La Inclusión en La Educación Democrática
La Inclusión en La Educación Democrática
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aquellos elementos que están contribuyendo a la reproducción del fracaso escolar y ELABORA COLABORA
“…Resulta complicado hacer entender que la inclusión acentúa la ¿Cómo hacer para que la que más que probable
necesidad de hacer sistemas abiertos donde quepan los intereses, incorporación al sistema educativo de casi todos los jóvenes
capacidades y trayectorias culturales de todos los alumnos (no hasta los dieciocho años y más no se traduzca en la evidente
sólo los que tienen discapacidad), considerando la diversidad desigualdad de que ciertos grupos sociales sean enviados
humana como fuente inagotable de riqueza y no como causa de a la formación profesional intermedia y otros al bachiller
conflictos. (Echeita y Sandoval, 2010) y, seguramente, la universidad? Necesitamos en Europa
investigaciones como INCLUDED que es preciso conocer
“Mientras sólo estemos dando importancia a lo que se puede (Feito y Soler, 2010)
evaluar mediante lápiz y papel– como los rendimientos que
evalúan, por ejemplo, el siempre famoso PISA- y no seamos
capaces de evaluar otras aspectos no menos importantes de la Uno de los focos más inexcusable ha de centrarse en dar
educación escolar, como es el proceso de inclusión educativa -, la batalla a creencias muy extendidas y persistentes según
nuestra capacidad para avanzar en la dirección que marca este las cuales el fracaso escolar vendría a ser algo así como un
anhelo será muy limitada” (Ainscow, 2005) fenómeno caído del cielo, una fatalidad y, si no, un resultado
imputable básicamente a los estudiantes (algo habrán
En relación con el significado de la inclusión, desde el punto hecho para merecer reprobaciones y suspensos) y a sus
de vista lingüístico sucede, con frecuencia, que los profesores, entornos sociales y familiares (su desidia y desinterés por la
investigadores y directivos educacionales se apresuran en vida escolar de sus hijos e hijas). Refugiarse en el pretexto
comenzar la utilización de conceptos y términos de reciente de que siempre ha existido y sostener la profecía de que
aparición, sin un análisis crítico de sus significados. Intentan con seguirá existiendo, se haga lo que se haga, son algunas
ello generar un discurso que responda más a lo que parece de las barreras mentales que cercenan de raíz cualquier
de mayor actualidad y no siempre toman en consideración proyecto supuestamente encaminado a remediarlo.
las implicaciones que ello puede tener no sólo para la clara (Escudero y González, 2010)
exposición y comprensión de sus ideas, sino para la realidad
educativa en la que ese discurso pedagógico debe ser asimilado.
(Bell y Salgado, 2010)
“INCLUSIÓN Y EDUCACIÓN
DEMOCRÁTICA:
ÉXITO PARA TODOS Y TODAS
A LO LARGO DE LA VIDA”
ELABORA COLABORA
Producción:
IO, sistemas de comunicación www.io-siscom.com
1 El Seminario Atlántida Granada para este trabajo ha estado compuesto por: Jesús Domingo y Juan de Dios Fernández
(coords.), Ana Margarita Aranda, Asunción Bernabeu, Mª José Caballero, Patrocinio Fernández, Pilar González, Beatríz
Ibáñez, Mª Aurora Martín, Benito Moreno, Beatriz Pedrosa, José Antonio Pareja, Mercedes Ojeda, María Luisa Toledano,
Carolina C. Velasco y Magdalena Vera.
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(UNESCO, 2003)
Introducción
La equiparación de oportunidades educativas y derechos a una educación de calidad para todos
los alumnos y alumnas ha constituido una de las vías centrales para contribuir a la pretendida y
ansiada equidad educativa durante las últimas décadas. Con la finalidad de valorar la situación
de nuestro contexto, se han puesto en marcha diferentes estudios centrados en conocer y, en los
mejores casos denunciar, situaciones de desigualdad educativa en función de algunos referentes
claves como son el acceso, la permanencia escolar, el rendimiento de los alumnos o la titulación
obtenida. Éstos se han basado fundamentalmente en macro estadísticas que han tratado de ana-
lizar la desventaja educativa en función de variables como: el género, las condiciones sociales y
económicas o la presencia de discapacidad, entre otras.
Sin duda, los resultados de estos estudios han aportado datos relevantes, oportunos y signifi-
cativos de la situación de nuestro sistema educativo. Esta información ha permitido realizar un
seguimiento de los progresos alcanzados hacia la consecución de objetivos internacionales en
materia de desarrollo educativo o derechos humanos, especialmente, útiles para políticos y ad-
ministradores. Sin embargo, estos datos no son suficientes para orientar los cambios necesarios
que permitan disminuir las situaciones de desventaja escolar.
No hay que recurrir a macro estadísticas para reconocer que muchos de nuestros estudiantes
se encuentran en desventaja educativa. En un centro escolar, todos los profesores pueden ser
capaces de identificar sus nombres propios. Algunos de ellos no encuentran en la escuela las res-
puestas a sus carencias afectivas, a sus exigencias culturales o a sus aspiraciones laborales. Ellos
y ellas, fundamentalmente, nos exigen cambios urgentes en la organización y funcionamiento de
nuestros centros y, en el currículo escolar acordes con su realidad social y cultural.
La equidad en educación, no puede interpretarse como un concepto estático relativo a la can-
tidad de oportunidades educativas de acceso, permanencia o rendimiento, entre otras dimen-
¿Igualdad de oportunidades?
Tradicionalmente, el compromiso adquirido por ciertos países para asegurar que sus sistemas
educativos garanticen la igualdad de oportunidades de su alumnado ha estado relacionado con
la creación de programas y modelos educativos diferenciados para ciertos colectivos de alumnos.
Bajo el concepto de “atención a la diversidad”, tan popular en nuestro país, se han organizado
en las últimas décadas multitud de programas y estrategias educativas que separan a ciertos
alumnos con la finalidad de promover mejor su aprendizaje.
Todas estas medidas han contribuido a crear una doble escolarización, la del alumnado que “va
bien” y responde a la enseñanza estándar y, del que no “encaja”, “fracasa” o “no quiere estudiar”.
Para éste, sin haber “agotado” todas las posibilidades de enseñanza en aulas ordinarias, se buscan
senderos paralelos y, en su mayoría devaluados por una vía de escolarización que incrementa el
riesgo de su exclusión que tiene lugar de forma más llamativa a medida que ascendemos hacia los
niveles educativos (Martínez, 2005). Este hecho no sólo ocurre en nuestro país, sino en la mayoría
de países occidentales en los que el tratamiento a las diferencias se organiza a través de la diferen-
ciación curricular por grupos de estudiantes
Algunos de nosotros empezamos a comprender que la diferenciación de la enseñanza tal y como
se había entendido y practicado, dejaba ocultos procesos que conducían a distintas situaciones
de exclusión, como en el caso de los alumnos considerados como con “Necesidades Educativas
Especiales” (NEE). A continuación, expondremos el tratamiento educativo que ha marcado habi-
tualmente una trayectoria no exenta de dificultades.
Según Booth y Ainscow (1998), la propia identificación de los alumnos con NEE lejos de ayudar,
contribuye indirectamente a su marginación, debido a su ineludible efecto devastador sobre las
expectativas del profesorado y compañeros. Entre sus consecuencias queremos destacar el usual
encasillamiento de las respuestas educativas proporcionadas a estos alumnos, aspecto vinculado a
que muchos profesores se perciban carentes de estrategias educativas para enseñar a estos alum-
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1
Para profundizar en este tema, recomendamos el libro “La accesibilidad en los centros educativos” de Francesc Aragall
(2010), que expone las indicaciones precisas de la accesibilidad de aulas, servicios, despachos, puertas, etc. de los
centros escolares.
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Una de las dificultades encontradas por los profesores o investigadores a la hora de promover la
participación a algunos estudiantes con dificultades es recoger sus visiones mediante métodos
clásicos de recogida de información. En este sentido, las imágenes (fotografías o dibujos) son
muy útiles para reflejar sus experiencias de vida. Aunque estas imágenes no constituyen un fin
en sí mismo, sino un medio por el que hallar una representación transparente de las experiencias
de vida.
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Para avanzar
La participación de todos los miembros de la comunidad educativa en general, y, especialmente
del alumnado, constituye una vía con muchas posibilidades, apenas inexplorada para contribuir
a la mejora educativa desde el marco de educación inclusiva. Aunque obviamente este marco no
carece de limitaciones de distinta índole. En este sentido, no podemos dejar de mencionar algu-
nas de ellas. Una de éstas procede del propio concepto de inclusión ya que, hoy en día persiste
la rémora de simplificar la inclusión a los alumnos con discapacidad debido a la arraigada identifi-
cación de la inclusión como sinónimo de integración. Consecuentemente, éste es el motivo por el
que las políticas de inclusión se consideren en muchas administraciones una responsabilidad de
la educación especial y por tanto, estén ligadas al concepto de NEE (Blanco, 2006; AA.VV, 2009).
De ahí, que muchos colectivos de personas y profesionales que defienden la igualdad educativa
de alumnos en riesgo de exclusión no se sientan identificados con el movimiento de la inclusión.
Por tanto, resulta complicado hacer entender que la inclusión acentúa la necesidad de hacer
sistemas abiertos donde quepan los intereses, capacidades y trayectorias culturales de todos los
alumnos (no sólo los que tienen discapacidad), considerando la diversidad humana como fuente
inagotable de riqueza y no como causa de conflictos.
Otra de las limitaciones de este marco, está vinculada a su puesta en marcha. A veces es desalen-
tador pensar que los desarrollos locales generados son débiles, sujetos a matizaciones de todo
tipo, que contrastan con los ambiciosos planteamientos iniciales teóricos. No obstante, resulta
imposible desarrollar “desde fuera” o a golpe de “decretos” planteamientos centrados en el
diálogo y en significados compartidos. Es decir, sólo existe el camino de crear un lenguaje y un
entendimiento comunes, ya que el diálogo es la actitud más inclusiva que existe.
De ahí, la necesidad de crear condiciones escolares estableciendo espacios y tiempos que per-
mitan reflexionar de manera conjunta basándose en evidencias o datos reales en un contexto
escolar concreto. En este sentido, los cambios serian inabordables sino hiciéramos un esfuerzo de
concreción, por considerar cada situación de desventaja, por organizar los recursos personales y
materiales, por valorar los avances.
En esta línea, resulta necesario establecer en nuestro sistema educativo una serie de indicadores
que desde un modelo de procesos nos permitan saber lo que está hecho y lo que falta por hacer.
Aunque la mejora en educación esté centrada en contextos determinados, no haríamos ningún
favor si el sistema educativo no aspirase a construir un sistema más equitativo con las diferencias
humanas. Pero ello puede lograrse cuando se rinde cuentas y se muestra a la sociedad lo conse-
guido y lo que aún falta por conseguir. Por lo que, nuestra política educativa bien merecería un
seguimiento constante y un análisis evaluativo continuado con objeto de tener evidencias y datos
que ayudaran a tomar decisiones no sólo ideológicas – que lo son, pues es una política que se
sustenta en la creencia profunda de la igualdad en la diversidad-, sino también empíricamente
Referencias Bibliográficas
– AAVV. (2009) Situación de la inclusión educativa en España: Salamanca: INICO (Informe de Investigación)
– Ainscow, M y Miles, S. (2009) Desarrollando sistemas de educación inclusiva. ¿Cómo podemos hacer progresar
las políticas? En Climent. Giné (coord), La educación inclusiva. De la exclusión a la plena participación de todo
el alumnado, (pp. 161-170). Barcelona: Horsori.
2
El Instituto de Evaluación, dependiente del Ministerio de Educación (www.institutodeevaluacion.me.es) y que trabaja en
estrecha colaboración con servicios homólogos en las distintas Comunidades Autónomas, la OCDE, la Unión Europea
y otros organismos internacionales, desarrolla, entre otros, los siguientes proyectos de evaluación y de elaboración de
indicadores de educación: Evaluación de la Educación Primaria (desde el año 1995); Sistema Estatal de Indicadores de
Evaluación (desde el año 2002); Indicadores Internacionales de los Sistemas Educativos (desde el año 1998). Estudio In-
ternacional PIRLS sobre el progreso en comprensión lectora (desde 2001); Proyecto Aprender a Aprender (desde el año
2002); Estudio Internacional ICCS sobre educación cívica y ciudadana (desde el año 2004); Estudio Internacional TEDS-M
sobre la formación inicial del profesorado de matemáticas en educación primaria y secundaria (desde el año 2006); Estu-
dio Internacional de Enseñanza y Aprendizaje (TALIS) (desde el año 2006) o el más conocido Programa para la Evaluación
Internacional del Alumnos (PISA)(desde el año 2000).
3
http://europa.eu.int/comm/education/programmes/socrates/observation/equality_en.pdf.
4
http://www.european-agency.org/publications/ereports/development-of-a-set-of-indicators-2013-for-inclusive-education-
in-europe/indicators-ES.pdf
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5
Vigotsky, L.S. Obras escogidas, t-1, parte 3, Editorial “Pedagoguica”, Moscú, 1983, pág. 473
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En Europa se hace necesaria investigación educativa que cree conocimiento científico de calidad
y que contribuya a que el éxito escolar sea una realidad, especialmente para los grupos vulnera-
bles, como algunas minorías culturales, que sufren de mayores desigualdades y resultados más
pobres en educación.
6
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Se puede ver al respecto el interesante estudio de Philip Oreopoulos, “Would More Compulsory Schooling Help Disad-
vantaged Youth? Evidence From Recent Changes to School-Leaving Laws”. Disponible en http://www.chass.utoronto.
ca/~oreo/research/school%20leaving%20age%20to%2018/should%20we%20raise%20dropout%20age%20to%20
18%202007%20july.pdf (consultado el 25 de octubre de 2009).
7
Disponible en http://ec.europa.eu/education/policies/2010/doc/comm481_es.pdf (consultado el 23 de diciembre de
2009).
(Continúa en DVD)
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8
En este capítulo se presenta el contenido del Programa CA/AC (“Cooperar para Aprender / Aprender a Cooperar”),
diseñado, aplicado y evaluado en el Proyecto PAC: Programa Didáctico inclusivo para atender en el aula al alumnado
con necesidades educativas diversas. Una investigación evaluativa. Este proyecto ha sido financiado por el Ministerio de
Ciencia e Innovación (Referencia: SEJ2006-01495/EDUC).
9
PAC es el acrónimo de Personalización de la enseñanza, Autonomía del alumnado, Cooperación entre iguales.
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10
Véase más adelante, en el apartado 6.2 de este capítulo, una breve descripción de algunas de estas estructuras coope-
rativas.
11
Para una descripción de estos factores, véase Pujolàs (2009)
12
SLAVIN, R. E., SHARAN, S., KAGAN, S., HERTZ-LAZAROWITZ, R., WEBB, C. I SCHMUCK, R. (Eds.) (1985): Learning to
cooperate, cooperating to learn. New York: Plenum Press
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13
Las dimensiones de análisis contempladas en el Programa CA/AC son las siguientes: (1) La participación de todos los
alumnos y las alumnas del grupo y la toma de decisiones consensuada; (2) el conocimiento mutuo y las relaciones positi-
vas y de amistad entre el alumnado del grupo; (3) el conocimiento mutuo y las relaciones positivas y de amistad entre el
alumnado corriente y el alumnado con alguna discapacidad o de origen cultural distinto; (4) la disposición para el trabajo
en equipo y la consideración del trabajo en equipo como algo importante en la sociedad actual y más eficaz que el trabajo
individual; y (5) la disposición para la solidaridad, la ayuda mutua, el respeto a las diferencias y la convivencia.
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La entrevista15
Cada estudiante tiene un número. Se sacan de una bolsa los números al azar, de dos en dos,
de manera que la clase quede repartida en parejas y, si es necesario, con un pequeño grupo
de tres. En la primera fase de esta dinámica cada pareja se entrevistan mutuamente a partir
de un cuestionario sobre sus habilidades, aptitudes y defectos, que han decidido de antema-
no entre todos. En la segunda fase, cada estudiante debe escribir una frase que resuma las
características básicas de su “socio”, se la comunican mutuamente, y se la corrigen, si alguien
lo cree oportuno. Finalmente, en la tercera fase, cada uno hace saber al resto del grupo clase,
leyendo la frase que ha escrito, cómo es su compañero de entrevista.
Círculos de amigos16
En cuatro círculos concéntricos cada estudiante anota, en el círculo central, el nombre de la
persona o personas con quien mantienen una relación de amistad más profunda; en el círculo
más periférico, anota los nombres de las personas con quienes mantiene en el centro una
relación más “profesional” o “circunstancial”, como por ejemplo algún profesor o alguna
profesora, alguien del personal no docente, etc.; y en los círculos intermedios, el nombre de
sus amigos y amigas, según el grado de amistad que mantiene con ellos. Esto permite visua-
lizar las diferencias notables que suelen darse entre los “círculos de amigos” de un alumno o
alumna sin discapacidad y los de un alumno o alumna con discapacidad. Éstos, en el círculo
más céntrico, sitúan el nombre de personas adultas (como por ejemplo, el maestro o la maes-
tra de educación especial, el conserje, el chofer del autobús escolar…) que los compañeros
sin discapacidad suelen situar en los círculos más periféricos, mientras que éstos, en el círculo
central, anotan el nombre de amigos de su misma edad.
14
Adaptada de www.lauracandler.com
15
Adaptada de www.cooperative.learning.com
16
Sacada de Stainback y Stainback (1999)
(Pujolás, 2010)
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Cuando el profesor o la profesora hacen una explicación a todo el grupo clase, de vez en
cuando hace una pequeña “parada de tres minutos” para que cada equipo de base piense y
reflexione sobre lo que les ha explicado, hasta aquel momento, y piensen tres preguntas sobre
el tema en cuestión, que después deberán plantear. Una vez transcurridos estos tres minutos
cada equipo plantea una pregunta –de las tres que ha pensado-, una por equipo en cada
vuelta. Si una pregunta –u otra de muy parecida- ya ha sido planteada por otro equipo, se la
saltan. Cuando ya se han planteado todas las preguntas, el profesor o la profesora prosigue la
explicación, hasta que haga una nueva parada de tres minutos.
Lápices al centro18
En la estructura “Lápices al centro” el profesor o la profesora da a cada equipo una hoja con
tantas preguntas o ejercicios sobre el tema que trabajan en la clase como miembros tiene el
equipo de base (generalmente cuatro). Cada estudiante debe hacerse cargo de una pregunta
o ejercicio (debe leerlo en voz alta, debe asegurarse de que todos sus compañeros aportan
información y expresan su opinión y comprobar que todos saben y entienden la respuesta
consensuada). Se determina el orden de los ejercicios. Cuando un estudiante lee en voz alta
“su” pregunta o ejercicio y entre todos hablan de cómo se hace y deciden cual es la respuesta
correcta, los lápices de todos se colocan en el centro de la mesa para indicar que en aquellos
momentos sólo se puede hablar y escuchar y no se puede escribir. Cuando todos tienen claro
lo que hay que hacer o responder en aquel ejercicio, cada uno coge su lápiz y escribe o hace
en su cuaderno el ejercicio en cuestión. En este momento, no se puede hablar, sólo escribir. A
continuación, se vuelven a poner los lápices en el centro de la mesa, y se procede del mismo
modo con otra pregunta o cuestión, esta vez dirigida por otro alumno, y así sucesivamente
hasta completar todos los ejercicios
El número19
En “El número” el profesor o la profesora ponen una tarea (responder unas preguntas, resolver
unos problemas, etc.) a toda la clase. Los alumnos, en su equipo de base, deben hacer la tarea,
asegurándose que todos sus miembros saben hacerla correctamente. Cada estudiante de la
clase tiene un número (por ejemplo, el que le corresponda por orden alfabético). Una vez
agotado el tiempo destinado a resolver la tarea, el profesor o la profesora saca un número al
azar de una bolsa en la que hay tantos números como alumnos. El alumno que tiene el número
que ha salido, debe explicar delante de toda la clase la tarea que han realizado o, en su caso,
debe hacerla en la pizarra. Si lo hace correctamente, él –y, por extensión, su equipo de base-
obtiene una recompensa en forma de reconocimiento público y felicitación del profesor o la
profesora y del resto de equipos.
17
Adaptada de Spencer Kagan (www.cooperative.learning).
18
Estructura adaptada de S. Kagan por Nadia Aguiar y María Jesús Tallón.
19
Estructura ideada por María Jesús Alonso (Alonso y Ortiz, 2005, p. 63).
20
A. Parrilla, 1992, p. 126; Echeita y Martín, 1990, pp. 63-64; Ovejero, 1990, p. 169; Serrano y Calvo, 1994, pp. 37-39.
21
Echeita y Martín, 1990, pp. 64-65. Ovejero, 1990, p. 173; Parrilla, 1992, p. 126; Serrano y Calvo, 1994, pp. 44-46.
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Referencias bibliográficas
– ALONSO, M.J. Y ORTIZ, Y. (2005): “Del cuaderno de equipo al método de proyectos”. Cuadernos de Peda-
gogía, 345, pp. 62 -65.
– ECHEITA, G. i MARTÍN, E. (1990): “Interacción social y aprendizaje”. Dins, Coll, C.; Palacios, P. y Marchesi, A.
(Comp.): Desarrollo psicológico y educación. Vol. III. Madrid: Alianza, pág. 49-67 (Continúa en DVD)
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Introducción
El reconocimiento de las diferencias individuales, sociales, psicológicas, étnicas y culturales de los
estudiantes dicta la necesidad de promover la aplicación de diversas estrategias con el propósito
de garantizar, desde el aula, la gestación de una escuela genuinamente democrática, en la que
todos y cada uno de los educandos alcance el máximo nivel de desarrollo posible, en particular,
en lo referido a la apropiación de las competencias básicas.
Del rico arsenal de propuestas y conceptos, cuya aplicación con creatividad en la escuela contie-
ne un amplio potencial para favorecer el logro del propósito antes señalado, nos detendremos
en la mediación y en la zona de desarrollo próximo, dado el interés en continuar revelando su
capacidad como puntos de apoyo de las palancas, con cuya ayuda se podrá continuar favorecien-
do la construcción de la equidad educativa, una de las premisas para el establecimiento de una
escuela democrática.
A la luz de este interés resulta conveniente ratificar la adopción del planteamiento acerca de la acen-
tuación del reconocimiento del carácter activo del proceso educativo como punto de partida para el
análisis y la elaboración de las propuestas teóricas y metodológicas que a continuación se presentan.
Acentuación del reconocimiento del carácter activo del proceso educativo.
El paso de los años se ha encargado de avalar la vigencia del pensamiento de L.S. Vygotsky para
la educación, en cuyo ámbito muchas de sus propuestas y conceptos están en capacidad de fa-
vorecer el avance hacia el logro de los objetivos que el desarrollo de la sociedad actual reclama.
El primer libro publicado por L.S. Vygotsky se titula “Psicología pedagógica, un curso breve” y
en el mismo el fundador del enfoque histórico cultural señaló: “Por consiguiente, el proceso edu-
cativo resulta ser ya trilateralmente activo: es activo el alumno, es activo el maestro y activo es el
medio existente entre ellos22”.
Al aproximarnos a la comprensión del alcance de esta afirmación en relación con el sujeto que
aprende, no es difícil advertir que la manifestación de su carácter activo en el aprendizaje tiene,
entre otras, una característica especial, resumida por Bruner del modo siguiente: “No se trata solo
de que el niño deba apropiarse del conocimiento, sino que debe apropiarse de él en una comu-
nidad formada por aquellos que comparten su sentido de pertenencia a una cultura”23.
22
Vygotsky, L.S. Psicología pedagógica. Un curso breve., Aique Grupo Editor, Buenos Aires, Argentina, 200, pág. 120.
23
Bruner, J. Realidad mental y mundos posibles. Los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia. Editorial
Gedisa, S.A. Barcelona, España, 2004, pág. 132.
(Continúa en DVD)
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Referencias Bibliográficas
– Arias Beatón, G., Educación, desarrollo, evaluación y diagnóstico desde el enfoque histórico cultural. Ciudad
de La Habana, 1999.
– Bell Rodríguez, R. Educación vs. Exclusión. Dos aportes de la Educación cubana a la superación de la exclu-
sión. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2008.
(Continúa en DVD)
1. Aprendizaje dialógico
La sociedad de la información ha experimentado un giro dialógico (Flecha, Gómez, & Puigvert,
2001), hecho que ha comportado un cambio en la forma en qué las personas nos relacionamos,
y ha transformado el sentido de los procesos de enseñanza y aprendizaje, situando el énfasis en
el papel de las interacciones y el diálogo. En este sentido, el cambio de las relaciones, ha com-
portado más diálogo en éstas, provocando también un cambio en la forma en que las personas
aprendemos (Aubert, García, & Racionero, 2009). Este giro dialógico de la sociedad ha supues-
to una transformación en los contextos escolares, que deberían potenciar las interacciones y la
comunicación. La teoría del aprendizaje dialógico (Aubert, Flecha, García, Flecha, & Racionero,
2008; Flecha, 1997) se basa en las principales teorías e investigaciones actuales de la comunidad
científica internacional, construyéndose desde un enfoque interdisciplinario, y desde una pers-
pectiva comunicativa que sostiene una realidad comunicativa y dialógica. Esta teoría pone énfasis
en la interacción y en el diálogo, afirmando que las personas aprendemos más y mejor cuando los
contextos promueven interacciones entre diferentes personas, a través de un diálogo igualitario
(Aubert, Flecha, García, Flecha, & Racionero, 2008). En este sentido, los procesos de enseñanza
y aprendizaje se sitúan más allá del aula, extendiéndose a otros espacios de la escuela, el barrio,
el hogar…, etc.
Así pues, el aprendizaje dialógico se produce en interacciones que aumentan el aprendizaje
instrumental, favorecen la creación de sentido personal y social, están guiadas por principios
solidarios y en las que la igualdad y la diferencia son valores compatibles y mutuamente enrique-
cedores (Aubert et al., 2008:167).
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Cuando dejamos que las personas participen en sus propios procesos de formación y en la
toma de decisiones respecto a ello:
Ejemplo: Se hace una asamblea con todas las familias, vecinos y vecinas, personas de la co-
munidad educativa, para soñar qué escuela quieren.
Ejemplo: El niño o niña va mal en las materias, en una relación vertical el profesor/a llamaría
a la familia para decir como tienen que proceder para que el niño/a mejore sus resultados.
Establecer esta relación desde el diálogo igualitario implica que el profesor/a junto con la
familia plantee conjuntamente cómo se puede ayudar a que el niño o niña mejore.
EJEMPLO
En una clase participa como voluntaria una madre gitana que no ha acabado los estudios bási-
cos. A los niños y niñas gitanos les gusta que les ayude, y les explique las cosas, porque les
habla desde una realidad mucho más cercana a los niños y las niñas, porque viven en el mismo
barrio y comparten la misma cultura.
• Transformación
Vygostky plantea el concepto de Zona de Desarrollo Próximo como la distancia entre el nivel
real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema,
y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema con la
guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz (Vygotsky, 2008: 133). Lo
que el autor plantea a través de este concepto es como la ayuda de otra persona más experta o
competente en la tarea, y la relación interpersonal que se establece en la interacción, comporta
que la persona aprenda más que si tuviera que hacerlo sin ninguna ayuda. En su teoría sitúa al
contexto y las interacciones que en este se dan, como elemento clave en el desarrollo y mejora
del aprendizaje. Freire (1997) destaca que las personas somos seres de transformación y no de
adaptación, de forma que las interacciones que establecemos las personas, si estas se basan en
el diálogo igualitario, promueven la transformación del contexto, superando las desigualdades
existentes en las relaciones entre las personas.
Esta idea de transformación es un eje potencial, dado que permite abandonar aquellas teorías
que han perpetuado la reproducción educativa y social de las desigualdades en nuestra socie-
dad. Nos indican pues, que tenemos que centrar nuestra atención en transformar el contexto
para que éste permita a la persona mejorar su aprendizaje.
48 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
• Dimensión instrumental
En la sociedad de la información las habilidades básicas requeridas que deben desarrollar las per-
sonas para estar incluidas en la sociedad son el dialogo y la reflexión, junto con la capacidad de
seleccionar y procesar la información (Aubert, Duque, Fisas, & Valls, 2004; R. Flecha, 1997). Du-
rante mucho tiempo, sobre todo en los colectivos socialmente vulnerables se ha potenciado un
currículum que ponía énfasis en las habilidades no académicas, por ser considerados niños y ni-
ñas que no tenían las mismas capacidades de aprender. La Comunidad Científica Internacional ha
rebatido estas teorías, destacando que todas las personas son capaces de aprender, pues existe
una predisposición en todos los niños y niñas para ello (Freire, 2002; Wells, 2001). El aprendizaje
dialógico sitúa el aprendizaje instrumental como uno de los ejes que permite superar las des-
igualdades, y garantiza la igualdad de oportunidades y de resultados, a la hora de decidir acerca
de su futuro profesional y académico. Ello implica dar más a aquellos que más lo necesitan.
EJEMPLO
Aquellos niños y niñas que tienen más dificultades, en lugar de ir a otra clase de refuerzo mien-
tras el resto de niños y niñas siguen la clase ordinaria, se mantienen y trabajan conjuntamente en
la clase ordinaria, y se les facilita en horario extraescolar, actividades de refuerzo que se hacen
en la biblioteca de la escuela, donde personas adultas (profesorado, familiares, vecinos/as…)
les ayudan a trabajar todo lo referente al aprendizaje instrumental como lectura compartida,
resolución de problemas…, etc.
• Creación de sentido
Una de las claves de nuestra sociedad es que las personas encuentren el sentido de aquello que
están haciendo. La incerteza y los acelerados cambios sociales provocan una crisis de sentido;
en este contexto es necesaria la creación de sentido. Ello implica, sentirnos partícipes y protago-
nistas de nuestras propias vidas, y el compromiso con los otros (Elboj, Puigdellívol, Soler, & Valls,
2002). Para ello es necesario que las personas se impliquen en sus propios procesos, para que
aquello que hagan tenga sentido, no únicamente a nivel individual sino también a nivel colectivo.
En este sentido, este principio hace referencia a las emociones y los sentimientos. Todas las
personas necesitamos encontrar el sentido en la escuela. Esto es posible cuando la escuela per-
mite que se hagan realidad los sueños y las esperanzas; cuando se consiguen superar todo tipo
de desigualdades: sexismo, racismo…etc. Desde el aprendizaje dialógico se ayuda a superar la
pérdida de sentido, pues se tienen en cuenta las necesidades y los argumentos de todas las per-
sonas, cuando se tienen altas expectativas y se tienen en cuenta los referentes de la comunidad.
Un niño que faltaba mucho a la escuela, retoma el sentido de la escuela, cuando su madre
empieza a colaborar en el aula con la maestra. Desde entonces madre e hijo van juntos a la
escuela.
• Solidaridad
Para superar el fracaso escolar es necesario basarse en prácticas educativas democráticas don-
de todas las personas tengan la posibilidad de participar. Las interacciones dialógicas que se
promueven desde la perspectiva dialógica del aprendizaje a través del dialogo igualitario que
promueve la transformación de las relaciones, permite la transformación cultural y social de todas
las personas (Elboj et al., 2002).
Toda práctica educativa que pretenda conseguir la igualdad de oportunidades y de resultados
para todas las personas debe trabajar desde la solidaridad entre todos y todas; para así, conse-
guir lo mejor para todas las personas.
EJEMPLO
La escuela realiza una reunión en la que participan madres y profesorado para decidir cómo
será la organización del aula: si hay que sacar del aula a los niños y niñas que van mal o se
tienen que quedar dentro del aula.
• Madres autóctonas defienden que quieren que sus hijos aprendan, y piden que saquen a los
niños y niñas marroquíes del aula porque entorpecen el aprendizaje.
• Madres marroquíes dicen si sacan a sus hijos e hijas del aula no podrán aprender la lengua.
Todas ellas son capaces de reflexionar acerca de su realidad; todos juntos llegan a la conclu-
sión de que todos y todas tienen en común que quieren el mejor aprendizaje para sus hijos
e hijas; conjuntamente se decide que no se sacará a ningún niño o niña del aula, y además
se incluirán en el aula todos los apoyos que sean necesarios para que todos los niños y niñas
aprendan más. De la reunión salen varias madres voluntarias para participar en el aula.
• Igualdad de diferencias
Igualdad de diferencias implica entender la diversidad cultural como enriquecimiento, compren-
diendo que la diferencia es positiva. Nos situamos ante las relaciones entre culturas desde un
plano de igualdad entendiendo que no hay culturas y etnias inferiores y superiores, sino que son
diferentes (Flecha, Gómez, & Puigvert, 2001). Aun con todo, se trata de garantizar el acceso de
forma igualitaria y desde el diálogo.
50 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
En una clase de 3º de primaria, están trabajando en grupo en inglés. En uno de los grupos los
niños y niñas tienen que pensar conjuntamente cómo harían una pizza y qué ingredientes pon-
drían. En un momento dado, uno de los niños dice: –Podemos poner jamón. Y una compañera
contesta: - No, porque entonces Said no podrá comer. A lo que un tercer niño contesta: –Pues
entonces, podemos poner atún.
2. Grupos Interactivos
Grupos interactivos es una forma inclusiva de organización del aula en que se agrupa al alumna-
do de forma heterogénea y se introducen en el aula todas aquellas interacciones necesarias para
que todas las personas aprendan. Este tipo de organización del aula se basa en la concepción del
aprendizaje dialógico recogiendo en su fundamentación los principios comentados en el anterior
apartado. Grupos interactivos se implementa en centros de diferentes casuísticas y en diferentes
etapas educativas, sobretodo en primaria y secundaria; en las materias instrumentales como son
las lenguas y las matemáticas; aunque también existen experiencias con otras materias como es
el caso de los grupos interactivos en educación física.
Cada uno de los grupos es dinamizado por una persona voluntaria, esta persona voluntaria puede
ser desde un familiar, hasta un estudiante universitario, personas no académicas, vecinos y veci-
nas, ex - alumnos y ex – alumnas, otro profesorado… Su tarea principal es potenciar el diálogo
entre los chicos y chicas mientras resuelven la actividad. Por su parte, el profesorado encargado
de preparar previamente las actividades que se llevan a cabo en cada uno de los grupos; no se
incorpora a ningún grupo, sino que coordina los cambios de actividad, atiende a aquel grupo o
alumnado que lo necesita.
Resultados de investigaciones a nivel internacional han demostrado desde hace años que la
segregación en las aulas por niveles de aprendizaje tiene efectos negativos tanto a nivel instru-
mental, a nivel de convivencia y a nivel personal en el alumnado que acostumbra a ser clasifica-
do en los grupos de bajo nivel. Las teorías que han apoyado este tipo de organización, no han
conseguido paliar el fracaso escolar de muchos chicos y chicas, reproduciendo las desigualdades
sociales a través de organizaciones del aula por niveles de aprendizaje, o con la reducción de
contenidos dependiendo del nivel de aprendizaje del alumnado.
Por otro lado si recogemos las aportaciones de autores como Vygostky, con el concepto de Zona
de Desarrollo Próximo que explicábamos con anterioridad, situamos el punto de mira en el con-
texto y en las interacciones que en este se desarrollan. El autor afirmaba que el aprendizaje que
se orienta hacia niveles de desarrollo que ya se han alcanzado es inefectivo desde el punto de
vista del desarrollo integral del niño. (…) (Vygotsky, 1978:89). De hecho el autor plantea que el
énfasis no está en los conocimientos previos del alumnado, sino que está en la interacción, es
decir, que aprendemos cuando interactuamos con personas más capaces en la tarea. Todo ello
apunta a una organización del aula inclusiva, donde todas las personas tienen cabida, junto con
su diversidad.
ANTES DE LA SESIÓN…
El profesor o profesora distribuye al alumnado en cuatro o cinco grupos. El criterio para la forma-
ción de los grupos es el de heterogeneidad, ello implica diversidad cultural, diversidad de niveles
de aprendizaje, de género…etc. El profesor o profesora se encarga de la coordinación pedagó-
gica, la elaboración de las actividades, la composición de los grupos, y en general de todo lo
referente a la organización del aula. El o la docente planifica las actividades que se desarrollarán
durante la sesión, y las distribuye a los voluntarios y voluntarias.
Previamente, una comisión formada por familiares, profesorado, y otros miembros de la comuni-
dad se encargan de buscar el voluntariado. Cada centro educativo realiza este proceso de formas
diversas: se anima a las familias a que participen, se establecen convenios con las universidades
para que participen estudiantes en prácticas, se difunde de boca a boca con personas conocidas
(jubilados/as, compañeros y compañeras, ex-alumnos/as…), etc.
DURANTE LA SESIÓN…
Una vez los chicos y chicas están organizados por grupos, y hay cuatro o cinco personas volunta-
rias en el aula; se inicia la dinámica, cada uno de los voluntarios y voluntarias tienen una actividad
asignada; los cuatro grupos llevan a cabo simultáneamente las diferentes actividades durante
quince o veinte minutos. Cuando el profesor o profesora lo indica, los voluntarios y voluntarias
cambian de grupo; así sucesivamente hasta que todos los voluntarios y voluntarias han pasado
por todos los grupos. De esta forma, el alumnado durante una hora y media de clase, ha realizado
cuatro actividades diferentes, con diferentes personas.
52 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
EN 6º DE PRIMARIA
Organiza los grupos, prepara las actividades y se las facilita a los voluntarios y voluntarias, va
dando apoyo en aquellos grupos o alumnado que lo necesite, gestiona el cambio de activi-
dad…, etc.
Actividad 1:
Voluntario 1:
Actividades interactivas a través
Estudiante en prácticas de magisterio
del ordenador por Internet.
Actividad 2:
Voluntaria 2:
Actividad de expresión oral,
Madre marroquí (con un nivel oral de inglés elevado de-
donde tienen que ir describiendo
bido a su estancia como inmigrante en Inglaterra durante
en inglés lo que pasa en unas imá-
3 años)
genes.
Actividad 3:
Actividad 4:
Dividimos la clase por grupos con un solo adulto como referente, el profesor/a.
Previamente se han sacado del aula a aquellos alumnos y alumnas con bajo nivel de
aprendizaje.
Si sin sacar a nadie del aula los grupos se forman de forma homogénea de acuerdo al
nivel de aprendizaje.
Dentro de los grupos interactivos heterogéneos se dan tareas diferentes a los niños y
niñas por nivel de aprendizaje.
No hay interacción entre los alumnos y alumnas mientras resuelven la tarea planteada.
54 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
EN FUNCIONAMIENTO
La participación en una tertulia literaria dialógica no requiere de conocimientos de tipo literario
ni de un grupo muy numeroso, suele suceder que conforme las personas participantes van ex-
plicando su experiencia a otras personas, poco a poco se van sumando participantes. Una vez
constituido el grupo debe escogerse por consenso una obra de la literatura clásica universal, y
el número de capítulos que quieren leerse para iniciar la siguiente sesión. Esta decisión se hace
en función de las personas que tengan más dificultades, para asegurar que todo el mundo habrá
podido leer las páginas acordadas.
En casa, las personas participantes en la lectura leen las páginas acordadas de forma individual,
subrayando los parágrafos que les resultan significativos, ya sea porque les han gustado especial-
mente, porque les han generado dudas, por recuerdos que les hayan traído, etc.
El día de la tertulia, se exponen los diferentes párrafos e ideas que las personas del grupo apor-
tan, por orden de capítulos. Se establecerá un turno de palabras para que las personas que quie-
ran aporten algún comentario al párrafo subrayado.
Puede realizar la función de moderador o moderadora cualquier persona, únicamente es necesa-
rio que conozca la metodología utilizada en las tertulias dialógicas. La persona moderadora tiene
la función de establecer el orden de palabras y, siguiendo los principios del aprendizaje dialógico,
debe establecer un clima de diálogo en el cual se respeten los turnos de palabra, facilitando que
hablen quienes menos participan. Este procedimiento se seguirá hasta que acabe el libro.
El funcionamiento de una sesión tipo es la siguiente:
56 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
3. Moderador/a: pide a quienes tengan párrafos que quieran compartir, que los digan, y
recoge los párrafos y números de página.
4. Se empieza por el primer párrafo: la persona que lo aporta lo lee en voz alta y explica por
qué lo ha elegido.
5. Se abre un turno de palabras sobre este párrafo. Todas las personas que quieran comen-
tarlo lo van haciendo, en orden y respetando el turno.
6. Una vez no hay más comentarios sobre este mismo párrafo, se pasa al siguiente.
Las tertulias literarias dialógicas son un ejemplo de lectura dialógica (Soler, 2001), concepción
que desplaza la atención de la relación subjetiva de la persona con el texto escrito, a las interac-
ciones y la creación de contextos ricos para todos y todas. En los procesos de lectura dialógica se
lleva a cabo un proceso intersubjetivo en qué las personas participantes interpretan, reflexionan y
comparten el significado del texto, construyendo un significado colectivo a través del diálogo. De
la misma forma que con los grupos interactivos, con la lectura dialógica, se entiende que cuando
se lee un texto y se comparte el significado con los demás, la persona aprende más, que si leyera
el texto solo o sola.
58 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
24 Véanse, por ejemplo, Gray, J. (2000) “Falso Amanecer. Los engaños del capitalismo Global”. Sie-
rau, R. (1992). “El Planeta en la Encrucijada. Gastos militares, Sociales y Crisis Económica”. Ed.
Icaria, Barcelona. También Feenberg, A. (1982). “Más Allá de la Supervivencia. El Debate Ecoló-
gico”. Ed. Tecno, Madrid.
60 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
25
El trabajo social entonces surgió como un tipo o modalidad de programas de desarrollo, que posteriormente y con el
devenir de los tiempos se fue transformando en lo que hoy en día se considera como carrera universitaria.
26
Su propulsor es Paulo Freire, creador de innumerables obras donde recoge su ideología y pensamiento de apuesta por
el ser humano como protagonista y generador de cambios desde las bases sociales y comunidades.
27
Proponemos como referencia la “espiral autoreflexiva” de López Górriz (1998) Metodología de Investigación-Acción. Ed.
Grupo Investigación MIDO. Universidad de Sevilla. (Pág. 96).
Valoraciones finales
El planteamiento que hemos desarrollado trata de ofertar planteamientos alternativos a nivel so-
cial desde una reflexión sobre la práctica y en continua indagación sobre todo aquello que afecta
al desarrollo humano local. Resulta curioso señalar que es desde nuestro criterio autónomo, des-
de donde se beneficia una participación comprometida, sobre todo dentro de una comunidad
investigadora, donde se desarrolle un diálogo ( Lipman, 1997) que facilite un pensamiento autó-
nomo, no manipulado que esté capacitado para pasar a la acción, con el resto de la comunidad.
Tenemos que consolidar por tanto una comunidad educativa investigadora, formada por investi-
gadores y ciudadanos que estén dispuesto a dinamizar resolución de conflictos con propuestas,
fruto de una neutralidad activa, con una revisión de propuestas individuales que favorecieran la
revisión de contradicciones sociales y visiones científicas alternativas, que dentro de un grupo
pueden favorecer la profundización y diálogo plural que nos compromete a un consenso real,
o un instrumento para desarrollar el pensamiento crítico sobre la práctica a partir de la relación
dialéctica entre una y otra dimensión. Llevaremos pues un diagnóstico de conocimientos previos,
y análisis de las expectativas. Una búsqueda de consenso en los criterios, instrumentos y proceso
evaluativo, pero sobre todo que se ajuste a una propuesta contextualizada, trabajando sobre
problemáticas concretas y cercanas.
Nuestra aportación hasta aquí ha sido concretar algunas reflexiones sobre metodologías parti-
cipativas, queremos además concretar la perspectiva de género, creyendo que las mujeres son
dinamizadoras fundamentales de las relaciones sociales, culturales, económicas y ambientales
que se generan en ellos. La concienciación y potenciación de este papel activo provocará una
62 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
Referencias Bibliográficas
– ALBERICH, T. (2002): “Perspectivas de la Investigación Social”, en Rdz. Villasante, T (et al.): Investigación So-
cial Participativa. Construyendo ciudadanía. 1. Madrid: El Viejo Topo, p. 65-78.
– ANDER-EGG, E. (1990): Repensando la investigación-acción participativa. Vitoria: Gobierno Vasco.
(Continúa en DVD)
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El grupo Atlántida Granada desde los comienzos de su trabajo y debido al campo laboral de sus
componentes e inquietudes profesionales y sociales, ha centrado sus debates e informes en la
escuela y el alumnado con déficit social o con discapacidad. Quizás por eso, amén de los reque-
rimientos de la planificación de Atlántida Estatal, en esta ocasión hemos profundizado en ese
campo desde el enfoque de “qué trabajo se realiza en los centros para hacer a este alumnado
más competente”. En este sentido nuestra labor anual ha estado enmarcada en torno a las líneas
siguientes:
1. Recogida de información procedente del alumnado y sus familias para indagar sobre la validez
práctica de su proceso educativo formal.
2. Recopilación de “buenas prácticas escolares” sobre las poblaciones antes referenciadas.
Sin embargo, y antes de hacer público lo que hemos encontrado hemos de aclarar que no pre-
tendemos, con este trabajo, alcanzar una exhaustividad que es más propia de otro tipo de inves-
tigaciones. Lo que sí queremos es dar a conocer una serie de datos, de vivencias y experiencias
profesionales que puedan iluminar cada vez más la realidad en la que nos desenvolvemos a diario
muchos de nosotros; hemos estudiado apenas un poco de la punta del iceberg, y eso es lo que
os contamos. No es todo el iceberg, claro está, pero algo tiene que ver con él, porque si bien un
caso no puede representar al mundo, si puede representar un mundo en el cual muchos casos se
sientan reflejados (Serrano Blasco, 1995).
28
El Seminario Atlántida Granada para este trabajo ha estado compuesto por: Jesús Domingo y Juan de Dios Fernández
(coords.), Ana Margarita Aranda, Asunción Bernabeu, Mª José Caballero, Patrocinio Fernández, Pilar González, Beatríz
Ibáñez, Mª Aurora Martín, Benito Moreno, Beatriz Pedrosa, José Antonio Pareja, Mercedes Ojeda, María Luisa Toledano,
Carolina C. Velasco y Magdalena Vera.
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70 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
• Valoran y comprenden la actuación de sus familias, aunque la mayoría hubiese querido conti-
nuar estudiando y no les obligaron, comprenden que para cómo viven en su casa y las necesi-
dades… “demasiado hicieron”.
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Referencias bibliográficas
– Agencia Europea para el Desarrollo de la Educación del Alumnado con Necesidades Educativas Especiales
(2009). Principios fundamentales para la promoción de la calidad de la educación inclusiva. Disponible en:
http://www.european-agency.org/publications/ereports/key-principles-for-promoting-quality-in-inclusi-
ve-education/key-principles-ES.pdf
– Booth, T., Ainscow, M., Black-Hawkins K., Vaughan, M. y Shaw, L. (2002). Índice de inclusión. Desarrollando el
aprendizaje y la participación en las escuelas. Madrid: UNESCO/CSIE. Disponible en: http://www.eenet.org.
uk/resources/docs/Index%20Spanish%20South%20America%20.pdf
– Domingo, J. (2003). Dimensiones y escenarios del buen aprendizaje para todos. REICE, Revista Electrónica
Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación. 1 (2), http://www.ice.deusto.es/RINACE/
reice/vol1n2/Domingo.pdf
– Fernández. J D (1997). Teoría y Práctica de la integración educativa. En Palomino y González (comp.) Educa-
ción Especial I. Una perspectiva curricular, organizativa y profesional. Madrid, Ediciones Pirámide.
(Continua DVD)
Ahora soy feliz, la gente me ha apoyado mucho, estoy muy contenta. Antes no co-
nocía a nadie, ahora la gente me anima y pienso que así podré llegar hasta la univer-
sidad. La Escuela es como si fuese de todos, y cada persona es importante. (Fátima)
Ahora hace diez años que entré como maestra en la Escuela de Adultos La Verneda-St.Martí, y
palabras como las de Fátima son el eco de aquellas que tantas personas participantes me han
transmitido a lo largo de este tiempo.
Este texto complementa la conferencia de Ana Lebrón. Es la traducción de la siguiente publica-
ción, que os ofrecemos como primicia: Sánchez Aroca, M. 1999 La Verneda-Sant Martí: a school
where dare do dream, Harvard Educational Review, vol. 69, n. 3, pp. 320-335. Cambridge: Har-
vard University.
Fátima es una participante de La Verneda-Sant Martí. Me dijo estas palabras después de una
reunión de coordinación. Su nombre, como el de otras personas participantes que aparecen en
este artículo es ficticio. No obstante, detrás de cada nombre ficticio hay una persona real. Mil
seiscientas personas participantes y un centenar de profesores y colaboradores voluntarios, que
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Creando un sueño
Cuando llegué a la Escuela de La Verneda en 1988 hacía muy poco que se había celebrado su
10º aniversario con una gran fiesta. Los años 70 en España fueron años de grandes debates, rei-
84 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
Diálogo igualitario
Cuando consideramos que el aprendizaje es un proceso a lo largo de toda la vida, tenemos que
valorar de forma igualitaria diferentes tipos de conocimiento. El hecho de actuar con otras perso-
nas desde una base de igualdad es una manera de aprender de aquellas y aquellos con quienes
discutimos y compartimos nuestras dudas y nuestras experiencias. En La Verneda hemos aprendi-
do que la clave para aprender está en el diálogo igualitario. El diálogo igualitario se puede llevar
a cabo si los educadores y las educadoras no tienen estrategias preconcebidas que quieren impo-
ner a las personas participantes, y si éstas siempre saben qué está pasando en las aulas, por qué
las cosas se hacen de una determinada manera y qué objetivos hay detrás de cada intervención
pedagógica. Además, las personas participantes han de tener la opción de poder cambiar, deba-
tir o discutir todo lo que pasa en la escuela. Por un lado, se crea un entorno de colaboración que
hace que el conocimiento se multiplique porque se une el de todas las personas de un grupo;
por otro lado, este compartir hace que las personas, conjuntamente, puedan buscar los mejores
argumentos y soluciones a los problemas que tengan que afrontar. Actualmente, este diálogo es
el que genera una atmósfera de familiaridad y pertenencia en la Escuela.
Las personas tenemos las mismas capacidades cuando disponemos de las mismas oportunidades.
Cuando las personas saben que sus ideas y opiniones sólo se defenderán y criticarán a través de
argumentaciones, y que todas las argumentaciones se escucharán de forma igualitaria, pueden
dejar volar su creatividad y el hecho de actuar con otras personas desde una base de igualdad es
una manera de aprender de aquellas y aquellos con quienes discutimos y compartimos nuestras
dudas y nuestras experiencias. En LaVerneda hemos aprendido que la clave para aprender está
en el diálogo igualitario.
(Continúa en el DVD, carpeta experiencias de Granada)
86 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
En el presente libro, se nos invita, una vez más, a la tarea de reflexionar en torno a la educación
inclusiva y, en ese sentido, es inevitable, sin dejar de reconocer el camino avanzado, apuntar hacia
lo que aún tenemos pendiente. Por ello, en este capítulo pretendemos llamar la atención sobre
algunos dilemas que, como sucede en cualquier proceso de innovación, acompañan a la inclu-
sión educativa. Como resaltan Dyson y Milward (2000) y Norwich (2008), la mejor forma de hacer
progresar el compromiso ético y formal con una educación más inclusiva es comprender mejor
la naturaleza de los dilemas en juego, y profundizar en los conocimientos y condiciones que nos
permitan enfrentarnos con mejores garantías a los inevitables procesos de toma de decisiones
que todo dilema implica. Pero, además, lo haremos poniendo en el centro de nuestra mirada y
preocupación a uno de los motores más importantes de la misma: las familias. Por esta razón,
pretendemos mostrar algunas situaciones a las que se enfrentan las familias que tienen hijos o
hijas vulnerables a los procesos de exclusión. Nuestro planteamiento es que, sin escuchar y contar
con las familias, difícilmente podremos superar los obstáculos y los retos que se encuentran los
centros, como comunidades de aprendizaje y el profesorado en particular, para hacer realidad
esta compleja tarea. En este sentido, debemos tener presente que “la inclusión” es, precisamen-
te, un proceso de reflexión e innovación constante y las familias deben formar parte, contribuir a
este proceso. Deben ocupar un papel central cuando nos planteamos cómo lograr que aquellos
alumnos vulnerables a los procesos de exclusión, marginación o “fracaso escolar” alcancen los
mayores niveles posibles de presencia, aprendizaje y participación en el contexto escolar ordi-
nario, pues así es como entendemos la inclusión educativa (Ainscow, Booth y Dyson, 2006). Por
ello, también apuntaremos algunas claves para que esta esperanza no sea ilusoria sino posible.
Resulta ineludible en este proceso escuchar las voces de los implicados, y preguntarnos si los cauces
existentes realmente permiten hacernos eco de las mismas. Aunque a lo largo del texto acompañe-
mos nuestros análisis con comentarios realizados por familias en diferentes contextos, no seremos tan
osados como para pretender ser la voz de las mismas. Los estudios y las citas que tratan de mostrar
algunas de estas voces, únicamente tienen la pretensión de invitar a la reflexión sobre cuestiones que
planteamos, pero no pueden considerarse opiniones u opciones generalizadas. De la misma forma
y, en la línea de detectar barreras que nos indiquen dónde tenemos que mejorar, nos centraremos
especialmente en situaciones que reflejan estos obstáculos y que, como acabamos de señalar, no son
necesariamente las percepciones o vivencias de todas las familias.
Reconocer el papel que han tenido y tienen las familias, los dilemas a los que se enfrentan (aquí
tan sólo recogeremos algunos de ellos) y las paradojas que surgen al contrastar los deseos con la
realidad, debe formar parte de este proceso de revisión que hemos apuntado pero, además, las
familias deben ser un elemento importante de esa red virtual que ayuda a sostener las difíciles
decisiones que una comunidad educativa debe tomar en este proceso.
Referencias bibliográficas
– Ainscow, M., Booth, T., & Dyson, A. (2006). Improving schools, developing inclusion. Londres: Routledge.
– Ainscow, M., Howes, A., Farrell, P., & Frankham J. (2003). Making sense of the development on inclusive prac-
tices. European Journal of Special Needs Education, 18(2), 227-242.
– Bolívar, A. (2006). Familia y escuela: dos mundos llamados a trabajar en común. Revista de Educación, 339,
119-146.
– Bolívar, A., Moya, J. & Luengo, F. (2008). Aportaciones teóricas para una Educación Democrática. En F. Luengo
& J. Moyá (Coord.). Escuela, familia, comunidad. Claves para la acción (pp. 19-80). Madrid: Wolters Kluwer
España.
(Continúa en DVD)
29
http://pactoeducativoparatodos.blogspot.com
88 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
Resumen
Esta experiencia de innovación educativa para la formación ciudadana inclusiva atiende a los
criterios de igualdad y corresponsabilidad desde la infancia y la juventud, para transformar y com-
prometerse con su ciudad. La investigación educativa iniciada en el 2005 hasta la actualidad, ha
ido transformando los principios educativos de la formación en ciudadanía; esta experiencia, se
nutre de un trabajo30 de diseño, formación, participación, facilitación, acompañamiento y aseso-
ramiento en torno a unos principios pedagógicos dentro del paradigma crítico de la educación,
para el desarrollo de una praxis socioeducativa concreta que supone ser un cambio tanto en
el aula como fuera de ella, como consecuencia de la participación de los/as niños/as y jóvenes
en los espacios de decisión de la ciudad. El protagonismo social desde la infancia, genera un
aprendizaje sensible, emocionalmente comprometido, que facilita y neutraliza los conflictos de
convivencia ciudadana, pero a la vez genera inquietud en los responsables educativos y públicos.
Contexto
Esta propuesta educativa ha tenido como marco general la Universidad de Sevilla y el Ayunta-
miento de la misma ciudad, La Formación en Ciudadanía desde un protagonismo social directo,
se inicia desde el proyecto de investigación Educativa presentado al Área de Participación Ciuda-
dana que desarrolla el proceso de los Presupuestos Participativos, para toda la ciudad. Nuestra
principal tarea educativa ha sido promover y apoyar, desde una perspectiva de género, procesos
participativos a partir de una concepción de participación como instrumento de formación y
desarrollo personal y colectivo. Esta tarea se realiza en distintos espacios educativos formales
–como escuelas e institutos–, e informales –como grupos motores, talleres, centros cívicos, aso-
ciaciones ciudadanas, etc.–.
30
LABORAFORO: Grupo de trabajo creado para llevar el proceso de participación educativa con niños y jóvenes en
Sevilla.
Temática
A participar se aprende participando
La participación, como eje central de nuestro proyecto, parte de una convicción: a participar
se aprende participando. La participación implica desarrollo personal y de habilidades sociales,
autoestima, autonomía personal, reflexión crítica y capacitación para procesos de toma de de-
cisiones y resolución de conflictos. Además, es indispensable señalar que de manera transversal
el proceso educativo se desarrolla desde una perspectiva de género, así como una perspectiva
intercultural e intergeneracional.
31
Muñoz, C. (2004): Pedagogía de la vida cotidiana e Participaçao Cidada. Publicaciones del Instituto Paulo Freire. Editora
Cortes. Sao Paulo
90 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
Experiencia
Participación y Educación
Las propuestas son diseñadas y ejecutadas en colaboración con técnicos y representantes políticos
de la Administración Municipal. En todos y cada uno de los casos los /as niños/as y jóvenes propo-
nentes se ha reunido con quienes deben valorar económicamente la propuesta, para conocer a fon-
do el contenido de la misma y ejecutarla con arreglo a sus ideas, ilusiones e intereses, de modo que
la ciudadanía más joven se convierten en co-gestores en el proceso de participación. Así que son
protagonistas de las acciones que se emprenden en su comunidad, informadores de sus colectivos
y centros educativos, ocupando un espacio como ciudadanos/as con derechos y deberes, compro-
misos y responsabilidades que hasta ahora era copado exclusivamente por el mundo adulto.
Como plantea un joven “…con la entrada de la denominada Ley Antibotellón, la Administración
Pùblica no sólo debe velar por la convivencia social en los lugares públicos, sino también generar
programas que consoliden espacios de convivencia…”
De esta manera la ciudadanía más joven propone tener un espacio de diversión y ocio alternati-
vo. Es una respuesta a la situación que viven estos jóvenes en sus barrios, en los cuales faltan los
espacios diseñados para el ocio desde las ideas e intereses de los/as protagonistas.
El rol de las niñas dentro de nuestro proceso educativo ha sido determinante. Si, históricamente,
la mujer se consideraba como una “eterna menor de edad” en cuanto a asumir responsabilidades
en la esfera de lo público, así como con respecto a su incorporación a los procesos de toma de
decisiones; en un proceso educativo donde las niñas han asumido un papel tan relevante, consi-
deramos que este hecho tiene un valor especialmente reseñable.
Las niñas que están presentes en esta propuesta han asumido con total naturalidad tareas de lide-
razgo compartido que no son todavía muy visibles en nuestra sociedad (como responsabilizarse
de la economía del grupo de trabajo del ocio, preparar talleres de baile, juegos tradicionales,
deporte o casa del terror para que todos/as los/as participantes del ocio pudiera realizar, así
como en la gestión de los conflictos que se daban durante el transcurso del ocio nocturno). Ese
nuevo modo de establecer las relaciones y de convivir dentro de los grupos motores, así como
Logros y conclusiones
Este proyecto es el marco del proceso de Presupuestos Participativos Sevilla como tal, pero ade-
más sirve de pretexto para el ejercicio de la ciudadanía que implica disponer de habilidades para
participar activamente en la vida cívica. Significa construir, aceptar, criticar, practicar normas de
convivencia, valores democráticos, ejercitar derechos, libertades, responsabilidades y deberes
cívicos, y defender los derechos propios y de los demás.
Consideramos que nuestra propuesta educativa es innovadora en cuanto a contenido y metodo-
logía, ya que abre la posibilidad de relacionar el trabajo que se realiza en el aula y la implicación
de los/as niños/as y jóvenes en su entorno y en el fomento de la convivencia y el respeto, la soli-
daridad y la participación, la responsabilidad y la toma de decisiones, con respecto a ámbitos tan
significativos como la propia ciudad en la que se habita.
El Equipo trabaja, desde una perspectiva transversal, la formación para la ciudadanía, preocupa-
ción en los últimos años en la Unión Europea recomendándose como principal tema abordar en
los países miembros, en sus sistemas educativos. Esta formación es un elemento esencial para el
32
PÉREZ, GÓMEZ, A.I. Y SOTO, GÓMEZ, E. (2009):Competencias y contextos escolares: implicaciones mutuas. Organización y
gestión educativa: Revista del Fórum Europeo de Administradores de la Educación, Vol. 17, Nº 2, 2009, pp. 17-21.
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(Continúa en DVD)
94 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
96 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
35
Disponible en la sección de nuestra biblioteca de la Web. www.mvai.org
36
En la actualidad la Red Nacional de Escuelas de Vida está formada por las siguientes entidades: Fundación Síndrome
de Down de la Región de Murcia. -FUNDOWN- Down Jerez, ASPANIDO. Down Málaga. Down Córdoba. Down Lleida.
Down Compostela. Down Valladolid. Down de Granada. Down Vigo. Down Huelva. Down Menorca. Down Sevilla,
ASPANRI.
98 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
38
Marín, C. (2010): La cultura y la educación en pro de la normalización. Una propuesta programática para las entidades
dedicadas a las personas con discapacidad intelectual. Documento policopiado.
100 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
Tal y como aparece recogido en el cuadro, las diferencias entre uno y otro paradigma son nota-
bles. Como señala Vidal García (2003)40:
“Mientras el paradigma de rehabilitación trata la discapacidad como un problema de
la persona, que requiere de “cuidados” durante toda su vida, infravalora sus capaci-
dades para desarrollar una vida plena y activa y decide sobre las necesidades y pro-
cedimientos más elementales que afectan a las personas con discapacidad, al mismo
tiempo que limita el ejercicio de los derechos esenciales de la persona, como la par-
ticipación y la libertad, el paradigma de Vida Independiente permite a las personas
con discapacidad que quieran salir de la trampa que supone el sistema tradicional de
“rehabilitación”, recuperar su libertad y convertirse en protagonistas de sus propios
destinos individuales” (pp.29).
Así pues, la piedra angular del movimiento de vida independiente es el control y la elección.
Términos que aparecen unidos a otros como libertad, igualdad e ideal, al revisar las definiciones
que se han elaborado sobre vida independiente. Si bien es cierto que existen diferencias termi-
nológicas, se aprecia un acuerdo general al considerar cuales serían los supuestos básicos en los
que se fundamenta la filosofía de Vida Independiente, estos supuestos son:
39
Illán, N (2004): El Proyecto Vivienda Independiente. Un Alternativa de Vida Autónoma e Independiente para las perso-
nas con discapacidad psíquica. Fundación Síndrome de Don de la Región de Murcia. Murcia.
40
García, J V (2003): El Movimiento de Vida Independiente. Experiencias Internacionales. Madrid. Fundación Luis Vives.
102 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
41
Ver el segundo principio de la Escuela de Vida.
42
M
arin, C. “El papel de las familias en la convención de derechos de las persona con discapacidad. En: Escuela de Fami-
lias. Fundación MAPFRE. Módulo 02c. Madrid. 2010.
43
La publicación estará disponible, además de en su formato impreso, en digital y a libre descarga en la Web: www.
sindromedown.net
44
En el caso de una entidad perteneciente a la Red Nacional de Escuelas de Vida, se recomienda que, como paso
previo a la Vivienda Compartida, se ponga en marcha el Proyecto Amigo. Y sucesivamente, una vez consolidado, se
inicie el tránsito a una Vivienda Compartida. De tal forma que, en un momento dado, el PA y las VC son espacios de
aprendizaje sucesivos y, en otro, son espacios de formación simultáneo.
45
Incluimos esta definición de Proyecto Amigo por ser la primera que se formulo. Decir que, como parte de las estra-
tegias que cada entidad adscrita a la RNEV pone en marcha para impulsar la creación del Proyecto Amigo, está la
formulación de lo que éste significa para los miembros de una entidad, en un espacio y tiempo determinado.
104 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
46
No entraremos a valorar las bondades de tales actitudes, ni lo más o menos justificadas que puedan estar para quienes
las desarrollan.
106 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
Bibliografía
(Continúa en DVD)
En el presente libro, se nos invita, una vez más, a la tarea de reflexionar en torno a la educación
inclusiva y, en ese sentido, es inevitable, sin dejar de reconocer el camino avanzado, apuntar
hacia lo que aún tenemos pendiente. Por ello, en este capítulo pretendemos llamar la atención
sobre algunos dilemas que, como sucede en cualquier proceso de innovación, acompañan a la
inclusión educativa. Como resaltan Dyson y Milward (2000) y Norwich (2008), la mejor forma de
hacer progresar el compromiso ético y formal con una educación más inclusiva es comprender
mejor la naturaleza de los dilemas en juego, y profundizar en los conocimientos y condiciones
que nos permitan enfrentarnos con mejores garantías a los inevitables procesos de toma de de-
cisiones que todo dilema implica. Pero, además, lo haremos poniendo en el centro de nuestra
mirada y preocupación a uno de los motores más importantes de la misma: las familias. Por esta
razón, pretendemos mostrar algunas situaciones a las que se enfrentan las familias que tienen
hijos o hijas vulnerables a los procesos de exclusión. Nuestro planteamiento es que, sin escuchar
y contar con las familias, difícilmente podremos superar los obstáculos y los retos que se encuen-
tran los centros, como comunidades de aprendizaje y el profesorado en particular, para hacer
realidad esta compleja tarea. En este sentido, debemos tener presente que “la inclusión” es,
precisamente, un proceso de reflexión e innovación constante y las familias deben formar parte,
contribuir a este proceso. Deben ocupar un papel central cuando nos planteamos cómo lograr
que aquellos alumnos vulnerables a los procesos de exclusión, marginación o “fracaso escolar”
alcancen los mayores niveles posibles de presencia, aprendizaje y participación en el contexto
escolar ordinario, pues así es como entendemos la inclusión educativa (Ainscow, Booth y Dyson,
2006). Por ello, también apuntaremos algunas claves para que esta esperanza no sea ilusoria sino
posible.
Resulta ineludible en este proceso escuchar las voces de los implicados, y preguntarnos si los cau-
ces existentes realmente permiten hacernos eco de las mismas. Aunque a lo largo del texto acom-
pañemos nuestros análisis con comentarios realizados por familias en diferentes contextos, no ser-
emos tan osados como para pretender ser la voz de las mismas. Los estudios y las citas que tratan
de mostrar algunas de estas voces, únicamente tienen la pretensión de invitar a la reflexión sobre
cuestiones que planteamos, pero no pueden considerarse opiniones u opciones generalizadas. De
la misma forma y, en la línea de detectar barreras que nos indiquen dónde tenemos que mejorar,
nos centraremos especialmente en situaciones que reflejan estos obstáculos y que, como acabamos
de señalar, no son necesariamente las percepciones o vivencias de todas las familias.
Reconocer el papel que han tenido y tienen las familias, los dilemas a los que se enfrentan (aquí
tan sólo recogeremos algunos de ellos) y las paradojas que surgen al contrastar los deseos con
la realidad, debe formar parte de este proceso de revisión que hemos apuntado pero, además,
las familias deben ser un elemento importante de esa red virtual que ayuda a sostener las difíciles
decisiones que una comunidad educativa debe tomar en este proceso.
Como señala Moliner (2008), para avanzar en el proceso de inclusión educativa es fundamental
actuar en varios frentes: sensibilizando a la opinión pública, analizando las políticas sociales y de
108 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
En el trabajo realizado por esta autora, en el que se recogen las percepciones y experiencias
sobre el desarrollo de la inclusión en una de las provincias canadienses con mayor trayectoria
inclusiva (New Brunswick), se destaca que el desarrollo de una educación inclusiva ha sido y es
realidad gracias al apoyo de las familias de las personas con discapacidad. Las familias y, por ex-
tensión, el conjunto del movimiento asociativo vinculado a ellas se han conformado en auténticas
palancas (en términos de Ainscow et al., 2006) del cambio.
Como hemos apuntado en otras ocasiones (Echeita, 2008) no debemos renunciar, y ese es el
sentir del texto que usted tiene entre sus manos, a provocar una reflexión seria y un debate pro-
fundo tan necesario como urgente, para que “el trecho entre lo dicho y lo hecho” respecto a la
inclusión educativa no se convierta, en poco tiempo más, en insalvable porque, a pesar de las De-
claraciones en las que se reconoce el derecho a la inclusión y el papel de las familias en la misma,
aún nos queda mucho camino por recorrer, como nos recuerdan muchas familias que, día a día,
continúan luchando por hacer realidad ese derecho (ver Libro Rojo de la Educación Española14).
Yo no estaba en absoluto preparada para tener una hija con diversidad, y tanto mi marido
como yo sacrificamos nuestra vida en proporcionarle los mejores medios y la mejor atención
que sabemos. Pero en absoluto se pasó por nuestra mente, con la excusa de la falta de pre-
paración o con la de no disponer de todos los medios necesarios, dejar a nuestra hija desa-
tendida. Porque si supeditamos la inclusión a los medios, estaríamos no sólo vulnerando los
derechos de las personas con diversidad funcional, sino que también estaríamos lanzando el
mensaje de que la diversidad funcional es negativa, y encima la sociedad creería que lo que
se invierta en ellos resta derechos y posibilidades a los otros niños que no son como Alejan-
dra y eso me parece perverso. Sé de lo que hablo puesto que he tenido que soportar que la
sociedad no vea a mi hija Alejandra como una ciudadana de pleno derecho.
Le saluda atentamente una madre convencida de que la inclusión no es una utopía, sino que
ha llegado el momento de que aceptemos que la inclusión ya forma parte de nuestras vidas
y que es nuestra obligación luchar para mejorarla (Mónica S.C.). (Echeita, 2010, p.11)
La lucha de Mónica, madre de Alejandra, y la de otras muchas familias (ver Foro de Vida Inde-
pendiente15) y personas individuales, pone en evidencia algunas de las paradojas y contradiccio-
nes que se derivan del dilemático proceso al que llamamos “inclusión educativa”. Uno de estos
dilemas es el de elegir el centro escolar para sus hijos e hijas, y esto porque, a pesar de reconocer
la ventajas de la escolarización en centros ordinarios (Frederickson, Dunsmuir, Lang y Monsen,
2004; O’Connor, 2007; Verdugo, Rodríguez, Sarto, Calvo y Santamaría, 2009; Yssel, Engelbrecht,
Oswald, Eloff y Swart, 2007), muchas de ellas consideran que hay cuestiones importantes por
resolver que, además, viven como serios inconvenientes o dificultades:
14 http://pactoeducativoparatodos.blogspot.com
15 http://www.forovidaindependiente.org
“INCLUSIÓN Y EDUCACIÓN DEMOCRÁTICA:
ÉXITO PARA TODOS Y TODAS A LO LARGO DE LA VIDA” | 109
En las concertadas de nuestro barrio no quieren a estos niños, y no hay ningún instituto que se
acople, así que vamos a empezar a mirar escuelas de educación especial (Familiar). (Verdugo
et al, 2009, p. 75)
Como en cualquier dilema, cada opción se percibe con aspectos positivos y negativos, como
reflejan, a modo de pequeña muestra, las siguientes citas de familias,
Yo creo que uno de los beneficios es que las clases son mucho más pequeñas y se les pro-
porciona un apoyo extra que una escuela ordinaria jamás podría ofrecer. Los profesores
también tienen una formación adicional para trabajar con niños especiales así que no te
preocupas tanto (padre de niño, colegio de educación especial). (O’Connor, 2007, p. 542)
La escuela a la que mi hijo acude dice que es lo mejor que le ha podido ocurrir a la escuela
porque mi hijo está educando a los niños en el valor de la vida- tú sabes, les enseña tol-
erancia y respeto-. Cuando un sistema está instalado y es usado adecuadamente resulta
excelente (padre de niño en escuela ordinaria). (O’Connor, 2007, p. 543)
Quisiéramos resaltar, como lo hemos hecho en otras ocasiones (Echeita, 2010, p.5), que los pa-
dres y madres que se encuentran ante este dilema, “escolarización con posibles dificultades en
centros ordinarios versus escolarización más tranquila en centros especiales” no se deciden por
esta segunda opción “con gusto” y, seguramente, los demás sólo podemos tibiamente imaginar-
nos y ser empáticos con el desgarro emocional con el que viven esta contradicción. Cuando una
madre cuyo testimonio recogen en su trabajo Kluth, Biklen, English-Sand y Smukler (2007) manifi-
esta que “Todo lo que yo quiero es una escuela que quiera a mi hija…”(p.48) está pidiendo que
revisemos nuestros “valores en acción”, porque la inclusión, en definitiva, es “la tarea de convertir
valores específicos en acciones” (Booth, 2006, p. 213), lo que nos invita a supervisar realmente lo
que hacemos y su coherencia con lo que pensamos o decimos. Para Booth (2006) estos valores
se asocian, en principio (pues como reconoce se trata de una lista en desarrollo constante), con
cuestiones como la equidad, la participación, la comunidad, el respeto por la diversidad, la hon-
radez, los derechos, la alegría y la sostenibilidad.
110 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
Las respuestas de las familias ante esta situación pueden ser muy diversas. De hecho, como se
recoge en el trabajo de Kluth et al. (2007) estamos ante otro de los dilemas a los que se pueden
enfrentar las mismas: permanecer en el centro y “luchar” o buscar una situación mejor para su hijo
o hija en otro lugar y “ceder”. Las respuestas a este dilema por parte de las familias pueden variar
en función de las condiciones y situaciones a las que se enfrentan. En el trabajo mencionado se
reflexiona sobre este aspecto y se recoge una de las posibles reacciones ante este dilema. Se
muestra la experiencia de familias que han cambiado de colegio (incluso a un centro de otro
estado) buscando mejores oportunidades educativas para sus hijos e hijas con discapacidad. Los
motivos de este cambio coinciden, básicamente, con las dificultades que expresaban las familias
y que hemos recogido anteriormente (educación segregada, currículo inadecuado, carencia de
apoyos y servicios apropiados y rechazo social).
Escapa de las posibilidades de este texto hacer un análisis detallado del impacto de estas situ-
aciones en el sistema familiar. Tan sólo queremos llamar la atención sobre la oportunidad de
adoptar una perspectiva de calidad de vida, como referencia y guía conceptual para analizar los
cambios escolares que subyacen a las situaciones dilemáticas que estamos analizando (Verdugo,
2009). En este sentido, debemos tener muy presente la calidad de vida de los alumnos y alumnas,
pero también calidad de vida de sus familias, aspectos estrechamente relacionados. A veces el
papel de las familias se plantea como una cuestión instrumental, como ayuda o garante de los
derechos de sus hijos e hijas. Pero no cabe duda, y la investigación lo pone de manifiesto, que
estas situaciones repercuten en la calidad de vida de las familias.
Es agotador tener que estar constantemente luchando a contracorriente, desde que asumes
que tu hijo es especial hasta que te das cuenta que ha terminado el cole y no sabemos dónde
llevarle (familiar). (Verdugo et al., 2009, p. 77)
De forma que cuanto más efecto negativo tiene la situación escolar de sus hijos en la familia
y, por tanto, cuanto más repercusión tenga esta situación en su calidad de vida, se encontrarán en
peor situación para atender a sus miembros más vulnerables. Por ello, resultan muy relevantes las
propuestas de aplicación del modelo de calidad de vida a la práctica del trabajo con las familias
(Zuna, Turnbull y Summers, 2009). Teniendo en cuenta sus prioridades, debemos reconocer y partir
de sus puntos fuertes, proporcionar el apoyo y la confianza necesaria para desarrollar estas po-
tencialidades y capacidades, promoviendo una mayor capacitación en la familia, que le permita
mejorar su calidad de vida (Córdoba, Gómez y Verdugo, 2007; Poston, Turnbull, Park, Mannan,
Marquis y Wang, 2004). En cualquier caso, lo anterior pone de manifiesto, entre otras cosas, el im-
portante impacto emocional que el proceso de inclusión tiene sobre sus protagonistas: alumnos,
familias y profesores. Atenuar este impacto y reforzar la capacidad de afrontamiento de los dilemas
inherentes al proceso de inclusión, se ha convertido en un elemento clave de toda esta dinámica.
Elementos que hoy por hoy se fundamentan en la idea de crear y sostener redes de apoyo para el
cambio y el afrontamiento e, indiscutiblemente, la familia es una parte importante de esa red.
Las posibles respuestas a esta cuestión se mueven en un continuo que transita entre dos polos.
Por una parte, se encontrarían aquellos (profesores y familias) que piensan que entre ambos debe
existir una buena relación, puesto que lo que la escuela hace es prestar un servicio del que sus
“sus clientes” deben estar satisfechos. Pero también pueden considerar que las familias deben
ser parte de los agentes que co-gestionan el centro, debiendo asumir la responsabilidad del éxito
de la escuela (Bolívar, 2006). Sólo avanzando hacia este segundo polo cabe esperar que la familia
se implique, como es deseable, en esta red de apoyos que estamos apuntando.
No obstante, a pesar de existir un acuerdo político y académico sobre el papel crítico que tiene
la alianza entre padres y profesionales para optimizar la educación de la diversidad de alumnos
(European Agency for Development in Special Needs Education, 2009; UNESCO, 2009)16, y del
papel central de la cooperación entre familias y profesionales como “fuerza catalizadora para una
óptima inclusión” (Turnbull, Turnbull y Kyzar, 2008), este “método de optimización” a menudo
no es fácil encontrarlo en la práctica real (Pinkus, 2003).
En el estudio realizado por Echeita et al. (2008) un 56,4% de los representantes de organizaciones
de personas con discapacidad considera que, en los centros, no se presta atención a la relación
con las familias de los alumnos con necesidades educativas especiales. Sin embargo, los resul-
tados varían en función de las etapas educativas, de forma que, a medida que se avanza en las
etapas escolares (de educación infantil hasta bachillerato/formación profesional), encontramos
una disminución en la satisfacción con esta relación. En esta línea, en el estudio de O’Connor
(2008), los padres reconocían que “no se sentían parte” de la educación de sus hijos. Los padres
16 Para una revisión de los instrumentos legislativos relativos a la participación de los padres en la institución educativa
en España, así como un análisis comparativo de los dispositivos existentes en los Estados miembros de la Unión Euro-
pea ver Gómez Albadalejo (2006).
112 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
Bien, ciertamente he encontrado que la escuela de secundaria en la que está ahora mi hijo
hace que tengamos mucho contacto... ellos me dicen lo que hacen, me informan de lo que
están planificando hacer y me preguntan mi opinión al respecto. Y realmente me siento
parte del proceso (padre 5). (O’Connor, 2008, p. 258)
Continuando con nuestra intención de invitar a la reflexión, la pregunta que deberíamos plant-
earnos ahora sería: ¿cuáles son las condiciones y factores que promueven de forma efectiva la
colaboración entre la familia y la escuela?
Pinkus (2003) a partir de la revisión de la literatura propone tres elementos que son necesarios
para pasar de los discursos teóricos a prácticas efectivas: a) revisar lo que significa “alianza” entre
los padres y la escuela, así como los procesos vinculados a la misma; b) llegar a un consenso so-
bre el propósito de la alianza entre padres y escuela, así como del rol que debe desempeñar cada
uno, y c) poner en marcha mecanismos de evaluación y supervisión de esta relación.
Respecto al primer aspecto, la cuestión central sería, ¿qué entendemos por relación eficaz o
“alianza”? La idea de alianza que manejamos está sustentada en la creación de sinergias en
donde la combinación de recursos beneficia a ambas partes, a la vez que consolida la relación
(Pinkus, 2003). Para ello, ambas partes deben sentirse aceptadas y valoradas, tener objetivos
compartidos y partir de un compromiso para la consecución de dichos objetivos. Todo ello requi-
ere, a su vez, planificación, poner los recursos a disposición de todos, tomar las decisiones de
forma conjunta, establecer canales de comunicación eficaces, tener presente la responsabilidad
de cada uno, confianza y respeto mutuo (Dunst y Dempsey, 2007; Pinkus, 2003). Evidentemente,
en este marco, los padres no pueden considerarse por parte del centro ni ellos asumir un papel
de “receptores de información o de decisiones profesionales”. Como señala O’Connor (2008),
los trabajos realizados hasta el momento que analizan las condiciones necesarias para construir
una relación eficaz, coinciden en la necesidad de crear un marco de comunicación responsable,
en el que se comparta el conocimiento experto que todos (familias y profesionales) tienen, y se
establezca un compromiso activo, que sea capaz de acomodar la diversidad de opiniones entre
padres y escuela. Según Dunst y Dempsey (2007) y, desde un enfoque de trabajo centrado en la
familia, este tipo de relación favorece el “empoderamiento” en los padres, es decir, el desarrollo
de competencias asociadas a la percepción de control sobre los acontecimientos que afectan a
sus vidas, que les permitan impulsar cambios positivos en las mismas.
Por otro lado, Soodack y Erwin (2000) hacen hincapié en que, para lograr que los padres se
conviertan en socios efectivos del proceso de inclusión, deben sentirse que ellos y sus hijos son
aceptados como miembros de la escuela-comunidad. La postura de carácter unidireccional debe
ser re-definida como una red de colaboración y cohesión, estructurada en torno a las necesidades
de los alumnos y de sus familias (O’Connor, 2008).
Respecto al segundo aspecto señalado por Pinkus (2003), debe haber un consenso en relación
con los objetivos que se persiguen, así como las funciones de padres y profesionales. Insistimos
La última reflexión que quisiéramos hacer recogiendo las aportaciones de Pinkus (2003), tiene
que ver con la necesidad de poner en marcha mecanismos de evaluación rigurosos por parte de
los centros para favorecer la implicación de las familias en el mismo. Como menciona esta autora,
la ausencia de mecanismos de control formales también dificulta la difusión sistemática de bue-
nas prácticas de cooperación.
El dilema de las diferencias que subyace al proceso de inclusión, no tiene ni tendrá una respu-
esta precisa y universal. Una y otra vez lo que cada comunidad educativa deberá encontrar son
soluciones episódicas al mismo, que satisfagan en cierto grado, en cada contexto y en cada caso
particular, a todos los implicados.
Para terminar, sin perder de vista este contexto, pretendemos compartir algunos “ingredientes” bási-
cos para fortalecer la colaboración con las familias, siendo que cada centro educativo tendrá, poste-
riormente, que “cocinar” su propio proceso acorde con sus condiciones, recursos y circunstancias.
a) Escuche la voz de las familias. Tener en cuenta la voz de los implicados y, por tanto,
preocuparse por la planificación y puesta en marcha de canales efectivos que permitan
que sus voces sean escuchadas (Susinos y Parrilla, 2008) es una de las condiciones para
hacer realidad la inclusión en un centro. Pero no sólo porque las familias tienen derecho
a que se considere su opinión. Escuchar a la familia, su opinión y perspectiva, es funda-
mental para evaluar los logros y las barreras de la respuesta educativa que se está dando
a aquellos más vulnerables a los procesos de exclusión en general y, a su hijo o hija, en
particular. De la misma forma estas voces son de gran utilidad a la hora de emprender
procesos de mejora.
b) Sitúe a las familias en el plano que les corresponde. Para poder establecer una verdadera
alianza con las familias es necesario reconocer lo que cada uno puede aportar. Valore los
recursos que tiene cada familia, que todas las familias tienen. Considere a las familias
como verdaderos aliados. Si bien los profesionales son los expertos en sus ámbitos cor-
respondientes de competencias, las familias son expertas en “su familia” (Cagigal, 2005;
O’Connor, 2008) “Ser experto” no puede ser una prerrogativa exclusiva de los profesio-
nales, donde, por tanto, predomine en el diálogo una única visión que, en consecuencia,
difícilmente permita integrar diferentes perspectivas y que tenga en cuenta las necesi-
dades y prioridades de los hijos y de las familias (O’Connor, 2008). Para ello, es necesario
114 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
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118 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
RESUMEN
Esta experiencia de innovación educativa para la formación ciudadana inclusiva atiende a los
criterios de igualdad y corresponsabilidad desde la infancia y la juventud, para transformar y
comprometerse con su ciudad. La investigación educativa iniciada en el 2005 hasta la actualidad,
ha ido transformando los principios educativos de la formación en ciudadanía; esta experiencia,
se nutre de un trabajo17 de diseño, formación, participación, facilitación, acompañamiento y
asesoramiento en torno a unos principios pedagógicos dentro del paradigma crítico de la
educación, para el desarrollo de una praxis socioeducativa concreta que supone ser un cambio
tanto en el aula como fuera de ella, como consecuencia de la participación de los/as niños/as y
jóvenes en los espacios de decisión de la ciudad. El protagonismo social desde la infancia, genera
un aprendizaje sensible, emocionalmente comprometido, que facilita y neutraliza los conflictos de
convivencia ciudadana, pero a la vez genera inquietud en los responsables educativos y públicos.
CONTEXTO
Esta propuesta educativa ha tenido como marco general la Universidad de Sevilla y el Ayunta-
miento de la misma ciudad, La Formación en Ciudadanía desde un protagonismo social di-
recto, se inicia desde el proyecto de investigación Educativa presentado al Área de Participación
Ciudadana que desarrolla el proceso de los Presupuestos Participativos, para toda la ciudad.
Nuestra principal tarea educativa ha sido promover y apoyar, desde una perspectiva de género,
procesos participativos a partir de una concepción de participación como instrumento de for-
mación y desarrollo personal y colectivo. Esta tarea se realiza en distintos espacios educativos
formales -como escuelas e institutos-, e informales –como grupos motores, talleres, centros cívi-
cos, asociaciones ciudadanas, etc.-.
El Proceso de Presupuestos Participativos nace como medio inclusivo para poder participar en la
gestión de las políticas públicas se pone en marcha en Sevilla. Dentro del desarrollo de este pro-
ceso político y ciudadano comenzamos a trabajar en un proyecto investigación y dinamización
sectorial en Sevilla. El planteamiento del trabajo conjunto surge de un convenio suscrito entre el
Área de Participación Ciudadana del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla y el Grupo de Investigación
“Educación de Personas Adultas y Desarrollo”, perteneciente a la Facultad de Ciencias de la
Educación, Universidad de Sevilla.
Nuestra propuesta se presenta en los diferentes centros educativos de la ciudad, de los cuales
colaboran con nosotros/as un total de 57 centros, 16 de ellos desarrollan una práctica educativa
curricular donde se incorporan los contenidos relacionados con la participación ciudadana y la
17 LABORAFORO: Grupo de trabajo creado para llevar el proceso de participación educativa con niños y jóvenes en Sevilla.
En este sentido, de modo paralelo al trabajo en los centro educativos e instituciones (educativas,
de ocio y tiempo libre, culturales, deportivas…) se produce un trabajo intergrupal a partir de los
grupos creados en cada barrio,-los denominamos grupos motores- . Su nombre parte de la idea
de movimiento, de arranque, y están formados por niños, niñas y jóvenes provenientes de esos
centros educativos, entidades e instituciones que se unen para informar, dinamizar, organizar, a
escala barrio. Ellos son los protagonistas del proceso de participación en sus barrios, DESDE sus
ideas, sueños, ilusiones, intereses y también, miedos, dudas… CON el apoyo del mundo adulto18.
La metodología educativa y de investigación responde a una acción educativa emancipatoria
la cual constituye un verdadero proceso de aprendizaje para los/as participantes, ya que en sí
misma es un proceso educativo y de desarrollo personal. El empoderamiento de los espacios de
toma de decisión -como principio básico para el desarrollo de la persona- respalda la creación
de estructuras de participación igualitaria, necesaria para desarrollar procesos transformadores
reales con una ciudadanía reflexiva y comprometida. De tal manera podemos hablar de personas
protagonistas e implicadas en el proceso de investigación y transformación social.
TEMÁTICA
La participación, como eje central de nuestro proyecto, parte de una convicción: a participar
se aprende participando. La participación implica desarrollo personal y de habilidades sociales,
autoestima, autonomía personal, reflexión crítica y capacitación para procesos de toma de de-
cisiones y resolución de conflictos. Además, es indispensable señalar que de manera transversal
el proceso educativo se desarrolla desde una perspectiva de género, así como una perspectiva
intercultural e intergeneracional.
18 Muñoz, C. (2004): Pedagogía de la vida cotidiana e Participaçao Cidada. Publicaciones del Instituto Paulo Freire. Edi-
tora Cortes. Sao Paulo
120 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
EXPERIENCIA
Participación y Educación
De esta manera la ciudadanía más joven propone tener un espacio de diversión y ocio alternativo.
Es una respuesta a la situación que viven estos jóvenes en sus barrios, en los cuales faltan los es-
pacios diseñados para el ocio desde las ideas e intereses de los/as protagonistas.
El rol de las niñas dentro de nuestro proceso educativo ha sido determinante. Si, históricamente,
la mujer se consideraba como una “eterna menor de edad” en cuanto a asumir responsabilidades
en la esfera de lo público, así como con respecto a su incorporación a los procesos de toma de
decisiones; en un proceso educativo donde las niñas han asumido un papel tan relevante, consid-
eramos que este hecho tiene un valor especialmente reseñable.
Las niñas que están presentes en esta propuesta han asumido con total naturalidad tareas de
liderazgo compartido que no son todavía muy visibles en nuestra sociedad (como responsabili-
zarse de la economía del grupo de trabajo del ocio, preparar talleres de baile, juegos tradiciona-
les, deporte o casa del terror para que todos/as los/as participantes del ocio pudiera realizar, así
como en la gestión de los conflictos que se daban durante el transcurso del ocio nocturno). Ese
nuevo modo de establecer las relaciones y de convivir dentro de los grupos motores, así como
en los distintos espacios que se han ido propiciando y surgiendo a lo largo de la experiencia, han
posibilitado la visibilización de otros modelos de ser “hombres” y “mujeres”, en los que la esfera
pública, los espacios públicos y los procesos de toma de decisiones, se asumen desde la equidad
y desde la generación de estructuras organizativas horizontales, donde no existen discriminacio-
nes en función de la edad, del sexo o de la clase social.
En este sentido, es importante señalar que los grupos motores han ido naciendo en distintas
zonas de la ciudad, algunos de ellos en barrios muy deteriorados social y económicamente, con
altos índices de conflictividad. Partimos de la premisa de que los procesos verdaderamente par-
A través de la educación se transmiten y ejercitan valores que hacen posible la vida en sociedad, el respeto
a todos los derechos y libertades fundamentales, se adquieren hábitos de convivencia democrática y
de respeto mutuo, se prepara para la participación responsable en las distintas actividades e instancias
sociales. Por eso, la madurez de las sociedades se deriva, en parte, de su capacidad de integrar, -a
partir de la educación- las dimensiones individuales y comunitarias. Es por ello que la escuela no puede
subsistir al margen de su medio más cercano, de su entorno. Las identidades personales se constituyen
a través de las identidades culturales y éstas a su vez están determinadas por el contexto social, político
y económico.
Partiendo de la premisa de que el sistema educativo actual debe regular la necesaria adaptación de
la escuela a su contexto y siguiendo a Ángel Pérez Gómez19 cuando expone que la escuela es una
continua interacción con los diferentes subsistemas que rodean el sistema educativo, nos planteamos el
objetivo prioritario de que el proceso de participación se basa en un proceso de socialización de los/as
niños/as y jóvenes que permita el desarrollo de distintas habilidades, aptitudes, valores que propicien y
favorezcan la vida en una democracia real.
LOGROS Y CONLUSIONES
Este proyecto es el marco del proceso de Presupuestos Participativos Sevilla como tal, pero además
sirve de pretexto para el ejercicio de la ciudadanía que implica disponer de habilidades para participar
activamente en la vida cívica. Significa construir, aceptar, criticar, practicar normas de convivencia,
valores democráticos, ejercitar derechos, libertades, responsabilidades y deberes cívicos, y defender los
derechos propios y de los demás.
El Equipo trabaja, desde una perspectiva transversal, la formación para la ciudadanía, preocupación
en los últimos años en la Unión Europea recomendándose como principal tema abordar en los países
miembros, en sus sistemas educativos. Esta formación es un elemento esencial para el desarrollo de la
calidad democrática de la sociedad, no es algo que parte de la nada sino que se debe trabajar desde
dentro y desde fuera del sistema educativo.
19 PÉREZ, GÓMEZ, A.I. Y SOTO, GÓMEZ, E. (2009):Competencias y contextos escolares: implicaciones mutuas. Orga-
nización y gestión educativa: Revista del Fórum Europeo de Administradores de la Educación, Vol. 17, Nº 2, 2009, pp.
17-21
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¿De qué modo trabajamos nuestras propuestas en educación infantil? ¿Cómo construimos el patio de
nuestro colegio?
El profesorado, los dinamizadores y los estudiantes analizan su barrio, su cole, realizan fotos, fichas y
participan en su cambio y evolución, elaborando propuestas, realizando asambleas, maquetas. Además
se está realizando la propuesta”nuestro patio en construcción”, un proyecto de diseño y creación del
patio del centro desde las ideas de los niños y niñas de infantil con la ayuda de las familias.
¿Cómo trabajar los Presupuestos Participativos a nivel de centro? Se plantean que participen toda la
comunidad educativa en el proceso del presupuesto del centro.
Las propuestas por proyectos, en segundo de primaria a través de fichas el estudiante traza un guión de
las acciones a realizar según la propuesta tales como... organización de su trabajo, colaboraciones a su
trabajo, slogan, discurso...
Un grupo de estudiantes rescatan esta manera de comunicación de antaño, se divierten en los prepara-
tivos y cuando salen a la calle consiguen informar a los ciudadanos del proceso.
¿Se puede organizar la semana cultural del instituto con el co-protagonismo de alumnos y alumnas? Este
centro vivió una semana cultural organizada por los estudiantes del instituto, una experiencia que les
sirvió para comprobar todas las cosas que se pueden hacer cuando se participa de manera comunitaria.
¿Qué es el día interactivo? El Instituto ha apostado por romper esquemas, los miércoles organizan esta
actividad que consiste en mezclar grupos de diferentes edades (de segundo ciclo) y participar en los
rincones temáticos que no están recogidos en el currículo ordinario. Estos se montan en relación a
temáticas como el de los presupuestos participativos y a valores tales como la sensibilización por el
medio ambiente....todos estos rincones y las experiencias vividas por estos grupos tan heterogéneos
culminan en la publicación de un periódico.
Por otro lado realizan también nuestro patio en construcción. Al igual que en Polígono Sur,
diseñan, y ejecutan el patio del centros según los intereses e ideas del alumnado del centro y sus
familias.
124 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
– CARRILLO, I. (coord.) (2005): Diez valores para el siglo XXI: Libertad, Igualdad, Diferencia,
Sostenibilidad, Civismo, Democracia, Cooperación, Sensibilidad, Compromiso, Utopía.
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126 | PROYECTO ATLÁNTIDA | UN COMPROMISO DEMOCRÁTICO: APRENDER COMPETENCIAS BÁSICAS EN UNA ESCUELA INCLUSIVA
“…Resulta complicado hacer entender que la inclusión acentúa la ¿Cómo hacer para que la que más que probable
necesidad de hacer sistemas abiertos donde quepan los intereses, incorporación al sistema educativo de casi todos los jóvenes
capacidades y trayectorias culturales de todos los alumnos (no hasta los dieciocho años y más no se traduzca en la evidente
sólo los que tienen discapacidad), considerando la diversidad desigualdad de que ciertos grupos sociales sean enviados
humana como fuente inagotable de riqueza y no como causa de a la formación profesional intermedia y otros al bachiller
conflictos. (Echeita y Sandoval, 2010) y, seguramente, la universidad? Necesitamos en Europa
investigaciones como INCLUDED que es preciso conocer
“Mientras sólo estemos dando importancia a lo que se puede (Feito y Soler, 2010)
evaluar mediante lápiz y papel– como los rendimientos que
evalúan, por ejemplo, el siempre famoso PISA- y no seamos
capaces de evaluar otras aspectos no menos importantes de la Uno de los focos más inexcusable ha de centrarse en dar
educación escolar, como es el proceso de inclusión educativa -, la batalla a creencias muy extendidas y persistentes según
nuestra capacidad para avanzar en la dirección que marca este las cuales el fracaso escolar vendría a ser algo así como un
anhelo será muy limitada” (Ainscow, 2005) fenómeno caído del cielo, una fatalidad y, si no, un resultado
imputable básicamente a los estudiantes (algo habrán
En relación con el significado de la inclusión, desde el punto hecho para merecer reprobaciones y suspensos) y a sus
de vista lingüístico sucede, con frecuencia, que los profesores, entornos sociales y familiares (su desidia y desinterés por la
investigadores y directivos educacionales se apresuran en vida escolar de sus hijos e hijas). Refugiarse en el pretexto
comenzar la utilización de conceptos y términos de reciente de que siempre ha existido y sostener la profecía de que
aparición, sin un análisis crítico de sus significados. Intentan con seguirá existiendo, se haga lo que se haga, son algunas
ello generar un discurso que responda más a lo que parece de las barreras mentales que cercenan de raíz cualquier
de mayor actualidad y no siempre toman en consideración proyecto supuestamente encaminado a remediarlo.
las implicaciones que ello puede tener no sólo para la clara (Escudero y González, 2010)
exposición y comprensión de sus ideas, sino para la realidad
educativa en la que ese discurso pedagógico debe ser asimilado.
(Bell y Salgado, 2010)
aquellos elementos que están contribuyendo a la reproducción del fracaso escolar y ELABORA COLABORA