117 Investigaciones Recientes en Xochitécatl Cacaxtla+
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Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Editorial Raíces, S.A. de C.V. REVISTA BIMESTRAL
PRESIDENTE PRESIDENTE Septiembre-octubre de 2012
Consuelo Sáizar Sergio Autrey Maza Volumen XIX , número 117
Instituto Nacional de Antropología e Historia DIRECTORA GENERAL
DIRECTOR GENERAL María Nieves Noriega deAutrey
Alfonso de Maria y Campos
Ser&,o Autrey Maza, Ann Cyphers. Pablo Escalante Gonzalbo, Bernardo Garda Ma rtínez,
ooertO Gama MolI, Leonardo López Luján, Eduardo Matos Moctezuma, María Nieves
NOrlega, jase Emilio Pacheco, Nelly M. Robles Garda, María Teresa Uri arte Castañeda,
Gabrlela Uruñuela Ladrón de Guevara
Anthony Andrews,Alfredo Barrera Rubio, Claude-F. Baudez, Bea triz Braniff, j ohanna Broda,
3
CONSEJO DE ASESORES
Robert Cobean, Ma. josé Con, Ángel Garda Cook, Norberto González, Rebecca González SECCIONES
Lauck, N ikolai Grü be, Peter j iménez,Thomas LeeAlfredo LópezAustin, Luis Alberto López
W., linda Manzanilla, Simon Martin, Lorena Mirambell, Dominique Michelet. Mary E. Miller, 6 Cartas
Carlos Navarrete,Xavier Noguez, Ponciano O rt iz,jeffrey R. Parsons, Hans Prem. Rosa Reyna
Robles, Mar icar men Serra Puche, Peter Schmidt, atto Schóndube, Ronald Spores, Barbara
Stark, David S. Stuar t, George E. Stuart, Philip Weigand, Marcus Winter 10 Noticias
CONSEJO ClENTIFICO FUNDADOR joaquín García-Bárcena. Alejandro Martínez Muriel, Alba Guadalupe Mastache Flores, Enrique Nalda 14 Reseñas
Que da prohibida la reproducción parcial o total, directa o indlrectilt por cualquier medio o procedimiento, de l conte nido de la presente obrilt
si n contar con la a utorización previa, expresa y por escrito del ed itor, en té rminos de la legislación autoral y, e n su cas o, de 10 5 tratados
inte rnacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición. se hará acreedora a las sancione s corre spond ientes,
La reproducción, uso y aprovechamiento por cualquier medio de las Im agenes pertenec iente s al patri mon io cultural de la nación m exicana,
contenidas en esta obrilt está limitada conforme a la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arque ológicos, Artíst ico s e His tóricos, y la Ley
Fed eral del Derecho de Autor; su reproducción debe ser aprobada previame nte por " EL INAH " Y" La editorla'''. No se de vue lven origina les,
No se responde por materiales no solicitados. El contenido de los articulos es responsabilidad de 105 autores. He cho en méxico.
38 La v ida cotidiana en
Xochitécatl-Cacaxtla
P'IC
t
mucho más fácil dilucidar la función y el
significado de los vestigios que exhuma,
así como reconstruir escenas de un
pasado siempre cambiante.
Cartas
SOBRE LA ESCULTURA antiespañol, después de la In- ca mente todo el siglo xx, de costa de Sinaloa y Nayarit
DE EL CABALLITO dependencia de México se le explicar los logros culturales donde tuvo su apogeo. Quizá
quiso destruir. De cualquier de los grupos que habitaron hubiese sido mejor conservar
Quiero hacer una precisión manera, se haya borrado o Sinaloa, Durango, Zacate- el título original del artículo
al artículo "Carlos IV en el no, será difícil saberlo ... o cas, Nayarit y una parte de en inglés: "La odisea de la
Zócalo y la Constitución de simplemente nunca existió tal jalisco, que conformaron, Serpiente Emplumada".
Cádiz" de Ángeles González águila. grosso modo, la red de inte- Dr. Luis Alfonso Grave Ti-
Gamio (Arqueología Mexi- Cario A rdán M ontiel Jiménez racción Aztatlán, como una rado, Investigador del Centro
cana, núm. 116, p. 54). Con [email protected]
influencia directa venida del INAH Sinaloa/Museo Arqueo-
su amenidad característica, centro de México o, como es lógico de Mazatlán
González Gamio nos refiere el caso, de Oaxaca; en suma [email protected]
sobre la escultura El Caballi- de " las altas civilizaciones
to lo siguiente: "Así mismo, mesoamericanas". • En su texto el Dr. Pohl
poco se conoce, ya que no Sin duda, no podemos hace referencia a los trabajos
se alcanza a ver, que la pata negar la evidente relación pioneros de reconocimiento
trasera derecha está pisando que se manifiesta en los di- arqueo-geográfico efectua-
el águila y el carcaj, símbolos seños iconográficos tanto de dos por Carl Sauer y Donald
del imperio mexica ". Por su los códices mixtecos como Brand a finales de 1929 y
parte, don Enrique Salazar de las vasijas recuperadas en principios de 1930 en la
Híjar y Haro, siguiendo a la costa norte de Nayarit, la franja costera que se extiende
Manuel Rivera Cambas, res- cual conforma, en conjunto desde el norte de Nayarit
pecto al mismo señalamiento RESPUESTA. Muy con el sur de Sinaloa , la zona hasta el centro-sur de Sina-
expresa: "la pata trasera de- interesante la información, la nuclear Aztatlán, y la infor- loa. Desde nuestra perspec-
recha pisaba, como alegoría verdad no la conocía, y creo mación de los primeros nos tiva, uno de los principales
y dominación, el águila yel que la foto habla por sí sola. auxilia en la interpretación aportes de esta prospección
carcaj, símbolos del antiguo Se quedará en el misterio, de las segundas. Pero de ahí a arqueológica consistió en el
Imperio Mexica". Usa el ver- por lo menos por ahora, de si suponer que la influencia fue reconocimiento de que en
bo pisar en pasado. Sin em- existió o no el águila. Saludos directa y unidireccional hay, esta región se había desa-
bargo, como se aprecia en la afectuosos. literalmente, mucho trecho. rrollado, de forma original y
foto que remito, en realidad Ángeles González Gamio Sólo basta apuntar un dato: la sobre bases materiales pro-
la referida pata trasera dere- cerámica Aztatlán se originó pias, una sociedad compleja
cha solamente pisa un carcaj. SOBRE "LA TRADICIÓN en la costa de Nayarit y Sina- perteneciente al grupo de
La mayoría de las fuentes AZTATLÁN ", DE JOHN loa en algún momento entre las altas culturas de México,
señalan el águila y el carcaj POHL 800 y 900 d.c., esto es, 500 cuyo ámbito geográfico fue
bajo el casco del equino, años antes del estilo nahua- designado en la cartografía
aunque también se relata que • Al leer el artículo de john mixteca, y parece ser el resul- histórica más antigua bajo el
en la escultura provisional, Pohl, " La tradición Aztatlán tado de las transformaciones término de Aztatlán. De for-
que fue hecha de madera y de Nayarit-jalisco y el estilo políticas y sociales de los ma explícita ambos autores
estuco, había un águila y un nahua-mixteca de Cholula", grupos que habitaban estos proponen que el desarrollo
chimalli. Cuando Manuel núm. 115, me sentí como si lares. Cómo bien apunta el costero Aztatlán adquirió su
Tolsá y Sarrión la realizó hubiera viajado al pasado; autor, al final de su artículo: elevado nivel cultural mucho
en bronce optó por poner pero no al pasado prehispá- hay que buscar la explicación antes del periodo Tolteca y
solamente un carcaj. La nico que es que él intenta re- en las creencias de los ac- que de ninguna manera es
expresión de Salazar Híjar, vivir, sino a uno mucho más tuales grupos que habitan la resultado de la colonización
"pisaba", podría remitirnos reciente, digamos unos 40 o sierra del Nayar, el auténtico emprendida por poblaciones
a que el águila quizá fue 50 años. Quienes trabajamos corazón del área Aztatlán. de la Altiplanicie Central.
"volada" posteriormente en la arqueología del occidente Un último punto: el título En este contexto, nos parece
el patio de la antigua Uni- y noroeste de Mesoamérica, del artículo alude a que la por demás contradictori o
versidad, contigua a la Plaza y como resultado de investi- tradición Aztatlán se desa- que el Dr. Pohl afirme que
del Volador, donde hoy está gaciones sistemáticas en los rrolló principalmente en el di chos autore establec ieron
la Suprema Corte de justicia, últimos 20 años, creíamos ya altiplano nayarita-jalisciense, que la tradición de cerámica
y ahí permaneció casi 30 superada la tendencia, tan sin embargo, como apunta- policroma iden iiicada en la
años, pues por el sentimiento de boga a los largo de prácti- mos, fue básicamente en la co ta del Pacíiico norocc i-
6/ ARQUEOLOGíA MEXICANA
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Cartas
dental estaba tan rela cionada entre los segmentos sociales Sinaloa, en co ncordancia con pone la reciprocidad como
con el esti lo nahua-mixteca de elite durante el Poscl ás ico las obras de Isabe l T. Kelly forma nueva y diferente de
que debía ser resultado de su -desde Centroaméri ca hasta en ese mismo periodo, los interacción entre las elites
" influencia directa", conside- el suroeste americano-, el ll evaron a sostener la relación del Posclásico Tardío, lo cual
rando que dichos autores no repertorio iconográfico Azta- e influencia cultural de esos contradice las teorías de in-
ilustran en su trabajo ningún tlán debe ser co nsiderado pueb los prehispánicos si na- vestigadores anteriores, que
ej empl o de cerá mi ca códice como un rasgo cultural sui loenses con el área mi xteca, sustentaban el difusionismo
vin cu lada co n la tradición generis, que de ninguna ma- notándose principalmente o el expansionismo económi-
Aztatlán. nera es resultado de la as imi- en la manufactura de alta co-militar imperial.
Cabe precisar que a partir lac ión pasiva de rasgos exter- ca lidad y po li cromía de su Me he enfocado en la
de investigacion es arqu eo ló- nos por parte de sociedades cerá mi ca. zona Nayarit-Ja li sco porque
gicas recientes hemos corro- margina les. Nuevamente, la Mtro. Rubén Valdez Aguirre es considerada el centro
[email protected]
borado qu e la cerámi ca poli- marginalidad implíci ta en donde la tradición Aztatlán es
croma estilo códi ce distintiva estos discursos habrá qu e más palpable. También es all í
de la zona nuclear costera buscarla en nuestras propias RESPUESTA. Agradezco donde se pueden identificar
Aztatlán -considerada uno de concepc iones. al Dr. Luis Alfonso Grave más claramente los vínculos
los principales indi cadores Arqlgo. Mauricio Gar duño A .
[email protected]
Tirado, al Arq lgo. Mauricio Puebla-Oaxaca, procedentes Ce e
arqu eológ icos de compleji- Garduño Ambriz y al Mtro. de la etnohistoria, la historia
dad soc ial de este importante Rubén Valdez Aguirre sus del arte y la arqueología.
E ¡,
desarrollo cu ltural- apareció • Existe una imprecisión comentarios pu ntu ales sobre Creo que en Sinaloa también
en las tierras bajas del norte en cuanto al área que com- la expansió n de l comp lejo e
se encuentra la c lave de una
de Nayarit y sur de Sinaloa prende la tradición Aztatlán, Aztatlán hasta Sinaloa. Por interacción importante con la - ~
al inicio del Posc lásico Me- ya que el Dr. Pohl sostiene razones de espac io no pude Huasteca, que será tema de
dio, alrededor de 1100 d.C., que só lo comprendió a esos ana li zar detalladamente un próximo artícu lo.
prolongándose su uso hasta dos estados de la Repúbli ca la evolución cu ltural, las Estas cartas, sin embargo,
por lo menos mediados del Mexicana, e inclusive en la tradic iones cerámicas llaman la atención sobre el
sig lo X IV . Si n embargo, esta
cerám ica de manufactura
imagen 2 se di ce: " La trad i-
ción cerámica Aztatlán se
po li cromadas y los estil os
de diseño del Occidente de
pape l fundamental que temas
como el del Occidente de
.
local -q ue ciertamente com- exti ende desde la región de México. Mi especialidad México durante el Posclási-
partió con otras regiones Puerto Vallarta, Jalisco, hasta como historiador-arqueólogo
cu lturales patrones iconográ- San Bias, Nayarit.. .", lo cual se enfoca más bien a las
co Tardío tienen respecto a
las investigaciones actua les
.
ficos cod ifi cados de ca rácter es incorrecto ya que dicha confederaciones del sur de sobre el sistema mundial
simbó li co dentro del ll amado tradición cultural abarca in- México dominadas por los norteamericano, junto con el
hori zonte-estilo interna cional discutiblemente la reg ión sur nahua-mixteco-zapotecos, planteam iento de una historia
- _.
del Posclás ico- se desarrolló del esta do de Sinaloa (véase que se autodenom inaron, de rea lmente transnacional por
directa mente a partir de la cu ltura totora me) y se ha Il e- acuerdo con Sahagún, "hijos parte de muchos investigado-
cerámi ca policroma de uso gado a considerar su frontera de la Serpiente Emplumada". res innovadores. Los editores
ritual denominada Igu anas no rte hasta Guasave, Sinaloa El artículo se centra en cómo de Arqueología Mexicana de-
Po li cromo, uno de los com- (de acuerdo con los hallaz- la extensión sureña de la berían considerar un número
-. -
ponentes diagnósticos del gos de Ekholm), y ni siquiera confederac ión construyó sobre este tema.
compl ejo Aztatlán, cuyo pe- se menciona al estado de lucrativos monopolios Dr. John Poh l
riodo de manufa ctura inició a Sinaloa en ese artícu lo, omi- con las fam ilias reales de l
finales del Epiclásico, alrede- sión que desde luego resu lta Occidente pa ra dominar la
dor de 850-900 d.C. Para los injusta. eco nomía de la costa del
que nos dedicamos al estudio Sin pasa r por alto qu e los Pacífico, extendi éndose
de las soc iedades asentadas mismos autores que menc io- desde América Centra l hasta
en el septentrión costero na Phol (Ca rl Sauer y Donald el sudoeste estadounidense,
mesoa mer ica no, nos parece Brand) hacia la década de y cómo env ió su riqueza
-
bastante claro que más allá 1930 bautizaron esa área hacia Cholu la, su centro de
de las ev identes similitudes cultural y de cerámi ca como peregrinaje y ceremonia l. -
entre los patrones iconográ- "Aztatlán", precisamente a Es importante que los Cajete de Guasave Slnaloa MNA. Muestra
ficos de ca rácter simbólico y partir de los estud ios rea li- lectores examinen el número a una deidad o héroe posiblemente
una manifestaCIÓn local del diOS de
ritual que fueron compartidos zados por ellos en el sur de comp leto, ya que se pro- los nahuas ahUlzcalpantecuhtli.
Sobre las cabezas colosales, sin duda las es- del bloque pétreo de un trono, como afirma- Ya Beatriz de la Fuente (Ca bezas colosales
culturas emblemáticas de los olmecas, se ha ra James B. Porter ("Olmec Colossal Heads olmecas, El Colegio 0. ac ional , 1992, p. 60)
escrito mucho y todavía queda mucho por sa- as recarved thrones: 'mutilation', revolution Y Ann Cyph ers (Escultura olmeca de San
berde ellas. Una de sus características es la de and recarving", Res Anthropo- Lorenzo Te nochtitlan , ll A, U NAM ,
haber sido esculpidas en varios casos a partir logy and Aesthetics, 17-18, 2004 , p. 53 ) habían hecho
1989, pp. 23-29), en una notar las mutilaciones de
suerte de reciclaje de su reverso, pero nadie
monumentos. había notado una bo-
DISTINCiÓN INTERNACIONAL
Ahora se ha reco- rrosa intención de es-
A EDUARDO MATOS
nocido esta reutiliza- cultura a espaldas de
MOCTEZUMA
ción escu ltórica en el ese magnífico monu-
dorso plano de una mento . De hecho, las
El arqueólogo Eduardo Matos Moctezu-
de ellas, que bien po- mutilaciones ocultan
ma fue distinguido con la Mención de Ho-
dría corresponder a la el esbozo del rostro,
nor en el 54° Congreso Internacional de
base del trono que le pues atraen con ma-
Americanistas con sede en Viena, Austria,
antecediera como es- yor fuerza la atención
por sus estudios y aportes a la arqueología
cultura, pero que aquí del espectador. Es po-
mesoamericana. La distinción se la otorgó
muestra el bosquejo de sible que al desechar
el pasado 19 de julio la presidenta del
otro rostro . el proyecto deesa cara,
Congreso, Dra. Martina Kaller-Dietrich,
En efecto, con un se haya n hecho los
en el marco de la Asamblea General de
poco de atención al dor- huecos para destruir
ese organismo. Este Congreso, estable-
so de la cabeza colosal 4 sus rasgos, en lugar de
cido en Francia en 1875 y realizado en
de San Lorenzo, además devastar la profundidad
la ciudad de México en al menos cinco
de reconocer evidencia de que habría requerido bo-
ocasiones, reúne cada cuatro años a es-
muti lación intencionada en rrarlos totalmente.
pecialistas sobresalientes en las distintas
forma de huecos cupulares, Así, el rostro olvidado dio
ramas antropológicas e históricas que
conocidos como barre- lugar al conocido, de cu-
estudian el pasado y el presente de los
nos, podemos percibir yas proporciones Beatriz
pueblos americanos.
el esbozo que dibujan de la Fuente afirmara:
las sombras proyecta- "Su estructura armó-
das sobre la talla de nica es precisa, sus
lnlversi(j(
wlen formas claras: los la- formas impecables y
bias gruesos, el borde pri morosa su factu ra .
54° Congreso Internacional de la nariz, la inten- En ella se integra, de
de Amencanistas ción de un ojo. modo particular y so-
.... _..mIeaCHnaldrl .... ·(.cq;nmll\lt!f.-u • .-.- .......... Probablemente, bresaliente, lo que en
• ~ .... c-WO~doIc...-. ..... L.oP<-nl.
al decidir transformar distinto grado tienen
&H..... . CIÓN OhllOJloOR una escultura plana todas de humano y
en cabeza colosal, se divino" (1992, p. 61).
Fre¡/". Dr. Eduardo AfATOS MOCfEZUMA
inició su trazo y por Esta cabeza sigue
I'n "'""""""Ir..... .w ... dn~ nlt'flt........'jllrnoo' -.lnm.,..
... d~Mnw> alguna razón fue des- aportando datos: el
cartado para esculpirlo re-esculpido de los mo-
del otro lado del bloque numentos, el aparente
que, a fin de cuentas, se cambio de decisión en
convirtió en el frente de la un retrato monumental y la
escultura. huella de un rostro vago, apenas
Resguardada en el Museo de An- dibujado, olvidado, que se devela hoy
tropología de Xalapa , siempre de frente a en el dorso de una milenaria cabeza colosal.
los visitantes, oculta un rostro descartado. Sara Ladrón de Guevara, Luis Eduardo Rea
I D / ARQUEOLOGíA MEXICANA
Noticias
Agenda
I COLOQUIO DE ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS ,
ANTROPOLÓGICOS E HISTÓRICOS SOBRE
LA GUERRA EN MESOAMÉRICA
Orga nizado por la ENAH, el co loqu io se llevará a cabo del 17 al 21 de septiembre del
presente año, en el Auditor io Román Piña Cha n de la Escuela Nacional de Antropología e
Historia (ENAH). El co loquio está dirigido a profesores, estudiantes e investigadores de las
áreas de arqueología, antropología e historia, y será transmitido vía ENAHTV en internet.
Informes y recepción de abstracts hasta el 7 de septiembre de 2012 al correo
Tlaltecuhtli en el Juego de Pelota de Tehuacalco, Guerrero. [email protected]
12 / ARQUEOLOGíA MEXICANA
Pueblear por el simple gusto
de enamorarte de Tlaxcala
Siempre hemos pensado que las mejores ciudades son las que ofrecen las
m á s grandes alternativas a todos aquellos que han decidido emprender un
viaje. Sin embargo, conocer México implica ir más allá y dejarse sorprender
por los detalles que cada una de sus pequeñas ciudades ofrece.
Tlaxcala, el estado más pequeño del país, está lleno de historia y magia
colonial. Al recorrer sus calles podrás conocer a fondo la región considerada
cuna de la nación y el mestizaje y quedarás cautivado con los cientos de
actividades que existen para conocer más sobre nuestro pasado. Por si fuera
poco, encontrarás vestigios de la mezcla cultural en su arquitectura colonial
religiosa, el arte popular, en los alebrijes, sarapes, artículos de barro,
talavera, bordados y hasta en la vasta ganadería de toros.
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,. --."• . • • o
Reseñas
procesados que den idea de las actividades pleta del llamado Códice de jilotepec; el fac- evangelización de chichimecas y otros pueblos
real izadas en dichos espacios. símil se complementa con los trabajos de que habitaban en el noroeste mesoamericano.
14 / ARQUEOLOGíA MEXICANA
Documento
XAV'ER N C, JEZ
El Códice Vergara
Contenido En el registro de la agrimensura, de carácter vigesimal, se usó un grupo de sím-
El Códice I 'ergara, junto con los códices de Sall/a "Ialia Asunción, el Fragmento HI/IlI- la unidad, un "pein e" o sea cinco lineas unidas a través
bolos: una lin ea \·erncal para
boldt mili/ero 8 y el Frag/JIel/to cok/slra/ de Itl colecció" RolIJírei> forman un grupo que por- de un arco, y un p unto para veinte unidades. También encontramos otros gljfos
ta e! titulo de! primero. Poseen similitudes en la composición de página, estilo y con- (¿asociados con fracciones?) como una mano (cilJl",at~, una flecha (célll/JIit~ y un co-
tcnido, aunque sólo los dos primeros pro\~ienen de una lrusma región. El 1 'ergara es razón (cell)'óllol~ que, generalmente, se colocaban al final de las líneas y los puntos. Se
una pictografía de carácter administrativo Ji,;dida en varias secciones: a) un censo agregan también glifos que representan infor mación edafológica, las diferentes cali-
de habitantes de casas de cinco localidades iJentifjcadas con sus respecti,"os gUfos dades de la ti erra o, en ocasiones, alguna otra información adicional.
tOponúnicos (Calla Tlaxoxiuhco, Teocaltitla, Patlachiuhca, Tcxcaltícpac y Topotitla).
E l censo (1Iacallamilolli, pintura de personas) incluye datos demográficos y relaciones Fecha de elaboración
de parentesco r dependencia, y b) además del conteo de población, se hace un im- Enrre ¡ 543 Y 1544, aunque pudo haberse iniciado su redacción hacia 1539.
portante registro de las propiedades de cada casa en cada localidad. Aquí, de mane-
ra extraordinaria, se usaron, en un mismo terreno, dos tipos de lcyantamicnros de Lugar de origen
planos: el /lJilcocolli referido a medidas periféricas ~t el tlahuellllontli, un sistema más La población de Tepetlaóztoc, al noreste de Texcoco, en el antiguo reino del Acol-
complejo para calcular la superficie de las parcelas. Parece ser que el uso de este úl- huacan. De acuerdo a la información ahora disponible, los terre nos que se describen
timo sistema fue una modalidad exclush'a de la región del AcoUluacan -Texcoco. en la picrografia se encuentran en la centro-oeste de la población cira da.
gran ,-alor, por J oseph i\larius Alexis Aubin (1802- Vázquez de Vergara, juez español que fue enviado a
• Características físicas
188- ), quien las traslada a Francia. Ahí, .t\ubin escri- Tepetlaóztoc por el virrey Antonio de i\lendoza, en
[-<, b b(lrau() en papel eUrílpeO con marca, de agua. aho -
be, en l8~9, algunos textos descriptivos de los códi- 1543, para que rea li za ra una moderación de los tri-
ra !'c: cUt'ntan SS folios 1 1(J pp, de 3 1.2 por 2 1.4 cm.
ces que poseía , entre ell os una interpretación de butos que pagaban a su encomendero. Este perso-
l3arbara J. \\ ·iJliams ,. !-redenc HlCks apuntan que fal-
ra d pnmt'r folio, y proponen una recon ... tr ucClún dd
algunos glifos del l /erg(/ra. l":n 1889, l~uge ne Goupil naje tamb ién está presente en el Códice de Jallta /\fa-
mi'mo. Dl:'5pues de su adqu isición por la Biblio tec a adquiere la totalidad de los documentos mexicanos de da ASIIIlciólI.
" 'Clonal de !-rancIa, en ¡ 9 ,la pictografía fue en- l\ubin. Dos años después,)' bajo los auspicios dellnis-
cuadc:rnada con O tros documen ro . . , formando un solo mo Goupil, Eugéne Boban redacta un catálogo ana- Lugar donde está depositado
\·olum en. Los manuscntos fueron separados para la lítico del notab le corpus, que incluyó la reimpresión Biblioteca acio nal de Francia, Fondos Mexicanos,
exhi bición que la biblimeca organizó en ¡ 9- 6. Entre del trabajo sobre el l·'erg(/m que había realizado Aubin manuscrito núm. 37-39.
19-- y 19-9 fue nue\'amente encuadernado de mane- previamente. Por último, en 1898, Goupil decide do-
ra aurónoma. nar su colección a la Biblioteca acional de Francia. Para leer más .••
Aubin, Joseph t-. larius Alexis, /l1eH/orias sobre la pintura
• Formas y colores didárlira)' /" escrilllrajigllralil1tl de los aNtiguos mexicanos,
Principales estudios
Se usaron principalmente tintas negra y roja para de- t:dición t' introducción de Patrie!: Giasson, traduc -
Aubin, C0l110 se ha Inencio nado antes, redactó un tra-
linear las figuras y marcar lazos ue unjón. La tinta eu- ción de Fran cisco ZabaJla , Pí\rrice Giasson y Dav id
baj o que sólo abarcó un análi sis de algunos glifos que Fol io ~
ropea se usó para las glosas, firmas, el sombreado de Silva, U"" \ \1 -Tnstituto de I l1yesrigacioncs 11 istóricas,
imágenes, correcciones y anotaciones, Otros co lores
denominó "signos figurati\·os". El ritrgtlrtl aparece en Seric: Cultura Náhuatl, ,México, 2002. Traducción cid
como el gris y el castal1.o obscuro aparecen de mane- los catálogos descriptivos de la colección francesa de francé s de la obra publicada originalmente en París, e tra ta
ra esporádica. Una pintura blanca sin-¡ó para hacer Eugene Boban (1891 ) )' Joaquín Galarza (1974). En en 1849. ~o rnlaCl
correcciones. Las ilustraciones del códice fueron obra 2011, bajo los auspicios de varias instituciones de la 1::./ Códice ' 'á gora. cdiciófl f acsilllilar (011 eOll/enlario: piJllllra :eglifos
de un solo pintor indígena, de gran habilidad; reflejan Universidad Nacional Autónoma de J\ léxico y r\ po- indíge1JlI de raSlIS, rall/pos y organizaciólI social de Tepel- ?añan t.
unifonnidad, particularmente en los glifos onomás- yo al D esarrollo de Archivos)' Bibliotecas de Méxi- ¡f/oz/o r a ",ediados del siglo S I'r, comentarios de Bar- :-Jmilia.
ticos r toponímicos. co, A.C., y con los extensos estudios de Barbara J. Wi- bara J. \'<'illiams y fredcric Hicks, coordinación y
tnOllelJlJ
Iliam s y Frederic 11 icks, se da a conocer una edición de ~ [ aría del Carmen Jorge y Jorge , Ll'\JA \ ¡ -
dos gru
Coordinación de H umanidadés. Coordinación de la
extraordinaria edición facsimilar, aco mpañada de va- Ju [o re~
Investigación Científica, In stituto de Investigaciones
Breve historia del códice rios apéndices que incluyen documentación asociada rrados,
Antropo lógicas, ln sriruw de TIwesügaciones Ili s[ó-
Se tiene noticia que hacia 1607, el cód ice estaba en al códice, de los siglos x\, [ )' x\,[ !. También reprodu- ricas, Instituto de Jn vestigacione s Bibliográficas, EH
posesión de la comunidad de Tepetlaóztoc o de un jeron, en facsímil, el Fragmellto Calastral de la ColecciólI l nst-ituw de Geografía, Insrituw ue ln\'estigaciones dio s qu
espa llo l de nombre Juan de Games ehavarría. La si- Rom!re" que forma parte del Archivo Histórico, Co- en J\ latcmáticas Aplicada s ~' en Siste m as, y Apoyo al ben en
guiente noticia corresponde a su illclusión dentro de lección Antigua, de la Biblioteca acional de Antro- Dt'sarrollo de Archi\,o s ~. Biblio[ecas de México, En
la famosa colección del caballero milanés Lorenzo pología e 1 listoria. A.e., México, 2011. ,bjeto '
Boturini Benaduci, en 1743. En años posteriores, la 'e repn
extraordinaria colecció n [U\TO una historia que se di- Otros títulos que el /
Xavicr Noguez. Profesor-i n\-e s tiga do r de El Co legi
rige hacia su desintegración. Sin embargo, entre ¡ 830 No se conocen otros tírulos. E l que se le ha impues- J\fcx iquense, dedicado al e studio y publicación de códice si las n
r 1840, la pictografía es adcllllrida, junto con otras de to proviene de la firma, en el último folio, de Pedro colon iales del centro de .\léxico. muesa
del Acol-
describen
·"
(1. _ \,.., .. I (t
de los tri- p ..... ) f¡n . ff./! ,""v ... ' " If7ul.71('1'... , U. 7;r:.1 /'"- ''..L~~tt'· .:..c 9,.- !L".y-t-' lJ~!'J 4 .(Z
sle perso- I ¿;,,, ,.. ..,ij .. _fi~ ,.;; ~- t ' t ?~'7l Yc -'c / .... ¡l (;,. . J ,~ ~, /+: . . r.,:-;t. . __ . '111'-.17 1
ral/ta Ma- ,. 1/{'/1' -<'(" ~ ¿.. ~ ( . ~' --
Iexicanos,
'."
t" •
,
top¡rtítld.111d co,olí
. ~ _______________________________ glifo toponímIco
de Topotitla
Tlacatfacuilolli o padrón de
fa milias. Códice Vergara, f. 22r.
la pilllJlrtl FOTO, ARCHIVO DE XAVIEA NOGUEZ
, nu.,-¡rollos,
D, rraduc-
m r David
HIstóricas, Folio 22 recto
ucción del
'c en París, Se ITata de una sección del padrón de familias (tlaCf/tl{/C/lilolll), de acuerdo a su organización tribularia, correspondiente a la localidad de Topotida y que se incluye en la in-
for mación de los terrenos del mismo lugar que han sido medidos en su perímetro (",i/coeolll), Son cuaITO grupos, cuyos jefes, responsables del grupo, se identifican median-
'.n!l:pilllllrtl le glifos onomásticos. D e arriba hacia abajo: Damián Chicuinaozoma, i\'lartin Ehécad, Gaspar Ahuililama y Francisco Yzcui. Además de sus respectivos nombres, se acom-
,1 d, Tepel. pañan de glifos tradicionales de casa (ealll) )', a través de líneas de color rojo, se registraron los vínculos, de diferente naturaleza, con otros miembros denITo )' fuera de la
" de Bar- familia. Continúa una descripción de sus nombres y parentesco }', a veces, edades, como la niña de cuna, al fmal de la primera linea, o de su condición social, COlno "Juan
hna ción y
)'C/Iol/eIlJiI/', "Juan el huérfano", al final de la última línea. Williams )' Hicks han llamado a estOs glifos en los padrones de casas "sociodemográficos", y los han dividido en
;.::c, l" '\.i¡\\I-
dos grupos: personas mayores de catOrce años)' personas menores de esa edad . Llama la atención que algunos roSITaS muestren un color más obscuro, e! que, según los
IClón de la
ugaciones autOres citados, está dando noticia de miembros recién fallecidos. Ésta podría ser una alternativa que evitó modificar las imágenes, cambiando los ojos abierros por los ce-
oes Hisró- rrados, como aparecen en otros documentos censales. Quizá, en este caso, el t/oC/li/o ruvo necesidad de dar noticia de los 1l1ás recientes decesos.
. 'grá ficas, El folio también registra dos glosas, en español)' en náhuatl, referidas a un reclamo que manifiesta don Agustin de Rojas respectO a la propiedad de tierras y sembra-
nga ciones dios que son de su posesión en Cuauhteporzda, así como también casas en Tezoquipa. Según Williams y Hicks, esta información confirma que los terrenos que se descri-
.\po)'o al ben en Topotitla, se ubicaban en el territOrio de Cuauhtepotzda.
e \ Iéx ico, En la parte inferior de! folio aparece el interesante gufo toponimico de Topotida, compuesto de un árbol, con parte del follaje de color gris, un ave, unos dientes)' un
objetO de! que emergen volutas )' que no ha sido identificado plenamente. Además, se agregó la palabra "mi/coeolt" para dar noticia del tipo de mediciones perimetrales que
se representan en e! folio siguiente. Varias han sido las versiones sobre la ITaducción del tOpónimo. La forma de dibujar el árbol )' los colores usados parecen dar noticia de
El Colegia que el t/aC/lilo intentó determinar su particular identidad, Los dientes regisITarían e! sufijo locativo (1Ial/tli-t/al/) r el pájaro -genérico- se traduciría como lótotL No sabemos
In de códice si las volutas se refieren a humo (poet/t) o a OITa subslancia que parece salir del suelo o la raíz del árbol. El eXITaño objeto parece ser una flauta (tlapit{f1llt), como las que se
muestran asociadas a la fiesta de tó.watl, dedicada principahnente a Tezcatlipoca (por ejemplo, Códiec Florcl/til/o, Lib, 2, cap, 24, f, 31 recIO),
DOCUMENTO / 17
Las representaciones bi y
tri-dimensionales de juegos
de pelota en Mesoamérica
E RIC T ALADOIRE
2.
se
101
dé
dE
ta
CE
PE
M
TI
O
tu
FO
• arquitectónicas bi y tri-dimen-
sionales en Mesoamérica del jue-
go de pelota. A pesar de su diver-
sidad, tienen como denominador
común una conexión con el infra-
mundo húmedo, el mundo de los
muertos, los ritos acuáticos, la
fertilidad y el sacrificio.
, Teju pil-
udad en
un dejando de lado las innumerables imáge-
le pelota
luell xta- A nes arquitectónicas que se encuentran en los
códices, y que merecen estudios específicos, abun-
dan en Mesoamérica todo tipo de "modelos" o
"maquetas" que representan templos, casas, aldeas.
Ya sea en cerámica, oro, hueso, piedra, en forma
de petrograbados o de grafftti, nunca han sid o ob-
jeto de un estudio sistemático, aunque hay algunas
publicaciones relevantes (Schávelzon, 1982; Hous-
ton, 1998; Von Winning y Hammer, 1972, por
ejemplo). En comparación, resulta sorprendente
la escasez de investigaciones para otras áreas cul-
turales donde existe el mismo tipo de elementos,
como Ecuador, China, Egipto o el Medio Oriente,
salvo una tesis inédita sobre esta última región
(Muller, 1993). Esta laguna ha dado pie a la profu-
sión de términos)' palabras imprecisas para deno-
minar a esas piezas, cuya verdadera función es
todavía desconocida. Las palabras mismas de "mo-
delos" o "maquetas" son muy discutibles, pues es
poco probable que se concibieran como tales, des-
de una perspectiva arquitectónica o urbanística
(Hou ston, 1998; Taladoire, 2003). Hernández Ri-
vera, en su reciente estudio del elaborado petra-
grabado de Tejupilco, estado de México (fig. 1),
2. Aunque a algunas repre-
coincide en decir que:
sentacionesdeljuego de pe-
lota se les considera ofren-
das u objetos rituales , la .. . el término /l/aqueta o /l/iniatllra con el que han sido
definición es insuficiente. En denominadas, hacen referencia a una posible y apro-
este caso están las maque- ximada representación urbana)' arquitectónica de
tas del juego de pelota pro- una supuesta realidad, por lo que reconocemos que
cedentes del Occidente y el
estas defi niciones no se ajustan a nuestro s paráme-
pectoral de la Tumba 7 de
Monte Albán. Pectoral de la tros modern os de exactitud en cuanto a escala, pro-
Tumba 7, Monte Albán , porción)' volumen (a l igual que sucede con otras
Oaxaca. Museo de las Cul- evidencias arqueológicas como so n la s maquetas de
turas de Oaxaca. barro, cerámica)' códices) (Hernández Rivero,
FOTO OllvER SANTANA I RAleES
2009).
20 I ARQUEOLOGIA MEXICANA
REFERENCIA
Va n Winning-Hammer, 1972
~ m pra n o ¿ Leyenaar, 1978
Mountj oy, 1994
Taladoire (comunicación personal)
'0 Mountj oy, 1974
Van Winning-Hammer, 1972
Van Winning-Hammer, 1972
Va n Winning-Hammer, 1972
Ge ndrop,1970
Le)'enaar )' Parso ns, 1988
Weigand (comunicación perso nal)
Weigand (comunicación perso nal)
Weigand (comunicación perso nal)
D ay, 1998
Leyenaar y Parsons, 1988
::> Moguel Cos )' Sanchez Co rrea, 1989
:J ¿? icolau Romero, 2001
Caso, 1952 3. Hay un corpus de 51 re- Para evitar cualquier confusió n, nos parece prefe-
rdío Gussynier, 1974 presentaciones de canchas rible no mbrarlas como representacio nes bi o tri-di -
rdío Guss)'nier, 1974 de juego de pelota, algunas
mensio nales, expresió n desprovista de co nno tacio-
piezas tienen varias can-
Le)'e naar y Parsons, 1988 nes interpretati vas. E fectivamen te, muchas o tras
chas , por eso se contabili-
rdío H ernández Rivero, 2009 zan 58 . Este corpus inclu - repres entaci o nes se co nsideran m ás bi en co mo
Li rva k, 1965 ye16 objetos en piedra y o frenda s u obj etos rituales, co m o es el caso de las
[día Caso, 1932 cerámica. Escenadeunjue- de Occidente. Aunqu e es ta expli cación ta mpoco es
,día Caso, 1932 go de pelota . Procede de
válida p ara ado rnos com o el pectoral de la Tumba
Dockstader, 1968 Nayarit. Rijksmuseum voor
Volkenkunde , Leiden , Ho-
7 de Mo nte A lbán (fig. 2) , Y todavía menos para
Bushnell, 1905
landa . los graffiti o los glifos m ayas.
Bushnell, 1905
.)
TOMADO DE LEYENAAR, 1997
REPR OGRAF IA M A PACHECO I RAleES
A pesar de esta imprecisió n, H o usto n (1998) su-
(.
braya co n pertinencia la existencia de conve ncio -
Kampen. 1972, Castillo Peña. 1995
nes pictóricas qu e unifican casi todos los tipos de
Castillo Peña. 1995, Kampen, 1972
representacio nes, desde los graffiti hasta las escul-
Kampen, 1972, Castillo Peña, 1995
turas m o num entales y los códices. Res ulta enton-
Cuevas, 1989
Navarrete et al. , 1993
ces pertinente un es tudio sistemático que prop or-
N avarrete et al., 1993 cionaría p osibles interpretaciones del papel o del
Navarrete, 1984 simbolismo de las representaciones arquitectó ni -
Navarrete, 1984 cas bi y tri-dimensio nales en Mesoamérica.
Satterthwaite, 1943 Sería utó pico tratar de sintetizar en un artículo
Borhegyi, 1969 la g ran cantidad de ejemplos que se han enco ntra-
Hellmuth, 1975 do, que abarcan miles. N os limitaremos aquí a las
Leyenaar )' Parsons, 1988 representacio nes de canchas de juego d e p elo ta,
Houston, 1998 dejando provisio nalmente de lado las 142 imáge-
Schmidt et al., 1998 nes de esos edificios en los códices. E l corPlls es de
Taladoire, 2003 51 obj etos, que incluyen 58 canchas, pues una mis-
Wardwell,196 7 m a pieza pu ed e ten er va rias r ep resen taci o ne s,
Ruz,1 945 co mo los petrograbados de Tejupilco (4) o de Ta-
:lío Jourdan, 1999 basco (2) r una vasija de El Salyad or (2). Po r Otro
lío lado, D a)' (1998) menciona la pre senci a de fr ag-
Baudez, 1970 (32) me ntos de m aquetas en unas tumba s de tiro del
Leyenaar y Parsons, 1988 (140) Occidente, sin decir si se trata de juegos de pelo-
Leyenaar y Parsons, 1988 (145)
ta, lo que no permite una estimación preci sa ; no
los contabilizamo s aquí.
o o
s re-
:has Es relevante aquí considerar la cuestión de la queta s" de Colima, Jalisco y Nayarit son posibles
inci- autenticidad de las represe ntaciones, principal- falsi ficacio nes, pero a falta de un análisis por ter-
Jce- mente de las del Occidente. Un total de 29 de las m oluminescencia, resulta casi imposible determi-
sido nar cuáles son falsas . Aun así, es probable que otras
piezas registradas procede de excavaciones con-
ba r-
troladas o de contextos arqueológicos: tal es el caso sean auténticas, porque aparecieron en las colec-
¡ del
~ ex- de los petrograbados, de las maquetas del Templo ciones antes del descubrimiento de canchas en el
ola- l\ Iayor (fig. 5) o de Monte Albán, de los perfiles Occidente. Las posibles falsificacion es reducirían
:; ar- del Tajín )' de las es culturas ma yas. Los huesos gra- sen siblemente el corplls, aunque sin modificarlo en
s el lo esencial.
bados dell\Iuseo Pigorini en Ro ma pertenecen a
lba-
colecciones públicas, y no tienen procedencia, pero Las procedencias y las fechas muestran una gran
¡ue-
yo r. Alfonso Caso encontró otros dos simi lares en di\-ersidad. D el corplls, 15 piezas proceden de Oc-
cha sus exca\-aciones, lo que sugiere la probable auten- cidente, 11 se encontraron en el Altiplano \' en
~ro- Guerrero. D e Oaxaca prO\-ienen 6 representacio-
ticidad de las dell\Iuseo Pigo rini . Sólo las pieza s
Mé-
del Occidente r una que otra representación no se nes. Tres perfiles se distinguen en los paneles del
:: E5 encontraron en excavacio nes. Varias de las "ma- Tajín. Las demás piezas fueron registradas en Chia-
jupilco) . Esta duración refleja perfectamente la ninguna manera se pueden interpretar las "maque-
8. Las representaciones de
evolución del juego, cuyo primer apogeo se dio en tas" como modelos arquitectónicos. Los petrogra-
canchas de juego de pelota
el Preclásico Tardío, aunque las canchas más anti- bados más elaborados, como los de Plazuelas o y otras estructuras que las
guas se edificaron en el Preclásico Medio y perdu- Tikal, tampoco representarían un modelo urbanís- comp lementan son consi-
raron hasta la conquista. Existe entonces una es- tico ideal. Como lo demuestra Hernández Rivero deradas como la imagen de
trecha coincidencia entre las representaciones y el (2009), el petrograbado de Tejupilco má s bien se un paisaje real o como una
maqueta. Petrograbado de
concepto de Mesoamérica. adapta a la roca en que está tallado, sin tratar de
Santotón , Chiapas.
modelarlo para adaptarlo a un modelo preconce- DIGITALIZACiÓN RAfcES
Canchas y representaciones
A esta coincidencia de distribución cronológica y
geográfica con el fenómeno mesoamericano, se
suma cierto grado de semejanza entre las canchas
y las representaciones. Sólo por mencionar unos
ejemplos, varios autores, como Jaime Litvak (1965)
o Moguel Cos y Sánchez Correa (1989), señalaron
las similitudes entre los petrograbados y los sitios
asociados, en Plazuelas, por ejemplo (fig. 6a) . La
maqueta de Xochicalco tiene cierto parecido con
la cancha principal del sitio (fig. 6b) ; lo mismo vale
-----~
para una de las maquetas de l\Iéxico-Tenochtitlan 9. [
con el Teotlachco, el juego de pelota de la ciudad. e (
ne ~
El mural de Teotihuacan representa una cancha
pe
abierta, de un tipo común en las canchas del Pre- CUí
clásico. La estela de Edzná, el panel de La Corona, ra
el graffiti de Tikal (fig. 7) Ylos paneles del Tajín su- cie
gieren los perfiles de las estructuras laterales de las na
flujo del líquido que se le podría haber vaciado. la imagen del Códice de Dresde. Finalmente, Hous- códice maya es la del perfil
Según López Austin (comunicación personal, ton menciona el recipiente de Kaminalju yú (fig. de las estructuras laterales
delacanchadeljuegodepe-
1987), pudo haberse tratado de un altar dedicado 11) , una maqueta con un tubo que conecta un
lota que se ve en la página
a deidades relacionadas con el agua, los llamados vaso con la cancha, lo que permite vaciar líqui- 41 del Códice de Dresde.
t/aloques e incluso a la mayor de ellas, la diosa de dos e inundar el juego de pelota. Si esas interpre- =-E:::;:j:;~AFLA OllVER SANTANAI RAfcES
la sal, Huiztocíhuatl, por su necesaria interven- taciones son correctas, el conjunto de los petro-
ción en el proceso de producción de sal que se grabados estaría asociado a cultos relacionad o-
realizaba en el lugar. Faltan datos precisos para con el agua y con la fertilidad.
26 I ARQUEOLOGiA MEXICANA
~
;;~~;:.;<.:. ;. ~;:.r::;:.;:;~;;;;~;.2L&.
representaciones bi y tri-dimensionales de juegos \~éa nse las n.:fl..'rt'ocias bibliográficas al cuadro t:O ouc:qra página
de inrerner: w\\ w.arqllcomex,com/biblioTaladoircl17.html
de pelota conocidas actualmente. eli~
La
U na ciudad prehispánica
Slr
XOCHITÉCATL-CACAXTLA I 29
DOSIER
Cacaxtla y Xochitécatl conformaron un mIsmo asentamiento y fueron producto de una misma so-
ciedad, pero tuvieron funciones claramente diferenciadas. El primero fue lugar de residencia y toma
de decisión del grupo dominante; Xochitécatl fue un espacio de libre acceso, en el que se realizaban
ceremonias comunitarias y se h acía el intercambio de bienes.
che, y al sur la zona centro y suroeste del C\RI\CTERÍSTIC.\S ESP \CI \LES mismo tiempo, pero si de la permanencia
yaile Puebla-Tlaxcala. y ESTRl'CTL"R,\ l"lTI ~ R:\ . \ en la concepción general del asentamien-
En el lado oeste de las partes bajas del to. Estas condiciones indican la existencia
Bloque Xocrutécatl-N ativi tas-N opalucan El diseño arquitectónico urbano de Xo- de una traza planeada con un eje y por lo
se encuentra el río Atoyac, que nace en la chitécatl-Cacaxtla responde a una serie de menos con tres áreas fundamentales. La
vertiente oriental de la Sierra Nevada, por momentos constructivos que se adapta- primera se refiere a los edificios monumen-
Jese
la convergencia de los ríos Frío, San Mar- ron no sólo a las formaciones topográfi- tales de Xocrutécatl, la segunda alas estruc- ::: e
tín y Ajejela. Del lado este se encuentra el cas del Bloque Xochitécatl-Nativitas-No- turas de Cacaxtla y la tercera a los asenta-
río Zahuapan, que brota en las vertientes palucan, sino también a una concepción mientos domésticos en las lomas de
de la serranía el Rosario, de los cerros Huin- del paisaje que permite crear algunos ejes Nativitas, lo cual indica una planificación :at::"i
tépetl y Acatzonquio. En la zona norte visuales dirigidos a elementos geográfi- que diferencia claramente las áreas cere- má:
del bloque, y contemporáneas de la ocu- cos como los volcanes circundantes y moniales de las cívico-administrativas y de ;: ,m
pación de Xochitécatl-Cacaxtla, están la- puntos estratégicos. las habitacionales. ~e el
gunas-ciénagas como la del Rosario, con o se puede hablar de un solo momen- Xocrutécatl se encuentra a 500 m al oes- za a
252 ha, que se comenzó a desecar artifi- to de conformación y desarrollo, pues no te del Gran Basamento de Cacaxtla, a una con'
cialmente desde 1886. todas las áreas se encontraban ocupadas al mayor altitud y encima de un volcán aho- Ed
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SIERRA NEVADA
Sobre un volcán extinto del Bloque Xochitécatl-Nativitas-Nopalucan, una elevación geográfica del centro de México , se asentaron los antiguos habitantes
de Xochitécatl-Cacaxtla. Aprovechando los recursos del entorno natural, planearon su ciudad, una de cuyas caracteristicas es que los edificios forman ejes DUI
visuales dirigidos a elementos geográficos, como los volcanes circundantes y otros puntos estratégicos. so!:
30 I ARQUEOLOGiA MEXICANA
DOSIER
l SO-
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Cacaxtla
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Desde el Preclásico Medio (400 a.C.), la ciudad de Xochitécatl-Cacaxtla se abastecía con los productos provenientes de diversos nichos ecológicos, aun-
;truc-
que los principales se obtuvieron de las zonas lacustres cercanas.
enta-
IS de
ació n ra extinto. Este lugar representa uno de los ma yor importancia, principalmente por- nas hay diversos edificios y áreas habita-
cere- más claros ejemplos de lo que se conoce que contiene en varios de sus muros pin- cionales aún no explorados.
s " de como un centro cívico-ceremonial, ya que turas en las que se plasmaron personajes Cacaxtla y Xochi técatl conformaron un
se encuentra constituido por una gran pla- asociados a elementos acuáticos, terrestres mismo asentamiento y fueron producto de
loes- za abierta en dos niveles, sobre la cual se y simbólicos. De cada una de las pirlturas, una misma sociedad, pero tuvieron funcio-
1 una construyeron cuatro importantes edificios en buen estado de conservación, se han nes claramente diferenciadas. El primero
ah 0 - (Edificio de las Flores, Edificio de la Ser- realizado múltiples estudios iconográficos fue el lugar de residencia y toma de deci-
piente, Edificio de la Espiral y Basamento para descifrar el discurso plasmado. sión del grupo que se encontraba en la cima
de los Volcanes). En las partes bajas del 1\1 sur y al oeste de Cacaxtla se encuen- de la sociedad, y aquí se almacenaron di-
asentamiento aún es posible ver algunas tran la Plaza de los Tres Cerritos, La Mesi- versos productos primarios y se adminis-
estructuras menores y pequeñas platafor- ta, 1\tlachino y los edificios de Los Geme- traron los recursos humanos y naturales
mas habitacionales. los; algunas de estas construcciones están que se explotaron. En cambio, Xochitécatl
Cacaxtla está conformada por una se- separadas por grandes fosos, que habían fue un espacio de libre acceso, en el se rea-
rie de edificios y plazas en diferentes alti- sido considerados elementos defensivos, lizaban ceremonias comunitarias, se hacía
tudes y siguiendo la topografía del lugar. pero que, ahora sabemos, fueron los luga- el intercambio de bienes y se efectuaban
De estas construcciones, el Gran Basa- res de donde se extrajo material para la actividades básicas, como la producción de
mento es el conjunto arquitectónico de construcción (tepetate). Fuera de esas zo- navajillas prismáticas.
te
Intes
ejes Durante el Preclásico (400 a.C.), en la ciudad de Xochitécatl-Cacaxtla las casas del pueblo común constaban de un solo cuarto con cimientos de tepetate , pi-
sos de lodo que continuamente se renovaban y paredes con muros de materiales perecederos. Tres o cuatro casas se distribuian en torno de un patio central.
XOCHITECATL-CACAXTLA I 3 I
DOSIER
Para el Epiclásico, tanto Cacaxtla como los gobernantes, de los sacerdotes, de los y escaleras que permiten la intercomu ni- caliz
Xochitécatl y el sitio de Mixco Viejo, en el grupos de civiles y de los artesanos. cación entre los palacios \" los conjuntos de (
noreste, conformaron el núcleo administra- Los palacios y unidades de residencia residenciales. E n tOdos los edificios esca- día 1
tivo y de dominio que tuvo la región sur del de la elite estaban circunscritOs a lo que lonados se localizaron templo s que rema- duci
valle de Puebla-Tlaxcala; estaban situados se conoce como el Gran Basamento y a tan la parte alta \" que tuyieron por lo me- bita
sobre la misma formación geográfica, bajo varias construcciones menores que tienen nos dos cuartos y un primer acceso en 10m
un patrón de asentamiento disperso, y con- templos y forman áreas de circulación res- forma de pórtico que permiría la entrada runo
trolaron la entrada y salida de productos pro- tringida; estOs conjuntos arquitectónicos a un cuarto posterior de grandes dimen- tren
yenientes de la costa del Golfo y de Oaxaca. forman el área nuclear de todo del sitio, siones. Los muros que constituyeron es- cara
en la que se encuentran pequeñas plazas tos espacios fueron hechos con adobes 1
UNIDADES ARQUIT ECTÓNICAS interconectadas donde se construyeron recubiertos de es ruco, y por debajo de los clás
varios palacios en una disposición previa- pisos, también de estuco, se encontraron mle
Aunque sólo se han excavado los palacios mente designada. cistas con importantes ofrendas dedica-
que conforman el área residencial de la eli- Los palacios tienen fachadas con va- das a las consrrucciones.
te de Cacaxtla-Xochitécatl, queda claro que rias pilastras que dan acceso a cuartos pos- Las principales concentraciones de una
hubo diferencias entre las residencias de teriores de largas dimensiones, y pasillos unidades habitacionales domésticas se 10- d e!
are,
En el Epiclásico (650-950 d.C.), en algunas casas fuera de la zona nuclear de Cacaxtla las habitaciones tenian muros de adobe cubiertos con estuco, y va-
rias de éstas rodeaban un patio hundido. En este tipo de vivienda habitaron los grupos cercanos a la elite, quienes controlaban y administraban los bienes Al
y la fuerza de trabajo de la población productiva.
32 I ARQUEOLOGíA MEXICANA
DOSIER
muru- cal.izan en tres lomas a sólo 600 m al este distribución de las casas no presenta como adobe o recubrimiento de lodo, se
luntos de Cacaxtla, donde la gente común resi- un patrón claramente definido, más localizan en las zonas bajas.
; esca- día y realizaba diversas actividades pro- bien tiene una amplia dispersión, con- Las habitaciones de las casas se encuen-
rema- ductivas fundamentales. Las unidades ha- siderando que hay por lo menos tres tran dispuestas alrededor de un pequeño
o me- bitacionales se construyeron en ,-ari os conjuntos de casas para cada uno de los patio hundido, situadas sobre una peque-
's o en lamerías conformados por terrazas o des- terraceados. ña plataforma cuyo desplante se encuen-
1trada niveles más o menos planos que tienen un Las unidades domésticas del Epiclási- tra formado con piedras careadas de te-
lmen- frente curvo, mismos que conforman la ca se construyeron literalmente sobre zontle recubiertas con estuco. Las
J n es- cara sur y este de las lomas. otras del Preclásico, pero con materiales construcciones domésticas están organi-
~o bes ,Las unidades habitacionales del Pre- de mejor calidad como adobe y recubri- zadas en pequeños conjuntos de tres o cua-
delos clásico estuvieron construidas con ci- miento de estuco. Las unidades habitacio- tro unidades y construidas en diversos
:raron mientos de piedra, muros de grande s nales hasta ahora exploradas tienen un pa- puntos de las terrazas y pueden tener una
:dica- tepetates con repellado de lodo)' api- trón de asentamiento diferenciado, es o dos habitaciones. Los adobes son los
sonados de tierra. Las casas tuvieron decir, aquellas que tienen mejores acaba- materiales empleados para la construcción
es de una sola habitación, con el fogón como dos r mayor espacio se encuentran en las de los muros y los pisos tienen un firme
selo- elemento fundamental y al exterior las partes más altas. Las que están construi- de gravilla de tezontle con un recubrimien-
áreas de desecho o troncocónicas. La das con materiales de menos calidad, to de estuco.
y va-
enes Algunos palacios y habitaciones de muros de adobes repellados con estuco y pisos alisados, se edificaron fuera del entorno principal de Cacaxtla y segura-
mente estuvieron habitados por grupos cercanos a las elites o por gobernantes.
XOCHITÉCATL-CAC AXTLA I 33
DOSIER
En Xochitécatl-Cacaxtla se sabe de la existencia d e una sociedad divida en clases ociales que reali- J.lml
zaron diversos trabajos, los cuales permitieron la creación y manutención del asentamiento, activi- \. \'el
dades sustanciales que fueron realizadas por los agricultores artesanos, conjun to social activamente dele
relac
productivo sobre el que se tenía control. el ql
lbi.
Los recursos naturales de Xochitécatl-Ca- tocados, etc.) . Esta pintura permite inferir ción de estos recursos por medio de la caza
lo <.JI
caxtla son muy diversos, el entorno físico la presencia de individuos que interactua- y la pesca, actividades que a su vez impli-
E
inmediato no era el único medio del cual ban con otras sociedades, ya sea por m e- caron la producción de utensilios y herra-
se obtenían productos, pues éstos llegaban dio del intercambio o del tributo; su rica mientas para llevarlas a cabo (trampas, an-
desde lugares muylejanos ydediversas ma- indumentaria indica que se trataba de un zuelos, redes, etc.). Asimi smo, otros
neras, como tributo, intercam bio, conquis- miembro de la elite. recursos se obtenían en nichos ecológicos
ta, cesión y o tros. Aquí hemos encontrado La explotación y producción de cada como el pie de monte, cimas de lomas, la-
productos y materia prima de lugares leja- uno de los bienes supone la existencia de deras de montaña y valles de ríos, produc-
nos como Otumba, Pico de Orizaba, Gua- diversos modos de trabajo que en algunos tos que también sirvieron para la produc-
temala, Sureste de E.U.A., entre otros. casos tuvieron que ver con un recurso na- ción de herramientas y artefactos que se
E n el mural localizado en el Templo turalo sólo con alguna de las fases de pro- han encontrado en asociación directa con
Rojo de Cacaxtla se encuentra el llamado ducción, aunque en su mayoría estos tra- las unidades habitacionales.
"comerciante", que po see interesantes baj os estuvieron vinculados con aspectos E l análisis de la fauna arrojó la existen-
atributos: un atavío de piel de jaguar con que interesaron o fueron exclusivos de la cia de animales provenientes de cada uno
pendientes, nariguera y collar de jadeíta y, elite. Uno de los ámbitos más interesan- de esos nichos ecológicos, que fueron fun-
La
Ep
Este personaje , que ha sido interpretado como un individuo de alto nivel que lleva tributo o como un "comerciante", tiene a su lado un bulto que muestra cómo po
llegaban algunos productos a la ciudad de Xochitécatl-Cacaxtla desde zonas tan distantes como el Golfo de México, Oaxaca o la Cuenca de México. mE
34 / ARQUEOLOGíA MEXICANA
DOSIER
eali- damentalmente para el consumo como pe- celas agrícolas, aunque las principales se siva )' se estableció un control directo en
ces, tortugas, ranas, grullas, conejos, perros encuentran rodeando lo que fue la laguna el propio nicho ecológico, control auspi-
tlVl-
y venados cola blanca. Sin embargo, uno que se encontraba al norte, conocida en los ciado por las clases dominantes. Estas ac-
ente de los elementos primarios a destacar en cuarenta como E l Rosario. En esta zona se tividades implicaron una nueva técnica de
relación con el mantenimiento urbano es han reportado parcelas agrícolas conoci- producción agrícola que se reflejó en el
el que se refiere a la explotación agrícola; das como chinampas, sistema agrícola que sistema chinampero, el cual no sólo per-
si bien hemos señalado la existencia de va- permitió el sustento básico de la población mitió la manutención de la totalidad de la
rios nichos ecológicos LJue fueron explo- de todo el sitio. sociedad sino jncluyó la posibilidad, dado
)Iota-
tados y de los cuales se obnn'ieron diver- Bajo estas condiciones, hipotética- el alto nivel de productividad de ese sis-
opla-
sos e importantes recursos, fue lo agrícola mente podemos sellalar llue las activida- tema, de tener una mayor cantidad de pro-
¡caza
lo que permitió el sustento básico. des de los grupos productores de aljm en- ductos destinados para el intercambio en
mpli-
En el área que circunda las unidades ha- tos fueron realizadas en un ámbito momentos de crisis alimentaria y con ello
lcrra-
bitacionales ha sido posible detectar par- lacustre, donde la explotación fue inten - asegurar la manutención de todo el con-
$, an-
junto social que habitó la ciudad de Xo-
) tros
chi técatl-Cacaxtla.
!;lCOS
Como hemos señalado)' con base en
I~, la-
las características que se pueden observar
)duc-
en la cultura material de Xochitécatl-Ca-
)duc-
caxtla desde el Preclásico (800 a.c.), se sabe
ue se
de la existencia de una sociedad ruvida en
lcon
clases sociales que realizaron ruversos tra-
bajos, los cuales permjtieron la creación y
sten-
manutención del asentamjento, activida-
uno
des sustanciales que pensamos fueron rea-
fun-
lizadas por los agricultores artesanos, con-
junto social activamente productivo sobre
el que se tenia control y del cual se obtenia
un excedente en la producción de los bie-
nes sustanciales. Este grupo fue enajena-
do por los grupos de elite, y su fuerza de
trabajo se utilizó para la construcción
de bienes inmuebles yen la conformación de
un centro urbano. ¡~~
XOCHITÉCATL-CACAXTLA I 35
Xochitécatl-Cacaxtla En 1
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MARI CARMEN SERRA PUCHE, JESÚS CARLOS LAZCANO ARCE "UmJCa
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a más antigua información es- chitécatl forma parte de una serie de for- Alemana para la Investigación Cienúfica, la
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cuales
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Pirámide de las Flores. Xochitécatl , Tlaxcala. Espin
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_u e le permitió generar un perfil geoló- ¡.¡.¡ cavaciones extensivas en la Plaza de los
O Xochitécatl
.;l CO. Las investigaciones iniciadas en O
Tres Cerriros de Cacaxtla, con el fin de co-
il;'¡I;.
P
1 992 con el megaproyecto Xochitécarl,
ajo la dirección de la Dra. Mari Carmen
~
en
Cacaxtla
nocer los elementos afines para realizar
analogías que permitieran inferir si la evi -
¡.¡.¡ PUEBLA
- tra Puche, permitieron conocer la di - dencia material de ambos sitios fue pro-
!i~
-lmica cultural del sitio en relación con Cholula dclCro de una misma sociedad.
J entorno natural)' social, el proceso Durante2007,la parte surdda techum -
i1s tórico y evolutivo durante las diversas bre que cubre el Gran Basamento se de-
:núfica, la __as es ocupacionales prehispánicas; asi - rrumbó, por lo cual se realizaron trabajos
IlOS de los :Dis mo, se logró la recuperación de los intensivos de restauración yconservación.
~es tigios arqueológicos para ponerlos a Asimismo, la arqueóloga Beatriz Palavici -
ros de su-
.iisposición del público. nit y un equipo de restauradores continua-
\:.\H y del
, . Spran z Por su parte, Cacaxtla empezó a ser in- ron con los trabajos de mantenimiento de
-estigado medjanre excavaciones sistemá- las pinturas y diversas áreas, y e! arqueó-
lerficie, el
::Jcas a partir de 1975, fecha en que se da logo Guillermo Goñi liberó algunos
gracias a
~ conocer el hallazgo de pintura mu- espacios arquitectónicos en la
Idas esta-
ra l. Los investigadores Diana base este de! Basamento.
t máxima
Los trabajos de inves-
le tenía la ;-"ópez y Daniel Malina se
: la Cuen- encargaron de realizar tigación en e! área con-
os primeros trabajos de tinúan con el objetivo
liberación y puesta en de conocer e! modo
-alar para la visita pú- de vida y los patrones
blica de! sitio. Fueron de conducta cotidiana
ellos los que definieron de aquellos habitantes
.a existencia de por lo que mantuvieron a los
menos siete etapas grupos de la elite de Ca-
constructivas, de las caxtla y Xochitécatl.
cuales tres se encuen- Desde 1996, la Dra. Se-
tran in terre!acionadas; rra y e! Dr. Lazcano han
de igual forma, esta- realizado recorridos de
blecieron las dimensio- superficie y excavacio-
nes de! Gran Basa- nes extensivas e inten-
mento y realizaron sivas enlas unidades ha-
las primeras interpretacio- bitacionales asociadas a
nes de los murales. los sitios principales de
A finales de los ochenta, Xochitécat y Cacaxtla, en el
los investigadores Rosalba área ahora conocida como si-
De!gadillo y Andrés Santana tio Nativitas, lugar que se en-
realizaron nuevos trabajos de cuentra a 500 m al este de Cacax-
liberación en e! Gran Basa- da, sobre la misma elevación
mento e hicieron una serie de geográfica de Xochitécatl-Nati-
pozos en los alrededores de los vitas-Nopalucan, espacio en el
sitios principales. Posteriormente, cual se han realizado nueve tempora-
se efecruaron trabajos de explo- das de excavación. !i~
ración en la periferia de! Gran
Basamento a fin de colocar la
enorme techumbre que ahora lo Urna con tapa y soporte cónico. Museo de
cubre, trabajo realizado por Lino Sitio de Cacaxtla, Tlaxcala.
Espinoza y Pedro Ortega. Durante FOTO MARCO ANTONIO PACH ECO I RAicES
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;8 I AI\QUEOLO<."IA MEXIC.ANA
DOSIER
n i Xochitécatl-Cacaxtla
MARI CARMEN SERRA P UCHE
VIDA COTIDIANA I 39
DOSIER
Al este de los edificios de Xochitécatl-Cacaxtla está el área principal en que se construyeron las unidades habitacionales donde vivió la gente común y es-
tuvieron a una altura sobre el nivel del mar menor (2200 msnm) que la de los edificios (2 300 msnm).
sobre actividades cotidianas, las relaciones Buscamos comprender la forma de vida lle, cuyos habitantes se especializaron en z.
del hombre con su entorno social y natu- de quienes habitaban el centro ceremonial distintos oficios y fueron construyendo pa- a
ral, la concepción del medio ambiente, sus y adrrúnistrativo, la de aquellos individuos ralelamente una sociedad cada vez más lt
recursos y su geografía. Intentamos expli- que con su trabajo hicieron posible el man- compleja. En e! segundo periodo de ocu- a
car con ello los lazos que establecieron los tenimiento de! sitio. Buscamos entender pación de! valle, durante e! Epiclásico (650- e
habitantes de esa región con los de áreas los grupos ubicados en una función parti- 950 d.C.), hubo un dorrúnio regional equi- e
cincunvecinas, por ejemplo con los valles cular y con una organización econórrúca y parable a centros tan importantes como e
de Morelos y Puebla, con la Cuenca de l\Ié- social que permitió la construcción de una Cholula, Cantona Xochicalco o Tenango. a
xico, así como con regiones más lejanas: el sociedad que, durante el Preclásico Medio En ese transcurrir los habitantes de la é
Golfo de México, los Valles Centrales de y e! Tardío (1 200 a.C.-200 d.C), inició con región vivieron en un medio ambiente fa-
Oaxaca e incluso la región olmeca. un centro ceremonial que controlaba e! va- vorable. Sin embargo, esa rrúsma naturale-
40 I ARQUEOLOGIA MEXICANA
DOSIER
~
tea una serie de interrogantes que intenta-
mos contestar: ¿acaso fue la tradición y la
fidelidad a los dioses lo que permitió re-
tornar al origen y revivir las antiguas creen-
cias? ¿Qué fue lo que hizo reconstruir, con
nueva grandeza, los templos y los espacios
ceremoniales? ¿Cómo se mantuvo ese
modo de vida por muchas generaciones?
Hoy en día las unidades habitacionales
aparecen apenas como un conjunto de te-
Xochitécatl rrazas poco perceptibles. Sin embargo, en-
contramos en ellas vestigios de las casas
del pueblo: de quienes construyeron y die-
ron sustento alas sitios monumentales. No
se ve la grandeza de edificaciones como en
Xochitécatl y Cacaxtla, pero es precisa-
mente de esas terrazas de donde surge la
potente voz de aquellos anónimos artífi-
ces de esa grandeza pasada que nos sor-
prende y enorgullece.
Las exploraciones arqueológicas en la
zona han permitido definir diversos aspec-
tos relacionados con la vida cotidiana de
los habitantes de los conjuntos de terrazas
de las laderas del centro cívico administra-
tivo de Xochitécatl-Cacaxtla. Gracias a los
restos arqueológicos hallados en las terra-
área principal de zas ha sido posible conocer acerca de las
casas-habitación actividades agrícolas, así como de la pesca
lacustre y la cacería. También fue posible
detectar la realización de otras actividades
_11M
en talleres especializados.
VIDA COTIDIANA I 41
DOSIER
Preclásico Temprano Preclásico Medio Clásico Tardío Clásico Temprano Posclásico Temprano
1600-1350 a. C 1200-550 a.C 600 a.C-250 a.C 300-650d.C 1000-1150 d.C
• • • • • • • • •
a.Cld.C Epiclásico Posclásico Tardío
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..:...., 700-950d.C 1200-1500 d .C
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La vida cotidiana de los habitantes de Xochitécatl-Cacaxtla se desarrolló durante dos etapas ocupacionales. La primera, denominada Zahuapan, transcu-
rrió, en su mayor parte, en el Preclásico. La segunda , llamada Atoyac, ocurrió en el Epiclásico.
de postes, algunos entierros y fogones. En sico-químicos de laboratorio fue posible c10n de la s cuentas, destacan en un
el exterior de dos de las unidades habita- establecer que alrededor de 400 a.C.los po- conjunto habitacional de una de las terra-
cionales se encontraron asociados dos hor- bladores de Xochitécatl-Cacaxtla cono- zas. Los estudios de difracción de rayos X
nos circulares y una formación troncocó- cían el proceso de fermentación y destila- (XRD) Yde petrografía indican que elma-
nica, construidos en el tepetate. Además, ción para la realización delmezcal como terial era jadeíta proveniente del valle del
esos hornos fueron comparados con los bebida rituaL río Motagua, en Guatemala, lo que impli-
datos e información recabada en localida- Otra de las actividades que se pudo ex- có traer el material por medio de las redes
des actuales de Oaxaca, San Luis Potosí y plicar fue el trabajo y manufactura de cuen- de intercambio a larga distancia.
Morelos, entre otras, donde actualmente tas de piedra verde, así como de artefactos Asimismo, se fabricaron artefactos en
se produce mezcal de forma artesanaL en hueso. Los hallazgos de una gran can- hueso, como agujas, perforadores, punzones,
Con base en las investigaciones de ca- tidad de fragmentos de piedra verde, aso- piscadores, instrumentos musicales y cuen-
rácter etnoarqueológico y en los análisis fí- ciados con buriles de sílex para la elabora- tas. Para la manufactura de dichas piezas, los
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El estudio de las unidades habitacionales permi-
de
te entender gran parte de las actividades realiza-
das por quienes las habitaron. Las casas del Pre- de
clásico estuvieron construidas con materiales Hechas con técnicas constructivas para que durarán más, algunas unidades habitacionales del Epiclá- mi
perecederos y cimientos de tepetates sin careo. sico tienen muros de adobes cubiertos con estuco y dos o tres habitaciones . di ~
42 I ARQUEOLOGIA MEXICANA
DOSIER
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Entre otras piedras utilizadas para hacer artefactos, estuvo la piedra verde , traída del valle del río Motagua , Guatemala, que sirvió para la producción de
cue nta S. DIBUJO C¡;SAR FERNÁNDEZ J PHRVPT·IIAJ UNAM COLOR SAMARA vEtAzauEZ f RAfeES
artesanos preferían utilizar metatarsos y me- 1..-\ S .IER I\R(~Lí\s SOU \LES
tacarpos de venados cola blanca y berrendo,
huesos de pato, guajolote y pecarí, así como En es te momento la sociedad estaba cons-
Por medio de la excavación de tituida por la elite, los sacerdotes, los cam-
huesos largos de cánidos, entre otros.
Ésas eran las concüciones de los habi- las unidades habitacionales se pesinos y los artesanos, lo cual se reflej ó
tantes de Xochitécatl-Cacaxtla antes de en la ubicación de las unidades domesti-
obtuvo información tanto so- cas, en sus cümensiones y en su técnica de
que el Popocatépetl hiciera erupción alre-
dedor del siglo 1 d.C. y la región fuese aban- bre la especialización como so- construcción. Se siguieron empleando los
donada y permaneciera así hasta el Epiclá- recursos que se tenían al alcance, p ero
bre actividades cotidianas, las hubo un uso diferencial de ellos en la edi-
sic o (650 a.C-950 d.C.). E n efecto, tras el
largo periodo de abandono, en el Epiclá- relaciones del hombre con su ficación de los espacios domésticos, ya
sico empezó otra vez el poblamiento de la que algunas casas tuvieron mejores aca-
entorno social y natural, la con- b ados que otras, como es el caso de las
ciudad. Algunos lugares se reocuparon y
otros se construyeron siguiendo un patrón cepción del medio ambiente, habitaciones de las personas más ricas, las
de alineación relacionado con la geografía cuales fueron de ado be, repelladas con es-
sus recursos y su geografía. tuco y con cimientos de tezontle careado;
de la zona; aSÍ, los volcanes fueron los ele-
liclá- mentos referenciales para la planeación y además, eran más amplias y se encontra-
cüstribución de los nuevos asentamientos. ban cerca del centro ceremonial. En cam-
VI DA COTIDIANA I 43
... -------
Durante el Preclásico, la agricultura era de temporal y en el Epiclásico fue intensiva porque se empleó el sistema chinampero. La siembra fue la actividad pro-
ductiva principal y ocupó gran parte de la vida cotidiana de la gente común de Xochitécatl-Cacaxtla . DIBUJO CESARFERNANDEZ I PHRVPT-IIA I UNAM COlOR SAMARAVElAzaUEZ I RAlcES
bio, en las casas de las personas menos arquitectónica del volcán de La Malinche.
privilegiadas se utilizaron materiales de Las figurillas que se ofrendaban eran de mu-
menor calidad, los espacios eran más re- jeres ricamente ataviadas de todas las eda-
ducidos y se localizaban en terrenos me-
Las habitaciones de las perso-
des: desde jovencitas, mujeres embarazadas,
nos elevados. nas más ricas eran de adobe, madres cargando a sus hijos, hasta ancianas
En esta ciudad el espacio ceremonial y venerables, las cuales representaban e! ciclo
público donde se perpetuaban y reprodu-
repelladas con estuco y con ci-
de vida, nacimiento, juventud, madurez, ve-
cían ideologías, así como rituales de vene- mientos de tezontle careado, jez y muerte de la mujer.
ración al volcán femenino de La i\ülinche, También durante la segunda ocupa-
era la plaza de Xocrutécad. El Gran Basa-
amp li as y se encontraban cerca
ción, los pintores especialistas familiariza-
mento de Cacaxda era la sede de la clase del centro ceremonial. En cam - dos tanto con las técnicas pictóricas y uso
dirigente en la que recaía la toma de deci- de pigmentos como con los aspectos de
siones y la administración.
bio, en las casas de las personas
índole simbólico realizaron los murales de
Entre las actividades más importantes menos privilegiadas se utiliza- Cacaxrla. Posiblem ente, esas p ersonas
que realizaban las mujeres de Xochitécad- pertenecían a un sector directamente re-
ron material es de menor cali-
Cacaxda y aquellos que visitaban e! centro lacionado con las clases dirigentes, dado
ceremonial está la ceremonia de la salida de! dad, los espacios eran más re- que la ensCl"lanza de las técnicas pictóricas
sol e! 29 de septiembre, que corresponde a y todo e! conocimiento que éstas implica-
los meses de cosecha ochpa/lii!;; y tepeí/h1litl
ducidos y se l oca li zaban en
ban estaba reseryado a la elite. Gracias a
Se hacían ofrendas y sacrificios en e! volcán terrenos menos elevados. los análisis realizados en los murales, así
La Malinche: montaña madre propiciatoria, como por los materiales con los cuales se
donadora de bienes. La Pirámide de las Flo- relacionan, se les asignó una fecha entre e! l;
res se convertía, aSÍ, en una reproducción 550 Y 800 d.e. ni
44 / ARQUEOLOGIA MEXICANA
DOSIER
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~1 La vida cotidiana de los antiguos habitantes de Xochitécatl-Cacaxtla transcurría entre la realización de diversos trabajos y la participación en ceremonias y
rituales propiciatorios de buenas cosechas. Ambas actividades se dieron en un ámbito comunitario y solidario , más que en uno individual.
VIDA COTIDIANA I 4S
DOSIER
como La Batalla.
ClOn
ldos
feo-
Po-
¿una batalla?
M ARiA TERESA URIARTE
:iios
lltO- para el libro Cacaxt/a, del proyecto La Pin- abordado de forma extensiva 1van Sprajc. Ll\S Cl\RACTERÍSTlCAS
tura Mural Prehispánica en México, y que Estos autores han definido de manera cla- DEL DIOS DEL MAÍZ
;e le
se publicará próximamente. ra cuáles son los rasgos que identifican a la
; del Quizás uno de los mitos más extendi- deidad asociada con el cereal y que también La deformación craneana y la tonsura son
dos en Mesoamérica, desde épocas mu y an- se vincula con el planeta Venus. rasgos distintivos del dios del maíz. Con
)ffiO tiguas, es el del nacimiento y la muerte del Con frecuencia los gobernantes se ata- el propósito de simular la parte final de la
dios del maíz. David ] oralemon, Virginia viaban como el dios y son muy nUlllerosas mazorca, de donde brota el pelo el cráneo
lea-
Fields y Karl Taube han escrito de manera las represen taciones - particularmente en tre se modela para hacerlo se mejante. Asi-
ido abundante sobre este tema, que también ha los mayas- que los retratan de esta guisa. mismo, hay varias explicaciones para la
acax-
)atri -
XICO.
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Irgo,
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ficio
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I. La
n ha
;a en
~uez
ízes
,s en 3. Entre los rasgos distintivos del dios del maíz
lode- está un mechón , adornado con una joya , a la al-
Ipar- tura de la frente, como el que se ve en este per-
¡mas sonaje, quien está sentado y a punto de sufrir una
fqui- 2. En 1996 se propuso que el Mural de la Batalla era la representación del sacrificio de Xólotl , ya que herida en el pecho con un gran cuchillo de peder-
nuro los vencedores son los únicos que llevan armas ofensivas, con excepción del personaje 10 del muro nal. Edificio B, subestructura , muro oriente, per-
poniente, quien lleva una lanza. Edificio B, subestructura, muro poniente, personaje 10. Cacaxtla. sonaje 1. Cacaxtla.
48 I ARQUEOLOGfA MEXICANA
DOSIER
5. El faldellin era parte del atavio del dios del maiz tan como una alegoría de esa dualidad de
y de los gobernantes que se vestian como él. En la deidad. Tal sería el caso de los faldelli -
ocasiones, esa prenda estaba adornado con rom-
nes que llevan los dos personajes vistos
bos formados por tubos de piedra verde. Edificio
B. subestructura, muro poniente, personaje 5.
de frente, en ambos muros, que además
Cacaxtla. se adornan con rombos formados por tu -
bos de piedra verde, como los lleva Pakal
1 en la lápida mencionada, y que según al-
lla de cinco puntas aparece en el Templo gunos autores pueden ser las divisiones
de Venus (fig. 4b) Yen la capa del perso- de las milpas cn la superficie de la tierra .
naje 5 del muro poniente (fig. S). Otro rasgo distintivo son las alas. Con
Con frecuencia lleva un pectoral con frecuencia en el área maya, las deidades
un rostro humano, que pudicl'a SCl' una del maíz se ve n con alas, complemento
alusión al título de abal! "señor" (fig.4c) . natural de su asociación con avcs que di-
Éste lo llevan varios de los personajes que seminanlas semillas en el campo. Así ve-
están ataviados como aves. mo s a los personajes en los murales de
En el dios del maíz)' los gobernantes Cacaxtla. F:s notable el caso del número
que se visten corno él a vcces se confun- 21 del muro oriente (fig. 6) , que tiene el
de el género, pues poseen caracteres mas- cuerpo pintado de azul y amarillo, el co-
culinos y femeninos. Aunque la falda en razón de fuera )', como en el caso del per-
el México prehispánico no es distintiva de sonaje 1 del cual hablamos (fig. 3) , ese
lo femenino, puede pensarse que en oca- corazón es más bien un glifo que, según
siones parece que los gobernantes la por- los daneses Jesper Nielsen y Christophe
lecto-
lecto-
muro 6. Las alas son uno más de los rasgos distintivos del dios del maiz, como en este personaje, quien tiene el cuerpo pintado de azul y amarillo, y la represen-
iente. tación del corazón de fuera , que más bien parece un glifo que alude a una orden de sacrificadores, quienes dan muerte a las víctimas -vestidas con los síg-
nos del dios del maíz- como alegoria de la muerte por sacrificio de esa deidad . Edificio B, subestructura , muro oriente, personaje 21. Cacaxtla .
f:~.
Helmke, alude a una orden de sacrifica- El ciclo de vida y muerte del maíz es nos de fuera. Sin embargo, en el Códice de
dores. Sus estudios aparecerán también visto aun en nuestros días como algo na- Dresde, p. 42c, aparece Chac jalando los in-
en elUbro Cacaxtla -mencionado ante- tural, tanto como la muerte y el nacimien- testinos del dios del maíz. Es de resaltar que a
riormente- y con frecuencia hago alusión to de todos los seres vivos, r en el mun- aparece como cauti"o, con las manos sobre '
a ellos pues sus aportaciones darán una doprehispánico,inclusodelosinanimados. la espalda y amenazado por Chac (fig. 8a) .
nueva perspectiva a los estudios sobre ese En Cacaxtla llama la atención la violen- Se trata de la muerte sacrificial del maíz por
lugar excepcional. Así, se puede suponer cia explícita que se muestra en la muerte de parte del dios de la llm-ia, y cabe preguntar-
que tales sacrificadores, cuya función se los prisioneros; por ejemplo, los persona- se si es una alusión al exceso de lluvia que
conoce con claridad, están realizando un jes 5 (fig. 7a), 8 (fig. 7b) , 15 (fig. 7c) 021 mata al maíz. De cualquier manera, es una
acto similar en los murales de Cacaxtla. (fig. 6) del muro oriente tienen los intesti- muerte cruenta de la deidad del cereal.
.,
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RffR
9.
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7. La violencia que se muestra en la muerte de los prisioneros en el llamado Mural de la Batalla es explicita; los personajes 5, 8, 15 Y 21 del muro oriente tie, za
nen los intestinos de fuera. a) Edificio B, subestructura, muro oriente, personaje 5. b) Edificio B, subestructura, muro oriente, personaje 8. e) Edificio B, sub- lo:
estructura, muro oriente, personaje 15. Cacaxtla. tu
50 I ARQUEOLOGfA MEXICANA
DOSIER
en 1
en Xochitécatl y la pua
plaz
can e
latir
bla,
Durante el Preclásico los habitantes de Xochitécatl y sus veClnos del Altiplano Central ffil r
plo
mexicano institucionalizaron ciertos elementos religiosos clave para los sistemas posterio- estt
res del Clásico y el Posclásico, entre ellos la orientación de las estructuras principales, el pre
cm
simbolismo de las ofrendas rituales y la veneración del dios Tormenta. S10'
ton
no'
E
l Xochitécatl del Preclásico así como los puntoS de continuidad y dis- 1m:
Medio al Preclásico Tardío continuidad entre ellos y los centros del COI
(ca. 800 a.c.-lOO d.C) se de- Clásico, como Teotihuacan, Cholula y par
sarrolló en una época y un Cantona, )' los posteriores del Altiplano. da
ámbito social en el que las culturas del Al- Proponemos que la urbanización de la re- ncr
tiplano Central mexicano experimentaron gión y el desarrollo de ciertas tradiciones de
transformaciones críticas en su modo de de un sistema religioso bien definido fue -
vida, lo que culminó enla urbanización ron procesos complicados, que se vieron la I
y el desarrollo de tradiciones religio- mutuamente afectados. te
sas propias de las culturas del Clá- url
sico y el Posclásico. En el Preclásico, ARQUITECTURA CEREMONIAL en
Xochitécatl fue uno de los centros ler
mayores, junto con Cuicuilco y Tla- En la arquitectura ceremonial de Xochi- m]
pacoya, en la Cuenca de México, y técatl y muchos de sus vecinos se denota le~
Amalucan, Cuauhtinchan Viejo, la existenci a de un incipiente programa hl
Tlalancaleca y Totimehuacan, en constructivo: una pirámide principal al nl1
Puebla (fig. 2) . También había este, ori entada hacia una plaza y con el lo
centros menores, como Temamat- hori zonte al oeste (fig. 3) . Las gran- pe
la, en la Cuenca de México; Capulac des urbes po steriores del Altiplano ne
Concepción, Guadalupita Las Da- Central siguen esta orientación ge- es
lias, en Puebla, y Cerritos de Hua- neral, co n la adición de una pirámi- PI
mantla y La Laguna, en Tlaxcala. Las de secundaria ubicada al norte, mi- ca
investigaciones de David M. Carba- rando hacia el sur, lo que ocurre re
110 en La Laguna, entre 2004 y 201 O, Cl '
proporcionaron las bases para reali- z-
zar una comparación entre los cen- 1. Esta vasija del dios Tormenta proviene
E
de La Laguna. Tlaxcala ycorresponde al Pre-
tros proto-urbanos del periodo, su ar- pi
clásico Tardío. Es trípode. las orejas del perso-
quí tecturaceremonial y los rituales llevados naje tienen motivos en forma de S que sim- 51
a cabo en tales espacios sagrados. Aquí bolizan nubes: en la mano derecha lleva C
examinamos elementos compartidos y di- un rayo y en la izquierda un botellón. La ge
vergentes entre Xochitécatl y sus vecinos, Laguna. Tlaxca la.
FOTO O"VlDORs.:..........O
T
52 I ARQUEOLOGíA MEXICANA
DOSIER
~r
rios conjuntos templo-plaza-juego de pe-
dis- lota, cabe mencionar que nueve de los once
; de! conjuntos en la zona central de! sitio com-
¡la y parten una orientación este-oeste, pareci-
ano. da a la de La Laguna, pero con las canchas Cuicuilco, ciudad
a re- normalmente orientadas este-oeste, en vez de México
)nes de norte-sur.
fue- Nos planteamos la posibilidad de que
~ ron
la tendencia a una orientación este-oes -
te en Xochitécatl y otros centros proto-
urbanos del Preclásico estuviera basada
.\L en consideraciones astronómicas)' ca-
lendáricas, al observar que los alinea-
La Laguna,
chi- mientos desde las estructuras principa- Tlaxcala
lOta les habrían permitido la observación del
ima horizonte. Para confirmar este plantea-
11 al miento tomamos en cuenta e! azimut de Cuauhtinchan ID
Viejo, Puebla
n el los sitios; se estableció un punto O res- Totimehuacan,
Puebla
:an- pecto a las 360 grados, que señalaba e!
ano norte verdadero y progresaba hacia e!
ge- este (fig. 5) . Al comparar 15 sitios de! Xochüécatl,
mJ- Preclásico de Puebla-Tlaxcala y la Cuen- Tlaxcala
rnJ-
ca de México, observamos que 14 de ellos
¡rre registran un azimut que sigue la orienta-
ción de su estructura principal entre los
ene
Pre-
275 y 299.5 grados (al norte del oeste).
Este eje es el que se observa en los tem-
100m
o
rso- plos más grandes de los centros de! Clá-
;im- sico y e! Posclásico, como Teotihuacan,
eva Cholula, los conjuntos templo-plaza-jue- 3. La arquitectura ceremonial de Xochitécatl y la de muchos de sus vecinos conforma un incipiente plan
. La go de pelota centrales de Cantona, Tula, estandarizado; tienen una pirámide principal al este, orientada hacia una plaza que da al horizonte
Tenochtitlan y Tlate!olco. oeste. Representaciones de centros ceremoniales de varios sitios del Preclásico.
,rres- En la arquitectura ceremonial de Xo chitécatl y muchos de sus ve- Con base en estos estudios, propone-
muts mos que la concepción arquitectónica de
cinos se denota la existencia de un incipiente programa construc- la gran mayoría de los centros mayores del
ango
·1 pe- tivo: una pirámide principal al este, orientada hacia una plaza y Preclásico en el Altiplano Central mexica-
sols- no, con sus alineaciones solares en referen-
con-
con el horizonte al oeste . cia a las montañas y volcanes, no implica
275 la creación de observatorios as tronómicos,
la un sino más bien la creación de una esceno-
,con grafia para la realización de rituales cosmo-
tillOS geográficos en un espacio sagrado que se
; co- articulaba con el paisaje natural, igualmen-
tem- te venerado.
a la s
l im- OFRENDAS RITUALES
1 du-
botellón (fig. 9) Y fueron depositadas en estableciendo así una fuerte conexión en- Es
ofrendas o tumbas dentro de la plarafor- tre el dios y las esperanzas de buenas co-
ma principal. Las vasijas de La Laguna co- sechas. tili
rresponden al Preclásico Tardío, juSto en Encima de los templos-basamentos qu
el momento de transición al Clásico en el más altos de La Laguna fueron descubier-
siglo 11 d.e. Mantienen la forma globular )' tos los restos de ofrendas de terminación. liz
el tratamiento superficial de las vasijas de Sobre la estructura al norte de la plaza cen-
Tlapacoya, pero son trípodes y el dios Tor- tral se localizó un depósito dentro del pe-
menta lleva motivos en forma de S en las núltimo piso su perior que contenía una
orejas, que representan nubes, además de concha Stromb/lsentera y dos vasijas minia- na,
un rayo en la mano derecha y un botellón tura (fig. 10). Sobre el relleno constructi- les
en la mano izquierda (fig. 1). La presencia par
del botellón muestra una relación directa SIJa
con la forma de vasijas más antiguas. Los 9. En el Preclásico, el agua y la fertilidad de la tie-
est
ejemplos de La Laguna provinieron de dos rra fueron simbolizados con la disposición de ten
estructuras en el centro del sitio: el prime- ofrendas de vasijas efigie del dios Tormenta. En Xc
ro un templo-basamento al este, r el segun- Tlapacoya , esas vasijas tienen forma de botellón ter
y fueron ofrendadas en algunas tumbas de la pla-
do una estructura baja con evidencia de ha- pal
taforma principal. Vasija del dios Tormenta , Tla-
ber servido para el almacenamiento y la pacoya, estado de México. MNA.
tié
preparación de alimentos comunitarios, FOTO DAVID CARBAllO téf:
56 I ARQUEOLOGíA MEXICANA
DOSIER
9/IJ, la 10. En la estructura que está al norte de la plaza central de La Laguna, Tlax-
'lleno cala -en un contenedor que estaba en el piso de la penúltima etapa construc-
t
tiva- se localizó una ofrenda compuesta por un caracol completo, de la espe-
n. La
cie Strombus, y dos vasijas miniatura. Encima del contenedor, pero entre el
leto y relleno constructivo, que es de piedras, se hallaron
tam- fragmentos de otro caracol Strombus. Así se
de la simbolizó la terminación o fin de la vida útil de
Slm- la penúltima etapa constructiva y el inicio de
la última etapa de construcción de la es-
ttttl
:1de-
tructura. Caracol Strombus
obsi- y vasijas miniaturas. La
uales Laguna , Tlaxcala.
le pi- FOTO DAVID CARBA LLO
le os-
)s de 11 . La práctica de enterrar como ofrenda una pieza completa y fragmentos
fa s, r de otra , que es similar, también se descubrió en la estructura principal , que
és, y está al este de la plaza, de La Laguna , lo que sugiere una concepción sim-
bólica de terminación. La ofrenda de la estructura principal consistió de 15
ellos
cuchillos bifaciales de obsidiana , cinco discos de pizarra cubiertos de pirita.
~ cla- una concha de ostión y una cuenta de piedra verde. Bifaciales y excéntricos
ma- de obsidiana. La Laguna , Tlaxcala.
FOTO DAVID CARBA LLO
11'eC-
.la se
lides
e La TRANSFORMACIÓN estas comunidades y de cambios en el tiem- A finales del Preclásico se empieza a no-
oca- Y CONTINUIDAD po todavía no bien definidos. tar un cierto grado de intitucionalización
smo Sin embargo, las similitudes y continui- en la práctica de ofrendar a deidades y a
c[je- La segunda mitad del primer milenio de dades en ciertas prácticas rituales y símbo- fuerzas sobrenaturales; aparecen aspectos
. ex- nuestra era en el Altiplano Central atesti- los religiosos son claras, y entre ellas desta- que se observan en urbes pos teriores, como
guó transformaciones clave en la historia ca la organización del espacio sagrado, Teotihuacan y Tenochtitlan, entre ellos, el
del urbanismo y la cristalización de ciertas compuesto por una estructura principal al depósito de vasijas efigie del dios Tormen-
tradiciones de arquitectura, dioses y ofren- este de un recinto ceremonial y orientada ta en estructuras públicas y o frend as con
das rituales. El periodo no fue homogéneo hacia el oeste. Este patrón parece haberse excéntricos de obsidiana, discos de pirita y
con respecto a las orientaciones de arqui- desarrollado y proliferado durante las fases conchas, todos éstos presentes en La La-
tectura ceremonial y ofrendas rituales. tardías del Preclásico, lo que representa un guna, lo que indica el paso hacia temas sim-
Mientras que algunos centros tuvieron ti- importante punto de desencuentro con res- bólicos de carácter bélicos asociados al auge
de los nuevos sistemas del Clásico. ~J
A
iniCiOS de! siglo V II de nuestra había sido durante la época de! dominio de iconoclastas descontentos con e! orden lasF
era, la quema y des trucción de teotihuacano e! centro magno del valle establecido. La arqueología sugiere que en clás
templos y palacios en Teoti- poblano-tlaxcalteca. Pero e! dinamismo las décadas subsecuentes, sólo entre 5 000 prir
11LIacan trajo cambios dramá- que entonces le había caracterizado y que Y 10 000 habitantes quedaban en lo que gue
ticos para los pueblos de!Altiplano Central culminó materializándose en el edificio de había sido una pujante urbe de más de ca,
mexicano. Al decaer e! sistema imperial, mayor volumen de América, la Gran Pirá- 30 000 personas. nes
sitios de menor importancia previa, como mide o Tlachihualtépetl ("cerro hecho a Ignoramos la suene de sus gobernan- me:
Cacaxtla, aprovecharon las nuevas opor- mano") , empezó a flaquear entre tes y nobles, de sus sacerdotes, arquitec- pen
tunidades ofrecidas por e! vacío político y 500 y 600 d.C., quizá afectado por factores tos, escribanos, guerreros, comerciantes y cax
económico para establecer su propia he- semejantes a los que debilitaron a Teoti- artesanos, pero es de imaginar que la des- me:
gemonía en áreas circundantes. Cholula, huacan. Sus monumentos públicos expe- trucción en e! templo principal acarrearía na,
sin embargo, no participó de ese proceso rimentaron una violenta profanación -es- una marcada disminución de las ceremo- aur
ascendente. Con una añeja trayec toria ur- pecialmente los del lado sur de la pirámide, nias que atraían peregrinos, así como de Ca'
bana que se remontaba al siglo 1, Cholula en e! Patio de los Altares- , tal vez a manos las ofrendas r donaciones que requería la ceF
58 I ARQUEOLOGíA MEXICANA
DOSIER
manutención de! culto. Esto, aunado al [1 ( \ " \,~ taron se llamaba Xicalanco en la
cese de construcción pública, debió im- antigüedad. Otras versiones los vinculan
pactar negativamente en la economía, Fuentes del siglo XVI cuentan que mien- con la costa de! Golfo, pues tanto olme-
obligando a muchos pobladores a ace ptar tras Cholula padecía ese periodo de des- ca como xicallanca son palabras asocia-
una calidad de vida empobrecida o a emi- go bierno, los olmecas-xicallancas lle- das a la costa -la primera de Olman o "lu-
grar por falta de trabajo, lo que ocasiona- garo n al valle de Puebla-Tlaxcala y con- gar de! hule", y la segunda de Xicalango,
ría e! abandono parcial de Cholula. Un pe- vi rtieron a Cacaxtla en la nueva sede de nombre de dos puertos en e! golfo, uno
queño segmento de esa p o blació n se poder ,., , pero e! origen e identidad en Veracruz y otro en Campeche-;
refugió aparentemente en e! cercano ce- étnica de esos migran tes son polémicos. algunos otros hi storiadores, como Fer-
rro Zapo tecas. Qui zás algunas de las fa- E ntre quienes los identifican como pro- nando de Alva Ixtlilxóchitl, siIÚan los orí-
milias nobles se mudaron a ese lugar por cedentes de la Cuenca de M éxico está genes de este grupo en esas tierras. A par-
ser un emplazamiento defendible, donde Chimalpahin, e! cronista de Chalco, quien tir del descubrimiento de los murales de
además de sus casas construyeron un jue- apunta que eran originarios de Chalco - Cacaxtla, ejecutados en un marcado esti-
go de pelota y pequeños templos. En ge- Amaquemecan y la zona sur de la Sierra lo maya, varios investigadores han toma-
neral, en ese periodo posteotihuacano, el Nevada, y e! historiador tlaxcalteca Die- do la palabra de Ixtlilxóchitl para identi-
Epiclásico (650-900 d .C), es común en- go Muñoz Camargo relata que e! territo- ficar a los olmecas-xicallancas como
contrarasentamientos ubicados sobre ele- rio del sur de Tlaxcala en e! que se asen- oriundos de la costa de! Golfo.
vaciones, lo cual sugiere un tiempo de con-
siderable conflicto e inseguridad.
Los efectos de esa época de reacomo-
dos de poder variaron entre los diferentes ,V \ N
sitios, y, en los casos de Cholula y Cacax-
tla, sus historias nos presentan una corre-
lación invertida. Mientras que en e! piso
del valle, Cholula sufrió una crisis que sa-
1 PUEBLOS OLMECA-XICALLANCAS EN EL EPICLÁSICO 1I
~I
)
/
~ ~
,,
\ 4-
cudió los cimientos de su gobierno y le HIDALGO j"',J'
--
(/ <.
despojó de! lugar primordial que has ta en- \
,
\
tonces ocupara, Cacaxtla se consolidó >
como e! nuevo foco rector en la jerarquía
poblano-tlaxcalteca y sus líderes constru-
..J~--" /"", _ )
f PUEBLA VERA CRUZ
yeron sobre un bloque montañoso defen- '-,
<\
-J ......
dible un suntuoso palacio que manifesta- ESTADO DE ¿ ,"'<
J
30 km
~l ~~
lOO principales de esa sociedad ataviados para MORELOS
Jtzocan • Tepexi .
jue guerra y ceremonia. Aunque no es idénti- r \. /~~
de co, e! estilo de Cholula recuerda los cáno- -'\ ' \. • .• .J
Cutha J
ln- mente simbólico, abstracto y difícil de '1 , ~\.J
Acatlán .
ec- penetrar, en tanto que los artistas de Ca- (
~,,f'
J
L
·Sy caxtla acudieron a los modelos de! sureste (í'
es- mesoamericano, exaltando la figura huma- GUERRERO
.....' .r ' '\ r OAXACA
ría na, la individualidad y la narrativa . Así,
10- aunque la distancia física entre Cholula y El Epiclásico (650 a 900 d.C) fue un tiempo de considerable conflicto e inseguridad. Las fuentes del
de Cacaxtla suma apenas 30 km,la brecha con- siglo XVI mencionan que en ese periodo los olmecas-xicallancas llegaron al valle de Puebla-Tlaxcala y
. la ceptual entre ellas es vasta. convirtieron a Cacaxtla en la nueva sede de poder.
60 I ARQUEOLOGIA MEXICANA
DOSIER
a I xtlil
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el tie:
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que,
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rulO:
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Los objetos de cerámica localizados en la parte de arriba de la capa
de ceniza procedente del Popocatépetl son de inicios del Posclásico el Pa
e incluyen ejemplos de la vajilla plomiza que se traía desde la frontera do ne
entre Chiapas y Guatemala. Así , la capa de residuos volcánicos resulta dir a
ser un excelente marcador estratigráfico que divide al Clásico del Posclá-
ción
sico. ) Cajete encontrado en 1932 por Eduardo Noguera en el Altar de los
Cráneos Esculpidos. Vasija de cerámica plomiza (plumbate). Procede del Pa-
co nt
tio de los Altares . Ambos en Cholula. blan
DIGITALIZACiÓN RAteEs TOMADO DE soLls. 2007 REPROGRAF!A; OLIVER SANTANA I RAlcES
que ,
fo rn
Mes
tiestos arriba de ella son de inicios del Pos- de piedra pómez fragmentada. Esta últi- palacio de Cacaxtla, apunta hacia el fin vio- imp<
clásico e incluyen ejemplos de la ma fase volcánica se fecha hacia el siglo lento de la familia reinante y sus allegados.
cerámica plomiza que se traía desde la IX, y sería la fuente de la ceniza del Patio ¿Pero quién perpetró la masacre? Con si-
frontera entre Chiapas y Guatemala de los Altares; el impacto ambiental eideo- derando que en la Historia Tolteca-Chichime-
. Así, la capa volcánica resulta ser un lógico de tal erupción habría desestabili- ca se anota que los olmecas-xicallancas es-
excelente marcador estratigráfico que di- zado aún más el frágil orden político y eco- tablecieron su señorío en Cholula en el
vide el Clásico del Posclásico. Mucha de nó mico, desatando nuevos desafíos para siglo IX, un escenario posible sería que una
la evidencia relativa a este vulcanismo pro- los gobernantes locales. facción rival del grupo gobernante destru-
yera Cacaxtla para regresar la capital re-
gional a su antigua sede.
Favorecid a de nuevo por el péndulo del
Cholula había sido durante la época del dominio teo tihuacano el poder, Cholula revivió el uso de su Gran
centro magno del valle poblano -tlaxcalteca. Pero el dinamismo Pirámide y se le hicieron algunos arreglos,
como los burdos contrafuer tes curvos del
que entonces le había caracterizado y que culminó materializán- lado poniente , además de cons-
dos e en el edificio de m ayor volumen de América, la Gran Pirá -
mide, empe zó a flaquear entre 500 y 600 d.C., quiz á afectado por
factores semejantes a los que debilitaron a Teotihuacan.
truir elegantes palacios en el primer nivel
del montículo. Quizá uno de ellos, en la
Pl aza oreste, fuese la re sidencia del
áquiach amapane, uno de los dos sumos sa-
[
cerdotes que regían la Cholula olmeca-xi-
TI
callanca; el palacio del otro, el tlálchiach ti-
zacozque, se habría si tuado en la Plaza
viene de las faldas del Popocatépetl, don- I \ I \ \ ( I (> 1 \ Sureste, o tal vez en tecaxpan tlalzintlan, al
de exploraciones arqueológicas indican pie del Cerro Tecajete, al poniente de Cho-
que, en el siglo VIII, flujos piroclásticos El resurgimiento de Cholu la coincid e lula, como señala la H istoria Tolteca-Chichi- H¡
(nubes de gases ardientes) arrasaron la la- aproximadamente con el ocaso de Cacax- meca para el siglo Xl! el pr
dera noreste del volcán, obligando a las tia a fines del siglo IX, un hecho que qui- Haciendo referencia al Tlachihualté- ama
tlálcl
comunidades a evacuarla; algún tiempo zá no sea casual. E l descubrimiento de nu- ped, esta ciudad reyitali zada se llamó
tre €
después, una erupción explosiva de tipo merosos niños sacrificados y mutilados Chalchiu tépec o " Cerro de Jade", y tenía chia
pliniano sepultó al área con más de 30 cm sobre los pisos de los patios y pasillos del un templo dedicado a Quetzalcóatl. Alva izqu
62 I ARQUEOLOGIA MEXICANA
DOSIER
LOS
orden de los franciscanos en e! siglo XV1, hasta e! primer centenario de la indepen- to a cumpli.r con las necesidades de! ciclo lon¡
devotos del arcángel, en e! centro de! valle dencia, y desecaron la tierra para expandir festivo; maíz y frijoles, base del consumo rece
Puebla-Tlaxcala, entre barrios indígenas y las áreas de cultivo. San Antonio Michac, familiar, y amaranto, destinado a la fabri-
en e! cruce de caminos reales que llevaban Santa Elena Atoyac, Santiago Michac La cación local de dulces tradicionales y ale-
a Puebla, Huejotzingo, Cholula, San Mar- Segura, San Juan Mixco, Santa Águeda grías. Sus ingresos prm-ienen de activida- E12!
com
tín Texme!ucan y la ciudad de México, una conformaron un valle fecundo de maíz y des diversas: empleos en fábricas cercanas
en u
ubicación estratégica para la agricultura y campos trigueros, con estancias de gana- yen el si tio arqueológico, pequeños comer- agu¡
e! intercambio. D espués de aprender a ca- do mayor, bestias de carga, caballos trilla- cios establecidos "la yema en puestos que des .
zar, pescar y recolectar frutos, heredaron dores, mulas de recua y bueyes de arado y constituyen un mercado permanente en el fuen
de los antiguos habitantes de Xochitécatl- ganado menor, ovejas y carneros, bece- gran atrio del santuario. lagr<
64 I ARQUEOLOGIA MEXICANA
DOSIER
66 I ARQUEOLOGIA MEXICANA
DOSIER
úsica En su visita, los peregrinos caminan por cuetes y fuegos artificiales, ofrendas yador- Todos saben que la madrugada de! 29
tejos la antigua Xochitécatl-Cacaxtla, ,-eneran namos la iglesia, traemos músicos y prepa- de septiembre el sol ilumina la Pirámide de
[inos otros santos de iglesias en pueblos cerca- ramos el mole, porque San Miguelito nos Las Flores porque ése era el lugar sagrado
lesia, nos, comen y beben, se divierten en los jue- protege de los males, nos alivia de la enfer- de los antiguos habitantes, que ese día, al
licio- gos mecánicos, disfrutan de los musicales y medad y cuida e! agua para regar la milpa". salir e! sol, hacían un ritual de fertilidad y
arti- de! baile que se ofrece después de las mana- Los visitantes y habitantes de San Migue! sanación. En Xochitécatl, centro ceremo-
has- nitas y de! espectáculo de fuegos artificiales. saben que, en la lucha entre el bien y el mal, nial enclavado en la cim a de un volcán
lden Como se senaló al iniciar este escrito, esa e! arcángel se ha ganado un lugar primor- extinto, orientado y ubicad o deliberada-
'Mé- noche de fiesta concluye al amanecer. dial en el orden sagrado de! cristianismo, mente entre los volcanes Iztaccíhuatl, Po-
eln- pues vence al m al representado por e!e- p ocatépetl y La Malinche, los rituales se
Dma SAN MIGUEL ARCÁNG EL, mentas culturales como enfermedades y realizaban en un lugar especial, con asocia-
las y ¿IMAGEN DE UNA DEIDAD hambrunas, imágenes demoniacas presen- ciones naturales cargadas de simboli smo,
avor MODERNA? tes en la iconografía cristiana -la serpien- vista a los volcanes, al valle y al espacio s1-
)OCO te o el dragón- y adq uiere pacieres natura- deral, con elementos rituales, ofrendas, al-
,con Los sanmigue!enses saben que durante si- les so bre la tempestad , los aires, el tares, fogata s, vasijas, incensarios, figuri-
con- glos se ha ce!ebrado la fiesta porque es una quemante sol y la sequía. Saben que pue- llas. U n día las actividades coti dianas se
manera de hacer e! bien común; dice don de proporcionar salud a los enfermos me- detenían y sobre la pirámide, en medio de
)PÓ- Manuel: "Cooperamos con la celebración diante aguas curativas y buenas cosechas la contemplación del paisaje cultural des-
olas y la fiesta en comisiones, dedicamos flores, con las lluvias. crita, se lleva ban a cabo ceremonias que
,dias
Jue-
les y
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nes,
arri-
Strl-
19ua
10ti-
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~ru-
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por
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1 de
ge-
lOS,
ras.
lara
sa. ~~!~ck Pf'~I'Ioooi, pit
__ IIUUHptltl'oncK~("""
~ue C. r..lOp.1 M~
án-
~ la La fiesta en San Miguel del Milagro se ha convertido en uno de los eventos religiosos más importantes de la región y ordena el ciclo comunitario anual. Se
del afirma que hasta un millón de peregrinos acuden para rogar o agradecer un favor concedido y llevarse un poco del agua milagrosa que emana del cerro.
Fotografía aérea de 2010 en donde se ve el territorio de San Míguel y el uso del espacio durante la fiesta de septiembre . DISE~OYEDICIONCARTOGRAFICA CELIA LOeEZ MIGUEL
tenedora, madre tierra, fértil, la que da llu- cercanía con los tiempos en que se oficia- canos hacían rituales y depositaban ofren-
via, donde se "arman los nublados". Has- ban los rituales preruspánicos, yambos cul- da s a Tláloc, dios de la lluvia: cerros, EL
ta aquí acudía la gen te del valle para tos convivían con los rituales agrícolas y montañas, cuevas, cañadas, ríos y arroyos DE
(Sierra, 2004: 7 6). Tláloc habitaba en el Tla-
llocan, al interior de las montañas que guar- La!
daban lluvia, granizo y rayos, monte sagra- fon
d o d o nde la tierra tenía la virtud de con
reverdecer, de germinar, florecer y fructi - les '
ficar toda semilla, conformand o un am- lebl
biente de tierra, agua, flores y frutos. D e nan
esta ruvinidad dependia todo lo bueno y lo que
malo: la sequía, la inundación, y por ello es mu
en las faldas de los grandes volcanes y cue- tim
vas del cenuo de l\Iesoamérica donde se Vltl
practicaba el culto a Tláloc Oarquín, 2010). gru
Dado suin finito poder sobre lluvias yaguas la f
de la tierra, siembras y cosechas, manifes- tier
tado en el ram que se desprende de la es- ent
COf
~iguel La fiesta San Miguel del Milagro actualiza año con año hechos del pasado que le dan sentido a la
algu-
10 los vida comunitaria, cohesión social al grupo e identidad a sus miembros, que se materializa y encuen-
en bi-
lla fe tra su significado en una cultura que no tendría sentido sin la tradición.
,ara
les San Miguel, de acuerdo con la tradición cristiana ,
en- es uno de encargados de luchar contra el mal, y por
ran eso fue promovido en las sociedades indígenas. cu-
, Ia- yos miembros encontraron en la figura del arcán-
gel una analogía con Tláloc, el dios de la lluvia.
~
j
~ L-____________________________~~__________~~____________~~________~~~____~______~~~__~~~"~______. . .w
San Miguel vence al mal representado por enfermedades y hambrunas, da salud a los enfermos, a través de aguas curativas , y buenas cosechas con el
agua de las lluvias. Ex voto a San Miguel del Milagro de unos peregrinos que salvaron la vida en un accidente. Tiene la fecha IV-X-81 .
Las sociedades indígenas encontraron en la figura del arcángel San Miguel una analogía con Tláloc,
su dios de la lluvia: ambos "rescatan las almas de los muertos y las llevan al paraíso o al Tlallocan,
defienden al pueblo propiciando buenas cosechas, son luminosos y las montañas son su morada".
Los habitantes de San Miguel saben que actualiza año con año hechos del pasado PARA LEER MÁS•.•
la agricultura ha dejado de ser el centro de que le dan sentido a la vida comunitaria, D JAL'BE-I1 ~RR l .,
i\ fa. Eugenia, "San ~fit,'llel Arcángel, un san-
la vida del pueblo, que las aguas del río es- cohesión social al grupo e identidad a sus to andariego", Rtk/dollfS, 103 "'-'\.'\1), 2005, pp. 18-50.
J ARQL'iN, ¡\fa. Teresa, Los santos del (araZÓI' de l\1elepec, H.
tán contaminadas y que han debido salir a miembros, que se materializa y encuentra Ayuntamiento de l\ lc[epec, 2010.
buscar trabajo fuera del municipio. Hoy en su significado en una cultura que no ten- RODRi cUI-:./.- l\ 11 \Ji\, Fernando E .. " L' na m aravilla en San
Miguel del J\ Wagro", en Imágenes de los "a/llra/es en el
día acuden a la imagen del arcángel en caso dría sentido sin la tradición. La memoria arle de la l\Tuel'll 1:5pm/a. SI:p"!OJ XI 7 al Xll11, f o mento
de enfermedad, de accidentes, ante dificul- cumple su cometido, enlazar las diversas Culmral Banamex, ~ I éxico_ :wos.
SERR..\ , 1\ 1. Carmen, C. Lazcano y L. Torres, "Acu\"idades
tades económicas, amorosas y educativas. generaciones, recuperando el pasado, otor- rituales t n Xoclu(écacl-Caca...xcla, Tlaxcala",Arqueolo·
Ahora San Miguelito se ha vuelto andarie- gándole significados a las nuevas condicio- gia, núm . 25, 1001, pp. - 1-R8.
SLRR.\, ¡\J. Carmt:n. "Xodurecatl y sus \'olcanes: pasado
go, protege a los cientos de migrantes que nes de existencia. t¡¡~ r presente", en E. \'argas ed .. TI .Coloquio Pedro Bosrh
cada año salen al país del norte en busca Gilllperd: eIO(ridtll/r) CtfI:ro d( .\tb.iro. l" \ \ 1, ~ I éxi co,
Hernán Salas Quintana!. Doctor en antropología. 2005.
delsustento para sus familias (D'Au beterre, SILRR\, Do ra, "San :\úgud .-\.rcángel en los rituales agrí-
Investigador del 1nstiruto de Investigaciones Antro- cola s",Arqllf()/ogh1JJt::\7tulJu. \"e>l. 12, núm. 68, julio-
2005). Como celebración,la fiesta, una trae pológicas de la UN.\l\1. Ha es tudiado la s sociedades Vis'
agosto de 10114. pp. -+ - 9.
dición del pueblo desde hace casi 400 años, campesinas y rurales. Sal
70 I ARQUEOLOGíA MEXICANA
-
LA SENORA DE CHALMA
LEONARDO L ÓPEZ LUJÁN , LAURA FILLOY NADAL
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o- Vistas frontal , izquierda y posterior de la mal llamada Diosa de Coatepec Harinas en su estado actual. Está registrada con el número de inventario 10-74751 .
Sala Mexica. Museo Nacional de Antropología . FOTO L M MARTINElIPROYECTO DIGITAUZACIONMNA-CANON
LA SEÑORA DE CHALMA I 71
La información contextual es decisiva para el arqueólogo. Con ella le resulta mucho más
fácil dilucidar la función y el significado de los vestigios que exhuma, así como recons-
truir escenas de un pasado siempre cambiante. Por ello, quienes saquean el patrimonio
arqueológico logran recuperar para su propio beneficio objetos de gran valor intrínse-
co, pero a costa de despojarlos de sus vínculos con las sociedades que los crearon.
Una escultura excepcional dades indígenas los siguen utilizando de generación en generación
ntre las obras maestras del Museo Nacional de Antropología, la o cuando son abandonados en el interior de cuevas secas.
llamada "Diosa de Coatepec Harinas" (~INr\, inv. 10-74751) ocu- Felizmente, tales sospechas se confirmaron hace unas cuantas
pa un lugar de privilegio. Exhibida en la Sala Mexica, sobresale semanas con un descubrimiento de la historiadora Ana Luisa Ma-
por sus indiscutibles valores estéticos y por tratarse de una de las drigal: en el Archivo Histórico del Museo Nacional de Antropo-
raras tallas en madera que han logrado llegar desde tiempos pre- logía, ella se topó con cuatro fotografías en blanco y negro de la
hispánicos hasta nuestros días. Un rápido examen de su fisono- estatuilla, las cuales fueron tomadas el lejano 28 de marzo de 1897
mía nos indica que la estatuilla femenina fue concebida para ser (/\HJ\fNA, caja 2, 87a-d). Estas viejas tomas muestran la escultura
vista frontalmente y para transmitir, a través de su rigurosa sime- desde distintos ángulos y nos revelan que hace poco más de un si-
tría, los ideales indígenas de la armonía y la templanza. El rostro, glo el ojo izquierdo aún conservaba su aplicación circular de pie-
como suele suceder en la plástica del Centro de México, no expre- dra negra, que la oreja derecha ya estaba rota y que los hoyos de
sa sentimientos melodramáticos, mientras que el cuerpo -ergui- las polillas todavía no habían sido resanados. Pero más allá de es-
do y con los pies bien apoyados sobre el suelo- adopta una pos- tos detalles de conservación y restauración, una de las forografías
tura firme y a la vez serena . Apegándose al canon escultórico nos deja ver una ficha rectangular de papel que acompañaba a la y 1S
regional, las proporciones anatómicas se compactan en sentido estatuilla. También carcomida por la polilla, la ficha tiene inscrita gest,
vertical, al tiempo que se amplifican el tamaño y los detalles de la en letra manuscrita la siguiente aclaración : 0((1
cabeza, las manos y los pies. }
El artífice de esta bella imagen representó a una mujer de ras- La figura de madera adjunta fue encontrada en el cerro del tambor tó 1:
gos juveniles y con el cabello peculiarmente trenzado sobre la fren- cerca de Chalma, enterrada en marmaja, juma [sic] con otra figura cuyo Paso
te. Puso especial énfasis en su torso desnudo, el cual nos muestra paradero se ignora. Dicha figura la cede el gue suscribe á su guerido
unos senos exiguos y rodeados por las manos en actitud de ofren- maestro)' amigo J\1r. A. M. Hunt, amante de las antigüedades mexi-
da. F.n contraste, dejó ocultas la cadera y las piernas bajo un lar- canas. Tenancingo, Diciembre 10 ele 1888. José Ma. de J. Ríos. cua.
go enredo carente de faja. La estatuilla, hay que mencionarlo, no La f
es demasiado grande: mide tan sólo 39.5 cm de alto, 15 cm de an- La biografía del objeto Sala
cho y 10 cm de espesor, mientras que su peso es de 1.2 kg. Fue Ese breve texto es significativo en dos sentidos. Por un lado, nos ca"
elaborada con una lTudera la tifo liada rojiza y de grano fino, qui- ayuda a construir la pomposamente llamada "biografía del obje- ne a
zás cedro, lo que permitió crear superficies bien redondeadas, ter- to", es decir, las vicisitudes que sufrió la estatuilla de madera des- tori
sas y brillantes. La talla se complementó con pigmento negro so- de su hallazgo hasta llegar a Chapultepec. Gracias a lo anotado, esta
bre la totalidad del rostro e incrustaciones de caracol de la especie por ejemplo, nos enteramos que uno de los primeros propieta- con
Turbillel/a angula/a para simular las escleróticas de los ojos y dos in- rios - si no su descubridor- fue José María de Jesús Ríos, cono- mo
cisivos superiores. cido en la ciudad mexiquense de Tenancingo por haber fundado colf
Con respecto al origen de la estatuilla, hasta fechas recientes el Colegio Pío Gregoriano en 1879. También nos aclara el texto pec
era realmente poco lo que sabíamos. Los únicos datos contextua- que, a fines de 1888, el profesor Ríos le obsequió la estatuilla a reg
les con que contábamos provenían del libro Toe lf7ood-Carver's Art Agustín i\{. Hunt Cortés, un sacerdote católico de ascendencia gra
in Ancimt Mexico} escrito por Marshall H. Saville (1925: 83). Ahí, irlandesa y nacido en Nueva Orleáns que pasó la mayor parte de plO
el arqueólogo norteamericano se limita a decirnos lo siguiente: su vida en nuestro país (véase H. de León-Portilla 1988, vol. 1 cIir¡
"Fuimos informados por el Dr. Nicolás León que esta imagen, p.125; vol. 2, pp. 189-192). Mencionemos que Hunt se dedicaba
junto con otra que ha desaparecido, fue descubierta hace algunos a la educación de niños desamparados, pero en sus ratos libres El
años en un montículo en Coatepec Harinas, Estado de México". estudiaba la gramática náhuatl, particularmente la fonética. En Mu
Estos datos, proporcionados por el afamado antropólogo michoa- efecto, bajo el seudónimo de Celtatécatl ("el celta"), publicó in- fes.
cano, siempre nos parecieron dudosos, no tanto por la referencia numerables traducciones alnáhuatl, el español r el inglés de le- del
a esa población matlatzinca de las faldas meridionales del eva- tanías, oraciones, relatos, salutaciones, elogios, fábulas e, inclusi- cm
do de Toluca, sino porque una pieza de madera difícilmente se ha- ve, el himno nacional mexicano. Muchas aparecieron entre 1884 la a
bría conservado en tan buen estado bajo los vestigios de un edi- y 1886 en el semanario La Familia} y otras en 1887 en las memo- caL
ficio prehispánico. Por regla general, este tipo de objetos logra rias del XI Congreso Internacional de Americanistas. Sin embar- de
sobrevivir en las zonas boscosas del altiplano cuando las comuni- go, las más conocidas fueron las que él mismo editó entre 1904 99'
72 I ARQUEOLOGíA MEXICANA
Izquierda: Una de las cua-
1á5
tro fotografías de la estatui-
15- lla tomadas el 28 de marzo
de 1897. AHMNA, caja 2, foto
1io 87a.
REPROGRAFIA PROYECTO
ción
ntas
Ma-
) PO -
Derecha: Fotografía donde
le la se aprecia la ficha con la ano-
897 tación , hecha el1 de diciem-
rura bre de 1888, del profesor
n Sl- José María de Jesús Ríos.
AHMNA , caja 2 , foto 87c.
p1e- REPROORAFIA PROYECTO
s de DIGITALIZACiÓN AHMNA-CANQN
: es-
lfías
a la y 1906 en su miscelánea intitulada I-ftltll-Cortés Di- dental de la accidentada Barranca de Ocuilan, por la
:rita gesl, periódico trimestral de COJas de México, el Egipto del cual flu ye el río Chalma. Se ubica precisamente en-
Occidente,y de literatllra general. tre los pueblos de Ocuilan y Chalma, a 3.4 km en li-
Al seguir esta pista, descubrimos que Hunt pres- nea recta al suroeste del primero y a 2 km al nores te
,bar tó la estatuilla al insigne historiador Francisco del del segundo. De entrada, tal emplazamiento descar-
·u)'o Paso y Troncoso para que la integrara a la sección ta a Coatepec Harinas como el origen de la es tatui-
rido mexicana de la Exposición Histórico-Americana de lla, pues esta población se halla enclavada a 35 kiló-
exi- Madrid, la cual se organizó en 1892 con motivo del metros al oeste del Cerro del Tambor.
cuarto centenario del descubrimiento de América. En tiempos prehispánicos, este cerro y la barran-
La estatuilla estuvo expuesta en un escaparate de la ca entera formaban parte del señorío de Ocuilan, el
Sala n, como digno ejemplar de la "cultura cohuis-
nos ca" (paso y Troncoso 1893, 1, pp. 18,141). Convie-
)¡e- ne agregar que, por aquel entonces, el abogado e his-
les- toriador Alfredo Chavero (1892, p. x,x..,'C) identificó
do, esta efigie como "Malinalli" y confundió su cabello
:ta- con la máscara de la deidad de la tierra. Desconoce-
10- mos, por desgracia, cuándo ingresó la estatuilla a las
Ido colecciones del Museo Nacional, pero podemos es-
:\to pecular que habría sido a los pocos años de haber
aa regresado de España, cuando se tomaron las foto-
Cla grafías arriba mencionadas y por donación del pro-
de pio Hunt a instancias de Paso y Troncoso, antiguo
L1 director del museo.
Iba
res El contexto del hallazgo
En Mucho más significativa es la referencia que el pro-
In- fesor Ríos hace del Cerro del Tambor como el lugar
le- del descubrimiento, pues nos permite reconstruir el
Sl- contexto cultural en que se utilizó la estatuilla. Por
Monseñor Agustín M. Hunt
84 la arqueóloga Rosa de la Pella Virchez pudimos lo- CortésydosalumnosdelHo-
10- calizar en el mapa esa elevación del sur del Estado gar de Niños Trabajadores.
ar- de México. El Cerro del Tambor (18 0 57' 2.46" L ', REPROGRAFIA RAlcES TOMADO DE
HUNT-CORT~S DIGEST. ENERO-FEBRERO
LA SEÑORA DE CHALMA I 73
cual fue conquistado por Tenochtitlan durante e! rei- daban a su señoría los destruyesen en su presencia de llotl-
nado de Axayácatl (1469-1481 d.C.; véase Peña y Pal- ellos ... y para mostrarles de cuán poca ,-irtud son aque- Rorr
ma, 2010) . Tras su derrota militar, los ocuiltecas tu- llos ídolos en que tenían su esperanza los hizo quemar 189¡
vieron la obligación de tributar periódicamente a la delante de todo el pueblo con las cosas de sacrificar Es (
Triple Alianza grandes cantidades de mantas de al- que de ellos halló ... ámb
godón y henequén, uniformes militares, escudos, lente
maíz, frijol, amaranto, crua y sal, esta última muy El documento concluye diciendo que los idólatras que ~
blanca y para e! consumo exclusivo de "los señores fueron azotados, pero no excomulgados. catli
de México" (Codex Mendoza, f. 34r). A decir de los Un caso mejor conocido es e! de la cueva donde Cris
mexicas, los ocuiltecas eran "de la misma vida y cos- los agustinos erigirían e! Santuario de Chalma. En zoltl
tumbre de los [matlatzincas] de Toluca, aunque su ese lugar se reverenciaba una enigmática escultura E
lenguaje es diferente ... Usaban también y muy mu- de piedra que fue des truida y reemplazada en 1539. tigae
cho de los maleficios o hechizos" (Códice Florentino, Sobre este hecho, nos relata con detalle e! padre Fran- qwe
lib. X, cap. XXIX, §8, f. 132v). cisco de Florencia (1689, pp 5-7): gral:
Además de su exuberante vegetación, la barran- las e
ca de Ocuilan se distingue por la abundancia de cue- En tiempo de su gentilidad tenían en gran veneración luci(
vas y pequeños abrigos rocosos (Sardo, 1965, p. 72), los naturales de Ocuila y sus contornos un ídolo de nal '
muchos de los cuales fueron escenario de intensas cuyo nombre, ní aun entre ellos -así por el mucho tiem- cadi
actividades rituales en e! siglo >"'VJ. Allí se adoraban po que ha pasado, como por la total mudan za de reli- -sín
imágenes de madera y piedra, tal y como lo atesti- gión, y costumbres- ha 'luedado memoria alguna. Hay téot
guan varios documentos históricos. En e! Archivo 'luien piense, 'lue se ll amaba Ostoc-Teotl, que quiere una
General de la Nación, por ejemplo, se resguarda un decir Dios de las Cuevas; pero es adivinar. adú
interesante proceso inquisitorial contra la gente de tierr
Ocuilan (Inquisición, 1548, vol. 1, exp. 3, ff. 5-7). Allí D e acuerdo con Florencia, locales y fuereños hon- fe si,
se habla de un tal Juan Teztécatl, quien confesó ha- raban dicha escultura ... ver
ber visto "en Po<;:an una cueva y en ella muchos ído- irnp
los y alrededor sangre y cosas de santificar y se dice ofreciéndole olores, y tributándole en las copas de sus con
dónde está la cueva Tetelneoya". También se señala cajetes ... los corazones y sangre vertida de inocentes xn)
a un indio de nombre Acatónal como el encargado niño s, y otros animales de que gus taba la insaciable pu e
de dichas imágenes -especificándose que les ofrecía crueldad del común enemigo. Era mucha la devoción bié¡
copal, flores y comida- y a otro llamado Cóatl como -si se debe llamar devoción la que es superstición- y e id
e! carpintero que las tallaba. A raíz de la denuncia de grande la estima que su engañada ceguera hacía de aq uel ("n
este culto, un fraile agustino Ídolo, y al paso que era el concurso de varias personas, pp.
de cerca y de lejos, que venían a adorarlo y ofrecerle 1
fue al monte en donde decía que estaban los ídolos de torpes vícti mas. p. l
Ubicación del Cerro del palo grande y los hizo traer al mona sterio de Ocuila y de¡
Tambor con respecto a los les predijo y amonestó a los indios de que el Sr. Obis- Según una versión que no recurre al milagro, los mis- zol1
poblados de Ocuilan , Chal- mos ocuiltecas redujeron su imagen a pedazos y los
po ordenaba que todos los que tuviesen ídolos o cosas
ma y Coatepec Harinas.
ILUSTRACiÓN RAleES
de sacrificar los diesen e descubriesen ... y que si no los agustinos la reemplazaron con la de! Cristo negro
(Sardo, 1965, p. 19). Y, con e! paso de los siglos, los
frailes instalaron en la misma cueva las efigies de San
f¡ Migue! Arcánge! y de Santa María Egipciaca.
TOLUCA
Pero, ¿quién es este Oztotéotl referido con tan-
® CAI'ITAL ESTATAL
ta vacilación por Florencia? Dado que no existe me-
• LOCALIDAD
moria de alguna deidad con ese nombre y que e!
culto en la cueva de Chalma atraía a gente de luga-
res lejanos, e! sabio Migue! Othón de Mendizábal
•
Nevado de Toluca (1925, p. 100) propuso que no se trataría de "un
ESTADO DE
MÉXICO
diosecillo provinciano", sino de alguna divinidad La
) " de las que gozaron de culto universal entre los in- He
dígenas de! Centro de México" . Otros estudiosos
Ocuilan MORELOS han sido más puntuales al sugerir que era e!mismí-
• tro
Coatepec • simo Huitzilopochtli (Borunda, 1898, pp. 118-121; !co
Tenancingo • Cerro del Tambor
Harinas Chalma . Hobgood, 1971, pp. 260-261 ), Tláloc (Hobgood, se
• CUERNAVACA
ti 1971, pp. 256, 260; Quezada, 1972, p. 61), Tepeyó- no'
74 / ARQUEOLOGíA MEXICANA
ia de 1I llo tl-Tezcatlipoca (Krickeberg, 1949, vol. 1, p. 161;
que- 1 Ro mero, 1957, p. 25) o bien Tlazoltéotl (Borunda,
I
:mar :1 1898, pp. 121-122; Hobgood, 1971, pp. 260-261 ).
ficar 11 Es claro c¡ue los tres últimos dioses, dentro del
ámbi to de las adap taciones religiosas, serían exce-
lentes canrlidatos para la sustitución de cultos or-
.tras 111; c¡uestada por los agustinos. Bajo esta lógica, Tez-
catlipoca pudiera ser el antecedente inmerliato del
nde !' Cristo negro, Tláloc de San 11iguel Arcángel y Tla-
En I zoltéo tl de Santa María E gipciaca.
tura 1, En el mismo sentido, resulta sugerente la inves-
:;39. I ' tigació n de Loui se M. Burkhart (1989, pp. 87-93),
ran- quien concluyó c¡ue Tezcatlipoca y Tlazoltéo tl inte-
graban un par de rlivinidades respo nsables tanto de
las conductas rli solu ras como de su posterior ab so-
ción 11. lució n. Por u n lado, am bos incitab an el deseo car-
J de nal y provocaban las transgresiones sexuales: Tez-
em- catlipoca tenía com o atributos el polvo y la basura
reli- -sím bolos de la inmoralidad-, en tanto c¡ue T lazol-
Hay téotl - asociada con los lujuriosos huastecos- era ble. Ciertam ente, varias imágenes de deidades de la
lj ere una diosa terres tre c¡ue tenia el patro nazgo de los tierra y la fertilidad llevan el torso desnudo y visten Imagineros tallando en ma-
adúlteros y las muj eres promiscuas. Pero al mism o algún tipo de enredo como sucede en nuestra es ta- dera la efigie de una divini-
dad masculina. Códice Flo-
ti empo, los dos eran invocados en el rito de la con- tuilla. É se es el caso, p o r ejemplo, de Coatli cue,
rentino , lib . 1, apendiz, f. 26r.
o n- fesió n oral, pues gozaban de los p oderes para rem o- Tlaltecuhtli, Chicomecóatl, Cihuatéotl, Toci, Tlazol- DIGITALIZACiÓN RAle ES
ver (lavar, comer o barrer con escoba de zacate) las téotl e Ixcuina. Otras imáge nes tienen , como ella,
im purezas de las p ersonas de vida disipada y para pintura negra en el ros tro. Nos referimos a Cihua-
sus concederles el perdón (Códice Florentino, lib. I, cap. có atl, T eteoinnan , T zap o tlate n an , T lazoltéo tl,
I1tes xn). Eso explica por c¡ué Tlazoltéo tl, una rliosa su- Ixcuina, Temazcalteci y, en m enor merlida, a Chi-
~ ble puestamente de origen huas teco, era conocida tam- co mecóatl y Chalchiuhtlicue. Pero, de manera des-
:ión bién como Tlaelcuani o " la c¡ue come inmunrlicias"
1-y e identific ada en ocasio nes con Chalm ecacíhuatl
i uel (" muj er de los de Ch alma"; Leó n-Po rtilla, 1996,
nas, pp. 99-104).
erle E n ese tenor, el licenciado Ignacio Borunda (1898,
p. 122) registró a fin es del periodo colo nial un rito
de p urificación c¡ue asoció inevitablemente co n Tla-
[liS- zoltéotl. Así lo describe:
los
gro La emocion que sienten las Gentes que ocurren al San-
los tuario de Chalma á hazer allí las confesiones generales
)an de su vida, son las que entiende á vista de aquel insig-
ne Cruzifixo, ser el representativo del Señor de la ba-
an- sura ó que limpia sus conciencias, )' en un llano antes
ne- de llegar al Santuario, los Indios se desnudan y revuel-
~ el can en el zacate y me han dicho españoles creen se les
ga- perdonan sus pecados, )' me parece que el zacate en
bal que se revuelcan lo atan después y lo queman.
'un
lad La advocación de la estatuilla Detalle de la "Aparición del
1n- Hem os visto c¡ue la estatuilla del Cerro del Tambo r Santo Christo de Chalma",
,os se apega rigurosamente al estilo escultórico del Cen- grabado de la Relación
TIÍ- tro de México. Sin embargo, no encontramos en la histórica y moral .. . de fray
Joaquin Sardo . Abajo se
21; iconografía del área represe ntacio nes femeninas c¡ue
ve la imagen destruida de
Jd, se le parezcan demasiado y c¡ue, por consecuencia, Oztotéotl.
¡'ó- nos ayuden a identificarla de manera incontroverti- DIGITAliZACiÓN RAle ES
LA SEÑORA DE CHAlMA I 75
Monumento51 de Castillo de Repn
Teayo, Veracruz. Fotografia ca de
tomada por José Garcia Pa- del C.
yón en 1944. Archivo Técni- Antor
FOTO ce
co de la Coordinación Nacio-
nal de Arqueologia I INAH .
REPROGRAflA M A. PACHECO I RAlcES
76 I ARQUEOLOGIA MEXICANA
illode Representación en cerámi- senos, un enredo liso y los pies descalzos. Obvia-
~rafia ca de una posible Tlazoltéotl mente, ir más allá de tales sugerencias sería dema-
a Pa- del Centro de Veracruz . San
siado arriesgado.
'écni- Antonio Art Museum.
FOTO· CORTESiAOE MARION OETTINGER I SAMA Concluyamos este artículo recordando que, se-
lacio-
~H.
gún la ficha del profesor Ríos, la estatuilla se halló
ES "enterrada en marmaja" junto a otra similar que está
extraviada. La palabra "marmaja", vale la pena acla-
rarlo, se usa en México para referirse a la marcasita
(sulfuro de hierro), material con e! que se elaboraba
en la antigüedad una tinta negra y resplandeciente.
Los mexicas la empleaban para pintar cerámica, pa-
pe! y cierto tipo de sandalias, pero sobre todo como
afeite faciaL Se lo aplicaban en e! rostro a las imáge-
nes de deidades femeninas, a las sacerdotisas del cul-
to de Chicomecóatl ya las novias en su casamiento,
aludiendo siempre a la fecundidad de la mujer y del
maíz tierno.
En suma, la ficha del profesor Ríos cambia dia-
metralmente nuestro conocimiento sobre la estatui-
lla de madera, a la cual pudiéramos bautizar ahora
con justicia como "La Señora de Chalma". Gracias
a este breve texto logramos reconstruir su "biogra-
fía" y su contexto culturaL Obviamente, sabríamos
mucho más si la imagen hubiera sido excavada si-
concertante, la estatuilla de madera no lleva e! toca- guiendo una metodología científica. {,ii~
do específico de ninguna de estas deidades, ni Agradecimientos: Sarah Clayton, Ana Madrigal, Diana Maga-
tampoco e! típico peinado "de cornezue!os" propio loni, Rosa de la Peña, Mónika Pérez, Claude Stresser-Péan.
de las mujeres mexicas.
Por el contrario, observamos tallado en la estatui- • Leonardo López Luján. D octor en arqueología por la Univer-
lla un peinado que nos recuerda al p etob huasteco: sité de Paris x-Nan terre. P rofesor-investigador del Museo del
Templo Mayor, IN.\H.
una corona que se elabora dividiendo e! cabello de • Laura Filio)' N ada!' Maestra y doctora en arqueología por la
la nuca en dos grandes mechones; éstos son torci- Universitéde Paris I-Pandléon-Sorbonne. Restauradora perito del
dos y entremezclados con listones de color para lue- Museo Nacional de Antropología, INAH.
go llevarlos hacia e! frente y conformar así e! redon-
P ARA LEE R MÁs ...
de! (Stresser-Péan, 2011, pp. 151-152). Como es BORt¡NO \, Ignac io, C/OI" gWfra/ dr jeroglíficos allll'r1C(JIIOS, Jea n Pascal Sco tti,
sabido, e! petob no sólo se usa en la actualidad, sino Roma, 1898.
B U RKll \RT, J.oui!'c ~f., Tbe Slippny Eartb. i\ .Ta);N(J-Chnstioll A10ml DialogJle ill
que aparece figurado en la escultura prehispánica de Sixleelllh-Cmlllly Mrx7co, Thc Universir)' of Arizona Press, Tucson, 1989.
CI LWERO, Alfredo, HOlJleno/e tÍ Cn's/Óbal ColÓN. Anligüedades IJlI'::"7CmItlS, Secre-
la Huasteca (por ejemplo, e! monumento 51 de Cas- taria de Fomento, Méx ico, 1892.
tillo de Teayo) y en las descripciones de las mujeres PLORENClA, Francisco de, Descripción históriraJI moral del Yertllo dI' San Mi..~1II'1,
dr la.r CJle1.'(Js en ti Ro'"0 dr la NJI{!m Espm;a,y i"''fllriÓI1 dI' lo IlIIagen de Chris-
de dicha etnia que nos dej aro n los informantes de lo "'If'slro Su;or crucificado, flJlf' Sf' !'('lIera en ellas, lmprenra de la Compañía
Sahagún (CódiceFlorentino, lib. X, cap. XXI~ f. 135v). de lesus, Cádi7, 1689.
F-I. de l ..eón-Portilla, Ascensión, Tepllt/lahcJlilolli. I/l/presos en Ntihuol!. Hisloria
Hay que aclarar, empero, que los mechones de la es- .Y biblio...Vl'ifill, 2 v., l lN \\1, ~léxico. 1988.
HORGooo, Jo hn J., "The Sanctuary of Chalma", "L"\..-YI 111 1111emaliol1alm AJllr-
tatuilla no están torcidos desde e! inicio y que sus ex- n"klmislmlco!lgrnses, K. Renner Verlag, i\ (úruch, 197 1, pp. 247-262.
tremos caen hacia los lados (Claude Stresser-Péan, KRICKEBFRG, \V/., Frlspllutik "lid Ff'lsbildf'r bei den }(¡,lllInYi/lctm Allalllmieas ,,¡jl
br.rolldenr Beriirksich/(v,IO¡g AJexicos, 2 V., Palmeo Verlag. Berlín , 1949.
comunicación personal, julio de 2012). LEÓN-PORTII .I, \, ivfigl.lcl, El desh'!lo de la palabra. De h oralidad.J los gliJos n/esoa-
Pese a estas diferencias en e! peinado, pudiera lJIe,icaflos a la f'SC1itllrtl a!fabética. E.I Colegio NacionaJ, FCE, México, 1996.
M.ENDIZ \1\\ 1., Miguel o. de, "El sa ntuario de Chalma",AI1a/es del ,\/J\'AH1:', sa
conjeturarse con toda cautela que la estatuilla es época, t. 111, 1925, pp. 96· 106.
P.\SO y Troncoso, Francisco, E.xposición HiItóriro-Alllnirm/(/ de Madn·rI. Catálo-
una suerte de evocación ocuilteca de una deidad fe- go de 1(1 srrriólI de A1éxiro, 2 \~, Sucesores de Rivadeneira, J\ bldrid, 1893.
menina de la Huasteca. Recordemos en sustento de PEÑ \ Virchez, Rosa de la )' Vladimira Palma Linares, "Desarrollo histórico
del alrépetl Ocuilan", Estlldios de Cultura Otopame, v. 7, 20 10, pp. 35-70.
esta hipótesis que, en e! arte escultórico huasteco, Q lIEZ\I1.\ Ramírez, Maria Nocmí, Los /IIatlatzi1/cas, IN.\II ,j\ (éxico, 1972.
predominan las efigies de diosas terrestres y de la S.\R DO, Fray Joaquín. Relación históricay /IIoral de la pOr/mlosa ¡magm de N. Sr.
jesllcrislo crucificado oportddo m /lila de las mU'as de S. A'ligue! dt Challlla,
fertilidad, muchas de ellas identificadas por los es- México, 1965 " 8101.
S .WI UL, ~larshaJ I H., "fIJe IFood-Cart'eri ArI il1Al1cim/ Altxico, H erc Founda-
pecialistas como TlazoltéotL Como norma, llevan cion, Nueva York, 1925.
el torso descubierto, los brazos pegados al cuerpo, STR1:SSER- P É_\N, Claude, Des ti/CfI/mts e/ des hoU//IIes. Une persperh','t bislorique dll
ti/eU/mt indigelle al( Alexique, Riveneuye, París, 201 1.
las manos sobre e! vientre o sujetando uno de sus
LA SEÑORA DE CHALMA I 77
La Cantera Tlayúa ]
sil
pl
UN SITIO PALEONTOLÓGICO EXTRAORDINARIO es
se
80 I ARQUEOLOGrA MEXICANA
L a tarea de los paleontólogos es describir la his-
toria de la vida de la manera más detallada po-
sible, incluyendo su origen y cada uno de sus pasajes,
de años -cuando nacieron las primeras civilizacio-
nes-, la paleontología incluye e! esrudio de todas las
evidencias conservadas desde e! origen de la vida,
para descubrir así las leyes y los principios que rigen ocurrido hace cerca de 3 800 millones de años. Aun-
) este fenómeno maravilloso. Al igual que los esrudio- que estos rangos temporales y la naruraleza del ob-
sos de la hi s toria humana, hurgamos en las evidencias jeto de esrudio de historiadores y paleontólogos sean
que e! paso del tiempo no ha destruido para recono- muy diferentes, podemos considerar que dichas
cer los posibles escenarios y personajes que ya for- evidencias son más abundantes y están mejor con- Entre los peces de la cante-
ra Tlayúa está el Teoichthys
2) man parte de los procesos antecedentes y determi- servadas cuando son más recientes; sin embargo, kallistos , "el pez más bonito
nantes de nuestra acrualidad. También, como todo algunos conjuntos de rocas diseminadas a lo largo de Dios", que pertenece al
historiador, siempre estamos a la espera de! hallazgo de! planeta conservaron fósiles extraordinarios de grupo de los ionoscopifor-
1- de escenarios que reúnan evidencias inalteradas y seres vivos habitantes de distintos momentos y lu- mes , que surgieron en el
suficien tes, que por sí mismas hablen de dichos even- gares, lo que desde hace años ha permitido a los Mesozoico y, por tanto , son
a tos. A diferencia de la historia, cuyo campo de acción paleontólogos un mejor entendimiento de la vida en
contemporáneos de los di -
nosaurios.
incluye hechos que se remontan a unos pocos miles nuestro planeta a lo largo del tiempo. En 1970, el FOTO JESUS ALVARAOO O RTEGA
LA CANTERA TLAYÚA I 81
paleontólogo alemán Adolf Seilacher acuñó el tér- bla. En 1959, don Miguel decidió sacar provecho de Adolf Seilacher acuñó el tér-
mino K017servat-Lagersttate para referirse a esas locali- la Barranca Tlayúa, en donde entonces ya se podian mino Konservat-Lagerstta-
te o localidad paleontológica
dades paleontológicas cuya conservación se distin- extraer rocas calizas planas o lajas, de unos cuantos
de conservación extraordi-
gue porque sus fósiles son muy abundantes, centímetros de grosor, que por su buena resistencia naria para referirse a luga-
representan una amplia biodiversidad, están aún y Uamativas tonalidades rojizas podian ser utilizadas res donde los fósiles son
articulados, e inusualmente conservan tanto las par- en la industria de la construcción como cantera en muy abundantes. La Cante-
tes duras o biomineralizadas (esqueletos) como par- fachadas y pisos. Sin saberlo, don Miguel abrió en la ra Tlayúa, en la región Mix-
teca, ya tan sólo 2 km al no-
te de sus órganos blandos. Cantera Tlayúa uno de los episodios más importan-
reste del zócalo de Tepexi
tes en la historia de la paleontología mexicana. Fre- de Rodriguez, Puebla, es la
El descubrImiento cuentemente, don Miguel y sus hijos descubrieron primera Konservat-La-
La Cantera Tlayúa, ubicada al sur del estado de Pue- fósiles de peces conservados dentro de las capas gesttate de México.
bla, dentro de la región Mixteca, a tan sólo dos kiló- rojas de arcilla que separan las lajas calizas. Los em- Los I
cos ¡
metros al noreste del zócalo de Tepexi de Rodríguez, pe110s de los Aranguthy por dar a conocer estos fó-
peciE
es la primera localidad paleontológica de conserva- siles a las autoridades locales y estatales fueron in- Tlayl
ción extraordinaria o KOllservaf-Lagesttate encontrada frucruosos hasta 1980, cuando Harr)' Moller publicó cada
en México. Casualmente, esta localidad fue descu- la primera noticia nacional de esos fósiles, la cual rá- dem
bierta por lugareños, don Miguel Aranguthy Juárez pidamente atrajo la atención de los paleontólogos vaci<
anál
y su esposa doña Matilde Contreras González, quie- de la UNMI.
ejerr
nes buscaban un medio de mantener a su familia a En 1981 los paleontólogos Shelton P. Applegate, nune
partir de los escasos recursos narurales de sus tierras, Luis Espinosa Arrubarrena y Pompeyo López Neri la e~
ubicadas en una de las regiones más áridas de Pue- coincidieron con don Miguel al reconocer el gran va- Cant
~
. 7'
Tepexi de
presentativa de los fósiles de la Cantera Tlayúa y zo-
nas paleontológicas cercanas-, así como el depósi-
lagartij as y pterosaurios. En Tlayúa hay además res-
tos de ho jas y tallos de posibles cícadas y coniferas,
Rodríguez to de los fósiles de Tlayúa en la Colección Nacional así como pequeños fragmentos de madera indeter-
de Paleontología (que alberga el Instituto de Geolo- minada y granos de polen y esporas. Restos de algas
gía de la UNAM) en la cual hasta ahora han sido cata- pardas y posibles cianobacterias también han sido
logados cerca de 6 000 ejemplares. El Museo Pie de identificados en el sitio, así como fósiles microscó-
Vaca, primer museo paleontológico de sitio en Mé- picos de nanoplancton calcáreo, calcisférulas yabun-
xico, así como los acuerdos entre la familia Aran- dantes formas de foraminíferos. Algunas bac terias y
guthy y la unam aún vigentes, constituyen un an te- hongos han sido observados dentro de 1m cuerpos
cedente emulado en o tras regiones del país con de los peces, en donde seguramente se establecieron
localidades fosilíferas, entre ellas Vallecillos (Nuevo durante la descomposición orgánica de los múscu-
León), MÚZqlliz (Coa huil a), Parque decca (C hi - los y otros tejidos blandos.
huahua), etc. Los amonites y belemnites de las rocas de Tla-
rúa han sido empleados para determinar que la edad
os fósiles de este conjunto de rocas fosilíferas -actualmente
Aunque en Tlayúa los peces son los más abu ndan- conocido como el Miem bro Medio de la Formación
tes, diversos y mejor conservados, han sido colecta- Tlayúa- es de 100-110 millones de años y corres-
dos también fósiles de todos los reinos de seres ponde a la Edad Albiana (época temprana del pe-
tér-
:ttij-
lica
'rdi-
Iga-
so n
,te-
I'lix-
no-
)ex i
sla
La-
LA CANTERA TLAYÚA I 83
riodo Cretácico). Tal edad ha sido corroborada me- rrera (formada de arena o un posible arrecife muer-
diante un estudio paleo-magneto-estratigráfico, en to) ubicada al este de la laguna Tlayúa, así como po-
el que se tomó la lectura de la firma de los cambios bres corrientes de agua dulce que provenían de la
del campo magnético terrestre registrados en los tierra firme ubicada al oeste.
minerales que contienen fierro. El conjunto fosili- Cabe señalar que los estudios paleontológicos en-
fero del sitio y las características de sus rocas han caminados a reconocer las especies fósiles de la Can-
sido empleados también para determinar que el pa- tera Tlayúa aún requerirán varias décadas; esto debi-
leoambiente o escenario ambiental en el que se de- do a la escasez de paleontólogos especializados en
positaron esos organismos, así como las partículas el estudio de cada uno de los grupos ya menciona-
que forman las rocas que los contienen, correspon- dos, así como a la gran cantidad de posibles nuevas
de a una laguna costera que fue alimentada periódi- especies y al hecho de que aún hoy, después de más
camente por aguas tropicales del oeste del mar de de 50 años de excavaciones y 30 de análisis sistemá-
Tetis que pasaban por un arrecife y una posible ba- tico de esos fósiles, en Tlayúa siguen exhumándose
84 I ARQUEOLOGíA MEXICANA
El hallazgo del fósil del pez
ejemplares de especies nunca antes vistas. Los inves- Los peces Quetzalichthys perri/latae,
tigadores mexicanos y extranj eros que par ticipan en E ntre los peces de T layú a se encuentran las espe- "el pez emplumado de la
la descripción de las especies fósiles de Tlayúa han cies Teoichtqys ka¡listosyQtletzalichtqysperri/latae, no m- doctora Perrilliat", es signifi-
procurado resaltar su originalidad, nombrándolas bres que significan " el pez más bonito de Dios" y cativo porque representa el
con palabras provenientes de la lengua náhuatl, en "el pez emplumado de la Dra. Perrilliat", resp ecti- reencuentro de dos subgru-
pos de ionoscopiformes -
honor a las personas involucradas con e! Proyecto vamente. Esos peces son los representantes más jó-
peces con dientes adapta-
Tlayúa, o que hacen referencia a esa región de! país. venes conocidos de los ionoscopiformes, grupo que dos para morder y triturar
La atención científica sobre la asociación fósil de Tla- surgió en E uro pa durante e! periodo Triásico de la estructuras duras- al final
yúa ha ido en aumen to, pues ha revelado la presen- era de los dinosaurios (e! Mesozoico), cuando Pan- de la apertura de Pangea ,
cia de especies que complementan distintas hipóte- gea comenzaba a fragmentarse latitudinalmente en en la región donde el Mar de
Tetis y el Proto-Pacífico se
sis sobre la evolución y los patrones de distribución G ondwana y Laurasia, dando paso al mar de Tetis.
encontraron hace cerca de
geográfica que tuvieron distintos grupos de organis- E l hallazgo de esas dos especies en Tlayúa es signi- 150 millones de años.
mos en e! pasado. ficativo porque evidencia el reencuentro de dos sub- FOTO JESUS AlVARADO ORTEGA
LA CA NTERA TLAYÚA I 85
grupos ionoscopiformes al final de la apertura de especializadas para vivir en arrecifes. Por otro lado, La especie Tlayuamichin De
ilZlli, "pez de Tlayúa con las yor
Pangea en la región donde el mar de Tetis yel Pro- la especie Tlqy1lamichin i':;;jli, cuyo nombre hace refe-
escamas del color de la ob- dic
to-Pacífico se encontraron hace cerca de 150 millo- rencia a un "pez de Tlayúa Con la s escamas del gut
sidiana" , es representante
nes de años. Mientras que las formas cercanas a Teoi- color de la obsicliana", y uno de los últimos semio- de uno de los últimos peces en
chthys sólo han sido encontradas en sitios ubicados notiformes que vivieron en América del Norte, per- semionotiformes -con espi- pe<
en lo que fuera e! borde norte de! mar de Tetis, aqué- mite reconocer e! patrón de extinción de esos peces, nas que sobresalian del cor
cuerpo- que vivieron en mo
llas más afines a Quetzalichtl?Js han aparecido sólo en mismos que acrualmente podrían estar representa-
América del Norte; además, pot
el borde sur. dos por los peje!agartos.
permite reconocer el patrón n ÚI
Otros peces de Tlayúa permiten documentar de Unamichthys espinosai, pez que honra a la UNA~ I y a de extinción de estos peces, la I
manera más precisa los procesos de diversificación Luis Espinosa, es un miembro de los ictiodectifor- que actualmente podrían cor
y extinción de distintos grupos de organismos. Por mes o "peces morde!ones", una forma intermedia estar representados por los p OI
pejelagartos. de
un lado, ya pesar de que sólo un pez picnodontifor- entre las especies de! Jurásico y Cretácico. Los ictio-
sul
me de Tlayúa ha sido formalmente reconocido bajo dectiformes jurásicos fueron peces de dientes pe- COI
e! nombre de Tepexichthys aranguthyorum-o "e! pez de queños (de hasta cerca de 80 cm de longirud) y ca- cié
Tepexi dedicado a la familia Aranguthy"- , en la lo- paces de alimentarse sólo de organismos pequeños. ME
calidad han sido encontrados al menos ocho espe- En cambio, algunos de los peces morde!ones del Cre- po
cies picnodontiformes potencialmente nuevas. Tal tácico desarrollaron tallas grandes (entre 1 y 5 m de
vir
número rebasa por mucho la diversidad previamen- longirud), poderosas mandíbulas armadas con enor- FOT
te conocida en toda América, y por lo tanto el esru- mes dientes, cabezas musculosas y cuerpos alarga-
dio formal de esa especie resulta crucial para enten- dos capaces de oscilar y avanzar a grandes velocida-
der a cabalidad la diversificación de los peces de! des; por supues to, llegaron a ser peces depredadores
Mesozoico, considerados por mucho tiempo formas exitosos que se distribuyeron a lo largo de todo el
86 I ARQUEOLOGíA MEXICANA
chin De Tepexichthys aranguth- mar de Tetis. Unamichthys es una forma intermedia mentos esqueléticos, lo que favorece la rápida dis-
11as yorum, "el pez de Tepexi de- no sólo por sus rasgos esqueléticos, sino también persión de sus elementos esqueléticos despu és de
l ob- dicado a la familia Aran- la muerte. En Tlayúa han sido encontrados varios
por su ubicación geográfica: justo en la región lon-
mte guthy", se han encontrado
gitudinalmedia del mar de Tetis, que marca una cla- pepinos de mar completos. e~~
lces en Tlayúa al menos ocho es-
!spi- pecies picnodontiformes - ra división entre las especies ictiodectiformes del
del con dientes con forma de norte y del sur. Jesús Alvarauo Ortega. Bió logo por la Facultad de Ciencias de la
1 en molar y dispuestos en filas- E l estudio detallado de la anatomía de las lagarti- IJN.\~ I y doctor en ciencias bio lógicas por ell nstituto de Gcología
nás, potencialmente nuevas. Tal de la UN.\l\L; invescigador en este lnl SmO instituto. Especialis ta en
jas de Tlayúa, nombradas TepexisauTlIs lepexii o "el la-
trón número rebasa con mucho peces fósiles de l\ léx.ico.
la diversidad previamente
garto de Tepexi" y HllehllecuetiPal/i llIixteCl/s o "la la-
ces,
rí an conocida en toda América y gartija vieja de la mixteca", ha revelado detalles que
P ',I '_P
r los por lo tanto el estudio formal permiten entender la evolución de todo el grupo de
AIY\R \D() ORTI.(; \,j.. K.A. González Rodríh"-lez, A. Blanco Piñón, L.
de los picnodontiformes re- lagartijas en el mundo. Antes de que estas lagartijas Espinosa Arrubarrena y E. O\·alles Damián, "~'r esozoic Osteichth-
sulta crucial para entender yans uf ~rexico", en FJ. Vega, T.G. N)'borg, ~ L del C. Perrilliar, M.
mexicanas fueran descritas, pocos datos había sobre
con cabalidad la diversifica- ro. ronteUano Ballesteros, S. R.S. Ceval10s Ferriz y S.A. Quiroz Barro-
ción de estos peces del
las lagartijas del Cretácico Temprano. so (eds.), Stlldies 01/ ,\lexit'tU/ jJaleolltology. ToPies O" Geobiolog)', vol. 24,
Mesozoico , considerados Entre los invertebrados, los artrópodos y los Springer, Dordrechr, The Netherlands, 2006, pp. 169-207.
ApPI.l~G\TJ _, S. P., L. Espinosa Arrubarrena, J. Alvarado Ortega r ~ f.
por mucho tiempo como for- equinodermos son los mejor estudiados. Atocat/e Benammi, "Revisioll of Rect:nt lnvestigations in r.he T layúa Qua-
mas especializadas para vi- rall/f!loi o "araña de agua de Ranulfo" es la araña más rry", en EJ. Vega el al. (eds.), op. ril., pp. 276-304.
vir en arrecifes. E~PI'o~ \ ARltLB \ltRI" \,L., Yf" f. i\f01ucllano Ballesteros, " Libreto guía
FOTO. JESUSALVARAOO ORTEGA
antigua conocida en México. Parapso/1Is tlqylletlSis es de la excursión a Tepexi de Rodríguez , Puebla", en .\lelJlonas del X
uno de los pocos ejemplares completos conocidos COI(f!.re.ro l\'(Iriol1tJl de ItI Sociedad de PaleONtología, Publicación especial
5, Sociedad ~lexicana de Paleonrología / Tnscituro de Geología,
de un pepino de mar fósil u holotúrido del género L' \\1, 21l0G, pp. 142-1 - 2.
Parapso/lIs, cuya singularidad radica en que estos or- 51,11._\(, 111 ,R,A., BegnjlllJld Hl'dmtllllg derFossil-L¡gerstá'ttfl1: J.\ 'eueJ jab,vlfrb
f"I' Geologie ¡/lid p"f,¡oolologie, I\[onarshefre JSIl, 1970, pp. 34-39.
ganismos presentan cuerpo blando con pocos ele-
LA CANTERA TLAYÚA I 87
Mentiras y verdades
EDUARDO MATOS MOCTEZUMA
lógicos, Arústicos e Históricos, vigente Austria "preste" a México en forma tem- pnn
desde 1972, en e! capítulo III que trata "De poral el "penacho de Moctezuma" para por
los monumentos arqueológicos, arústicos regresárselo posteriormente. Se ha pre- du r:
e históricos", señala lo siguiente: sentado a la Cámara de Senadores un do- tos ,
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Reproducción del penacho de Moctezuma que se exhibe
en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología.
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MENTIRAS Y VERDADES / 89
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