El Maestro Ignorante
El Maestro Ignorante
El Maestro Ignorante
(Rancire, Jacques 200 7: pg. 173). Rancire, Jacques 1940 Un reto singular, ensear sin explicar, no se trata de contar una historia de un des- explicador, si se me permite el trmino , se trata de abordar una forma de educar tan extraa, pues su opuesta esta tan naturalizada que se ha convertid o en el sentido comn de la mayora de nuestra sociedad. Interesante postura filosfica y poltica de Jacques Ranciere, quien ahondando en lo s intersticios de la historia tropez con un extravagante profesor de finales de l siglo XVIII y principios del siglo XIX, en esa Francia convulsionada por su r evolucin que pondra al mundo en otra direccin. Para no tener que dar explicaciones voy hacer uso de mi manera de contar, uste des perdonaran si no coincido con la interpretacin que han hecho a la lectura del texto El Maestro ignorante, cinco lecciones sobre la emancipacin intelectual , p ues la libertad que dan Ranciere y Jacotot permiten degustar el saber desde diferentes aristas. Antes de dar el paso definitivo a esta misin, es importante conocer sobre tre s personajes que se entrecruzan en el texto, 1. el primero un maestro del siglo XVIII Joseph Jacotot
Educador francs, nacido en Dijn (marzo, 1770); muerto en Pars (30 de julio, 1840). Estudi en la universidad de su ciudad natal, donde, a la edad de diecinueve aos, f ue nombrado profesor de Literatura Clsica. Despus, desempe sucesivamente las ctedras de Mtodos de las Ciencias (1796), Idiomas Antiguos (1797), Matemticas Superiores (1803), Legislacin Romana (1806), y Matemtica Pura (1809). A uno de los miembros de la Casa de Representantes, durante los Cien Das, le expres su preferencia por e l Imperio, en el momento de la Segunda Restauracin, y su hostilidad hacia los Bor bones, lo que hizo necesario que dejara Francia. En Blgica, ense privadamente en Mo ns (Bergen) y Bruselas y, en 1818, fue nombrado profesor de Idioma Francs y Lite ratura en la Universidad de Lovaina. La Revolucin de 1830 le permiti regresar a Fr ancia. Fue primero a Valenciennes, y en 1838 a Pars, esforzndose por propagar su mt odo de enseanza y trabajando por "la emancipacin intelectual" de sus compaeros. Sus trabajos, bajo el ttulo comn de "Enseanza Universal", son: "Lengua Materna" (Lovai na, 1822); "Lenguas Extranjeras" (Lovaina, 1824); "Msica, Diseo y Pintura" (Lovain a, 1824); "Matemticas" (Lovaina, 1828); "Derecho y Filosofa" (Pars, 1839). Tambin es cribi muchos artculos en el "Peridico de la emancipacin intelectual , publicado por su s dos hijos (1829-42), quienes tambin editaron sus "Mlanges posthumes" (Pars, 1841) . Cuando Jacotot empez a ensear en Lovaina, no saba ni flamenco ni holands, mientras muchos de sus alumnos no podan entender el francs. Para superar esta dificultad l es dio el texto francs y la traduccin holandesa del "Telmaco" de Feneln. Memorizaban algunas frases del francs y cuidadosamente las comparaban con el hola nds, todos los das repetan lo que saban y agregaban un poco ms. Despus de algn tiemp Jacotot estaba sorprendido de su progreso, puesto que sin otra ayuda, haban domin ado las reglas de ortografa y gramtica y podan aplicarlas correctamente. Animado po r este xito, Jacotot pens que haba encontrado un mtodo universal y que lo adaptara a todas las ramas del conocimiento. Este mtodo reconoce la necesidad de los propios esfuerzos del estudiante y el tra bajo adecuado de la reserva mental. Tambin se esforz por aplicar el principio de q ue todo el conocimiento se conecta si se sabe bien una cosa, es decir, conocerlo en todas sus conexiones, los suministros son la llave a un conocimiento ms perfe cto y extenso de otros asuntos. Le importa poco donde el estudiante empieza, o q u libro utiliza, con tal de que los beneficios sean satisfactorios. Generalmente, en lugar de empezar con los primeros elementos, Jacotot empezara con algo comple jo que el estudiante analizara en sus elementos--comparando stos, anotando sus sim ilitudes y diferencias, y encontrando las reglas para si mismo. Entre el nmero de principios que resumen el mtodo de Jacotot, podemos mencionar los siguientes: "S
epa bien algo, y siempre refiera todo lo dems a eso". "Todos podemos ser su propi o maestro". "Todos podemos ensear, y ensear incluso lo que no sabemos". Ms paradjico s son los dos axiomas que se dan como las bases de todo el mtodo: "Todos los homb res son de igual inteligencia", es decir, las mismas ideas generales se encuentr an en cada trabajo, y por consiguiente el hombre debe esforzarse por dominar bie n una cosa y referirse todo lo que ya sabe. Tales principios e incluso el mtodo entero, pueden parecer exagerados, y es as que vehemente hubo momentos en que Jacotot los defendi, sin embargo, debe concedrsele que dan nfasis a unos puntos vitales: la necesidad del esfuerzo personal y la ap licacin por parte del estudiante, la conexin ms inmediata de todas las ideas, la ne cesidad de orden y mtodo, y la importancia de la minuciosidad (profundizacin) en e l conocimiento. C.A. DUBRAY Transcrito por Christine J. Murray Traducido por L.E. Amado 2. El segundo autor quien al parecer por accidente, hace presencia en el e scenario de la obra, es Fenelon con su obra del Telmaco . Por curiosidad y duda localice a este mentado autor de quien vale la pena conocer su origen y algu nas de sus obras. Franois Fnelon
Franois Fnelon. Franois de Salignac de la Mothe, ms comnmente conocido como Franois Fnelon (Prigord; de agosto de 1651 - Cambrai; 7 de enero de 1715) fue un telogo catlico, poeta y e scritor francs. Fnelon es ms recordado por su Aventuras de Telmaco, un escabroso ata que a la monarqua francesa, probablemente publicado en 1699. Naci en el Chteau de Fn elon, en Sainte-Mondane, Prigord. De Familia noble, Fnelon fue elegido Arzobispo de Cambrai, en 1695, fue preceptor del duque de Borgoa (el nieto del rey Luis XIV). La publicacin de una de sus obra s, la "Explicacin de las mximas de los santos", fue condenada por la Santa Sede y Fnelon fue despojado de sus ttulos y rentas, y confinado en su dicesis. En sus aos activos, Fnelon se haba opuesto a Bossuet, posteriormente cay en des a por causa del problema del quietismo, la obra de Fnelon ya mencionada fue consi derada tendenciosa a favor del quietismo. En 1699, publica sin autorizacin oficia l, una novela "Las Aventuras de Telmaco", considerada como una crtica de la poltica de Luis XIV. La influencia literaria de esta novela poltica fue considerable por los siguientes dos siglos. Ascenso en su carrera Sus funciones pedaggicas le inspiran en 1681, a pedido de un noble, a consignar s u experiencia en el Tratado de la Educacin de las Hijas (que no estuvo disponible al pblico hasta 1687). A fines de 1685, tras la revocacin del Edicto de Nantes de 1598, por la recomendacin de Bossuet, Luis XIV le confa la direccin de una misin en Poitiers: sera el primero de varios viajes de misin por las regiones protestantes del Oeste de Francia. Inicialmente sin xito alguno. La corona, por otros medios, trat de someter a los protestantes por la fuerza, pero Fnelon rechaz esa ayuda, y su elocuencia oper un gran nmero de conversiones. En 1685, publica su primer escrito teolgico, Tratado de la existencia de Dios y r efutacin del sistema de Malebranche sobre la naturaleza y la Gracia, dirigido con tra los jansenistas; ese mismo ao hace un aporte a la retrica con su Dilogo sobre l a elocuencia. Por esos tiempos, se hace cercano al crculo social de Bossuet, y su palabra gana influencia en el episcopado francs. En 1688 es presentado ante Madame de Mainteno n, mujer de Luis XIV despus de la muerte de la reina. As, cae en gracia con Madame Guyon, mujer mstica y piadosa, que lo impresiona profundamente cuando se empieza n a tratar durante 1688-1689. A travs de ella, Fnelon conoce el quietismo, movimie nto religioso al que se ir acercando poco a poco impulsado principalmente por el deseo de evadirse de una realidad poltica del reino que se le haca cada vez ms inso portable.
En 1689, gracias a una proposicin de Madame de Maintenon, a quien hasta ese tiemp o haba servido como consejero espiritual, Fnelon fue designado preceptor del Duque de Borgoa, nieto del rey, que en ese entonces tena siete aos. Fnelon le ensea al peq ueo duque en gran manera todas las verdades de un buen cristiano y de un prncipe, e inspira en su corazn un afecto por su preceptor que durar por siempre. As, obtiene una posicin influyente en la corte real, que de seguro fue decisiva pa ra su admisin en 1693 dentro de la Academia Francesa. Cuando termina la educacin d e su nieto, en 1695, el rey Luis XIV consigue para Fnelon el puesto de arzobispo de Cambrai. Crtica al rey Como ya est sealado, siendo Fnelon preceptor del nieto de Luis XIV, escribe en 1694 una carta al rey. sta se hizo clebre para las generaciones posteriores puesto que en ella muestra su contrariedad ante las obras de la corona y censura la direcc in que estaba tomando el reino francs. Tambin muestra a un Fnelon visionario, que en solitario daba la voz de alarma contra un estado de cosas, que la nobleza prete nda perpetuar y como bien sabemos posibilit el estallido de la terrible y sangrien ta revolucin burguesa de 1789. En esta carta Franois Fnelon le escribe, citando lo ms notable, lo siguiente: "ha introducido en la corte un lujo monstruoso e incura ble", "ha empobrecido a toda Francia", lo acusa tambin de "haber llevado a cabo g uerras que slo tenan por razn un motivo de gloria y de venganza". Esta parte de la carta es probablemente la ms impactante y conmovedora: Vuestro nombre se ha hecho odioso... mientras vuestros pueblos mueren de hambre, el cultivo de las tierras est casi abandonado, las ciudades y el campo se despue blan, todos los oficios languidecen, Francia entera no es ms que un gran hospital desolado y desprovisto. La sedicin se enciende poco a poco en todas partes; cree n que ya no tenis ninguna compasin por sus males, que slo amis vuestra autoridad y v uestra gloria. Esta gloria que endurece vuestro corazn os es ms querida que la jus ticia, incluso que vuestra salvacin eterna, que es incompatible con ese dolo de gl oria. Slo amis vuestra gloria y vuestra comodidad. Todo lo centris en vos, como si fuerai s el dios de la Tierra y todo lo dems solamente hubiera sido creado para seros sa crificado.
3. El tercero Telmaco En la mitologa griega Telmaco (en griego antiguo ????a??? Tlmakhos, traducido literal mente como el luchador lejano ) es el hijo de Odiseo (tambin conocido como Ulises) y de Penlope,[1] y un personaje de la Odisea de Homero. Telmaco era todava un nio cuando su padre march a la Guerra de Troya, y en sus casi veinte aos de ausencia creci hasta hacerse adulto. Despus de que los dioses en asam blea hubieran decidido que Odiseo deba volver a casa desde la isla de Ogigia, Ate nea, adoptando la apariencia de Mentor, rey de los tafios, fue a taca y advirti a Telmaco que expulsase de su casa a los molestos pretendientes de su madre y se di rigiese a Pilos y a Esparta a fin de recabar informacin sobre su padre. Telmaco sigui el consejo, pero los pretendientes se negaron a abandonar su hogar y Atenea, an con la forma de Mentes, le acompa a Pilos. All fueron recibidos hospital ariamente por Nstor. Una hija de Nstor, Policasta, ba a Telmaco y su hijo Pisstrato d rmi con l y luego lo gui a Esparta. De nuevo Menelao le recibi amablemente y le comu nic la profeca de Proteo sobre Odiseo: que estaba siendo retenido contra su volunt ad por la ninfa Calipso.[2] Desde Esparta, Telmaco regres a casa, y una vez all encontr a su padre con su fiel p orquerizo Eumeo. Sin embargo, Atenea haba metamorfoseado a Odiseo en mendigo, as q ue Telmaco no reconoci a su padre sino ms tarde, al revelarle ste su identidad. Padr e e hijo acordaron entonces castigar a los pretendientes; y cuando acabaron con ellos o les dispersaron, Telmaco acompa a su padre a ver a su anciano abuelo Laerte s.[3] En las tradiciones posteriores a Homero, se recoge que Palamedes, cuando intenta ba persuadir a Odiseo para que se uniese a los griegos contra Troya y ste finga im becilidad, puso al joven Telmaco ante el arado con el que Odiseo se afanaba.[4] S egn algunas fuentes, Telmaco fue el padre de Perspolis y del poeta Homero con Polic
asta (a veces llamada Epicasta), hija de Nstor, y de Ptoliportes con Nauscaa, hija de Alcnoo.[5] Otros cuentan que fue inducido por Atenea a casarse con Circe y qu e con ella fue padre de Latino,[6] o que se cas con Casfone, una hija de sta, pero en una disputa con su suegra la mat, por lo que a su vez Casfone le mat a l.[7] Una versin afirma que Odiseo, debido a una profeca sobre que su hijo era peligroso par a l, le desterr de taca. Servio hace a Telmaco el fundador de la ciudad de Clusium e n Etruria.[8 EL MAESTRO IGNORANTE Hemos abandonado tierra firme, nos hemos embarcado. Hemos dejado el puente atrs, rompimos vnculo con tierra firme. Ehh, Barquita ! A tu lado est el ocano, no siempre brama, Y a veces parece de seda y oro, y es amable. Pero llegar el momento en que veas que es infinito Nietzsche, F Palabras claves: explicacin, igualdad, desigualdad, inteligencia, embrutecimien to, mtodo universal, bsqueda y emancipacin. Jacotot, Fenelon y Telmaco. El mito, la historia que est pasando y la modernidad que nace, se funden para dar luz a un nuevo sentido. Telmaco el joven, el hij o que queda sin su padre que debe comprender el mundo sin su ayuda apoyado en un a deidad que toma la apariencia del viejo mentor., Fenelon el telogo y pedagog o de la corte, que en un momento de su vida critica al rey, ante las obras de la corona y de manera solitaria daba voz de alerta contra un estado de cosas, q ue la nobleza pretenda perpetuar y como bien sabemos posibilit el estallido de la revolucin burguesa de 1789 y Joseph Jacotot que ante la emergencia de un nuevo o rden surge como una voz nica que, en un momento bisagra de la constitucin de idea les, prcticas e instituciones que gobiernan nuestro presente, hizo escuchar una d isonancia inaudita, una de esas disonancias sobre las cuales ya no puede edific arse ninguna armona de la institucin pedaggica (Rancire 2007: pag.7). Tres personajes que al entre- tejerse, llevan a Rancire, filosofo marxista por el camino de la pedagoga, tomando uno de sus principales elementos la explicacin como dispositivo para buscar la igualdad en tanto esta deviene de la no exp licacin y ms exactamente de la bsqueda, autnoma entre iguales-desiguales. Telmaco e l luchador lejano, Fenelon el telogo y pedagogo que sin autorizacin publica el Telmaco y Jacotot un maestro que debe exiliarse de Francia por sus desavenenci as con los borbones y que por necesidad inventa un mtodo para ensear francs. La no explicacin como excusa poltica y pedaggica emerge con fuerza, dejando tamb aleante a la explicacin el acto esencial del maestro .explicar, despejar los eleme ntos simples del conocimiento y hacer que su simplicidad de principio concuerde con la simplicidad de hecho que caracteriza a los espritus jvenes e ignorantes (R anciere 20007: pg. 7). El saber es mediado por el explicador, y el alumno va ac larando su camino y a medida que aclara el asunto su mundo predeterminado se dev ela y su condena como la de Ssifo es la repeticin. Post hoc, ergo propter hoc. (D espus de esto, pues, por causa de esto). Esta es la lgica con que se razonaba y ra zona, hay que explicar los fenmenos pues solo el que tiene claridad puede ilumin ar a sus alumnos. Pero Jacotot azarado por la necesidad y la carencia que generaba incomunicacin con otros, opt por una medida al parecer descabellada, hacer leer el Telmaco de Fenelon a alumnos belgas interesados en hablar Francs pero que solo hablan holands y con un maestro que no hablaba holands, no haba ms mediacin que un libr o en dos idiomas. Vaya grata sorpresa, al cabo del tiempo los estudiantes sin mediacin de un maestro explicador entendan el Francs, casi igual que los propios fr ancfonos. El maestro desconcertado ante la no necesidad del orden explicador se pregunta entonces las explicaciones del maestro estaban de ms? o, si no lo estaban para qu o
quin eran tiles? (Ranciere pg. 18) .Al igual que Jacotot nos asalta la duda y p atinamos al tratar de explicarnos el asunto pues al parecer, todo sistema de ens eanza se sustenta sobre la necesidad de explicaciones. Y sin embargo, existe algo ms slido que esta evidencia? Nadie conoce verdaderamente sino lo que ha comprendid o. Y para que comprenda, es necesario que se le haya brindado una explicacin, qu e la palabra del maestro haya quebrado el mutismo de la materia enseada . (Ranciere 2007 pg. 18). Pero la experiencia reciente le haba referido otras posibilidades. De tal manera que si el explicador es imprescindible a este quin lo explica? O es taremos condenados al crculo vicioso o como afirma Ranciere la regresin al infini to . El asunto lleva al maestro ignorante por un nuevo camino sorprendente, no i maginado, que en palabras de Alejandro A. Cerletti corresponde a una serie de circunstancias puntuales de su experiencia concreta de ensear, le hicieron compre nder a Jacotot que la explicacin (es decir, la conduccin de alumnos, por etapas, d esde la ignorancia al saber) contrariamente a lo que sostena la pedagoga y el mismo pensaba hasta entonces-, no era el vehculo preclaro e imprescindible del magiste rio; que era posible construir otra relacin entre maestros y alumnos que la tradi cional vertical, organizada a partir del que supuestamente sabe y el que no . H aba otros caminos que conduciran a una mayor igualdad, y uno de ellos era la bsqu eda como mtodo. Rancire nos lleva por caminos ms difciles, ms riesgosos, ms provocadores pues toca la fibra de los sabios y los coloca en entre dicho y con una crtica muy fuerte a Scrates afirma que el socratismo es una forma perfeccionada del embrutecimiento. Como todo maestro sabio Scrates interroga para instruir. Sin embargo quien quier a emancipar a un hombre debe interrogarlo a la manera de un hombre y no como lo s sabios, para ser instruido y no para instruir . El maestro debe emprender el via je a la par con el alumno. La bsqueda es el mtodo, el que busca siempre encuentra, no necesariamente lo que b usca, pero encuentra cosas nuevas que le permiten relacionar lo que conoce con l o encontrado y as formar una trama que le permita ligar todo con todo. Maestro es quien mantiene a quien busca en su camino, en donde l es el nico que busca y no deja de buscar (Ranciere 2007 pg. 51). Jacotot-Ranciere llama a su mtodo la enseanza universal y la aproxima a la filoso fa y a la humanidad, de tal manera que asegura que no son recetas de pedagoga in fantil, y con respecto a esa enseanza Universal dice Es antes que nada universal verificacin del semejante que pueden realizar todos los emancipados, todos aquell os que se han dedicado a pensarse como iguales a todos los dems. (Rancire 2007 pg. 60 ) Aqu la desigualdad emerge como incapacidad como ese no querer, no solo como una creencia intelectual, de tal manera que la desigualdad est atada a creencias de mentes superiores que ejerceran a cada rato su poder hegemnico sobre mentes in feriores, en una escala de nunca acabar, pues a una mente supuestamente superi or le aparecer otra y a una mente inferior de igual manare otra inferior ser subyu gada. Como en la fabula del ciego que le habla a su perro en un mundo de intelig encias desiguales. La inteligencia se manifiesta como la obra del hombre y la tautologa de la igua ldad hace la bsqueda de encontrar la huella humana sin importar que hombre la haya dejado. La desigualdad ha sido explicada desde las ciencias fcticas, pasa ndo por la mirada materialista para quedarse en lo inmaterial, es decir se busc a una falsa medida del hombre para justificar las diferencias y reconocer en e llas la inteligencia los apstoles de la desigualdad de las inteligencias, en su inmensa mayora, no estn de acuerdo con los fisilogos y se burlan de los craneologos . La superioridad de la que se jactan no se mide, segn ellos, con esos instrum entos. El materialismo (darwinismo social) sera una explicacin cmoda de su superi oridad, pero ellos son un caso aparte. Su superioridad es espiritual. Son espir itualistas, antes que nada por la buena opinin que tienen de s mismos (Rancire 2007 pg. 68). Aqu el autor del maestro ignorante enfila su arsenal contra la concepcin metafsica de las creencias que dotan a los seres humanos de espritu y alma que l ogra igualar a los hombres por su bondad, la mejor manera de igualar a los hom bres para los que ostentan el poder y la sabidura sera en un espacio no terrenal. Ahora bien, Rancire en su elucubracin, nos evidencia como la lucha de las idea
s ha sido ardua, como frases que tenan un sentido han sido cambiadas histricament e, como el pensamiento conservador dominante oculta, tergiversa o cambia los s ignificados de las palabras y las cosas, como la potencia de una frase se minimi za, frases como el hombre es una inteligencia al servicio de una organizacin vivi ente (Saint-Lambert) es cambiada en la restauracin por su olor a materialismo y a cambio de ella se propone el hombre, es rganos al servicio de una inteligenci a (Bonald), es decir de la vida en su totalidad a la del prncipe en particular. Pero retornando a ese mtodo universal que es el aprendizaje de la lengua materna, sea la madre natural o la nodriza nos dice algo fantstico, el hombre no aprende a hablar sino ligando las ideas con las palabras que aprende de su nodriza (Ranc iere 2007 pg. 75) y es aqu cuando se revela el objeto poltico del texto, Fenelon el pedagogo y telogo de la familia de Luis XIV y Jacotot el antiguo capitn de lo s ejrcitos del ao I, dos pocas que se tocan y se vuelven comunes el final de una y el comienzo de otra, frontera que las ata, el antiguo instructor que le prot esta al rey y el maestro exiliado cien aos despus, el primero exige explicacin al Rey y por tal razn es condenado al ostracismo y el segundo considerando que la explicacin no es necesaria en la nueva institucin no es bien venido por el nuevo orden. La nodriza en las lites y la madre natural en el pueblo, inicio de un mtodo universal de enseanza sin explicacin. Es aqu cuando la igualdad toma su valor, como punto de partida y no como punto de llegada de las polticas supuestamente emancipadoras, igualdad en la enseanza ente ndida esta como la bsqueda permanente desde la lengua materna, base de la cotidi anidad hasta la ciencia, hay que anunciar a todos, en cada lugar y en toda circu nstancia, la noticia es ms, la buena nueva: se puede ensear lo que se ignora. Un p adre de familia pobre e ignorante puede, por lo tanto, emprender la instruccin de sus hijos. Es necesario brindar el principio de esa instruccin: hay que encontra r una cosa y relacionar con ella todo lo de mas segn este principio: todas las i nteligencias son iguales . (Rancire 2007: pg. 129. Ahora bien traigamos a Jacotot al presente, despus de dos siglos de instaurada la escuela y naturalizada la institucin, convertida en sentido comn, valdra la pen a la no explicacin?, hay que reconocer que el sentido comn hace desaparecer la historia o la convierte en algo ya dado y por lo tanto del asunto se sabe lo q ue se sabe y nada ms, el sentido comn oculta y vuelve normal las instituciones. De tal manera que ya institucionalizada la escuela, esta es constituida, por s ujetos que ensean y sujetos que se dejan ensear, en un espacio fsico y en un tiemp o dado. Es decir que el poseedor del conocimiento es el que sabe y el que care ce de este es el ignorante. La pregunta est en qu conocimientos posee el que sabe? Qu es conocer? Cmo cambia el saber a travs de la historia? Qu es saber? Rancire no propone acabar con la escuela, sino con el mtodo de enseanza, que to do el mundo sea un maestro (ese todo el mundo hace referencia al comn de las pers onas y a los maestros), que las cosas conocidas nos lleven por su origen a cosas desconocidas, que el maestro que ignora sea capaz de partir en la bsqueda de lo que ignora, a la par con sus estudiantes, que el saber no se limite al encierro de la escuela. La escuela se ha convertido en una forma de sujecin, en donde los nios y nias acude n a recibir explicaciones no pedidas, fragmentadas en espacios de conocimientos divididos en ciencias e ideologas que pretenden formar para el futuro, Como di ra Teodoro Adorno el nio es arrancado a menudo, en una forma de tensin casi insupera ble desde el jardn de infantes de las relaciones acogedoras, clidas y experimenta sbitamente en la escuela por primera vez el trauma de la alienacin. La escuela es para la evolucin del individuo particular el prototipo de la alienacin social .(Tel lo 2003. 3) Pero de acuerdo con cesar Tello, profesor de la Universidad Nacional de la Plata en Argentina, quien argumenta que para enfrentar la situacin de la escuela pod emos tomar tres caminos; el primero; la muerte, segundo mirar para otro lado si n preocuparnos y en tercer lugar buscar una salida as sea un callejn. Creo necesar io buscar un callejn como nuevo paradigma. Paradigma que parte de la diversidad cultural, diversidad no es igual a desigual dad, es tiempo de pensar una nueva escuela de una vez por todas encontrndonos con nuestra propia realidad histrica (Tello 2003 pg. 14).
El punto de partida es la crisis del neoliberalismo, del neoconservadurismo, d el fascismo, del capitalismo y de los istmos, que al fin y al cabo es la crisis de la modernidad y con ella sus instituciones que van perdiendo identidad. A la desigualdad no le alcanza con ser respetada, quiere ser creda y amada. Quie re ser explicada. Toda institucin es una explicacin en acto de la sociedad, una pu esta en escena de la desigualdad. (Rancire 2007: pg. 134 Telmaco, -Fenelon y Jacoto t un encuentro Feliz para el intelecto, no por el deseo de ser sabio sino por esa bsqueda permanente de la emancipacin, Telmaco o el luchador lejano y no por e sto lejos de la verdad, desconfi hasta encontrarse con su origen, Fenelon homb re que inmerso en un espacio tiempo avizoro un cambio de poca y Jacotot que no a caba por instalarse (naturalizarse) pero que en mi caso deja una puerta abierta a la duda sobre lo que hago y digo. Que hurfano de la explicacin me est dejando . La instruccin es como la libertad: no se da se toma. (Rancire 2007). Bibliografa Ranciere, J. El maestro ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipacin. Libros d el zorzal, Buenos Aires Argentina. 2007 Cerletti, A. La poltica del maestro ignorante la leccin de Ranciere. Edu.soc. Camp inas, Vol. 24, n 82, p 299-308, abril de 2003. Pellejero E. Jacques Ranciere: Las aventuras de la emancipacin. Internet. Tello, c. Ensayo critico sobre el maestro ignorante de J. Ranciere. Revista Ibe roamericana de educacin. Universidad de la plata, Argentina 2003.