Agricultura Ecosistémica

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La agricultura basada en los ecosistemas


alcanza su madurez
La FAO urge a una amplia adopción de su modelo “Ahorrar para crecer” a favor de
una agricultura sostenible

Cosecha abundante en Camboya

18 de enero de 2016, Roma – Un nuevo libro de la FAO presentado hoy examina con detalle cómo
los más importantes cereales del mundo -maíz, arroz y trigo, que suponen en conjunto cerca del
42,5 por ciento de las calorías y el 37 por ciento de las proteínas que consumimos- pueden
cultivarse de manera que respeten e incluso promuevan los ecosistemas naturales.

A partir de estudios de casos de todo el planeta, la publicación ilustra cómo el modelo de "Ahorrar
para crecer" defendido por la FAO se está empleando ya con éxito para producir los principales
cereales, señalando el camino hacia un futuro de intensificación sostenible de la agricultura y
ofreciendo orientación práctica sobre cómo el mundo puede desarrollar su nueva agenda de
desarrollo sostenible.

"Los compromisos internacionales para erradicar la pobreza y hacer frente al cambio climático
requieren un cambio de paradigma hacia una agricultura más sostenible e inclusiva, capaz de
obtener mayores rendimientos a largo plazo", dice el Director General de la FAO, José Graziano da
Silva, en el prólogo.

Los dos recientes y emblemáticos acuerdos mundiales, los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS) -que piden la erradicación del hambre y hacer que los ecosistemas terrestres tengan una
base sólida para 2030- y el Acuerdo de París sobre el cambio climático (COP21) no hacen más que
poner de relieve la necesidad de innovación inclusiva en los sistemas alimentarios, añade Graziano
da Silva.
Aunque que las cosechas mundiales de cereales pueden estar hoy en niveles récord, su base
productiva es cada vez más precaria, en medio de señales de agotamiento de las aguas
subterráneas, contaminación ambiental, pérdida de biodiversidad y otros problemas que marcan
el fin del modelo de la Revolución Verde. Mientras tanto, la producción mundial de alimentos
tendrá que aumentar en un 60 por ciento -en su mayoría en tierras de cultivo ya existentes y
haciendo frente al cambio climático- para alimentar a la población en 2050, haciendo aún más
urgente que los pequeños agricultores que producen la mayor parte de cultivos del planeta tengan
la posibilidad de hacerlo de forma más eficiente y sin que aumente aún más la deuda ecológica de
la humanidad.

Ahorrar para crecer es un enfoque de base amplia para una agricultura respetuosa con el medio
ambiente y sostenible dirigida a intensificar la producción, proteger y mejorar la base de recursos
naturales de la agricultura y reducir la dependencia de los insumos químicos, recurriendo a los
procesos naturales de los ecosistemas de la Tierra, y aumentando los ingresos brutos de los
agricultores. Como tal, es un enfoque intrínsecamente elaborado para contribuir a los ODS y
fomentar la resiliencia frente al cambio climático.

Las prácticas viables de Ahorrar para crecer incluyen desde el cultivo de árboles de sombra que
pierden las hojas cuando los cultivos de maíz adyacentes más necesitan la luz del sol -probado con
éxito en Malawi y Zambia- a suprimir la labranza y dejar los residuos de los cultivos como
cobertura sobre la superficie del suelo, un método aplicado a escala masiva por los productores de
trigo en las estepas de Kazajstán y las prácticas innovadoras de cortar y aportar mantillo
adoptadas cada vez más por los agricultores de las tierras altas de América Central y del Sur.

Ha llegado el momento de que las ideas que han funcionado para los agricultores se apliquen en
programas nacionales más ambiciosos, asegura el Director General de la FAO en la introducción a
Ahorrar para crecer en la práctica, un libro que describe como "una contribución para crear el
mundo que queremos".

Entender Ahorrar para crecer

Ahorrar para crecer incluye un conjunto de técnicas que comparten la característica de tratar de
sacar provecho de los procesos biológicos y los ecosistemas naturales para "producir más con
menos".

Hay cinco elementos complementarios que forman la base del paradigma de Ahorrar para crecer:
la agricultura de conservación, que reduce al mínimo la labranza y utiliza mantillo y la rotación de
cultivos; mejora de la salud del suelo, como el cultivo de plantas fijadoras de nitrógeno que
sustituyen a los costosos fertilizantes minerales; la selección de cultivos con mayor potencial de
rendimiento, mayor resistencia al estrés biótico y climático y mayor calidad nutricional; gestión
eficiente del agua y manejo integrado de plagas, basado a menudo en usar métodos naturales
para reducir al mínimo la necesidad de plaguicidas químicos.
Un ejemplo clásico -ampliamente adoptado ahora en China-, es el sistema de cultivo de arroz y
cría de peces, en el que los agricultores crían peces en los arrozales inundados. Los peces pueden
venderse para obtener ingresos o comerse para una mejor nutrición, pero mientras se crían
también comen insectos, hongos y malezas dañinos para la cosecha, lo que reduce la necesidad de
comprar plaguicidas.

Un arrozal de una hectárea puede producir hasta 750 kilogramos de pescado, al tiempo que se
obtiene arroz y pueden hasta cuadruplicarse los ingresos de los hogares rurales. Entre los
beneficios adicionales figura un notable descenso de las poblaciones de mosquitos, lo que reduce
un importante vector de enfermedades.

La FAO estima que el 90 por ciento del arroz mundial se planta en entornos adecuados para el
cultivo de arroz y peces, pero fuera de China sólo el uno por ciento de las áreas de arroz de
regadío de Asia utilizan el sistema. El gobierno de Indonesia acaba de lanzar una plan para
transformar un millón de hectáreas a la técnica integrada.

Creación de hábitats

El enfoque ecosistémico, eje central de Ahorrar para crecer se ejemplifica en la forma en que
algunos pequeños campesinos en África han abordado el problema de una polilla indígena cuyas
larvas devoran el maíz a un ritmo vertiginoso. El cultivo intercalado de maíz con desmodium, una
planta leguminosa, en campos rodeados de pasto napier -un cultivo forrajero para el ganado-,
cataliza un sistema en el que el desmodium produce sustancias químicas que atraen a los
depredadores de las plagas del maíz y al mismo tiempo envía una falsa señal de socorro que
empuja a las polillas ponedoras a buscar hábitats en el pasto napier, que a su vez exuda una
sustancia pegajosa que atrapa y elimina las larvas del barrenador del tallo.

Además de eso el desmodium- que también fija el nitrógeno en el suelo -parece favorecer la
germinación de la striga, una maleza parasitaria que devasta rutinariamente las granjas africanas,
impidiendo al tiempo el crecimiento de la raíz de esta maleza. Si bien este enfoque sobre la
agricultura implica dedicar menos superficie al monocultivo de maíz, es mucho más productivo,
con el 75 por ciento de los agricultores que lo adoptaron a orillas del Lago Victoria informando que
sus rendimientos netos se han al menos triplicado. Cultivar más pasto napier (o "pasto elefante")
permite también tener más vacas y mayor producción de leche, lo que lleva a un mayor suministro
de leche.

Herramientas de alta tecnología

Mientras que un cambio global hacia la sostenibilidad implica "un equilibrio entre las necesidades
de los sistemas humanos y naturales", la tecnología avanzada tiene también un papel en la mejora
del flujo de los servicios ecosistémicos. Unos sensores ópticos portátiles pueden determinar, en
tiempo real, la cantidad de fertilizante de nitrógeno necesita una planta. La nivelación de tierras
con precisión con ayuda del láser ha dado lugar a aumentos de la productividad en toda la India,
reduciendo la necesidad de agua hasta en un 40 por ciento en comparación con la nivelación
tradicional del terreno con tablas de madera.

Ahorrar para crecer es un enfoque flexible. Como las necesidades de los ecosistemas y las
explotaciones varían, existe un amplio margen para las innovaciones relacionadas con el secuestro
de carbono, la nutrición, fertilizantes innovadores y nuevas variedades de cultivos, así como para
identificar la forma en que interactúan semillas, animales y técnicas agrícolas.

La FAO subraya además que los sistemas agrícolas Ahorrar para crecer están basados en
conocimiento, y tienen que ser construido en base a los conocimientos y necesidades locales,
reconociendo el importante papel de los agricultores como innovadores.

Compromiso institucional

Los pequeños campesinos que adoptan un cambio de paradigma a menudo encuentran que,
mientras que los beneficios son claros, no siempre son inmediatos. Por esta razón, Ahorrar para
crecer necesita un fuerte compromiso institucional durante un período continuado de tiempo.

Para habilitar la transición a la intensificación sostenible de la producción agrícola, los


responsables de las políticas deben crear incentivos para que los agricultores la diversifiquen
mediante el apoyo a los mercados para los cultivos de rotación, elaborando herramientas –
seguros agrícolas, planes de protección social y servicios de crédito- para reducir el riesgo al que
pueden enfrentarse en el proceso de cambio. La agricultura, por ejemplo, se ve a menudo
obstaculizada por la falta de acceso a la maquinaria necesaria.

Si bien no existe un modelo único para el enfoque Ahorrar para crecer enfoque, promover su
adopción generalizada requiere una acción concertada a todos los niveles, desde los gobiernos y
las organizaciones internacionales a la sociedad civil y el sector privado.

La experiencia de Kazajstán con la agricultura de conservación apunta a las recompensas de tomar


el reto a gran escala. Inicialmente utilizada para combatir la erosión del suelo por el viento en la
década de 1960, la FAO comenzó en 2000 a ayudar con este enfoque de no labranza, que ayuda
que ayuda a mantener la nieve derretida y el agua de lluvia en el suelo y que condujo a
rendimientos de trigo un 25 por ciento más altos y menores costes de mano de obra y
combustible. En 2011, el gobierno introdujo cuantiosos subsidios dirigidos para promover la
adopción de esta práctica, y hoy en día, la mitad de los 19 millones de hectáreas de tierras de
cultivo del país practican un régimen completo de agricultura de conservación.

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