Obra de Teatro
Obra de Teatro
Obra de Teatro
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5 personajes:
1. Anita: Niña de 9 años.
2. Mamá: Mujer de 38 años.
3. Carla: Niña de 10 años.
4. Helena: Niña de 10 años.
5. Narradora y presentadora
Acto I:
Ambientación: Comedor. Casa de Anita.
NARRADORA: Anita era una niña de 7 años a quien solo le gustaba
comer dulces y postres. Siempre dejaba a un lado su comida o fingía
que se lo comía todo, y sin que su mamá se diera cuenta botaba la
comida al tacho casi siempre hacia lo mismo
Mamá: Anita, si sigues así, te vas a enfermar hijita. Debes tomar tu
desayuno ya te vas al colegio y no estas terminando tu avena y no has
comido ni un solo pedazo de pan y encima no quieres llevar ni frutas al
colegio. Mira como tu hermana carla tomó todo su desayuno y esta
llevando frutas para su refrigerio
Carla: Anita si no tomas tu desayuno te vas a enfermar, porque no
obedeces a mamá siempre haces lo que te da la gana.
Anita: Pero es que no me gustan, mamá y tu hermanita no te metas.
Mamá: Sé que se te hace difícil probar cosas nuevas con sabores
diferentes, pero todos ellos tienen las vitaminas y los nutrientes que tu
cuerpo necesita para crecer sano y fuerte y para que tu cerebro se
desarrolle correctamente. ¡Y no solo eso! También te ayuda para crecer
más rápido y así puedas ir a entrenar vóley que tanto te gusta a ti.
Anita: Está bien, mamá, haré el intento. Te prometo que empezare a
comer alimentos más saludables.
Acto II:
Ambientación: Comedor casa de Anita y Carla
NARRADORA: Al otro día, hora del desayuno.
Mamá: ¡Anita, baja, es hora de desayunar, ven a tomar tu avena!
Carla: Hermanita apúrate sino llegaremos tarde al colegio, siempre te
demoras mucho tomando el desayuno.
Anita (con voz cansada): ¡En seguida bajo, mamá!
Anita llega a la mesa, y su mamá se sienta a tomar el desayuno con
ellas.
Mamá: ¡Qué te sucede, Anita? Te ves pálida.
Carla: Hermanita te pasa algo, hoy estas muy pálida, eso te pasa
porque comes mucha comida chatarra.
Anita: No lo sé mamá, la verdad es que me siento sin ganas de ir al
colegio, quisiera pasar todo el día acostado.
En eso llega su amiga: Toca el timbre
Helena: Hola Carla, porque se estan demorando tanto las estoy
esperando ya se hace tarde para irnos al colegio
Carla: Helena lo que pasa es que mi hermana hoy amaneció muy mal y
parece que no irá al colegio con nosotras.
Mamá: Anita, ese cansancio que sientes es provocado por la falta de
nutrientes en tu cuerpo. Debes dejar de rechazar todos los platos que te
doy. ¡Desde hoy, no comerás más dulces ni postres hasta que acabes
toda tu comida!
Anita. ¡Pero mamá! Siempre es lo mismo tu solo me regañas a mí, a mi
hermana nunca le dices nada.
Carla: Yo siempre como todo lo que mi mama me sirve no como tu que
comes solo lo que te gusta, por eso te estas enfermando
Mamá: Anita, debes darte cuenta de que es por tu propio bien. Mira
cómo te estás enfermando. ¿Acaso quieres sentirte siempre cansada y
nunca poder jugar con la misma energía que tus amigos?
Anita (con lágrimas en los ojos): Tienes razón, mamá.
¡A PARTIR DE HOY MISMO, YA NO MÁS POSTRE!
Acto III:
Ambientación: Comedor casa de Anita.
NARRADORA: Pasó una semana y a Anita le costó mucho probar
nuevos platos. El brócoli le hacía vomitar un poco y las ensaladas, se le
hacía extraño.
Por cada día que pasaba, y con un nuevo plato de frescas ensaladas y
jugos de frutas recién exprimidos que le hacía su mamá, se sentía
diferente, ya no se le hacía raro al paladar.
Acto IV:
Ambientación: Tarde, patio de la casa.
NARRADORA: Anita jugaba vóley con sus amigas del colegio
Mamá: ¡Anita, Carla entren a la casa, ¡es hora de la merienda!
Helena: Amigas yo también ya regreso tomare una taza de leche
Anita: ¡Ya vengo amigas, no me tardaré mucho!
Anita y Carla entran a la casa, se lavan las manos y se dirigen hacia el
comedor.
Mamá: ¡Mis hermosas hijas! Les he preparado una deliciosa sorpresa.
La mamá de Anita levanta una tapa y devela una deliciosa torta de
chocolate decorada con todos sus dulces favoritos.
Anita quedó muda, no sabía qué decir.
Anita: Mamá, realmente se ve deliciosa, pero me pasa algo extraño:
¡No me provoca de la misma manera que antes!
Mamá: Hija, eso es porque tu cuerpo se acostumbró a comer
sanamente, y ya no siente la necesidad de consumir azúcares en exceso
que dañan tu organismo.
Anita: Mamá, ¿y eso es malo?
Mamá (Riendo amablemente): No hija, ¡Para nada! Significa que
podemos disfrutar de los dulces siempre y cuando sean en cantidades
moderadas.
Anita: Mamá, ¿qué te parece si en vez de los dulces, picamos unas
fresas, unas bananas y se las ponemos de decoración al pastel?
Mamá: ¡Es una excelente idea, Anita!
Anita, Carla y su mamá se dirigieron a la cocina, mientras Anita le
quitaba el exceso de dulces y caramelos al pastel, su mamá picaba las
fresas y las bananas.
Mamá: ¡Listo, Anita! Ya tengo las frutas picadas. ¿Deseas ser tu quien
decore el pastel?
Anita: ¡Sí mamá!
Carla: Yo también mamita
Mamá: Anita, estoy muy orgullosa de ti.
Anita: ¡Gracias Mamá! ¿Sabes qué? Se me ha ocurrido una excelente
idea, ¿Qué tal si tú y yo empezamos a preparar postres con azúcares
moderadas, las decoramos con frutas y las repartimos en mi escuela?
Sería una manera increíble de promover la alimentación sana entre
todos mis amigos.
Mamá: ¡Me parece una idea fenomenal, Anita!
Carla: mamita yo también quiero preparar postres con ustedes
Anita: Haberme enfermado de la manera en que lo hice por no comer
adecuadamente me hizo sentir doblemente mal: físicamente porque no
tenía energías para jugar y mentalmente al recordar todos los niños en
el mundo que no pueden disfrutar de todas las comidas y yo siendo
privilegiada, las rechazaba.
Mamá (Mientras picaba varios pedazos de pastel con frutas y las ponía
en varios platos) : Ya no pienses más en eso, mi querida Anita. Eres una
niña sana y fuerte, y gracias a la lección aprendida, ayudarás a tus
amigos y otros niños de tu escuela a alimentarse mejor. Toma estos
platos con pastel y llévaselos a las vecinas.
Anita: ¡Si mamá!
Anita y carla sale al patio, y reparte el pastel entre sus vecinas.
Carla: ¡Oh wow, Anita, es un pastel de chocolate! Está realmente
delicioso.
Helena: Sí, está delicioso. ¿Pero, qué es esto rojo que tiene el pastel?
No lo había probado antes, tiene un sabor bastante peculiar.
Anita: ¡Son fresas y su color rojo estimula la salud del corazón!
Helena: ¡Wow, Anita, tú si sabes! Siempre veo a mi mamá comiéndolas
y me dice que debo hacer lo mismo, nunca le hacía caso, ¡pero no tenía
idea de que sabían tan bien!
Todas las niñas se ríen.
Carla: ¡Bueno, pues llegó la hora de comer más fresas para que nuestro
corazón crezca y le quepa más amor!
Helena: Tengo una genial idea, ¡Creo que a este pastel deberíamos
llamarlo Anita Fresita!