Literatura Hispanofilipina Actual de Donoso y Gallo

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ISAAC DONOSO

ANDREA GALLO

Literatura
hispanofilipina actual
I PREMIO JUAN ANDRÉS DE ENSAYO E
INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS HUMANAS
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL
Verbum Menor
Dirigida por: Pedro Aullón de Haro

Monografías para una cultura humanística universalizadora. Estudios


filológicos, filosóficos, arte, estéticos, humanísticos, etc.
Se diferencia de Verbum Mayor en la brevedad y en su activismo
intelectual más inmediato, tanto de sesgo polémico o actual como
netamente investigador y monográfico. Entre sus temas: Humboldt y
el sistema universitario, el pensamiento filosófico hispano, valoraciones
sobre temas kantianos, lengua y literatura hispanofilipina, la política de
John Dewey, religión y globalización, el concepto de la pintura española
y el tratado Seudología (13 volúmenes), del filósofo valenciano Miguel
Catalán.
ISAAC DONOSO
ANDREA GALLO

Literatura hispanofilipina actual


I Premio Juan Andrés de Ensayo e
Investigación en Ciencias Humanas
(2010)
© Isaac Donoso y Andrea Gallo, 2011
© Editorial Verbum, S.L., 2011
Tr.ª Sierra de Gata, 5
La Poveda (Arganda del Rey)
28500 - Madrid
Teléf.: (+34) 910 46 54 33
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I.S.B.N.: 978-84-7962-719-5
Depósito Legal: M-24289-2011
Diseño de cubierta: Pérez Fabo
Fotocomposición: Origen Gráfico, S.L.
Printed in Spain /Impreso en España

Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución,


comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada
con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.
Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org)
si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
SUMARIO

ESTUDIO CRÍTICO

I. La escritura en español en las Letras Filipinas .......................... 9


II. El canon lingüístico actual y la literatura hispanofilipina ......... 20
III. Crónicas de la heterodoxia: medios de expresión filipinos en len-
gua española............................................................................... 24
IV. Orígenes de la literatura filipina en español en el siglo XXI ...... 27
V. Panorama de la literatura hispanofilipina actual........................ 31
VI. Continuidad histórica................................................................. 47
1. Guillermo Gómez Rivera....................................................... 48
2. Edmundo Farolán Romero..................................................... 65
3. Hilario Ziálcita Legarda......................................................... 82
VII. Nuevos autores........................................................................... 85
1. Edwin Agustín Lozada........................................................... 85
2. Elizabeth Medina ................................................................... 90
3. Paulina Constancia................................................................. 96
4. Daisy López ........................................................................... 100
5. Marra Lanot ........................................................................... 104
6. Noel Guivani Ramiscal .......................................................... 108
7. Otros escritores ...................................................................... 111

ANTOLOGÍA

A. Poesía .............................................................................................. 115


B. Narrativa .......................................................................................... 144
C. Teatro............................................................................................... 157
D. Ensayística ...................................................................................... 166

Índice onomástico ................................................................................ 175

7
Estudio crítico

I. LA ESCRITURA EN ESPAÑOL EN LAS LETRAS FILIPINAS

La literatura filipina en lengua española es una realidad cultural


que se extiende desde el siglo XVI hasta el presente. Sin embargo, el
volumen y alcance de esta literatura hispanofilipina se ha visto muy al-
terado en virtud de las transformaciones acaecidas en el Archipiélago
Filipino a lo largo de la historia. De forma similar a la primera literatura
hispanoamericana, en Filipinas se desarrolló el estadio estético intro-
ducido por la tradición occidental del Humanismo europeo. En su
amalgama con elementos autóctonos y asiáticos, el Barroco filipino no
sólo produjo un universo creativo sui generis, sino además una tradi-
ción literaria que eclosionó en el siglo XIX mediante la filipinización
del romancero y el teatro hispánicos. Con la entrada en la modernidad
y el desarrollo burgués de una sociedad ilustrada, la prosa narrativa y
ensayística fue elemento capital para que la lengua española expresara
los deseos de la nación filipina. Tras la independencia abortada de 1898
se produjo la imposición de un sistema educativo exclusivo en lengua
inglesa. El español fue sistemáticamente desarraigado, primero del ám-
bito público y, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1945, también del
ámbito privado, manteniendo paradójicamente su valor como instru-
mento de expresión del mayor nacionalismo filipino. Después de la
Constitución de 1987, el español dejó de ser lengua oficial del Archi-
piélago Filipino tras cuatro siglos. Este proceso ha tenido consecuen-
cias sin duda muy complejas y difíciles de evaluar en orden a una po-
sibilidad de plena expresión interpuesta sobre una síntesis cultural
anterior ya largamente enraizada y presente en un patrimonio irrenun-
ciable. Sea como fuere, el fenómeno literario filipino en lengua espa-
ñola persiste en la actualidad como una de las numerosas literaturas
marginales de un archipiélago multilingüe y, he aquí lo relevante, con
la capacidad de manifestar integralmente la entidad filipina. Ello en
razón de una tradición histórica que gestó a la nación y cuya fractura,
a día de hoy, también refleja el convulso dilema de la Filipinas moderna
9
10 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

en la diáspora a la que conduce el subdesarrollo y la búsqueda de la


identidad nacional.
El Archipiélago Filipino está compuesto por unas siete mil islas
comprendidas entre el Mar de China y el Océano Pacífico, entre el sur
de Taiwán y el norte de Indonesia. Sus primeras culturas austronesias1
participaron tangencialmente de los incipientes fenómenos desarrolla-
dos en el mundo continental e insular del Sudeste Asiático (Budismo e
Hinduismo), hasta desarrollar estructuras socio-políticas más visibles
a partir de siglo XV con la fundación del Sultanato islámico2. La incor-
poración del Archipiélago al Imperio español bajo una administración
centralizada en Manila con el nombre de “Filipinas”, revolucionó las
estructuras socio-culturales al introducir elementos totalmente exóticos
al medio geográfico (desde el contingente humano a productos euro-
americanos) haciendo de esta región la pionera en el tráfico mundial
con el Galeón de Manila3. El uso de cultura proveniente del mundo eu-
ropeo (española) y americano (novohispana), el aumento exponencial
de la inmigración china y la puesta en común de diferentes tradiciones,
produjeron innovadoras formas culturales de extraordinaria originali-
dad vinculadas tanto a Oriente como a Occidente4.
1
Migraciones y contingente poblacional que se fue expandiendo desde Mada-
gascar hasta Polinesia, y que la historiografía establece para Filipinas en el período
comprendido entre el 7.000 al 800 a.C. Cf. Zeus A. Salazar, “Kasaysayan ng Filipinas.
Isang Balangkas (ca. 250,000 B.K.-1992)”, en Atoy Navarro, Mary Jane Rodriguez y
Vicente Villan (eds.), Pantayong Pananaw: Ugat at Kabuluhan. Pambungad sa Pag-
aaral ng Bagong Kasaysayan, Quezon City, Palimbagan ng Lahi, 2000, p. 135.
2
Cf. Zeus A. Salazar (coord.), Asya. Kasaysayan at Kabihasnan, Quezon City,
Abiva, 2009, p. 113. Vid. etiam, O. D. Corpuz, The Roots of the Filipino Nation, Que-
zon City, Universidad de Filipinas, 2005, vol. 1; César Adib Majul, Muslims in the
Philippines, Quezon City, Universidad de Filipinas, 1999; Isaac Donoso Jiménez, Is-
lamic Far East. Ethnogenesis of the Philippine Islam, Quezon City, Universidad de Fi-
lipinas (en prensa).
3 “Los mestizajes de Asia sobresalen frente a los mestizajes americanos. Si estos

últimos edificaron una sociedad mezclada, a escala continental, los primeros esbozaron
ya las mezclas planetarias, simbolizadas por las vueltas al mundo que realizaron seres
o familias llevados por las corrientes de una ‘economía-mundo’. En estos primeros de-
cenios del siglo XVII mestizos de Asia y cristianos nuevos exploraron las vías nuevas
y peligrosas del cosmopolitismo”, en Carmen Bernard y Serge Gruzinski, Historia del
Nuevo Mundo. Tomo II: Los Mestizajes, 1550-1640, México, FCE, 1999, p. 497.
4 Cf. Vicente L. Rafael, Contracting Colonialism. Translation and Christian
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 11

Al igual que los pueblos fundados en América se conceptuaron


como naciones a la luz del modelo liberal francés de República, Fili-
pinas fue la primera nación asiática basada en una República moderna.
De este modo, tras una revolución se fundó en 1899 la República Fili-
pina, abortada inmediatamente por Estados Unidos, que exilió a su pre-
sidente Apolinario Mabini a la isla de Guam5. Igualmente se abortaron
los ideales de la Revolución Filipina y la nacionalización de la lengua
española, formándose una nueva generación de filipinos pensionados
que constituyó una oligarquía angloparlante social y políticamente
orientada hacia Estados Unidos. Tras la independencia obtenida en
1946 por un país totalmente destruido durante la Segunda Guerra Mun-
dial, el subsidio y la demonización de los grupos opositores (en parti-
cular el Comunismo durante la Guerra Fría6) puso en evidencia el con-
trol neocolonial. Después de EDSA en 1986 y tras las numerosas
revoluciones sociales manipuladas, se ha puesto en evidencia la falacia
democrática, ensanchando la herida de la injusticia social y la división
de clases7.
En el marco de este panorama de construcción nacional de un pue-
blo filipino, la creación artística y literaria, en este caso la escritura, ha
ido paralela a la tortuosa formación de su Estado. Como Cuba y Puerto
Rico, Filipinas fue anexionada por el nuevo expansionismo estadouni-
dense en 1898. No obstante, a diferencia de Cuba y Puerto Rico, Fili-
pinas se encontraba en un estadio incipiente de vertebración, por estar
situada en la otra parte del mundo respecto de su metrópoli, y en razón
de constituir un archipiélago de siete mil islas. A pesar de que Cuba y
Puerto Rico han seguido trayectorias históricas muy dispares, no al-
bergan ninguna duda acerca de la efectiva constitución de sus respec-
tivas literaturas nacionales. Por el contrario, en Filipinas existe una gran

Conversion in Tagalog Society under Early Spanish Rule, Quezon City, Ateneo de Ma-
nila U. P., 1988; Fernando Ziálcita, Authentic Though not Exotic. Essays on Filipino
Identity, Quezon City, Ateneo de Manila U. P., 2005.
5 Cf. César Adib Majul, Mabini and the Philippine Revolution, Quezon City,

Universidad de Filipinas, 1960.


6 Cf. Patricio N. Abinales, Fellow Traveller. Essays on Filipino Communism,

Quezon City, Universidad de Filipinas, 2001.


7 Cf. Randolf S. David, Nation, Self and Citizenship. An Invitation to Philippine

Sociology, Manila, Anvil, 2004.


12 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

diversificación, parcelas, islas literarias independientes, ignorantes unas


de otras, las cuales testifican no la falta de voluntad hacia un proyecto
nacional, sino lo más turbador, la falta de herramientas para poderlo
alcanzar. Y aquí hay que situar la propia historia del nacionalismo fili-
pino: gestado en lengua española, abortado en inglesa y refundado en
tagala. Todo ello ha conducido a la existencia de tres grandes literaturas
nacionales en Filipinas: en español, en inglés y en tagalo (que pasará a
constituir la base de la lengua nacional –Wikang Pambansa– primero
como “pilipino” y desde 1987 como “filipino”). Las tres tradiciones
representan compartimentos estancos, mundos autónomos a los que la
crítica no ha podido subsumir (siendo un factor importante la incapa-
cidad actual de acceder a las obras originales en español). Consecuen-
temente, se ha seleccionado lo más mínimo de cada segmento para es-
tablecer un breviario de enseñanza en los colegios, que va de Florante
at Laura, de Francisco Baltazar (tagalo), a Noli me tangere y El Fili-
busterismo de José Rizal (español). Por medio de traducciones y anto-
logías se ha creado un canon heterogéneo que incluye retazos de cada
tradición literaria, desde la literatura filipina en español y en inglés a
las llamadas literaturas regionales en las diferentes lenguas vernáculas
del Archipiélago8. Ello representa el eventual canon literario nacional
filipino, relegando todos los restantes mundos literarios al anonimato
y en muchos casos al olvido9. Así pues, en qué consisten las Letras Fi-
lipinas.
Los primeros testimonios de creación literaria en el Archipiélago
Filipino lo forman las transmisiones orales de proverbios, adivinanzas,
poemas, cuentos y, especialmente, cantos épicos10. La llegada del Islam
8 La principal obra de referencia en centros de enseñanza es: Bienvenido Lum-
bera y Cynthia Nograles, Philippine Literature: A History and Anthology, Manila,
Anvil, 1997.
9 La negligencia no sólo afecta a la literatura filipina en español, por la práctica

imposibilidad de acceder a la lengua por parte de la inmensa mayoría de filipinos, sino


sorprendentemente a las propias literaturas regionales filipinas –que dado el estado al
que han llegado, han empezado a ser catalogadas como “literaturas marginales”– y,
más sorprendentemente, a la propia literatura filipina en inglés, la cual posee escasos
lectores y paulatinamente se relega del canon nacional por disociarse de la lengua de
uso común.
10 De cada tipología, Damiana L. Eugenio compiló un voluminoso tomo que se

publicó como colección Philippine Folk Literature en la Universidad de Filipinas:


LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 13

generó un tipo de literatura especifica, al hacer del Archipiélago la re-


gión más oriental del mundo islámico y conectarla con hasta el mo-
mento la más extensa esfera de interrelación humana11. Pero será con
la introducción del mundo europeo del Renacimiento por medio de la
creación de la Filipinas española a partir de 1565 cuando se articule una
verdadera revolución cultural: desde la imprenta al alfabeto latino, pa-
sando por la ciencia europea y la creación de la primera universidad en
Asia12. A partir de este momento, las lenguas filipinas se desarrollarán
a la par que la lengua española se aclimataba al contexto asiático, ha-
ciendo del español en Filipinas un mundo ciertamente paradigmático13.
En este contexto hay que situar la primera de las grandes escisio-
nes en un marco general de Letras Filipinas. La literatura generada en
lengua española desde el período de 1565 a 1898 –bien por españoles,
por criollos, por mestizos, chinos o naturales– no es entendida como
parte de la literatura filipina en tanto no tenga un valor nacionalista

Myths, Epics, Riddles, Folktales, Proverbs, Folksongs, y finalmente una selección ge-
neral: Anthology.
Sobre las epopeyas filipinas véase: E. Arsenio Manuel, “A Survey of Philippine
Epics”, en Asian Folklore Studies, 22 (1963), pp. 1-76; Nicole Revel (ed.), Literature
of Voice. Epics in the Philippines, Quezon City, Ateneo de Manila, 2005. Son de espe-
cial relevancia los trabajos realizados por la investigadora francesa Nicole Revel, a
consecuencia de los mismos el Archivo de la Universidad Ateneo de Manila en Quezon
City posee el mayor registro audiovisual del patrimonio oral filipino, fondo conocido
como Philippine Oral Epics (actualmente en proceso de digitalización).
11 No obstante, al paulatino proceso de islamización no siguió la arabización, de

modo que esta literatura se encuentra en las lenguas de las comunidades musulmanas
de Filipinas, principalmente tausug, maguindanao y maranao, puesta por escrito en al-
jamiado con grafía árabe. Cf. Isaac Donoso Jiménez, “Sources on Philippine Islam”,
en Id. (ed.), More Islamic than We Admit. Insights into Philippine Cultural History,
Quezon City, Vibal (en prensa). Otro tema paralelo es la presencia del Islam en la lite-
ratura filipina, véase: Id., “El Islam en las Letras Filipinas”, en Studi Ispanici, Roma
& Pisa, Istituti Editoriali e Poligrafici Internazionali, vol. XXXII, 2007, pp. 291-313.
12 Cf. Isaac Donoso Jiménez, “El modelo universitario europeo en Asia: la Uni-

versidad de Santo Tomás de Manila (1611) y la civilización filipina”, en Hispanogalia


(2007-2009), IV, pp. 151-163; Id., “El Humanismo en Filipinas”, en P. Aullón de Haro
(ed.), Teoría del Humanismo, Madrid, Verbum, 2010, vol. VI, pp. 283-328.
13 Sobre todos los aspectos relacionados con la lengua española en Filipinas

véase: Antonio Quilis y Celia Casado-Fresnillo, La lengua española en Filipinas. His-


toria. Situación actual. El chabacano. Antología de textos, Madrid, CSIC, 2008.
14 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

desde un punto de vista contemporáneo. De este modo, todo un uni-


verso literario queda relegado a un cajón de sastre: “literatura colonial
de Filipinas”. Por el contrario, la influencia determinante que tal lite-
ratura tuvo en el devenir de la producción en lenguas vernáculas, sí es
estudiada como parte consustancial del canon nacional14. Nos encon-
tramos, por tanto, con tres siglos de creación literaria de lengua espa-
ñola en Asia y no sólo relegada sino dispersa incluso en ejemplares
únicos. Este patrimonio, la literatura barroca y decimonónica filipina
en español, es una de las islas literarias –una de las más ignoradas– de
la actual crítica cultural y literaria del país.
Una segunda parcela, vinculada también con la lengua española,
es la literatura producida indiscutiblemente por filipinos en español,
esto es, siendo Filipinas ya una entidad nacional o en su defecto una
nacionalidad aspirada, cronológicamente comprendida entre el último
cuarto del siglo XIX (período de la Propaganda hacia la Revolución)
hasta el presente. Esta literatura, entroncada sin duda con la anterior,
tiende a ser la denominada propiamente como “Literatura filipina en
español”, “Literatura hispanofilipina”, o “Literatura fil-hispana”.
“Literatura filipina en español” refiere una literatura nacional-
mente filipina, escrita en español, de modo que es éste el concepto más
adecuado. “Literatura hispanofilipina”, a pesar de su paralelo con “li-
teratura hispanoamericana”, no viene a reflejar el mismo concepto in-
tegrador, pues en Filipinas la escritura en lengua española es sólo una
parte del todo, mientras que en Hispanoamérica es prácticamente el
todo. Y no es integrador por el hecho de que el término “hispanofili-
pino” no designa tanto “lo filipino expresado en español” como “lo fi-
lipino racialmente español”. Es decir, que por “literatura hispanofili-
14 En poesía, la introducción del Romancero hispánico y su adaptación en lenguas

vernáculas a través de las formas poéticas conocidas como Awit y Corrido. En teatro,
los dramas de capa y espada y la tradición de moros y cristianos, a través de la Komedya
o Moro-moro. En prosa, la primera novela en lengua tagala, Baarlan at Josaphat, en
1712, traducción de la misma en español por Baltasar de Santa Cruz en 1692. Cf. Bien-
venido L. Lumbera, Tagalog Poetry 1570-1898. Tradition and Influences in its Deve-
lopment, Quezon City, Ateneo de Manila U. P., 1986; Damiana L. Eugenio, Awit and
Corrido. Philippine Metrical Romances, Quezon City, Universidad de Filipinas, 1987;
Isaac Donoso Jiménez y Jeannifer Zabala Priel, Romanços filipins del Regne de Valèn-
cia, Onda, Ayuntamiento (en prensa); Id., “The Hispanic Moros y Cristianos and the
Philippine Komedya”, en Philippine Humanities Review, 2010, vol. 11, pp. 87-120.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 15

pina” se puede llegar a interpretar interesadamente “literatura de


mestizos y españoles en Filipinas”, excluyéndola racialmente (xenó-
fobamente) de una posible nacionalidad filipina entendida esencialis-
tamente. Semánticamente la distinción no es baladí, sino una de las
grandes causas del porqué la literatura filipina en español ha sido des-
deñada, por ser considerada “literatura hispano-filipina”, literatura de
las élites ilustradas mestizas y criollas españolas (absoluto reduccio-
nismo de la complejidad de la creación en español en Filipinas, cuando
los mismos estadistas de la Revolución Filipina y el Katipunan usaron
el español15). Tampoco es adecuado el concepto “literatura hispanofi-
lipina” que corresponda a un paralelo “literatura anglofilipina”. Éste
último no es un concepto empleado por la crítica, siendo el prefijo
“anglo-” ambiguo al reflejar en primer término no la lengua inglesa,
sino la influencia inglesa, mientras en el contexto filipino la influencia
es norteamericana. En este caso, el concepto categorizado por la crítica
–para la literatura escrita por filipinos en Estados Unidos– es el de Phil-
Am (Philippine-American) Literature. En conclusión, “literatura his-
panofilipina” sólo debe usarse dentro de un contexto en el cual se en-
tienda transparentemente como “literatura filipina en español”.
Finalmente, “Literatura fil-hispana” se gesta por un escrúpulo de
ubicar, a partir del par “hispano-filipina”, en primer término “filipino”.
Consecuentemente y desde el par “filipino-hispana”, por economía lin-
güística y por afinidad con el prefijo filo– (denotando así una sensibi-
lidad, en el marco filipino entendida casi existencialmente, “filo-his-
pana”), se llega a “fil-hispana”. Tanto gramatical, como literaria y
culturalmente, el concepto es inadecuado, ya que viene a plantear que
sólo un grupo minoritario de filipinos, movidos por hispanofilia, culti-
van el español (por intereses que pueden ir del chovinismo al arribismo
socio-político)16. No obstante su inadecuación, consciente o incons-
cientemente se ha ido reproduciendo su empleo17.

15 Cf. Rolando M. Gripaldo, Liberty and Love. The political and ethical philo-

sophy of Emilio Jacinto, Manila, De La Salle U. P., 2001; Encarnación Alzona, Julio
Nákpil and the Philippine Revolution, Manila, Academic Publishing Corporation, 1964.
16 Desde el campo de la arquitectura, se ha querido establecer “fil-hispano” como

el concepto marco que engloba los fenómenos de influencia arquitectónica hispánica


en Filipinas, y la gestación de una arquitectura mixta. Precisamente por esta dualidad,
el concepto es igualmente poco apropiado, ya que plantea que la influencia española
16 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

La literatura filipina en español puede dividirse en tres grandes


bloques a su vez, dependiendo de su recepción y consideración hasta
el presente por parte de la crítica. Esos tres bloques igualmente exponen
cuál ha sido el devenir de la literatura nacional en Filipinas durante el
siglo XX:
En primer lugar, la producción desde finales del siglo XIX hasta
1945. La generación que había sido capaz de promover una revolu-
ción y crear una República sobre la base de una idea nacional de ci-
vilización filipina, se enfrenta a las nuevas generaciones educadas
por profesores americanos (llamados thomasites) y pensionados en
América que entendían que la civilización era una culminación a la
que había llegado Estados Unidos por la democracia y el progreso18
y, por lo tanto, se debía imitar el modelo americano. Al vaciar de con-
tenido el nacionalismo filipino, Estados Unidos se arrogaba la legiti-
midad de dar “civilización” a una nación que no la poseía19, cuando

en la arquitectura filipina es adherida y no inherente. Mientras que para la arquitectura


mexicana o argentina, la influencia hispana es inherente y no nos solemos encontrar
con dualismos como “arquitectura hispano-mexicana” o “arquitectura hispano-argen-
tina”, para describir las iglesias barrocas filipinas, consustancialmente patrimoniales
al paisaje filipino, se usa el dualismo “hispano-filipinas” o “fil-hispanas”. Al final,
cuando los turistas japoneses visitan estas iglesias, creen que las iglesias son españolas
(menospreciando en consecuencia su valor como arte filipino), cuando en verdad son
patrimoniales a Filipinas. Como los templos budistas o hinduistas y las mezquitas is-
lámicas, las iglesias filipinas son patrimoniales del Sudeste Asiático. Cf. Fernando
Ziálcita, ob. cit.; AA.VV., Endangered. Fil-Hispanic Architecture, Manila, Instituto
Cervantes, 2005.
17 En torno a los diferentes conceptos, un primer planteamiento de la cuestión

ha sido efectuado por Andrea Gallo, “Contemporary Hispanophilippine Literature”,


en Isaac Donoso (ed.), More Hispanic than We Admit. Insights into Philippine Cultural
History, Quezon City, Vibal Foundation, 2008, p. 378; Id., “¿Existe una literatura his-
panofilipina contemporánea?”, en Isaac Donoso (ed.), Civilización Filipina y Relacio-
nes Culturales Hispano-Asiáticas, Cuaderno Internacional de Estudios Humanísticos
y Literatura (CIEHL), Humacao, Universidad de Puerto Rico (en prensa).
18 Cf. Michael Cullinane, Ilustrado Politics: Filipino elite response to American

Rule, 1898-1908, Quezon City, Ateneo de Manila U. P., 2003; Renato Constantino,
The making of a Filipino. A Story of Philippine Colonial Politics, Quezon City [s.e.],
1969.
19 Cf. Paul A. Kramer, The Blood of Government. Race, Empire, the United Sta-

tes and the Philippines, Quezon City, Ateneo de Manila U. P., 2006.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 17

lo cierto es que Filipinas contaba con imprenta y universidad desde


hacía tres siglos. La consigna era tabula rasa: “A people that had got
as far as Baudelaire in one language was being returned to the ABC’s
of another language”20. En esta coyuntura, la literatura nacional fili-
pina será la escrita en español, como arma de defensa intelectual ante
el fracaso de la defensa física y la derrota en la guerra filipina-ame-
ricana (1899-1906).
En segundo lugar, la producción desde 1946 a 1987, año en que
aparece la Constitución que elimina la oficialidad de la lengua española
en Filipinas. Tras la Segunda Guerra Mundial, definitivamente han des-
aparecido grandes contingentes de población filipina hispanohablante,
y la dependencia neocolonial llevará a la literatura filipina en inglés a
la hegemonía en el marco nacional. No sólo la literatura en español irá
perdiendo paulatinamente el estatus de nacional, sino que muy espe-
cialmente se verán afectadas las literaturas vernáculas filipinas. Si du-
rante el período americano paradójicamente se había difundido la
prensa nacionalista en ediciones bilingües español y lengua vernácula,
junto a prensa oficialista en inglés, después de la independencia el na-
cionalismo filipino se verá con la única herramienta de expresarse en
inglés21. De ahí que los autores de sensibilidad progresista se vean en
la obligación de usar el inglés para atacar precisamente el modelo ca-
pitalista americano impuesto en Filipinas22:
English displaced both Spanish and the vernaculars as the primary
symbolic system through which Filipinos represented themselves, that is, cons-
tituted themselves as colonial subjects with specific positions or functions in
the given social order […] English become the wedge that separated the Fili-
pinos from their past and later was to separate educated Filipinos from the mas-
ses of their countrymen23.

20
Nick Joaquín, The Woman Who Had Two Navels, Manila, Bookmark, 2005,
pp. 170-171.
21 Véanse los diferentes artículos sobre literaturas en lenguas vernáculas en:

Elmer A. Ordóñez (ed.), Many Voices: Towards a National Literature, Manila, National
Commission for Culture and the Arts, 1995.
22 Libro pionero en este sentido será: Salvador P. López, Literature and Society,

Manila, Philippine Book Guild, 1940


23
E. San Juan Jr., Writing and National Liberation. Essays on Critical Practice,
Quezon City, Universidad de Filipinas, 1991, p. 96.
18 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

No obstante, la voluntad política de establecer una lengua verná-


cula como lengua nacional en lugar del inglés (el cual había ganado
sin duda la batalla al español después de la Segunda Guerra Mundial),
gestará un movimiento lingüístico que hará del tagalo la base de una
supuesta coiné filipina, siguiendo el modelo bahasa. Así pues, el fili-
pino será reconocido como lengua nacional junto al inglés y el español,
alcanzando gran promoción durante el período de Marcos (1972-1986).
En este momento empezará a formarse una literatura en lengua filipina
de ámbito nacional, manifestando la división entre el diletantismo nar-
cisista de la literatura filipina en inglés (v.gr. José García Villa) y la
lucha social de la literatura en lengua filipina (v.gr. Amado V. Hernán-
dez)24. A medio camino, la generación perdida representada por Nick
Joaquín y el conflicto de identidad25, y autores pensionados que buscan
purgar oligarquías en la lengua del oligarca.
En tercer lugar, la producción desde 1987 hasta el presente, perí-
odo en el cual ni siquiera la crítica parece tener conocimiento de la
existencia de una literatura filipina en español. Es decir, que de repre-
sentar la literatura nacional a comienzos del siglo XX, la literatura fili-
pina en español ha pasado a concluir el siglo absolutamente ignorada;
como mayor atención, se la ha dado por desaparecida. Sin embargo,
los jóvenes autores del período anterior siguieron escribiendo y han
surgido otros nuevos. Dado que la recepción en Filipinas quedó inva-
lidada, esta literatura se abrió puertas emigrando y haciéndose inter-
nacional (desde Chile a Canadá) hasta alcanzar un régimen de globa-

“But our distorted attitude to foreign languages is amply demonstrated in the


cavalier attitude with which educators regarded and finally got rid of required Spanish
learning. Part of the prejudice against Spanish is, of course, due to the great Ameri-
can-induced prejudice against the Spanish part of our history. But the prejudice has
been counterproductive because illiteracy in Spanish has disable millions of Filipinos
from reading into the archives of their past as well as linking with Spanish-using coun-
tries at the present without American English intervention”, en Rolando Tinio, A Matter
of Language. Where English Fails, Quezon City, University of the Philippines, 1990,
p. 96.
24 E. San Juan Jr., “From Jose Garcia Villa to Amado V. Hernandez. Sketch of a

Historical Poetics”, en Elmer A. Ordóñez (ed.), Nationalist Literature. A Centennial


Forum, Quezon City, Universidad de Filipinas, 1996, p. 189.
25 Cf. E. San Juan Jr., Subversions of desire. Prolegomena to Nick Joaquin, Que-

zon City, Ateneo de Manila U. P., 2006.


LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 19

lidad, especialmente mediante la creación en 1997 de la página web


Revista Filipina. Revista Trimestral de Lengua y Literatura Hispano-
filipina <http://revista.carayanpress.com/>26.
Así pues, a pesar de haber sufrido la mayor de las indiferencias
tanto en el propio Archipiélago como en el mundo hispanohablante, la
literatura filipina en español sigue siendo una realidad viva, iniciada
en el siglo XVI y expuesta a numerosas transformaciones, desde su ori-
ginalidad barroca en Asia hasta constituir una de las literaturas margi-
nadas de la Filipinas actual. Y he aquí el estatus actual, la literatura fi-
lipina en español es literatura marginal, de manera semejante al estatus
de las literaturas en lenguas vernáculas del Archipiélago, relegadas del
canon nacional por el inglés y el filipino. En efecto, no existe práctica-
mente creación y difusión de literatura en las principales lenguas ver-
náculas filipinas (ilocano, pangasinense, pampangueño, bicolano, bi-
saya, hiligaynon y waray), ni casi publicaciones regulares en el resto
de lenguas filipinas (ivatan, tausug, maguindanao, maranao, chabacano,
kankanai, aklanon, sama, etc.). Por consiguiente, no se trata de que la
literatura filipina en español haya muerto, sino de que ha desaparecido
su influencia en el marco del panorama nacional, constituyendo así otra
isla de marginalidad en el mundo literario filipino junto a las innume-
rables literaturas regionales de un archipiélago políglota. Pero con una
gran excepción: cualquier filipino, independientemente de su región y
de su lengua materna, al escribir en español no se dirige a su región,
sino que se dirige a la nación en la lengua en la que escribieron los na-
cionalistas filipinos. La escritura en español por lo tanto, a pesar de su
marginalidad, sigue siendo la única literatura filipina de alcance nacio-
nal junto al filipino y al inglés.
Así, pues, surge la gran cuestión que acucia a la literatura filipina
contemporánea: la capacidad de integrar en un paradigma nacional las
tres grandes islas históricas en español, inglés y filipino, así como las
múltiples islas literarias en lenguas vernáculas, cuyas obras de valor
deberían de pasar del estatus de obra regional al de obra nacional. Así
se entendería la literatura filipina como de verdadero alcance nacio-

26
Cf. Isaac Donoso Jiménez, “Poesía hispanofilipina actual”, en Serta. Revista
iberorrománica de poesía y pensamiento poético, 2010, núm. 10, pp. 145-184.
20 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

nal27. Se trataría de cohesionar en un mismo paradigma las diferentes


producciones, analizadas en la actualidad como verdaderas islas des-
vinculadas, cuando lo cierto es que todas han surgido en un determi-
nado contexto socio-histórico, a pesar de haber sido creadas en dife-
rentes lenguas, por un hecho obvio: Filipinas es un archipiélago
multilingüe. Precisamente por la característica archipelágica de la ge-
ografía filipina, si su cohesión como Estado ha sido posible, su cohe-
sión cultural debe atender igualmente al estudio comparado de sus di-
ferentes tradiciones escriturarias como un único cuerpo común, en
diferentes lenguas, pero de una coyuntura semejante. En esto consiste
el concepto de Letras Filipinas:
History is what we are; national literature is what we ought to be. In this
light, our national literature can be in any language, though it cannot be about
anything but Filipino […], being benevolent and non-debatable, [we] will pu-
rify our archipelagic consciousness28.

II. EL CANON LINGÜÍSTICO ACTUAL Y LA LITERATURA HISPANOFILIPINA


La literatura filipina actual se caracteriza por la búsqueda de un
paradigma que pueda ser integralmente nacional, entendiendo por na-
cional su vinculación y repercusión en el conjunto de la nación filipina.

27 Sería una democratización del canon, y no su imperio. Por ejemplo, en lo que

se refiere a la literatura española, semejante ejercicio consistiría en valorar por igual,


aun relativamente, las diferentes tradiciones literarias españolas en sus cuatro lenguas:
castellano, catalán, gallego y vasco. En el caso de Filipinas, semejante replanteamiento
se está produciendo: “Doubtless the coming years will witness a radical shake-up of
the existing canon of ‘national literature’ which up to now has been constituted largely
by works coming from Tagalog literature and Spanish and English writings”, en Bien-
venido Lumbera, Writing the Nation/ Pag-akda ng Bansa, Quezon City, Universidad
de Filipinas, 2000, p. 155.
28 Cirilo F. Bautista, “Some Thoughts of this matter of National Literature”, en

Elmer A. Ordóñez (ed.), ob. cit., 1995, p. 10.


“Lo que es necesario es una lectura ‘archipelágica’ –para usar una metáfora de la
geografía del país– donde las diferentes literaturas filipinas, la escrita en español in-
cluida, sean leídas como parte de un gran corpus conectado con una historia común,
aunque articulado en diferentes lenguas”, en Wystan de la Peña, “¿Dónde se encuentran
las Letras Fil-Hispánicas en el canon de los estudios literarios filipinos”, en Perro Berde.
Revista Cultural Hispano-Filipina, Manila, junio-diciembre, 2009, núm. 0, p. 79.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 21

No obstante, se presentan problemas inmediatos al punto de decidir en


qué lengua se debiera expresar esa literatura y cuál haya de ser su canon
lingüístico. En un país de gran heterogeneidad lingüística regional y
una profunda diglosia en la lengua nacional (Wikang Pambansa), ori-
ginada desde el tagalo, la lengua inglesa sigue buscando arrogarse el
estatus de lingua franca. Éste es el principal argumento de autores que
reivindican el inglés como lengua de la expresión filipina (desde la crí-
tica literaria de Gémino Abad hasta el candidato a Nobel Francisco Sio-
nil José).
No obstante, la propia lógica sociolingüística filipina pone en evi-
dencia los límites de una expresión ajena a las sensibilidades de la po-
blación. Así, aunque no se producen películas filipinas habladas en len-
gua inglesa, paradójicamente sí se sigue produciendo una abundante
actividad literaria en inglés. El motivo es la falta de soberanía intelectual
por parte de una sociedad que subliminalmente no se ve con la capaci-
dad de dignificar su propia expresión, esto es, la perdurable mentalidad
colonial existente en Filipinas29. Ello afecta a la voluntad decidida de
intelectualizar una lengua nacional, el filipino que, con casi cien millo-
nes de hablantes, representa una de las super-lenguas mundiales30.
Se llega de este modo a la gran paradoja de que una lengua en ex-
traordinaria expansión como es el filipino, al mismo tiempo sufra de
evidente diglosia y minimización en sus propios dominios lingüísticos.
El resultado es una lengua en vías de estandarización y en vías de in-
telectualización que acaba siendo desplazada y afectada por la lengua
dominante que los hablantes de la comunidad interpretan diglósica-
mente como superior:
In any case, the simplest if over-simplified way of distinguishing Taga-
log, Pilipino and Filipino is the language it borrows from: Tagalog borrows
from Spanish, Pilipino from Spanish and English, Filipino from Spanish, En-

29 Cf. Virgilio G. Enríquez, From Colonial to Liberation Psychology. The Phi-


lippine Experience, Quezon City, University of the Philippines, 2008.
30 Sobre la intelectualización del filipino véase: VV. AA., The KWF and the In-

tellectualization of Filipino, Manila, Komisyon sa Wikang Filipino, 1996; Ponciano


B. P. Pineda, Ang Wikang Filipino sa Information Age, Manila, Komisyon sa Wikang
Filipino, 1997; Vilma Mascariña-Resuma, Gramatikang Pedagohikal ng Wikang Fili-
pino: Komunikatibong Modelo [s.l.], [s.e.], 2002; VV. AA., Gabay sa Editing sa Wikang
Filipino (tuon sa pagbaybay), Quezon City, Sentro ng Wikang Filipino, 2005.
22 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

glish and other Philippine languages […] There is no denying that the decades
of bilingualism have resulted in the deterioration of English and Filipino pro-
ficiency in and out academe. Actually, what has deteriorated is the ability to
think with perspicacity and depth. The result is Taglish, which is the convenient
language for undeveloping–and, therefore, consistently shallow–minds31.

Frente a este estado de cosas, se produce el irremediable fenó-


meno del uso lingüístico. Las lenguas acaban siendo elementos vivos
que evolucionan y se transforman y que, a pesar del contacto entre las
mismas, los hablantes mantienen una coherencia que permite la comu-
nicación. De ahí que la expansión del inglés en Filipinas como lengua
nacional ha acabado siendo confrontada por una masa de hablantes que
apunta hacia la nacionalización de facto del tagalo como lengua del
pueblo filipino:
When an official language was an artificial thing, created by internatio-
nal elites, and spread as far as possible among local populations, it is unders-
tandable that the bigger budget should have created the bigger language. But
when the population starts to grow, as the urban population of Metro Manila
has, its language (Tagalog) has come to dominate the country just as its spea-
kers have, English or no English. And when a population starts to move towards
that irresistible attractor, the US economy, as the Mexican and central Carib-
bean populations now are, new speaker communities will begin to crowd in,
even if this means encroaching on the heartland of the most dynamic, and wi-
dely spoken, language in the world, English32.

Un siglo atrás la coyuntura filipina era diferente. La creación li-


teraria nacional, en una República recién nacida con un himno nacional
en español, una Constitución en español y un héroe nacional que había
escrito todas sus obras en español, no podía ser otra que una literatura
expresada en español. Sin embargo, la nacionalización completa de la
lengua española en Filipinas fue abortada por la imposición de un ré-
gimen norteamericano que tenía en el inglés su principal arma de pro-
paganda. De este modo, una generación que había llegado a crear una

31
Rolando Tinio, ob. cit., pp. 20 y 93. Cf. Roger M. Thompson, Filipino English
and Taglish: language switching from multiple perspective, Amsterdam, John Benja-
mins, 2003.
32 Nicholas Ostler, Empires of the Word. A Language History of the World, New

York, Harper Perennial, 2006, pp. 378-379.


LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 23

República moderna y libre en Asia fue reemplazada por nuevos clientes


coloniales, produciéndose la guerra generacional entre hispanohablan-
tes ilustrados y anglohablantes pensionados; guerra de enormes con-
secuencias para las posteriores generaciones filipinas:
But our distorted attitude to foreign languages is amply demonstrated
in the cavalier attitude with which educators regarded and finally got rid of re-
quired Spanish learning. Part of the prejudice against Spanish is, of course,
due to the great American-induced prejudice against the Spanish part of our
history. But the prejudice has been counterproductive because illiteracy in Spa-
nish has disable millions of Filipinos from reading into the archives of their
past as well as linking with Spanish-using countries at the present without
American English intervention33.

Ahí radica la tragedia y la excepcionalidad como fenómeno cre-


ativo de la literatura filipina actual, escindida entre su abortada nacio-
nalización en español y el dilema entre un inglés distante del lector y
un filipino en proceso de intelectualización (no alcanzada por la propia
diglosia de sus hablantes).
No obstante, y a pesar de haber pasado un siglo en continuo des-
censo como fenómeno creativo, la creación literaria en lengua española
por filipinos es un hecho constante e irremediable. A pesar de que exis-
tieron razones para proclamar la elegía cultural de la eliminación del
español como una de las lenguas oficiales de Filipinas (para pasar a su
actual estatus de lengua opcional), no todo acabó en 1987 con la Cons-
titución de Corazón Aquino.
La presencia cultural hispánica ha determinado la construcción de
la nacionalidad filipina. En consecuencia, si el joven Estado filipino –in-
dependiente desde 1946– está buscando al presente su legitimación civil
a través del nacionalismo, es plausible que las nuevas juventudes explo-
ren las razones de su formación civilizacional como hecho histórico. A
este primer argumento de exploración nacionalista hay que sumar dos
más. Por un lado, cualquiera que haya paseado por las calles de cualquier
región filipina se percatará de inmediato de la presencia activa de ele-
mentos hispánicos en la cultura contemporánea del país. Por otro, cual-
quier filipino que viaje al exterior, especialmente a cualquier parte de
América, reconocerá de inmediato elementos culturales que pensaba eran
33
Rolando Tinio, ob. cit., p. 96.
24 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

patrimoniales del mundo filipino. Estos tres aspectos configuran la base


por la cual al presente se sigue cultivando una literatura filipina escrita
en español, y se seguirá cultivando, a pesar de los numerosos De profun-
dis que han sufrido las Letras Filipinas de lengua española.
En suma, dentro del canon literario filipino actual la creación en
español supone ciertamente todo un fenómeno heterodoxo. No obs-
tante, no sólo se trata de un fenómeno real, sino que además posee la
capacidad de vincularse a la historicidad y génesis del nacionalismo
filipino, alcanzando absoluta pertinencia en el estado actual de cosas a
pesar de su heterodoxia y una perceptible acronía literaria fruto del ca-
rácter heterónomo y disperso de sus producciones. Y es así cómo la
pertinencia de dicha heterodoxia acaba siendo canónica34, por haber
sido el español la lengua fundacional de la nacionalidad filipina y de
su expresión literaria.

III. CRÓNICAS DE LA HETERODOXIA: MEDIOS DE EXPRESIÓN FILIPINOS


EN LENGUA ESPAÑOLA

La creación literaria en lengua española por filipinos desde 1987


hasta el presente se ha visto comprometida, y ello no tanto por perder
esta lengua el estatus de oficial como por el desmantelamiento de la
logística de la lengua. En situación de subalterna y relegada a lengua
opcional, el problema no radicaba en una teoría constitucional sino en
la práctica desplegada por la sociedad. Televisión, radio, prensa, todos
los medios de transmisión de información fueron falleciendo para la
lengua española en Filipinas. La desaparición de las unidades obliga-
torias de español en el currículum académico dejó sin trabajo a cente-
nares de profesores, pero igualmente dejó sin oferta educativa en es-
pañol a miles de alumnos. Ya no se hablaba español, ya no se estudiaba
español, pero lo más problemático de todo consistía en que no había
donde poder estudiar español.
A pesar de la coyuntura y la condena de la producción en español
a un ejercicio de heterodoxia, la literatura hispanofilipina se ha abierto
caminos inverosímiles desde su marginalidad. Es ahí donde hemos de

34
Cf. Pedro Aullón de Haro, “Globalización y canon literario”, en Perro Berde.
Revista Cultural Hispano-Filipina, Manila, junio-diciembre, 2009, pp. 75-77.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 25

situar uno de los fenómenos más relevantes a determinar en la crónica


de una muerte anunciada del español en Filipinas. A pesar de la oficial
defunción, nuevos medios de expresión han emergido gracias a la re-
volución informática, sucediendo que las nuevas tecnologías han otor-
gado voz al ámbito confinado a que se redujo al escritor hispanofili-
pino. ¿Cuáles son, pues, los actuales medios de expresión filipinos en
lengua española?
Nueva Era, hebdomadario filipino en idioma español fundado por
Emilio Ynciong Calao, es la única publicación periódica en papel que
se ha seguido editando, gracias a los esfuerzos de Guillermo Gómez
Rivera y a la necesidad legal de hacer públicos determinados anuncios
legales (sobre todo catastrales) en lengua española. No obstante, la in-
existencia de redactores ha convertido su contenido en poco atractivo
para subcriptores, lo que sumado a la dependencia del anuncio público
por parte de los tribunales filipinos de edictos en español, condujeron
a su desaparición en agosto de 2008. A día de hoy están en pruebas de
imprenta dos números más, con la intención de que vuelva a publicarse.
En cualquier caso, el formato no permite que Nueva Era pueda realizar
la labor de difusión literaria que antaño realizaron otras publicaciones
periódicas filipinas, desde Renacimiento Filipino, La Vanguardia, El
Debate o Excelsior antes de la Segunda Guerra Mundial, hasta las úl-
timas revistas literarias, Semana, El Maestro, Nuevo Horizonte, y en
los años noventa Crónica de Manila, sección en español de The Manila
Chronicle.
Filipinas ahora mismo/ Filipinas ora mismo es el único programa
radiofónico emitido en español en la radio filipina. El programa opera
de lunes a viernes de 19:00 a 20:00 horas, de 12:00 a 13:00 en España,
a través de DZRM Radyo Manila 1278 kilohercios. Se puede escuchar
en tiempo real en <www.prensacadiz.org> o <www.pbs.org.ph>. Las
características de un programa de radio no permiten la subsistencia de
lengua escrita. No obstante ello, Filipinas ahora mismo está ayudando
a la creación de una recepción lingüística en español sin duda necesaria
para la promoción o agitación cultural y literaria35. Con tal propósito,
35 Cf. María Theresa R. José, “Filipinas ahora mismo: La hora española en las

ondas filipinas”, en Isaac Donoso (ed.), Civilización Filipina y Relaciones Culturales


Hispano-Asiáticas, loc. cit., (en prensa). Como soporte periodístico a la emisora ha
aparecido e-dyario, el diario digital filipino en español: <http://e-dyario.com>
26 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

se haya actualmente en marcha la publicación de una revista cuyo fin


principal es el desarrollo de un estado de conciencia filipino en torno
a la lengua española: Perro Berde. Revista hispano-filipina de agitación
cultural.
En este contexto emerge el principal motor del actual desarrollo
literario filipino en lengua española: Internet. Ante las dificultades de
encontrar medios de expresión, la red virtual se ha convertido en el
principal instrumento empleado por los filipinos para la creación de un
ámbito literario en español. Desde hace más de diez años, Revista Fi-
lipina. Revista Trimestral de Lengua y Literatura Hispanofilipina
<http://revista.carayanpress.com>, ha pasado a ser el más importante
foro de debate, publicación y crítica acerca del actual panorama de las
Letras Filipinas en español. Internet ha permitido publicar desde cual-
quier parte del mundo para cualquier parte del mundo, lo que ha faci-
litado el instrumento adecuado de expresión para otro de los fenómenos
sociales de la Filipinas contemporánea: la emigración.
Revista Filipina nació en 1997 a partir de las experiencias de Ed-
mundo Farolán Romero en la revista electrónica canadiense La Guir-
nalda Polar. En más de diez años de vida, Revista Filipina ha sido artí-
fice de la más relevante proyección literaria filipina en lengua española,
publicando obras nuevas y creando unos imprescindibles medios de crí-
tica literaria. Si la literatura hispanofilipina se había visto acomplejada
en virtud de su escasa difusión en el país, Revista Filipina dio voz a un
nuevo fenómeno: la internacionalización de la creación literaria filipina
en lengua española. Si bien se trata de una literatura hecha por filipinos,
su receptor se hacía internacional. El hecho literario hispanofilipino ob-
tenía así una internacionalización como medio de supervivencia, e in-
corporaba a su vez el sentimiento de la diáspora filipina. Nos encontra-
mos, por tanto, ante dos fenómenos totalmente novedosos para la
literatura filipina: el uso de nuevos medios de expresión y la creación
desde fuera de Filipinas. Si esta literatura estuviese muerta, ¿cómo se
podría explicar su vitalidad en fenómenos tan actuales?
Sin embargo, más allá de la palabra virtual, lo que permite sin re-
servas hablar de una literatura hispanofilipina de nuestro tiempo es la
existencia de imprentas que siguen estampando textos literarios filipi-
nos en español. Sobresale en este sentido Carayan Press, asentada en
San Francisco, California, dirigida por el filipino Edwin Agustín Lo-
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 27

zada. Esta editorial ha publicado varios de los principales poemarios


actuales, convirtiéndose en un motor indiscutible de la reactivación li-
teraria hispanofilipina. Dentro del país han aparecido, en los últimos
años, textos literarios en español publicados por editoriales, a veces de
prestigio, como la de la Universidad de Santo Tomás o Anvil. También
han existido casos de autopublicación. Todo ello pone de relieve que
la literatura se abre caminos y, de no existir cauces previos, los autores
los buscan y encuentran. En otras palabras, que si hay escritores en es-
pañol a pesar de las dificultades de difusión, existe una necesidad de
expresión correspondiente y, en consecuencia, una literatura filipina
viva que se expresa en español.

IV. ORÍGENES DE LA LITERATURA FILIPINA EN ESPAÑOL EN EL SIGLO XXI


Entre los años 2000 y 2010 ha venido apareciendo al menos
anualmente un libro de poesía filipina en español, a excepción de 2007.
Se trata de un número reducido de obras, pero ello pone igualmente de
manifiesto la actividad y constancia del ejercicio literario, la diversidad
de autores y tendencias así como la dispersión geográfica de este fe-
nómeno. Sinópticamente se puede apreciar en el siguiente cuadro:

AÑO AUTOR TÍTULO LUGAR


2000 Marra Pl. Lanot WitchÊs Dance at iba pang Filipinas
tula sa Filipino at Español
2001 Edwin Agustín Lozada Sueños anónimos Estados Unidos
2002 Edwin Agustín Lozada Bosquejos Estados Unidos
2003 Paulina Constancia Brazos abiertos Canadá
2004 Hilario Ziálcita Legarda La Nao de Manila y demás Filipinas
poesías
2005 Noel Guivani Ramiscal Noelses Filipinas
2006 Edmundo Farolán Romero Itinerancias Estados Unidos
2008 Marra Pl. Lanot Riding the Full Moon and other Filipinas
poems in Filipino & Spanish
2009 Daisy López En la línea del horizonte España
2010 Guillermo Gómez Rivera Con címbalos de caña España
(en prensa)
28 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

En 1975 John W. Burton realizó una de las últimas categorizacio-


nes de la literatura hispanofilipina contemporánea. En ella se tipologi-
zaban tres clases de poetas: 1) Tradicionalistas; 2) Innovadores; 3) Ex-
perimentalistas36. En el actual panorama literario hispanofilipino (lo
cual es particularmente evidente en poesía) se producen dos fenómenos
sobresalientes que determinan la presente coyuntura creativa.
En primer lugar, estamos asistiendo a la pervivencia de una, la úl-
tima, generación de escritores filipinos que tienen el español como len-
gua materna (que escriben en consecuencia con los valores histórico-
lingüísticos del español de Filipinas), los cuales representan el
desarrollo natural del proceso de evolución de la literatura hispanofili-
pina (bien escriban en formas clásicas –tradicionalista– o innoven es-
téticamente –innovadores–).
En segundo lugar, existe la emergencia de un grupo de escritores
filipinos que ha aprendido el español (español internacional, de España,
de México, de Estados Unidos, etc.), y que por motivos principalmente
histórico-culturales escriben en esta lengua, además de en otras lenguas
filipinas, principalmente inglés y filipino (experimentalistas). A este
propósito es de considerar un curioso acontecimiento, el de la publica-
ción de poemarios políglotas de un mismo autor. No obstante, las dos
clases de escritores mencionados no conforman unidad. Escritores de
una u otra existen tanto en Filipinas como en la diáspora.
Revista Filipina representa un episodio aparte, pues en ella se han
conjugado diferentes aspectos que la han venido a convertir, dentro de
su modestia, en un motor indiscutible de convergencia: autores de la
generación anterior (Guillermo Gómez Rivera y Edmundo Farolán);
nuevos escritores (Edwin Agustín Lozada y Paulina Constancia); otros
de diversa procedencia geográfica y de la diáspora (Gómez Rivera
desde Filipinas, Lozada desde California, Farolán que viaja por todo
el mundo); y nuevos medios de expresión (publicación electrónica y
creación de la editorial californiana Carayan Press).
Efectivamente, Gómez Rivera y Farolán, junto con Federico Es-
pino Licsi37, han sido los más notables escritores filipinos en español
36
John W. Burton, “The Resurgence of Philippine-Spanish Poetry”, en Solida-
rity, Quezon City, Capitol Publishing House, n. 7, vol. IX (1975), p. 60.
37 Federico Espino Licsi (1940-) es autor de los siguiente poemarios en español:

Ave en jaula lírica (1970); Caras y caretas del amor (1974); Latigazos de luz (1974);
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 29

del último cuarto del siglo XX, cuando se hereda el trabajo del último
de los grandes autores clásicos filipinos: Francisco Zaragoza38. Sin em-
bargo, tanto Zaragoza como Espino Licsi, autores transcendentales para
las Letras Filipinas en español en virtud de la confluencia que represen-
tan de dos tendencias expresivas en transición (del neomodernismo al
postmodernismo39), han sido completamente olvidados. El caso de Es-
pino Licsi es paradigmático, pues ha llegado a ser el único poeta filipino
laureado en tres lenguas, ganador de diversos premios poéticos en Es-
paña y, a pesar de seguir vivo, borrado completamente de la historio-
grafía literaria40. Espino Licsi era un poeta lorquiano y decadentista,
cuya obra manifiesta un absoluto vértigo hacia el postmodernismo:
Paso a paso desciende la desnuda…
La escalera, xilófono inclinado
con teclas de madera, emite música,
la que hacen sus pies con tanta soltura,
pies limpios, sonrosados y descalzos
que tocan una fuga…
Verla bajando, llena de hermosura

Pararrayos. Se le debe la experimentación poética en lengua española en Filipinas, so-


bresaliendo por crear una estética postmoderna y decadentista de enorme originalidad,
y por establecer un modelo de publicación poética bilingüe (español-inglés), práctica-
mente general en la actualidad. Cf. Luis Mariñas Otero, La literatura filipina en caste-
llano, Madrid, Editora Nacional, 1974, p. 80; y John W. Burton, loc. cit., pp. 67-68.
38 Francisco Zaragoza Carrillo (Quiapo, 1914-Manila, 1990) fue tras la Segunda

Guerra Mundial el último de los grandes escritores clásicos filipinos, estableciendo


una estética clasicista con elementos perennes modernistas. Autor de una obra extensa
diseminada en todas las publicaciones en español de la época (motivo por el cual mucha
de su obra está en serio riesgo de perderse), sus dos principales poemarios revelan por
los títulos su estética: Emocionario: versos de la adolescencia (1929) y Castalia ¸ntima
(1961). Sus obras completas quedaron inéditas cuando ya se tenía un prólogo de Gui-
llermo Díaz-Plaja
39 Sobre las razones de la persistencia del Modernismo en Filipinas véase: Isaac

Donoso, “El Islam en las Letras Filipinas”, cit. Sobre la crítica originaria del Moder-
nismo filipino, véase: Id., “Retana y la crítica al Modernismo: De la evolución de la
literatura castellana en Filipinas [1909]”, en Revista Filipina, t. XII, nº 1, primavera
2008 <http://revista.carayanpress.com/retana.html>.
40 Se trata de un poeta maldito, actualmente recluido en un psiquiátrico a con-

secuencia de un desengaño amoroso, según noticia de Guillermo Gómez Rivera, su


maestro.
30 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

es recordar los mitos del pasado


que viven en poemas, lienzos, cantos,
sonatas, esculturas…
¡Verla bajar, desnuda!41

Edmundo Farolán llama a su generación poética la de los Vanguar-


distas42 (el “Resurgir” según la periodización de Burton), compuesta
por Gómez Rivera, Licsi Espino, Ángel Estrada, José María Estrada, G.
Burce Bunao y Gilberto Luis Centina III, como autores más represen-
tativos. No obstante, muchos de los autores de este momento histórico-
literario fueron desvaneciéndose, lo que sumado a la caída en desgracia
de Espino Licsi, presagió la pérdida de los elementos mínimos para el
sostenimiento de una literatura: creación, recepción y crítica.
Farolán y Gómez Rivera, con carreras más sólidas y perdurables,
fueron los autores que se hicieron cargo de la situación precaria en la
que se encontraba la literatura hispanofilipina después de 1987 y, a
través de los nuevos medios de expresión electrónicos, establecieron
a finales de los años noventa una colaboración tenaz para dar cuerpo
y contenido a Revista Filipina. A la labor de edición se unió Lozada,
actual editor de la publicación electrónica. Como hemos mencionado,
desde este foro se ha removido el panorama literario filipino en lengua
española, con independencia del lugar de creación. Lo significativo es
que, a la par que esto se producía, tanto en Filipinas como en la diás-
pora nuevos escritores (bien por experimentalismo, bien por los mo-
tivos aludidos de búsqueda de identidad nacional a través del español)
comenzaban a publicar textos poéticos en esta lengua. Éstos son los
casos de Paulina Constancia, Marra Lanot y Noel Guivani Ramiscal.
Excepcional es el caso de Hilario Ziálcita Legarda, médico que en
estos sus años de retiro ha compuesto desde, por así decir, la acronía,
un poemario de estética neoclásica sólo posible en Filipinas. A todos
41
“Desnuda bajando por la escalera”, en Ave en Jaula Lírica, Manila, Ediciones
Fil-Hispanas, 1970, p. 16. Declamación de Guillermo Gómez Rivera en Isaac Donoso,
“Declamación de dos poemas de Licsi”, en Fonoteca del Español en Filipinas, Revista
Filipina, t. XII, nº 1, primavera 2008: <http://revista.carayanpress.com/escalera.html>.
42 Edmundo Farolán, “Geometría Luminosa: Los Vanguardistas (1ª Parte)”, en

La Guirnalda Polar, 10 de junio de 1997: <http://www.vcn.bc.ca/spcw/geo2.htm>, et


idem, “Geometría Luminosa: Los Vanguardistas (2ª Parte)”, en La Guirnalda Polar, 1
de agosto de 1997: <http://www.vcn.bc.ca/spcw/geo3.htm>.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 31

ellos se suman asimismo autores que esporádicamente dan salida a


sus trabajos.
Como puede comprobarse, el fenómeno literario filipino posee a
día de hoy una especificidad y personalidad insólita en el conjunto de
la producción literaria hispánica: confluencia de generaciones, última
generación de hispanohablantes filipinos y nuevos filipinos que expe-
rimentan en español; variedad estética sin norma o convención estable
de referencia, diversidad geográfica y, además, único ejemplo literario
en español creado por asiáticos.

V. PANORAMA DE LA LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL


Tratar de dibujar sintéticamente un panorama de la literatura his-
panofilipina43 actual con el fin de poder afirmar su pervivencia o bien

43 La necesidad de definir nuestro campo de investigación obliga a acuñar, jus-


tificar o precisar el empleo de determinados términos y descartar otros. En una sola
locución hay que poner de manifiesto dos elementos: la lengua y la proveniencia ge-
ográfico/cultural. Al igual que la expresión “literatura francocanadiense” que se ha
empleado para indicar todo lo escrito en francés por canadienses, aquí se utiliza la ex-
presión “Literatura hispanofilipina” para designar la producción literaria del actual te-
rritorio de la República de Filipinas (o de ciudadanos emigrados al extranjero pero
procedentes de las islas) escrita en lengua española desde sus orígenes hasta hoy. Véase
nota 17.
Filipinas es un caso peculiar dentro de la experiencia colonial; un país compuesto
por varios grupos étnicos y que ha sufrido dos grandes colonizaciones, situación ésta
en parte similar a la de colonias como Mauricio, Vanuatu o Dominica, pero con di-
mensión y peso demográfico, económico y cultural totalmente distintos.
Describir y analizar esta realidad tan compleja requiere herramientas, un len-
guaje, unas etiquetas y unos conceptos que no están aún del todo fijados y que se siguen
forjando (sobre todo en lengua española). Si los avatares de la historia hubieran sido
diferentes, tendría alguna validez la afirmación de la Enciclopedia universal ilustrada
europeo-americana, “el Espasa”, de principios de 1900, según la cual “Cuando se dice
literatura filipina, se sobreentiende la escrita en castellano por los allí nacidos, para
diferenciarla de la escrita en alguno de los idiomas vernáculos, y aun por los filipinos
en inglés”. A esta literatura en castellano se habría ido incorporando poco a poco, según
las nuevas visiones de la identidad nacional, lo escrito en lenguas vernáculas de signi-
ficación para toda la comunidad estatal. En cambio, la marginalización y destrucción
del español y el dominio del inglés han sido los elementos que han alterado y modifi-
cado el cuadro de referencia.
32 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

declarar por el contrario que ya se agotó definitivamente su capacidad


creativa, implica ir recogiendo datos sueltos (publicaciones, obras, au-
tores…) aparentemente marginales, e intentar insertarlos dentro de una
continuidad histórico-cultural que atañe a toda la comunidad nacional.
Aquí, por lo tanto, se tratará de dar cuenta de lo que ha sido publicado
en español durante estas últimas décadas tanto en Filipinas como en el
extranjero por parte de filipinos, residentes bien en el país o fuera de
él. Reseñar conjuntamente este material permite que obras y autores
se puedan considerar no ya como testimonios epigónicos, curiosidades
aisladas o incluso démodé, sino más propiamente como puntos de una
trayectoria cultural, tal vez en estado terminal, pero aún rica en signi-
ficados que construyen la identidad poliédrica de un país.
Hoy, como anteriormente se ha quedado dicho, la lengua española
en Filipinas es tan minoritaria que ha dejado de ser lengua vehicular.
Es estudiada por razones de cultura o por motivos de trabajo y muy
pocos la tienen como patrimonio familiar, aunque creemos que sigue
siendo un dato significativo y extremadamente interesante que conti-
núen existiendo filipinos que en la vida del hogar hablan esa lengua44.
Del pasado sin duda queda una presencia visible en instituciones
prestigiosas: la Academia Filipina fundada en 1922, y correspondiente
de la Real Academia Española de la Lengua, y el Premio Zóbel, creado
en 1920 y otorgado por la familia homónima a partir de 1922 y hasta
tiempos recientes45.

44
El español que se hablaba difusamente en Filipinas hasta los años 50-60 es
una variedad de lengua patrimonial filipina diferente de las variedades peninsulares o
hispanoamericanas. Es de subrayar este dato porque implica que esos núcleos fami-
liares que hablan español no lo hacen por una vinculación directa con España (inmi-
grantes o hijos de españoles; vinculación que se puede crear en un segundo momento
–estudio, emigración– precisamente por hablar el mismo idioma), sino porque lo tienen
como patrimonio personal.
45 Hoy en día se encargan del prestigioso galardón y de su legado Doña Georgina

Padilla y Zóbel de MacCrohon y Don Alejandro Padilla y Zóbel. La última entrega


del premio –que de premio literario se ha convertido en un premio de Hispanidad–
data del año 2000; de momento el premio está suspendido, pero más bien por motivos
organizativos que por falta absoluta de producción literaria o de actividad de fomento
de la cultura hispánica. Véanse Lourdes Brillantes, 80 años del Premio Zóbel, Manila,
Instituto Cervantes & Fundación Santiago, 2000 y 81 years of the Premio Zobel, Ma-
kati, Georgina Padilla y Zóbel & Filipinas Heritage Library, 2006.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 33

No obstante, desde hace décadas se afirma, sin real conocimiento


de la materia, que la literatura hispanofilipina es el legado de una
época pasada y que las Letras Filipinas modernamente se expresan en
otros idiomas pero no ya en español. Para afirmar o negar definitiva-
mente este asunto, sería necesario averiguar primero si existen publi-
caciones recientes en español y, secundariamente, considerarlas en su
significación propia y en su contexto, dentro de las circunstancias en
las que han surgido.
En efecto, sorprendentemente, en la actualidad siguen apare-
ciendo algunas publicaciones en español. Se trata de trabajos bien dis-
tintos entre sí, de género muy diverso, que se editan tanto en Filipinas
como, con cierta frecuencia, también fuera del país. Se han producido
libros que consideraríamos literatura artística, es decir, poesía, teatro,
cuento; pero hay también una producción ensayística memorial o au-
tobiográfica, de tema histórico, histórico-literario, de costumbres, lin-
güístico, además de antologías. Parejamente existe una producción va-
riada de textos periodísticos46, alguna traducción al español de piezas
literarias filipinas de otras lenguas y textos de didáctica del español es-
pecíficos para filipinos en varios tipos de soporte. En este limitado pero
interesante horizonte, destaca la ausencia del género moderno príncipe
de la literatura, es decir, la novela. Parece que no se escriban novelas
(buenas o malas) en español o al menos lo cierto es que no salen de las
prensas47, lo cual es clara señal de que, no existiendo un público nu-

46
En el Manila Chronicle, a partir de 1994 y hasta 1997, todos los domingos
salía una sección de cuatro páginas en español bajo el título “Crónica de Manila”. En
ella se trataban temas de cultura filipina, la historia de la Filipinas española, actualidad,
etc. Contribuían con sus artículos Wystan de la Peña (al que se agradece por la infor-
mación), Emmanuel Luis Romanillos, Erwin Thaddeus Bautista, Lourdes Brillantes
(todos profesores de la Universidad de Filipinas), otros hispanistas como Guillermo
Gómez Rivera y también personal de las embajadas de los países hispanohablantes.
47 A este respecto es oportuno señalar dos novelas en español que se han pu-

blicado en estos últimos años: La última de Filipinas por Carmen Güell (Barcelona,
Belacqua, 2005) que relata la historia novelada, pero basada en hecho verídicos, de
una familia mestiza de Iloílo, narrada en primera persona por uno de sus personajes
Nena (Elena) y Y soplará el Amijan de Manena Munar (Barcelona, Alay, 2003).
Ambas autoras en sus obras hablan de Filipinas, y con este país de alguna forma
están vinculadas aunque no son filipinas, sus obras por lo tanto no caben dentro de
la literatura filipina.
34 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

méricamente importante tanto nacional como extranjero, no surge el


interés comercial y consiguientemente una producción constante.
Por lo demás, es preciso advertir que una parte de la producción
suele publicarse en versión bilingüe español/inglés, siendo la versión
castellana aquella que casi siempre representa el texto original, mien-
tras la traducción al inglés tiene como objeto hacer accesible el texto
al conjunto del público nacional. Es éste, en efecto, un constante rom-
pecabezas para estos autores: la voluntad o necesidad interior de com-
poner en español contrasta con el deseo de hacerse comprensible, ase-
quible al resto de filipinos, lo cual demuestra que, aun habiendo elegido
el español, no se trata de textos dirigidos en principio al público hispá-
nico en general, sino a los mismos filipinos.
En lo que sigue se procederá a reseñar el conjunto de autores co-
nocido y su producción literaria en español. Como criterio se seguirá
el de la mera existencia de los textos, prescindiendo de valoraciones
o caracterizaciones especiales. Este criterio se hace necesario a fin de
responder a la pregunta inicial de si es posible o no hablar de una li-
teratuta hispanofilipina actual. Realizaremos un cuadro general de lo
que existe modernamente; cada autor será tratado de manera específica
más adelante.
Entre quienes se encuentran con vida actualmente, pero desde
hace muchos años retirados de la escena cultural, hay que mencionar
a: Federico Espino Licsi, ilustre voz filipina de la poesía en tres len-
guas, premiado en su tierra con el Zóbel (1978) y en España con el Pri-
mer Premio de la III Bienal de Poesía Ramón de Basterra (1977); y
Concepción (Conchita) Huerta, premio Zóbel 1965, a día de hoy resi-
dente en Australia y con un haber considerable en la defensa del espa-
ñol como lengua desde las columnas del periódico El Maestro, órgano
oficial de la CONAPE (Corporación Nacional de Profesores de Espa-
ñol); y por fin Rosario Clemente Zulueta.
De los todavía activos en la actualidad, hay que subrayar el nom-

Sin embargo, estamos al corriente de varias novelas filipinas en castellano que


siguen inéditas en el cajón de sus autores; mencionamos el dato para rematar que pa-
rece ser más bien la falta de salida editorial lo que limita el desarrollo de esta produc-
ción y no tanto la falta de inspiración creativa de autores que se dediquen a la escritura
en español. Existen al presente tres novelas esperando ser publicadas, de Guillermo
Gómez Rivera, Edmundo Farolán y Macario Ofilada.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 35

bre de Guillermo Gómez Rivera (Iloílo, 1936), de hecho una figura his-
tórica de la cultura filipina. Sobrino-nieto de Guillermo Gómez Wind-
ham, ilustre intelectual filipino y hombre del gobierno colonial esta-
dounidense que fue el primer escritor en ganar en 1922 el Premio
Zóbel. Gómez Rivera estudió en la Universidad de San Agustín de Ilo-
ílo y en el colegio de San Juan de Letrán. Posteriormente fue catedrá-
tico de español en la Adamson University de Manila. Periodista, poeta,
lingüista, ensayista plurilingüe, durante décadas ha animado la cultura
de su país promoviendo la valoración del aporte hispánico a través de
diversas actividades. Fue miembro de la CONAPE y ha colaborado y
dirigido revistas de lengua española como El Maestro, Nuevo Horizonte
y Nueva Era, única revista filipina en español que todavía, él mismo,
con encomiable esfuerzo, sigue editando. En 1975 ganó el Premio
Zóbel por la obra teatral El Caserón. Importante es también su activo
trabajo como lingüista. Participó en la Philippine Constitutional Con-
vention (1971-1973) defendiendo la conservación del español. Es el
miembro más antiguo de la Academia Filipina. En español ha publi-
cado, además de El Caserón (Manila, Nueva Era Press, 1975)48, varios
cuentos en revistas durante los años 60, 70 y 80, y el ensayo polémico
El conflicto de las islas Malvinas (Manila, [s.e.] 1984) en versión bi-
lingüe. Entre sus ensayos es muy de recordar La literatura filipina y
su relación con el nacionalismo filipino (Manila [s.e.], 1973 y 1976),
así como la recopilación de varios libros de didáctica del español para
filipinos. En una reciente entrevista justificó su aptitud como escritor
en español de la siguiente forma:
[El intelectual de habla hispana goza de] un espacio bien limitado,
cuando no prácticamente cerrado dentro del ámbito actual en Filipinas. El es-
pañol fue objeto de persecución genocida por parte del nuevo colonialismo
cuyo empeño es imponer, a fuerza de leyes y castigos económicos, el idioma
inglés a cada filipino sin darle la alternativa de siquiera cultivar oficialmente
su propio idioma natural y el idioma español de sus antepasados y héroes na-
cionales como José Rizal, por nombrar a uno de tantos prohombres nacionales.
Un servidor escribe en español para proclamar su identidad filipina y su her-

48 Estos datos bibliográficos se indican en el texto entre paréntesis ya que se

consideran parte integrante de la información de este estudio y no simplemente biblio-


grafía de referencia.
36 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

mandad con todos los españoles e iberoamericanos amén de iberoafricanos y


demás hispánicos del mundo49.

Su obra El Caserón es una interesante pieza teatral en la que se


debate el problema de la identidad nacional a través de los conflictos
personales y generacionales en el seno de una familia mestiza de prin-
cipios de 1900. La comedia, escrita en un castellano muy elegante, de-
nota su vinculación con otros dramas hispanofilipinos como Solo entre
las sombras, de Recto. En breve se publicará su colección de poemas
Con címbalos de caña50. En fin, es de añadir que Gómez Rivera ha
concluido recientemente, entre otros trabajos en curso, la novela Te-
niente Guimô, el brujo revolucionario de Ylo-ilo, obra que gira entre
la autobiografía y la leyenda o la fábula de tradición folclórica y reli-
giosa. De ella puede leerse una breve muestra en nuestra antología.
Un segundo autor que sigue publicando en español es Edmundo
Farolán Romero (Manila, 1943). Filipino nacido en Manila, fue profe-
sor en la Universidad Ateneo de Manila y en la Universidad de Filipinas
(UP) y posteriormente se trasladó a Canadá. En la actualidad vive entre
Filipinas y Canadá. También es miembro de número de la Academia
Filipina de la Lengua Española y fue premiado con el Zóbel en 1981
junto a Enrique Centenera. En español ha publicado los poemarios Llu-
vias Filipinas (Madrid, Imprenta Murillo, 1967), Tercera Primavera
(Bogotá, Editoriales Cabrera, 1981) y, recientemente, Itinerancias/co-
mings and goings (San Francisco, Carayanpress, 2006). Suya es la
única novela breve en español, Nostálgica, editada en la revista Nuevo
Horizonte en 1997. En 2009 ha publicado en Filipinas, junto con Pau-
lina Constancia, el libro de relatos Cuentos Hispanofilipinos (Quezon
City, Central Books, 2009), que incluye versión al inglés.
Farolán cuenta con varias obras teatrales que pronto se editarán
en volumen dentro de la misma colección Oriente51. Actualmente acaba
49
Andrea Gallo, “Entrevista al académico filipino Don Guillermo Gómez Ri-
vera”, en Destiempos, noviembre-diciembre 2007, nº 11: <www.destiempos.com>
50 Aparecerá en la colección Oriente de la editorial Moreno Mejías de Sevilla,

de la que se hablará más detenidamente después.


51 Una primera redacción de los dramas históricos Aguinaldo y Rizal, el mártir,

ha sido publicada en “Tonos Digital”, en el nº 16, diciembre 2008, y en el nº 17, julio


2009: <www.tonosdigital.es>. Cuatro obras teatrales inéditas y una nueva redacción
de las aparecidas en internet están en prensa dentro de la colección Oriente de Moreno
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 37

de concluir y está en proceso de edición una consistente novela de am-


bientación filipina, en parte autobiográfica, cuyo título preliminarmente
será El Diario de Franckie Aguinaldo52. Ha publicado también los en-
sayos Literatura filipino-hispana: una breve antología (Manila, Vers-
man, 1980), Antología del Teatro Hispano-filipino (Manila, Universi-
dad de Filipinas, 1983), así como textos didácticos: Gramática y
Práctica (Manila, Nuevo Horizonte, 1979) y Español para universita-
rios filipinos (Manila, Nuevo Horizonte, 1981). Ha escrito ocasional-
mente de forma directa en inglés y francés y parte de su obra se en-
cuentra en versión bilingüe español/inglés.
La razón por la que ha escrito y sigue escribiendo en español re-
side, según declaró en una entrevista, en lo siguiente:
Mi abuelo era español, de Málaga; por esta razón en nuestra casa se ha-
blaba español, mi madre me hablaba en español, siempre he oído hablar en es-
pañol alrededor de mí, y siempre me he sentido español. El filipino es español
en su cultura. Si no fuera por un accidente histórico cuando vinieron los nor-
teamericanos, la lengua filipina seguiría siendo el español53.

Su poesía formalmente rompe todo esquema tradicional y acepta


recursos de gusto postmoderno; poéticamente está influida por el exis-
tencialismo. Aunque en sus versos no se debata tan polémicamente el
topos “hispánico”, el tema central de su inspiración es la identidad frag-
mentada del yo en el hombre contemporáneo.
Otro texto poético editado recientemente en Manila es el poema-
rio en español de Hilario Ziálcita Legarda (1913) bajo el título La nao
de Manila (Manila, Eres Printing Corporation, [2004]). Miembro de la
Academia, Hilario Ziálcita, que a lo largo de su vida ha publicado po-
emas en revistas, ofrece en esa recopilación bilingüe (original en cas-
tellano con traducción al inglés) textos en su mayoría compuestos en
los años 90 (veintes piezas), y diez en los últimos años del nuevo mi-
lenio; mientras sólo tres se remontan a los años de su juventud.
Mejías. Cf. Isaac Donoso Jiménez, “Dramatización de Generalísimo Emilio Aguinaldo,
obra de Edmundo Farolán”, en Tonos Digital, nº 17, julio 2009, <http://www.um.es/to-
nosdigital/znum17/secciones/tintero-4-AGUINALDO.htm>
52
Se añade un fragmento en la antología.
53
Andrea Gallo, “Un poeta hispanofilipino contemporáneo: Edmundo Farolán
Romero”, en Cuaderno Internacional de Estudios Humanísticos y Literatura (CIEHL),
Universidad de Puerto Rico, Humacao, vol. 7 (2007), p. 105.
38 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

En fecha reciente han aparecido poemarios plurilingües, con una


sección en español, de Marra Lanot, autora que ya había iniciado esta
experiencia mediante WitchÊ Dance (Manila, Anvil, 2000) y continuado
en el más reciente Riding the Full Moon and other Poems in Filipino
& Spanish (Manila, Anvil, 2008), además de un poemario cuatrilingüe,
Noelses (Manila, UST Press, 2005) de Noel Guivani Ramiscal. En este
último hay una sección en inglés, otra en tagalo y una tercera en espa-
ñol, pero también presenta una cuarta en ybanag (escrito con Juanita
Ramiscal, madre del autor).
Naturalmente, no sólo la poesía sostiene la tradición literaria fili-
pina en español. Lourdes Castrillo de Brillantes, nacida en San Juan,
Manila, ha sido profesora en la Universidad de Filipinas, miembro de
número de la Academia Filipina y recibió el Premio Zóbel en 1998. En
español ha publicado 80 años del Premio Zóbel (Manila, Instituto Cer-
vantes & Fundación Santiago, 2000), importante recopilación que traza
por primera vez tanto la historia de este premio –creado el 25 de julio
de 1920 por Enrique Zóbel de Ayala– como la de la familia Zóbel. Es
también Castrillo de Brillantes autora de las traducciones al español de
una monografía de Bienvenido Lumbera, Pelikula: un ensayo sobre
cine filipino (Manila, Cultural Center for the Philippines, 1990) y de
la obra de teatro de Nick Joaquín, Retrato del artista como filipino
(Quezon City, UP Press, 2000)54.
A la Academia Filipina pertenece asimismo Macario Ofilada
Mina (Manila, 1971). Ha trabajado como profesor de filosofía en la
Universidad de Santo Tomás y actualmente de español en Manila; re-
cibió una notable formación filosófica y teológica en Filipinas y Es-
paña. Es autor del estudio, publicado en España, San Juan de la Cruz:
el sentido experiencial del conocimiento de Dios: claves para un acer-
camiento filosófico a San Juan de la Cruz (Burgos, Monte Carmelo,
2002) y del más reciente Filosofía, lenguaje, mística: Desde las entra-
ñas del espíritu (Quezon City, Giraffe Books, 2005). Ha escrito poesía
en castellano y una interesante novela, material que de momento en
54 Sobre Lourdes Castrillo de Brillantes véase: Andrea Gallo, “El premio Zóbel:
dos publicaciones de Lourdes Brillantes”, en Revista Filipina, t. XII, nº 2, Verano 2008:
<www.revista.carayanpress.com>; idem, “Entrevista a la hispanista filipina Lourdes
Casrtillo de Brillantes”, en Destiempos, nº 19, marzo-abril 2009: <www.
destiempos.com>.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 39

buena medida se encuentra inédito, pero es de esperar que vea pronto


la luz55.
Un ensayo publicado en Filipinas, parte en español y parte en in-
glés, es Chabacano Studies. Essays on CaviteÊs Chabacano language
and literature (Cavite, Cavite Historical Society, 2006), colección de
artículos sobre este criollo del español, recopilada por Emmanuel Luis
Romanillos, profesor y también académico de la Filipina.
Todas las obras citadas han sido publicadas en Filipinas (a excep-
ción de algunas de Farolán) por pequeñas o medianas editoriales, por
tipografías o en el marco de proyectos de cooperación cultural (sólo
los libros de Ramiscal y de Lanot han sido difundidos por las grandes
editoriales Santo Tomás University Press y Anvil). Las principales
casas editoriales del país son sobre todo las de las universidades (UP
Press, UST Press, Ateneo Press, aunque también Anvil). Aquella que
ha dedicado mayor atención a publicaciones filipinas en español es UP
Press, perteneciente a la Universidad de Filipinas, que concentra en su
Facultad de Letras el centro universitario hispanófono del país (el único
que ofrece una formación completa en español, hasta el doctorado) y
que cuenta entre sus profesores con numerosos miembros de la Aca-
demia Filipina. En años recientes su Sentro ng Wikang Filipino ha pu-
blicado el ensayo socio-lingüístico Los hispanismos en los medios de
comunicación (Quezon City, Sentro ng Wikang Filipino & Unibersidad
ng Pilipinas, 1998), de la profesora Teresita Alcántara y Antonio, y en-
sayos histórico-culturales como los del profesor Edgardo Tiamson y
Mendoza, Los colonizadores de Filipinas ante los ojos de Claro M.
Recto y Manuel Bernabé (Quezon City, Universidad de Filipinas, 1990)
y Filipinas a Cristóbal Colón (Quezon City, Universidad de Filipinas,
1991), además de algún libro de didáctica del español56.

55 Sobre Macario Ofilada Mina véase: Andrea Gallo, “Entrevista al académico


y escritor filipino Macario Ofilada y Mina”, en Destiempos, nº 21, agosto-septiembre
2009: <www.destiempos.com>.
56 Como por ejemplo Abreganas: español básico para universitarios filipinos,

compuesto por los profesores de UP Edgardo Tiamson y Conchita Villar (Quezon City,
Sentro ng Wikang Filipino & Unibersidad ng Pilipinas, 2003) o Suerte: español básico
para universitarios filipinos (continuación de abreganas) por los profesores ya men-
cionados y Febe Soledad M. Luntao (Quezon City, Sentro ng Wikang Filipino & Uni-
bersidad ng Pilipinas, 2005). Estos libros, junto con otros, demuestran cómo, por
40 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Editada en España, pero escrita completamente por filipinos resi-


dentes en el archipiélago, es una antología poética que en el año 2001
ofreció Jaime B. Rosa, Lo último de Filipinas (Madrid, Huerga e Fierro,
2001), donde se reúnen poemas de autores del archipiélago en texto
original y, cuando es el caso, traducción al castellano. Dividido en tres
secciones, además de poemas escritos en inglés y tagalo, contiene un
apartado de textos compuestos en español; entre los autores de éstos
últimos figuran: Wystan de la Peña, Salvador Malig, Mario Aguado,
Ramón Guevara y Biel, Emmanuelle Perlas A. Andaya, Amador Rey
A. Beloncillo, además de los ya citados Marra Lanot, Noel Guivani
Ramiscal y Macario Ofilada Mina.
Igualmente editado en España pero de autora filipina residente en
el archipiélago es el poemario En la línea del horizonte (Sevilla, Ar-
CiBel, 2009), de la profesora y académica Daisy López, título con que
se inicia la colección Oriente dirigida por Andrea Gallo, cuya finalidad
es dar voz y espacio editorial a aquellos autores filipinos que escriben
en español. No es éste el único trabajo de Daisy López y esperamos
que pronto otros salgan a la luz.
Lo reseñado hasta aquí es lo publicado en años recientes, en Fili-
pinas o fuera de sus fronteras, por filipinos residentes en su país57. Sin
embargo, destaca también una interesante producción de textos escritos
y publicados por filipinos residentes en el extranjero e igualmente edi-
tados fuera del país.
Entre estos autores es imprescindible comenzar por recordar al
ilustre estudioso filipino Antonio Molina Memije, fallecido hace pocos
años (2000), creador decisivo para la historiografía filipina en lengua
española. Sus libros han aparecido en época reciente. Molina, que fue
miembro de la Academia Filipina y Premio Zóbel 1985, ha sido autor

distintas circunstancias (económicas pero también de carácter cultural) en el país se


ha ido formando una didáctica del español específica para filipinos.
57 Se ha tratado de recoger todo lo conocido. Evidentemente es posible que algo

haya pasado desapercibido. Farolán en realidad no es residente en Filipinas, pero por


su estrecha y permanente vinculación con el país, se ha incluido entre estos autores.
Por fin, aunque no se pueda considerar una publicación en español, es de señalar
el precioso texto The Governor-generalÊs Kitchen: Philippine Culinary Vignettes (Pasig
City, Anvil, 2006), de Felice Prudente Santa María, que propone numerosos e intere-
santes recortes de periódicos filipinos de época escritos en español.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 41

de una monumental Historia de Filipinas (Madrid: Ediciones Cultura


Hispánica, 1984), única obra documentada actual sobre la historia fi-
lipina escrita en español por un filipino, y de varias otras contribuciones
como el texto América en Filipinas (Madrid, Mapfre, 1992), Obras
clásicas para la historia de Filipinas (Madrid, Fundación Histórica Ta-
vera-Digibis, 1998) y el diario de Rizal comentado, Yo, José Rizal (Ma-
drid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1998), que han contribuido al
conocimiento y divulgación de Filipinas en el mundo de habla hispana.
De diferente tenor son los libros que han ido apareciendo en otros
países. En años más recientes Edwin Agustín Lozada (San Fernando,
La Unión, 1953), en San Francisco (California, EE.UU.), donde ejerce
de profesor de español, ha publicado dos poemarios, ambos en versión
bilingüe español/inglés: Sueños anónimos – Anonymous Dreams (San
Francisco, Carayan Press, 2001), que incluye Mi último adiós de Rizal
con una traducción inglesa hecha por Lozada, y Bosquejos/Sketches
(San Francisco, Carayan Press, 2002) que en su primera edición se
ofrecía solamente en español. En una entrevista del año pasado declaró
que la razón por la que eligió el español como lengua de expresión ar-
tística es que: “Llegué a los Estados Unidos a los diez años, pero con
una identidad filipina ya bastante establecida. Escribo en español para
contribuir a la literatura hispanofilipina”58. Hace poco, Lozada ha re-
copilado y editado una antología en inglés, Field of Mirrors (San Fran-
cisco, Philippine American Writers and Artists, 2008), en la que ha reu-
nido textos de autores filipinoamericanos, descubriendo que algunos
de ellos (Nick Carbó, Eilleen Tabios y Patrick Rosal) han compuesto
textos poéticos no sólo en inglés sino incluso en español.
Otra autora filipina que reside en el extranjero es Elizabeth Me-
dina Seno (Ciudad Quezon, 1954), establecida en Santiago de Chile.
Allí trabaja como traductora pero se dedica también al estudio y recu-
peración de la memoria filipina, intentándola poner en relación con la
historia hispanoamericana. En 2006 publicó un interesante libro59 bajo
58
Andrea Gallo, “Una voz hispana de Filipinas: Edwin Agustín Lozada”, en
Tonos Digital, julio 2007, núm. 13: <www.tonosdigital.es>.
59 Elizabeth Medina es también autora del libro en inglés Wenceslao Retana y

Gamboa. Rizal according to Retana: portrait of a hero and a revolution (an annotated
selective translation by E.M.). Santiago de Chile, [s.e.], 1998. El libro quiere revalorar
el legado de Retana y hacerlo accesible a la mayoría de los filipinos.
42 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

el significativo título de Sampaguitas en la cordillera. Reencuentro con


Filipinas en Chile (Santiago de Chile, RIL, 2006), un libro mosaico,
una auto/etnobiografía en la cual relata acontecimentos de su vida y su
familia, especialmente como consecuencia de los hechos que afectaron
a los Medina durante la invasión japonesa. Un aspecto muy interesante
de esta obra reside en cómo la autora reflexiona sobre su propia iden-
tidad filipina y cómo esta identidad es por ella puesta en relación con
una formación semejante en Hispanoamérica; a este respecto también
la lengua española va adquiriendo un diferente valor dentro de la cons-
trucción de una identidad auténticamente filipina. A propósito del
hecho de que escribe en español, Medina declaró hace poco:
Mi ethos como escritora es servir de puente entre los filipinos y los la-
tinoamericanos. El español es uno de los idiomas filipinos pero se ha difundido
la creencia errónea de que los filipinos nunca hablamos el castellano. Por otro
lado, en América Latina se difunde hoy por hoy el inglés como un idioma eli-
tista, y no estoy de acuerdo. El contenido y la intención transforman un idioma
en un arma para dividir y subyugar. Quiero que nos conozcamos, que corramos
los velos, y para eso hay que esgrimir los idiomas como puentes capaces de
vincular y enamorar en vez de alienar60.

Sampaguitas no es sólo el relato de la investigación sobre la suerte


del abuelo hispanofilipino, sino que es, a través de esa historia particu-
lar y personal, la transmisión –como ella hace poco nos ha revelado
personalmente– de que:
Por debajo de mi norteamericanización había un profundo substrato que
no era ni español, ni indígena, sino que era el ser mestizo que se revive en la
convivencia con los pueblos mestizos americanos. Esto es mi experiencia per-
sonal que va de la mano con el descubrimiento de que los filipinos necesitamos
resucitar nuestra conciencia histórica, rememorar los siglos perdidos, borrados
de nuestra memoria, reverenciar con pasión revolucionaria, a los antepasados
muertos defendiendo nuestro suelo del agresor norteamericano que nos arre-
bataba nuestra identidad y lucha por liberarnos de España. Esto, en contra de
mi formación con un fuertísimo aunque sutil sesgo anti-español, anti-idioma
español, y pro-norteamericano, pro-inglés, que desmerecía la importancia del
tagalo. (Medina, entrevista efectuada en Santiago en mayo 2008).

60Andrea Gallo, “Entrevista a la escritora hispanofilipina Elizabeth Medina”,


en Destiempos, mayo-junio 2007, núm. 8: <www.destiempos.com>
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 43

Una artista cebuana pero residente en Canadá es Paulina Cons-


tancia Lee y Cornejo (Cebú, 1970). Su principal actividad es la pintura
pero se está dedicando también a las letras. Es autora de un breve po-
emario bilingüe español/inglés, Brazos abiertos/ Open arms (New Wes-
tminster, World Poetry Publishing, 2003; 2a ed. Quezon City, Central
Books, 2009), que tenía la función de acompañar y comentar sus obras
pictóricas. Ella también justifica la elección del español, con estas pa-
labras: “Es algo sentimental para mí. La lengua ha dado a mi corazón
una voz nueva y alternativa que sólo me gustaría compartir con los que
quieran escuchar los ecos de la felicidad que la lengua me ha rega-
lado….”61. En 2009 Paulina ha demostrado que desea continuar con
la creación literaria en español y ha publicado, junto a Edmundo Fa-
rolán, el ya mencionado Cuentos Hispanofilipinos, en el que se com-
pilan cuatro de sus relatos62.
En 2006 salió otro libro, publicado en Barcelona por editorial Par-
nass, de María Dolores Tapia del Río, Mis memorias de la guerra de
Filipinas. Como indica el título, es un libro de memorias de la guerra.
La autora es hija de un español que emigró a Filipinas a principios de
siglo y allí se casó con una bicolana. La familia se trasladó a España
tras la guerra. Se podría objetar que Tapia del Río ya es española y que
su texto no habría ya de ser que inscrito en la producción de aquel país.
Sin embargo, la autora en su texto no solamente habla de Filipinas, sino
que su escritura revela una fuerte vinculación con las islas, las cuales
no han dejado de ser su país a pesar de que el destino la haya llevado a
otro lugar. En este sentido creemos que es significativo el hecho de que
al año siguiente tradujera en la misma editorial su libro al inglés, evi-
dentemente para alcanzar al público filipino (incluyendo en ello a parte
de su familia) que no tiene acceso al español63. Finalmente, se señala el

61
Tony P. Fernández, “Entrevista con Paulina Constancia”, en Revista Filipina,
tomo VII, núm. 4, Primavera 2004: <www.revista.carayanpress.com>
62 Sobre Paulina Constancia véase: Andrea Gallo, “Entrevista a la artista filipina

Paulina Constancia”, en Destiempos, núm. 20, junio-julio 2009: <destiempos.com>.


63 Sobre María Dolores Tapia del Río véase: Andrea Gallo, “Mis memorias de

la guerra de Filipinas”, en Tonos digital, n. XIV, diciembre 2007: <tonosdigital.es>;


idem, “Memorias de la Guerra de Filipinas en los recuerdos de María Dolores Tapia
del Río”, en Revista Filipina, tomo XI, núm. 3, Invierno 2007-08: <www.revista.cara-
yanpress.com>.
44 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

ensayo histórico La Revolución Filipina 1896-1898. El nacimiento de


una idea (Santiago de Chile, LOM Ed., 2000) escrito por Virgilio Reyes
Alcántara, que fue cónsul general de Filipinas en Chile.
Aquí termina nuestro excursus, pero estos datos, desde luego, ayu-
dan a sacar algunas conclusiones. Evidentemente hoy en día con el ró-
tulo de “literatura hispanofilipina actual” no podemos definir a una en-
tera comunidad nacional que se expresa y reconoce mayoritariamente
en esa lengua que llegó de España hace siglos y que a lo largo del
tiempo anduvo adquiriendo un papel de idioma nacional por haber sido
primeramente la lengua de la colonia, y más tarde la lengua de los re-
formadores y fundadores de la patria independiente, al igual que ocu-
rrió en países como México, Colombia o Venezuela, pero que a dife-
rencia de Hispanoamérica fue suplantada por el inglés. Esta violenta
marginación del idioma efectuada durante el siglo XX es la que conduce
a la afirmación de que no existe una literatura hispanofilipina actual.
Sin embargo, quien se ponga a considerar los datos sin prejuicio,
no podrá obviar que algo sigue produciéndose y que una cierta tradi-
ción continúa vigente. Pudiendo ser el español lengua familiar o lengua
aprendida, no todo escritor tiene el mismo dominio del idioma e igual
facilidad en la versificación o semejante fluidez en la construcción del
período; igualmente el acceso a publicar en la lengua de la antigua me-
trópoli puede ser una favorable circunstancia editorial que brinda pres-
tigio. Pero aquí no se ha tratado de seleccionar unas obras para crear
un canon de las letras hispanofilipinas actuales, sino que ha sido to-
mada como un “valor” en sí mismo la pervivencia, es decir, la persis-
tencia de esta elaboración cultural.
Los datos aquí recogidos pueden parecer de poca relevancia si son
leídos por separado, o hasta de escasa significación si se comparan con
la cantidad/calidad del corpus en lengua filipina o inglesa. No obstante,
estos testimonios por nosotros reseñados no son simples elementos dis-
persos, desprovistos de relación entre sí y de correspondencia con el
país real, sino que más bien adquieren su valor y razón de ser justa-
mente dentro del contexto de una tradición autóctona, es decir, dentro
de esa tradición cultural y literaria filipina que se ha construido y for-
mado durante siglos, y que, aunque a día de hoy sea desconocida o in-
cluso sea desvalorada por parte de la crítica, es un patrimonio que man-
tiene su importancia e influencia. A este respecto será útil considerar
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 45

la riqueza del corpus hispanofilipino a lo largo de toda su historia hasta


el presente; si lo comparamos con otras tradiciones nacionales que se
han originado de la experiencia colonial y que, justamente, en la ac-
tualidad tratan de reivindicar su dignidad y vitalidad (piénsese en las
incipientes literaturas hispanoguineana o en la lusotimorense) la pro-
ducción hispanofilipina sobresale por cantidad y cualidad.
Respecto de lo producido en la actualidad, diríamos que las obras
no son anacronismos, sino la parte final, o simplemente la fase actual,
de un proceso más largo: son el esfuerzo de quien trata de transmitir lo
que siempre ha poseído como patrimonio filipino propio, o la elabora-
ción personal del que, en cierto momento de su vida, (re)descubre algo
que forma parte del legado nacional y que empieza a reconocer como
propio. El autor filipino que utiliza el español intenta dar a conocer al
público nacional e internacional lo que hasta ahora se mantiene latente
e incógnito en su propia cultura, pero que puede abrir un mundo de in-
sospechadas riquezas y brindar nuevas claves para leer e interpretar
este presente, imaginando un posible y distinto porvenir. Sólo así puede
hallarse justificación a estas manifestaciones, que de otra forma evi-
dentemente no existirían.
Por ello, a fin de ver la ligazón de estos eslabones como cadena
no interrumpida, es de reconocer el hilo sutil de una tradición que se
renueva y persiste; y a la pregunta de si se puede hablar de una literatura
hispanofilipina actual, esto es, algo escrito por filipinos en español que
habla de su propio mundo, con su peculiar visión filipina, y que de al-
guna forma intenta dirigirse a un público nacional, creemos que se debe
afirmar que una literatura hispanofilipina actual existe, tal vez en su
fase crepuscular. Se podría añadir asimismo que el discurso que esta
literatura propone es el de su propia existencia y voluntad de seguir
existiendo: éste es su primer valor estético. Se trata de una escritura
con fisonomía propia, dignidad, peculiaridad y al mismo tiempo partí-
cipe de esa inquietud de toda rama de la literatura filipina que trata de
“definir” su propia identidad, abrazando, excluyendo, entrelazando,
atando y soltando vínculos. Todo filipino que escriba en español lo hace
consciente de estar escribiendo en la lengua de Rizal y Recto, en fin,
en una de las lenguas de sus propios abuelos y antepasados.
Es una característica de (parte de) la literatura hispanofilipina el
elogio de España, de su mística y de su mito imperial. En las nuevas
46 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

circunstancias políticas varios autores “manifestaron su añoranza y nos-


talgia por el pasado español”64. Esta postura, que hoy suena elitista y
colonialista, leída en el contexto histórico-cultural de aquel entonces
se puede comprender como la necesidad de un punto de referencia
fuerte para resistir la masiva invasión lingüístico-cultural de otro país
que, un grupo nativo de habla española, sentía como forzado y violento
despojamiento cultural. En cambio, en estos más recientes autores, el
discurso pro-español en tal sentido de añoranza anacrónica y reaccio-
naria, está ausente. Ellos pertenecen a otro mundo, a otra realidad que
trata más bien de recuperar la integridad de su cultura e identidad y no
ya reivindicar una parte contra otra. La valoración del español, que es
una clave para leer su propia historia, la oficial, la registrada en los do-
cumentos, pero también la cotidiana, la de esas familias que “hablaban
y rezaban en castellano”, es la recuperación de una parte del patrimonio
sin la cual faltaría la visión global del ser filipino. No es tanto una pos-
tura política, orientada hacia el conservadurismo y el clasismo, sino
que consiste más propiamente en un querer retomar conciencia de algo
que es sentido como propio, auténtico y autóctono del ser filipino.
Al igual que toda colonia, Filipinas también sufrió un choque cul-
tural y la amplia asimilación de los modelos culturales ibéricos, cons-
truyéndose como unidad a través de esos modelos. Pero lo que distin-
gue a Filipinas de otros países ha sido el haber sufrido un segundo,
impactante choque cultural (excluyendo la breve etapa de la invasión
japonesa65), que ha aportado un segundo intercambio de elementos cul-
turales a una cultura nacional que todavía no parecía haber cuajado una
imagen definida de sí misma. La influencia fue tan poderosa que logró,
en pocas décadas, cambiar el idioma vehicular por otro. Esto provocó
la resistencia de la generación hispanohablante. En el caso de la India
se puede afirmar que:

64 Leoncio Cabrero, “El sentimiento de los poetas filipinos a raíz de la independen-


cia de 1898”, en Revista Española del Pacífico, Madrid, nº 9, año VIII (1998), p. 191.
65 Aunque desde el punto de vista cultural esta breve etapa tuvo consecuencias

relevantes, en efecto los japoneses “tried to use the language issue to gain favor with
the Filipinos. They banned Spanish, and tried to eliminate English by declaring Tagalog
the national language”, en Roger M. Thompson, Filipino English and Taglish: Lan-
guage Switching from Multiple Perspective. Amsterdam & Philadelphia, John Benja-
mins, 2003, p. 30.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 47

La pureza precolonial no se ha visto “dañada”, sino, por el contrario,


que la presencia de la cultura inglesa durante dos siglos, ha ayudado a crear
una literatura regional escrita en lenguas vernáculas, como medio de autoafir-
mación frente al invasor, y por otra parte, una literatura en lengua inglesa, que
recogerá toda la memoria histórica de un pueblo, aunque a través de una lengua
ajena a su contexto66.

En el caso de Filipinas parece casi que “la pureza mestiza”, por


lo menos hasta los años 30, ha intentado autoafirmarse en el manteni-
miento de una lengua, el español, que, al igual que toda lengua verná-
cula, encerraba en sí el patrimonio cultural y los valores tradicionales.
Esta batalla fue disputada hasta la Segunda Guerra Mundial, momento
en el cual se decantó la balanza y progresivamente se produjo la rele-
gación del español, que fue denostado como elemento exógeno para
justificar la razón del inglés.
Hoy en día las letras hispanofilipinas parecen languidecer y esto,
ciertamente, podría ser el devenir natural de las cosas. No obstante, si
hay quienes continúan encontrando en ellas un significado a su expe-
riencia humana individual y comunitaria, tal vez sea demasiado pronto
como para cantar el De profundis, o tal vez pueda hablarse en los pró-
ximos tiempos de algún resurgimiento.

VI. CONTINUIDAD HISTÓRICA


Como fruto del proceso cultural desarrollado en el Archipiélago
Filipino desde el siglo XVI hasta el presente, la lengua española ha for-
mado parte inherente de su creación intelectual y artística. Instrumento
de expresión de las aspiraciones y sensibilidad de un pueblo, el español
ha ido pasando por diferentes etapas en la historia de Filipinas hasta
constituir en nuestro tiempo una lengua minoritaria sin reconocimiento
oficial. Los autores de la “Continuidad Histórica” son aquellos filipinos
que, teniendo el español como lengua materna, se han formado en una
tradición cultural secular de ámbito nacional y relegada ahora a una
forma de heterodoxia.

66 Carmen Escobedo de Tapia y José Luis Caramés Lage, Introducción a la li-


teratura india en inglés. Oviedo, Trabe, 1993, p. 190.
48 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

1. GUILLERMO GŁMEZ RIVERA


a) Con címbalos de caña
Guillermo Gómez Rivera (Iloílo, 1936) es una de las figuras más
idiosincráticas de la creación filipina actual. Sobrino-nieto de Gui-
llermo Gómez Windham (1880-1957), quien fue uno de los fundadores
de la Academia Filipina de la Lengua Española y primer ganador del
Premio Zóbel (1975)67, Gómez Rivera es un personaje peculiar dentro
del mundo filipino al que no le faltan credenciales: decano de la refe-
rida Academia68, asesor cultural del Ballet Nacional de Filipinas Ba-
yanihan, principal autoridad y pedagogo del Baile Español en Filipinas,
y reconocido etnógrafo y folklorista experto en tradiciones orales fili-
pinas69. No obstante, su vis polémica le ha llevado a un cierto ostra-
cismo, convirtiéndose en un verdadero Quijote asiático en el que lo real
y lo maravilloso se conjugan en un duelo existencial:
Por ser soldado de todo
lo tuyo: de tus palabras
de tus letras y tus glorias,
¡Ve, oh Lengua Castellana,
cuánto bregar y sufrir
comprende la gran batalla
que se libra por tus fueros
en esta tierra malaya!
[…]
¿Es que ser soldado tuyo
en esta Isla Barataria
es heroísmo y privilegio
que sólo place a contadas

67 Sobre el Premio Zóbel, principal galardón literario filipino en lengua española,


véase: Lourdes Castrillo Brillantes, 80 Años del Premio Zóbel, Manila, Instituto Cer-
vantes y Fundación Santiago, 2001; Id., 81 Years of Premio Zóbel. A Legacy of Philip-
pine Literature in Spanish, Manila, Georgina Padilla y Zóbel & Filipinas Heritage Li-
brary, 2006.
68
Sobre la Academia Filipina de la Lengua Española puede verse Lelilia Cortés,
Un bosquejo histórico de la Academia Filipina, Universidad Complutense de Madrid,
tesis doctoral, 1965.
69
Cf. la entrevista a Guillermo Gómez Rivera de Andrea Gallo, “Entrevista al
académico filipino Don Guillermo Gómez Rivera”, en Destiempos, nº 11, nov.-dic.
(2007) <www.destiempos.com>.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 49

almas, a contadas fuerzas


que forman, igual que estacas
tu alto ejército de gloria?70

A pesar de que ha ido publicando poemas en diferentes revistas y


lugares, desde El Maestro que dirigía hasta sus poemas más recientes
en Revista Filipina71, la obra poética de Gómez Rivera aún permanece
inédita. Con címbalos de caña, conjunto de más de 150 poemas y to-
davía creciendo, está llamado a convertirse en el poemario hispanofi-
lipino más importante desde las obras de Francisco Zaragoza. Sus di-
mensiones y características sin duda convertirán a Con címbalos de
caña en obra de referencia para la poesía filipina, siguiendo la tradición
de los grandes poemarios clásicos: Rimas Malayas (1904) de Jesús Bal-
mori, Bajo los cocoteros (1911) de Claro Mayo Recto, Crisálidas
(1914) de Fernando María Guerrero, o Cantos del Trópico (1929) de
Manuel Bernabé72.
El principal elemento que caracteriza la poesía gomezriveriana es
la apología y el panegírico, expresiones de la tradición poética filipina
que tienen origen en la loa dieciochesca y las alabanzas de bienvenida
al Gobernador General73. De este modo Gómez Rivera es el único autor
vivo filipino que hereda la estética clásica de las letras españolas en
Filipinas, la poesía apologética y la métrica regular:
Regia como Victoria Eugenia. Clara
como una fuente en sus frases.
Pulcra y fina
en su vestir y núbil en su cara
de modesta criolla filipina.
[…]

70 Escrito el 9 junio 1982, Makati, Metro-Manila, en Guillermo Gómez Rivera,

Con címbalos de caña [inédito]. Agradecemos al autor que nos haya facilitado su po-
emario completo, actualmente en proceso de publicación en la Colección Oriente.
71 Revista Filipina, t. XII, nº 2, Verano 08 <http://revista.carayanpress.com/

ggrverano2.html>.
72
Estanislao B. Alinea, Historia Analítica de la Literatura Filipinohispana
(desde 1566 hasta mediados de 1964), Ciudad de Quezon, Imprenta los filipinos, 1964,
p. 86.
73
Cf. W. E. Retana, Noticias histórico-bibliográficas del teatro en Filipinas
desde sus orígenes hasta 1898, Madrid, Victoriano Suárez, 1909.
50 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

¡Así será el resumen de la vida


de Doña Gloria, la promovedora
del idioma español y la encendida
fragua por la que el pueblo se valora74.

“La fragua encendida: a Gloria Zóbel de Ayala de Padilla”, es un


poema que no sólo representa la tradición panegírica filipina, sino que
también evoca un modelo literario en el país: la responsabilidad del pa-
tronazgo cultural y la relevancia de la familia Zóbel para las Letras Fi-
lipinas. La actual suspensión del Premio Zóbel se ha visto como el sín-
toma definitivo de la extinción de la literatura filipina en español. Sin
embargo, como antes ha quedado dicho, la creación se abre caminos y
la socialización de los medios de expresión ha llevado a Gómez Rivera
a encontrar en el ciberespacio los campos de Castilla:
Y, ¿qué finalidad puede ser más bella
que la de enderezar el gran entuerto
que en Filipinas puso, como una huella,
lo ilógico, lo mísero y lo muerto?

Debemos, los sensatos, proclamarnos


caballeros andantes de la historia75.

Guillermo Gómez Rivera ha desarrollado en Internet una labor de-


cisiva para crear un estado de conciencia acerca de la situación literaria
hispanofilipina. Si no existe ninguna duda de que su labor ha sido ad-
mirable y necesaria, también es cierto que el desconocimiento por parte
de los internautas en el ciberespacio de la realidad cotidiana filipina ha
ido estableciendo una recepción catastrofista y belicista, que sin duda
ha sesgado otras posibilidades de consideración por encima de la elegí-
aca. A ello ha contribuido la propia personalidad de Gómez Rivera, la
cual ha encontrado oídos en la red y en las personas que, buscando in-
74 Escrito el 21 enero de 1995, Manila, en Guillermo Gómez Rivera, loc. cit.
75 Ibid.: “Lucha en el ciber-espacio”. Este poema se dedica a los contertulios del
foro hispanofilipino <[email protected]>, foro de discusión sobre la
cultura hispánica en Filipinas, activo desde hace años y que tiene en Gómez Rivera a
uno de sus principales agitadores. Gómez Rivera mantiene también un blog que reco-
pila obras poéticas hispanofilipinas: Antología de poesía filipina 1593-2009
<http://fonsucung.blogspot.com>
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 51

formación, se han acercado a ese poderoso medio de comunicación con


el fin de conocer la actividad hispanofilipina actual. De este modo el
discurso poético se ha ido haciendo cada vez más político, siendo sus
poemas más recientes verdaderos manifiestos en verso:
La nueva Babilonia ve su ruina
tras robar los recursos de naciones
incautas. Las engaña y las domina
con viles amenazas y traiciones
sin pensar que, algún día, con la inquina
(que se gana), se tumban sus bastiones76.

Gómez Rivera ha logrado, así pues, dar una nueva orientación a


su producción poética, al conjugar apología y elegía; una alabanza del
decadentismo que enfatiza en la propia ruina el orgullo de la lucha y,
en último extremo, la temeridad del que lo ha perdido ya todo:
Yo, antes me imaginaba sacerdote
puesto en una parroquia pueblerina
con una antigua iglesia de ladrillos
y de piedras de China. Pues Quijote
de la Fe me sentía por encima
de mis pecados, joyas y castillos77.

Así se produce la “Liberación sublime” del heterodoxo, Gómez


Rivera representante del Quijote asiático y de la quimera filipina, del
sueño espurio por armarse a destiempo con lanza en astillero y adarga
antigua. Gallardamente, Gómez Rivera ha emprendido en estos últimos
años una labor decidida por la creación literaria original, con la sober-
bia del que por fin ha encontrado su propia redención:
Es una sensación que no me explico,
pero la tengo, la siento… Me incorporo
cuando me encuentro frente a las mansiones
antiguas de Intramuros, de Binondo,
Ermita, Quiapo, Paco y Santa Cruz.

Las conozco de siglos. He vivido


en ellas durante vidas anteriores.

76
Ibid.: “La Nueva Babilonia”, escrito el 19 enero de 2009, Makati.
77
Ibid.: “Liberación sublime”.
52 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Subí sus escaleras. En sus camas


me dormí. El amor hice por sus suelos78.

En conclusión, la poesía de Gómez Rivera –casi toda ella aún in-


édita– por fin quedará bajo el referido título Con címbalos de caña,
que sin duda situará a su autor en el puesto que le corresponde dentro
de la historia literaria filipina. Filipinas ganará con ello no sólo un autor
sino un mundo literario.

b) El Caserón
A pesar de que las Letras Filipinas en lengua española poseen en
la actualidad un limitado alcance, no quiere ello decir que no existan
autores creando obras, publicaciones tanto en papel como electrónicas,
y una recepción por parte de lectores y crítica. Si bien el fenómeno li-
terario hispanofilipino se ha convertido al presente en la heterodoxia
del canon literario en el Archipiélago, los autores se han abierto paso
empleando medios alternativos de expresión para poder llegar al pú-
blico. En el marco de ese estado de cosas la obra de los autores filipinos
actuales en español describe caminos diversos a fin de alcanzar recep-
ción, como el caso de El Caserón. Comedia Filipina en Tres Actos,
obra de Guillermo Gómez Rivera, ganadora del Premio Zóbel en 1975
y pieza fundamental del teatro filipino contemporáneo en lengua espa-
ñola. Tras una completa revisión, apareció en 2008 una segunda versión
en forma digital en la red79.
Así pues, existen elementos que permiten hablar de una literatura
hispanofilipina actual, con escritores que producen tanto en Filipinas
como en la diáspora, en los diferentes géneros literarios, desde la poesía
al ensayo, y con todas las variantes estéticas propias de la vida con-
temporánea. Se ha creado una nómina de autores sustancial y hetero-
génea que responde a la multiplicidad de los impulsos creativos. En
poesía, desde el año 2000 se viene publicando al menos un poemario

78 Ibid.: “Seguir viviendo”.


79
Guillermo Gómez Rivera, El Caserón (La Fortaleza Escondida) Comedia Fi-
lipina en Tres Actos. Versión aumentada y corregida por el autor respecto a la original
publicada en 1978, edición digital de Isaac Donoso:
<http://www.filipiniana.net/ArtifactView.do?artifactID=SE0000000041&query=
El%20Caserón>
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 53

por año. En cuanto a la prosa, se ha presentado en Cebú la colección


Cuentos Hispanofilipinos, de Farolán y Constancia80. En teatro, existen
también elementos que permiten hablar de un teatro hispanofilipino
contemporáneo. El drama histórico Generalísimo Emilio Aguinaldo
(1869-1964), de Edmundo Farolán81, ha sido dramatizado como obra
representativa filipina en un proyecto financiado por la Unión Euro-
pea82. No obstante, junto a obras tal el Retrato del Artista como Filipino
de Nick Joaquín, en traducción de Lourdes Brillantes (2000)83, gana-
dora del Premio Zóbel, la obra crítica de Edmundo Farolán, Antología
del teatro hispano-filipino (1983)84, las actividades desarrolladas en
los ochenta por el Grupo de Teatro Hispano-Filipino, la edición del
clásico Solo entre las sombras, de Claro M. Recto (1999)85, e incluso
la reciente traducción al tagalo de Bodas de Sangre por Bienvenido
Lumbera (2008)86, hablan de que se puede poner en valor las activida-
des de un teatro filipino contemporáneo en lengua española. Aquí es
donde cabe decir que se hace necesario disponer de la antecitada El
Caserón, de Gómez Rivera, (1975)87, pieza fundamental del teatro fi-
lipino contemporáneo en lengua española.

80
Edmundo Farolán & Paulina Constancia, Cuentos Hispanofilipinos, Quezon
City, Central Books, 2009.
81 La obra se encuentra disponible en: Edmundo Farolán, Generalísimo Emilio

Aguinaldo: <http://www.scribd.com/doc/2405565/AGUINALDO>; <http://www.


um.es/tonosdigital/znum16/secciones/tintero-4-AGUINALDO.htm>. Cf. Isaac Do-
noso, “Dramatización de Generalísimo Emilio Aguinaldo, obra de Edmundo Farolán”,
en Tonos Digital, núm. 17, julio, <http://www.um.es/tonosdigital/znum17/secciones/
tintero-4-AGUINALDO.htm>
82 Vid. Pablo Cuevas Subías, “Una antología de la literatura española reciente”,

en Revista Filipina, Tomo XII, núm. 4, Invierno 08-09 <http://revista.


carayanpress.com/antologiaesp.html>
83 Nick Joaquín, Un Retrato del Artista como Filipino. Una elegía en tres esce-

nas, Quezon City, Universidad de Filipinas, 2000.


84 Edmundo Farolán Romero, Antología del teatro hispano-filipino, Quezon City,

Universidad de Filipinas, 1983.


85
Claro M. Recto, Solo entre las sombras, Manila, Instituto Cervantes & De la
Salle University, 1999.
86 Federico García Lorca, Kasal sa dugo, traducción de Bienvenido Lumbera,

Quezon City, Ateneo de Manila, 2008.


87 Guillermo Gómez Rivera, El Caserón (La Fortaleza Escondida). Comedia Fi-

lipina en Tres Actos, Manila, Nueva Era Press, 1978.


54 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

El Caserón, representa uno de los principales hitos del teatro his-


panofilipino contemporáneo. Publicada en 1978, constituye sin em-
bargo una rareza. Son muy pocos los ejemplares existentes. La versión
electrónica de 2008, ampliada por el autor y anotada según las variantes
al texto de 1978, supone la recuperación de una obra ya clásica con el
incentivo de su enriquecimiento textual. El Caserón, drama en tres
actos, narra la defensa de Adelaida Guevara por el patrimonio filipino
contra la especulación y el expolio de la época norteamericana, a través
de una alegoría que tiene como centro la casa solariega de los Guevara
de Iloílo:
DON JOSÉ:
–(Burlón aún.) ¿Qué nueva realidad? ¿La que a cada movimiento ten-
gamos que pagar y pagar hasta arruinarnos económicamente? ¿La que tiene
en la esclavitud económica a jóvenes filipinos como ustedes? ¿La “nueva cul-
tura en inglés” que nos persigue hasta en la libertad de pensar como filipinos
libres de las trampas económicas y políticas que nos tienen echados sobre nues-
tras cabezas y bolsillos? Tan solamente unos incautos van a aceptar una reali-
dad que luego los arruine tanto económica como culturalmente.

DOÑA LUZ:
–¿Quieres obligarnos a aceptar todos estos atropellos culturales, lingüís-
ticos y económicos con tal que nos den por limosna algunas migajas de la ri-
queza robada de pueblos como el nuestro? Los nuevos invasores no están aquí
para predicarnos el evangelio. ¡Están aquí para explotarnos económicamente!
¿Y tú quieres que nos dejemos todos engañar aceptando todo este pillaje?

Ante la indiferencia o el colaboracionismo, Adelaida logrará so-


breponer la razón de los principios y con ello revelar un fundamento
presidido por el amor:
ADELAIDA:
–(Agarrándose más del brazo de Rodrigo.) Pues ante un esposo fuerte
como Rodrigo, jamás he de engendrar esclavos. Engendraré soldados, paladi-
nes y hombres y mujeres verdaderamente libres. ¡Libres como nosotros! ¡Mol-
dearé a mis hijos según nuestras tradiciones y cultura!

El Caserón ha sufrido vicisitudes textuales a lo largo de los últi-


mos treinta años, desde su redacción en 1975 hasta su presente versión
digital de 2008. A la par, la literatura hispanofilipina ha desfilado por
un escenario de constante ahogamiento hasta obtener las ilimitadas po-
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 55

sibilidades que facilita el ciberespacio. En un viejo caserón filipino,


entre el celaje de los asuntos generacionales, en el discernimiento entre
modernidad y tradición, la obra gomezriveriana ha logrado hacerse ca-
mino y seguir transmitiendo su mensaje; he aquí el mayor y más con-
trovertido de los logros de Gómez Rivera: una capacidad inapelable de
convicción.

c) El académico
Gómez Rivera posee el arcano de uno de los más valiosos tesoros
lingüísticos en extinción al presente en el planeta: cuatro siglos de pa-
trimonialidad filipina en la formación de un idioma español. Hoy en
día un filipino podrá aprender español, el español internacional en ex-
pansión en todo el mundo, también en el Archipiélago. Pero difícil-
mente se producirá la transmisión generacional de una variante de len-
gua española materna filipina, es decir, que el dialecto específico del
español filipino (como pueda ser el español mexicano, el español pe-
ruano, o el español castellano) está sin duda en proceso de extinción,
y son contadas las familias que transmiten el español como primera
lengua materna. Eso repercute en que la variante filipina del español,
un modelo lingüístico formado en cuatro siglos, se encuentre efectiva-
mente en proceso de extinción. Pues bien, Gómez Rivera no sólo posee
los secretos y el patrimonio del español de Filipinas, sino que además
es un maestro de la oratoria. Escucharle hablar es acceder de inmediato
a cuatro siglos de formación lingüística en un acento genuinamente fi-
lipino, una lengua española, pero absolutamente naturalizada. He ahí
una de las grandezas de Gómez Rivera, el ser un verdadero orador a la
antigua usanza de esas tierras asiáticas.
En las historias que don Guillermo suele entrañablemente con-
tar, con una profundidad quijotesca que silencia a quien escucha, no
hay ninguna más impresionante que la acaecida en el mismo seno de
los Jerónimos, en la Real Academia Española, en sesión transcenden-
tal frente a Dámaso Alonso para dilucidar el futuro de la Academia
Filipina:
Pero ¿qué porcentaje de filipinos habla español hoy en día en Filipinas?
¿Qué sentido tiene disponer de, mantener, una Academia relativa a una lengua
que el pueblo no habla? Bien. Esas preguntas que cualquier espíritu en estado
de inocencia puede hacerse con sosegada espontaneidad, me confesaba Gui-
56 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

llermo que fueron las mismas que le formulara don Dámaso Alonso, unos años
atrás, desde su atalaya solemne de director de la R.A.E88.

Frente a una sala llena de autoridades como pocas veces ha tenido


la Filología Hispánica, en el mismo centro de discusión intelectual y
académica sobre una de las lenguas más habladas del mundo, Gui-
llermo Gómez Rivera debía justificar la existencia de una tal institución
en un país en que la lengua que representaba no era ya hablada, y
cuando su mismo director, Enrique Fernández Lumba, avalaba la cali-
ficación de “reliquia” que Dámaso Alonso daba a la misma:
El Director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, de
Nueva York, Sr. D. Odón Betanzos, en mayo de 1975, escribió al Excmo. Sr.
D. Dámaso Alonso, Director de la Real Academia Española, solicitando la ad-
misión de aquélla en la Asociación de Academias de la Lengua Española. Don
Dámaso le contestó y, en su respuesta, entre otras cosas le decía: ‘Cada país
hispanohablante tiene una Academia (el caso de Filipinas es una reliquia de
un tiempo en que el español era idioma oficial y de una hegemonía cultural ya
extinguida)’89.

Gómez Rivera se presentó en España representando a la Academia


Filipina en circunstancias nada favorables, en un ambiente predispuesto
a cancelar la actividad de la misma. Guillermo, mandado allí por sus
superiores que no querían hacer frente a lo que reunía todas las carac-
terísticas de ser una encerrona, no sólo logró salir airoso del evento,
sino dar carta de naturaleza a una concepción lingüística genuinamente
filipina, y dejar así admirado al mismísimo don Dámaso:
Era una tarde de abril de 1986 en la tercera, o cuarta planta, de la sede
de la misma Real Academia de la Lengua: Numero 4, Calle de Felipe IV, Ma-
drid. El edificio se avecina al Museo del Prado y a la iglesia de San Jerónimo.
Era una sesión de trabajo enderezada a revisar el diccionario, cuya nueva edi-
ción, así revisada por nosotros, ya está en circulación por todo el mundo.
A mi izquierda, sentado a la cabecera de la gran mesa de trabajo, estaba
el Secretario Perpetuo de la Institución, Don Alonso Zamora Vicente con sus
gafas ahumadas y aquel su cultísimo y deleitoso hablar que a todos cautivaba.

88
En Tomás Ramos Orea, “Filipinas (y Asia) en lo Hispánico”, en Guillermo
Gómez Rivera, Español para todo el mundo 2, Manila, [s.e.] 1996, p. 253
89 Enrique Fernández Lumba, “La reliquia (Para que la Hispanidad lo sepa)”,

en Revista Filipina, t. XII, nº 2, Invierno 1999-2000 <http://vcn.bc.ca/~edfar/


revista/in99.htm>
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 57

A mi derecha, el Secretario General de las Asociaciones de Academias


de la Lengua, Don José Antonio León Rey, ex-magistrado colombiano y es-
critor, cuyo aspecto sereno, prismado por un rostro sin lentes, nos parecía dar
la imagen de algún enorme cóndor de los Andes.
–¿Qué razón podría tener una Academia en un país donde ya no es habla
popular el español?… fue la muy contundente pregunta de Don Dámaso
Alonso y que todos los presentes tomaron muy en cuenta a juzgar por el re-
pentino silencio que se autoimpusieron…
–Razón de ser. Y hasta cierto punto, mi venerable Don Dámaso, razón
de Estado en cuanto a la misma supervivencia de la nacionalidad filipina…
fue nuestra respuesta firmemente enunciada.
Y al ver que aquel brillante auditorio, por sus ojos puestos sobre un ser-
vidor, deseaba una elaboración más clara de la respuesta, continuamos…
–Es que el idioma español, frente a lo filipino, no es tan solamente un
habla cotidiano utilizado por un sector ya muy reducido de mi país. El idioma
español es también una viva y latente influencia en las principales lenguas de
aquellas islas. Y es el depositario, el arca santa, donde queda guardada la misma
razón de ser de la nacionalidad filipina que se ve ahora mismo triturada por
una invasión sofocante de otra lengua recientemente impuesta pero que jamás
ha de tener ninguna razón de ser en cuanto a lo filipino como lo ha logrado el
idioma español.
–Y es precisamente por ese difícil percance en que el idioma español se
encuentra en Filipinas, que la Academia Filipina tiene más razón de ser cada
día que pasa.
–Como muy bien lo puede comprobar, mi Excmo. Don Dámaso, la Aca-
demia Filipina tiene tanta razón de ser como cualquiera de cada una de sus
Academias hermanas porque simboliza además una lucha por la defensa del
idioma, que es de todos nosotros, en una situación peculiar, por hostil, inculta
e irracional; situación que no conocen las mencionadas Academias hermanas
en sus respectivos países de origen.
Después del pequeño e improvisado discurso que jamás nos imaginamos
capaces de pronunciar ante un verdadero consejo de dioses que tanto respeto
y cuidado nos infundía, un rumor de aprobación cundió por todo aquel histó-
rico y real ámbito.
Don Dámaso, con una sonrisa, sacó de un lado de su silla un librito y en
su primera hoja escribió lo que barruntábamos fuese una nota.
Nos lo dio y al leer lo que escribió en su puño y letra, nos alegramos so-
bremanera:„A Guillermo Gómez Rivera, filipino, con todo mi cariño y mi ad-
miración. DAMASO ALONSO 90.

90 Guillermo Gómez Rivera, “Recordánlole a Dámaso Alonso”, en Revista Fili-


pina, t. XII, nº 2, Invierno 1999-2000 < http://vcn.bc.ca/~edfar/revista/pri00.htm>
58 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Después de haber podido demostrar lo más difícil, la pertinencia


de la Academia Filipina, el correr de los años ha demostrado que el
problema no radicaba en la institución. Al presente, por falta de pago
en los impuestos anuales, la única Academia de la Lengua Española
en Asia está consideraba morosa y legalmente bloqueada. Cuentas hay
que pedir de su estado académico y jurídico a los que han tenido la res-
ponsabilidad de dirigirla en los últimos veinte años91.

d) Medios de expresión gomezriverianos


A pesar de una capacidad inmarcesible de comunicación, un irre-
sistible poder de convicción, una infatigable actividad que siempre ha
demostrado, la figura de Guillermo Gómez Rivera no tiene recepción
en el mundo filipino. Nadie puede conocerle, porque su lengua de co-
municación, la española, es absolutamente minoritaria en el país. A di-
ferencia de Nick Joaquín, que tuvo que crear en inglés para poder ex-
presar su mensaje, Gómez Rivera ha persistido en mantener fidelidad
a una lengua que considera aquella por completo canónica y legítima
para la cultura filipina. Aún siéndolo, ha supuesto su condena. Admi-
rable determinación que, con el correr de los tiempos, el cierre de las
asociaciones hispánicas (Solidaridad Filipino-Hispana, Inc.), la pér-
dida de oficialidad del español con la Constitución de 1987, la conse-
cuente inutilización de la Corporación Nacional de Profesores de Es-
pañol (CONAPE), la defunción de los periódicos y revistas en español
(Semana, El Maestro, Nuevo Horizonte, Crónica de Manila, Nueva
Era) y la muerte por envejecimiento de amigos, colaboradores y fami-
liares –los últimos hispanohablantes filipinos– han llevado a que su voz
sea totalmente desconocida en Filipinas. Pero, si Nick Joaquín tuvo
que escribir en inglés porque tenía algo que contar, y tenía algo que
contar a los filipinos, ¿Gómez Rivera tiene algo que contar? y lo que
cuenta, ¿se dirige al público filipino? He aquí la cuestión de por qué

91 “La antigua dirección me pidió que me informara de la situación legal en 2004.

Entonces, descubrí que teníamos el permiso caducado. Pero parece que, por dejadez,
no se ha hecho nada al respecto’, cuenta Wystan de la Peña, secretario de la institución
y jefe del Departamento de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Filipinas”, en
“La Academia Filipina de la Lengua Española no tiene licencia”, en El País, 28 de oc-
tubre de 2008 <http://www.elpais.com/articulo/cultura/Academia/Filipina/Lengua/Es-
panola/tiene/licencia/elpepucul/20081028elpepucul_1/Tes>
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 59

una personalidad de gran dimensión ha acabado consumida en su pro-


pio solipsismo.
No obstante, Gómez Rivera comenzó brillantemente su carrera
ensayística. En un muy razonado artículo (con posturas ideológicas so-
cialistas pertinentes y valientes en la Filipinas que seguía manteniendo
la dictadura de Marcos) escribió en torno al conflicto de las Islas Mal-
vinas: El conflicto de soberanía territorial sobre las Islas Malvinas,
Georgias y Sandwich del Sur:
A menos que se propongan, y de verdad se logren, hacer modificaciones
fundamentales en el sistema neocolonialista, o imperialista, que tienen las po-
tencias occidentales por sobre los continentes menos desarrollados, la injusticia
y la violencia continuarán su tarea destructora de los principios de equidad, y
sobriedad, que deben regir las relaciones de los hombres92.

El artículo fue premiado en el concurso convocado por el perió-


dico Nuevo Horizonte en 1983 sobre Argentina-Filipinas. La valía del
texto radica en vincular Filipinas con los asuntos acuciantes de América
Latina y mostrar la solidaridad de Filipinas, como país hispánico, en
un contexto internacional. Además, lograba mostrar cómo la política
intervencionista había creado Estados fraudulentos, títeres en un orden
neocolonial, donde el sino filipino quedaba reflejado.
Pero a este inicio desde la izquierda de un discurso reivindicativo
y sólido, siguió paulatinamente un creciente conservadurismo que es-
tablecía unos parámetros dicotómicos y conceptos explícitamente be-
ligerantes. Decía Gómez Rivera el año 2000 en Revista Filipina (IV,1)
sobre “La destrucción del cosmos filipino”:
La exterminación, por ejemplo, del filipino de habla-hispana y su Re-
pública Filipina de 1898, es otro crimen en contra de la Humanidad que se
puede atribuir a los WASP en su papel de misioneros Protestantes y de maestros
insolicitados de idioma inglés en Filipinas […] Pero los lacayos de los WASP
dicen que estas provisiones son constituyentes, como las leyes en pro del
idioma español, ya han sido abrogadas. Ahora, después de cometer este geno-
cidio en contra de los filipinos de habla-hispana con el descartamiento de las
pocas asignaturas de lengua española que quedaban en el nivel universitario,
han empezado con el genocidio en contra del grupo étnico tagalo con la impo-

92 Guillermo Gómez Rivera, El conflicto de soberanía territorial sobre las Islas

Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur/ The Conflicto ver Territorial Sovereignty on
the Malvinas, Georgias and Sandwich Islands of the South, Manila [s.e.], 1984, p. 29.
60 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

sición del alfabeto inglés, hasta en el mismo idioma tagalo y, o, en lo que dicen
es el idioma nacional de Filipinas hoy denominado Filipino.

Si bien Gómez Rivera puede emplear argumentos ciertos y váli-


dos93, ha terminado habitando una burbuja donde lo académico es tam-
bién empleado con fines propagandísticos94. Dicho en breve: que los
WASP usenses95 han destrozado al pueblo filipino a través de un ge-
nocidio consciente y subrepticio continuación de la guerra filipino-
norteamericana96, junto a una conspiración masónica de nacionalistas.
Si bien otros intelectuales filipinos de izquierdas han puesto en eviden-
cia la misma agenda política norteamericana y la falacia que ha signi-
93 Como sin duda lo es la denuncia del intervencionismo norteamericano tanto

política como culturalemente, denuncia que en semejantes términos beligerantes fue


hecha por Rolando Tinio: “There is no way national consciousness can be forged in a
foreign language. Filipinos are confused on this point because English was supposed
to have been imposed on the Philippines at the beginning on this century for the precise
purpose of forging a unified national consciousness out of the kalat of our islands. But
we now know that imposing English was a clever sleigh-of-hand by McKinley and
crew. They unified the country all right by making everyone American-dependent (a
dependency as self-destructive as drug addiction) beyond a mere typographical decla-
ration of our independence four decades ago”, en ob. cit., p. 85.
94 Hasta el grado de la creación apócrifa de datos y documentos supuestamente

históricos. Así sucede, entre otras cosas, con numerosos poemas supuestamente perte-
necientes a ladinos filipinos, pero donde no se indica fuente ni referencia, reproducidos
en Guillermo Gómez Rivera (coord.), La literatura filipina y su relación al naciona-
lismo filipino, Manila, [s.e.] 1984. Cf. Bienvenido L. Lumbera, Tagalog Poetry 1570-
1898. Tradition and Influences in its Development, Quezon City, Ateneo de Manila U.
P., 1986, pp. 241-244. El fenómeno apócrifo en Filipinas es valiosamente sorprendente,
pues similares procedimientos llevaron a cabo los moriscos granadinos cuando su cul-
tura se veía condenada a la desaparición, creando los famosos plomos del Sacromonte.
Este curioso fenómeno en Gómez Rivera merece un estudio aparte, que deberá ser re-
alizado a su debido tiempo.
95 Concepto categorizado, empleado en numerosos artículos por Rolando S.

Tinio y otros autores, pero explotado como patrimonial por Guillermo, hasta tal grado
que ha acabado siendo un concepto genuino de la cosmovisión gomezriveriana.
96 Tal expresión beligerante se muestra incluso en un libro de enseñanza de es-

pañol dirigido a adolescentes filipinos escrito por Gómez Rivera, donde a una portada
diáfana con viñetas tradicionales filipinas le sigue una contraportada con un pelotón
de soldados americanos fusilando a niños filipinos. Cf. Guillermo Gómez Rivera
(coord.), Español para todo el mundo. Libro I, Manila, [s.e.] 2000 (la imagen puede
verse en <http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Filipinas>).
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 61

ficado el inglés para la cultura filipina97, el problema de Gómez Rivera


es que su discurso, en el fondo, no es de izquierdas, aunque él no sea
consciente de ello. Así, su discurso viene a exponer que Filipinas es un
país condenado, donde lo español lo era todo, el inglés es una aberra-
ción e invasión, y lo indígena algo coyuntural. Su aferramiento en el
más castizo de los españolismos, su persistencia en negar la realidad
de los procesos culturales, y su obstinación en la conspiración genocida
“judeo-masónica WASP usense”, han formado en él un estado de
dogma, que tiene como única respuesta la cruzada. Y así se ha dispuesto
a emprender la campaña en los campos del ciberespacio.
Dado que se quedó sin foro en Filipinas, Guillermo comenzó a es-
cribir en internet. Cosas de la modernidad digital: logró crear una escuela
de seguidores en internet, de todas partes del mundo, y por ese mismo
motivo, ajenos a la coyuntura filipina. Pero, si su discurso era dogmático
en Filipinas, cómo es posible que ese discurso acabe siendo escuchado
por extranjeros, creído como la verdad de lo que en Filipinas pasa y, a la
postre, motivo de militancia. Sin duda, para un hispanohablante, Gómez
Rivera es un verdadero Quijote asiático que lleva luchando años y años
contra el neocolonialismo cultural. Labor indiscutiblemente admirable.
Pero, por el contrario, para un filipino, es inexistente, casi nadie le co-
noce. De hecho se está dirigiendo preferentemente a un foro extranjero
(pangsila98) cuando debería dirigirse al pueblo filipino (pangtayo). Sólo
de ese modo, creando un discurso netamente filipino en el cual se inte-
grase el componente hispánico de forma natural, se lograría llegar a la
conciencia del común de sus conciudadanos. Cuando uno escucha a
Gómez Rivera una vez, le cree un profeta. Cuando le escucha dos, un
orador. Cuando le escucha tres, un florido. Cuando le escucha cuatro, se
da cuenta de que su discurso podría ser mucho más de lo que es. He ahí
que Gómez Rivera, hablando como un verdadero maestro, viene a plan-
tear poco más que la beligerancia.

97 Desde E. San Juan, a Bienvenido Lumbera, Rolando Tinio o Zeus Salazar.


98 Empleando los conceptos de la escuela Pantayong Pananaw de Zeus Salazar.
Cf. Zeus Salazar, “Pantayon Pananaw como discurso civilizacional”, en Isaac Donoso
(ed.), Civilización Filipina y Relaciones Culturales Hispano-Asiáticas/ Philippine Ci-
vilization and Hispanic-Asian Cultural Relations, Cuaderno Internacional de Estudios
Humanísticos y Literatura (CIEHL), Humacao, Universidad de Puerto Rico (en
prensa).
62 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

El problema ha consistido en tratar de explicar todo a través de


fenómenos culturales, cuando ciertamente otros motivos afectan al des-
arrollo o atraso de las sociedades modernas:
Frente a las burocracias profesionales y los Estados desarrollistas efi-
cientes que impulsaron el mercado del Sudeste Asiático, disciplinando el tra-
bajo pero también el capital […], en Latinoamérica, el Estado, minado por una
burocracia corrupta y capturado por las élites, trató de suplantar al mercado,
sin conseguir disciplinar al trabajo a pesar del clientelismo y se atrajo al capital
a cambio de monopolios recompensados con corrupción (sobornos), para luego
debilitarse tanto que fue incapaz de proveer bienes públicos puros (justicia, se-
guridad), preferentes (salud, educación, infraestructuras básicas) y protección
social99.

Comparando modelos de desarrollo en América Latina y el Sud-


este Asiático, ¿se podría concluir por ejemplo que el atraso filipino se
debe a su herencia hispánica, o que el colonialismo norteamericano
agudizó los lazos clientelares a través de la dependencia económica, o
bien que la naciente República de Malolos, surgida tras una revolución
social al modelo francés, representaba un proceso social frenado por
la intervención norteamericana? Son tres escenarios totalmente dispa-
res, en los que las coyunturas actuales buscan su explicación en la his-
toria, una historia que en 1898 comenzaba a fraguarse tras un proceso
que culminó en la creación de una República –según los modelos oc-
cidentales– en Asia:
The Spanish period if often dismissed today as ‘the colonial period.’ In
fact is more than that. During this period, civil culture, in this case the Western,
finally plunged deep roots in the lowland, coastal settlements of Luzon and Vi-
sayas. The Spanish period thus plays a role in Filipino culture far different
from that of the Dutch period in Java or the French period in Vietnam. In the
latter two, pre-Western civil cultures were already large, ancient trees at Wes-
tern contact in the sixteenth century […] Questions can be raised about how
urban pre-1571 Manila and Tondo were, but not about Intramuros de Manila
[…] Under Spain, an all-inclusive moral system, Catholic Christianity, spread.
This was accompanied by an abstract, speculative system of thought, Scholas-
ticism that was transmitted via an exact script, stored in libraries, and taught

99 Rafael Domínguez Martín, “Desigualdad y bloqueo al desarrollo en Amércia

Latina”, en Principios. Estudios de Economía Política, Madrid, enero, núm. 13 (2009),


pp. 10-11.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 63

by professional thinkers. Starting in the nineteenth century, a skeptical Ratio-


nalism deriving from the Enlightenment gained ground100.

La imposición del inglés puede explicar bastantes de los problemas


contemporáneos filipinos, pero la solución no es la vuelta a un hipotético
escenario de 1898, o la apología de la lengua española como la panacea
de los problemas de Filipinas, sino la construcción de escenarios váli-
dos, tal como los Estados modernos deben hacer a través de la eficiencia,
y tal como los intelectuales deben hacer a través de las ideas.

e) Folklore sui generis


La última gran faceta gomezriveriana es la de representar toda
una autoridad en el baile español y flamenco en Filipinas. Formado
desde la tradición secular que su institutriz sevillana le inculcó, Gui-
llermo ha logrado crear una escuela donde mujeres japonesas y filipinas
bailan algunas de las más tradicionales coreografías españolas. Si-
guiendo una filosofía que admirablemente mantiene, en su tarjeta de
visita se anuncia exclusivamente en español. Más allá del baile español,
Gómez Rivera posee un sólido reconocimiento en el mundo de la danza
filipina, siendo asesor e instructor del Ballet Nacional de Filipinas–Ba-
yanihan.
Pero tan importante como su labor como maestro es su labor como
folklorista. Siguiendo un método etnográfico sui generis, en los años
setenta realizó varias excursiones por Cavite y otras provincias con el
fin de recopilar piezas de la tradición oral filipina, piezas cantadas en
español y chabacano. Lástima que el método no fuera sistemático y se
manifestase en una investigación escrita. No obstante, tal labor culminó
en la publicación de diferentes discos magnéticos con un valor patri-
monial valioso en términos de resolución folklorística. Roberto Buena,
el más renombrado maestro de rondalla filipina de entonces y director
musical de la Philippine Broadcasting Company, fue quien le instruyó
acerca de cómo llevar a cabo la interpretación de las piezas. Así, dando
una particular interpretación musical a prácticamente todas las piezas,
Roberto Buena guió con su grupo de rondalla filipina la voz de Gómez
Rivera y el éxito y la difusión culminó el trabajo.
100
Fernando Ziálcita, Authentic Though not Exotic. Essays on Filipino Identity,
Quezon City, Ateneo de Manila U. P., 2005, p. 168.
64 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

En la actualidad, remasterizada, esta obra es accesible en reedi-


ción en disco compacto: Nostalgia Filipina. Antología del folclore fi-
lipino de los siglos XVIII y XIX (Manila, SPCC & Instituto Cervantes,
2007). Recientemente ha aparecido reeditado el segundo volumen: El
collar de Sampaguitas y Zamboanga Hermosa (NCCA & Vibal, 2009).
Guillermo Gómez Rivera nos da la oportunidad de disfrutar con los so-
nidos evocadores de una parte consustancial del alma filipina, las voces
del cosmos de Filipinas. Las piezas que componen estas grabaciones
representan pilares principales de la tradición cultural y musical fili-
pina, que sin embargo han ido desapareciendo hasta quedar en el olvido
como consecuencia de los particulares dilemas que han marcado la his-
toria contemporánea del país. Con todo, ello no impide que cualquier
filipino se reconozca profundamente al escuchar esas canciones, pene-
trando de inmediato en su significado cultural y deseando allegarse al
substrato que las produjo. Así pues, la labor folklorística de Gómez Ri-
vera no sólo queda en las expediciones en busca de la tradición oral,
sino incluso en su interpretación y, al presente, su producción como
elemento de respuesta a quienes buscan la identidad de Filipinas como
nación en su música y su tradición artística.
En suma, Guillermo Gómez Rivera es una personalidad arrebata-
dora como poeta, dramaturgo, académico, ensayista y folklorista, in-
cluso dibujante y periodista, en muchos de sus ratos, maestro de fla-
menco y, durante toda su vida, profesor de español. Pero al mismo
tiempo es un autor incompleto. En realidad no posee aún obra escrita
relevante ya publicada; teniendo los mimbres, no ha sido capaz de crear,
al menos hasta ahora, una tradición literaria propia, pues ha encaminado
su discurso a la difusión de artículos en internet, leídos sobre todo por
extranjeros, y proclamar la elegía y el genocidio filipino y hacer un lla-
mado a la cruzada internacional; es escasamente conocido en Filipinas,
a cuyo público es al que debería dirigirse, y ha venido a situarse en una
suerte de autocondena y heterodoxia por propia voluntad.
Guillermo Gómez Rivera es una figura excepcional, con capacidad
creadora, pero que no crea, con capacidad retórica, pero apócrifa, con
profundidad intelectual, pero dogmática, amante exacerbado de Filipi-
nas, que sin embargo se dirige a un público extranjero. Gómez Rivera
representa toda la complejidad actual del mundo filipino –aunque él no
quiere darse cuenta– la complejidad de un mundo escindido en su propia
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 65

construcción nacional, un mundo que se niega a tomarse en serio, mien-


tras Japón, Corea o Malasia crecen orgullosas de sí mismas. No cae en
la cuenta de que está sumido en la mayor de las heterodoxias y, por
ende, en el más sincero de los idealismos cervantinos. Absolutamente
hispanohablante, Gómez Rivera se arroga sobre sí el sino del mundo fi-
lipino. Un mundo en el que ya no se habla en español, un mundo en el
que nadie le puede escuchar, pero un mundo al que representa, no en su
ortodoxia sino en su heterodoxia. Nunca logrará ser National Artist of
Literature pero, a poco que su obra original lograra tener publicación,
merecería sin duda ser Premio Cervantes de las Letras Españolas. Si
hay un filipino a quien le pueda corresponder, ése es Gómez Rivera.

2. EDMUNDO FAROLN ROMERO


Si Gómez Rivera es quien ha persistido en animar durante décadas
la cultura hispánica en Filipinas, es a Farolán Romero a quien se debe
el fomento de esta formación cultural desde fuera. En efecto, Farolán
ha sido y sigue siendo el autor más prolífico en cuanto a publicación
literaria en español; precisamente con este fin de promover, difundir y
ampliar la audiencia de la literatura hispanofilipina tanto del pasado
como actual, fundó una de las revistas digitales más antiguas y longevas
de la red, Revista Filipina, que desde 1997 dirige.

a) Itinerante en el mundo
Edmundo Farolán Romero101 nació en Manila en 1943. Ahí se
formó estudiando Filosofía y Letras en el Ateneo de Manila, y más
tarde en el extranjero, en la antigua Universidad Central de Madrid y
en el Instituto de Cultura Hispánica de la misma capital, y especiali-
zándose en Norte América en la universidades de Toronto y de Bowling
Green. Ha sido profesor de español, inglés y comunicación en varios
centros educativos: entre finales de los 60 e inicios de los 70 trabajó
en universidades canadienses y estadounidenses (Alberta, Toronto, Bo-
wling Green); después volvió a Filipinas, donde fue profesor del Ate-
neo de Manila, de la PLM, Universidad de la Ciudad de Manila y fi-
nalmente de la Universidad de Filipinas en Dilimán. En 1983 regresó
a Canadá, donde trabajó en varias instituciones, y a partir de 2000 fue
101
Farolán suele firmar sus escritos poniendo así el acento en la última sílaba.
66 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

profesor visitante en la Webster University, en la Slezska Univerzita


(República Checa), en la Universidad Politécnica de Tianjin (China),
en el Colegio de Micronesia y en el Colegio de Inglés en Costa Rica.
En la actualidad vive entre Manila y Vancouver.
El español es la lengua privilegiada para la expresión literaria de
Farolán, pues como él mismo afirmaba en una entrevista que tuvimos
la oportunidad de hacerle hace tiempo en Madrid, su abuelo era espa-
ñol, de Málaga, y: “por esta razón en nuestra casa se hablaba español,
mi madre me hablaba en español, siempre he oído hablar en español a
mi alrededor, y siempre me he sentido hispánico. El filipino es español
en su cultura”.
Durante su larga estancia como becario en Madrid, avanzada la
década de los 60, entró en contacto con la emergente sensibilidad lite-
raria de los llamados “Novísimos”. Farolán fue premiado en los con-
cursos literarios del Colegio Mayor de Guadalupe, institución en la que
residía junto a otros paisanos. Se remonta a esa época la frecuente pu-
blicación de sus versos en Poesía Española, revista del Ateneo de Ma-
drid. En los años 70 colaboró con las revistas filipinas Nueva Era y
Nuevo Horizonte, rotativos en los que aparecieron muchas de sus com-
posiciones poéticas recopiladas después en las colecciones Lluvias Fi-
lipinas y Tercera Primavera, obras por las que la Fundación Zóbel le
concedió en 1982 el premio homónimo. Farolán ha publicado también
en inglés y en otras lenguas, y se ha ocupado de crítica literaria edi-
tando ensayos sobre la literatura hispanofilipina y preparando textos
didácticos. Otro campo de su interés es el chabacano. A este respecto
Farolán recuerda que ha escrito varios artículos defendiendo que:
El chabacano es como la lengua hispánica de Filipinas porque es algo
filipino, como lo es la manera de hablar de los latinos, u otros países que tienen
su propia manera de hablar su lengua. El chabacano en mi opinión es la llave
y el puente para que los filipinos se interesen por el español102.

En la actualidad, además de los numerosos encargos académicos


(Farolán es miembro de número –segundo, después de Gómez Rivera,
por antigüedad– de la Academia Filipina de la Lengua), dirige las re-
102 Andrea Gallo, “Un poeta hispanofilipino contemporáneo: Edmundo Farolán

Romero”, en Cuaderno Intermacional de Estudios Humanísticos y Literatura (CIEHL),


vol. 7 (2007), p. 108.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 67

vistas electrónicas Revista Filipina y Review Vancouver. Y continúa in-


sistiendo en la importancia del conocimiento de lo español en la cultura
filipina:
Los jóvenes deberían saber que existe una literatura hispanofilipina aun-
que la lengua se vaya perdiendo. Las raíces hispánicas sobrevivirán siempre a
través de la religión católica, los nombres españoles de los filipinos, y las nu-
merosas palabras españolas que existen en todos los dialectos filipinos. Éstos
ya son rasgos permanentes del filipino, y, aunque no hablen el español, el ta-
galo, el ilocano o el cebuano tienen una gran riqueza de palabras basadas en el
español103.

Sus obras poéticas más importantes en español son: Lluvias Fili-


pinas (1967), Tercera Primavera (1981), 2000 Versos (2000), Nuevas
Poesías (2003) e Itinerancias (2006). Ha escrito también cuentos, entre
los cuales conviene recordar Nostálgica (1997) y el volumen, recién
publicado con Paulina Constancia, Cuentos Hispanofilipinos (2009),
en el que aparecen los relatos Palali, Tía Luz y tía Aida y Mardi Gras
con los Montecillos.
Su producción cuenta incluso con algunas obras teatrales, algunas
inéditas, mientras que dos piezas han sido representadas y tres publi-
cadas. Su primer drama representado fue el de acto único titulado œDiá-
logo? Compuesto en Madrid en 1966 y estrenado por el Teatro Expe-
rimental de la Universidad de Alberta, Canadá, en 1967; en 1979 se
publicó en la revista filipina Nuevo Horizonte y se puso en escena una
segunda vez en la PLM (Pamantasan ng Lunsod ng Maynila–Univer-
sidad de la Ciudad de Manila) en ese mismo 1979. La otra obra que se
ha representado es el también acto único El Sueño/ The Caged Dream.
Fue escrito en español, en Madrid en 1965 pero sigue siendo inédito.
Traducido al inglés, fue puesto en escena por Ross Pink en el Vancou-
ver Fringe Festival en 1993. Otras dos obras teatrales que han sido pu-
blicadas son los dramas históricos Rizal, el mártir y Aguinaldo, que
han aparecido con fecha reciente en la revista web Tonos Digital104.
103
Andrea Gallo, entrevista inédita, hecha en Manila en marzo de 2007.
104
Se trata de una primera redacción de los dramas históricos Aguinaldo y Rizal,
el mártir, véase Tonos Digital, núm. 16, diciembre 2008 y núm. 17, julio 2009:
<www.tonosdigital.es>.
Rizal, el mártir fue compuesto al principio en inglés pero no fue estrenado ni
representado.
68 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Dentro de poco, en la Colección Oriente de Ediciones Moreno Mejías,


se editará un volumen de las obras teatrales completas de Farolán en
español, en el que estarán incluidos la segunda y definitiva redacción
de los dramas Rizal y Aguinaldo, la primera redacción (en español) de
œDiálogo? y de El sueño, y otros dos dramas completamente inéditos.
En inglés ha escrito las colecciones poéticas The Rhythm of Des-
pair (1975) y Oh Canada! (1994), libro este último en el que aparecen
también algunos poemas en francés. Merece finalmente una mención
la traducción al tagalo del Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes,
editada por la Embajada Argentina de Manila en 1979105.

b) Racionalidad en tiempos de crisis


Lluvias Filipinas es la primera colección poética escrita por Fa-
rolán Romero y publicada en Madrid en 1967, en su época de estu-
diante en España. Dedicada a Nena, hermana del poeta, la colección
se compone de cuarenta y cuatro poemas en cuya temática predominan
una angustia y una tristeza provocadas por la pérdida de la identidad y
una subsiguiente interiorización trágica de la vida. Palabras claves en
esos textos son el trinomio “lluvias-lágrimas-Filipinas”, y “primavera”,
“angustia”, “nostalgia”; el poeta describe un mundo diáfano habitado
por un Yo en diálogo mudo y desesperado con un Tú que se escapa, un
mundo donde el paisaje se caracteriza sólo por tristes y gentiles lágri-
mas de lluvia, una fresca primavera, “que se quiebra de sonidos de pá-
jaros,/ de negros pájaros/ de azules cielos que parpadean;/ de luces dé-

105 He aquí las referencias bibliográficas de los escritos de Farolán. Obras lite-

rarias: Lluvias Filipinas, Madrid, Imprenta Murillo, 1967; The Rhythm of Despair, Ma-
nila, Zita Publications, 1975; œDiálogo?, en Nuevo Horizonte, 1979; Tercera Prima-
vera, Bogotá, Editoriales Cabrera, 1981; Oh Canada!, Toronto, Aguinaldo Press, 1994;
Nostálgica, en Nuevo Horizonte, 1997; Itinerancias (comings and goings), San Fran-
cisco, Carayanpress, 2006; Cuentos Hispanofilipinos, Quezon City, Central Book
Supply Inc., 2009.
Obras literarias en Internet: 2000 Versos, http: // members.aol.com/efaro/
26164/2000htlm, 2000; Nuevas Poesías. http://www.lgpolar.com/index/php/read-php,
2003; Aguinaldo en Tonos Digital, loc. cit.; Rizal, el mártir, en Tonos Digital, loc. cit.
Ensayo y didáctica: Literatura filipino-hispana: una breve antología, Manila,
Versman, 1980; Antología del Teatro Hispano-filipino, Manila, Universidad de Filipi-
nas, 1983; Gramática y Práctica, Manila, Nuevo Horizonte, 1979; Español para uni-
versitarios filipinos, Manila, Nuevo Horizonte, 1981.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 69

biles,/ de más silbos…” (“Pregunto si es éste otro día”, p. 33); un Yo


“descontento e intranquilo” que “cansado” vive “esperando” (“Madrid,
10 de mayo de 1967”, p. 55), pero esta espera está cargada de la an-
gustia envolvente de “un alma que flota…” (“Madrid, 10 de mayo de
1967” p. 44) en un mundo confuso e insignificante. Abre el libro “Ver-
sos filipinos”, que presenta la materia de la que se va a cantar: son los
versos de desesperación de un ‘yo’ agotado por la pérdida de la iden-
tidad filipina frente a un mundo europeo y español que vive con clari-
dad su origen e historia. Tampoco una intensa experiencia amorosa es
suficiente para recuperar esa identidad, y en general de la existencia
humana solamente quedan versos vacíos.
Esta pequeña blancura que sonríe;
este sueño que me hace descansar;
esta noche que me va a llevar sueños;
son todos éstos consecuencias
de un perdido frenesí;
de versos que no tienen ritmo,
ni música; de todos éstos
en blanco y negro, en felices
veladas; en amores desconcertados;
[…]
y recuerdos,
están creando palabras
eternas, palabras insensatas,
palabras insignificantes,

y palabras expresando,
afirmando,
ésta mi existencia dolorosa,
indiferente, vacía,

porque dicen que soy una ansiedad


tristísima, intranquila, viviendo
en esta tierra europea, yo,
un filipino, deseando un dulce
sueño, o un palpar cálido,
significativo

lleno de eterna felicidad…


no están más
70 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

los recuerdos, y los sueños,


los frenesíes, los delirios
dinámicos del amor; sólo

se quedan estos
mis versos
sin ritmo,
sin música.

La última composición, “Desaparezco: ¿dónde estoy?” (p. 78),


reafirma este éxito loco, este sentimiento angustioso de la vida para el
que ni el amor ni la solidaridad restituyen la pérdida y el clausurado
derecho a vivir la plena existencia:
Desaparezco: ¿dónde estoy?

En España, en Filipinas,
en eternidad…

¿Dónde estoy?
muriendo, como este sueño.

¿Dónde estoy?
en primavera.

¿Dónde estoy?
desapareciendo,
como desaparecen
las noches que tragan
el día,
como aparecen las luces débiles
de esta cantante primavera,
faltando,
faltando horas
de dormir;

es que alguien me
despertó anoche; alguien
pensó en mí…

Desaparezco: ¿dónde estoy?


LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 71

En Lluvias filipinas, así como en toda la posterior producción de


Farolán, se hace evidente la influencia poética de los “Novísimos”, ca-
racterísticamente resuelta mediante neologismos, “culturalismos”,
cierta atmósfera neosurrealista y una escritura automática voluntaria-
mente anarquista, descuidada y antirretórica. Y tampoco falta en todo
ello cierta influencia del “New Criticism”.
Tercera primavera es el segundo libro de poesía en español, pu-
blicado en Bogotá en 1981; recoge poemas compuestos entre 1966 y
1981. Los temas no varían mucho con respecto a Lluvias filipinas; in-
teresante es el prólogo “Palique”, verdadero manifiesto de la poética
del autor. En este prólogo Farolán trata de dar cuenta a los lectores de
su “evolución poética”, aunque él mismo dude de la oportunidad de
utilizar este término para referirse a su obra, y describe su trayectoria
poética empezada en Madrid en 1966 y terminada (en ese momento en
que escribe, es decir a la altura de la publicación de Tercera Primavera)
en Bogotá en 1981, pero con muchos viajes por el mundo entre medio.
Los temas tratados son siempre el amor, la esperanza, el aburrimiento
y el miedo a la vida; él mismo reconoce en su obra siete etapas, que se
hacen evidentes por temática y estilo.
La primera etapa comienza, según el mismo Farolán, con el
poema “Versos filipinos”, texto que encabeza tanto la colección Lluvias
filipinas como el nuevo libro Tercera Primavera. En esta primera etapa
es dominante un sentimiento trágico de la religión y del amor, y una
esperanza propia del idealismo juvenil como puede verse en “Dos Po-
emas”, publicado en 1967 en Poesía Española. La segunda etapa se
inicia en 1969, época de la estancia en la Universidad canadiense de
Toronto y sus estudios de Lingüística, y está representada por la com-
posición “55 minutos”, aparecida en 1975 en la revista filipina de len-
gua española El Maestro. Ahí –admite Farolán– “entra lo que llamaría
yo «el aspecto erudito mezclado con un cierto aburrimiento escolar»”.
El poeta observa su cuarto mientras fuma y bebe, todo ello durante 55
minutos. La tercera etapa está determinada y se caracteriza por la vuelta
del autor a Madrid. Se mezcla la reflexión íntima y filosófica con un
sentimentalismo nostálgico (de los recuerdos de la primera estancia en
Madrid en 1966-67 y su juventud). La composiciones que representan
esta etapa son: “Porque se quedan pocos” y “Algo para bajarme de los
cielos”, ambas publicadas en 1975 en la revista literaria del Ateneo de
72 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Manila, Heights. En ellas Farolán reconoce un cambio estilístico y ex-


presivo: la transición de una forma de lírica a otra prosaica, dramática
y dialógica (véase el poema “Paridas de una despedida”). La cuarta
etapa es aquella que coincide con la época de sus estudios de doctorado
en Bowling Green, en Estados Unidos. De esta etapa es “La experiencia
fluyente”, poema publicado en 1979 en Lahi, revista plurilingüe del
Centro Cultural de Filipinas. El autor reconoce influencias recibidas:
“El teatro del absurdo, particularmente el de Samuel Beckett, el
«stream of consciousness» de James Joyce, el clima de protesta contra
la guerra de Vietnam y al mismo tiempo el lema de «paz y amor» de
los «flower children» en los primeros años de los setenta”. Así describe
su estructura: “de lo staccato en algunas poesías previas, a lo fluyente;
de lo real y actual, a lo sublime; de lo aburrido, a lo ilusorio”. A esta
etapa le sigue la que el propio autor ha llamado “fase negra” y “mori-
bunda” de la creación poética en razón del momento de desesperanza
y crisis psicólogica que representa. Escribía principalmente en inglés,
y los poemas de este período confluyeron en el libro The Rhythm of
Despair (Manila, 1975). Poemas en español de esta época, y que fueron
publicados en Tercera primavera, son: “Monólogo” y “Reflexión 9”,
escritos en San Francisco en 1974 y publicados al año siguiente en
Heights. En 1974 inicia la que él asimismo denomina etapa de “resu-
rrección”, que coincide con la vuelta a la patria filipina tras nueve años
de ausencia. Poemas de este resurgimiento son “El bautismo” y “Suri-
gao”; el estilo es el mismo de los tiempos de Madrid con un discurso
dialogado y en prosa. El tema predominante es una identificación entre
identidad-patria-Filipinas-familia, y el poeta parece superar de alguna
manera ese sentido de desplazamiento del emigrante que había carac-
terizado toda su producción anterior; es el moemto de “Nací otra vez”.
La última etapa que Farolán señala es la que va de los años 1974 a
1981, en la cual experimenta formas poéticas diferentes, pero a veces
acercándose a la tradición (el soneto…) y en otras ocasiones alejándose
al reconocer que las formas tradicionales limitan la fuerza de expresión
y comunicación, encarcelan el contenido filosófico o estético, las imá-
genes y las ideas. Concluye la colección “Elogio a la Hispanidad”, en
alejandrinos.
Farolán habla de fases de evolución poética refiriéndose más a su
vida y a los estados de ánimo por él vividos que propiamente a las mu-
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 73

taciones de su obra. Sin embargo es más correcto decir que en su pro-


ducción poética en lengua española, pero también en ciertos escritos
en inglés y francés, incluso a la luz de lo publicado con posterioridad,
no se puede reconocer una clara fractura ni temática ni estilística. Por
el contrario, se asiste a una continuidad y coherencia de temas y len-
guaje, un entrelazado fluir continuo entre pasado y presente donde cada
elemento temático parece exigir un estilo y una atmósfera diferentes.
Farolán muda estilo y lenguaje según el tema: la patria es evocada y
celebrada a través de un lenguaje sencillo y musical en que los versos
parecen notas de canto, estribillos de canción de cuna. Familia, lluvia
tropical, infancia perdida, esta sencillez se debe a que, en este período,
el niño no tenía la conciencia del desplazamiento de su Yo, de su iden-
tidad fragmentada, y vivía sereno, ajeno a la pregunta “¿Quién soy?”.
Es la situación en que el ‘yo’ sale de su mundo elemental y se entra en
relación con el mundo real, cuando el sujeto vive un desplazamiento,
no cabe volver atrás en el tiempo y la vida infantil es ya inapresable.
La relación y la comparación con el exterior da el sentido de lo
precaria que es su identidad: ni hispánico ni americano, ni occidental
ni oriental, a esto se suma el frenesí del vivir moderno en patente con-
traste con la vida rural o bucólica de los orígenes malayos. Este pro-
blema, el del presente fragmentado y confuso, requiere un lenguaje
igualmente fragmentado, desconectado, inquieto. El último poema de
la colección Tercera primavera es “Elogio a la hispanidad”. Dedicado
a los académicos filipinos José Antonio León Rey y Francisco Zara-
goza Carrillo, es un poema significativo porque pone de manifiesto el
sincretismo original de la nación filipina. Se trata de ocho estrofas, seis
quintillas y dos tercetos finales, de alejandrinos irregulares sin rimas,
acabadas por dos últimos versos heptasílabos.
Y llegó el español a esas islas indias
Magallanes su nombre, la espada en la mano,
Honrando al Rey Felipe, el nombre Filipinas,
A ese archipiélago de numerosas islas
Descubiertas el año mil quinientos veintiuno.

(En esta lucha del Yo, la pregunta, ¿quién soy yo?


Y busco en lo español al indio filipino,
Encuentro el hispanismo de Aparri hasta Joló:
Filipinas y España, a este camino voy yo,
74 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Tras dos razas unidas, este país mestizo.) […]


Pero pronto llegaron las aves de rapiña–
El gringo o el yanqui su nombre no importa.
Lo mataron al león el león de Castilla;
La nobleza cristiana se esfuma en estas islas,
En su lugar el inglés y su música tonta.

(Y yo me desespero. Me gusta el dinero.


Ya no soy cristiano. Soy “brown” americano.
Me gusta jazz y disco. Allí es donde me meto.
A G. I. Joe y MacArthur, al dólar y al peso,
Thanks, Estados Unidos, por hacerme mundano.) […]

En “Elogio a la hispanidad” es evidente la violencia, psicológica


y cultural, que el individuo filipino ha sufrido a lo largo de la historia.
A la modificación exterior del ambiente corresponde una nueva auto-
percepción del ‘yo’. La primera intervención, la española, aunque en
parte violenta, configura un nuevo seguro ‘yo’ (vv. 6-8); la segunda, la
intervención yanqui, destruye, altera, perturba el alma del indio hidalgo
y cristiano, violado en su interioridad, amenazado en sus valores, hu-
millado al rango de “casi americano” porque no pertenece a la raza
“WASP” y es sólo un “brown americano”.
Importante en el itinerario poético del autor, a pesar de no estar
escrito en español, es el libro Oh, Canada! Se compone de cuarenta y
siete poemas: treinta y ocho en inglés y nueve en francés escritos en
versos libres a partir de 1967106. Declara Farolán en una entrevista a
propósito de esta obra que “refleja las emociones y las dificultades que
tenemos los inmigrantes en este país, a pesar de la condición multicul-
tural, plurilingüe y multiétnica que tiene Canadá”107. Por esta razón el
libro está dedicado a sus hijos Carlos y Alexandra representantes de esa
segunda generación que puede integrarse con más facilidad. El título es
“trite and common” porque Farolán afirma que necesita “to keep things
trite, common and simple” (p. 5). Abre y cierra la colección el mismo
texto escrito en inglés (p. 11) y francés (p. 62): aquí el poeta reflexiona
106 “The selections here are the English and French poemas written since my
arrival in Canada in 1967. In 1985-86, I began experimenting with French poetry and
I’ve included some poems form this period” (p. 5).
107
Alberto Antonio Méndez, “La poesía es un arte vivo”, en La voz de Montreal,
10 Diciembre 2001, p. 18.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 75

sobre su condición de huésped, de inmigrante y lamenta sufrir la agonía


de una nueva existencia en una “Land of aboriginals,/ land of immi-
grants,/ land of my children: second generation Canadians”:
O, Canada, terre des immigrants,
terre blanc de neige,
terre de boue au printemps,
terre sans été,
automne passager;

Pourquoi sommes-nous ici?


Les exilés,
nous souffrons l’agonie
d’une nouvelle existence
sans frontière.

Neige, toute neige,


froid, tout froid,
dans ce pays multi-ethnique
où n’existent pas les frontières nationales:
seul existent les frontières internationales:
un pays Babel
puni pour l’Omnipotence
avec le désert perpétuel
de la neige,
puni pour être canadien
pour être un têtu Tory
imitation des Tories anglais
qui dit “oui” aux pluies acides
et à la guerre des étoiles…

marionettes des gringos,


marionettes du destin,
marionettes de l’existence.

El tema existencial es el hilo conductor de toda la obra: las pre-


guntas que formula son las habituales en un hombre que se enfrenta a
la vida: “Where is God?/ Why do we live? Why do we die?/ Am I a
fool or philpsopher?” (p. 17). A éstas se ligan la reflexión sobre Dios,
su existencia y su atención por la vida humana, el valor de la experien-
cia de cada día, el frenesí de la vida moderna, la sinrazón del consu-
mismo actual y del imperio “gringo” sobre el mundo. Sin duda original
76 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

dentro del conjunto es “Septs morts: la navette spatiale”, en el que Fa-


rolán se hace voz y llanto de los “sept millions de morts de faim” (p.
57) en Asia y África, que son menos importantes que los siete “héroes”
fallecidos en el espacio. La nostalgia por la cálida patria filipina, siem-
pre presente en los versos de Farolán, es cantada en “L’hiver”, donde
un paisaje frío y nevado, “l’hiver de la mort”, se contrapone a “les ar-
bres tropicaux de mes nostalgies” (p. 58).
La última colección de poesía publicada en castellano es Itine-
rancias, una serie organizada en cinco secciones: “2000 Versos”, “Po-
esías de un viajero 1965-67”, “Poesías colombianas, mexicanas y ar-
gentinas”, “Poesías Filipinas”, “Karvina 2003-2004”, y recopila textos
de las anteriores colecciones, inéditos, y el casi completo corpus de
2000 Versos (que sólo había sido publicado en Internet). Son poemas
escritos durante más de treinta años, aunque en su mayoría escritos en
tiempos recientes. “Abarcan cuarenta años, más o menos, estas poesías.
Poesías de remembranzas, nostálgicas reminiscencias, recuerdos de los
ayeres, de mis viajes, de los pensares y emociones del viajero transe-
únte, recordando pensamientos y emociones durante aquellos viajes”.
“2000 Versos” juega con el número dos mil, fecha simbólica para el
hombre moderno: “sólo para decir que son más o menos dos mil ver-
sos… soy mal contador, pero son dos mil por los dos mil años cristia-
nos que conmemoramos en este milenio” (“Para introducir”)108; podrí-
amos decir: dos mil versos escritos en el dos mil para conmemorar dos
mil años del nacimiento de Cristo. Y estos dos mil años de historia cris-
tiana celebrados en el Jubileo, aparecen ya en los primeros versos, en
los “40 Haikus bilingües” (p. 14):
2000 years celebrating Christ in this jubilee year–
2000 años celebrando a Cristo en este jubileo

Así, es el poeta mismo quien indica esta segunda clave de lectura:


el 2000, año jubilar por excelencia, línea de demarcación de la historia,
solicita un balance del recorrido existencial tanto personal, del individuo
Edmundo, como colectivo, del pueblo filipino entero, suspendido entre
Occidente y Oriente, entre España y América, en busca de una identidad
que la historia ha fragmentado y descompuesto en mil espectros de luz.
108
Introducción a la versión web de 2000 Versos.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 77

No obstante la amplitud de composición en el tiempo y espacio,


hace posible confirmar cierta homogeneidad de temas y estructuras ele-
gidas por el poeta ya con anterioridad. El tema más frecuente sigue
siendo la búsqueda de la propia identidad étnico-nacional y el papel
del mestizaje; la recuperación de las raíces pasa a través de la contem-
plación nostálgica de la patria perdida y recordada en la visión infantil,
en la memoria de una naturaleza edénica y en el sentimiento cristiano
que, rechazado y luego recuperado, vuelve a dar significado a la expe-
riencia dolorosa del hombre. Itinerancias es sin duda obra de gran
fuerza y naturalidad autobiográficas y en ella el sujeto se revela impe-
tuoso y prepotente; configura el centro de una experiencia subjetiva,
que escucha atentamente el propio microcosmos interior, orientada
hacia una continua recuperación de un pasado que ofrezca una identi-
dad estable y clara, como en “Soy yo” (p. 35):
Soy yo
cuando mi traje
azul se mezcla con el cielo,
cuando las sombras de España se alumbran,
cuando te vas, cuando me voy,
cuando sueño con mi infancia,
cuando los diálogos interminables por fin terminan con
una sola palabra eterna.

En la búsqueda de la identidad perdida u olvidada adquieren im-


portancia dos elementos, la naturaleza y la religión. La naturaleza se
presenta en una doble vertiente: el Sur, el Oriente con sus colores, la
luz, el sol, el mar, el viento cálido, una lluvia delicada que reverdece
las carnosas hojas de la vegetación tropical, símbolo de un paisaje ma-
terno, del recuerdo y de la vuelta, visión nostálgica de aquel edén in-
fantil recuperable sólo en la memoria; y el Norte con las montañas ne-
vadas, frío, oscuro, apresurado, estresante, tecnológico, lugar del
presente, de la nueva vida pero también del exilio, de la pérdida de
identidad. Y la religión, esto es una fe olvidada y recobrada en la edad
madura: “pero ahora veo tu grandeza” (“Dios es grande” p. 43), que
no se manifiesta de manera espectacular sino en la simplicidad del
drama cotidiano, el drama de Cristo, emblema de la vida del hombre
que sufre, como ejemplifica “Aproximación a Cristo” (p. 43):
78 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

hay que sufrir toda humillación


porque la vida es un Calvario
hay que aceptar como Cristo
todo el dolor….

Una fe que es también la mayor herencia de aquella España le-


jana, de donde vinieron el nombre, la lengua y los antepasados: “Llegó
el abuelo con su familia/ pa’ estar aquí pa siempre” (“Abuelo” p. 41).
El tema central de la “reconquista del Yo”, presente en Itinerancias,
fue resumido perfectamente por el periodista filipino, recientemente
fallecido, Antonio Fernández que, haciendo referencia al cuento Palali,
lo explicó de esta forma (Fernández 2000):
Termina la novela [Palali] con sus experiencias viajando alrededor del
mundo en busca de su identidad, volviendo a su país natal donde se acaba por
fin su búsqueda con sus raíces en el viejo caserón donde él creció, escribiendo
del paisaje y las últimas experiencias de su vida en contacto con los habitantes
de esa hermosa y hospitalaria ciudad montañosa en la isla de Luzón. Allí, tam-
bién, el personaje central de la novela, en esos últimos momentos de su vida,
escucha la melodiosa voz de la poesía filipina, e inspirado por su musa termina
de escribir sus últimos poemas en castellano, el lenguaje de su alma109.

Pesimista es la visión del autor, hijo de una tierra que, en sus con-
trastes, parece no encontrar su justo lugar, y así también la poesía se
revela precaria, inútil: “versos: versos del ser, versos sutiles… versos,
versos vacíos”110. Y la respuesta a la desesperada percepción del prin-
cipio: “este sentir intranquilo de tener que esperar y el tiempo corre tan
deprisa…” (“40 Haikus bilingües”, p. 14) parece estar contenida en la
única humana certeza que queda: “y uno está solo, solo con su soledad/
y su amargura” (“Amargura” p. 53); sin embargo una luz, la luz de la
fe, alumbra la meta de este viaje, una fe que promete el “descanso es-
piritual en Dios” (“Retiro” p. 101), en el cual, por fin, el exiliado tagalo,
el errante filipino, el “viajero”, figura arquetípica, cantada por Rizal y
retomada, entre otros, por Francisco Sionil José, encuentra la paz en el
reencuentro consigo mismo.
Es de observar en lo que se refiere al lenguaje de Farolán, a su es-
109 Antonio Fernández, “La amistad con Edmundo Farolán”, en 2000 Versos,

2000 <http:// members.aol.com/ iraya/ 2000.html>.


110 “Poesías enigmáticas”, poema presente en la versión web de 2000 Versos.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 79

pañol, que está muy influido por la interferencia del plurilingüismo de


Filipinas, y que se convierte en elemento de unión para esta reencon-
trada identidad mestiza, hecha de continuas superposiciones y asimi-
laciones de elementos de civilizaciones diferentes; una identidad móvil
y siempre in fieri pero agarrada a sus raíces hispano-malayas, y efec-
tivamente Farolán cuando ha querido justificar su elección artística la
ha justificado afirmando que el español era el idioma de su madre, el
idioma del hogar.

c) En el nombre de Palali
Si bien se ha dedicado preferentemente a la poesía, Farolán tam-
bién se ha aplicado a la narrativa y el teatro. En 2009 ha publicado
Cuentos Hispanofilipinos, una colección de cuentos en versión bilingüe
español/inglés, junto con Paulina Constancia. El volumen recoge, en
la primera parte, tres cuentos de nuestro autor por este orden: Palali,
Tía Luz y tía Aida y Mardi Gras con los Montecillos.
El primer relato, Palali, que es también el más significativo de los
tres, ya se conocía, aún inédito cuando circulaba manuscrito entre las
amistades de Farolán antes de publicarse en revista111. “Palali” era el
nombre de la finca comprada por el abuelo español del protagonista,
alter ego del autor, y es el lugar donde la tercera generación –la del
protagonista– se encuentra evocando la historia familiar y los recuerdos
de la Filipinas de un tiempo. El periodista filipino Antonio Fernández,
hace años en la introducción a la colección poética 2000 versos que
contenía una referencia a la finca de Palali y a la historia familiar, es-
cribía de esta novelita que es la historia de tres generaciones filipinas,
aparecen: “su abuelo español que luchó con los filipinos contra los nor-
teamericanos, en 1899, y su padre contra los japoneses durante la se-
gunda guerra mundial” y –podríamos añadir– el poeta que evidente-
mente no luchó en ninguna guerra concreta pero que lleva adelante su
discurso en defensa de la identidad filipina.
Palali es la exaltación de la inocencia, el recuerdo de una casa so-
lariega donde comenzaron las sensaciones de vida y conocimiento del
autor a través de la figura de su abuelo. Don Francisco de Paula Romero,

111
“Palali. Un cuento de Edmundo Farolán Romero”, en Tonos Digital, núm.
XVI, diciembre 2007 <www.tonosdigital.es>.
80 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

malagueño asentado en Filipinas, construye una hacienda agrícola en


Palali, barrio de Sablán. A partir de aquí Palali pasa a ser la apología de
las raíces: “Palali. Llegó el abuelo con su familia de Luna./ Palali… re-
cuerdos de Ronda, su querido pueblo natal,/ Palali… Baguio… pa’ estar
aquí pa’ siempre/ en alas de recuerdos vibrantes/ pa’ sonreír, pa’ respirar
el aire fresco/ de esta tierra roja de piñas y frutas tropicales (“Abuelo”,
2006)”. Pero en Palali la operación realizada es mucho más transcen-
dental, pues asistimos como hecho extraordinario en la obra faroliana a
la codificación retórica de un referente externo como imagen poética:
“la academia militar, ay qué deseos tenía de estar en uniforme de/ cadete
en baguio, romántico baguio de mi niñez, volver a mis/ raíces… allá en
aquellas montañas y después bajar al mar… palali,/ ¿viviré ahí, o es sólo
un sueño? (“40 Haikus Bilingües”, 2000)”. Si la obra de Edmundo Fa-
rolán se caracteriza por un existencialismo fluyente, la codificación re-
tórica de Palali da coherencia a un mundo que parecía pertenecer al
limbo, adquiriendo así una racionalidad inesperada.
Se alcanza así un estadio determinante en la creación faroliana,
al adquirir personalidad propia un constructo que el escritor había ido
creando lentamente, un concepto de Palali: la apología de la alegría, el
descanso del peregrino después de haber recorrido todo el mundo. Es
al mismo tiempo una apología retórica, después de más de cuarenta
años de inadecuación fenomenológica. Edmundo Farolán ha encon-
trado el camino de regreso, y Palali emerge finalmente112.

d) Postmodernismo tropical
El joven Farolán, primero en Manila y luego en Madrid, se apa-
sionó por el teatro, tanto en lo que tiene que ver con la interpretación
como con la escritura. Los maestros que le inspiraron fueron aquellos
que elaboraron la poética teatral del Absurdo. En esa forma dramatúr-
gica identificó los recursos lingüísticos y conceptuales adecuados para
representar al hombre moderno y su desplazamiento frente a la realidad
112 La edición mencionada de Cuentos Hispanofilipinos, a pesar de ser un raro e

interesante testimonio de prosa novelesca hispanofilipina, lamentablemente, en la parte


escrita por Farolán, presenta excesivos errores tipográficos y erratas que comprometen
la lectura, lo cual hace necesaria una nueva edición corregida, que ya está en prepara-
ción. El nuevo volumen recoge estos cuentos más cuatro inéditos. Se editará en la Co-
lección Oriente, texto revisado, anotado y prólogado por el Dr. Juan Ramón Nieto.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 81

actual que parece aplastar al ser humano. œDiálogo?, El Sueño, Mani-


comio y Los Burócratas representan exactamente esa dimensión de no-
sentido, de agobio existencial y de opresión del individuo por parte de
la estructura social. En los últimos trabajos, los dramas históricos de
tema filipino, Rizal y Aguinaldo, Farolán cuenta las vicisitudes trágicas
de su país a través del drama personal de dos patriotas que encarnan la
esencia del país y el espíritu del pueblo. Aguinaldo y Rizal son a la vez
el símbolo del la verdad oprimida por la miopía y la mala fe del poder
y también la añoranza de una época de oro perdida en la que aún eran
posibles las opciones extremas. El personaje, trágico y de gran estatura
moral, privado de la memoria histórica como consecuencia de una mis-
tificación del pasado, se convierte en un individuo perdido en un mundo
sin sentido, pudiendo sólo la sagrada palabra del arte puede rescatar la
verdad oculta113.
Farolán Romero, tanto por trayectoria humana como artística, re-
presenta muy significativamente la variedad cultural filipina. El español
es el idioma íntimamente relacionado con su experiencia humana y en
él ha creado su expresión lírica. Educado en inglés ha acogido también
el patrimonio de esta lengua y desarrollado este recurso artístico a través
de otras frecuentes incursiones, incrustaciones e intercambios entre esos
dos instrumentos lingüístico-culturales y los vernaculares filipinos, in-
tentando una síntesis de todo ello como partes de su propia personalidad.
Y en efecto, la poesía de Farolán, lejos de ser clásica y tradicional, está
perfectamente enraizada en la pluriculturalidad que constituye el patri-
monio de todo intelectual filipino. En su obra conviven como algo pro-
pio, peculiar, no estudiado sino adquirido por experiencia de vida lo
oriental, la tradición hispana, el espíritu del existencialismo, las nuevas
tendencias estéticas de la poesía moderna española e hispanoamericana
al igual que la norteamericana. Elementos dispares que la voz del poeta
amalgama y utiliza en su expresión de la existencia.
Dentro de esta sensibilidad proclive al pesimismo, Filipinas más
que un lugar concreto, una patria política, es el lugar del recuerdo, la
representación física de una relación de intimidad del alma y de una
condición de armonía y cuna de la vida. En esta relación privilegiada
113
Sobre la obra teatral véase Isabel Rubín Vásquez de Parga, “Nota crítica. Un
teatro histórico y apelativo”, en Edmundo Farolán, Obras teatrales, Sevilla, Moreno
Mejías (en prensa).
82 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

con el país natal también se encuentra, naturalmente, el motivo de es-


cribir asimismo en español. Farolán considera que el español no es un
mero medio de comunicación sino sobre todo una lengua de cultura,
lengua que pertenece al patrimonio genético e histórico filipino; y aun-
que por ello se haya de sentir inevitablemente parte de una minoría
nacional, ha insistido en la importancia de no desconocer el propio
pasado114.

3. HILARIO ZILCITA LEGARDA


Una poesía en cierto modo tan insólita como la de Hilario Ziálcita
Legarda (Manila, 1913) sólo podría aparecer en un lugar como Filipinas.
Uno de los más importantes radiólogos filipinos, trabajó durante muchos
años para las fuerzas armadas norteamericanas, tanto en Filipinas como
en Estados Unidos. El motivo de su dedicación poética en español es
resultado de su pertenencia a un mundo socio-cultural prácticamente
extinguido, el de las familias solariegas filipinas de comienzos del siglo
XX. Tanto Ziálcita como Legarda eran familias ilustradas del barrio bur-
gués de Quiapo. A ello se suma la ascendencia de la familia de su mujer,
hija de Julio Nakpil y Gregoria de Jesús, viuda del líder katipunero y
héroe nacional Andrés Bonifacio. Haberse formado en una familia ilus-
trada filipina de los años veinte, con lecturas de los clásicos castellanos
(a la sazón los románticos Zorrilla, Bécquer o Espronceda), y haber per-
manecido largo tiempo al margen del panorama literario, han convertido
su poesía en un interesante arcano de añejos tesoros:

114 Esta es la bibliografía crítica existente sobre la obra de Farolán, incluyendo

entrevistas: Antonio Fernández, “La amistad con Edmundo Farolán”, en 2000 Versos,
2000 <http:// members.aol.com/ iraya/ 2000.html>; Andrea Gallo, reseña de Itineran-
cias/comings and goings, en Tonos Digital, núm. XII, 2006 y en Rassegna Iberistica,
nº 87 (2008), pp. 113-115; “Un poeta hispanfilipino contemporáneo: Edmundo Farolán
Romero”, en Cuadernos Intermacionales de Estudios Humanísticos y Literatura
(CIEHL), vol. 7 (2007), pp. 85-112; “¿Literatura hispanofilipina contemporánea? Un
ejemplo en la poesía de Edmundo Farolán Romero”, en Humanities, Julio-diciembre
2006-Enero-junio 2007, vol. 3, nº 2 y vol. 4, nº 1, pp. 150-174; “Entrevista con el es-
critor filipino Don Edmundo Farolán Romero”, en Destiempos, nº 13, Marzo-Abril
2008: <www.destiempos.com>; Isaac Donoso Jiménez, “Introducción. Palali: en tu
nombre mi solaz”, en Cuentos Hispanofilipinos, Quezon City, Central Books, 2009,
pp. 8-11.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 83

Cuéntase en la leyenda fernandina


que Don Juan de Salcedo enamoró
una bella, morena filipina
que por eso en Vigan se quedó
[…]
En su tierra soleada, mar azulino,
cabe el cielo de estrellas por derramar…
di… si gustas los encantos del camino…115

La Nao de Manila y demás poemas apareció en 2004. Son com-


posiciones escritas y publicadas desde 1934 hasta el presente. En un
espacio cronológico tan dilatado, sorprende sin embargo la formalidad
regular tanto métrica como temática, con especial dedicación, según
era de esperar, a los asuntos “clásicos” de la poesía hispanofilipina de
entreguerras: el discurso de la identidad hispánica, la apología de los
héroes revolucionarios, el bucolismo del Archipiélago, y el exotismo
del amor filipino. No obstante, si tales temas eran presentados en la Fi-
lipinas de entreguerras a través de una estética modernista, no existe
tal en Hilario Ziálcita. Por el contrario, aparecen sonetos y cuartetos
que recuerdan lecturas clásicas castellanas, viniendo a constituir una
suerte de neoclasicismo en el marco asiático de fuerte singularidad:
Ya se va esa nao de Manila
esa nao que se lleva mi amor,
una flor que en sus labios destila
elixir de fragancia y dolor
[…]
Recargado de rico tesoro
de la China, de la India y del Japón
con brocados de plata y de oro,
perlas, prendas… de mucha atracción116.

Ciertamente el haber nacido en 1913 ha permitido a Hilario Ziál-


cita componer a día de hoy una poesía sorprendente mediante la cual
la tradición poética permite expresar no sólo la gama temática del cla-
sicismo hispanofilipino, sino incluso acontecimientos de la más acu-

115
“Vigan”, en La nao de Manila y demás poesías, Manila, Eres Printing Cor-
poration, 2004, p. 41.
116 Ibid., pp. 58-59.
84 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

ciante actualidad. Así nos encontramos con una composición única


donde las haya, un poema en estética neoclásica y rima consonante es-
crito por un asiático testigo de la destrucción de las Torres Gemelas de
Nueva York el once de septiembre de 2001:
Vi en la pantalla azul del cielo
una escena descomunal
de grandes aviones en vuelo
hacia catástrofe infernal

estrellándose con rascacielos


en muy violenta explosión,
echando todo por los suelos,
gran engendro de confusión,

hirviendo como un caldero,


fuego atizando feroz…
pisos incendiados por entero,
vista lastimosa atroz117.

Muchos de sus poemas recientes han visto la luz en Crónica de


Manila, una publicación dominical que desde 1994 hasta 1997 apare-
cía en The Manila Chronicle. Esta publicación regular fue de notable
importancia para la actividad literaria filipina en español. Quepa decir
que la poesía de Hilario Ziálcita acicaló con su elegancia neoclásica
el final de la década de los noventa en la prensa filipina de lengua es-
pañola. No obstante, como fenómeno singular, no ha tenido continui-
dad ni su neoclasicismo ha sido valorado en la medida adecuada de
su exclusividad filipina. Tal apuesta poética, fácilmente calificable de
anacrónica, no se encuentra a día de hoy en día en ninguna otra parte
del mundo hispánico, y el hecho mismo de su existencia y su insólita
circunstancia filipina merece ser considerada como especial contribu-
ción de una singular fenomenología cultural y poética hispanofilipina
actual.

117
En loc. cit.: “Día Triste. El 11 de septiembre en Nueva York (17 de septiembre
de 2001, Jacksonville, Florida), p. 109.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 85

VII. NUEVOS AUTORES


Recuperando nuestro argumento anterior, precisamente hemos
de recordar de nuevo cómo el proceso literario nacido en el Archipié-
lago Filipino en el siglo XVI mediante la introducción de la lengua es-
pañola, y su evolución literaria como desarrollo natural histórico (Re-
nacimiento, Barroco, Ilustración, Romanticismo, Modernismo,
Vanguardia, Postmodernidad), tiene al presente únicamente tres here-
deros: Gómez Rivera, Edmundo Farolán e Hilario Ziálcita. Volviendo
a la clasificación de Burton, es de advertir que aún podría ser aplicable,
aunque con sólo tres representantes de la tradición literaria secular y
hablantes maternos del español filipino: Gómez Rivera e Hilario Ziál-
cita como tradicionalistas y Farolán como innovador. El grupo de los
experimentalistas sería ahora el mayoritario, poniendo de relieve un
panorama realmente fascinante de la creación literaria asiática en len-
gua española: esto es la última generación de escritores hispanoha-
blantes filipinos, y presenciar al mismo tiempo el surgimiento de au-
tores que, a pesar de haber perdido su lengua como patrimonio propio,
se niegan a perder el mundo literario filipino en español. Los “Nuevos
Autores” filipinos forman un grupo heterogéneo de escritores disemi-
nados que producen obras desde lugares tan distantes como Canadá y
Chile, España y la propia Filipinas. Éste es sin duda, cuando menos
por su dimensión, un fenómeno novedoso y de una gran incidencia
sobre el concepto de identidad cultural que sólo ha sido posible en
nuestro tiempo y nada parece indicar que pueda ser acallado en razón
de encontrar inmediato anclaje en una comunidad inmensa y mundia-
lizada de hablantes de lengua española distribuida de un modo u otro
en todos los continentes.

1. EDWIN AGUST¸N LOZADA


Un autor plenamente consciente de esta coyuntura, y que se en-
cuentra a medio camino entre la recuperación del español filipino y el
aprendizaje del español internacional, en este caso el español califor-
niano, es Edwin Agustín Lozada (San Fernando, La Unión, 1958). Sin
embargo, la dimensión de Agustín Lozada sobrepasa la mera creación
experimentalista para convertirse en uno de los verdaderos motores de
86 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

la actual literatura hispanofilipina118. Graduado en Lengua Española y


Música por la San Francisco State University, estudiante en la Univer-
sidad Complutense de Madrid durante 1980-81, fundador de Carayan
Press y actual webmaster de Revista Filipina, Agustín Lozada ha asu-
mido con plena responsabilidad el momento presente de las Letras Fi-
lipinas en español:
Inspirado por los escritores filipinos del siglo diecinueve, principalmente
escribe en español para ayudar a mantener viva una tradición ya poco común
de literatura en español por filipinos119.

A veces narrador de leyendas y del folklore con aires decimonó-


nicos, a veces íntimo esteta de la melancolía, Agustín Lozada es en al-
guna medida para Filipinas lo que Luis Cernuda fue para España o
Pablo Neruda para Hispanoamérica. Su capacidad de poner al descu-
bierto al individuo frente a las limitaciones del conocimiento y, en con-
secuencia, las conjeturas de explicación de las cosas, siempre condu-
centes a la soledad, hacen de su poesía un bosquejo ontológico:
la incertidumbre segura se esconde
en los resquicios de puertas quebradas
de esperanzas tenues, adormecidas
blancas ruinas mudas y abandonadas
ay, gimen y después desaparecen
en una olvidada lancha fantasma
insegura que ha perdido su rumbo
y va vertiendo su congoja amarga
mientras surca, surca mares quimérica
en una soledad acaso mía120.

Agustín Lozada sobresaltó al desfalleciente mundo literario his-


panofilipino con la publicación de dos libros de poesía en dos años,

118
Manuel García Castellón, “El poeta Edwin Agustín Lozada. La poesía filipina
en español continúa manifestándose”, en Revista Filipina, tomo X, núm. 2, Otoño
2006: <http://revista.carayanpress.com/EAL.html>; et Andrea Gallo “Una voz hispana
de Filipinas: Edwin Agustín Lozada”, en Tonos Digital, núm. 13, julio 2007: <www.to-
nosdigital.es>.
119 Contracubierta de Edwin Agustín Lozada, Bosquejos, San Francisco, Carayan

Press, 2002.
120 Loc. cit.: “Impresión”, p. 33.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 87

dentro de un proyecto editorial que él mismo había llevado a cabo en


San Francisco. En 2001 apareció Sueños anónimos/ Anonymous Dre-
ams, en edición bilingüe mediante traducción del propio autor al in-
glés121. La obra contenía una nueva versión del “Último Adiós” de José
Rizal, en inglés, una declaración de intenciones acerca de la recupera-
ción del clasicismo filipino. Y un año después Agustín Lozada conso-
lida su arriesgada apuesta por un mundo literario que, si desfallecido
en Filipinas por falta de lectores, adquiría todo un alcance diferente
mediante su salida a luz en América, es decir con más de trescientos
millones de lectores potenciales. Ahí radica la dimensión de Agustín
Lozada, el cantor de las odas olvidadas:
he recibido y aceptado
corazones y soledades
para llenar el vacío
de los días y las noches sin ti
de vez en cuando sonaron las campanas
de la risa en mi pecho
anestesia para combatir
lo que ahora no recuerdo

he olvidado tu nombre122.

Bosquejos, que apareció en primera versión editado exclusiva-


mente en español, dio base a un fenómeno nuevo e inesperado en las
Letras Filipinas: la diáspora había escrito y seguía escribiendo en es-
pañol123. En efecto, el fenómeno reciente de literatura filipina en inglés
producida principalmente en Norteamérica124, no es tan novedoso como
pueda parecer ni tan interesante y singular. Todos los autores de la Pro-
paganda filipina finisecular vivieron y publicaron en España, a través

121 Sueños anónimos/ Anonymous Dreams, San Francisco, Carayan Press, 2001.
122 Ibid.: “In memoriam”, p. 85.
123 Edith Velásquez de Malec, “Reseña: Bosquejos-Sketches de Edwin Agustín

Lozada”, en Revista Filipina, tomo VII, núm. 4, Primavera 2004: <http://www.geoci-


ties.com/edfarolan/revfilpri04>.
124 Sobre este aspecto novedoso y muy estudiado de la literatura filipina con-

temporánea –Phil-Am Literature–, véase cualquiera de las obras publicadas por E. San
Juan, por ejemplo: History and Form. Selected Essays, Quezon City, Ateneo de Manila
U. P., 1996.
88 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

de la emblemática publicación La Solidaridad. Al presente, autores


como Edmundo Farolán (Lluvias Filipinas publicado en Madrid y Ter-
cera Primavera en Bogotá), Elizabeth Medina Seno (autora de varias
obras impresas en Chile)125 o el mismo Agustín Lozada, son escritores
filipinos que desde la situación de la diáspora se expresan en español.
En consecuencia, y dado que el fenómeno de la internacionalización
se ha querido ver en Filipinas como una de las necesidades y dominios
de la lengua inglesa en la creación filipina, estos autores nos recuerdan
que no sólo el español sigue siendo lengua de expresión de la emigra-
ción filipina, sino que precisamente emplean el español para dar razón
de sus orígenes. Es decir, todo lo contrario de lo que supone el uso del
inglés. Los autores de la diáspora filipina que emplean el inglés lo
hacen con el fin de obtener cierto alcance cosmopolita de su propia re-
alidad. Por el contrario, la minoría de autores que han tratado de ex-
presarse en español lo han hecho precisamente motivados por una in-
dagación en la identidad y por la consecución a través del español de
una sensibilidad genuinamente filipina:
en las hojas
y en algunas de las primorosas flores
brillan todos los rostros variados
del fresco verde
matices encendidos capaces de infundir vida
y borrar
las penas más profundas de un ser que ha
vivido126.

A pesar de tratarse de una minoría, o quizás por ello, su actividad


literaria atiende considerablemente a los aspectos de la soledad y tam-
bién a la revelación de una conciencia nacional filipina que puede ma-
nifestarse a través de la rememoración de la materia legendaria. Así lo
manifiesta uno de los poemas mayores de Agustín Lozada, la leyenda

125
Elizabeth Medina ha publicado recientemente una obra considerable en torno
a la identidad cultural filipina a través de las memorias familiares: Sampaguitas en la
cordillera. Reencuentros con Filipinas en Chile, Santiago de Chile, RIL, 2006. Muchas
de las obras de esta autora pueden consultarse en Internet: <http://www.
xeniaeditrice.it>.
126 “La isla”, en Bosquejos, ob. cit., p.57.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 89

de la dama de blanco, conocida como señala el primer verso “desde


Zamboanga hasta Aparri”:
Oh, viajero, si por la noche
te encuentras por estos caminos,
recuerda por aquí va andando,
sigue aún la dama de blanco
en busca de su hogar perdido.
No le tengas miedo, posee
la llave escondida
del secreto
de quién eres tú127.

Los poemas de Agustín Lozada tienden a una transcendencia sutil;


a través del lirismo esteticista se anuncia un mensaje que suele conducir
al reconocimiento de la soledad. No obstante, la natural despreocupa-
ción filipina suele reducir el sentido existencial y, de otra parte, un amor
nerudiano a la belleza suele conducir los poemas a un panegírico del
desamor:
¿Cómo fue el camino por las nubes blancas?
¿Viste delfines azules a tu lado
que jugaban con una alegría muda?
¿Viste los recuerdos ya no recordados
de los días alegres que ya son de aire?
¿Oíste el hermoso e hipnótico canto
de las sombras de las siniestras sirenas?
¿Volviste a oler el efluvio ya olvidado
de nuestros cuerpos bañados por las flores
seductoras y perfumadas flotando
del limonar del plenilunio?128

Con este último texto, “El viaje”, concluye Bosquejos. Queda


abierto el camino para un poeta capaz y joven aún al que espera el fu-
turo de la madurez expresiva y con ello la revalorización internacional
de la poesía hispanofilipina.

127 Edwin Agustín Lozada, “La dama de blanco”, en Revista Filipina, t. X, nº 2,

otoño (2006) <http://revista.caraya npress.com/dama.html>.


128
Bosquejos, ob. cit., p. 97.
90 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

2. ELIZABETH MEDINA
Fue 2006 una fecha relevante para la literatura hispanofilipina. La
prosa en castellano, que parecía definitivamente agotada, resurge sor-
prendentemente enriquecida por un nuevo y original título editado en
Chile por una traductora filipina que ofrece una “etno-autobiografía”:
Sampaguitas en la cordillera. Reencuentros en Chile.
Lo que además extrañaba de este acontecimiento inesperado, es
que Medina no era miembro de aquel círculo de intelectuales que, per-
teneciendo a la Academia o a la Universidad, consideraba importante
para la cultura filipina mantener, propagar y enriquecer la herencia his-
pánica a través del estudio o de la producción de nueva literatura en
español, pues se trata de una escritora que llega a esa coincidencia por
otro camino y muy peculiar. Parte de este camino interior está narrado
en Sampaguitas.
La sampaguita, una flor blanca, fragante y perfumada como el
jazmín, es la flor nacional filipina. La cordillera no es la Gran Cordi-
llera Central de Luzón, sino la Cordillera de los Andes, que plasma el
paisaje del continente suramericano. Dos símbolos que representan y
resumen las culturas en las que se ha ido construyendo el mundo ideal
y real de la autora, el trayecto existencial de Elizabeth Medina.
Nacida en Filipinas en 1954, creció en la Ciudad de Quezon, y en
Makati, y se educó en colegios de la capital. En 1973, emigró con su
familia a Estados Unidos, a San Francisco y Washington, donde residió
durante casi diez años. Casada con un chileno, en 1983 se estableció
en Santiago de Chile, donde vive y trabaja como intérprete y traductora.
Y es en Chile donde, con sorpresa, orgullo y algo de amargura llega a
descubrir su origen filipino y la herencia hispánica que ello supone y
permanece latente en la consciencia colectiva de su país asiático: “des-
cubrí el verdadero sentido de ser filipina, gracias a una serie de encuen-
tros decisivos (p. 8)”. Desde 1991, en efecto, Medina estudia la historia
y la cultura de Filipinas, poniéndola en relación, casi insólitamente,
con el contexto cultural hispanoamericano. En 1998 publicó la traduc-
ción al inglés de la magistral biografía de Rizal escrita por el filipinista
español Retana y Gamboa en 1907, obra fundamental de la literatura y
la historiografía filipinas, pero desconocida para las nuevas generacio-
nes de filipinos por estar escrita en castellano. El libro, muy apreciado,
suscitó el interés de las embajadas filipina, chilena y española. En re-
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 91

lación al problema de la identidad filipina Medina ha publicado artí-


culos y ensayos en internet (así en Revista Filipina y en el sitio de la
Universidad de Viena)129.
Sampaguitas en la cordillera, por su capacidad de reflexión lúcida
sobre la historia traumática de Filipinas, invadida y colonizada tres
veces en siglos recientes, es un texto original cuya finalidad declarada
es transmitir a las nuevas generaciones el deseo, el gusto y la inquietud
por una memoria lo más completa posible del propio pasado. El libro,
que puede ser calificado a un tiempo de diario, colección de memorias
familiares, relato de viaje y ensayo histórico-sociológico, Medina relata
su experiencia como inmigrante en Chile y de cómo este desarraigo le
ha permitido redescubrir sus raíces étnicas y las fuertes huellas hispá-
nicas de su cultura filipina.
Contiene tres secciones: Reflexiones, Descubrimientos y un capí-
tulo ilustrado, La historia en fotografías, que juntamente con el apén-
dice bibliográfico, Fuentes, se propone dar testimonio de autenticidad
de lo referido. Es, al parecer, el simple relato de una investigación per-

129
He aquí la bibliografía de Elizabeth Medina. –Libros: Rizal According to Re-
tana: Portrait of a Hero and a Revolution, Santiago de Chile, Virtual Ediciones, 1998;
Sampaguitas en la cordillera. Reencuentros con Filipinas en Chile. Santiago de Chile,
Ril Editores, 2006.
–Ensayos: “Discovering My Filipinas in Chile” en Kalaw-Tirol L., From Ame-
rica to Africa: Voices of Filipina Women Overseas, Nueva York, FAI Resource Mana-
gement, 2000.
–Escritos publicados en internet: Extracto de “Rizal According to Retana: Por-
trait of a Hero and a Revolution”, septiembre 1998 en <http://www.univie.ac.at/Voel-
kerkunde/apsis/aufi/rizal/retana2. htm>; Who Was Wenceslao Emilio Retana?, sep-
tiembre 1998 en <http://www.univie.ac.at/ Voelkerkunde/apsis/ aufi/rizal/retana1.htm>;
A Hispanized Philippines: A Good Option?, marzo 2000 en <http://www.univie.ac.at/
Voelkerkunde/apsis/aufi/history/medina1.htm>; Extracto del cuento corto ‘Dumalaw
si Rizal/ El Regreso de Rizal”, 2005 en
<http://www.geocities.com/Tokyo/Pagoda/7029/rizalxxi.html>; “La Importancia de la
cultura hispana para el Pueblo filipino. Charla en el Ateneo Obrero de Gijón”, 28 junio
2001, en <http://www.geocities.
com/Tokyo/Pagoda/7029/conferliz.html>; “Una Mirada Alternativa a la Historia Co-
lonial Filipina”, en Revista Filipinas, Invierno 2001: <http:// revista.carayanpress.com/
Archivos>; “Filipinas Hispanizada: Una Buena Opción?”, en Revista Filipina,, Otoño
2000” http://revista.carayanpress.com/ Archivos>; “Miguel de Unamuno. Epílogo a
Vida y Escritos del Dr. José Rizal de W.E. Retana. Edición digital y notas de Elizabeth
92 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

sonal sobre eventos familiares ocurridos durante la Segunda Guerra


Mundial; casi en tono de novela policiaca, aunque ciertamente el ritmo
es menos apresurado y no se trata de ficción, está construido con trozos,
añicos, fragmentos de diálogo, documentos diversos y relatos sobre
personajes encontrados a lo largo del camino. Medina narra la historia
de su abuelo Emilio Medina Lazo, que fue rival político de Mariano
Marcos (padre del presidente-dictador Ferdinand) y gobernador de la
provincia de Ilocos Norte durante la invasión japonesa (1941-1945).
Medina Lazo, acusado de ser colaboracionista, fue ejecutado por una
unidad guerrillera de USAFFE (Fuerzas Armadas de Estados Unidos
en el Lejano Oriente) en 1945, al salir los japoneses de la región. Este
libro es por lo tanto la crónica de un viaje a Filipinas en búsqueda de
una posible “verdad” sobre los desconocidos hechos que afectaron a
la familia Medina durante la guerra. Sin embargo se convierte en la
ocasión de pensar sobre los antecedentes de la nación filipina y la re-
lación que este pueblo lleva con su pasado. Elizabeth Medina, para pre-
sentar su discurso y darle fuerza visual, utiliza dos símbolos de los dos
mundos entre los que ella vive: la sampaguita, flor blanca, fragante y
olorosa, una especie de orquídea, que representa a Filipinas; y la cor-
dillera de los Andes, el paisaje constante y típico de su país de adop-
ción, país de sus hijos:
Nuestra flor nacional es de una belleza sencilla; su fragancia esparcida
por la fresca brisa es especialmente exquisita en las noches, cuando la gente
sale después de la cena para dar una vuelta y saludar a los vecinos que también
salen a caminar. Así era la vida en Filipinas cuando era pequeña… En la Cor-
dillera de los Andes, en Santiago de Chile, reencontré la magia de esas noches
tranquilas, fragantes, en la cercanía de mis seres queridos130.

Curioso y singular es el recorrido existencial de esta autora que


ha peregrinado entre Asia y América compartiendo la suerte de muchos
de sus connacionales obligados a la inmigración. Al final de su “odisea”
lo que ha “reencontrado” en Chile, ha sido también, con orgullo y
asombro, su propia y, por fin, completa, no amputada, identidad fili-
pina:
Medina”, en <http://www.ensayistas.org/filosofos/filipinas/ rizal/unamuno.htm>
130 Sampaguitas en la cordillera. Reencuentro con Filipinas en Chile, Santiago

de Chile, RIL, 2006, p. 7.


LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 93

Descubrí el verdadero sentido de ser filipina, gracias a una serie de en-


cuentros decisivos. Primero, mientras revalidaba la enseñanza media estudié
por primera vez la historia colonial chilena; segundo, durante la cena navideña
de 1990 en la embajada filipina, cuando conocí a Ángel García Crespo, quien
había conocido a mi abuelo paterno, Emilio Medina Lazo, en el norte de Fili-
pinas en 1944. El encuentro con Ángel iba a gatillar el tercero: un viaje al norte
de Filipinas por primera vez en mi vida, a Ilocos Norte, la provincia de mi
padre, para entrevistarme con gente que supiera algo sobre la muerte de mi
abuelo, ocurrida en 1945131.

En la primera parte de la obra, Reflexiones, Medina entrega sus


experiencias de la infancia y adolescencia hasta la vida de mujer adulta
en países extranjeros y explica los presupuestos de su búsqueda de no-
ticias acerca de su abuelo. A través de todo ello ofrece al lector el punto
de vista en que los filipinos se ponen cuando miran hacia sí mismos:
Los historiadores filipinos han escrito sobre la impasibilidad y fatalismo
del pueblo, como si fueran la esencia misma de nuestro ser. Sin embargo, in-
tuyo que son mecanismos de defensa contra la violencia sistemáticamente ejer-
cida contra el ser indígena. El mismo fatalismo, junto con una religiosidad an-
gustiada, se evidencia en otros pueblos subyugados […] nuestro autoconcepto
como pueblo, formado a fuerza de los continuos golpes del destino, es el de
una nación profundamente traumada132.

Significativamente explica el supuesto carácter nacional a que se-


ñala la expresión tagala bahala na (“Venga lo que venga” o “Lo que
será, será”)133. De un bahala na, que podía estar en sintonía con el am-
biente material y el universo mental del nativo, el indígena filipino se
ve de repente lanzado al Renacimiento europeo y ha de cambiar vio-
lentamente su horizonte cultural. Así Medina explica, a través de una
historia personal, la relación tormentosa de la nación con su pasado y
los varios colonizadores, relación que se manifiesta en la formación
cultural de los jóvenes. La autora recuerda, por ejemplo, el estudio de
la historia nacional en la escuela, y cómo todo, ignorando el principio
de hegeliano, se configuraba como una serie de datos sin relación entre
sí, anillos quebrados de una cadena inexistente donde el origen de todo,

131 Ibid., p. 8.
132 Ibid., p. 55.
133 Ibid., pp. 56-57.
94 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

según una visión eurocéntrica, estaba en el Tratado de Tordesillas, un


simple detalle dentro del secular proceso de formación de los pueblos
malayos de las islas del Pacífico:
Recuerdo mi primera lección de Historia Filipina cuando tenía trece
años. La recuerdo sobre todo porque abrí un libro y lo primero que leí fue:
“Tratado de Tordesillas‰, y aquella palabra extraña y fea: “Bula‰. No lograba
entender qué significaba porque me era una voz del todo desconocida […] Re-
cuerdo que sentí ese día la misma emoción que sería el leit motiv de mi ado-
lescencia, en mi relación con los educadores y la imagen que me transmitieron
de Filipinas: desconcierto y no-identificación. La profesora nunca comentó la
insólita arbitrariedad del Papa al dividir el mundo en dos, como si fuera una
torta. Si nos hubiera contado la historia completa, a lo mejor no hubiéramos
quedado tan perplejos134.

En edad adulta, al conocer por casualidad algo de la vida de unas


tribus aborígenes de la cercana Indonesia (los Toraya), la autora em-
pieza a preguntarse sobre cuál debió ser la realidad pre-hispánica en el
Archipiélago. La apropiación consciente de una parte de su historia
hasta entonces ignorada, le lleva a comprender mejor el choque que
tuvo que constituir para los malayos el encuentro con los europeos, y
la consecuente reacción de defensa por parte de los nativos, cuyo re-
sultado es la actual aptitud de indiferencia:
Éramos del mundo de los Toraya. Llegaron los españoles y nuestra
acompasada vida… se vio abruptamente desestructurada […] Algunos se re-
sistieron […] pero muchos más adoptaron las máscaras del servilismo y la in-
ferioridad. Y llegamos a fusionarnos con esas máscaras hasta que el sufrimiento
devino una parte intrínseca de nuestro ser135.

Esta indolencia y servilismo son una constante de toda la expe-


riencia colonial, una aptitud que en Filipinas tal vez se ha agudizado
durante la época de dominio estadounidense. La nación, que en su pro-
paganda se presenta como defensora de la libertad, ha rematado una
relación de fuerte y humillante sumisión: el civilizador yanqui consi-
guió ahogar la aspiración de libertad e independencia de la joven nación
filipina y hasta consiguió borrar de la memoria, tanto personal como

134
Ibid.,, pp. 41-42.
135
Ibid., pp. 53 y 59.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 95

oficial y colectiva, la lucha por el poder; por esta razón la guerra fili-
pino-norteamericana (1898-1901) que siguió a la cesión de Filipinas
por parte de España, se conoce también como “guerra olvidada”. Me-
dina califica el evento como “el primer Vietnam, donde salió ganador
Estados Unidos (p. 62)”; al mismo tiempo la autora advierte de que las
atrocidades de guerra japonesas, el tercer colonizador-invasor del Ar-
chipiélago, fueron “escasamente transmitidas por las generaciones que
sobrevivieron”. Tras haber recorrido tantas épocas, la conclusión es la
toma de consciencia de que no puede ser casual que:
No existe ningún monumento nacional, ni recordatorio a los caídos de
la revolución filipina contra España, de los de la guerra filipino-norteameri-
cana, o los de la Segunda Guerra Mundial136.

Elizabeth Medina quiere dar cuenta de una evidente falta de me-


moria respecto de los acontecimientos pasados y la falta de autocon-
ciencia civil que el pueblo filipino, por razones históricas y políticas,
sufre. Una falta de autoconciencia que la escritora ha podido finalmente
sanar sólo gracias a un desarraigo e inmersión en la realidad chilena; y
a este propósito sorprende al lector que no haya sido la década vivida
en Estados Unidos la causa de este proceso de reflexión, sino la estan-
cia en un país más parecido al suyo:
En Chile recuperé mi paraíso perdido, Filipinas, con reflexión, madurez
y aceptación de la realidad en que vivimos […] En Chile me vi obligada a asu-
mir mi identidad étnica… Al radicarme en Chile me di cuenta de que no era
norteamericana137.

Y en Chile, a través del encuentro inesperado y casual con un pai-


sano, tuvo la posibilidad de “reencontrarse” con la figura del “abuelo
mítico”, de toda su historia familiar y de una entera comunidad local y
nacional. Nació así en la autora el deseo de volver a su país “para des-
cubrir todo lo que pudiera acerca de quién fue y de cómo murió” su
abuelo; un viaje en el espacio pero también en el tiempo. El viaje de
Elizabeth a Ilocos fue un verdadero “peregrinar” a remotas regiones de
la memoria, en el norte de Luzón, en “lugares perdidos en el medio de
136 Ibid., p. 71.
137
Ibid., pp. 7 y 76.
96 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

la nada”, hablando con testigos que pudieran proporcionarle trozos de


verdad sobre sí misma, sobre su historia familiar. Al regreso a Chile
nació este libro, “testimonio” de esta operación de redescubrimiento,
pues el impacto representado por esta nueva y antigua realidad, desco-
nocida racionalmente pero siempre llevada en sí, hizo brotar la obliga-
ción de la escritura.
Alienta en este libro la voluntad de que las cosas no se vuelvan a
perder de nuevo; un esfuerzo por tejer y reanudar todos los hilos per-
didos a lo largo de la historia salvando piezas de un mundo que des-
aparece. Medina examina las razones del desplazamiento que vive el
individuo filipino moderno e intenta mostrar cómo, a su modo de ver,
los filipinos de hoy son “hijos del trauma”, es decir inconscientes de
su pasado, ajenos a una perspectiva histórica de los acontecimientos
que han condicionado su realidad, tanto material como psicológica y
espiritual. Entre otras cosas, la autora pone el acento en la actual pér-
dida de la herencia hispánica, que siente como sustancial para el alma
y la identidad filipinas, subrayando cómo este olvido despoja a su país
de la relación fundamental con la América hispánica, casi hermana ge-
mela de Filipinas, la otra orilla del mare nostrum español, y de la cual
Filipinas parece casi haberse descartado138.

3. PAULINA CONSTANCIA
Desde la década de los setenta, y teniendo sin duda como autor
de referencia a Federico Espino Licsi, surgen jóvenes creadores filipi-
nos que, aproximándose a través del aprendizaje a la lengua perdida,
hacen del español su medio de expresión poética. Los motivos de este
comportamiento son heterogéneos y sólo los autores podrían dar exacta
respuesta. No obstante, toda esta generación de escritores, educados a
través de traducciones del español al inglés o al tagalo de las obras clá-
138 Bibliografía crítica sobre Elizabeth Medina: Andrea Gallo, “Reseña a Sam-
paguitas en la cordillera de Elizabeth Medina, en Tonos Digital, nº XII, 2006; Id., “La
herencia hispánica en dos autoras filipinas”, en Escritoras y pensadoras europeas, Se-
villa, ArCiBel, 2007; Id., “Entrevista a la escritora hispanofilipina Elizabeth Medina”,
en Destiempos, nº 8, Mayo-Junio 2007: <www.destiempos.com>; idem, “Conversación
con Elizabeth Medina”, en Revista Filipina, t. XI, nº 1, Primavera-Verano (2007):
<www.revista.carayanpress.com>; Id., “Nota a Sampaguitas en la cordillera di Eliza-
beth Medina”, en Rassegna Iberistica, nº 86, octubre (2007), pp. 75-78.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 97

sicas filipinas, parece tratar de buscar en las fuentes originales una


forma de redención cultural. Quien desde la infancia ha sido educado
mediante traducciones, en la madurez se ve irremediablemente impe-
lido a buscar la fuente original. La lengua española es así para estos
autores un medio de reivindicar su continuidad histórica con el pro-
yecto cultural filipino, y enlazar a un tiempo con las obras clásicas de
la nación, las obras fundacionales del nacionalismo filipino.
El fenómeno de escritores filipinos que experimentan en español
ha adquirido desde comienzos de siglo un inesperado y sorprendente
impulso, cuando ya casi se daba por muerta la literatura hispanofilipina.
La existencia de escépticos que se niegan a considerar un fenómeno
tan inaudito como el surgimiento de escritores filipinos que, sin ser his-
panohablantes, se empeñan en escribir en español, no puede hacer pasar
por alto esta fuerza de la singularidad literaria: la voluntad de que Fi-
lipinas siga teniendo literatura original en español. Paulina Constancia,
en este sentido, sobresale por su decisión:
Es algo sentimental para mí. La lengua ha dado a mi corazón una voz
nueva y alternativa que sólo me gustaría compartir con los que quieran escuchar
los ecos de la felicidad que la lengua me ha regalado…139

Paulina Constancia Lee y Cornejo nació en Cebú (1970), pero su


carrera como artista plástica la condujo a recorrer América y Europa.
Al contemplar su pintura140, no queda la menor duda de que su estética
es naíf, pero dotada de una riqueza de verdes y rojos que señala cier-
tamente al recuerdo de México. Es precisamente en México, en la ciu-
dad de San Miguel de Allende de Guanajuato, en 1999, cuando Cons-
tancia se acerca sentimentalmente al idioma español y compone
poemas a modo de didascalias de sus cuadros141. Esta conciliación entre
el descubrimiento de Filipinas en México y la apología de la sencillez
es lo que hace de su poesía un verdadero collage naíf:

139 Tony P. Fernández, “Entrevista con Paulina Constancia”, en Revista Filipina,

t. VII, nº 4, Primavera (2004): <http://www.geocities.com/edfarolan/revfilpri04>.


140 Puede verse una muestra de su obra en: <www.paulinaconstancia.com>.
141 Cf. Andrea Gallo, “Arte visual y poesía: Brazos abiertos de Paulina Cons-

tancia”, en Revista Filipina, t. X, nº 3, Invierno 2006-2007: <http://revista.carayan-


press.com/constancia.html>.
98 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Otra vez: la vida es como un lienzo


y con pintura y pincel,
las posibilidades –¡interminables!
Guarda esta imagen, verdadera y sencilla
porque la alegría solamente necesita colores pocos…142

Brazos Abiertos es un poemario bilingüe publicado en Canadá,


fórmula como pudimos ver a la que han tenido que recurrir algunas
obras actuales hispanofilipinas para poder ser publicadas. Pero no se
trata de un fenómeno exclusivamente filipino; muchas obras poéticas
en español editadas en Norteamérica suelen aparecer en versión bilin-
güe. Incluso hay novelas que se publican en ambos idiomas143. En cual-
quier caso, lo relevante es constatar cuál sea el texto original y cuál el
traducido. A pesar de que, como se menciona transparentemente, los
poemas han sido editados por Jorge Gidi, Paulina Constancia domina
bien el español y deja constancia de que han sido escritos directamente
en español. La publicación reciente de sus cuentos no deja dudas acerca
de la maestría de Paulina en esta lengua, pues se trata de una de las
mejores prosas publicadas en los últimos años por filipinos en espa-
ñol144. Al igual que su prosa, su poesía es jovial y alegre, situando la
ingenuidad como estandarte, pero con una chispa de agudeza que ridi-
culiza cualquier sofisma:
Si son llamados a pelear,
no se sabe qué hallarás.
Una picadura, un shock, un pinchazo.
Algunos se jactan
de fuertes.
Sobrevivir no es
asunto de tamaño.

142 “Sobre los colores de la vida”, en Paulina Constancia, Brazos abiertos / Open

Arms. A bilingual collection of poetry, New Westminster, The World Poetry Publishing,
2003, p. 51.
143 Como los libros publicados por la editorial Rayo, perteneciente a HarperCo-

llins. Por ejemplo la obra de Luis J. Rodríguez, La República de East L.A., 2003, pu-
blicada un año antes en inglés por la misma casa editorial, con título The Republic of
East L.A.
144
Se compone de cuatro cuentos: “El chino asiste a una misa católica”, “El
mono y el científico”, “Tatang va a Nueva York” y “El apóstol”, en Edmundo Farolán
& Paulina Constancia, Cuentos Hispanofilipinos, ob. cit., pp. 79-138.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 99

Esto lo aprendí
con un vistazo
en lo profundo145.

Se trataría de un ejercicio con los mismos fines que Baltasar Gra-


cián (evidenciar las necedades del gran teatro del mundo146) pero con
unos medios diametralmente opuestos: en lugar de la agudeza de con-
cepto, el simplismo. Paulina Constancia transmuta la párvula transpa-
rencia naíf de la pintura en poesía, e instituye una simplicidad que,
por debajo de su trivialidad, esconde una demoledora crítica del dog-
matismo:
Envejecemos,
a lo largo del viaje nuestro.
Algunos están pegados
a la tierra para siempre
con exceso de equipaje147.

Incluso de un asunto tan ceñudamente tratado por poetisas actua-


les con no poca ira ideológica, el patrimonio femenino de la materni-
dad, piensa Paulina Constancia que la divinidad de ser madre no tiene
por qué exacerbarse más allá de su naturalidad evidente:
Tú pares.
Aprecias.
Cuidas.
Madre,
ya seas plumada,
cascarada, bigotuda
o piernuda,
qué noble tarea te ha sido
asignada.
La recompensa: divina148.

145“En lo profundo”, en Brazos abiertos, op. cit., p. 31.


146Cf. Isaac Donoso, “Elementos de orden necio en El Criticón”, en Analecta
Malacitana, Revista de la sección de Filología de la Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Málaga, XXVII, 2 (2004), pp. 609-627.
147 Ibid.: “Con alas, viajará”, en p. 45.
148
Ibid.: “Maternidad”, p. 47.
100 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

La juventud de Paulina Constancia y su constante colaboración


con Edmundo Farolán y Revista Filipina, la han incorporado a un grupo
de escritores altamente responsables en lengua española. La valía del
reciente libro de cuentos presentado en Cebú no hace sino augurar que
Constancia seguirá acrecentándose como escritora hispanofilipina.

4. DAISY LŁPEZ
En fechas muy recientes, pues 2009 es el año de publicación de
su primer libro de poesía, ha surgido también una nueva voz lírica, la
de Daisy López, autora de En la línea del horizonte149. Aunque sea ésta
su primera publicación en volumen, en realidad algunos poemas suyos
se habían difundido anteriormente en Linguae et Litterae, la revista del
Departamento de Lenguas Europeas de la Universidad de Filipinas.
Daisy Nicia López y Pargas nació en la Ciudad de Quezon. Cursó
los estudios de Filología Hispánica en la Universidad de Filipinas para
trasladarse más tarde a Madrid, donde residió varios años y obtuvo un
Máster en Filología Española expedido por el Instituto de Cultura His-
pánica. Más tarde, cursó estudios de lengua y literatura italianas en la
Università per Stranieri, en Perugia, Italia. De vuelta a Filipinas, obtuvo
el Doctorado en Literatura Hispánica en la misma Universidad de Fi-
lipinas–Diliman, institución en la cual, como profesora asociada, en-
seña español e italiano. Colabora en varios periódicos publicando nu-
merosos artículos y ejerce asimismo como traductora de español-inglés
e italiano-inglés. Desde 2005 es miembro de número de la Academia
Filipina de la Lengua Española.
La trayectoria de esta autora parece apoyar la idea de que también
haya recuperado el español a través del estudio. Sin embargo, aunque
el castellano utilizado por López en lo publicado hasta la fecha, muestre
más proximidad al español internacional que a la variedad isleña, para
ella, que es nativa por parte de madre de chabacano ermitaño, el idioma
castellano es una lengua no solo aprendida sino indudablemente hoga-
reña. Y un español impecable ha elegido Daisy López para cantar líri-
camente su hondo sentimiento extático, su vínculo amoroso con un Dios
que, en sus versos, declara ser entrañablemente parte y centro de su vida.

149
Daisy López, En la línea del horizonte, Sevilla, ArCiBel, 2009.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 101

En la línea del horizonte es una especie de autobiografía espiritual


en verso. Dice Irma Lanzas en el prólogo a la obra:
Sin darle importancia al viento huracanado de un milenio que despunta
lleno de zozobra, pesimismo y ansiedad, en Filipinas emerge una voz con una
resonancia clara y luminosa. Es la voz de Daisy López, que a través de sus po-
emas del libro En la Línea del Horizonte, se desborda con fuerza y a la vez
con inusitada dulzura.

Así queda reconocida en la poesía de Daisy López la voluntad de


que el lector comparta con ella su propio “itinerario íntimo” en la con-
templación de aquella línea del horizonte que “es la que vemos con los
ojos del alma” y “está dentro de cada universo personal”.
La obra consta de unos treinta poemas en verso libre, repartidos
en cuatro secciones de diferente extensión: Incipit, Fluir del tiempo,
Salir del anonimato y Epílogo. Cada sección está introducida por una
cita poética significativa para la autora: un terceto dantesco del Para-
diso abre el libro. Sirviéndose de las palabras del Sommo Poeta, desea
expresar la finitud y pobreza del lenguaje, la insuficiencia de recursos
a la hora de intentar comunicar el sentimiento que une al alma con
Dios; a la cita sigue el poema “A la Virgen de Antipolo”, invocación
para poder poetizar:
Tú, venida de tierras lejanas,
dejaste el suelo americano para cobijarte
en los corazones de tus hijos
de esta comarca asiática.
Enséñame a comprender
la trascendencia de tu espacio.

Tú, de carita morena, vigilas


esta cuna de la fe y de gloria asentada,
donde reinas por siglos largos de paz
y de vínculos fraternales.
Háblame del esplendor providencial
de tu tiempo.

Tú, de cabello de ébano,


nos arropas con desinteresada ternura
para que te honremos como Madre
desde tu vanguardia en el Oriente.
102 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Ayúdame a expresar con mi palabra exigua


la ventura de un paraíso anticipado.

A este poema corresponde de forma especular el soneto “Stella


Maris Orientis” en la sección Epílogo (véase nuestro capítulo de anto-
logía) al final del poemario y que es introducido por un verso de la can-
ción a la Virgen de Francesco Petrarca. Prólogo y Epílogo, como los
límites indistintos de la línea del horizonte, delimitan ese espacio ig-
noto y lejano del camino interior de un alma descrito en el resto del
texto, el cual se agrupa en dos núcleos. En la primera sección, Fluir
del tiempo, compuesta por seis poemas e introducida por una extensa
cita poética de Irma Lanzas, López reflexiona sobre el paso del tiempo
y la caducidad humana, expresado por ejemplo en “El diario silen-
cioso”, que presenta una evidente forma cíclica:
En el pasado ya señalabas cuándo nacía,
cuándo crecí,
cuándo me enamoré,
cuánto esperé
y cuánto lloré.

El presente lo controlas,
tanto que ni puedo detenerlo
ni acelerarlo
según caprichos y antojos,
según necesidad y justicia.

¿Qué me contarás del futuro…?


de cuándo naceré una vez más,
cuándo creceré de nuevo,
de cuánto me enamoraré,
cuánto esperaré,
cuánto lloraré.

La sección principal, Salir del anonimato, está encabezada por


una cita poética de la escritora filipina Adelina Gurrea Monasterio. Es
en esta parte donde se describe el itinerario íntimo. El primer poema
(“Salir del anonimato”) sitúa aquella fundamental pregunta que empuja
el alma humana hacia una incesante búsqueda interior:
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 103

– Dime
Tú, œquién eres?
[…]
Te digo quién soy…
porque quiero que este rincón oscuro
se transforme en claridad intacta.
Quiero que tu inquebrantable silencio
ahogue el impulso ruidoso y confuso
de mi espíritu desfallecido.
[…]
Quiero entrar por tu puerta.
Pero confiésalo:
¿No eres tú la Puerta?

Poema tras poema el ‘yo’ poético va hallando su respuesta, y el


siempre mayor conocimiento de aquel Tú con el que trata de dialogar
obtiene expresión mediante un clímax, una tensión que se resuelve en
desvelo: la “revelación” del Divino en la vida íntima del alma en bús-
queda. Es en los poemas finales, como “Amo tu Cruz”, “Eucaristía” o
“Perdón sin precio”, donde se desvela y revela, como un sagrado rostro,
esa presencia al principio desconocida y ahora por fin revelada íntima-
mente al alma, como describen estos versos de “Amo tu cruz”:
Tú, dispuesto a abrazar la Cruz por mí
y mil veces más clavarte tú en ella,
me invitas a ser por ti un Cirineo,
y, aunque débil, me pides que corredima,
que repare por todos, que muera contigo.

Siguiendo brevemente el recorrido interpretativo que propone


Quijano Axle, autor de una nota crítica al poemario, cabe decir que es-
tamos ante una voz filipina clara, dinámica y sugerente. Siempre, a
pesar de algunos versos que podrían dar la impresión de momentos de
pesimismo, todo poema cierra con una idea de consolación espiritual
y entrega confiada a Dios. Poesía intimista y concentrada, su tradición
es la originada en el Cantar de los Cantares que se explana altamente
en la mística española, uno de los momentos mayores de la poesía uni-
versal, conducida así al siglo XXI en Asia. Según el mismo crítico antes
referido, la sección Salir del anonimato:
104 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Transcurre por un itinerario personal, cercano y humano de su sentir cre-


yente. De una manera linear, la autora va llevando al lector por sombras y luces
de su mundo introspectivo y de recogimiento al cual tal vez se deba esa ausencia
del paisaje y del mundo externo, esa ausencia de sonidos, colores o perfumes;
ausencia que está en concordancia con un cierto ascetismo donde lo único que
importa es la propia voz y el silencio para poder entablar un diálogo con ese Tú
amado; en el mismo Amado está encerrado el entero mundo exterior, por lo cual
no es necesario recurrir al paisaje. El ritmo de la visión linear de esta sección
es guiar al lector hacia la plenitud, hacia un fin en donde el acto de fe intenta
sublimarse en ese camino o proceso hacia la totalidad del Amor en Dios.

Como dice Lanzas, la lectura de esta poesía hace percibir la sen-


sación de entrada “en un recinto en donde alguien ora con devoción y
hace que uno camine con sigilo para no perturbar”. Es canto de aquella
Presencia que está en todos, a veces manifiesta, a veces inadvertida,
pero siempre “fundamento del ser humano” a la espera de revelar su
“esplendorosa realidad”.

5. MARRA LANOT
Escritora que también ha sorprendido a la escena literaria filipina
ha sido Marra Lanot. En lugar de publicar obras en español acompa-
ñadas de su versión inglesa, Lanot publica poemarios trilingües con
secciones independientes: la más amplia en inglés, después en filipino,
y una decena de poemas en español. Lo relevante en este caso es que
sus obras son publicadas en el archipiélago por editoriales especiali-
zadas en poesía filipina y, en consecuencia, pueden adquirirse en las
principales librerías del país. Las obras de Marra Lanot han conseguido
reavivar un fenómeno casi extinguido, el de poder visitar una librería
filipina y comprar poemas actuales y originales hispanofilipinos.
Se trata también de una poetisa muy caracterizada por su marcada
beligerancia feminista, uno de los rasgos más persistentes en la poesía
escrita en territorio filipino por mujeres150:
150 Sobresale en este sentido la obra singular en filipino de Joi Barrios. Los po-

emas en filipino de Marra Lanot suelen poseer la misma tensión: “Katulong sa bukid/
Sa porno’y maynika/ Domestic, migrante/ Mail-order bride at puta (“Sirvienta en el
campo, esclava pornográfica, empleada doméstica, emigrante, esposa por correo y
puta”), “Marya”, en Marra Pl. Lanot, WitchÊs Dance at iba pang tula sa Filipino at Es-
pañol, Manila, Anvil, 2000, p. 125.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 105

Él dice que la quiere,


¿Y ella que no sabe nada
y suspira de inocencia?
Ha estado trabajando
desde que nació
sin tiempo para soñar
y está en la carnicería151.

WitchÊs Dance at iba pang tula sa Filipino at Español (“La danza


de la bruja y otros poemas en filipino y español”) fue el primer libro
en el que Lanot incluyó poemas en español152. Un año después apare-
cerían tres poemas suyos publicados en un innovador libro editado en
Madrid, Lo último de Filipinas. Antología poética153. Esta obra trataba
por primera vez de recopilar poetas filipinos contemporáneos, con el
acierto de incluir autores en inglés, español y filipino (con el texto ín-
tegro en lengua filipina, sin duda un verdadero acierto). Desafortuna-
damente, el libro fue hecho apresuradamente sin contar con el necesario
asesoramiento historiográfico y estético, de modo que la mayor parte
de los nueve autores antologados y calificados como “poetas filipinos
en español” eran en verdad estudiantes o entusiastas, de los cuales nin-
guno había publicado, ni ha publicado hasta el presente, ningún poe-
mario en español, salvo Marra Lanot y Noel Guivani Ramiscal. No
obstante, el libro dio la oportunidad de publicar en España poetas que
de otro modo no hubiese sido factible, y motivar así una atención cul-
tural que incitase a proseguir una carrera poética. Lanot y Ramiscal
son los autores que con mayor ahínco y desprendimiento han mostrado
su empeño en ese sentido. Lanot ha logrado consolidar su trabajo lite-
rario con una segunda obra que incluye poemas en español: Riding the
Full Moon and other poems in Filipino & Spanish (“Cabalgando la
luna llena y otros poemas en filipino y español”)154:
151 Ibid.: “Él dice que la quiere”, p. 180.
152 En total quince poemas, con traducción en prosa al inglés a pie de página:
“Cómo quisiera”, “Pienso en ti”, “Solamente platicamos”, “Quiero”, “México”, “Es-
paña”, “Cantar al hombre”, “Él dice que la quiere”, “Frida”, “Revolucionarias”,
“Rezo”, “Lluvia”, “Vida”, “Flores”, “Baila conmigo”.
153 Jaime B. Rosa (ed.), Lo último de Filipinas. Antología poética, Madrid,

Huerga & Fierro, 2001.


154 Manila, Anvil, 2008. Se incluyen diez poemas en español: “Luna llena”, “Lla-

ves”, “Momentos contigo”, “Una flor”, “Madrugada”, “Me preguntas si te quiero”,


106 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

¿Qué me cuentas, luna llena?


dime ¿qué me cuentas?
Musa de mis sueños
libro de amores y tragedias
pozo de secretos y misterios
espejo de mi alma
eres la luz que borra
mis ansias y angustias
que ilumina el caminito
o el camino verde
en la oscura de la noche155.

Lanot ha conseguido crearse una voz poética, basada en la iden-


tidad femenina como símbolo de autonomía sentimental, capaz de in-
fundir amor pero sobre todo capaz de controlar el amor. La consigna
es la independencia de la mujer para poder sentir, pues el amor lleva a
la entrega, y la entrega a la perdición. En consecuencia, el amor de
mujer no habría de ser entregado, siendo necesario un control de la pro-
pia integridad frente al ansia masculina. Mientras la mujer es integri-
dad, el hombre es dispersión. Tal redundancia ideológica es significa-
tiva en la medida que se arroga (como otras autoras de poesía feminista
filipina) unos símbolos culturales e históricos. Dado que Marra Lanot
ha asumido con total responsabilidad la tradición de lengua española,
es significativo para el caso que remita a figuras simbólicas de la mujer
hispánica, como Frida Kahlo o Sor Juana Inés de la Cruz:

“Sor Juana Inés de la Cruz”, “Cuando vuelves”, “Isabel”, “No te doy ninguna pro-
mesa”.
No obstante, Marra Lanot no deja de ser una artista que experimenta con el
idioma y, por tanto, debiera apoyarse, a fin de garantizar la validez idiomática del texto
publicado, en un editor textual: “Empecé traduciendo poemas del español al filipino.
A partir de ahí me interesé más por los poetas que escriben en español y de la lectura
pasé a componer poemas originales en español”. Cf. Andrea Gallo, “Dos poemas de
Marra Lanot y una breve entrevista”, en Revista Filipina, t. XII, nº 3, Otoño (2008):
<http://revista.carayanpress.com/mlanot.html>, véase también Id., “Entrevista a la po-
etisa filipina Marra Lanot”, en Destiempos, núm. 16, Septiembre-Octubre 2008:
<www.destiempos.com>.
Efectivamente, Marra Lanot ha traducido al filipino a autoras como Gabriela
Mistral. Cf. Linguae et Litterae, Quezon City, Universidad de Filipinas, vol. I, año 1
(1992), pp. 66-67.
155 “Luna llena”, en Riding the Full Moon, ob. cit., p. 79.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 107

Te encantó saber todo


del cielo y de la tierra
más que escuchar las promesas
y las palabras dulces de los hombres156.

Si bien Lanot, como ha quedado dicho, trata permanentemente de


mostrar un control sobre su sexualidad, su emotividad y su integridad,
recordando el sino de figuras históricas y alzando a María como la pri-
mera entre las huestes femeninas157, no deja de sorprender su actitud
abierta, e incluso dubitativa, frente a temas tan fácilmente recurrentes
y objeto señalado de la poesía postcolonial como la vehemencia frente
al colonialismo:
España, como no te conozco
quiero conocer tus sierras,
tus montañas, tus colinas.
Quiero saber las raíces de los árboles
que rezan en las cumbres.
[…]
Quiero saber el sello en el escudo
de los siglos después del perdido
de las armadas.
Quiero comprender por qué los colonizados
sueñan viajar a tu tierra
a pesar de la espada y de la cruz,
a pesar de todo158.

La apología de España, cuando ya Estados Unidos había pasado


a ser la nueva metrópolis, fue y siguió siendo después de 1945 uno de
los temas principales de la literatura filipina en español. El tratamiento
de este tema tópico por Marra Lanot hace evidente las falacias de las
sociedades postcoloniales en tanto no sean capaces de superar la men-
talidad colonial que las depreda, y mientras el victimismo sea la pre-
tendida excusa para desarrollar una sociedad civil cohesionada y, en

156
Ibid.: “Sor Juana Inés de la Cruz”, p. 87.
157
“Rezo” es su poema mariano más significativo: “Como eres una mujer,/ nadie
te conoce/ pero, sí, te conocemos,/ y como tú estás/ en nuestra mente/ y en nuestro co-
razón/ madre de Dios/ madre de todos/ y de todo el mundo/ mujer de las mujeres/
existe, existe, existe”, en Jaime B. Rosa (ed.), loc. cit., p. 86.
158 “España”, WitchÊs Dance, ob. cit., p. 176.
108 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

fin, los gobernantes deleguen su responsabilidad en el feudalismo in-


terior y el servilismo exterior, lucrándose con los presupuestos del Es-
tado. Una posición de víctima postcolonial tanto como femenina justi-
fica en el pensamiento poético de Marra Lanot el sino de la escisión
ideológica actual, así como la esperanza de que pueda haber una voz
que invoque la responsabilidad.

6. NOEL GUIVANI RAMISCAL


Ya hemos mencionado la figura de Noel Guivani Ramiscal como
autor integrado en Lo último de Filipinas. Abogado, viajero por todo
el mundo y estudiante de español en el Instituto Cervantes de Manila,
tiene el mérito de haber rizado el rizo en la tradición filipina de poe-
marios políglotas. Logró publicar en la prestigiosa editorial de la Uni-
versidad de Santo Tomás un libro tetralingüe: Noelses. Selected Poems
in English, Tagalog, Spanish (1985-2005). Ybanag verses co-written
with Juanita Ramiscal (2005)159. Si bien los poemas en ibanag eran
traducciones realizadas por su madre, Juanita Ramiscal, de los mismos
poemas que aparecen en español, la obra en sí es una notable curiosidad
editorial. A ello se suma la incorporación de imágenes totalmente ana-
gógicas por José Datuin, imágenes que evocan la creación del mundo.
Precisamente ésta es la idea que sostiene y da coherencia al poemario
en sus cuatro lenguas: la anagogía de un mundo en gestación, del cual
el poeta da fe:
Yo canto
sobre mi padre el sol
sobre mi madre la mar
fundiéndose en el horizonte
de las posibilidades160

A partir de este “Vate”, los poemas que componen la sección en


español se agrupan en seis colecciones de jaikus: “Poemas de la luz”,
“Poemas de los sueños”, “Poemas del silencio”, “Poemas del deseo”,
“Poemas del aire”, “Poemas de las palabras”, y un “Poema final”. En
este caso, los jaikus realizados por Ramiscal preservan una estructura

159
Manila, Universidad de Santo Tomás Publishing House, 2005.
160
Ibid.: “Vate”, p. 159.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 109

clásica de tres versos, a diferencia de los 40 Haikus Bilingües de Ed-


mundo Farolán. Es significativo por lo tanto resaltar esta incorporación
del jaiku a la poesía hispanofilipina actual, fenómeno totalmente re-
ciente que manifiesta el dinamismo de la creación presente. Igualmente
debe señalarse que, con la aparición del jaiku en Filipinas, una estruc-
tura literaria asiática se integra como propia en la única literatura en
español en Asia, una vez perfectamente asimilada en América y Es-
paña. Nos encontramos por lo tanto ante un viaje de ida y vuelta, que
merece un estudio particular161.
Los haikus de Ramiscal, como la temática de todo el libro, son
de una ostensible escatología que ansía describir el anagoge de la
creación:
No te temas
La luz ahuyenta la sequía
De las preguntas y los dioses162.

Ante la imposibilidad de la certeza metafísica, el hombre acaba


siendo un instrumento de la existencia:
En el silencio
Las estrellas besan
Las víctimas del sol163.

No queda por lo tanto otra opción, debido a la desazón existen-


cialista, que la liberación del silencio:

161 Con el Modernismo hispánico sobre todo se empieza a cultivar la temática

orientalista como relación exótica de exquisitez, ya preconizada por el Romanticismo:


La muerte de la emperatriz de la China (Rubén Darío, 1890), Kakemono (Julián del
Casal, 1892), Estampas japonesas (Leopoldo Lugones, 1922) son títulos representati-
vos. Pero más allá de los temas orientales, el acontecimiento literario más significativo
fue la adopción de una forma proveniente de Asia, el género japonés jaiku (haiku en
transliteración anglosajona), tanto en América Latina –siendo pionero José Juan Ta-
blada (1871-1945) en México– como en España. Cf. Atsuko Tanabe, El japonesimo
de José Juan Tablada, México, Universidad Nacional Autónoma, 1981; Gloria Ceide-
Echevarría, El haikai en la lírica mexicana, México, Andrea, 1967; Pedro Aullón de
Haro, El jaiku en España, Madrid, Hiperión, 2002, 2ª ed.
162 Ibid.: “No sequía”, p. 162.
163 Ibid.: “Reunión”, p. 166.
110 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Saber la hondura del silencio:


Escucha a la concha ermitaña
Susurra libertad164.

Ramiscal trata de construir, con la brevedad y sutilidad incisiva


del jaiku, toda una descripción de la creación del mundo. Sus poemas
en inglés y tagalo son ciertamente similares, con la conmoción que el
mundo ultramoderno actual produce. Son significativos sus Cyberpo-
ems, con títulos tan expresivos como: “Cyrano de Bergerac´s Final Ad-
dress to Madeleine Robin in the 21st Century Context of Framing”, o
“Partial Descryption of a Murderer’s Desiderata”. La colección An
Inner Correspondence poetiza la correspondencia epistolar entre José
Rizal y el profesor Ferdinand Blumentritt, lo que manifiesta el pro-
fundo deseo de los jóvenes escritores filipinos por tener acceso y reac-
tualizar las fuentes originales de su tradición cultural. He aquí que,
desde el ciberespacio y el mundo epistolar rizaliano, se pasa al pro-
fundo existencialismo de los poemas en español, donde Ramiscal no
puede ser más explícito sobre la inexorabilidad humana:
Sentimos en nuestros cuerpos
El suicidio silencioso
Del tiempo165.

La obra concluye con la rúbrica del vate quien, testigo de la de-


sazón del ser en un mundo que le incapacita para la comprensión más
allá de su propia certeza de que va a morir, profetiza la esperanza:
Tejo el vacío
De las palabras en papel
Mientras se abre un girasol166.

Sin duda Noel Guivani Ramiscal, en su primer libro Noelses, ha


trazado una obra compleja con la dificultad añadida de emplear dife-
rentes lenguas. No obstante haber aprendido español como lengua ex-
tranjera, y necesitar edición para sus poemas167, se trata de un autor
164
Ibid.: “La hondura”, p. 168.
165Ibid.: “Tiempo”.
166 “Poema final”, p. 178.
167
Clarisse Lukban y José María Fons son citados en la introducción de la obra
como editores de la sección en español.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 111

que ha traído novedades a la creación hispanofilipina y que ciertamente


podría en un futuro no lejano consolidar una obra de mucho relieve.

7. OTROS ESCRITORES
A pesar de no haber llevado a cabo una labor persistente ni de que
sus libros hayan sido registrados, una considerable nómina de autores
ha ido sacando a luz sus obras a través de los medios disponibles. Un
caso palmario es el de Nuevo Horizonte, órgano de la Sociedad de Es-
critores Hispano Filipinos y de la Academia Filipina correspondiente
de la Real Academia Española. Nuevo Horizonte fue sin duda el sema-
nario de referencia en lengua española para Filipinas durante la década
de los ochenta. En sus páginas se publicaron multitud de poesías y re-
latos originales que no alcanzaron a ver la luz en forma de libro. En
consecuencia, los materiales publicados en Nuevo Horizonte tienen im-
portancia al tiempo que permanecen prácticamente olvidados. Lo que
es más grave, dada la rareza de su conservación en las hemerotecas fi-
lipinas, constituye todo un corpus literario casi desvanecido, a pesar
de no tener más de veinte años. Muchos textos de Luis Nolasco, Ramón
Escoda, Bartolomé Briones, incluso de Francisco Zaragoza, están es-
perando ser rescatados e incorporados a un corpus coherente de la his-
toria literaria hispanofilipina de su tiempo. Incluso también se trataría
de años anteriores, ya que en Nuevo Horizonte se pueden encontrar
joyas como la poesía escrita en 1962 por Flavio Madrid, residente de
Intramuros y testigo de su destrucción (donde murió prácticamente toda
su familia):
Ciudad de añoranzas, de antiguos conjuros,
tu tierra empapada de sangre española
se abrió a la existencia con esa aureola
de ser en los siglos la gran… Intramuros.
[…]
“Real”, es la calle: camino empedrado
donde es el desfile de las procesiones:
reliquia extinguida del tiempo pasado,
con velas lucientes y kirieleisones.
[…]
De tus esplendores, que tanto he admirado
y nunca el olvido podrá destruir,
112 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

las piedras sagradas, tan sólo han quedado


¡cual carnes heridas, que intentan latir!168

Otro caso de desvanecimiento es la obra publicada en pequeñas


revistas escolares o universitarias, en las cuales la reducida tirada de
ejemplares y la nula distribución condenaba los textos al olvido. Este
fue el caso de Teresa Andueza Salazar, modelo de maestra filipina de
español durante más de treinta años. Como pedagoga, gustaba de es-
cribir poemas de estructura clásica acerca de la labor del profesor y la
educación169. Del mismo modo que Hilario Ziálcita (sin olvidar que el
artífice del neoclasicismo fue Francisco Zaragoza), Teresa Andueza
componía versos según las formas literarias que había aprendido y
leído:
Noble tarea de enseñar
La del profesor de español
Con grande afán ha de mostrar
Los mil encantos del lenguaje.
[…]
¡Valor! ¡Pedagogo hispano!
A la arena de las artes
¡Vivirás idioma diáfano
Mientras lata nuestro corazón!170

168
“Intramuros”, en Nuevo Horizonte, año XII, nº 2, 29 de diciembre (1984),
p. 16.
Flavio M. Madrid posee varias obras inéditas, especialmente guiones cinemato-
gráficos y novelas en inglés que tratan sobre la Segunda Guerra Mundial: The Long
Long Week; y An Echo of Memory. La última descendiente de la familia, su hermana
Carmen Madrid, nos dio los originales para preservarlos y editarlos. Carmen Madrid
Murillo nos ofreció testimonios directos de la vida en Intramuros antes de su destruc-
ción durante la guerra, y del mundo hispanohablante de la época. Sobre su vida véanse
nuestros trabajos: “Vida de Carmen Madrid Murillo, manileña de Intramuros”, en Re-
vista Filipina, t. XII, nº 3, Otoño (2008): <http://revista.carayanpress.com/
cmadrid1.html>; “The last time Carmen Madrid heard the Intramuros bells”, en Gaceta
de Intramuros, octubre-diciembre (2008), p. 5.
169 Cf. Isaac Donoso, “Teresa Andueza Salazar y la docencia filipina en torno a

los nexos de hispanidad [1980]”, en Revista Filipina, t. XII, nº 2, Verano (2008):


<http://revista.carayanpress.com/andueza1.html>.
170 “A ti profesor”, en Faculty Journal, Manila, Saint Paul College, noviembre,

1982, p. 19.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 113

Dado que la mayoría de sus composiciones aparecieron en la re-


vista del Saint Paul College, fácilmente se podría haber diluido su me-
moria sin ningún registro historiográfico171. Lo mismo puede decirse
de otras revistas universitarias, como Linguae et Litterae, del Departa-
mento de Lenguas Europeas de la Universidad de Filipinas, en la que
esporádicamente han aparecido composiciones poéticas. Según ha que-
dado dicho, en el libro Lo último de Filipinas aparecieron autores que,
de proseguir en el empeño, accederán a delinear una carrera literaria.
Es el caso de Wystan de la Peña, cuyos poemas aparecieron también
en Linguae et Litterae, y después en la edición de Jaime Rosa:
Me dirán que les hable de ti
Y no sabré empezar
Ni dónde.
Y si al final consiguiera
No sabría terminar,
Ni dónde,
Ni cuándo.
No sé cuántas vidas me faltarían para contarles todo172.

No obstante, bien por falta de decisión, bien por las grandes di-
ficultades de publicación, se pierden escritos de autores que pudieran
ser de interés. Sin duda el caso paradigmático es el de Macario Ofilada
Mina (Manila, 1971), quizá promesa de la literatura hispanofilipina.
Doctor en Filosofía y estudioso de la obra de San Juan de la Cruz, pu-
blicó en 2008 su discurso de ingreso en la Academia Filipina: Filoso-
fía, lenguaje, mística: Desde las entrañas del espíritu173. Desafortu-
nadamente, su obra poética parece no tener continuidad más allá de
ciertos poemas dispersos y los cuatro aparecidos en Lo último de Fi-
lipinas.

171
Poco antes de su fallecimiento pudimos mantener una pequeña conversación
con ella que puede escucharse en: “Fragmentos de una conversación con Teresa An-
dueza Salazar”, en Revista Filipina, t. XII, nº 2, Verano (2008): <http://revista.cara-
yanpress.com/teresa.html>.
172 “Líneas copiadas del cuaderno de un poeta muerto joven”, en Jaime B. Rosa

(ed.), ob. cit., p. 121.


173 Quezon City, Giraffe Books, 2008. Entre sus obras: San Juan de la Cruz: el

sentido experiencial del conocimiento de Dios. Claves para un acercamiento filosófico,


Burgos, Monte Carmelo, 2002.
114 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Concluiremos con un autor que simboliza muy bien y en extremo


la especificidad de la literatura filipina como caso excepcional de lite-
ratura hispanoasiática. Si los avatares y el olvido historiográfico no la
han hecho desaparecer, quizá podamos encontrar ciertas claves de ello
en el trabajo del embajador de la República Checa en Manila: Jaroslav
Ludva. El lunes 19 de junio de 2006 la prensa local, el periódico de
mayor difusión en inglés, el Inquirer, se sorprendía del exotismo de
que un checo hiciese honores a José Rizal con dos poemas escritos ori-
ginalmente en lengua española174. ¿Por qué un checo escribía en espa-
ñol en Filipinas? Aquellos dos poemas se transformarían en 2008 en
un libro, con título que seguía llamando a la curiosidad: Doce poemas
de las Islas Filipinas (y un epílogo sorprendente). Finalmente el autor
reveló el misterio en una nota introductoria. Embelesado por Filipinas,
su deseo de llegar al alma filipina no podía ser otro:
Hablas inglés pero se te nota tu pasado,
Tienes gracia, honradez, tienes valor,
Tu sangre latina desde mi llegada he admirado,
Me gustas, eres mi “Dorado”,
Eres un rincón de Asia con sabor español175.

174
“A Rizal admirer, envoy writes 2 poems for RP [Republic of the Philippi-
nes]”, en Inquirer, lunes 19 de junio de 2006, p. A-6.
175 “Manila”, en Jaroslav Ludva, Doce poemas de las islas Filipinas (y un epílogo

sorprendente), Manila, Eres Printing Corporation, 2008, p. 15.


Antología176

A. POESÍA

1. GUILLERMO GŁMEZ RIVERA

POR SOLDADO DE TU VERBO

Por ser soldado de todo


Lo tuyo: de tus palabras
De tus letras y tus glorias,
¡Ve, oh Lengua Castellana,
Cuánto bregar y sufrir
Comprende la gran batalla
Que se libra por tus fueros
En esta tierra malaya!
Es un bregar que, de día
En día, se nos agranda.
Y es un sufrir que de hora
En hora se siente. Cada
Palabra que se profiere,
Cada letra que engalana
La idea que se fermenta;
Cada verbo que se lanza
Y cada sueño que se hace,
Es flor, es sangre y es lágrima
Que a tus altares se deja;
Es filo, bandera y bala
Que a tu defensa se brinda
En el nombre de tus plazas.
¿Es que ser soldado tuyo

176 Se agradece a todos los autores la deferencia y el permiso para reproducir


sus textos.

115
116 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

En esta Isla Barataria


Es heroísmo y privilegio
Que sólo place a contadas
Almas, a contadas fuerzas
Que forman, igual que estacas
Tu alto ejército de gloria?
¡Pues eres alma preclara
De nuestra razón de ser!
Como individuos y patria.
Como cultura e historia.
Como intereses de raza.
Como Dios y patrimonio.
Como sentimiento y flama
Que abraza nuestro existir.
Y por lo que eres: arca
De valores y compendio
De la lucha cotidiana,
¿Quién no daría su vida,
Su alma, su oro y su fama
Por salvaguardar tan sólo
Una flor de tu palabra
En este lar filipino?
¡He aquí pues, oh castellana
Lengua, la juventud toda:
El saber, la parsimonia,
Esfuerzos, la sangre misma,
De otro soldado que te ama
Contra mofa y contra mundo
¡Blandiendo por ti su espada!
Manila, 9 de junio de 1962.

CANTO AL DIOS VERBO DE CASTILLA

Conjunto de sonidos apacibles,


Sonidos que divorcian al humano
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 117

Del bruto. Signos dioses comprensibles


Que forman el lenguaje castellano.
Mi alma os hizo su musa aunque intangibles
Sois frente a lo sensual y a lo mundano.
¿Es que seréis Dios mismo? ¿Dios que me habla?
¿Seréis el Cuerpo Místico de Cristo
Desintegrado en voces que a la tabla
De Moisés nos empuja? Por lo visto
Siendo yo tu ministro, a rajatabla
Castigas al contrario vil que embisto.
¡Deliraré! mas eres para mí
El Santo Tabernáculo que encierra
La Fe de Filipinas. Y el Rabí
No falta en castigar al que se aferra
Por destruirte. Él ve por ti
Como vela por nos sobre esta tierra.

Es por eso que a mí nada me arredra


Cuando voy en defensa de tus fueros.
Cristo castiga sin palo ni piedra
A todos los marranos traicioneros
Y a todos los que, cual maligna yedra,
Deseen sofocar a tus guerreros.
Se desmoronan del poder los viles
Que impíos te arrancaron de las aulas.
Hoy, la confusión reina entre los miles
Que te odian desde selváticas jaulas.
Y toda esa ignominia de gentiles
Vera las fuerzas de tus santas bulas.
Porque tú, carne y hueso de mi musa;
De todo lo realmente FILIPINO,
No puedes morir. De esta escaramuza
De valores y lenguas, el destino
Fallará en tu favor pues ni Medusa
Si habla inglés con desatino.
Es por eso que a mí nada me arredra
Cuando voy en defensa de tus fueros.
118 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Cristo castiga sin palo ni piedra


A todos los marranos traicioneros
Y a todos los que, cual maligna yedra,
Deseen sofocar a tus guerreros.
Manila, 26 de marzo de 1971.

GEORGINA PADILLA Y ZŁBEL


DE AYALA, SEÑORA DE MACROHŁN
Hija de Don Ricardo y Doña Gloria.
Por resumir en un magnífico libro la
historia del Premio Zóbel
de Hispanidad en Filipinas.

Una sonrisa rubia y de manzanas;


Un platicar meloso y decisivo;
Un andar de princesa y de campanas
Un glorioso ideal definitivo.
Éstas son pinceladas de alba pura
Que dan a la persona de Georgina
La facultad de un Premio de Cultura
Que es símbolo del alma filipina.
Con su hermano Alejandro, siguió adelante
Con el otorgamiento que su abuelo
Legó al Hispanismo filipino;
Pero las circunstancias y el revuelo
De los tiempos dictaron que el divino
Rito se perpetuase, como un diamante,
En un libro que abriese otro camino
Para la Hispanidad en Filipinas…
Apuntando sus rosas; sus espinas…
Mas, Georgina, prendada por el celo
De Venus, surgirá de un mar de anhelos…
Makati, 30 de enero de 2008.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 119

UN SIEMPREVIVA
A Carmen Madrid Murillo,
oriunda de Intramuros

Carmen, serenamente, todavía


recuerda las campanas que tocaban
a gloria en las iglesias de Intramuros;
las mañanas de sol y de poesía
viven en su memoria; no se acaban
por ser amores sólidos y puros…

Y un joven polígrafo valenciano


nos lo recoge todo en unas gradas,
unas fotos y en unas parrafadas,
para depositarlas en un verano
que tampoco termina porque empieza
a perpetuarse como un siempreviva;
flor que del oro bárbaro deriva
su esplendidez, su fuerza y su entereza.
San Miguel, Manila
7 de octubre de 2008.

UN AMOR SŁLO Y PERENNE

Tan solamente puede el corazón


darse con un amor que lo rellene
de alegrías, de oxígeno y de pasión…
Y ese amor debe ser puro y perenne.
Entonces las delicias, las ternuras
y todas las grandezas del cariño
brotarán como flores y aventuras
en mis auroras núbiles de niño.

Quizás haya tenido mucha suerte


con los contados besos, los contados
120 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

abrazos y los pocos pero fuertes,


surgimientos que tuve en aislados
encuentros que supieron casi a muerte;
casi a golpes de triunfos culminados.
Ciudad de Legazpi, Albay, Camarines Sur,
31 de enero de 2009.

SEGUIR VIVIENDO

Es una sensación que no me explico,


pero la tengo, la siento… Me incorporo
cuando me encuentro frente a las mansiones
antiguas de Intramuros, de Binondo,
Ermita, Quiapo, Paco y Santa Cruz.

Las conozco de siglos. He vivido


en ellas durante vidas anteriores.
Subí sus escaleras. En sus camas
me dormí. El amor hice por sus suelos.

Comí en sus comedores y en sus salones


bailé valses, boleros y mazurkas.
Me asomé a sus ventanas. Y sus puertas,
abrí y cerré con gusto. Sus jardines
recorrí disfrutando de sus flores…

Todas esas mansiones siempre fueron


mías. Y seguiré viviendo mientras
todas sigan en pie, ¡desafiantes!

YO SEGUIRÉ ADELANTE

Yo seguiré adelante con mi vida,


mis escritos de guerra, mis canciones,
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 121

mis programas de baile y mi encendida


pasión por la poesía, mis visiones.

Nadie me detendrá con sus recelos,


sus envidias, sus iras, sus flaquezas,
pues me voy sin parar con los gemelos
puestos sobre un futuro de grandezas.

Seguiré declamando poesías


de Manuel Bernabé, de Zaragoza,
de Balmori y de Fernando Guerrero…
Y seguiré libando esas ambrosías
del amor y del arte que remoza.
Y seré la inmortal voz del sendero
que es la vida, la luz, la buena suerte:
que luego desafían a la muerte177.

2. EDMUNDO FAROLN ROMERO

METRO
Montreal, 1985

Metro en Montreal, recuerdos de otros metros:


Madrid, Barcelona, Lisboa, París, Toronto, Nueva York,
San Francisco, tantos lugares, tantos metros…

Este metro que se mueve despacio


y de prisa y despacio otra vez,
señales de la vida y la muerte;
un desamparo, una soledad, tantas soledades,
tantos olvidos a los que les falta profunda preparación:

177
Todas las composiciones en: Guillermo Gómez Rivera, Con címbalos de
caña, Sevilla, Moreno Mejías (en prensa).
122 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Rendirse en marrones y azules que me fijan sin decidir este día que se
llama en desdichas,

me llama como aquella solitaria habitación cerrada en Madrid,


en Barcelona, en tantos lugares

donde el metro formaba parte de mi vida solitaria.

Un año. De tristeza. Una cristalina tristeza. Sentimiento. Sonrisa.


Blancuras pegadas

en una poesía inesperada que me llama


sin darme cuenta de las más sencillas existencias de mi yo178.

HAIKU 14

la academia militar, ay qué deseos tenía de estar en uniforme de


cadete en baguio, romántico baguio de mi niñez, volver a mis
raíces… allá en aquellas montañas y después bajar al mar… palali,
¿viviré ahí, o es sólo un sueño?179

LA EXPERIENCIA FLUYENTE

Transcendemos la discontinuidad, imitamos


los arquetipos de Beckett, el imitador de Proust,
y Jung, siguiendo a freíd, y Proust, imitando
a Descartes,

y en toda esta basura subconsciente,


Fellini está, putrificado de fantasías
que son nada más que juegos de ping-pong,

178
Itinerancias (comings and goings), San Francisco, Carayan Press, 2006,
p. 25.
179
Ibid., p. 16.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 123

como la teoría de indio Reddy,


y la búsqueda de Dios y el destino,
y las becas, y el trabajo:
todos vienen como la muerte. Sin saberlo.

Pero seguimos planeando como hormigas,


hormigas que construyen y reconstruyen,
y después de todo, preguntamos si los construidores
son los construidos,
y se repiten fórmulas,

fórmulas históricas,
palabras excretadas,
mentes hechas en los cincuenta
con Artie Shaw,
y los sesenta con Sonny Rollins
y Dave Brubeck,

y después de todo,
se repite de nuevo, otra vez y otra vez,

original e imitación,
primitivos asertos intelectuales,
interpretaciones, reinterpretaciones y zeroísmos.

En el culo del subconsciente


está el papier toilette
con mierda convertida en comunicación humana

en los análisis y ejemplos del silencio


y la obscenidad.

¿Se aprende de la existencia?


¿se encuentran soluciones en los estudios empíricos?
¡Disgustos intelectuales!
la burocracia, los capitalistas, los comunistas, los socialistas
nacen y renacen
124 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

en este círculo histórico de la vida…


bien defendidos
cual calurosas ondas
cual magia de la naturaleza…

estoy harto de sentirme disgustado


estoy harto de buscar el nirvana

luz que ni es la luz ni la nada


ni Bahai ni cristiana
completamente inateo…

me escapa la fluidez mental,


¡ah, sí!

los setenta, ahora bien, pues bien,


los setenta explican el misticismo de nuevo,

los profetas individuales de La muerte de Dantón


de Büchner, y obras investigando
la épica de Beowulf,
parecida al aburrimiento
y las luchas socialistas e interminables de Bertold Brecha,
las cuales son ideas históricas sencillas y profundas que se repiten
interminablemente para expresar la esperanza consumida y la angustia
del hombre180.

MEDITACIŁN

Creía que había alcanzado


aquel estado de sabiduría.

Me equivoqué. Sigo aprendiendo


que esta vida está llena de misterios

180
Ibid., pp. 47-49.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 125

porque todo lo que dicen lo creo


y mucho de lo que dicen es engaño.

Creía que todo estaba perdido.


Me equivoqué. El mundo
sigue repitiéndose, y lo
que dicen que son cosas del pasado
volverán a repetirse en el futuro.

Decía que no creía en nada


Me equivoqué. Ahora creo en algo:
vuelvo a creer en Dios,
en los santos, en las cosas
del espíritu,

porque todo lo que es mundano


engaña y desespera, mientras
todo lo espiritual es paz, amor y esperanza.

He viajado en busca de paz.


Me equivoqué. No está la paz
en la confusión de nuevos sitios
ni en el caos del movimiento
ni en el poder ni en la riqueza.

La paz está en la dimensión interior del alma


que está en paz con el Todopoderoso181.

181
Ibid., p. 55.
126 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

RETIRO
Vancouver, 2003

El viajero se retira para descansar,


un descanso espiritual
con el silencio de las montañas,
con la paz del mar,
con dios en la naturaleza,
de los árboles, del sol de este país nórdico,
sus lluvias frías…
dios místico
en tu silencio
estás radiante, majestuoso,
mientras yo, el pobre viajero,
buscando tu cara escondida,
miro al gran mar,
para contemplar tu esplendor y gloria182.

3. HILARIO ZILCITA LEGARDA

VIGAN

Cuéntase en la leyenda fernandina


que Don Juan de Salcedo enamoró
una bella, morena filipina
que por eso en Vigan se quedó.

Ya por esa romántica aventura


Y sus mil maravillas por conocer,
Fue creándose su fama, por ventura
La ciudad conocida por doquier.

182
Ibid., p. 101.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 127

Es alcázar hispano-filipino
De maciza estructura por lidiar
Contra fuerzas perversas del destino.

En su tierra soleada, mar azulino,


cabe el cielo de estrellas por derramar…
di… si gustas los encantos del camino…
26 de abril de 1996,
Manila183.

PIECECITOS

Piececitos de mi desconsuelo…
de una encantadora mujer
que la sueño en mi desvelo
no pudiéndola desprender

de mi mente que bien retiene


el recuerdo de su beldad
fascinante encanto que la tiene
de exquisita feminidad.

Son las cualidades que admiro,


donde tengo la atención clavada
recordándolas en mi retiro,
la memoria de una vida pasada.

Admirando en el firmamento
las estrellas resplandecer
como surtidor al momento
derramando luces por doquier…

183 La nao de Manila y demás poesías, Manila, Eres Printing Corporation, 2004,
p. 41.
128 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

¡Qué belleza hay de que me encante…


de las aves volando en redor
de las nubes en cielo brillante
o ya flores de bello color!

¡Y de encantos escondidos
que pudiéramos descubrir
refinándonos los sentidos
en quererlos percibir!

¿Qué se busca en lo bonito


en una cosa o en una mujer
que no tenga de lo infinito
o de extraordinario placer?
Julio de 2002,
Manila184.

4. EDWIN AGUST¸N LOZADA

LA DAMA DE BLANCO

En Filipinas me crié rodeado de cuentos de duendes, fantasmas y otros


seres sobrenaturales. Yo me los creía. Uno de los cuentos era sobre
una mujer bella y misteriosa vestida de blanco que aparecía en la calle
una noche callada y que luego desaparecía. Ésta es mi versión.

Desde Zamboanga hasta Aparrí


en una noche tibia y quieta
en la soledad de las calles
desérticas y adormecidas
por la vieja calzada muda
y entumecida que atraviesa

184
Ibid., p. 113.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 129

campos de arroz, pueblos dormidos


a la hora encantada cuando
ya se han esfumado los rastros
de la luz del sol y la bulla
vertiginosa de los mil
negocios y ruedas y escándalos
deseos, clamores del día
a la hora encantada cuando
por fin sólo se oye el suspiro
sinuoso y continuo del mar
con la monotonía del parloteo
de los grillos
caminas

gotas de la lluvia lunar


trazan sombras sobre la tierra
allí viene una carretela
eco de la tarde ya antigua
interrumpe por un instante
el silencio onírico del camino
galop, galop, galop, galop
el tambor rítmico
pronto se desvanece
es la hora encantada
una bandada de pájaros negros
silenciosa y apresuradamente
se desliza por el cielo
cual nubes afligidas
que huyen, huyen
sin poder gritar su angustia

caminas
el susurro del viento acaricia
rumor del mar
grillos
tus pasos
cada vez
130 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

más inaudibles
le silbas
a la media luna
brisa
perfume
melancolía inexplicable
sientes la presencia cercana de alguien
volteas la cabeza
hacia atrás
nadie

tus pies avanzan


dejas de silbar
tus pasos
ya inaudibles
tu corazón
ecos de la carretela
galop, galop
la luna mira fijamente
con sus ojos mudos de perla

brisa
perfume
al otro lado de la calzada
–mira!
en la dirección contraria
a la tuya
aparece caminando
hacia ti
una figura etérea

ah, una dalaga


vestida de blanco
belleza indudable,
radiante
su cabello danza
sutilmente con el viento
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 131

ella se acerca
hacia ti
pero no llega
camina
pero no llega
invade la lógica de sueños
te habla
algo te está diciendo
pero no la oyes
te estremeces

œQué colores escondidos llevarás


detrás de la blancura profunda
y enigmática de tu vestido
que suave y calladamente
se mueve y se estremece
al compás de la brisa nocturna
impregnada de un frágil tesoro
del perfume de tiernos pétalos
de la dulce kalachuchi?

Siento un escalofrío recorrer por todo mi cuerpo y alma


y es la frialdad de tu ataúd impuesto y fabricado
de mentiras nacidas de codicia, cuchillos
y sangre que bulle de ignorancia.

Te enterraron.
Te enterraron los nuevos extranjeros y hasta
algunos a quienes en otra época
llamaste “hermanos”
ayudaron a cavar para crear
tu forzada sepultura
para sofocarte viva
quitarte tu último aliento

pero te escapas
por la noche cuando nadie vigila
132 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

vuelas con el hálito de la luna misericordiosa


con los cuchicheos de las mil lenguas
de los pías y las acacias
de los altos tamarindos y los mangos
que acompañan estos caminos
vas en busca de tu hogar perdido
olvidado por casi todos
tu silencio lo dice todo
pero nadie te entiende
ya nadie te comprende

Ano ba ang gusto monÊg sabihin? (tagalo)


Ano ang buot mo hambalon? (bisayo)
Inya ti kayat mo nga ibagá? (ilocano)
Cosa tu quiere decí? (chabacano)
¿Qué quieres decir?
Oh, Dama de blanco, ¿qué buscas,
qué deseas?
¿Qué dolores y penas se mecen
dentro de tu alma desolada?

por fin
se te acerca
su rostro
lo has visto en un sueño perdido
la bella dama de blanco
con ternura
te ofrece la mano
te ciega su tristeza
tiemblas
sin saber por qué
estás a punto de llorar
mil caballos precipitadamente
corren y se escapan
de tu corazón
ensordecen
y de repente
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 133

ella desaparece

flores de rocío
nacen de tu frente
la luna silente
se abriga
con su manta de nubes grises
se oyen tus pasos
vuelve el canto del mar
el parloteo de los grillos
el arrullo de los árboles
el recuerdo de un perfume
y la desolación alba
de lo que hubiera sido.

Oh, viajero, si por la noche


te encuentras por estos caminos,
recuerda que por aquí va andando,
y sigue aún la dama de blanco
en busca de su hogar perdido.
No le tengas miedo, posee
la llave escondida
del secreto
de quién eres tú185.

EL MANTŁN

Quisiera regalarte primaveras eternas,


exóticos jardines perpetuamente en flor,
peonías, crisantemos, fragantes rosas tiernas,
flores maravillosas creadas con amor.

185 Nueva versión corregida por el autor a la reproducida en Revista Filipina,


t. X, n° 2, Otoño 2006: <http://revista.carayanpress.com/dama.html>.
134 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

En este paraíso de brillantes colores,


pájaros, mariposas, alegría traerán;
las princesas, los sabios y dioses voladores
magníficas historias de China cantarán.

Pues estas aventuras todas te las daría


en este mantón fino de una seda suntuosa
(de Cantón, por Manila, océanos cruzó)

si aceptaras mi obsequio con la ternura mía.


Y cuando te lo pongas te sentirás lujosa
Y recordarás siempre a quien tanto te amó186.

5. PAULINA CONSTANCIA

EN LO PROFUNDO

Peces, peces
a mi juicio
no son guisos.

Una mente, una vida propia–


incluso pequeñitos–
todos son guerreros en disfraz.

Si son llamados a pelear,


no se sabe qué hallarás.
Una picadura, un shock, un pinchazo.
Algunos se jactan
de fuertes.
Sobrevivir no es
asunto de tamaño.

186 Sueños anónimos/ Anonymous Dreams, San Francisco, Carayan Press, 2001,
p. 145.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 135

Esto lo aprendí
con un vistazo
en lo profundo187.

LA LLAMADA DE LA CUERDA

El arco se desliza
contra las cuerdas robustas
produciendo un sonido bajo pero dulce.
Y en un instante,
una libélula llega sin invitación
Y ¡oh! ha decidido investigar quién agita el viento.
Ya sea Mozart, Andel o Bach
no le importa a ese chiquillo.

Como hombre frente al espejo,


este transeúnte oye un eco familiar.
Y sí, era una dama de honor
pero no con la clase de alas que él esperaba.

Dejó caer el arco,


Cuando divisó este objeto volante.
Y sintió que este encuentro no era el primero.
¿Habían jugado en el jardín antes de la maldición?

Y meditaba:
¿Podrá ser ésta la leyenda de dos piernas
que me contaron?
Parecía un deja-vu…
Mientras se acercaban el uno al otro.
Probaron un zumbido

187
Brazos abiertos / Open Arms. A bilingual collection of poetry, New
Westminster, The World Poetry Publishing, 2003, p. 31.
136 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

y de repente
¡han vuelto a ser como eran!188

6. DAISY LŁPEZ

RELOJ

Cara plana,
que revela con su tic tac
cada rato, cada momento, vivido por ti:
tiempo descuidado por culpa mía,
o tiempo bien aprovechado para amarte más…

Faz boquiabierta,
va tejiendo los segundos en minutos,
los minutos en horas,
las horas en días, meses, años…
Al mismo tiempo que
desmenuza la belleza del tapiz del tiempo,
dándole una vibración de eternidad.

Trasto entrañable, pirámide resucitada


que con sus millones de tic tac
vigila las miles de horas
los centenares de días
las decenas de años
en que me he debido reflexionar
y madurar en esta alianza contigo.

Rostro redondo, señalando todo el saber


que viertes a mí,
empapando el inagotable raudal de ignorancia
afianzando las ambiciones osadas,

188
Ibid., p. 35.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 137

transformándolas en ansias
de un lazo indestructible…

¡Cara inocente! Te pido


no pregones la rutina y el desamor,
los propósitos disecados,
el suicidio del entusiasmo
y el arrastrar pesado
de los caprichos de viejo.

Reloj. Incontable cuenta, infinitud finita…


Va gritando con un cántico insonoro
la brevedad
de una estancia terrena
paciente, perseverante
y desesperadamente consumida por ti.

Reloj. Tic, tac. Tic.


Pieza clave que me habla de tu ritmo.
Que no tienes prisa.
Que no insistes.
Que esperas.
Siempre.

STELLA MARIS ORIENTIS

En la pleamar se alberga un resuello


que aviva colores y olas borrosas.
Son alfombra de tus huellas sedosas
que el navío hila al ver tu destello.

Deja arder un ígneo rubí del cuello


para volar a mí con alas mansas;
este horizonte arduo abraza bolisas
de tu manto azul que entona un murmullo.
138 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Venustez pura que achica la luna;


soltando de tu velo hebras de un astro,
quémame los peces vivos del agua.

Estrella del mar del Oriente… ¡oh Reina!


Al ascender mis labios que hoy te postro
renueve estribillos mi loa antigua189.

7. MARRA LANOT

MÉXICO

El ocaso de México
es retrato de las aves
que pinta el cielo,
es una imagen del Quetzalcóatl,
de las rosas de Nuestra Señora
Santa María de Guadalupe,
de Zapata y de Pancho Villa,
símbolo de un país
que a pesar del paro
y de la pobreza,
no quiere morir
que no va a morir190.

LLUVIA

El corazón es una copa de tormenta,


a veces un mar insondable de lluvia tranquila.

189
Todos los poemas incluidos en En la línea del horizonte, Sevilla, ArCiBel,
2009.
190 WitchÊs Dance at iba pang tula sa Filipino at Español, Manila, Anvil, 2000,
p. 175.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 139

Mi padre se fue como una estrella que cae en la madrugada


o como un ave que desaparece un tiempo en el paraíso perdido.

Mi madre toca el piano por la noche


sobre un gran padre, un artista verdadero, un buen amigo,
sobre la luna de la vida que brilla y ofusca,
el piano canta mientras un ave vuela en el silencio

y acompaña el celaje celeste,


desparrama un aroma de sampaguita–
la flor de Manila, de color paz universal–
es la esperanza de todas las estaciones de la lluvia191.

VIDA

¿Cómo vivir sin eso?


Eso que cae en la lluvia
y en el arroyo de la luna,
que se baña en el líquido del sol,
corre el río,
nuda en el mar,
se inunda de sueños,
respira en la sangre
que fluye en las venas:
la imaginación está
en las aguas que dan luz
la vida192.

191 Ibid., p. 186.


192 Ibid., p. 187.
140 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

13. NOEL GUIVANI RAMISCAL

VATE

Yo canto
sobre mi padre el sol
sobre mi madre la mar
fundiéndose en el horizonte
de las posibilidades

Yo punteo
las cuerdas
de los sueños
que amarran
los enamorados

Yo toco
los ritmos ocultos
de la lumbre, deseo y sangre
que traiciona
el corazón

Yo soy
el verdugo de la verdad
la herida en cada lágrima
la voz que vencerá
la opresión del tiempo193.

193
Noelses. Selected Poems in English, Tagalog, Spanish (1985-2005). Ybanag
verses co-written with Juanita Ramiscal (2005), Manila, UST Publishing House, 2005,
p. 159.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 141

CREPÐSCULO

El sueño crepúsculo:
Un hombre viejo uniéndose
Con su sombra quebrada194.

ESCRITOR

El escritor traduce su silencio


Con palabras robadas
De los muertos195.

DUETO

Deseo crear un dueto de mi anhelo


Y tu añoranza en tiempo legatto
Cuando nuestras sombras se besen196.

AFILO

Afilo mis palabras para el día que


Salten fuera de estas páginas
Y apuñalen tu ceguera197.

194
Ibid., p. 164.
195 Ibid., p. 167.
196 Ibid., p. 170.
197 Ibid., p. 177.
142 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

14. TERESA ANDUEZA SALAZAR

A LA LENGUA

Salve, oh lengua egregia


De armonía y rima
Con que el vate elogia
Y a su patria pregona.

En Hispano aprendía
Unos rezos que mi madre
Me enseñara un día
Cuando de edad tierna era.

El “Postrer Adiós” de Rizal,


El “Decálogo” de Mabini
Nuestro gran “Himno Nacional”
En tu dulce sonido están.

Los escritos de Marfori


De Bernabé los debates
Las poesías de Balmori
Se trazaron en vuestro son.

¡Que perdures tan glorioso


En aulas y en hogares
Pregonando muy dichosa
Los nexos de “Hispanidad”!198

198
Faculty Journal. St. Paul College of Manila, Manila, Septiembre, 1987,
p. 35.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 143

15. MACARIO OFILADA MINA

GYMNOPEDIE NO. 1 DE ERIK SATIE

Pinceladas de gris en una tabla vacía de blanco vacilante


y atrapadas entre el azul y el negro.
El gris, tal vez, son lágrimas
de un ángel exiliado del cielo.
¿Son pinceladas o manchas?
El soplo del aire otoñal
hace que las manchas parezcan pinceladas
rápidas, bruscas…
mientras la espera por la mañana dura una eternidad.
¿Se puede esperar en la eternidad?
¿No es cierto que la eternidad es la cobardía del tiempo,
el temor a la esperanza?
El tiempo es una pincelada en el cuadro eterno.
Los momentos son gotas que salpican el cuadro,
que la brisa pasajera convierte en una mancha
que finge ser pincelada.
El gris nace en una mezcla de contrastes
como nosotros, retoños de la luz y de la sombra.
Somos pinceles que dejan huellas,
que por declarar nuestra inocencia
nos manchamos al lavarnos.
Y por se testigos de un amanecer fugaz
perduraremos hasta que la melancolía renazca
en el sueño de un invierno profundo199.

199
Jaime B. Rosa (ed.), Lo último de Filipinas. Antología poética, Madrid,
Huerga & Fierro, 2001, p. 115.
144 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

B. PROSA

1. EDMUNDO FAROLN ROMERO

PALALI
[2007]

Afuera se oía la lenta galopa de caballos, tirando de calesas, en-


tremezcladas con una guitarra dándose al ritmo flamenco. Bailaba una
gitana con su compañero mientras la gente alrededor gritaba “olé”, ti-
rando monedas en el suelo. Las jóvenes señoritas con sus velos blan-
cos y vestidos vibrando de colores andaluces –rosas, violetas, rojas–
brillaban en el sol cálido de primavera. Salían de la catedral acompa-
ñadas por sus madres y tías en velos y vestidos negros. Iban hacia el
parque central vía la calle Santa María, después cruzando el viejo
puente de Ronda. Desde el puente se veía el tajo donde los pájaros vo-
laban encima del río Tajo.
El joven teniente Francisco de Paula caminaba solo en pleno uni-
forme hacia su casa en la calle Ríos Rosas. Tenía la facha de un aristó-
crata de las provincias –orgulloso–, su cuerpo recto, con una energía
juvenil. Mostraba en el fruncir de sus cejas algo que le perturbaba. Pero
no tenía ningún remordimiento de lo que ocurrió hace una semana.
Tuvo un argumento con su capitán, sobre su novia Encarnación a quien
su rival se enamoraba, y resultó feo después. Le insultó y dos días des-
pués, el comandante le llamó para decirle que la vida militar no corres-
pondía bien con su temperamento y el joven, allí mismo en frente del
comandante, tendió su resignación. ¡Qué más da! La juventud, el tem-
peramento impulsivo de un andaluz aristócrata que no les importaba
ni un pepino a estos idiotas militares. Le habló a la condesa su mamá
de esto y le dijo que quería marcharse de España para olvidar esta des-
gracia, este feo acontecimiento, y pues la buena madre le consolaba a
su hijo mayor, le dijo que le iba a escribir a su hermano Miguel en Fi-
lipinas a ver si le consiguiera algún trabajo allá.
Estos pensamientos cruzaban la mente del joven ex-teniente mien-
tras caminaba deprisa hacia su hogar.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 145

Su hermana menor, Adela, quien estaba sentada al lado de la ven-


tana de la sala mirando a la gente divirtiéndose, le vio a su hermano
mayor andando en la calle. Corrió hacia la puerta para saludar a su her-
mano mayor y abrazarle.
–Hola, Paco.
–Hola Adela –le besó a su hermanita en la mejilla y se sentó al
lado de ella por la ventana.
La sala tenía la sensación de un castillo medieval. En la pared un
gigantesco retrato de su padre, el Conde de Paula, muerto muy joven
en un accidente de caballería cuando Francisco solo tenía diez años.
Un candelabro se colgaba en medio de la sala, y cuando se hablaba, se
oían ecos alrededor de todos los pasillos.
–Filipinas, pero ¿qué vas a hacer allá? –Adela le pregunto en su
voz chiquita, débil, femenina. Se sentía triste porque su hermano se iba
a marchar.
–No sé. Un exilio, más bien un auto-exilio. El caso fue grave. El
cabrón casi se forzaba sus intenciones a Encarnación. Lo conté a mama.
Primero no estaba de acuerdo pero después de hablar de las consecuen-
cias si me quedara aquí, me dio su bendición para marcharme.
–Pero ¿qué piensas hacer allí?
–No sé todavía. Probablemente trabajar con tío Miguel. Para de-
cirte la verdad, no sé qué va a pasar. Dios sólo sabe.

II
Málaga, 1884

En treinta minutos, el expreso para Barcelona estaba para salir.


Toda la familia se reunía en la estación de ferrocarril para despedirse
de Paco –su madre, la Condesa de Paula, sus hermanos menores Abe-
lardo y Diego, y sus hermanas María, Antonia, Luisa, Pepa y la menor,
Adela–. Estaba a punto de embarcar el expreso para Barcelona y de
allí, tomar el barco para las Islas Filipinas. La hermana favorita, Adela,
estuvo en lágrimas.
–Te voy a echar de menos.
–Vuelvo en dos años. Pasará pronto el tiempo. Te voy a traer una
de esas graciosas mantillas de Manila –le abrazó a su hermanita.
146 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Sus hermanos Diego y Abelardo le abrazaron y le despidieron.


–Buena suerte, Paco.
Sus hermanas le besaron y les dijo: –Nos veremos pronto, muy
pronto, os lo aseguro.
Su querida madre, con una triste sonrisa en su cara, beso a su hijo.
Sintió su cálido beso en la mejilla. Le abrazó. No sabía el joven Paco
que ésta iba a ser la última vez que le besaba su madre.
–Ten cuidao, hijo, ¡y váyate con Dios!
–Gracias mama. Nos veremos en dos años.
El viaje a Barcelona fue nostálgico. Paco miraba afuera, desde su
asiento en el tren, a las flores de los naranjales sonriendo al sol cálido
de Andalucía. Se acordó de su niñez en la hacienda. Su pequeño caballo
Rocinante, su burro Sancho Panza que le fastidiaba siempre porque
tenía su propio genio… la dulce fragancia de la miel que las abejas co-
sechaban de los naranjales, y en el otoño, recogiendo las dulces y ver-
des naranjas de los árboles, su mamá haciendo mermelada de las cás-
caras secas, y él tomando su café con la dulce crema de la leche de las
cabras, pan tostado con la mermelada de naranja.
Ya era el verano de 1884. Las colonias de Latinoamérica y Filipi-
nas estaban intranquilas; muchas colonias en Hispanoamérica ya han
obtenido su independencia después de luchar en sangrientas revolucio-
nes. Muy pocos se quedaron bajo el dominio español. Las Islas Filipi-
nas era una de ellas. Pero ya se notaba la intranquilidad política en Fi-
lipinas; el pueblo filipino clamaba por su independencia. Los frailes
con sus abusos daban a España una mala reputación. Los frailes espa-
ñoles abusaban sus poderes eclesiásticos, aprovechando, por medio de
sus terrenos, el control de la política y economía filipina, todo en nom-
bre de la cristiandad. Los ilustrados filipinos empezaban su propaganda
contra los frailes y, consecuentemente, contra España. Este movimiento
intelectual resultó después en la revolución filipina contra España que
estalló en 1896.
Francisco de Paula iba a un país en tumulto; un país donde la ma-
yoría del pueblo eran anti-españoles. A la vez que España perdía poco
a poco sus colonias, un nuevo poder económico y político surgía, los
Estados Unidos de América, los norteamericanos. Este nuevo imperio
dominará el mundo muy pronto, pensaba el joven de Paula.
–Es el destino –pensó el joven. La mar de veces se sentaba en el
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 147

último banco de la iglesia y en vez de contemplar en el sermón del pá-


rroco de Ronda, rezaba directamente al crucifijo encima del altar y su-
surraba “Tu voluntad no la mía”. Encontraba difícil creer que era ne-
cesario confesar los pecados a un cura, como lo creían todos,
dependiendo del cura como de un psicólogo-confesor. Le era difícil
creer en el sacramento de la penitencia. Para él, la confesión era un
tipo de chismes, un instrumento de manipulación de los curas. De esta
manera fue un tipo de rebelde, un verdadero “protestante” que no creía
necesario pedir perdón por sus pecados por medio de un intermediario,
o sea, el cura en un confesionario. Para él, era más natural, más puro
comunicar directamente al Todopoderoso.
–Destino –pensó otra vez. Estaba en camino a una de las colonias.
Una sensación de esperanza surgió dentro de su alma200.

2. EDMUNDO FAROLN ROMERO

EL DIARIO DE FRANKIE AGUINALDO


[2010]
[fragmento inédito]

Decidí no abandonar mis esperanzas. Ahora tenía un objetivo. El


tiempo no importaba. Que vengan las cosas primero. La voz de mi con-
ciencia me hablaba:
Muerde la realidad, aférrala, domínala. Decide tu situación.
Debes probar la amargura y hacerla dulce. No existen ni el destino ni
la predestinación. Decide lo que quieres ser y hacer en tu vida. Ningún
dios te dirá lo que debes hacer. Sé libre, respira la libertad absoluta.
Tienes derecho porque eres humano, y los humanos pueden hacer lo
que ellos quieren hacer. Endurece tu personalidad. Nada de sentimen-
talismos insensatos. Basta ya de indecisiones. Siente la angustia, pero
sin la desesperación. Basta ya de idealismos. Hay que confrontar los
hechos innegables de la vida. Nada de sueños ni de flotar en los cielos,
viviendo en casa cómoda. Conténtate con una pensión barata de 50
pesetas al día sin agua caliente. Aliméntate con comida barata. Olví-

200
Cuentos Hispanofilipinos, Quezon City, Central Books, 2009, pp. 12-18.
148 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

date de la vida burguesa. Todo ahora será duro y apretado. Debes co-
menzar ahora porque, si no, nunca aprenderás. Escribe con determi-
nación. No más castillos en el aire. Enfócate en objetivos precisos: es-
forzarte en tus estudios, aprobar los cursos en la universidad; el
estudio es el centro de tus tareas; llena el vacío y el estupor de tu si-
tuación moribunda con los hechos innegables de la vida. Con esto se
contesta el desafío.

16

–Es un capítulo cerrado –Bing continuó–. Eso fue mi vida enton-


ces. He vivido bastante. Así que el capítulo ha terminado.
–Debo escribir un libro y llamarlo Perdido. ¿Te gusta el título?
–Sí, creo que sí. Escríbelo, pues.
A la mañana siguiente me desperté sobresaltado por un sueño
negro. Desperté desesperado, y no sentía esperanza… Pero Dios…
Dios no me abandonaría, pensaba. Pero eso no fue suficiente. Uno de-
cide, pero es Dios quien debe confirmarlo. Así que tuve que decidir.
Pero todavía no podía. Sentía que se me había robado la independencia.
Sentía amargura de vida, pero tenía que seguir viviendo a pesar de la
náusea. Mi indecisión se debía a un humillante andar a tientas buscando
una esperanza desconocida. Suspiré. Un suspiro sencillo y me dije sim-
plemente: “Se acabó.” Y después: “¡Así es la vida!” Y entonces sentí
una desazonadora tristeza201.

201
Fragmento de los capítulos 15 y 16 de la novela inédita cuyo texto completo
mecanografiado se encuentra en proceso de edición.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 149

3. PAULINA CONSTANCIA

EL CHINO ASISTE A UNA MISA CATŁLICA


[2007]

1
Hace muchos años en el pueblo de Carcar en el sur de Cebú vivía
un chino, Chan Kuai Le, cuyo nombre significa “felicidad”. Mientras
crecía Kuai Le, era el blanco de todas las bromas, debido a su acento
muy fuerte. Sus condiscípulos lo llamaron intsik yungit. Tenía pocos
buenos amigos, pero nunca pasaba tiempo con ellos después de las cla-
ses. Lo obligaban a volver en seguida a su casa para ayudar a sus padres
en el negocio. Eran muy trabajadores y hasta los fines de semana se
los dedicaban al negocio. Kuai Le tenía un buen corazón y era muy tra-
bajador. Nunca decía mentiras ni hacía daño a nadie. Naturalmente,
debido a estas cualidades, la gente le tenía confianza.

2
A los 24 años, Kuai Le ya había aprendido todo lo que tenía que
aprender acerca del negocio de copra. Sus padres le prometieron que
tan pronto como encontrara una mujer adecuada para ser su esposa, le
darían rienda suelta en el próspero negocio de copras de la familia.
Pero esto era una tarea muy pesada para él porque trabajaba toda la se-
mana y no tenía la oportunidad de conocer chicas. Un domingo, Kuai
Le decidió dar una vuelta alrededor de la Catedral de Santa Catalina
(la patrona del pueblo) y allí, vio a la mujer más guapa que había visto
en toda su vida. Se quedó mirándola boquiabierto. Estaba casi parali-
zado con esta visión de belleza, la brisa calurosa acariciando su her-
moso cabello castaño y el sol besando sus finos rasgos de su faz mes-
tiza. En aquel momento, Kuai Lai tenía la certeza de que un día ganaría
su corazón. La siguió hasta su casa y descubrió que vivía en una her-
mosa mansión en la calle mayor cuesta abajo de la catedral.

3
El nombre de la joven mestiza era María Carmen, o “Maricar”,
hija única de Don Luis Miguel y Doña Mariquita Zaragoza. Maricar,
150 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

igual que Kuai Le, tenía también 24 años. En esa época, era extraño
para una chica hermosa como ella estar todavía soltera a su edad. Según
los carcareños, Maricar tenía sólo un año para salvarse de la maldición
de quedarse soltera para siempre. Sus padres empezaban a preocuparse.
Querían que se casara con un caballero de descendencia española, pero
no había ningún candidato adecuado. Los hijos de don Guillermo Fer-
nández sólo tenían 8 y 10 años y Jave, el único hijo de don Tiburcio
García, un solterón de 50 años, era un borrachín. Maricar era una sol-
tera muy diferente a las otras solteras de su edad. A ella no le interesaba
casarse. Su gran interés era cocinar y pasaba mucho tiempo en la cocina
con su yaya, Catalina, su Yaya Talí, que la cuidaba desde que nació.
Yaya Talí era baja, morena, gordita, de pelo rizado y no se parecía en
nada a la delgada y blanquita Maricar que además tenía rasgos finos.
No obstante, la quería como si fuera su propia madre. Yaya Talí enseñó
a Maricar en muchas cosas, pero dos de las más importantes fueron:
primero, nunca juzgar a ninguna persona por su apariencia y dinero,
sino por la bondad y la pureza de su corazón y segundo, cómo cocinar
platos muy apetitosos.

4
Cada domingo, después de asistir a la misa de las nueve de la
mañana, Maricar y Yaya Talí iban directamente a la cocina donde pre-
paraban una gran tanda de bam-i. Después visitaban a los huérfanos
en un orfanato en el pueblo para compartir el almuerzo. Si pudiera
hacer su propia voluntad, Maricar habría entrado al convento después
de sus estudios secundarios para poder dedicar toda su vida a cuidar
a los huérfanos y a los niños abandonados de Carcar. Pero Maricar era
una hija obediente y siempre hacía todo lo posible para complacer a
sus padres. Ciertamente, ella era el orgullo y la alegría de sus padres
y no era del tipo de muchacha que se aventuraba en cosas que disgus-
tarían a sus padres, en particular a su padre. Para don Luis Miguel, si
Maricar hubiera entrado al convento o si se quedara soltera sería una
gran decepción. La gente de ascendencia española se enorgullecía con
pasar la herencia material y cultural a sus nietos porque les daba pres-
tigio en la sociedad. Don Luis quería que sus nietos disfrutaran de este
prestigio.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 151

5
Un día de sol en el mes de mayo, cuando las flores de bumbil y
kalachuchi suelen florecer, alguien tocó la puerta de la casa de los Za-
ragoza. Fue Kuai Le con su mejor y único barong. Yaya Talí fue de
prisa a la puerta y preguntó:
“¿Quién es?”
Kuai Le contestó: “Alguien que quiere conocer a la chica bella
que vive en esta casa y quien asiste a la misa en la Catedral de Santa
Catalina.”
“Hmmmm pienso que Ud. se refiere a mí. Soy guapa, soltera,
asisto a la misa en la catedral y sí soy eternamente joven”.
Yaya Talí abrió la puerta y apareció una mujer en sus sesenta pri-
maveras. Los dos se pusieron a reír. Pero Kuai Le reconoció que ésta
era la chaperona de Maricar a la cual había visto la primera vez que
vio a Maricar. En ese instante, supo que ésta era la persona con quien
tenía que hacer amistad para acercarse a la mujer de sus sueños.

6
Durante un período de dos semanas, Kuai Le paseaba por la casa
de los Zaragoza para ver a Yaya Talí y regalarle unos ampao y buka-
rilyo. Estos dos son manjares locales de Carcar. Durante estas visitas,
Yaya Talí conoció a Kuai Le y ella sabía las intenciones del muchacho:
ganar el corazón de Maricar. Yaya Talí se fijó en la sinceridad y ama-
bilidad de Kuai Le; además, el joven tenía un buen sentido del humor.
Yaya Talí había trabajado para los Zaragoza por muchos años y tenía
buen ojo para la gente ya que había conocido a tantas personas de todo
tipo que habían pasado por la casa de los Zaragoza. Por ser la chape-
rona constante de Maricar, Yaya Talí era la persona capaz de reconocer
al muchacho que podría ser un buen compañero para la señorita. Un
día Yaya Talí decidió hablar con Maricar acerca del chino Kuai Le y le
rogó a Maricar que le diera al joven el permiso de visitarla. Maricar
accedió a que la visitara una tarde después del medio día cuando la ma-
yoría de la gente en Carcar tomaba la siesta. A esa hora de la tarde tam-
bién sus padres estaban visitando a su Tío Julio en el vecino pueblo de
Sibonga. Maricar, consciente de que sus padres no aprobarían preten-
dientes no españoles, sabía que ésa era la única manera de darle al
chino la oportunidad de visitarla.
152 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

7
Kuai Le apareció de nuevo llevando puesto su mejor conjunto–su
barong almidonado y sus pantalones negros bien planchados. Su traje
era casi nuevo porque lo había usado sólo una vez cuando terminó sus
estudios secundarios. Yaya Talí le dio al joven la bienvenida, deseán-
dole suerte y después, le condujo al salón. Yaya Talí le informó a Ma-
ricar de la llegada de su visita. En seguida, la mujer de sus sueños apa-
reció frente a sus ojos como un ángel. „Buenas taldes, señolita‰, saludó
el joven nerviosamente a Maricar. A Maricar no le molestaba el acento
de Kuai Le. Por el contrario ella se divertía escuchándole hablar. Al
principio estaban ambos tímidos pero pronto, con la ayuda de la Yaya
que estaba cerca para ayudarles, empezaron a charlar. Dentro de poco,
hablaban de cualquier cosa y se reían de las tonterías de sus cuentos.
Se pusieron de acuerdo para encontrarse nuevamente a la misma hora
la semana entrante. Esta visita semanal continuó por dos meses. Mari-
car y Kuai Le pronto se enamoraron y él expresó su intención de pedir
la mano de Maricar en matrimonio. Pero había un problema: necesitaba
el permiso de los padres de Maricar para casarse con ella. No ser espa-
ñol ya era un punto en contra de él. Sin embargo, no ser católico sig-
nificaba no tener ninguna posibilidad. Maricar pensó que sería prudente
que Kuai Le se volviera católico. Pero primero, tenía que hacer una
tarea: asistir a misa en la Catedral de Santa Catalina y ver a Maricar
después para contarle en detalle su experiencia.

8
La descripción de Kuai Le acerca de su experiencia fue la si-
guiente:
(Ten presente que Kuai Le siempre pronunció una L en vez de
una R)

Decidí asistir a la misa a las siete de la mañana. Llegué a la


puerta de la catedral a las seis y veinticinco. Las puertas estaban ce-
rradas, por eso toqué la puerta. Dos sacerdotes pequeños vinieron para
abrir las puertas grandes de narra. Me dejaron entrar y me pidieron
que me sentara. La catedral estaba vacía así que me senté en cualquier
parte. Esperé y esperé hasta que la catedral se llenó de gente. Luego,
los sacerdotes pequeños reaparecieron, tocando las campanillas. De-
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 153

trás había un gran sacerdote que fue directamente a una mesa en el


centro donde había un gran libro. Abrió el libro, buscando algo. Des-
pués levantó las manos, miró hacia arriba y yo pienso que él dijo:„
No lo encontré‰. Otra vez miró el libro, levantó las manos, y dijo „Lo
busqué pero no lo encontré‰. Él repitió este proceso muchas veces más
hasta que se rindió e invitó a la gente a venir al frente y buscar lo
mismo pero tampoco lo encontraron.
Después los pequeños sacerdotes recolectaron dinero. No sé por
qué nos pidieron dinero, pero yo imité a los otros y les di unas mone-
ditas sueltas. Luego, el sacerdote grande abrió un armarito detrás de
la mesa, allí encontró algo y lo mostró a todos nosotros. Pienso que
eso era lo que él buscaba. No estaba en el libro, estaba escondido den-
tro del armarito. Lo mostró a la gente y ellos inclinaron la cabeza y
dijeron: „Ah, por fin, el sacerdote encontró lo que buscaba‰. Luego,
lo partió y lo comió. Y después volvió al armarito y encontró más co-
mida. Ahora la compartió con toda la gente en la catedral. Las mujeres
en vestidos y velos negros corrieron para adelante de prisa. Me di
cuenta „primero en llegar, primero en ser servido‰. Cuando ellas
estaban frente al gran sacerdote, cerraban los ojos, sacaban la lengua
y recibían la comida. El sacerdote pequeño estaba de pie al lado del
sacerdote grande agarrando una herramienta, listo para coger alguna
comida que cayera.
Y porque yo también pagué, fui a adelante para comer. Tenía
mucha hambre porque tomé sólo un cafecito antes de ir a la iglesia.
Cuando fue mi turno, cerré los ojos, saque la lengua, como todos lo
habían hecho antes. Después de servir la merienda, el gran sacerdote
nos preguntó, „œEstán llenos? y la gente le contestó,‰ Sí, ya estamos‰.
Y el gran sacerdote dijo: „Ya pueden volver a casa‰. La gente le con-
testo „Vale, nos vamos‰ y poco a poco todos salieron. Cuando yo es-
taba a punto de salir, me di cuenta que las mujeres vestidas de negro
se quedaron arrodilladas y murmurando. Tuve curiosidad y por eso
me quedé para observarlas. Vi que agarraban una sarta y al mover los
dedos de un abalorio a otro, murmuraban, Santa María y después di-
jeron „lo mismo, lo mismo, lo mismo, una y otra vez, y otra vez más‰.
Como ya había oído bastante y como también tenía hambre, decidí vol-
ver a casa.
154 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

9
„Bueno, mi amol, fui a la iglesia como tú me lo pediste. œYa soy
católico? Cásate conmigo pol favol. Asistilé a la misa. Repetilé yo
ÂSanta MalíaÊ un millón de veces si tu quiele. Cásate conmigo, Malical,
mi amol y te halé la mujel más feliz en Calcal‰. Maricar se sintió muy
conmovida por la inocencia y sinceridad de Kuai Le. Había algo muy
entrañable en su personalidad igual que la de los niños del orfanato.
Sin vacilación, Maricar le dijo “¡Sí!”. Él no esperaba esta respuesta.
En aquella época, los padres tenían la última palabra. Pero Maricar le
dijo a Kuai Le que hablara a sus padres. Ella habló con su mamá y doña
Mariquita al ver a su hija muy feliz y entusiasmada, le prometió que
trataría de convencer a su padre.
Le rogó a su esposo que tuviera la mente abierta porque al fin y
al cabo, los dos tampoco eran españoles puros. Ambos eran mestizos
porque sus padres españoles se casaron con mujeres indígenas. “De-
bemos darle una oportunidad al chino”, le comentó Doña Mariquita.
Después de un período de silencio, Don Luis aceptó conocer al chino
y considerar su propuesta.

10
En el aire se respiraba una bienvenida calurosa cuando Kuai Le
llegó con sus padres al hogar de los Zaragoza. Yaya Talí preparó la casa
llenando unos jarrones de kalachuchi, bumbil y las muy perfumadas
ilang-ilang. Quizás fue el suntuoso festín que preparó Yaya Talí, o el
dulce perfume de las ilang-ilang, o quizás la conversación que Don
Luis tuvo con su esposa la noche anterior, pero el pamalay fue exitoso
sin problema alguno. Los Chan y los Zaragoza acordaron el matrimo-
nio de sus hijos. La fecha fue elegida. La única condición era que Kuai
Le se bautizara como católico antes de la boda.

11
Kuai Le y Maricar se casaron en el día de los santos inocentes, el
28 de diciembre, una fecha que Maricar eligió por muchas razones per-
sonales. Quizás porque amaba y rescataba a muchos inocentes, uno de
ellos, ya sabemos quien. La catedral rebosaba de familia, amigos y chis-
mosos. Como era de esperarse, había muchos chismes con relación a
este curioso matrimonio. No obstante, mientras progresaba la ceremo-
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 155

nia, no había nadie que no se sintiera conmovido por el espíritu de amor


verdadero con que se llenó la catedral. Cuando todos salieron de la igle-
sia y los invitados de los recién casados fueron a la mansión de los Za-
ragoza para el banquete de bodas, los sacerdotes pequeños cerraron las
grandes puertas de narra de la Catedral de Santa Catalina. Desde enton-
ces, existe un ambiente nuevo y abierto en el pueblito de Carcar202.

4. GUILLERMO GŁMEZ RIVERA

TENIENTE GUIMł,
EL BRUJO REVOLUCIONARIO DE YLO-ILO
[2010]
[dos fragmentos inéditos]

Érase uno de esos amaneceres placenteros de septiembre de los


años treinta. Eran las seis de la mañana y era el doce, día del dulce
nombre de María. Una joven señora, Lourdes Rivera y Celo, de unos
veintiséis años de edad, estaba dando a luz a un niño con la ayuda del
médico más respetado de la Ciudad de Yloilo, el Dr. Mariano Arroyo
y Lácson. Se encontraba en la sala de operaciones quirúrgicas y de par-
tos del viejo Hospital de San Pablo que da a la prestigiosa Calle de
Juan Luna de Yloilo.
Fuera de dicha sala de partos estaba esperando un señor de edad,
alto, muy digno en su vestir, de piel clara por ser uno de los criollos de
español e indígena que abundaban en la provincia, provincia que tam-
bién se llama Yloilo. Estaba algo preocupado. Era el padre de Lourdes,
la señora que estaba dando a luz. Se llamaba José Rivera Cepeda
Franco. Para calmarse, trataba de fijar el pensamiento en la geografía
de Visayas intentando recrearse en el hecho de que Yloilo, cabecera de
la provincia de igual nombre, estaba ubicada en la rica Isla de Panay,
una de las grandes del grupo de islas denominadas las Visayas. En la
citada Isla de Panay, Yloilo se encontraba en histórica compañía de dos
otras provincias, Cápiz y Antique.
Don José se sonreía ampliamente cuando oyó los fuertes gritos

202
Cuentos Hispanofilipinos, Quezon City, Central Books, 2009, pp. 90-102.
156 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

del recién nacido. Ya era abuelo. Era su primer nieto. Pero Don José
repentinamente dejó de sonreírse. Su rostro registró una extrañeza ex-
traordinaria. No podía creer lo que le sucedía. Pues, tras cesar los gritos
del recién nacido,le pareció oír al mismo bebé, a su nieto,hablándole
telepáticamente al oído. Se le erizaron los vellos y se le agrandaron los
ojos. No podía creer lo que oía. ¿Cómo puede hablarle telepáticamente
un recién nacido? Pero le seguía hablando su nieto. Perplejo, Don José
decidió calmarse a sí mismo. Se puso quieto en su asiento y se resignó
a escuchar lo que el bebé iba diciéndole. Atendió serenamente.
[…]
Pretexto de una democracia corrompida, por falsa, el invasor an-
glosajón logrará establecer un gobierno colonial mediante presidentes,
jueces y legisladores filipinos a quienes controlará económica y mili-
tarmente. Ya no habrá norteamericanos usenses en las islas pero estarán
sus esbirros, sus esclavos, los políticos filipinos del futuro que ya ha-
blarán en inglés y con las mentes entorpecidas. Y mediante la manipu-
lación de las divisas y la moneda filipina, el control de sus productos
agrícolas e industriales, el alto costo de servicios que dicen ser públicos,
como la electricidad, la electricidad sobre todo, la distribución del agua
potable, el precio de las medicinas, el alimento en general y todas las
necesidades fundamentales que cualquier hombre necesita para vivir y
sobrevivir, tendrán efectivamente esclavizados al noventa y cinco por
ciento de los filipinos. Su única salvación, aunque sólo fuese en parte
pero ya sería un buen comienzo, ha de depender de su rechazo del uso
oficial del idioma inglés. Todos tendrían que oficializar el idioma tagalo
tras perder el español y, a la vez, quitarse de encima el uso impuesto del
idioma inglés. Es entonces cuando el pueblo filipino empezará a pensar
por su cuenta. Y ese pensamiento independiente y soberano se culminará
al final con una recuperación del idioma español.
–Es la profecía de 1840 que se irá cumpliendo –comentó Doña
Rosa, que seguidamente se puso a llorar. Lourdes se mantenía callada.
[…]
En aquel mismo momento, Labao Dunggón sentía que san Miguel
Arcángel se apoderaba de su ser y extendía la mano para bendecirle a
Felipe203.
203Fragmentos inicial y final de la novela inédita cuyo texto completo mecano-
grafiado ha tenido a bien facilitarnos el autor.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 157

C. TEATRO

1. GUILLERMO GŁMEZ RIVERA

EL CASERŁN
[(1978) 2008]
[Acto primero. Escena primera]

RODRIGO: Adelaida…
ADELAIDA: (Algo sarcástica) ¿Si, Rodrigo…?
RODRIGO: ¿Cuándo dejarás de ignorarme?
ADELAIDA: (Fingiendo sorpresa.) ¿Ignorarte?
RODRIGO: Han pasado años, Adelaida. Sigo queriéndote. ¿Cuando serás
mi esposa?
ADELAIDA: Jamás te hice promesas en el pasado. Por el contrario siem-
pre te estuve diciendo que mi corazón ya está entregado a un amor
con miras más altas que las del matrimonio. (Se sienta en el
banco.)
RODRIGO: (Sentándose a su lado. Ella, alejándose.) ¿Es que es un voto
de castidad eso?
ADELAIDA: (Sonriéndose.) Casi. El carácter, quizá, algo fuerte, que he-
redé de mis mayores se impone sobre todo: amor a un esposo; mi
misma vida y mi misma muerte.
RODRIGO: Sigues siendo la romántica de siempre. Romántica; pero sin
un amor que alimente tu corazón.
ADELAIDA: Mi corazón se alimenta mejor con el ideal de la poesía
épica. La que solivianta en mí los ánimos étnicos; el amor propio,
la sensibilidad nacionalista, filipinista.
RODRIGO: (Acercándose a ella.) ¿Qué ideal poético podría ser más
épico que el amor entre dos seres como lo somos tú y yo?
ADELAIDA: (Levantándose del banco.) Lo que es ideal épico para ti, es
poesía débil para mí. Tu ideal poético me acobardaría. Nuestra
patria necesita de amores, de poesías, que rediman.
RODRIGO: (Volviéndose sarcástico también.) ¿Es que tú te crees la re-
encarnación de la patria?
ADELAIDA: (Burlona.) Sola y libre, soy verbo que redime. Casada y do-
mesticada, sería mariposa clavada en una obscura pared.
158 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

RODRIGO: (Levantándose casi irritado.) ¡Es incomprensible cómo una


mujer, sana y fuerte como tú, no desee ni amor, ni matrimonio,
ni un modesto hogar!
ADELAIDA: (Seria.) La misión que heredé de mis mayores reclama cada
minuto de mi vida.
RODRIGO: Y, ¿qué misión puede tener una mujer que la de ser madre y
colaboradora del hombre?
ADELAIDA: (Burlona otra vez.) Como ves, no todas las mujeres están
destinadas a ser madres o esposas. Soy la última de los Guevara.
Fuera de dos ancianos tíos, nadie de los de la nueva generación
de los Guevara continúa la cultura que nos hizo, y nos hace, fili-
pinos.
RODRIGO: (Acercándose a ella. Casi suplicante.) No… tú, Adelaida,
no eres la última de los Guevara. Ahí están tus hermanos, Teófilo
y Ataulfo. Cada uno tiene prole a quienes legar el honroso ape-
llido. Despiértate y vente conmigo a la realidad. Mi amor te hará
feliz.
ADELAIDA: (Serena pero sonriente.) ¿No crees que ya es algo tarde
para mí pensar en el matrimonio?
RODRIGO: (Acercándose más a ella.) Para el amor y la felicidad nunca
es tarde. Son esas ideas tuyas las que te alejan de mí.
ADELAIDA: (Evasiva pero sonriente aún.) Es verdad que tengo dos her-
manos, pero se creen con derecho de vender la casa solariega de
nuestros antepasados y dejar en la calle a nuestros dos tíos y todo
lo que representan.
RODRIGO: Si hay buen precio, se les puede dar algo a vuestros tíos.
ADELAIDA: Pero eso no es todo. Lo quieren vender a un norteameri-
cano, o a un chino. Y ambos piensan hacer de este recuerdo santo
de nuestros padres y abuelos un vulgar cabaret de bailarinas, un
casino de juegos prohibidos para tahúres y otros tipos viciosos.
RODRIGO: Los tiempos han cambiado y, con él, muchos valores huma-
nos. Vended de una vez esta casa al mejor postor y así te vienes
a vivir conmigo como ama y señora de mi hogar. Y, contigo, que
también vengan tus tíos.
ADELAIDA: (Sonriente.) Agradezco tu oferta. Pero, esta casa solariega,
sus reliquias y sus recuerdos, todo su simbolismo, no tiene su con-
trapeso en oro. Es toda nuestra vida, todo nuestro origen y todo
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 159

nuestro ser. Y, mis hermanos, los desgraciados, están dispuestos


a pisotearlo todo por unos misérrimos pesos.
RODRIGO: (También sonriente.) Esas cosas intangibles ya no sirven en
estos días.
ADELAIDA: (Casi burlona) Teniendo en cuenta tu pericia en el negocio,
en lo material, comprendo lo remoto que es para ti, digamos, la
poesía.
RODRIGO: La literatura está bien para los que quieran distraerse un
poco.

[Acto tercero. Escena tercera]

ATAULFO: (Mirando a todos con desafío. Sarcástico.) Lo siento mucho


señores. Pero como no me cubran el pagaré presento mañana
mismo una querella por estafa de sesenta mil pesos. La única sa-
lida es vender esta casa con todos sus muebles… (Otro murmullo
se levanta de los visitas con frases como „Pero, œhas visto?‰,
„–Increíble!‰, „œA donde hemos llegado con esto del inglés-ma-
guish?‰, „œY esto es modernidad?‰, „–Todo está al revés!‰)
DOÑA LUZ: (Casi gimiendo.) ¡Dios mío! ¿Cómo puedes tener la desfa-
chatez de vender la casa solariega donde nacieron nuestros padres,
abuelos y bisabuelos; donde naciste tú, donde nacimos todos nos-
otros?
DON JOSÉ: (Enérgico.) ¡Está perdido el chico! ¡Se le da ahora por re-
petir la faena de Judas contra Jesucristo. Y, ¡con un chantaje por
añadidura!
ATAULFO: (Volviéndose al abogado Valdés y a Teófilo.) ¿Veis cómo de
divertidas son las comedias en esta gran casa?
TEÓFILO Y EL ABOGADO VALDÉS: (Se ríen a carcajadas.) ¡Ja, ja, ja! De
verdad que es divertida…! ¡Ja, ja, ja! (Pero un rumor más fuerte
aún se levanta esta vez de los visitas con frases de „–Qué desver-
güenza!‰, „–Qué descaro!‰, y „–Qué poco decoro!‰)
ADELAIDA: (Ya iracunda.) ¿Por qué ese empeño de desprenderse de esta
casa? Tú, Ataulfo, no necesitas dinero. Estás bien colocado en una
empresa rica como la San Miguel. ¡Ganas miles al mes!
DON JOSÉ: (Burlón.) Pero hija, ¿no ves que tu gran hermano quiere ven-
160 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

der esta casa para deshacerse de recuerdos, que por limpios, le


atormentan la conciencia? Pues tormento tiene que ser un pasado,
un origen, limpio por honrado, disciplinado y elegante cuando se
vive un presente en el más abyecto abandono. Amigachos aquí
por eso de hablar inglés. Babaes allá. El juego hoy. La botella ma-
ñana. Naturalmente todo eso cuesta dinero. Y mucho dinero, por
mucho que sea, resulta poco cuando se tiene todo eso además de
un familión de diez hijos que sostener.
TEÓFILO: ¡Pero tío! ¡Nuestras familias van agrandándose! No es sólo
la necesidad de Ataulfo. Yo también necesito de bases más sólidas
en la vida.
DOÑA LUZ: (Reprochando.) ¡Tú eres otro caso perdido! ¡Eres otro que
no sabe vivir con moderación y frugalidad! El nuevo invasor
quiere que nuestra juventud se envicie para que gastemos todos
el poco dinero que nos ahorramos. Nos quieren quitar ese dinero
mediante el vicio que os imponen a vosotros. No queréis la cultura
limpia que tenemos. Ahora queréis la prostitución de todas vues-
tras costumbres…
ATAULFO: (Alzando la voz.) ¡Aquí se habla por hablar! ¡Aquí todo es
mentira! ¡Todo es forma! ¡Todo es superficial! ¡Todos son repri-
midos! ¡Hipócritas!
DON JOSÉ: (Trémulo.) ¡Con que mentira, superficial, reprimidos e hi-
pócritas, eh¡ ¡Eso lo dices porque te has vuelto amoral! ¡Eso lo
dices porque no eres capaz de controlarte las pasiones! ¡Eso lo
dices porque te educaron a desentenderte de lo que es moderación,
frugalidad y decencia! ¡Quieres tirar la casa por la ventana y al
cuerno con todo mañana! ¡Los de nuestra generación también te-
nemos pasiones pero hemos sido educados a controlarlas y de esa
forma ser gente frugal y moderada con nuestras economías! Ser
gente responsable en otras palabras. Ustedes habéis sido educa-
dos, y en tan pocos años a ser irresponsables y a dar rienda suelta
a vuestros vicios, vuestras pasiones… ¡Y dar rienda suelta a las
pasiones y a los vicios ha de costar mucho dinero! Por eso queréis
vendernos la casa y todos los tesoros y recuerdos que contiene.
ATAULFO: (Alzando la voz.) ¡Si voto por vender esta casa es para ayudar
a mis hermanos Teófilo e Inés que también tienen derecho de dis-
frutar de la vida!
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 161

DON JOSÉ: Se puede disfrutar de la vida de forma frugal, moderada y


culta deshaciéndose de los nuevos vicios que nos hacen gastar
mucho dinero. Para hipócritamente decir que somos modernos,
queremos comprar los nuevos productos que el nuevo invasor nos
introduce. No digo que todos sean malos, pero podernos seguir
viviendo sin esos nuevos productos como lo son esos coches fla-
mantes que nos hacen comprar para luego hacernos gastar mucho
dinero en reparaciones y gasolina. Esta ciudad es pequeña y siem-
pre hemos ido de un lado a otro en calesa o andando. También
siempre hemos vivido sin esas nuevas gaseosas y vinos porque
nos contentamos con nuestros vinos de mesa y nuestras usuales
viandas que, por cierto, no son cuatro platitos de color. Y no ne-
cesitamos imitar su manera de vestir que es costosa por la que hay
que pagar muchos impuestos y aduana…
ADELAIDA: No le incluyas a Inés. Hablé con ella tan solamente ayer y
tampoco está de acuerdo con tu plan de vender esta casa.
ATAULFO: (Gesticulando con las manos.) ¿Para qué tener un caserón
lleno de cosas pasadas? ¿Para que unos viejos amargados se reú-
nan aquí para maldecir del presente? ¡Vivan el presente! ¡El pa-
sado es inútil! ¡Acepten la realidad!
DON JOSÉ: (Burlón aún.) ¿Qué nueva realidad? ¿La que a cada movi-
miento tengamos que pagar y pagar hasta arruinarnos económi-
camente? ¿La que tiene en la esclavitud económica a jóvenes fi-
lipinos como ustedes? ¿La “nueva cultura en inglés” que nos
persigue hasta en la libertad de pensar como filipinos libres de las
trampas económicas y políticas que nos tienen echados sobre
nuestras cabezas y bolsillos? Tan solamente unos incautos van a
aceptar una realidad que luego les arruine tanto económica como
culturalmente.
DOÑA LUZ: ¿Quieres obligarnos a aceptar todos estos atropellos cultu-
rales, lingüísticos y económicos con tal que nos den por limosna
algunas migajas de la riqueza robada de pueblos como el nuestro?
Los nuevos invasores no están aquí para predicarnos el evangelio.
¡Están aquí para explotarnos económicamente! ¿Y tú quieres que
nos dejemos todos engañar aceptando todo este pillaje?
DON JOSÉ: ¡Natural que lo acepta por despistado! ¿No ves que hasta lo
defiende? El nuevo orden de cosas les permite organizar todo un
162 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

bacanal con tal de que se les dé el dinero que nos hemos ahorrado
con años de duro trabajo de generación en generación desde la
época del gobierno español.
ATAULFO: (Furioso.) ¡Bueno! ¡A mí ya no me pierden el tiempo! ¡El abo-
gado Valdés traerá la demanda mañana mismo! ¡Nuestros padres
ya murieron y ya es hora que nosotros, sus hijos, heredemos algo!204

2. EDMUNDO FAROLN ROMERO

GENERAL¸SIMO EMILIO AGUINALDO


[2002]

Aguinaldo ahora se levanta solo en el balcón, las luces del auditorio


y la música empiezan a disminuir junto con el festejo. Cuando todo es
silencio, solo a Aguinaldo se enfoca en el centro del balcón. Los otros
actores hacen MUTIS. Los espectadores y actores en el auditorio toman
sus asientos. Cuando todos están sentados y las luces en el auditorio
se apagan, Aguinaldo, solo, con un foco especial iluminando su pre-
sencia, dirige las siguientes palabras, con su normal modestia,
tono tranquilo, pero con mucha deliberación.

ESCENA 3

La escena traslada a otra parte del escenario. Aquí vemos al joven


Aguinaldo, 29 años, recibiendo los honores de un Generalísimo abordo
el OLYMPIA. El Almirante Dewey, 62 años, le saluda junto con una sec-
ción de los guardias marinas de honor. Después de las ceremonias,
los dos se sientan y hablan.

AGUINALDO: ¿Es verdad que envió Vd. todos esos telegramas al Cónsul
Pratt en Singapore, asegurando la Independencia Filipina bajo la
protección naval de los Estados Unidos?

204 Guillermo Gómez Rivera, El Caserón (La fortaleza escondida). Comedia Fi-

lipina en tres Actos. Versión aumentada y corregida por el autor de la original publi-
cada en 1978. Edición crítica de Isaac Donoso Jiménez, 2008: <www.filipiniana.net>
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 163

DEWEY: Claro que sí. Nuestro propósito de venir a Filipinas es prote-


geros de España. No hay duda ninguna de parte nuestra sobre el
asunto del reconocimiento de la independencia filipina por los Es-
tados Unidos. Todo lo que pedimos es que Vd. convenza y urja a
los filipinos que se levanten contra los españoles y que lo hagan
en una campaña corta y decisiva.
AGUINALDO: (En voz baja y modesta) Los acontecimientos hablarán
por sí mismos. Nuestro problema de momento es material. No te-
nemos bastantes armas.
Todavía estoy esperando el primer envío de armas del Cónsul
Wildman de Hong Kong. No podré comenzar la campaña hasta
que lleguen estas armas.
DEWEY: Tenemos que hacer algo urgente sobre ese asunto. Lo que voy
a hacer para Vd. es enviar un barco en seguida a Hong Kong para
sacar esas armas.
Mientras tanto, utilicen las armas confiscadas de los barcos de
guerra de los españoles, y los 62 fusiles y municiones traídos por
el Petrel de Corregidor.
AGUINALDO: Gracias Almirante. (Pausa. Con un tono tranquilo y mo-
desto, pero con una deliberación aguda y directa) Antes de salir
de Hong Kong, la colonia filipina allí tuvimos una junta donde
discutimos la posibilidad de que, después de la derrota española,
los norteamericanos no reconocerán nuestra independencia, y la
posibilidad también de que sucederá otra guerra, esta vez contra
los norteamericanos. Naturalmente, los norteamericanos nos de-
rrotarán. Hemos sufrido mucho en las batallas contra los españo-
les. Además, fáltanos armas y municiones y claro, los norteame-
ricanos, con sus armas superiores y abundantes municiones, nos
derrotarían fácilmente. Siento mucho por esta franqueza, pero mi
pregunta es ésta: en su opinión, ¿tiene alguna base estas preocu-
paciones nuestras?
DEWEY: (Riendo con urbanidad) Me alegro que sea Vd. franco y abierto
conmigo. Yo creo que los filipinos y los norteamericanos debieran
actuar como amigos y aliados, ¿no cree Vd.? Debemos quitar todo
obstáculo en este camino hacia una alianza mutua, es decir, toda
duda y todas las dificultades. Le aseguro a Vd. que los Estados
Unidos reconocerán la Independencia del pueblo filipino, garan-
164 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

tizado por la palabra de honor de los norteamericanos que vale


mucho más que cualquier acuerdo escrito por los españoles, como
lo que pasó hace poco en el pacto de Biak na Bato.
Además, yo creo que sería menester que la bandera filipina se alzara a
la vez que la de los Estados Unidos para ganar el respeto y la es-
tima de las otras naciones.

ESCENA 14

París. December 10, 1898. Ambas comisiones, española y norteame-


ricana, están listas para firmar el Tratado de París. Agoncillo tiene la
carta de Chandler en su mano. Entra Davis con otros miembros de su
delegación.

AGONCILLO: Senador Davis, soy Felipe Agoncillo representante de Fi-


lipinas. Tengo aquí una carta para Vd. del Senador Chandler.
DAVIS: Ah, sí, sí. Mucho gusto, Sr. Aguisillo. El Presidente McKinley
habló bien de Vd.
AGONCILLO: ¿De veras? Muy agradecido y muy amable del presidente.
Señor, el Senador Chandler me pidió que entregara esta carta a
Vd. en persona. (Le entrega la carta.)
DAVIS: Ah, claro, mi buen amigo Chandler. (Lee la carta) Sr. Aguisillo,
comprendo muy bien sus preocupaciones. Sr. Chandler expresa
sus simpatías. Todo lo que puedo hacer es mencionar esto al co-
misionado para una posible discusión. Es que hay otros temas más
importantes que tenemos que discutir con la delegación española.
Y ahora mismo me están esperando.
AGONCILLO: Un pequeño favor, Senador. ¿Me permite participar en las
discusiones, o a lo menos, observar las charlas?
DAVIS: Voy a ver lo que puedo hacer. Adiós por ahora. (Mutis)

(Las luces se apagan. Se nota la frustración en Agoncillo.)


LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 165

ESCENA 17

(McKinley y Davis hablando por teléfono.)

DAVIS: Sr. Presidente, ¿ha leído la carta de protesta del Sr. Agoncillo?
MCKINLEY: Sí, bastante largo. ¿Qué dicen los españoles?
DAVIS: Ya tienen su dinero. Ya no les importa.
MCKINLEY: Como dice Shakespeare, “What’s done can’t be undone”.
Lo hecho ya no se deshace. Lo importante es que ya le hemos pa-
gado a los españoles, y aceptaron nuestro dinero. Compramos esas
islas con los impuestos pagados por el hombre común estadouni-
dense. Además, como les dije a los metodistas en aquella confe-
rencia, el Todopoderoso me habló en un sueño y me dirigió a apo-
derarse de esas islas, educar a esos chongos para que hablaran la
lengua del cristiano, o sea, el inglés205.

205 Edmundo Farolán Romero, Hexalogía teatral, Sevilla, Moreno Mejías (en
prensa).
166 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

D. ENSAYÍSTICA

1. ANTONIO M. MOLINA

HISTORIA DE FILIPINAS
[1984]

Este es el relato del nacimiento y desarrollo de un pueblo.


Es una saga secular, singular en el entrecruce de influencias.
Ciertamente, los anales de otros pueblos, asimismo, revelan un com-
plejo entramado de factores, tanto indígenas como foráneos, que han
contribuido a su formación. Pero únicamente en el caso filipino ha
sido mayor el impacto y más veloz la asimilación sedimentadora,
dando por resultado un pueblo con una personalidad asaz distinta y
señalada.
Situado geográficamente en el Oriente y habiendo recibido ini-
cialmente su configuración de su entorno asiático, nuestro país, no obs-
tante, destaca hoy como la única nación cristiana y democrática en
aquella parte del globo.
Esta peculiaridad desconcertante merece una explicación.
Es la que se contiene en este libro.
Muchos siglos de influencia oriental nos trajeron a nuestros pri-
meros habitantes y los formaron en comunidades aisladas entre sí,
cuando no en guerra unas contra otras, en un esfuerzo por establecer
una cierta hegemonía. Con este telón de fondo se desliaron luego más
de tres siglos de modelación española y cerca de medio siglo de pre-
sencia norteamericana. A través de estos dos exponentes –España y los
Estados Unidos–, el cristianismo y la cultura occidental han condicio-
nado de tal forma a nuestro pueblo que resulta poco menos que impo-
sible desgajar lo filipino de lo cristiano y lo occidental.
Esta fisonomía histórica y psíquica del filipino constituye su
mayor orgullo y responsabilidad.
En consecuencia, nos incumbe a todos conservarla y desarrollarla.
Una forma eficaz de conseguirlo es mediante el conocimiento acabado
de la evolución que ha hecho posible el logro de la misma. Nuestro
pueblo debe conocer su historia. A decir verdad, el conocimiento de lo
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 167

que hemos sido y de lo que en la actualidad somos ofrece la mejor ga-


rantía para un progreso futuro.
Pero la lectura de nuestro pretérito nacional exige conocer los he-
chos que lo conforman. No se pretenda ocultar los fallos ni se encarez-
can los éxitos. La historia no es ningún alegato: es una constatación.
El pasado de un pueblo no debe ser embellecido ni desdeñado. Tan sólo
precisa ser comprendido206.

2. MACARIO OFILADA MINA

FILOSOF¸A, LENGUAJE, M¸STICA:


DESDE LAS ENTRAÑAS DEL ESP¸RITU
[2005]

Coda: Gran cantar de dichos de luz y amor

[…] Confieso que el tema de mi discurso constituye un agón pro-


pio, una lucha propia que no se ha resuelto pese a las líneas copiosas
que han salido de mi pluma vacilante. Pido a Dios que de una manera,
más allá de la satisfacción legítima por la labor realizada, la gracia de
poder ver que por lo menos he logrado algo en la medida de lo posible
sabiendo que tal vez sea más importante el hecho de que mis reflexio-
nes han dejado abiertas una serie de cuestiones que incitan no sólo a
mí, sino a varios a seguir pensando.
Mis reflexiones sólo son una gota en el gran mar, “gran cantar”,
como dijera el llorado vate. Quiero seguir reflexionando sobre estos
mismos temas con Vds., distinguidos colegas de esta Academia, para
que podamos todos tener una experiencia colmante a partir de nuestra
afección a la Palabra que ha tomado cuerpo en la lengua española con
sus muestras más sublimes, esto es, en los místicos cuyo testimonio y
magisterio, consignados a la Palabra viviente y textualizados, encierran
al mismo tiempo una sabiduría, humana sí en los recursos lingüísticos

206
Antonio M. Molina, Historia de Filipinas, Madrid, Ediciones Cultura His-
pánica, 1984, t. I, p. 7.
168 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

y formas, pero siempre rebosando los límites de su inmanencia histó-


rica y cultural por su raíz divina. Por lo tanto, son trascendentes.
Sería presumido llamarnos sabios. Pero les digo a todos, empe-
zando con los Sres. académicos, que ya somos filósofos. Filósofos sin
sistemas, pues somos amantes. Amamos a la sabiduría. Amamos a lo
Absoluto e intentamos expresarnos, mejor dicho, crear mediante la Pa-
labra si bien muchas veces no tenemos la lengua de los más hábiles. Lo
que verdaderamente vale es la lengua de amor, la lengua de amantes, la
lengua de los que aspirar a la sabiduría, a la pureza de la discreción, a
la claridad de la luz y a la entrega total del amor en este peregrinar, en
este caminar que es la vida hecha narrativa como historia. Así nos ale-
jamos del ruido secular, de los sistemas y conceptos intelectuales que
son parlerías y elocuencias vanas y nos envolvemos en el dulzor y amor
del misterio, que es lo Absoluto que en su trascendencia ha salido a
nuestro encuentro. Séame permitido, por no poder expresarme mejor al
respecto, repetir aquí unas palabras sacadas del precioso prólogo, escrito
desde las entrañas entrañables del espíritu, de San Juan de la Cruz en
sus Dichos de luz y amor. Dicho prólogo no es un estambrote para poner
colofón a estas reflexiones, sino que es un texto que resume de una
forma, siendo un diálogo encendido con lo Absoluto, revelado como
Dios, Padre, Hijo y Señor, toda nuestra preocupación en este discurso.
Sus palabras ponen de manifiesto el gran Amor del místico con maestría
difícil de igualar. El amor brilla con su propia luz, arrojando luz, siendo
luz. La luz es la oscuridad del amor que siempre es discreto, callado,
abnegado. Al fin y al cabo, como amantes, como filólogos, como lite-
ratos, como filósofos, como místicos estamos llamados a un diálogo
continuo en nuestras labores. Estamos todos convocados a transformar
nuestra palabra, nuestra vida en diálogo incesante desde y con lo Abso-
luto en una aurora sin ocaso pese a la oscuridad de nuestra historia com-
partida. Sirvan como broche de oro las palabras llenas de unción toma-
das del prólogo sanjuanista junto con nuestro propósito de seguir
reflexionando sobre el tema de este discurso un tanto prolijo:
También, ¡oh Dios y deleite mío!, en estos dichos de luz y amor
de ti se quiso mi alma emplear por amor de ti, porque ya que yo, te-
niendo la lengua de ellos, no tengo la obra y virtud de ellos, que es con
lo que, Señor mío, te agradas, más que con el lenguaje y sabiduría de
ellos, otras personas, provocadas por ellos, por ventura aprovechen en
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 169

tu servicio y amor, en que yo falto, y tenga mi alma en qué se consolar


de que haya sido ocasión que lo que falta en ella halles en otros.
Amas tú, Señor, la discreción, amas la luz, amas el amor sobre
las demás operaciones del alma. Por eso, estos dichos serán de discre-
ción para el caminar, de luz para el camino y de amor en el caminar.
He dicho207.

3. MAR¸A DOLORES TAPIA DEL R¸O

MIS MEMORIAS DE LA GUERRA DE FILIPINAS


[2006]

En el aire se respiraba una cierta inquietud. Las monjas, con sem-


blantes preocupados, permitían que las actividades cotidianas en el in-
terior del colegio se desempeñaran con algo más de flexibilidad y
menos disciplina. La capilla era más visitada y la misa se oía con más
fervor. Fuera de las paredes de mi colegio, algo grave estaba pasando.
Fue a mediados de diciembre de 1941 que nuestro padre nos es-
taba esperando, a mis tres hermanas y a mí, en la sala de recepción del
Colegio de Santa Isabel de Naga, centro en el que estudiábamos desde
los cursos primarios. Sentí que yo y mis hermanas Terry, Vicky y Cristy
quizá nos iríamos para siempre de aquel mi querido alma mater. Es-
tando internas, el colegio era como nuestro segundo hogar. Se trataba
de un colegio privado muy antiguo –cuyo edificio de tres plantas ocu-
paba una manzana completa– regido por la Orden de San Vicente de
Paúl o las Hermanas de la Caridad. Las monjas eran españolas y el pro-
fesorado de habla inglesa, y las clases se impartían en inglés siendo el
español una asignatura. Había alumnado interno y externo, con un total
de mil alumnas. Las internas provenían de familias que vivían fuera de
la ciudad de Naga, mientras que las externas tenían a su familia en la

207
Macario Ofilada Mina, Filosofía, Lenguaje, Mística: Desde las entrañas
del espíritu (Discurso pronunciado con motivo de su ingreso en la Academia Filipina
de la Lengua Española, el 13 de julio de 2005), Quezon City, Giraffe Book, 2008,
pp. 48-51.
170 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

población. Mi madre también se educó en ese colegio hasta que se casó


con mi padre, un joven andaluz que llegó de España, con un amigo de
mi abuelo, para probar fortuna.
Al ser las últimas en salir del colegio, la madre superiora pudo
permitirse algo más de tiempo para charlar con mi padre. Ésta le con-
taba su preocupación por la posible ocupación de las fuerzas militares
japonesas. Mi padre, por su parte, le aseguraba que los japoneses no
habían de molestarlas, por lo que debían de estar tranquilas. Y, efecti-
vamente, así fue: las autoridades japonesas se mostraron bastante be-
nevolentes con la congregación.
Después de hacer unas compras, cogimos un coche que nos llevó
hasta Barceloneta para cruzar el río Bícol en el trasbordador. Pero las
tropas filipinas lo habían volado para evitar que los japoneses lo utili-
zaran. Por lo visto, tenían orden de volar todos los puentes y accesos a
la ciudad. Había un intenso movimiento de tropas filipinas y se oían
disparos por todas partes. Se rumoreaba que los japoneses habían des-
embarcado en varios puntos de las islas, y la gente andaba nerviosa y
atemorizada208.

4. ELIZABETH MEDINA

SAMPAGUITAS EN LA CORDILLERA
[2006]

Este es sobre todo un escrito personal, basado en experiencias


subjetivas y apreciaciones intuitivas; no pretende ser otra cosa.
Sin embargo, la historia filipina ha sido mirada, incluso por los
filipinos, a través del prisma de ojos ajenos, alienados y alienantes. Son
más los extranjeros que han escrito sobre quiénes somos y nuestro pa-
sado, que nosotros mismos.
Y siento que nuestros historiadores y periodistas, por falta de un
contexto más global y una formación menos limitada, tienden a eter-
nizar ese enfoque en el que Filipinas y nuestro pueblo inevitablemente
salen mal parados o disminuidos.

208
Mis memorias de la guerra de Filipinas, Barcelona, Parnass, 2006, pp. 9-11.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 171

Casi siempre me causan malestar las noticias que llegan a Chile


sobre Filipinas, ya que al parecer los medios no encuentran nada mejor
que informar, aparte de los desastres naturales que continuamente azo-
tan a mi desdichado pueblo, las ridiculeces que empañan nuestra ima-
gen, como por ejemplo, el primer hombre embarazado (vaya maravilla:
resultó un fraude), los tres mil pares de zapatos italianos de Imelda y
cosas por el estilo. La mediocridad de estos contenidos es, sin embargo,
solo un reflejo de la chatura de visión que aqueja a todos los países, a
las naciones, a las generaciones. Esto me hace pensar que en la actua-
lidad estamos todos enfrentados por la misma necesidad de encontrar
otra forma de percibir la realidad que nos pueda brindar la sensación
de redescubrimiento y «reencantamiento»209.

[…]

Es un modo de enfrentar la vida animado por un sentido de fata-


lidad, y es esta fatalidad la que hace que el filipino sea como un niño.
¿Podrás pasar nuevamente por esa dolorosa experiencia? Bahala na.
Él es grande y fuerte, ¡no hay forma que puedas ganar la contienda!
Bahala na. Nuestras provisiones de comida están bajas y no podrán
durar siquiera tres días. ¿Qué haremos? Bahala na. No estás preparado
para dar el examen. Bahala na. Todo se deja al bahala na, al destino,
ya que Dios sabe cuidar de sus hijos. Este fatalismo ha favorecido en
el filipino la virtud o el vicio de la resignación. Por lo tanto se enfrenta
al desastre o a la tragedia con ecuanimidad. Aparenta indiferencia
frente al fraude y la corrupción. Se mantiene impasible ante el desastre
personal. Pero es precisamente esta actitud de bahala na, la que le im-
pide perder la razón. ¿No será que bahala viene originalmente de Ba-
thala, el Dios supremo de los antiguos tagalos, y que bahala na signi-
ficaba en tiempos antiguos: “Si Dios quiere”? […] Sin embargo,
nuestra filosofía de bahala na tal vez tenga que ver con la resistencia
a renunciar a la memoria de otros tiempos, marcados por la tranquilidad
y la despreocupación. Son cualidades opuestas a la seriedad y el dra-
matismo del carácter español, tan apegado a lo trágico y bizantino

209
Sampaguitas en la cordillera. Reencuentro con Filipinas en Chile, Santiago
de Chile, RIL, 2006, p. 37.
172 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

[…] En aquel mundo, bahala na tenía sentido porque la supervivencia


no era difícil. El diario vivir no se desenvolvía en medio de constantes
amenazas que requerían de la vigilancia permanente”210.

[…]

Voy a describir aquel viaje personal, que quisiera compartir, ínti-


mamente convencida de que no es sólo mi historia, sino la de millones
de filipinos que crecieron desconociendo el pasado de sus familias. En
esas historias hay leyendas, mitos y fantasmas; lugares secretos y gente
que todavía recuerdan y puede servirnos de guía. Los lugares no son
en realidad misteriosos… es la ignorancia y, tal vez, el temor, lo que
los envuelve en el velo del misterio. Sin embargo, cuando encontramos
el camino de retorno a ellos descubrimos que –lejos de sernos extra-
ños– son “extrañamente” familiares; más importante aún, que iluminar
el escenario de ese pasado ignorado satisface una profunda e ignota
añoranza del alma: un secreto anhelo de volver y recuperar el punto de
origen. Verificamos que el retorno llena una necesidad interna de com-
pletar las cosas, de poner ceremonioso y respetuoso fin a cada ciclo de
la vida, y sacralizar los vínculos entre las generaciones, entre los vivos
y los muertos […] la importancia psicológica de tal acto trasciende el
mero desvelar “hechos verídicos” o la realidad anecdótica. Tiene que
ver con fundar el mundo, y ubicar nuestro centro; es un acto religioso
en el sentido del reencuentro dentro de uno mismo con lo sagrado de
la vida y de la existencia humana211.

[…]

He escrito con la mayor fidelidad posible acerca de los sucesos


de mi viaje a Filipinas, como también sobre las conversaciones descri-
tas en este capítulo. Cuando he citado las palabras de personas con
quienes hablé, lo he hecho con la intención de documentar sus aportes,
lo cual no debe ser tomado como mi validación personal de sus opi-
niones o creencias. De igual modo, he incluido otras opiniones que no

210
Ibid., pp. 56-57.
211 Ibid., pp. 85-86.
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 173

comparto, por ser la expresión de las percepciones de mis fuentes, y


quiero creer en su buena fe.
Si hubiera alguien, trátese de familiares o de personas ajenas a mi
familia, que se sintiera ofendido por lo que lee, le ruego me disculpe
la ofensa no intencionada.
Solo me queda decir que, finalmente, he quedado tranquila. Se ha
resuelto una laguna importante en mi conciencia, a causa del silencio
de mi padre, y hoy lo comprendo a él y me siento acompañada por el
espíritu de mi abuelo. En lo más profundo de mi corazón, creo que
Emilio fue inocente. Esta creencia no está basada en el sentido estricto
de la «colaboración», según el cual mi abuelo fue un colaboracionista
de los invasores. Para mí la fuerza bruta de los japoneses y la violencia
irracional de los guerrilleros «malos» le quitan todo valor al término.
Creo que la intención verdadera que subyacía en las acciones de Emi-
lio, fue proteger y servir, y no traicionar. Y digo esto también, dado el
respeto por su nombre que persiste en Ilocos hasta el día de hoy, que
interpreto como la reivindicación silenciosa del pueblo hacia su con-
ducta durante la guerra.
Él fue, en verdad, tal y como me lo dijo el botones del hotel: Un
gran hombre de los tiempos de los españoles.
Y como él hubo muchos más212.

212
Ibid., p. 174.
Índice onomástico

Abad, Gémino 21 Constancia, Paulina 27, 28, 30, 36, 43,


Abinales, Patricio N. 11n 53, 53, 67, 79, 96-100
Aguado, Mario 40 Constantino, Renato 16n
Agustín Lozada, Edwin 27, 28, 30, 41, Cortés, Lelilia 48n
85-89, 128 Cristóbal Colón 39
Alcántara y Antonio, Teresita 39 Cruz, San Juan de la 113
Alinea, Estanislao B. 49n Cruz, Sor Juana Inés de la 106
Alonso, Dámaso 55, 57 Cullinane, Michael 16n
Alzona, Encarnación 15n Darío, Rubén 109n
Aquino, Corazón 23 David, Randolf S. 11n
Andaya, Emmanuelle Perlas A. 40 Domínguez Martín, Rafael 62n
Andueza Salazar, Teresa 112, 113n Donoso Jiménez, Isaac 13n, 14n, 16n,
Aullón de Haro, Pedro 24n, 109n 19n, 29n, 30n, 37n, 82n, 99n, 12n,
Balmori, Jesús 49 162n
Baltazar, Francisco 12 Enríquez, Virgilio G. 21n
Bautista, Cirilo F. 20n Escobeda, Ramón 111
Bautista, Erwin Thaddeus 33n Escobedo de Tapia, Carmen 47n
Beckett, Samuel 72 Espino Licsi, Federico 28, 29, 30, 34, 96
Bécquer, Gustavo Adolfo 82 Espronceda, José 82
Beloncillo, Rey Amador A. 40 Estrada, Ángel 30
Bernabé, Manuel 39, 49 Estrada, José María 30
Bernard, Carmen 10n Eugenio, Damiana L. 12n, 14n
Bonifacio, Andrés 82 Farolán Romero, Edmundo, 27, 28, 30,
Brillantes, Lourdes Castrillo de 32n, 33n, 34n, 36, 37n, 39, 40n, 43, 53, 65-82,
38, 48n, 53, 53n 85, 88, 98n, 109
Briones, Bartolomé 111 Fenrández Lumba, Enrique 56, 56n
Buena, Roberto 63 Fernández, Tony P. 43n, 78, 78n, 79, 82n,
Burce Bunao, C. 30 97n
Burton, John W. 28, 29n, 30 Fons, José María 110n
Cabrero, Leoncio 45n Gallo, Andrea 16n, 36, 37n, 38n, 40, 42n,
Caramés Lage, José Luis 47n 43n, 48n, 66n, 67n, 96n, 97n
Carbó, Nick 41 García Castellón, Manuel 86n
Casado-Fresnillo, Celia 13n García Crespo, Ángel 93
Casal, Julián del 109n García Lorca, Federico 53n
Ceide-Echevarría, Gloria 109n García Villa, José 18
Centenera, Enrique 36 Gidi, Jorge 98
Centina, Gilberto Luis III 30 Gómez Rivera, Guillermo 25, 27, 28,
Cernuda, Luis 86 29n, 30, 33n, 34n, 35, 36, 48-65, 85
Clemente Zulueta, Rosario 34 Gómez Windham, Guillermo 35, 48

175
176 ISAAC DONOSO Y ANDREA GALLO

Gracián, Baltasar 99 Nakpil, Julio 82


Gripaldo, Rolando M. 15n Neruda, Pablo 86
Gruzinski, Serge 10n Nolasco, Luis 111
Güell, Carmen 33n Nograles, Cynthia 12n
Guerrero, Fernando María 49 Ofilada Mina, Macario, 34n, 38, 39n, 40,
Guevara y Biel, Ramón 40 113, 143, 167, 169n
Gurrea Monasterio, Adelina 102 Ordóñez, Elmer A. 17n
Hernández, Amado V. 18 Ostler, Nicholas 22n
Huerta, Concepción (Conchita) 34 Padilla y Zóbel de MacCrohon, Georgina
Jesús, Gregoria de 82 32n, 48n
Joaquín, Nick 17n, 18, 38, 53, 58 Padilla y Zóbel, Alejandro 32n
José, María Theresa R. 25n Pineda, Ponciano B.P. 21n
Joyce, James 72 Peña, Wystan de la 20n, 33n, 40, 58n, 113
Kahlo, Frida 106 Petrarca, Francesco 102
Kramer, Paul A. 16n Quijano Axle, Mario 103
Lanot, Marra 27, 30, 38, 39, 40, 104-108, Quilis, Antonio 13n
138 Rafael, Vicente L. 10n
Lanzas, Irma 102, 104 Ramiscal, Juanita, 38
León Rey, Antonio 57, 73 Ramiscal, Noel Guivani 27, 30, 38, 39,
López, Daisy 17n, 27, 40, 100-104, 136 40, 105, 108-111
López, Salvador P. 17n Ramos Orea, Tomás 56n
Ludva, Jaroslav 114 Recto, Claro Mayo 36, 39, 45, 49, 53,
Lugones, Leopoldo 109n 53n, 56,
Lukban, Clarisse 110n Retana y Gamboa, Wenceslao 41n, 49n,
Lumbera, Bienvenido 12n, 14n, 20n, 38, 90
53, 53n, 60n, 61n Revel, Nicole 13n
Luntao, Febe Soledad M. 39n Reyes Alcántara, Virgilio 43-44
Mabini, Apolinario 11 Rizal, José 12, 41, 45, 78, 87
Madrid Murillo, Carmen n112 Rodríguez, Luis J. 98n
Madrid Murillo, Flavio 111 Romanillos, Emmanuel Luis 33n, 39
Majul, César A. 10n, 11n Rosa, Jaime B. 40, 113, 143n
Malig, Salvador 40 Rosal, Patrick 41
Manuel E. Arsenio 13n Rubín Vásquez de Parga, Isabel 81n
Marcos, Ferdinand 18, 59, 92 Salazar, Zeus A. 10n, 61n
Marcos, Mariano 92 San Juan Jr., Epifanio 17n, 18n, 87n
Mariñas Otero, Luis 29 Santa María, Felice Prudente 40n
Mascariña-Resuma, Vilma 21n Sionil José, Francisco 21, 78
Medina Lazo, Emilio 92, 93 Tabios, Eilleen 41
Medina Seno, Elizabeth 41-42, 88, 88n, Tablada, José Juan 109n
90-96, 170 Tanabe, Atsuko 109n
Méndez, Alberto Antonio 74n Tapia del Río, María Dolores 43, 43n,
Molina Memije, Antonio 40, 166, 167n 47n, 169
Munar, Manena 33n Thompson, Roger M. 22n, 46n
LITERATURA HISPANOFILIPINA ACTUAL 177

Tiamson y Mendoza, Edgardo 39, 39n Zaragoza Carrillo, Francisco 29, 49, 73,
Tinio, Rolando 18n, 22n, 23n, 60n, 61n 111, 112
Velásquez de Malec, Edith 87n Ziálcita Legarda, Hilario 27, 30, 37, 82-
Villar, Conchita 39n 84, 85, 112, 126
Ynciong Calao, Emilio 25 Ziálcita Nakpil, Fernando 10n, 63n
Zabala Priel, Jeannifer 14n Zóbel de Ayala, Enrique 38
Zamora Vicente, Alonso 56 Zorrilla, José 82
Isaac Donoso Jiménez
(Editor)
Historia cultural de la lengua
española en Filipinas:
ayer y hoy

I.S.B.N.: 978-84-1337-242-6

El cruce de caminos que representa el gran archipiélago filipino


entre China y el mundo islámico, entre Oriente y Occidente,
ofrece todo un universo fascinante para la lengua española
en Asia: traducciones chinas, la naturalización del romancero
hispánico y del teatro de capa y espada, la expansión de la
escritura prehispánica, la hispanización de las fuentes indígenas,
las lenguas de Cavite y Zamboanga, el populismo del español de
tienda, traducciones chinas, aljamiado hispano-moro. En efecto,
más allá de la visión tradicional, el presente volumen muestra la
extensión de formas pidginizadas de español en un continuum
diastrático y diatópico que se extendía a lo largo de la geografía
filipina, junto a variantes dialectales en los centros urbanos,
afirmando la expansión inminente de la lengua española en
Filipinas a finales del siglo XIX gracias a la penetración del idioma
de tienda y la escolarización creciente. Como consecuencia del
intervencionismo lingüístico estadounidense, la norma culta
española fue postergada mientras se perpetuaba la diglosia de
las lenguas autóctonas, trasladándose estos fenómenos al habla
manileña, que constituye a día de hoy una lengua de cien millones
de hablantes. La nueva política lingüística en torno al filipino y al
chabacano señala el rumbo de una sociedad asiática en expansión
donde la internacionalidad del español, siendo la lengua clásica
del país, puede abrir un nuevo escenario en Filipinas.
Desde 1987, año en que la lengua española dejó de ser oficial en el
Archipiélago Filipino tras más de cuatro siglos, se ha dado por extinguida la
literatura filipina en español. No obstante, una última y reducida generación de
hispanohablantes filipinos seguía en vida, y esto no ha hecho sino espolear aún
más las inquietudes de la juventud por reconocer la tradición de la cultura y la
lengua en que escribiera el héroe nacional José Rizal. Habiendo representado
la literatura nacional de Filipinas a comienzos del siglo XX y hasta no ser más
que una de las literaturas marginales de un archipiélago políglota a comienzos
del XXI, la literatura hispanofilipina actual refleja la coyuntura del laberinto
filipino: la escisión de una nación como consecuencia de la desvertebración
social y la diáspora a que la ha conducido el subdesarrollo. Pero si los medios
de recepción literaria actuales en Filipinas son limitados, el ciberespacio ha
dado al escritor filipino una audiencia de quinientos millones de lectores.
Literatura hispanofilipina actual pone en común toda la producción literaria
filipina en español desde 1987 hasta el presente, con el fin de mostrar la
coherencia de un mundo creativo ignorado por las Letras Hispánicas. A pesar
del olvido, mediante un esfuerzo de resultados insólitos destinado a dilucidar
el dilema de la modernidad filipina, autores diseminados desde Vancouver a
Santiago de Chile pasando por Manila continúan dando cuerpo a una literatura
asiática en lengua española.
Isaac Donoso Jiménez, profesor de la Universidad Normal de Filipinas
(Manila), es Licenciado en Humanidades, Filología Hispánica y Filología
Árabe por la Universidad de Alicante. Asimismo, cursó estudios de Historia y
Ciencias de la Música en la Universidad de la Rioja y un Master en Estudios
Islámicos en la Universidad de Filipinas. Ha obtenido en dos ocasiones el
Premio Ibn al-Abbar de Investigación (2004-2008), es editor del volumen
More Hispanic than We Admit. Insights into Philippine Cultural History (2008)
y de la legendaria novela filipina Los pájaros de fuego, de Jesús Balmori, y
próximamente va a publicar en Manila la primera edición crítica de las novelas
de José Rizal (Noli me tangere y El Filibusterismo) y en Madrid (Verbum) un
volumen de su prosa ensayística.
Andrea Gallo, funcionario del MIUR (Ministerio de Educación) en Italia, es
doctor en Humanidades por la Università “Ca’Foscari” de Venecia. Asimismo
ha cursado estudios doctorales en las universidades de Valladolid y Sevilla.
Es autor de diversas publicaciones tanto dedicadas a literaturas de lengua
española como a la literatura italiana. Es director de la colección “Oriente”
de Ediciones Moreno Mejías, de Sevilla, así como de la colección “Isla” de la
editorial italiana Edibom.

9788479627195

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