9 de Julio-Discurso
9 de Julio-Discurso
9 de Julio-Discurso
Hace doscientos años atrás, resonaban en el salón de la Casa de Tucumán las palabras más importantes de
nuestra historia como país. Francisco de Laprida, presidente del Congreso, preguntó:
¿Quieren que las Provincias de América del Sur sean libres e independientes?
En 1816, la naciente Revolución de Mayo vivía un momento histórico difícil. En Europa, Fernando VII había
recuperado el trono de España y pretendía reconquistar sus territorios americanos. Los ejércitos en España se
aprestaban para cruzar el Atlántico. Los ejércitos patriotas eran derrotados en su avance hacia el Alto Perú, y
el Ejército del Norte y los gauchos de Güemes era lo único que oponía resistencia al avance realista hacia
Buenos Aires. Desde Brasil, los portugueses presionaban las fronteras de las provincias del Litoral.
Pero los momentos aciagos agrandan a los hombres. Entonces, el Congreso de Tucumán envió su mensaje al
mundo. Las Provincias Unidas ya no tolerarían ser gobernadas más que por sí mismas. Que toda la fuerza y la
sangre de cientos de patriotas que lucharon antes que ellos no había sido derramada sin razón. La decisión,
escrita y refrendada con la firma de todos los congresales, fue la Declaración de la Independencia.
Independencia de España y, para que a nadie le quedaran dudas, se agregó la frase: “y de toda dominación
extranjera”.
Por eso, en este diá celebramos la valiente declaración de los congresales que pusieron por encima de sus
diferencias personales el bienestar de su patria. Personas comunes que decidieron en nombre de todos sellar
un destino propio. Hombres que pusieron todo de sí para que esa joven patria comenzara a construirse. A
ellos les debemos todo nuestro respeto y admiración.