La música en la iglesia cristiana primitiva se basó en las tradiciones musicales hebrea y griega, incluyendo el canto de salmos y himnos. Figuras como San Ambrosio ayudaron a sistematizar y organizar la música litúrgica cristiana en los primeros siglos.
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La música en la iglesia cristiana primitiva se basó en las tradiciones musicales hebrea y griega, incluyendo el canto de salmos y himnos. Figuras como San Ambrosio ayudaron a sistematizar y organizar la música litúrgica cristiana en los primeros siglos.
La música en la iglesia cristiana primitiva se basó en las tradiciones musicales hebrea y griega, incluyendo el canto de salmos y himnos. Figuras como San Ambrosio ayudaron a sistematizar y organizar la música litúrgica cristiana en los primeros siglos.
La música en la iglesia cristiana primitiva se basó en las tradiciones musicales hebrea y griega, incluyendo el canto de salmos y himnos. Figuras como San Ambrosio ayudaron a sistematizar y organizar la música litúrgica cristiana en los primeros siglos.
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LA MÚSICA EN LA IGLESIA CRISTIANA PRIMITIVA
Es necesario mencionar que la música de la iglesia cristiana primitiva, se basó
fundamentalmente en los dos legados musicales más grandes del periodo de la antigüedad, estos legados musicales pertenecieron a la antigua cultura religiosa hebrea y la gloriosa cultura griega. La música del antiguo pueblo hebreo cumplía principalmente una función de alabanza, adoración y glorificación a Dios, esto se halla en el libro de los salmos del antiguo testamento de la biblia, donde se ordena al pueblo hebreo a alabar a Dios acompañado de instrumentos musicales. En los primeros siglos de la era cristiana, la música también sirvió para la alabanza, adoración y glorificación a Dios, pero además también sirvió para desarrollar y fortalecer la fe de los cristianos, a través de las diversas situaciones en las que se encontraba atravesando, tales como alegría, tristeza, etc. La música que se desarrolló en la iglesia cristiana primitiva, en gran parte es de procedencia judía, por tanto, la liturgia musical cristiana del primer siglo de la era cristiana, contenía el canto salmódico que fue un legado del pueblo hebreo de los tiempos del Rey David; los salmos son una forma poética de la alabanza, adoración y glorificación a Dios. Los primeros cristianos también emplearon los himnos dentro de su liturgia religiosa, este tipo de música en gran parte procede de la cultura griega de la antigüedad, no olvidemos que los judíos a través de toda su historia, siempre han incorporado a su cultura prácticas y costumbres de otros pueblos, desobedeciendo la ordenanza de Dios. La música siempre estuvo presente de manera preponderante en la vida religiosa del pueblo judío, sobre todo en la celebración de las festividades correspondiente al calendario religioso anual; asimismo también estuvo presente en la liturgia judía que se realizaba semanalmente en las diversas sinagogas y en el templo de Jerusalén. Cuando hablamos de la música de la iglesia cristiana primitiva, nos estamos refiriendo a la música de los discípulos y apóstoles de Jesús; el nuevo testamento nos relata que el mismo Señor Jesucristo y sus discípulos, entonaron himnos de acción de gracias a Dios durante la celebración de la última cena, esto sucedió apenas horas antes que Jesucristo fuera apresado y luego crucificado. Después de la partida de Jesús, sus apóstoles, entre ellos Pablo y Silas, a pesar estar apresados y torturados por predicar la doctrina de su maestro, cantaban himnos dedicados a Dios para fortalecer su fe, esto también se encuentra registrado en el nuevo testamento de la biblia. Los músicos (cantantes e instrumentistas) ocupaban un lugar relevante dentro de la liturgia religiosa judía, esta tradición procede de la antigua cultura hebrea, donde los músicos eran separados especialmente para integrar el ministerio de música, para la realización de los cultos en las sinagogas y en el templo. Algunos historiadores señalan que la música judía durante los primeros setenta años de la era cristiana, tenía un carácter mucho más alegre y festivo, esto debido a que la gran mayoría de ellos conocieron muy de cerca a Jesús y estaban imbuidos de sus esperanzadoras enseñanzas y promesas. Luego de la crucifixión de Jesús, sus discípulos sufrieron una gran persecución y tuvieron que escapar de Jerusalén; pero en el lugar donde se encontraban seguían predicando fervientemente su doctrina, ganando prosélitos y celebrando sus reuniones, donde la música siempre estaba presente. Para el colmo de su desgracia, en el año setenta de la era cristiana, el templo de Jerusalén fue completamente destruido por las tropas romanas del futuro emperador Tito; entonces los judíos tuvieron que huir para salvar sus vidas, porque se inició una feroz persecución contra los seguidores de Jesús. La destrucción de Jerusalén (incluido el templo) por parte de los romanos, fue un lamentable acontecimiento que llenó de sangre y muerte al pueblo judío principalmente, resultado del cual muchos de ellos murieron, otros fueron vendidos como esclavos y otros huyeron para salvar sus vidas. Este nefasto acontecimiento tuvo un efecto completamente devastador para los judíos y como es de suponer su música también se vio seriamente afectada; posiblemente debido a esta catástrofe de grandes proporciones, la música cristiana perdió su carácter alegre y festivo que anteriormente lo caracterizaba. El pueblo judío después de más de 2,000 años, todavía sigue lamentando la destrucción de su templo, esto se observa todos años en la fiesta de semana santa, cuando los judíos recitan el libro de Lamentaciones de la biblia, en el muro de los lamentos (restos de la muralla del templo). En general, se sabe poco acerca de la música del cristianismo primitivo, debido en gran parte a destrucción de Jerusalén (incluido el templo) y también debido a que la música no se escribía, sino que se transmitía principalmente de manera oral de generación en generación. Producto de la dispersión judía, el cristianismo logra expandirse considerablemente por diferentes lugares, es entonces que surgen variadas formas de expresiones de liturgia; estas formas debieron haber sido muchas y conteniendo aspectos culturales diversos, tanto en la doctrina religiosa, así como también en la música que se empleaba en la liturgia. No olvidemos durante los tres primeros siglos de nuestra era, el cristianismo era considerado como una secta prohibida, razón por la cual los seguidores de Jesús sufrieron una encarnizada persecución. De estos tiempos se encontró un documento del siglo III D.C. que nos muestra el himno de Oxirincos, un himno de alabanza a la Santa Trinidad que tiene influencia griega. En el año 313 de la era cristiana, el Emperador Constantino se convierte al cristianismo y trajo como consecuencia la proclamación del edicto de Milán que aseguró a los cristianos el libre ejercicio de su religión; es entonces que los cristianos salieron de la clandestinidad y fueron reconocidos como una iglesia institucionalizada. Constantino convertido en seguidor del cristianismo, instaura el latín como idioma oficial que reemplazará al griego; cabe recalcar que la mayoría de los cristianos de aquel entonces no conocían bien el idioma griego. En el año 380 D.C. el cristianismo se convierte en la religión oficial del imperio romano y comienza su expansión. El proceso de expansión del cristianismo en el territorio romano, incluía también las regiones conquistadas bajo dominio del imperio romano; la expansión del cristianismo dio lugar al contacto de los cristianos con la tradición de los pueblos romanos; esto trajo como consecuencia la modificación de la doctrina y la liturgia de la iglesia cristiana primitiva. La expansión del cristianismo gracias a la influencia de Constantino, dio lugar a la necesidad de sistematizar y organizar la música que se usaba para la liturgia, este material debía estar de acuerdo con el espíritu cristiano. Era obvio que en ese momento muchas melodías ajenas e inapropiadas estaban filtrándose y era el momento de seleccionar y depurar bajo determinadas pautas. En este contexto histórico surge la figura de San Ambrosio, Obispo de Milán (340 – 397), quien será el encargado de realizar la gran tarea de recopilar, seleccionar y compilar la música adecuada, eliminando los que no estuviesen dentro de determinados criterios musicales y religiosos. A San Ambrosio se le atribuye la reglamentación del uso de la música dentro de la liturgia religiosa, pero es necesario recordar que la gran mayoría del material musical que San Ambrosio recopiló, seleccionó y compiló, pertenecía a dos grandes culturas de la antigüedad que fueron: el pueblo hebreo y la cultura griega. Otra gran labor complementaria realizada por San Ambrosio, fue la de establecer una distribución completa de los diversos cantos, organizándolos de acuerdo al orden de las fechas de las conmemoraciones del año eclesiástico. Este obispo fue muy reconocido por la gran labor que realizó, a tal punto que se le atribuye varias leyendas. San Ambrosio también incluyó el canto ambrosiano en la liturgia del cristianismo primitivo, este reconocido religioso también estableció el uso de estrofas de cuatro versos en los himnos. Este obispo fue el primer cristiano que no dudó en utilizar sus influencias para conseguir que se reconociera el poder de la iglesia por encima del poder del estado. San Ambrosio es considerado como el precursor de la edad media, porque su trabajo de recopilación, selección y compilación musical sirvió de base y como punto de partida a San Gregorio, quien deslumbró a la humanidad con la creación del canto gregoriano, que hasta hoy en día es considerado como una de las glorias musicales de todos los tiempos. En el cuarto siglo de nuestra era, gracias al edicto de Milán emanado por Constantino, se sientan las bases musicales de la edad media y sin duda San Ambrosio, a través de su gran legado, fue una de las figuras más representativas de esta etapa de transición del cristianismo primitivo a la edad media. Los tipos o formas de música vocal que se emplearon en la iglesia cristiana primitiva fueron: La cantilación, que consistía en la entonación de los textos religiosos (lecturas de la biblia y las plegarias), mediante una especie de declamación melódica expresiva; este tipo de música procede del antiguo pueblo. La salmodia, que consistía en el canto de los salmos, donde los versículos se entonaban empleando un diseño melódico (fórmula de salmo) en función de las sílabas y los signos de puntuación. La himnodia, que consistía en el canto de los himnos religiosos cuya lengua madre es de procedencia griega, posteriormente gracias a San Ambrosio se escriben en latín con estrofas de cuatro versos y con melodías prefijadas. Es necesario precisar que la cantilación, la salmodia y la himnodia eran entonados mediante el canto alternado que podía ser entre dos coros, entre un solista y un coro, y entre un solista y la congregación; razón por la cual había dos tipos de canto: Canto responsorial, que consistía en la entonación en forma alternada de los textos religiosos, por un solista que es respondido por el responso de toda la congregación. Canto antifonal, que consistía en la entonación en forma alternada de los textos religiosos, que podía ser entre dos coros o entre un solista y un coro. En cuanto al uso de los instrumentos musicales, podemos mencionar que luego de la dispersión judía ocasionado por la destrucción de Jerusalén, se comenzaron a utilizar algunos instrumentos de otras culturas, que eran distintos a los usados por la antigua cultura hebrea. Después que Constantino se convierte al cristianismo y permite el libre ejercicio de la religión cristiana, es entonces que, gracias a la intervención del obispo San Ambrosio se inicia un serio proceso de reestructuración y unificación de la doctrina y la liturgia religiosa del cristianismo. En lo referente al uso de los instrumentos musicales, en un primer momento se pensó que el canto debía ser a capella (sin acompañamiento instrumental), pero después se incluyeron progresivamente los instrumentos usados en la antigua cultura hebrea, tales como la kinnor, el shofar, el salterio, el sistro, entre otros. La música puramente instrumental no era permitida en la liturgia religiosa del cristianismo primitivo.