Apuntes Derecho, Politico
Apuntes Derecho, Politico
Apuntes Derecho, Politico
1. - Concepto de política
Este término ha tenido una evolución histórica desde una concepción amplia hacia una
más restringida.
Los griegos: inventores del término, consideraban que política era todo lo
concerniente a la polis o sea, a la ciudad. En este sentido, la política era un término muy
amplio comprensivo de todo lo que dice relación con la vida en la comunidad y que
abarcaba hasta el comportamiento ético de los individuos. Por eso Aristóteles expresaba que
no había diferencias entre el hombre bueno (éticamente hablando) y el buen ciudadano (que
era el hombre virtuoso en sus relaciones sociales). El mismo pensador definía al ser humano
como "animal político", queriendo significar con ello que se trataba de un ser social por
naturaleza y que por lo tanto requería necesariamente integrarse al todo social para poder
desarrollarse. El decía que aquel que no vivía en sociedad "era una bestia o un Dios" pero no
un hombre.
Los romanos: política es la actividad humana que pertenece al ámbito de lo público, que
es aquello que se vincula en forma directa e inmediata al Estado o que converge hacia él
(relaciones de la autoridad frente a los particulares y de éstos hacia el poder). Esta
concepción de la política es parte de la distinción fundamental que se lleva a efecto en esa
época, por influencia del cristianismo, entre el ámbito de la vida privada o particular y lo
público o estatal. La política queda incluida dentro de lo público por cuanto a través de ella
hay una relación entre las autoridades o gobernantes y los gobernados.
Concepto actual: se ha delimitado aún más. Se ha centrado en torno al tema del poder o
capacidad de conducción de una sociedad hacia su fin que es el Bien Común. El centrar el
concepto de política en torno al tema del poder responde a la influencia de Maquiavelo,
quien fue el primero es postular una separación total entre la política y la moral, al sostener
que el fin justifica los medios y que al gobernante le vale más ser temido que amado. (Esto
en su obra El Príncipe, de 1513)
Política es, pues, en la concepción actual, la actividad de quienes procuran obtener
el poder, retenerlo o ejercitarlo con vistas a un fin y la de aquellos que buscan a lo
menos influir en sus decisiones.
Debe tenerse presente, en todo caso, que dicho concepto o forma de entender la
política es de carácter instrumental, por cuanto desde un punto de vista moral la
política debe ser vista como una de las actividades más nobles del ser humano en
cuanto implica una labor de servicio a los demás. En efecto, la labor política implica
poner las capacidades y aptitudes personales, desde el aparato estatal y en cuanto
autoridad, para trabajar en pos de procurar generar la mayor cantidad de condiciones
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funcionamiento y estructura del Estado; la dinámica que desarrollan las fuerzas que
participan de la actividad política y la regla fundamental (Constitución Política) en
virtud de la cual se organiza el Estado y se desarrolla el gobierno. En el mundo latino se
confunden los términos Ciencia Política y Derecho Político.
- Doctrinas políticas. Proponen un "deber ser" de la política. Vale decir, aquí se observa y
describe la realidad política pero con el objeto de criticarla y formular una propuesta
alternativa acerca de cómo debería ser el ejercicio del poder, según el ideal subjetivo o
personal de quien formula una doctrina política. Ejemplo, doctrina marxista, liberal,
socialdemócrata, etc. El doctrinario en cierta medida se siente poseedor de la verdad o cree
haberla alcanzado en materia política.
- Filosofía política. Pretende buscar la verdad respecto de la política. Es decir, se pregunta
acerca de las causas primeras y las finalidades últimas de esta actividad. Trata de responder,
desde una posición de humildad, de búsqueda de una respuesta lo más certera posible, qué es
la política, para qué sirve, cuáles son sus finalidades más esenciales, qué medios se pueden
utilizar en ella, de qué manera influye en la vida del ser humano, etc.
- Derecho Político. Estudia las normas, principios e instituciones políticas y jurídicas que
regulan la actividad política. O sea, analiza la política a partir de las normas jurídicas e
instituciones que la regulan y la conforman. En la época actual es muy importante por
cuanto todo Estado de Derecho presupone que la actividad política legítima es aquella que
está regulada o permitida por el derecho, aún cuando no se puede incurrir en el error de
pensar que la actividad política es sólo aquella que se lleva a efecto conforme a las normas
legales puesto que hay una parte no despreciable de la actividad política que transcurre al
margen o incluso contra las normas legales que la regulan. Repetimos que para algunos se
confunde esta expresión con Ciencia Política.
en contra de los derechos y libertades esenciales de las personas. Además, en los Estados
actuales el derecho es quien regula los medios legítimos que pueden utilizarse en la política.
3.- Comunidad
Es la percepción que tienen varios seres humanos de sentirse vinculados por algún tipo
de relación. Es sobre todo una realidad espiritual, es un sentimiento. No requiere reunión
física de varias personas para subsistir, a diferencia del grupo. (Ej., comunidad religiosa)
4.- Sociedad
Es un grupo organizado, es decir, debidamente estructurado y acondicionado para el
logro de un fin. En la búsqueda de ese fin se consolida el grupo que la forma y se fortalece el
sentimiento de comunidad.
Las sociedades pueden ser naturales o voluntarias según si vienen impuestas al hombre
por su propia naturaleza o si, por el contrario, éstos deciden voluntariamente crearlas.
Para que un grupo se considere organizado, es decir para que se considere una
sociedad, deben estar definidos a lo menos los siguientes aspectos:
a) Cómo se entra y se sale de la sociedad.
b) Cuáles son los órganos de autoridad establecidos para dirigirla y que funciones cumplen.
Este es tal vez el punto más decisivo y en definitiva es lo más propiamente político, puesto
que se refiere al poder.
c) Cuáles son los fines u objetivos que persigue y los medios que tiene para obtenerlos.
d) Cómo se designan a los titulares (autoridades) de los diferentes órganos de la sociedad y
cuál es el período durante el cual desempeñarán sus cargos.
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5.- Nación
La Nación es un elemento esencial en el proceso que conduce a la formación de un
Estado.
La Nación es sobre todo una comunidad. Sus integrantes están unidos por la percepción
común del sentimiento de la nacionalidad. Es decir, su elemento más tipificante es la de ser
una comunidad porque sus integrantes están vinculados por un sentimiento.
El sentimiento de la nacionalidad es la conciencia que toma una multitud de hombres
de ser, entre todos ellos, depositarios de un conjunto amplio de principios, valores y
tradiciones que se han ido configurando a través de la convivencia prolongada en un
territorio a lo largo de varias generaciones: compartir un mismo idioma, una misma raza,
tradiciones, religión, valores, héroes nacionales, admiración por un mismo pasado, etc. Todo
ello unido al consentimiento de seguir unidos compartiendo ese depósito común y de
proyectarse en nuevos desafíos comunes hacia el futuro.
Para que este sentimiento pueda configurarse es indispensable que un grupo humano se
asiente en un territorio determinado por varias generaciones. Una vez que surge dicho
sentimiento ya no es necesaria esa convivencia en un mismo territorio. El sentimiento de
pertenecer a una Nación se mantiene en cualquier lugar que el nacional se encuentre.
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Se llama sociedad política a la misma sociedad civil pero mirada desde el punto de
vista de su organización política, lo que implica que en su seno se establece una autoridad
con miras a realizar determinados fines, normalmente el Bien Común. En la época actual y a
partir de Maquiavelo (1513) la sociedad política recibe el nombre de Estado. Anteriormente
se la conocía como Reino, Feudo, Principado, Imperio, Polis, Civitas, etc.
En los tiempos contemporáneos se hace por algunos la distinción entre sociedad civil
(que sería el conjunto de individuos, familias y sociedades intermedias) y Estado (en cuanto
conjunto de gobernantes o detentadores del poder). La distinción se justifica por el
surgimiento en los tiempos modernos de los regímenes totalitarios donde el aparato estatal
alcanzó un tamaño tal -nunca conocido en la historia hasta ese momento- que terminó por
prácticamente hacer desaparecer la autonomía o los espacios de libertad de la sociedad civil
y de sus integrantes, en el sentido de que no había en ella ninguna área de actividad humana
social que no estuviera directa o indirectamente regulada por el Estado. De ahí que se
sostenga la tesis de rescatar la sociedad civil -en definitiva los ámbitos en que los individuos
pueden realizar sus propias actividades sin injerencia de las autoridades estatales- de las
regulaciones del Estado (el aparato estatal en general, incluido el gobierno), que tiene o ha
tenido históricamente en las últimas décadas la tentación permanente de crecer. Por eso es
que los actuales procesos de reforma del Estado apuntan a reducirlo en su tamaño y a
hacerlo más eficiente.
En relación a esta distinción entre sociedad civil y Gobierno existen dos importantes
principios como son el subsidiariedad del Estado y el de autonomía de los cuerpos
intermedios.
Respecto del primero, postula que los individuos tienen múltiples necesidades que
satisfacer y que para ello se valen primariamente de la familia, pero luego se ven en la
necesidad de crear una gran cantidad de otras sociedades (en este caso voluntarias) cada una
de ellas destinada a satisfacer una necesidad específica (escuela, hospital, fábrica, junta de
vecinos, club deportivo, etc, etc.). No obstante lo anterior, en una sociedad civil todavía
quedan ciertas necesidades humanas muy importantes sin satisfacer, para lo cual se hace
necesario que la autoridad estatal aborde esas necesidades que ni los individuos, ni sus
familias ni las sociedades voluntarias han podido satisfacer (por ejemplo, la defensa del
territorio donde se habita, las relaciones con otros pueblos, las tareas de redistribución de la
riqueza, la explotación de una riqueza estratégica, etc.). En otras palabras, el Estado tiene un
rol subsidiario porque su misión es asumir sólo aquellas tareas que los individuos, sus
familias y sociedades no han podido o no han querido o no es conveniente que asuman y que
sin embargo son necesarias para el Bien Común de ese pueblo. Excepcionalmente también
el Estado subsidiario debería asumir aquellas tareas que siendo propias de los particulares y
estando éstos capacitados para realizarlas, sin embargo no las estuvieran llevando a cabo de
manera correcta y se generara como consecuencia de ello un perjuicio para el Bien Común.
En estos casos el Estado subsidiario debería irrumpir en ese campo de acción propio de los
particulares y hacerse cargo de esa tarea de manera transitoria, hasta normalizarla y una vez
cumplido ese cometido debería llamar a otros particulares para que se hicieran cargo
nuevamente de ella. El Estado actúa así en subsidio de..., preservando la autonomía y la
libertad de las personas puesto que se reduce en su actuar a lo estrictamente necesario. En la
época actual una de las más importantes tareas del Estado subsidiario, considerando que ha
descargado en los particulares la responsabilidad de llevar a cabo la mayoría de las tareas
necesarias para el desarrollo, es fiscalizar y regular que dichos particulares cumplan de
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manera adecuada con sus labores, evitando abusos, monopolios, atropellos a las personas,
etc.
En cuanto al otro principio enunciado, el de la autonomía de los cuerpos intermedios,
está muy relacionado con el anterior, según lo dicho. En efecto, este principio postula que
cada cuerpo intermedio (que son las sociedades voluntarias creadas por el hombre, es decir
todas aquellas que no sean la familia ni la sociedad civil) nace con una finalidad específica
que cumplir y que por lo tanto para que pueda realizarse de manera adecuada debe
garantizársele por el resto de la sociedad y sobre todo por el Estado una debida autonomía o
independencia para poder llevar a efecto sus labores sin interferencias. O sea, se les debe
preservar de intrumentalizaciones o manipulaciones, sobre todo de carácter político
partidista o de naturaleza estatal. El Estado subsidiario es precisamente el que asegura a los
cuerpos intermedios que no intervendrá en sus labores porque ellos ya están satisfaciendo
debidamente la necesidad humana para la cual fueron creados.
sociedad sin clases o comunista donde desaparecerían el Estado y todas las realidades que de
él emanan.
d) El anarquismo
Sostiene que el Estado es una realidad artificiosa que debe desaparecer o ser aniquilada
puesto que se trata de una estructura que lo único que hace -con sus leyes, estructuras,
autoridades y órganos- es coartar el natural y libre desarrollo de cada ser humano según su
propio e ilimitado parecer, sin atención a reglas ajenas a él.
e) Teorías jurídicas
Kelsen sostiene que el Estado no es más que un conjunto jerarquizado de normas
jurídicas, encabezado por la Constitución Política, que rige dentro de un territorio
determinado.
La teoría de la personalidad jurídica afirma que el Estado es una Persona Jurídica, es la
Nación que se organiza jurídicamente y pasa a ser tal, con el objeto de poder actuar en el
mundo del derecho, pudiendo adquirir derechos y contraer obligaciones y ser representada
por las diversas autoridades y funcionarios del Estado.
individuos y sus familias y, al mismo tiempo, por todos los grupos y sociedades
voluntarias que ellos conforman.
Esta definición es la que permite entender que en el Estado habitan un conjunto de
individuos, cada uno de los cuales es una persona única y distinta a las demás, de naturaleza
corpóreo-espiritual, y titular de derechos anteriores y superiores al Estado que éste sólo
puede reconocer y proteger. Además, esos mismos seres humanos forman familias y cuerpos
intermedios que también están primero que el Estado y que éste debe reconocer y
asegurarles su debida autonomía.
La ciudadanía es la calidad que tienen aquellos nacionales que cumplen con los
requisitos que para tales efectos fija el ordenamiento jurídico y que los habilita para ejercer
los llamados derechos políticos (derecho de sufragio y derecho a ser elegido,
principalmente). Generalmente son ciudadanos los nacionales del respectivo país, mayores
de 18 años y que no hayan sido condenados a una pena de carácter aflictiva (aquellas de más
de tres años y un día).
b) El territorio
El territorio de un Estado tiene dos importancias. Sirve para reafirmar la soberanía o
independencia del respectivo Estado y señala el marco o área espacial dentro de la cual se
aplican las normas jurídicas emanadas del respectivo Estado y se cumplen las decisiones de
las autoridades de ese Estado.
Existe un territorio terrestre (suelo y subsuelo), uno marítimo (mar territorial, zona
contigua, zona económica exclusiva, plataforma continental, alta mar y fondos marinos) y
uno aéreo. Además están las llamadas ficciones de extraterritorialidad o territorio jurídico.
En cuanto al territorio terrestre está conformado por toda la tierra firme que se ubica
dentro de las fronteras del Estado (suelo) y por la proyección del suelo hacia el centro de la
tierra formando una figura cónica (subsuelo). El Estado se hace dueño de las riquezas que
existan en ese subsuelo.
En lo que respecta al territorio marítimo está formado por el mar territorial que se
extiende desde la línea de las más bajas mareas hasta las doce millas marinas y en donde el
Estado ribereño ejerce plena soberanía aun cuando debe permitir el paso inocente (que no
sea perjudicial para la paz, el orden o la seguridad del respectivo Estado) de naves por el
principio de la libre navegación; por la zona contigua que se extiende desde esas 12 millas
hasta las 24 millas marinas y en la cual el Estado no ejerce plena soberanía pero puede llevar
a cabo labores de fiscalización para evitar infracciones a las leyes y reglamentos aduaneros,
de inmigración y sanitarios; por el mar patrimonial o zona económica exclusiva que se
extiende hasta las 200 millas marinas y en el cual el Estado ribereño ejerce soberanía
económica, lo cual significa que es el único autorizado para explotar y administrar las
riquezas vivas y no vivas que se encuentren en esa zona; y por la plataforma continental,
concepto que surge después de la II Guerra Mundial y que implica que el Estado ejerce
plena soberanía económica sobre el suelo o fondo marino y su subsuelo y que corresponden
a la proyección del territorio terrestre continental que se hunde en el mar. Esa soberanía se
ejerce sobre toda la plataforma continental si mide menos de 200 millas marinas o hasta
dicha extensión si la plataforma se extiende más allá. En cuanto a la alta mar y los fondos
marinos corresponden al mar que está más allá de las 200 millas y a su correspondiente
lecho submarino y en ellos ningún Estado puede arrogarse derecho alguno por tratarse de
espacios comunes a toda la humanidad.
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Respecto del espacio aéreo, este equivale a todo el espacio aéreo que está sobre el
suelo o territorio terrestre del Estado y sobre el mar territorial (12 millas). En relación a él se
han desarrollado en la época actual las denominadas libertades del aire, que son cinco: a)
libertad para sobrevolar el territorio de otro Estado sin escalas; b) libertad para realizar
escalas técnicas sin fines comerciales; c) libertad para transportar pasajeros, carga y correo
desde el país de origen de la nave a otro; d) libertad para transportar pasajeros, carga y
correo hacia el país de la nave desde otro país; e) libertad para transportar pasajeros, carga y
correo entre dos países que no son los de la nave. Depende de cada Estado autorizar
soberanamente una, varias o todas estas libertades.
Por ultimo cabe mencionar las ficciones de extraterritorialidad o territorio
jurídico. Se entiende que forman parte del territorio del Estado sus naves y aeronaves de
guerra en cualquier lugar que se encuentren y las naves o aeronaves que llevan su bandera,
sólo cuando se encuentran en alta mar o en cielos libres. Las embajadas y consulados, en
cambio, no constituyen territorio, sino que representan una proyección de la inmunidad
diplomática de que goza el personal diplomático que en ella habita y/o trabaja y que implica
que a ese personal no se le aplican ni está regido por las leyes del país donde está
cumpliendo su misión.
En relación con el territorio se habla también de una ciencia conocida como
geopolítica que estudia la influencia de los factores geográficos de un determinado país en
sus decisiones y objetivos de índole política. Asimismo en la segunda guerra mundial se
desarrolló el concepto de "espacio vital" entendido como aquella porción de territorio que
un Estado necesita para poder desarrollar plenamente sus potencialidades y que justificó en
ese momento el expansionismo bélico alemán en la Europa central.
Dentro del objetivo general de Bien Común, al Estado le cabe desarrollar diversas
tareas.
- Rol tutelar, en el sentido de que debe dirigir su accionar sobre todo a los sectores más
necesitados, aunque nunca de manera excluyente
- Rol de coordinación, para encaminar u orientar todas las energías sociales hacia el logro de
los grandes objetivos nacionales.
- Rol de suplencia, en el sentido de que el Estado debe ser subsidiario. El rol subsidiario del
Estado ya ha sido explicado antes.
- Rol de distribución, en cuanto el Estado debe redistribuir los beneficios y hacer compartir
de manera equitativa las cargas.
- Rol de seguridad, lo que implica hacerse cargo de mantener el orden publico y la paz
interior y la defensa externa de las fronteras.
d) El Poder
El elemento tipificante de una sociedad está dado por el hecho de que se trata de un
grupo organizado y al hablar de ella necesariamente aparece la autoridad que regula y
mantiene esa organización y conduce a la sociedad hacia su fin.
Por ello debe estudiarse el fenómeno del poder, de la obediencia y de la autoridad
El poder es el dominio, imperio, facultad que se tiene de mandar. El mando es una
orden que se imparte a otro para que actúe de acuerdo con la voluntad del que manda.
La obediencia es la aceptación, acatamiento y conformidad de quien recibe la orden,
expresada en la realización de lo que le pide quien manda.
La obediencia va a depender de varias circunstancias para que sea una actitud
voluntaria de aceptación de lo mandado y no un mero sometimiento a ello:
a) de la regularidad del título del que manda, conocido y admitido por quien obedece.
b) de que lo mandado se encuentre comprendido en la esfera de atribuciones de quien ejerce
el mando.
c) del contenido justo y razonable de la orden.
d) de la influencia de la persona que manda sobre la que obedece en razón de su rectitud,
ciencia y experiencia.
Autoridad es el poder que tiene una persona sobre otra que le está subordinada y que
le obedece de manera voluntaria al apreciar en ella y/o en sus órdenes una razón de bien.
En el poder se expresa la energía del mando y la facultad que se tiene para ejercerlo.
En la autoridad se considera más la expectativa de ser obedecido por el subordinado.
La plenitud del poder es, pues, gozar de autoridad, es decir, ser obedecido realmente.
Toda sociedad requiere de una autoridad que la conduzca hacia su fin. En ese sentido
el Estado, en cuanto sociedad política, no escapa a tal exigencia. Se habla de poder público o
estatal precisamente para distinguir el poder del Estado de la existencia de todos los demás
poderes que coexisten en una sociedad.
El poder como elemento del Estado es entonces "la potencialidad eficaz de
conducción de la sociedad política hacia su fin, que es el Bien Común".
En relación al origen del poder hay que distinguir entre su origen en abstracto, como
inherente a toda sociedad política, de su origen en concreto.
Respecto de su origen en abstracto cabe señalar, como ya se dijo, que toda sociedad
requiere de un poder que la conduzca a su fin y la organice. Luego, si el poder es connatural
a la existencia de la sociedad quiere decir que es establecido y querido así por Dios, creador
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de la naturaleza. Es en este sentido que se señala que toda autoridad viene, en definitiva, de
Dios.
En cuanto al origen en concreto del poder en una sociedad dada en un momento
histórico determinado, es un problema frente al cual los seres humanos han dado múltiples
respuestas a lo largo de los siglos y está relacionado, pues, con los distintos regímenes
gubernativos que se han conocido.
Por otro lado, cabe señalar que un acto de autoridad puede ser analizado desde tres
puntos de vista distintos:
- el de su legalidad, en cuanto si se adecua o no al derecho positivo vigente en el Estado. En
este punto cabe analizar la validez del acto de autoridad. Para que éste sea válido deben
reunirse varios requisitos copulativos: a) que la autoridad tenga título para mandar (es decir,
que haya sido debidamente incorporado a su cargo a través de los procedimientos legales
correspondientes y cumpliendo los requisitos exigidos para el cargo respectivo); b) que lo
mandado se encuentre dentro de la esfera de su competencia u órbita de atribuciones; y c)
que lo mandado se lleve a efecto por las vías y procedimientos y con las solemnidades y
formalidades exigidas por la ley.
- el de su legitimidad, que dice relación tanto con que la persona que manda haya sido
regularmente investida en su cargo (legitimidad de origen), como con el hecho de que en su
actuar se adecue al ideal de derecho vigente en la comunidad y por supuesto a la legalidad
imperante (legitimidad de ejercicio).
El problema de la legitimidad busca dar respuesta a la pregunta de por qué y cómo en
cada situación estatal particular unos hombres aceptan ser mandados por otros. De aquí se
deduce que puede haber distintos tipos de legitimidad.
Max Weber distingue tres tipos: a) la de carácter tradicional, en cuanto se obedece a la
persona que según la tradición establecida llega al poder (ejemplo, caso del hijo varón
mayor del Rey que llega al trono a la muerte de éste); b) la de carácter carismático, en el
sentido de que se obedece a un caudillo en razón de la fe y la confianza que personalmente
suscita por razones que pueden ser muy diversas como de heroicidad, sabiduría o
ejemplaridad; y, c) la de carácter racional-normativa, que es aquella en que la autoridad
ejerce su poder sobre la base de normas racional, impersonal y previamente establecidas por
la comunidad, encontrándose aquí la razón de la obediencia a la autoridad.
Según Weber la legalidad ha llegado a ser la versión moderna de la legitimidad, es
decir, se ha terminado confundiendo legalidad con legitimidad. Sólo es legítima aquella
autoridad que ejerce una dominación fundada en un carácter racional normativo. Más
modernamente aún se señala que el problema de la legitimidad estaría derivando hacia la
eficiencia, en cuanto se estima legítima la autoridad eficiente.
- el de su justicia, en cuanto el acto de autoridad se conforma a las exigencias derivadas del
orden natural u objetivo de las cosas (Derecho Natural). Esto se traduce, entre otros
aspectos, en que un acto de autoridad nunca puede vulnerar los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana, toda vez que la justicia es dar a cada cual lo suyo y lo
propio (lo suyo) de un ser humano es que siempre se le reconozca su dignidad inherente y su
calidad de titular de derechos fundamentales anteriores y superiores al Estado y, por tanto,
inviolables por parte de las autoridades del mismo.
En definitiva, la plenitud del acto de autoridad se da cuando se manda legal, legítima y
justamente.
o contrato social da origen al poder, enajenando sus derechos en favor de la autoridad. Cada
ciudadano es soberano y súbdito a la vez porque contribuye a crear a la autoridad y forma
parte de ella al formar la voluntad general y por otro lado es súbdito de esa misma autoridad
al obligarse a obedecerla. Así, según Rousseau, todos serían iguales y libres porque todos
contribuyen igualmente a crear la autoridad y a la vez, al obedecer a la voluntad general, en
definitiva se termina obedeciendo a sí mismo, siendo libre, porque nadie en particular es el
que manda sino un sujeto indeterminado que es la voluntad general.
La voluntad general, que es la de la mayoría, tiene poder soberano y es la que señala
lo correcto o verdadero, debiendo adecuarse los que quedan en minoría a esa verdad
expresada por la voluntad mayoritaria.
Para Rousseau la soberanía tiene las siguientes características: A) una e indivisible,
porque es ejercida sólo por la persona u órgano en quien está depositada, no pudiendo
compartirse porque se debilitaría; b) es inalienable porque el soberano no puede
desprenderse de su poder ni transferirlo; c) es imprescriptible, porque el soberano no pierde
el poder por dejar de usarlo; d) es absoluta, porque su poder se extiende a toda la sociedad
política; e) es ilimitada, porque el mando no tiene límites ni restricciones.
Esta concepción russoniana de la soberanía si bien inspiró en parte la revolución
francesa e influyó en la aparición de la democracia moderna, dio paso a múltiples abusos
porque en nombre de la voluntad del pueblo o "general" se asesinó y se destruyó
indiscriminadamente.
Frente a esto, surge el Abate Sieyés que postula que la soberanía está radicada en la
nación y no en el pueblo, queriendo con ello que la autoridad no obrara solamente tomando
en cuenta el sentimiento mayoritario coyuntural del pueblo, que podía ser objeto de
influencias o pasiones desarticuladoras, sino que además tuviera en cuenta el legado
histórico y cultural de esa nación y los valores y principios en que se había fundado. Además
el concepto de nación comprende a todos los habitantes de un pueblo y a todo su territorio
sin exclusiones ni discriminaciones.
El Abate Sieyés postula que los parlamentarios son "representantes" y no mandatarios
del pueblo, puesto que los representantes poseen autonomía para decidir una vez que han
sido electos, mientras que los mandatarios deben obedecer estrictamente las instrucciones
que su mandante, en este caso el pueblo, les ha dado. El representante, en uso de su
autonomía, deberá ponderar, al momento de tomar una decisión o legislar, la voluntad del
pueblo y conjugarla con los valores y principios que conforman el ser nacional, adoptando la
decisión que considere más justa luego de apreciar ambos factores.
Así de Rousseau surge el concepto de soberanía popular mientras que de Sieyés el de
soberanía nacional.
Ambos se dan indistintamente en las Constituciones modernas, aunque después de la II
Guerra Mundial ha retomado fuerza el concepto de soberanía popular que se mira como más
cercano al pueblo, el cual se supone tiene un grado de cultura cívica y moderación mucho
más alto que el que tenía el pueblo de la toma de la Bastilla en 1789.
En definitiva hoy en día la palabra soberanía se puede seguir usando como sinónimo de
poder del Estado pero entendiendo por tal sólo una autoridad sometida al derecho, regulada
y limitada, donde el poder en definitiva está institucionalizado y no personalizado y en
donde tiene un límite fundamental como es el respetar los derechos esenciales que emanan
de la naturaleza humana. Vale decir, hoy en día no se puede entender por soberanía a un
poder ilimitado, absoluto, perpetuo. Mas bien al hablarse de poder soberano se debe
entender por tal al poder político, con las características peculiares ya señaladas y que lo
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distinguen de otros poderes existentes en una sociedad. Incluso hay algunos que dicen que la
concepción de soberanía es incompatible con el constitucionalismo, dado que se trataría de
un término que tuvo su origen histórico y razones muy determinadas hoy no aplicables.
Agregan que en la época actual el poder de un Estado está limitado supranacionalmente por
los referidos derechos fundamentales de las personas, por los tratados y organismos
internacionales, por el respeto al medioambiente, por la imposibilidad de agredir a otros
Estados, etc.
A veces, también se usa la palabra soberano para señalar a quien dentro de un Estado
encarna la voluntad superior decisoria en una determinada materia (ejemplo, el Presidente de
la República, el pueblo, el Congreso, etc.).
Dentro del tema del poder aparece asimismo la cuestión de la decisión política, vale
decir, las decisiones más trascendentes que emanan del Poder político o estatal
El estudio de la decisión política surge de entender a la actividad política como algo
dinámico en permanente movimiento.
Las características de la decisión política son las siguientes:
- Es un fenómeno formado por distintos momentos o sea, constituye un proceso en el cual
frecuentemente participan varios actores.
- Está sujeta a condicionamientos específicos que limitan las alternativas de opción.
- Consiste en actos estatales, es decir, imputables al Estado, lo cual no obsta a que participen
o intervengan en ella actores no estatales. En esa imputabilidad al Estado radica su elemento
jurídico esencial.
- La decisión política, para ser tal, debe ser de importancia nacional, extraordinaria (no
rutinaria), o sea, implica actos que impulsan creaciones o cambios significativos en la
sociedad política. Tiene, pues, un carácter creador y conductor.
- En cuanto a su naturaleza siempre es política pero en su contenido propiamente tal puede
ser económica, social, militar, etc.
- Su concreción o elaboración se da en la faz agonal, pero en su manifestación concreta es
expresión de la faz arquitectónica.
- Aunque su naturaleza es política y su materia puede ser plural, su forma debe ser
necesariamente jurídica en cuanto ella se traduce en actos de los órganos estatales, ya que
quien la realiza o lleva a cabo debe tener competencia asignada por el ordenamiento jurídico
para hacerlo y debe llevarla a cabo por medio de las formas y procedimientos fijados por las
leyes.
e) El Derecho
El Derecho en una acepción muy simple puede definirse como un conjunto de normas
jurídicas cuyo cumplimiento puede ser exigido, coercitivamente si es necesario, por la
autoridad pública y que está destinado a regular con justicia las relaciones mutuas más
relevantes entre los miembros de la sociedad política
El fundamento de la obligatoriedad del derecho no debe radicar en el temor a la
sanción sino en el hecho de que en la norma las personas aprecian un conjunto de valores y
de fines que estiman como beneficiosos para el Bien Común y por ello la acatan
voluntariamente.
El derecho es por un lado un instrumento de que disponen los gobernantes para
conducir a los gobernados hacia la consecución del Bien Común en un marco de justicia,
paz, orden y seguridad. Por otro lado, es una garantía para los gobernados al establecer un
marco de competencias dentro del cual deben actuar las autoridades sin sobrepasarlo y de
este modo asegurar que ellas respeten los derechos esenciales de las personas.
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Se llama derecho positivo a aquél que emana del Estado o que se encuentra reconocido
como tal por éste. Aquí surge la pregunta de si todo derecho positivo debe ser obedecido por
el sólo hecho de emanar del Estado, cuestión que no es otra que la pregunta sobre la validez
del derecho positivo. Frente a esta interrogante hay diversas respuestas que fluyen de las
distintas escuelas de pensamiento jurídico.
La escuela del ius naturalismo o del derecho natural sostiene que una norma jurídica
será válida si guarda conformidad o al menos no contradice la Ley Natural. El positivismo
sostiene que una norma será válida si ha sido dictada cumpliendo con el procedimiento y los
requisitos que le fija una norma superior de donde arranca su legitimidad y valor
(fundamentalmente la Constitución Política). La escuela histórica afirma, por último, que las
normas serán válidas si corresponden a las costumbres que el propio pueblo ha ido
elaborando en su convivencia y que la norma jurídica debe sólo limitarse a recoger.
El derecho positivo puede ser escrito o consuetudinario. El escrito es aquel
promulgado formalmente como tal, mientras que el consuetudinario es aquel basado en las
costumbres y que por lo tanto no está escrito. Se conforma por un conjunto de hábitos que se
repiten constantemente por la generalidad de los miembros de un cuerpo social con la
convicción de estar cumpliendo un verdadero imperativo jurídico y se da fundamentalmente
en Inglaterra.
EL ESTADO DE DERECHO
Se entiende por Estado de Derecho aquel donde sus autoridades se rigen y están
sometidas a un derecho vigente (Estado de Derecho formal). Sin embargo, no basta que
exista un derecho vigente por el cual se rija la autoridad para estar en presencia de un real
Estado de Derecho, puesto que ese ordenamiento jurídico debe además reconocer y respetar
los derechos fundamentales de las personas y consagrar la separación de Poderes o
funciones (Estado de Derecho material o real).
En cuanto a la finalidad del Estado de Derecho, esta debe ser "personalista" en el
sentido que las autoridades y normas del Estado deben apuntar a la persona humana, al
respeto de su dignidad y al reconocimiento y protección de sus derechos fundamentales.
Existe en el Estado de Derecho un principio político, que es la soberanía radicada
en el pueblo, fuente de legitimidad para toda autoridad estatal y en que por lo tanto ningún
sector del pueblo o individuo alguno puede atribuirse su ejercicio. También existe un
principio jurídico, que es el del imperio de la ley, en el sentido de que se debe conducir a
la comunidad de acuerdo a normas jurídicas preestablecidas por ella misma y someterse
igualmente a ellas.
En general los autores están de acuerdo en sostener que existen ciertos principios
básicos propios de un auténtico Estado de Derecho, a saber:
a) Supremacía de la Constitución, en cuanto ella debe imponerse por igual frente a todas las
normas jurídicas, primando sobre ellas, como por sobre todas las autoridades del Estado y
las personas y grupos en general, los cuales deben actuar siempre conforme a sus preceptos.
b) División orgánica y funcional entre los poderes constituidos, en el sentido de que debe
consagrarse la existencia de Poderes del Estado distintos y cada uno de ellos debe ejercer
una función de gobierno por separado. En particular, lo más importante es asegurar la
Independencia del Poder Judicial, para los efectos de cumplir su cometido básico de ejercer
jurisdicción, resolviendo de manera pacífica y justa los conflictos de intereses entre las
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personas y defendiendo sus derechos frente a los posibles atropellos de ellos por parte de
autoridades del Estado o de otros particulares.
c) Reconocimiento y protección de los derechos, libertades y garantías fundamentales de las
personas
d) Legalidad, en cuanto todas las autoridades que forman el Estado debe someter siempre su
acción a la Constitución y a las leyes y normas vigentes, pudiendo hacer sólo aquello para lo
cual están expresamente autorizadas y estándoles expresamente prohibido atribuirse
mayores poderes o facultades, ni aún a pretexto de circunstancias extraordinarias.
e) Control de la actividad de los órganos estatales, en cuanto deben existir órganos de
control autónomos que fiscalicen el desempeño de las labores de los demás órganos o
poderes del Estado.
f) Institucionalización del Poder, en el sentido de que no debe estar personalizado
g) Responsabilidad, en cuanto todas las autoridades y habitantes en general del Estado son
responsables por sus actos u omisiones ilícitos o antijurídicos y deben ser sancionados de
acuerdo a la ley por ellos.
responsabilidad propia por sus actos. En este caso la autoridad central (Presidente de la
República) ejerce respecto de ellos lo que se conoce como la tutela o supervigilancia, en
virtud de la cual puede solicitar a los órganos fiscalizadores correspondientes (tribunales de
justicia, Contraloría General de la República, Consejo de Defensa del Estado) que ejerzan
las acciones correspondientes para perseguir las eventuales responsabilidades que el
accionar de esos órganos pudiese generar respecto del Estado o los particulares.
La desconcentración y la descentralización pueden ser funcionales o territoriales. Es
funcional cuando determinada función pública se le encomienda a un órgano para que éste la
ejerza a nivel nacional o local (ejemplo, el Consejo Nacional de TV es un órgano
funcionalmente descentralizado por cuanto su misión es velar por el correcto
funcionamiento de la televisión en todo el país). Es territorial cuando el traspaso de
funciones o atribuciones se hace a un órgano con un asentamiento territorial determinado
(ejemplo, las Municipalidades son territorialmente descentralizadas y los SEREMIS son
territorialmente desconcentrados).
Antes de analizar las funciones de gobierno resulta necesario precisar que ellas son
llevadas a efecto por órganos del Estado.
Órgano del Estado es un cuerpo integrado por una o más personas cuya voluntad o
voluntades, debidamente expresadas, valen como si fueran manifestación directa y propia
del querer del Estado.
Para que un órgano público manifieste una decisión válida, imputable al Estado, se
deben cumplir tres requisitos:
a) Que la decisión emane de los titulares legítimos de un órgano Estatal, debidamente
incorporados a él.
b) Que sus resoluciones o actuaciones se efectúen dentro del ámbito de su competencia.
c) Que sus resoluciones o actuaciones se sujeten a las formalidades y procedimientos que la
ley prescribe para cada caso.
Si todos o alguno de estos requisitos no se cumplen el acto de ese órgano será nulo.
Los órganos del Estado pueden ser unipersonales (Presidente de la República, por
ejemplo), o colegiados (Congreso, Corte Suprema, etc.)
Pueden ser simples (aquel que por sí solo y con exclusión de cualquiera otro está
autorizado para ejercer la función que se le ha encomendado, por ejemplo, el Presidente en
uso de sus atribuciones exclusivas) o compuestos (que es aquel formado por más de un ente
o cuerpo, sean estos unipersonales o colegiados, por ejemplo, el Congreso que está integrado
por la Cámara de Diputados y el Senado)
FUNCION CONSTITUYENTE
Se traduce en crear o modificar la Constitución Política. En ese sentido se señala que
existe un Poder Constituyente originario y en uno derivado, el primero destinado a
establecer la Constitución y que normalmente está radicado en el pueblo y, el segundo,
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FUNCION LEGISLATIVA
De acuerdo a la ciencia política contemporánea son leyes aquellas normas jurídicas
promulgadas por la autoridad pública que reúnen las características de tener sentido general,
estar expresadas en términos abstractos, contener reglas predeterminadas, que sus preceptos
sean principales y no de detalle y que están llamadas a tener una vigencia permanente.
Una ley puede ser examinada desde tres puntos de vista distintos, que plantean igual
número de requisitos que toda norma jurídica que sea ley debe cumplir.
- Orgánico en el sentido de que debe emanar del órgano legislativo o Congreso a quien se le
ha encomendado la tarea de elaborar las leyes.
- Formal o adjetivo, en cuanto la ley debe ajustarse al procedimiento establecido para su
formación, el cual normalmente está establecido en la Constitución.
- Material o sustantivo, en cuanto la ley es una norma que debe contemplar reglas de
conducta generales, abstractas, predeterminadas, principales y permanentes.
Sobre la base de estos requisitos es posible señalar que los DL, los DFL y los Tratados
Internacionales, si bien tienen el rango o valor de ley, no son propiamente leyes.
Los DL son la manera que tienen de legislar los gobiernos de facto, puesto que en
ellos no existe Congreso. Son dictados por el detentador del poder. No son leyes desde el
punto de vista orgánico ni formal o adjetivo.
Los DFL son decretos dictados por el Presidente de la República sobre materias
propias de ley, previa autorización legislativa que le hace el Congreso mediante la dictación
de una ley delegatoria donde, además de autorizarlo para dictar el DFL y fijarle un plazo
para ello que no puede ser superior a un año, se le señalan específicamente las materias que
podrá regular. Tampoco son leyes desde el punto de vista orgánico ni formal.
Los Tratados Internacionales son acuerdos celebrados entre dos o más Estados o
sujetos de Derecho Internacional sobre materias de interés común y que se rigen por las
normas del Derecho Internacional Público. Son suscritos por el Presidente, luego aprobados
por el Congreso y por último ratificados por el primero. No son leyes desde el punto de vista
orgánico ni formal, no obstante que tienen el mismo rango o valor que ella.
En lo que respecta al órgano que ejerce la función legislativa se le conoce como
Parlamento o Congreso y se trata de un órgano colegiado toda vez que la elaboración de la
ley se supone es una tarea compleja que requiere el concurso de varias personas y de
visiones distintas. Lo que sí se discute es si ese órgano debe estar formado por una o por dos
Cámaras distintas. Los defensores del unicameralismo sostienen que esta fórmula permite
agilizar el despacho de las leyes y que, además, si el Poder del Estado es uno sólo es
igualmente lógico que su órgano más importante como es el Congreso también sea
unicameral.
Los partidarios del bicameralismo, que es la tendencia que ha primado, señalan que si
las funciones de gobierno se entregan a órganos distintos nada obsta para que una de ellas
también se diversifique en dos entidades distintas. Además, señalan que no necesariamente
la prisa es conveniente para la buena elaboración de la ley. También agregan que con dos
Cámaras es más difícil que se produzca un conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo por
cuanto este último expresa más fielmente el sentir nacional y por lo tanto el Ejecutivo no
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estará dispuesto a llevar hasta las últimas consecuencias un conflicto con el Parlamento. Por
último, explican que el sistema bicameral da mayores posibilidades de intervenir a la
opinión pública en la discusión de la ley por cuanto esta pasa por más etapas.
Se utiliza la palabra Congreso para referirse al funcionamiento de ambas Cámaras por
separado pero abocándose al mismo tipo de función y, en cambio, se habla de Congreso
Pleno cuando se reúnen las dos Cámaras en una misma sesión y lugar para ejercer una
atribución determinada.
Se llama Legislatura la serie continuada en el tiempo de sesiones de las asambleas o
ramas del Congreso durante las cuales pueden debatir y aprobar las leyes. Puede estar
dividida en ordinaria, prorrogada y extraordinaria o ser una legislatura única que dura todo
el año.
Período legislativo es el plazo que media entre una y otra renovación general de las
Cámaras o la renovación total de una y parcial de la otra. En Chile es de 4 años.
rama del Congreso (por ejemplo, los miembros en ejercicio de la Cámara de Diputados en
Chile son 120, luego la mayoría absoluta de los miembros en ejercicio son 61).
- Sanción: consiste en la aprobación de la ley por el Presidente de la República una vez que
éste recibe el proyecto previamente aprobado por las Cámaras. La sanción puede ser expresa
(cuando el Presidente recibe el proyecto y procede a promulgarlo sin más trámite); tácita
(cuando el Presidente deja transcurrir el plazo para vetar el proyecto -30 días- y no ejerce
esta atribución, de modo que al vencimiento de ese plazo le nace la obligación de promulgar,
porque se entiende que aprobó tácitamente la ley al no vetarla); y forzada u obligatoria (se
da cuando el Presidente vetó el proyecto y el Congreso, junto con rechazarle el veto, le
insiste en el proyecto que aprobó originalmente, pero ahora por los dos tercios de los
miembros presentes de cada Cámara. En ese caso el Presidente está obligado a promulgar la
ley y por eso se habla de que la sanciona forzosamente).
En torno a la sanción aparece, pues, el tema del veto que puede ejercer el Presidente.
Vetar la ley es formularle observaciones. El veto puede ser absoluto (propio de las
monarquías absolutas y que implicaba que el proyecto nunca podría llegar a convertirse en
ley) y suspensivo (que suspende la promulgación del proyecto hasta que se resuelva sobre
las observaciones que formula el Presidente). El veto suspensivo es el que se encuentra
consagrado actualmente y puede ser total o parcial, según si se objeta todo el proyecto o sólo
algunas de sus disposiciones. Puede también ser aditivo (si agrega algo al proyecto),
supresivo (si le elimina algo) o sustitutivo (si reemplaza una norma por otra en el proyecto).
- Promulgación: Corresponde al Presidente de la República efectuarla mediante un Decreto
Supremo e implica establecer el texto auténtico de la ley y comunicar su obligatoriedad a
todas las personas.
- Publicación: Se hace en Chile normalmente en el Diario Oficial, ordenando el Presidente
hacer esta publicación. Desde el momento de la publicación la ley entra en vigencia, se hace
obligatoria y se entiende conocida por todos.
En relación con la función legislativa cabe también hacer mención a los llamados
privilegios parlamentarios. Son ciertas figuras legislativas que apuntan a otorgar ciertos
beneficios a los parlamentarios con el objeto de asegurarles de mejor medida una adecuada
independencia para ejercer de manera más cabal sus funciones.
En este sentido está, en primer lugar, la inviolabilidad parlamentaria que significa que
un parlamentario no puede ser perseguido criminalmente por las opiniones y los votos que
manifieste o emita en el desempeño de sus funciones.
En seguida está el fuero, que implica que un parlamentario no puede ser privado de
libertad ni sometido a proceso sin que previamente sea desaforado por un Tribunal Superior
de Justicia (en Chile la Corte de Apelaciones respectiva), el cual debe declarar que hay
fundamento para la medida que se quiere decretar en contra del parlamentario.
Finalmente, está la dieta, que es la remuneración que recibe el parlamentario por el
tiempo que dedica al cumplimiento de sus labores.
Por último, para cerrar el tema de la función legislativa cabe precisar que al órgano
legislativo le cabe cumplir dos funciones principales. Por un lado legislar según ya se ha
visto y, por el otro, fiscalizar los actos del gobierno, es decir, de los órganos que forman
parte del Poder Ejecutivo. Esto último lo ejerce particularmente la Cámara de Diputados a
través de petición de antecedentes, envío de oficios y, eventualmente, mediante una
acusación constitucional (o Impichment en el sistema norteamericano) en contra de alguna
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autoridad del Estado, lo que podría acarrear la destitución de ésta. Las acusaciones
constitucionales son iniciadas por un grupo de diputados, debiendo la Cámara de Diputados
pronunciarse si declara ha o no lugar a la acusación (es decir, si encuentra que tiene méritos
suficientes para acusar formalmente a una autoridad del Estado). Si la Cámara declara que
ha lugar a la acusación, pasa al Senado para que éste, actuando como jurado, es decir,
resolviendo sus miembros en conciencia, declare si el acusado es culpable o no y, en
consecuencia, destituirlo o no de sus funciones.
En los sistemas parlamentarios existe el denominado voto o moción de censura que, en
caso de ser aprobado por la mayoría de los parlamentarios, implica la caída del Primer
Ministro y su gobierno.
FUNCION EJECUTIVA
Se encuentra radicada en el Poder Ejecutivo (Presidente de la República) y es la más
amplia de las funciones de gobierno por la magnitud y variedad de las tareas que
comprende.
Por lo mismo se la acostumbra subdividir en tres tipos de tareas distintas para los efectos
de apreciarla mejor. Estas son la de Ejecución, la de Administración y la de Gobierno.
Tarea de Ejecución
Es la actividad del Poder Ejecutivo que busca realizar los objetivos o cumplir los
mandatos de la ley, especificando o detallando sus normas generales para una mejor
aplicación de la ley. Esta tarea la lleva a efecto mediante el ejercicio de la Potestad
Reglamentaria que es la facultad de que está dotado el Presidente de la República y las
demás autoridades del Poder Ejecutivo para dictar normas jurídicas, las cuales son
básicamente los reglamentos, los decretos, las instrucciones, las ordenanzas y las
resoluciones. Todas estas normas tienen un rango inferior al de la Constitución Política y al
de la ley y por lo tanto no pueden contradecirlas.
La Potestad Reglamentaria se divide en de ejecución, que es la destinada propiamente a
ejecutar los mandatos de la ley, según lo explicado; y, autónoma, que es aquella cuyas
normas recaen sobre materias que no son propias de ley.
Cuando una norma de la Potestad Reglamentaria es dictada por el Presidente de la
República se le agrega el apellido "suprema", por ejemplo, decreto supremo, reglamento
supremo.
La tarea de ejecución que estamos analizando comprende también la colaboración o
auxilio que presta el Poder Ejecutivo, mediante la fuerza pública, que depende de él, para la
ejecución o cumplimiento de los fallos y resoluciones que emanan del Poder Judicial, los
cuales se deben hacer cumplir incluso por la fuerza si es necesario.
Tarea de Administración
Es a la que principalmente se aboca el Poder Ejecutivo y se traduce en administrar los
recursos públicos para los efectos de otorgar a la población las prestaciones de tipo
socioeconómico, cultural y educacional y en general todas las relacionadas con el Bien
Común que ésta requiere para que cada uno de sus integrantes pueda desarrollarse al
máximo en sus potencialidades.
Para desarrollar esta labor el Presidente de la República dispone del aparato burocrático-
administrativo del Estado que está conformado por los Ministerios, los servicios y las
oficinas públicas, que son muy numerosos, concentran una gran cantidad de personal y
32
Tarea de Gobierno
Desde un punto de vista cualitativo es la más importante. Los actos de gobierno son
aquellos destinados a abordar aquellas cuestiones más trascendentes para la marcha del
Estado y la consecución del Bien Común. Aquí se trata de hacer frente a los grandes
problemas, a las eventualidades o emergencias, a los imprevistos que puede afrontar un país
y darle una solución pronta y adecuada. También se traduce en adoptar las medidas que sean
necesarias para que el país avance en la consecución de sus grandes objetivos nacionales, es
decir, medidas de trascendencia y visión de futuro.
De acuerdo a lo anterior no es posible señalar con precisión qué comprende esta
tarea de gobernar, pero en todo caso implica actos como los de convocar a un plebiscito,
disolver el Congreso cuando proceda, declarar un Estado de Excepción Constitucional,
realizar un cambio de gabinete, adoptar una medida importante en política exterior, otorgar
un indulto o una amnistía, enviar un proyecto de ley relevante, etc, etc.
Los actos de gobierno requieren de aptitudes y condiciones de estadista, de
imaginación, de visión política y de certeza técnica.
La segunda cuando una persona concurre a un tribunal para que éste declare que existe
un derecho en su favor, o para que este le reconozca una determinada situación jurídica, sin
que exista conflicto de partes. La tercera se da cuando existe un conflicto en que una de las
partes es un órgano de la administración del Estado (Ministerio, empresa pública, servicio
público, etc.) y la otra un particular cualquiera.
La jurisdicción puede ser también civil (todo asunto que no sea criminal) o criminal (la
que investiga los delitos y los delincuentes).
Los tribunales se ordenan jerárquicamente estando a la cabeza de ellos la Corte
Suprema, siguiendo en el escalón inferior las Cortes de Apelaciones y luego, en un mismo
nivel, los juzgados civiles, criminales, de familia, militares, tributarios, laborales y de
Policía Local. Los tribunales pueden ser letrados y no letrados según si su titular (juez) es o
no abogado. En Chile todos son letrados. También pueden ser de primera, de segunda y de
única instancia. Los de primera instancia son aquellos que resuelven en primera oportunidad
un asunto o gestión, pudiendo ser revisada su decisión por un tribunal superior. Los de
segunda son aquellos que están facultados para revisar las decisiones de los tribunales
inferiores, pudiendo ratificarlas, modificarlas o revocarlas. En Chile normalmente son las
Cortes de Apelaciones. Los de única instancia son aquellos cuyas decisiones no puedan ser
revisadas por ningún otro tribunal.
FUNCION DE CONTROL
Esta función no se encuentra radicada en un órgano en particular, sino que por el
contrario en varios de ellos y se ejerce de distintas maneras. Puede ser definida como toda
acción destinada a velar porque las autoridades públicas desempeñen sus cometidos con
arreglo a la legalidad vigente, manteniéndose dentro del campo de sus atribuciones y
ajustándose a los procedimientos indicados para el desarrollo de sus actividades, cooperando
de manera armoniosa a la consecución del Bien Común mediante la realización efectiva de
los cometidos que se tuvieron presentes al momento de establecer sus tareas.
Existen diversos tipos de control de acuerdo al órgano que lo lleva a cabo. En
este sentido hay un control intraorgánico, uno interorgánico y uno autónomo. El primero es
el que se realiza al interior de un órgano del Estado por parte de la autoridad o jefatura
superior de la entidad respecto de sus subordinados y normalmente puede traducirse en la
realización de un sumario investigativo en caso de que se detecten irregularidades, con
posterior aplicación de sanciones. El segundo, es que realiza uno de los Poderes del Estado
respecto de otro distinto, como, por ejemplo, el que realiza la Cámara de Diputados al
fiscalizar los actos del Gobierno; el que realiza el Presidente de la República respecto de la
conducta ministerial de los jueces; o la posibilidad que tienen los tribunales de justicia de
juzgar a las autoridades que han cometido hechos ilícitos. El tercero es el que lleva a cabo
un órgano autónomo como, por ejemplo, el Tribunal Constitucional que tiene la misión
fundamental de velar por la constitucionalidad de las normas contenidas en los proyectos de
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ley, para lo cual puede ser requerido por el Presidente de la República o por los
parlamentarios para que se pronuncie acerca de la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de una determinada norma contenida en un proyecto de ley. Este requerimiento debe ser
hecho antes de que se promulgue la ley. O, en su caso, para velar por la constitucionalidad
de un precepto legal ya vigente, en caso de ser requerido por un particular mediante la
denominada “acción de inaplicabilidad por inconstitucionalidad” que tiene por objeto que el
Tribunal ordene no aplicar a una gestión o causa pendiente un precepto legal determinado
que estime contrario a la Constitución. Posteriormente, el mismo Tribunal Constitucional,
mediante la denominada “acción de inconstitucionalidad” puede disponer la derogación o no
aplicación en general del precepto legal ya declarado previamente inaplicable por
inconstitucional.
También es un órgano de control autónomo la Contraloría General de la República, que
se pronuncia sobre la Constitucionalidad y la legalidad de las normas que emanan de la
potestad reglamentaria de que está dotado el Poder Ejecutivo (reglamentos, decretos,
instrucciones, resoluciones, etc.). Esto se lleva a efecto mediante el trámite de la "toma de
razón" que consiste en que el órgano que dicta la norma reglamentaria debe remitirla a la
Contraloría antes de que entre en vigor para que ella la examine en su constitucionalidad y
en su legalidad. Si no hay reparos, la Contraloría va a tomar razón, o sea, la va a aprobar y
ello permitirá que la norma se pueda cumplir. Por el contrario, si la objeta deberá
representarla, o sea, rechazarla. La representación puede hacerse por inconstitucionalidad o
por ilegalidad. Si el rechazo es por inconstitucionalidad, la única posibilidad que le cabe al
Presidente de la República para poder promulgar la norma es recurrir al Tribunal
Constitucional. Si la representación es por ilegalidad el Presidente de la República podría
retirarla, modificarla o bien podría dictar en este caso un "decreto de insistencia", el cual
debe ir firmado por todos sus Ministros y en virtud del cual se obliga al Contralor a "tomar
razón" de la norma que antes había objetado y respecto de la cual ahora el Presidente insiste.
También el control puede ser, dependiendo del momento en que se efectúa, a priori
o preventivo y a posteriori o represivo. El primero es el que se lleva a efecto antes de que
el acto o la norma respectiva produzcan sus efectos, como por ejemplo el que llevan a cabo
el Tribunal Constitucional y la Contraloría General de la República, según lo ya explicado.
El segundo es el que se realiza después de ejecutado un acto o dictada una norma y apunta a
subsanar o superar los vicios en que se pueda haber incurrido, como es el caso de la acción
de inaplicabilidad y la acción de inconstitucionalidad ya detalladas y cuyo conocimiento
corresponde al mencionado Tribunal Constitucional.
Por último, el control se puede clasificar en jurídico, contable y sustantivo o de
mérito, que es el control político. El primero busca apreciar la adecuación del acto o la
norma al ordenamiento jurídico vigente. El segundo, pretende evitar que en el manejo de los
fondos públicos se produzcan malversaciones o defraudaciones, o apropiaciones indebidas
de esos dineros (en Chile fundamentalmente este control lo ejerce la Contraloría General de
la República). El tercero, en cuanto político, busca sobre todo apreciar la conformidad o no
del acto de autoridad con los fines que se supone que ésta debe cumplir, analizando si el acto
es adecuado, conveniente y eficaz para la consecución de esos fines. A este último se le
denomina más propiamente fiscalización y es desarrollado por los parlamentarios frente al
Ejecutivo, especialmente por los diputados.
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Este concepto se refiere a la estructura que adoptan en un país determinado los órganos
encargados de ejercer las funciones de gobierno, o sea, el poder político, y a las mutuas
relaciones que se dan entre esos órganos.
Se habla de estructura formal de los órganos de poder para referirse a lo que sobre el
particular establece la Constitución Política del respectivo país y que conforma propiamente
la forma de gobierno del Estado. En cambio, se habla de estructura real de los órganos de
poder para referirse a la manera como en los hechos o en la práctica se da el ejercicio del
poder en ese Estado, lo que origina el concepto de régimen político, que es más amplio que
el de forma de gobierno.
El régimen político supone entrar a considerar todos los factores (económicos, sociales,
culturales, geográficos, sociales, militares, etc.) que pueden influir en la determinación de
quiénes y cómo se ejerce el poder en un Estado.
El concepto de forma de gobierno por el contrario se circunscribe sólo al aspecto
jurídico-constitucional, puesto que se supone que lo que establece la Constitución respecto
de quién y cómo se ejerce el poder político es lo que se cumplirá en la práctica.
Las formas de gobierno han sido objeto de múltiples clasificaciones.
1. Aristóteles señala que las formas de gobierno pueden ser puras e impuras. Las puras
se dividen en monarquía (gobierno recto de uno solo), aristocracia (gobierno bien
intencionado de unos pocos) y república (en realidad democracia, que es el gobierno bien
intencionado del pueblo). Las impuras, que corresponden, respectivamente, a cada uno de
las formas puras son tiranía (gobierno de uno solo usado en su propio beneficio), oligarquía
(gobierno de unos pocos en su provecho) y democracia (en realidad demagogia, que es la
corrupción del gobierno del pueblo en favor de un sector de él).
2. Montesquieu divide a los gobiernos en monarquía, república, que puede ser
aristocrática o democrática, y despotismo, denominación genérica que correspondería a
todas las formas impuras de gobierno.
3. Rousseau divide las formas de gobierno en monarquía, aristocracia y democracia,
pero presuponiendo que todas ellas encuentran su origen en la voluntad soberana del pueblo
que decide establecer una u otra. Estas formas de gobierno se distinguirían según cuál sea el
órgano encargado de ejercer el Poder Ejecutivo.
4. También las formas de gobierno se pueden dividir en repúblicas y monarquías,
de acuerdo a las características de quien es el Jefe del Estado. En la República el Jefe del
Estado es el Presidente de la República y es elegido, es temporal en la duración de su cargo
y tiene responsabilidad política. En la Monarquía el Jefe del Estado es el rey, que es
hereditario, vitalicio y no tiene responsabilidad política.
5. Por último, las formas de gobierno pueden clasificarse, sobre la base del
Principio de la Separación de Poderes, en presidenciales o de separación de poderes;
parlamentarias o de colaboración de poderes; y, de asamblea o de confusión de poderes,
según la estructura y relaciones que se den entre los Poderes del Estado, principalmente
entre el Ejecutivo y el Legislativo.
LA MONARQUIA
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LA ARISTOCRACIA
Como forma de gobierno se ha señalado que nunca se ha dado en forma pura. La
Aristocracia es el gobierno de unos pocos escogidos en razón de herencia, de sabiduría, de
poderío militar, de nobleza, de riqueza, etc. Ha sido postulada por diversos autores en
diversas épocas como una forma de gobierno ideal, pero en la práctica no se ha
materializado.
Lo que si es posible de apreciar es que en muchos gobiernos, sobre todo de antaño,
existían grupos de poder encubiertos o explícitos que, en la práctica, cogobernaban con
quienes aparecían oficialmente detentando el poder o, al menos, tenían gran influencia en las
decisiones de gobierno.
En la actualidad podría estimarse que en ciertos países con poca cultura democrática y
cívica existen estos grupos aristocráticos que influyen a veces de manera importante en el
poder como, por ejemplo, ciertas camarillas militares en países africanos o asiáticos, o los
jeques petroleros en los países árabes productores, o los sacerdotes y líderes religiosos en los
países islámicos, etc.
LA DEMOCRACIA
En un sentido amplio puede ser definida como el gobierno del pueblo, es decir, aquel
donde las máximas autoridades del Estado emanan de la decisión soberana, auténtica y libre
de todos los habitantes del Estado y ejercen el poder dentro de los marcos prefijados por el
derecho y en procura del Bien Común de todos esos habitantes, respetando sus derechos y
libertades fundamentales.
La democracia se ha expresado de distintas formas a lo largo de la historia, pudiendo
distinguirse así al menos las siguientes manifestaciones principales: la democracia directa, la
indirecta o representativa, y la semidirecta.
a) Democracia directa
Se dio en la Grecia antigua, en las Polis, y se caracteriza por que todo el pueblo
directamente por sí mismo ejercía las funciones de gobierno, es decir, la de gobernar, la de
legislar y la de resolver los conflictos de intereses. Cabe acotar que en todo caso el "pueblo"
no eran todos los habitantes de la polis, sino tan sólo los mayores, hombres, no extranjeros,
ni esclavos, ni campesinos, lo cual hacía disminuir bastante la cantidad de sus integrantes.
Además, tal democracia era posible por el reducido tamaño de la polis y la naturaleza
relativamente simple de los problemas a abordar, lo cual permitía que una asamblea pudiera
discutir el ejercicio de las referidas funciones de gobierno.
Obviamente en la época actual tal democracia es impracticable, por el tamaño y
población de los Estados y por la infinidad y complejidad de problemas que deben abordar
los gobiernos. Sin embargo, todavía en pequeños cantones o comunas en Alemania, Suiza o
algunos países nórdicos se practica este tipo de democracia mediante cabildos o reuniones
de todo el pueblo en un lugar publico donde se discute y se toman decisiones que afectan a
la comunidad toda.
Algunos autores han planteado el desafío de que por medio de los avances
tecnológicos, tales como la computación e internet, pueda ser posible recrear las condiciones
de una democracia directa “en línea” por vías electrónicas.
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c) Democracia semidirecta
Es una forma de organización democrática que busca subsanar ciertos reparos que se han
formulado a la democracia representativa, sobre todo en lo relativo a la baja participación o
incidencia del pueblo en las decisiones políticas. Por tal motivo se trata aquí de establecer
mecanismos o fórmulas que contribuyan a aumentar la participación del electorado en
aspectos importantes relativos a la marcha del Estado o del gobierno. Entre esos
mecanismos se pueden consignar los siguientes:
- Iniciativa popular de ley, que se traduce en que un conjunto de ciudadanos puede presentar
un Proyecto de ley si logran reunir una determinada cantidad de firmas de respaldo
establecida previamente. El Congreso en este caso se ve en la obligación de acogerlo a
tramitación.
- Referéndum, que es una denominación genérica que sirve para referirse a todos los
mecanismos utilizados para conocer la opción de la ciudadanía -mediante una votación- en
relación con uno o varios aspectos determinados referentes a las grandes decisiones publicas
y que no se traduzcan en una elección de autoridades.
Existen diversos tipos de referéndum: Constitucional o legal (si se trata de pronunciarse
sobre si se acepta o se rechaza una reforma constitucional o un proyecto de ley,
respectivamente); Obligatorio o facultativo (según si la autoridad está obligada o no a
convocarlo reunidas las condiciones que fija la ley sobre el particular). Se distingue también
por algunos entre las Consultas (cuyos resultados no serían vinculantes u obligatorios para
las autoridades)) y los Referéndum (cuyos resultados sí serían vinculantes u obligatorios
para las autoridades).
La denominación Plebiscito se identifica habitualmente con Referéndum, pero hay
quienes expresan que el Plebiscito sería sólo un tipo de Referéndum, en este caso, uno
destinado a ratificar una decisión previamente adoptada por una autoridad pública.
- Veto popular, que se traduce en que una determinada cantidad de ciudadanos, fijada de
antemano en la legislación, tiene la posibilidad de vetar un Proyecto de ley que no sea de su
agrado y en tal evento será el pueblo todo el que, mediante un referéndum, tendrá que
decidir en definitiva si quiere que se promulgue o no el proyecto cuestionado.
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- Revocación popular, que significa que reunida una determinada cantidad de ciudadanos se
debe proceder a convocar a un referéndum con el objeto de que todo el electorado respectivo
proceda a decidir si revocan por anticipado el mandato de una autoridad elegida antes por
ellos y que no ha respondido en grado importante a las finalidades y propósitos que le
correspondía desarrollar.
A continuación, pasaremos a analizar otra clasificación de las formas de gobierno,
que es la que los divide en de Asamblea, Presidenciales y Parlamentarios.
inglés. Por ello le solicita al líder más influyente del Parlamento que lo ayude en el
gobierno, el cual a su vez solicita colaboración a otros miembros del Parlamento para que lo
secunden en las labores que le encomienda el Rey. Así nace la institución del Primer
Ministro, encargado del gobierno y administración interior del país y del Gabinete, integrado
por sus colaboradores. Luego, las instituciones fundamentales del sistema parlamentario
inglés son: la Corona, el Primer Ministro, el Parlamento y el Gabinete.
La Corona es ocupada por un Rey o Reina que es el Jefe del Estado y cuyas atribuciones
actualmente son mínimas y más bien de orden protocolar y de representación del Estado y
sus tradiciones. Ejerce estas atribuciones bajo el nombre de prerrogativas reales. El Rey es
vitalicio y hereditario. Las atribuciones de carácter político que hoy mantiene las debe
ejercer respetando las “convenciones constitucionales”, vale decir, por ejemplo, si bien
puede disolver el Parlamento debe hacerlo sólo a petición del Primer Ministro; le
corresponde designar al Primer Ministro, pero sólo puede designar al líder del partido
mayoritario de las Cámara de los Comunes, etc. Además, se entiende que el Parlamento
puede abolir, limitar o asumir una prerrogativa real.
En otros países de sistema parlamentario el Jefe de Estado no es un rey sino un
Presidente de la República, en cuyo caso se trata de una república parlamentaria (Italia,
Alemania) y no de una monarquía parlamentaria (Inglaterra, Holanda, Bélgica, España).
En las repúblicas parlamentarias el Presidente no es elegido por el pueblo sino que por
los parlamentarios.
El Primer Ministro es nombrado por el Rey pero debe ser necesariamente aquel
parlamentario que sea el líder del partido o coalición de ellos que tenga la mayoría dentro
del Parlamento o, en el caso de Inglaterra, la mayoría en la Cámara de los Comunes, que es
la que se elige por votación popular. El Primer Ministro es el jefe de gobierno y como tal
administra el Estado y adopta todas las decisiones propias del Poder Ejecutivo. En principio
el Primer Ministro en Inglaterra dura 5 años, que corresponde al período de duración de un
parlamentario, pero puede durar menos que ese plazo y también más. En efecto, es posible
que el Parlamento apruebe una moción o voto de censura (mediante ella se hace efectiva su
responsabilidad política) en contra del Primer Ministro en virtud de la cual él debe irse del
cargo a menos que decida solicitar al Rey que proceda a disolver la Cámara de los Comunes
y convoque a nuevas elecciones para renovarla. Si el resultado de ellas lo favorece, en el
sentido de que el pueblo elige parlamentarios que le sean afines, permanecerá en su cargo y
además comienza a contarse un nuevo período de su gestión, otra vez por 5 años a partir de
esa elección. También puede ocurrir que el Primer Ministro le pida al Parlamento, en un
momento delicado de su gobierno, que le apruebe una moción de confianza. Si el
Parlamento no la aprueba en principio el Primer Ministro no está obligado a irse pero,
dependiendo de la situación, ello puede ser interpretado como un rechazo a su gestión y por
lo tanto él debería tomar la decisión de abandonar su cargo, a menos que, igual que en el
caso anterior, le pida al rey que disuelva la Cámara de los Comunes y convoque a nuevas
elecciones. Por este proceso es que el Primer Ministro puede durar menos de 5 años en su
cargo o también extenderlo -a través de sucesivas renovaciones del Parlamento en que
mantiene su mayoría- por bastante tiempo más.
Al término de su gobierno, el Primer Ministro pasa a ser miembro vitalicio de la Cámara
de los Lores.
El Parlamento en el caso de Inglaterra es bicameral y está integrado por la Cámara de
los Comunes cuyos miembros (646) son elegidos por el pueblo en votación directa, uno por
distrito, y por la Cámara de los Lores (669), cuyos integrantes son lores espirituales
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favorable o dócil a su gestión. Claro que si en ese nuevo parlamento pierde la mayoría
tendrá que abandonar el cargo.
Tercero, cuando el Primer Ministro desea consultar a la ciudadana una decisión muy
trascendente para el Estado. Para esos efectos pide al Rey que disuelva el Parlamento y
convoque a nuevas elecciones, obteniendo de los resultados de ésta la respuesta a la
pregunta que él estaba planteando al pueblo.
principales gremios, entidades sociales, empresarios, vecinos, etc, es decir, por las
sociedades intermedias en torno a las cuales la gente se agrupa y satisface sus más
importantes y primarias necesidades como la educación, el trabajo, la vecindad, la
producción, etc.
Estos representantes elegidos de esa manera representarían de mucha mejor manera las
reales inquietudes de las personas y pasarían a integrar una Cámara única o Parlamento
unicameral que tendría la función de legislar y de elegir a la persona del gobernante, el cual
debería ejercer su poder en consonancia con esa Cámara única de origen corporativo o
gremial.
Este sistema ha sido sin embargo objeto de críticas tanto teóricas como prácticas. En
cuanto a lo primero se ha señalado que el sistema se presta para que al parlamento accedan
solamente representantes de los grupos sociales más poderosos en desmedro de los menores
y que en ellos no existiría un sentimiento de lo nacional ni del Bien Común, sino que sólo
apuntarían su accionar a favorecer los intereses particulares del grupo o entidad que
representan. En cuanto a lo segundo, se afirma que las experiencias conocidas dan cuenta
que el sistema se utilizó como un mecanismo para justificar la existencia de un poder no
democrático, dado que los gobernantes se preocuparon primero de imponer en las directivas
de las organizaciones sociales a personeros de su confianza política para luego obtener que
esos mismos fueran nominados por esas entidades como parlamentarios, los cuales, a su vez,
procedían a ratificar a dicho gobernante en el poder.
Por tales razones el sistema no se aplica hoy en ningún país, pero, sin embargo, residuos
de él, en lo que tiene de positivo, se aprecian en la existencia de los denominados Consejos
Económico-Sociales que existen en varios países y que cumplen labores asesoras de los
poderes públicos y a los cuales se integran representantes de los principales gremios y ramas
de la producción del respectivo país.
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a) La dictadura. Fue inventada por los romanos (Julio Cesar) y puede definirse como una
interrupción de la vigencia de parte del ordenamiento jurídico por un período de tiempo
48
relativamente breve, producida con motivo de una grave emergencia, con el objeto de dotar
de mayores atribuciones o poderes al gobernante (dictador) a fin de que éste esté en
condiciones de superar de manera más eficaz y rápida esa emergencia, restableciendo la
normalidad y la plena vigencia del ordenamiento jurídico.
Carl Schmitt distingue entre una dictadura comisarial que sería equivalente a la romana
y una que llama soberana, que calzaría más bien con una tiranía porque se caracteriza por
una plena, total y permanente concentración del poder político en el tirano, sin el propósito
de restablecer normalidad alguna.
b) La monocracia, que es todo régimen donde existe una persona que con carácter
exclusivo detenta todo el poder, como sería el caso de las monarquías absolutas o de los
propios tiranos.
c) Tiranías, que es, como se señaló, un régimen donde existe un solo detentador de todo el
poder, usándolo sólo en provecho personal y de sus cercanos, que atropella sistemáticamente
los derechos fundamentales de las personas y que se perpetúa en el gobierno.
d) Regímenes autoritarios, según Karl Loewenstein es aquél régimen donde hay un
detentador del poder, sea persona natural, dictadura, asamblea, comité, Junta, etc., que lo
monopoliza sin que los demás tengan una participación real en la formación de la voluntad
estatal. Este detentador del poder pretende alcanzar objetivos de bien general, pero según sus
propios ideales, no permitiendo la existencia de otras visiones alternativas. De ahí la
conculcación de ciertos derechos, pero sin llegar a un atropello sistemático de todos ellos.
La represión es ejercida normalmente de manera proporcional a la magnitud de las críticas o
protestas que ejecutan los opositores.
e) Totalitarismos. El concepto es de autoría de Carl Schmitt y lo elabora teniendo a la vista
la realidad del régimen nacionalsocialista de Hitler y el marxista de Stalin en la URSS.
Partiendo de la base de que ambos eran regímenes autocráticos, Schmitt apreció que eran de
una entidad nunca vista antes y por ello los denominó totalitarios. Estos se caracterizan
porque existe una pretensión de los gobernantes de controlar no solo la totalidad del poder
político sino que todas las demás actividades de los gobernados, tales como la económica, la
cultural, la educacional, la social e incluso la moral.
Según Raymond Aron sus características son las siguientes: 1) un partido tiene el
monopolio de la actividad política; 2) ese partido posee una ideología a la que confiere
autoridad absoluta y se transforma en verdad oficial del Estado; 3) el Estado se reserva el
monopolio de los medios de fuerza y de comunicación con el objeto de implantar y difundir
su ideología; 4) la mayor parte de las actividades económicas y profesionales están
sometidas al control del Estado; 5) una falta, error o crítica dentro del desarrollo de una
actividad social cualquiera es considerado un atentado al Estado y a su verdad oficial y
reprimida duramente, mediante un aparato policial que infunde terror en los individuos.
De acuerdo a Loewenstein las características de este tipo de régimen son las siguientes:
1) voluntad de modelar la vida de las personas en su integridad; 2) ideología única y
excluyente; 3) aparato policial compulsivo; 4) partido único.
b) La opinión pública.
La opinión pública ha existido desde épocas muy antiguas, pero en el momento actual ha
adquirido un rol mucho más gravitante por dos razones. Por un lado, el aumento y difusión
masiva de los medios de comunicación social y, por el otro, la mayor conciencia que ha
tomado la gente, fruto de mayores niveles educativos y culturales, de la capacidad que
tienen para generar opinión pública.
La opinión es un parecer inseguro que se emite sobre un aspecto de cualquier naturaleza
pero que sea discutible o que admita varias visiones. Es pública cuando recae sobre un
asunto que es de interés general o de preocupación social.
La opinión pública se manifiesta a través de la libre emisión de juicios intencionados que
emiten una multiplicidad de personas sobre un hecho de interés general, sea político,
económico, cultural, internacional, deportivo, etc.
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A) PARTIDOS POLITICOS
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Según Edmund Burke los partidos son una reunión de hombres que aúnan sus esfuerzos
para ponerlos al servicio del interés nacional, sobre la base de un principio al que todos
adhieren.
Esta es una definición que corresponde a los partidos antiguos de reducida militancia y
que se daban más bien dentro de los Parlamentos o Congresos entre bloques de
parlamentarios que aunaban sus esfuerzos sobre la base de ciertas ideas que compartían.
Un concepto más moderno es el de Burdeau que señala que son un grupo de individuos
que profesan los mismos puntos de vista políticos y que se esfuerzan por hacerlos
prevalecer, afiliando a ellos el mayor número de ciudadanos y buscando conquistar el poder
o a lo menos influir en sus decisiones.
Lucas Verdú los define como agrupaciones organizadas, estables, que solicitan apoyo
social a su ideología y programa políticos para competir por el poder y participar en la
orientación política del Estado.
Son elementos de la esencia de un partido los siguientes:
a) El elemento personal o de militancia. Los partidos tienen una dirigencia (presidente,
vicepresidentes, secretario general, tesorero, jefes regionales); un grupo de profesionales y
técnicos asesores; la militancia propiamente tal formada por todos los que se encuentran
inscritos en el partido; y los simpatizantes que son los que no estando inscritos en el partido
votan habitualmente por los candidatos que presenta la colectividad a los comicios
populares.
b) El elemento formal o de organización. Se traduce en toda la serie de órganos internos que
tiene los partidos y en los derechos y deberes de sus integrantes al interior de él. Todo lo
anterior se halla contenido en los Estatutos del partido.
Dentro de los principales órganos internos de los partidos están la Directiva nacional o
central, con el Presidente, uno o más vicepresidentes, un secretario general y un tesorero; las
Directivas regionales o locales; la Asamblea o Consejo general, que es el órgano más
importante del partido, formada por delegados de todas las localidades donde está
organizada la colectividad y los parlamentarios del partido y en donde se adoptan las
decisiones más trascendentes (alianzas, nominaciones de candidaturas presidenciales,
fusiones, pactos, cambios de estatutos, etc.); y, el Tribunal Supremo o de Honor, cuyos
integrantes los elige el Consejo General y que es el encargado de velar porque se respeten
las normas estatutarias y de sancionar a los infractores. En Chile también en algunos
partidos hay una Comisión Política, que es una especie de consejo ampliado de la directiva a
la que se integran algunos asesores políticos que se estiman calificados y que sirve de punto
de encuentro para el análisis de las labores políticas coyunturales del partido.
c) El elemento intelectual o de doctrina, que es el conjunto de principios, valores, ideología
o doctrina que sustenta el partido y que es su elemento más importante puesto que es el que
le infunde mística y orientación en su actuar y le permite mantener unidos a sus militantes.
Está contenido en la Declaración de Principios del partido y también en su programa político
y en los planes de gobierno. Estos últimos corresponden al desarrollo de un aspecto
específico del programa político.
izquierda. Hoy en día algunos la estiman un poco superada señalando que hay partidos
vinculados a la izquierda, como los comunistas, que al no haber evolucionado en sus
planteamientos serían más conservadores que ningún otro, en tanto antiguos partidos
conservadores serían hoy en día progresistas o más liberales, al igual que ciertas vertientes
del socialismo que hoy asumirían el liberalismo económico.
b) Partidos de opinión e ideológicos. Los primeros son los que simplemente buscan encauzar
u orientar a la opinión pública en favor de sus postulados, mientras que los segundos tratan
de imponer a ésta una doctrina o ideología que es la que postulan y que afirman como
verdad absoluta.
c) Según Duverger existen partidos-sociedad, que son partidos aristocráticos o de jefes que
se caracterizan por la facilidad con que se ingresa o se sale de ellos sin que exista mayor
compromiso de sus militantes con la colectividad; partidos-comunidad, que se basan en
ciertas creencias colectivas que comparten todos los militantes y que se van transmitiendo
por la tradición; y, partidos-orden, que son los que exigen de sus afiliados una consagración
profunda y exigente al partido, casi similar a la religiosa.
d) Neumann señala que existen partidos de representación individual, que tienen una
actividad política intermitente y son de alcance solamente electoral, sin que exista entre sus
adherentes una mayor vinculación que no sea la de defender ciertos valores o intereses en el
proceso electoral y en sus resultados; partidos de integración parcial, donde existe una
vinculación efectiva y permanente entre sus miembros, con tendencia comunitaria o social
pero sin absorber la vida del militante; partidos de integración total, donde sus miembros
entregan su personalidad y existencia individual al partido y sus objetivos.
e) Haberle distingue entre partidos de comunidad espiritual, que se basan en que sus
miembros comparten una serie de valores comunes y están convencidos de sus convicciones
y fines; partidos con líderes carismáticos, que se basan en la confianza que tienen sus
militantes en el líder del partido al cual siguen irrestrictamente; partidos racionalizados, que
son partidos de tipo utilitarista o pragmáticos que existen sólo con el objeto de alcanzar el
poder y ejercerlo, para lo cual van adaptando sus programas según los momentos políticos
que se viven.
h) Desde la oposición, deben hacer valer sus críticas al gobierno de turno, respaldar sus
iniciativas de Bien Común y plantear soluciones alternativas a los programas de gobierno si
consideran que ellos tienen mejores respuestas.
Exclusión de partidos:
En el siglo XX, después de la segunda guerra mundial, surgió la necesidad de
establecer en diversos países, normas que permitieran sancionar y excluir del sistema
democrático a aquellos partidos que tendieran a sustituir dicho régimen por otro totalitario, o
que pretendieran violar los derechos fundamentales de las personas o hicieran uso de la
violencia o no reconocieran o respetaran el ordenamiento jurídico del Estado. Normalmente
es el Tribunal Constitucional el órgano encargado de conocer y sancionar a los partidos por
este motivo.
B) EL CUERPO ELECTORAL
b) Sirve para conocer o deducir la voluntad del electorado a través de las opiniones de los
personeros elegidos por los sufragantes.
c) Configura mediante el resultado de una elección una imagen del sentir nacional en ese
momento concreto
d) Permite apreciar el grado de adhesión que recibe la autoridad y fortalecer o disminuir su
poder según la voluntad de los gobernados
e) Permite, mediante el consentimiento de los ciudadanos, incorporar y dar vigencia a
normas constitucionales o legales o resolver asuntos sometidos a la consulta del pueblo.
En cuanto a los requisitos para sufragar, son generalmente los siguientes dependiendo
en todo caso de cada país:
a) Nacionalidad, en el sentido que normalmente el sufragio se reconoce a los connacionales
del respectivo país. Excepcionalmente y bajo ciertos requisitos especiales algunos
extranjeros pueden sufragar.
b) Edad, en casi todos los países es hoy de 18 años.
c) Dignidad mínima, en el sentido que la persona no haya cometido un delito de gravedad
(que merezca pena aflictiva)
d) Capacidad mínima, en cuanto una persona privada de razón no puede sufragar
e) Domicilio, toda persona debe tener un domicilio determinado dentro de la
circunscripción donde pretende votar. Esto se exige para una mejor organización del
cuerpo electoral.
f) Grado mínimo de instrucción, en el sentido de que en algunos países, como ocurría en
Chile hasta 1970, se exige saber, a lo menos, leer y escribir para poder votar. El
fundamento de este requisito es que las personas tienen que poder informarse
adecuadamente para poder votar, pero en la actualidad con el avance de los medios de
comunicación audiovisuales se estima innecesario.
g) Inscripción previa, en un registro electoral, lo cual es necesario para una buena
organización del cuerpo y del proceso electoral.
b) Masculino y femenino. Esta clasificación tuvo validez hasta la primera mitad del siglo
XX por cuanto hasta esa fecha en muchos países las mujeres no podían votar. En Chile
se les permitió para las municipales a partir de 1935 y para las presidenciales y
parlamentarias desde 1949.
c) Facultativo u obligatorio, según si los ciudadanos están obligados o no a sufragar.
d) Directo o de primer grado o indirecto o de segundo grado, de acuerdo a si el ciudadano
se pronuncia de inmediato sobre los candidatos que se disputan un cargo público o si,
por el contrario, designa un elector, el cual será, en definitiva, quien elija a los titulares
de un cargo público (como en las presidenciales norteamericanas).
e) Personal o por mandatario, de acuerdo a si el ciudadano debe emitir por sí mismo el
sufragio, sea concurriendo al lugar de las urnas o remitiéndolo por correo, o si puede
encomendarle esta tarea a un mandatario previamente autorizado por él.
f) Público o secreto, según si se puede conocer o no el contenido del sufragio. En general
se propicia que deba ser secreto para evitar el cohecho o las presiones indebidas.
g) Singular o plural, de acuerdo a sí en una misma elección un ciudadano tiene un voto o
varios votos. Dentro de esta última opción caben varias alternativas como el voto
familiar (un voto por cada carga de familia), el voto múltiple (donde un mismo elector
puede votar en varios lugares si tiene algún vínculo con ellos, tales como domicilio,
lugar de trabajo, etc.) o el voto plural (cuando un mismo ciudadano posee varios votos
por reunir requisitos complementarios especiales distintos a los de ciudadanía, tales
como poseer un título profesional, o ser casado, etc.).
Los sistemas electorales operan sobre la base de una división del país en
circunscripciones o colegios electorales. Se entiende por tales la agrupación de ciudadanos
dispuesta en un territorio determinado para los efectos de una elección.
58
EL CLERICALISMO
Estamos en presencia de este fenómeno cuando los personeros eclesiásticos
pretenden entrar, más allá de su natural preocupación por las consecuencias morales y
religiosas que puedan tener las acciones u omisiones de las personas, incluyendo a los
políticos y gobernantes, a tomar parte de las decisiones de política contingente o a influir en
ellas. La delimitación de cuándo una acción o declaración de la autoridad eclesiástica es
fruto de una legítima preocupación moral y religiosa o, por el contrario, entra al campo de lo
contingente, es a veces difícil de señalar en la práctica, lo cual, en no pocas ocasiones ha
sido fuente de problemas importantes.
poderoso de presión frente a los gobiernos, los cuales dependen en buena medida de la
situación económica del país para mantener un apoyo ciudadano importante.
Se ha señalado que habría ciertos factores que favorecerían la actuación política de las
FFAA, tales como los siguientes:
- El alto grado de profesionalismo militar, puesto que aún cuando esto parezca
paradojal, implica que mientras más profesionales sean ellas, más estructuradas,
cohesionadas y eficientes serán. De este modo, frente a una situación de caos o
desorganización social extrema naturalmente se sentirían llamadas a intervenir por
sentirse la única organización en ese momento con capacidad para restablecer el
orden y sacar el país adelante.
- La escasa legitimidad del sistema político, en el sentido de que si ese sistema se
vuelve progresivamente ilegítimo ante la ciudadanía, por sus errores, ineficiencias,
abusos o atropellos al derecho, es probable que la propia ciudadanía solicite una
intervención militar que ponga fin a ese gobierno.
- La inestabilidad económica aguda, en cuanto ello implica una necesidad ciudadana
pronta de que las cosas cambien y se arreglen, pudiendo también aquí apreciarse que
las FFAA tendrían la capacidad de gestión suficiente como para reactivar y
reorganizar el sistema económico.
Por otra parte pueden ser pragmáticas y programáticas, según si sus disposiciones
pueden aplicarse de inmediato porque se bastan a sí mismas o si por el contrario necesitan
de la dictación de legislación complementaria para poder tener plena vigencia y aplicación.
También existen Constituciones otorgadas unilateralmente (por el gobernante a su
pueblo) y pactadas (entre el gobernante y su pueblo).
Por último, hay constituciones orgánicas y plenas. Las primeras son las que se limitan
a establecer la organización, atribuciones y funciones de los órganos de poder del Estado
(Ejecutivo, Legislativo, Judicial) y las segundas son aquellas que además de poseer esa parte
orgánica contienen una relacional o dogmática que contempla el conjunto de derechos y
garantías que se aseguran a todas las personas.
El Presidente de dicha Corte en aquél año, el juez John Marshall, en el caso Marbury
v/s Madison, señaló en su sentencia dos principios: 1) Era necesario hacer efectiva la
Supremacía Constitucional, lo que implicaba que si existía una norma legal que entrara en
contradicción con lo dispuesto en la Constitución, debía hacerse primar a esta última; y 2)
Que le correspondía al Poder Judicial, representado en este caso por la Suprema Corte, hacer
efectivo el respeto a ese principio, declarando la inconstitucionalidad de una ley que se
opusiera a la Constitución, haciendo imperar para ello el Principio de jerarquía del
ordenamiento jurídico que nos indica que existen normas superiores a las cuales deben
subordinarse las inferiores, principio que corresponde a los jueces declarar.
Por otro lado, hay que señalar que en estas materias se habla que existe una
inconstitucionalidad de fondo y otra de forma. La primera se produce cuando existe una
contradicción de fondo o sustancial entre una norma constitucional y una norma legal o
reglamentaria (por ejemplo, si la Constitución garantiza el derecho a la vida y una ley
estimula la práctica del aborto); mientras que la segunda se da cuando ha existido un vicio
en el proceso de formación de la norma que se encuentra estipulado en la misma
Constitución (como sería el caso de una ley que se hubiera aprobado con un quórum menor
al exigido por la Constitución).
Asimismo cabe señalar que existen, desde otro punto de vista, tres tipos de control de
constitucionalidad
a) Uno de carácter político que se lleva a cabo por las propias Cámaras en el proceso de
formación de la ley y que está destinado a evitar la aprobación de proyectos que contengan
normas inconstitucionales.
b) Uno jurisdiccional que se entrega a los tribunales de justicia, en especial a la Corte
Suprema.
c) Uno mixto, entregado a órganos autónomos de rango constitucional, cuya composición
tiene un origen mixto, como por ejemplo el Tribunal Constitucional, cuyos miembros son
designados por las otras autoridades del Estado.
etc.). En seguida, después de la Segunda Guerra Mundial los derechos pasan a ser
reconocidos a nivel universal mediante la suscripción de documentos o pactos o
declaraciones que los enunciaron (Declaración Universal de los Derechos Humanos de las
NU de 1948, Pacto de Derechos Civiles y Políticos de las NU de 1966, Pacto de San
José‚ de Costa Rica de 1969, etc.).
Ya fue analizado en el transcurso del curso y por lo tanto sólo cabe mencionarlo. En
todo caso, a título ilustrativo, debe tenerse presente que según el artículo 16 de la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 "Toda sociedad en la
cual la garantía de los derechos no está asegurada, ni la separación de los poderes
determinada, carece de Constitución".
El Poder Constituyente se define como aquel que tiene capacidad o facultad para
establecer o dictar la Constitución, pudiendo definirse también como la facultad que procede
reconocer a todo cuerpo político de establecer, con autonomía decisiva y de contenido, su
propia Ley Fundamental.
Normalmente existen dos casos en que procede establecer una nueva Constitución:
Cuando se produce el nacimiento de un nuevo Estado y cuando se ha producido un quiebre
del orden jurídico vigente, derrumbándose el régimen político que él establece.
En la antigüedad no estaba claramente determinado quién era el titular de ese
Poder Constituyente, pero desde la revolución francesa, la Constitución norteamericana y la
experiencia política inglesa del siglo XVII se ha decantado que ese poder radica en el pueblo
o nación.
Para los efectos de que el pueblo pueda realmente ejercer ese Poder se barajan dos
fórmulas: que el detentador del poder elabore un texto constitucional y éste sea sometido a
una aprobación plebiscitaria por el pueblo o bien que el pueblo elija a un conjunto de
personas encargadas de redactar y aprobar una Constitución mediante la conformación de
una llamada Asamblea Constituyente.
El Poder Constituyente es de dos clases. El originario que está destinado a
establecer la Constitución y el derivado que es el destinado a modificar la Constitución
vigente.
El Poder Constituyente Originario es un poder meta jurídico porque en principio
no está sometido a ninguna norma y no tiene límites. Empero se han establecido ciertas
restricciones para su ejercicio. En primer lugar debe reconocer y garantizar los derechos
fundamentales de la persona humana. En seguida debe atenerse a los límites territoriales del
Estado y a las normas que regulan la convivencia entre éstos. Por último, no puede renegar
de su titularidad traspasándola a una persona u órgano determinado.
El Poder Constituyente Derivado también tiene limitaciones. Por de pronto, debe
atenerse al procedimiento de reforma que la propia Constitución fija respecto de ella misma,
debiendo cumplirse con los requisitos, el procedimiento y los quórum que ella exige para su
reforma. Igualmente, las reformas deberían respetar el espíritu general y los grandes
principios que informan todo el orden constitucional vigente.
70
TIPOLOGIA CONSTITUCIONAL
Existen dos tipologías importantes de destacar.
La de Manuel García-Pelayo que distingue entre Constituciones racional-
normativas, Constituciones histórico-tradicionales, y Constituciones sociológicas. Las
primeras son aquellas que establecen un conjunto de normas racionalmente elaboradas y que
pretenden orientar las conductas de las personas hacia la consecución de determinados fines
predeterminados. Las segundas son aquellas cuyas normas se fundan en las tradiciones y
costumbres políticas de un pueblo, no innovando en la materia. Las terceras se limitan a ser
una especie de fotografía de la situación política presente de un pueblo, recogiendo en sus
normas tal realidad.
La de Karl Loewenstein, que señala que existen Constituciones Normativas,
Nominales y Semánticas. Las primeras son aquellas cuyas disposiciones se aplican y se
cumplen efectivamente tanto por autoridades como por las personas. Las segundas son
aquellas en que algunas de sus disposiciones no se cumplen porque existe una falta de
desarrollo cívico en el pueblo o porque la norma establece preceptos que no se condicen con
la realidad política de la sociedad. Las terceras son aquellas cuyas disposiciones se cumplen
efectivamente pero que sólo tienen el nombre de Constitución, porque el contenido de esas
disposiciones no se ajusta a los principios del constitucionalismo. Son propias de los
regímenes autocráticos.
experimentando la normativa fundamental del Estado para irse adaptando a las nuevas
circunstancias sociales.
Existen empero ciertas situaciones en que realmente y de hecho se produce una
perturbación o se destruye la normalidad constitucional, entendida como la plena vigencia
de ella en un marco de paz y tranquilidad sociales.
En este sentido hay dos grandes grupos de situaciones de anormalidad
constitucional: las situaciones de emergencia y los casos críticos.
B) Casos críticos
Se trata de situaciones más graves que las anteriores y que no están ni pueden estar
previstas o contempladas en la Constitución porque siempre implican una ruptura de la
legalidad vigente.
Entre las causas de los casos críticos pueden encontrarse el incumplimiento del
ordenamiento jurídico por las autoridades, caducidad de ese ordenamiento por apartarse del
sentir ciudadano, presión de un grupo poderoso, ambición de un líder, etc.
Se acostumbra a englobar todas las situaciones de casos críticos (insurrecciones,
rebeliones, sediciones, revoluciones, etc.) en dos grandes tipos: golpe de Estado y
revolución.
El golpe de Estado se produce cuando una autoridad se separa del ordenamiento
legal que la rige y asume un poder que el ordenamiento jurídico no le otorgaba. Muchas
veces se reduce a una simple sustitución de gobernantes y los cambios sólo se circunscriben
al ordenamiento jurídico-institucional.
72
I FUENTES DIRECTAS
los condenados por delitos terroristas, puesto que originalmente esto no era
admitido por la Constitución de 1980. Sin embargo, dado que se trata de un
tipo especial de delitos que la Constitución desea que se sancionen de
manera más drástica, las leyes que amnistíen o indulten de manera general
esos delitos requieren de un quórum especial de los dos tercios de los
diputados y senadores en ejercicio. Dichas leyes en cuanto se dicten y en la
medida que implican la aplicación de una norma constitucional, son fuentes
del derecho constitucional, no obstante que hasta el presente todavía no se
ha hecho uso de esa facultad.
II FUENTES INDIRECTAS