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El Tercer Congreso Del MIR Giro Generaci

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Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Tiempo HisTórico. N°6 /91-110/ Santiago-Chile. 2013.

EL TERCER CONGRESO DEL MIR: GIRO GENERACIONAL,


RE-ESTRUCTURACIÓN ORGÁNICA Y CAMBIOS
EN LA MILITANCIA, 1967-1969

Matías Ortíz Figueroa*

RESUMEN ABSTRACT

El Movimiento de Izquierda Revo- The Revolutionary Left Movement


lucionaria chileno (MIR) nacido en el año (MIR) born in 1965 and the end product of
1965, producto final de una agrupación an alliance of several Chilean revolutionary
de distintas fuerzas revolucionarias chile- forces, experienced three national congres-
nas, desarrolló tres Congresos Nacionales ses in his long political life. Thus, the Third
en su larga vida política. De ese modo, el
Congress of the MIR (1967) led to a genera-
Tercer Congreso del MIR (1967) originó
un cambio generacional dentro del buró tional change within the organization’s poli-
político de la organización, generando que tical bureau, creating the old revolutionaries
los viejos revolucionarios que comandaban who commanded the organization from the
la organización desde la fundación salieran foundation came out of seats in the Natio-
de los puestos del Secretariado Nacional y nal Secretariat of the Central Committee
del Comité Central, incorporándose a ellos and entering them a “young” generation,
una generación “joven” que prontamente who promptly made changes in the party
realizó cambios en la estructura partidaria. structure. So, young Miguel Enriquez, Bau-
Así, jóvenes como Miguel Enríquez, Bautis- tista Van Schouwen, Luciano Cruz and An-
ta Van Schouwen, Luciano Cruz o Andrés dres Pascal Allende will maintain the orga-
Pascal Allende tutelarán la organización
nization since 1967 quickly patting organic
desde el año 1967 palpándose rápidamente
cambios en la orgánica inicial y permeando changes in initial and permeate discourses
los discursos y la propia militancia mirista. and MIR own membership. To account for
Dar cuenta de este proceso de cambio y re- this process of change and restructuring is
estructuración es el objetivo de esta presen- the purpose of this presentation.
tación.

PALABRAS CLAVE KEYWORDS


Identidad política, Tercer Congreso; gene- Third Congress; Political identity, younger
ración joven; re-estructuración orgánica; generation; organizational restructuring; re-
compromiso revolucionario. volutionary commitment.

Recibido: 14 de enero de 2013. Aprobado: 15 de noviembre de 2013.

* Licenciado en Historia, Universidad Andrés Bello. Licenciado en Educación y Profesor de Historia y Geografía,
Universidad de Chile. E-mail: [email protected]

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El tercer Congreso del MIR: giro generacional...

“En esas etapas ya apareció el nuevo tipo agrupación y de su relación con otros
de militante, el que está completamente entrega-
do a sus tareas; profesionalizado o no, imbuido movimientos políticos en distintos pe-
de un alto espíritu de sacrificio; ése es el modelo riodos agudos de nuestra historia recien-
que exigiremos de todos; el resto en verdad se ha te, como la Dictadura Militar, el exilio
equivocado de organización”.
y la clandestinidad2. El estudio que acá
Movimiento de Izquierda Revoluciona- se propone prefiere abordar a esta orga-
ria, Documento Interno, Junio, 19691.
nización desde una perspectiva distinta,
revisitando su historia temprana, y apor-
tando a la comprensión de la identidad
I. PRESENTACIÓN política3. Para ello, se propone investigar
la formación de la militancia política y

E
l estudio del Movimiento de Iz- los matices que existen en su compo-
quierda Revolucionaria (MIR) se sición, ciñéndonos, en ese sentido, a la
ha convertido en un fértil cam- revitalización de los estudios sobre His-
po de estudio para la Historia Política toria Política4.
chilena. De esa forma, destacan diversos
estudios que analizan el desarrollo de La aparición del MIR se inscribe
la organización en distintos momentos dentro del nacimiento de la Nueva Iz-
históricos pero desde una óptica tradi- quierda Latinoamericana5, la cual estuvo
cional –en cuanto a los estudios sobre profundamente influenciada por nuevas
organizaciones políticas existentes– es revoluciones como las luchas del Tercer
decir, levantando una historia de la Mundo6. Sin embargo, el MIR también

1 “MIR Secretariado Nacional, Sólo una revolución entre nosotros, podrá llevarnos a una revolución en Chile”.
Documento Interno. Junio de 1969, 1.
2 Para no saturar el texto, expondremos algunos de los principales autores que han trabajado en esta línea, entre
quienes destacan Julio Pinto, Sebastián Leiva, Carlos Sandoval, Luis Vitale, Mario Amorós, Martín Hernández,
Pedro Naranjo, Igor Goicovic, Robinson Silva Hidalgo, Andrés Vera. Ver las publicaciones de Editorial Escaparate.
3 La identidad política es un proceso complejo, por el cual “el actor social individual y colectivo orienta sus conductas,
organiza sus proyectos, construye su historia, […] en relaciones constantes con otros actores sociales, sin los cuales él
no puede definirse ni reconocerse” , es decir, en otras palabras, entenderemos que la construcción de la identidad política va
a ser el proceso de la edificación de un “nosotros” dentro de una determinada comunidad de sujetos, en donde se van
conjugando diversos elementos que constituyen el ethos de una determinada comunidad, una organización, una agrupación
de personas, en constante diálogo con elementos simbólicos, ideológicos, actitudinales, que encarnan proyectos políticos,
en el nuestro caso. La cita es extraída de: Cristina Moyano, El MAPU durante la dictadura. Saberes y prácticas políticas
para una microhistoria de la renovación socialista en Chile.1973-1989 (Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado
2010), 516.
4 Tal y como se sostiene en la introducción al libro Redes políticas y militancias, la Historia Política viene sosteniendo
una revitalización, desde la década de los noventa principalmente, en la cual se comienzan a analizar nuevos problemas
relacionados con la política, introduciendo al análisis ópticas de la historia cultural y de las mentalidades,
por ejemplo, y permitiendo el levantamiento de nuevos problemas, como el estudio de las subculturas militantes,
las identidades, el significado de la acción política, etc. Para un análisis más detallado, ver: Olga Ulianova (edit.),
Redes políticas y militancia. La historia política está de vuelta (Santiago: Ariadna-IDEA, 2012), 9.
5 Se entiende por Nueva Izquierda a la corriente política que nació al alero de la Revolución Cubana y se consolidó
posterior a ella. Se puede definir como aquel grupo de políticos, partidos y organizaciones en donde se conjugaron ideas
y matices que se contraponen a una Vieja Izquierda.Entendida esta última como una izquierda tradicional,
fuertemente influenciada por la vía pacífica hacia el socialismo. En ese sentido, se erige como respuesta a los planteamien-
tos hegemónicos conducidos por una izquierda principalmente comunista y pro-soviética, rescatando los principios
básicos del marxismo como lo son la opción por la lucha armada como mecanismo articulador del proyecto político. Para
un análisis más detallado revisar, por ejemplo: José Rodríguez Elizondo, Crisis y renovación de las izquierdas. De la
revolución Cubana a Chiapas, pasando por “el caso chileno” Santiago: Edit. Andrés Bello, 1995); Romeo Rey,
Bajo el signo del Che. Teoría y práctica de la izquierda en América Latina (Buenos Aires: Edit. Biblos, 2010), o investigaciones
de la historiadora Eugenia Palieraki.
6 La Revolución Cubana y la Guerra de Vietnam principalmente, las guerras de liberación nacional en África, etc.

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Matías Ortíz F.

estuvo compuesto por viejas experiencias Es en este contexto de fundación


de lucha política chilena7, fundando una y creación de la organización, que entre
nueva tradición enmarcada en el rescate los años 1965 y 1966 se realizaron dos
de antiguas tradiciones revolucionarias8. Congresos, instancias deliberativas en
De ese modo, sostenemos que en el las que se exponían los avances anuales,
MIR convergen dos generaciones políti- se programaban los quehaceres para el
cas que conviven y dialogan, formando año siguiente y se escogían las nuevas di-
un nuevo referente político en el país recciones de la agrupación. En el prime-
desde la unión de la experiencia política ro de ellos (el llamado “Congreso Cons-
con una nueva cepa de individuos que tituyente”) se armaron los lineamientos
permearán a la organización con nuevos de la organización como la “Declaración
matices. Por un lado una antigua genera- de Principios”, el “Programa del MIR”
ción, en donde destacarán viejos lucha- y una “Tesis-Político Militar”, escogién-
dores como Clotario Blest o Humberto dose, finalmente, los miembros para for-
Valenzuela y que aportaron, claramente, mar los puestos del Secretariado Nacio-
el andamiaje teórico-político a la orga- nal y del Comité Central. La mayoría de
nización, con un cierto apoyo de la jo- sus integrantes fueron parte de la “vieja
ven generación. En esta última, destacan generación”9. Por su parte, el Segundo
sujetos como Miguel Enríquez, Bautista Congreso (1966), no provocó grandes
Van Schouwen, Marcello Ferrada-Noli cambios a nivel orgánico, repotenciando
o Luciano Cruz, los que se incorporaron la cúpula orgánica con elementos de la
a la estructura orgánica en su fundación “generación antigua” e incorporándose a
y alcanzaron, hacia el año 1967, puestos ella algunos jóvenes. De ese modo con-
en el Secretariado Nacional y el Comité tinuaron en los lugares del Secretariado
Central. Nacional personajes como Enrique Se-

7 En efecto el MIR es fruto del agrupamiento de diversas organizaciones revolucionarias, como el Partido Obrero
Revolucionario (POR), la Vanguardia Nacional Marxista (VNM), Vanguardia Revolucionaria Marxista (VRM) o el
Partido Socialista Popular (PSP), evidenciándose una continuidad en los lineamientos de las mencionadas organizaciones
con la naciente organización. El miembro del Comité Central, Luis Vitale, expone este punto críticamente cuando men-
ciona que el andamiaje teórico-político del MIR responde a los planteamientos edificados por los trotskistas-miristas, ex-
militantes del POR, VRM, etc.: “Qué programa tiene el MIR, hay que leerlo. Un programa de la IV Internacional. Está
redactado por nosotros de puño y letra. ¿Cuál es el programa?, el Programa de Transición. ¿Qué carácter tiene la revolución?
Permanente. ¿Cómo será la revolución?, la revolución será socialista, combinación de tareas democrático burguesa con las
tareas socialistas. Ahí está el programa, aprobado, íntegro, sin ninguna modificación”. Extraído de entrevista a Luis Vitale, en:
Nicolás Miranda, Contribución para una historia del trotskismo chileno. 1929-1964 (Santiago: Ediciones Clase contra
Clase. 2000), 147.
8 Eric Hobsbawm y TerenceRanger, al referirse a la invención de una nueva tradición, dirán: “La ‘tradición inven-
tada’ implica un grupo de prácticas, normalmente gobernadas por reglas aceptadas abierta o tácitamente y de natu-
raleza simbólica o ritual, que buscan inculcar determinados valores o normas de comportamiento por medio de su
repetición, lo cual implica automáticamente continuidad con el pasado. De hecho, cuando es posible, normalmente
intentan conectarse con un pasado histórico que les sea adecuado […] En resumen, hay respuestas a nuevas situaciones
que toman la forma de referencia a viejas situaciones o que imponen su propio pasado por medio de una repetición
casi obligatoria.” En: Eric Hobsbawm, y Terence Ranger, La invención de la tradición (Barcelona: Edit. Critica, 1983), 8-9.
9 El primer Secretariado del MIR estuvo compuesto por Enrique Sepulveda, Gabriel Smirnow, Dantón Chelén, Oscar
Waiss y Humberto Valenzuela. Estos sujetos, junto a otros como Clotario Blest, tendrían al momento de la fundación
alrededor de 50 y 67 años. Por ejemplo los emblemáticos Humberto Valenzuela y Clotario Blest, dos de los individuos que
más aportaron a la creación de esta organización, al momento de la fundación del MIR tenían 56 y 67 años
respectivamente.

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El tercer Congreso del MIR: giro generacional...

púlveda, Humberto Valenzuela y Luis volver a caer en las frustraciones de no


Vitale, pero se filtraron a los puestos del hacer “la revolución en Chile”12.
Comité Central Bautista Van Schouwen,
Miguel Enríquez y Luciano Cruz, indi- En ese sentido, si el andamiaje
cio del avance que estaba sosteniendo la teórico y político fue creado en estos
generación joven. años fundacionales y no fueron altera-
dos profundamente en el discurso pos-
Es importante señalar acá que el terior de la organización, y que estos
andamiaje teórico-político del MIR fue eran, además, fruto de una revitaliza-
creado en esos Congresos, fundamental- ción de las experiencias políticas pasa-
mente en el primero, y que éste acom- das, fundamentalmente de experiencias
pañará a la organización desde su fun- disidentes de partidos tradicionales y
dación hasta nuestros días10. Por ello, es sistematizaciones trotskistas, cabría pre-
preciso exponer que la “vieja generación” guntarse ¿cuáles son los elementos nuevos
será la que ayude a configurar todo el que introduce la “generación joven” que
aparataje reflexivo. En ese sentido hemos llega a tutelar el MIR en 1967 luego del
querido llamar a aquel grupo de revolu- III Congreso? ¿Qué quiebres pueden
cionarios una generación que se caracte- verdaderamente verse entre un primer
rizó por el “pensar hacer” 11, es decir que, periodo, fundacional, y la tutela joven
debido a la experiencia histórica adqui- posterior? Evaluar este proceso y propo-
rida en sus luchas pasadas, estos sujetos ner una respuesta a la anterior pregunta
pusieron énfasis en la configuración de es el objetivo de este trabajo. Para esos
una organización que se esforzó en teo- fines se trabajó con testimonios escritos
rizar, discutir y construir el programa de de ex-militantes y documentos de la or-
la revolución socialista chilena, para no ganización política.

10 Organizaciones que hoy en día se autodenominan MIR continúan con la misma declaración de principios
elaboradas en 1965. Revisar, por ejemplo, declaración del MIR en el año 2008. “Porqué seguimos siendo MIR”,
disponible en el Centro de Documentación de los Movimientos Armados (www.cedema.org).
11 Esta conceptualización se refiere a la edificación de todo el aparataje político-teórico que la organización tendrá en su
fundación y que perdurará históricamente y en donde lo reflexivo tiene una importancia fundamental.
Este “pensar hacer” dice relación con la creación de la declaración de principios y de un programa político que
sentará las bases cardinales de la organización, perpetuándose hasta la actualidad y defendiendo lo que fue el MIR
y qué aspectos les hacían ser distintos a otras experiencias revolucionarias en ese contexto.
12 En este sentido se hace necesario hablar sobre Revista Estrategia, nacida en los años fundacionales del MIR. Esta revista
fue el órgano de discusión y reflexión de la “antigua generación”. Los números analizados así lo describen. Además, la
revista denota lo que venimos diciendo, la preocupación de una “vieja generación” por generar una discusión teórica
que enriqueciera el programa de la revolución socialista, inmolando la reflexión teórica como puntapié inicial para
impulsar la revolución, dando cuenta del “pensar hacer”. De ese modo, decía la Revista: “Estrategia no quiere ser una
revista informativa más, sino un órgano de elaboración teórica que contribuya a enriquecer el programa de la revolución
socialista chilena, para cuyo fin dará preferencia a los trabajos de investigación sobre la realidad chilena”. En: Revista
Estrategia, núm. 1, (Santiago, 1965). Por otro lado, es preciso anotar que cuando el MIR se divide los viejos revoluciona-
rios crearán la revista “Nueva Estrategia”, desde donde podemos inferir que la preocupación por tener un órgano teórico-
pedagógico era necesaria dentro del imaginario de esta generación. Sobre el “pensar hacer” revisar: Matías Ortiz Figueroa,
“Ser mirista, la construcción política del militante. 1965-1973”. Tesina de licenciatura, Universidad Andrés Bello, 2011.
Disponible on line en Red Interdisciplinaria de Estudios sobre Historia Reciente: http://www.riehr.com.ar/archivos/
Tesis/ortzmatas.pdf.

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Matías Ortíz F.

II. EL TERCER CONGRESO DEL MIR, RE- venes del MIR, señal de que una nueva
NOVACIÓN GENERACIONAL Y RE-ESTRUCTU- generación y aire político comenzaba a
RACIÓN ORGÁNICA. permear a la organización14.
El Tercer Congreso del MIR, Con esta nueva composición de la
realizado los días 7 y 8 de diciembre de organización, se evidenció lo que catego-
1967, comenzó con una intervención de rizamos como la “voluntad de actuar” 15,
Enrique Sepúlveda en la que se expuso es decir, una voluntad de materializar en
un balance de las actividades realiza- la práctica lo teórico e ideológico fundado
das hasta aquella fecha, discutiéndose en 1965. Este elemento se evidenció con
y aprobándose dos análisis del periodo la potencia impresa al trabajo de masas,
político que se vivía en aquel momen- la reafirmación de la violencia como vía
to13. Como última decisión, se escogió de construcción socialista y en la re-es-
al nuevo Secretariado Nacional y Comi- tructuración orgánica de la agrupación.
té Central. Para el cargo de Secretario Tres aspectos que sin duda permearán
Nacional, fue elegido Miguel Enríquez la militancia política del MIR, y que
y con él, los 14 miembros del Comité por ende serán nodos importantes en la
Central de los cuales destacaron Lucia- construcción identitaria mirista.
no Cruz, Bautista Van Schouwen, Luis
Vitale, Edgardo Enríquez, Sergio Zorri- En efecto, uno de los principales
lla, el “conejo” Grez, Patricio Figueroa aspectos del segundo periodo que sacu-
y Andrés Pascal Allende. La Dirección dió a la organización fue la potencia del
Nacional, por su parte, quedó compues- trabajo de masas que venía cultivándose,
ta por Enríquez, Van Schouwen, Cruz, lentamente, desde 1965. En este sentido,
Pérez, y Zorrilla, algunos de los más jó- como señala el ex Secretario General del

13 Luis Vitale presentó un informe sobre el desarrollo económico chileno, fuertemente influido por el análisis dependendista
y analizó la presidencia de Eduardo Frei como un gobierno seriamente desgastado debido al incumplimiento de las
promesas hacia los sectores populares. Por otro lado, se redefinieron algunos conceptos relativos a la tesis-política militar
del MIR de 1965, profundizando y discutiendo algunos puntos de ella, como el rol jugado por los sectores rurales en la lucha
armada. Luis Vitale, comenta: “Recuerdo que en el debate sobre la táctica para aplicar coyunturalmente la tesis insurrec-
cional a la situación política que vivía nuestro país, Miguel defendió el papel revolucionario que podían eventualmente
jugar los pueblos rurales, con el fin de aumentar el número de campesinos que podían entrar al proceso insu-
rreccional, basándose en las cifras de INDAP, organismo estimulado por el gobierno de Frei para acelerar la Re-
forma Agraria. Le contesté que era peligroso confiar en los pueblos rurales como fuerza revolucionaria, por cuanto
mis investigaciones y mi propia experiencia de relegado en Curepto (1963-64) indicaban que en dichos villorrios
habitaba una mayoría de capas medias, comerciantes, empleados público, escribanos, abogados y profesores prima-
rios, que neutralizaban las reivindicaciones campesinas” En: Luis Vitale, Contribución a la historia del MIR (Santiago: Instituto
de Investigación de Movimientos Sociales “Pedro Vuskovic”, 1999), 19. En las líneas retratadas se puede
apreciar una clara apelación a la experiencia histórica y a “lo teórico” e “investigativo” como argumento de autoridad al
relacionarse con una joven generación caracterizada por la “voluntad de actuar”, cuestión que más adelante detallaremos.
14 El promedio de estos individuos al asumir los roles como dirigentes del MIR bordea los 23 o 24 años.
15 Término acuñado por Eric Zolov, parafraseando a Greg Grandin. Revisar: Eric Zolov, Che Guevara’s Message to the
Tricontinental: Crossroads of a New Left, S/E, (agradezco al autor la aclaración de algunos de estos elementos). Sumado
a eso, Gabriel Salazar dirá que la joven generación, en la cual se inscriben los jóvenes miristas, se caracterizará por
una anomalía con respecto a las generaciones anteriores, esto debido a que “…la crisis del orden viejo, unido al efer-
vescente desarrollo de la vida democrática chilena desde mediados de los años 50, creaban, además, un marco de blan-
dura y permisividad relativa que hicieron practicable y aun ´legitimo’ el desenvolvimiento y la organización de con-
ductas rebeldes. En ese contexto, la generación del ´68 pudo transformar su anomia de ‘crítica’ en una forma magnetizada
de ‘vida alternativa’ y en una forma revolucionaria de ‘hacer política’. Gabriel Salazar, “De la generación chilena ´68: ¿om-
nipotencia, anomia, movimiento social?”. En, Proposiciones Vol. 12 (Santiago 1986): 99. Revisar también: Gabriel
Salazar y Julio Pinto, Historia Contemporánea de Chile, Vol. Niñez y Juventud (Santiago: LOM ediciones, 2002), 130

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MIR, Andrés Pascal Allende, la genera- un espacio de articulación política “ha-


ción joven centró su atención en que la cia afuera”, vinculada directamente a
organización se construyera a nivel na- distintos sectores sociales y no desde un
cional enraizándose fuertemente en los prisma asistencialista ni como un foco
movimientos de masas. Por lo anterior “iluminado” que depositara la políti-
este periodo se puede calificar, según ca revolucionaria, alejándose, desde su
Pascal, como “ la segunda fundación del propia visión, de las concepciones refor-
MIR” 16. Esta “segunda fundación”se mistas del trabajo estudiantil, cuestión
enmarcó en la lectura que la nueva ge- interesante a la hora de precisar a la cul-
neración hizo del periodo anterior. En tura política que se respondía. En este
este sentido, se recuerda que la antigua sentido, el periódico El Rebelde afirmaba
generación había forjado una actividad en septiembre de 1968 que:
revolucionaria demasiado pasiva y pro-
pagandística, afirmando que “en sus ini- “(…) El verdadero papel del movi-
miento estudiantil será romper este
cios el MIR no pasó a ser una oposición de círculo vicioso de statu quo, no irán
izquierda a la izquierda tradicional” 17. a los obreros como “activistas” elec-
torales ni como “guerrilleros en tre-
La masificación política en los gua”…irán para estar junto a ella en
frentes de masas se evidenció con más sus luchas periódicas reivindicativas
y estratégicas […] no limitándose
energía en el frente de estudiantes y de empíricamente a “ir a los obreros”,
pobladores. En efecto con la llegada de sino que elaborando una política
una nueva “camada” de revolucionarios para cada frente […] En caso alguno
se potenció el desarrollo de organizacio- el estudiantado es la clase motriz de
la Revolución…debe integrarse a la
nes de matriz mirista en estos dos sec- lucha19”
tores. En relación al avance en el sector
estudiantil, un ex militante del MIR re- Por su parte el trabajo con pobla-
cuerda que entre los años 1967 y 1968 dores también creció en este periodo.
existió un crecimiento explosivo en las Entre 1967 y 1969 se evidenció una in-
universidades de Santiago y Concep- serción mayor en el frente de poblado-
ción18, ejemplo de la permeabilidad de res. Su materialización se evidenció en la
esta generación y el diálogo interno que conducción de diferentes tomas de terre-
subyacía a esta misma. nos, en Santiago y ciudades importan-
tes20, y en la pronta aparición de líderes
En efecto, en este periodo el MIR poblacionales de matriz mirista. Víctor
comenzó a pensar a la universidad como Toro, destacado líder del MIR a nivel

16 Andrés Pascal Allende, Balance histórico del MIR y su lucha revolucionaria. S/E. p. 10
17 Ídem.
18 Enérico García. Todos los días de la vida. Recuerdos de un militante del MIR chileno (Santiago: Editorial Cuarto Propio,
2010), 23 .
19 El Rebelde N° 1, Santiago de Chile, Septiembre de 1968. Suplemento Estudiantil. Sin página.
20 Ricardo Frodden, dirá: “Entonces se logra consolidar [hacia 1969] una estructura un poco más solida, y a hacer un
trabajo ya no solamente estudiantil sino que también hacia el movimiento poblacional que se estaba generando, se dan
tomas espontaneas de terreno y nosotros nos organizamos y lideramos la toma más importante de Valparaíso, la toma de
Achupalla, que fue liderada por Carlos Díaz, y pudimos, a partir de este trabajo sindical que yo había iniciado en SAIR,

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Matías Ortíz F.

poblacional, recuerda que en esta época dación ratificó su opción por la vía ar-
se levantaron un buen número de diri- mada. Esa orientación llevó a debatir el
gentes poblaciones con base política en tema en el III Congreso de la organiza-
la organización roji-negra, como Her- ción. Humberto Valenzuela 23 recordó la
minia Concha o Lumi Videla, los que discusión sobre el carácter que tendría
fueron apoyados por los viejos militantes la violencia revolucionaria en Chile y
Humberto Valenzuela y Clotario Blest21. como ésta se iba a estructurar, ya que
si bien existían tesis que demostraban
Víctor Toro en su contribución a la factibilidad de ella y su posible desa-
la historia de la toma “La 26 de Enero”, rrollo, no existía una base para hacerla
refleja claramente cómo el MIR comen- práctica. En sus palabras:“no se contaba
zó a permear su política al mundo de ni con lo más elemental, es decir, con
los pobladores. Con todo, la actividad los guerrilleros entrenados y preparados
mirista en el sector poblacional se verá como tales. Mucho menos se contaba
representada en su máxima expresión con elementos materiales para llevar a
con la toma de terrenos “26 de Enero”, cabo esta empresa”24.
comandada, según se aprecia en diver-
sas fuentes, cien por ciento por el Mo- Con todo, el periodo que se abrió
vimiento de Izquierda Revolucionaria. con la secretaría de Enríquez inauguró
En efecto, la toma que se realizaba y que “la hora de la acción”. De ese modo,
daba paso a una población, era fruto de si entre 1965 y 1967 había primado la
una política mirista que comenzaba a retórica de la violencia, ahora, según el
orientarse a los frentes sociales, nutrién- MIR “joven”, llegaba la hora de “comen-
dolos de su ideología. Así lo recuerda zar las acciones armadas”25. Fue en ese
Víctor Toro: “El 26 de Enero de 1969, contexto que en 1968 se organizaron dos
después de una amplia labor vecinal, escuelas de guerrillas en el sur del país,
con los sin casas, los jóvenes y la conso- con contactos establecidos en Concep-
lidación de las células del MIR por todo ción que querían formar una guerrilla 26,
San Miguel, nos lanzamos a la Toma en montándose, además, un taller de arte-
el Fundo La Bandera”22. factos caseros y un “aparato de informa-
ción”, según afirmó Miguel Enríquez27.
Por otro lado el MIR en su fun- Sin embargo, la violencia revolucionaria

tomarnos la fábrica SAIR en el año 70, fines del 70, y pedir la expropiación”. Entrevista a Ricardo Frodden, ex miembro del
Comité Central, (miércoles 13 de junio, 2012). Ricardo Frodden es primo de Miguel Enríquez, fue militante
del MIR hasta 1991.
21 Víctor Toro, Historia de la toma de La Bandera “La 26 de Enero”. Disponible on-line en: http://www.generacion80.cl
22 Idem.
23 Humberto Valenzuela es uno de los más importantes y destacados dirigentes trotskistas de la historia de esta corriente
política en Chile. Fue candidato presidencial en 1941 y en 1946, fundador del POR y de la VRM, fue parte del primer
buró político del MIR.
24 Humberto Valenzuela, Historia del movimiento obrero chileno (Santiago: Edit. Quimantú, 2008), 135.
25 Una reflexión más acabada sobre este proceso se encuentra en nuestro trabajo: Matías Ortiz Figueroa, “La violencia
en la construcción identitaria mirista, una perspectiva generacional (1965-1969)”, Revista Izquierdas, núm. 15,
www.izquierdas.cl, (Santiago 2013): 125-140.
26 Palieraki, La opción por las armas…, 4
27 Miguel Enríquez, Algunos antecedentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). S/D .

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se vio plasmada en otros actos, que no cursos para la causa revolucionaria, sino
tuvieron que ver ni con guerrillas rurales que también se difundía el mensaje po-
ni con guerrillas urbanas. lítico-revolucionario, llamando la aten-
ción de la prensa y la opinión pública.
En efecto, ésta violencia se plas- Es decir, como se puede rastrear en los
mó en la recuperación28 a bancos para discursos de la época, una lógica que in-
financiar las actividades revolucionarias, tentaba subvertir la antecesora dinámi-
las que se convertían en una forma de ca política de la organización, donde la
propaganda político-armada. De ese práctica concreta de los aspectos teóricos
modo, como recuerda Enérico García, la no existía. No es de extrañar que estas
primera acción se realizó un 15 de julio
prácticas rompiesen con las lógicas de
de 1969, día en que según García “ ha-
la política tradicional y de la izquierda
bíamos dado un salto cualitativo a nuestro
“reformista”. En este sentido Punto Fi-
accionar” 29. Por otro lado, estas acciones
nal recordó que Luciano Cruz afirmaba
estuvieron fuertemente influidas por
que aquellas actividades eran “una bur-
organizaciones revolucionarias latinoa-
la a la autoridad misma del Estado…así
mericanas, denotando el fuerte influjo
que organizaciones de la Nueva Izquier- como el ataque más implacable al estilo
da latinoamericana ocasionaron en el y método de los partidos de la izquierda
MIR, las que estaban orientadas, tam- tradicional”31
bién, bajo las influencias y enseñanzas
Por otro lado, a la par de la poten-
de Cuba y experiencias políticas símiles.
cialización del trabajo de masas y de la
García recuerda que las recuperaciones
exacerbación del fenómeno de la violen-
estaban pensadas“dentro del tipo de ac-
cia, la organización experimentó cam-
ciones que realizaban los Tupamaros en
Uruguay, operaciones siempre limpias bios en su orgánica inicial, ocasionando
[...] inspirados en esa experiencia había- cambios en su estructura vertebral. De
mos elaborado el plan operativo”30. ese modo producto del “recambio” ge-
neracional, se comenzaron a evidenciar
En este sentido, el MIR legitimó auto marginaciones y expulsiones de
estas acciones pues eran una forma de militantes. Pedro Naranjo recuerda que
propaganda armada donde el discur- el hecho de que el sector joven asumiera
so político se socializaba a través de las la dirección, significó que sujetos de la
mismas prácticas. Es decir, mediante es- “vieja generación” tomarán la decisión
tas actividades no solo se generaban re- de seguir militando y continuar como

28 Actividades de financiamiento que consistía en el robo a instituciones financieras.


29 García, Todos los días de la vida. Recuerdos de un militante... 35.
30 Idem. Al respecto, también se pueden encontrar elementos que inscriben al MIR dentro de una lógica más amplia
de lucha, a nivel latinoamericano. En efecto en el relato de Frodden se logran encontrar la articulación que grupos
de “nueva cepa” comienzan a tener con las experiencias históricas de otros grupos que apostaban por un camino semejante.
En este caso, los uruguayos del MNL Tupamaros: “[…] también ahí se definió una línea táctica intermedia, el hecho
de que ‘vamos a formar grupos políticos militares y vamos a trabajar desde la perspectiva de algo semejante
de lo que están haciendo los uruguayos de la lucha guerrillera urbana […] los Tupas tenían una experiencia ya acumulada
de años de trabajo clandestino en ese sentido”. Entrevista a Ricardo Frodden, miércoles 13 de junio, 2012.
31 Punto Final, núm. 87, Septiembre de 1969, “Gánsters o…”.

98
Matías Ortíz F.

una “oposición interna” o de separarse ción y el resto de la oposición acusó a


paulatinamente de la organización. la dirigencia de la formulación de ésta
operación, para asegurar y mantener sus
En ese contexto, algunos de los que puestos. De este modo, la oposición in-
tomaron esta última decisión fueron “… terna realizó un “Congreso fraccional”
Enrique Sepúlveda, Óscar Waiss, Hum- en donde participaron las minorías de
berto Valenzuela, Martín Salas, Gabriel los Comités Regionales de Valparaíso,
Smirnow, ClotarioBlest, Edgardo Con- Coquimbo y Santiago y lo que originó
deza, Jorge Cereceda, Martín Salas, el que el Comité Central, en su mayoría,
“Pelao” Zapata, Mario Lobos y otros”, expulsara a la disidencia un día 25 de
perdiéndose gran parte de la“experiencia
julio de 196935.
histórica, capacidad política e ideológi-
ca acumulada en largos años de mili- Esta situación se debe entender
tancia”32. Por lo tanto, a partir del ar- dentro de un contexto en donde las ten-
gumento de Naranjo podemos afirmar siones entre los grupos que coexistían en
que la generación “joven” vio en la vieja el MIR 36 eran importantes. Esas discu-
generación un bloque experimentado y siones producían que se agilizaran las
con una considerable capacidad polí- tensiones gestadas desde la fundación y
tica, esmerada en crear, como dijimos, hacían claras las diferencias con el sector
el sustento teórico-político de la nueva del trotskismo produciendo la inevi-
organización. Lo anterior nos lleva a
tabilidad de trabajar en una organiza-
pensar que el cese de la circulación de la
ción común. En ese contexto, el grupo
revista teórica Estrategia33, luego de este
marginado creó el MIR-FR conducido
fenómeno, y el fraccionamiento que más
por Humberto Valenzuela, que trabajó
tarde sacudiría a la organización, son
para la campaña de Salvador Allende37.
símbolos de la crisis que se comenzaba a
El Movimiento Revolucionario Manuel
experimentar en el MIR.
Rodríguez (MR-2) también fue creado
Por otro lado, junto a la salida por una disidencia del MIR 38.
de antiguos militantes, el rapto del pe-
riodista Osses Santa María ocasionó la Posterior a esas escisiones se evi-
clandestinización de la organización34. denció una considerable merma en la
Bajo ese fenómeno, la antigua genera- militancia(un 30% de los militantes de

32 Pedro Naranjo, et. al. Op. cit. p. 53.


33 Revista Estrategia dejo de circular en 1968.
34 El día seis de junio de 1969, un grupo perteneciente al Regional Concepción del MIR, raptó al periodista demócra-
tacristiano Hernán Osses Santa María, quien constantemente había estado hostigando a miembros de la organización
en la prensa. Luis Vitale recuerda que el periodista penquista escribía agravios como que “Luciano Cruz es un extremista
alocado”, o que“Bautista Van Schouwen es un maquiavelo”, lo que generó que un grupo de miristas lo secuestrara y luego
de unas horas lo tirara desnudo a la salida de la “fiesta de las flores” que se hacía en Concepción, como forma de amedrentarlo.
35 Estos datos son ratificados en el documento. “Respuesta a un documento emitido por la “Colonia” de Valparaíso”.
En: “Miguel Enríquez, Con vista a la esperanza” (Concepción: Ed. Escaparate, 1998), 366.
36 Antiguos militantes –de raíz trotskista fundamentalmente– junto a la “generación joven”.
37 A nuestro parecer, la existencia de este grupo refleja también las tensiones programáticas y de “vías” que entre las generaciones
se daban. Bajo ese enfoque, no es de extrañar que la nueva organización comandada por Valenzuela se plegara
a la campaña de Allende.
38 Este último grupo con líneas principalmente foquistas decidieron convertir la organización en un grupo operativo,
sin Dirección Nacional y con acciones militares al minuto (así los recuerda Enérico García).

99
El tercer Congreso del MIR: giro generacional...

Santiago y un 20% de toda la fuerza “Durante sus dos primeros años de


partidaria a nivel nacional). La reestruc- vida […] el MIR fue un polo de re-
agrupación de sectores radicalizados
turación orgánica se acercaba producto de la izquierda. La unidad […] esta-
de las diferencias políticas que no se ha- ba dada por el rechazo al reformismo
bían resuelto desde 1965 y que afecta- […] Pero a la vez, estos elementos
eran insuficientes para una organi-
ron la convivencia interna. Así, la nueva zación que aspiraba a convertirse en
estructura, aunque con menos militan- una alternativa revolucionaria […]
tes, permitiría el fortalecimiento de la Faltaba una claridad y unidad de ac-
ción estratégica y táctica, construir
unidad interna, que, con un sello dado un instrumento organizativo adecua-
por la joven generación, caracterizaría el do para esa acción revolucionaria”40.
periodo.
En ese mismo sentido, Enríquez
En efecto, junio de 1969 trajo la afirmó que el rendimiento de las tareas
expulsión de gran parte del sector trots- de la organización hacia el año 1969
no pasó del 50% y que se continuaron
kista y la consecuente discusión sobre la
produciendo tensiones que hacían im-
composición de la organización que de-
posible el trabajo dentro de la organiza-
bía construir la revolución socialista en
ción41. Por esas razones, el Secretariado
Chile. Así, pronto se llegaba a la conclu-
Nacional concluirá que era necesario re-
sión de que en las condiciones en que se estructurar la organización y convertirla
encontraba la agrupación para la fecha, en una que cumpliese con los objetivos
no podría liderar la revolución chilena, planteados desde 1965. En este sentido,
pues estaba constituida, desde 1965 y entre los meses de mayo y junio de ese
parafraseando al Secretario General, mismo año se produjeron grandes cam-
Miguel Enríquez, por “varios partidos”, bios a nivel orgánico en el MIR que re-
“grupos” y “fracciones” políticamente estructuraron la formación del partido
divergentes, e incluso orgánicamente en función de que fuese capaz de liderar
diferenciadas39. Por lo tanto, el MIR la “revolución chilena”. Guillermo Ro-
señaló que la constitución vigente de la dríguez, militante del MIR desde 1968,
organización para esa fecha no era una señala que la lectura que la agrupación
herramienta viable para dar paso a la realizó del periodo, más las propias con-
acción revolucionara, es decir, a la cons- tradicciones que se producían en el mis-
trucción “verdadera” del proceso que lle- mo seno de ella, hicieron necesaria una
varía a la revolución chilena triunfante. reestructuración para aproximarse a la
Andrés Pascal Allende recuerda algunas construcción del socialismo:
características de las insuficiencias que la “El MIR también estaba sacudido
organización tenía en el primer periodo: por contradicciones. Manteníamos

39 Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Algunos antecedentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria.


1965-1971, Marzo de 1971. Documento escrito por Miguel Enríquez a modo de esquema general para construir
en el futuro una Historia del MIR.
40 Andrés Pascal Allende, Balance histórico del MIR y su lucha revolucionaria. Documento para el IV Congreso
Nacional del MIR. s/e. p. 11. Las cursivas son nuestras.
41 Alguna de estas tensiones eran la omisión de acciones armadas por la oposición que algunos miembros
a la clandestinidad o por la poca vinculación que el MIR había desarrollado en el movimiento de masas.

100
Matías Ortíz F.

un pie en la estrategia insurreccio- es a la vez el único vínculo que nos une:


nal y un ojo puesto en la lucha de hacer la Revolución y para ello iniciar la
las masas –no en vano la consigna de lucha armada al más breve plazo posi-
la época era ‘Insurrección o Morir’.
Pero el otro ojo estaba puesto en la ble”43. De ese modo, se reconoció que
lucha armada, en la necesidad de asu- las distintas tensiones fraccionales que
mir, de una vez por todas, un camino coexistían dentro del MIR, estaban di-
que significara avanzar en una con-
cepción estratégica del poder. Y ana- ficultando el objetivo general que desde
lizando estas cuestiones en el grupo, un comienzo se habían propuesto y que
concluíamos que no había más escu- era lo único que unía a distintas matri-
sas: las condiciones objetivas estaban ces político-culturales, es decir, hacer la
maduras y sólo se requería avanzar
[…] ‘Sólo una revolución entre no- revolución.
sotros hará posible la revolución
chilena’ es el título del documento, Así el MIR reconoció la debilidad
cuartilla mimeografiada que comen- de su composición orgánica pues no exis-
zamos a estudiar entonces. Caluga tían “estructuras intermedias suficientes
confidenció un día que era la pluma
de Bautista Van Schouwen. Al menos y participantes; existe descoordinación
yo sentía que ahora sí, el MIR, era relativa entre los aparatos políticos, in-
un verdadero instrumento orgánico termedios y especiales, más aún entre las
para la lucha y comenzaba a adquirir distintas regiones del país”44. Además los
forma”42.
problemas tendenciales (la existencia de
En efecto, el documento comenzó distintas visiones y generaciones políti-
demostrando que la organización había cas) no se resolvían y, llevados a un terre-
llegado a tener un gran desarrollo orgá- no político y orgánico, sólo generaban
nico y político en sus cinco años de vida confusión en la organización. La debili-
y que la situación política nacional im- dad del grupo pasaba también por la in-
ponía nuevas tareas y plazos, donde se suficiente formación política que los mi-
debían cumplir rápidamente ciertas la- litantes recibían, por el lastre de cuadros
bores para la construcción de la revolu- públicos y la falta de medidas de clan-
ción. El documento señaló la continui- destinidad, lo que impedía actuar como
dad con el Programa y con la Estrategia una organización revolucionaria “mar-
revolucionaria que había sido fundada xista-leninista”. Ante eso, el MIR era
en 1965, pero afirmaba categóricamen- categórico: era necesaria una revolución
te que las confusiones y las diferencias orgánica, un cambio rotundo en la es-
en torno a la proyección del “qué hacer” tructura de la organización. Se debía
se tornaban cada vez más agudas entre entrar a una nueva etapa depurando lo
los diferentes polos de la organización que “impedía caminar” y aceptando el
“pudiendo llegar a impedirnos cumplir periodo como una crisis. Una crisis que
con el único objetivo que justifica nues- forjaría el nuevo partido que haría la re-
tra existencia como organización y que volución en Chile:

42 Guillermo Rodríguez, De la Brigada Secundaria al Cordón Cerrillos (Santiago: Edit. Universidad Bolivariana, 2007),
18. Las cursivas son nuestras.
43 Sólo una revolución entre nosotros puede llevarnos a una revolución en Chile. p. 1.
44 Ibid., 16.

101
El tercer Congreso del MIR: giro generacional...

“…la crisis de toda organización que Bajo ese escenario, la solución era
de su infancia entra a la madurez y una sola: las cuestiones políticas debían
sólo ahora puede actuar responsable estar cien por ciento ligadas a las cues-
y efectivamente, es el salto doloroso
de la prehistoria orgánica y política, tiones militares, asegurándose la edifica-
a la historia de nuestro movimiento. ción de un verdadero partido marxista-
Muchos quedarán atrás, otros que- leninista, el que debía caracterizarse por
rrán irse; podremos incluso, y a pesar
nuestro, ‘dividirnos” y así aparentar ser cohesionado orgánicamente, suma-
‘retroceder’; no es lo positivo, pero si mente disciplinado y eficaz en su accio-
fuera necesario: ¡Adelante!”45. nar47. En la nueva orgánica no existiría
espacio para tendencias disímiles, com-
En ese contexto, el MIR propuso
prendiéndose que la homogenización
realizar una revisión de lo que había sido
política será un aspecto fundamental en
la organización para luego formular las
la nueva composición del MIR. Si antes
posibles salidas a los problemas estruc-
la heterogeneidad política había caracte-
turales planteados. En consecuencia, se
rizado a la organización, ahora se debía
analizó lo que había sido la organización
procurar eliminar esos “lastres”:
hasta ese momento, dejándose ver que
desde 1965 hasta 1967 el MIR había “…los objetivos son los mismos, las
sido demasiado flexible en la concepción prioridades y los métodos son los di-
del partido y que no había estado en las ferentes. El volumen relativo de ‘ta-
reas especiales’ debe aumentar enor-
condiciones de convertirse en este tipo memente. La ‘tareas especiales’ deben
de organización, como tal. Aquella dis- dejar de ser privativas de un sector de
cusión se hizo bajo la comprensión de la organización para transformarse
en el problema de la mayor parte del
un partido desde el lente del marxismo- Movimiento. Las cuestiones políti-
leninismo, es decir, como la “vanguar- cas estarán estrictamente ligadas a las
dia del proletariado” o, en palabras del tareas especiales. La integración de lo
Comité Central, una “…agrupación de político y lo militar se hará una reali-
dad. […] No habrá más espacio para
hombres que se organizan para hacer la las tendencias demasiado divergen-
revolución, para cumplir con sus etapas tes. La organización deberá adquirir
(preparación, conquista del poder y con- una relativa homogeneidad política:
solidación de este…”46. De este modo, solo los matices y los desacuerdos
apuntó la joven Dirección Nacional, menores podrán subsistir48”.
la estructura partidaria era heredera de En este sentido, el MIR debía pa-
una federación de grupos, que había he- sar a ser prioridad para sus militantes, los
cho del movimiento una organización que debían asumir tareas de clandestini-
blanduzca. Este tipo de organización, en dad y cumplir con todos los mandatos
definitiva, no podría concretar el pro- que el partido propusiera. De este modo,
yecto político construido. podemos afirmar que la estructura par-

45 Ibid., 5.
46 Ibid., 24.
47 Para un análisis detallado sobre la vanguardia revolucionaria y el partido, ver: Vladimir Ilich Lenin, ¿Qué hacer? Problemas
candentes de nuestro movimiento (Buenos Aires: Edit. Nuestra América, 2004), 180 en adelante.
48 Sólo una revolución entre nosotros…, 10.

102
Matías Ortíz F.

tidaria asumía el carácter marcadamente lución. Aspecto que analizaremos en el


leninista del que se había jactado desde acápite siguiente.
su composición. Es decir que, si bien el
lente teórico que la organización ocupó
siempre para componer su matriz políti-
III. UNA REVOLUCIÓN EN EL MILITANTE:
co-cultural fue el marxismo-leninismo, EL “HOMBRE NUEVO” EN EL MIR
las concepciones del partido estuvieron
bien alejadas de esta perspectiva políti- El cambio en la estructura del
ca. Esto ya que si analizamos, a grandes MIR permeó el tipo de militancia. En
rasgos, los componentes de un partido efecto, no sólo la organización cambió
marxista-leninista veremos que este sólo en su modelo estructural y etario, sino
se vio materializado desde la reorgani- también se plasmó un giro en la mili-
zación partidaria de 1969. En efecto tal tancia que experimentó la organización.
como sostiene Sergio Sánchez y Jorge De ese modo, se comenzó a fraguar un
Alonso, el partido leninista debía cons- tipo de militancia que hasta ese momen-
tituirse como una organización de cua- to no se había contemplado como una
dros selectos, en donde la disciplina in- política de organización. Así, términos
terna fuera una constante a la vez que se como profesionalización de las tareas po-
aceptaran los designios del partido con lítico-revolucionarias y las referencias a
una vinculación intrínseca con el movi- la construcción de un militante ejemplar
miento de masas49. que hundía sus raíces en las conceptua-
lizaciones de Ernesto Guevara sobre el
De este modo, sostenemos que la hombre nuevo50, fueron constantes en la
agudización de la lectura marxista leni- experiencia militante desde el quiebre de
nista del partido revolucionario se dio en 1969.
el MIR en esta época, ya que desde aquí
podemos comenzar a presenciar una De este modo, bajo el tipo de mi-
estructura partidaria político-militar, litancia que se habían construido desde
donde el sujeto que entraba a la orga- 1965 según la “joven generación” con-
nización debía someterse a los designios ducida por Enríquez51, es que se sostu-
que el partido revolucionario estipulase. vo una discusión que tenía como raíz
Es decir, asistimos a la regularización de el hecho de que un grupo con aquellas
cuadros, donde cada hombre es funda- características militantes no podría ha-
mental en la construcción de la revo- cer la revolución en Chile. Es decir, no

49 Si bien está sancionado cuales son las prácticas políticas que se unen a la militancia leninista, se puede revisar el texto:
Sergio Sánchez y Jorge Alonso, Democracia emergente y partidos políticos (México: Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores de la Casa Chata, 1990), 12-13.
50 El Hombre Nuevo se refiere a la sistematización que el “Che” Guevara realizó de un conjunto de principios que formaron
parte de una estructura militante cuyos principales ejes recayeron en la moral y en la ética política/militante.
Su preocupación recaló en la construcción de un sujeto revolucionario que, en una relación dialéctica, mezclara
la libertad con el sacrificio y el deber moral con la necesidad revolucionaria.
51 Es decir, una organización “blanduzca” que hasta el recambio generacional “…tenía por base a todo tipo de ‘militantes’,
donde no se realizaba ningún tipo de selección para el ingreso; así habían ‘aficionados a la revolución, descomprometidos
intelectualoides, etc”. En: Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Algunos antecedentes del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria. 1965-1971, Marzo de 1971

103
El tercer Congreso del MIR: giro generacional...

podría cumplir el “objetivo final” (hacer se evidenciarán en la regularización de


la revolución) un grupo desorganizado, los cuadros. Así, la auto-transformación
que no incluyese los aspecto militares pasó por la idea de construir al nuevo
en el accionar político o que no tuvie- militante, que reuniera todas las condi-
se una selección rigurosa en el ingreso ciones que un partido de vanguardia,
de militantes, por ejemplo. La expulsión marxista-leninista, imponía. Las tareas
de los elementos disidentes embarcaba a de cada militante debían regularizarse
la organización a una re-estructuración en función de un partido de cuadros
orgánica donde el tipo de militante del político-militares, y en consecuencia, la
partido será un elemento sustancial ape- actitud de cada militante debía ser pro-
lándose, por ello, a la redefinición y re pia de un “profesional de la revolución”.
caracterización de la militancia política, Debido a ello, exponía la Dirección, la
entendiendo que uno de los aspectos organización “re-nacía”, por lo tanto
fundamentales del sujeto que haría la las tareas y la relación del militante con
revolución sería la entrega sacrificial al ellas serían completamente distintas a la
proyecto revolucionario. etapa anterior, cambiando los grados de
responsabilidad que el sujeto debía de-
En efecto, el documento “Sólo mostrar con el partido e imbuyéndose
una revolución entre nosotros puede en un “alto espíritu de sacrificio”.
llevarnos a una revolución en Chile” no
sólo re-organizó la agrupación en térmi- El militante del MIR ahora debía
nos de estructura partidaria, sino que entregarse por entero al proyecto revolu-
también sentó las bases para redefinir cionario, cumpliendo todas las normas y
el rol que cada hombre debía jugar en la deberes que la organización imponía. En
organización que realizaría la revolución este sentido, no bastaba con cumplir pa-
chilena. De este modo el MIR apelando sivamente algunas tareas que el partido
a la experiencia que había construido en les exigía sino que todo se debía enmar-
los periodos anteriores (esto es, la cons- car en actitudes propias de un cuadro
trucción de todo el andamiaje teórico- revolucionario, entendido este como un
político en un diálogo con la genera- sujeto sacrificado y virtuoso, entregado
ción antigua situación que nos permite a las tareas político-militares de forma
hablar de continuidades generacionales absoluta. En términos de leninismo, el
en términos teórico-políticos), decidió militante mirista debía ser el “tribuno de
auto transformarse para poder lograr la plebe” 52.
los objetivos planteados. En este senti-
do, la organización protagonizó un giro Por ello se reglamentó el ingreso
en términos de militancia política, que a la organización haciéndose necesario

52 A propósito de este término, Lenin afirmaba: “El ideal del socialdemócrata [militante comunista en aquel 1902]
no debe ser el secretario de tradeunion, sino el tribuno popular, que sabe reaccionar contra toda manifestación de
arbitrariedad y de opresión, dondequiera que se produzca y cualquiera que sea la capa o la clase social a la que afecte;
que sabe sintetizar todos estos hechos para trazar un cuadro de conjunto de la brutalidad policíaca y de la explotación
capitalista; que sabe aprovechar el menor detalle para exponer ante todos sus convicciones socialistas y sus
reivindicaciones democráticas, para explicar a todos y a cada uno la importancia histórico-mundial
de la lucha emancipadora del proletariado”. Lenin, ¿Que hacer?..., 46.

104
Matías Ortíz F.

“pasar por un mes de simpatizantes (no Como vemos, la nueva confor-


organizados), dos meses de aspirante mación de militancia que se comenzó
(organizados) y luego de militantes de a experimentar desde 1969, fue una es-
unidades políticas (organizados)…”53. tructuración que definió al nuevo mili-
Es decir, luego de la crisis orgánica no tante, en palabras del leninismo, como
cualquiera podía entrar a ser militante, un profesional de la revolución y en cuan-
al contrario, se debía pasar por una serie to a profesional de la revolución este de-
de protocolos que definirían las aptitu- bía cumplir con una serie de protocolos
des de los sujetos y si estas eran idóneas que definía el partido. En torno a eso es
para convertirse en militante o no. Es posible sostener que será en este periodo
decir, una militancia que pasará, en gran donde se fragüe una parte importante de
medida, por cuestiones de carácter acti- la identidad militante en el MIR, pues
tudinal. De este modo el intento de pro- es en este periodo en donde se comienza
fesionalizar a los militantes se materiali- a pensar al mirista como un sujeto abne-
zó y en consecuencia, se planteó como gado, entregado por entero a la causa re-
eje una nueva dinámica de militancia volucionaria. Esto no implica que en los
que reunía características especiales. Así, años anteriores no se construyera parte
actitudes y representaciones de la mili- de esta identidad. Es más, creemos que
tancia en el mundo de “lo social” y en la buena parte de la configuración militan-
“cotidianidad política” eran claramente te está dada por los principios teórico-
importantes: políticos que se gestan desde 1965. Esto
“El tipo de militante que entrará al explica que la identidad política del mi-
MIR debe ser diferente al de antes. litante y la configuración de la militan-
Los aficionados deberán abandonar cia revolucionaria en el MIR no fue un
la organización. No será suficiente bloque pétreo, más bien esta fue resca-
respetar pasivamente los horarios de
reuniones. No se ingresará ni se hará tando continuamente distintos elemen-
abandono del partido de cualquier tos de distintas coyunturas que fueron
forma. La entrega de sí mismo debe- posibilitando una militancia dinamiza-
rá ser total. La organización decidirá da, llena de continuidades a las que se les
si un militante debe o no trabajar o
estudiar, o dónde habitar, etc. […] incorporan nuevos elementos55.
Es la única manera de constituir una
organización sólida, disciplinada, En este contexto se fue tejiendo
eficaz, capaz de discutir menos y de entre los adherentes al proyecto político
operar en plena clandestinidad. Es
esta organización la que realizará ac- mirista una necesidad de entrega absolu-
ciones e iniciará la guerra de clases en ta a la causa revolucionaria y al proyecto
Chile”54. que encarnaba el MIR, es decir otra per-

53 Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Algunos antecedentes ...


54 “Sin lastre avanzaremos más rápido”. Extraída de: Pedro Naranjo et.al., Miguel Enríquez…, 62.
55 Es posible afirmar que en la militancia del Movimiento de Izquierda Revolucionaria existen diversas continuidades
políticas a las que se les incorporan nuevos elementos, como una suerte de collage identitario compuesto de diversos
trozos “experienciales”. Es decir, que existe un rescate de elementos antiguos, como el trotskismo y las tradiciones
revolucionarias de los cincuenta a las que se les incorporan elementos como la “voluntad de actuar” o la militancia
sacrificial, enmarcada en la creación de nuevo hombre.

105
El tercer Congreso del MIR: giro generacional...

cepción de militancia que fue nutriendo lia y en Bernardita [su novia], pero
la identidad política enmarcada en una no dudé al asentir”57.
entrega sacrificial y en una inmolación al En ese contexto, la voluntad sa-
proyecto político. En este sentido, se fue crificial se manifestó también en la re-
construyendo una voluntad del sacrificio lación con la ética militante, enmarcada
que iría tornándose cada vez más nece- en los principios heredados del gueva-
saria a medida que los plazos políticos rismo, que cobijados en la creación de
se acortaban y que el periodo de masas un “Hombre Nuevo” generó un fuerte
imponía. imaginario colectivo de cómo debía ser
De este modo y como recuerda el sujeto que adquiría el compromiso de
Guillermo Rodríguez, el MIR comenzó trabajar por y para la revolución. De este
a realizar entrevistas a los cuadros polí- modo, valores como la solidaridad, el sa-
ticos que ya estaban incorporados en la crificio, el amor y la entrega total., fue-
estructura partidaria y, herméticamente, ron parte del icono al que debía aspirar
les señaló las tareas que debían cumplir todo revolucionario y el MIR no estuvo
y si estos estaban dispuestos a entregarlo ajeno a adquirir estos matices.
todo por ellas o no. En este sentido, Ro-
dríguez recordó que a inicios de 197156 En efecto, las alocuciones en dis-
fue convocado por la organización a una tintos documentos o memorias de ex mi-
reunión en una casa cercana al Regi- litantes sobre los valores que encarnaban
miento Tacna, que lucía una fachada de estos sujetos, generalmente se centraron
“Centro de Estudios Bíblicos”, aspecto en el hombre nuevo y en la militancia
importante si se compara con la necesi- sacrificial que debía representar el pro-
dad de compartimentar la organización: pio mirista. Así, los nuevos valores que
el sujeto de la futura sociedad comunis-
“Tocó mi turno, y entré. Estaba par- ta debía personificar, estaban concentra-
te de la Comisión Política, y Miguel
Enríquez encabezaba la conversa- dos en los miristas y particularmente,
ción. Sergio Pérez, el “Chicope” ha- o al menos así se deduce de los relatos
cía una reseña de cada militante para y documentos revisados, en los líderes
informar a los restantes miembros de
la dirección. Luego hablaba Miguel de masas. De esa forma, la cultura mi-
preguntando si uno estaba dispuesto rista representaba una nueva forma de
a asumir una tarea necesaria para la comprender la política, enfrascada en
organización y que significaba dejar cuestiones cien por ciento actitudina-
la familia, los estudios, los hijos, en
definitiva todo, por un tiempo inde- les, como mencionábamos, es decir en
terminado. Explicaba que para man- una nueva forma de expresarse ante el
tener la compartimentación, en caso mundo y ante el resto de los semejantes
de que fuese negativa la respuesta, no
podía explicar de qué tareas trataba. y las culturas políticas del contexto. Así
Pensé algunos segundos en mi fami- lo expresó Carlos Liberona, al decir que:

56 Si bien la fecha recordada por el ex mirista se aleja de la fecha estudiada en el presente estudio, afirmamos que el
hecho sucedido es una réplica de las discusiones comenzadas a mediados del año 1969, por el carácter del enunciado,
los personajes que se referencian y el formato de la reunión.
57 Rodríguez, Op. cit. p.35.

106
Matías Ortíz F.

“Los miristas vivían en una cultura En este sentido la muerte de al-


militante todo el día. Había dirigen- gunos dirigentes y militantes, expresó la
tes, como el Chico (Sergio) Pérez, que
no querían que los militantes tuviera condensación de los elementos actitudi-
un minuto libre… Y en los campa- nales que todo revolucionario debía ad-
mentos, tenían que comer escondi- quirir en su rol de militante político-re-
dos porque no aguantaban más. Era volucionario. De este modo, incluso los
un grupo juvenil y a la gente le gustaba
la idea del sacrificio. La parte mística valores normales pasaban a tener otro
era un componente muy fuerte, no significado, este significado era, el revo-
podías hablar sin tener coherencia, lucionario. En este sentido se desprende
la del Che, la de Miguel, etc. Vivir
como uno hablaba, esa era la cues- que la ética no debía ser cualquier ética,
tión sobre la cual todo el mundo te debía plasmarse en el militante una ética
vigilaba. El mirista era un gallo muy revolucionaria. La muerte, si era por la
integro, que en general no mentía, revolución, no era cualquier muerte, era
eran solidarios hasta el extremo, las
relaciones internas eran muy afecti- una muerte heroica, una muerte revolu-
vas”58. cionaria. En ese sentido, por ejemplo, el
Como versa el relato de Liberona, fallecimiento de Arnoldo Ríos represen-
la imagen de Miguel Enríquez y del Che taba un mensaje para los militantes, un
Guevara se conjugaba en actitudes va- ejemplo de lucha, en síntesis, un deber
lóricas particulares que nutrían la iden- ser. Así, el revolucionario muerto se con-
tidad y la cultura política del militante. vertía en un mártir y en un ícono al cual
De este modo, el ser mirista significaba se debía aspirar, rescatando lo mejor de
reproducir valores del Hombre Nuevo, su entrega:
como los representados por el “Chico” “El dolor de los revolucionarios ante
Pérez (histórico dirigente mirista) y su la muerte de un compañero es un sen-
tarea como líder de masas, convirtiéndo- timiento difícilmente expresable…
se en un profesional de la revolución. Es Para nosotros la vida de un hombre
y la vida de un revolucionarios son
decir la actitud sacrificial que habían ad- valores de la más alta significación…
quirido al aceptar la militancia política, Nuestro compañero, mientras estuvo
la imagen del profesional de la revolu- en vida se entregó por entero y con
ción que debían construir en la cotidia- todo el sacrificio a la lucha por los in-
tereses de los trabajadores del campo
nidad de sus “luchas”, debía plasmarse y la ciudad….A partir del sacrificio
en la vida y en el esfuerzo cotidiano de de nuestro compañero no debemos
su causa política, procurando permear dejar emerger sólo lamentos…debe-
al resto de la militancia, socializando mos obtener la fortaleza, la unidad
los discursos, pero, fundamentalmente, y la serenidad para seguir el camino
que él comenzó, y continuar nuestra
ejemplificando y encarnando la práctica lucha hasta terminar con la explota-
revolucionaria. ción del hombre por el hombre…”59.

58 Lucía Sepúlveda, Memorias de un labrador de futuro. Carlos Liberona, el amor y la lucha (Santiago Edit. Ayún,
2010), 110. Las cursivas son nuestras.
59 Revista Punto Final, núm. 120, (Santiago 1970): 8.

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El tercer Congreso del MIR: giro generacional...

Carmen Castillo, también recor- nuevo del Che Guevara. Así, en la prác-
dará la imagen de Lumi Videla como tica mirista se ensalzaba la imagen del
un símbolo de mujer revolucionaria. De icono revolucionario cuando los líderes
este modo, se describe que las actitudes del partido perdían la vida. En efecto,
de la líder mirista y compañera de Sergio el fallecimiento de Luciano Cruz, histó-
Pérez, iban más allá de las “debilidades rico líder del MIR, va a darnos cuenta
del género femenino”, como señalase la de cómo la muerte va erigiendo mártires
ex pareja del histórico secretario general, que sirven para sostener un imaginario
para el imaginario patriarcal de aquella revolucionario en las conciencias de los
época. En este sentido, se lee, la mujer militantes. Siguiendo a Vezzetti, sólo
mirista simbolizaba una nueva forma la muerte garantiza la pureza y la inte-
de pensar a la mujer. La militancia re- gridad del compromiso revolucionario,
volucionaria subvertía las “debilidades” sólo los héroes y los mártires ofrecen a
de las féminas. Es decir, la militancia re- la militancia un ejemplo sin tacha. Así,
volucionaria nutría la identidad de todo los revolucionarios caídos se constituyen
quien aceptara y tuviera las condiciones como leyendas, que miden las prácticas
para ser un “profesional de la revolu- y las conductas a la luz de cualidades
ción”. Las expresiones que Castillo rea- del sujeto61. De este modo, las palabras
liza de Videla son reflejo del símbolo y de Bautista Van Schouwen en el primer
de la sacralización del militante revolu- aniversario de la muerte de Cruz irán
cionario (“ la encarnación de la militancia definiendo las características que debía
ejemplar”) que se construye en torno a tener todo mirista: “Ha muerto un gran
ciertos individuos: revolucionario, el pueblo ha perdido un
“Luisa tenía mi edad. La veo en los líder…Llamamos a los obreros, campe-
enfrentamientos estudiantiles con la sinos, pobladores y estudiantes, a…se-
policía en 1968…la veo en primera guir el ejemplo por él señalado…”62. Es
fila,…Luisa se convirtió, sin haberlo decir, la imagen de Luciano se configura
buscado ni pedido, en la encarnación
de la militancia ejemplar, de la mujer como un catalizador de condiciones que
mirista. No se le conocía debilidad fe- se ocuparan a modo de ejemplo para
menina alguna…Luisa, la imagen de sembrar un ideario de militancia revo-
la mujer segura de sí misma, consa-
grada por completo al combate po- lucionaria. En este sentido, el discurso
lítico, jamás una grieta, siempre sin aprovecha de definir los matices que esa
rodeos, nunca una excusa. Luisa, que militancia debía poseer. De este modo,
no flaquea ante nada ni nadie”60. argüía Van Schouwen, las relaciones so-
De este modo vemos que la iden- ciales dentro del partido revolucionario
tidad política que se va forjando en el tomaban sentidos éticos-revoluciona-
MIR al calor de las luchas sociales cada rios. Así, la relación de “compañeros” era
vez se va acercando más hacia el hombre la “expresión superior de la relación hu-

60 Carmen Castillo, Un día de octubre en Santiago (Santiago: LOM, 1999), 43-44. Las cursivas son nuestras.
61 Hugo Vezzeti, Sobre la violencia revolucionaria. Memorias y olvidos (Buenos Aires: Edit. Siglo XXI, 2009), 139
62 Bautista Van Schouwen, “Discurso en el primer aniversario de la muerte de Luciano Cruz”. En: Martín Hernández,
El pensamiento revolucionario de Bautista Van Schouwen 1943-1973 (Concepción: Ed. Escaparate, 2004), 165-166.

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Matías Ortíz F.

mana…que se crea y se recrea al valor de IV. PALABRAS FINALES


las tareas prácticas de la revolución…”63.
A partir de lo anteriormente ex-
En este sentido, era sólo la vida puesto es posible establecer algunos ejes
revolucionaria la que permitiría el na- que nos ayudan a comprender de mejor
cimiento de nuevas relaciones sociales. forma la conformación de la militancia y
Sólo el compromiso revolucionario en- de la identidad política en el MIR. De esa
marcado en una militancia revolucio- manera, es posible afirmar que la identi-
naria sería capaz de superar los valores dad política mirista se comienza a crear
negativos que se oponían a los que im- con el agrupamiento de diversas fuerzas
pulsaba el mirismo. En ese contexto, Van y generaciones políticas. De hecho, será
Schouwen considera que sólo al calor la Declaración de Principios, creada en
de las luchas sociales y en las relaciones 1965 y elaborada fundamentalmente a
entre militantes se podían superar “las partir de la experiencia histórica de la
condiciones que hacen nacer el egoís- vieja generación, la que trascienda epo-
mo…una relación que se construye para calmente convirtiéndose en parte del
subvertir este mundo y para liberar a una “ser mirista”, tanto en la militancia de
humanidad humillada, pisoteada, a una 1965 a 1969, como hoy, explicando la
sociedad marchita…”64. Van Schouwen existencia de un “MIR histórico”, nutri-
afirmaba que la relación entre compañe- do de ese andamiaje teórico.
ros era la proyección política del MIR.
Sin embargo, y es lo que intenta-
Así, asume que la ética revolucionaria
mos rescatar en este trabajo, la identidad
sería tan política como un programa de
y la militancia política también se fun-
la revolución, ya que ésta sería fiel reflejo dió con la incorporación de la juventud
de la sociedad a la que aspiraban los mi- a los puestos del “buró político”, incor-
litantes revolucionarios. Una lectura que porándose nuevos elementos al acervo
hundía sus raíces, sin duda, en el Che: mirista ya existente, los que se pliegan a
“Estamos hablando de un compañero; un proyecto orgánico-histórico. En ese
no estamos hablando de cualquier rela- sentido, afirmamos que parte impor-
ción humana. Estamos hablando de una tante de la edificación del “ethos miris-
relación revolucionaria que recoge la ta”, viene acompañado de la generación
realidad, que recoge la práctica concreta, joven que llega a tutelar el MIR en el
la plasma en idea, la plasma en actividad Tercer Congreso de 1967, potenciándose
revolucionaria y la proyecta en progra- en la pugna de 1969.
ma, en líneas políticas, en objetivos de
lucha, en organización, en método de En efecto, 1967 y 1968 serán años
combate65. en donde lo que denominamos como la

63 Ibíd., 169-170
64 Idem.
65 Idem.

109
El tercer Congreso del MIR: giro generacional...

“voluntad de actuar” comenzó a tomar respondió a los distintos momentos que


mayor fuerza, se materializó en la pro- vivió el MIR, explicando la existencia de
fundización del trabajo en los frentes in- su mutabilidad identitaria producto de
termedios y en la activación de acciones una permanente re-significación ideoló-
armadas lográndose percibir una “pues-
gica-práctica, enmarcada en la construc-
ta en escena” de lo construido teórica-
mente desde la fundación, alejándose de ción de un proyecto político histórico.
lo meramente “propagandístico”. Así, el Mutabilidad que, pese a ejercer cambios
conflicto desarrollado en 1969 termina- en la identidad, es fruto del diálogo y no
rá por reducir a la organización conside- del quiebre. Un diálogo sostenido entre
rablemente, pero la ayudó a homogenei- dos generaciones políticas que pese a los
zarse. De ahí que la convulsión sostenida desacuerdos, ceden y comparten ele-
traerá consigo la re-estructuración de la mentos que se pliegan al ser mirista, per-
organización y, lo que resulta profun-
mitiéndonos afirmar que la identidad en
damente significativo, la profesionaliza-
ción de la militancia y su re-codificación el MIR fundacional, más que presentar
ético-política. De ese modo, la “entrega quiebres absolutos, es parte de una his-
sacrificial” o la construcción y represen- toria de diálogo y complementariedad.
tación de los valores del “Hombre Nue- Es decir, en la construcción de la iden-
vo” serán constantes en la militancia y tidad política y militancia, coexisten a
su discurso en los años posteriores al los menos dos factores: la creación de un
quiebre orgánico. Sin embargo, pese al
andamiaje teórico-político histórico y
cambio acaecido, lo anterior no expli-
la edificación de una militancia enmar-
ca quiebres ni rupturas intensas, pues,
como se vio, el proyecto político-teórico cada en valores de sacrificio y voluntad
sobrevivió a las pugnas. La diferencia revolucionaria. Elementos que se funden
sustancial es que fue releído bajo nuevos en un mosaico y delimitan el “ser mi-
códigos actitudinales de la mano de una rista” entre 1965 y 1970. Sin duda un
nueva cepa generacional, mostrando, elemento que debe ser contrastado con
así, continuidades políticas y recodifica- la siguiente época vivida por el MIR,
ciones militantes.
que se abre en 1970 y se cierra a sangre
Por ello se hace necesario afirmar y fuego con la implantación de la Dicta-
que la identidad política (al igual que dura cívico-militar, periodo en el cual,
todas las identidades) y la militancia po- creemos, gira la militancia, pero siempre
lítica mirista, no pudo ser un bloque a- anclada en la re-fundación de una tradi-
histórico, homogéneo y pétreo, más bien ción revolucionaria.

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