Apuntes Derecho, Politico

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APUNTES DE DERECHO POLÍTICO

Prof. Jorge Van De Wyngard

GUIA Nº 1 INTRODUCCION A LA POLITICA

1. - Concepto de política
Este término ha tenido una evolución histórica desde una concepción amplia hacia una
más restringida.
Los griegos: inventores del término, consideraban que política era todo lo
concerniente a la polis o sea, a la ciudad. En este sentido, la política era un término muy
amplio comprensivo de todo lo que dice relación con la vida en la comunidad y que
abarcaba hasta el comportamiento ético de los individuos. Por eso Aristóteles expresaba que
no había diferencias entre el hombre bueno (éticamente hablando) y el buen ciudadano (que
era el hombre virtuoso en sus relaciones sociales). El mismo pensador definía al ser humano
como "animal político", queriendo significar con ello que se trataba de un ser social por
naturaleza y que por lo tanto requería necesariamente integrarse al todo social para poder
desarrollarse. El decía que aquel que no vivía en sociedad "era una bestia o un Dios" pero no
un hombre.
Los romanos: política es la actividad humana que pertenece al ámbito de lo público, que
es aquello que se vincula en forma directa e inmediata al Estado o que converge hacia él
(relaciones de la autoridad frente a los particulares y de éstos hacia el poder). Esta
concepción de la política es parte de la distinción fundamental que se lleva a efecto en esa
época, por influencia del cristianismo, entre el ámbito de la vida privada o particular y lo
público o estatal. La política queda incluida dentro de lo público por cuanto a través de ella
hay una relación entre las autoridades o gobernantes y los gobernados.
Concepto actual: se ha delimitado aún más. Se ha centrado en torno al tema del poder o
capacidad de conducción de una sociedad hacia su fin que es el Bien Común. El centrar el
concepto de política en torno al tema del poder responde a la influencia de Maquiavelo,
quien fue el primero es postular una separación total entre la política y la moral, al sostener
que el fin justifica los medios y que al gobernante le vale más ser temido que amado. (Esto
en su obra El Príncipe, de 1513)
Política es, pues, en la concepción actual, la actividad de quienes procuran obtener
el poder, retenerlo o ejercitarlo con vistas a un fin y la de aquellos que buscan a lo
menos influir en sus decisiones.
Debe tenerse presente, en todo caso, que dicho concepto o forma de entender la
política es de carácter instrumental, por cuanto desde un punto de vista moral la
política debe ser vista como una de las actividades más nobles del ser humano en
cuanto implica una labor de servicio a los demás. En efecto, la labor política implica
poner las capacidades y aptitudes personales, desde el aparato estatal y en cuanto
autoridad, para trabajar en pos de procurar generar la mayor cantidad de condiciones
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de todo orden (económicas, sociales, culturales, de esparcimiento, morales, etc.) que


permitan que todos y cada uno de los miembros de la sociedad gobernada puedan
alcanzar su mayor perfección posible como seres humanos.

2.- Los momentos o facetas de la actividad política


Se reconocen dos momentos dentro de la actividad política, que vienen a ser como las dos
caras de una misma moneda:
a) La agonal o de lucha: muestra la política como una actividad en permanente movimiento
entre adversarios para acceder al poder, influir en él o retenerlo. Sus aspectos positivos son
que posibilita que se expresen distintas visiones del Bien Común, que se critiquen los errores
y defectos del poder y que éste rectifique sus aspectos negativos. Su inconveniente es que si
la lucha se agudiza y las posiciones se polarizan demasiado se puede poner en riesgo la
estabilidad y la paz social y romper la convivencia civilizada. El fin de la actividad política
agonal es conquistar el poder, influir en él, seguir ejerciéndolo o acrecentarlo.
b) La arquitectónica o de construcción: se traduce en aquella actividad política dirigida a
implementar el proyecto político que se sostiene y que apunta a construir, consolidar y
conservar la comunidad política que se gobierna. Su ventaja es obvia por cuanto ésta es la
faceta más importante de la actividad política ya que implica realizar los programas y
propósitos que se postulan en beneficio de la comunidad, plasmándolos sobre todo a través
de la dictación de normas jurídicas y la creación o modificación de instituciones u órganos
del Estado encargados de cumplir los cometidos propuestos. La oposición política también
participa de esta faceta en cuanto propone sus programas alternativos y en cuanto efectúa
una sana critica a la labor gubernativa. La crítica que se le formula a esta faceta
arquitectónica es que si predomina de manera absoluta, sin adversarios que luchen por
cambiar la situación vigente, puede originar una estructura estatal rígida que de paso a
injusticias, privilegios o desigualdades. Además, el poder puede no evolucionar ni hacer
prosperar la sociedad. La finalidad de esta política arquitectónica es el Bien Común
mediante la implementación de los programas y proyectos que se afirman.
En definitiva ambas facetas deben coexistir, aunque la más importante es la
arquitectónica y por ello debe predominar.

3.- Formas de conocimiento político


a) Conocimiento vulgar o espontáneo: cualquier persona lo tiene, puesto que todo individuo,
independientemente de su nivel de educación, está capacitado para conocer los fenómenos
políticos y opinar sobre ellos, en la medida en que está inserto en la sociedad y sometido a
sus autoridades y normas.
b) Conocimiento metódico, sistemático y reflexivo: sólo lo tienen los iniciados en el tema y
por ello es más reducido el ámbito de personas que lo poseen.
Dentro de este último existen varias ramas:
- Teoría política, conocida modernamente como Ciencia Política. Estudia el "ser" de la
política. Es decir, el cientista político se preocupa de describir la realidad política tal cual
se da, de buscar elementos de relación y de determinar las causas del por qué‚ se
producen determinadas reacciones o procesos políticos, intentando predecir posibles
consecuencias futuras. De suyo es una actividad que requiere objetividad de parte de
quien observa, describe y trata de formular explicaciones acerca de los fenómenos
políticos. La ciencia política estudia asimismo, según otros, las instituciones políticas, es
decir, los cuerpos y órganos por los cuales el Estado se expresa; las ideas que inspiran el
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funcionamiento y estructura del Estado; la dinámica que desarrollan las fuerzas que
participan de la actividad política y la regla fundamental (Constitución Política) en
virtud de la cual se organiza el Estado y se desarrolla el gobierno. En el mundo latino se
confunden los términos Ciencia Política y Derecho Político.
- Doctrinas políticas. Proponen un "deber ser" de la política. Vale decir, aquí se observa y
describe la realidad política pero con el objeto de criticarla y formular una propuesta
alternativa acerca de cómo debería ser el ejercicio del poder, según el ideal subjetivo o
personal de quien formula una doctrina política. Ejemplo, doctrina marxista, liberal,
socialdemócrata, etc. El doctrinario en cierta medida se siente poseedor de la verdad o cree
haberla alcanzado en materia política.
- Filosofía política. Pretende buscar la verdad respecto de la política. Es decir, se pregunta
acerca de las causas primeras y las finalidades últimas de esta actividad. Trata de responder,
desde una posición de humildad, de búsqueda de una respuesta lo más certera posible, qué es
la política, para qué sirve, cuáles son sus finalidades más esenciales, qué medios se pueden
utilizar en ella, de qué manera influye en la vida del ser humano, etc.
- Derecho Político. Estudia las normas, principios e instituciones políticas y jurídicas que
regulan la actividad política. O sea, analiza la política a partir de las normas jurídicas e
instituciones que la regulan y la conforman. En la época actual es muy importante por
cuanto todo Estado de Derecho presupone que la actividad política legítima es aquella que
está regulada o permitida por el derecho, aún cuando no se puede incurrir en el error de
pensar que la actividad política es sólo aquella que se lleva a efecto conforme a las normas
legales puesto que hay una parte no despreciable de la actividad política que transcurre al
margen o incluso contra las normas legales que la regulan. Repetimos que para algunos se
confunde esta expresión con Ciencia Política.

4.- Fines y medios de la actividad política


Respecto de los fines se distingue entre los fines objetivos y los subjetivos.
Dentro de los objetivos, que son aquellos que son propios de la política, en cualquier
tiempo o lugar y más allá de la voluntad específica de sus actores, hay un fin de la actividad
política agonal que es vencer (llegar al poder o mantenerlo) y un fin de la actividad política
arquitectónica que es construir (implementar la propuesta política que se sostiene con miras
al Bien Común). Más allá de todo ello la finalidad última de la política, como no puede ser
de otra manera, es la persona humana, a quien siempre es un deber respetar en su dignidad
esencial y promover en su desarrollo integral.
Los subjetivos dependen de los actores políticos individuales (afán de servir, propósito de
enriquecerse o de tener influencia, pretensiones de figuración, etc.).
En todo caso, la política rectamente entendida es una actividad ética puesto que, como se
señaló más arriba, supone poner todas las capacidades individuales al servicio de la
comunidad con el afán de conducirla u orientarla hacia el Bien Común, que implica que
cada persona pueda gozar de las condiciones necesarias para desarrollarse lo más
plenamente posible como ser humano.
Respecto de los medios, no hay una regla fija porque también dependen de los actores
políticos y de su grado de moralidad o ética. Sin embargo, un principio moral básico
sostiene que no existen fines lícitos si ellos se han conseguido con medios ilícitos. Si
partimos de la base que la política tiene por finalidad última el ser humano, según lo dicho
precedentemente, sus medios nunca podrán significar la realización de acciones que atenten
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en contra de los derechos y libertades esenciales de las personas. Además, en los Estados
actuales el derecho es quien regula los medios legítimos que pueden utilizarse en la política.

5.- Relación entre el derecho y la política


En la época actual no se concibe, como se señaló, la actividad política sino que regulada
por el derecho.
El derecho cumple básicamente tres funciones respecto del poder político: lo organiza
(porque estructura los diversos órganos de poder del Estado), lo legitima (porque lo
estructura de acuerdo a criterios que la ciudadanía estima como justos y procedentes,
siempre y cuando ellos, además, obedezcan a criterios que tiendan a llevar a los seres
humanos hacia su bien desde una perspectiva ética) y lo limita (al señalarle mediante las
normas jurídicas cuáles son sus atribuciones, prohibiciones y formas de actuar). Asimismo,
establece las normas de acuerdo a las cuales deben regirse todos los que actúan en política,
para que ella se desarrolle por cauces pacíficos, justos y predeterminados.

6.- El sistema político


Esta noción es elaborada por autores Norteamericanos, uno de cuyos exponentes es David
Easton. Apunta a presentar la actividad política como una realidad dinámica, en permanente
proceso de cambios y ajustes y, a la vez, tiene la ventaja que permite explicar de mejor
manera las relaciones de lo que llamamos sociedad civil frente al Estado.
El sistema político se entiende como un tipo de relación que se da entre los individuos
donde existen algunos que mandan y otros que obedecen (relación política). La actividad de
los que mandan es política. El sistema político implica que existan actores políticos, un
proyecto común a realizar, una relación de mando y obediencia y un carácter permanente o
estable en el tiempo de esta relación.
El sistema político (conformado básicamente por las autoridades y/o órganos del Estado y
los partidos políticos) se vincula con el sistema social -o sociedad civil- (conformado por
todos los particulares, sus familias y las diversas organizaciones sociales que ellos forman) y
con el sistema extrasocietal o internacional. De ambos recibe demandas, peticiones,
propuestas, necesidades (insumos) y debe ser capaz de evacuar respuestas, soluciones,
programas y políticas (productos). El sistema político interactúa así permanentemente con el
sistema social y el extrasocietal. Luego, la política es una actividad dinámica (relación entre
el sistema político y los sistemas social y extrasocietal) que se configura día a día. Si el
sistema político no procesa los "insumos" o no da respuestas adecuadas u oportunas puede
caer en la ilegitimidad, porque las personas dejaran de verlo como un esquema capaz de
solucionar sus problemas. En otras palabras, la "legitimidad" del sistema político depende,
en esta visión, del grado de eficacia que las autoridades del gobierno evidencien en la
solución de los "insumos" o demandas que envía el sistema societal.
En las relaciones del sistema político con el sistema social puede darse un permanente
flujo de demandas y respuestas (democracia) o bien puede haber una mera imposición de
normas y políticas desde el sistema político al social (autocracias).
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GUIA Nº2: TEORIA DE LA SOCIEDAD

1.- Conceptos previos


Mundanidad: Pertenencia del ser humano al mundo, junto a las cosas animadas e
inanimadas.
Sociabilidad: Tendencia natural del ser humano a vincularse de manera más o menos
permanente con sus semejantes.
Politicidad: Tendencia del ser humano a organizar su convivencia junto a sus semejantes,
dotándose de autoridades que gobiernan.

2.- Concepto y clases de grupos


Grupo es una pluralidad de seres humanos que forman un conjunto vinculado por
alguna forma de relación. Es una realidad material que hace referencia a la constatación de
varios individuos agrupados.
Existen tres clases de grupos:
a) naturales, que son aquellos que se imponen o se forman por el ser humano directamente
por su naturaleza (Ej., familia).
b) voluntarios, nacidos por el libre acuerdo de varias personas en orden a crearlos (juntas de
vecinos, centros educacionales, gremios).
c) espontáneos, que nacen por razón de circunstancias aflictivas de momento (catástrofes,
guerras, etc.) que llevan a que los seres humanos se agrupen espontáneamente. Normalmente
estos últimos desaparecen cuando termina la contingencia que los origina

3.- Comunidad
Es la percepción que tienen varios seres humanos de sentirse vinculados por algún tipo
de relación. Es sobre todo una realidad espiritual, es un sentimiento. No requiere reunión
física de varias personas para subsistir, a diferencia del grupo. (Ej., comunidad religiosa)

4.- Sociedad
Es un grupo organizado, es decir, debidamente estructurado y acondicionado para el
logro de un fin. En la búsqueda de ese fin se consolida el grupo que la forma y se fortalece el
sentimiento de comunidad.
Las sociedades pueden ser naturales o voluntarias según si vienen impuestas al hombre
por su propia naturaleza o si, por el contrario, éstos deciden voluntariamente crearlas.
Para que un grupo se considere organizado, es decir para que se considere una
sociedad, deben estar definidos a lo menos los siguientes aspectos:
a) Cómo se entra y se sale de la sociedad.
b) Cuáles son los órganos de autoridad establecidos para dirigirla y que funciones cumplen.
Este es tal vez el punto más decisivo y en definitiva es lo más propiamente político, puesto
que se refiere al poder.
c) Cuáles son los fines u objetivos que persigue y los medios que tiene para obtenerlos.
d) Cómo se designan a los titulares (autoridades) de los diferentes órganos de la sociedad y
cuál es el período durante el cual desempeñarán sus cargos.
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e) Cuáles son las obligaciones y derechos de sus miembros y cómo se mantendrá la


disciplina para el cumplimiento de esos derechos y obligaciones.
En las sociedades más complejas, como por ejemplo una Universidad, una empresa o
un Ministerio, se acostumbra a distinguir dentro de su organización interna la existencia de
Órganos y Estamentos.
Órganos son las estructuras internas de una sociedad, integradas por medios humanos y
materiales con prescindencia de sus finalidades (ejemplo, Departamento de Personal de una
empresa, Vicerectoría de Asuntos Estudiantiles en una Universidad).
Estamentos son los distintos sectores en que se divide una sociedad, en cada uno de los
cuales se reúnen quienes desempeñan una cierta función dentro de ese grupo (ejemplo, en
una Universidad existen los estamentos académico, estudiantil y administrativo).

En cuanto a la naturaleza de las sociedades existen dos grandes teorías:


a) Aquellas que afirman que las sociedades son realidades accidentales, es decir, cuya
existencia depende de la de los individuos que la conforman, en términos que si éstos no
están no puede existir sociedad. En definitiva, la sociedad sería simplemente un concepto
para definir un tipo de relación específica y más o menos permanente que existiría entre
varias personas.
b) Las que sostienen que son realidades sustanciales, o sea, con existencia propia y separada
de la de sus miembros. Llevada a sus extremos, esta teoría apunta a dar un mayor valor ético
a la sociedad que a la persona en cuanto considera que los valores o finalidades sociales son
superiores a los personales y que por lo tanto el ser humano sólo vale y se realiza en cuanto
forma parte de la organización social.
En definitiva ninguna de las dos teorías, llevadas a sus extremos son valederas. La
naturaleza de las sociedades comparte planteamientos de ambas. Si bien efectivamente su
existencia depende de los seres humanos, también es claro que las sociedades tienen una
especie de existencia propia que las hace permanecer en el tiempo, no obstante que sus
integrantes o su organización interna vayan cambiando.

5.- Nación
La Nación es un elemento esencial en el proceso que conduce a la formación de un
Estado.
La Nación es sobre todo una comunidad. Sus integrantes están unidos por la percepción
común del sentimiento de la nacionalidad. Es decir, su elemento más tipificante es la de ser
una comunidad porque sus integrantes están vinculados por un sentimiento.
El sentimiento de la nacionalidad es la conciencia que toma una multitud de hombres
de ser, entre todos ellos, depositarios de un conjunto amplio de principios, valores y
tradiciones que se han ido configurando a través de la convivencia prolongada en un
territorio a lo largo de varias generaciones: compartir un mismo idioma, una misma raza,
tradiciones, religión, valores, héroes nacionales, admiración por un mismo pasado, etc. Todo
ello unido al consentimiento de seguir unidos compartiendo ese depósito común y de
proyectarse en nuevos desafíos comunes hacia el futuro.
Para que este sentimiento pueda configurarse es indispensable que un grupo humano se
asiente en un territorio determinado por varias generaciones. Una vez que surge dicho
sentimiento ya no es necesaria esa convivencia en un mismo territorio. El sentimiento de
pertenecer a una Nación se mantiene en cualquier lugar que el nacional se encuentre.
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Se han señalado diversas teorías para explicar el surgimiento de las naciones.


Estas teorías tratan de explicar en virtud de qué factor los seres humanos se agrupan
para formar en un territorio fijo una determinada Nación.
a) Teoría Patriarcal
Las personas se agrupan por estar todas vinculadas a un primer patriarca o antepasado
común a través de vínculos sanguíneos.
b) Teoría Sacerdotal
Las personas se agrupan sobre la base de seguir a un mismo líder religioso o sacerdote
que encarna sus creencias.
c) Teoría Patrimonial
Las personas se agrupan en torno al dueño de los medios de producción, quien les
proporciona sustento, trabajo y vivienda.
d) Teoría contractualista
Las personas se agrupan por haber todas ellas suscrito un pacto en virtud del cual
deciden convivir de manera pacífica y regulada.
En definitiva ninguna de esas teorías por si sola explica el surgir de una Nación. Ella es
fruto de la conjunción de varios de esos factores, sin perjuicio de que predominen unos más
que otros.
Cabe precisar que la nación no es todavía un concepto que entre de lleno en la política
por que cuando se hace referencia a ella se está en el referido plano de lo espiritual, del
sentimiento, y no existen en ella, en sí misma, organización, ni autoridad, fenómenos
propios del Estado.
En relación con la Nación se habla del nacionalismo. El nacionalismo consiste en la
acentuación de las virtudes de una determinada Nación. En su sentido correcto es lógico y
procedente que exista un nacionalismo en cuanto resaltar las tradiciones, los principios y las
realidades más importantes de un pueblo, lo cual puede constituir un elemento anímico que
contribuya al desarrollo y engrandecimiento de esa Nación. En un sentido negativo, el
nacionalismo puede llevar a sobrevalorar ciertas virtudes de un pueblo y a pretenderlas
superiores o absolutas a las de todos los demás pueblos. Desde esa perspectiva es fácil
derivar hacia afanes de conquista o imposición de ellas a otros pueblos o caer en actitudes
autárquicas de autosuficiencia imposibles de sostener en el mundo actual.
La nacionalidad es el vínculo jurídico que nace entre una persona y un Estado y que
genera derechos y obligaciones mutuos. La nacionalidad se puede adquirir mediante fuentes
originarias o naturales que son el ius solis (por haber nacido en el territorio del Estado) y el
ius sanguinis (en que se adquiere la nacionalidad de los padres no obstante haber nacido en
territorio extranjero). También se puede adquirir por las fuentes derivadas o adquiridas que
son la nacionalización por carta (que se otorga por el Presidente de la República a un
extranjero por haber residido por un cierto lapso de tiempo en el territorio del Estado y
habiendo renunciado aquél a su nacionalidad de origen) y la nacionalización por gracia o por
ley (que se otorga a un extranjero sin exigirle mayores requisitos, como un premio o
beneficio por los altos servicios prestados al país)

6.- Sociedad Civil y Sociedad Política


Se entiende por sociedad civil al conjunto de personas, familias y sociedades
voluntarias o cuerpos intermedios que habitan y conviven en un territorio determinado.
Se forma de manera natural por ser el hombre un ente social y necesitar de los demás
para satisfacer sus necesidades.
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Se llama sociedad política a la misma sociedad civil pero mirada desde el punto de
vista de su organización política, lo que implica que en su seno se establece una autoridad
con miras a realizar determinados fines, normalmente el Bien Común. En la época actual y a
partir de Maquiavelo (1513) la sociedad política recibe el nombre de Estado. Anteriormente
se la conocía como Reino, Feudo, Principado, Imperio, Polis, Civitas, etc.
En los tiempos contemporáneos se hace por algunos la distinción entre sociedad civil
(que sería el conjunto de individuos, familias y sociedades intermedias) y Estado (en cuanto
conjunto de gobernantes o detentadores del poder). La distinción se justifica por el
surgimiento en los tiempos modernos de los regímenes totalitarios donde el aparato estatal
alcanzó un tamaño tal -nunca conocido en la historia hasta ese momento- que terminó por
prácticamente hacer desaparecer la autonomía o los espacios de libertad de la sociedad civil
y de sus integrantes, en el sentido de que no había en ella ninguna área de actividad humana
social que no estuviera directa o indirectamente regulada por el Estado. De ahí que se
sostenga la tesis de rescatar la sociedad civil -en definitiva los ámbitos en que los individuos
pueden realizar sus propias actividades sin injerencia de las autoridades estatales- de las
regulaciones del Estado (el aparato estatal en general, incluido el gobierno), que tiene o ha
tenido históricamente en las últimas décadas la tentación permanente de crecer. Por eso es
que los actuales procesos de reforma del Estado apuntan a reducirlo en su tamaño y a
hacerlo más eficiente.
En relación a esta distinción entre sociedad civil y Gobierno existen dos importantes
principios como son el subsidiariedad del Estado y el de autonomía de los cuerpos
intermedios.
Respecto del primero, postula que los individuos tienen múltiples necesidades que
satisfacer y que para ello se valen primariamente de la familia, pero luego se ven en la
necesidad de crear una gran cantidad de otras sociedades (en este caso voluntarias) cada una
de ellas destinada a satisfacer una necesidad específica (escuela, hospital, fábrica, junta de
vecinos, club deportivo, etc, etc.). No obstante lo anterior, en una sociedad civil todavía
quedan ciertas necesidades humanas muy importantes sin satisfacer, para lo cual se hace
necesario que la autoridad estatal aborde esas necesidades que ni los individuos, ni sus
familias ni las sociedades voluntarias han podido satisfacer (por ejemplo, la defensa del
territorio donde se habita, las relaciones con otros pueblos, las tareas de redistribución de la
riqueza, la explotación de una riqueza estratégica, etc.). En otras palabras, el Estado tiene un
rol subsidiario porque su misión es asumir sólo aquellas tareas que los individuos, sus
familias y sociedades no han podido o no han querido o no es conveniente que asuman y que
sin embargo son necesarias para el Bien Común de ese pueblo. Excepcionalmente también
el Estado subsidiario debería asumir aquellas tareas que siendo propias de los particulares y
estando éstos capacitados para realizarlas, sin embargo no las estuvieran llevando a cabo de
manera correcta y se generara como consecuencia de ello un perjuicio para el Bien Común.
En estos casos el Estado subsidiario debería irrumpir en ese campo de acción propio de los
particulares y hacerse cargo de esa tarea de manera transitoria, hasta normalizarla y una vez
cumplido ese cometido debería llamar a otros particulares para que se hicieran cargo
nuevamente de ella. El Estado actúa así en subsidio de..., preservando la autonomía y la
libertad de las personas puesto que se reduce en su actuar a lo estrictamente necesario. En la
época actual una de las más importantes tareas del Estado subsidiario, considerando que ha
descargado en los particulares la responsabilidad de llevar a cabo la mayoría de las tareas
necesarias para el desarrollo, es fiscalizar y regular que dichos particulares cumplan de
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manera adecuada con sus labores, evitando abusos, monopolios, atropellos a las personas,
etc.
En cuanto al otro principio enunciado, el de la autonomía de los cuerpos intermedios,
está muy relacionado con el anterior, según lo dicho. En efecto, este principio postula que
cada cuerpo intermedio (que son las sociedades voluntarias creadas por el hombre, es decir
todas aquellas que no sean la familia ni la sociedad civil) nace con una finalidad específica
que cumplir y que por lo tanto para que pueda realizarse de manera adecuada debe
garantizársele por el resto de la sociedad y sobre todo por el Estado una debida autonomía o
independencia para poder llevar a efecto sus labores sin interferencias. O sea, se les debe
preservar de intrumentalizaciones o manipulaciones, sobre todo de carácter político
partidista o de naturaleza estatal. El Estado subsidiario es precisamente el que asegura a los
cuerpos intermedios que no intervendrá en sus labores porque ellos ya están satisfaciendo
debidamente la necesidad humana para la cual fueron creados.

7.- Las Instituciones


Las Instituciones son creaciones del obrar humano colectivo que con carácter de
permanencia procuran satisfacer necesidades sociales y éticas.
En cuanto a sus características: son inventadas por los seres humanos; apuntan a
satisfacer necesidades sociales y éticas; son creaciones colectivas; y son estables en el
tiempo.
Dentro de las Instituciones se distingue el elemento estructural o formal y el intelectual.
El estructural responde a la organización técnica y material de la Institución. El intelectual
se encuentra expresado en las ideas, creencias y sistema de valores que sirven de apoyo al
orden que establece la Institución.
Este último elemento es el más importante y de ahí que varios autores enfaticen en ese
elemento para definir a las Instituciones. Por ejemplo, Marcel Prelot las define como una
colectividad humana unida por una idea o una necesidad común y sometida a una
autoridad y regla fija. Por su lado, Hauriou las define como una idea de obra o empresa
que se realiza duraderamente en el medio social.
Las Instituciones pueden ser religiosas, educacionales, económicas, militares, etc. Nos
interesan sin embargo las jurídicas y las políticas.
Las Instituciones jurídicas son las que tienen existencia en el mundo del derecho, puesto
que están creadas por normas jurídicas y están conformadas por ellas, por los
comportamientos humanos que se adecuan a las normas que las constituyen y por los fines a
que tienden esas normas. En las Instituciones jurídicas, las normas jurídicas, aparte de ser el
elemento estructural de la Institución constituyen su realidad misma, su objeto específico.
(Ejemplo, la Institución contrato de compraventa está conformada en su elemento estructural
por las normas del Código Civil relativas a dicha convención y su elemento intelectual está
constituido por la finalidad de dicho contrato o, si se quiere, por la finalidad a la que apuntan
las normas que lo regulan, cual es la de asegurar la justicia entre las prestaciones que se
deben las partes). Estas Instituciones pueden ser públicas y privadas y apuntan a la
realización principalmente del valor de la justicia, la seguridad, el orden y el Bien Común.
Las Instituciones políticas son las que se refieren al poder, a su organización, su
evolución, su ejercicio y su legitimidad. Son el aparato a través del cual se ejerce el poder en
una sociedad organizada como Estado.
El objeto de estas Instituciones es normalizar y regular tanto la lucha por el poder como
las condiciones bajo las cuales éste se va a ejercer. Son ejemplos de Instituciones políticas el
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Congreso, la Corona, los partidos políticos, el Presidente de la República, etc. En la época


actual todas las Instituciones políticas son a la vez jurídicas en el marco de un Estado de
Derecho.
Por otro lado, las Instituciones políticas tienden y deben ser estables en el tiempo. Surge
así el concepto de estabilidad institucional que se manifiesta en la continuidad jurídica o
permanencia sin cambios de las normas que conforman las Instituciones políticas. Esto no
significa, en todo caso, que se incurra en inmovilismo, pero los cambios deben hacerse de
manera progresiva, de lo contrario se cae en inestabilidad institucional y el sistema político
puede entrar en crisis.
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GUIA N°3 TEORIA DEL ESTADO

1.- Teorías acerca de la naturaleza del Estado


a) Teoría iusnaturalista
Esta teoría postula que la sociedad política -a la cual modernamente se la denomina
Estado- es una sociedad natural, tal como la familia. Sus fundamentos están en la doctrina
cristiana y en autores como Santo Tomás de Aquino. Sostiene que los seres humanos son
por naturaleza naturalmente sociables y necesitan de sus semejantes para satisfacer sus
necesidades. Las más elementales y primarias las satisface la familia, pero luego surgen
otras más complejas que son llevadas a cabo por las sociedades voluntarias o cuerpos
intermedios de la sociedad (colegios, universidades, sindicatos, juntas de vecinos, etc.).
Finalmente, la suma de individuos, sus familias y sociedades voluntarias que han creado
necesitan estar asentados en un territorio determinado para desarrollar sus actividades. La
convivencia organizada de todos ellos en un territorio y que se da espontáneamente por el
referido instinto de sociabilidad hace que surja una sociedad mayor o natural que es la
sociedad política y que está formada por esa referida suma de individuos, familias y cuerpos
intermedios organizados políticamente, es decir, dotados de autoridades y reglas de conducta
que respetar.
b) Teoría contractualista
Se desarrolla a partir del siglo XVI por un conjunto de autores europeos tales como
Hobbes, Bodin, Locke, Montesquieu y Rousseau. Su tesis es que los seres humanos viven
naturalmente en un estado de naturaleza sin convivencia organizada. Para superar los
males que ello trae deciden voluntariamente crear la sociedad política o Estado a través de
un pacto o contrato social (de ahí la denominación de contractualistas), mediante el cual
cada uno concurre con su voluntad a generar dicha sociedad, sus normas y sus autoridades, a
las que se comprometen a obedecer. A partir de esta tendencia surge el fenómeno del
Constitucionalismo en cuanto se considera, por algunos, a la Constitución Política del
Estado como un verdadero pacto o contrato social. Existen algunas diferencias entre los
contractualistas en cuanto al tipo de sociedad que se origina con el Pacto o contrato social.
Así Hobbes estima que el hombre es un ser malo por naturaleza y por lo tanto sólo puede
existir el Estado cuando hay una autoridad fuerte que concentra todos los poderes (Leviatán)
y que en la práctica corresponde a un monarca absoluto. En tanto Locke considera que el
ser humano en su estado de naturaleza es libre y titular de derechos inviolables y que por lo
tanto el objeto de instaurar una autoridad mediante el pacto social es sólo permitir el
ejercicio ordenado y pacífico de tales derechos por las personas, generándose una autoridad
reducida en sus poderes y competencias (El Estado es solo “Juez y gendarme”)
c) Teoría marxista
El marxismo sostiene que el Estado o sociedad política es una creación artificiosa de un
sector social determinado que sería la clase dominante y que pueden ser los reyes, los
señores feudales o más modernamente los capitalistas. En otras palabras los dueños de los
bienes de producción. Con el Estado se crea también el derecho y la policía. Todo ese
conjunto -Estado, Tribunales, derecho y policía- son sólo instrumentos de la clase dominante
para mantener oprimida a la clase proletaria o explotada. Por lo tanto, cuando accedan al
poder los proletarios, a través de la revolución, e instauren una dictadura del proletariado,
deberían utilizar al Estado y sus componentes pero ahora como instrumento para avanzar,
pasando por la etapa intermedia de la sociedad socialista, hacia la instauración de una
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sociedad sin clases o comunista donde desaparecerían el Estado y todas las realidades que de
él emanan.
d) El anarquismo
Sostiene que el Estado es una realidad artificiosa que debe desaparecer o ser aniquilada
puesto que se trata de una estructura que lo único que hace -con sus leyes, estructuras,
autoridades y órganos- es coartar el natural y libre desarrollo de cada ser humano según su
propio e ilimitado parecer, sin atención a reglas ajenas a él.
e) Teorías jurídicas
Kelsen sostiene que el Estado no es más que un conjunto jerarquizado de normas
jurídicas, encabezado por la Constitución Política, que rige dentro de un territorio
determinado.
La teoría de la personalidad jurídica afirma que el Estado es una Persona Jurídica, es la
Nación que se organiza jurídicamente y pasa a ser tal, con el objeto de poder actuar en el
mundo del derecho, pudiendo adquirir derechos y contraer obligaciones y ser representada
por las diversas autoridades y funcionarios del Estado.

2.- Surgimiento histórico de los Estados


Los Estados modernos, con fronteras delimitadas, tal como los conocemos hoy en día
comienzan a formarse entre los siglos XV y XVI. Por de pronto el nombre Estado para
referirse a la sociedad política fue utilizado por primera vez, como ya se señaló, por
Maquiavello en su obra "El Príncipe" de 1513.
Los factores que contribuyeron al nacimiento del Estado contemporáneo fueron, entre
los principales, los grandes descubrimientos, los avances científicos, el desarrollo de la
cartografía y el subsecuente aumento del comercio que todo ello generó y que obligó a
delimitar con mayor precisión las fronteras, defender las riquezas, crear fuerzas nacionales e
incentivar la aparición de sentimientos nacionales.

3.- Momento en que aparece el Estado


Hay básicamente tres posiciones. Burdeau que exige que para que exista Estado debe
estar el poder institucionalizado, o sea radicado en las instituciones jurídico políticas y no en
las personas. Duguit sostiene que habrá Estado desde el momento en que un grupo social
domina al resto de la sociedad y esta respeta y acata a quienes mandan y Vadell que afirma
que hay Estado desde el momento en que el gobernante tiene una idea de Bien Común a
realizar que antepone a sus intereses personales y que la comunidad aprecia, respeta y sigue.

4.- Concepto de Estado


Se han formulado múltiples conceptos de Estado. Sin embargo destacaremos sólo
algunos.
Georges Burdeau dice que el Estado es "el titular abstracto y permanente del poder,
del que los gobernantes son sólo agentes accidentales de su ejercicio". Esta definición
destaca el aspecto de poder institucionalizado para definir el Estado porque para Burdeau
sólo hay Estado cuando el poder político está institucionalizado.
Jellinek dice que "es la unidad de asociación dotada originariamente de poder de
dominación y formada por hombres asociados en un territorio". Este concepto destaca
tres elementos esenciales del Estado como son la población, el territorio y el poder. Para
muchos autores esos son los únicos tres elementos esenciales de un Estado.
13

André Hauriou dice que el Estado es "una agrupación humana, fijada en un


territorio determinado, y en la que existe un orden social, político y jurídico orientado
hacia el Bien Común, establecido y mantenido por una autoridad dotada de poder de
coacción". Esta definición agrega otros dos elementos para la existencia del Estado como
son el fin (Bien Común) y el derecho.
Finalmente la definición más completa es tal vez la de Julio Tobar Donoso que
expresa que el Estado "es una sociedad política autónoma, formada de modo
permanente en territorio propio, unificada por vínculos históricos y dirigida por una
estructura jurídica de gobierno que decide en última instancia y cuyo fin es la
realización del Bien Común temporal de las personas, grupos sociales y entidades
políticas que constituyen su trama orgánica". En este concepto se contempla también la
idea de Nación como antecedente del Estado ("unificada por vínculos históricos") y la
naturaleza temporal del fin del Estado ("Bien Común temporal", en el sentido de terrenal),
por oposición al fin ultraterreno que tiene cada individuo, desde una perspectiva cristiana.

5.- Causas del Estado


Se reconocen cuatro:
a) Causa material: la multitud de seres humanos.
b) Causa formal: la organización del Estado, su estructura jurídica-constitucional.
c) Causa eficiente: la sociabilidad humana.
d) Causa final: el Bien Común.

6.- Elementos del Estado


A partir de las definiciones analizadas se deduce que son cinco los elementos esenciales
de un Estado: el territorio, el pueblo o elemento humano, el fin (Bien Común), el poder y el
derecho.

a) El pueblo o elemento humano


La sociedad política supone la existencia de una multitud de hombres, de un pueblo.
Por pueblo se pueden entender varios significados:
- población, es decir un conjunto de personas susceptibles de ser contadas.
- nación, o sea, personas vinculadas por el sentimiento de la nacionalidad.
- electorado, en cuanto conjunto de personas habilitadas para votar.
- gobernados, para diferenciarlos de los gobernantes.
- en sentido socioeconómico, como la gente más necesitada.
- masa, como conjunto de personas indiferenciadas que actúan uniformemente frente a un
mismo estímulo.
- Como sinónimo de raza. (Ejemplo, el pueblo alemán, en la perspectiva de los nazis, que
excluía a todos los que no pertenecieran a la raza aria)
- Como sinónimo de clase. (Ejemplo, el proletariado en el lenguaje marxista, que identifica
pueblo con los obreros)
Sin embargo, ninguno de esos significados describe adecuadamente al pueblo como
elemento del Estado.
Debemos entonces entender por Pueblo como elemento del Estado al conjunto de
personas humanas, racionales y trascendentes, dotadas de dignidad y titulares de
derechos inviolables, que conviven dentro de una sociedad mayor, formada por los
14

individuos y sus familias y, al mismo tiempo, por todos los grupos y sociedades
voluntarias que ellos conforman.
Esta definición es la que permite entender que en el Estado habitan un conjunto de
individuos, cada uno de los cuales es una persona única y distinta a las demás, de naturaleza
corpóreo-espiritual, y titular de derechos anteriores y superiores al Estado que éste sólo
puede reconocer y proteger. Además, esos mismos seres humanos forman familias y cuerpos
intermedios que también están primero que el Estado y que éste debe reconocer y
asegurarles su debida autonomía.
La ciudadanía es la calidad que tienen aquellos nacionales que cumplen con los
requisitos que para tales efectos fija el ordenamiento jurídico y que los habilita para ejercer
los llamados derechos políticos (derecho de sufragio y derecho a ser elegido,
principalmente). Generalmente son ciudadanos los nacionales del respectivo país, mayores
de 18 años y que no hayan sido condenados a una pena de carácter aflictiva (aquellas de más
de tres años y un día).

b) El territorio
El territorio de un Estado tiene dos importancias. Sirve para reafirmar la soberanía o
independencia del respectivo Estado y señala el marco o área espacial dentro de la cual se
aplican las normas jurídicas emanadas del respectivo Estado y se cumplen las decisiones de
las autoridades de ese Estado.
Existe un territorio terrestre (suelo y subsuelo), uno marítimo (mar territorial, zona
contigua, zona económica exclusiva, plataforma continental, alta mar y fondos marinos) y
uno aéreo. Además están las llamadas ficciones de extraterritorialidad o territorio jurídico.
En cuanto al territorio terrestre está conformado por toda la tierra firme que se ubica
dentro de las fronteras del Estado (suelo) y por la proyección del suelo hacia el centro de la
tierra formando una figura cónica (subsuelo). El Estado se hace dueño de las riquezas que
existan en ese subsuelo.
En lo que respecta al territorio marítimo está formado por el mar territorial que se
extiende desde la línea de las más bajas mareas hasta las doce millas marinas y en donde el
Estado ribereño ejerce plena soberanía aun cuando debe permitir el paso inocente (que no
sea perjudicial para la paz, el orden o la seguridad del respectivo Estado) de naves por el
principio de la libre navegación; por la zona contigua que se extiende desde esas 12 millas
hasta las 24 millas marinas y en la cual el Estado no ejerce plena soberanía pero puede llevar
a cabo labores de fiscalización para evitar infracciones a las leyes y reglamentos aduaneros,
de inmigración y sanitarios; por el mar patrimonial o zona económica exclusiva que se
extiende hasta las 200 millas marinas y en el cual el Estado ribereño ejerce soberanía
económica, lo cual significa que es el único autorizado para explotar y administrar las
riquezas vivas y no vivas que se encuentren en esa zona; y por la plataforma continental,
concepto que surge después de la II Guerra Mundial y que implica que el Estado ejerce
plena soberanía económica sobre el suelo o fondo marino y su subsuelo y que corresponden
a la proyección del territorio terrestre continental que se hunde en el mar. Esa soberanía se
ejerce sobre toda la plataforma continental si mide menos de 200 millas marinas o hasta
dicha extensión si la plataforma se extiende más allá. En cuanto a la alta mar y los fondos
marinos corresponden al mar que está más allá de las 200 millas y a su correspondiente
lecho submarino y en ellos ningún Estado puede arrogarse derecho alguno por tratarse de
espacios comunes a toda la humanidad.
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Respecto del espacio aéreo, este equivale a todo el espacio aéreo que está sobre el
suelo o territorio terrestre del Estado y sobre el mar territorial (12 millas). En relación a él se
han desarrollado en la época actual las denominadas libertades del aire, que son cinco: a)
libertad para sobrevolar el territorio de otro Estado sin escalas; b) libertad para realizar
escalas técnicas sin fines comerciales; c) libertad para transportar pasajeros, carga y correo
desde el país de origen de la nave a otro; d) libertad para transportar pasajeros, carga y
correo hacia el país de la nave desde otro país; e) libertad para transportar pasajeros, carga y
correo entre dos países que no son los de la nave. Depende de cada Estado autorizar
soberanamente una, varias o todas estas libertades.
Por ultimo cabe mencionar las ficciones de extraterritorialidad o territorio
jurídico. Se entiende que forman parte del territorio del Estado sus naves y aeronaves de
guerra en cualquier lugar que se encuentren y las naves o aeronaves que llevan su bandera,
sólo cuando se encuentran en alta mar o en cielos libres. Las embajadas y consulados, en
cambio, no constituyen territorio, sino que representan una proyección de la inmunidad
diplomática de que goza el personal diplomático que en ella habita y/o trabaja y que implica
que a ese personal no se le aplican ni está regido por las leyes del país donde está
cumpliendo su misión.
En relación con el territorio se habla también de una ciencia conocida como
geopolítica que estudia la influencia de los factores geográficos de un determinado país en
sus decisiones y objetivos de índole política. Asimismo en la segunda guerra mundial se
desarrolló el concepto de "espacio vital" entendido como aquella porción de territorio que
un Estado necesita para poder desarrollar plenamente sus potencialidades y que justificó en
ese momento el expansionismo bélico alemán en la Europa central.

c) El fin del Estado o Bien Común


Se acostumbra a distinguir aquí entre el fin objetivo, permanente, absoluto,
doctrinario y necesario de todo Estado que es el Bien Común, cualquiera sea su estructura o
época. Y el fin subjetivo, concreto, relativo, de un Estado en particular en una época también
determinada y que equivale a la manera como las autoridades de un Estado entienden que
deben realizar su tarea de gobernantes. En este sentido hay tantos conceptos de Bien Común
como Estados y épocas históricas han existido. Influyen mucho en estas visiones subjetivas
del Bien Común las doctrinas políticas, tales como el marxismo, el liberalismo, el
socialcristianismo, el fascismo, el maoísmo, la socialdemocracia, el conservadurismo, etc.,
cada una de las cuales tiene su propia visión del Bien Común y de cómo alcanzarlo.
En cuanto al concepto de Bien Común cabe señalar que una de las definiciones más
corrientes es la de que es "un conjunto de condiciones sociales que permiten y favorecen
en los hombres el desarrollo integral de su personalidad" (Encíclica Mater et Magistra,
Juan XXIII). Según nuestra Constitución Política "es el conjunto de condiciones sociales
que permiten a todos y a cada uno de los integrantes de la sociedad su mayor
realización espiritual y material posible".
Luego, el Bien Común no equivale al provecho de uno solo o de unos pocos, sino de
todos. Tampoco responde a la mera suma de bienes individuales de cada uno de los
integrantes de la sociedad, ya que precisamente porque se trata de un Bien Común a veces
implica que los que están en una mejor situación sacrifiquen parte de su bien individual para
contribuir a un mayor bienestar del resto. En razón del Bien Común rige la justicia
distributiva que manda dar y exigir a y de cada cual según sus necesidades y capacidades.
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Dentro del objetivo general de Bien Común, al Estado le cabe desarrollar diversas
tareas.
- Rol tutelar, en el sentido de que debe dirigir su accionar sobre todo a los sectores más
necesitados, aunque nunca de manera excluyente
- Rol de coordinación, para encaminar u orientar todas las energías sociales hacia el logro de
los grandes objetivos nacionales.
- Rol de suplencia, en el sentido de que el Estado debe ser subsidiario. El rol subsidiario del
Estado ya ha sido explicado antes.
- Rol de distribución, en cuanto el Estado debe redistribuir los beneficios y hacer compartir
de manera equitativa las cargas.
- Rol de seguridad, lo que implica hacerse cargo de mantener el orden publico y la paz
interior y la defensa externa de las fronteras.

d) El Poder
El elemento tipificante de una sociedad está dado por el hecho de que se trata de un
grupo organizado y al hablar de ella necesariamente aparece la autoridad que regula y
mantiene esa organización y conduce a la sociedad hacia su fin.
Por ello debe estudiarse el fenómeno del poder, de la obediencia y de la autoridad
El poder es el dominio, imperio, facultad que se tiene de mandar. El mando es una
orden que se imparte a otro para que actúe de acuerdo con la voluntad del que manda.
La obediencia es la aceptación, acatamiento y conformidad de quien recibe la orden,
expresada en la realización de lo que le pide quien manda.
La obediencia va a depender de varias circunstancias para que sea una actitud
voluntaria de aceptación de lo mandado y no un mero sometimiento a ello:
a) de la regularidad del título del que manda, conocido y admitido por quien obedece.
b) de que lo mandado se encuentre comprendido en la esfera de atribuciones de quien ejerce
el mando.
c) del contenido justo y razonable de la orden.
d) de la influencia de la persona que manda sobre la que obedece en razón de su rectitud,
ciencia y experiencia.
Autoridad es el poder que tiene una persona sobre otra que le está subordinada y que
le obedece de manera voluntaria al apreciar en ella y/o en sus órdenes una razón de bien.
En el poder se expresa la energía del mando y la facultad que se tiene para ejercerlo.
En la autoridad se considera más la expectativa de ser obedecido por el subordinado.
La plenitud del poder es, pues, gozar de autoridad, es decir, ser obedecido realmente.
Toda sociedad requiere de una autoridad que la conduzca hacia su fin. En ese sentido
el Estado, en cuanto sociedad política, no escapa a tal exigencia. Se habla de poder público o
estatal precisamente para distinguir el poder del Estado de la existencia de todos los demás
poderes que coexisten en una sociedad.
El poder como elemento del Estado es entonces "la potencialidad eficaz de
conducción de la sociedad política hacia su fin, que es el Bien Común".
En relación al origen del poder hay que distinguir entre su origen en abstracto, como
inherente a toda sociedad política, de su origen en concreto.
Respecto de su origen en abstracto cabe señalar, como ya se dijo, que toda sociedad
requiere de un poder que la conduzca a su fin y la organice. Luego, si el poder es connatural
a la existencia de la sociedad quiere decir que es establecido y querido así por Dios, creador
17

de la naturaleza. Es en este sentido que se señala que toda autoridad viene, en definitiva, de
Dios.
En cuanto al origen en concreto del poder en una sociedad dada en un momento
histórico determinado, es un problema frente al cual los seres humanos han dado múltiples
respuestas a lo largo de los siglos y está relacionado, pues, con los distintos regímenes
gubernativos que se han conocido.
Por otro lado, cabe señalar que un acto de autoridad puede ser analizado desde tres
puntos de vista distintos:
- el de su legalidad, en cuanto si se adecua o no al derecho positivo vigente en el Estado. En
este punto cabe analizar la validez del acto de autoridad. Para que éste sea válido deben
reunirse varios requisitos copulativos: a) que la autoridad tenga título para mandar (es decir,
que haya sido debidamente incorporado a su cargo a través de los procedimientos legales
correspondientes y cumpliendo los requisitos exigidos para el cargo respectivo); b) que lo
mandado se encuentre dentro de la esfera de su competencia u órbita de atribuciones; y c)
que lo mandado se lleve a efecto por las vías y procedimientos y con las solemnidades y
formalidades exigidas por la ley.
- el de su legitimidad, que dice relación tanto con que la persona que manda haya sido
regularmente investida en su cargo (legitimidad de origen), como con el hecho de que en su
actuar se adecue al ideal de derecho vigente en la comunidad y por supuesto a la legalidad
imperante (legitimidad de ejercicio).
El problema de la legitimidad busca dar respuesta a la pregunta de por qué y cómo en
cada situación estatal particular unos hombres aceptan ser mandados por otros. De aquí se
deduce que puede haber distintos tipos de legitimidad.
Max Weber distingue tres tipos: a) la de carácter tradicional, en cuanto se obedece a la
persona que según la tradición establecida llega al poder (ejemplo, caso del hijo varón
mayor del Rey que llega al trono a la muerte de éste); b) la de carácter carismático, en el
sentido de que se obedece a un caudillo en razón de la fe y la confianza que personalmente
suscita por razones que pueden ser muy diversas como de heroicidad, sabiduría o
ejemplaridad; y, c) la de carácter racional-normativa, que es aquella en que la autoridad
ejerce su poder sobre la base de normas racional, impersonal y previamente establecidas por
la comunidad, encontrándose aquí la razón de la obediencia a la autoridad.
Según Weber la legalidad ha llegado a ser la versión moderna de la legitimidad, es
decir, se ha terminado confundiendo legalidad con legitimidad. Sólo es legítima aquella
autoridad que ejerce una dominación fundada en un carácter racional normativo. Más
modernamente aún se señala que el problema de la legitimidad estaría derivando hacia la
eficiencia, en cuanto se estima legítima la autoridad eficiente.
- el de su justicia, en cuanto el acto de autoridad se conforma a las exigencias derivadas del
orden natural u objetivo de las cosas (Derecho Natural). Esto se traduce, entre otros
aspectos, en que un acto de autoridad nunca puede vulnerar los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana, toda vez que la justicia es dar a cada cual lo suyo y lo
propio (lo suyo) de un ser humano es que siempre se le reconozca su dignidad inherente y su
calidad de titular de derechos fundamentales anteriores y superiores al Estado y, por tanto,
inviolables por parte de las autoridades del mismo.
En definitiva, la plenitud del acto de autoridad se da cuando se manda legal, legítima y
justamente.

Características del poder del Estado:


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- es un poder originario, porque no deriva de otro.


- es un poder público, por que el fin del Estado es el Bien Común público que admite y
permite la existencia de bienes particulares de personas y entidades.
- es un poder supremo o soberano, en cuanto no admite ni concibe otro poder superior o
igual a él.
- es un poder independiente, en cuanto debe tomar sus decisiones sin ser presionado por
voluntades ajenas a él.
- es un poder incondicionado, ya que las decisiones que adopta no se le pueden determinar o
imponer.
- es un poder, en la época actual, institucionalizado, es decir, está radicado en las
instituciones jurídico-políticas y no en las personas. Las autoridades sólo detentan
transitoriamente el poder mientras ocupan un cargo público.
- es un poder incontrarrestable, en cuanto no debe enfrentar resistencias u obstáculos para
realizar sus ordenes y por ello tiene el monopolio de la fuerza en la sociedad.
- es un poder racional y moral en cuanto se dirige a la voluntad e inteligencia de las personas
y las conduce hacia el Bien Común
- es un poder consentido, puesto que debe obtener una adhesión expresa o tácita de los
gobernados.
- es un poder temporal, porque busca regir la conducta humana sólo en atención a su vida
terrenal, es decir, sin entrometerse en las creencias y sentimientos religiosos de las personas.
- es un poder limitado, por de pronto por el territorio del Estado, porque es temporal y no
puede regir la conciencia de cada individuo con miras a su salvación, y por los derechos
fundamentales de las personas que debe reconocer y respetar. También, por supuesto, está
limitado por el ordenamiento jurídico y por su carácter de institucionalizado.
Desde otro punto de vista se puede señalar que el poder del Estado puede ser
mirado desde dos perspectivas. Por un lado, como la capacidad de un Estado de darse
autónomamente su propia organización jurídico-política interna y, por el otro, como el
derecho de cada Estado de exigir que los demás le respeten esa organización que se ha dado
y no pretendan intervenir en sus asuntos internos. A lo primero se le conoce como
soberanía interna y, a lo segundo, como soberanía externa.
La palabra soberanía equivale en un principio a poder del Estado. Esta palabra tiene
su origen a mediados del siglo XVI con Jean Bodin. Antes de ello se utilizaba la palabra
autarquía para referirse a esa capacidad del poder de un Estado para autodeterminarse sin
injerencias de otro.
Para Bodin la soberanía es el poder absoluto y perpetuo de una República y soberano
es el que tiene poder de decisión y de dar leyes sin recibirlas de otro, o sea, aquél que no está
sujeto a leyes escritas.
Según Bodin el poder soberano es ilimitado (no sujeto a normas jurídicas positivas,
aun cuando sí reconoce que dicho soberano debe respetar la ley natural); supremo (no hay
otro por sobre él); absoluto (sobre todo y todos); indivisible (es decir no compartible);
perpetuo (porque no tiene limitación temporal); e imprescriptible (porque no caduca aunque
no se ejerza).
El soberano según Bodin debe ser el monarca, el cual está por sobre la sociedad. (Se
trata de un autor que justifica la monarquía absoluta). No está sujeto a leyes escritas pero sí a
la ley divina y a la ley natural.
En 1762, Rousseau retoma esta idea de la soberanía pero con un cambio sustancial. El
soberano es ahora la colectividad o pueblo. Cada ciudadano es soberano y mediante el pacto
19

o contrato social da origen al poder, enajenando sus derechos en favor de la autoridad. Cada
ciudadano es soberano y súbdito a la vez porque contribuye a crear a la autoridad y forma
parte de ella al formar la voluntad general y por otro lado es súbdito de esa misma autoridad
al obligarse a obedecerla. Así, según Rousseau, todos serían iguales y libres porque todos
contribuyen igualmente a crear la autoridad y a la vez, al obedecer a la voluntad general, en
definitiva se termina obedeciendo a sí mismo, siendo libre, porque nadie en particular es el
que manda sino un sujeto indeterminado que es la voluntad general.
La voluntad general, que es la de la mayoría, tiene poder soberano y es la que señala
lo correcto o verdadero, debiendo adecuarse los que quedan en minoría a esa verdad
expresada por la voluntad mayoritaria.
Para Rousseau la soberanía tiene las siguientes características: A) una e indivisible,
porque es ejercida sólo por la persona u órgano en quien está depositada, no pudiendo
compartirse porque se debilitaría; b) es inalienable porque el soberano no puede
desprenderse de su poder ni transferirlo; c) es imprescriptible, porque el soberano no pierde
el poder por dejar de usarlo; d) es absoluta, porque su poder se extiende a toda la sociedad
política; e) es ilimitada, porque el mando no tiene límites ni restricciones.
Esta concepción russoniana de la soberanía si bien inspiró en parte la revolución
francesa e influyó en la aparición de la democracia moderna, dio paso a múltiples abusos
porque en nombre de la voluntad del pueblo o "general" se asesinó y se destruyó
indiscriminadamente.
Frente a esto, surge el Abate Sieyés que postula que la soberanía está radicada en la
nación y no en el pueblo, queriendo con ello que la autoridad no obrara solamente tomando
en cuenta el sentimiento mayoritario coyuntural del pueblo, que podía ser objeto de
influencias o pasiones desarticuladoras, sino que además tuviera en cuenta el legado
histórico y cultural de esa nación y los valores y principios en que se había fundado. Además
el concepto de nación comprende a todos los habitantes de un pueblo y a todo su territorio
sin exclusiones ni discriminaciones.
El Abate Sieyés postula que los parlamentarios son "representantes" y no mandatarios
del pueblo, puesto que los representantes poseen autonomía para decidir una vez que han
sido electos, mientras que los mandatarios deben obedecer estrictamente las instrucciones
que su mandante, en este caso el pueblo, les ha dado. El representante, en uso de su
autonomía, deberá ponderar, al momento de tomar una decisión o legislar, la voluntad del
pueblo y conjugarla con los valores y principios que conforman el ser nacional, adoptando la
decisión que considere más justa luego de apreciar ambos factores.
Así de Rousseau surge el concepto de soberanía popular mientras que de Sieyés el de
soberanía nacional.
Ambos se dan indistintamente en las Constituciones modernas, aunque después de la II
Guerra Mundial ha retomado fuerza el concepto de soberanía popular que se mira como más
cercano al pueblo, el cual se supone tiene un grado de cultura cívica y moderación mucho
más alto que el que tenía el pueblo de la toma de la Bastilla en 1789.
En definitiva hoy en día la palabra soberanía se puede seguir usando como sinónimo de
poder del Estado pero entendiendo por tal sólo una autoridad sometida al derecho, regulada
y limitada, donde el poder en definitiva está institucionalizado y no personalizado y en
donde tiene un límite fundamental como es el respetar los derechos esenciales que emanan
de la naturaleza humana. Vale decir, hoy en día no se puede entender por soberanía a un
poder ilimitado, absoluto, perpetuo. Mas bien al hablarse de poder soberano se debe
entender por tal al poder político, con las características peculiares ya señaladas y que lo
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distinguen de otros poderes existentes en una sociedad. Incluso hay algunos que dicen que la
concepción de soberanía es incompatible con el constitucionalismo, dado que se trataría de
un término que tuvo su origen histórico y razones muy determinadas hoy no aplicables.
Agregan que en la época actual el poder de un Estado está limitado supranacionalmente por
los referidos derechos fundamentales de las personas, por los tratados y organismos
internacionales, por el respeto al medioambiente, por la imposibilidad de agredir a otros
Estados, etc.
A veces, también se usa la palabra soberano para señalar a quien dentro de un Estado
encarna la voluntad superior decisoria en una determinada materia (ejemplo, el Presidente de
la República, el pueblo, el Congreso, etc.).
Dentro del tema del poder aparece asimismo la cuestión de la decisión política, vale
decir, las decisiones más trascendentes que emanan del Poder político o estatal
El estudio de la decisión política surge de entender a la actividad política como algo
dinámico en permanente movimiento.
Las características de la decisión política son las siguientes:
- Es un fenómeno formado por distintos momentos o sea, constituye un proceso en el cual
frecuentemente participan varios actores.
- Está sujeta a condicionamientos específicos que limitan las alternativas de opción.
- Consiste en actos estatales, es decir, imputables al Estado, lo cual no obsta a que participen
o intervengan en ella actores no estatales. En esa imputabilidad al Estado radica su elemento
jurídico esencial.
- La decisión política, para ser tal, debe ser de importancia nacional, extraordinaria (no
rutinaria), o sea, implica actos que impulsan creaciones o cambios significativos en la
sociedad política. Tiene, pues, un carácter creador y conductor.
- En cuanto a su naturaleza siempre es política pero en su contenido propiamente tal puede
ser económica, social, militar, etc.
- Su concreción o elaboración se da en la faz agonal, pero en su manifestación concreta es
expresión de la faz arquitectónica.
- Aunque su naturaleza es política y su materia puede ser plural, su forma debe ser
necesariamente jurídica en cuanto ella se traduce en actos de los órganos estatales, ya que
quien la realiza o lleva a cabo debe tener competencia asignada por el ordenamiento jurídico
para hacerlo y debe llevarla a cabo por medio de las formas y procedimientos fijados por las
leyes.
e) El Derecho
El Derecho en una acepción muy simple puede definirse como un conjunto de normas
jurídicas cuyo cumplimiento puede ser exigido, coercitivamente si es necesario, por la
autoridad pública y que está destinado a regular con justicia las relaciones mutuas más
relevantes entre los miembros de la sociedad política
El fundamento de la obligatoriedad del derecho no debe radicar en el temor a la
sanción sino en el hecho de que en la norma las personas aprecian un conjunto de valores y
de fines que estiman como beneficiosos para el Bien Común y por ello la acatan
voluntariamente.
El derecho es por un lado un instrumento de que disponen los gobernantes para
conducir a los gobernados hacia la consecución del Bien Común en un marco de justicia,
paz, orden y seguridad. Por otro lado, es una garantía para los gobernados al establecer un
marco de competencias dentro del cual deben actuar las autoridades sin sobrepasarlo y de
este modo asegurar que ellas respeten los derechos esenciales de las personas.
21

Se llama derecho positivo a aquél que emana del Estado o que se encuentra reconocido
como tal por éste. Aquí surge la pregunta de si todo derecho positivo debe ser obedecido por
el sólo hecho de emanar del Estado, cuestión que no es otra que la pregunta sobre la validez
del derecho positivo. Frente a esta interrogante hay diversas respuestas que fluyen de las
distintas escuelas de pensamiento jurídico.
La escuela del ius naturalismo o del derecho natural sostiene que una norma jurídica
será válida si guarda conformidad o al menos no contradice la Ley Natural. El positivismo
sostiene que una norma será válida si ha sido dictada cumpliendo con el procedimiento y los
requisitos que le fija una norma superior de donde arranca su legitimidad y valor
(fundamentalmente la Constitución Política). La escuela histórica afirma, por último, que las
normas serán válidas si corresponden a las costumbres que el propio pueblo ha ido
elaborando en su convivencia y que la norma jurídica debe sólo limitarse a recoger.
El derecho positivo puede ser escrito o consuetudinario. El escrito es aquel
promulgado formalmente como tal, mientras que el consuetudinario es aquel basado en las
costumbres y que por lo tanto no está escrito. Se conforma por un conjunto de hábitos que se
repiten constantemente por la generalidad de los miembros de un cuerpo social con la
convicción de estar cumpliendo un verdadero imperativo jurídico y se da fundamentalmente
en Inglaterra.

EL ESTADO DE DERECHO
Se entiende por Estado de Derecho aquel donde sus autoridades se rigen y están
sometidas a un derecho vigente (Estado de Derecho formal). Sin embargo, no basta que
exista un derecho vigente por el cual se rija la autoridad para estar en presencia de un real
Estado de Derecho, puesto que ese ordenamiento jurídico debe además reconocer y respetar
los derechos fundamentales de las personas y consagrar la separación de Poderes o
funciones (Estado de Derecho material o real).
En cuanto a la finalidad del Estado de Derecho, esta debe ser "personalista" en el
sentido que las autoridades y normas del Estado deben apuntar a la persona humana, al
respeto de su dignidad y al reconocimiento y protección de sus derechos fundamentales.
Existe en el Estado de Derecho un principio político, que es la soberanía radicada
en el pueblo, fuente de legitimidad para toda autoridad estatal y en que por lo tanto ningún
sector del pueblo o individuo alguno puede atribuirse su ejercicio. También existe un
principio jurídico, que es el del imperio de la ley, en el sentido de que se debe conducir a
la comunidad de acuerdo a normas jurídicas preestablecidas por ella misma y someterse
igualmente a ellas.
En general los autores están de acuerdo en sostener que existen ciertos principios
básicos propios de un auténtico Estado de Derecho, a saber:
a) Supremacía de la Constitución, en cuanto ella debe imponerse por igual frente a todas las
normas jurídicas, primando sobre ellas, como por sobre todas las autoridades del Estado y
las personas y grupos en general, los cuales deben actuar siempre conforme a sus preceptos.
b) División orgánica y funcional entre los poderes constituidos, en el sentido de que debe
consagrarse la existencia de Poderes del Estado distintos y cada uno de ellos debe ejercer
una función de gobierno por separado. En particular, lo más importante es asegurar la
Independencia del Poder Judicial, para los efectos de cumplir su cometido básico de ejercer
jurisdicción, resolviendo de manera pacífica y justa los conflictos de intereses entre las
22

personas y defendiendo sus derechos frente a los posibles atropellos de ellos por parte de
autoridades del Estado o de otros particulares.
c) Reconocimiento y protección de los derechos, libertades y garantías fundamentales de las
personas
d) Legalidad, en cuanto todas las autoridades que forman el Estado debe someter siempre su
acción a la Constitución y a las leyes y normas vigentes, pudiendo hacer sólo aquello para lo
cual están expresamente autorizadas y estándoles expresamente prohibido atribuirse
mayores poderes o facultades, ni aún a pretexto de circunstancias extraordinarias.
e) Control de la actividad de los órganos estatales, en cuanto deben existir órganos de
control autónomos que fiscalicen el desempeño de las labores de los demás órganos o
poderes del Estado.
f) Institucionalización del Poder, en el sentido de que no debe estar personalizado
g) Responsabilidad, en cuanto todas las autoridades y habitantes en general del Estado son
responsables por sus actos u omisiones ilícitos o antijurídicos y deben ser sancionados de
acuerdo a la ley por ellos.

CLASIFICACION DE LOS ESTADOS


Los Estados pueden clasificarse desde el punto de vista de la soberanía interna en
Unitarios, Compuestos (Federaciones y Confederaciones) y Regionales. Y desde el punto de
vista de la soberanía externa en independientes, colonias, Estados vasallos, Estados de unión
personal y de unión real.

a.) Estados unitarios


Es el caso de Chile, por ejemplo. Se caracterizan por poseer un solo centro de poder
político que extiende su accionar a todo el territorio del Estado a través de distintos agentes
y autoridades locales, delegadas de ese poder central. Existe asimismo un solo Poder
Legislativo que legisla para todo el país y un Poder Judicial unitario que aplica el mismo
derecho a todos los ciudadanos y que encuentra su cabeza única en la Corte Suprema que
tiene una jurisdicción a nivel nacional. Asimismo existe una sola Constitución Política que
rige en todo el territorio y a la cual se hayan sometidas todas las autoridades y habitantes del
Estado. En otras palabras, en el Estado unitario se da una cuádruple unidad: unidad de
ordenamiento jurídico, unidad de autoridades gubernativas, unidad de gobernados o
destinatarios del ordenamiento jurídico y de las decisiones políticas y unidad de territorio.
La administración de los Estados unitarios puede ser centralizada, desconcentrada o
descentralizada.
Será centralizada cuando hay un núcleo de poder central que concentra todas las
funciones y atribuciones de administración del país y del cual dependen todos los servicios,
agencias y oficinas públicas que se encuentran a lo largo del territorio nacional. Estos
últimos son sólo meros ejecutores de las decisiones que se toman en el núcleo central de
poder situado en la capital del Estado.
Es desconcentrada cuando mediando una ley se traspasan desde las autoridades del
poder central ciertas atribuciones o funciones a órganos o servicios públicos determinados
para que estos las pasen a ejercer de manera exclusiva, aún cuando esos órganos o servicios
siguen dependiendo del poder central.
Es descentralizada cuando se procede a crear ciertos órganos o servicios normalmente
por ley y se les dota de personalidad jurídica y patrimonio propios, de modo que pasan a ser
plenamente autónomos del poder central (aunque siguen formando parte del Estado) y con
23

responsabilidad propia por sus actos. En este caso la autoridad central (Presidente de la
República) ejerce respecto de ellos lo que se conoce como la tutela o supervigilancia, en
virtud de la cual puede solicitar a los órganos fiscalizadores correspondientes (tribunales de
justicia, Contraloría General de la República, Consejo de Defensa del Estado) que ejerzan
las acciones correspondientes para perseguir las eventuales responsabilidades que el
accionar de esos órganos pudiese generar respecto del Estado o los particulares.
La desconcentración y la descentralización pueden ser funcionales o territoriales. Es
funcional cuando determinada función pública se le encomienda a un órgano para que éste la
ejerza a nivel nacional o local (ejemplo, el Consejo Nacional de TV es un órgano
funcionalmente descentralizado por cuanto su misión es velar por el correcto
funcionamiento de la televisión en todo el país). Es territorial cuando el traspaso de
funciones o atribuciones se hace a un órgano con un asentamiento territorial determinado
(ejemplo, las Municipalidades son territorialmente descentralizadas y los SEREMIS son
territorialmente desconcentrados).

b.) Confederación de Estados


Es una figura más bien histórica por cuanto hoy en día se ha abandonado esta
modalidad. Ejemplos lo constituyen la Confederación Peruano-Boliviana que enfrentó
militarmente a Chile el siglo pasado, la Confederación Helvética subsistente hasta 1874 o la
Confederación de las 13 Colonias (1776-1787) que se creó luego de la independencia de los
colonos ingleses en Norteamérica y que luego se transformaría en un Estado Federal como
lo es actualmente Estados Unidos.
La Confederación de Estados se caracteriza porque se trata de dos o más Estados que
manteniendo su individualidad deciden reunirse en virtud de un pacto internacional para
alcanzar objetivos de política exterior determinados de interés mutuo y que son parciales y
transitorios. No dan lugar por ello a la creación de un nuevo Estado ya que no implican
fusión de varios de ellos sino un tipo de alianza.
Las Confederaciones establecen órganos comunes conformados por representantes de
todos los países que la integran. El más importante de ellos es la Dieta o especie de
parlamento de la Confederación cuyos acuerdos o resoluciones que adopta son ad
referéndum, es decir, sólo tendrán fuerza obligatoria en la medida que sean ratificados por
los órganos internos de todos los países que conforman la Confederación.
Las características de la Confederación son: 1) No afecta la soberanía de los Estados
confederados; 2) su finalidad principal se relaciona con la política exterior; 3) el poder de la
confederación sólo se ejerce en relación con los órganos estatales de los Estados miembros y
no respecto de los habitantes de esos Estados; 4) los Estados miembros poseen los derechos
de nulificación (para no acatar o aceptar aquellos acuerdos de los órganos de la
Confederación que estimen contrarios al tratado que le dio origen) y de secesión (para
separarse de ella en cualquier momento).
En la práctica las Confederaciones han resultado muy frágiles y no perdurables. Han
terminado por transformarse en Estados federales (casos de Suiza, Alemania o Estados
Unidos) o simplemente por disolverse (Peruano-Boliviana).

C.) Estado Federal


Su origen histórico se encuentra en la Constitución Política de 1787 de Estados
Unidos que organizó ese naciente Estado bajo la forma federal. Se buscó con esta formula
mantener un cierto grado de autonomía o descentralización política de las 13 colonias que
24

conformaban la Confederación creada en 1776 pero al mismo tiempo vincularlas de una


manera más estable, permanente y coordinada.
En el Estado federal existe un centro o núcleo de poder o gobierno central que
proyecta su accionar a todo el territorio del Estado, en este caso representado por el
Presidente de la República. Asimismo existe una Constitución Política que rige para todas
las autoridades, normas y habitantes del Estado Federal. Igualmente hay un Poder
Legislativo o Congreso que dicta leyes con validez para todo el Estado Federal y una
Suprema Corte de Justicia que también tiene atribuciones jurisdiccionales a nivel nacional.
Todos estos órganos se concentran en la capital del Estado Federal. Al mismo tiempo en
cada Estado (federado) que forma parte de la Federación (en el caso de Estados Unidos son
50) existe una Constitución o ley fundamental, una autoridad de gobierno de carácter local
elegida por los respectivos habitantes (gobernador), un Parlamento local que dicta leyes que
sólo regirán en el territorio del Estado federado y tribunales de justicia que juzgarán
situaciones acaecidas dentro del territorio del respectivo Estado federado y conforme a sus
leyes.
Un problema que surge con esta estructura es determinar la distribución de
competencias entre los órganos del poder central o federales y los órganos de poder local de
cada Estado federado. En Estados Unidos la solución ha sido dar prioridad a los órganos
federales por sobre los locales, tratado de concentrar en aquéllos las materias más
importantes tales como relaciones exteriores, defensa nacional, sistema monetario, sistema
de pesos y medidas, nacionalidad, comercio y comunicaciones, además de lo que se conoce
como poderes implícitos o resultantes que son aquellas competencias o atribuciones que se
deducen naturalmente a modo de complemento de las ya mencionadas. En cambio en otros
países como en Alemania, por ejemplo, se da la situación inversa puesto que las
competencias de los órganos de los Lander (Estados federados) priman por sobre los del
Estado Federal que sólo tendrán aquellas atribuciones que expresamente les reconoce la
Constitución.
Históricamente los Estados Federales han surgido a través de un pacto internacional,
o como la decisión de varios Estados de unirse y crearlo o como la decisión de un Estado
unitario que decide transformarse en Federal. En la gran mayoría de los casos los Estados
que han optado por adoptar la forma federal son los de gran extensión territorial por cuanto
en ellos se hace más difícil que un gobierno central mantenga el control de todo lo que pasa
en el territorio y con sus habitantes las más de las veces muy numerosos. Es así como por
ejemplo son Estados federales Brasil, México, Argentina, Canadá, Rusia, Australia, etc.
En el Estado Federal se trata de conjugar dos principios como son la autonomía
y la participación.
La autonomía se logra por la existencia de una estructura de órganos locales de
gobierno, legislativos y judiciales paralelos a sus similares a nivel nacional y de normas
jurídicas propias que rigen dentro del estado federado. Por su lado la participación se obtiene
mediante la concurrencia de todos los ciudadanos de los Estados federados para los efectos
de elegir a los titulares de los órganos políticos del Estado Federal. Así, en Estados Unidos
el Presidente es elegido por todos los ciudadanos norteamericanos mediante un sistema de
votación indirecto o de segundo grado. En cuanto al Congreso, los senadores se eligen dos
por cada Estado Federado cualquiera sea su población y los representantes (diputados)
también se eligen por los Estados Federados pero en proporción a la cantidad de habitantes
de cada uno de ellos.
25

PARALELO ENTRE LA CONFEDERACION Y EL ESTADO FEDERAL


1) La C. se basa en un tratado internacional mientras que el EF. se funda en una
Constitución Política.
2) En la C. cada Estado permanece independiente, mientras que en el EF. es éste el único
que forma parte de la comunidad internacional y los estados federados no tienen soberanía
propia.
3) La C. carece de imperio sobre sus miembros, mientras que en el EF. los estados federados
están subordinados a él.
4) Los Estados de la C. tienen los derechos de nulificación y secesión, mientras que en el
EF. Los estados federados no tienen esos derechos.
5) La finalidad de la C. es de política internacional, en tanto que las finalidades del EF. son
múltiples.

d.) Estados regionales


Son aquellos Estados unitarios que tienen un grado de descentralización administrativa
de carácter territorial muy desarrollado, atribuyendo numerosas competencias a los órganos
regionales y reservando al gobierno central las más relevantes desde un punto de vista
nacional. Los gobiernos regionales cuentan aquí con gran dosis de autonomía administrativa
y cierto grado de autonomía política en cuanto sus habitantes pueden elegir autoridades
locales, Asimismo se les ha dotado de un patrimonio propio. Ejemplos serían España (donde
a las regiones se les llama comunidades autónomas y gozan de un gran margen de
autonomía frente al gobierno central), Francia y eventualmente Chile en un futuro, de seguir
profundizándose el proceso de regionalización.

e.) Estados independientes


Son aquellos que manejan sus asuntos políticos internos y externos soberanamente, con
prescindencia de la voluntad de otros Estados.

f.) Estados colonias


Son aquellos cuyas decisiones están condicionadas por las que a su vez toma el Estado
al cual están subordinados.

g.) Estados vasallos


Son aquellos que siendo formalmente independientes se ven, en los hechos, forzados a
reconocer su dependencia o sometimiento a otro Estado.

H.) Estados de unión real


Son aquellos Estados que han terminado por unirse de una manera permanente y
efectiva, entre otros motivos en virtud de un tratado o de una anexión (ejemplo Gran Bretaña
que incluye Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte).

i.) Estados de unión personal


Son aquellos Estados que aparecen reunidos fruto del hecho de que sus respectivas
coronas se han unificado en un mismo rey, no obstante que ambos Estados no pierden su
individualidad (ejemplo, Imperio Austro-húngaro).
26

GUIA Nº 4: FUNCIONES DE GOBIERNO

Antes de analizar las funciones de gobierno resulta necesario precisar que ellas son
llevadas a efecto por órganos del Estado.
Órgano del Estado es un cuerpo integrado por una o más personas cuya voluntad o
voluntades, debidamente expresadas, valen como si fueran manifestación directa y propia
del querer del Estado.
Para que un órgano público manifieste una decisión válida, imputable al Estado, se
deben cumplir tres requisitos:
a) Que la decisión emane de los titulares legítimos de un órgano Estatal, debidamente
incorporados a él.
b) Que sus resoluciones o actuaciones se efectúen dentro del ámbito de su competencia.
c) Que sus resoluciones o actuaciones se sujeten a las formalidades y procedimientos que la
ley prescribe para cada caso.
Si todos o alguno de estos requisitos no se cumplen el acto de ese órgano será nulo.
Los órganos del Estado pueden ser unipersonales (Presidente de la República, por
ejemplo), o colegiados (Congreso, Corte Suprema, etc.)
Pueden ser simples (aquel que por sí solo y con exclusión de cualquiera otro está
autorizado para ejercer la función que se le ha encomendado, por ejemplo, el Presidente en
uso de sus atribuciones exclusivas) o compuestos (que es aquel formado por más de un ente
o cuerpo, sean estos unipersonales o colegiados, por ejemplo, el Congreso que está integrado
por la Cámara de Diputados y el Senado)

Son funciones de gobierno las diferentes formas de actividad o serie de operaciones


que realizan los órganos de poder estatal con miras al cumplimiento de los fines del Estado.
Son cometidos de gobierno las metas y realizaciones concretas que los órganos del
Estado se colocan en su accionar de cumplimiento de la función de gobierno que les ha sido
encomendada.

Antes de analizar las funciones de gobierno cabe detenerse en analizar la Teoría de


la separación de los poderes que está en la base de la actual división de funciones de
gobierno.
Ya desde Aristóteles se distinguían distintas tareas de gobierno, puesto que para él se
diferenciaban claramente la tarea de hacer la ley, de ejecutarla, de resolver los conflictos de
intereses y de controlar el ejercicio de esas funciones.
Pero, fue en definitiva Montesquieu el que en el siglo XVIII, basándose en los
planteamientos que había hecho antes en el mismo sentido Locke, estructuró la Teoría de la
Separación de los Poderes en su libro el Espíritu de las Leyes. El origen de esta teoría, en él
como en Locke, está en la idea de limitar el poder de las monarquías absolutas.
Su tesis central es que la única forma que en un Estado se mantenga la libertad de los
ciudadanos es entregando a órganos diversos la tarea de crear la ley, la de cumplirla y la de
decidir las controversias. Montesquieu sostiene que todo órgano tiende a extremar el poder
que se le entrega, abusando de él, de modo que en definitiva sólo el poder detiene al poder.
27

Sus planteamientos pueden sintetizarse de la siguiente forma:


a) Hay que distinguir tres funciones fundamentales de gobierno en el Estado que son la
Ejecutiva, la Legislativa y la Judicial.
b) Deben establecerse tres órganos diferentes a cada uno de los cuales se les encomienda el
ejercicio de una de esas funciones.
c) Debe asegurarse que cada uno de esos órganos actúe separadamente y con independencia
respecto de los otros dos en el ejercicio de la función que le fue encomendada.
d) Hay que especializar a cada órgano en el desempeño exclusivo de su función, de modo
que la pueda satisfacer sin intervención ni participación de otra autoridad.
e) Debe impedirse que la decisión de uno de esos tres órganos pueda ser invalidada,
neutralizada o dejada sin efecto por la decisión o poder de otro órgano.

Las ventajas que se le reconocen a esta teoría son las siguientes:


a) Contribuyó al avance de la ciencia política al configurar la existencia de los tres Poderes
del Estado y especificarles sus funciones.
b) Favoreció el respeto y promoción de los derechos de las personas.
c) Facilitó el perfeccionamiento de la estructura y funcionamiento de los gobiernos.
d) Estimuló el desarrollo del fenómeno del constitucionalismo porque actualmente se
entiende que un requisito básico para que exista una verdadera Constitución es que ella
contemple, junto con el reconocimiento y respeto de los derechos fundamentales de las
personas, la separación de Poderes o de funciones.

Las críticas que se le han efectuado se resumen como sigue:


a) Induce a confusión sobre la naturaleza del poder del Estado, puesto que no hay varios
poderes ya que el poder del Estado es uno solo. Lo que existe son varias funciones de
gobierno que se encomiendan a órganos diversos y cada uno de ellos ejerce una parte del
poder del Estado que es indivisible y único. Luego, más que hablar de Separación de
Poderes cabría referirse a una separación de funciones o también podría señalarse como
"distribución de competencias".
b) En la práctica se ha demostrado que es imposible pretender una separación absoluta entre
los órganos del Estado.
c) En ciertos momentos su mantención o imposición en forma rígida puede hasta llegar a
entorpecer el buen funcionamiento de un Estado, que en algunas ocasiones requiere un
accionar coordinado de los Poderes del Estado.

Las funciones gubernativas tradicionales son, como se ha visto, la Ejecutiva, la


Legislativa y la Judicial. Sin embargo se sostiene por algunos que existe también la función
Constituyente (que otros incluyen dentro de la legislativa puesto que la Constitución, aunque
norma básica del Estado, es la Ley Fundamental de éste). También se señala que existe una
función de control destinada a velar por el correcto desenvolvimiento de las funciones
tradicionales de gobierno, no obstante que otros explican que esta tarea está difuminada en
los Poderes del Estado y en otros órganos.

FUNCION CONSTITUYENTE
Se traduce en crear o modificar la Constitución Política. En ese sentido se señala que
existe un Poder Constituyente originario y en uno derivado, el primero destinado a
establecer la Constitución y que normalmente está radicado en el pueblo y, el segundo,
28

destinado a modificar la Constitución ya vigente y que depende de cada país el determinar


quién lo ejercerá (puede estar constituido por la voluntad conjunta del Presidente de la
República y una determinada cantidad de parlamentarios, o por la voluntad del Presidente
más la del pueblo, etc.).

FUNCION LEGISLATIVA
De acuerdo a la ciencia política contemporánea son leyes aquellas normas jurídicas
promulgadas por la autoridad pública que reúnen las características de tener sentido general,
estar expresadas en términos abstractos, contener reglas predeterminadas, que sus preceptos
sean principales y no de detalle y que están llamadas a tener una vigencia permanente.
Una ley puede ser examinada desde tres puntos de vista distintos, que plantean igual
número de requisitos que toda norma jurídica que sea ley debe cumplir.
- Orgánico en el sentido de que debe emanar del órgano legislativo o Congreso a quien se le
ha encomendado la tarea de elaborar las leyes.
- Formal o adjetivo, en cuanto la ley debe ajustarse al procedimiento establecido para su
formación, el cual normalmente está establecido en la Constitución.
- Material o sustantivo, en cuanto la ley es una norma que debe contemplar reglas de
conducta generales, abstractas, predeterminadas, principales y permanentes.
Sobre la base de estos requisitos es posible señalar que los DL, los DFL y los Tratados
Internacionales, si bien tienen el rango o valor de ley, no son propiamente leyes.
Los DL son la manera que tienen de legislar los gobiernos de facto, puesto que en
ellos no existe Congreso. Son dictados por el detentador del poder. No son leyes desde el
punto de vista orgánico ni formal o adjetivo.
Los DFL son decretos dictados por el Presidente de la República sobre materias
propias de ley, previa autorización legislativa que le hace el Congreso mediante la dictación
de una ley delegatoria donde, además de autorizarlo para dictar el DFL y fijarle un plazo
para ello que no puede ser superior a un año, se le señalan específicamente las materias que
podrá regular. Tampoco son leyes desde el punto de vista orgánico ni formal.
Los Tratados Internacionales son acuerdos celebrados entre dos o más Estados o
sujetos de Derecho Internacional sobre materias de interés común y que se rigen por las
normas del Derecho Internacional Público. Son suscritos por el Presidente, luego aprobados
por el Congreso y por último ratificados por el primero. No son leyes desde el punto de vista
orgánico ni formal, no obstante que tienen el mismo rango o valor que ella.
En lo que respecta al órgano que ejerce la función legislativa se le conoce como
Parlamento o Congreso y se trata de un órgano colegiado toda vez que la elaboración de la
ley se supone es una tarea compleja que requiere el concurso de varias personas y de
visiones distintas. Lo que sí se discute es si ese órgano debe estar formado por una o por dos
Cámaras distintas. Los defensores del unicameralismo sostienen que esta fórmula permite
agilizar el despacho de las leyes y que, además, si el Poder del Estado es uno sólo es
igualmente lógico que su órgano más importante como es el Congreso también sea
unicameral.
Los partidarios del bicameralismo, que es la tendencia que ha primado, señalan que si
las funciones de gobierno se entregan a órganos distintos nada obsta para que una de ellas
también se diversifique en dos entidades distintas. Además, señalan que no necesariamente
la prisa es conveniente para la buena elaboración de la ley. También agregan que con dos
Cámaras es más difícil que se produzca un conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo por
cuanto este último expresa más fielmente el sentir nacional y por lo tanto el Ejecutivo no
29

estará dispuesto a llevar hasta las últimas consecuencias un conflicto con el Parlamento. Por
último, explican que el sistema bicameral da mayores posibilidades de intervenir a la
opinión pública en la discusión de la ley por cuanto esta pasa por más etapas.
Se utiliza la palabra Congreso para referirse al funcionamiento de ambas Cámaras por
separado pero abocándose al mismo tipo de función y, en cambio, se habla de Congreso
Pleno cuando se reúnen las dos Cámaras en una misma sesión y lugar para ejercer una
atribución determinada.
Se llama Legislatura la serie continuada en el tiempo de sesiones de las asambleas o
ramas del Congreso durante las cuales pueden debatir y aprobar las leyes. Puede estar
dividida en ordinaria, prorrogada y extraordinaria o ser una legislatura única que dura todo
el año.
Período legislativo es el plazo que media entre una y otra renovación general de las
Cámaras o la renovación total de una y parcial de la otra. En Chile es de 4 años.

La ley tiene todo un proceso de formación establecido en la Constitución Política y que


debe ser respetado, bajo el riesgo de que la ley sea inconstitucional en la forma.
Las etapas son las siguientes:
- Iniciativa: Se refiere a quien puede enviar un proyecto de ley. Este puede provenir del
Presidente de la República (Mensaje) o de los parlamentarios (Moción), y en algunos países
del propio pueblo (Iniciativa popular de ley).
- Origen: Se refiere a la Cámara donde comienza a discutirse el proyecto de ley. La otra
será para esos efectos, Cámara revisora. Si se trata de un Mensaje, el Presidente determina la
Cámara de origen. Si es una moción será Cámara de origen la del autor de la moción. Hay
ciertas materias de ley que tienen su Cámara de origen predeterminada. Así los proyectos
sobre presupuesto público, tributos o reclutamiento deben ser originados en la Cámara de
Diputados y los de amnistía e indultos generales en el Senado.
- Discusión: Consta de la cuenta que da del proyecto el Presidente de la Cámara donde
ingresa; la discusión en general que apunta a aprobar o rechazar la idea de legislar, es decir,
si se está de acuerdo o no con las ideas generales del proyecto; y, la discusión en particular,
donde se analiza artículo por artículo, inciso por inciso, el proyecto. Estas discusiones se
realizan primero en las Comisiones Legislativas que se especializan por materias (salud,
agricultura, hacienda, relaciones exteriores, etc.) y luego en la Sala con la presencia de todos
los parlamentarios.
En esta etapa el Presidente de la República puede participar en la discusión mediante sus
Ministros que tienen derecho a voz preferente pero no derecho a voto. También puede
presentar indicaciones, o sea modificaciones a los proyectos. Igualmente puede hacer
presente la urgencia para el despacho de un Proyecto, vale decir, fijar un plazo, normalmente
de 30 días, para que la Cámara respectiva discuta y vote el proyecto con urgencia. Por
último, el Presidente, si así lo estima, puede plantear ante el Tribunal Constitucional una
cuestión de constitucionalidad, o sea, pedirle a dicho órgano que se pronuncie acerca de la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de un determinado artículo del proyecto de ley que
se está discutiendo.
- Votación: Dependiendo el tipo de ley los quórum de aprobación son distintos. En todo
caso para la aprobación de una ley común en Chile se requiere mayoría de los
parlamentarios presentes. Hay otras leyes que requieren mayoría de los miembros en
ejercicio, vale decir la mitad más uno del total de los miembros que forman parte de cada
30

rama del Congreso (por ejemplo, los miembros en ejercicio de la Cámara de Diputados en
Chile son 120, luego la mayoría absoluta de los miembros en ejercicio son 61).
- Sanción: consiste en la aprobación de la ley por el Presidente de la República una vez que
éste recibe el proyecto previamente aprobado por las Cámaras. La sanción puede ser expresa
(cuando el Presidente recibe el proyecto y procede a promulgarlo sin más trámite); tácita
(cuando el Presidente deja transcurrir el plazo para vetar el proyecto -30 días- y no ejerce
esta atribución, de modo que al vencimiento de ese plazo le nace la obligación de promulgar,
porque se entiende que aprobó tácitamente la ley al no vetarla); y forzada u obligatoria (se
da cuando el Presidente vetó el proyecto y el Congreso, junto con rechazarle el veto, le
insiste en el proyecto que aprobó originalmente, pero ahora por los dos tercios de los
miembros presentes de cada Cámara. En ese caso el Presidente está obligado a promulgar la
ley y por eso se habla de que la sanciona forzosamente).
En torno a la sanción aparece, pues, el tema del veto que puede ejercer el Presidente.
Vetar la ley es formularle observaciones. El veto puede ser absoluto (propio de las
monarquías absolutas y que implicaba que el proyecto nunca podría llegar a convertirse en
ley) y suspensivo (que suspende la promulgación del proyecto hasta que se resuelva sobre
las observaciones que formula el Presidente). El veto suspensivo es el que se encuentra
consagrado actualmente y puede ser total o parcial, según si se objeta todo el proyecto o sólo
algunas de sus disposiciones. Puede también ser aditivo (si agrega algo al proyecto),
supresivo (si le elimina algo) o sustitutivo (si reemplaza una norma por otra en el proyecto).
- Promulgación: Corresponde al Presidente de la República efectuarla mediante un Decreto
Supremo e implica establecer el texto auténtico de la ley y comunicar su obligatoriedad a
todas las personas.
- Publicación: Se hace en Chile normalmente en el Diario Oficial, ordenando el Presidente
hacer esta publicación. Desde el momento de la publicación la ley entra en vigencia, se hace
obligatoria y se entiende conocida por todos.

En relación con la función legislativa cabe también hacer mención a los llamados
privilegios parlamentarios. Son ciertas figuras legislativas que apuntan a otorgar ciertos
beneficios a los parlamentarios con el objeto de asegurarles de mejor medida una adecuada
independencia para ejercer de manera más cabal sus funciones.
En este sentido está, en primer lugar, la inviolabilidad parlamentaria que significa que
un parlamentario no puede ser perseguido criminalmente por las opiniones y los votos que
manifieste o emita en el desempeño de sus funciones.
En seguida está el fuero, que implica que un parlamentario no puede ser privado de
libertad ni sometido a proceso sin que previamente sea desaforado por un Tribunal Superior
de Justicia (en Chile la Corte de Apelaciones respectiva), el cual debe declarar que hay
fundamento para la medida que se quiere decretar en contra del parlamentario.
Finalmente, está la dieta, que es la remuneración que recibe el parlamentario por el
tiempo que dedica al cumplimiento de sus labores.

Por último, para cerrar el tema de la función legislativa cabe precisar que al órgano
legislativo le cabe cumplir dos funciones principales. Por un lado legislar según ya se ha
visto y, por el otro, fiscalizar los actos del gobierno, es decir, de los órganos que forman
parte del Poder Ejecutivo. Esto último lo ejerce particularmente la Cámara de Diputados a
través de petición de antecedentes, envío de oficios y, eventualmente, mediante una
acusación constitucional (o Impichment en el sistema norteamericano) en contra de alguna
31

autoridad del Estado, lo que podría acarrear la destitución de ésta. Las acusaciones
constitucionales son iniciadas por un grupo de diputados, debiendo la Cámara de Diputados
pronunciarse si declara ha o no lugar a la acusación (es decir, si encuentra que tiene méritos
suficientes para acusar formalmente a una autoridad del Estado). Si la Cámara declara que
ha lugar a la acusación, pasa al Senado para que éste, actuando como jurado, es decir,
resolviendo sus miembros en conciencia, declare si el acusado es culpable o no y, en
consecuencia, destituirlo o no de sus funciones.
En los sistemas parlamentarios existe el denominado voto o moción de censura que, en
caso de ser aprobado por la mayoría de los parlamentarios, implica la caída del Primer
Ministro y su gobierno.

FUNCION EJECUTIVA
Se encuentra radicada en el Poder Ejecutivo (Presidente de la República) y es la más
amplia de las funciones de gobierno por la magnitud y variedad de las tareas que
comprende.
Por lo mismo se la acostumbra subdividir en tres tipos de tareas distintas para los efectos
de apreciarla mejor. Estas son la de Ejecución, la de Administración y la de Gobierno.

Tarea de Ejecución
Es la actividad del Poder Ejecutivo que busca realizar los objetivos o cumplir los
mandatos de la ley, especificando o detallando sus normas generales para una mejor
aplicación de la ley. Esta tarea la lleva a efecto mediante el ejercicio de la Potestad
Reglamentaria que es la facultad de que está dotado el Presidente de la República y las
demás autoridades del Poder Ejecutivo para dictar normas jurídicas, las cuales son
básicamente los reglamentos, los decretos, las instrucciones, las ordenanzas y las
resoluciones. Todas estas normas tienen un rango inferior al de la Constitución Política y al
de la ley y por lo tanto no pueden contradecirlas.
La Potestad Reglamentaria se divide en de ejecución, que es la destinada propiamente a
ejecutar los mandatos de la ley, según lo explicado; y, autónoma, que es aquella cuyas
normas recaen sobre materias que no son propias de ley.
Cuando una norma de la Potestad Reglamentaria es dictada por el Presidente de la
República se le agrega el apellido "suprema", por ejemplo, decreto supremo, reglamento
supremo.
La tarea de ejecución que estamos analizando comprende también la colaboración o
auxilio que presta el Poder Ejecutivo, mediante la fuerza pública, que depende de él, para la
ejecución o cumplimiento de los fallos y resoluciones que emanan del Poder Judicial, los
cuales se deben hacer cumplir incluso por la fuerza si es necesario.

Tarea de Administración
Es a la que principalmente se aboca el Poder Ejecutivo y se traduce en administrar los
recursos públicos para los efectos de otorgar a la población las prestaciones de tipo
socioeconómico, cultural y educacional y en general todas las relacionadas con el Bien
Común que ésta requiere para que cada uno de sus integrantes pueda desarrollarse al
máximo en sus potencialidades.
Para desarrollar esta labor el Presidente de la República dispone del aparato burocrático-
administrativo del Estado que está conformado por los Ministerios, los servicios y las
oficinas públicas, que son muy numerosos, concentran una gran cantidad de personal y
32

manejan enormes sumas de dinero. A través de esta estructura el Presidente administra el


país, canalizando los esfuerzos humanos y los recursos e infraestructura que forman parte de
la Administración del Estado para satisfacer las necesidades ciudadanas y permitir un
normal desenvolvimiento y desarrollo del país.
La Administración de un Estado, como ya se vio al analizar el Estado Unitario,
puede ser centralizada, desconcentrada y descentralizada. Es centralizada cuando todos los
centros de decisión se concentran en la capital del Estado en el Presidente de la República y
sus colaboradores más cercanos (Ministros), pasando todas las demás autoridades y
reparticiones de la administración que se encuentran en el resto del territorio del país a ser
meros ejecutores de las decisiones que se toman el nivel central. Es desconcentrada cuando
desde los órganos centrales se traspasa el ejercicio de ciertas atribuciones a otros órganos de
la administración que no forman parte del nivel central, para que esos órganos las pasen a
ejercer de manera exclusiva, no obstante que ellos siguen dependiendo del poder central. Es
descentralizada cuando se procede a crear órganos autónomos, con personalidad jurídica,
patrimonio y responsabilidad propios, a los cuales se les encomienda el ejercicio de ciertas
atribuciones para que las cumplan de manera exclusiva, sin dependencia del poder central, al
cual no deben rendir cuenta. El Presidente de la República sólo tiene una supervigilancia
genérica sobre estos órganos descentralizados que se llama tutela y que no le permite
intervenir en el ejercicio de sus atribuciones, sino sólo denunciar a los órganos fiscalizadores
o sancionadores correspondientes los delitos o abusos que aprecie en el funcionamiento de
esos entes descentralizados.

Tarea de Gobierno
Desde un punto de vista cualitativo es la más importante. Los actos de gobierno son
aquellos destinados a abordar aquellas cuestiones más trascendentes para la marcha del
Estado y la consecución del Bien Común. Aquí se trata de hacer frente a los grandes
problemas, a las eventualidades o emergencias, a los imprevistos que puede afrontar un país
y darle una solución pronta y adecuada. También se traduce en adoptar las medidas que sean
necesarias para que el país avance en la consecución de sus grandes objetivos nacionales, es
decir, medidas de trascendencia y visión de futuro.
De acuerdo a lo anterior no es posible señalar con precisión qué comprende esta
tarea de gobernar, pero en todo caso implica actos como los de convocar a un plebiscito,
disolver el Congreso cuando proceda, declarar un Estado de Excepción Constitucional,
realizar un cambio de gabinete, adoptar una medida importante en política exterior, otorgar
un indulto o una amnistía, enviar un proyecto de ley relevante, etc, etc.
Los actos de gobierno requieren de aptitudes y condiciones de estadista, de
imaginación, de visión política y de certeza técnica.

FUNCION JUDICIAL O JURISDICCIONAL


Fundamentalmente esta se traduce en la tarea de administrar justicia, es decir, aplicar la
legislación vigente en el Estado para solucionar los conflictos de intereses que surjan entre
los habitantes de ese mismo Estado. Esta función la cumplen los órganos del Estado
llamados tribunales de justicia.
Los tribunales ejercen jurisdicción, la cual puede ser contenciosa, no contenciosa o
contenciosa-administrativa. La primera se da cuando existe un conflicto entre particulares.
33

La segunda cuando una persona concurre a un tribunal para que éste declare que existe
un derecho en su favor, o para que este le reconozca una determinada situación jurídica, sin
que exista conflicto de partes. La tercera se da cuando existe un conflicto en que una de las
partes es un órgano de la administración del Estado (Ministerio, empresa pública, servicio
público, etc.) y la otra un particular cualquiera.
La jurisdicción puede ser también civil (todo asunto que no sea criminal) o criminal (la
que investiga los delitos y los delincuentes).
Los tribunales se ordenan jerárquicamente estando a la cabeza de ellos la Corte
Suprema, siguiendo en el escalón inferior las Cortes de Apelaciones y luego, en un mismo
nivel, los juzgados civiles, criminales, de familia, militares, tributarios, laborales y de
Policía Local. Los tribunales pueden ser letrados y no letrados según si su titular (juez) es o
no abogado. En Chile todos son letrados. También pueden ser de primera, de segunda y de
única instancia. Los de primera instancia son aquellos que resuelven en primera oportunidad
un asunto o gestión, pudiendo ser revisada su decisión por un tribunal superior. Los de
segunda son aquellos que están facultados para revisar las decisiones de los tribunales
inferiores, pudiendo ratificarlas, modificarlas o revocarlas. En Chile normalmente son las
Cortes de Apelaciones. Los de única instancia son aquellos cuyas decisiones no puedan ser
revisadas por ningún otro tribunal.

Existen ciertas bases o principios de la organización judicial.


a) Jurisdicción, que es la facultad de que están dotados los tribunales de conocer las causas
civiles y criminales, de juzgarlas y de hacer ejecutar lo resuelto.
b) Independencia, que significa que el Poder Judicial es independiente de toda otra
autoridad en el ejercicio de sus funciones y por lo tanto ni el Presidente de la República, ni
el Congreso pueden entrar a revisar o modificar sus fallos o a desempeñar funciones
jurisdiccionales.
c) Sistema de nombramientos. Se han diseñado muy variados sistemas de nombramiento
de jueces, tales como que los elija el pueblo (el riesgo es la politización y la falta de
conocimiento de la gente), o el Congreso (también hay riesgo de politización), o que los
designe el Presidente de la República (puede haber pérdida de independencia del juez frente
al gobierno), o que entre ellos mismos elijan a sus pares (existe la posibilidad de falta de
transparencia), etc. Sin embargo en general en el mundo priman los sistemas mixtos en que
participan dos órganos del Estado en el nombramiento. Por ejemplo que se designen por el
Presidente con acuerdo del Senado (Ej., Corte Suprema de los EE.UU); o el Presidente
previa proposición de la Corte Suprema (Ej., magistrados de los tribunales superiores de
Chile); o que los nombre un órgano de integración mixta llamado Consejo Nacional de la
Justicia donde participan miembros nombrados por los tres Poderes del Estado.
d) Inamovilidad, que significa que los jueces permanecen en sus puestos mientras
mantengan su buen comportamiento y hasta cumplir la edad tope para ejercer funciones que
normalmente es 75 años.
e) Responsabilidad, que se traduce en que los jueces son personalmente responsables por
los delitos y abusos que cometan en el ejercicio de sus funciones.
f) Jerarquía, que se traduce en que los tribunales están ordenados jerárquicamente desde la
Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones (tribunales superiores de justicia) hasta los
tribunales inferiores (juzgados de primera instancia)
g) Imperio, que se traduce en que los tribunales pueden impartir órdenes directas a la fuerza
pública para que ésta preste su auxilio para el cumplimiento de las resoluciones judiciales.
34

h) Inexcusabilidad, que significa que los tribunales no pueden excusarse de ejercer su


autoridad ni aún a falta de ley que resuelva el asunto sometido a su decisión. Para ello
deberán recurrir a las fuentes supletorias del derecho como la equidad natural o los
Principios Generales del Derecho.
Finalmente cabe precisar dos conceptos relacionados con la función en estudio.
Por un lado, los Jurados que son tribunales formados por individuos que no pertenecen
al Poder Judicial y desprovistos de formación jurídica, llamados transitoriamente a
intervenir en determinados juicios con la misión de pronunciarse sobre la culpabilidad o
inocencia del acusado(en materia criminal) o de determinar cuál de las dos partes tiene la
razón (en los asuntos civiles) y dar por establecidos los hechos que se acreditan en el juicio
(pruebas, testimonios, etc.), después de cuyo veredicto el juez competente procede a dictar la
sentencia que corresponda en derecho. Están integrados por doce personas, al menos en
EE.UU. e Inglaterra. Sus integrantes se eligen por sorteo entre los ciudadanos con derecho a
sufragio. Es posible inhabilitar a determinadas personas que forman parte del jurado antes de
que éste comience sus funciones. En todo caso, y debido a una serie de críticas que se han
formulado a este sistema, actualmente tiende a desaparecer.
Por el otro, el concepto de jurisprudencia que alude al contenido doctrinario de un
fallo que interpreta la ley, explicando su sentido y alcance. También se usa para referirse a
la reiteración en el tiempo de fallos judiciales emanados de los tribunales superiores en un
mismo sentido.
En el sistema sajón la jurisprudencia de los tribunales superiores establece un
precedente obligatorio que debe ser respetado hacia el futuro por los tribunales inferiores
cada vez que conozcan un asunto de la misma naturaleza que aquél donde se estableció la
jurisprudencia. En el sistema latino, la jurisprudencia no sienta un precedente obligatorio, de
modo que los tribunales inferiores pueden, conociendo del mismo tipo de asunto, fallarlo de
una manera distinta.

FUNCION DE CONTROL
Esta función no se encuentra radicada en un órgano en particular, sino que por el
contrario en varios de ellos y se ejerce de distintas maneras. Puede ser definida como toda
acción destinada a velar porque las autoridades públicas desempeñen sus cometidos con
arreglo a la legalidad vigente, manteniéndose dentro del campo de sus atribuciones y
ajustándose a los procedimientos indicados para el desarrollo de sus actividades, cooperando
de manera armoniosa a la consecución del Bien Común mediante la realización efectiva de
los cometidos que se tuvieron presentes al momento de establecer sus tareas.
Existen diversos tipos de control de acuerdo al órgano que lo lleva a cabo. En
este sentido hay un control intraorgánico, uno interorgánico y uno autónomo. El primero es
el que se realiza al interior de un órgano del Estado por parte de la autoridad o jefatura
superior de la entidad respecto de sus subordinados y normalmente puede traducirse en la
realización de un sumario investigativo en caso de que se detecten irregularidades, con
posterior aplicación de sanciones. El segundo, es que realiza uno de los Poderes del Estado
respecto de otro distinto, como, por ejemplo, el que realiza la Cámara de Diputados al
fiscalizar los actos del Gobierno; el que realiza el Presidente de la República respecto de la
conducta ministerial de los jueces; o la posibilidad que tienen los tribunales de justicia de
juzgar a las autoridades que han cometido hechos ilícitos. El tercero es el que lleva a cabo
un órgano autónomo como, por ejemplo, el Tribunal Constitucional que tiene la misión
fundamental de velar por la constitucionalidad de las normas contenidas en los proyectos de
35

ley, para lo cual puede ser requerido por el Presidente de la República o por los
parlamentarios para que se pronuncie acerca de la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de una determinada norma contenida en un proyecto de ley. Este requerimiento debe ser
hecho antes de que se promulgue la ley. O, en su caso, para velar por la constitucionalidad
de un precepto legal ya vigente, en caso de ser requerido por un particular mediante la
denominada “acción de inaplicabilidad por inconstitucionalidad” que tiene por objeto que el
Tribunal ordene no aplicar a una gestión o causa pendiente un precepto legal determinado
que estime contrario a la Constitución. Posteriormente, el mismo Tribunal Constitucional,
mediante la denominada “acción de inconstitucionalidad” puede disponer la derogación o no
aplicación en general del precepto legal ya declarado previamente inaplicable por
inconstitucional.
También es un órgano de control autónomo la Contraloría General de la República, que
se pronuncia sobre la Constitucionalidad y la legalidad de las normas que emanan de la
potestad reglamentaria de que está dotado el Poder Ejecutivo (reglamentos, decretos,
instrucciones, resoluciones, etc.). Esto se lleva a efecto mediante el trámite de la "toma de
razón" que consiste en que el órgano que dicta la norma reglamentaria debe remitirla a la
Contraloría antes de que entre en vigor para que ella la examine en su constitucionalidad y
en su legalidad. Si no hay reparos, la Contraloría va a tomar razón, o sea, la va a aprobar y
ello permitirá que la norma se pueda cumplir. Por el contrario, si la objeta deberá
representarla, o sea, rechazarla. La representación puede hacerse por inconstitucionalidad o
por ilegalidad. Si el rechazo es por inconstitucionalidad, la única posibilidad que le cabe al
Presidente de la República para poder promulgar la norma es recurrir al Tribunal
Constitucional. Si la representación es por ilegalidad el Presidente de la República podría
retirarla, modificarla o bien podría dictar en este caso un "decreto de insistencia", el cual
debe ir firmado por todos sus Ministros y en virtud del cual se obliga al Contralor a "tomar
razón" de la norma que antes había objetado y respecto de la cual ahora el Presidente insiste.
También el control puede ser, dependiendo del momento en que se efectúa, a priori
o preventivo y a posteriori o represivo. El primero es el que se lleva a efecto antes de que
el acto o la norma respectiva produzcan sus efectos, como por ejemplo el que llevan a cabo
el Tribunal Constitucional y la Contraloría General de la República, según lo ya explicado.
El segundo es el que se realiza después de ejecutado un acto o dictada una norma y apunta a
subsanar o superar los vicios en que se pueda haber incurrido, como es el caso de la acción
de inaplicabilidad y la acción de inconstitucionalidad ya detalladas y cuyo conocimiento
corresponde al mencionado Tribunal Constitucional.
Por último, el control se puede clasificar en jurídico, contable y sustantivo o de
mérito, que es el control político. El primero busca apreciar la adecuación del acto o la
norma al ordenamiento jurídico vigente. El segundo, pretende evitar que en el manejo de los
fondos públicos se produzcan malversaciones o defraudaciones, o apropiaciones indebidas
de esos dineros (en Chile fundamentalmente este control lo ejerce la Contraloría General de
la República). El tercero, en cuanto político, busca sobre todo apreciar la conformidad o no
del acto de autoridad con los fines que se supone que ésta debe cumplir, analizando si el acto
es adecuado, conveniente y eficaz para la consecución de esos fines. A este último se le
denomina más propiamente fiscalización y es desarrollado por los parlamentarios frente al
Ejecutivo, especialmente por los diputados.
36

GUIA Nº5: FORMAS DE GOBIERNO

Este concepto se refiere a la estructura que adoptan en un país determinado los órganos
encargados de ejercer las funciones de gobierno, o sea, el poder político, y a las mutuas
relaciones que se dan entre esos órganos.
Se habla de estructura formal de los órganos de poder para referirse a lo que sobre el
particular establece la Constitución Política del respectivo país y que conforma propiamente
la forma de gobierno del Estado. En cambio, se habla de estructura real de los órganos de
poder para referirse a la manera como en los hechos o en la práctica se da el ejercicio del
poder en ese Estado, lo que origina el concepto de régimen político, que es más amplio que
el de forma de gobierno.
El régimen político supone entrar a considerar todos los factores (económicos, sociales,
culturales, geográficos, sociales, militares, etc.) que pueden influir en la determinación de
quiénes y cómo se ejerce el poder en un Estado.
El concepto de forma de gobierno por el contrario se circunscribe sólo al aspecto
jurídico-constitucional, puesto que se supone que lo que establece la Constitución respecto
de quién y cómo se ejerce el poder político es lo que se cumplirá en la práctica.
Las formas de gobierno han sido objeto de múltiples clasificaciones.
1. Aristóteles señala que las formas de gobierno pueden ser puras e impuras. Las puras
se dividen en monarquía (gobierno recto de uno solo), aristocracia (gobierno bien
intencionado de unos pocos) y república (en realidad democracia, que es el gobierno bien
intencionado del pueblo). Las impuras, que corresponden, respectivamente, a cada uno de
las formas puras son tiranía (gobierno de uno solo usado en su propio beneficio), oligarquía
(gobierno de unos pocos en su provecho) y democracia (en realidad demagogia, que es la
corrupción del gobierno del pueblo en favor de un sector de él).
2. Montesquieu divide a los gobiernos en monarquía, república, que puede ser
aristocrática o democrática, y despotismo, denominación genérica que correspondería a
todas las formas impuras de gobierno.
3. Rousseau divide las formas de gobierno en monarquía, aristocracia y democracia,
pero presuponiendo que todas ellas encuentran su origen en la voluntad soberana del pueblo
que decide establecer una u otra. Estas formas de gobierno se distinguirían según cuál sea el
órgano encargado de ejercer el Poder Ejecutivo.
4. También las formas de gobierno se pueden dividir en repúblicas y monarquías,
de acuerdo a las características de quien es el Jefe del Estado. En la República el Jefe del
Estado es el Presidente de la República y es elegido, es temporal en la duración de su cargo
y tiene responsabilidad política. En la Monarquía el Jefe del Estado es el rey, que es
hereditario, vitalicio y no tiene responsabilidad política.
5. Por último, las formas de gobierno pueden clasificarse, sobre la base del
Principio de la Separación de Poderes, en presidenciales o de separación de poderes;
parlamentarias o de colaboración de poderes; y, de asamblea o de confusión de poderes,
según la estructura y relaciones que se den entre los Poderes del Estado, principalmente
entre el Ejecutivo y el Legislativo.

LA MONARQUIA
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La forma de gobierno monárquico comienza a gestarse en Europa, después de la caída


del Imperio Romano, al quedar los vastos territorios de ese continente sin el gobierno central
de Roma y entregados a su propio destino. Surgen así los señores feudales que dominaban
cierta extensión de terreno, que contaban con su fuerza armada propia y que eran respetados
y obedecidos por los campesinos. En torno de ellos surgen las primeras ciudades (burgos).
Luego, aproximadamente a partir del Siglo VII comienzan a agruparse entre si los señores
feudales y a distinguir a uno de ellos, el más poderoso, como un "primus inter pares", el
primero entre los iguales o pares, al cual después invistieron como Rey, pasando el resto de
los señores feudales a formar su Corte, con títulos de nobleza. Luego se produce la unión de
muchos monarcas con el Papa, comenzando por Carlomagno, en virtud de lo cual es el Papa
quien corona a los reyes. Así se forman también los tres estamentos de la sociedad medieval:
la nobleza, el clero y el estado llano o pueblo formado por los burgueses o habitantes de las
ciudades y los campesinos.
Luego, a partir del siglo XII aproximadamente comienza a aparecer la llamada
monarquía estamental que se caracteriza por que los reyes conforman consejos reales,
como cuerpos de carácter consultivo y asesores, colectivos, integrados por representantes de
los tres estamentos medievales. El Rey se informa así de lo que piensan sus súbditos y
también consulta ciertas decisiones. En Inglaterra este consejo real funciona en dos
habitaciones separadas, estando en una los nobles y el clero y en la otra los representantes
del estado llano, lo cual, en el futuro, derivaría en el Parlamento bicameral conformado por
la Cámara de los Lores (nobles) y la Cámara de los Comunes (representantes del pueblo).
Fruto de esta monarquía estamental aparecen las llamadas cartas forales, la más famosa la
Carta Magna de 1215, en virtud de las cuales los monarcas se comprometen a reconocer y
respetar ciertos derechos de los habitantes de su reino y a otorgarles ciertas garantías o
fueros, sobre todo en materia penal.
Luego, sobrevienen el renacimiento y la reforma religiosa protestante y el gobierno de
las personas se hace más difícil, de modo que aparecen las monarquías absolutas,
aproximadamente a partir del siglo XVI que se caracterizan por un control total del poder y
de las funciones de gobierno por el monarca, el cual gobierna solo y de manera las más de
las veces autoritaria. Diferentes autores justifican esta monarquía, tales como Maquiavelo,
Bodin, Hobbes.
Más tarde, desde el siglo XVIII, aparecen las llamadas monarquías parlamentarias,
donde se aprecia que los monarcas se ven obligados por distintas circunstancias a
desprenderse de parte de su poder, debiendo pasar a compartirlo con los nacientes
parlamentos o congresos, integrados por representantes de la nobleza y también a veces por
delegados del pueblo. El caso más notorio se da en Inglaterra, con el documento "Bill of
Rigths" de 1689, donde los Monarcas Guillermo y María de Orange ceden parte de su poder,
a cambio de asumir el trono, en beneficio del Parlamento, con el cual pasan en cierta medida
a cogobernar.
Por último, en este siglo aparece la monarquía parlamentaria y constitucional, cuyo
signo distintivo es que el monarca, además de compartir y perder cada vez más sus
atribuciones en beneficio del parlamento, pasa a quedar sometido, como todas las demás
autoridades del Estado, a la Constitución Política.
En la actualidad las monarquías todavía reinantes (Reino Unido, España, Holanda,
Bélgica, etc.) tienen mínimas atribuciones, ejercidas bajo el nombre de prerrogativas reales y
se mantienen sobre todo por el peso de la tradición, porque encarnan la unidad del Estado y
38

porque cumplen funciones protocolares y de representación del Estado en el concierto


internacional.

LA ARISTOCRACIA
Como forma de gobierno se ha señalado que nunca se ha dado en forma pura. La
Aristocracia es el gobierno de unos pocos escogidos en razón de herencia, de sabiduría, de
poderío militar, de nobleza, de riqueza, etc. Ha sido postulada por diversos autores en
diversas épocas como una forma de gobierno ideal, pero en la práctica no se ha
materializado.
Lo que si es posible de apreciar es que en muchos gobiernos, sobre todo de antaño,
existían grupos de poder encubiertos o explícitos que, en la práctica, cogobernaban con
quienes aparecían oficialmente detentando el poder o, al menos, tenían gran influencia en las
decisiones de gobierno.
En la actualidad podría estimarse que en ciertos países con poca cultura democrática y
cívica existen estos grupos aristocráticos que influyen a veces de manera importante en el
poder como, por ejemplo, ciertas camarillas militares en países africanos o asiáticos, o los
jeques petroleros en los países árabes productores, o los sacerdotes y líderes religiosos en los
países islámicos, etc.

LA DEMOCRACIA
En un sentido amplio puede ser definida como el gobierno del pueblo, es decir, aquel
donde las máximas autoridades del Estado emanan de la decisión soberana, auténtica y libre
de todos los habitantes del Estado y ejercen el poder dentro de los marcos prefijados por el
derecho y en procura del Bien Común de todos esos habitantes, respetando sus derechos y
libertades fundamentales.
La democracia se ha expresado de distintas formas a lo largo de la historia, pudiendo
distinguirse así al menos las siguientes manifestaciones principales: la democracia directa, la
indirecta o representativa, y la semidirecta.

a) Democracia directa
Se dio en la Grecia antigua, en las Polis, y se caracteriza por que todo el pueblo
directamente por sí mismo ejercía las funciones de gobierno, es decir, la de gobernar, la de
legislar y la de resolver los conflictos de intereses. Cabe acotar que en todo caso el "pueblo"
no eran todos los habitantes de la polis, sino tan sólo los mayores, hombres, no extranjeros,
ni esclavos, ni campesinos, lo cual hacía disminuir bastante la cantidad de sus integrantes.
Además, tal democracia era posible por el reducido tamaño de la polis y la naturaleza
relativamente simple de los problemas a abordar, lo cual permitía que una asamblea pudiera
discutir el ejercicio de las referidas funciones de gobierno.
Obviamente en la época actual tal democracia es impracticable, por el tamaño y
población de los Estados y por la infinidad y complejidad de problemas que deben abordar
los gobiernos. Sin embargo, todavía en pequeños cantones o comunas en Alemania, Suiza o
algunos países nórdicos se practica este tipo de democracia mediante cabildos o reuniones
de todo el pueblo en un lugar publico donde se discute y se toman decisiones que afectan a
la comunidad toda.
Algunos autores han planteado el desafío de que por medio de los avances
tecnológicos, tales como la computación e internet, pueda ser posible recrear las condiciones
de una democracia directa “en línea” por vías electrónicas.
39

b) Democracia indirecta o representativa


Es la que existe en casi todos los países democráticos actuales y se caracteriza porque
ante la imposibilidad de que el pueblo todo pueda ejercer por sí mismo las funciones de
gobierno, éste procede, mediante una elección pluralista y libre, a escoger a representantes
suyos para que en su nombre procedan a ejercer esas funciones. Esos representantes son
normalmente los parlamentarios y el Jefe de Gobierno, y en algunos casos se escoge también
por el pueblo a los magistrados de los tribunales. Dichas autoridades ejercen el poder
político en nombre o representación del pueblo, operando aquí la tesis del Abate Sieyes en el
sentido de que se entiende que las autoridades del Estado son "representantes" y no
"mandatarios".
Resulta esencial para el adecuado funcionamiento de esta democracia que los
representantes o autoridades sean escogidos mediante un acto eleccionario libre, pluralista,
participativo y en un contexto de pleno goce de derechos tales como la libertad de prensa, de
reunión, de asociación y de opinión, que tienen una indudable influencia en el ámbito
político. Dichas autoridades van a ejercer su cargo por un período de tiempo predeterminado
y serán responsables por sus actos ante el pueblo y ante los tribunales, de acuerdo a la ley.

c) Democracia semidirecta
Es una forma de organización democrática que busca subsanar ciertos reparos que se han
formulado a la democracia representativa, sobre todo en lo relativo a la baja participación o
incidencia del pueblo en las decisiones políticas. Por tal motivo se trata aquí de establecer
mecanismos o fórmulas que contribuyan a aumentar la participación del electorado en
aspectos importantes relativos a la marcha del Estado o del gobierno. Entre esos
mecanismos se pueden consignar los siguientes:
- Iniciativa popular de ley, que se traduce en que un conjunto de ciudadanos puede presentar
un Proyecto de ley si logran reunir una determinada cantidad de firmas de respaldo
establecida previamente. El Congreso en este caso se ve en la obligación de acogerlo a
tramitación.
- Referéndum, que es una denominación genérica que sirve para referirse a todos los
mecanismos utilizados para conocer la opción de la ciudadanía -mediante una votación- en
relación con uno o varios aspectos determinados referentes a las grandes decisiones publicas
y que no se traduzcan en una elección de autoridades.
Existen diversos tipos de referéndum: Constitucional o legal (si se trata de pronunciarse
sobre si se acepta o se rechaza una reforma constitucional o un proyecto de ley,
respectivamente); Obligatorio o facultativo (según si la autoridad está obligada o no a
convocarlo reunidas las condiciones que fija la ley sobre el particular). Se distingue también
por algunos entre las Consultas (cuyos resultados no serían vinculantes u obligatorios para
las autoridades)) y los Referéndum (cuyos resultados sí serían vinculantes u obligatorios
para las autoridades).
La denominación Plebiscito se identifica habitualmente con Referéndum, pero hay
quienes expresan que el Plebiscito sería sólo un tipo de Referéndum, en este caso, uno
destinado a ratificar una decisión previamente adoptada por una autoridad pública.
- Veto popular, que se traduce en que una determinada cantidad de ciudadanos, fijada de
antemano en la legislación, tiene la posibilidad de vetar un Proyecto de ley que no sea de su
agrado y en tal evento será el pueblo todo el que, mediante un referéndum, tendrá que
decidir en definitiva si quiere que se promulgue o no el proyecto cuestionado.
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- Revocación popular, que significa que reunida una determinada cantidad de ciudadanos se
debe proceder a convocar a un referéndum con el objeto de que todo el electorado respectivo
proceda a decidir si revocan por anticipado el mandato de una autoridad elegida antes por
ellos y que no ha respondido en grado importante a las finalidades y propósitos que le
correspondía desarrollar.
A continuación, pasaremos a analizar otra clasificación de las formas de gobierno,
que es la que los divide en de Asamblea, Presidenciales y Parlamentarios.

GOBIERNO DE ASAMBLEA O DE CONFUSION DE PODERES


Es el que se da cuando los Poderes Ejecutivo y Legislativo y en ciertas ocasiones
también el Judicial se hallan confundidos o reunidos en una misma autoridad que puede ser
quien encabece el gobierno del Estado o el Parlamento.
Se señala que la confusión de Poderes en favor del Ejecutivo, es decir, cuando el
gobernante no sólo ejerce ese poder sino que además legisla y, en ciertos casos, resuelve en
última instancia los procesos judiciales, se da en las tiranías, las monarquías absolutas, en
ciertas dictaduras, etc.
La confusión de poderes en beneficio del Congreso o Parlamento es menos habitual
(ejemplo, la Asamblea Nacional Francesa de 1891 que gobernaba y legislaba) pero es más
grave, porque en este caso se pueden adoptar resoluciones muy arbitrarias y abusivas en el
anonimato de una mayoría donde nadie se hace responsable en particular.

GOBIERNO PRESIDENCIAL O DE SEPARACION DE PODERES


Sus orígenes están en Estados Unidos y está consagrado en la Constitución de ese país
de 1787, extendiéndose luego a los países latinoamericanos. Se le denomina como de
separación de Poderes porque existe una clara diferenciación entre los Poderes del Estado,
delimitándose y separándose claramente las funciones de gobernar, legislar y juzgar.
En este sistema existe un Jefe del Estado que al mismo tiempo es Jefe de Gobierno y que
lleva el título de Presidente. Para su explicación nos basaremos en el sistema
norteamericano.
En dicho país la función ejecutiva radica en un Presidente quien es secundado por un
Vicepresidente que lo subroga o reemplaza en caso de ausencia o vacancia en el cargo del
primero. Ambos son elegidos mediante un sistema de votación indirecta o de segundo grado
puesto que el pueblo, dentro del respectivo estado federado del que forma parte, concurre a
las urnas a elegir "electores", que son ciudadanos que cumplirán posteriormente la misión de
elegir al Presidente y Vicepresidente. Una vez que se eligen los "electores" estos se reúnen y
conforman un cuerpo electoral de segundo grado que es el destinado a votar entre las
diferentes candidaturas presidenciales. Cada Estado federado tiene derecho a elegir una
cantidad de "electores" que es igual a la cantidad de Senadores y Diputados
("Representantes") que ese mismo Estado federado tiene derecho a elegir. Aquel candidato
presidencial que obtenga más votos entre los "electores" es investido Presidente de los
Estados Unidos. Por lo tanto, el Colegio electoral norteamericano está integrado en total por
538 electores, suma que es igual a la cantidad de senadores (100), representantes (435) y
electores del distrito de Columbia (3).
Sobre el particular hay que hacer presente que el candidato presidencial que obtiene
más electores dentro de un Estado federado se lleva la suma total de electores del mismo. Es
decir, si un Estado federado tiene derecho a elegir 30 electores y un candidato obtiene 16 de
los mismos y el otro 14, el primer candidato se lleva los 30 votos o electores de ese Estado
41

federado. Es decir, en EE.UU existe un sistema electoral “mayoritario” para la elección de


Presidente, toda vez que lo propio de dichos sistemas es que el ganador se lleva todo.
Cada "elector" por su parte tiene dos votos, uno para Presidente y otro para
Vicepresidente, asegurando con ello que ambos cargos correspondan a personas de la misma
tendencia política. Tal situación data de 1804, en que se aprobó la XII Enmienda a la
Constitución Política de 1787 y en virtud de la cual se le dio esos dos votos a cada "elector".
Antes de esa fecha cada "elector" tenía un sólo voto y era elegido Presidente el candidato
que sacaba más votos y Vicepresidente el que llegaba segundo, que era normalmente de una
tienda política opuesta, con lo cual el ejercicio el gobierno se hacía difícil. Por ello es que
ahora un "elector" de tendencia republicana, por ejemplo, tiene un voto para asignárselo al
candidato presidencial de su partido y otro para el candidato a vicepresidente.
Los candidatos a Presidente y Vicepresidente son nominados por los partidos políticos,
siendo los más importantes el Republicano y el Demócrata. Ello se hace a través de un
sistema de primarias, las que pueden ser abiertas o cerradas según si se admite que voten
militantes y simpatizantes o sólo los primeros, y en ellas compiten por la nominación todos
los precandidatos presidenciales del respectivo partido. En las primarias se eligen delegados
de cada estado federado para la convención nacional del partido, que es donde se proclamará
al candidato presidencial del mismo según quien tenga más delegados y en donde dicho
candidato anunciará quien será la persona que lo acompañe para postular al cargo de
Vicepresidente.
Las elecciones presidenciales se realizan cada 4 años y el Presidente y Vicepresidente
pueden ser reelegidos sólo por un período consecutivo. Esto a partir de la XXII Enmienda de
1951 que prohibió la reelección por más de dos períodos teniendo a la vista lo sucedido con
Roosevelt quien fue elegido en 4 oportunidades seguidas los años 1932, 1936, 1940 y 1944.
El Presidente gobierna con la ayuda directa de Secretarios de Estado (Ministros), que
son de su confianza y alcanzan un número de 15, aunque para nombrarlos requiere también
del acuerdo del Senado, pudiendo removerlos por sí sólo, sin expresión de causa, en
cualquier momento. Los Secretarios de Estado no pueden ser miembros del Congreso por
existir incompatibilidad entre ambos cargos. Los Secretarios de Estado no tienen
responsabilidad política ante el Congreso por lo que no pueden ser "censurados" en su labor
por los parlamentarios.
El Presidente no tiene iniciativa formal de ley pero puede valerse de dos vías para
obtener legislación favorable a su gestión. Por un lado, en el Mensaje anual a la Nación
puede indicar a los parlamentarios en qué materias resulta primordial legislar y en qué
sentido. Por el otro, puede preparar un borrador de Proyecto de Ley y obtener que
parlamentarios afines se lo patrocinen presentándolo ellos a tramitación en el Congreso.
El Presidente está facultado, eso sí, para vetar un Proyecto de ley aprobado por el
Congreso, debiendo éste insistir por los dos tercios de los miembros de cada Cámara para
obligar al Presidente a promulgar el Proyecto objetado.
El Presidente dirige las relaciones exteriores, celebra tratados (aunque necesita del
acuerdo del Senado para ratificarlos), tiene potestad reglamentaria, es el jefe de la
administración federal, nombra al personal diplomático con acuerdo del Senado y es
Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.
El Presidente no tiene responsabilidad política ante el Congreso, pero éste puede
destituirlo en caso de delitos o graves abusos de poder mediante una acusación
constitucional (Impichment).
42

El Congreso de los Estados Unidos es bicameral. Se compone de un Senado integrado


por dos senadores elegidos por cada uno de los Estados de la Federación norteamericana,
por lo que totaliza 100 miembros; y, por una Cámara de Representantes cuyos miembros se
eligen por los Estados Federados en proporción a su número de habitantes, siendo en total
435. Su principal función es dictar leyes aunque también fiscaliza al Presidente y
Vicepresidente, a sus Secretarios de Estado, a los magistrados de la Corte Suprema, y a otras
autoridades de la nación. Los senadores duran 6 años y se renueva un tercio de ellos cada
dos años. Los representantes duran dos años y se renueva la totalidad de la Cámara cada dos
años. Senadores y Representantes pueden ser reelegidos indefinidamente.
El Poder Judicial federal está encabezado por la Suprema Corte de Justicia, integrada por
9 jueces, inamovibles y vitalicios, que son nombrados por el Presidente con acuerdo del
Senado. Sus principales tareas son pronunciarse acerca de la constitucionalidad de las leyes
(pudiendo ordenar que estas dejen de tener efecto en todo EE.UU) y resolver las
controversias entre las autoridades y normas federales y las de los estados federados, fijando
con ello los límites del federalismo.
Existen dos variantes del sistema presidencial. Por un lado el sistema presidencialista y,
por el otro, el sistema semipresidencial.
El presidencialismo se caracteriza por un mayor reforzamiento de las facultades del
Presidente de la República en desmedro del Congreso. Básicamente ello se aprecia en el
hecho de que en este sistema el Presidente nombra y remueve a sus Ministros y al personal
diplomático sin intervención del Senado y, sobre todo, porque el Presidente tiene amplias
facultades en materia de formación de la ley transformándose en colegislador. En este caso
el Presidente tiene plena iniciativa de ley, lo que no ocurre en el sistema presidencial
norteamericano, y además puede participar activamente en la formación de la ley como
colegislador. Es lo que ocurre, por ejemplo, en Chile y en general en los países
latinoamericanos.
El sistema semipresidencial se caracteriza por combinar instituciones y mecanismos
del sistema presidencial con las del parlamentario. Su ejemplo más claro es Francia a través
de su Constitución de 1958 donde existe un Presidente de la República que dura 5 años y
que es elegido por votación popular y que tiene el cargo de Jefe de Estado y, por otra parte,
hay un Jefe de Gobierno, que es un parlamentario elegido por el pueblo, y que corresponde
al líder de la mayoría parlamentaria. El Presidente tiene atribuciones más bien de gobierno y
de conducción de la política exterior, aunque también puede disolver el Congreso y llamar a
nuevas elecciones, mientras que el Jefe de Gobierno es quien administra el país y adopta
medidas concretas para satisfacer las necesidades más específicas de las personas. Como las
elecciones presidenciales normalmente están desfasadas respecto de las parlamentarias
puede darse el sistema de "cohabitación" como ocurre en ciertas ocasiones en Francia donde
puede haber un Presidente de una tendencia política y un Primer Ministro de otra opuesta.

GOBIERNO PARLAMENTARIO O DE COLABORACION DE PODERES


Sus orígenes están en Inglaterra y a diferencia del Presidencial no se gestó a partir de
una Constitución Política sino que es fruto de una serie de prácticas y costumbres políticas a
lo largo del tiempo.
Sus orígenes se remontan a 1689 cuando el Parlamento, mediante el documento Bill of
Rights firmado por Guillermo y María de Orange, pasa a compartir el poder con la Corona,
reservándose un conjunto de atribuciones exclusivas. Luego, en 1714 asume el trono Jorge I,
de la dinastía Hannover, alemán, que no conocía ni el idioma, ni las costumbres ni el pueblo
43

inglés. Por ello le solicita al líder más influyente del Parlamento que lo ayude en el
gobierno, el cual a su vez solicita colaboración a otros miembros del Parlamento para que lo
secunden en las labores que le encomienda el Rey. Así nace la institución del Primer
Ministro, encargado del gobierno y administración interior del país y del Gabinete, integrado
por sus colaboradores. Luego, las instituciones fundamentales del sistema parlamentario
inglés son: la Corona, el Primer Ministro, el Parlamento y el Gabinete.
La Corona es ocupada por un Rey o Reina que es el Jefe del Estado y cuyas atribuciones
actualmente son mínimas y más bien de orden protocolar y de representación del Estado y
sus tradiciones. Ejerce estas atribuciones bajo el nombre de prerrogativas reales. El Rey es
vitalicio y hereditario. Las atribuciones de carácter político que hoy mantiene las debe
ejercer respetando las “convenciones constitucionales”, vale decir, por ejemplo, si bien
puede disolver el Parlamento debe hacerlo sólo a petición del Primer Ministro; le
corresponde designar al Primer Ministro, pero sólo puede designar al líder del partido
mayoritario de las Cámara de los Comunes, etc. Además, se entiende que el Parlamento
puede abolir, limitar o asumir una prerrogativa real.
En otros países de sistema parlamentario el Jefe de Estado no es un rey sino un
Presidente de la República, en cuyo caso se trata de una república parlamentaria (Italia,
Alemania) y no de una monarquía parlamentaria (Inglaterra, Holanda, Bélgica, España).
En las repúblicas parlamentarias el Presidente no es elegido por el pueblo sino que por
los parlamentarios.
El Primer Ministro es nombrado por el Rey pero debe ser necesariamente aquel
parlamentario que sea el líder del partido o coalición de ellos que tenga la mayoría dentro
del Parlamento o, en el caso de Inglaterra, la mayoría en la Cámara de los Comunes, que es
la que se elige por votación popular. El Primer Ministro es el jefe de gobierno y como tal
administra el Estado y adopta todas las decisiones propias del Poder Ejecutivo. En principio
el Primer Ministro en Inglaterra dura 5 años, que corresponde al período de duración de un
parlamentario, pero puede durar menos que ese plazo y también más. En efecto, es posible
que el Parlamento apruebe una moción o voto de censura (mediante ella se hace efectiva su
responsabilidad política) en contra del Primer Ministro en virtud de la cual él debe irse del
cargo a menos que decida solicitar al Rey que proceda a disolver la Cámara de los Comunes
y convoque a nuevas elecciones para renovarla. Si el resultado de ellas lo favorece, en el
sentido de que el pueblo elige parlamentarios que le sean afines, permanecerá en su cargo y
además comienza a contarse un nuevo período de su gestión, otra vez por 5 años a partir de
esa elección. También puede ocurrir que el Primer Ministro le pida al Parlamento, en un
momento delicado de su gobierno, que le apruebe una moción de confianza. Si el
Parlamento no la aprueba en principio el Primer Ministro no está obligado a irse pero,
dependiendo de la situación, ello puede ser interpretado como un rechazo a su gestión y por
lo tanto él debería tomar la decisión de abandonar su cargo, a menos que, igual que en el
caso anterior, le pida al rey que disuelva la Cámara de los Comunes y convoque a nuevas
elecciones. Por este proceso es que el Primer Ministro puede durar menos de 5 años en su
cargo o también extenderlo -a través de sucesivas renovaciones del Parlamento en que
mantiene su mayoría- por bastante tiempo más.
Al término de su gobierno, el Primer Ministro pasa a ser miembro vitalicio de la Cámara
de los Lores.
El Parlamento en el caso de Inglaterra es bicameral y está integrado por la Cámara de
los Comunes cuyos miembros (646) son elegidos por el pueblo en votación directa, uno por
distrito, y por la Cámara de los Lores (669), cuyos integrantes son lores espirituales
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(miembros de la Iglesia Anglicana) y temporales (dentro de los cuales hay, a su vez,


vitalicios y hereditarios). Esa misma disparidad en la integración de las dos Cámaras hace
que la más importante y la que tiene las mayores atribuciones sea la Cámara de los
Comunes, puesto que la de los Lores es similar a la figura del Rey y se mantiene más bien
por el peso de las tradiciones, dado que no tiene su origen a partir del voto popular. Sin
embargo, parte de los miembros de la Cámara de los Lores, los Lores de la Ley, desempeñan
la función de constituir la última instancia jurisdiccional en Inglaterra, tal como una
verdadera Corte Suprema.
Finalmente el Gabinete está conformado por los Ministros que son los colaboradores del
Primer Ministro en el gobierno del país. Los Ministros pueden ser -y de hecho ocurre en
muchos casos- a su vez parlamentarios y el Gabinete como tal es un cuerpo solidario, lo que
quiere decir que todas las políticas que ejecutan sus integrantes en sus respectivas áreas han
sido previamente discutidas en el seno del Gabinete y cuentan con el respaldo de todos sus
integrantes. Por lo tanto si uno de los Ministros es censurado por el Parlamento, lo que
significa señalarle que debe abandonar sus funciones, todos los demás integrantes del
Gabinete también lo siguen y cae el gobierno, porque se supone que la censura se ha hecho a
todo el Gabinete dada la solidaridad de sus miembros.
En cuanto al funcionamiento del gobierno, se produce una permanente interacción entre
el Poder Ejecutivo representado por el Jefe de Gobierno y sus Ministros y el Poder
Legislativo encarnado por el Parlamento, en especial porque el Primer Ministro y casi todos
sus Ministros son al mismo tiempo parlamentarios. Luego muchos actos de gobierno son
conocidos y adoptados en el mismo Parlamento. El Primer Ministro y sus ministros tienen
plena iniciativa de ley y de hecho la mayoría de ellas son aprobadas como leyes, porque el
Primer Ministro es quien representa a la mayoría del Parlamento como señalamos más
arriba. Los ministros pueden ser interpelados por el Parlamento para que expliquen
fundadamente determinada acción de su gestión que merece reparos o dudas a los
parlamentarios y si las explicaciones no son satisfactorias se puede derivar a que se plantee
una moción de censura en contra de ese Ministro.
En este sistema es muy importante la disciplina partidaria en el sentido de que los
parlamentarios de un partido siempre deben alinearse con las posiciones de su tienda
política, sobre todo si el Primer Ministro es de sus filas, porque de lo contrario podrían hacer
peligrar la mayoría en que aquél se sustenta y hacer caer el gobierno. Luego las críticas entre
los miembros de un mismo partido se expresan en la sede partidaria pero no el Parlamento
donde normalmente forman un bloque monolítico.
La oposición al gobierno se estima importante y necesaria. Por lo tanto en Inglaterra
existe el "gabinete fantasma" o "en las sombras" que está encabezado por el líder de la
oposición, el cual es financiado con fondos de la Corona y debe abocarse a mantener
siempre preparado un Gabinete y un programa de gobierno prontos para ser aplicados de
inmediato en caso de que el gobierno caiga.
El Primer Ministro tiene la facultad de solicitar al rey la disolución de la Cámara de los
Comunes en tres eventos. Primero, cuando, como ya se señaló, se aprobó una moción de
censura en su contra o no se aprobó una moción de confianza que él había solicitado. En ese
evento el Primer Ministro o renuncia o pide se llame a nuevas elecciones, disolviendo el
parlamento.
Segundo, cuando el Parlamento si bien no lo censura le coloca demasiadas trabas o
dificultades a su gestión. En esa situación puede pedir la disolución de la Cámara de los
Comunes y llamar a nuevas elecciones con el objeto de obtener un nuevo parlamento más
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favorable o dócil a su gestión. Claro que si en ese nuevo parlamento pierde la mayoría
tendrá que abandonar el cargo.
Tercero, cuando el Primer Ministro desea consultar a la ciudadana una decisión muy
trascendente para el Estado. Para esos efectos pide al Rey que disuelva el Parlamento y
convoque a nuevas elecciones, obteniendo de los resultados de ésta la respuesta a la
pregunta que él estaba planteando al pueblo.

Comparación entre el sistema presidencial y el parlamentario:


1) El sistema presidencial se creó a partir de una Constitución Política escrita mientras que
el Parlamentario se gestó en Inglaterra sobre la base de una serie de prácticas políticas que
luego dieron forma a una Constitución consuetudinaria.
2) El Sistema presidencial consagra una clara separación de Poderes, mientras que en el
Parlamentario hay una colaboración de Poderes.
3) En el sistema presidencial el Presidente es Jefe de Estado y de Gobierno y se elige directa
o indirectamente por la ciudadanía, mientras que en el Parlamentario se distingue entre el
Jefe de Estado que no es elegido por la ciudadanía y el Jefe de Gobierno.
4) En el presidencial el Presidente nombra y remueve a sus ministros sobre la base de la
confianza y la mantención de ella, en tanto que en el parlamentario los ministros deben
contar con la doble confianza del Primer Ministro y del Parlamento para mantenerse en sus
funciones.
5) El Presidente en el sistema presidencial no tiene iniciativa formal de ley (en EE.UU),
mientras que el Primer Ministro en el sistema Parlamentario tiene plena iniciativa de ley.
6) En el sistema presidencial existe incompatibilidad entre el cargo de Ministro y el de
parlamentario, lo cual no ocurre en el sistema parlamentario.
7) En el sistema presidencial los ministros no forman un órgano especial llamado Gabinete,
que además es solidario, como sí ocurre en el sistema parlamentario.
8) En el sistema parlamentario si el Jefe de Gobierno queda en minoría frente al parlamento
debe renunciar o disolverlo y estarse a las resultas de la nueva elección, mientras que en el
sistema presidencial si el Presidente queda en minoría frente al Congreso no tiene que
abandonar el cargo, manteniéndolo por el contrario hasta el final de su período, que es fijo.
9) En el sistema presidencial el Congreso tiene por función primordial legislar y en ciertas
ocasiones fiscalizar al gobierno, mientras que en el sistema parlamentario el Parlamento
legisla y fiscaliza al mismo tiempo y con igual intensidad.

SISTEMA CORPORATIVO DE GOBIERNO


Antes de terminar la clasificación de las formas de gobierno cabe detenerse en esta
forma especial de gobierno que se postuló y trató de implementar por algunos, sobre todo en
el período entre Guerras Mundiales, en Europa, como una alternativa al sistema democrático
basado en partidos políticos.
El sistema corporativo se buscó implementar sobre todo por Mussolini en Italia, aunque
también Franco en España y Oliveira Salazar en Portugal avanzaron en este camino. Este
sistema parte de una crítica a la democracia tradicional señalando que los partidos políticos
no representan de manera auténtica los intereses y necesidades de la población y que además
son cupulares y oligárquicos, pretendiendo manipular el poder y sus autoridades en
beneficio propio.
A partir de ello se postula que es necesario reformular la estructura de poder del Estado
sobre la base de que los representantes populares sean elegidos o designados por los
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principales gremios, entidades sociales, empresarios, vecinos, etc, es decir, por las
sociedades intermedias en torno a las cuales la gente se agrupa y satisface sus más
importantes y primarias necesidades como la educación, el trabajo, la vecindad, la
producción, etc.
Estos representantes elegidos de esa manera representarían de mucha mejor manera las
reales inquietudes de las personas y pasarían a integrar una Cámara única o Parlamento
unicameral que tendría la función de legislar y de elegir a la persona del gobernante, el cual
debería ejercer su poder en consonancia con esa Cámara única de origen corporativo o
gremial.
Este sistema ha sido sin embargo objeto de críticas tanto teóricas como prácticas. En
cuanto a lo primero se ha señalado que el sistema se presta para que al parlamento accedan
solamente representantes de los grupos sociales más poderosos en desmedro de los menores
y que en ellos no existiría un sentimiento de lo nacional ni del Bien Común, sino que sólo
apuntarían su accionar a favorecer los intereses particulares del grupo o entidad que
representan. En cuanto a lo segundo, se afirma que las experiencias conocidas dan cuenta
que el sistema se utilizó como un mecanismo para justificar la existencia de un poder no
democrático, dado que los gobernantes se preocuparon primero de imponer en las directivas
de las organizaciones sociales a personeros de su confianza política para luego obtener que
esos mismos fueran nominados por esas entidades como parlamentarios, los cuales, a su vez,
procedían a ratificar a dicho gobernante en el poder.
Por tales razones el sistema no se aplica hoy en ningún país, pero, sin embargo, residuos
de él, en lo que tiene de positivo, se aprecian en la existencia de los denominados Consejos
Económico-Sociales que existen en varios países y que cumplen labores asesoras de los
poderes públicos y a los cuales se integran representantes de los principales gremios y ramas
de la producción del respectivo país.
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GUIA Nº 6: REGIMENES POLITICOS

Como ya se señaló en su oportunidad el término régimen político es más amplio que el


de forma de gobierno, por cuanto se refiere a todos los factores políticos, económicos,
sociales, culturales, militares, geográficos, históricos, etc, que determinan en definitiva
quiénes son los que ejercen el poder político dentro de un determinado Estado y bajo qué
modalidades.
Por ello Jiménez de Parga los define como la solución que se da de hecho a los
problemas políticos de un pueblo. Por su lado, Burdeau los define como el conjunto de
Instituciones en que se distribuyen los mecanismos de la decisión política y que engloba la
forma de gobierno con un conjunto de elementos de hecho, resultando así un compuesto en
que se interrelacionan valores, un medio social y técnicas jurídicas.

Clasificación de los regímenes políticos:


La clasificación más usual los divide en democráticos y autocráticos. El régimen
autocrático es todo aquel en que el mando se gesta y realiza desde arriba hacia abajo. La
autoridad ordena de acuerdo a su propia voluntad a los gobernantes, quienes se ven
obligados a comportarse según esas reglas. La Democracia, en tanto, sería todo aquel
régimen donde el pueblo es efectivamente el detentador del poder y participa de las
decisiones más importantes relativas a la conducción del país a través de sus autoridades que
ha elegido en comicios libres, auténticos y soberanos.
Según Heller es posible hacer un paralelo entre autocracia y democracia sobre la base de
tres puntos. Primero, la democracia es una estructura de poder construida desde abajo
(pueblo) hacia arriba (autoridades), en tanto en la autocracia se organiza el Estado desde
arriba hacia abajo. Segundo, en la democracia rige el principio de la soberanía del pueblo,
mientras que en la autocracia el de la soberanía del dominador o detentador del poder. Y
tercero, en la democracia el ejercicio del poder se encuentra limitado por la división de
poderes y la garantía del respeto a los derechos fundamentales de las personas, mientras que
en la autocracia hay concentración de poderes y en la gran mayoría de los casos no se
respetan los derechos de las personas.
Para Kelsen la gran diferencia entre uno y otro tipo de régimen está dada porque en la
democracia los destinatarios de las normas jurídicas participan de su elaboración, sobre todo
a través de los representantes que han elegido, en circunstancias que en la autocracia los
destinatarios de las normas quedan excluidos de su creación.
Dentro del concepto macro de régimen autocrático existen diversas variantes. Entre ellas
podemos mencionar las siguientes:

a) La dictadura. Fue inventada por los romanos (Julio Cesar) y puede definirse como una
interrupción de la vigencia de parte del ordenamiento jurídico por un período de tiempo
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relativamente breve, producida con motivo de una grave emergencia, con el objeto de dotar
de mayores atribuciones o poderes al gobernante (dictador) a fin de que éste esté en
condiciones de superar de manera más eficaz y rápida esa emergencia, restableciendo la
normalidad y la plena vigencia del ordenamiento jurídico.
Carl Schmitt distingue entre una dictadura comisarial que sería equivalente a la romana
y una que llama soberana, que calzaría más bien con una tiranía porque se caracteriza por
una plena, total y permanente concentración del poder político en el tirano, sin el propósito
de restablecer normalidad alguna.
b) La monocracia, que es todo régimen donde existe una persona que con carácter
exclusivo detenta todo el poder, como sería el caso de las monarquías absolutas o de los
propios tiranos.
c) Tiranías, que es, como se señaló, un régimen donde existe un solo detentador de todo el
poder, usándolo sólo en provecho personal y de sus cercanos, que atropella sistemáticamente
los derechos fundamentales de las personas y que se perpetúa en el gobierno.
d) Regímenes autoritarios, según Karl Loewenstein es aquél régimen donde hay un
detentador del poder, sea persona natural, dictadura, asamblea, comité, Junta, etc., que lo
monopoliza sin que los demás tengan una participación real en la formación de la voluntad
estatal. Este detentador del poder pretende alcanzar objetivos de bien general, pero según sus
propios ideales, no permitiendo la existencia de otras visiones alternativas. De ahí la
conculcación de ciertos derechos, pero sin llegar a un atropello sistemático de todos ellos.
La represión es ejercida normalmente de manera proporcional a la magnitud de las críticas o
protestas que ejecutan los opositores.
e) Totalitarismos. El concepto es de autoría de Carl Schmitt y lo elabora teniendo a la vista
la realidad del régimen nacionalsocialista de Hitler y el marxista de Stalin en la URSS.
Partiendo de la base de que ambos eran regímenes autocráticos, Schmitt apreció que eran de
una entidad nunca vista antes y por ello los denominó totalitarios. Estos se caracterizan
porque existe una pretensión de los gobernantes de controlar no solo la totalidad del poder
político sino que todas las demás actividades de los gobernados, tales como la económica, la
cultural, la educacional, la social e incluso la moral.
Según Raymond Aron sus características son las siguientes: 1) un partido tiene el
monopolio de la actividad política; 2) ese partido posee una ideología a la que confiere
autoridad absoluta y se transforma en verdad oficial del Estado; 3) el Estado se reserva el
monopolio de los medios de fuerza y de comunicación con el objeto de implantar y difundir
su ideología; 4) la mayor parte de las actividades económicas y profesionales están
sometidas al control del Estado; 5) una falta, error o crítica dentro del desarrollo de una
actividad social cualquiera es considerado un atentado al Estado y a su verdad oficial y
reprimida duramente, mediante un aparato policial que infunde terror en los individuos.
De acuerdo a Loewenstein las características de este tipo de régimen son las siguientes:
1) voluntad de modelar la vida de las personas en su integridad; 2) ideología única y
excluyente; 3) aparato policial compulsivo; 4) partido único.

La democracia como régimen político


Son aquellos regímenes donde la sociedad gobernada, actuando con plena libertad,
otorga su título a los gobernantes y les señala en lo sustancial la orientación que debe tener
el ejercicio del poder.
Burdeau distingue entre una democracia gobernada y una gobernante, señalando que la
primera es la que se dio en el siglo pasado, caracterizada por un bajo nivel de participación
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ciudadana, por la soberanía radicada en la nación y por un sufragio restringido. La segunda


es la que se da en este siglo y reconoce al pueblo como titular de la soberanía, hay sufragio
universal y mayores posibilidades de participación del pueblo en las decisiones políticas, así
cómo una opinión pública más organizada y pluralista.
En el presente, y ante la utilización muchas veces engañosa del término democracia, se
ha querido precisar con mayor certeza su real contenido, alcance, reglas y límites. Ello se ha
conseguido bajo la denominación de "democracia constitucional", lo cual es una
expresión que sirve para expresar la íntima unión que debe existir entre la forma de gobierno
democrático con el Estado de Derecho y con una verdadera cultura democrática.
Las características más relevantes de la democracia constitucional son las siguientes:
1) Ensamble de la democracia con el constitucionalismo. El constitucionalismo le da
contenido y valores a la democracia ya que introduce técnicas jurídicas que están ordenadas
al cumplimiento de fines y por lo tanto encauza las decisiones del pueblo y sus autoridades
hacia esos valores. Por ejemplo, la Constitución le impone a los gobernantes el deber de
reconocer, respetar y promover los derechos fundamentales de las personas. Igualmente les
señala un conjunto de principios bajo los cuales deben orientar su accionar gubernativo
(subsidiariedad, responsabilidad, Bien Común, servicialidad, etc.)
2) Limitación del poder estatal por el derecho, lo cual rige tanto para las autoridades como
para el propio pueblo que debe ejercer su soberanía dentro de los mismos marcos que él se
fijó al aprobar la Constitución.
3) Existencia de un Estado de Derecho material y formal, con todas las características que le
son propias.
4) La presencia de ciertos requisitos de corte socio-psicológico y de determinadas
instituciones políticas.
Dentro de los primeros cabe incluir la necesidad de que exista un consenso fundamental
entre todos los actores políticos y cívicos que los lleve a compartir unos mismos puntos de
vista básicos; la presencia de ideologías compatibles; protagonistas o actores políticos
idóneos, abiertos al diálogo y a celebrar acuerdos o compromisos; y actitudes y
comportamientos de competencia leal (saber ganar y perder, no sentirse poseedor de toda la
verdad, etc.). Asimismo debe haber amplios mecanismos de participación ciudadana.
En cuanto a las segundas, debe haber un régimen de inscripciones electorales, un régimen
legal de partidos políticos, una integración y participación legal de los grupos de presión y
una incorporación institucionalizada de los sectores técnicos y castrenses al proceso de toma
de decisiones por el poder político.

Pasando a otras clasificaciones de los regímenes políticos distintas de la que se ha


estudiado hasta ahora y que los divide en autocráticos y democráticos, puede señalarse que
según Loewenstein éstos se dividen en autocráticos y constitucionales, encontrándose dentro
de los primeros los autoritarios y los totalitarios. Este autor privilegia el factor jurídico para
hacer su clasificación en el sentido de apreciar si el régimen está sujeto o no a un derecho
que no proviene de su única o exclusiva autoría.
Por su lado Raymond Aron los divide en regímenes de partido único o monopólico y
regímenes de partidos múltiples o pluripartidistas, correspondiendo obviamente los primeros
a los autoritarios y los segundos a los democráticos o constitucionales. Aron basa su
clasificación en la cantidad de partidos existentes, al considerar que son ellos los que en la
época actual en realidad ejercen el poder o son sus principales agentes.
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GUIA N°7 LAS FUERZAS POLITICAS

El estudio de las fuerzas políticas se da en relación con la faz agonal o de lucha de la


actividad política, toda vez que se ha podido apreciar que toda decisión política que adoptan
las autoridades responde en definitiva no solo a su propia y exclusiva voluntad, sino que en
cada una de ellas también gravitan una multiplicidad de impulsos, intereses, demandas,
doctrinas, personas y entidades que participan directa o indirectamente de la lucha por el
poder o por influir o determinar sus decisiones. Naturalmente que en un sistema democrático
las fuerzas políticas tienen una diversidad y presencia mucho mayores que lo que ocurre en
un régimen autocrático, aunque en éste también existen fuerzas políticas.
Tienen pues el carácter de fuerzas políticas todas las energías individuales o
colectivas que pueden ser aplicadas a una decisión del poder estatal, o toda persona,
grupo o pensamiento que de algún modo se proyecta o busca proyectarse al poder
estatal.
Pueden clasificarse de distintas maneras:
a) Individuales o colectivas. Las individuales se dan cuando ciertas personas tienen, por su
propia personalidad, prestigio, cargo o experiencia, una posibilidad de provocar algún grado
de impacto más o menos importante en todas o algunas de las decisiones políticas que
adoptan los gobernantes. Algunos niegan la existencia de estas fuerzas señalando que
siempre estas personas actúan formando parte de un grupo en el que se respaldan o en
función de alguno de ellos. Pero, se les responde señalando que el fenómeno de la
personalización del poder es una realidad que se ha dado siempre y es un hecho que hay
personas que por sí solas trascienden las entidades o grupos a los cuales pertenecen. Las
fuerzas colectivas, por su lado, son aquellos grupos, movimientos o sociedades que actúan
en la actividad política ejerciendo distintos grados de influencia en las decisiones políticas
que se adoptan.
b) Conscientes o espontáneas. Esta clasificación se hace según si se trata de entidades que
expresamente se proponen actuar en la actividad política o si, por el contrario, se trata de
grupos que, aunque no se propongan actuar en política, de hecho producen un impacto en
algunas decisiones políticas por el sólo hecho de actuar, funcionar o dedicarse a sus
funciones propias.
c) Difusas y organizadas. Esta clasificación se hace según si las fuerzas políticas cuentan o
no con una estructura y organización interna que las habilita para actuar de una manera más
eficaz y directa en la actividad política. Las principales fuerzas difusas son la opinión
pública y las ideologías, las utopías y los mitos. Las fuerzas políticas organizadas son los
partidos políticos, el cuerpo electoral y los grupos de presión.
d) Según Burdeau en la época actual existen 4 grandes fuerzas políticas que son los
partidos políticos, el cuerpo electoral, la prensa y los grupos de presión.
Analizaremos a continuación las señaladas fuerzas políticas difusas y organizadas.
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FUERZAS POLITICAS DIFUSAS

a) Ideologías, Utopías y Mitos


Las ideologías son construcciones políticas conceptuales, sistematizadas, que presentan
una visión simplificada y desvirtuada de la realidad, integrando elementos verdaderos con
otros irreales, y que pretenden dar una explicación de toda la realidad política o de una parte
de ella con afanes de verdad total. Sus principales características son las siguientes: 1) son
estructuras complejas de pensamiento que comprenden ideas, representaciones de la realidad
y creencias; 2) tiene altas dosis de ingredientes irracionales; 3) las sustentan grupos sociales
determinados; 4) operan como fuerzas políticas si son asumidas o compartidas por un grupo
importante o influyente de personas; 5) tiene una visión de la realidad ni totalmente
verdadera ni totalmente falsa; 6) para quienes las comparten aparecen como generales,
objetivas y totales, mientras que para quienes no las siguen aparecen como parciales y
relativas; 7) tienden a ser globalizantes, excluyentes y dogmáticas, porque buscan dar una
explicación de toda la realidad personal y social del ser humano, no aceptan otras visiones
puesto que las juzgan equivocadas y pretenden que sus postulados conformen una verdad
absoluta que no merece ni admite discusión. Se clasifican en Personalistas si apuntan al
hombre como elemento central de su concepción y Transpersonalistas si por el contrario dan
prioridad a otras realidades colectivas, sociales o que no ponen al ser humano en el centro de
sus preocupaciones.
Las utopías en su sentido vulgar son un sueño agradable o positivo pero irrealizable,
pero en el sentido del creador de la palabra (Tomas Moro) la utopía es una representación
ideal que se formula acerca de cómo debería ser una sociedad política y el ejercicio del
poder en ella, con el objeto de realizar una crítica al orden político vigente por la vía del
contraste entre la situación real que se vive y el ideal o "deber ser" formulado por la utopía.
Naturalmente que si muchas personas asumen la crítica social y gubernativa que plantea una
utopía, ésta se vuelve una fuerza política.
Los mitos son signos o consignas normalmente ficticias que se proyectan a la actividad
política, entre otras, y que si son seguidos o asumidos por un grupo importante de personas
se transforman en fuerzas políticas. En el mito no interesa tanto el grado de realidad o
fantasía que tenga, sino su capacidad para generar o despertar energías, motivaciones o
mística en la gente que lo asume y que la lleve a ejecutar ciertas acciones de carácter
político.

b) La opinión pública.
La opinión pública ha existido desde épocas muy antiguas, pero en el momento actual ha
adquirido un rol mucho más gravitante por dos razones. Por un lado, el aumento y difusión
masiva de los medios de comunicación social y, por el otro, la mayor conciencia que ha
tomado la gente, fruto de mayores niveles educativos y culturales, de la capacidad que
tienen para generar opinión pública.
La opinión es un parecer inseguro que se emite sobre un aspecto de cualquier naturaleza
pero que sea discutible o que admita varias visiones. Es pública cuando recae sobre un
asunto que es de interés general o de preocupación social.
La opinión pública se manifiesta a través de la libre emisión de juicios intencionados que
emiten una multiplicidad de personas sobre un hecho de interés general, sea político,
económico, cultural, internacional, deportivo, etc.
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La opinión pública no es un juicio unánime, ni tampoco el juicio de unos pocos


escogidos, ni el de la mayoría política, sino que se forma en cada caso por la opinión
mayoritaria o predominante en un determinado sentido.
La opinión pública no es especializada ni teórica, sino que responde al juicio espontáneo
que emite cada persona y puede estar destinada a apoyar, criticar o inspirar los actos del
poder político.
Sus principales características son las siguientes: 1) Comprende un conjunto de juicios
deliberados y conscientes emitidos por personas que quieren provocar un impacto en las
autoridades; 2) se forma con el contenido de la opinión que predomina en términos
generales; 3) es movediza y cambiante porque va evolucionando de acuerdo al decurso de
los hechos; 4) puede llegar a ser imperativa para las autoridades si se manifiesta de una
manera clara, mayoritaria, enérgica y definida en un determinado sentido; 5) para que se
pueda formar de manera auténtica los que la emiten o participan de su formación deben estar
veraz, oportuna y objetivamente informados y tener la posibilidad de expresar sus opiniones
y de reunirse.
En los gobiernos autocráticos normalmente no existe opinión pública auténtica y en
cambio se da lo que se conoce como propaganda en el sentido de que las opiniones que se
dan a conocer o que se permiten son sólo aquellas que destacan aspectos del régimen, que lo
alaban o que a lo menos no lo critican.
Otro fenómeno relacionado con el anterior es el creciente impacto que están teniendo
las campañas de tipo publicitario en la actividad política. Sobre todo la electoral, y que trae
aparejado el riesgo de la manipulación de masas cautivas de ingeniosas técnicas
publicitarias, además de la pérdida de contenido, profundidad, seriedad y relevancia de las
campañas políticas y de los actos de gobierno, que progresivamente parecieran irse
transformando en “productos” que habrían de “venderse” electoralmente.
Para conocer la opinión pública se usan sondeos, encuestas, entrevistas, etc.
De acuerdo a un modelo destinado a explicar la formación de la opinión pública, se
pueden distinguir: a) los promotores, que son aquellas personas, autoridades o colectividades
que dan inicio al proceso de formación de esta opinión; b) los ámbitos, que son los lugares
donde se va formando la opinión, como los centros de reunión, los lugares públicos, los
hogares, las oficinas, etc; c) los medios que son los vehículos por medio de los cuales se van
transmitiendo y conociendo las opiniones, como las radios, la TV, los diarios, etc,; d) los
modos, que son las condiciones sociales que deben existir para que se forme la opinión
pública, como la libertad de prensa, de opinión, de reunión, de asociación, de presentar
peticiones a las autoridades, etc.
Un fenómeno importante de tener en cuenta en la época presente es la capacidad que
tienen los medios de comunicación social de convertirse ellos mismos en agentes
productores de opinión pública o su potencialidad para levantar demandas ciudadanas al
primer orden de prioridades, así como la posibilidad de convertirse incluso en movimientos
de presión al gobierno o frente a una determinada autoridad.

FUERZAS POLITICAS ORGANIZADAS

A) PARTIDOS POLITICOS
53

Según Edmund Burke los partidos son una reunión de hombres que aúnan sus esfuerzos
para ponerlos al servicio del interés nacional, sobre la base de un principio al que todos
adhieren.
Esta es una definición que corresponde a los partidos antiguos de reducida militancia y
que se daban más bien dentro de los Parlamentos o Congresos entre bloques de
parlamentarios que aunaban sus esfuerzos sobre la base de ciertas ideas que compartían.
Un concepto más moderno es el de Burdeau que señala que son un grupo de individuos
que profesan los mismos puntos de vista políticos y que se esfuerzan por hacerlos
prevalecer, afiliando a ellos el mayor número de ciudadanos y buscando conquistar el poder
o a lo menos influir en sus decisiones.
Lucas Verdú los define como agrupaciones organizadas, estables, que solicitan apoyo
social a su ideología y programa políticos para competir por el poder y participar en la
orientación política del Estado.
Son elementos de la esencia de un partido los siguientes:
a) El elemento personal o de militancia. Los partidos tienen una dirigencia (presidente,
vicepresidentes, secretario general, tesorero, jefes regionales); un grupo de profesionales y
técnicos asesores; la militancia propiamente tal formada por todos los que se encuentran
inscritos en el partido; y los simpatizantes que son los que no estando inscritos en el partido
votan habitualmente por los candidatos que presenta la colectividad a los comicios
populares.
b) El elemento formal o de organización. Se traduce en toda la serie de órganos internos que
tiene los partidos y en los derechos y deberes de sus integrantes al interior de él. Todo lo
anterior se halla contenido en los Estatutos del partido.
Dentro de los principales órganos internos de los partidos están la Directiva nacional o
central, con el Presidente, uno o más vicepresidentes, un secretario general y un tesorero; las
Directivas regionales o locales; la Asamblea o Consejo general, que es el órgano más
importante del partido, formada por delegados de todas las localidades donde está
organizada la colectividad y los parlamentarios del partido y en donde se adoptan las
decisiones más trascendentes (alianzas, nominaciones de candidaturas presidenciales,
fusiones, pactos, cambios de estatutos, etc.); y, el Tribunal Supremo o de Honor, cuyos
integrantes los elige el Consejo General y que es el encargado de velar porque se respeten
las normas estatutarias y de sancionar a los infractores. En Chile también en algunos
partidos hay una Comisión Política, que es una especie de consejo ampliado de la directiva a
la que se integran algunos asesores políticos que se estiman calificados y que sirve de punto
de encuentro para el análisis de las labores políticas coyunturales del partido.
c) El elemento intelectual o de doctrina, que es el conjunto de principios, valores, ideología
o doctrina que sustenta el partido y que es su elemento más importante puesto que es el que
le infunde mística y orientación en su actuar y le permite mantener unidos a sus militantes.
Está contenido en la Declaración de Principios del partido y también en su programa político
y en los planes de gobierno. Estos últimos corresponden al desarrollo de un aspecto
específico del programa político.

Los partidos admiten varias clasificaciones:


a) De derecha, centro e izquierda, cuyos orígenes se remontan a la Asamblea Nacional
Francesa de 1791 en donde los diputados más conservadores se agruparon y sentaron a la
derecha del Hemiciclo donde se celebraban las sesiones, los reformistas al centro y los más
revolucionarios o radicales, partidarios de cambios profundos a la situación vigente, a la
54

izquierda. Hoy en día algunos la estiman un poco superada señalando que hay partidos
vinculados a la izquierda, como los comunistas, que al no haber evolucionado en sus
planteamientos serían más conservadores que ningún otro, en tanto antiguos partidos
conservadores serían hoy en día progresistas o más liberales, al igual que ciertas vertientes
del socialismo que hoy asumirían el liberalismo económico.
b) Partidos de opinión e ideológicos. Los primeros son los que simplemente buscan encauzar
u orientar a la opinión pública en favor de sus postulados, mientras que los segundos tratan
de imponer a ésta una doctrina o ideología que es la que postulan y que afirman como
verdad absoluta.
c) Según Duverger existen partidos-sociedad, que son partidos aristocráticos o de jefes que
se caracterizan por la facilidad con que se ingresa o se sale de ellos sin que exista mayor
compromiso de sus militantes con la colectividad; partidos-comunidad, que se basan en
ciertas creencias colectivas que comparten todos los militantes y que se van transmitiendo
por la tradición; y, partidos-orden, que son los que exigen de sus afiliados una consagración
profunda y exigente al partido, casi similar a la religiosa.
d) Neumann señala que existen partidos de representación individual, que tienen una
actividad política intermitente y son de alcance solamente electoral, sin que exista entre sus
adherentes una mayor vinculación que no sea la de defender ciertos valores o intereses en el
proceso electoral y en sus resultados; partidos de integración parcial, donde existe una
vinculación efectiva y permanente entre sus miembros, con tendencia comunitaria o social
pero sin absorber la vida del militante; partidos de integración total, donde sus miembros
entregan su personalidad y existencia individual al partido y sus objetivos.
e) Haberle distingue entre partidos de comunidad espiritual, que se basan en que sus
miembros comparten una serie de valores comunes y están convencidos de sus convicciones
y fines; partidos con líderes carismáticos, que se basan en la confianza que tienen sus
militantes en el líder del partido al cual siguen irrestrictamente; partidos racionalizados, que
son partidos de tipo utilitarista o pragmáticos que existen sólo con el objeto de alcanzar el
poder y ejercerlo, para lo cual van adaptando sus programas según los momentos políticos
que se viven.

Funciones de los partidos políticos:


a) Agrupar y conquistar la adhesión del mayor número de ciudadanos.
b) Informar a la ciudadanía sobre sus ideas y propósitos así como sobre los principales
problemas públicos del país.
c) Proyectar en la vida política sus propósitos.
d) Preparar a sus militantes para que eventualmente asuman cargos públicos en caso de
llegar al poder.
e) En los actos eleccionarios deben presentar candidaturas, darlas a conocer, explicar las
alternativas que están en juego en los plebiscitos, velar por la rectitud y pureza del acto
electoral y defender el resultado de las urnas.
f) En el parlamento, a través de sus parlamentarios, deben tratar de que prevalezcan sus
puntos de vista en la elaboración de las leyes y también deben fiscalizar al gobierno de
turno.
g) En el gobierno, deben apoyar al gobernante y estimular a la ciudadanía para que obedezca
y respete a las autoridades.
55

h) Desde la oposición, deben hacer valer sus críticas al gobierno de turno, respaldar sus
iniciativas de Bien Común y plantear soluciones alternativas a los programas de gobierno si
consideran que ellos tienen mejores respuestas.

Críticas a los partidos:


Un sector de críticos a los partidos postula que éstos son un obstáculo para la
adecuada expresión de la voluntad del pueblo, puesto que se interpondrían entre las
autoridades y los gobernados, deformando los deseos y aspiraciones de éstos. Normalmente
estos críticos postulan otro tipo de representación de la ciudadanía, como por ejemplo, la
corporativa o gremial, buscando eliminar a los partidos.
Otros atacan más bien el funcionamiento de los partidos, haciendo presente que
tienden a manipular a las autoridades de gobierno que pertenecen a sus filas, pretendiendo
imponerles (por órdenes de partido) sus propios designios en desmedro del Bien Común.
También se señala en este mismo sentido que en ciertas ocasiones pasan a adquirir la
capacidad de adoptar en su interior las decisiones políticas que corresponden a las
autoridades del Estado, generándose así un régimen político “partitocrático”, donde el poder
político efectivo pasa a estar radicado en las cúpulas partidistas y no en los órganos del
Estado.

Exclusión de partidos:
En el siglo XX, después de la segunda guerra mundial, surgió la necesidad de
establecer en diversos países, normas que permitieran sancionar y excluir del sistema
democrático a aquellos partidos que tendieran a sustituir dicho régimen por otro totalitario, o
que pretendieran violar los derechos fundamentales de las personas o hicieran uso de la
violencia o no reconocieran o respetaran el ordenamiento jurídico del Estado. Normalmente
es el Tribunal Constitucional el órgano encargado de conocer y sancionar a los partidos por
este motivo.

B) EL CUERPO ELECTORAL

El electorado es un verdadero órgano del Estado cuya función es elegir, opinar o


decidir y como tal la expresión de voluntad que emana de él tiene un carácter único, cuyo
contenido se considera como expresión del querer de la sociedad política.
Está formado por los ciudadanos, los cuales son aquellos habitantes del Estado que
reúnen las condiciones que la Constitución o la ley exigen para tener esa calidad.
La calidad de ciudadano otorga los denominados derechos políticos, siendo los
principales el de elegir o decidir mediante el sufragio y el de ser elegido para un cargo
público de elección popular, sin perjuicio que las leyes de cada país les otorguen otros
derechos tales como el de formar partidos políticos.
El sufragio es la manifestación de la voluntad individual que tiene por finalidad
concurrir a la formación de la voluntad colectiva, sea para designar a los titulares de
determinados cargos públicos, sea para decidir acerca de asuntos que interesan a la
comunidad toda.
El sufragio cumple distintas funciones:
a) Da legitimidad al título de las personas llamadas a representar políticamente a los
ciudadanos
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b) Sirve para conocer o deducir la voluntad del electorado a través de las opiniones de los
personeros elegidos por los sufragantes.
c) Configura mediante el resultado de una elección una imagen del sentir nacional en ese
momento concreto
d) Permite apreciar el grado de adhesión que recibe la autoridad y fortalecer o disminuir su
poder según la voluntad de los gobernados
e) Permite, mediante el consentimiento de los ciudadanos, incorporar y dar vigencia a
normas constitucionales o legales o resolver asuntos sometidos a la consulta del pueblo.

Se discute si el sufragio es un derecho, un deber o una función pública en cuanto a su


naturaleza jurídica.
Para el liberalismo en general el sufragio es un derecho, una facultad de los ciudadanos
que serían libres de ejercerla o no y, por lo tanto, no se puede establecer la obligatoriedad de
él.
Para otros, toda persona tiene derecho a adquirir el derecho de sufragio, pero una vez
adquirido se vuelve un deber para ella ejercerlo y por lo tanto debe ser obligatorio.
Otros finalmente señalan que el sufragio es una función pública que deben cumplir
aquellos que tienen la calidad de ciudadanos en orden a elegir las autoridades del Estado y/o
resolver los grandes problemas que afectan a éste, en nombre de toda la comunidad.

En cuanto a los requisitos para sufragar, son generalmente los siguientes dependiendo
en todo caso de cada país:
a) Nacionalidad, en el sentido que normalmente el sufragio se reconoce a los connacionales
del respectivo país. Excepcionalmente y bajo ciertos requisitos especiales algunos
extranjeros pueden sufragar.
b) Edad, en casi todos los países es hoy de 18 años.
c) Dignidad mínima, en el sentido que la persona no haya cometido un delito de gravedad
(que merezca pena aflictiva)
d) Capacidad mínima, en cuanto una persona privada de razón no puede sufragar
e) Domicilio, toda persona debe tener un domicilio determinado dentro de la
circunscripción donde pretende votar. Esto se exige para una mejor organización del
cuerpo electoral.
f) Grado mínimo de instrucción, en el sentido de que en algunos países, como ocurría en
Chile hasta 1970, se exige saber, a lo menos, leer y escribir para poder votar. El
fundamento de este requisito es que las personas tienen que poder informarse
adecuadamente para poder votar, pero en la actualidad con el avance de los medios de
comunicación audiovisuales se estima innecesario.
g) Inscripción previa, en un registro electoral, lo cual es necesario para una buena
organización del cuerpo y del proceso electoral.

Formas o tipos de sufragio:


a) Universal o Generalizado y restringido o censitario. El universal es el que se da en la
actualidad y se llama así por cuanto al exigirse muy mínimos requisitos para poder votar
casi todos pueden hacerlo. El censitario era propio del siglo XIX y comienzos del XX y
se traduce en que para poder votar la persona tenía que reunir ciertos requisitos
especiales, tales como ser propietario de un bien raíz, tener una profesión o comercio o
industria o un determinado capital.
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b) Masculino y femenino. Esta clasificación tuvo validez hasta la primera mitad del siglo
XX por cuanto hasta esa fecha en muchos países las mujeres no podían votar. En Chile
se les permitió para las municipales a partir de 1935 y para las presidenciales y
parlamentarias desde 1949.
c) Facultativo u obligatorio, según si los ciudadanos están obligados o no a sufragar.
d) Directo o de primer grado o indirecto o de segundo grado, de acuerdo a si el ciudadano
se pronuncia de inmediato sobre los candidatos que se disputan un cargo público o si,
por el contrario, designa un elector, el cual será, en definitiva, quien elija a los titulares
de un cargo público (como en las presidenciales norteamericanas).
e) Personal o por mandatario, de acuerdo a si el ciudadano debe emitir por sí mismo el
sufragio, sea concurriendo al lugar de las urnas o remitiéndolo por correo, o si puede
encomendarle esta tarea a un mandatario previamente autorizado por él.
f) Público o secreto, según si se puede conocer o no el contenido del sufragio. En general
se propicia que deba ser secreto para evitar el cohecho o las presiones indebidas.
g) Singular o plural, de acuerdo a sí en una misma elección un ciudadano tiene un voto o
varios votos. Dentro de esta última opción caben varias alternativas como el voto
familiar (un voto por cada carga de familia), el voto múltiple (donde un mismo elector
puede votar en varios lugares si tiene algún vínculo con ellos, tales como domicilio,
lugar de trabajo, etc.) o el voto plural (cuando un mismo ciudadano posee varios votos
por reunir requisitos complementarios especiales distintos a los de ciudadanía, tales
como poseer un título profesional, o ser casado, etc.).

De acuerdo a lo anterior pueden señalarse como principales características del sufragio,


las siguientes:
a) Preferentemente Personal
b) Igualitario, en el sentido de que el sufragio debería producir el mismo efecto para todos
y que se traduce en la fórmula: un ciudadano, un voto.
c) Secreto idealmente
d) Directo en la mayoría de los países
e) Universal
f) Facultativo u obligatorio, según cada país.
g) Libre, es decir, no sujeto a coacciones o presiones
h) Informado, para que se decida con racionalidad y conciencia.

LOS SISTEMAS ELECTORALES O DE VOTACION


Los sistemas de votación o electorales tratan de determinar, deducir o interpretar
los resultados de una elección, es decir, precisar quiénes resultaron elegidos.
El principio básico es el de la mayoría, existiendo dos clases de mayorías:
a) la absoluta que implica reunir más de la mitad de los sufragios válidamente emitidos
(normalmente se consideran como no válidamente emitidos los nulos y a veces también
los votos en blanco).
b) la relativa, que corresponde a la opción o candidato que obtuvo la mayor cantidad de
preferencias, pero sin alcanzar la mayoría absoluta.

Los sistemas electorales operan sobre la base de una división del país en
circunscripciones o colegios electorales. Se entiende por tales la agrupación de ciudadanos
dispuesta en un territorio determinado para los efectos de una elección.
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En las elecciones unipersonales, como la de Presidente, todo el país constituye una


única circunscripción electoral y lo mismo ocurre en los plebiscitos o referéndum.
En las elecciones pluripersonales (como la municipal o la parlamentaria donde se eligen
varios cargos a la vez), las circunscripciones pueden ser:
a) Única, si todo el territorio del país constituye una sola circunscripción para elegir el total
de los cargos que se disputan. (por ejemplo, si los senadores se eligieran por todo Chile y
no por regiones)
b) Uninominales, si el territorio del país se divide en tantas circunscripciones como cargos
haya que elegir, eligiéndose un cargo por circunscripción. (por ejemplo, si se trata de
elegir 120 diputados el país se divide en 120 distritos)
c) Plurinominales, que se producen cuando el país se divide en varias circunscripciones y
en cada una de ellas se procede a elegir varios cargos en un número igual en todas o
diverso. (por ejemplo, si, como en Chile, por cada distrito se eligen dos diputados o,
como también podría ser, si en algunos distritos se eligieran 3 diputados y en otros 4 o 5,
dependiendo del número de habitantes que tuviera cada distrito)

Los sistemas electorales se clasifican en mayoritarios, minoritarios y proporcionales.


Los mayoritarios apuntan a privilegiar las mayorías, asignando él o los cargos en
disputa o la gran mayoría de ellos a la opción que alcanza la más alta votación. Se da por
ejemplo en Inglaterra y Francia con el sistema de circunscripción uninominal donde resulta
electo en cada distrito el candidato que alcanzó más votos, sea por simple mayoría relativa
(Reino Unido) o absoluta (Francia, para lo cual es posible una segunda vuelta entre las dos
primeras mayorías relativas si nadie alcanzó la mayoría absoluta en la primera vuelta).
Los minoritarios apuntan a otorgar también una representación a la minoría, castigando
en cierta medida a la mayoría. Por ejemplo el sistema de lista incompleta, mediante la cual
un partido o coalición puede presentar una lista de candidatos con un número menor al de
cargos por elegir, de modo que aún cuando alcance una gran mayoría no podrá llevarse
todos los cargos en disputa. Otro ejemplo es el de voto acumulativo, mediante el cual un
ciudadano tiene tantos votos como candidatos hay que elegir y puede acumularlos todos en
un solo candidato o distribuirlos entre varios. De este modo un partido disciplinado, aún
cuando tenga pocos militantes, puede organizarse para privilegiar uno solo de sus
candidatos, concentrando en él todos los votos y logrando así que salga electo. En la época
actual estos sistemas se han abandonado en casi todas partes.
Los proporcionales apuntan a asegurar la representación de todas las opiniones o
partidos de una manera proporcional al número de sufragios que obtuvo cada uno de ellos.
Normalmente estos sistemas operan a través de la determinación, mediante fórmulas
matemáticas simples, de un cuociente electoral o cifra repartidora, la cual, una vez obtenida
y dividiéndola por el número total de sufragios que obtiene una lista o partido, permite saber
cuántos cargos corresponden a esa lista o partido. El más conocido de estos sistemas es el
llamado D`Hondt, que se aplicó tradicionalmente en Chile bajo la Constitución de 1925 y
ahora en las actuales elecciones municipales.
A los sistemas mayoritarios se les reconocen las ventajas y criticas que siguen:
- gran simplicidad para el elector
- apuntan a constituir fuerzas políticas cohesionadas
- da origen a regímenes bipartidistas
- fomenta la moderación política
- da estabilidad a los gobiernos
59

- permite un mayor conocimiento de los candidatos por los electores


- en la determinación de los candidatos influye mucho más el elector que el partido
- pueden llegar a ser tremendamente injustos en la repartición de los cargos por la
desproporción que pueden generar
- dificulta la aparición de nuevos partidos políticos.

En el caso de los sistemas proporcionales se les imputa lo siguiente:


- cada ideología o partido se expresa en el Congreso
- favorece el cambio social y el surgimiento de nuevas tendencias
- existe proporcionalidad entre el número de votos y el de cargos elegidos
- da mejor respuesta a una idea de interés nacional por sobre caudillos locales
- promueve la negociación, el diálogo y el compromiso político
- magnifica o sobredimensiona el rol del partido por sobre el elector
- favorece la dispersión partidista o multipartidismo
- se fragmenta la opinión pública y no se consiguen mayorías sólidas
- puede dar lugar a regímenes partitocráticos.

C) LOS GRUPOS DE PRESION

Pueden definirse como grupos, asociaciones, sindicatos o sociedades que,


defendiendo los intereses comunes a sus miembros, se esfuerzan por todos los
medios a su alcance, rectos o torcidos, en influir en la acción gubernamental y
legislativa, y también en orientar a la opinión pública.
También se los puede definir como cualquier formación social, permanente y
organizada que intenta, con éxito o sin él, obtener de los poderes públicos la
adopción, derogación o simplemente la no adopción de medidas legislativas,
administrativas o judiciales que favorezcan, o al menos no perjudiquen sus ideas o
intereses, sin que su intento suponga en principio una responsabilidad política del
grupo presionante en caso de lograr su pretensión.
Sus principales características son:
- Deben estar dotados de algún grado de organización interna que les permita actuar de
manera coordinada y eficaz ante el poder estatal
- Debe poseer un interés común entre todos sus miembros, y que se traduce en el
objetivo perseguido con la presión.
- Pretenden que dicho interés sea satisfecho por una autoridad estatal
- Debe proponerse actuar respecto de una determinada autoridad del Estado de una
manera tal que exceda la natural influencia que cualquier organización social puede
ejercer respecto de dichas autoridades, es decir, deben ejercer algún tipo de presión.
- Procuran que la autoridad estatal sobre la que dirigen su acción de satisfacción a sus
pretensiones o intereses particulares
- Se desatienden de las consecuencias que para el resto de la sociedad pueda tener la
circunstancia de que la autoridad estatal presionada atienda a sus demandas
- No procuran obtener el poder político, sino tan sólo influir en él y aquí radica su gran
diferencia con los partidos políticos
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- No de es de la esencia de un grupo de presión que sus demandas sean satisfechas. Un


grupo de presión es tal por el sólo hecho de ejercer su presión sobre un órgano del
Estado, independientemente de las resultas de dicha acción.
- La efectividad de la presión dependerá de la fuerza que sea capaz de desarrollar
frente a la autoridad del Estado requerida.

Los grupos de presión se pueden clasificar de la siguiente manera:


I Grupos de presión exclusivos y parciales
Los parciales son aquellos grupos que poseen una finalidad propia no política y
que ocasionalmente, con ocasión de ciertas pretensiones que desean alcanzar para la
realización de sus fines no políticos, efectúan algún tipo de presión frente a las
autoridades públicas. Son la enorme mayoría de los grupos de presión.
Los exclusivos son aquellos que tienen por finalidad actuar permanentemente
sobre el ámbito político y sólo podrían incluirse entre éstos a las oficinas de Lobby
en Estados Unidos, las cuales son entidades privadas que mediante cobro de
honorarios prestan el servicio de hacer llegar a los parlamentarios las peticiones,
demandas, solicitudes o planteamientos de todas las personas naturales o jurídicas -o
incluso Estados- que quieran trasmitir algo a uno o más legisladores
norteamericanos. Estas oficinas están reguladas por ley desde 1946, y su
contabilidad, quiénes las requieren y con qué motivos son todos antecedentes
públicos. Surgieron por la antigua práctica de que ciertas personas se dedicaban a
tratar de influir en los pasillos (lobbies) del Congreso de los EE.UU a los
parlamentarios. Para evitar esa práctica irregular se institucionalizó la creación de las
oficinas de lobby.
Otra clasificación de los grupos de presión es la que hace Carlos Fayt, quien
los divide en:
a) Grupos de interés, que serían los grupos sociales que sin ser parte de la
estructura política de un Estado tratan de influir en algunas de sus decisiones por
medio de los mecanismos normales y regulados de influencia o acceso a las
autoridades (peticiones de audiencia, envío de solicitudes, derecho de petición,
etc.)
b) Grupos de presión, son los grupos de interés que para imponer una pretensión a
la autoridad la presionan desde dentro de la legalidad formal, es decir, mediante
mecanismos tolerados o permitidos por la legislación vigente (huelgas, reuniones,
inserciones en los diarios, reparto de volantes, etc.)
c) Grupos de tensión, son los grupos de interés que para imponer una pretensión
llevan a cabo acciones de fuerza ante la autoridad estatal fuera de la legalidad
formal (huelgas ilegales, tomas de caminos, marchas no autorizadas, etc.)

La gran diferencia que existe entre un partido político y un grupo de presión es


pues el hecho de que la finalidad del partido es alcanzar el poder, en tanto el grupo de
presión sólo busca influir en ese poder para obtener un beneficio particular.
En principio cualquier organización social puede transformarse en un grupo de
presión, pero existen algunas que por sus características o modalidades se encuentran
potencialmente en una situación de convertirse más fácilmente en un grupo de presión. Nos
61

referimos a los sindicatos, a las asociaciones de empresarios, a la Iglesia, a las Fuerzas


Armadas y al aparato burocrático del Estado o Administración Pública.
El sindicalismo
A partir de fines del siglo XIX y comienzos del XX los sindicatos empiezan a
adquirir un mayor protagonismo público con sus reivindicaciones y acciones de protesta,
todo lo cual termina por irlos acercando progresivamente a la actividad política.
De este modo se aprecian diversas variantes. Así en Inglaterra los sindicatos
terminan formando un partido político, el laborista, que actúa derechamente en pos de la
consecución del poder. En EE.UU, en cambio, los sindicatos asumen una postura alejada de
los partidos, pretendiendo convertirse en fuertes asociaciones gremiales de gran poder
económico debido a las altas cotizaciones de sus miles de afiliados y que en ciertos
momentos son capaces de efectuar una poderosa presión sobre el gobierno y los
legisladores. En la ex URSS los sindicatos supuestamente habrían confluido a formar el
Partido Comunista –que se definía como el partido de los trabajadores- y con él llegaron al
gobierno en 1917, pasando a ocupar toda la estructura del Estado. En los ensayos de
regímenes corporativos, como en la Italia de Mussolini, también se supone que los
sindicatos, en cuanto corporaciones, serían las entidades de donde emanarían los
gobernantes, por ser más representativos de los intereses ciudadanos. Finalmente en los
países latinos, como Francia, Italia o el propio Chile, los sindicatos se han vinculado
tradicionalmente con los partidos políticos, sobre todo de izquierda, pero sin llegar a
confundirse plenamente con ellos y han buscado, a partir de su cercanía a un partido
político, obtener beneficios del poder.
Puede afirmarse, en definitiva, que cuando los sindicatos presionan a las autoridades
públicas, mediante petitorios, marchas, huelgas, protestas, etc, sin pretender alcanzar el
poder (como en Inglaterra) ni ejercerlo (como supuestamente ocurría en la ex URSS o en la
Italia de Mussolini), sino sólo obtener beneficios del poder político (como sería el caso de
los países latinos y de EE.UU), nos encontramos con el fenómeno del sindicalismo como
grupo de presión.

EL CLERICALISMO
Estamos en presencia de este fenómeno cuando los personeros eclesiásticos
pretenden entrar, más allá de su natural preocupación por las consecuencias morales y
religiosas que puedan tener las acciones u omisiones de las personas, incluyendo a los
políticos y gobernantes, a tomar parte de las decisiones de política contingente o a influir en
ellas. La delimitación de cuándo una acción o declaración de la autoridad eclesiástica es
fruto de una legítima preocupación moral y religiosa o, por el contrario, entra al campo de lo
contingente, es a veces difícil de señalar en la práctica, lo cual, en no pocas ocasiones ha
sido fuente de problemas importantes.

LAS ASOCIACIONES EMPRESARIALES


En el mundo actual, donde la actividad económica tiene una preponderancia tan
relevante, y donde, además, esa actividad está canalizada fundamentalmente por los
particulares, en el marco de un sistema de mercado, indudablemente que las asociaciones u
organizaciones de empresarios constituyen un poderoso grupo de presión, por cuanto de
ellos depende gran parte de la actividad productiva de un país, y, por ende, de la inversión y
del empleo. De ese modo, sus peticiones o demandas pueden llegar a constituir un elemento
62

poderoso de presión frente a los gobiernos, los cuales dependen en buena medida de la
situación económica del país para mantener un apoyo ciudadano importante.

LAS FUERZAS ARMADAS


Las FFAA son organizaciones provistas de armamento suficientemente contundente
como para vencer cualquiera resistencia dentro del Estado. Por medio de ellas, el Estado se
impone como efectivamente supremo y se mantiene el orden interno y se es capaz de
defender las fronteras frente a agresiones externas.
Se distingue entre las FFAA y la Fuerza Pública, la cual está dedicada a la mantención
de la tranquilidad pública interna, del combate a la delincuencia y del cumplimiento de las
resoluciones judiciales.

Las FFAA tienen características que les son inherentes, a saber:


a) Profesionales, en cuanto se traduce en que sus integrantes siguen una verdadera carrera,
con dedicación exclusiva, con ascensos y destinaciones y con permanente capacitación.
b) Disciplinadas, en cuanto deben observar escrupulosamente las normas de sus estatutos
internos y los deberes y obligaciones que éstos imponen a sus integrantes.
c) Jerarquizadas, en cuanto están estructuradas mediante un mando escalonado que va de
grados inferiores a superiores.
d) Obedientes, la cual tiene una doble manifestación. En lo interno, a los mandos
superiores y en lo externo, al orden institucional, y, a través de éste, a las autoridades del
país.
e) No deliberantes, en cuanto como cuerpos armados no les corresponde entrar a
pronunciarse sobre hechos de política contingente.

Se ha señalado que habría ciertos factores que favorecerían la actuación política de las
FFAA, tales como los siguientes:
- El alto grado de profesionalismo militar, puesto que aún cuando esto parezca
paradojal, implica que mientras más profesionales sean ellas, más estructuradas,
cohesionadas y eficientes serán. De este modo, frente a una situación de caos o
desorganización social extrema naturalmente se sentirían llamadas a intervenir por
sentirse la única organización en ese momento con capacidad para restablecer el
orden y sacar el país adelante.
- La escasa legitimidad del sistema político, en el sentido de que si ese sistema se
vuelve progresivamente ilegítimo ante la ciudadanía, por sus errores, ineficiencias,
abusos o atropellos al derecho, es probable que la propia ciudadanía solicite una
intervención militar que ponga fin a ese gobierno.
- La inestabilidad económica aguda, en cuanto ello implica una necesidad ciudadana
pronta de que las cosas cambien y se arreglen, pudiendo también aquí apreciarse que
las FFAA tendrían la capacidad de gestión suficiente como para reactivar y
reorganizar el sistema económico.

La intervención de las FFAA en la política puede realizarse en cuatro niveles:


a) Influencia. Aquí actúan como grupo de influencia haciendo llegar sus peticiones
sectoriales a las autoridades de gobierno por los canales institucionales
previamente establecidos y tratando, sobre la base de argumentaciones, que ellas
sean acogidas.
63

b) Presión. Aquí actúan como grupo de presión propiamente tal, efectuando


acciones u omisiones, dentro del marco legal, que dan cuenta de un malestar o de
una demanda insatisfecha y que se pretende sea acogida por el gobierno.
c) Desplazamiento. Aquí ya van más allá de un grupo de presión y se traduce en
reemplazar al gobernante civil por otro gobernante civil (por un Golpe de Estado)
pero funcional o afín a sus pretensiones o demandas.
d) Sustitución. También aquí van más allá de un grupo de presión puesto que en
este caso asumen el gobierno del país y todas o parte de las tareas que ello
implica, con el objeto de conducirlo hacia un nuevo sistema de gobierno y, a
veces, económico.

EL APARATO BUROCRÁTICO ADMINISTRATIVO DEL ESTADO


Nos referimos a lo que se conoce también como Administración Pública y que está
formada por el conjunto de empelados públicos y los órganos y servicios públicos en los que
realizan sus labores y que se encuentran sometidos, dentro del Poder Ejecutivo, a la
dirección del Presidente de la República y sus Ministros de Estado.
El objeto de la administración pública es ser el vehículo para ejecutar las decisiones
que adopta el Jefe de Gobierno en el marco del Bien Común y a través del manejo de los
recursos públicos para satisfacer las demandas que ese Bien Común implica.
La Administración Pública se rige por criterios de racionalidad y técnicos, mediante
procedimientos y formalidades preestablecidos. Sus empleados gozan de permanencia o
inamovilidad en sus cargos y siguen una carrera funcionaria, no dependiendo, salvo los
cargos de exclusiva confianza del Presidente, del gobierno de turno.
Hay ciertas características o momentos en que el aparato burocrático administrativo de
un Estado puede volverse un grupo de presión muy importante, sobre todo por el volumen
de recursos que maneja, por la importancia de algunas de las funciones que lleva a cabo y
por la cantidad de personas que lo conforman:
a) Cuando se produce un cambio de gobierno, por cuanto los nuevos gobernantes
no conocen cómo funciona la Administración y las personas que trabajan en ella,
siendo ese un momento propicio para que esa Administración pueda obtener
ciertas demandas ante la ignorancia o la cierta improvisación o falta de manejo
de los nuevos gobernantes.
b) Por la cantidad y calidad de la información que maneja y que cada vez es mayor
y más compleja, todo lo cual ha hecho nacer la figura del tecno-burócrata que
muchas veces tiene el poder real de las decisiones políticas por cuanto es él el
que maneja los antecedentes conforme a los cuales se toman esas decisiones y no
quienes aparecen como gobernando el país.
c) En ciertas ocasiones los empleados públicos actúan como un grupo cohesionado
que por su gran cantidad e importancia electoral pueden llegar a conseguir
importantes beneficios del gobierno de turno.
d) A veces, ciertas decisiones quedan entregadas a la discrecionalidad (cierta dosis
de autonomía en la toma de algunas decisiones) de autoridades administrativas,
las cuales por ello alcanzan cuotas de poder o influencia que pueden utilizar para
la obtención de beneficios.
64

GUIA N°8 TEORIA DE LA CONSTITUCION

El concepto Constitución Política admite varias acepciones, tales como forma o


sistema de gobierno que tiene un Estado; estatuto con que se gobierna una corporación; o,
ley fundamental de la organización del Estado, siendo esta última la más precisa. Entendida
como el conjunto de reglas fundamentales que regulan la organización de un Estado y el
ejercicio del poder puede señalarse que las Constituciones han existido desde tiempos muy
antiguos. En este sentido Burdeau las define como "regla por la cual el soberano legitima el
poder, adhiriendo a la idea de derecho que representa y determina las condiciones de su
ejercicio". Pero en un sentido más restrictivo las Constituciones propiamente tales -aquellas
que consagran una separación de funciones, un respeto por los derechos fundamentales de
las personas y un Estado de Derecho- son un fenómeno relativamente nuevo, que comienza
a gestarse a partir del siglo XVIII.
En definitiva podríamos señalar que una Constitución es la norma jurídica
fundamental y jerárquicamente superior que rige a un Estado determinado, estableciendo la
separación de las funciones de gobierno y un reconocimiento y protección de los derechos y
garantías fundamentales de las personas.
En esa época surge el denominado fenómeno del constitucionalismo, que se traduce
en la tendencia de los Estados a establecer en textos escritos solemnemente promulgados las
bases fundamentales de su organización jurídico-política. El primer país que da inicio a este
fenómeno es Estados Unidos, quien promulga su Carta Fundamental en 1787. Entre los
antecedentes del constitucionalismo puede mencionarse la experiencia política inglesa donde
a partir del siglo XII comienzan a elaborarse las denominadas Cartas Forales siendo la más
trascendente la Carta Magna de 1215. En ellas los monarcas reconocían prerrogativas y
derechos a los habitantes del reino y a sus organizaciones sociales, limitando con ello su
poder y sujetándolo a un texto normativo. Más tarde, puede mencionarse la decisiva
influencia de la doctrina contractualista que, al postular que la sociedad política nace en
virtud de un pacto o contrato que celebran todos los hombres y donde se establecen las bases
a que deberá atenerse el gobernante en el ejercicio de su autoridad, está señalando el símil
más directo de lo que después se llamaría Constitución Política puesto que ella normalmente
es acordada o aprobada por toda la ciudadanía mediante un plebiscito y fija las bases del
ejercicio del poder y los derechos de las personas.

CLASIFICACION DE LAS CONSTITUCIONES


Las Constituciones pueden clasificarse de varias maneras.
En primer término pueden ser escritas o consuetudinarias. Las primeras son aquellas
que han sido solemnemente promulgadas mediante un texto escrito. Se les reconoce como
ventajas el precisar la organización de los Poderes del Estado y sus atribuciones;
proporcionar garantía a los gobernados de sus derechos y mecanismos para defenderlos;
facilitar la educación cívica de los ciudadanos; y, fijar las responsabilidades de los órganos
del Estado. Su desventaja es que pueden tender a una rigidez que les impida adaptarse con
mayor facilidad a la evolución política y social del pueblo que rige y, por otra parte, también
pueden establecer preceptos que no se correspondan con la realidad del país.
Las Constituciones consuetudinarias son las que se basan preferentemente en las
costumbres políticas de un pueblo, siendo la inglesa la exponente más clara. Esa Carta no
está conformada por un texto escrito, sino por un conjunto de costumbres políticas ("
65

Convenciones de la Constitución") que son reconocidas y respetadas por todos dado su


carácter de inmemoriales. Junto a ellas forman parte de la Constitución también un conjunto
de textos escritos de distintas épocas que establecen normas que se estiman de rango
constitucional, tales como la Carta Magna, la Petición de Derechos, el Acta del Habeas
Corpus o Recurso de Amparo, la Bill of Rights de 1689, el Estatuto de Westminster, etc. Y,
por último, integran igualmente la Constitución Inglesa un conjunto de fallos judiciales
dictados por los Tribunales superiores de Justicia de ese país, sobre todo en lo relativo a
derechos fundamentales de las personas, y establecen precedentes obligatorios hacia el
futuro que deben respetar los tribunales inferiores como si fueran verdaderas normas
jurídicas. Las ventajas de este tipo de Constituciones es que se van adaptando plenamente a
la evolución social y política del país y responden efectivamente a los sentimientos y
necesidades de la ciudadana, pero se les critica que tienen una falta de fijeza en sus
disposiciones que puede dificultar su conocimiento e interpretación y puede disminuir la
certeza y seguridad que se requiere en un ordenamiento jurídico.
Sobre la base de esta clasificación se realizan dos distinciones. Por un lado, se habla
de un constitucionalismo material o sustancial y uno formal. El primero se traduce en
aquellas normas que racionalmente, por su propia naturaleza y contenido, deben formar
parte de la Constitución Política (por ejemplo, la división de Poderes o el reconocimiento de
los derechos fundamentales), mientras que el segundo se conforma por aquellas normas que
han sido promulgadas como formando parte de la Constitución, pero que por su contenido
no deberían integrarla, sino que formar parte de una norma de menor rango como una ley o
un reglamento (por ejemplo, los requisitos para ingresar a la administración pública). En las
Constituciones consuetudinarias nos encontramos con normas de constitucionalismo
material o sustancial, puesto que forman parte de ella sólo preceptos que dicen relación
específica con el gobierno del país y los derechos fundamentales de las personas. En
cambio, en las escritas es frecuente que nos encontremos con preceptos de
constitucionalismo material y formal al mismo tiempo.
Por otro lado, se señala que existe un constitucionalismo nominal y otro real. El
primero es lo que está establecido en la letra de los preceptos promulgados como
Constitución, mientras que el segundo son aquellos preceptos de la Carta Fundamental
efectivamente vividos y cumplidos por los ciudadanos. En las constituciones
consuetudinarias nos encontramos sólo con un constitucionalismo real, mientras que en las
escritas se da tanto el nominal como el real porque algunas de sus disposiciones no se
cumplen en la práctica.
Una segunda clasificación de las Constituciones las divide en contenidas en un sólo
documento (casi todas) y las contendidas en varios documentos (hay muy pocos ejemplos,
tales como la francesa de 1875 contenida en 4 leyes orgánicas, o el intento federalista en
Chile de 1826 donde se quiso implantar esa forma de Estado dictando un conjunto de leyes
que lo consagraban).
También las constituciones pueden dividirse en rígidas, semirrígidas y flexibles, de
acuerdo al mayor o menor grado de dificultad para modificarlas. Será flexible cuando para
su modificación baste sólo un quórum equivalente a la mayoría absoluta de cada Cámara del
parlamento. En cambio una Constitución rígida es la que por ejemplo requeriría de un
quórum alto de modificación, como las ¾ partes de los parlamentarios en ejercicio.
Igualmente, pueden ser breves o desarrolladas, de acuerdo a su extensión. Por
ejemplo la chilena es más bien desarrollada.
66

Por otra parte pueden ser pragmáticas y programáticas, según si sus disposiciones
pueden aplicarse de inmediato porque se bastan a sí mismas o si por el contrario necesitan
de la dictación de legislación complementaria para poder tener plena vigencia y aplicación.
También existen Constituciones otorgadas unilateralmente (por el gobernante a su
pueblo) y pactadas (entre el gobernante y su pueblo).
Por último, hay constituciones orgánicas y plenas. Las primeras son las que se limitan
a establecer la organización, atribuciones y funciones de los órganos de poder del Estado
(Ejecutivo, Legislativo, Judicial) y las segundas son aquellas que además de poseer esa parte
orgánica contienen una relacional o dogmática que contempla el conjunto de derechos y
garantías que se aseguran a todas las personas.

CONTENIDO DE LAS CONSTITUCIONES


Cada país es soberano para determinar qué incluir en su Carta Fundamental, pero en
general puede apreciarse que las Constituciones contienen, dependiendo de cada caso:
a) Un preámbulo o prólogo, escrito en prosa, donde se explicitan los grandes objetivos que
motivan su dictación y que se persiguen con ella (sólo en algunas, no en la chilena); b) las
Bases de la Institucionalidad (principios, valores y normas básicas en que se fundamenta
todo el ordenamiento constitucional); c) normas sobre nacionalidad y ciudadanía (sólo en las
latinoamericanas); d) los derechos, garantías y deberes que ella asegura o consagra; e) la
estructura y atribuciones de los Poderes del Estado; f) otros órganos de rango constitucional
(Tribunal Constitucional, Banco Central, Consejo de Seguridad, etc.); g) el procedimiento de
reforma constitucional; y h) un conjunto de disposiciones transitorias destinadas
principalmente a regular los conflictos en el tiempo que puedan producirse entre las normas
del ordenamiento jurídico basado en la antigua Constitución y el nuevo que consagra la
Constitución vigente.

PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES BASICOS


La evolución del constitucionalismo ha permitido precisar la existencia de a lo
menos cuatro principios fundamentales que deben darse o cumplirse para que estemos en
presencia de una auténtica Constitución Política. Ellos son los siguientes: a) Principio de la
supremacía constitucional; b) Principio del respeto y reconocimiento de los derechos y
garantías fundamentales de las personas; c) Principio de la separación de funciones (o
Poderes); y, d) Principio de la titularidad del Poder Constituyente en el pueblo o la nación.
A continuación se analizarán en detalle dichos principios.

I Principio de la supremacía constitucional


Se funda en el hecho de que el ordenamiento jurídico de un Estado es jerárquico,
encontrándose a la cabeza de él la Constitución Política. Ello significa que toda otra norma
jurídica vigente dentro de ese Estado debe conformarse explícita o implícitamente a dicha
Constitución, subordinación que también rige para todas las autoridades y habitantes de ese
Estado. Por ello es que la Constitución es norma suprema dentro de un Estado.
Se ha discutido quién es el órgano o autoridad encargado de velar porque se respete
dicho principio. En un primer momento se formularon varias alternativas, pero en Estados
Unidos, a partir de 1803, se sentó la doctrina de que le corresponde al Poder Judicial y
específicamente a la Suprema Corte de Justicia la tarea de velar porque se respete el
principio de la Supremacía Constitucional.
67

El Presidente de dicha Corte en aquél año, el juez John Marshall, en el caso Marbury
v/s Madison, señaló en su sentencia dos principios: 1) Era necesario hacer efectiva la
Supremacía Constitucional, lo que implicaba que si existía una norma legal que entrara en
contradicción con lo dispuesto en la Constitución, debía hacerse primar a esta última; y 2)
Que le correspondía al Poder Judicial, representado en este caso por la Suprema Corte, hacer
efectivo el respeto a ese principio, declarando la inconstitucionalidad de una ley que se
opusiera a la Constitución, haciendo imperar para ello el Principio de jerarquía del
ordenamiento jurídico que nos indica que existen normas superiores a las cuales deben
subordinarse las inferiores, principio que corresponde a los jueces declarar.

En la actualidad existen distintos mecanismos destinados a resguardar el Principio de


la Supremacía Constitucional, los cuales actúan a priori (es decir, tratando de prevenir
infracciones a la Constitución) y a posteriori (es decir, una vez que ya se ha cometido tal
atropello).
Dentro de los sistemas preventivos podemos mencionar los siguientes:
a) El juramento o promesa que deben prestar las personas antes de asumir un cargo público
de autoridad de respetar y hacer respetar la Constitución y las leyes.
b) El establecimiento de la nulidad de todo acto o norma en contravención a lo dispuesto en
la Constitución.
c) Las responsabilidades que pesan sobre aquellos que atropellan la Constitución, como la
posibilidad de ser acusados constitucionalmente y destituidos de su cargo, además de las
sanciones penales, administrativas y civiles que pudieran corresponderle.
d) Durante la tramitación de la ley se efectúan estudios para evitar que contenga
disposiciones inconstitucionales (por ejemplo, al interior de la Comisión de Constitución,
Legislación, Justicia y Reglamento que existe en el Senado).
e) El trámite de la toma de razón que se lleva a efecto ante la Contraloría General de la
República y que está destinado a velar por la Constitucionalidad de las normas que emanan
de la Potestad Reglamentaria (Reglamentos, Decretos e Instrucciones).
f) El control de constitucionalidad que en forma obligatoria y/o facultativa realiza el
Tribunal Constitucional respecto de los proyectos de ley, DFL y Tratados antes de que estos
sean promulgados, para evitar que contengan disposiciones opuestas a la Constitución.

Dentro de los sistemas represivos o a posteriori podemos señalar lo siguiente:


En general se trata aquí de declarar la inconstitucionalidad de una norma ya vigente
Normalmente se discuten aquí varios puntos y cada país adopta la solución que
estime más conveniente.
En primer lugar se discute si la inconstitucionalidad se puede declarar respecto de
cualquiera norma jurídica o sólo respecto de las leyes.
En seguida si esa declaración la puede hacer un órgano especializado y autónomo o
bien el Poder Judicial y, tratándose de éste último, si la facultad es entregada a cualquier
tribunal o sólo a la Corte Suprema.
Luego se discute si la declaración de inconstitucionalidad tiene un alcance general y
permanente en términos que la norma objetada ya no puede aplicarse más para ningún caso
o si sólo esa declaración rige para el caso particular y concreto en que se ha solicitado,
continuando la norma vigente para todos los demás casos.
68

Igualmente se analiza si el tribunal puede actuar de oficio en esta labor o sólo a


requerimiento de parte, o en ambas formas. Y por último, si la interposición de la solicitud o
recurso suspende o no la aplicación de la norma objetada mientras se resuelve el tema.
En Chile, la inconstitucionalidad de una ley vigente la puede declarar, como ya se
vio, el Tribunal Constitucional, conociendo de la acción de Inaplicabilidad por
Inconstitucionalidad, la cual sólo tiene un alcance particular para el caso o juicio específico
en que se solicita que no se aplique la norma legal objetada por inconstitucional.
Posteriormente, según se especificó, el mismo Tribunal puede declarar la
inconstitucionalidad con alcance general de esa norma y, en consecuencia, derogarla.

Por otro lado, hay que señalar que en estas materias se habla que existe una
inconstitucionalidad de fondo y otra de forma. La primera se produce cuando existe una
contradicción de fondo o sustancial entre una norma constitucional y una norma legal o
reglamentaria (por ejemplo, si la Constitución garantiza el derecho a la vida y una ley
estimula la práctica del aborto); mientras que la segunda se da cuando ha existido un vicio
en el proceso de formación de la norma que se encuentra estipulado en la misma
Constitución (como sería el caso de una ley que se hubiera aprobado con un quórum menor
al exigido por la Constitución).
Asimismo cabe señalar que existen, desde otro punto de vista, tres tipos de control de
constitucionalidad
a) Uno de carácter político que se lleva a cabo por las propias Cámaras en el proceso de
formación de la ley y que está destinado a evitar la aprobación de proyectos que contengan
normas inconstitucionales.
b) Uno jurisdiccional que se entrega a los tribunales de justicia, en especial a la Corte
Suprema.
c) Uno mixto, entregado a órganos autónomos de rango constitucional, cuya composición
tiene un origen mixto, como por ejemplo el Tribunal Constitucional, cuyos miembros son
designados por las otras autoridades del Estado.

II Principio del reconocimiento y respeto de los derechos y garantías


constitucionales de las personas

Generalmente se usan como sinónimos las palabras derechos y garantías pero en


realidad son distintos. Por derecho debemos entender las facultades que la Constitución
reconoce y ampara a cada una de las personas que integran el Estado y que las habilita para
realizar determinadas acciones (ejemplo, derecho de propiedad, de reunión, de asociación,
libertad de prensa, derecho a la vida, etc.). Por garantías en cambio debemos entender los
mecanismos destinados a proteger el legítimo ejercicio de los derechos reconocidos a las
personas (ejemplo, el recurso de amparo o habeas corpus que cautela la libertad personal y
la seguridad individual frente a privaciones de libertad ilegales o el recurso de protección
que cautela el legítimo ejercicio de una serie de derechos frente a acciones u omisiones
arbitrarias o ilegales que puedan amenazarlos, perturbarlos o privarlos en su ejercicio)
El reconocimiento de los derechos y garantías a nivel constitucional ha tenido una
evolución. En una primera etapa (comienzos del siglo XIX) sólo se reconocían los de
naturaleza personal o individual, tales como el derecho a la vida, la libertad personal o el
derecho de propiedad. Luego, después de la primera guerra mundial se comenzaron a
establecer los derechos económico-sociales (derecho a la salud, al trabajo, a la previsión,
69

etc.). En seguida, después de la Segunda Guerra Mundial los derechos pasan a ser
reconocidos a nivel universal mediante la suscripción de documentos o pactos o
declaraciones que los enunciaron (Declaración Universal de los Derechos Humanos de las
NU de 1948, Pacto de Derechos Civiles y Políticos de las NU de 1966, Pacto de San
José‚ de Costa Rica de 1969, etc.).

III Principio de la separación de funciones (o Poderes)

Ya fue analizado en el transcurso del curso y por lo tanto sólo cabe mencionarlo. En
todo caso, a título ilustrativo, debe tenerse presente que según el artículo 16 de la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 "Toda sociedad en la
cual la garantía de los derechos no está asegurada, ni la separación de los poderes
determinada, carece de Constitución".

IV Titularidad del Poder Constituyente en el pueblo o la nación.

El Poder Constituyente se define como aquel que tiene capacidad o facultad para
establecer o dictar la Constitución, pudiendo definirse también como la facultad que procede
reconocer a todo cuerpo político de establecer, con autonomía decisiva y de contenido, su
propia Ley Fundamental.
Normalmente existen dos casos en que procede establecer una nueva Constitución:
Cuando se produce el nacimiento de un nuevo Estado y cuando se ha producido un quiebre
del orden jurídico vigente, derrumbándose el régimen político que él establece.
En la antigüedad no estaba claramente determinado quién era el titular de ese
Poder Constituyente, pero desde la revolución francesa, la Constitución norteamericana y la
experiencia política inglesa del siglo XVII se ha decantado que ese poder radica en el pueblo
o nación.
Para los efectos de que el pueblo pueda realmente ejercer ese Poder se barajan dos
fórmulas: que el detentador del poder elabore un texto constitucional y éste sea sometido a
una aprobación plebiscitaria por el pueblo o bien que el pueblo elija a un conjunto de
personas encargadas de redactar y aprobar una Constitución mediante la conformación de
una llamada Asamblea Constituyente.
El Poder Constituyente es de dos clases. El originario que está destinado a
establecer la Constitución y el derivado que es el destinado a modificar la Constitución
vigente.
El Poder Constituyente Originario es un poder meta jurídico porque en principio
no está sometido a ninguna norma y no tiene límites. Empero se han establecido ciertas
restricciones para su ejercicio. En primer lugar debe reconocer y garantizar los derechos
fundamentales de la persona humana. En seguida debe atenerse a los límites territoriales del
Estado y a las normas que regulan la convivencia entre éstos. Por último, no puede renegar
de su titularidad traspasándola a una persona u órgano determinado.
El Poder Constituyente Derivado también tiene limitaciones. Por de pronto, debe
atenerse al procedimiento de reforma que la propia Constitución fija respecto de ella misma,
debiendo cumplirse con los requisitos, el procedimiento y los quórum que ella exige para su
reforma. Igualmente, las reformas deberían respetar el espíritu general y los grandes
principios que informan todo el orden constitucional vigente.
70

EVOLUCION DEL CONSTITUCIONALISMO


Luego de la Primera Guerra mundial se aprecian importantes cambios en las
Constituciones Políticas que pueden resumirse en los siguientes:
a) Vigorización de las facultades del Poder Ejecutivo, lo que se aprecia en la facultad de
dictar DFL, participación en el proceso de formación de la ley, atribuciones para decretar
estados de excepción constitucional, etc.
b) Incorporación a las Constituciones de derechos económico-sociales.
c) Ampliación del cuerpo electoral, rebajando los requisitos exigidos para sufragar.
d) Reconocimiento a nivel legal de los partidos políticos.
e) Mayor coordinación entre los Poderes del Estado.
Luego de la segunda guerra mundial viene una nueva ola de cambios en las
Constituciones, a saber:
a) Continúa la tendencia de vigorizar las facultades del Poder Ejecutivo, esta vez
otorgándole Potestad Reglamentaria.
b) Se pasan a reconocer los derechos humanos a nivel universal.
c) El sufragio se vuelve universal, al rebajarse al mínimo los requisitos para ejercerlo.
d) Hay un reconocimiento a nivel constitucional de los partidos políticos.
e) Aparecen nuevos órganos de autoridad de rango constitucional como los Tribunales
Constitucionales, los Bancos Centrales, las Controlarías, la justicia electoral, etc.
f) Aparecen manifestaciones de regionalismo y de descentralización del poder o la
administración.

TIPOLOGIA CONSTITUCIONAL
Existen dos tipologías importantes de destacar.
La de Manuel García-Pelayo que distingue entre Constituciones racional-
normativas, Constituciones histórico-tradicionales, y Constituciones sociológicas. Las
primeras son aquellas que establecen un conjunto de normas racionalmente elaboradas y que
pretenden orientar las conductas de las personas hacia la consecución de determinados fines
predeterminados. Las segundas son aquellas cuyas normas se fundan en las tradiciones y
costumbres políticas de un pueblo, no innovando en la materia. Las terceras se limitan a ser
una especie de fotografía de la situación política presente de un pueblo, recogiendo en sus
normas tal realidad.
La de Karl Loewenstein, que señala que existen Constituciones Normativas,
Nominales y Semánticas. Las primeras son aquellas cuyas disposiciones se aplican y se
cumplen efectivamente tanto por autoridades como por las personas. Las segundas son
aquellas en que algunas de sus disposiciones no se cumplen porque existe una falta de
desarrollo cívico en el pueblo o porque la norma establece preceptos que no se condicen con
la realidad política de la sociedad. Las terceras son aquellas cuyas disposiciones se cumplen
efectivamente pero que sólo tienen el nombre de Constitución, porque el contenido de esas
disposiciones no se ajusta a los principios del constitucionalismo. Son propias de los
regímenes autocráticos.

SITUACIONES DE ANORMALIDAD CONSTITUCIONAL


Lo normal es que el ordenamiento institucional consagrado en la Constitución
Política se imponga a gobernantes y gobernados y no sufra quebrantos o rupturas. Esta
estabilidad institucional no se opone a la necesaria evolución que progresivamente debe ir
71

experimentando la normativa fundamental del Estado para irse adaptando a las nuevas
circunstancias sociales.
Existen empero ciertas situaciones en que realmente y de hecho se produce una
perturbación o se destruye la normalidad constitucional, entendida como la plena vigencia
de ella en un marco de paz y tranquilidad sociales.
En este sentido hay dos grandes grupos de situaciones de anormalidad
constitucional: las situaciones de emergencia y los casos críticos.

A) Emergencias constitucionales o regímenes de excepción constitucional


Se trata de situaciones anormales que experimenta el país y que se encuentran
previstas en la misma Constitución y que implican dotar transitoriamente a la autoridad
política o gobierno de mayores atribuciones que las que ordinariamente tiene en virtud de la
Constitución, para hacer frente de una manera efectiva a la amenaza o anormalidad que vive
el país.
Ejemplos de estas emergencias constitucionales previstas en Constituciones
Políticas son:
- Estado de Sitio, ante graves conmociones sociales, que autoriza para suspender o restringir
el ejercicio de ciertos derechos constitucionales (reunión, opinión e información,
movilización, etc.)
- Estado de Asamblea, en caso de guerra externa, autoriza para suspender o restringir el
ejercicio de ciertos derechos, entran a funcionar los tribunales militares de guerra y se
pueden requisar bienes.
- Facultades especiales, que en casos de desórdenes sociales graves autorizan al Presidente
para restringir la libertad de movilización, el derecho de reunión y la libertad de prensa hasta
por un plazo de 6 meses.
- Guerra, que la declara el Presidente, previa autorización por ley y provoca la aplicación de
la ley marcial.
- El 2% constitucional o decreto de emergencia económica, que autoriza al Presidente, en
caso de grave emergencia que viva el país, a decretar pagos no autorizados por ley hasta por
un monto del 2% del total de gastos que autoriza la ley de presupuestos para un año fiscal.
- Estado de Calamidad, en caso de catástrofe, que autoriza al Presidente para suspender o
restringir ciertos derechos y requisar bienes.

B) Casos críticos
Se trata de situaciones más graves que las anteriores y que no están ni pueden estar
previstas o contempladas en la Constitución porque siempre implican una ruptura de la
legalidad vigente.
Entre las causas de los casos críticos pueden encontrarse el incumplimiento del
ordenamiento jurídico por las autoridades, caducidad de ese ordenamiento por apartarse del
sentir ciudadano, presión de un grupo poderoso, ambición de un líder, etc.
Se acostumbra a englobar todas las situaciones de casos críticos (insurrecciones,
rebeliones, sediciones, revoluciones, etc.) en dos grandes tipos: golpe de Estado y
revolución.
El golpe de Estado se produce cuando una autoridad se separa del ordenamiento
legal que la rige y asume un poder que el ordenamiento jurídico no le otorgaba. Muchas
veces se reduce a una simple sustitución de gobernantes y los cambios sólo se circunscriben
al ordenamiento jurídico-institucional.
72

La revolución, en cambio, se vincula a una transformación más profunda puesto


que abarca no sólo un cambio de gobierno, sino que la transformación del ordenamiento
jurídico-institucional y de las estructuras sociales y económicas.
En ambas situaciones está claro que la Constitución hasta ese entonces vigente es
atropellada, de modo tal que por definición un caso critico es ilegal. Sin embargo el
problema real pasa por la legitimidad o ilegitimidad que tiene la revolución frente al pueblo.
El ordenamiento vigente goza de una presunción de legitimidad, de justicia y de
adecuación al Bien Común, de modo tal que en los casos críticos habrá que analizar si existe
una justificación ética legítima que funde la acción contraria a ese ordenamiento y esa
justificación es de suyo meta o extra jurídica.

En torno a este problema se ha desarrollado el tema del derecho a rebelión o


derecho de resistencia a la opresión.
Tal vez uno de los autores que desarrolló con mayor prolijidad el derecho de
rebelión fue Santo Tomás de Aquino. El señaló que para que procediera debería concurrir un
conjunto de circunstancias severas: sólo procede contra tiranía insoportable, cuando no hay
autoridad superior a quien recurrir, cuando se han agotado previamente los métodos no
violentos de resistencia, y siempre que la rebelión presente probabilidades razonables de
éxito, emplee medios lícitos y proporcionados, no acarree males mayores que los que se
trata de evitar y participe de ella el pueblo todo.
Más adelante, Locke también trató este tema, aunque de manera mucho más
simplificada, señalando que el pueblo tenía derecho a derrocar a aquella autoridad que
conculcara sus derechos, porque el objeto esencial de ella era salvaguardar y proteger esos
derechos.
En consecuencia el derecho de rebelión no tiene por objeto la fundación de un
nuevo régimen, sino más bien evitar que se sigan conculcando los derechos de las personas
y restablecer un gobierno orientado al Bien Común.
Por último, debe señalarse que ante la ocurrencia de un caso crítico surge en
relación al gobierno que se origina a partir de él, que es de hecho o de facto, el problema de
su transformación en un gobierno de derecho legitimado explícitamente. Para ello
normalmente esos gobiernos comienzan a legislar mediante Decretos Leyes y tratan de
avanzar en la elaboración de una nueva institucionalidad que en algún momento someten a
consideración del pueblo para que éste la respalde y así legitime y transforme al gobierno en
uno de derecho. Paralelamente, ante la comunidad internacional, el gobierno de hecho trata
de obtener reconocimiento de los otros Estados y gobiernos.
Una vez recuperada la normalidad jurídica, es decir el Estado de Derecho, la
solución más aceptada respecto de los DL dictados bajo el gobierno de hecho es seguir
reconociéndolos como leyes hasta que progresivamente vayan siendo derogados por las
nuevas leyes elaboradas ahora por el Congreso. La solución contraria, que sería negar todo
valor a los DL, no se considera conveniente porque generaría una gran inseguridad y falta
de certeza jurídica y además se presentaría el problema de los derechos adquiridos bajo la
vigencia de los DL.
73

GUIA Nº9: FUENTES DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

Podemos entender por fuentes (formales) del Derecho Constitucional


a las formas o manifestaciones a través de las cuales se expresa o está
contenido el Derecho Constitucional.
Se pueden clasificar en directas o inmediatas, que responden a
diversas clases de normas jurídicas a través de las cuales se manifiesta o se
plasma el Derecho Constitucional; y en indirectas o mediatas, que más bien
apuntan a aclarar o determinar el Derecho Constitucional vigente.
La importancia de estudiar este capítulo radica en el hecho de que
para la adecuada interpretación de un determinado precepto constitucional,
sobre todo desde un punto de vista lógico y sistemático, resulta fundamental
recurrir en muchas ocasiones a las diversas fuentes que conforman el
derecho constitucional y que de manera directa o indirecta contribuyen a
precisar el sentido y alcance de la norma que merece dudas.

Las fuentes directas del Derecho Constitucional chileno son las


siguientes:
1.- La Constitución Política de 1980 y sus leyes interpretativas.
2.- Las Leyes complementarias de la Constitución de 1980, dentro de las
cuales se distinguen
a) Las Leyes Orgánicas Constitucionales.
b) Las Leyes de quórum Calificado.
c) Las leyes ordinarias o comunes. Cabe aquí hacer referencia también a los
DFL, a los DL y a los Tratados Internacionales, que se asimilan en cuanto a
su rango a una ley común.
d) Las leyes especiales sobre Amnistía e Indulto General a condenados por
delitos terroristas.
3.- Los Reglamentos, Decretos, Resoluciones e Instrucciones emanados del
Presidente de la República y demás autoridades del Poder Ejecutivo dotadas
de Potestad Reglamentaria.
4.- Los Reglamentos internos del Senado y de la Cámara de Diputados
5.- Los Autos Acordados de la Corte Suprema, el Tribunal Constitucional, el
Tribunal Calificador de Elecciones y los Tribunales Electorales Regionales.
6.- El Reglamento interno del Consejo de Seguridad Nacional.

Las fuentes indirectas o mediatas del Derecho Constitucional chileno


son:
1.- La costumbre y prácticas políticas.
2.- La jurisprudencia de los Tribunales superiores de justicia, del Tribunal
Constitucional, del Tribunal Calificador de Elecciones y de los Tribunales
Electorales Regionales.
3.- La opinión de los tratadistas y la doctrina en general.
4.- Los dictámenes de la Contraloría General de la República y los informes
de otros órganos administrativos, consultivos o fiscalizadores.
También se consideran por algunos como fuentes del derecho
constitucional ciertas acciones que desarrollan los grupos de presión y, en
74

general, las fuerzas políticas. Asimismo se considera fuente del Derecho


Constitucional chileno la historia fidedigna del establecimiento de la
Constitución de 1980, que reviste especial trascendencia en este caso si se
considera el extenso proceso previo de discusión que tuvo la actual Carta
Fundamental y que se encuentra contenido en las Actas de las sesiones
celebradas por la Comisión de Estudios para la Nueva Constitución, también
conocida como "Comisión Ortúzar", así como en las actas de sesiones del
Consejo de Estado, que revisó el anteproyecto de la Comisión Ortúzar.
A continuación se analizarán cada una de estas fuentes directas e
indirectas en particular.

I FUENTES DIRECTAS

1.-La Constitución y sus leyes interpretativas.


No corresponde analizar aquí qué es una Constitución Política por
tratarse de una materia de Derecho Político. Tampoco resulta pertinente en
esta parte analizar el contenido de nuestra Constitución Política de 1980
toda vez que ello forma parte del desarrollo del curso pertinente.
Si interesa destacar que por tener nuestro país una Constitución escrita
ella constituye la fuente directa más importante y sustancial de nuestro
Derecho Constitucional.
En lo que respecta a las leyes interpretativas de la Constitución cabe
señalar que la Constitución de 1833 las contemplaba expresamente, mientras
que la Carta de 1925 no hizo referencia alguna a su existencia. A pesar de
ello, de hecho bajo su vigencia se dictaron numerosas leyes interpretativas
tales como la Nº 6.922 acerca de que debía entenderse por "funciones o
comisiones de la misma naturaleza" en relación con las inhabilidades
parlamentarias y la Nº 9.629 sobre remuneraciones de los parlamentarios,
las cuales se tramitaron y despacharon siguiendo el mismo procedimiento y
quórum de aprobación establecidos para las leyes ordinarias o comunes,
adoptándose una práctica que no estaba exenta de riesgos para los efectos de
una adecuada vigencia del principio de la supremacía constitucional.
La Constitución de 1980, por su lado, contempló en su artículo 66
inciso 1º la existencia de estas leyes interpretativas al establecer que "las
normas legales que interpreten preceptos constitucionales necesitarán, para
su aprobación, modificación o derogación, de las tres quintas partes de los
diputados y senadores en ejercicio". Por su lado, el artículo 93 Nº1 señala
que es atribución del Tribunal Constitucional "ejercer el control de
constitucionalidad... de las leyes que interpreten algún precepto de la
Constitución".
Estas leyes interpretativas no modifican la letra o texto de la
Constitución, sino que tienen por objeto precisar o aclarar el sentido y
alcance de una norma o expresión de la Carta Fundamental. Podrían
definirse como aquellas que tienen por objeto explícito e intencional
esclarecer o precisar un determinado precepto del ordenamiento
constitucional en vigencia que pudiera prestarse a comprensiones diversas,
según el profesor Alejandro Silva Bascuñán. Asimismo, cabe señalar que
75

este tipo de normas, dada su calidad de interpretativas, se rigen, aparte de lo


que respecto a ellas establece la Carta Fundamental y en lo que no sea
contrario a ella misma, por el artículo 9 inciso segundo del Código Civil,
que se refiere a las leyes que se limiten a declarar el sentido de otras leyes,
estimándolas incorporadas a éstas, sin perjuicio de no afectar en manera
alguna los efectos de las sentencias judiciales ejecutoriadas en el tiempo
intermedio.
De acuerdo a lo anterior, puede concluirse que las leyes interpretativas
de la Constitución, desde el momento que entran en vigencia, operan con
una especie de efecto retroactivo, retrotrayéndose en sus efectos al momento
de entrada en vigencia de la norma interpretada. Todo ello sin perjuicio,
como lo establece la citada disposición del Código Civil, de los efectos de
las sentencias judiciales ejecutoriadas dictadas en el tiempo intermedio,
puesto que ellas han producido el efecto de cosa juzgada.
Pero lo anterior no acabaría allí puesto que según varios autores debe
entenderse, como ocurre con todas las leyes interpretativas, que una vez
dictadas pasan a formar parte del texto constitucional como un todo
indivisible y que por lo tanto en caso de pretender modificarlas o derogarlas
debería estarse a los quórum exigidos para una reforma constitucional en la
materia sobre la que recae la ley interpretativa. Esta postura tiene un efecto
práctico importante. Si bien el quórum común de reforma constitucional es
igual al exigido para aprobar, modificar o derogar una ley interpretativa de
la Constitución (3/5 de los diputados y senadores en ejercicio), no ocurre lo
mismo con las normas contenidas en los Capítulos I, III, VII, X, XI y XIV
de la Constitución, para cuya alteración se exige un quórum de los 2/3 de los
diputados y senadores en ejercicio. Luego, en caso de que una ley
interpretativa tuviese relación con, por ejemplo, una norma constitucional
contenida en el Capítulo III (derechos y deberes constitucionales) cabrían
dos posiciones en cuanto a su modificación o derogación. Según la
literalidad del citado artículo 66 bastaría un quórum de los 3/5 de los
diputados y senadores en ejercicio para tales efectos. En cambio, de acuerdo
al otro criterio expuesto, por estimarse incorporada la ley interpretativa al
texto constitucional, se requeriría, en el caso propuesto, un quórum de 2/3 de
los diputados y senadores en ejercicio para modificarlas o derogarlas.
Por otro lado, resulta interesante destacar la exigencia constitucional
de someter a un control obligatorio de constitucionalidad por parte del
Tribunal Constitucional a tales leyes interpretativas, puesto que se establece
así un eficaz mecanismo para evitar que por la vía de la interpretación
termine modificándose, en definitiva, el texto constitucional, por un
procedimiento que no es el establecido en la Carta Fundamental.
En conclusión, podemos señalar que las características de las leyes
interpretativas de la Constitución son las siguientes:
a) Requieren de un quórum de los 3/5 de los diputados y senadores en
ejercicio para su aprobación, modificación o derogación. Esto, a menos que
se acepte la otra postura enunciada respecto del mayor quórum que
requerirían para ser modificadas o derogadas si recaen sobre una norma
constitucional contenida en los Capítulos enunciados.
76

b) Se encuentran sometidas a un control previo y obligatorio de


constitucionalidad por el Tribunal Constitucional.
c) Sólo se dictan cuando el legislador así lo estima conveniente, aun cuando
normalmente ello pueda terminar por contradecir la jurisprudencia
interpretativa que se ha venido estableciendo por algún órgano jurisdiccional
respecto de la norma objeto de interpretación. Habrán aquí razones prácticas
o de interés no susceptibles de determinar de antemano que expliquen el por
qué el legislador podría optar por dar un sentido interpretativo distinto a la
norma cuestionada.
d) No pueden ser objeto de delegación legislativa por parte del Congreso. La
razón es que se ha establecido que estas leyes siguen en todo a las Orgánicas
Constitucionales y la potestad para dictar éstas no puede delegarse al
Presidente de la República. (Art. 64 inciso 2º).
Algunos ejemplos de las escasas leyes interpretativas de la
Constitución dictadas bajo su vigencia son la Nº 18.152 (2-8-82) en relación
con el derecho de propiedad, que generó amplia polémica por haberse
referido al tema de las pensiones y señalar que la garantía constitucional del
derecho de propiedad abarcaba solamente el otorgamiento del respectivo
beneficio previsional y el monto global que éste hubiera alcanzado, pero que
no se extendía a los sistemas de actualización, reajustabilidad, reliquidación
u otra forma de incremento, los que estimó eran una mera expectativa y no
un derecho adquirido. También pueden mencionarse la ley 18.799 del 26-5-
89 que interpretó las disposiciones transitorias 21 y 29 de la Constitución y
la ley 19.174 del 12-11-92 que interpretó la disposición 33 transitoria de la
Constitución.

2.- Las Leyes Complementarias de la Constitución


Podemos conceptualizarlas como aquellas que desarrollan y
complementan el texto constitucional y materializan las disposiciones
programáticas de la Carta Fundamental (estas últimas son aquellas normas
constitucionales que tienen un carácter declarativo, expresión de propósitos
del constituyente, y que requieren necesariamente de la dictación de
legislación complementaria para alcanzar una efectiva aplicación).
La Constitución de 1980 adoptó, como criterio novedoso respecto de
nuestros ordenamientos constitucionales precedentes, el esquema
consagrado primero en la Constitución francesa de 1958 y luego en la
española de 1978 de distinguir entre diversos tipos o clases de leyes, a las
que dio una diferenciación basada fundamentalmente en el quórum de
aprobación, modificación y derogación de cada una de ellas.
Así, el artículo 66 de la Constitución distingue, aparte de las ya
tratadas leyes interpretativas, entre leyes orgánicas constitucionales, leyes de
quórum calificado y leyes ordinarias o comunes, en ese mismo orden.

2. a.- Las Leyes Orgánicas Constitucionales


La existencia de estas leyes es una novedad de la Constitución de
1980, según el símil francés seguido por ésta, de acuerdo a lo antedicho.
Las características de estas leyes son las siguientes:
77

a) Requieren para su aprobación, modificación o derogación de un quórum


de los cuatro séptimos de los diputados y senadores en ejercicio.
b) Están sometidas a un control previo y obligatorio de constitucionalidad
por parte del Tribunal Constitucional.
c) Las materias objeto de leyes orgánicas constitucionales están
taxativamente contempladas en la Constitución.
d) Tales materias no pueden ser objeto de delegación de facultades
legislativas, esto es, sólo pueden ser aprobadas por el Congreso.
e) La Ley Orgánica de Organización y Atribuciones de los Tribunales de
Justicia requiere para, los efectos de su modificación, que se escuche
previamente la opinión de la Corte Suprema, aún cuando el parecer de ésta
no es obligatorio para el Congreso.
Las Leyes Orgánicas que se han dictado hasta el presente son las
siguientes:
LOC del Tribunal Constitucional, Nº17.997, del 19-5-81
LOC de Concesiones Mineras, Nº18.097 del 21-1-82
LOC de Estados de Excepción Constitucional, Nº18.415, del 14-6-85
LOC del Tribunal Calificador de Elecciones, Nº18.460, del 15-11-85
LOC de Inscripciones Electorales y Servicio Electoral, Nº18.556, del
1-10-86
LOC sobre planta del Servicio Electoral, Nº18.583 del 13-11-86
LOC sobre Bases Generales de la Administración del Estado,
Nº18.575, del 5-12-86
LOC de Partidos Políticos, Nº18.603, del 23-3-87
LOC de Municipalidades, Nº18.695, de 31-3-88
LOC de Votaciones Populares y Escrutinios, Nº18.700, del 6-5-88
LOC de Consejos Regionales de Desarrollo, reemplazada por la LOC
de Gobierno y Administración Regional, Nº19.175, del 11-11-92.
LOC del Banco Central, Nº18.840, del 10-10-89
LOC del Congreso Nacional, Nº18.918, del 5-2-90
LOC de las Fuerzas Armadas, Nº18.948, del 27-2-90
LOC de Carabineros, Nº18.961, del 7-3-90
LOC de Enseñanza, Nº18.962, del 10-3-90
LOC sobre recurso de amparo económico, Nº18.971 del 10-3-90
LOC sobre Ministerio Público, N°19.640 del 15-10-99
Como se aprecia de la enumeración anterior, el criterio del
Constituyente para determinar las materias objeto de Leyes Orgánicas fue el
de que los órganos fundamentales del Estado encontraran su regulación no
sólo en la Carta Fundamental -que por sus características no debe tener una
extensión demasiado grande- sino que también en un texto legal
complementario de la Constitución, que está revestido de especiales
características que lo distingan de una ley común y le otorguen mayor
solemnidad y estabilidad en el tiempo. Asimismo, ciertas materias que se
consideraron de trascendencia nacional (educación, elecciones, estados de
excepción, etc.) también se estimó del caso otorgarles este tratamiento
especial en su complementación legislativa, por la naturaleza de los valores
que están involucrados en ellas.
78

Restan por dictarse la LOC de la Contraloría General de la República


y la LOC de Organización y Atribuciones del Poder Judicial. Sin embargo
esta circunstancia no significa que en dichas materias no exista legislación
que las regule, puesto que de acuerdo a la disposición cuarta transitoria de la
Constitución "Se entenderá que las leyes actualmente en vigor sobre
materias que conforme a esta Constitución deben ser objeto de leyes
orgánicas constitucionales o aprobadas con quórum calificado, cumplen
estos requisitos y seguirán aplicándose en lo que no sean contrarias a la
Constitución, mientras no se dicten los correspondientes cuerpos legales".

En consecuencia, la Contraloría se rige actualmente por su Ley Orgánica,


que corresponde a la Nº 10.336 del 29-5-52 y los Tribunales de Justicia
fundamentalmente, aunque no de manera excluyente, por el Código
Orgánico de Tribunales, cuerpos legales que no obstante haberse
promulgado como leyes simples hoy tienen rango de Ley Orgánica - en
aquellos de sus artículos que se refieren a materias que según la
Constitución deben ser objeto de LOC- en virtud de la citada disposición
transitoria.

2. b.- Las Leyes de Quórum Calificado


Su existencia en la Constitución actual obedece a la razón ya expuesta
respecto de las LOC.
Sus características son las siguientes:
a) Para ser aprobadas, modificadas o derogadas necesitan de un quórum de
la mayoría absoluta de los diputados y senadores en ejercicio.
b) No requieren de un control previo y obligatorio de constitucionalidad.
c) Las materias objeto de Leyes de Quórum Calificado están taxativamente
contempladas en la Constitución.
d) No son susceptibles de delegación legislativa, al igual como acontece con
las Leyes Orgánicas
Algunos ejemplos de materias u órganos que deben ser reguladas por
una de estas leyes son las siguientes: las conductas terroristas y su penalidad
(Ley Nº18.314 del 17-5-84); la que establezca los delitos y abusos que se
puedan cometer en el ejercicio de las libertades de opinión y de información
(ley 19.733 del 2001 en la parte pertinente); la que establece la organización
y atribuciones del Consejo Nacional de Televisión (Ley Nº 18.838, del 30-9-
89); las que regulen el ejercicio del derecho a la seguridad social; las que
autoricen al Estado o a sus organismos a desarrollar actividades
empresariales o a participar en ellas; las que establezcan limitaciones o
requisitos para la adquisición del dominio de algunos bienes, etc.
Debe recordarse también en relación a estas leyes la vigencia de la
disposición cuarta transitoria de la Constitución ya citada, puesto que
existen varias materias donde todavía no se han dictado las correspondientes
leyes de Quórum Calificado.
2. c.- Las Leyes simples o comunes. Los DFL, los DL y los tratados
internacionales.
79

No todas las leyes comunes o simples son fuentes del derecho


constitucional. Lo son solamente aquellas que de manera directa
complementan alguna disposición constitucional por disposición expresa de
ella misma. Existen numerosos artículos de la Constitución que se remiten a
la ley para los efectos de su implementación, en términos tales que sin la
dictación de esa correspondiente legislación quedarían en calidad de meras
normas programáticas. Algunos casos son la ley 19.300 del 9-3-94 sobre
Bases del Medio Ambiente o la ley 18.826 del 15-9-89 que derogó el aborto
terapéutico.
Las leyes comunes o simples requieren para ser aprobadas,
modificadas o derogadas de la mayoría de los miembros presentes de cada
Cámara, según lo dispone el artículo 66. Las materias objeto de ley se
encuentran taxativamente enumeradas en el artículo 63 de la Constitución.
Los aspectos específicos que dicen relación con este tipo de leyes se verán
en el capítulo del Congreso Nacional.
Tienen el mismo rango o valor de las leyes comunes o simples como
se dijo los DFL, los DL y los tratados internacionales.
Respecto de los primeros, debe recordarse aquí que se trata de normas
que dicta el Presidente de la República previa delegación de sus facultades
legislativas que le efectúa el Congreso mediante una ley delegatoria. En la
medida que complementan disposiciones constitucionales se constituyen en
fuentes del Derecho Constitucional.
Respecto de los DL son normas dictadas por los gobiernos de facto y
son el medio a través del cual en Chile éstos han legislado. Interesan como
fuentes del Derecho Constitucional aquellos dictados entre el 11 de
septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1981. En la medida que esos DL
regulen materias que de acuerdo a la Constitución son objeto de ley y estas
no se hayan dictado aún, siguen vigentes en lo que no se opongan a la Carta
Fundamental. Y si esos DL dicen relación con disposiciones
constitucionales que según la misma Carta deben ser complementadas por
ley, indudablemente esos DL son fuentes del Derecho Constitucional
chileno (ejemplo, el DL 2.186 del 9-6-78 sobre procedimiento de
expropiaciones, que son normas que vienen a implementar directamente
preceptos constitucionales).
En cuanto a los tratados internacionales, en el derecho nacional se les
otorga el rango de ley orgánica constitucional, de quórum calificado o
común según la materia a que se refieran. Los tratados internacionales son
fuente del derecho constitucional en cuanto, al igual que las leyes,
complementan una disposición de la Constitución o establecen derechos y
garantías fundamentales de las personas. Todos los tratados que se refieran a
derechos humanos ratificados por Chile y que se encuentren vigentes son
necesariamente fuente directa del Derecho Constitucional chileno.

2. d. - Las leyes especiales sobre amnistía e indulto general a


condenados por delitos terroristas.
Como consecuencia de la reforma constitucional de 1 de abril de 1991
se abrió la posibilidad de amnistiar e indultar de manera general por ley a
80

los condenados por delitos terroristas, puesto que originalmente esto no era
admitido por la Constitución de 1980. Sin embargo, dado que se trata de un
tipo especial de delitos que la Constitución desea que se sancionen de
manera más drástica, las leyes que amnistíen o indulten de manera general
esos delitos requieren de un quórum especial de los dos tercios de los
diputados y senadores en ejercicio. Dichas leyes en cuanto se dicten y en la
medida que implican la aplicación de una norma constitucional, son fuentes
del derecho constitucional, no obstante que hasta el presente todavía no se
ha hecho uso de esa facultad.

3.- Los Reglamentos, Decretos, Instrucciones y Resoluciones


emanadas del Presidente de la República y demás autoridades del
Poder Ejecutivo dotadas de potestad reglamentaria.
En la medida que estas normas jurídicas ponen en ejecución
disposiciones constitucionales de manera directa o, en su caso, leyes que a
su vez son complementarias de la Constitución, se constituyen en fuentes
del Derecho Constitucional. Especial relevancia en este sentido tienen las
normas emanadas de la potestad reglamentaria autónoma que consagra la
Carta del '80 puesto que ella faculta al Presidente de la República para dictar
normas en materias que no son propias de ley y que puede constituirse en
una herramienta eficaz para que éste busque la plena aplicación de aquellas
normas constitucionales que juzgue necesiten ser más adecuadamente
implementadas. Además, la Constitución autoriza en ciertos casos a que
determinadas materias se regulen complementariamente por disposiciones
emanadas de la autoridad ejecutiva, como por ejemplo en el art. 19 Nº 6
cuando habla de "leyes y ordenanzas" que fijen las condiciones de higiene
y seguridad de los templos y sus dependencias; o, en el caso del 19 Nº 13
que en relación con las reuniones en lugares de uso público establece que se
regirán por las "disposiciones generales de policía" y que, en los hechos,
se traduce en que tales reuniones se encuentran sometidas a lo dispuesto en
un Decreto Supremo emanado del Ministerio del Interior que data de 1983.

4.- Los Reglamentos internos de la Cámara de Diputados y del


Senado.
En virtud del artículo 56 inciso 2º de la Constitución "Cada una de las
Cámaras establecerá en su propio reglamento la clausura del debate por
simple mayoría". De dicha disposición constitucional emana el fundamento
para que cada Corporación del Congreso pueda dictar su propio Reglamento
interno, los cuales se acuerdan por la mayoría de sus integrantes y pasan a
constituirse en normas obligatorias para los parlamentarios. En esos
Reglamentos se regulan variados aspectos, pero todos ellos apuntan a dar
plena aplicación a las normas constitucionales respectivas y a la Ley
Orgánica Constitucional del Congreso y en ese mismo sentido son
indudablemente fuentes de nuestro Derecho Constitucional. La Cámara de
Diputados publicó su Reglamento en el D.O. el 20-5-94, en tanto que el del
Senado se publicó en el D.O. del 20-4-93.
81

5.- Los Autos Acordados de la Corte Suprema, del Tribunal


Constitucional, del Tribunal Calificador de Elecciones y de los
Tribunales Electorales Regionales.
Los Autos Acordados son normas emanadas de tribunales superiores
de justicia que tienen un carácter obligatorio y general, debiendo publicarse
por esa misma razón en el Diario Oficial. Se dictan en ejercicio de las
facultades económicas que poseen dichos tribunales. Su objeto es
normalmente establecer normas destinadas a una mejor aplicación de las
disposiciones relativas a procedimientos judiciales, no obstante que en otros
casos estas normas se dictan para regular aspectos tales como
funcionamiento de los tribunales u otros similares. En definitiva vienen a
constituir la manifestación de una especie de potestad reglamentaria de que
estarían dotados los tribunales de mayor jerarquía o de rango constitucional.
En relación a los emanados de la Corte Suprema hay varios que
tienen una relación directa con normas de la Constitución, puesto que
apuntan a resolver las dudas de aplicación procedimental de importantes
preceptos de ésta. Así pueden citarse, entre otros, los Autos Acordados
sobre tramitación de los Recursos de Amparo y de Protección y el relativo a
la tramitación de la solicitud de indemnización por error judicial que
consagra la Constitución en el artículo 19 Nº7 letra i). Respecto de los del
Tribunal Constitucional, todos ellos son fuentes del Derecho Constitucional
puesto que forman parte de la plena vigencia y funcionamiento de dicho
importante órgano jurisdiccional de rango constitucional. Hasta el presente
el Tribunal Constitucional ha dictado Autos Acordados relativos a
procedimiento, funcionamiento, integración y honorarios de su personal. En
cuanto a los emanados del TRICEL también todos ellos son fuente del
Derecho Constitucional por la misma razón anterior y de ellos puede
destacarse el relativo a procedimiento. Finalmente los Tribunales Electorales
Regionales tienen igualmente esta facultad de dictar Autos Acordados, los
que se constituyen en fuentes del Derecho Constitucional en la medida que
dan plena aplicación a lo dispuesto en la Constitución y en la ley
complementaria de ésta que regula a esos órganos jurisdiccionales.

6.- El Reglamento Interno del Consejo de Seguridad Nacional.


En virtud del artículo 107 inciso final de la Constitución, el COSENA
se encuentra autorizado para dictar su propio Reglamento Interno, el cual
reviste particular importancia puesto que se constituye en la única norma
que regula a ese órgano, aparte de la propia Carta Fundamental que lo
consagra. De acuerdo a lo señalado, obviamente ese Reglamento es una
fuente directa de nuestro Derecho Constitucional en la medida que facilita el
adecuado funcionamiento del COSENA. El Reglamento fue acordado por
dicha institución y publicado en el Diario Oficial con fecha 11-5-88.

II FUENTES INDIRECTAS

1.- La Costumbre y Prácticas políticas


82

No obstante que en el Derecho Público chileno la costumbre y/o las


practicas no constituyen fuentes del Derecho, puesto que rige el axioma de
que sólo puede hacerse aquello que expresamente autorizan la Constitución
y las leyes, en los hechos ha acontecido y sigue aconteciendo que se
presenten fenómenos de constitucionalismo nominal, por cuanto
determinados preceptos de la Carta Fundamental no se cumplen según su
recta hermenéutica, sino que se llevan a la práctica con un sentido o de una
manera diversa. Asimismo acontece en ciertos casos que surgen conductas,
que se transforman en prácticas, que derechamente no están contempladas
en la Constitución, pero que son aceptadas por todos los actores políticos y
ciudadanos como verdaderas normas o pautas a seguir.
Algunos ejemplos de lo anterior son la dictación de DFL bajo la
vigencia de la Carta de 1925, en circunstancias que ésta no los contemplaba.
Ello se transformó en una práctica abiertamente inconstitucional pero
asumida sin reparos tanto por los sucesivos titulares del Poder Ejecutivo
como del Legislativo. Su origen radica en que bajo la Carta de 1833 si se los
consideraba. Sólo por medio de la reforma constitucional de enero de 1970
se regularizó dicha situación estableciéndolos expresamente. Otro caso es el
hecho de que la Constitución de 1925 no establecía el lugar ni la forma en
que el Presidente de la República debía cumplir su obligación constitucional
de rendir una cuenta anual de su gestión y el estado del país a la nación, pero
la práctica ininterrumpida y retomada a partir de 1990 es que lo hiciera
leyendo un discurso donde resumía su cuenta anual y ante el Congreso
Pleno. Igual cosa aconteció con la conducta asumida invariablemente por el
Congreso Nacional de proclamar Presidente de la República al candidato
presidencial que había obtenido en los respectivos comicios la primera
mayoría relativa de los sufragios, no obstante que en estricto derecho podría
perfectamente haber optado por quien había obtenido la segunda mayoría.
Igualmente, demás está recordar aquí lo dicho precedentemente acerca de
las leyes interpretativas de la Constitución bajo la Carta de 1925. También
pueden señalarse otras situaciones más actuales como la discusión acerca de
la constitucionalidad de las comisiones investigadoras que formaban en la
Cámara de Diputados y que hasta antes de la reforma constitucional del
2005 no estaban contempladas en la Constitución, o el abierto
desconocimiento a una serie de normas constitucionales que regulan a los
partidos políticos.

2.- La jurisprudencia de los Tribunales Superiores de Justicia, del


Tribunal Constitucional, del TRICEL y de los Tribunales Electorales
Regionales.
Resultan de suma importancia para una interpretación auténtica del
texto constitucional y de las demás fuentes directas de nuestro Derecho
Constitucional, los fallos que emiten los órganos jurisdiccionales citados ya
que contribuyen a precisar el sentido y alcance de esas normas. Cabe
precisar que revisten especial significación los fallos de las Cortes de
Apelaciones sobre Recursos de Amparo y Protección y sobre desafuero
parlamentario. Igual cosa acontece, entre otros, con los fallos de la Corte
83

Suprema conociendo como tribunal de segunda instancia de las materias


precedentes, y, además, cuando falla sobre los recursos de reclamación de
la nacionalidad. También cuando resuelve sobre las solicitudes de
indemnización por error judicial. Por otra parte, todos los fallos del Tribunal
Constitucional, del TRICEL y la mayor parte de los de los Tribunales
Electorales Regionales apuntan en los mismos sentidos señalados y son por
tanto fuentes de nuestro Derecho Constitucional.
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional es la que, en todo caso,
ocupa un lugar preponderante en esta materia.

3.- La opinión de los Tratadistas y la Doctrina en general.


Si bien no reviste un carácter obligatorio su influencia en Chile tiene
una importancia relativa. No ha sido nuestro país muy prolífico en el
presente siglo en materia de tratadistas de derecho político y constitucional,
pero las obras existentes son frecuentemente utilizadas como material de
consulta y en ciertos casos como respaldo de fallos judiciales. Pueden
citarse en todo caso como distinguidos profesores y/o autores de libros en la
materia en el siglo pasado y el actual a los académicos José Victorino
Lastarria, Jorge Hunneus, Carlos Estévez, Gabriel Amunátegui, Rafael
Raveau, Alejandro Silva Bascuñán, Jaime Guzmán Errazuriz, Eduardo Soto
Kloss y José Luis Cea Egaña. Asimismo, deben destacarse la realización de
las Jornadas de Derecho Público todos los años en diversas Universidades
que son una fuente de importantes aportes doctrinarios al Derecho
Constitucional chileno.

4.- Los Dictámenes de la Contraloría General de la República, y los


informes de otros órganos de carácter administrativo, consultivo y
fiscalizadores.
Entre las atribuciones de que está dotada la Contraloría General de la
República se encuentra la facultad de emitir dictámenes que están
destinados a los empleados públicos y tienen por objeto precisar los alcances
de una determinada norma jurídica o señalar la manera cómo esta debe ser
aplicada por los funcionarios de la Administración Pública. Esos dictámenes
tienen fuerza obligatoria para dichos funcionarios, pero no así para los
tribunales de justicia. Cuando esos dictámenes recaen sobre una norma
constitucional o una norma legal complementaria de la Constitución
contribuyen sin duda a precisar sus alcances, sobre todo considerando que se
trata de normas de derecho público que es precisamente donde la
Contraloría posee una vasta experiencia y conocimientos acumulados a
través de la jurisprudencia administrativa que se va conformando con los
referidos dictámenes a través del tiempo.
En cuanto a los informes de los órganos administrativos, consultivos
o fiscalizadores, en la medida que estos se refieran o recaigan sobre normas
constitucionales o sobre leyes complementarias de la Constitución pueden
llegar a constituirse en un aporte para la mayor precisión de dichas normas y
en ese sentido ser fuentes del derecho constitucional. Entre estos podemos
citar informes del SII, dictámenes de las diferentes Superintendencias, los
84

informes de las Comisiones de Constitución, Legislación y Justicia de las


Cámaras, del Consejo de Defensa del Estado, etc.
En lo tocante a otras posibles fuentes del Derecho Constitucional que
se señalaron, solo cabría hacer mención a la historia fidedigna del
establecimiento de la Constitución que consta en las denominadas Actas
Constitucionales y que a no dudarlo es una importantísima y a veces decisiva
fuente para determinar el sentido y alcance de la gran mayoría de los artículos
del texto definitivo de la Constitución.

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