El Señorío de Cristo

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EL SEÑORÍO DE CRISTO

Mt. 28:18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en
el cielo y en la tierra.
Una absoluta autoridad, soberana, señorío, sobre todo, es dada a cristo, rey del
universo.

Objetivo: Entender que, para llevar a cabo la Gran Comisión, es necesario primeramente
reconocer el Señorío de Cristo en nuestras vidas.

Introducción: Al centro de todo discipulado correcto existe una convicción que todo
discípulo deberá tener, Jesús es el Señor. Esta confesión carga un peso extraordinario, y
modela toda la cosmovisión de un verdadero discípulo de Cristo.
¿Qué exactamente estamos multiplicando? ¿Qué exactamente vamos a formar en los
discípulos? ¿Cuál es el mensaje central que estamos comunicando en nuestra célula,
misión o iglesia? ¿lo estamos externado correctamente?
Para ir y hacer discípulos se requiere reconocer que Jesús es el Señor.

I. EL EVANGELIO DEL REINO ES DE UN SOLO REY.


A. Si Jesús es el Rey, Él determina cómo debe caminar el discípulo y por ende la
iglesia.
B. Si cambiamos al Rey, cambiará el Reino. Desviaremos el propósito divino.
C. Un entendimiento correcto de Jesús es vital para un cristianismo auténtico.
D. Es en la persona de Jesús que tomamos modelo para cómo hacer discípulos
e Iglesia. Él es el fundador de la Iglesia.
E. Jesús es Señor y Salvador así que todo lo que conozcamos de Dios debe ser
bajo los lentes de la vida, obra y palabras de Cristo.
F. Esto quiere decir que Jesús debe siempre ser la piedra angular en la vida de
los discípulos y la Iglesia.

II. UN DISCÍPULO RECONOCE EL SEÑORÍO DE CRISTO.


A. Enseñarles que Jesús es prioridad. Lc. 14:26 Si alguno viene a mí, y no
aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun
también su propia vida, no puede ser mi discípulo. El aborrecimiento aquí es
menor amor.
B. Enseñarles la preeminencia de la voluntad de Dios en su diario vivir. Lc. 14:27
Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Es
por voluntad propia
C. Enseñarle que si quiere dar fruto tendrá que morir a su yo. Jn. 12:24 De cierto,
de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda
solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
D. Aquel que reconoce y vive el Señorío de Cristo dará mucho fruto. Mt. 13:8 Pero
parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a
treinta por uno

III. EL SEÑORÍO DE CRISTO NO ES POR IMPOSICIÓN.


A. Es resultado de la predicación del Evangelio del Reino y la acción de
convencimiento del Espíritu Santo en las personas.
B. No todos los que escuchen el mensaje llegarán a ser discípulos fructíferos,
pero si invertimos en ellos, darán más fruto que lo que hubieran dado todos los
que escucharon el mensaje.
C. La única manera de vivir como discípulo fructífero de Cristo es reconociendo
el Señorío de Cristo en nuestras vidas.
1. Personas que hagan la voluntad de Dios.
2. Honren el Señorío de Cristo en sus vidas.
3. Modelarles obediencia y vida de Jesús.
4. Animarlos a que se multipliquen. (Hagan Discípulos)
5. Así como la misión es fundamento de la Iglesia, Dios es la razón,
fundamento y meta final de la misión. Hch. 5:42 Y todos los días, en el
templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.
Recordando: el Señorío de Jesús también nos enseña que el discipulado nunca podrá
ocupar el lugar del Señor. Es Jesús la meta final, no la misión.

Conclusión: Al hacer discípulos debemos decirles que Cristo sea, no solo su Salvador,
sino su Señor.

Es mejor ahora entregar nuestra vida completamente a Cristo, tomar la decisión de serle
fiel y permitir que Él sea el Señor de nuestra vida.
En el Trabajo, familia, finanzas, matrimonio, alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, Jesús
sea el Señor.
En Cristo, lo que para el mundo es perdida, para el cristiano es ganancia.
Somos del Señor porque él nos compró con su sangre y esto hace que ya no seamos
esclavos sino señores.

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