermedad mental, homicidio y la of mental disease, homicide and the
relación con Trastorno de Personalidad relationship to Antisocial Personality
Antisocial en sujetos condenados en la Disorder in a group of condemned
cárcel La Cuarenta en Pereira - subjects in jail La Cuarenta in Pereira -
Colombia. Se tomó el listado de los Colombia. For such effect, we took the
condenados por intento y/o homicidio listing of condemned by attempt
(N=140) y se consultaron las and/or homicide (N=140) and we
sentencias de condena. A los sujetos consulted the sentences . A semi
incluidos en el estudio (N=46) se les structured psychiatric evaluation was
realizó una evaluación psiquiátrica made to the included subjects in the
semiestructurada y se aplicó el study (N=46) and the Questionnaire of
Cuestionario de Personalidad para Personality for Children and Adults
Niños y Adultos de Eysenck (EPQ). Se was applied (EPQ). We found that most
encontró que la mayoría de los of homicides take place in the street or
homicidios se producen en la calle o en public establishments; there isn't any
establecimientos públicos, no existe relationship between the victim and
ninguna relación entre victima y the homicide and the most common
homicida siendo el motivo más reason is the discussion. We also found
frecuente la discusión. Se halló un an important percentage of
importante porcentaje de consumo de consumption of substances (alcohol
sustancias (alcohol y otras sustancias) and others substances) among the
y se obtuvo una prevalencia de rasgos condemned. We obtained a prevalence
de personalidad antisocial cercana al of antisocial personality disorder
50% en los condenados por homicidio characteristics: near to 50% in the
y/o tentativa de homicidio. condemned by homicide and/or
attempt of homicide.
Palabras claves: Trastorno antisocial
de personalidad, Homicidio, Key words: Antisocial personality
Condenados, Prevalencia. disorder, Homicide, Condemned,
Prevalence.

Introducción

Colombia atraviesa hoy una situación crítica debido a la violencia protagonizada por
diferentes actores en conflicto. Unos justifican su proceder alegando motivaciones
políticas, otros por fines meramente económicos, pero la violencia también tiene
expresiones menos "claras" cuya motivación no parece evidente a primera vista.
En este contexto, el homicidio puede ser definido como el acto en donde un ser humano
o un grupo de seres humanos deciden quitarle la vida a otro congénere. En las últimas
dos décadas la realidad colombiana ha sido objeto de preocupación en los medios de
comunicación internacionales, en especial debido al número alto de homicidios. Estas
cifras aumentan día a día y ubican a este país en los primeros lugares de violencia en el
ámbito mundial. Este fenómeno es tema de estudios y eventos en los cuales se ha
tratado de aclarar las causas y factores asociados. ¿Por qué se da este fenómeno que
implica consecuencias y repercusiones a corto y largo plazo, no sólo sobre los sistemas

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de salud, sino también sobre el conjunto de la sociedad? En la búsqueda del origen se


han planteado variadas causas. Llama la atención que el porcentaje de homicidios
asociados a enfermedad mental es poco significativo (1). Se sabe que sólo el 10% de los
pacientes psiquiátricos internos presentan conductas violentas al momento de su ingreso
y esto principalmente en enfermos crónicos (2).

Factores causales biopsicosociales asociados con la violencia


Se sabe que un complejo conjunto de factores de orden interno, inherentes al individuo
y otros externos, producidos por el medio ambiente, con la influencia de factores
socioeconómicos, constituyen el marco comprensivo de las actitudes y conductas
violentas de los seres antisociales. Se han descrito los siguientes:

Factores Neurofisiológicos: desde los años setenta varios investigadores han descrito al
lóbulo temporal como el área cerebral responsable de las conductas agresivas.
Asimismo, se considera que en estas conductas intervienen una serie de estructuras
estrechamente relacionadas como: la corteza orbitofrontal, el área septal, el hipocampo,
la cabeza del núcleo caudado, el tálamo, los núcleos hipotalámicos ventromedial y
posterior, el tegmento cerebral medio, la protuberancia y el cerebelo. En particular se ha
observado la pérdida del control de los impulsos y conductas agresivas en los epilépticos
(3-5). Sin embargo, la presencia de estos factores no explican por sí solos las conductas
violentas que se observan en nuestra sociedad, porque sería tanto como afirmar que un
porcentaje de los victimarios tendrían disfunción cerebral severa.

Determinantes Genéticos: se ha llegado a sugerir determinismos de este orden como


elementos explicatorios de la violencia que recorre la historia de Colombia. Se menciona
que siempre ha sido violenta, argumentando que la barbarie se lleva dentro de los
genes. Existen estudios en más de 10.000 pares de gemelos entre 1881 y 1910. Estos
vivieron juntos más de 15 años y se encontró una relación más alta con criminalidad en
gemelos monocigotos que en dicigóticos (3,5). En hijos de criminales adoptados, se
muestra un aumento de las conductas delictivas y trastorno de personalidad. En
Colombia no existen datos de este tipo. También se prestó interés a las cromosopatías
como la trisomía XYY o XXY. Se decía que esta alteración era responsable de conductas
violentas, por ello se buscó en las cárceles este cariotipo en homicidas sin encontrar
datos convincentes.
Si se ubica el problema en una perspectiva histórica, se hallan pruebas para relativizar el
factor genético como elemento explicativo. La historia colombiana presenta periodos en
que la violencia ha librado un rol esencial en la solución de conflictos sociales,
económicos, políticos y en el quehacer diario de sus ciudadanos. Asi mismo, se conocen
momentos en los cuales la violencia se redujo, como ocurrió entre 1650 y 1810, cuando
el número de homicidios disminuyó a tasas que ojalá el país volviera a tener. Entre 1880
y 1890 estas tasas fueron inferiores al 1 por 1.000. Los homicidios se produjeron por
factores relacionados con embriaguez en medio de disputas (6). Como se observa, el
país no siempre ha tenido las tasas de homicidio de hoy. Por eso se afirma que la
violencia tiene que ver también con factores que superan los de orden genético.

Factores Hormonales: las conductas violentas se han asociado a endocrinopatías tipo


Enfermedad de Cushing, hiperandrogenismo, hipertiroidismo, hipoglucemia y tensión
premenstrual, asociaciones que han sido objeto de intensas controversias. Los hombres
presentan mayor frecuencia de conductas antisociales en la infancia y en la adolescencia
que las mujeres en proporción de 4:1. En la edad adulta, los hombres muestran mayor
prevalencia de trastorno de personalidad antisocial y conductas delictivas con relación de
7:1. La tipología del delito por género es diferente. Las mujeres cometen con mayor
frecuencia delitos menores, mientras los hombres muestran mayor frecuencia de delitos
contra la vida y la propiedad privada (3).
Las mujeres con tensión premenstrual presentan aumento de la irritabilidad y de
conductas violentas durante esa época. El 60% de los crímenes cometidos por mujeres
ocurren en este período (3). La discrepancia fisiológica de género parece ser el resultado

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de la diferenciación prenatal del área preóptica del hipotálamo, como resultado del
influjo de los andrógenos (5).

Neurotransmisores: se plantea la presencia de una relación entre conductas agresivas y


concentraciones de serotonina (5-HIA) a nivel cerebral. Se ha encontrado disminuida en
el cerebro y líquido cefalorraquídeo (LCR) de los suicidas y personas que cometen actos
violentos. Se dice que hay un déficit serotoninérgico en los individuos con trastorno de
personalidad y conductas violentas. Algunos autores consideran que estos niveles
cerebrales de 5-HIA podrían ser predictores de las conductas de agresión física y
violenta (7).

Trastornos Mentales: hay mayor frecuencia de conductas agresivas en algunas


alteraciones, pero no se puede predecir que según el diagnóstico el paciente vaya a
presentar una conducta propensa a la agresividad. Se asocia a conductas violentas la
esquizofrenia paranoide, la manía, los trastornos de personalidad paranoide, limítrofe,
antisocial y las alteraciones cognoscitivas (3).

Sustancias y Alcohol: el alcohol disminuye el control de impulsos, aumenta las conductas


violentas, disminuye las capacidades cognoscitivas y juicio del hombre. En beodos
delincuentes e impulsivos, definidos como aquellos que agreden sin conocer a sus
víctimas, sin haber sido provocados por ésta, ni haber premeditado la acción y con
ausencia de ganancias económicas, se han encontrado concentraciones disminuidas en
el recambio de serotonina, como causa de la ansiedad o disforia, la intolerancia y la
incapacidad para postergar la pulsión agresiva (3). Los delincuentes que premeditan sus
crímenes muestran niveles de serotonina normales similares a individuos sanos. Linoila
(7) propone un modelo para explicar la agresividad, el alcoholismo y la disforia. El SNC
controla los ritmos circadianos, los cuales son modulados por los núcleos
supraquiasmáticos, actuando como un marcapaso endógeno, al recibir los influjos de la
serotonina de los núcleos del rafé dorsal y medial. Alteraciones crónicas en los niveles
de glucosa, producen disfunción de estos núcleos y la aparición de disforia, distimia e
impulsividad, que disminuyen con el consumo de alcohol, el cual exacerba el déficit de
serotonina e incrementa la tendencia a las conductas agresivas y violentas (3).
Muchos actos violentos se asocian al uso de sustancias. Estas favorecen en estudios
experimentales el aumento de las conductas agresivas. Algunos estudios hallan que el
uso de opioides se asocia a violencia indirectamente, al tratar el adicto de conseguir
recursos para continuar su consumo, pero no a los efectos psicofarmacológicos. Una
tercera parte de víctimas de homicidio mueren bajo efecto de alcohol o sustancias y un
número importante de suicidas tienen alcoholemia positiva (8,9).

Factores del Desarrollo: Fontana menciona que "el niño maltratado de hoy será el padre
maltratador de mañana" (10). Kempe muestra que la forma como el niño aprende a
vincularse con los adultos será el modelo que él emplee en sus relaciones con las otras
personas en el transcurso de su vida (11). Es decir, la violencia intrafamiliar es un factor
que se repite generacionalmente. Otro factor asociado es el influjo de los medios
masivos de comunicación sobre la violencia en los niños, discusión bastante irresuelta en
la actualidad.

Factores Socioeconómicos: la pobreza se plantea como causa de violencia. Sin embargo,


algunos estudios muestran que durante la época de la violencia política no se afectó la
productividad, incluso Colombia fue uno de los países en América Latina que llegó a
tener mayor crecimiento económico. Igualmente, se han mencionado elementos de
comprensión de la violencia tales como la desintegración familiar, la poca capacidad de
vínculo, el desempleo, el hacinamiento, la pérdida de estructura familiar y ausencia del
estado como instancia reguladora de las relaciones sociales.

Armas de Fuego: cuando el hombre inventó la pólvora y luego las armas de fuego,
aumentó la capacidad de lesionar al oponente, incluso sin llegar a tocarlo y estando a
una distancia moderada o como ocurre hoy, a miles de kilómetros de distancia con las
armas nucleares. Existen muchos argumentos en pro y en contra del porte y tenencia de

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armas. Lo cierto es que en Bogotá se restringieron en los últimos años y se produjo una
disminución en las tasas de homicidios (12).

Ambiente Físico: el hacinamiento, la densidad de población en las ciudades, son


elementos que intervienen en las conductas violentas (3). La agresión como medio de
conservación de las especies es indudable, pero la violencia no es algo innato, genético,
inseparable de la llamada "naturaleza humana". La violencia es una creación cultural y
resultado de disputas de poder entre los hombres. La violencia no es una enfermedad en
si misma, es un síntoma de una sociedad en crisis.
La mayoría de los actos violentos se realizan sin premeditación, en disputas o en riñas.
Si el gobierno y el estado no es capaz de establecer normas, valores y priorizar intereses
de convivencia social como la tolerancia a la diversidad que permitan una adecuada
canalización de la ira y de la agresividad, entonces aparecen los actos violentos (12).

Materiales y métodos
Este estudio observacional, exploratorio y transversal evaluó los condenados por
homicidio y/o tentativa de homicidio internos en la Cárcel La Cuarenta de Pereira -
Colombia, durante el período de marzo a septiembre de 1999. El objetivo principal de la
investigación fue: Determinar la frecuencia de enfermedad mental y de Trastorno de
Personalidad Antisocial en homicidas. El método estadístico utilizado fue mediciones de
frecuencia parametrizadas y porcentuales fundamentalmente. Se obtuvo una lista de
140 condenados por Homicidio o Tentativa de Homicidio de los 800 internos del centro
carcelario. Se consiguieron en los juzgados las sentencias condenatorias de 69 sujetos.
Se excluyeron del estudio: los sindicados y los homicidas sin acceso al sumario, los
detenidos por otros delitos que tenían patología mental y los trasladados o en
presentaciones periódicas a la cárcel. Se incluyeron 46 sujetos a quienes se les realizó el
estudio del sumario, entrevista psiquiátrica semiestructurada con base en el Manual
Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Psiquiátrica Americana IV edición (DSM IV) y
aplicación del Cuestionario de Personalidad para Niños y Adultos (EPQ) (13,14). La
entrevista psiquiátrica semiestructurada de los sujetos se realizó en la cárcel previa
información de los objetivos del estudio y con su consentimiento informado. Se les
advirtió que la información obtenida era confidencial, sólo se usaría en el estudio sin
darla a conocer a las autoridades. No hubo ninguna retribución económica a los
examinados.

Resultados
En la sentencia se encontró que la mayoría de los sujetos eran jóvenes en el 63%,
nacidos bajo el influjo de los cambios que trajo para Colombia el cultivo y distribución de
marihuana y luego de cocaína. Vale destacar que el 66% de los sujetos tenían pareja
estable. El 10% de analfabetismo encontrado es alto y similar al de la población
colombiana. Se halló un 17% de los sujetos con antecedentes de consumo de alcohol.
En el sumario no había antecedente de uso de sustancias. El 10% de los sujetos tenía
registrados antecedentes penales como condenas por falsedad y deserción, porte ilegal
de armas, expendio de sustancias y lesiones personales. Ninguno de los sujetos había
sido detenido previamente a pesar de tener condenas por otros delitos. Se le realizó
dictamen psiquiátrico forense al 5 % de los sujetos, pero el dictamen no fue tenido en
cuenta por el juez. El promedio de tiempo de condena fue de 200 meses (rango: 37 a
504 meses). El tiempo entre el crimen y la condena fue en promedio de 12.4 meses
(rango de 1 a 33 meses).
Se hallaron como características del hecho: presencia de cómplices en el 37.5% de los
casos, premeditación en el 32.5%, no se halló alevosía, hubo sevicia en un 5%, el
homicida estaba bajo efectos de alcohol en el 35.9% de los casos y no se halló en los
sumarios referencia sobre uso de sustancias al momento del hecho. Se obtuvieron pocos
datos de las víctimas. El 15% de los lesionados eran mujeres y el 85% hombres. El 24%
de las víctimas estaba bajo efecto de una sustancia. El 73% con alcohol y el 27% con
bazuco, base de cocaína. Los motivos que causaron los hechos fueron: discusión 45%,
pasional 30%, hurto 15%, sicariato 7.5%, grupo satánico 2.5%. El sitio donde
ocurrieron los hechos fue: la vía pública 63% y en bares 29%. El arma usada en el
homicidio fue: de fuego 70%, blanca 25%, de fuego y blanca 2.5%. La relación del

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homicida con la víctima fue: ninguna 53%, pasional 17.5%, conocidos 15%, amigos
10% y familiar 2.5%. Vea tablas 1 y 2.

Mediante la entrevista psiquiátrica semiestructurada se obtuvieron los siguientes datos:


59% de los sujetos nacieron después de 1970. El 63% tenían entre 19 y 20 años y 30%
entre 30 y 49 años. El 10% de la muestra es analfabeta, el 43% tiene primaria
incompleta y el 2% un nivel tecnológico. El 76% son católicos, el 17% ateos y el 7%
evangélicos o cristianos. El 41% solteros, 13% casados, 41% en unión libre y 5%
separados o divorciados. El 57% eran obreros o jornaleros y el 41% no tenía hijos. El
82% de los sujetos consumía alcohol, cinco veces al mes el 34% y a diario el 23%. El
32% usaba sustancias diferentes al alcohol y la frecuencia de consumo en ellos era
diaria en un 53% de los homicidas. En el 39% de los casos existen antecedentes
familiares de consumo y/o problemas con el alcohol (77% madre, padre y hermanos).
En el 20% de los casos hay antecedentes familiares de consumo de otras sustancias
(33% hermanos o madre). Vea tabla 3.
Es frecuente el consumo de bazuco, producto que queda después del procesamiento de
la cocaína en el recipiente y que se mezcla con otras sustancias, siendo más barato,
pero con mayores efectos adictivos porque se consume por vía inhalada en forma de
cigarrillos o en pipa.
Se hallaron los siguientes antecedentes: el 50% maltrato infantil, el 22% con
antecedente quirúrgico positivo por causas violentas, 15% con historia de Trauma
Cráneo Encefálico, 4% ansiedad. El 98% de los casos tenían apariencia y aspecto
psicomotor normal a la entrevista. El estado de ánimo se observó adecuado en 98% de
los sujetos, sólo uno se mostró deprimido. El curso y contenido del pensamiento fue
normal por encima del 93%.
En cuanto a la conducta carcelaria se halló que el consumo diario de sustancias es del
33% para marihuana, las relaciones interpersonales con los otros internos son de
interacción en el 89% de los casos. El 89% de los sujetos labora en la cárcel y el 98%
dicen acatar la autoridad del penal. La mentira está presente en el 54% de los sujetos.
Usando los datos de la sentencia se asociaron con los criterios del DSM IV para trastorno
de personalidad antisocial (13,15) encontrando: Impulsividad en 48%, falta de
remordimiento en 41%, mentiras y asalto en 28%, despreocupación en 26%, peleas
físicas e irresponsabilidad en 20% y detenciones previas en ninguno. Sólo el 39% de los
sujetos cumplen los criterios diagnósticos para trastorno de personalidad antisocial. Con
el EPQ (confiabilidad del 60%) se halló: 44% de los sujetos tenían diagnóstico de
trastorno de personalidad antisocial y con la entrevista psiquiátrica semiestructurada se
obtuvo el 50% de positividad para psicopatía. Vea tabla 4.

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Discusión
La mayoría de los condenados por homicidio eran jóvenes menores de 30 años, que
vivieron bajo el influjo problemático de la crisis de valores de la sociedad, la cultura del
narcotráfico y el narcoterrorismo. La mayoría procedían de Pereira, tenían pareja
estable, escolaridad baja, la mitad eran obreros con trabajos cambiantes e inestables. El
estudio del sumario aportó pocos datos para el diagnóstico buscado. Informó consumo
de alcohol en 17% de los sujetos comparado con 82% encontrado a la entrevista
psiquiátrica semiestructurada. Posiblemente esto sea debido a que el juez que realiza la
indagatoria no profundiza sobre este tópico o a las características de personalidad
halladas. Pasó lo mismo con el uso de otras sustancias. En el sumario no hay consumo
en ninguno de ellos, mientras a la entrevista el 32% refiere consumo de sustancias
(marihuana, cocaína, benzodiacepinas o una combinación de estas). Así mismo, se
encontró consumo de marihuana diaria en el 33% de los sujetos. El 10% tenían
antecedentes penales y no habían sido detenidos por estos delitos. Situación que
demuestra la deficiencia del sistema judicial (16-21).
Sólo al 5% de los condenados se les realizó dictamen psiquiátrico forense, conceptos no
tenidos en cuenta por el juez. Se destaca el hecho de que un porcentaje tan bajo de
homicidas tenga peritajes y la poca utilidad que los jueces le dan a estas herramientas.
La mayoría de los condenados lo fueron por el delito de homicidio simple 45%, el
porcentaje de personas detenidas por tentativa de homicidio no es despreciable y
corresponde al 22%. El promedio del tiempo en que se procesa a las personas entre el
momento del ilícito y el fallo del juez es largo, alrededor de un año.
Los hechos fueron más frecuentes los fines de semana, en discusiones callejeras, con
personas que no tienen ninguna relación con el agresor y producidos principalmente con
armas de fuego. Se determinó que el 35% de los homicidas estaban bajo efectos de
alcohol al momento del hecho pero no se informa de otras sustancias. Esto se
correlaciona con los hallazgos encontrados en el sumario en donde sólo hubo
complicidad y premeditación en el 37% y 32% de los casos con los motivos hurto,
pasión y sicariato. La Secretaría de Gobierno de Antioquia ha presentado varios informes
donde se puede apreciar que la población homicida es cada vez más joven y los hechos
se presentan en las horas de la noche y relacionadas con el consumo de alcohol (12).
Los sumarios anotan que el 15% de las víctimas eran mujeres siendo el principal motivo
delitos pasionales y el 85% varones, esto apoya estudios que indican que la violencia en
nuestro país esta más dirigida al género masculino, y de los cuales el 24% estaba bajo
efectos de una sustancia (el 73% de ellos bajo efectos de alcohol y el 27% bajo efectos
de bazuco). Aunque el estudio no indagó características de las victimas se encontró poca
información al respecto.
El perfil del homicida de la Cárcel de Pereira se estableció como un hombre joven, con
escolaridad primaria, católico, con relación de pareja, un hijo, consumidor de alcohol,
procedente de una familia nuclear con antecedentes importantes de consumo de alcohol
y de haber sufrido maltrato infantil. Otros antecedentes importantes fueron: el 15%
tenía trauma cráneo encefálico de alguna consideración el cual no se tuvo en cuenta
para nada, el 22% de los sujetos tenían antecedentes de cirugías debidas a causa
violenta donde habían recibido heridas por arma blanca o de fuego durante una riña o
discusión, datos considerados para hacer el diagnóstico de trastorno de personalidad

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antisocial. Un porcentaje bajo refiere sufrir de problemas de ansiedad, hallazgo


observado en psicópatas frecuentemente.
Mediante la entrevista psiquiátrica semiestructurada se diagnosticó con trastorno de
personalidad antisocial a la mitad de los sujetos: uno presentaba retardo mental
limítrofe, otro un trastorno de ansiedad, dos se encontraron bajo efecto de sustancias y
uno con depresión ansiosa. La frecuencia de trastorno mental en la población estudiada
excluyendo psicopatía y dependencia de sustancias es baja. Colateralmente se hallaron
en la cárcel enfermos mentales que no recibían tratamiento psiquiátrico adecuado como
se evidenció a través de los pacientes que el personal sanitario solicitó valoración. Vea
tabla 5.
Al revisar el sumario se encontraron los
antecedentes y las circunstancias del delito, el 39%
de los sujetos cumplieron los criterios del DSM IV
para trastorno de personalidad antisocial. Se
tomaron en cuenta criterios de detenciones,
mentiras, asaltos, impulsividad, peleas físicas,
despreocupación, irresponsabilidad y falta de
remordimiento.
Con el EPQ el 44% de los sujetos se calificaron con
trastorno de personalidad antisocial, pero la
confiabilidad de esta prueba es del 60%. Esta
diferencia encontrada entre la clínica, el sumario y
la prueba psicológica se debió a varios factores: El
EPQ no está validado en Colombia por eso la confiabilidad es tan baja, además de la
tendencia de estos sujetos a mentir y manipular las pruebas. Los sumarios no tienen
una información sistematizada sobre el sindicado y la víctima, queda la impresión que
cada juez o autoridad toma los datos según su criterio, no hay un formato, modelo o
protocolo, por esta razón no se obtuvo muchos datos. El criterio clínico del psiquiatra es
subjetivo y basado en su experiencia. Sin embargo, la entrevista psiquiátrica sigue
siendo el Gold Standard. Con base en esta metodología se encontró en estos sujetos una
frecuencia de trastorno de personalidad antisocial del 39% al 50%. Este estudio no tuvo
un grupo control, apareado por edad y género, para poder medir la frecuencia de
psicopatía en homicidas y no homicidas, así mismo para descartar otros factores como el
medio. Faltan criterios tanto clínicos, legales y psicológicos para detectar esta patología
en la población carcelaria y la validación de pruebas psicológicas a nuestro país.

Conclusiones
Se concluye que del 39% al 50% de las personas condenadas por homicidio en la Cárcel
de Pereira presentan un trastorno de personalidad antisocial. Se deben crear y validar
instrumentos para la detección de psicopatía en colombianos. Se encontró que los
motivos más frecuentes para el hecho fueron las discusiones asociadas al uso de
sustancias y el porte de armas. Es vital construir una cultura de la negociación de
conflictos, limitar el consumo de bebidas embriagantes y otras sustancias y prohibir el
porte de armas. Es básico contar con un sistema de información judicial para poder
investigar, realizar acciones preventivas y contribuir a la disminución de los homicidios
en Colombia.

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Jorge Echeverry Chabur*


Franklin Escobar Córdoba**
José William Martínez***
Angélica Garzón****
Diana Gómez*****

* Profesor Asociado. Director


Departamento de Psiquiatría. Facultad
de Ciencias de La Salud. Programa de
Medicina. Universidad Tecnológica de
Pereira. Hospital Universitario San
Jorge. Pereira - Colombia

** Profesor Asociado de Psiquiatría.


Facultad de Medicina. Universidad
Nacional de Colombia. Bogotá D.C.

*** Profesor Asistente Departamento


Medicina Comunitaria, Médico
Epidemiólogo. Universidad Tecnológica
de Pereira. Pereira Colombia.

**** Psicóloga Universidad Nacional


de Colombia. Bogotá D.C.

***** Estudiante de Derecho. Pereira


Colombia.

Este trabajo fue presentado


parcialmente en el

CONGRESO INTERNACIONAL
HOSPITALES CIVILES 2002 MODULO
DE SALUD MENTAL en Guadalajara
México en Febrero de 2002 y contó con
la financiación del Centro Control de
Lesiones del Hospital Universitario San
Jorge de Pereira Risaralda - Colombia.

Correspondencia y sobretiros:

J. Echeverry: Avenida 30 de Agosto No.


46 131 Pereira - Colombia. Teléfono: +
57 63 366806 Fax: 57 63 293366
Email: [email protected]

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS DE LA


SALUD / GUADALAJARA, MÉXICO / ISSN 1405-7980

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