9 de Julio-Discurso

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9 de julio: Nuestra INDEPENDENCIA

Hace doscientos años atrás, resonaban en el salón de la Casa de Tucumán las palabras más importantes de
nuestra historia como país. Francisco de Laprida, presidente del Congreso, preguntó:

¿Quieren que las Provincias de América del Sur sean libres e independientes?

Y los treinta y tres congresales respondieron con una sola voz:


¡Sí!
De esta manera comenzaba nuestra historia como país independiente. Treinta y tres congresales ponían por
encima de sus diferencias personales y sus posturas políticas, el bienestar de la Patria. Treinta y tres hombres,
conscientes de que el futuro de la Patria estaba en juego, reafirmaron el mandato de los pueblos americanos
de ser libres, a pesar de todo. Treinta y tres patriotas, sabiendo que la mirada del mundo se posaba sobre
ellos, mandaron un mensaje de coraje y libertad. Así construían nuestro destino como Nación.

En 1816, la naciente Revolución de Mayo vivía un momento histórico difícil. En Europa, Fernando VII había
recuperado el trono de España y pretendía reconquistar sus territorios americanos. Los ejércitos en España se
aprestaban para cruzar el Atlántico. Los ejércitos patriotas eran derrotados en su avance hacia el Alto Perú, y
el Ejército del Norte y los gauchos de Güemes era lo único que oponía resistencia al avance realista hacia
Buenos Aires. Desde Brasil, los portugueses presionaban las fronteras de las provincias del Litoral.
Pero los momentos aciagos agrandan a los hombres. Entonces, el Congreso de Tucumán envió su mensaje al
mundo. Las Provincias Unidas ya no tolerarían ser gobernadas más que por sí mismas. Que toda la fuerza y la
sangre de cientos de patriotas que lucharon antes que ellos no había sido derramada sin razón. La decisión,
escrita y refrendada con la firma de todos los congresales, fue la Declaración de la Independencia.
Independencia de España y, para que a nadie le quedaran dudas, se agregó la frase: “y de toda dominación
extranjera”.

De la Declaración de Independencia se imprimieron miles de copias y se repartieron en todos los rincones de


la Patria. Era leída por los gauchos en el campo, alrededor de los fogones. Era festejada por los concurrentes a
las tertulias, en los salones de las ciudades. En las fiestas populares se cantaban Cielitos, celebrando la
Independencia. Con la Declaración, San Martín que se encontraba en Mendoza preparando el Ejército de los
Andes, podría cumplir con su gesta libertadora. Esta Declaración se convirtió en el documento fundador de
nuestro país.
Hoy, han pasado doscientos años desde ese día. Nuestra patria vivió momentos difíciles, períodos oscuros y
violentos. Períodos donde no teníamos libertad. Pero siempre tuvimos como guía ese deseo de independencia
y patriotismo, esa voluntad de vivir en un lugar donde nuestros derechos sean respetados, nuestras ideas
escuchadas y nuestros votos tomados en cuenta.

Por eso, en este diá celebramos la valiente declaración de los congresales que pusieron por encima de sus
diferencias personales el bienestar de su patria. Personas comunes que decidieron en nombre de todos sellar
un destino propio. Hombres que pusieron todo de sí para que esa joven patria comenzara a construirse. A
ellos les debemos todo nuestro respeto y admiración.

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