El Tercer Congreso Del MIR Giro Generaci
El Tercer Congreso Del MIR Giro Generaci
El Tercer Congreso Del MIR Giro Generaci
RESUMEN ABSTRACT
* Licenciado en Historia, Universidad Andrés Bello. Licenciado en Educación y Profesor de Historia y Geografía,
Universidad de Chile. E-mail: [email protected]
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El tercer Congreso del MIR: giro generacional...
“En esas etapas ya apareció el nuevo tipo agrupación y de su relación con otros
de militante, el que está completamente entrega-
do a sus tareas; profesionalizado o no, imbuido movimientos políticos en distintos pe-
de un alto espíritu de sacrificio; ése es el modelo riodos agudos de nuestra historia recien-
que exigiremos de todos; el resto en verdad se ha te, como la Dictadura Militar, el exilio
equivocado de organización”.
y la clandestinidad2. El estudio que acá
Movimiento de Izquierda Revoluciona- se propone prefiere abordar a esta orga-
ria, Documento Interno, Junio, 19691.
nización desde una perspectiva distinta,
revisitando su historia temprana, y apor-
tando a la comprensión de la identidad
I. PRESENTACIÓN política3. Para ello, se propone investigar
la formación de la militancia política y
E
l estudio del Movimiento de Iz- los matices que existen en su compo-
quierda Revolucionaria (MIR) se sición, ciñéndonos, en ese sentido, a la
ha convertido en un fértil cam- revitalización de los estudios sobre His-
po de estudio para la Historia Política toria Política4.
chilena. De esa forma, destacan diversos
estudios que analizan el desarrollo de La aparición del MIR se inscribe
la organización en distintos momentos dentro del nacimiento de la Nueva Iz-
históricos pero desde una óptica tradi- quierda Latinoamericana5, la cual estuvo
cional –en cuanto a los estudios sobre profundamente influenciada por nuevas
organizaciones políticas existentes– es revoluciones como las luchas del Tercer
decir, levantando una historia de la Mundo6. Sin embargo, el MIR también
1 “MIR Secretariado Nacional, Sólo una revolución entre nosotros, podrá llevarnos a una revolución en Chile”.
Documento Interno. Junio de 1969, 1.
2 Para no saturar el texto, expondremos algunos de los principales autores que han trabajado en esta línea, entre
quienes destacan Julio Pinto, Sebastián Leiva, Carlos Sandoval, Luis Vitale, Mario Amorós, Martín Hernández,
Pedro Naranjo, Igor Goicovic, Robinson Silva Hidalgo, Andrés Vera. Ver las publicaciones de Editorial Escaparate.
3 La identidad política es un proceso complejo, por el cual “el actor social individual y colectivo orienta sus conductas,
organiza sus proyectos, construye su historia, […] en relaciones constantes con otros actores sociales, sin los cuales él
no puede definirse ni reconocerse” , es decir, en otras palabras, entenderemos que la construcción de la identidad política va
a ser el proceso de la edificación de un “nosotros” dentro de una determinada comunidad de sujetos, en donde se van
conjugando diversos elementos que constituyen el ethos de una determinada comunidad, una organización, una agrupación
de personas, en constante diálogo con elementos simbólicos, ideológicos, actitudinales, que encarnan proyectos políticos,
en el nuestro caso. La cita es extraída de: Cristina Moyano, El MAPU durante la dictadura. Saberes y prácticas políticas
para una microhistoria de la renovación socialista en Chile.1973-1989 (Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado
2010), 516.
4 Tal y como se sostiene en la introducción al libro Redes políticas y militancias, la Historia Política viene sosteniendo
una revitalización, desde la década de los noventa principalmente, en la cual se comienzan a analizar nuevos problemas
relacionados con la política, introduciendo al análisis ópticas de la historia cultural y de las mentalidades,
por ejemplo, y permitiendo el levantamiento de nuevos problemas, como el estudio de las subculturas militantes,
las identidades, el significado de la acción política, etc. Para un análisis más detallado, ver: Olga Ulianova (edit.),
Redes políticas y militancia. La historia política está de vuelta (Santiago: Ariadna-IDEA, 2012), 9.
5 Se entiende por Nueva Izquierda a la corriente política que nació al alero de la Revolución Cubana y se consolidó
posterior a ella. Se puede definir como aquel grupo de políticos, partidos y organizaciones en donde se conjugaron ideas
y matices que se contraponen a una Vieja Izquierda.Entendida esta última como una izquierda tradicional,
fuertemente influenciada por la vía pacífica hacia el socialismo. En ese sentido, se erige como respuesta a los planteamien-
tos hegemónicos conducidos por una izquierda principalmente comunista y pro-soviética, rescatando los principios
básicos del marxismo como lo son la opción por la lucha armada como mecanismo articulador del proyecto político. Para
un análisis más detallado revisar, por ejemplo: José Rodríguez Elizondo, Crisis y renovación de las izquierdas. De la
revolución Cubana a Chiapas, pasando por “el caso chileno” Santiago: Edit. Andrés Bello, 1995); Romeo Rey,
Bajo el signo del Che. Teoría y práctica de la izquierda en América Latina (Buenos Aires: Edit. Biblos, 2010), o investigaciones
de la historiadora Eugenia Palieraki.
6 La Revolución Cubana y la Guerra de Vietnam principalmente, las guerras de liberación nacional en África, etc.
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7 En efecto el MIR es fruto del agrupamiento de diversas organizaciones revolucionarias, como el Partido Obrero
Revolucionario (POR), la Vanguardia Nacional Marxista (VNM), Vanguardia Revolucionaria Marxista (VRM) o el
Partido Socialista Popular (PSP), evidenciándose una continuidad en los lineamientos de las mencionadas organizaciones
con la naciente organización. El miembro del Comité Central, Luis Vitale, expone este punto críticamente cuando men-
ciona que el andamiaje teórico-político del MIR responde a los planteamientos edificados por los trotskistas-miristas, ex-
militantes del POR, VRM, etc.: “Qué programa tiene el MIR, hay que leerlo. Un programa de la IV Internacional. Está
redactado por nosotros de puño y letra. ¿Cuál es el programa?, el Programa de Transición. ¿Qué carácter tiene la revolución?
Permanente. ¿Cómo será la revolución?, la revolución será socialista, combinación de tareas democrático burguesa con las
tareas socialistas. Ahí está el programa, aprobado, íntegro, sin ninguna modificación”. Extraído de entrevista a Luis Vitale, en:
Nicolás Miranda, Contribución para una historia del trotskismo chileno. 1929-1964 (Santiago: Ediciones Clase contra
Clase. 2000), 147.
8 Eric Hobsbawm y TerenceRanger, al referirse a la invención de una nueva tradición, dirán: “La ‘tradición inven-
tada’ implica un grupo de prácticas, normalmente gobernadas por reglas aceptadas abierta o tácitamente y de natu-
raleza simbólica o ritual, que buscan inculcar determinados valores o normas de comportamiento por medio de su
repetición, lo cual implica automáticamente continuidad con el pasado. De hecho, cuando es posible, normalmente
intentan conectarse con un pasado histórico que les sea adecuado […] En resumen, hay respuestas a nuevas situaciones
que toman la forma de referencia a viejas situaciones o que imponen su propio pasado por medio de una repetición
casi obligatoria.” En: Eric Hobsbawm, y Terence Ranger, La invención de la tradición (Barcelona: Edit. Critica, 1983), 8-9.
9 El primer Secretariado del MIR estuvo compuesto por Enrique Sepulveda, Gabriel Smirnow, Dantón Chelén, Oscar
Waiss y Humberto Valenzuela. Estos sujetos, junto a otros como Clotario Blest, tendrían al momento de la fundación
alrededor de 50 y 67 años. Por ejemplo los emblemáticos Humberto Valenzuela y Clotario Blest, dos de los individuos que
más aportaron a la creación de esta organización, al momento de la fundación del MIR tenían 56 y 67 años
respectivamente.
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10 Organizaciones que hoy en día se autodenominan MIR continúan con la misma declaración de principios
elaboradas en 1965. Revisar, por ejemplo, declaración del MIR en el año 2008. “Porqué seguimos siendo MIR”,
disponible en el Centro de Documentación de los Movimientos Armados (www.cedema.org).
11 Esta conceptualización se refiere a la edificación de todo el aparataje político-teórico que la organización tendrá en su
fundación y que perdurará históricamente y en donde lo reflexivo tiene una importancia fundamental.
Este “pensar hacer” dice relación con la creación de la declaración de principios y de un programa político que
sentará las bases cardinales de la organización, perpetuándose hasta la actualidad y defendiendo lo que fue el MIR
y qué aspectos les hacían ser distintos a otras experiencias revolucionarias en ese contexto.
12 En este sentido se hace necesario hablar sobre Revista Estrategia, nacida en los años fundacionales del MIR. Esta revista
fue el órgano de discusión y reflexión de la “antigua generación”. Los números analizados así lo describen. Además, la
revista denota lo que venimos diciendo, la preocupación de una “vieja generación” por generar una discusión teórica
que enriqueciera el programa de la revolución socialista, inmolando la reflexión teórica como puntapié inicial para
impulsar la revolución, dando cuenta del “pensar hacer”. De ese modo, decía la Revista: “Estrategia no quiere ser una
revista informativa más, sino un órgano de elaboración teórica que contribuya a enriquecer el programa de la revolución
socialista chilena, para cuyo fin dará preferencia a los trabajos de investigación sobre la realidad chilena”. En: Revista
Estrategia, núm. 1, (Santiago, 1965). Por otro lado, es preciso anotar que cuando el MIR se divide los viejos revoluciona-
rios crearán la revista “Nueva Estrategia”, desde donde podemos inferir que la preocupación por tener un órgano teórico-
pedagógico era necesaria dentro del imaginario de esta generación. Sobre el “pensar hacer” revisar: Matías Ortiz Figueroa,
“Ser mirista, la construcción política del militante. 1965-1973”. Tesina de licenciatura, Universidad Andrés Bello, 2011.
Disponible on line en Red Interdisciplinaria de Estudios sobre Historia Reciente: http://www.riehr.com.ar/archivos/
Tesis/ortzmatas.pdf.
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II. EL TERCER CONGRESO DEL MIR, RE- venes del MIR, señal de que una nueva
NOVACIÓN GENERACIONAL Y RE-ESTRUCTU- generación y aire político comenzaba a
RACIÓN ORGÁNICA. permear a la organización14.
El Tercer Congreso del MIR, Con esta nueva composición de la
realizado los días 7 y 8 de diciembre de organización, se evidenció lo que catego-
1967, comenzó con una intervención de rizamos como la “voluntad de actuar” 15,
Enrique Sepúlveda en la que se expuso es decir, una voluntad de materializar en
un balance de las actividades realiza- la práctica lo teórico e ideológico fundado
das hasta aquella fecha, discutiéndose en 1965. Este elemento se evidenció con
y aprobándose dos análisis del periodo la potencia impresa al trabajo de masas,
político que se vivía en aquel momen- la reafirmación de la violencia como vía
to13. Como última decisión, se escogió de construcción socialista y en la re-es-
al nuevo Secretariado Nacional y Comi- tructuración orgánica de la agrupación.
té Central. Para el cargo de Secretario Tres aspectos que sin duda permearán
Nacional, fue elegido Miguel Enríquez la militancia política del MIR, y que
y con él, los 14 miembros del Comité por ende serán nodos importantes en la
Central de los cuales destacaron Lucia- construcción identitaria mirista.
no Cruz, Bautista Van Schouwen, Luis
Vitale, Edgardo Enríquez, Sergio Zorri- En efecto, uno de los principales
lla, el “conejo” Grez, Patricio Figueroa aspectos del segundo periodo que sacu-
y Andrés Pascal Allende. La Dirección dió a la organización fue la potencia del
Nacional, por su parte, quedó compues- trabajo de masas que venía cultivándose,
ta por Enríquez, Van Schouwen, Cruz, lentamente, desde 1965. En este sentido,
Pérez, y Zorrilla, algunos de los más jó- como señala el ex Secretario General del
13 Luis Vitale presentó un informe sobre el desarrollo económico chileno, fuertemente influido por el análisis dependendista
y analizó la presidencia de Eduardo Frei como un gobierno seriamente desgastado debido al incumplimiento de las
promesas hacia los sectores populares. Por otro lado, se redefinieron algunos conceptos relativos a la tesis-política militar
del MIR de 1965, profundizando y discutiendo algunos puntos de ella, como el rol jugado por los sectores rurales en la lucha
armada. Luis Vitale, comenta: “Recuerdo que en el debate sobre la táctica para aplicar coyunturalmente la tesis insurrec-
cional a la situación política que vivía nuestro país, Miguel defendió el papel revolucionario que podían eventualmente
jugar los pueblos rurales, con el fin de aumentar el número de campesinos que podían entrar al proceso insu-
rreccional, basándose en las cifras de INDAP, organismo estimulado por el gobierno de Frei para acelerar la Re-
forma Agraria. Le contesté que era peligroso confiar en los pueblos rurales como fuerza revolucionaria, por cuanto
mis investigaciones y mi propia experiencia de relegado en Curepto (1963-64) indicaban que en dichos villorrios
habitaba una mayoría de capas medias, comerciantes, empleados público, escribanos, abogados y profesores prima-
rios, que neutralizaban las reivindicaciones campesinas” En: Luis Vitale, Contribución a la historia del MIR (Santiago: Instituto
de Investigación de Movimientos Sociales “Pedro Vuskovic”, 1999), 19. En las líneas retratadas se puede
apreciar una clara apelación a la experiencia histórica y a “lo teórico” e “investigativo” como argumento de autoridad al
relacionarse con una joven generación caracterizada por la “voluntad de actuar”, cuestión que más adelante detallaremos.
14 El promedio de estos individuos al asumir los roles como dirigentes del MIR bordea los 23 o 24 años.
15 Término acuñado por Eric Zolov, parafraseando a Greg Grandin. Revisar: Eric Zolov, Che Guevara’s Message to the
Tricontinental: Crossroads of a New Left, S/E, (agradezco al autor la aclaración de algunos de estos elementos). Sumado
a eso, Gabriel Salazar dirá que la joven generación, en la cual se inscriben los jóvenes miristas, se caracterizará por
una anomalía con respecto a las generaciones anteriores, esto debido a que “…la crisis del orden viejo, unido al efer-
vescente desarrollo de la vida democrática chilena desde mediados de los años 50, creaban, además, un marco de blan-
dura y permisividad relativa que hicieron practicable y aun ´legitimo’ el desenvolvimiento y la organización de con-
ductas rebeldes. En ese contexto, la generación del ´68 pudo transformar su anomia de ‘crítica’ en una forma magnetizada
de ‘vida alternativa’ y en una forma revolucionaria de ‘hacer política’. Gabriel Salazar, “De la generación chilena ´68: ¿om-
nipotencia, anomia, movimiento social?”. En, Proposiciones Vol. 12 (Santiago 1986): 99. Revisar también: Gabriel
Salazar y Julio Pinto, Historia Contemporánea de Chile, Vol. Niñez y Juventud (Santiago: LOM ediciones, 2002), 130
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16 Andrés Pascal Allende, Balance histórico del MIR y su lucha revolucionaria. S/E. p. 10
17 Ídem.
18 Enérico García. Todos los días de la vida. Recuerdos de un militante del MIR chileno (Santiago: Editorial Cuarto Propio,
2010), 23 .
19 El Rebelde N° 1, Santiago de Chile, Septiembre de 1968. Suplemento Estudiantil. Sin página.
20 Ricardo Frodden, dirá: “Entonces se logra consolidar [hacia 1969] una estructura un poco más solida, y a hacer un
trabajo ya no solamente estudiantil sino que también hacia el movimiento poblacional que se estaba generando, se dan
tomas espontaneas de terreno y nosotros nos organizamos y lideramos la toma más importante de Valparaíso, la toma de
Achupalla, que fue liderada por Carlos Díaz, y pudimos, a partir de este trabajo sindical que yo había iniciado en SAIR,
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poblacional, recuerda que en esta época dación ratificó su opción por la vía ar-
se levantaron un buen número de diri- mada. Esa orientación llevó a debatir el
gentes poblaciones con base política en tema en el III Congreso de la organiza-
la organización roji-negra, como Her- ción. Humberto Valenzuela 23 recordó la
minia Concha o Lumi Videla, los que discusión sobre el carácter que tendría
fueron apoyados por los viejos militantes la violencia revolucionaria en Chile y
Humberto Valenzuela y Clotario Blest21. como ésta se iba a estructurar, ya que
si bien existían tesis que demostraban
Víctor Toro en su contribución a la factibilidad de ella y su posible desa-
la historia de la toma “La 26 de Enero”, rrollo, no existía una base para hacerla
refleja claramente cómo el MIR comen- práctica. En sus palabras:“no se contaba
zó a permear su política al mundo de ni con lo más elemental, es decir, con
los pobladores. Con todo, la actividad los guerrilleros entrenados y preparados
mirista en el sector poblacional se verá como tales. Mucho menos se contaba
representada en su máxima expresión con elementos materiales para llevar a
con la toma de terrenos “26 de Enero”, cabo esta empresa”24.
comandada, según se aprecia en diver-
sas fuentes, cien por ciento por el Mo- Con todo, el periodo que se abrió
vimiento de Izquierda Revolucionaria. con la secretaría de Enríquez inauguró
En efecto, la toma que se realizaba y que “la hora de la acción”. De ese modo,
daba paso a una población, era fruto de si entre 1965 y 1967 había primado la
una política mirista que comenzaba a retórica de la violencia, ahora, según el
orientarse a los frentes sociales, nutrién- MIR “joven”, llegaba la hora de “comen-
dolos de su ideología. Así lo recuerda zar las acciones armadas”25. Fue en ese
Víctor Toro: “El 26 de Enero de 1969, contexto que en 1968 se organizaron dos
después de una amplia labor vecinal, escuelas de guerrillas en el sur del país,
con los sin casas, los jóvenes y la conso- con contactos establecidos en Concep-
lidación de las células del MIR por todo ción que querían formar una guerrilla 26,
San Miguel, nos lanzamos a la Toma en montándose, además, un taller de arte-
el Fundo La Bandera”22. factos caseros y un “aparato de informa-
ción”, según afirmó Miguel Enríquez27.
Por otro lado el MIR en su fun- Sin embargo, la violencia revolucionaria
tomarnos la fábrica SAIR en el año 70, fines del 70, y pedir la expropiación”. Entrevista a Ricardo Frodden, ex miembro del
Comité Central, (miércoles 13 de junio, 2012). Ricardo Frodden es primo de Miguel Enríquez, fue militante
del MIR hasta 1991.
21 Víctor Toro, Historia de la toma de La Bandera “La 26 de Enero”. Disponible on-line en: http://www.generacion80.cl
22 Idem.
23 Humberto Valenzuela es uno de los más importantes y destacados dirigentes trotskistas de la historia de esta corriente
política en Chile. Fue candidato presidencial en 1941 y en 1946, fundador del POR y de la VRM, fue parte del primer
buró político del MIR.
24 Humberto Valenzuela, Historia del movimiento obrero chileno (Santiago: Edit. Quimantú, 2008), 135.
25 Una reflexión más acabada sobre este proceso se encuentra en nuestro trabajo: Matías Ortiz Figueroa, “La violencia
en la construcción identitaria mirista, una perspectiva generacional (1965-1969)”, Revista Izquierdas, núm. 15,
www.izquierdas.cl, (Santiago 2013): 125-140.
26 Palieraki, La opción por las armas…, 4
27 Miguel Enríquez, Algunos antecedentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). S/D .
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se vio plasmada en otros actos, que no cursos para la causa revolucionaria, sino
tuvieron que ver ni con guerrillas rurales que también se difundía el mensaje po-
ni con guerrillas urbanas. lítico-revolucionario, llamando la aten-
ción de la prensa y la opinión pública.
En efecto, ésta violencia se plas- Es decir, como se puede rastrear en los
mó en la recuperación28 a bancos para discursos de la época, una lógica que in-
financiar las actividades revolucionarias, tentaba subvertir la antecesora dinámi-
las que se convertían en una forma de ca política de la organización, donde la
propaganda político-armada. De ese práctica concreta de los aspectos teóricos
modo, como recuerda Enérico García, la no existía. No es de extrañar que estas
primera acción se realizó un 15 de julio
prácticas rompiesen con las lógicas de
de 1969, día en que según García “ ha-
la política tradicional y de la izquierda
bíamos dado un salto cualitativo a nuestro
“reformista”. En este sentido Punto Fi-
accionar” 29. Por otro lado, estas acciones
nal recordó que Luciano Cruz afirmaba
estuvieron fuertemente influidas por
que aquellas actividades eran “una bur-
organizaciones revolucionarias latinoa-
la a la autoridad misma del Estado…así
mericanas, denotando el fuerte influjo
que organizaciones de la Nueva Izquier- como el ataque más implacable al estilo
da latinoamericana ocasionaron en el y método de los partidos de la izquierda
MIR, las que estaban orientadas, tam- tradicional”31
bién, bajo las influencias y enseñanzas
Por otro lado, a la par de la poten-
de Cuba y experiencias políticas símiles.
cialización del trabajo de masas y de la
García recuerda que las recuperaciones
exacerbación del fenómeno de la violen-
estaban pensadas“dentro del tipo de ac-
cia, la organización experimentó cam-
ciones que realizaban los Tupamaros en
Uruguay, operaciones siempre limpias bios en su orgánica inicial, ocasionando
[...] inspirados en esa experiencia había- cambios en su estructura vertebral. De
mos elaborado el plan operativo”30. ese modo producto del “recambio” ge-
neracional, se comenzaron a evidenciar
En este sentido, el MIR legitimó auto marginaciones y expulsiones de
estas acciones pues eran una forma de militantes. Pedro Naranjo recuerda que
propaganda armada donde el discur- el hecho de que el sector joven asumiera
so político se socializaba a través de las la dirección, significó que sujetos de la
mismas prácticas. Es decir, mediante es- “vieja generación” tomarán la decisión
tas actividades no solo se generaban re- de seguir militando y continuar como
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42 Guillermo Rodríguez, De la Brigada Secundaria al Cordón Cerrillos (Santiago: Edit. Universidad Bolivariana, 2007),
18. Las cursivas son nuestras.
43 Sólo una revolución entre nosotros puede llevarnos a una revolución en Chile. p. 1.
44 Ibid., 16.
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“…la crisis de toda organización que Bajo ese escenario, la solución era
de su infancia entra a la madurez y una sola: las cuestiones políticas debían
sólo ahora puede actuar responsable estar cien por ciento ligadas a las cues-
y efectivamente, es el salto doloroso
de la prehistoria orgánica y política, tiones militares, asegurándose la edifica-
a la historia de nuestro movimiento. ción de un verdadero partido marxista-
Muchos quedarán atrás, otros que- leninista, el que debía caracterizarse por
rrán irse; podremos incluso, y a pesar
nuestro, ‘dividirnos” y así aparentar ser cohesionado orgánicamente, suma-
‘retroceder’; no es lo positivo, pero si mente disciplinado y eficaz en su accio-
fuera necesario: ¡Adelante!”45. nar47. En la nueva orgánica no existiría
espacio para tendencias disímiles, com-
En ese contexto, el MIR propuso
prendiéndose que la homogenización
realizar una revisión de lo que había sido
política será un aspecto fundamental en
la organización para luego formular las
la nueva composición del MIR. Si antes
posibles salidas a los problemas estruc-
la heterogeneidad política había caracte-
turales planteados. En consecuencia, se
rizado a la organización, ahora se debía
analizó lo que había sido la organización
procurar eliminar esos “lastres”:
hasta ese momento, dejándose ver que
desde 1965 hasta 1967 el MIR había “…los objetivos son los mismos, las
sido demasiado flexible en la concepción prioridades y los métodos son los di-
del partido y que no había estado en las ferentes. El volumen relativo de ‘ta-
reas especiales’ debe aumentar enor-
condiciones de convertirse en este tipo memente. La ‘tareas especiales’ deben
de organización, como tal. Aquella dis- dejar de ser privativas de un sector de
cusión se hizo bajo la comprensión de la organización para transformarse
en el problema de la mayor parte del
un partido desde el lente del marxismo- Movimiento. Las cuestiones políti-
leninismo, es decir, como la “vanguar- cas estarán estrictamente ligadas a las
dia del proletariado” o, en palabras del tareas especiales. La integración de lo
Comité Central, una “…agrupación de político y lo militar se hará una reali-
dad. […] No habrá más espacio para
hombres que se organizan para hacer la las tendencias demasiado divergen-
revolución, para cumplir con sus etapas tes. La organización deberá adquirir
(preparación, conquista del poder y con- una relativa homogeneidad política:
solidación de este…”46. De este modo, solo los matices y los desacuerdos
apuntó la joven Dirección Nacional, menores podrán subsistir48”.
la estructura partidaria era heredera de En este sentido, el MIR debía pa-
una federación de grupos, que había he- sar a ser prioridad para sus militantes, los
cho del movimiento una organización que debían asumir tareas de clandestini-
blanduzca. Este tipo de organización, en dad y cumplir con todos los mandatos
definitiva, no podría concretar el pro- que el partido propusiera. De este modo,
yecto político construido. podemos afirmar que la estructura par-
45 Ibid., 5.
46 Ibid., 24.
47 Para un análisis detallado sobre la vanguardia revolucionaria y el partido, ver: Vladimir Ilich Lenin, ¿Qué hacer? Problemas
candentes de nuestro movimiento (Buenos Aires: Edit. Nuestra América, 2004), 180 en adelante.
48 Sólo una revolución entre nosotros…, 10.
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49 Si bien está sancionado cuales son las prácticas políticas que se unen a la militancia leninista, se puede revisar el texto:
Sergio Sánchez y Jorge Alonso, Democracia emergente y partidos políticos (México: Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores de la Casa Chata, 1990), 12-13.
50 El Hombre Nuevo se refiere a la sistematización que el “Che” Guevara realizó de un conjunto de principios que formaron
parte de una estructura militante cuyos principales ejes recayeron en la moral y en la ética política/militante.
Su preocupación recaló en la construcción de un sujeto revolucionario que, en una relación dialéctica, mezclara
la libertad con el sacrificio y el deber moral con la necesidad revolucionaria.
51 Es decir, una organización “blanduzca” que hasta el recambio generacional “…tenía por base a todo tipo de ‘militantes’,
donde no se realizaba ningún tipo de selección para el ingreso; así habían ‘aficionados a la revolución, descomprometidos
intelectualoides, etc”. En: Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Algunos antecedentes del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria. 1965-1971, Marzo de 1971
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52 A propósito de este término, Lenin afirmaba: “El ideal del socialdemócrata [militante comunista en aquel 1902]
no debe ser el secretario de tradeunion, sino el tribuno popular, que sabe reaccionar contra toda manifestación de
arbitrariedad y de opresión, dondequiera que se produzca y cualquiera que sea la capa o la clase social a la que afecte;
que sabe sintetizar todos estos hechos para trazar un cuadro de conjunto de la brutalidad policíaca y de la explotación
capitalista; que sabe aprovechar el menor detalle para exponer ante todos sus convicciones socialistas y sus
reivindicaciones democráticas, para explicar a todos y a cada uno la importancia histórico-mundial
de la lucha emancipadora del proletariado”. Lenin, ¿Que hacer?..., 46.
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cepción de militancia que fue nutriendo lia y en Bernardita [su novia], pero
la identidad política enmarcada en una no dudé al asentir”57.
entrega sacrificial y en una inmolación al En ese contexto, la voluntad sa-
proyecto político. En este sentido, se fue crificial se manifestó también en la re-
construyendo una voluntad del sacrificio lación con la ética militante, enmarcada
que iría tornándose cada vez más nece- en los principios heredados del gueva-
saria a medida que los plazos políticos rismo, que cobijados en la creación de
se acortaban y que el periodo de masas un “Hombre Nuevo” generó un fuerte
imponía. imaginario colectivo de cómo debía ser
De este modo y como recuerda el sujeto que adquiría el compromiso de
Guillermo Rodríguez, el MIR comenzó trabajar por y para la revolución. De este
a realizar entrevistas a los cuadros polí- modo, valores como la solidaridad, el sa-
ticos que ya estaban incorporados en la crificio, el amor y la entrega total., fue-
estructura partidaria y, herméticamente, ron parte del icono al que debía aspirar
les señaló las tareas que debían cumplir todo revolucionario y el MIR no estuvo
y si estos estaban dispuestos a entregarlo ajeno a adquirir estos matices.
todo por ellas o no. En este sentido, Ro-
dríguez recordó que a inicios de 197156 En efecto, las alocuciones en dis-
fue convocado por la organización a una tintos documentos o memorias de ex mi-
reunión en una casa cercana al Regi- litantes sobre los valores que encarnaban
miento Tacna, que lucía una fachada de estos sujetos, generalmente se centraron
“Centro de Estudios Bíblicos”, aspecto en el hombre nuevo y en la militancia
importante si se compara con la necesi- sacrificial que debía representar el pro-
dad de compartimentar la organización: pio mirista. Así, los nuevos valores que
el sujeto de la futura sociedad comunis-
“Tocó mi turno, y entré. Estaba par- ta debía personificar, estaban concentra-
te de la Comisión Política, y Miguel
Enríquez encabezaba la conversa- dos en los miristas y particularmente,
ción. Sergio Pérez, el “Chicope” ha- o al menos así se deduce de los relatos
cía una reseña de cada militante para y documentos revisados, en los líderes
informar a los restantes miembros de
la dirección. Luego hablaba Miguel de masas. De esa forma, la cultura mi-
preguntando si uno estaba dispuesto rista representaba una nueva forma de
a asumir una tarea necesaria para la comprender la política, enfrascada en
organización y que significaba dejar cuestiones cien por ciento actitudina-
la familia, los estudios, los hijos, en
definitiva todo, por un tiempo inde- les, como mencionábamos, es decir en
terminado. Explicaba que para man- una nueva forma de expresarse ante el
tener la compartimentación, en caso mundo y ante el resto de los semejantes
de que fuese negativa la respuesta, no
podía explicar de qué tareas trataba. y las culturas políticas del contexto. Así
Pensé algunos segundos en mi fami- lo expresó Carlos Liberona, al decir que:
56 Si bien la fecha recordada por el ex mirista se aleja de la fecha estudiada en el presente estudio, afirmamos que el
hecho sucedido es una réplica de las discusiones comenzadas a mediados del año 1969, por el carácter del enunciado,
los personajes que se referencian y el formato de la reunión.
57 Rodríguez, Op. cit. p.35.
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58 Lucía Sepúlveda, Memorias de un labrador de futuro. Carlos Liberona, el amor y la lucha (Santiago Edit. Ayún,
2010), 110. Las cursivas son nuestras.
59 Revista Punto Final, núm. 120, (Santiago 1970): 8.
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Carmen Castillo, también recor- nuevo del Che Guevara. Así, en la prác-
dará la imagen de Lumi Videla como tica mirista se ensalzaba la imagen del
un símbolo de mujer revolucionaria. De icono revolucionario cuando los líderes
este modo, se describe que las actitudes del partido perdían la vida. En efecto,
de la líder mirista y compañera de Sergio el fallecimiento de Luciano Cruz, histó-
Pérez, iban más allá de las “debilidades rico líder del MIR, va a darnos cuenta
del género femenino”, como señalase la de cómo la muerte va erigiendo mártires
ex pareja del histórico secretario general, que sirven para sostener un imaginario
para el imaginario patriarcal de aquella revolucionario en las conciencias de los
época. En este sentido, se lee, la mujer militantes. Siguiendo a Vezzetti, sólo
mirista simbolizaba una nueva forma la muerte garantiza la pureza y la inte-
de pensar a la mujer. La militancia re- gridad del compromiso revolucionario,
volucionaria subvertía las “debilidades” sólo los héroes y los mártires ofrecen a
de las féminas. Es decir, la militancia re- la militancia un ejemplo sin tacha. Así,
volucionaria nutría la identidad de todo los revolucionarios caídos se constituyen
quien aceptara y tuviera las condiciones como leyendas, que miden las prácticas
para ser un “profesional de la revolu- y las conductas a la luz de cualidades
ción”. Las expresiones que Castillo rea- del sujeto61. De este modo, las palabras
liza de Videla son reflejo del símbolo y de Bautista Van Schouwen en el primer
de la sacralización del militante revolu- aniversario de la muerte de Cruz irán
cionario (“ la encarnación de la militancia definiendo las características que debía
ejemplar”) que se construye en torno a tener todo mirista: “Ha muerto un gran
ciertos individuos: revolucionario, el pueblo ha perdido un
“Luisa tenía mi edad. La veo en los líder…Llamamos a los obreros, campe-
enfrentamientos estudiantiles con la sinos, pobladores y estudiantes, a…se-
policía en 1968…la veo en primera guir el ejemplo por él señalado…”62. Es
fila,…Luisa se convirtió, sin haberlo decir, la imagen de Luciano se configura
buscado ni pedido, en la encarnación
de la militancia ejemplar, de la mujer como un catalizador de condiciones que
mirista. No se le conocía debilidad fe- se ocuparan a modo de ejemplo para
menina alguna…Luisa, la imagen de sembrar un ideario de militancia revo-
la mujer segura de sí misma, consa-
grada por completo al combate po- lucionaria. En este sentido, el discurso
lítico, jamás una grieta, siempre sin aprovecha de definir los matices que esa
rodeos, nunca una excusa. Luisa, que militancia debía poseer. De este modo,
no flaquea ante nada ni nadie”60. argüía Van Schouwen, las relaciones so-
De este modo vemos que la iden- ciales dentro del partido revolucionario
tidad política que se va forjando en el tomaban sentidos éticos-revoluciona-
MIR al calor de las luchas sociales cada rios. Así, la relación de “compañeros” era
vez se va acercando más hacia el hombre la “expresión superior de la relación hu-
60 Carmen Castillo, Un día de octubre en Santiago (Santiago: LOM, 1999), 43-44. Las cursivas son nuestras.
61 Hugo Vezzeti, Sobre la violencia revolucionaria. Memorias y olvidos (Buenos Aires: Edit. Siglo XXI, 2009), 139
62 Bautista Van Schouwen, “Discurso en el primer aniversario de la muerte de Luciano Cruz”. En: Martín Hernández,
El pensamiento revolucionario de Bautista Van Schouwen 1943-1973 (Concepción: Ed. Escaparate, 2004), 165-166.
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63 Ibíd., 169-170
64 Idem.
65 Idem.
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