Sabores de Polonia
Sabores de Polonia
Sabores de Polonia
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Sabores DE
SABORES Polonia
de POLONIA
Platos tradicionales
de la cocina polaca
Lo que podemos degustar hoy en día en los restaurantes y hogares polacos es el resultado de muchos siglos
de convivencia de la cocina regional y la tradición gastronómica de las minorías que han habitado este país.
Por ello, la influencia oriental en la gastronomía es muy fuerte (tártaro-turca, mongola, rusa, alemana, fran-
cesa, italiana y judía). A pesar de la diversidad regional, hay platos de la cocina polaca que pertenecen a la
tradición general. A los polacos les encantan las sopas y las hacen de muchos tipos. El elemento principal de
una comida festiva es el caldo, que se suele preparar a base de gallinas de corral o de un modo más elegante:
con faisán o pintada. El caldo se suele acompañar de pasta fina de elaboración casera. También es muy cono-
cida la sopa de tomate con un toque de nata y la sopa de pepinillos encurtidos. Merece la pena probar la sopa
de harina de centeno (żurek), que a veces se sirve en una hogaza de pan previamente vaciada que hace las
veces de plato. Algunas de las sopas son de temporada en función de la estación del año. En verano, es típico
el «gazpacho» de remolacha tierna (chłodnik); en otoño, la sopa de setas de bosque.
Durante siglos, la cocina polaca se ha basado en carne de caza, ave y cerdo. También se emplea mucho el
pescado, en especial el de agua dulce. En la época comunista, la gastronomía polaca sufrió un gran empo-
brecimiento. El plato más típico era la chuleta de cerdo rebozada con puré de patatas y una ensalada mizeria
(pepinos con cebolla y nata) o repollo sofrito. Ahora, podemos deleitarnos más a menudo con numerosas
especialidades antes olvidadas, como la oca asada servida con trigo sarraceno.
Son muy típicos los pierogi (parecidos a los ravioli) con diversos rellenos: rusos (con patatas y queso fresco),
de carne y de repollo con setas. En invierno, se elabora el bigos, un plato de repollo fermentado con carne,
salchichas y setas secas. También hay que destacar los entrantes fríos: arenques de distintos sabores, pescado
al estilo griego (con verduras), gelatinas de pescado y carne con una exquisita decoración servidas con apeti-
tosas salsas, etc.
Los polacos también son famosos por sus estupendos postres. Un postre muy típico polaco son los faworki
(cintas fritas), aunque hay otros, como babka (bizcocho), makowiec (tarta de sémola de amapola), sernik (tarta
de queso), pierniki (bollos de jengibre) o pączki (buñuelos rellenos con mermelada de pétalos de rosa).
En los postres, se suelen aprovechar las sabrosas frutas de temporada (manzanas, peras o ciruelas), así como
bayas y fresas silvestres.
ASADO DE JABALÍ
1 kg de lomo de jabalí
150 ml de vino tinto
Una ramita de romero
Aceite para freír
Adobo:
0,7 l de vino tinto
1 cebolla grande
2 zanahorias
3-4 dientes de ajo
2-3 hojas de laurel
25 semillas de enebro machacadas
Varios granos de pimienta negra
Media cucharadita de sal
20 ml de aceite
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Especialidades polacas
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repollo
fermentado con
costillas
ahumadas
1 kg de repollo fermentado
300 g de costillas ahumadas
1 cebolla
2 zanahorias
3- 4 patatas
Varias cucharadas de mantequilla
Una pizca de comino
1,5 litro de caldo
Sal, pimienta negra
un trozo de panceta ahumada (opcional)
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Historia de la cocina polaca
Polonia se ha encontrado en la encrucijada de las rutas comerciales entre Europa y Asia. Aquí venían a comprar
ámbar comerciantes de todas partes que dejaban a cambio especias exóticas e ideas culinarias. La riqueza de
la cocina polaca también se debe a sus vecinos y a las minorías que han habitado el país durante siglos. Estas
múltiples influencias han hecho que la cocina polaca sea muy diversa. Gracias al contacto con Asia, la cocina
polaca posee un toque ligeramente oriental, dulce y picante gracias a las especias traídas de aquellos lugares
remotos: cardamomo, canela o nuez moscada. Muchos platos se deben a la influencia judía, ya que los judíos
poblaron masivamente Polonia durante siglos. Los lituanos enseñaron a los polacos a elaborar originales
embutidos, como el kindziuk (embutido de cerdo muy madurado). A los polacos, al igual que a los ucranianos,
les encantan los pierogi. La influencia francesa ha dado lugar a espectaculares y elaborados postres. La cocina
tradicional polaca es una exquisita combinación de la tradición de la nobleza y el pueblo llano. También se
caracteriza por contar con productos de alta calidad, como la sal polaca, procedente de las famosas minas de
Wieliczka y Bochnia. Los bosques polacos siempre han proporcionado abundancia de caza y miel. Por lo tanto,
no es de extrañar que la cocina polaca posea un amplio apartado en lo que a carne de caza se refiere y que la
miel polaca sea famosa en toda Europa. Hoy en día, la producción de miel polaca disfruta de un renacimiento
y hay centros de producción apícola grandes y pequeños que venden miel de alta calidad y diversos sabores.
La forma de consumo más habitual es con queso fresco. En la cocina polaca abundan los productos silvestres.
En cuanto a los cereales, los más populares son el trigo y el centeno, empleados desde hace siglos en la
elaboración de exquisitos panes. La cocina polaca también ofrece platos de pescado, en especial de pescado
de agua dulce. Las verduras, traídas a Polonia por la reina italiana Bona, se emplean crudas, en ensaladas,
o cocidas y cubiertas de pan rallado tostado con mantequilla y diversas salsas. Lo que sí es una tradición
puramente polaca es la gran variedad de sabrosas sopas (más de 200 tipos) y los encurtidos. Los pepinillos
encurtidos son uno de los símbolos de la gastronomía polaca. Hoy en día, los jóvenes chefs unen la variada y
antigua tradición de la cocina polaca con las tendencias culinarias actuales para obtener platos sin parangón.
Para ello, escogen los mejores productos polacos procedentes de zonas de producción ecológica y elaborados
según métodos tradicionales.
Oca rellena de trigo
sarraceno y manzana
1 oca entera
2 cucharaditas de mejorana seca
Sal, pimienta negra
Relleno:
2-3 vasos de trigo sarraceno sin terminar
de cocer
6 manzanas medianas
1-2 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de mantequilla
1/2 vaso de uvas pasas
Varias ramitas de mejorana fresca
Sal, pimienta negra
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Cocina regional polaca
Al viajar por Polonia, no puedes perderte las especialidades de la cocina regional, muy variada gracias a las
diversas condiciones geográficas y las distintas tradiciones. Al norte están el mar, los bosques y los lagos.
Deléitate con el pescado de Casubia y Warmia-Masuria, tanto frito como ahumado o marinado. Polonia posee
una vasta extensión de bosques centenarios, por lo que muchas regiones se caracterizan por exquisitos platos
de setas; merece la pena prestar atención a los marinados. Las setas marinadas son un manjar típico polaco.
Tras muchos años, ha vuelto la tradición de criar ocas, por lo que se puede disfrutar de carne de oca de gran
calidad, que es especialmente popular en las regiones de Polonia Mayor, Kujawia y Lublin. La región de Polo-
nia Mayor, aparte de contar con aromáticos aceites prensados en frío de lino, camelina y colza, se caracteriza
por el bollo de San Martín (pastel de levadura con un dulce relleno de sémola de amapola blanca). Este dulce
está relacionado con una hermosa leyenda que transmite un mensaje universal: hay que ayudar a aquellas
personas a las que la vida ha tratado peor que a uno mismo. En Mazovia se encuentra la capital, una ciudad
cosmopolita desde el punto de vista gastronómico, y que ofrece no solo platos de la cocina internacional,
sino tambié platos de ave regionales, incluido el exquisito y original caldo de capón. Podlasie es la región de
Polonia más limpia desde el punto de vista ecológico y ofrece increíbles platos de la gastronomía fronteriza.
La especialidad de esta zona son los kartacze (pasta de patata con relleno de carne), tatarski pierekaczewnik
(rollo tártaro de varias capas salado o dulce) y el riquísimo sękacz (un pastel increíble hecho al fuego y con
forma de tocón de madera). En Silesia, se pueden degustar los karminadle, unos pequeños filetes de carne
picada aderezados con arenque, así como un rollo de ternera acompañado de lombarda. Polonia Menor, con
su capital, Cracovia, posee una extraordinaria riqueza culinaria. El símbolo gastronómico de la ciudad son
obwarzanki, unos roscos tipo bagel que se venden en los puestos callejeros; seguramente tienen su origen
en las tradiciones judías de esta ciudad. También es muy conocida la tarta de queso de Cracovia. Al desplazar-
nos al sur, la gastronomía adquiere más características de montaña. Las tabernas sirven kwaśnica, una sopa
consistente y buena para los días fríos que consta de repollo fermentado y carne ahumada. Aquí también se
venden los tradicionales quesos de la montaña, elaborados a partir de la leche de oveja o de vaca. El más
conocido es el oscypek, el primer producto polaco local incluido en la lista de productos con denominación de
origen de la Unión Europea. En cada región, conviene preguntar por las queserías y los centros de producción
apícola locales, donde podrás adquirir deliciosos y exclusivos productos caseros. También resulta interesante
la cocina de Wrocław, que tras la II Gerra Mundial, se convirtió en el hogar de los antiguos habitantes de las
tierras mas orientales.
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Bolas de patata
al estilo de Silesia
1 kg de patatas cocidas
Harina de patata
2-3 huevos
1-2 cucharadas de mantequilla
Sal
Para servir:
mantequilla clarificada, cuadraditos de panceta
ahumada o cebolla frita
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La Navidad en Polonia Kutia
(pastel de especias)
1 vaso de cebada cocida
El día de Nochebuena es de ayuno, así que la cena también lo es. El día de Navi-
Medio vaso de semillas de amapola
dad es cuando se come carne. La cena de Nochebuena comienza con una tradi-
0,5 l de leche
ción: compartir una oblea (a menudo bañada en miel) con todos los comensales.
Varias cucharadas de miel
La cena debe constar de 12 platos en recuerdo de los 12 apóstoles. Se trata de
50 g de uvas pasas
platos muy tradicionales, a menudo regionales, que a veces solo se preparan una
50 g de nueces peladas
vez al año. Es obligatorio preparar platos con carpa, sobre todo frita o en gelatina.
50 g de avellanas peladas
También se preparan muchos tipos de arenques: arenques con nata, los exqui-
50 g de almendras laminadas
sitos arenques al estilo lituano (con setas) y arenques al estilo de la región de
1 cucharada de piel de naranja caramelizada
Kaszuby. Algunos platos calientes son pierogi rellenos de repollo y setas, patatas
y queso, o los típicos uszka; unos ravioli pequeños rellenos de setas que acompa-
Cocer las semillas de amapola en la leche, colar y
ñan los platos de sopa de remolacha. Las sopas que se sirven en Nochebuena son
pasar dos veces por la máquina de picar carne. Mez-
la de remolacha o la de setas. Esta época del año cuenta con dulces tradicionales:
clar con la cebada. Añadir las uvas pasas escaldadas,
makiełki (dulce a base de sémola de amapola y frutos secos), moczki (sopa dulce
las nueces y las avellanas troceadas y las almendras
de jengibre y frutos secos), łamańce (galletas de masa quebrada en las que se
laminadas. Añadir miel y piel de naranja carameliza-
unta una crema de sémola de amapola) y kutia (pastel de especias). Todos estos
da al gusto. También se pueden añadir otros frutos
postres cuentan entre sus ingredientes con sémola de amapola, que simboliza
secos: orejones, ciruelas e higos. Antiguamente, para
la abundancia. A menudo se enriquecen con miel, frutos secos y frutas. Se sirve
preparar la kutia se empleaban granos de trigo co-
en tazas una compota de frutos secos con un rico aroma gracias al empleo de
cidos.
ciruelas ahumadas.
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Semana Santa en
Polonia
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Żurek
1 l de harina de centeno fermentada (żur)
1 l de caldo de verduras
500 g de salchicha blanca cruda
1 zanahoria
Un trozo de raíz de apio
Un trozo de raíz de rábano picante
50 –100 ml de nata 30 %
Un trozo de panceta ahumada
Mejorana
2-3 hojas de laurel
Varios granos de pimienta de Jamaica
Sal, pimienta negra
Para servir:
huevos duros
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Embutidos
polacos
A los polacos les encantan las salchichas. La tradición en la elaboración de estos
productos es muy antigua. Las salchichas pueden ser de diferentes tipos; algunas
de ellas son elaboraciones espectaculares incluidas en el registro europeo de pro-
ductos locales. Un ejemplo de este tipo de producto es la salchicha lisiecka, que
se elabora en una pequeña localidad cerca de Cracovia a través de un método
tradicional a partir de trozos de carne. Otra especialidad polaca es la popular
salchicha blanca, que se añade a la tradicional sopa de harina de centeno, żu-
rek. Polonia es también una potencia en la elaboración de kabanos; se trata de
salchichas finas, muy aromáticas y sometidas a un intenso proceso de secado
que presentan diversas variedades. A los polacos les encanta llevarlas cuando
salen de casa para tomarlas como tentempié entre horas. El jamón es considera-
do como el embutido más sofisticado. Antiguamente, se preparaba en las casas,
sobre todo para Semana Santa y Navidad. La carne se ponía en salmuera con
especias, se ahumaba y se cocía. Aún hoy se pueden encontrar en las tiendas
jamones con sabores tradicionales. Otras deliciosas elaboraciones de carne son
la salchicha palcówka (salchicha muy fina, ligeramente seca) y la kaszanka (pare-
cida a la morcilla). La salchicha palcówka debe su nombre (algo así como «hecha
con los dedos») a que antiguamente se introducía el relleno en la tripa de forma
manual, con los dedos (era lo único que cabía en una tripa tan estrecha). En el
mercado se puede encontrar una gran variedad de kaszanka. Las mejores son,
probablemente, las de trigo sarraceno. Se consumen recién hechas con un poco
de pan. Últimamente, el kindziuk está volviendo a verse en el mercado; se trata
de una salchicha muy especial procedente de la gastronomía lituana tradicional.
El exquisito sabor de los embutidos polacos se debe a la calidad de la carne y a
los métodos de producción tradicionales.
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Pan polaco
Los polacos que viajan al extranjero echan de menos sobre todo una cosa: el sa-
bor del pan polaco. Los panes polacos son exquisitos. Hay muchos tipos, desde
el sabroso pan integral, firme y compacto, hasta panes más ligeros, de harina
refinada, con un interior blando y una corteza crujiente. Entre los panes «oscuros»,
cabe destacar el pan integral con miel y el pan denominado «lituano» o de «Vil-
nius», que es bastante compacto y ligeramente dulce. Este pan recuerda un poco
al pumpernikiel. A los polacos les encantan los panes de centeno elaborados
con masa madre natural. Merece la pena comprar pan en pequeñas panaderías,
mercados o tiendas especializadas. En muchos hogares se está recuperando la
tradición de hornear su propio pan; un símbolo de amistad consiste en compar-
tir la masa madre necesaria para su elaboración. Los panes polacos pueden ser
blancos u oscuros. La tradición judía ha dejado un pan llamado chałka; se trata de
un pan de levadura de tipo brioche, ligeramente dulce y con forma de trenza. Se
puede tomar con mantequilla y miel, pero también resulta delicioso con jamón
ahumado polaco. Este pan se puede adquirir en cualquier tienda de alimenta-
ción. A los polacos les encantan los pasteles de levadura, tanto los que se hacen
en días festivos (como las tartas de sémola de amapola o los bizcochos), como los
más comunes: bollos de levadura con una capa superior crujiente y con frutas,
arándanos o queso. Se pueden comprar en cualquier sitio y resultan deliciosos
para acompañar el café matutino.
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Dulces polacos
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Bebidas polacas
Polonia es famosa por numerosos tipos de riquísimas bebidas alcohólicas. Existe
una amplia tradición en cuanto a la producción de cerveza, hidromiel y licores
caseros. Hoy en día, hay fábricas de cerveza pequeñas a escala local que ofrecen
exquisitas cervezas no pasteurizadas con sabores muy originales, como las cer-
vezas con flores de saúco. Al viajar por Polonia, resulta fácil encontrar una gran
variedad de cervezas locales: rubias, negras, más o menos intensas, con miel o
con un intenso sabor a lúpulo. Si te apetece algo más fuerte, prueba la hidromiel.
Su producción en Polonia posee una tradición de muchos siglos. Como en Polo-
nia nunca ha habido escasez de miel, la gente aprendió rápidamente a convertir
este regalo de la naturaleza en una fuerte bebida alcohólica. El tipo de hidromiel
más elegante es el półtorak, seguido por el dwójniak y el trójniak, en función
de la proporción de miel y agua empleada. Esta bebida, muy popular en todo
el país, cada vez la elaboran con más frecuencia pequeñas empresas familiares.
Los vodkas polacos se elaboran con cereales (trigo y centeno) y patatas. La larga
tradición en cuanto a su fabricación garantiza una alta calidad. Se pueden elegir
varios sabores, entre los que es muy popular el vodka żubrówka, que se caracte-
riza por que en cada botella de esta bebida de cebada se introduce una brizna
de una hierba muy aromática (del género de las Hierochloë). Gracias a ello, este
vodka adquiere un aroma único. Los licores también son una especialidad pola-
ca. Tradicionalmente, se elaboran en casa a partir de fruta y hierbas aromáticas
de temporada, aunque también se pueden adquirir en tiendas, en cuyo caso la
fabricación la realizan tanto grandes fábricas como pequeñas empresas locales.
Los licores más conocidos son los de membrillo, nueces y guindas. Al recorrer
Polonia, es fácil toparse con alguno de los numerosos festivales de licores que
se celebran, donde pequeños fabricantes y aficionados presentan sus productos.
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Renacimiento Tartar
gastronómico 200 g de solomillo vacuno
1 cebolleta
2 pepinillos encurtidos
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ES
ISBN: 978-83-7336-392-2
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